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INTRODUCCIÓN
Por otro lado, desde el punto de vista empresarial, el profesional de hoy debe asumir roles de
liderazgo, conocimiento, experiencia y un alto sentido de la ética que marcarán el cumplimento de
los objetivos empresariales.
Es por ello que es importante conocer los avances históricos y aportaciones de la administración,
tales como Frederick Winslow Taylor y Henri Fayol mediante su estudio nos han compartido su
conocimiento y habilidades.
Lo cual constituye material de apoyo al desarrollo del estudiante, conociendo las acciones y
procesos necesarios para su realización.
FREDERICK WINSLOW TAYLOR.
Frederick W. Taylor ha sido una figura clave para que se desarrollara la moderna industria, en
particular, y las organizaciones en general.
Frederick W. Taylor inició sus estudios en derecho en la Phillips Exeter Academy, en Nuevo
Hampshire, aunque posteriormente fue aceptado en la Universidad de Harvard. Esto podría haber
sido el inicio de una próspera carrera como hombre de leyes, pero, lamentablemente, la vida le
deparó un tremendo revés.
Pero pese a que estos problemas Taylor, lejos de amargarse, empezó a reflexionar sobre ello y la
forma en cómo se podría mejorar la respuesta física de los deportistas usando instrumentos y
herramientas que ya existían o, al menos, usar algún método paliativo. Estas primeras reflexiones
serían fundamentales en su forma de pensar, relacionando un mejor desempeño y productividad
con la aplicación de determinadas estrategias.
Trayectoria profesional
Por fortuna, en 1875 Taylor se recupera de sus problemas visuales. En esta época ingresó como
obrero en una empresa siderúrgica industrial ubicada en Filadelfia. Algunos años más tarde, en
1878 trabajó para la Compañía de Acero de Midvale, en Utah, en donde rápidamente ascendió y
desempeñó varias labores: maquinista, jefe de grupo, capataz, jefe de capataces y director de la
oficina de planos hasta llegar al puesto de ingeniero jefe.
En 1881, con tan sólo 25 años, Frederick W. Taylor empezó a introducir la idea del “estudio del
tiempo” en la Compañía de Acero de Midvale. Yas desde bien joven, se caracterizó por ser una
persona sumamente observadora y minuciosa y, estando en la compañía, se dedicó a observar
cómo trabajaban los operarios encargados de cortar el material metálico.
Taylor se concentró en prestar atención a cómo los trabajadores hacían todo el proceso,
fijándose en cada paso seguido, por muy simple y banal que pareciera. A partir de su observación
concibió la noción de descomponer trabajo en pasos más sencillos para poderlos analizar de forma
más exhaustiva. Para él, era fundamental que dichos pasos tuvieran un tiempo de ejecución
determinado y estricto, bien cronometradas.
Todavía trabajando en la Compañía de Acero de Midvale, en 1883 Taylor logró obtener el título de
ingeniero mecánico en el Stevens Institute of Technology. Se le debe reconocer el mérito de
haberse sacado ese título, pues estudiaba todas las noches y, por el día, acudía a su puesto de
trabajo en la compañía. De este modo consiguió el puesto de ingeniero jefe en la compañía, y a
partir de entonces diseñó y construyó un nuevo taller de máquinas para aumentar la
productividad.
Gracias a sus ideas de la observación minuciosa en el trabajo, Taylor contribuyó a que surgiera
una nueva concepción del trabajo: la organización científica del trabajo. Con la intención de
investigar más a fondo esta idea, Taylor decidió dejar su puesto de trabajo en la Compañía de
Acero de Midvale y se unió a la Manufacturing Investment Company, en donde trabajó durante
tres años y desarrollaría un nuevo enfoque de la ingeniería más dirigido hacia la consultoría de la
gestión.
Su innovador
a visión del trabajo le abrió muchas salidas laborales y, gracias a ello, Frederick W. Taylor tuvo la
oportunidad de participar en diversos proyectos empresariales. La última empresa en la que se
implicó fue la Bethlehem Steel Corporation, donde siguió desarrollando procesos novedosos para
optimizar, en este caso, procesos relacionados con el trabajo con hierro fundido y hacer palés.
A los 45 años Frederick W. Taylor decidió retirarse del ámbito laboral, aunque siguió ofreciendo
conferencias para difundir sus principios de la administración científica del trabajo. Aprovechando
este retiro dedicó pasar tiempo con su esposa Louise M. Spooner y sus tres hijos adoptados,
residiendo en Filadelfia entre 1904 y 1914.
