Está en la página 1de 55

Contratación

pública
(Modalidad virtual)

ECLAPVIRTUAL.JCYL.ES

TEMA II. LOS SUJETOS DE LA


CONTRATACIÓN PÚBLICA
SUMARIO: I. INTRODUCCIÓN. LA ACTUACIÓN CONTRACTUAL DE LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. II. SUJETOS PRIVADOS: LOS
LICITADORES. 1. Los licitadores. 2. Capacidad para contratar. 3.
Solvencia. 4. Clasificación. 5. Prohibiciones de contratar. III. LA
ADMINISTRACIÓN CONTRATANTE. NOVEDADES EN RELACIÓN
CON LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA PARA LA GESTIÓN
DE LA CONTRATACIÓN. 1. Introducción. 2.Entidades sometidas al
régimen de contratación de la LCSP. 2.1. Las Administraciones públicas.
2.2. Los poderes adjudicadores que no son Administración públicas.
2.3. Los entes del sector público que no son poder adjudicador. 3.
Órganos de contratación. 3.1. Órganos estatales. 3.2. Las juntas de
contratación. 3.3. Autorización para contratar. 4. Órganos de
asistencia. 4.1. Las mesas de contratación. 4.2. Mesa especial del
diálogo competitivo o del procedimiento de asociación para la
innovación. 5.- Órganos consultivos. 5.1. La Junta Consultiva de
Contratación Pública del Estado. 5.2. El Comité de Cooperación en
materia de Contratación Pública. 5.3. La Oficina Independiente de
Regulación y Supervisión de la Contratación. 5.4. La Oficina Nacional
de Evaluación. 6. La Estrategia Nacional de Contratación. IV.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

I. INTRODUCCIÓN. LA ACTUACIÓN CONTRACTUAL DE LA


ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
La Administración pública no puede alcanzar los fines de interés público1 que tiene
atribuidos únicamente mediante la adopción de decisiones unilaterales
imperativas, sino también mediante la celebración de acuerdos, pactos, convenios
o contratos, es decir, mediante el concierto de voluntades con otros sujetos2.

1
Tradicionalmente el «interés público» ha sido calificado como un concepto jurídico indeterminado.
Ello no ha impedido que, la doctrina iuspublicista española, en sintonía con los postulados esbozados
por los teóricos foráneos, haya concebido fundamentalmente este interés público como criterio de
legalidad. Vid. GARCÍA DE ENTERRÍA, E.: «La interdicción de la arbitrariedad en la potestad
reglamentaria», en Revista de Administración Pública, núm. 30, 1959, pp. 131-166; SAINZ MORENO,
F.: «Reducción de la discrecionalidad: el interés público como concepto jurídico», en Revista Española
de Derecho Administrativo, núm. 8, 1976, pp. 63-94; MEILÁN GIL, J.L.: «Intereses generales e interés
público desde la perspectiva del derecho público español», en A&C-Revista de Direito Administrativo
& Constitucional, vol. 10, núm. 40, 2010, pp. 171-198, etc.
2
Vid. SÁNCHEZ MORÓN, M.: Derecho Administrativo. Parte General, Tecnos, 16ª edición, Madrid,
2020, pp. 587 y ss.

Página 2 de 55
Estas formas de actuación3 han existido desde siempre4, en la medida en que la
Administración pública siempre ha necesitado, con mayor o menor intensidad, de
la colaboración o el consenso de los particulares5. En nuestros días la actividad
contractual de la Administración pública ha alcanzado una trascendencia sin
precedentes6, por varios tipos de motivaciones. Algunas de estas razones tienen
que ver con la necesidad de potenciar la legitimidad7 y la eficacia de la acción
administrativa8. Otras razones, de mayor peso, son las que tienen que ver con el

3
El nacimiento de la figura del contrato administrativo no fue una cuestión pacífica. Ciertamente,
como afirmara extraordinariamente GARCÍA DE ENTERRÍA «la polémica del contrato
administrativo obedece por de pronto, al hecho de que toda su intención institucional está montada
sobre una aparente contradicción, la que resulta de pretender insertar en el Derecho público la
figura par excellence del Derecho privado...el contrato, figura en la cual parece que habrían de
desaparecer necesariamente las notas que tradicionalmente vienen marcando al Derecho público,
la desigualdad de las partes, la autoridad de la Administración, esencialmente concebida como una
potentior persona, el poder de mando, la prerrogativa». Vid. GARCÍA DE ENTERRÍA, E.: «La figura
del contrato administrativo», en Revista de Ciencias Jurídicas, núm. 26, 1975, p. 42.
4
Como recuerda PAREJO ALFONSO, «sin perjuicio de antecedentes remotos en el Antiguo
Régimen no bien establecidos e identificables en virtud de la teoría del fisco y los actos de mera
gestión patrimonial (en la Novísima Recopilación –Libro V. Tít. XIV, Ley IV– se recoge la prohibición,
establecida en el S. XVI, de que los Alcaldes, ni otra persona alguna en su nombre, sacaran cosa
alguna de lo que se vendiera en las almonedas), la legislación administrativa relativa a los contratos
se desarrolla a lo largo del S. XIX». Vid. PAREJO ALFONSO, L.: Lecciones de Derecho Administrativo,
Tirant lo Blanch, 10ª edición, Valencia, 2020, p. 797.
En este sentido, conviene destacar que en nuestra historia administrativa, los primeros contratos
de importancia tuvieron por objeto la adquisición de suministros militares e, inmediatamente
después, la construcción de obras públicas, tendencia que se materializa en la Instrucción de Obras
Públicas, de 10 de octubre de 1845, hito normativo que ya preveía ejecutar tales prestaciones por
contrata o por empresa, antecedentes directos de los actuales contratos de obras y de concesión
de obras públicas, respectivamente. Junto a esta primera manifestación normativa de la
contratación pública encontramos otras, tales como la Real Orden de 18 de marzo de 1846, de
aprobación de pliego de condiciones generales para las contratas de obras públicas de caminos,
canales y puertos; los Reales Decretos de 27 de febrero y 15 de septiembre de 1852, sobre reglas
para la celebración de toda clase de contratos de servicios públicos e instrucción sobre su
cumplimiento; la Real Orden de 19 de marzo de 1852, que aprueba la instrucción para la celebración
de subastas de los servicios y obras; la Real Decreto de 10 de julio de 1861, que aprueba el pliego
de condiciones generales para las contratas de obras públicas; la Orden del Almirantazgo de 3 de
mayo de 1869 sobre condiciones generales de las subastas de los diferentes servicios de la Armada;
el Real Decreto de 11 de junio de 1886, que aprueba el pliego general de condiciones para la
contratación de obras públicas; y el Real Decreto de 7 de diciembre de 1900, que aprueba el pliego
de condiciones generales para la contratación de obras públicas.
5
Vid. PARADA VAZQUEZ, J.R.: Los orígenes del contrato administrativo en el Derecho español, Instituto
García Oviedo, Sevilla, 1963.
6
De acuerdo con la Comunicación COM (2015) 614 final, de 2 de diciembre de 2015, de la Comisión
Europea, la contratación pública representa una gran proporción del consumo europeo (casi el 20%
del PIB de la UE).
7
Un claro ejemplo de ello lo encontramos en el avance del modelo «Government by contract», que
busca el consenso siempre que sea posible. Vid. FREEMAN, J. y MINOW, M. (ed.): Government by
contract: Outsourcing and American democracy, Harvard University Press, Cambridge, 2009.
8
En torno a esta cuestión, PAREJO ALFONSO afirma que «el principio de eficacia proclamado en el
art. 103.1 de la Constitución implica, en último término, la necesidad jurídica de la realización, en
cada momento histórico, de la situación consistente en la plena, satisfactoria y coherente
efectividad del interés general, entendido como síntesis de la pluralidad de concretos intereses,

