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Capítulo 53.
MIOMAS UTERINOS (LEIOMIOMAS)
CONCEPTOS GENERALES
Los leiomiomas uterinos, también conocidos como miomas o fibromas, son tumores benignos
derivados del músculo liso de la pared uterina. Son los tumores benignos más frecuentes del aparato genital
femenino y la causa más frecuente de cirugía mayor ginecológica. Su incidencia es cercana al 30% en mujeres
mayores de 30 años y 40% en mujeres de 40 años. Alrededor de 20 a 40% de las pacientes son sintomáticas.
Los miomas son sensibles a los estrógenos y progesterona, por lo tanto, suelen desarrollarse durante
la edad fértil. Estudios recientes sugieren que los miomas se caracterizan por crear un ambiente
hiperestrogénico: 1. Presentan mayor número de receptores de estrógenos 2. Menor conversión de estradiol
a estrona (hormona más débil) 3. Mayor nivel de aromatasa.
Debido a que los fibromas se originan del miometrio, inicialmente siempre son intramurales. En la
medida en que aumentan de tamaño, la mayoría de ellos permanece en situación intramural. Sin embargo,
algunos pueden protruir hacia la superficie uterina (leiomiomas subserosos) o hacia la cavidad uterina
(leiomiomas submucosos). En algunos casos, el fibroma desarrollará un pedículo y se extenderá más allá de la
pared uterina (leiomiomas pediculados).
Los miomas subserosos causan irregularidad del
útero, mientras que los fibromas submucosos son más a
menudo responsables de la sintomatología asociada a
esta enfermedad. Una mujer puede tener fibromas en
uno o más de estos lugares. Además, algunas mujeres
desarrollan leiomiomas múltiples que son de pequeño
tamaño, mientras que otras desarrollan sólo algunos de
gran tamaño. La razón de esta diferencia en el tamaño y
el número sigue en investigación.
Clasificación Anatómica:
Ɣ Intramural (60 a 70%)
Ɣ Submucoso (15 a 25%)
Ɣ Subseroso (10 a 15%)
Ɣ Cervical (8%)
Ɣ Pediculado
Ɣ Parásito: miomas subserosos pediculados que reciben nutrición de un tejido cercano. Pueden
desprenderse o no de su sitio original.
Ɣ Intraligamentoso: retroperitoneales, se introduce dentro del ligamento ancho.
Macroscópicamente, los miomas corresponden a un tumor blanco nacarado, firme, capsulado y con
un plano de disección claro. Se encuentran separados del miometrio por una fina capa de tejido conjuntivo.
La visión microscópica muestra manojos de células musculares lisas con escaso tejido conectivo laxo y
vascularización sanguínea.
Los miomas presentan un menor número de arterias que el miometrio y sus arterias son más
desorganizadas, lo que los hace vulnerables a sufrir isquemia. Degeneración es el proceso en el cual el tejido
muscular normal del mioma presenta necrosis secundaria a isquemia y es sustituido por elementos
degenerativos. Las alteraciones degenerativas son poco frecuentes y generalmente se diagnostican por
estudio histológico.
Tipos de degeneración
x Degeneración hialina: Es la degeneración más frecuente.
Suele presentarse en miomas subserosos. El tejido del mioma
es sustituido por colágeno (material hialino acelular).
x Degeneración quística o mixoide.
x Degeneración roja (necrosis central del mioma): Durante el
embarazo un tercio de los miomas crecen, otro tercio
disminuye de tamaño y el tercio restante no cambia. En
embarazos puede producirse un crecimiento rápido con
necrosis del núcleo del mioma, con licuefacción y sangrado,
produciendo dolor abdominal agudo.
x Degeneración grasa: Frecuente en pacientes obesas.
x Degeneración calcificada: es más frecuente en la
postmenopausia. Habitualmente ocurre posterior a la
necrosis.
x Degeneración atrófica: es más frecuente en la
postmenopausia.
x Necrobiosis: muerte natural de las células.
