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“AÑO DEL BICENARIO DEL PERÚ: 200

AÑOS DE INDEPENDENCIA”

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE MEDICINA

PORTAFOLIO:
Resumen del capítulo 9 del libro de ginecología Williams

DOCENTE:

DR. JUAN CARLOS ALVA ROJAS

ALUMNO:

Ramirez Zapata Luisin Kevin

CICLO: X

2021
TUMORACIONES PÉLVICAS
Las masas del aparato reproductor de la mujer son hallazgos frecuentes, estos pueden
encontrarse en el aparato reproductor o por fuera de este. Pueden ser asintomático y
detectarse durante el tacto ginecológico, sus manifestaciones típicas comprenden dolor,
sensación compresiva, dismenorrea o metrorragia anormal.
Los análisis de laboratorio no aportan datos útiles, pero podrían brindar orientación como
los niveles de gonadotropina coriónica beta humana en suero o los marcadores tumorales.
Se prefiere evaluar las masas con un examen ecografía y en caso de incertidumbre se
puede utilizar un examen topográfico o una resonancia magnética.

 Factores demográficos
El factor más influyente en la masa es la edad, ciertas masas son más prevalentes en
mujeres de mayor edad o ancianas.
 Niñas prepúberes: en estas niñas casi todas las masas se localizan en el ovario,
innumerables masas son quistes funcionales. Cuando son lesiones neoplásicas lo
habitual es que sean tumores benignos de las células germinativas y los más
frecuentes son los teratomas quísticos maduros.
 Adolescentes: la afectación más frecuente son quistes funcionales, endometrioma
y secuelas de la enfermedad pélvica inflamatoria.
 Mujeres en edad de reproducción: los más frecuentes son agrandamiento del
utero por embarazo, quistes funcionales y miomas. Otras causas suelen ser
endometriomas, teratomas quísticos maduros, abscesos tuboováricos agudos o
crónicos y embarazo ectópico.
 Mujeres posmenopáusicas: los canceres constituyen la causa más frecuente de
masa pélvica en este grupo.

 ÚTERO
El agrandamiento del uterino o uteromegalia es un hecho común y sus causas más
frecuentes son el embarazo y los miomas.

 Miomas: son neoplasias malignas compuestas de musculo liso, su consistencia es


fibrosa por su abundante contenido de colágeno. El número, tamaño y ubicación
dentro del útero pueden inducir la aparición de los síntomas muy diversos. A simple
vista los miomas son de color perlino, firmes y de consistencia coriácea, que en la
superficie de corte muestran un perfil en espiral.
Pueden sufrir degeneración, entre sus formas están quística, hialina, roja, mixoide,
calcificada y grasa; la degeneración puede acompañarse de dolor.
Cada mioma proviene de un solo miocito progenitor, el número de miomas se ha
correlacionado con defectos en los cromosomas 6; 7; 12 y 14.
Los miomas uterinos son masas sensibles a los estrógenos y a la progesterona, por
eso se desarrollan entre los años de producción, los propios miomas crean un
entorno hiperestrógenico que al parecer es una condición necesaria para su
proliferación y perpetuación. Los miomas tienen más receptores de estrógeno en
comparación con el miometrio (esto genera mayor fijación de estradiol), convierten
una menor cantidad de estradiol en estrona (hormona más débil) y contienen
niveles más elevados de aromatasa.
Factores de riesgo; es más frecuente en mujeres afroamericanas y aumenta la
incidencia con el paso de los años durante la edad reproductiva.

