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Primer parcial - Resumen Derecho Tributario y Financiero I

Derecho Tributario y Financiero I (Universitat Autònoma de Barcelona)

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DERECHO FINANCIERO Y
TRIBUTARIO
I.-BLOQUE DERECHO FINANCIERO
1.- Concepto y contenido.

 La actividad financiera.

La actividad financiera es la actividad dirigida a la obtención de ingresos y a su aplicación o gasto. Esta actividad es
medial o instrumental, ya que tiene por objeto la consecución de los medios financieros, dinerarios, que las
Administraciones públicas precisan para poder cumplir sus fines. El derecho financiero y tributario, asimismo, se
ocupa exclusivamente de la actividad financiera de los entes públicos, actividad que está justificada por la ineludible
necesidad que tienen de disponer de recursos económicos para el cumplimiento de sus fines.

Junto a este estudio desde el punto de vista jurídico, la actividad financiera es susceptible de ser estudiada también
desde otros puntos de vista científicos. A este respecto, Sainz de Bujanda advirtió de la existencia de una serie de
ellas cuyo objeto de estudio es la actividad financiera: la Economía, la Política, la Historia, la Sociología, la Psicología,
la Ética y la Pedagogía financieras, además, naturalmente, del Derecho Financiero:

A. Económica: se concibe la actividad económica/financiera como un flujo de ingresos y gastos.


B. Sociología: correlación entre la actividad financiera y los grupos e individuos
C. Política: la actividad financiera como una perspectiva de análisis político
D. Jurídica: análisis de normas jurídicas, aquellas ordenadoras de los ingresos y gastos.

Notas conceptuales de la actividad financiera:

I. Es una actividad pública, porque los entes que la llevan a cabo son de naturaleza pública, así como los fines que
persiguen, que son de interés general.
II. Es una actividad medial: o instrumental, porque la finalidad que tiene no es satisfacer gastos concretos, sino
solamente en obtener ingresos en función de los gastos previstos
III. Es una actividad jurídica: es una actividad regulada por normas jurídicas, es decir, el objeto de conocimiento es
estrictamente jurídico.

Desde el planteamiento normativo nos encontramos distintos entes públicos que se caracterizan por perseguir el
interés general y tener poderes jurídicos superlativos:

a. Administraciones Territoriales: aquellos en los que el territorio es esencialmente lo que los configura (Estado,
CCAA y localidades). El Estado español es un Estado unitario y, por lo tanto, los entes públicos se dividen
territorialmente entre:
i. Administración Central del Estado
ii. Administración de las CCAA
iii. Administraciones locales (esencialmente nivel municipal)
b. Administraciones Institucionales: tienen una relación de dependencia con la administración territorial que las ha
creado y persiguen fines más específicos. Por ejemplo: la Agencia Estatal de la Agencia Tributaria y la Agencia
Estatal de la Administración Española.
c. Administraciones Corporativas: se basa en una idea de que por una parte se defienden intereses privados de un
colectivo determinado, y por otro también tiene una dimensión pública (por ejemplo: colegios de abogados.
Defiende los intereses privados de los abogados, por una parte, y el Estado descarga sobre estos la justicia
gratuita).

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PREGUNTA DE EXAMEN

¿CUÀLES SON LAS COMPETENCIAS TRIBUTARIAS O FINANCIERAS DE UNA ADMINISTRACIÓN CORPORATIVA? 


entendidas como entidades de derecho público que buscan satisfacer los intereses tanto de la colectividad como la
de los individuos que lo integran tienen unas competencias muy puntuales que se basan en gestionar algún tributo
(recaudar) o en la posibilidad de establecer algún otro. Las facultades son a nivel de ingresos y a nivel de gastos. Solo
pueden utilizar la vía administrativa de apremio en la recaudación ejecutiva de deudas de derecho público cuando la
Ley les reconozca dicha facultad.

 Contenido del Derecho financiero: el ingreso y el gasto público.

La especificidad de la disciplina del Derecho Financiero y Tributario en el seno de la ciencia jurídica proviene del
contenido u objeto de que se ocupa, que lo constituyen las normas reguladoras de la actividad financiera, entendida
esta como la actividad de los entes públicos dirigida a la obtención de recursos y su aplicación o gasto. En definitiva,
en términos generales su objeto es el estudio de las normas jurídicas reguladoras de los ingresos y gastos de los
entes públicos.

Gastos  El gasto público puede definirse como “las salidas de fondos del patrimonio de un ente público con la
finalidad de satisfacer las necesidades económicas que le compete atender”. La ordenación jurídica del gasto público
se identifica en gran medida con el derecho presupuestario, ya que los gastos públicos tienen como eje jurídico el
presupuesto, en el que se plasman las decisiones sobre el destino de los referidos gastos, basadas en las necesidades
colectivas (p.ej. necesidad de garantizar los DDFF)

Ingresos  Estos se pueden definir como “entradas de dinero en el patrimonio de un ente público con el fin de
allegar recursos para la cobertura de sus gastos” o como “sumas de dinero que los entes públicos perciben y pueden
emplear en el logro de sus fines”. Existen pluralidades de manifestaciones de estos ingresos, destacando los tributos
en base a la capacidad económica.

Existen diversos tipos de ingresos públicos:

I. Tributarios: los tributos son una obligación legal y pecuniaria fundamentada en la capacidad económica del
deudor, que se establece en favor de un ente público en régimen de derecho público con el fin primordial de
atender sus necesidades económicas. Asimismo, el tributo es una obligación legal desde el punto de vista de su
fuente u origen, así como desde el punto de vista de su naturaleza jurídica.
II. Deuda pública: es un préstamo que los entes públicos solicitan, normalmente, al mercado, porque tiene una
necesidad coyuntural. Tiene una regulación específica. No tiene la lógica de la capacidad económica, es decir, no
funciona bajo la lógica de obligatoriedad.
III. Ingresos patrimoniales: ingresos relativos a la gestión del patrimonio de los entes públicos.
IV. Ingresos no tributarios  precios públicos: “tendrán la consideración de precios públicos las contraprestaciones
pecuniarias que se satisfagan por la prestación de servicios o la realización de actividades efectuadas en régimen
de derecho público cuando, prestándose también tales servicios o actividades por el sector privado, sean de
solicitud voluntaria por parte de los administrados”. Lo más destacado es que los precios públicos no tienen
naturaleza jurídica tributaria, no se integran pues en la categoría de los tributos, y, por lo tanto, su fundamento
no es la capacidad económica.
V. Sanciones: se basan en la idea de culpabilidad, es decir, el fundamento es diametralmente opuesto a los tributos.

En cuanto al Gasto Público la Ley de Presupuestos establece una serie de procedimientos formales de asignación,
desembolso y control.

Relación entre gastos público e ingresos  Estabilidad presupuestaria

Capacidad económica

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El principio de capacidad económica se recoge en el art. 31.1 CE en el que se establece que: “todos contribuirán al
sostenimiento del gasto público de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo …”
Como reflejan la CE y un amplio sector doctrinal, el principio de capacidad económica es el más característico del
ordenamiento jurídico-tributario, de manera que los demás principios sustantivos sirven fundamentalmente para
perfilar su alcance. Y en cuanto a su alcance, ha de informar no sólo al sistema tributario estatal sino también al de
las CCAA y el de las Corporaciones Locales.

Este principio significa que los tributos han de recaer sobre quienes puedan hacer frente a la carga económica
derivada de su aplicación, para conseguir así un reparto justo de la carga tributaria.

EVOLUCIÓN EDAD MEDIA ESTADO LIBERAL ESTADO SOCIAL


HISTÓRICA

NECESIDADES Puntuales  Básicamente Orden Público (idea de Orden Público


PÚBLICAS de carácter bélicas seguridad) 
 Interno: policía/justicia Consecuencia1
 Externo: ejército
Fines Sociales

INGRESOS Patrimoniales  cualquier Patrimoniales Impuestos


tipo de método
Tributarios

GASTOS No Control Control mediante  Control mediante 


 Ley de Presupuestos:  Ley de Presupuestos: gasto
autoriza y controla máximo y temporal
gasto  Ley Tributaria: permanente

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Bifurcación del principio de legalidad: consistente en que las leyes tributarias tienen carácter peramente y se aplican
sin necesidad de su previa autorización en el presupuesto.

 Fundamento  el estado aumenta sus fines en el Estado Social. Ya es ineficaz la autorización anual de los ingresos.
 Legislación presupuestaria  la idea de ingreso es una previsión contable (no una obligación como en el estado
liberal) que se basa a su vez en el crecimiento económico, es decir, que es una mera previsión que no produce
inicialmente vinculación jurídica limitativa alguna. El Gasto supone una autorización a gastar y contiene una
limitación temporal (no se puede obligar a gastar todo lo previsto en una partida presupuestaria). En el caso del
gasto, la previsión de este si constituye una autorización limitativa, dado que se determina el montante máximo
de gastos destinados a determinado sector pero que no genera vinculación alguna, con lo cual los gastos pueden
ser menores al linde máximo marcado.
 Legislación tributaria  es una legislación permanente que no necesita convalidarse cada año ni limita ingresos
ni determina cuantías, sino que simplemente estima que ante una situación determinada impone un ingreso en
forma de tributo (nacimiento de una obligación de pago)

 Concepto de Derecho financiero.

El derecho financiero es una rama del Derecho público interno que organiza los recursos constitutivos de la Hacienda
del Estado y de las restantes entidades públicas, territoriales e institucionales, y regula los procedimientos de
percepción de los ingresos y de ordenación de los gastos y pagos que tales sujetos destinan al cumplimiento de sus
fines

Notas conceptuales:
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A. Un conjunto de normas que pertenece al Derecho Público por las entidades y fines que los forman, pues priman
los intereses comunitarios sobre los individuales. Asimismo, el Derecho Administrativo es supletorio.
B. Objeto es disciplinar el régimen jurídico de la Hacienda Púbica, que se entiende, tanto como parte del sector
público (sentido subjetivo), como un conjunto de derechos y obligaciones económicas (sentido objetivo).
C. Es un ordenamiento instrumental, puesto que, ni el ingreso ni el gasto son finalidades en sí mismas, sino que
cobran sentido cuando se aplican al logro de finalidades públicas.
D. Regula los procedimientos de obtención de ingresos y realización de gastos

El derecho financiero se integra por otras disciplinas:

 Derecho Tributario (ingresos): se encarga del establecimiento y aplicación de tributos. Para que existan tributos
se requiere que exista una ley que los cree y un criterio material o sustancial como es la capacidad económica. El
régimen general tributario está contenido en la Ley General Tributaria 58/2003.
 Derecho Patrimonial Público (ingresos): regula el patrimonio de los entes públicos
 Derecho de Crédito Público (ingresos): regula la deuda pública
 Derecho Presupuestario (gasto): autoriza el gasto máximo que se puede realizar en un determinado periodo
o Preparación, aprobación, ejecución y control  Ley General Presupuestaria 47/2003
o Estabilidad presupuestaria  Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera
2/2012

Los fines de la actividad tributaria son, por una parte, fiscal, es decir, recaudatoria en función de la capacidad
financiera. Por otra parte, existen unos fines extrafiscales, pues a través de la imposición de tributos sobre ciertos
productos se trata de desincentivar su consumo como por ejemplo el alcohol o el tabaco o los impuestos sobre
actividades que contaminan entre otros.

 LECCIÓN 1 Actividades

1.-Significado de la bifurcación del principio de legalidad en materia financiera

En virtud de este fenómeno los ingresos se aprueban de una sola vez al aprobar la Ley que los crea y los tributos que
los generan se consideran vigentes en tanto no se modifique la norma que los estableció por otra posterior de igual
o mayor rango ("sin que precisen ser revalidadas por la Ley de presupuestos o por cualquier otra" como reza
expresivamente el art. 20 de la vigente Ley General Tributaria de 1963 al hacerse eco de este fenómeno). No hay
necesidad ya de aprobación anual. Las Leyes tributarias adquieren así un carácter permanente y no contienen
ninguna limitación cuantitativa en materia de ingresos; el Estado puede recaudar todas las cuotas devengadas por la
realización de hechos imponibles previstos legalmente.

2.-En los entes locales la Hacienda Pública

a) Aparece integrada por el conjunto de derechos y obligaciones de contenido económico

b) Carecen de tal institución pues únicamente corresponde a las entidades con poder legislativo

c) Se integra en la propia de las Comunidades Autónomas

3.-La Agencia tributaria

a) Es una Administración corporativa

b) Realiza actividad financiera equiparable a la del Estado

c) Es una administración institucional

4.- ¿Qué son los tributos verdes? ¿cuál es su finalidad? Analiza la siguiente noticia periodística para aproximarte a su
concepto y responder las cuestiones.
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Los tributos verdes son aquellos impuestos que gravan productos y servicios contaminantes, como, por ejemplo, los
impuestos al diésel. Así mismo la tributación se establece sobre la polución, el transporte, la energía o el uso de
recursos naturales. La finalidad de estos tributos pueden ser cuestiones ecológicas y sanitaras o bien por un afán
recaudatorio disfrazado de conciencia medioambiental. Serían una especie de tributos ambientales que se definen
como aquellos que establecen un incentivo a la protección ambiental, o compensa los daños ocasionados al medio
ambiente por sujetos que soportan la carga tributaria.