Página 3 de 55
fomento de la eficiencia en la consecución de los fines de interés público, la
promoción de la transparencia9 y la lucha contra la corrupción10 en el seno de las
Administraciones públicas o la necesidad de conseguir un crecimiento inteligente,
sostenible11 e integrador12, garantizando al mismo tiempo un uso con mayor
racionalidad económica de los fondos públicos13.
A estas cuestiones hay que añadir el renovado impulso europeísta de la
colaboración público-privada, concebida como un instrumento capital para la
consecución de fines de interés público, ante la incapacidad de la Administración
pública para monopolizar la consecución de los intereses generales. Ciertamente,
la separación radical Administración-empresa, entre público y privado, se ha
difuminado en nuestro tiempo, un tiempo en el que la cooperación habitual del
sujeto y organizaciones de todo tipo resulta necesaria para que la sociedad logre
sus objetivos de estabilidad y progreso. De ahí que se haya acuñado la expresión
colaboración público-privada14 (públic-private partnership) en numerosos
documentos de la Unión Europea15, e incluso en el propio preámbulo de la Ley
9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público (LCSP).

valores o bienes protegidos simultáneamente por la comunidad jurídica y encomendados


precisamente al poder público administrativo». Vid. PAREJO ALFONSO, L.: «La eficacia como
principio jurídico de la actuación de la Administración Pública», en Revista de Documentación
Administrativa, núms. 218-219, 1989, p. 63.
9
Vid. GONZÁLEZ RIOS, I.: «La transparencia como principio vertebrador de la contratación pública:
significado y problemas de articulación normativa», en Revista de Estudios de la Administración Local
y Autonómica, núm. 12, 2019, pp. 6-25.
10
Vid. CERRILLO i MARTÍNEZ, A.: El principio de integridad en la contratación pública. Mecanismos
para la prevención de los conflictos de intereses y la lucha contra la corrupción, Thomson Reuters-
Aranzadi, Cizur Menor, 2014. En idéntico sentido, FERNÁNDEZ SALMERÓN, M. y MARTÍNEZ
GUTIÉRREZ, R. (Dirs.), Transparencia, innovación y buen gobierno en la contratación pública, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2019.
11
Vid. FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ, D.: «La contratación del sector público y la protección
del medio ambiente: objetivos y medios», en QUINTANA LÓPEZ, T. (Dir.), La contratación pública
estratégica en la contratación del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2020, pp. 159-214.
12
Vid. GALLEGO CÓRCOLES, I.: «La integración de cláusulas sociales, ambientales y de innovación
en la contratación pública», en Documentación Administrativa, núm. 4, 2017, pp. 92-113.
13
Sobre la génesis y posterior consolidación del derecho de la contratación pública, vid. GIMENO
FELIU, J.M.: El nuevo paquete legislativo comunitario sobre contratación pública. De la burocracia a la
estrategia, Aranzadi-Thomson Reuters, Cizur Menor, 2014; MORENO MOLINA, J.A.: «El proceso de
formación de un derecho global de la contratación pública», en Revista DIXI, vol. 14. núm. 15, 2012,
pp. 8 y ss.; RIVERO ORTEGA, R.: La necesaria innovación en las instituciones administrativas:
organización, procedimiento, función pública, contratos administrativos y regulación, Instituto Nacional
de Administración Pública, Madrid, 2012, etc.
14
Esta cuestión también ha sido objeto de litigio en el ordenamiento comunitario sobre
contratación pública, un claro ejemplo de ello lo encontramos en la STJUE de 15 de octubre de
2009, Acoset SpA/Conferenza Sindaci e Presidenza Prov. Reg. ATO Idrico Ragusa y otros, (Asunto
C-196/08).
15
Vid. Libro Verde sobre la colaboración público-privada y el Derecho comunitario en materia de
contratación pública y concesiones [COM (2004) 327 final]; Comunicación Interpretativa de la
Comisión Europea relativa a la aplicación del derecho comunitario en materia de contratación

Página 4 de 55
II. SUJETOS PRIVADOS: LOS LICITADORES
1. LOS LICITADORES
Podrán contratar con el sector público las personas naturales o jurídicas, españolas
o extranjeras16 que reúnan los siguientes requisitos (art. 65.1 LCSP):
a) Tener plena capacidad de obrar y, por tanto, para contratar.
b) Acreditar la solvencia económica, financiera y técnica o profesional.
c) En los casos en que así lo exija la LCSP, estar debidamente clasificadas.
d) No estar incurso en prohibición de contratar.
e) Acreditar, cuando así lo exija la normativa, los requisitos de organización,
destino de beneficios o sistema de financiación, al concurrir como
licitador al procedimiento de adjudicación.
Para contratar con la Administración pública no es preciso ostentar la condición de
empresario, pero los contratistas que sean empresarios deben contar con la
habilitación empresarial o profesional que, en su caso, resulte exigible para la

pública y concesiones a la colaboración público-privada institucionalizada de 5 de febrero de 2008


