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AÑOS DE INDEPENDENCIA”
PORTAFOLIO:
Resumen del capítulo 9 del libro de ginecología Williams
DOCENTE:
ALUMNO:
CICLO: X
2021
TUMORACIONES PÉLVICAS
Las masas del aparato reproductor de la mujer son hallazgos frecuentes, estos pueden
encontrarse en el aparato reproductor o por fuera de este. Pueden ser asintomático y
detectarse durante el tacto ginecológico, sus manifestaciones típicas comprenden dolor,
sensación compresiva, dismenorrea o metrorragia anormal.
Los análisis de laboratorio no aportan datos útiles, pero podrían brindar orientación como
los niveles de gonadotropina coriónica beta humana en suero o los marcadores tumorales.
Se prefiere evaluar las masas con un examen ecografía y en caso de incertidumbre se
puede utilizar un examen topográfico o una resonancia magnética.
Factores demográficos
El factor más influyente en la masa es la edad, ciertas masas son más prevalentes en
mujeres de mayor edad o ancianas.
Niñas prepúberes: en estas niñas casi todas las masas se localizan en el ovario,
innumerables masas son quistes funcionales. Cuando son lesiones neoplásicas lo
habitual es que sean tumores benignos de las células germinativas y los más
frecuentes son los teratomas quísticos maduros.
Adolescentes: la afectación más frecuente son quistes funcionales, endometrioma
y secuelas de la enfermedad pélvica inflamatoria.
Mujeres en edad de reproducción: los más frecuentes son agrandamiento del
utero por embarazo, quistes funcionales y miomas. Otras causas suelen ser
endometriomas, teratomas quísticos maduros, abscesos tuboováricos agudos o
crónicos y embarazo ectópico.
Mujeres posmenopáusicas: los canceres constituyen la causa más frecuente de
masa pélvica en este grupo.
ÚTERO
El agrandamiento del uterino o uteromegalia es un hecho común y sus causas más
frecuentes son el embarazo y los miomas.
Clasificación de los miomas uterinos: los miomas se clasifican según el sitio en el que
están y la dirección de su crecimiento.
- Subserosos; nacen de miocitos localizados muy cerca de la serosa uterina y
proliferan hacia afuera.
- Pediculados; reciben este nombre los miomas que están unidos al miometrio
por un pedículo.
- Miomas parásitos; son variantes subserosas que se fijan por sí mismas a
estructuras pélvicas vecinas, de las cuales obtienen sangre.
- Intramurales; su crecimiento se centra dentro de las paredes del útero.
- Submucosos; están muy cerca del endometrio y crecen hacia la cavidad
endometrial.
Leiomiomatosis; entidad caracterizada por presentar tumores extrauterinos
de músculo liso benignos pero infiltrantes, estos pueden aparecer de manera
simultánea en mujeres con leiomiomas uterinos.
Leiomiomatosis intravenosa; es un tumor benigno que invade y se extiende
de forma serpinginosa en las venas uterinas y otras del aparato reproductor,
la vena cava e incluso las cámaras cardiacas.
Leiomiomas metastásicos benignos; miomas uterinos que se diseminan por
vía hematógena, se han localizado dichas lesiones en los pulmones, el tubo
digestivo, la columna vertebral y el cerebro.
Manifestaciones clínicas: la mayoría de mujeres con miomas son
asintomáticas, pero las que presentan síntomas refieren expulsión de sangre,
dolor, sensación compresiva o infecundidad.
Perdida hemática; constituye la manifestación más frecuente y suele
asumir la forma de menorragia.
Molestias pélvicas y dismenorrea; un útero suficientemente agrandado
origina una sensación compresiva, polaquiuria, incontinencia o
estreñimiento. El dolor con la menstruación no es tan frecuente como
la dispareunia.
Dolor pélvico agudo; es infrecuente, cuando se degeneran y la necrosis
hística, en tal caso, puede acompañarse de dolor agudo, fiebre y
leucocitosis, conjunto de manifestaciones que a veces remeda otras
causas de dolor pélvico agudo.