Se asocia a los fines medioambientales. Fiscalidad verde, ¿disuadir determinados comportamientos, no tienen que
ver con la capacidad económica? Lo que quieren no es tanto obtener un recurso, sino que cambiemos el
comportamiento. Es tributación y no sanción porque existe capacidad económica a la que se añaden otros fines, está
presente, el impuesto de los vehículos, la titularidad de un vehículo para poder circular. Usted tiene la capacidad
económica, como existen otros fines que el legislador puede modular e imponer que pagas. Los tributos verdes se
llaman extrafiscales también.

El tributo siempre tiene una idea fiscal entendía por recaudar, entendida por capacidad económica. Si no es así no es
un tributo. Ahora bien, que a esta finalidad iscal se le añade otra extrafiscal. Es compatible, existe otra finalidad fuera
de la recaudatoria que convive.

Parecería ser que tienen efecto disuasorio, sin embargo, no siempre es así. Los tributos se rigen por dos principios
fundamentales: principio de legalidad y la capacidad económica. En este caso se está hablando de un tema
medioambiental, con lo cual, goza de una nota de instrumental. Pretende regular la conducta de la ciudadanía, no
pretende obtener ingresos.

No solo piensan en recaudar dinero o recursos sino modificar conductas, es un factor regulativo, no solo
instrumental o medial. La finalidad básica (recaudar) de los tributos en algunos casos tiene matices llamados
objetivos extrafiscales (por ejemplo, la regulación conducta).

Sobre la base anterior razona la siguiente afirmación: “La actividad financiera es SIEMPRE una actividad
instrumental, pues no satisface inmediatamente una necesidad pública, procura los medios”.

Puede tener finalidades extrafiscales, como las medioambientales, las de salud pública (alcohol, tabaco…). El tributo
en todo caso tiene que ter esta finalidad fiscal, porque si no responde a esta capacidad económica no existe. Pero el
tributo puede ser un instrumento para modular y condicionar el comportamiento de la ciudadanía.

2.- Fuentes del Derecho Financiero.

 Introducción.

El principio de legalidad tiene tres funciones básicas:

A. Garantías individuales: básicamente garantizar y preservar el derecho de propiedad


B. Garantías colectivas: la propia ciudadanía (mediante representantes) determina los impuestos  idea de auto-
imposición
C. Garantías formales: seguridad

Los ingresos están regulados según su tipología en diversas fuentes. Los tributos en el art. 31.3 CE y la deuda pública
en el art. 135.3 CE, por una parte, y el Patrimonio del Estado en el art. 132.3 CE. Por su parte, los gastos están
regulados en los presupuestos en el art. 134.1 CE.

La bifurcación de la legalidad financiera significa que existen dos tipos de legalidades: la legalidad tributaria y la
legalidad financiera.

 Principio de legalidad tributaria (art. 31.3 CE): Sólo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales
de carácter público con arreglo a la ley. Las prestaciones patrimoniales de carácter público es la expresión en la

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cual se encontrarían los tributos. Ahora bien, junto a estas prestaciones patrimoniales también encontramos las
prestaciones personales.

Las prestaciones públicas no pueden establecerse a través de una ILP -art. 87.3 CE-. Asimismo, no existe una reserva
absoluta a la ley de la regulación de los tributos, sino que estamos ante una reserva relativa, tal y como lo establece
la STC 37/1981, pues la ley se autoafirma como parámetro, pero no como agotador del contenido regulatorio, ya que
una ley puede delegar en un Reglamento la creación de un tributo. Los entes locales, por tanto, pueden establecer
tributos con arreglo a una ley previa. Estas leyes previas pueden prevenir del Parlamento del Estado y de los
Parlamentos autonómicos. Entre ambos existe una relación de distribución de competencias, siendo, por tanto, la
relación horizontal y no jerárquica vertical.

¿Dónde queda entonces el ámbito de los entes locales? Hay una ley estatal que dice que los municipios pueden
tener estos tributos y que podrán modificar esta parte que puede ser de elemento esencial, es decir la ley del estado
les da mayor o menor abertura para que puedan ejercitar esta autonomía financiera.

Hay determinadas circunstancias, eso sí, en los que existe reserva exclusiva de la ley:

a. La creación del tributo se ha de efectuar siempre por ley


b. Los elementos esenciales del tributo: normalmente son los que delimitan la figura tanto en su vertiente
cualitativa (a quien afecta) como en su vertiente cuantitativa (cuál es el importe):
a. Hecho imponible: es el presupuesto de hecho que origina el nacimiento de la Elementos
obligación cualitativos
b. Sujetos obligados: los contribuyentes.
c. La base imponible
d. El tipo estos son los elementos cuantitativos
e. La cuota
 Principio de legalidad presupuestaria (art. 134.2 CE): “Los Presupuestos Generales del Estado tendrán carácter
anual, incluirán la totalidad de los gastos e ingresos del sector público estatal y en ellos se consignará el importe
de los beneficios fiscales que afecten a los tributos del Estado”.

Art. 134.7 CE  “La Ley de Presupuestos no puede crear tributos. Podrá modificarlos cuando una ley tributaria
sustantiva así lo prevea”. La ley de presupuestos no puede crear tributos nunca, pero si modificar en algunos casos.
Por tanto, a la hora de modificar con una ley de presupuestos una ley de tributos, necesariamente la ley tributaria ha
de permitir expresamente a esta hacerlo. En cuanto a la derogación de un tributo, no se establece positivamente
nada, es cuestión interpretativa que el TC no acaba de resolver.

Existen leyes de acompañamiento cuya misión, en una tramitación paralela a la ley de presupuestos, dado que su
rango es de ley ordinaria, es llevar a cabo cualquier tipo de modificación o creación tributaria. Sirven para contener
todo aquello de la ley de presupuestos no pueda incluir. Lo que no puede incluir es la creación de tributos, es decir
se tramita en otra ley presupuestaria la creación de los tributos. Es una forma un poco fraudulenta de actuar porque
se están metiendo en la misma ley de presupuestos esta que no es presupuestaria, que es de contenido tributario
que sirve para aplicar más correctamente la ley presupuestaria.

¿Puede una ley tributaria regular materia presupuestaria?  como regla general no. Sobre todo, lo que no puede
hacer es regular todos los presupuestos. Puede regular parte de estos presupuestos, pero la totalidad de los
presupuestos generales del estado tienen que regularse a través del mecanismo previsto ad hoc para ello.

¿puede crear un tributo una ley de presupuestos?  NO PUEDE CREAR TRIBUTOS EN NINGUN CASO (ni en caso de
extrema necesidad). ¿Puede una ley de presupuestos suprimir tributos?  Para ello vamos al 134.7 y no hay
mención alguna, caben dos soluciones: una que si no dice suprimir hemos d entender que, si cabe la supresión, otra
interpretación en la que entendemos que suprimir es igual a creación, por lo que no puede admitirse que mediante
una ley de presupuestos se suprima una ley de tributos, es algo que no está resuelto por el TC. La opinión de él es
que la idea de la supresión se asemeja a creación (la segunda), cree que no se puede suprimir.

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 Tratados internacionales. Derecho comunitario.

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 Las normas con fuerza de ley: ley, decreto-ley, decreto legislativo.

Ley Orgánica (art. 81 CE).

Las leyes orgánicas reguladas en el art. 81 CE no son de rango superior a las leyes ordinarias, sino que su singularidad
radica en el ámbito material para su aprobación, modificación o derogación. Partiendo de que, según se deduce del
apartado 1 del art. 81 CE, la regulación de la materia financiera en general no está reservada a la ley orgánica, para
el estudio de las fuentes del Derecho Financiero sí interesa destacar cuáles son las materias de esta disciplina que
precisan regulación por ley orgánica, puesto que indirectamente regulan materia financiera:

 Aprobación Estatutos de Autonomía: normas mediante las cuales las CCAA las competencias financieras, de
acuerdo con el art. 147.2.d) de la CE en conexión con los arts. 156 y 157 de la misma
 Autorización para celebrar Tratados Internacionales: que pueden atribuir a una organización o institución
internacional el ejercicio de competencias financieras, según dispone el art. 93 CE.
 Tribunal de Cuentas (art. 136 CE): su composición, organización y funcionamiento de acuerdo con el art. 136.4
CE, a cuyo amparo se ha dictado la LO 2/1982, de 12 de mayo, reguladora del citado Tribunal.
 Ejercicio de competencias financieras de las CCAA (art. 157.3 CE) y las normas para resolver sus posibles
conflictos, así como la colaboración financiera entre las CCAA y el Estado, en cumplimiento de lo señalado por el
art. 157.3 CE. A su amparo se ha dictado la LO 8/1980, de 22 de septiembre, de Financiación de las Comunidades
Autónomas (LOFCA).
 En materia presupuestaria y de gasto público hay que dar cuenta de la Ley Orgánica de Estabilidad
Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (es materia financiera, pero de una forma compleja, porque incluye
tanto ingresos como gastos)

Es preciso señalar algunas de les especialidades en el procedimiento de elaboración de las leyes estatales que
regulan la materia financiera:

 Exclusión de la ILP para la presentación de proposiciones referidas a la materia tributaria (art. 87.3 CE)
 Prohibición de crear tributos por la Ley de Presupuestos Generales del Estado
 Prohibición de introducir modificaciones tributarias a través de la LPGE sin que una ley tributaria sustantiva así lo
prevea (art. 134.7 CE)

Decreto ley (art. 86 CE)

En el Decreto Ley tiene gran papel el gobierno, pues es quien tiene competencia para dictarlas. Los DL son
provisionales y se dictan solamente cuando exista el presupuesto habilitante de extraordinaria y urgente necesidad.
Determinadas materias no pueden ser reguladas por decreto ley, y más concretamente son las materias que afecten
a los derechos y libertades reconocidos en el Título I de la CE.

En materia tributaria se ha planteado la cuestión de si está comprendida entre las vedadas a su regulación mediante
decreto-ley. La duda surge porque dentro de los derechos, deberes y libertades del Título I de la CE se encuentra el
deber general de contribuir al sostenimiento de las cargas púbicas mediante el sistema tributario, deber recogido en
el apartado 1º del art. 31.

El concepto “afectar” puede tener diferentes interpretaciones en relación con el art. 31:

- Interpretación absoluta: algunos autores rechazan la utilización del decreto ley, siguiendo una interpretación
literal del art. 86.1 CE, para la creación o cualquier modificación de los tributos
- Interpretación relativa:
o 1er Grado  otros autores matizan el alcance de la prohibición del art. 86.1 CE conectando esta
última con el principio de reserva de ley del art. 31.1 CE, defendiendo que el ámbito vedado al
decreto ley se limita a la creación ex novo de tributos y a la regulación de los elementos esenciales
de los mismo, de manera que el decreto ley sólo podría regular los aspectos tributarios no
amparados por la reserva de ley.
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o 2do Grado una tercera posición doctrinal defiende la posibilidad de que el decreto ley regule
algún ámbito de la materia tributaria, al entender que para determinar el alcance de lo vedado al
decreto ley hay que ponerlo en relación con el deber de contribuir que recoge el art. 31.1 C, y no con
el principio de reserva de ley.

La jurisprudencia del TC sigue actualmente esta tercera postura. La STC 182/1997 ha significado el cambio de
postura, al considera que los límites al decreto ley vendrán fijados únicamente por la regulación sustantiva del deber
de contribuir, en definitiva, por el calado cuantitativo y cualitativo de las modificaciones, de manera que no será
admisible introducir mediante decreto ley una innovación tributaria que afectara a su esencia. El TC señala como
límite: “cualquier intervención o innovación normativa que, por su entidad cualitativa o cuantitativa, altere
sensiblemente la posición del obligado a contribuir según su capacidad económica en el conjunto del sistema
tributario”.

El Decreto Ley, por tanto, puede regular materia tributaria, incluso elementos esenciales, siempre y cuando no
afecte a la regulación sustancial del deber de contribuir, en término sistémicos, es decir, estamos hablando de la
repercusión en términos generales sobre todo el sistema.

EXAMEN: ¿la modificación del hecho imponible del IRPF a través del decreto ley es inconstitucional?  la cuestión
principal es si por afectar al elemento esencial del tributo, como es el hecho imponible, afecta al deber de
contribuir? en este caso si porque estamos ante el tributo más importante. Por tanto, si afectamos a un elemento
esencial de este tributo tan importante afectamos indudablemente al deber de contribuir, cosa que está prohibida
por el art. 31 CE a los decretos leyes.

Con respecto al papel del decreto ley en materia presupuestaria, presenta una problemática distinta que se ciñe
fundamentalmente al ámbito de los PGE. La imposibilidad de regular esta materia mediante decreto ley no deriva de
la cláusula restrictiva establecida en el art. 86.1 CE, sino de la competencia para su regulación, que viene atribuida
exclusivamente a las Cortes -al poder legislativo- por las normas constitucionales. Tanto en el art. 134.1 como el 66.2
CE, se atribuye a las Cortes la competencia para el examen, enmienda y aprobación de los PGE, por lo que no cabe,
en ningún caso su regulación mediante decreto-ley en esta materia, si bien es cierto que se utiliza con alguna
frecuencia para llevar a cabo modificaciones concretas de los Presupuestos, así como para precisar el alcance de la
prórroga presupuestaria.