(CPPI) [(2008/C 91/02)]; etc.
16
Con carácter general, la LCSP establece en su art. 140.1.f) que las proposiciones y las solicitudes
de participación que presenten las empresas extranjeras en los casos en que el contrato vaya a
ejecutarse en España, deberán ir acompañadas de una declaración de someterse a la jurisdicción de
los juzgados y tribunales españoles de cualquier orden, para todas las incidencias que de modo
directo o indirecto pudieran surgir del contrato, con renuncia, en su caso, al fuero jurisdiccional
extranjero que pudiera corresponderles.
Esta exigencia tiene su justificación en la remisión que el art. 44 LCSP, que regula el Recurso
especial en materia de contratación, hace a la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas (LPACAP) y a la Ley 29/1998, de 13 de
julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-administrativa (LJCA), cuando señala que los actos
que se dicten en los procedimientos de adjudicación de contratos de las Administraciones públicas
que no reúnan los requisitos para ser objeto de dicho recurso, puedan ser objeto de recurso de
conformidad con las citadas normas. En este sentido, el art. 59 LCSP, al configurar los efectos de la
resolución del recurso especial en materia de contratación, establece que contra la resolución
dictada en dicho procedimiento solamente cabrá la interposición de recurso contencioso-
administrativo. Por su parte, la LPACAP, al regular el sistema de recursos en su título V, mantiene
las mismas vías previstas en la derogada Ley 30/1992, permaneciendo por tanto vigente la revisión
de oficio y toda la tipología de recursos administrativos existentes hasta la fecha (alzada,
potestativo de reposición y extraordinario de revisión). Con respecto al recurso de alzada, el art.
114 LPACAP establece que las resoluciones de los citados recursos ponen fin a la vía administrativa,
quedando, por tanto, expedita la vía contencioso-administrativa. Por su parte, y en lo que al recurso
de reposición se refiere, los arts. 123 y 124 del citado cuerpo legal remarcan el carácter potestativo
del mismo, de tal forma que, en el caso de no ejercer dicho derecho, queda directamente abierta la
vía jurisdiccional contencioso-administrativa. Y, finalmente, en lo que se refiere al recurso
extraordinario de revisión, el art 126 LPACAP, establece que la desestimación del mismo deja
nuevamente expedita la vía contencioso-administrativa.
De esta forma, los citados preceptos señalan de una forma clara y terminante que todos los actos se
someten, cuando pongan fin a la vía administrativa, a la jurisdicción contencioso-administrativa.

Página 5 de 55
realización de la actividad o prestación que constituye el objeto del contrato (art.
65.2 LCSP).
La vigente LCSP ha sustituido el tradicional Registro Oficial de Empresas
Clasificadas del Estado, instaurado en virtud de los arts. 8 a 20 del Real Decreto
817/2009, de 8 de mayo, por el que se desarrolla parcialmente la Ley 30/2007, de
30 de octubre, de Contratos del Sector Público, por el nuevo Registro Oficial de
Licitadores y Empresas Clasificadas17 (regulado en los arts. 337 a 345 LCSP); en el
que deberá practicarse la inscripción de la solvencia técnica o profesional y
económica y financiera del contratista mediante su oportuna clasificación, así
como cualesquiera datos y circunstancias que resulten relevantes para acreditar
las condiciones de aptitud de los empresarios para contratar con las
Administraciones públicas.
2. CAPACIDAD PARA CONTRATAR
La LCSP regula en los arts. 54 a 71, la capacidad del empresario. En concreto,
podrán contratar con el sector público las personas naturales o jurídicas, españolas
o extranjeras que tengan plena capacidad de obrar18. Por lo tanto, se exige como
requisito previo para contratar con el sector público la capacidad del contratista
adjudicatario19. En este sentido, tienen capacidad para contratar las personas
físicas o naturales; las personas jurídicas, y ciertas uniones de empresarios que

17
El Registro Oficial de Licitadores y Empresas Clasificadas del Sector Público acredita las
condiciones de aptitud del empresario en relación a su personalidad y capacidad de obrar,
representación, habilitación profesional o empresarial, solvencia económica y financiera y
clasificación, ante todos los órganos de contratación del sector público, incluidos los entes locales y
el resto de entes, organismos o entidades del sector público instrumental. El objetivo del Registro
es facilitar la concurrencia y simplificar la documentación que tienen que presentar las personas
interesadas en los procedimientos de contratación pública, mediante la emisión de una certificación
acreditativa de la inscripción en el Registro. En cada licitación las personas interesadas deben
aportar, junto con la certificación, una declaración responsable de que los datos inscritos en el
Registro están vigentes y no han sufrido modificaciones posteriores. En torno a la importancia de
los registros administrativos en el ámbito de la contratación pública, vid. ORTEGA CARBALLO, C.:
«Los registros administrativos como instrumentos de publicidad y transparencia en la gestión de la
contratación pública», en Documentación administrativa, núms. 274-275, 2006, pp. 93-113; GRACIA
ADRIÁN, L.: «LCSP y registros oficiales de licitadores», en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico de
Castilla-La Mancha, núm. 2, 2019, pp. 605-620; etc.
18
Por lo que a la capacidad para contratar se refiere, las personas o empresas contratistas pueden
ser españolas o extranjeras e inclusive entes públicos. Vid. STJUE de 6 de octubre de 2015, Consorci
Sanitari del Maresme/Corporació de Salut del Maresme i la Selva, (Asunto C-203/14).
19
De conformidad con el Informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de 31 de
marzo de 2009 (número 9/09): «(…) los requisitos que deben cumplir los licitadores se restringen a
tener capacidad de obrar, no estar incurso en prohibición de contratar, y acreditar solvencia
financiera, económica, profesional y técnica a través de la clasificación cuando sea exigible o a
través de los medios expresamente previstos en la Ley a este efecto. De modo muy especial, y por
ello lo tratamos independientemente de los requisitos mencionados en el párrafo anterior, interesa
indicar que la ley dice que podrán contratar con el sector público “las personas naturales o jurídicas,
españolas o extranjeras”, lo cual extiende la prohibición de excluir por razón del territorio de origen
de la empresa, no sólo al territorio nacional, sino a cualquier otro país, pues ni siquiera por razón de
la nacionalidad pueden quedar excluidas de la contratación (…)».

Página 6 de 55
carecen de personalidad jurídica, como las uniones temporales de empresas
(UTE)20, unión que debe mantenerse durante toda la ejecución del contrato,
quedando todos los empresarios que la forman solidariamente obligados ante la
Administración o entidad contratante (art. 69 LCSP).
Así pues, en lo que respecta a las personas físicas, la exigencia de que el contratista
tenga plena capacidad de obrar excluye a los menores de edad (art. 315 CC), los
menores emancipados (art. 323 CC), y a los incapacitados por adolecer de alguna
enfermedad o deficiencia persistente de carácter físico o mental (art. 200 CC).
Respecto de los pródigos, habrá que estar al alcance de esta declaración en cada
caso (art. 760.3 LEC), pero parece difícil que estos dispongan de la suficiente
capacidad de disponer de sus bienes para que se le permita contratar con el sector
público.
Por otra parte, la LCSP exige a los empresarios que sean personas físicas que, para
contratar con el sector público, cuenten con la habilitación profesional o
empresarial que, en su caso, fuere exigible para la realización de la actividad o
prestación que constituya el objeto del contrato (art. 65.2 LCSP). Esta habilitación
profesional o empresarial resultará acreditada, salvo prueba en contrario, frente a
todos los órganos de contratación del sector público, mediante la inscripción en el
Registro Oficial de Licitadores y Empresas Clasificadas.
Las personas jurídicas solo pueden ser adjudicatarias de contratos cuyas
prestaciones estén comprendidas dentro de los fines, objeto o ámbito de actividad
que, a tenor de sus estatutos o sus reglas fundacionales, les sean propios21 (art. 66
LCSP). Pues bien, las personas jurídicas deben acreditar su capacidad de obrar (art.
84 LCSP) mediante la escritura o documento de constitución, los estatutos o el acto
fundacional, en los que consten las normas por las que se regula su actividad,
debidamente inscritos, en su caso, en el registro público que corresponda, según el
tipo de persona jurídica de que se trate (en el caso de las asociaciones, basta el acta
de constitución de los asociados; en el caso de las fundaciones, la certificación de
inscripción en el correspondiente registro; en el de las sociedades civiles22, el