Clasificación de los miomas uterinos: los miomas se clasifican según el sitio en el que
están y la dirección de su crecimiento.
- Subserosos; nacen de miocitos localizados muy cerca de la serosa uterina y
proliferan hacia afuera.
- Pediculados; reciben este nombre los miomas que están unidos al miometrio
por un pedículo.
- Miomas parásitos; son variantes subserosas que se fijan por sí mismas a
estructuras pélvicas vecinas, de las cuales obtienen sangre.
- Intramurales; su crecimiento se centra dentro de las paredes del útero.
- Submucosos; están muy cerca del endometrio y crecen hacia la cavidad
endometrial.
Leiomiomatosis; entidad caracterizada por presentar tumores extrauterinos
de músculo liso benignos pero infiltrantes, estos pueden aparecer de manera
simultánea en mujeres con leiomiomas uterinos.
Leiomiomatosis intravenosa; es un tumor benigno que invade y se extiende
de forma serpinginosa en las venas uterinas y otras del aparato reproductor,
la vena cava e incluso las cámaras cardiacas.
Leiomiomas metastásicos benignos; miomas uterinos que se diseminan por
vía hematógena, se han localizado dichas lesiones en los pulmones, el tubo
digestivo, la columna vertebral y el cerebro.
Manifestaciones clínicas: la mayoría de mujeres con miomas son
asintomáticas, pero las que presentan síntomas refieren expulsión de sangre,
dolor, sensación compresiva o infecundidad.
 Perdida hemática; constituye la manifestación más frecuente y suele
asumir la forma de menorragia.
 Molestias pélvicas y dismenorrea; un útero suficientemente agrandado
origina una sensación compresiva, polaquiuria, incontinencia o
estreñimiento. El dolor con la menstruación no es tan frecuente como
la dispareunia.
 Dolor pélvico agudo; es infrecuente, cuando se degeneran y la necrosis
hística, en tal caso, puede acompañarse de dolor agudo, fiebre y
leucocitosis, conjunto de manifestaciones que a veces remeda otras
causas de dolor pélvico agudo.
 Infecundidad y perdida del embarazo; sus supuestos efectos son por
oclusión de los orificios tubáricos y la alteración de las contracciones
uterinas normales que impulsan a los espermatozoides o al óvulo.
 Otras manifestaciones clínicas:
Síndrome de eritrocitosis miomatosa, producción excesiva de
eritropoyetina por los riñones o por los propios miomas.
Seudosíndrome de Meigs, de manera tradicional, dicho síndrome
comprende ascitis y derrame pleural, como alteraciones acompañantes
de fibromas ováricos benignos.
Sin embargo, cualquier tumor pélvico, incluidos los leiomiomas
quísticos grandes u otros quistes ováricos benignos, pueden ocasionar
dicho conjunto de alteraciones. Su origen supuesto depende de la
diferencia entre el riego arterial y el drenaje venoso y linfático que
proviene de los leiomiomas.
Diagnóstico: usualmente los miomas suelen detectarse con el tacto
ginecológico, en mujeres en edad de reproducción, la uteromegalia debe
obligar a cuantificar el nivel de β-hCG en orina o suero.
Estudios de imagen: se debe practicar una ecografía para determinar la
anatomía de los órganos pélvicos. Para valorar mejor la cavidad endometrial
se puede realizar una histeroscopía o una ecografía con infusión salina.
Tratamiento:
 Observación; los miomas asintomáticos, sea cual sea su tamaño,
pueden ser objeto de observación y de vigilancia con un tacto
ginecológico anual.
 Antiinflamatorios no esteroideos; el tratamiento de la dismenorrea y
la menorragia que surgen con los miomas se basa en la actividad de las
prostaglandinas como mediadoras de tales manifestaciones
anormales. Se sabe que diversos NSAID muestran eficacia contra la
dismenorrea.
 Hormonoterapia; son útiles los anticonceptivos orales combinados.
 Andrógenos; el danazol y la gestrinona contraen el volumen de los
leiomiomas y mejoran los síntomas hemorrágicos.
 Agonistas de la GnRH; contraen los miomas al actuar contra los
efectos proliferativos de los estrógenos y la progesterona.
 Antagonistas de la GnRH; tenemos cetrorelix y el ganirelix.
 Antiprogestágenos; la progesterona se liga a su receptor A o a su
receptor B, en los miomas el primero es más abundante que el
segundo. Los agentes específicos que se unen de manera competitiva
con dichos receptores se clasifican como antiprogestágenos si inducen
efectos antagonistas de manera universal o como moduladores
selectivos de los receptores de progesterona si ejercen efectos contra
dicha hormona en algún tejido. La mifepristona, disminuye el volumen
de la masa y es mejor tolerada que leuprolide.
 Embolización de las arterias uterinas; intervención angiográfica en la
cual se administran microesferas de alcohol polivinílico u otros
émbolos en partículas, en ambas arterias uterinas. El hecho de no
embolizar ambas arterias uterinas permite que haya circulación
colateral entre éstas para conservar el flujo sanguíneo al mioma, lo
que disminuye de manera significativa el éxito del procedimiento. El
embarazo, una infección activa del útero o de los anexos y sospecha
de un cáncer del aparato reproductor son contraindicaciones
absolutas para la embolización.