Ahora bien, sí que puede regular materia presupuestaria concreta. Se puede, por tanto, aprobar un crédito
extraordinario para situaciones de extraordinaria y urgente necesidad para situaciones imprevistas en la ley
presupuestaria.

Decretos Legislativos

No hay peculiaridades destacables respecto a la utilización del decreto legislativo en materia financiera. Únicamente
señalar que, como consecuencia de la exclusión de esta fuente para regular materias que deben ser objeto de ley
orgánica, no cabe la delegación legislativa respecto de las dos siguientes:

1. La composición, organización y funcionamiento del Tribunal de Cuentas (art. 136.4 CE  reserva de LO)
2. La determinación de las competencias financieras asumidas por las CCAA (art. 157.3 CE  reserva de LO)

La legislación delegada tampoco es aptar para regular las leyes anuales de PGE. No obstante, sí cabe la regulación
general de la materia presupuestaria, como lo pone de manifiesto el RDL 2/2007 por el que se aprobó el texto
refundido de la Ley General de Estabilidad Presupuestaria (derogado).

 Normativa de desarrollo: Reglamentos, órdenes ministeriales.

Reglamento Tributario (art. 7.1, e) LGT)

Art. 7. Fuentes del ordenamiento tributario

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“1. Los tributos ser regirán:

e) Por las disposiciones reglamentarias dictadas en desarrollo de las normas anteriores y, específicamente en
el ámbito tributario local, por las correspondientes ordenanzas fiscales.

En el ámbito de competencias del Estado, corresponde al Ministro de Hacienda dictar disposiciones de


desarrollo en materia tributaria, que revestirán la forma de orden ministerial, cuando así lo disponga expresamente
la ley o reglamento objeto de desarrollo. Dicha orden ministerial podrá desarrollar directamente una norma con
rango de ley cuando así lo establezca expresamente la propia ley.”

Puede existir un reglamento tributario dentro del ámbito no reservado a la ley y con una lógica de ejecución de una
norma previa, normalmente superior. Por tanto, estaríamos ante reglamentos de ejecución, inferiores
jerárquicamente a la ley en base al principio de legalidad.

Las ordenanzas municipales  las disposiciones reglamentarias de las Corporaciones Locales referidas a la materia
financiera son unas potestades consecuentes con el principio de autonomía reconocido a las mismas en los arts. 137
6 142 CE, y se ejerce a través de las ordenanzas. El art. 7.1.e) LGT hace una referencia expresa a estas ordenanzas
fiscales, como disposiciones reglamentarias en materia tributaria. Debe advertirse que, al carecer las Corporaciones
Locales de potestad legislativa, las ordenanzas tienen su fundamento o habilitación concreta en normas con rango de
ley; y que en la actualidad, esta habilitación se establece, para la generalidad de las Corporaciones Locales a
excepción de las pertenecientes al País Vasco y Navarra, en el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas
Locales de 5 de marzo de 2004. En él se contempla la posibilidad de dictar ordenanzas reguladoras tanto de aspectos
sustantivos como formales de los tributos locales. Respecto a las distintas fuentes del tributo (categoría que designa
tres figuras: impuesto, tasa y contribución especial), la LHL establece un listado con diferentes tributos que pueden
llevarse a cabo por el municipio o la entidad local mediante una ordenanza municipal:

- Tasas y contribuciones (art. 57 y 58 LHL)

El legislador tiene una mayor posibilidad de escoger que tasas y contribuciones imponer, puesto que existe un
listado establecido en la LHL.

Artículo 57. Tasas.

Los ayuntamientos podrán establecer y exigir tasas por la prestación de servicios o la realización de actividades de su
competencia y por la utilización privativa o el aprovechamiento especial de los bienes del dominio público municipal,
según las normas contenidas en la sección 3.ª del capítulo III del título I de esta ley.

Artículo 58. Contribuciones especiales.

Los ayuntamientos podrán establecer y exigir contribuciones especiales por la realización de obras o por el
establecimiento o ampliación de servicios municipales, según las normas contenidas en la sección 4.ª del capítulo III
del título I de esta ley.

- Impuestos: obligatorios/potestativos y modificar elementos (art. 59 LHL).

Artículo 59. Enumeración de impuestos.

1. Los ayuntamientos exigirán, de acuerdo con esta ley y las disposiciones que la desarrollan, los siguientes
impuestos:

a) Impuesto sobre Bienes Inmuebles.

b) Impuesto sobre Actividades Económicas. IMPUESTOS OBLIGATORIOS

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c) Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica.

2. Asimismo, los ayuntamientos podrán establecer y exigir el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y
Obras y el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, de acuerdo con esta ley, las
disposiciones que la desarrollen y las respectivas ordenanzas fiscales.

Estos últimos, si no se establecen mediante ordenanzas municipales, no podrán ser exigidos en el municipio.

¿La ordenanza municipal regula los elementos esenciales del tributo?  SI, cuando una ley se lo permita. Existe un
tipo de reglamento que entra en los elementos esenciales del tributo que es la ordenanza municipal.

Las órdenes ministeriales  como regla general, no tiene un valor reglamentario. Tiene fuerza normativa, ya que es
capaz de aplicarse a terceros, ahora bien, para que una orden ministerial sea reglamento, es necesario que una ley o
reglamento previo establezca esta posibilidad. Esto es que tiene una fuerza normativa restrictiva (art. 7.1. e) LGT).

¿la orden ministerial es fuente del derecho?  Art.7 afirma su carácter reglamentario, pero tiene una visión
restrictiva. Para que sea reglamento es necesario que una ley o reglamento expresamente se remita a ella. Por lo
tanto, la orden ministerial es fuente de derecho cuando una ley o un reglamento se remite expresamente a ella.
¿cabe una remisión tacita?  NO. Para que sea una norma reglamentaria ha de ser expresa y si no tendrá un valor
interpretativo no normativo, estamos hablando de una idea jerárquica, sí que es vinculante, pero para los
funcionarios u órganos de las cuales depende.

Tiene un valor interpretativo, que obliga únicamente a los funcionarios subordinados a quien lo dicta, es decir,
fuerza jerárquica (art. 12.3 LGT)

Artículo 12. Interpretación de las normas tributarias

“3. En el ámbito de las competencias del Estado, la facultad de dictar disposiciones interpretativas o aclaratorias de
las leyes y demás normas en materia tributaria corresponde al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas y a
los órganos de la Administración Tributaria a los que se refiere el artículo 88.5 de esta Ley.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por el Ministro serán de obligado cumplimiento para todos
los órganos de la Administración Tributaria.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por los órganos de la Administración Tributaria a los que se
refiere el artículo 88.5 de esta Ley tendrán efectos vinculantes para los órganos y entidades de la Administración
Tributaria encargados de la aplicación de los tributos.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias previstas en este apartado se publicarán en el boletín oficial que
corresponda.

Con carácter previo al dictado de las resoluciones a las que se refiere este apartado, y una vez elaborado su texto,
cuando la naturaleza de las mismas lo aconseje, podrán ser sometidas a información pública.”

Una orden ministerial puede tener contenido donde si exista una habilitación legal y esto sea un reglamento, y por
otra parte un contenido no habilitado por una ley anterior que solo se aplique en forma jerárquica a los
subordinados y que no tiene fuerza ante terceros.

 Disposiciones no normativas.

Esto ya no es fuente del derecho, pero tienen importancia en el ámbito tributario.

Circulares, instrucciones y resoluciones (art. 12.3 LGT)

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En el ámbito tributario, es una tarea esencialmente administrativa, pero lo que sucede es que quien interpreta las
normas por regla general y en primera instancia es el contribuyente. El ciudadano es el encargado de aplicar y
ejecutar las normas en primera instancia, siendo después la administración quien las aplicará más tarde en caso
contrario. Esta es una gran responsabilidad para el contribuyente, y por esta razón la administración lleva a cabo una
tarea de interpretación y acompañamiento para estos. Estos mecanismos son las circulares, instrucciones y
resoluciones. Son disposiciones emitidas por los órganos superiores de la AAPP, con la única finalidad de dirigir la
actividad de los órganos y funcionarios que les están subordinados al interpretar y aplicar el derecho positivo.

La administración, cuando existe una duda sobre la interpretación de una norma, emite uno de estos mecanismos
dirigido a los funcionarios jerárquicamente dependientes de la administración que la ha emitido. Ahora bien, a los
ciudadanos no les obligan estas circulares, instrucciones y resoluciones al no ser normas con rango de ley.

La finalidad de estos mecanismos son dar coherencia interna a la hora de entender el ordenamiento jurídico. Tienen
una eficacia jerárquica ad intra pues los funcionarios dependientes tienen que acatarla. Asimismo, su finalidad es
homogeneizar prácticas y que la administración actúe de forma unitaria.

Si una circular contiene algo que nos favorece, ¿puedo obligar a la administración a que la aplique?  Sería
arbitrario que se separara de lo que dice la circular en mi favor a no ser que estuviera motivada esa decisión de no
seguirla en mi caso (art. 9.3 CE).

Resoluciones de consultas (art. 88 y 89 LGT)

Las consultas tributarias aparecen reguladas en los arts. 88 y 89 LGT y 65 a 68 del RGGIAT y se pueden describir
como las peticiones realizadas a la Administración para que se pronuncie sobre determinadas cuestiones tributarias
que afectan a quienes las plantean, y que debe contestar interpretando las normas tributarias aplicable a un
supuesto concreto. Las contestaciones a las consultas contienen, en definitiva, una interpretación autorizada que,
sin embargo, no pueden equipararse a la contenida en las disposiciones generales interpretativas o aclaratorias del
art. 12.3 LGT, ya que estas se diferencian de las consultas por su generalidad y publicidad.

La consulta es, por tanto, una facultad de la que disponen los administrados para conocer el criterio de la
Administración respecto de la aplicación de normas fiscales a determinadas operaciones o situaciones concretas. El
objeto de la consulta puede referirse al régimen, clasificación o calificación tributaria que corresponde a un supuesto
concreto. En definitiva, la resolución de una consulta no es un acto administrativo.

Según dispone el art. 88.2 LGT, las consultas deben formulares antes de finalizar el plazo establecido para el
ejercicio de derechos, la presentación de declaraciones o autoliquidaciones o el cumplimiento de otras obligaciones
tributarias, sin que la presentación de la consulta interrumpa los plazos señalados en las normas tributarias para el
cumplimiento de dichas obligaciones. La Administración debe contestar por escrito las consultas formuladas en el
plazo de 6 meses desde su presentación, sin que la falta de contestación en dicho plazo implique aceptación de los
criterios expresados, en su caso, por el consultante en el escrito de la consulta, ni se prevea ninguna responsabilidad
para la Administración si no responde en el plazo.

El consultante no está obligado a seguir la interpretación manifestada por la Administración en la contestación a la


consulta formulada, puesto que dicha contestación es una opinión o manifestación de juicio por parte de la
Administración tributaria, si bien, como se desprende de lo previsto en el art. 179.2.d) LGT cuando el obligado
tributario ajusta su actuación a la manifestado por la Administración en la contestación a la consulta, quedará
exonerado de responsabilidad por infracción tributaria. Asimismo, no interrumpirá los plazos señalados en la norma
para el cumplimiento de las obligaciones tributarias ni los obligados podrán interponer recurso alguno contra la
misma, sin perjuicio de que lo puedan hacer contra el acto administrativo dictados de acuerdo con los criterios
manifestados en ella.

El principal efecto de las contestaciones para la Administración tributaria es que tendrán carácter vinculante, de tal
modo que resultará obligado a aplicar los criterios expresados en las mismas, siempre y cuando se cumplan estos
requisitos:
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a. Que las consultas se hayan formulado en el plazo y la forma previsto en la LGT


b. Que no se hayan alterado las circunstancias, antecedentes y demás datos recogidos en el escrito de la demanda
c. Que no se haya modificado la legislación o la jurisprudencia del TC o del TS aplicable al caso

Hay que señalar también que las contestaciones a las consultas tributarias tendrán efecto vinculante para los
órganos de la Administración tributaria no sólo en relación con el consultante, sino erga omnes, es decir, también
con respecto a los demás obligados tributarios, siempre que exista identidad de razón entre el supuesto planteado
en la práctica y el resuelto en la contestación a la consulta.

En ningún caso la contestación tendrá efecto vinculante respecto a cuestiones relacionadas con procedimientos,
recursos o reclamaciones iniciados con anterioridad al planteamiento de la consulta.

 Análisis art. 88 y 89 LGT

¿Cuándo una resolución de una consulta tiene efectos vinculantes?  art. 88.2 y art. 89.1: cuando se formulen antes
de la finalización del plazo establecido para el ejercicio de derechos, la presentación de declaraciones o
autoliquidaciones o el cumplimiento de otras obligaciones tributarias.