Durante esta década Taylor recibió varios reconocimientos por su idea del control del tiempo en
la producción industrial. En 1906 la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos lo nombró su
presidente y, ese mismo año, recibió el nombramiento de doctor honoris causa en el ámbito de las
ciencias por la Universidad de Pensilvania. En 1912 se presentó ante un comité especial del
Congreso de los Estados Unidos de América para exponer las características del sistema de gestión
de maquinaría que él había creado.
Frederick W. Taylor falleció el 21 de marzo de 1915 en Filadelfia con 59 años cumplidos el día
anterior. Fue muy trabajador y siempre estuvo interesado en dar a conocer su sistema de
organización científica del trabajo, presentándolo en diferentes institutos y universidades.
Taylor consideraba que cada trabajador tenía unas habilidades propias las cuales debían ser
tomadas en cuenta a la hora de ordenarle realizar una determinada tarea. Además, por medio de
la formación constante, estas habilidades en las que ya son buenos de base pueden ser mejoradas
de tal forma que se perfeccionen y se incremente la producción como consecuencia de ello.
En los tiempos de Taylor la concepción más común era que los objetivos de los empleados y los
jefes no podían coincidir. Sin embargo, Taylor expone que esto no debería ser así, puesto que es
posible orientar a ambos grupos en un mismo objetivo común, que es una mayor y más eficiente
productividad.
Para Taylor había una serie de errores que estaban muy extendidos en la industria del siglo XIX y
que debían ser corregidos si se quería disponer de mayor productividad. Entre los principales
encontramos:
4. Métodos no uniformes
Los métodos de trabajo usado en las fábricas no eran uniformes, lo cual hacía que el proceso final
fuera muy poco eficiente. Cada tarea dentro de la fábrica podía estar sujeta a unos estándares
diferentes, haciendo que la calidad del producto final fuera irregular.
Para Taylor, la idea de la administración científica del trabajo se basa en cuatro principios
fundamentales, los cuales son los siguientes:
Taylor consideraba que, para poder cumplir con este principio, la administración debe conocer
primero cuáles son los tiempos asociados a cada actividad, qué demoras implican, por qué se
producen y qué acciones específicas realizan los trabajadores en cada tarea.
3. Cooperación
Para que el rendimiento de la empresa sea el deseado es necesario que haya cooperación entre
los obreros y los directivos. Aunque sean los obreros quienes operan sobre el sistema físicamente,
empleados y empleadores deberán perseguir el mismo objetivo: un aumento de la producción y la
eficiencia.
Es por esto que Taylor consideraba que la remuneración de los trabajadores debe estar
relacionada con su producción, es decir, que cobren en función de la cantidad de trabajo que ha
realizado. Sabiendo que a más tareas cumplidas o productos producidos más ganará el trabajador,
de acuerdo con Taylor, se motivará y trabajará más para cobrar mejor. Esto tiene también la
intención de evitar la simulación laboral, es decir, que los empleados reduzcan su productividad o
directamente no trabajen.
4. División de trabajo entre directivos y operarios
Este último principio de Taylor es realmente innovador para su época, puesto que implica que es
fundamental que la carga laboral entre los directivos y los obreros sea equivalente. Considera
que se debe buscar que haya una división de trabajo justa y coherente si lo que se desea es lograr
la máxima eficiencia en todos los procesos.
La administración debe encargarse de todos los elementos que tienen que ver con el análisis de
situaciones, generar planes que estén vinculados con el futuro de la empresa además de buscar
estrategias para conseguir mayor beneficio.
HENRI FAYOL.
Henry Fayol (1841-1925) fue un ingeniero e investigador francés conocido por haber formulado la
Teoría Clásica de la Administración. Esta teoría, conocida también como fayolismo en honor a su
autor, se convirtió en la base de la metodología moderna en las organizaciones y empresas.
Su modelo de gestión empresarial, junto con otras ideas sobre el tema, apareció en su
libro Administración Industrial y General, publicado en 1916. En esta obra, Fayol explicó su
pensamiento sobre los principios de la administración y las funciones de la misma. Además,
también formuló catorce puntos que debían regir los principios de administración.
Henry Fayol
El autor, nacido en Constantinopla, actual Estambul (Turquía), en el seno de una familia francesa,
realizó sus estudios en el país de origen de sus padres. Al finalizarlos, comenzó a trabajar en la
Commentry-Fourchambault Company, una empresa minera y metalúrgica. Fayol continuó toda su
vida en la misma compañía, alcanzando el puesto de director general.
Su teoría de la administración está basada en tres aspectos principales: la división del trabajo; las
medidas que se aplican en el proceso administrativo; y en formular los criterios técnicos
adecuados para guiar la función administrativa. Fue el creador, además, de varios términos
relacionados con su especialidad que aún continúan usándose.