 Histerectomía; La extracción del útero es el tratamiento quirúrgico


definitivo y más frecuente contra los miomas, se puede realizar por vía
vaginal, abdominal o por laparoscopia.
 Miomectomía; la extracción únicamente del mioma es una opción en
las mujeres que desean preservar su capacidad reproductiva, se puede
realizar por vía laparoscópica, histeroscópica o mediante una
laparotomía.
 Ablación endometrial; son modalidades histolíticas con las que se
puede eliminar el endometrio, la ineficacia está cerca al 40%.
 Hematómetra: el menstruo, cuyo flujo es obstruido, se concentra en el
útero distendiéndolo, en esta situación también puede ocurrir hematocolpos
(distensión de la vagina) o hematosalpinge (distensión de las trompas de
Falopio). Las mujeres con hematómetra señalan dolor cíclico en la línea
media; también en el comienzo pueden surgir molestias imprecisas como
dorsalgia baja y sensación de plétora pélvica. En el tacto ginecológico se
puede encontrar el cuerpo del útero en la línea media, agrandado, blando o
incluso quístico, en ocasiones doloroso a la palpación.
- Diagnóstico: se realiza con ecografía y se puede solicitar una
resonancia magnética para precisar el sitio de obstrucción.
- Tratamiento: los objetivos son eliminar la obstrucción y evacuar la
sangre, se realiza dilación del cuello uterino, en casos de anomalías
congénitas se realiza la cirugía respectiva.

 Adenomiosis: lo característico de esta patología es la uteromegalia que es


causada por restos ectópicos de endometrio situados en el miometrio. La
teoría fisiopatológica más aceptada es que ocurre invaginación de la capa
basal del endometrio al interior del miometrio.
- Factores de riesgo: paridad, edad (40 y 59 años), endometritis
crónicas, abortos provocados e hiperestrogenismos.
- Síntomas: menorragia, dismenorrea y dispareunia.
- Diagnóstico: antígeno tumoral 125 (CA125) y ecografía transvaginal.
- Tratamiento médico: se pueden utilizar AINES, ACO combinados, DIU
liberador de levonorgestrel, este manejo es para controlar el dolor y
disminuir la pérdida de sangre.
- Tratamiento intervencionista: la histerectomía es el manejo definitivo.

 Hipertrofia endometrial: el útero debe pesar > 120 g en el caso de


mujeres nulíparas y > 210 g en el de multíparas, los síntomas son
infrecuentes pero lo que más se presenta es menorragia

 Divertículos uterinos o cervicouterinos: son insaculaciones globosas que


se comunican con la cavidad endometrial o el conducto endocervical y se
extienden desde tales estructuras. Un divertículo puede servir como
depósito para el menstruo, y la expulsión intermitente de sangre ocasiona
dolor y goteo intermenstrual, los sáculos mencionados pueden infectarse de
manera secundaria. El tratamiento incluye la extirpación del divertículo o
una histerectomía.
 Ovarios
Las masas ováricas son hallazgos frecuentes, la mayoría suelen ser quísticas y
las restantes neoplásicas con predominio de las benignas sobre las malignas.

 Grupo de masas quísticas de los ovarios: suele dividirse en las


provenientes de proliferación neoplásica (las neoplasias quísticas de ovario)
y las creadas por perturbación de la ovulación normal (quistes ováricos
funcionales). Usualmente los quistes suelen ser asintomáticos, en caso de
presentar síntomas los más frecuentes son el dolor y sensaciones vagas
compresivas.
- Diagnóstico: detectan de manera casual en el tacto ginecológico
corriente o durante estudios de imagen. CA125 está aumentado en el
cáncer de ovario.
- Observación: si cumple los siguientes criterios como confirmación
ecográfica de que el quiste es uniloculado y de pared delgada;
diámetro del quiste menor de 5 cm; durante la fase de vigilancia el
quiste no se agranda, y nivel sérico normal de CA125.
- Extirpación quirúrgica: la cistectomía permite conservar los ovarios,
pero aumenta el riesgo de diseminación y la ovariectomía se
recomienda más en pacientes posmenopáusicas por el aumento del
riesgo de cáncer de ovario.
- Cuando se debe referir una mujer a un oncólogo ginecólogo.

 Quistes ováricos funcionales: nacen de folículos ovárico y surgen por


disfunción hormonal durante la ovulación, se les ha subdividido en quistes
foliculares o quistes del cuerpo amarillo.
- Factores de riesgo: tabaquismo, ACO que contienen progestágenos y
tamoxifeno.
- Diagnóstico y tratamiento: la ecografía es el instrumento de imagen
más indicado para valorar un quiste.
Características ecográficas; los quistes foliculares son lesiones
anecoicas redondas en su totalidad, con paredes finas y regulares.
Quistes del cuerpo amarillo se valora mejor con el Doppler
transvaginal de color muestra un anillo brillante (ANILLO DE FUEGO),
por el incremento de los vasos que rodean al quiste.