¿Tienen efectos respecto de terceros? ¿Es fuente de derecho?  Los órganos de la Administración tributaria
encargados de la aplicación de los tributos deberán aplicar los criterios contenidos en las consultas tributarias
escritas a cualquier obligado, siempre que exista identidad entre los hechos y circunstancias de dicho obligado y los
que se incluyan en la contestación a la consulta. Ahora bien, no es fuente de derecho, pero es una situación
anómala, pues no es un acto administrativo, pero tiene una eficacia erga omnes ante terceros.

¿Cuánto dura la vinculación?  En tanto no se modifique la legislación o la jurisprudencia aplicable al caso, se


aplicarán al consultante los criterios expresados en la contestación, siempre y cuando la consulta se hubiese
formulado en el plazo al que se refiere el apartado 2 del artículo anterior y no se hubieran alterado las
circunstancias, antecedentes y demás datos recogidos en el escrito de consulta.

¿Puede impugnarse una consulta desfavorable?  La contestación a las consultas tributarias escritas tendrá carácter
informativo y el obligado tributario no podrá entablar recurso alguno contra dicha contestación. Podrá hacerlo
contra el acto o actos administrativos que se dicten posteriormente en aplicación de los criterios manifestados en la
contestación.

 Derecho supletorio

Su finalidad es superar las lagunas que pueden darse en la legislación financiera y tributaria. El fundamento,
asimismo, es la idea de que estamos ante un ordenamiento unitario sin lagunas.

Respecto del derecho tributario, no se establece una prelación. El art. 7.2 LGT habla de las disposiciones generales de
Derecho Administrativo. Ahora bien, puede que el derecho administrativo no sea aplicable. Además, los preceptos
de Derecho Común también se aplican supletoriamente, incluido el derecho privado. Esto, por ejemplo, se da en el
impuesto de sucesiones, puesto que la legislación tributaria no define que es una herencia y para ello habremos de
acudir al derecho privado.

Artículo 7. Fuentes del ordenamiento tributario

“2. Tendrán carácter supletorio las disposiciones generales del derecho administrativo y los preceptos del derecho
común.”

Respecto al derecho presupuestario, si se establece una prelación y se recoge en el art. 4.3 LGP.

Artículo 4. Régimen jurídico aplicable

“3. Tendrán carácter supletorio las demás normas de derecho administrativo y, en su defecto, las normas de derecho
común.”

 Codificación
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En el derecho tributario, el primer elemento codificador fue la Ordenanza alemana de 1919. En España aparece en
1963: LGT. Nuestra primera ley general de derecho presupuestario es de 1977.

En cuanto a la codificación tributaria en el estado español, hay una parte general que se desarrolla en la LGT 58/2003
y se complemente con una serie de reglamentos (puesto que pueden regular materia tributaria, básicamente los
procedimientos) y una parte especial donde hay una pluralidad de leyes de cada tributo como la ley del IRPF, por
ejemplo.

En cuanto a la codificación presupuestaria, encontramos la LGP 47/2003.

 Actividades Lección 2

0. La bifurcación del principio de legalidad financiera…

Garantía individual  Para preservar derechos fundamentales – en nuestro caso el derecho a la propiedad-

Garantía colectiva  la idea de auto imposición, es decir, que la sociedad decida sobre el grado de imposición

Garantía formal  existe un procedimiento y unos órganos específicos de poder

1.Razona la respuesta a las siguientes cuestiones:

a) La orden ministerial tiene fuerza normativa.

Si, siempre y cuando así lo habilite una ley o reglamento anterior de forma expresa. En caso contrario, sería una
disposición no normativa con efectos interpretativo, jerárquico, etc.

b) La consulta tributaria siempre vincula a la Administración que la dicta.

No, no siempre es vinculante, puesto que depende del plazo. Si se realiza pasado el plazo, no vincula a la
administración.

c) Las circulares obligan a los particulares.

No, nunca. Ahora bien, si hay una circular administrativa, el funcionario de la administración lo va a resolver de una
determinada manera, pero porque le vincula al funcionario en función y no al particular.

2. Identifica la respuesta más precisa para la cuestión ¿Un Decreto ley puede establecer un tributo?

a) Siempre que lo autorice una ley


b) Siempre que no regule los elementos esenciales del tributo
c) Si, pues posee rango legal
d) Si, pero no puede contener una regulación sustantiva del deber de contribuir

3. Identifica la respuesta más precisa para la cuestión. Los Tratados Internacionales

a) No son fuente de Derecho Tributario


b) Son fuente de Derecho Tributario según ratifica el art. 7 de la LGT.
c) Sólo son fuente de Derecho Presupuestario.
d) Complementan el ordenamiento jurídico tal y como afirma el art. 1 del Cc.  es la jurisprudencia reiterada
del TS la que completa el ordenamiento jurídico.

4. Identifica la respuesta más precisa para la cuestión. Las Leyes orgánicas

a) No aparecen en la relación de fuentes del art. 7 de la LGT.


b) El art. 81 CE no establece una reserva expresa en materia tributaria a las LO.

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c) Su rango jerárquico es superior a la ley.


d) Sólo existen dos LOs en materia tributaria

3.- Aplicación e interpretación de las normas financieras.

 La eficacia de las normas en el tiempo y en el espacio: la doble imposición internacional

Eficacia en el tiempo (art. 10)

Introducción

La naturaleza de la norma tributaria es importante, porque va a permitir una interpretación y eficacia distinta en
función de estos elementos.

A la norma tributaria siempre se le ha visto como un tipo de sanción, es decir, como una norma limitativa de
derechos, en concreto, el de la propiedad. Si es, por tanto, una norma limitativa de derechos se ha de interpretar a
su vez de forma restrictiva y prohibiría la retroactividad. Esta visión no permitiría la analogía y prohibiría la
retroactividad a peor. Ahora bien, esto no es así. El valor de contribuir es un valor positivo para la sociedad, a través
de la solidaridad de los ciudadanos que conviven en un determinado territorio. Por tanto, la norma tributaria no es
solamente una norma restrictiva de derechos sino también una norma positiva.

La norma tributaria es una norma ordinaria que no es sancionadora, y por tanto se ha de aplicar con unos criterios
generales, porque tiene una dimensión positiva y otra negativa, cosa que es consustancial a cada norma. Además, la
CE establece un deber fundamental de sufragar los gastos del estado mediante tributos (deber de contribuir).

La aplicación de las normas jurídicas a las situaciones de la vida real exige básicamente la concurrencia de tres
requisitos:

a. Han de prever o contemplar esa situación de la vida real


b. Han de estar vigentes en el momento en que se produce tal situación
c. Han de estar vigentes en el lugar donde se produce la situación

En definitiva, una norma será aplicable a una situación concreta cuando, además de contemplarla, esté vigente en un
momento y lugar en que se produce tal situación.

Vigencia

Con relación a la entrada en vigor de las normas tributarias, el art. 10.1 de la LGT reitera lo establecido en el CC,
indicando que la misma se producirá “a los veinte días naturales de su completa publicación en el boletín oficial que
corresponda (vacatio legis), si en ellas no se dispone otra cosa”. Sin embargo, a la vista de los frecuentes mandatos
específicos que al respecto contemplan las normas tributarias, en el sentido, sobre todo de que su entrada en vigor
se produce al día siguiente de su publicación, hay que decir que el mencionado percepto del CC tiene carácter
subsidiario y se aplica en las pocas ocasiones en que dichas normas no prevén su inmediata entrada en vigor.

Por su parte, las normas relativas al gasto público entran en vigor conforme a lo previsto en el derecho común, a la
vista de la remisión al mismo del art. 4.3 de la LGP, por lo que resultaría también aplicable el art. 2.1 CC, que como se
ha dicho establece la entrada en vigor de las normas a los 20 días de su publicación. No obstante. Las leyes de
presupuestos suelen entrar en vigor el 1 de enero de cada año, como se desprende de lo establecido en el art. 34.1
LGP, con independencia de que su publicación se produzca en los últimos días del mes de diciembre anterior.

El fin de su vigencia se puede dar por el transcurso del tiempo a través de una expresión legal, o por una derogación
de una norma con rango de ley posterior. En este último caso, la LGT recoge en el art. 9.2 que sólo podrá derogarse
una norma anterior cuando la norma con rango legal posterior así lo disponga expresamente. La derogación tácita
solamente se da cuando existe una incompatibilidad entre la nueva ley y la anterior, a tenor del art. 2.2 C.c.

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Retroactividad

La idea de la retroactividad la tenemos que entender en un criterio habitual a otras normas. La norma tributaria, en
principio, no es retroactiva, aunque puede serlo si así lo recoge expresamente.

El art. 10.2 LGT dispone que: “salvo que se disponga lo contrario, las normas tributarias no tendrán efecto retroactivo
y se aplicarán a los tributos sin período impositivo devengado a partir de su entrada en vigor y a los demás tributos
cuyo período impositivo se inicie desde ese momento”.

Ahora bien, la retroactividad no es un efecto “bueno”, porque afecta a la seguridad jurídica que puede ser una
manifestación de la arbitrariedad de los poderes públicos. También, eso sí, en el ámbito tributario, tiene un valor
negativo porque tiene que aquilatarse con otros principios, siendo de los más importantes el de la capacidad
económica.

¿siempre que lo diga expresamente se admite la retroactividad?  NO, porque tiene unos límites:

- La seguridad jurídica, arbitrariedad.


- La capacidad económica.

El art. 9.3 de la CE circunscribe la irretroactividad exclusivamente a “las disposiciones sancionadoras no favorables o


restrictivas de derechos individuales”, disposiciones entre las que no pueden incluirse las de carácter tributario,
como expresamente ha reconocido el TC. Así pues, la opinión contraria a la retroactividad de las normas tributarias,
que se fundamentó históricamente en su consideración como normas de naturaleza sancionadora y, por lo tanto,
aplicable como a éstas el principio de irretroactividad, es hoy un argumento que no puede sostenerse.

Como cuestión práctica encontramos la STC 182/1997, en la cual el tribunal clasifica la retroactividad en función de
varios grados:

 Máxima

El hecho se ha realiza de manera concreta y se muta su régimen jurídico. En vez de aplicar la norma que se
correspondería, se aplica otra. Este grado de retroactividad está prohibida por afectar a la seguridad jurídica y a la
capacidad económica

 Media o impropia

Se aplica a situaciones de hecho no acabadas en el momento de aplicar la norma.

Por ejemplo, el IRPF tiene un momento inicial del cómputo y un momento final (periodo impositivo) siendo al final
de este último periodo cuando se da el nacimiento de la obligación de pagar lo que se denomina como “devengo”,
aunque no es exigible hasta mediados del año siguiente, que es cuando se da la autoliquidación y se ha de llevar a
cabo el pago obligatoriamente. Si a mediados, por ejemplo, de septiembre se elimina la deducción de los planes de
pensiones, se estaría aplicando de forma retroactiva para los meses anteriores (enero  mediados de septiembre).

En este caso, el TC ha establecido que el IRPF termina el día 31 de diciembre, y al no haber finalizado el periodo
impositivo, es posible esta retroactividad impropia, porque el hecho no ha finalizado. Si este cambio legislativo se da
el día 1 de enero, no es posible la aplicación retroactiva al año anterior, porque el periodo impositivo ya ha
finalizado.

La ultraactividad

Una última consideración de interés y transcendencia práctica es que el fin de la vigencia de una Ley no debe
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confundirse con el cese total de sus efectos. Téngase en cuenta que las normas aplicables a los tributos son las vigentes

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en el momento del devengo, esto es, las que estuvieran vigentes cuando se produjo la situación gravada, aunque
dichas normas hayan sido posteriormente derogadas. Esta prolongación de los efectos de la normas más allá del
momento de su derogación es lo que se conoce como ultraactividad de la norma jurídica. Se da, sobre todo, para
proteger derechos adquiridos.

Eficacia en el tiempo de las normas presupuestaria

La entrada en vigor de la ley presupuestaria está prevista para el 1 de enero según lo recoge el art. 34.1 LGP. Ahora
bien, puede haber una ley de presupuestos de junio, por ejemplo, a través de la prórroga de la ley de presupuestos
anterior.

La vigencia de esta ley es de 1 año (art. 134.2 CE), siempre y cuando no se prorrogue. Esta prórroga es automática si
el día 31 de diciembre no se aprueban unos nuevos presupuestos (art. 134.4 CE).

Normas sancionadoras y gravámenes

Las normas sancionadoras tienen una lógica punitiva, pues no se basa en la capacidad económica, sino que se
fundamentan en un motivo punitivo. Por ello, tienen una lógica distinta en cuanto a su vigencia.

Por mor del art. 9.3 CE, las infracciones y sanciones tributarias serán irretroactivas salvo cuando resulten más
favorables para los interesados. A este respecto, el segundo párrafo del art. 10.2 LGT señala que: “las normas que
regulen el régimen de infracciones y sanciones tributarias y el de los recargos tendrán efectos retroactivos respecto
de los actos que no sean firmes cuando su aplicación resulte más favorable para el interesado”. De este precepto se
desprende que las normas referidas a infracciones y sanciones tributarias solamente pueden ser retroactivas cuando
son más favorables al interesado y afecte resoluciones no firmes, es decir, el límite de esta retroactividad se
encuentra en la firmeza de la resolución, pues estaríamos ante una sanción ya inamovible.

