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TUMORES DEL ENDOMETRIO Y DEL MIOMETRIO

Las neoplasias más frecuentes del cuerpo del útero son los
pólipos endometriales.
Pólipos endometriales
Son lesiones sésiles, generalmente hemisféricas (raramente
pediculadas) de 0,5 a 3 cm de diámetro.

Las células de la
estroma de la mayoría de los pólipos endometriales son
monoclonales y tienen una reordenación en 6p21.

Leiomiomas y leiomiosarcomas
Los tumores benignos que se originan en las células musculares
lisas son llamados propiamente leiomiomas. Sin embargo,
como son firmes, con frecuencia se denominan fibromas. Son
los tumores benignos más frecuentes en mujeres y se encuentran
entre el 30 al 50% de las mujeres en edad reproductiva.

Los estrógenos, y posiblemente los anticonceptivos


orales, estimulan su crecimiento; a la inversa, su tamaño se
reduce en la posmenopausia. Estos tumores son claramente
monoclonales y se encuentran anomalías cromosómicas no
aleatorias en alrededor del 40% de ellos.

Morfología
leiomiomas son masas firmes, claramente
delimitadas macroscópicamente, de color gris blanquecino
con una característica superficie arremolinada al corte.

Los leiomiomas benignos raramente


se transforman en sarcomas, y la presencia de múltiples
lesiones no aumenta el riesgo de cáncer.
Típicamente, los leiomiosarcomas se originan de novo a partir
de las células mesenquimatosas del miometrio, no de leiomiomas
preexistentes. Casi siempre son tumores solitarios, en
contraste con los frecuentemente múltiples leiomiomas.

Macroscópicamente, los leiomiosarcomas se desarrollan en


varios patrones distintos: como masas voluminosas que infiltran
la pared uterina, lesiones polipoideas que se proyectan en
la cavidad uterina o como tumores inocentemente delimitados
que tienen el aspecto de grandes leiomiomas benignos. Son,
con frecuencia, blandos, hemorrágicos y necróticos.

Microscópicamente,
presentan una amplia gama de diferenciación,
desde los que se parecen mucho a los leiomiomas hasta los tumores muy anaplásicos.

Las
características diagnósticas del leiomiosarcoma incluyen
necrosis tumoral atipia citológica y actividad mitótica.

Con estos cánceres es frecuente la recurrencia tras la extirpación


y muchos pueden metastatizar, habitualmente a los pulmones,
lo que da una supervivencia a los 5 años de alrededor
del 40%. Comprensiblemente, los tumores más anaplásicos
tienen peor pronóstico que las lesiones mejor diferenciadas.

Carcinoma de endometrio
En Estados Unidos y en muchos otros países occidentales, el
carcinoma de endometrio es el cáncer más frecuente del aparato
genital femenino.

El cáncer de endometrio se presenta


con mayor frecuencia entre los 55 y los 65 años, y es claramente
infrecuente en mujeres menores de 40 años. Hay dos
contextos clínicos en los que se presenta, en mujeres perimenopáusicas
con exceso de estrógenos y en mujeres mayores
con atrofia endometrial.
Existen varios factores de riesgo bien definidos en el carcinoma
endometrioide:
• Obesidad: aumento de la síntesis de estrógenos en los
depósitos grasos y a partir de precursores suprarrenales
y ováricos.
• Diabetes.
• Hipertensión.
• Infertilidad: las mujeres tienden a ser nulíparas, a menudo
con ciclos anovuladores.

El carcinoma de endometrio es el segundo cáncer, en frecuencia

Las personas con síndrome de Cowden, un síndrome


de hamartomas múltiples que tiene un aumento del riesgo de
carcinoma de mama, tiroides y endometrio, tienen mutaciones
del PTEN, un gen supresor tumoral. De hecho,
tanto el gen de reparación de errores como las mutaciones
del PTEN son sucesos tempranos de la carcinogénesis
endometrial que se producen en la progresión de proliferación
anómala a hiperplasia atípica.

Los carcinomas endometrioides se parecen mucho al endometrio


normal y pueden ser exofíticos o infiltrantes

En este grupo de tumores la gradación (grados I-III)


y la estadificación son análogos al pronóstico: estadio I, limitado
al cuerpo; estadio II, afectación del cuello del útero; estadio
III, fuera del útero pero dentro de la pelvis verdadera; estadio
IV, metástasis a distancia o afectación de otras vísceras.

El
carcinoma seroso forma pequeños penachos y papilas en
lugar de las glándulas que se observan en el carcinoma endometrioide
y tiene mayor atipia citológica. Se comportan como
cánceres mal diferenciados y no se gradúan, y son especialmente
agresivos

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