20
Vid. PÉREZ PAREDES, E.: «Las Uniones Temporales de Empresas en la contratación pública», en
Revista de estudios locales. Cunal, núm. 161, 2013, p. 307-351.
21
Vid. BLANQUER CRIADO, D.: Los contratos del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013, p.
122.
22
En torno a esta cuestión, el Informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de 31
de marzo de 2009 (número 55/08), expone lo siguiente: «Las sociedades civiles que no mantengan
secretos sus pactos entre socios, pueden contratar con las Administraciones Públicas siempre que
su objeto social comprenda la realización de las prestaciones que constituyan el objeto del
contrato».
Por su parte, el Informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de 23 de julio de
2003 (número 12/2003), llega a las siguientes conclusiones: «1.- Que las sociedades civiles con
personalidad pueden contratar con la Administración salvo en el supuesto del art. 1669 del Código
Civil, sin que en ningún caso sea exigible, por no ser posible, su inscripción en el Registro Mercantil.
2.- Que las comunidades de bienes, carentes de personalidad, no pueden contratar con la

Página 7 de 55
contrato pactado; y en el supuesto de las sociedades mercantiles, la escritura
pública inscrita en el Registro Mercantil).
En todo caso, pueden contratar con el sector público las empresas no españolas de
Estados miembros de la Unión Europea o de Estados signatarios del Acuerdo sobre
el Espacio Económico Europeo (AEEE) que, conforme a su ley nacional, puedan
realizar la prestación de que se trate23. Cuando la ley nacional aplicable a estas
empresas exija una autorización especial o la pertenencia a una determinada
organización para poder llevar a cabo la prestación efectiva del servicio en
cuestión, deben acreditar que cumplen este requisito (art. 67 LCSP). Pues bien, los
empresarios no españoles que sean nacionales de Estados miembros de la Unión
Europea o signatarios del AEEE deben acreditar su capacidad de obrar mediante su
inscripción en el registro procedente de acuerdo con la legislación del Estado
donde estén establecidos, o mediante la presentación de una declaración jurada o
un certificado, en los términos que se establezcan reglamentariamente, de acuerdo
con las disposiciones comunitarias de aplicación (art. 84.2 LCSP).
Por su parte, las personas, tanto físicas como jurídicas, que no sean comunitarias,
es decir, que no tengan la nacionalidad de algún Estado miembro de la Unión
Europea o de algún Estado signatario del AEEE deben adjuntar un informe de la
correspondiente oficina económica y comercial de España en el exterior,
acreditando que en el país de origen del contratista las empresas españolas pueden
contratar con las entidades del sector análogas a las enumeradas en el art. 3
LCSP24. Este informe de reciprocidad no es preciso para las empresas de Estados

Administración por esta circunstancia. 3.- Que aparte las personas físicas y jurídicas pueden
contratar con la Administración las uniones temporales de empresarios, pues aun carentes de
personalidad se admite tal posibilidad expresamente en la legislación de contratos de las
Administraciones Públicas».
23
Recuérdese que la acción de las instituciones de la Unión Europea en relación con las compras
públicas, que se inició́ en los años 70 y ha ido cada vez adquiriendo más y más importancia tanto
política, jurídica y social como económica, tiene como principal objetivo la creación de un espacio
europeo de contratación pública en el marco del mercado interior comunitario. Dicha construcción
se fundamenta en los principios fundamentales consagrados en el Derecho originario de la Unión
Europea de igualdad de trato, convocatoria de licitaciones transparentes y no discriminatoria,
reconocimiento mutuo y lucha contra el fraude y la corrupción. Vid. PIÑAR MAÑAS, J.L.: «El
Derecho comunitario de la contratación pública, marco de referencia de la nueva Ley», en GÓMEZ-
FERRER MORANT, R. (Coord.), Comentario a la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas,
CIVITAS, Madrid, 2004, p. 50. En igual sentido, HUERGO LORA, A.: «El Derecho español de
contratos públicos y el Derecho comunitario», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm.
126, 2005, p. 234. MORENO MOLINA, J. A.: El nuevo derecho de la contratación pública de la Unión
Europea, Chartridge Books Oxford, Oxford, 2015, p. 14.
En este punto, conviene reseñar que el Tribunal Constitucional ya había señalado en su sentencia
de 22 de abril de 1993 que la normativa básica en materia de contratación administrativa tiene
principalmente por objeto proporcionar las garantías de publicidad, igualdad, libre concurrencia y
seguridad jurídica que aseguren a los ciudadanos un tratamiento común por parte de todas las
Administraciones públicas. Vid. STC 141/1993, 22 de Abril de 1993, FJ. 5.
24
La prohibición de toda discriminación por razón de la nacionalidad (art. 18 del Tratado de
Funcionamiento de la Unión Europea) es considerada por el Tribunal de Justicia como el

Página 8 de 55
signatarios del Acuerdo sobre Contratación Pública de la Organización Mundial de
Comercio (ACP) 25 que intervengan en los contratos sujetos a regulación
armonizada, ni cuando así lo dispongan los tratados internacionales suscritos por
España (art. 68.1 LCSP). Adicionalmente, el pliego de cláusulas administrativas
particulares puede exigir para los contratos de obra que estas empresas tengan
sucursal abierta en España, que hayan designado apoderados o representantes
para sus operaciones y que estén inscritas en el Registro Mercantil (art. 68.2 LCSP).
Estos empresarios extranjeros deberán acreditar su capacidad de obrar mediante
informe de la misión diplomática permanente de España en el Estado
correspondiente o de la oficina consular en cuyo ámbito territorial radique el
domicilio de la empresa (art. 84.3 LCSP).
La LCSP establece la posibilidad de que los empresarios concurran, individual o
conjuntamente, con otros a la licitación de una concesión de obras públicas o de
servicios, con el compromiso de constituir una sociedad que será titular de la
concesión. La constitución y, en su caso, la forma de la sociedad deberá ajustarse a
lo que establezca, para determinados tipos de concesiones, la correspondiente
legislación específica26 (art. 66.2 LCSP).
Por otra parte, las empresas que hayan inscrito los datos sobre su capacidad de
obrar en el Registro Oficial de Licitadores y Empresas Clasificadas del Estado

fundamento de todo el sistema de contratación pública a nivel comunitario. Vid. STJCE de 22 de