Cuando existe el “rumor” de que estas normas puedan cambiar, lo más aconsejable es recurrir, puesto que de esta
forma la firmeza administrativa de la resolución tardará más.

Por otra parte, no son retroactivas las sanciones y recargos si son perjudiciales (art. 9.3 CE). Es decir, estamos en un
ámbito punitivo, de restricción de derechos, en el cual se introduce un nuevo concepto: recargo, el cual es un cargo
adicional que se aplica a un principal, normalmente una deuda. Los recargos tienen dos lógicas:

1. No haber ingresado en el plazo legal,

2. Haber intentado dejar de pagar un impuesto (tentativa).

Ahora bien, un recargo no es una sanción, puesto que no sigue la lógica punitiva, sino que se basa en la capacidad
económica, aunque se le aplique la misma lógica en cuanto a la retroactividad que las sanciones.

Eficacia en el espacio (art. 11 LGT)

Los criterios de aplicación espacial de las normas tributarias se dan entre:

 Entre diferentes Estados


 Entre Estado y CCAA

La LGT recoge los criterios subsidiarios, puesto que los criterios generales de cada tributo estarán en la ley propia de
cada uno.

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Artículo 11. Criterios de sujeción a las normas tributarias.

“Los tributos se aplicarán conforme a los criterios de residencia o territorialidad que establezca la ley en cada caso.
En su defecto, los tributos de carácter personal se exigirán conforme al criterio de residencia y los demás tributos
conforme al criterio de territorialidad que resulte más adecuado a la naturaleza del objeto gravado.”

Este artículo pone de manifiesto su carácter subsidiario frente a las normas reguladoras de cada tributo a la vez que
prevé que, cuando éstos no indiquen nada, hay dos criterios o puntos de conexión entre el territorio de aplicación
de las normas tributarias y la situación o presupuesto de hecho contemplado en las mismas:

a. Criterio de territorialidad  tiene carácter general. Puede decirse que las normas tributarias se aplicarán -o lo
que es lo mismo, desplegarán su eficacia- a todas las situaciones que se produzcan o acontezcan dentro del
territorio del ente público de que se trate.
b. Criterio de residencia  para los tributos de carácter personal (IRPF, Impuesto de Sociedad, etc.). Cuando se
trate de tributos de naturaleza personal, esto es, aquellos cuyo hecho imponible se refiere a personas como es el
caso del IRPF, la sujeción al respectivo impuesto afectará a los residentes en el territorio español, incluso si su
situación no acontece en el mismo territorio (por ejemplo obtención de un rendimiento en el extranjero por
parte de un empresario residente en España).

La idea de la residencia ha venido a suplantar la idea de la nacionalidad, puesto que el IRPF, por ejemplo, no se aplica
por el criterio de la nacionalidad, sino por el criterio de la permanencia en el territorio (residencia), siendo éste un
criterio más fáctico que el de la nacionalidad.

Una de las grandes cuestiones es la ubicación y desubicación de un Estado en función de lo gravosa que sea la
imposición tributaria de cada país. Se puede desubicar tanto a nivel de Estados como a nivel interno entre CCAA.

Las Leyes de Presupuestos son vigentes en el territorio español, que es donde se puede llevar a cabo y aplicar.

Doble imposición internacional

Se entiende por doble imposición el hecho de que una misma renta esté sujeta a dos o más tributos que sean
similares, en general a dos impuestos y más concretamente y en particular, a dos impuestos sobre la renta. Puede
producirse en el mismo país o como consecuencia de la colisión entre las normas de dos países distintos, en cuyo
caso esa doble imposición pasa a llamarse doble imposición internacional.

La doble imposición internacional es un gravamen plural de un mismo obligado, en base a la misma capacidad
económica, sobre el mismo objeto y en el mismo tiempo.

La doble imposición internacional es una cuestión para evitar, ya que limita la libre circulación y la capacidad
económica, aunque no está prohibida, pudiéndose evitar a través de medidas unilaterales (un propio Estado limita la
tributación a un umbral determinad), bilaterales o multilaterales (tratados internacionales).

Las medidas para evitar la doble imposición jurídica internacional, o que al menos reduzcan sus efectos parte de que
se hayan tomado medidas legales al efecto y que básicamente parten de tres supuestos concretos, a saber:

i. El Estado de forma unilateral minora o evita esta doble imposición que afecta a sus ciudadanos o personas
residentes al ser gravados excesivamente.
ii. Varios Estados acuerdan normas o tratados para armonizar sus leyes o en su caso para eliminar, evitar o
minimizar la doble imposición internacional.
iii. Dos Estados acuerdan un tratado para regular la tributación que afecte a sus ciudadanos o residentes en
cualquiera de los dos países. Son los comúnmente conocidos como Convenio de Doble Imposición (véase
"convenio de doble imposición").

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Doble imposición interna

El principio general de la doble imposición interna es que no está prohibida (por ejemplo, en los hidrocarburos se
paga el precio + el impuesto especial sobre hidrocarburos y también el IVA sobre ambos).

Existe una doble imposición prohibida en el ordenamiento jurídico y explica la distribución de competencias
normativas en materia tributaria. La LO de Financiación de las CCAA establece en el art. 6 una prohibición de la doble
imposición entre tributos del Estado y de las CCAA. Ahora bien, permite al Estado, en caso de que exista un tributo
de las CCAA, el crear un tributo idéntico siempre que compense a la CA. La prevalencia, vemos, que es del Estado,
porque si éste crea un tributo sobre uno existente de la CA, el de ésta última desaparece y el Estado habrá de
compensar a la CA por la pérdida que la ha supuesto.

Artículo 6 LOFCA:

“Dos. Los tributos que establezcan las Comunidades Autónomas no podrán recaer sobre hechos imponibles gravados
por el Estado. Cuando el Estado, en el ejercicio de su potestad tributaria originaria establezca tributos sobre hechos
imponibles gravados por las Comunidades Autónomas, que supongan a éstas una disminución de ingresos,
instrumentará las medidas de compensación o coordinación adecuadas en favor de estas.”

Es una herramienta para limitar la capacidad normativa de las CCAA. La justificación es, entre otras, la armonización
fiscal.

Lo que no se prohíbe es la doble imposición del Estado entre dos impuestos de éste. Tampoco existe ninguna
prohibición de la doble imposición entre los impuestos del Estado y tributos de los entes locales.

 Proceso de aplicación: interpretación, calificación y analogía (integración)

Interpretación (art. 12 LGT)

Interpretar es dar sentido a una norma para ser aplicada a un contexto.

Artículo 12. Interpretación de las normas tributarias.

1. Las normas tributarias se interpretarán con arreglo a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 3 del Código Civil.

Art. 3.1 C.c.  Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto,
los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo
fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas.
Para la aplicación de estos criterios generales de interpretación de las normas jurídicas a las normas financieras
no debe desconocerse la importancia que tiene la dimensión económica de estas últimas, si bien este criterio
económico debe entenderse comprendido en la interpretación teleológica que habrá de tener en consideración
primordial el principio de capacidad económica.

2. En tanto no se definan por la normativa tributaria, los términos empleados en sus normas se entenderán
conforme a su sentido jurídico, técnico o usual, según proceda.

El contenido de este precepto supone una remisión a lo que las normas prevean en cada caso respecto al sentido
que deba darse a sus términos: jurídico (por ejemplo, el término “tabaco” tiene un significado ad hoc en el
Código alimentario, considerándosele un alimento); técnico (por ejemplo, en la Ley de Impuestos Especiales se
hace una clasificación de las clases de tabaco que se ajusta a sus características “técnicas”); o usual (por ejemplo,
cuando el tabaco es tomado en ese sentido en el art. 91.Uno.1.1º de la Ley del IVA).

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3. En el ámbito de las competencias del Estado, la facultad de dictar disposiciones interpretativas o aclaratorias de
las leyes y demás normas en materia tributaria corresponde al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas y
a los órganos de la Administración Tributaria a los que se refiere el artículo 88.5 de esta Ley.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por el Ministro serán de obligado cumplimiento para todos
los órganos de la Administración Tributaria.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por los órganos de la Administración Tributaria a los que se
refiere el artículo 88.5 de esta Ley tendrán efectos vinculantes para los órganos y entidades de la Administración
Tributaria encargados de la aplicación de los tributos.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias previstas en este apartado se publicarán en el boletín oficial que
corresponda

El ministro también puede interpretar las normas, puesto que puede elaborar normas interpretativas. Estas
normas solo vinculan de forma jerárquica a los funcionarios que de él dependan y su finalidad es aunar
criterios aplicativos.

Calificación (art. 13 LGT)

La calificación trata de dar una “vestimenta jurídica” a una realidad fáctica. Según el TS (STS de 13 de enero de 2011)
calificar consiste en: “caracterizar en términos jurídicos una situación fáctica para reconducirla a alguna de las
categorías tipificadas en las normas tributarias; en otras palabras, consiste en fijar los hechos realmente acaecidos
para compararlos con la hipótesis abstracta prevista en la norma”. Y para proceder a la calificación adecuada, el art.
13 LGT opta prescribiendo al respecto que:

Artículo 13. Calificación.

“Las obligaciones tributarias se exigirán con arreglo a la naturaleza jurídica del hecho, acto o negocio realizado,
cualquiera que sea la forma o denominación que los interesados le hubieran dado, y prescindiendo de los defectos
que pudieran afectar a su validez.”

De este artículo se desprende que los criterios son jurídicos. Asimismo, no pueden ser arbitrarios y para ellos se basa
en dos criterios:

A. Un primer criterio es que los pactos se basan en lo que son y no en su denominación o forma. Es decir, que, si se
negocia un arrendamiento bajo el nombre de compraventa, se habrá de tributar por el arrendamiento sin
importar la denominación.
B. Existe otro criterio, en el ámbito tributario, que consiste en que, si existen defectos negociales, estos no tienen
relevancia a efectos tributarios. Esto es que, a pesar de que un negocio sea declarado nulo, se aplicarán las
normas tributarias igualmente.

El fundamento de estos criterios es que la voluntad de las partes no module la obligación tributaria.

Existe un caso especial que es el de los Préstamos  las donaciones sí que tributan, mientras que los préstamos no.
Por ende, entre padres e hijos, por ejemplo, si se lleva a cabo un préstamo, este no habrá de tributar, mientras que si
se dona la misma cantidad de dinero, habrá de tributar sobre ello.

Integración -analogía-

La integración se describe por la doctrina como “el proceso lógico consistente en determinar cuál hubiera sido la
voluntad del legislador y hubiera previsto un supuesto que no ha tenido en cuenta”. De todo ello se desprende que la
integración se produce solamente cuando existe un vacío normativo que debe cubrirse para la solución de un
supuesto concreto, y las formas de cubrirlo pueden ser dos, de acuerdo con la teoría general del Derecho: el empleo
de la analogía y el recurso a los principios generales del Derecho. Pero en rigor se trata, metodológicamente, del
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mismo

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proceso, ya que la analogía es un método consistente en la obtención de los principios contenidos en la norma que
contempla un determinado supuesto, para aplicarlos a otro no regulado en dicha norma, pero que guarda con aquél
una relación de similitud.

Como proceso de corrección de la aplicación, se establecen cláusulas jurídicas que pretenden corregir y modificar, y
de ahí viene ese interés por tener cláusulas genéricas que permitan a la administración corregir aquello llevado a
cabo por los particulares.

La analogía no es un criterio de interpretación, sino un criterio de integración. El criterio general para toda norma
jurídica es el recogido por el C.c. y es favorable si se de identidad de razón entre los supuestos de hechos (art. 4 C.c.).

Art. 4 CC  “1. Procederá la aplicación analógica de las normas cuando éstas no contemplen un supuesto específico,
pero regulen otro semejante entre los que se aprecie identidad de razón.”

Asimismo, la analogía no es una fuente del derecho y su aplicación ha de ser puntual y no puede convertirse en una
regla general.

Existe un criterio especial regulado en la LGT que consiste en la prohibición en relación con la analogía a hechos
imponibles, a exenciones y a beneficios fiscales (art. 14 LGT). Cuando hablamos de hechos imponibles, hablamos de
aquel supuesto de hecho que da lugar al nacimiento de la obligación. Por otra parte, la exención es una excepción, es
decir, algo que debería pagar, pero en un caso concreto está exento.

Artículo 14. Prohibición de la analogía.

“No se admitirá la analogía para extender más allá de sus términos estrictos el ámbito del hecho imponible, de las
exenciones y demás beneficios o incentivos fiscales.”

¿La analogía es una forma de interpretar la norma tributaria? Lo que es importante es que no es interpretación
porque no hay norma, hay vacío. No es una interpretación, sino que es una integración.

¿Los hechos imponibles pueden ser objeto de aplicación analógica? NO. Porque si un hecho imponible solo se puede
aplicar determinadamente a una realidad concreta, el campo de libertad es grande, porque si solo se permite aplicar
una realidad muy tasada, cerrada, todo lo que no esté expresamente prohibido está permitido. El legislador toma
unas ciertas cautelas y se ponen de relieve con instituciones como el fraude de ley.