Biografía
Henry Fayol nació el 29 de julio de 1841 en Constantinopla, la actual ciudad turca de Estambul. Su
familia era de origen francés y de posición acomodada.
Henry y su familia regresaron a Francia en 1847 y allí Henry recibió una educación conforme a su
buena posición social. Los primeros estudios los realizó en el Liceo de Lyon y, más adelante, los
continuó en la Escuela Nacional de Minas situada en Saint Etienne. A los 19 años, en 1860, Fayol
obtuvo su título de ingeniero de minas.
Inicio de su carrera
Henry Fayol comenzó a trabajar en 1960 en una prestigiosa empresa de minería y metalurgia
francesa: la Commentry-Fourchambault Company. Sus primeras tareas estuvieron relacionadas
con la extracción de carbón y con los procesos utilizados para fundir hierro.
Entre las tareas que más prestigio le concedieron dentro de la empresa durante los primeros años
fue desarrollar diversas mejoras y alternativas para prevenir y combatir los habituales incendios
que se producían en el interior de las minas.
Gerencia y dirección
Fayol fue ascendido a gerente 1866 y, desde ese puesto, emprendió una serie de cambios que
permitieron un importante aumento de la rentabilidad de la empresa. Este trabajo le valió un
nuevo ascenso en 1888, año en el que fue nombrado director.
A pesar del buen resultado de las medidas tomadas por Fayol como gerente, en 1888 la empresa
estaba pasando por serias dificultades económicas. Esto había provocado, por ejemplo, que llevara
tres años de retraso en la cancelación de los dividendos que correspondían a sus accionistas.
Fue en esa situación cuando Fayol ocupó el cargo de director general de la compañía. Su primer
objetivo era mejorar su condición económica para asegurar la viabilidad de la empresa.
Revitalización de la compañía
Como director general, Fayol comenzó a tomar medidas para conseguir su objetivo. Las primeras
fueron el cierre de una de las plantas de fundición y la centralización de la producción de otra
planta, lo que consiguió generar una economía de escala.
Además de estas, Fayol se encargó de conseguir nuevos depósitos de carbón en tres localidades
francesas estratégicas: Gondreville, Saint-Lager-Bressac y Decazeville.
Estas medidas, unidas a algunas otras relacionadas con la gestión empresarial, provocaron que
Fayol tuviera éxito en su propósito de revitalizar la compañía. Parte de las estrategias que aplicó
formaron parte de la teoría sobre la administración que publicaría años más tarde.
La actuación de Fayol provocó que la empresa pudiera sobrevivir y mejorara sus resultados. Hoy
en día sigue siendo una de las siderúrgicas más importantes de Francia, formando parte de
Creusot-Loire.
Sus últimos años de vida estuvieron dedicados a la teoría. Fayol dedicó su tiempo a difundir sus
principios de administración, basados en su experiencia y sus investigaciones en el campo de la
administración empresarial.
Teoría de la administración
La teoría sobre la administración vigente hasta ese momento era la denominada científica. Esta
ponía el énfasis en el trabajo que desarrollaban los obreros. Por el contrario, la teoría clásica de
Fayol colocaba como punto más importante la estructura y las funciones que la organización debía
tener para ser más eficiente.
El objetivo de ambas teorías era el mismo: conseguir que las organizaciones, especialmente la
empresa industrial, aumentaran su eficiencia.
Como se ha señalado, la teoría clásica fue expuesta por Henry Fayol en 1916. El ingeniero de minas
la publicó en su libro más conocido: Administración Industrial y General.
De manera resumida, el modelo propuesto por Fayol para la administración estaba basado en tres
aspectos diferentes: la aplicación del proceso administrativo; los principios técnicos para orientar
la función de dicha administración; y la división del trabajo.
Para este teórico, la función de la administración solo está dirigida al cuerpo social, esto es, al
personal de la empresa. Las otras, por su parte, están enfocadas a la materia prima y a la
maquinaria.
Estos planes deben ser lo más concretos posibles y mantener coherencia con la naturaleza de la
organización y con su propósito final. Si la planificación es buena, las actividades empresariales se
desarrollarán de manera armónica.
– Organizar: engloba la administración de todos los recursos que posee la empresa. Su objetivo es
que estén disponibles para ser utilizados de forma eficiente y rápida cuando sean necesario. Estos
recursos pueden ser tanto humanos como materiales.
– Dirigir: para Fayol, la dirección no solo debe ocuparse de la organización y coordinación del
personal de la empresa, sino que es una tarea mucho más compleja.