Cuadro clínico
La mayoría de las mujeres a quienes se les diagnostica leiomioma son asintomáticas e ignoran su
condición hasta que el diagnóstico se realiza por hallazgo al examen físico (tumor palpable) o en una ecografía
de control. En las mujeres que presentan síntomas (20 a 40%), los más comunes son:
DIAGNÓSTICO:
Ɣ Examen Físico:
La mayoría de los miomas mayores a 4 cm son palpables en el
tacto vaginal. Algunos más grandes pueden palparse fácilmente
en el examen abdominal de la pelvis, a veces tan alto como a la
altura del ombligo. Al tacto vaginal se palpa un útero
aumentado de tamaño y/o irregular. Estos tumores se
caracterizan por desplazarse junto con la movilización del útero
(por su parte, los tumores anexiales se mueven separadamente
del útero). El diagnóstico de sospecha se complementa con la
ecografía ginecológica transvaginal.
Ɣ Imágenes
o Ecografía Transvaginal: Es la imagen más frecuentemente solicitada. En esta, los miomas se ven
bien definidos, ecogénicos, con una consistencia distinta a la del miometrio circundante y
pueden presentar además sombra acústica. En úteros menores a 10 cm la ecografía transvaginal
presenta una sensibilidad cercana al 100%. La sensibilidad
disminuye si son múltiples o el útero mide más de 10 cm
en total.
o Histerosonografía: permite delimitar y caracterizar mejor
los miomas submucosos y determinar su relación con el
miometrio.
o Resonancia Magnética: Es la mejor imagen para tener una
visión total del número de miomas y su ubicación. Se
reserva para programar cirugías en mujeres en edad fértil
con deseo reproductivo que deban realizarse una
miomectomía, permitiendo planificar una mejor cirugía.
Otro uso es para planificar procedimientos de alta
complejidad o previo a la embolización de arterias uterinas.
TRATAMIENTO
En algunas pacientes asintomáticas, bastarĄ con realizar seguimiento y educar a la paciente sobre
síntomas por los cuales volver a consultar. Es importante enfatizar que es una patología benigna y frecuente
y que posee tratamiento. Para quienes no pueden optar a lo anterior, existen distintas alternativas de manejo
de los miomas, cuyo objetivo primordial es el alivio sintomático. La cirugía es el tratamiento definitivo para
las pacientes sintomáticas. Sin embargo, la elección del manejo se decidirá según:
Opciones de Tratamiento
1. Farmacológico
x Antiinflamatorios no esteroidales (AINES): tratamiento sintomático de primera línea. Útil para controlar
el dolor y el sangrado. Esto se logra iniciando su uso 1 a 2 días previos a la menstruación, continuándolos
durante 5 días en total. Este tratamiento logra una disminución en de la dismenorrea y volumen de
sangrado en un 30%.
En caso de no tener el alivio sintomático deseado se pueden utilizar asociado o no con anticoncepción
hormonal oral o dispositivo intrauterino medicado con progestágeno.
(administración de agonistas de GnRH junto con bajas dosis de estrógeno y progesterona), que produce
los beneficios asociados a la GnRH sin los efectos secundarios.
Su efecto en la reducción de tamaño del mioma es transitorio, ya que una vez que se detiene su uso
los miomas tienden a crecer nuevamente. Además, tienen alto costo.
Los análogos de GnRh utilizados son:
o Leuprorelina (utilidad demostrada): 3,75 mg/ mensual o 11,25 mg cada 3 meses vía IM
o Triptorelina
x Agentes anti-progestágenos (RU-486 Mifepristona): Han sido utilizados recientemente para tratar la
sintomatología asociada a los miomas y han demostrado reducir el tamaño de estos por medio de la
inhibición de la reactividad de los receptores de progesterona. Una complicación frecuente es el aumento
transitorio de las aminotransferasas, que se ha visto principalmente con el uso de altas dosis. Reduce
entre 26-74% el volumen uterino en mujeres con miomas. Su efecto se revierte rápidamente con la
suspensión de la terapia. Existe evidencia que apoya su uso dado que mejora la sintomatología y la calidad
de vida de las pacientes. No está aprobado por la FDA para el manejo de los miomas uterinos.