 Corrección de la aplicación: Economía de opción, fraude de ley o conflicto y simulación

Economía de opción

Las economías de opción consisten en la posibilidad que tienen los obligados tributarios de optar por alguna de las
previsiones alternativas que las propias leyes contemplan, por lo que no se atenta a lo requerido en ellas, pudiendo a
veces ofrecerse expresamente la opción en la propia ley. Por ejemplo, los titulares de una explotación económica
pueden adquirir un bien mediante compraventa tradicional o mediante un contrato de leasing, decisión que se
enmarca en el ámbito de una opción ajustada a derecho, sustentada en una posibilidad que les ofrece la propia ley y
que, por lo tanto, conlleva los efectos jurídicos previstos en ella sin otra consecuencia de carácter compensador o
sancionador para los obligados tributarios, dado que las ventajas obtenidas mediante la elección más económica ha
sido prevista en la propia norma.

El fundamento de la economía de opción es la libertad negocial del art. 1255 C.c. es la idea de una proyección para el
futuro de una estrategia de tributación, pero no conlleva una idea de ilicitud.

Esta economía de opción se caracteriza por dos ideas principales:

a. Para que exista, no puede haber ocultación de hechos, es decir, la realidad que se plantea como alternativa
no es oculta
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b. El régimen jurídico por el que se opta no es impropio para el resultado.

LEER ARTÍCULO DE MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ HUETE: Cuestiones tributarias y economía colaborativa

Conflicto en la aplicación de la norma tributaria

El art. 15 LGT contempla lo que denomina conflicto en la aplicación de la norma tributaria, señalando en su
apartado primero que se produce cuando, además de realizar actos o negocios notoriamente artificiosos o
impropios, la única consecuencia derivada de ello sea conseguir un ahorro fiscal respecto de la realización de los
actos jurídicos usuales o propios. Para que exista un “conflicto”, este ahorro o ventaja fiscal deberá conseguirse
mediante actos o negocios jurídicos utilizados con una finalidad que no es la que corresponde con la causa o razón
de ser de los mismos, sino la de otros actos o negocios. Para conocer la causa de los contratos habrá que atender a
lo dispuesto en el art. 1.274 CC. En definitiva, estamos hablando del uso de la norma jurídica distorsionando su lógica
y finalidad, porque se busca un beneficio fiscal. Esto se corrige a través de cláusulas normativas:

 Cláusulas genéricas del art. 15 LGT

Artículo 15. Conflicto en la aplicación de la norma tributaria.

“1. Se entenderá que existe conflicto en la aplicación de la norma tributaria cuando se evite total o parcialmente la
realización del hecho imponible o se minore la base o la deuda tributaria mediante actos o negocios en los que
concurran las siguientes circunstancias:

a) Que, individualmente considerados o en su conjunto, sean notoriamente artificiosos o impropios para la


consecución del resultado obtenido.

b) Que de su utilización no resulten efectos jurídicos o económicos relevantes, distintos del ahorro fiscal y de
los efectos que se hubieran obtenido con los actos o negocios usuales o propios.

2. Para que la Administración tributaria pueda declarar el conflicto en la aplicación de la norma tributaria será
necesario el previo informe favorable de la Comisión consultiva a que se refiere el artículo 159 de esta ley.

3. En las liquidaciones que se realicen como resultado de lo dispuesto en este artículo se exigirá el tributo aplicando
la norma que hubiera correspondido a los actos o negocios usuales o propios o eliminando las ventajas fiscales
obtenidas, y se liquidarán intereses de demora.”

 Cláusulas especiales: como la acumulación de donaciones 3 años

Es una institución próxima al fraude de ley del art. 7.2 C.c.

Es una institución que se aplica muy pocas veces, debido a su complicidad. Para aplicar esta institución se exigen dos
requisitos acumulativos:

 Que el negocio sea artificioso o impropio para el resultado


 Que no tenga otros efectos más que un ahorro fiscal.

Esta institución se aplica, primeramente, por la Administración mediante la corrección de la actuación del
contribuyente utilizando el procedimiento contradictorio del art. 159.2 donde se permite al interesado presentar
alegaciones. Asimismo, un órgano administrativo de carácter consultivo ha de emitir un informe favorable o no sobre
la viabilidad de este procedimiento y al ser vinculante determina la continuación o no del procedimiento. Este
informe vinculante está regulado en el art. 159.6.

Respecto de la consecuencia en estos supuestos de “conflicto”, es la prevista en el apartado 3º del art. 15 LGT que
reza: “Se exigirá el tributo aplicando la norma que hubiera correspondido a los actos o negocios usuales o propios o
eliminando las ventajas fiscales obtenidas, y se liquidarán intereses de demora”. En resumen:
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 La aplicación de la norma eludida


 El interés de demora: la nueva norma comporta el pago de una mayor deuda y con ello los intereses de demora
desde el momento en que debía hacerse el pago de acuerdo con la norma correcta
 Eventual sanción si concurre criterio administrativo del art. 206 bis: puede haber sanción si la administración
considera que tales prácticas revisten una especial peligrosidad

Simulación

La simulación es la ocultación, bajo la apariencia de un negocio normal, otro propósito negocial. Se fundamento más
claro y básico es que existe ocultación de hechos fácticos. El art. 16.1 LGT dispone que: “en los actos o negocios en
los que se produzca la existencia de simulación, el hecho imponible gravado será el efectivamente realizado por las
partes”.

Ejemplo  compra que esconde donación

Las consecuencias de la simulación están previstas en el art. 16:

 Se grava el negocio real -únicamente a efectos tributarios-. A efectos tributarios se considera simulación, a pesar
de que a efectos civiles sea diferente.
 Intereses de demora
 Sanción
 En caso de que la cuantía fuera superior a 120.000€ si existiera defraudación, sería considerado como un delito
contra la Hacienda Pública.

Terminología

Evasión Elusión

Conflicto:
Economía de • Uso artificioso norma
OcultaciónSimulaciónDefraudaciónFRAUDE Es el conjuonptcoiódn e acciones u om• Fisraiuodne edes leqy ue
de hechos-delito-TRIBUTARIO pretenden
minorar o impedir las consecuencias fiscales de las
operaciones realizadas, así como falsear las condiciones
requeridas para obtener una devolución o un beneficio
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fiscal u ocultar las que lo hubiese impedido

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Es el conjunto de acciones u omisiones tendentes a


ocultar la obtención de rentas o titularidad de
patrimonios para minorar la base o la cuota
tributaria.

 Actividades
1.-Señale la respuesta que NO es correcta
a) La Orden Ministerial puede ser una fuente del Derecho
b) El Derecho civil puede ser aplicado en el ámbito tributario
c) La norma tributaria posee efectos retroactivos si lo señala expresamente
d) La norma tributaria sólo se interpreta según un criterio técnico

2.-El ministro de Hacienda


a) Dicta, en todo caso, disposiciones normativas de rango reglamentario
b) Emite instrucciones vinculantes para los órganos administrativos de las CCAA
c) Le corresponde dictar disposiciones interpretativas de la norma en materia tributaria
d) No es preciso publicar en el Boletín Oficial sus disposiciones interpretativas o aclaratorias.

3.-La LGT establece como criterio prioritario de sujeción de las normas tributarias
a) El de territorialidad
b) El de residencia
c) Los dos anteriores, dependiendo si son tributos personales o reales
d) El que señalen las leyes tributarias en cada caso

4.-La analogía tributaria


a) Aparece prohibida por la LGT
b) Posee una regulación específica en la LGT
c) Se aplican los mismos criterios que los previstos en el C.c.
d) Es una forma de interpretar las normas tributarias

5.-Las leyes y los reglamentos que modifiquen normas tributarias contendrán una relación completa de las normas
derogadas y la nueva redacción de las que resulten modificadas
a) Se trata de una mención expresa de la LGT  art. 9.2 LGT
b) No aparece tal regulación en la LGT
c) Es un criterio que se aplica a toda norma financiera
d) La regulación de la LGT no hace referencia a los reglamentos

6.-Reflexione de manera argumentada sobre la base de los preceptos aplicables:


6.1. Retroactividad de las normas tributarias y de las sanciones tributarias. Diferencias y analogías.
6.2. Diferencias entre la calificación e interpretación normativas.
6.3 Diferencias entre el conflicto en la aplicación de la norma tributarias y la simulación por razón del
procedimiento aplicable y por las consecuencias

4.- Poder tributario.

 El poder financiero: concepto y naturaleza.

El poder financiero se considera una manifestación del poder político en el ámbito concreto de la actividad
financiera, pudiendo describirse como la capacidad de ordenar jurídicamente la obtención de recursos económicos
por los entes públicos, así como la gestión y gasto de los mismos. La manifestación más relevante del poder
financiero, aunque no es la única, cosiste en la capacidad de dictar las normas jurídicas que ordenan la actividad
financiera. Así pues, dentro del concepto del poder financiero, tenemos que distinguir distintas competencias, cosa
muy importante a nivel tributario:
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I. Competencia normativa: creación de normas


II. Competencias de gestión: hacer todas aquellas tareas necesarias para obtener el ingreso
III. Competencias de recaudación: este es el fin último del tributo.

El poder financiero puede desgajarse en distintas entidades, teniendo cada una de estas una competencia distinta.

Por lo que respecta a la estructura del poder financiero, dependerá en gran medida de cómo esté organizado o
“estructurado” políticamente cada Estado. En el caso español estamos ante un Estado unitario descentralizado. La CE
no atribuye este poder exclusivamente a una sola de las entidades políticas de nuestro país, sino que lo distribuye
entre distintos ámbitos territoriales en que se organiza política y administrativamente el Estado español. Así pues, la
CE atribuye poder financiero a: Estado, Comunidades Autónomas y a las Corporaciones Locales. Los tres entes
tienen autonomía, aunque no tienen el mismo grado de la misma, pues se diferencian a nivel:

a. Subjetivo  porque los entes locales no tienen poder legislativo para crear tributos.

b. Material  el reparto de competencias es diferente. Normalmente la autonomía de los ingresos es más limitad y
la del gasto tiene menos límites.

Además, la CE autoriza al estado español la cesión de competencias a las organizaciones internacionales (art. 93 CE),
y en ello se fundamenta que también la UE ejerza su poder financiero en el territorio español.

Poder originario y poder derivado

Históricamente se ha interpretado el art. 133.1 CE de forma literal. Este artículo establece que: “la potestad
originaria para establecer tributos corresponde exclusivamente al Estado, mediante Ley.”. Por ende, se decía que el
único poder tributario originario era el del Estado. Ahora bien, esta idea ha ido decayendo en favor de la
interpretación que sostiene que todos los poderes financieros son originarios, pues derivan de la CE. Es decir, el
Estado no tiene más poder que los demás entes, sino que sus competencias tienen diversa extensión: las
competencias del Estado están limitadas por la constitución, mientras que las de las CCAA están limitados tanto por
la Constitución como por la ley, sucediendo lo mismo en el caso de las corporaciones locales, puesto que así lo
establece el art. 133.2 CE: “Las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales podrán establecer y exigir
tributos, de acuerdo con la Constitución y las leyes.”

 La distribución del poder financiero. Los entes con competencias financieras.

Poder financieros del Estado

gastos de las CCAA ¿tiene alguna capacidad de injerencia el Estado para limitar a las CCAA?  Se establecen dos El
Estado tiene atribuida, en el art. 149.1.14ª CE la competencia exclusiva en materia de “Hacienda General y Deuda del
Estado”. Por lo tanto, ha de entenderse que el poder financiero otorgado en ese número 14 del artículo 149.1 CE es
el que requiera la obtención de los ingreso necesarios para la cobertura de los gastos que genera el desempeño de
sus competencias.

En materia de gasto público, resulta especialmente significativo el art. 134 CE que configura las Leyes de
Presupuestos Generales del Estado, en cuyo apartado segundo se establece que dichos presupuestos: “incluirán la
totalidad de los gastos (…) del sector público estatal”. Se reconoce así, implícitamente el pleno poder o capacidad del
Estado respecto de la ordenación jurídica de todos sus gastos, con sujeción a los principios constitucionales sobre el
gasto público. Este poder, asimismo esta limitado, entre otros, por la Ley de Estabilidad Presupuestaria -LO 12/2012-
o la no injerencia en las competencias de las CCAA.

Respecto a los grandes criterios:

- TC: el Estado puede gastar en lo que quiera, pero teniendo como limite las competencias materiales. Ej.:
competencia de educación Generalitat de Catalunya. No puede ingerir ni, aunque sea para mejorar. No por
vía de gasto puede inmiscuirse en la autonomía financiera de la CCAA. Marca el ámbito de gasto de cada
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CCAA.

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- Estabilidad presupuestaria: nació en el seno de la UE en la última revisión de las tareas presupuestarias con
una idea de concepción del gasto. Se planteo la idea de que los ingresos y gastos tienen que estar
equilibrados. Esto fue la llave que permitió al estado el decir sobre el gasto de las CCAA. Es el equilibrio
estructural. Es una ley que combate el gasto excesivo. LO 2/2012 de estabilidad presupuestaria ``equilibrio o
superávit estructural´´.