Entre otros aspectos, la dirección debe tener en cuenta aspectos como lograr que los empleados
estén motivados o abrir un canal de comunicación eficiente que sea útil a todo el personal de la
compañía.
El encargado de dirigir la organización tendrá también la función de resolver los conflictos que
puedan aparecer. Mantener un buen ambiente de trabajo es fundamental para optimizar la
producción.
Este paso supone estar pendiente en todo momento de lo que sucede en el interior de la
organización y que todo fluye de tal manera que sea posible obtener los resultados planificados.
– Prever: este paso es fundamental para asegurar la viabilidad de la empresa a largo plazo. El
proceso administrativo debe ser capaz de tener una visión de futuro sobre los posibles escenarios
para poder prepararse de antemano para ellos.
Los principios formulados por Fayol son una especie de guía acerca de lo que los responsables
empresariales deben tener en cuenta sobre los procesos administrativos.
3.- Disciplina
La disciplina se presente cuando se respeta a la empresa mediante el cumplimiento de sus normas
y obligaciones. Puede ser autoimpuesta por el propio trabajador o impuesto por los supervisores,
aunque el primer caso ofrece muchos mejores resultados a medio y largo plazo.
7.- Remuneración
La remuneración o salario es el precio que la empresa abona por los servicios prestados,
especialmente a los trabajadores. La cantidad abonada debe adecuarse al puesto de trabajo, a la
experiencia acumulada y a la productividad del trabajador.
8.- Centralización
La empresa debe tener un órgano de dirección con pocos miembros. Es fundamental que los
encargados de tomar las decisiones no sean demasiado numerosos, ya que esto suele provocar
problemas y una mayor lentitud en llegar a acuerdos.
9.- Jerarquía
La jerarquía es la escala que cubre todas las responsabilidades dentro de una empresa, desde el
director general hasta el último de los empleados.
10.- Orden
La importancia de que todos los procesos mantengan el orden se verá reflejada en todos los
procesos que ocurren en el interior de la empresa. De esta forma, un orden adecuado mejora la
gestión de recursos y tiempos, la disposición de los materiales o las responsabilidades de gerentes
o empleados.
11.- Equidad
Cada empleado, sin importar el puesto que ocupe o su nivel dentro de la empresa, ha de ser
tratado con equidad, de manera justa. Esto va a suponer que sus trabajadores muestren una
mayor lealtad e identificación con la empresa.
13.- Iniciativa
Los gerentes de la empresa deben encontrar vías para que los empleados muestren interés y
aporten sus propias ideas para mejorar los proyectos.
Fayol, entre otras cosas, estableció el Centro para Estudios Administrativos poco tiempo después
de publicar su libro más famoso, en 1916. Su intención era que sus teorías se popularizaran y
llegaran a más gente.
Además de lo anterior, Fayol defendió que la administración debía ensañarse, según sus propias
palabras, a “todas las capas de la población”.
– Técnicas: la capacidad específica con la que cualquier empresa fabrica sus productos u ofrece
sus servicios.
– Contables: las relacionadas con los costos, balances, inventarios y otros registros contables
importantes para el funcionamiento de una empresa.
– De seguridad: toda la relacionada con la seguridad dentro de la industria, tanto la del personal
como la de la propia instalación. Para aumentarla, la empresa debe tomar precauciones para que
no se produzcan accidentes, robos, incendios y otras incidencias similares.
– Financieras: se ocupan de la gestión económica necesaria para que la empresa sea rentable.
– Administrativas: todas las necesarias para que todas las funciones anteriores puedan llevarse a
cabo con la mejor efectividad. Fayol puso el foco de su trabajo en esta función.
Escuela de jefes
Los trabajos de Fayol fueron una continuación, con sus diferencias, de los realizados por Frederick
Taylor, considerado como otro de los padres de la administración moderna.
Taylor puso el foco en las fábricas, fijándose en las plantas de producción. Fayol, por su parte,
prefirió centrarse en la mejora de la coordinación de las distintas funciones administrativas.
Esta nueva perspectiva dentro del campo de la administración ha recibido el nombre de “escuela
de jefes”. Según este concepto, cada administrador tiene que dedicar parte de su trabajo a
planificar la actividad específica que le corresponde dentro de la organización empresarial.
Los resultados de esta teoría han mostrado su eficacia para que las compañías alcancen sus
objetivos. La causa de este éxito es la mejora de la coordinación de los esfuerzos de todas las áreas
y departamentos de la empresa.
Igualmente, importante ha sido el aumento de la capacidad para definir los perfiles profesionales
que han de buscarse para la administración.
CONCLUSIÓN.