Infecundidad y perdida del embarazo; sus supuestos efectos son por
oclusión de los orificios tubáricos y la alteración de las contracciones
uterinas normales que impulsan a los espermatozoides o al óvulo.
Otras manifestaciones clínicas:
Síndrome de eritrocitosis miomatosa, producción excesiva de
eritropoyetina por los riñones o por los propios miomas.
Seudosíndrome de Meigs, de manera tradicional, dicho síndrome
comprende ascitis y derrame pleural, como alteraciones acompañantes
de fibromas ováricos benignos.
Sin embargo, cualquier tumor pélvico, incluidos los leiomiomas
quísticos grandes u otros quistes ováricos benignos, pueden ocasionar
dicho conjunto de alteraciones. Su origen supuesto depende de la
diferencia entre el riego arterial y el drenaje venoso y linfático que
proviene de los leiomiomas.
Diagnóstico: usualmente los miomas suelen detectarse con el tacto
ginecológico, en mujeres en edad de reproducción, la uteromegalia debe
obligar a cuantificar el nivel de β-hCG en orina o suero.
Estudios de imagen: se debe practicar una ecografía para determinar la
anatomía de los órganos pélvicos. Para valorar mejor la cavidad endometrial
se puede realizar una histeroscopía o una ecografía con infusión salina.
Tratamiento:
Observación; los miomas asintomáticos, sea cual sea su tamaño,
pueden ser objeto de observación y de vigilancia con un tacto
ginecológico anual.
Antiinflamatorios no esteroideos; el tratamiento de la dismenorrea y
la menorragia que surgen con los miomas se basa en la actividad de las
prostaglandinas como mediadoras de tales manifestaciones
anormales. Se sabe que diversos NSAID muestran eficacia contra la
dismenorrea.
Hormonoterapia; son útiles los anticonceptivos orales combinados.
Andrógenos; el danazol y la gestrinona contraen el volumen de los
leiomiomas y mejoran los síntomas hemorrágicos.
Agonistas de la GnRH; contraen los miomas al actuar contra los
efectos proliferativos de los estrógenos y la progesterona.
Antagonistas de la GnRH; tenemos cetrorelix y el ganirelix.
Antiprogestágenos; la progesterona se liga a su receptor A o a su
receptor B, en los miomas el primero es más abundante que el
segundo. Los agentes específicos que se unen de manera competitiva
con dichos receptores se clasifican como antiprogestágenos si inducen
efectos antagonistas de manera universal o como moduladores
selectivos de los receptores de progesterona si ejercen efectos contra
dicha hormona en algún tejido. La mifepristona, disminuye el volumen
de la masa y es mejor tolerada que leuprolide.
Embolización de las arterias uterinas; intervención angiográfica en la
cual se administran microesferas de alcohol polivinílico u otros
émbolos en partículas, en ambas arterias uterinas. El hecho de no
embolizar ambas arterias uterinas permite que haya circulación
colateral entre éstas para conservar el flujo sanguíneo al mioma, lo
que disminuye de manera significativa el éxito del procedimiento. El
embarazo, una infección activa del útero o de los anexos y sospecha
de un cáncer del aparato reproductor son contraindicaciones
absolutas para la embolización.
Masas paraováricas
Quistes paratubáricos/paraováricos: muchos de los quistes de este tipo no son
neoplásicos, sino vestigios distendidos del conducto paramesonéfrico o quistes de
inclusión mesotelial, el quiste paramesonéfrico más común es la llamada hidátide
de Morgagni. La ecografía transvaginal suele utilizarse como método primario de
valoración en mujeres sintomáticas, los quistes tienen paredes lisas y finas y
centros anecoicos.
Tumores sólidos paraováricos: los leiomiomas son las masas paraováricas más
frecuentes, los tumores malignos son poco frecuentes e incluyen el sarcoma,
linfoma, adenocarcinoma, feocromocitoma y coriocarcinoma.