Por lo que se refiere a los ingresos públicos, el art. 149.1.14ª de la CE le atribuye el poder sobre su propia Deuda
Pública, con el límite que al respecto supone el principio de estabilidad presupuestaria del art. 135 CE. Y en cuanto a
los ingresos tributarios, el art. 133.1 CE reconoce que: “la potestad originaria para establecer los tributos
corresponde exclusivamente al Estado mediante la Ley”, reconocimiento que pone de manifiesto la prioritaria
atribución constitucional del poder tributario en favor del Estado.

Por tanto el Estado tiene atribuido todo el poder financiero que requiere el cumplimiento de sus fines o
competencias materiales. Este poder esta limitado por los principios constitucionales, el que deriva de la pertenencia
de España a la UE y también el límite que comporta la atribución por la CE de poder financiero a favor de las CCAA y
de las Corporaciones Locales. Además del poder afirmado, tiene un poder de coordinación respecto de los otros
entes.

Ahora bien, también tiene otros poderes en relación con las otras entidades:

En relación con las CCAA, tiene una competencia exclusiva para establecer las bases comunes para establecer la
Hacienda General. Para el ejercicio de competencias financieras, cuando las CCAA hacen uso de dicha
competencia, se creó la LOFCA 8/1980, en materia de coordinación. Es la LOFCA la ley que más limita el
poder financiero de las CCAA. Por último, el Estado puede crear leyes de armonización en su caso.

Respecto a los entes locales, el Estado tiene más injerencia en su autonomía. Los entes locales requieren una ley del
estado que les permita crear tributos. Ahora bien, tienen autonomía local en base al art. 140 CE. Esta
autonomía tiene dos aspectos:

 Aspecto positivo: suficiencia económica. Tienen que tener los recursos necesarios para su propia subsistencia
 Aspecto negativo: su autonomía para crear tributos depende de la creación de una ley.

¿Pueden las leyes autonómicas establecer los tributos locales? NO. básicamente por un criterio de favorecer
homogeneidad en el sistema. La CE no dice que las leyes sean estatales, esto el TC lo interpreta del 133 pero este
articulo solo establece límites.

El principio de legalidad establece que los tributos solo pueden ser creados exclusivamente por leyes estatales (TC).

Poder financiero de las CCAA

El fundamento del poder financiero de las CCAA está en el reconocimiento de la “ autonomía para la gestión de sus
respectivos intereses”, a que se refiere el art. 137 CE. Puede decirse, por ello, que mientras el fundamento del Estado
proviene de su “soberanía”, el fundamento del poder financiero de las CCAA está en la “autonomía”, tal y como
refleja el art. 156.1 CE, al disponer: “las Comunidades Autónomas gozarán de autonomía financiera para el desarrollo
y ejecución de sus competencias con arreglo a los principios de coordinación de la Hacienda estatal y de solidaridad
entre todos los españoles”. Los límites que establece la constitución a esta autonomía son la coordinación y
solidaridad. Además, existen límites mediante ley, concretamente a través de la LOFCA, con la finalidad de establecer
en todo el territorio un mínimo común denominador. La LOFCA establece una serie de principios limitativos:

 Principio de territorialidad (art. 157.2): las CCAA no pueden “exportar” tributos ni establecer barreras fiscales
 Principio de prohibición de la doble imposición (art. 6 LOFCA): establece el elemento base y determinante para
saber que tributos puede crear una CA, es decir, que no puede existir un tributo del Estado y otro de la CA sobre
el mismo hecho imponible y se da preferencia de gravamen al Estado siempre indemnizando a la CA. A la CA se
le prohíbe que grabe la misma riqueza que graba un ente local, puesto que el tributo del ente local viene

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determinado por ley estatal.

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Art. 6 LOFCA:

“Dos. Los tributos que establezcan las Comunidades Autónomas no podrán recaer sobre hechos imponibles gravados
por el Estado. Cuando el Estado, en el ejercicio de su potestad tributaria originaria establezca tributos sobre hechos
imponibles gravados por las Comunidades Autónomas, que supongan a éstas una disminución de ingresos,
instrumentará las medidas de compensación o coordinación adecuadas en favor de las mismas.

Tres. Los tributos que establezcan las Comunidades Autónomas no podrán recaer sobre hechos imponibles gravados
por los tributos locales. Las Comunidades Autónomas podrán establecer y gestionar tributos sobre las materias que
la legislación de Régimen Local reserve a las Corporaciones locales. En todo caso, deberán establecerse las medidas
de compensación o coordinación adecuadas a favor de aquellas Corporaciones, de modo que los ingresos de tales
Corporaciones Locales no se vean mermados ni reducidos tampoco en sus posibilidades de crecimiento futuro.”

Cuando hablamos de los recursos de las CCAA estamos hablando de dos tipos (art. 157 CE)

a. Propio: titularidad normativa y aplicación por órganos propios


b. Transferencia del Estado:
a. Condicionados: normalmente aparecen condicionados a objetivos concretos en base al principio de
solidaridad, es decir, que todas las CCAA tengan el mismo nivel de infraestructura y servicios a través de:
a. Los Fondos de Compensación (art. 158.2 CE) y b. Asignación de nivelación (art. 158.1 CE).
b. No condicionados: servicios transferidos. Tributos cedidos en base al art. 10 y 11 LOFCA.

En materia de gastos públicos, como se desprende del art. 156.1 CE, todas las CCAA ostentarán el poder financiero
que precise “el desarrollo y ejecución de sus competencias”. Tienen pues, las CCAA, libertad para decidir el destino de
sus gastos en función, lógicamente, de las competencias que tienen atribuidas. El art. 135 de la CE establece un
límite cuantitativo de gasto, obligando a todas las Administraciones públicas a adecuar sus actuaciones al principio
de estabilidad presupuestaria que se concreta en que no pueden incurrir en un déficit estructural que supere los
márgenes establecidos por la UE y en que habrán de estar autorizados por ley para emitir deuda pública para
contraer crédito. Esto lleva al Estado a poder observar medidas preventivas, correctivas, coercitivas, de información
y de autorización de deuda pública para coartar la libertad de gasto en base a la estabilidad presupuestaria.

El sistema del LOFCA se aplica a todas las CCAA excepto del País Vasco y Navarra.

Sistema especial (País Vasco y Navarra)

Las CCAA del País Vasco y Navarra tienen un régimen especial en este ámbito del poder financiero, cuyo fundamento
constitucional se encuentra en la Disposición Adicional 1ª de la CE.

La especialidad del poder financiero de estas CCAA se manifiesta especialmente en materia de ingresos públicos
tributarios y consiste en que se reconoce a las Diputaciones Forales de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y a la CA Navarra el
poder tributario en sus respectivos territorios. Así pues, son las Diputaciones Forales vascas y la CA Navarra las que
regulan y gestionan las figuras tributarias más significativas, de acuerdo con unos principios y reglas de armonización
pactadas con el Estado en las Leyes que aprueba el Concierto Económico del País Vasco y el Convenio Económico con
Navarra.

En consecuencia, las CCAA vasca y navarra perciben ingresos distintos de los contemplados en el artículo 157.1 de la
CE : la vasca percibe parte de la recaudación obtenida por los tributos forales mediante transferencias procedentes
de las Diputaciones de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa; y la navarra percibe directamente el producto de los tributos
forales, pues al ser uniprovincial se identifican la provincia y la CA. En contrapartida, el Estatuto de Autonomía del
País Vasco y la Ley de Reintegración y Amejoramiento del Fuero Navarro –equivalente al Estatuto de Autonomía– no
contemplan entre sus recursos todos los previstos en el artículo 157.1 de la CE, y concretamente no perciben
impuestos estatales cedidos ni pueden establecer recargos sobre dichos impuestos estatales. Consecuencia también
de esta especialidad foral es que parte de lo recaudado por la aplicación de los tributos forales, lo que se denomina
«cupo» , se entrega al
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Estado para compensar sus gastos en esos territorios. Contribuyen mediante el Cupo, el cual es la aportación al
Estado de servicios no transferidos (justicia y ejército).

Encontramos dos tipos de tributos:

1. Los concertados de la CA

2. Los estatales donde únicamente están el IVA y el IE.

Poder financiero de los entes locales

La atribución de poder financiero a las Corporaciones Locales tiene también su fundamento en la CE, cuyo artículo
137 reconoce a las citadas corporaciones “autonomía para la gestión de sus respectivos intereses”, declaración que
se reitera específicamente para los municipios en el art. 140 y para las provincias en el art. 141.2. En buena lógica, el
reconocimiento de su autonomía exige atribuir a estos entes territoriales poder financiero, esto es, poder en la
regulación de sus ingresos y gastos públicos, con el cual dar cumplimiento al principio de suficiencia financiera que
reconoce el art. 142 CE para el que: “las haciendas locales deberán disponer de los medios suficientes para el
desempeño de las funciones que la ley atribuye a las Corporaciones respectivas y se nutrirán fundamentalmente de
tributos propios y de la participación en los del Estado y de las Comunidades Autónomas”.

En cuanto al gasto público, no había ninguna mención expresa en la CE, por lo cual debía entenderse que las
Corporaciones Locales tenía libertad para decidir el destino sobre los gastos públicos generados en el ejercicio de sus
competencias, si bien con sujeción a los principios generales de eficiencia y economía, que recoge el art. 31.2 CE.
Actualmente, a raíz de la reforma de la CE, se añadió en el art. 135.2 que las Entidades Locales deben aprobar sus
presupuestos equilibrados; equilibrio presupuestario que debe compatibilizarse con el reconocimiento de la
autonomía.

El presupuesto esta ordenado por la LHL. Asimismo, es de vital importancia el papel de la Ley de estabilidad
presupuestaria, como así se desprende del art. 26.3 de la LO de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad
Financiera:

“La persistencia en el incumplimiento de alguna de las obligaciones a que se refiere el apartado anterior, cuando
suponga un incumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria, del objetivo de deuda pública o de la regla de
gasto, podrá considerarse como gestión gravemente dañosa para los intereses generales, y podrá procederse a la
disolución de los órganos de la Corporación Local incumplidora, de conformidad con lo previsto en el artículo 61 de
la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local.”

Cuando hablamos de tributos en el ámbito local, estos no son realmente propios, porque requieren de ley para ser
creados y esta ley no puede provenir más que del Estado.

El RDL 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas
Locales, es la norma marco a través de la cual el Estado ha desarrollado el poder financiero de las Corporaciones
Locales, tanto en el ámbito de sus gastos como en el de sus ingresos. En particular, en lo que afecta a los ingresos
públicos, el art. 2.1 enumera los recursos de las Haciendas Locales, mencionando los siguientes: los ingresos
patrimoniales y demás de derecho privado, los tributos propios, las participaciones en tributos del Estado y de las
CCAA, las subvenciones, los precios públicos, el producto de las multas y sanciones y las demás prestaciones de
derecho público. Existen tributos propios, pero esta idea de propiedad tiene un cierto límite en tanto que necesitan
de la intervención de una ley del Estado y por tanto, participan en estos tributos locales tanto el Estado como las
CCAA. Asimismo, estos tributos de los entes locales técnicamente son imperfectos, como por ejemplo, el Impuesto
de Incremento de Valor de Terrenos de Naturaleza Urbana se ha declarado parcialmente inconstitucional por no
responder al principio de capacidad económica.

Como recapitulación de lo señalado en los tres subapartados de este apartado I, cabe afirmar que el poder
financiero del Estado, de las CCAA y de las Corporaciones Locales tiene alcance diverso. Las principales diferencias se

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producen no tanto en la vertiente de los gastos como en la de los ingresos, especialmente los de naturaleza
tributaria. De esta

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manera, el Estado tiene como límites en el ejercicio de su poder tributario los establecidos en la Constitución y en las
normas en las que se han otorgado competencias tributarias a las CCAA; así como los límites que comporta la cesión
de las competencias otorgadas a las instituciones internacionales, y en particular a las europeas, a las que
voluntariamente ha cedido también parte de su soberanía fiscal. Por su parte, las CCAA se encuentran limitadas
tanto por la Constitución como por las leyes estatales, y entre estas especialmente por la LOFCA. Además, el Estado y
las CCAA al disponer de poder legislativo pueden crear ex novo sus propios tributos, lo que no ocurre en el caso de
las Corporaciones Locales , sometidas, por lo tanto, a la Constitución, a las leyes estatales y a las de las CCAA.

Poder financiero de la UE

La UE tienen una primacía en el ámbito competencial que se le ha cedido en base al art. 93 CE. Una vez asumidas
estas competencias, entre las cuales están las financieras, la el derecho de la UE prima sobre el interno. Entre estos
ámbitos asumidos por la UE encontramos:

 Impuestos aduaneros
 Fracción del IVA: porque está armonizado a nivel europeo en parte.
 Contribuciones de los Estados y las multas que se puedan interponer por parte de la UE.

Lo más notable del poder financiero de la UE respecto de los Estados son los tributos propios -países no miembros-
de carácter de arancel aduanero y exacciones agrícolas.

En cuanto al límite del poder impositivo estatal, la UE se caracteriza por su actividad armonizadora o positiva, es
decir, de aproximar normativas. Ejemplo de esto es el IVA. Además, existe un límite de vertiente negativa como la
prohibición de tributos discriminatorios con otros Estados, proteccionistas con productos propios o primas fiscales -
devoluciones-

 Límites al poder financiero.