x Modulador del receptor de progesterona (Acetato de Ulipristal): su función es inhibir la ovulación, con
poco efecto en los niveles de estrógeno. Al comparar su uso con placebo, estudios han demostrado
disminución de la cuantía del sangrado y resultados significativos sobre la mejora de los niveles de
hemoglobina. Incluso se ha visto disminución del tamaño uterino. No hay claridad sobre la duración de
su efecto, por lo que también debe reservarse para casos excepcionales. Además, aún no hay suficiente
información de sus efectos adversos, principalmente en relación con la seguridad endometrial.
x Esteroides androgénicos (Danazol): podría tener efectos positivos para el manejo de miomas
sintomáticos. Corresponde a 19-nortestosterona derivado con efectos androgénicos y progestágenos. Su
mecanismo de acción incluye la inhibición de la secreción hipofisaria de gonadotropinas e inhibición
directa del crecimiento endometrial, junto con la inhibición de enzimas ováricas que participan en la
síntesis de estrógenos. Se ha visto que logra un buen control de la anemia, sin embargo, no ha
evidenciado reducción del volumen uterino. Efectos adversos: aumento de peso, alteración de las
enzimas hepáticas, disminución del volumen mamario, acné, hirsutismo, bochornos, cambios de ánimo e
incluso depresión.
x Histerectomía
Los miomas uterinos sintomáticos son una indicación frecuente de histerectomía. Constituye un
procedimiento invasivo y es el tratamiento definitivo de los miomas, ya que al extirpar todo el útero no
existe posibilidad de que se desarrollen nuevas lesiones. Es preferible en pacientes con paridad cumplida,
recidiva post miomectomía, si son múltiples y si hay sospecha de malignidad (leiomiosarcoma).
La histerectomía puede ser total o subtotal. En caso de realizar histerectomía subtotal
(preservación del cuello uterino) hay que enfatizar a la paciente la necesidad de seguir realizándose los
PAP de control, ya que tiene el mismo riesgo que la población general de desarrollar una neoplasia
cervical. Ambos tipos de histerectomía no presentan diferencias en resultados de tasa de incontinencia
urinaria, disfunción sexual, recuperación postoperatoria, complicaciones, necesidad de transfusión ni
readmisión. No obstante, en la histerectomía subtotal existiría mayor tasa de sangrado cíclico persistente
luego de la cirugía.
La histerectomía se puede realizar por distintas vías de abordaje, dentro de las que se incluyen:
x Embolización: procedimiento de cateterización. Se basa en la falta de sistema vascular propio del mioma,
el cual depende del suministro de sangre del miometrio normal que lo rodea, provisto principalmente por
la arteria uterina, e implica la inyección de alcohol
polivinílico dentro de esta arteria pasando a través
de la arteria femoral, lo que disminuye de manera
importante la circulación en todo el útero,
reduciendo el tamaño del mioma hasta en un 80%.
Los resultados a corto plazo de distintos estudios
indicaban que los leiomiomas infartados se
reducían en promedio en un 48-78% de su
volumen y que un 79-92% de las pacientes que
padecían de sintomatología múltiple asociada,
observaron una mejoría significativa de estos. Sin
embargo, la eficacia a largo plazo de este
procedimiento no ha sido bien estudiada, y se
requiere de más datos. En la práctica clínica, se ha
visto que es poca la disminución del volumen y que
sirve sólo para aliviar la sintomatología de manera
transitoria. Su riesgo principal es que, al ocluir las
ramas de la arteria uterina, la embolización puede dañar la vasculatura normal del tejido del útero,
provocando la necrosis no deseada de tejido uterino sano y aumentando así el riesgo de síntomas post
procedimiento relacionados al daño del útero. Por esto, no es recomendable su uso en pacientes que
deseen fertilidad. Por otro lado, al igual que en la miomectomía, este procedimiento puede no ser
definitivo, logrando sólo un alivio temporal de los síntomas. Esto dado que como el útero es un órgano
altamente vascularizado, con un gran potencial de neoangiogénesis, posteriormente puede dar lugar al
crecimiento de nuevos vasos sanguíneos que logren eludir los vasos sanguíneos bloqueados, resultando
en el nuevo crecimiento del fibroma remanente.