junio de 1993, Comisión de las Comunidades Europeas/Reino de Dinamarca, (Asunto C-243/89).
25
Acuerdo plurilateral negociado en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Actualmente cuenta con 21 Partes que incluyen a 48 Miembros de la OMC. Otros 35
Miembros/observadores participan en el Comité de Contratación Pública como observadores. De
ellos, 11 están en proceso de adhesión al Acuerdo.
El objetivo fundamental del ACP es la apertura mutua de los mercados de contratación pública
entre sus Partes. Como resultado de varias rondas de negociaciones, las Partes en el ACP han
abierto a la competencia internacional (es decir, a los proveedores de las Partes en el Acuerdo que
ofrecen bienes, servicios o servicios de construcción) actividades de contratación por un valor que
se estima en más de 1,7 billones de dólares anuales.
El ACP consta principalmente de dos partes: el texto del Acuerdo y las listas de compromisos de las
Partes en materia de acceso a los mercados.
El texto del Acuerdo establece normas que disponen que se han de garantizar condiciones de
competencia abiertas, equitativas y transparentes en la esfera de la contratación pública. No
obstante, esas normas no se aplican automáticamente a todas las actividades de contratación de
cada Parte. Antes bien, las listas de cobertura desempeñan un papel decisivo en la determinación
de si una actividad de contratación está abarcada o no por el Acuerdo. Solo están abarcadas por el
Acuerdo las actividades de contratación llevadas a cabo por entidades abarcadas que contratan
bienes, servicios o servicios de construcción abarcados de un valor superior a determinados valores
de umbral. Esas listas están a disposición del público aquí.
Como tratado internacional vinculante, el ACP está administrado por el Comité de Contratación
Pública, integrado por representantes de todas las Partes. Existen dos mecanismos para hacer
cumplir el Acuerdo: el mecanismo de recurso interno a nivel nacional y el mecanismo de solución de
diferencias de la OMC a nivel internacional.
26
Vid. GALLEGO CÓRCOLES, I.: «¿Cuándo debe concurrir y hasta cuándo debe perdurar la aptitud
para contratar con el sector público?», en Contratación administrativa práctica: revista de la
contratación administrativa y de los contratistas, núm. 80, 2008, pp. 73-84.

Página 9 de 55
pueden acreditarla frente a cualquier entidad del sector público mediante el
certificado emitido por dicho registro (art. 19 del Real Decreto 817/2009, de 8 de
mayo, por el que se desarrolla parcialmente la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de
Contratos del Sector Público).
Por último, y como excepción, se permite contratar a las uniones de empresarios
que se constituyan temporalmente a este efecto, sin que sea necesaria su
formalización en escritura pública hasta que se haya efectuado la adjudicación del
contrato a su favor27 (art. 69 LCSP). Los empresarios que estén interesados en
formar estas uniones podrán darse de alta en el Registro Oficial de Licitadores y
Empresas Clasificadas del Sector Público, que especificará esta circunstancia. Si ya
estuvieren inscritos únicamente deben comunicarle su interés en unirse (art. 69.7
LCSP). Los empresarios agrupados en la UTE quedan obligados solidariamente
ante el órgano de contratación y deben nombrar un representante o apoderado
único de la unión con poderes bastantes para ejercitar los derechos y cumplir las
obligaciones derivados del contrato hasta la extinción del mismo, sin perjuicio de la
existencia de poderes mancomunados que puedan otorgar las empresas o
empresarios para cobros y pagos de cuantía significativa (art. 69.3 LCSP). Por
último, para los casos en que sea exigible la clasificación y concurran en la unión
empresarios nacionales, extranjeros que no sean nacionales de un Estado miembro
de la Unión Europea ni de un Estado signatario del Acuerdo sobre el Espacio
Económico Europeo y extranjeros que sean nacionales de un Estado miembro de la
Unión Europea o de un Estado signatario del Acuerdo sobre el Espacio Económico
Europeo, los que pertenezcan a los dos primeros grupos deberán acreditar su
clasificación, y estos últimos su solvencia económica, financiera y técnica o
profesional (art. 69.5 LCSP).
3. SOLVENCIA
Los licitadores y empresas contratistas deben también acreditar estar en posesión
de las condiciones mínimas de solvencia económica y financiera, técnica y

27
Salvo en el caso de las uniones temporales de empresa, carentes de personalidad jurídica, a las
que la LCSP reconoce la posibilidad de licitar incluso antes de la formalización en escritura pública,
la regla general es que el licitador ha de ser una persona sin que quepa la concurrencia conjunta de
varias personas físicas o jurídicas salvo: i) En el caso de dos o más empresarios que licitan
conjuntamente con el compromiso de constituir una UTE que deberá formalizarse con
posterioridad a la adjudicación; ii) Cuando concurran conjuntamente con otros en el contrato de
concesión de obras o servicios, con el compromiso de constituir una sociedad de propósito
específico o sociedad vehículo que se constituirá en la titular de la concesión (artículo 66.2 LCSP).
Vid. GARCÍA SANTOS, J. y JURADO JIMÉNEZ, J.C.: «Aptitud para contratar con el sector público.
Capacidad y solvencia del empresario», en GAMERO CASADO, E. y GALLEGO CÓRCOLES, I.
(Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2018, p. 1020.
En torno a esta cuestión, téngase en cuenta el Informe de la Junta Consultiva de Contratación
Administrativa de 30 de junio de 1998 (número 32/1998), sobre inviabilidad de la adjudicación de
un contrato a diversos profesionales sin concurrir en UTE.

Página 10 de 55
profesional28 que se determinen por el órgano de contratación (art. 74.1 LCSP), ya
que el interés público requiere que se garantice de antemano que los contratistas
tienen capacidad real, y no solo jurídica, para hacer frente a las obligaciones que
van a contraer. Sin embargo, el requisito de la solvencia puede ser sustituido por el
de la clasificación, cuando este sea exigible conforme a lo dispuesto en la LCSP.
Los requisitos mínimos de solvencia que debe reunir el empresario y la
documentación requerida para acreditar los mismos se han de indicar en el anuncio
de licitación y se deben especificar también en el pliego del contrato29, actuaciones
que representan una manifestación palmaria del principio de transparencia30.
Estos requisitos mínimos de solvencia, necesariamente, deben estar vinculados al
objeto del contrato, ser proporcionales31 al mismo y no ser discriminatorios32 (art.
74.2 LCSP).
La acreditación de la solvencia económica y financiera y técnica o profesional33
(art. 86 LCSP) se realiza mediante la aportación de los documentos que se