INCLUÍDO EN LA EXPLICACIÓN DEL PUNTO ANTERIOR

EXAMEN

1. Las ordenanzas fiscales. No tienen el mismo valor que las órdenes interpretativas (no tienen valor reglamentaria)
del Ministro. Las ordenanzas fiscales no pueden ser fuente de derecho, SON SIEMPRE FUENTE DEL DERECHO. PUEDEN
REGULAR TRIBUTOS SI ASÍ LO PREVÉ UNA LEY.

2. La retroactividad de las normas tributarias. NO PUEDE AFECTAR A LAS SITUACIONES CONSOLIDADAS.

3. Las órdenes ministeriales. PUEDEN SER DE DOS TIPOS: DE CARÁCTER NORMATIVO Y DE CARÁCTER
INTERPRETRATIVO.

4. El principio de prohibición de la doble imposición interna. ES UN LÍMITE IMPUESTO RESPECTO DE LAS CCAA DEL
RÉGIMEN FISCAL COMÚN (NAVARRA Y PAIS VASCO NO TIENEN LOFCA, NO ENTRAN).

5. El poder tributario. SUPONE EL ESTABLECIMEINTO DE LOS TRIBUTOS EX NOVO, DE SU EXIGIBILIDAD, Y LA


TITULARIDAD SOBRE LA RECAUDACIÓN, NO NECESARIAMENTE COINCIDENTES EN UN SOLO ENTE.

6. Los entes locales. LA CE LES GARANTIZA EL PRINCIPIO DE SUFICIENCIA FINANCIERA.

7. Un decreto ley puede establecer un tributo. SÍ, PUES POSEE RANGO LEGAL.

8. La simulación tributaria. SE DECLARACIÓN TIENE EFECTOS ÚNICAMENTE EN EL ÁMBITO TRIBUTARIO.

9. Caso práctico, venta por un precio de 60.000€ pero se entregan 100.000€. UN SUPUESTO DE SIMULACIÓN

10. El fenómeno de la elusión fiscal. TIENE QUE VER CON LA ECONOMÍA DE OPCIÓN Y FRAUDE DE LEY.

5.- Principios financieros.

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 Los principios constitucional-financieros.

Cuando hablamos de principios, lo importante es la función dentro del ordenamiento jurídico. Vertebran, dan
sentido, cohesionan, estructuran. Permiten articular todo el conjunto de normas que si no serían dispersas y sin
sentido. Son elementos esenciales que cohesionan y dan sentido al ordenamiento financiero.

De entrada, a nivel constitucional, se habla de principios tributarios del sistema, es decir, que el conjunto de todos
los tributos tiene estas características y no cada tributo individualmente.

Principios de ingresos públicos

Encontramos distintos tipos de principios:

- Principios materiales: hacen referencia al reparto de la carga, es decir, porque unos sujetos van a pagar
tributos y porque otros no, o porque algunos más que otros. El criterio de justicia básico que determina que
se pueda pagar tributos es la capacidad económica estrechamente vinculado al de igualdad y generalidad,
así como los principios de progresividad y no confiscatoriedad. Estos son los principios materiales básicos de
los criterios materiales.
- Principios formales: destaca el principio de legalidad que se exige para la creación de un tributo
- Principios de ordenación y aplicación del sistema tributario:

Artículo 3. Principios de la ordenación y aplicación del sistema tributario.

1. La ordenación del sistema tributario se basa en la capacidad económica de las personas obligadas a satisfacer
los tributos y en los principios de justicia, generalidad, igualdad, progresividad, equitativa distribución de la carga
tributaria y no confiscatoriedad.

2. La aplicación del sistema tributario se basará en los principios de proporcionalidad, eficacia y limitación de
costes indirectos derivados del cumplimiento de obligaciones formales y asegurará el respeto de los derechos y
garantías de los obligados tributarios.

Principios del gasto público

El principio más importante de justicia material es que el gasto público ha de ser equitativo. ¿Cuándo un gasto es
equitativo?  el parámetro de la justicia del gasto es aquel que cumple lo establecido por los principios del capítulo
3 del Título 1º de la CE.

Además, el gasto ha de cumplir con los criterios de racionalidad económica, es decir, que el gasto sea eficiente.

 El principio de legalidad.

REMISIÓN PRINCIPIO DE LEGALIDAD PRESUPUESTARIA Y LEGALIDAD TRIBUTARIA

 Los principios tributarios: capacidad económica, igualdad, progresividad, no confiscatoriedad.

Principio de capacidad

El principio de capacidad económica se recoge en el art. 31.1 CE, en el que se establece que “todos contribuirán al
sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica, mediante un sistema tributario justo” .
También se ha plasmado en el art. 3.1 LGT según el cual: “la ordenación del sistema tributario se basa en la
capacidad económica de las personas obligadas a satisfacer los tributos”. Asimismo, según ha determinado el TC,
este principio ha de informar no sólo al sistema tributario estatal sino también el de las CCAA y el de las
Corporaciones Locales.

El principio de capacidad económica significa que los tributos han de recaer sobre quienes puedan hacer frente a la
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carga económica derivada de su aplicación, para conseguir así un reparto justo de la carga tributaria. Pero esta

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perspectiva del principio de capacidad, que atiende a la aptitud o posibilidad de pago que han de tener los
destinatarios pasivos de los tributos, no deber ser sino la consecuencia de que las normas reguladoras de los tributos
les deben hacer recaer sobre situaciones de la vida social que reflejen la riqueza de sus protagonistas, de manera
que el principio de capacidad tiene también esta acepción subjetiva que ha de inspirar la creación de las normas
tributarias.

La función básica de este principio es servir como presupuestos legitimados de los tributos, para lo cual habrá de
informar tanto la regulación de sus aspectos subjetivos como de los objetivos.

La capacidad económica es la aptitud para adquirir y ser titular de bienes y tener la capacidad de pago actual o
potencial, según el TC.

Manifestaciones:

 Directa: acumulación patrimonial (IP, IVTM, IBI), obtención de rentas (IRPF, IS, IRNR, donaciones, sucesiones)
 Indirecta gasto o consumo (IVA, TPO).

Principio de equivalencia o beneficio:


FUNCIONES supone que el pago del tributo ha de
- Límite comportar la obtención de algún servicio o
Principio de TODO EL SISTEMA TRIBUTARIO beneficio que posean una cierta
- Oriente: "buscar la riqueza donde equivalencia con el pago de ésta.
se encuentra"
art. 7 LTax

Funciones según el TC: sirve de fundamento de la imposición, más aún, de la tributación; actúa como límite al
legislador en el ejercicio del poder tributario; y sirve de programa y orientación al mismo en el desarrollo del citado
poder

i. Límite al legislador: en ningún caso se permite al legislador establecer tributos cuyo hecho imponible no
constituya una manifestación de riqueza real o potencial; no se pueden gravar riquezas meramente virtuales o
ficticias, inexpresivas de capacidad económica.
ii. Orientación: de algunas sentencias se desprende que la capacidad económica debe hacer referencia a una
capacidad real, individual y efectiva o cierta, esto es, a una riqueza realmente existente en cada sujeto llamado a
satisfacer el tributo. Como en la Sentencia 27/1981, de 20 de julio, en la que se afirma que «el principio de
capacidad económica se refiere a la de cada uno y obliga a buscar la riqueza donde la riqueza se encuentre

Esta capacidad económica también puede ser “potencial” como en el caso del IAE, donde se grava la actividad
económica realizada, sin importar si se obtienen rentas de la misma o no.

Doctrina del TC:

 Presupuesto y límite de la imposición

Sólo pueden gravarse hechos que directa o indirectamente pongan de manifiesto capacidad económica. El IRPF no
puede superar el mínimo vital.

 Tributos extrafiscales

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Necesidad de que el hecho gravado demuestre capacidad económica (STC 37/1987)

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 Distinta incidencia en función de la figura tributaria (STC 146/1995)

Principio de generalidad

El principio de generalidad está contemplado de forma implícita en el art. 31.1 CE, cuando dice que “todos
contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos”, y de forma expresa en el art. 3 LGT y significa que los tributos
han de exigirse a todos los que manifiesten la capacidad económica tipificada en los tributos y se encuentren en el
ámbito territorial al que se extiende su poder tributario el ente público impositor. Ello comporta que los
destinatarios de los tributos no son los nacionales españoles, sino todos los que, sin necesidad de serlo, tengan
determinadas relaciones económicas vinculadas con el territorio de aplicación de nuestras normas tributarias.

Principio de igualdad

En cuanto al principio de igualdad, se plasma en el art. 31.1. CE y en el art. 3 de la LGT, y no puede equipararse a la
igualdad ante la ley del art. 14 CE tal y como lo ha establecido el TC: la igualdad que aquí se reclama va íntimamente
enlazada al concepto de capacidad económica y al principio de progresividad, por lo que no puede ser, a estos
efectos, simplemente reconducida a los términos del artículo 14 de la CE. Una cierta desigualdad cualitativa es
indispensable para entender cumplido este principio. Precisamente, la que se realiza mediante la progresividad global
del sistema tributario en que alienta la aspiración a la redistribución de la renta. Es importante ponerlo de relieve en
relación al principio de capacidad económica y al principio de generalidad:

Si el principio de generalidad propugna que los tributos


CAPACIADAD
recaigan sin excepción sobre todos los que manifiestan
ECONÓMICA
capacidad económica, el de igualdad pretende que sean
gravados con la misma intensidad, esto es, por igual. A su
vez, el significado específico de los principios de igualdad y
generalidad para la materia jurídico-tributaria proviene de
conectarlos con el principio de capacidad económica, en el
sentido de que éste es el criterio o dato desde el que se va
a demandar el tratamiento en igualdad de todos los
iguales. El principio de capacidad se erige, pues, en el
IGUALDAD GENERALIDAD criterio para valorar si dos situaciones son iguales o
diversas, en orden a recibir el mismo o diferente trato
fiscal.

Principio de progresividad

Se recoge en el art. 31.1 CE y en el art. 3 LGT. Se entiende por progresividad: “aquella característica de un sistema
tributario según la cual a medida que aumenta la riqueza de los sujetos pasivos aumenta la contribución en
proporción superior al incremento de la riqueza”. Puede decirse que la progresividad supone la conjunción del
principio de capacidad económica que consagra el art. 31.1 CE y el objetivo de la redistribución de la riqueza a que se
refieren el art. 9.2 y 40.1 CE. STC 27/1981 de 20 de julio: “la progresividad global del sistema tributario alienta la
aspiración a la redistribución de la renta”.

Este principio afecta al conjunto del sistema tributario, pero no a cada uno de los tributos individualmente
considerados, ya que alguna de sus figuras no puede tener carácter progresivo.

Hemos de diferenciarlo de la proporcionalidad, pues el tipo no cambia en este caso, mientras que en el progresivo
además de aumentar la riqueza, aumenta también el tipo.

El fundamento del principio de progresividad es la igualdad material. No tan sólo en tratar a todos por igual, sino
tratar desigual a los desiguales. Sobre todo, se fundamenta en el principio de redistribución de la renta.

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Se dan pocos tributos progresivos. Esto quiere decir que, al tener pocos tributos progresivos, si se quita la
progresividad del IRPF, al ser tan importante, eliminaríamos la progresividad del sistema tributario.

Asimismo, la progresividad está limitada por la confiscatoriedad.

Prohibición de la confiscatoriedad

El principio de no confiscatoriedad se contempla en el art. 31.1 CE y en el art. 3 LGT. Este principio viene a ser el
contrapeso del principio de progresividad. El TC le ha dedicado especial atención en su STC 150/1990 de 4 de
octubre, en la que afirma que la prohibición de confiscatoriedad obliga a no agotar la riqueza imponible de los
sujetos pasivos (por ejemplo, su renta) so pretexto del deber de contribuir.

Existe, asimismo un derecho fundamental implicado como lo es el de la propiedad del art. 33 CE y el principio de
capacidad económica.

La prohibición de confiscatoriedad afecta o se refiere tanto a cada figura tributaria concreta como al sistema
tributario en su conjunto. Dicha prohibición puede vulnerarse bien cuando un determinado tributo incide de forma
desproporcionada en la riqueza que grava, o bien como consecuencia de la aplicación de las diversas figuras del
sistema tributario.

¿La doble imposición es confiscatoria?  La doble imposición como regla general no es necesariamente

confiscatoria. Los límites de la confiscatoriedad son de diversos tipos:

 Cuantitativos: 100% de la riqueza.


 Cualitativos: “Destruye el significado económico de la riqueza”.

EXAMEN

Principio de bifurcación de la legalidad financiera: no estamos hablando de una lógica común en todos sus sentidos,
es decir, que la ley ha de ser la rectora, pero el sentido en cada caso es diverso porque hubo un momento histórico
en que ambos controles se escindieron: uno obedeciendo a la legalidad presupuestaria con una vigencia temporal
acotada en el tiempo, con un contenido específico que autoriza y no obliga. En cambio, la legalidad tributaria
contiene un contenido material relativo al ámbito tributario, con una vigencia indefinida y que ya se ha desligado del
momento temporal (finales de año) donde se determinaba cuanto se ha de ingresar.

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