x Ultrasonido focalizado (FUS): técnica termoablativa que emite energía por ultrasonido a un volumen
pequeño de tejido, generando destrucción térmica. Se puede realizar de manera ambulatoria. Está
contraindicado en miomas resecables por vía histeroscópica. Se desconoce el tamaño máximo en el que
estaría indicado este procedimiento. En general se recomienda en miomas menores de 10 cm. En caso
de miomas más grandes, se puede usar análogos de GnRH previo, y posterior a la disminución del tamaño
del tumor, proceder a utilizar esta técnica. Consideramos que es un procedimiento poco preciso y con
baja aplicabilidad clínica.
x Ablación percutánea guiada por RM: a través del uso de criogenia, láser o radiofrecuencia.
B. Procedimientos Invasivos:
x Ablación endometrial: en mujeres que han cumplido paridad suele ser una alternativa para el
manejo de miomas submucosos mediante histeroscopía y/o resectoscopía.
x Oclusión de arterias uterinas: vía laparoscópica o vaginal, el clampeo de los vasos uterinos suele ser
una alternativa para el control del sangrado producido por los miomas en pacientes con paridad
cumplida. Sin embargo, la experiencia publicada en la literatura es limitada.
Resumen de Manejo
x En pacientes asintomáticas, sin deseos de fertilidad o indicación quirúrgica, se opta por seguimiento
y educación.
x En pacientes sintomáticas, sin deseos de fertilidad o indicación quirúrgica, el seguimiento y la terapia
médica son la primera línea, excepto si la paciente es candidata a una resección por histeroscopía.
La terapia médica incluye el uso de AINES, que pueden ser combinados con ACO o DIU medicados.
x En pacientes sintomáticas con indicación quirúrgica o falla del tratamiento médico, se opta por el
tratamiento quirúrgico según las características del mioma.
Resumen
x Los miomas uterinos son tumores benignos derivados del músculo liso de la pared uterina.
x Son los tumores benignos más frecuentes del aparato genital, con una incidencia entre el 30-40% en
mujeres en edad fértil.
x Factores de riesgo: Raza afroamericana, edad (35-54), obesidad, antecedente familiar primer grado,
menarquia temprana y SOP.
x Clasificación: según la relación del mioma con las diferentes capas de la pared uterina.
x Clínica: La mayoría las mujeres son asintomáticas, sin embargo, entre quienes presentan síntomas los
más frecuentes son: hipermenorrea, anemia, dolor pélvico, síntomas compresivos y disfunción
reproductiva.
x Diagnóstico:
o Clínico: Mediante la anamnesis y el tacto vaginal.
o Imágenes: La ultrasonografía puede detectar un mioma como hallazgo en pacientes asintomáticas
o ser usado para confirmar la sospecha clínica. Además, aporta información sobre el tamaño,
cantidad y ubicación de los miomas, ayudando a definir la mejor alternativa de tratamiento.
x Tratamiento: Depende de la severidad de los síntomas, características del mioma y de la paciente.
o En pacientes asintomáticas, se opta por seguimiento y educación.
o En pacientes sintomáticas, sin deseos de fertilidad o indicación quirúrgica, el seguimiento y la
terapia médica son la primera línea.
o En pacientes sintomáticas con indicación quirúrgica o falla del tratamiento médico, se opta por el
tratamiento quirúrgico. Las alternativas de tratamiento quirúrgico de los miomas uterinos son la
miomectomía y la histerectomía. La miomectomía tiene la ventaja de preservar el potencial
reproductivo de la paciente, pero tiene una tasa de recidiva de 30%. Cuando los miomas son
múltiples, hubo recidiva posterior a la miomectomía, no se desea fertilidad o se sospecha
malignidad, el tratamiento de elección es la histerectomía.
o La elección de la vía de abordaje quirúrgico (abdominal, laparoscópica o vaginal), dependerá de
las características de los miomas, de los deseos de la paciente y de la habilidad del cirujano.