28
Vid. NICOLÁS LUCAS, A.: «Los requisitos de solvencia técnica-profesional. La experiencia», en
Revista de Estudios de la Administración Local y Autonómica, núm. 12, 2019, pp. 26-51.
29
Vid. STJUE de 29 de abril de 2004, Comisión de las Comunidades Europeas/CAS Succhi di Frutta
SpA, (Asunto C-496/99 P).
30
Vid. STJUE de 13 de octubre de 2005, Parking Brixen GmbH/Gemeinde Brixen y Stadtwerke
Brixen AG, (Asunto C-458/03), y STJUE de 16 diciembre de 2012, Michaniki AE/Ethniko Symvoulio
Radiotileorasis, (Asunto C-213/07).
31
Vid. STJUE de 10 de mayo de 2012, Comisión Europea/Reino de los Países Bajos, (Asunto
C-368/10).
32
Acerca de esta cuestión, el Tribunal Constitucional ha señalado que «[l]as reglas que rigen la
capacidad y solvencia del empresario (…) parten de la no discriminación de las personas físicas o
jurídicas en razón de su nacionalidad. Precisamente por ello, la Ley se ha preocupado de establecer
los medios para acreditar las condiciones exigidas a los licitadores, nacionales y extranjeros, de
manera que se permita concurrir en igualdad de condiciones a quienes reúnen los mismos requisitos
de capacidad y solvencia. Pero no acaba aquí la virtualidad del principio de no discriminación que
impide, también, que se establezcan requisitos de solvencia que, lejos de garantizar la aptitud para
desempeñar la tarea que resulta encomendada, y por mucho que pretendan servir a otros fines
públicos, no tengan que ver con la capacidad del empresario para realizar el objeto del contrato
público, tal y como se deduce de la lectura de los medios de acreditar la solvencia del empresario
que regulan los arts. 74 y ss. del Real Decreto Legislativo 3/2011». Vid. STC 84/2015, de 30 de abril,
FJ 6.
33
La doctrina general en materia de solvencia, respecto a los requisitos exigidos, se resume en la
Resolución del TACRC 288/2015, de 29 de marzo de 2015, exigencias que se configuran como un
requisito o condición sine qua non, cuyo incumplimiento justifica la exclusión de la licitación.
También se pueden consultar, entre otros, el Informe de la Junta Consultiva de Contratación
Administrativa del Estado de 10 de diciembre (número 53/10) o el Informe de la Junta Consultiva
de Contratación Administrativa de la Generalitat de Cataluña de 5 de julio de 2011 (número
6/2011), que estiman que la acreditación de la solvencia es un soporte fundamental del sistema de
selección del candidato para la adjudicación del contrato, permitiendo elegir las empresas más
idóneas, y conseguir un pleno acierto en la elección de las mismas en beneficio del propio interés
público que representa el órgano de contratación.
Por su parte, la Resolución TACRC 33/2015, de 14 de enero de 2015 señala, en este mismo sentido,
que la necesidad de garantizar el buen fin de los contratos a celebrar, permite a los órganos de
contratación asegurarse de que el empresario que concurra a la licitación reúna unas condiciones
mínimas de solvencia, condiciones que deben ser especialmente respetuosas con los denominados

Página 11 de 55
determinen por parte del órgano de contratación de entre los previstos por la LCSP
en los arts. 87 a 91.
La solvencia económica y financiera (art. 87 LCSP) asegura que el contratista es
merecedor de crédito y tiene capacidad para asumir las obligaciones derivadas de
la ejecución de un contrato suscrito con el sector público. La misma podrá
acreditarse mediante la presentación del volumen anual de negocios, el patrimonio
neto, los seguros de responsabilidad por riesgos profesionales suscritos, el periodo
medio de pago a proveedores, etc.
De igual forma, los empresarios deben justificar su solvencia técnica y profesional
(arts. 76 a 82 LCSP) a fin de verificar las condiciones y cualidades del ofertante para
asumir la ejecución del contrato. La justificación de dicha solvencia podrá llevarse
a efecto por distintos medios en función del contrato de que se trate (obras —art.
88 LCSP—; suministro —art. 89 LCSP—; servicios —art. 90 LCSP—; y para el resto
de las tipologías contractuales —art. 91 LCSP—).
Por otro lado, la normativa europea ha previsto y la LCSP ha regulado
expresamente la posibilidad de que el órgano de contratación exija una serie de
requisitos adicionales, aplicables a determinadas categorías de contratos. Así, en el
supuesto de los contratos sujetos a una regulación armonizada, el órgano de
contratación podrá requerir la acreditación del cumplimiento de determinadas
normas de garantía de la calidad (art. 93 LCSP) y el cumplimiento de determinadas
normas de gestión medioambiental34 (art. 94 LCSP) establecidas o basadas en las
normas europeas en la materia.

principios comunitarios, así como con los principios de transparencia e igualdad de trato. En torno
a esta cuestión, se puede consultar, MARTÍNEZ HELLÍN, J.: «La adecuada determinación de los
criterios de solvencia del contratista. Especial referencia al respeto a los principios de no
discriminación e igualdad de trato», en El Consultor de los Ayuntamientos, núm. 15-16, 2011, pp.
1.872 y ss.; MORENO MOLINA, J.A.: Los principios generales de la contratación de las Administraciones
Públicas, Bomarzo, Albacete, 2006; MORENO MOLINA, J.A.: «El sometimiento de todos los
contratos públicos a los principios generales de contratación», en GARCÍA DE ENTERRÍA, E.
(Coord.), Administración y justicia un análisis jurisprudencial: liber amicorum Tomás-Ramón Fernández,
Civitas-Thomson, Pamplona, 2012, pp. 3.492 y ss.; GIMENO FELIÚ, J.M.: «Las nuevas Directivas –
cuarta generación– en materia de contratación pública. Hacia una estrategia eficiente en compra
pública», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 159, 2013, pp. 39 y ss.; GIMENO FELIÚ,
J.M.: El nuevo paquete legislativo comunitario sobre contratación pública. De la burocracia a la estrategia.
(El contrato público como herramienta de liderazgo institucional de los poderes públicos), Aranzadi, Cizur
Menor, 2014; GIMENO FELIÚ, J.M.: «La transposición de las directivas de contratación pública en
España: una primera valoración de sus principales novedades», en Documentación Administrativa,
Nueva Época, núm. 4, 2017, pp. 7 y ss.; CUNILLERA BUSQUETS, M.M.: «A vueltas con los requisitos
de solvencia en las licitaciones administrativas. La Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, de 18 de octubre de 2012», en El Consultor de los Ayuntamientos, núm. 2, 2013, pp. 159 y ss.
34
El TACRC, en la Resolución al recurso 490/2013, de 20 de septiembre de 2013, afirma que la
acreditación del cumplimiento de los sistemas de gestión ambiental podrá realizarse mediante la
remisión al sistema comunitario de gestión y auditoria medioambientales (EMAS) o a las normas de
gestión medioambiental basadas en las normas europeas o internacionales en la materia y
certificadas por organismos conformes a la legislación comunitaria o a las normas europeas o
internacionales relativas a la certificación “o equivalentes”. Siendo así que, con arreglo a dicha