 Quistes ováricos neoplásicos benignos: se pueden diferenciar mediante


estudios histológicos y se agrupan en tumores del epitelio-estroma, de
celular germinativas, de los cordones sexuales-estroma y otros. De las
neoplasias ováricas benignas, las más frecuentes son los cistadenomas
serosos y mucinosos y el teratoma quístico maduro.
Tumores serosos y mucinosos benignos; grupo de neoplasia de epitelio
superficial.
Los tumores serosos benignos en forma típica son quistes uniloculados, de
pared fina, llenos de líquido seroso y revestidos de células semejantes a las
que recubren las trompas de Falopio.
Los tumores mucinosos benignos son masas que contienen moco y su pared
es más gruesa, aunque pueden ser pequeños y a menudo alcanzan un gran
diámetro.
Teratoma ovárico; provienen de una sola célula germinal por esto pueden
tener cualquier capa, ya sea ectodermo, mesodermo o endodermo. Los
teratomas se clasifican de la siguiente manera:
- Teratomas inmaduros; son malignos.
- Teratomas maduros; son benignos.
Características ecográficas: punta del iceberg, niveles lipohídricos o
hidrocapilares (se identifica una línea de demarcación donde está el
líquido libre y el sebo), cabellos y protuberancia de rokitansky (nódulo
mural que aparece con diámetro de 1 a 4 cm, es de predominio
hiperecogénico y genera un ángulo agudo en la pared del quiste).
- Teratoma monodérmico; tumor benigno que contiene solo una capa o
predomina una sola capa.

 Tumores ováricos sólidos: la mayoría de las masas ováricas sólidas por


completo son benignas, Los tumores ováricos que asumen la forma de masas
sólidas comprenden: tumores de cordones sexuales/estroma; tumor de
Krukenberg, tumores carcinoides, linfoma primario, tumores de células
transicionales (conocidos también como de Brenner) y leiomiomas y
leiomiosarcomas ováricos.

 Torsión de masas en los anexos


La torsión es el movimiento giratorio de componentes del anexo sobre su propio eje,
a menudo, el ovario y la trompa de Falopio giran como una sola entidad alrededor del
ligamento ancho.
Incidencia; comprende 3% de las situaciones de emergencia en mujeres, es más
frecuente durante la edad fértil.
Las masas que miden más de 6 cm de diámetros y las del lado izquierdo tienden sufrir
más torsión.
Síntomas y signos; presenta un dolor punzante, de inicio súbito en la mitad baja del
vientre y que empeora de forma progresiva, suele asociarse náuseas y vómitos, ante
la presencia de fiebre se debe pensar en una necrosis.
Diagnóstico: el examen de apoyo inicial debe ser una ecografía, un eco doppler
normal no descarta el diagnostico, la utilidad de la tomografía y la resonancia
magnética se manifiesta más en torsiones incompletas o crónicas.
Tratamiento: la intención es salvar los anexos afectados y realizar una ovariopexia, sin
embargo, en los casos de necrosis solo se puede extirpar las estructuras afectadas.

 Masas paraováricas
 Quistes paratubáricos/paraováricos: muchos de los quistes de este tipo no son
neoplásicos, sino vestigios distendidos del conducto paramesonéfrico o quistes de
inclusión mesotelial, el quiste paramesonéfrico más común es la llamada hidátide
de Morgagni. La ecografía transvaginal suele utilizarse como método primario de
valoración en mujeres sintomáticas, los quistes tienen paredes lisas y finas y
centros anecoicos.
 Tumores sólidos paraováricos: los leiomiomas son las masas paraováricas más
frecuentes, los tumores malignos son poco frecuentes e incluyen el sarcoma,
linfoma, adenocarcinoma, feocromocitoma y coriocarcinoma.

 Afecciones de las trompas de Falopio


La mayor parte de las afectaciones incluyen el embarazo ectópico y las
complicaciones de la EPI, las neoplasias son raras.
 Hidrosalpinge: es una inflamación crónica de las trompas de Falopio como
consecuencia de una EPI prolongada, por lo común las paredes están distendidas y
llenas de líquido seroso claro. Ecográficamente se refiere una estructura fusiforme
quística hipoecoica de pared delgada con tabiques incompletos.
 Neoplasias benignas: las neoplasias son raras en la trompa de falopero, pero la
más frecuente es el mesotelioma y se encuentra en < 1% de las biopsias realizadas
después de una histerectomía. En raras ocasiones se pueden encontrar
hemangiomas, lipomas, condromas, adenofibromas, cistoadenofibromas,
angiomiolipomas y tumores de origen nervioso.
 Abcesos tuboováricos: masa inflamatoria que afecta las trompas de Falopio, los
ovarios y a menudo estructuras vecinas. Si el ovario se adhiere a la trompa de
Falopio, pero aún se le visualiza, se denomina complejo tuboovárico. El absceso
tuboovárico es consecuencia de la degradación total de la arquitectura del ovario y
de la trompa, al grado que dejan de ser estructuras independientes y se fusionan
en una sola. El tratamiento comprende la administración de antibióticos de amplio
espectro, analgésicos y antipiréticos, solo los grandes abscesos aislados pueden
beneficiarse del drenaje.

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