Página 12 de 55
Adicionalmente, hay que tener presente que para contratar con las
Administraciones públicas por importe igual o superior a 500.000€, los
empresarios españoles deben obtener previamente la clasificación otorgada por la
Junta Consultiva de Contratación Administrativa, como se desprende del art. 77.1
LCSP. De igual forma, los contratistas deben constituir una garantía ante el órgano
de contratación con la finalidad de asegurar el correcto cumplimiento del
contrato35. Podrá eximirse de este trámite al contratista excepto en los contratos
de obras y concesión de obras públicas como se refleja en el art. 107.1 LCSP.
4. CLASIFICACIÓN
En todo caso, la clasificación del empresario acredita su solvencia, tanto la
financiera o económica como la técnica o profesional, de tal suerte que los órganos
de contratación no pueden exigir otros documentos justificativos de su solvencia,
porque la clasificación sustituye estas justificaciones36. Así pues, la clasificación del
contratista es un instrumento de control, verificación y acreditación de su
solvencia, teniendo dicho control un carácter público.
En virtud del art. 77 LCSP, la clasificación es exigible siempre que estemos ante un
contrato que cumpla el doble requisito de tener por objeto la ejecución de obras o
la prestación de servicios —excepto los mencionados en el art. 77.1.b) LCSP—, por
un lado, y, por otro, siempre que supere el umbral cuantitativo indicado en el
precepto referenciado para cada uno de los contratos mencionados.
Desde el punto de vista subjetivo, se exceptúa de la exigencia de clasificación a los
empresarios no españoles de Estados miembros de la Unión Europea o de Estados
signatarios del AEEE. Estos licitadores están exceptuados de cumplir el requisito
previo de obtener la correspondiente clasificación, trámite que se sustituye por la
acreditación, en su caso, ante el órgano de contratación correspondiente de su
solvencia económica y financiera, técnica o profesional (art. 78.1 LCSP).
La clasificación de las empresas deberá hacerse (art. 79 LCSP) en función de su
solvencia económica y financiera y profesional o técnica, valorada conforme a los
criterios establecidos en los arts. 87, 88 y 90 LCSP, lo que permitirá determinar la

expresión, deberán reconocerse como válidos los certificados equivalentes emitidos por
organismos establecidos en cualquier Estado miembro de la Unión Europea y aceptarse
cualesquiera otras pruebas equivalentes de medidas de gestión medioambiental o de garantía de la
calidad que presenten los licitadores».
Por su parte, la Sentencia del TSJ Valencia de 7 de mayo de 2005 (recurso 1082/2005), exige que el
certificado de gestión ambiental exigido esté relacionado con el objeto del contrato.
35
La garantía establecida por la Ley, con carácter general, es de un 5 por 100 del precio final
ofertado por el contratista o, según los casos, del presupuesto base de licitación (art. 107 LCSP). Vid.
DIEZ SASTRE, S.: «El ámbito subjetivo de la LCSP. La contratación de los poderes adjudicadores no
Administración Pública», en GAMERO CASADO, E. y GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de
Contratos del Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2018, p. 542.
36
Vid. Informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de 7 de marzo de 1996,
(número 10/1996).

Página 13 de 55
tipología de contratos a los que el licitador podrá concurrir u optar por razón de su
objeto y de su cuantía. A estos efectos, los contratos se dividen en grupos generales
y subgrupos, por su peculiar naturaleza, y, dentro de estos subgrupos, por
categorías, en función de su cuantía37. La expresión de la cuantía se efectúa por
referencia al valor íntegro del contrato, cuando la duración de este sea igual o
inferior a un año, y por referencia al valor medio anual del mismo, cuando se trate
de contratos de duración superior.
Conforme al art. 79.4 LCSP se deberá denegar la clasificación de aquellas empresas
de las que, a la vista de las personas que las rigen o de otras circunstancias, pueda
presumirse que son continuación o que derivan, por transformación, fusión o
sucesión, de otras afectadas por una prohibición de contratar.
Excepcionalmente la LCSP establece, en su art. 78.2, que cuando sea conveniente
para los intereses públicos, cabe la autorización del Consejo de Ministros, previo
informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa del Estado, para
contratar con personas que no estén clasificadas38, en el ámbito de la
Administración General del Estado y los entes, organismos y entidades de ella
dependientes. En el ámbito de la Administración autonómica, la autorización para
contratar con personas que no estén clasificadas será otorgada por los órganos que
aquellas designen como competentes.
Cuando tramitado un procedimiento de adjudicación de un contrato para el que se
requiera clasificación, no haya concurrido ninguna empresa clasificada, el órgano
de contratación puede excluir (ex art. 77.4 LCSP) el requisito de clasificación39
previa en el siguiente procedimiento que se celebre para la adjudicación del mismo
contrato, debiendo precisar en el pliego de cláusulas administrativas particulares y
en el anuncio de licitación, en su caso, los medios de acreditación que vayan a ser
utilizados por el órgano de contratación.
Ahora bien, ¿quién tiene competencia para adoptar los acuerdos de clasificación?
En virtud del art. 80 LCSP, los acuerdos relativos a la clasificación de las empresas

37
Dicha distinción se establece, de forma pormenorizada, en los arts. 25 a 29 Real Decreto
1098/2001, de 12 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento general de la Ley de Contratos
de las Administraciones Públicas (RGLCAP).
38
Como rezaba la Exposición de motivos de la Ley 198/1963, de 28 de diciembre, de Bases de
Contratos del Estado, el requerir la clasificación, como medio de acreditar la solvencia económica,
financiera y técnica o profesional de los que pretenden contratar con los poderes adjudicadores,
trata de «evitar, de una parte, que la Administración comprometa sus intereses con quien de suyo
carece de los medios técnicos y financieros necesarios para cumplir sus obligaciones, y de otra, que
se adquieran por el contratista compromisos desproporcionados que a la larga solo pueden causarle
perjuicios». Vid. RAMOS ZABALA, J.: «La clasificación de empresarios», en GAMERO CASADO, E. y
GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia,
2018, pp. 1163 y ss.
39
En los supuestos de tramitación de emergencia no existe obligación de exigir el requisito de
clasificación. Vid. Informe de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa de 3 de julio de
2001, (número 24/01).

Página 14 de 55
se adoptarán, con eficacia general frente a todos los órganos de contratación, por
las comisiones clasificadoras de la Junta Consultiva de Contratación
Administrativa del Estado. Los acuerdos relativos a la clasificación de las empresas
serán recurribles en alzada ante el Ministro de Hacienda.
También son competentes para la clasificación de las empresas los órganos
homólogos a la Junta Consultiva de Contratación Administrativa creados en su
ámbito respectivo por las Comunidades Autónomas40 en el ejercicio de sus
potestades de autoorganización, y únicamente a los efectos de contratar con la
Comunidad Autónoma que los haya adoptado, con las Entidades Locales incluidas
en su ámbito territorial, y con los entes, organismos y entidades del sector público
dependientes de unas y otras. En la adopción de estos acuerdos deben respetarse,
en todo caso, las reglas y criterios establecidos en la LCSP y en sus disposiciones de
desarrollo.
Por otro lado, la clasificación de las empresas tiene una vigencia indefinida en tanto
que el empresario mantenga las circunstancias y condiciones en que se basó la
concesión de la clasificación (art. 82.1 LCSP). La conservación de la clasificación
exige su actualización periódica. Para ello, es preciso justificar anualmente el
mantenimiento de la solvencia económica y financiera, y cada tres años, acreditar
el mantenimiento de la solvencia técnica y profesional (art. 82.3 LCSP).
Por último, el requisito de la clasificación aparece referido al momento de la
adjudicación del contrato, por lo que la pérdida posterior de tal clasificación no
debe producir efecto en la ejecución del contrato, dado que ni siquiera se ha
configurado tal pérdida como causa de resolución de los contratos administrativos.
5. PROHIBICIONES DE CONTRATAR
Se entienden por prohibiciones para contratar aquellas circunstancias que
incapacitan al contratista41, ya sea persona física o jurídica, para ser adjudicatario
de un contrato de los regulados por la Ley42.
Pues bien, las personas en que concurra alguna de las circunstancias siguientes43
no pueden contratar con el sector público (art. 71.1 LCSP):

40
Vid. BERNAL BLAY, M.A.: «El desarrollo autonómico de la normativa sobre contratos públicos»,
en Revista Aragonesa de Administración Pública, núm. 18, 2018, pp. 91-138.
41
Vid. FERNANDO PABLO, M.M.; «El contratista de la Administración: una perspectiva europea»,
en CASSAGNE, J.C. y RIVERO YSERN, E. (Dirs.), La contratación pública, vol. I, Hammurabi, Buenos
Aires, 2007, pp. 433-437.
42
La exclusión de las empresas de la contratación pública constituye una de las medidas más graves
que pueden adoptar los órganos de contratación o, más en general, las administraciones y entidades
públicas con capacidad para contratar. Vid. AYMERICH CANO, C.: «Las prohibiciones para
contratar en la Ley de Contratos del Sector Público de 2017», en Revista Aragonesa de Administración
Pública, núm. 53, 2019, p. 307.
43
Lleva razón HUERGO LORA cuando constata que «la legislación española contiene una lista muy
larga de prohibiciones de contratar, cuya aplicación práctica parece ser muy escasa». Vid. HUERGO

Página 15 de 55
a) Haber sido condenado mediante sentencia firme por alguno de los siguientes
delitos44: terrorismo, constitución o integración de una organización o grupo
criminal; asociación ilícita; financiación ilegal de los partidos políticos; trata
de seres humanos; corrupción en los negocios; tráfico de influencias;
cohecho; fraudes; delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social;
delitos contra los derechos de los trabajadores; prevaricación; malversación;
negociaciones prohibidas a los funcionarios; blanqueo de capitales; delitos
relativos a la ordenación del territorio y el urbanismo, la protección del
patrimonio histórico y el medio ambiente; o a la pena de inhabilitación
especial para el ejercicio de profesión, oficio, industria o comercio. La
prohibición de contratar alcanzará a las personas jurídicas que sean
declaradas penalmente responsables, así como a aquellas cuyos
administradores o representantes se encuentren de hecho, o de derecho, en
alguna de las situaciones mencionadas en este apartado.
b) Haber sido sancionado con carácter firme por ciertas infracciones
administrativas: infracción grave en materia profesional que ponga en
entredicho su integridad; de disciplina de mercado; de falseamiento de la
competencia; de integración laboral y de igualdad de oportunidades45 y no
discriminación de las personas con discapacidad, o de extranjería, de
conformidad con lo establecido en la normativa vigente; o por haber

LORA, A.: «La prohibición de contratar con el sector público por falseamiento de la competencia»,
en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 182, 2017, p. 224. En el mismo sentido, vid.
MEDINA ARNÁIZ, T.: «Instrumentos jurídicos frente a la corrupción en la contratación pública:
perspectiva europea y su incidencia en la legislación española», en FERNÁNDEZ ACEVEDO, R. y
VALCÁRCEL FERNÁNDEZ, P. (Coord.), La contratación pública a debate: presente y futuro, Civitas-
Thomson Reuters, Madrid, 2014, p. 334.
La tendencia parece ser general, tal y como reconoce la OCDE respecto del delito de cohecho
internacional relacionado con la contratación pública. Cfr. ORGANIZACIÓN PARA LA
COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICOS: Informe de la OCDE sobre Cohecho
Internacional. Análisis del Delito de Cohecho de Servidores Públicos Extranjeros, 2015, p. 37.
44
Vid. MEDINA ARNÁIZ, T.: «La necesidad de reformar la legislación sobre contratación pública
para luchar contra la corrupción: las obligaciones que nos llegan desde Europa», en Revista Vasca de
Administración Pública, núm. 104, 2016, pp.92-95; Igualmente ilustrativo resultan los estudios de
CERRILLO i MARTÍNEZ, A.: «Los conflictos de intereses y los pactos de integridad: la prevención de
la corrupción en los contratos públicos», en VILLORIA MENDIETA, M., GIMENO FELIU, J. M. y
TEJEDOR BIELSA, J. (Dirs.), La corrupción en España. Ámbitos, causas y remedios jurídicos, Atelier,
Barcelona, 2016, pp. 185-211; GIMENO FELIU, J. M.: «La Ley de Contratos del Sector Público: ¿una
herramienta eficaz para garantizar la integridad? Mecanismos de control de la corrupción en la
contratación pública», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 147, 2010, pp. 517-535;
RIVERO ORTEGA, R.: «Corrupción y contratos públicos: las respuestas europeas y
latinoamericanas», en RODRÍGUEZ GARCÍA, N. y FABIÁN CAPARRÓS, E. (Coords.), Corrupción y
delincuencia económica, Universidad Santo Tomás, Bogotá, 2008, pp. 109 y ss.
45
Vid. VALCÁRCEL FERNÁNDEZ, P.: «Promoción de la igualdad de género a través de la
contratación pública», en PERNAS GARCÍA, J.J. (Dir.), Contratación pública estratégica, Thomson
Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2013, pp. 342-346; ZAMBONINO PULITO, M.: «La igualdad
efectiva de mujeres y hombres y la contratación de las Administraciones públicas en la Ley Orgánica
3/2007, de 22 de marzo», en Revista de Administración Pública, núm. 175, 2008, pp. 485-487.

Página 16 de 55
cometido una infracción muy grave en materia medioambiental, de acuerdo
con lo establecido en la normativa vigente. O, también, por haber cometido
una infracción muy grave en materia laboral o social, de conformidad con lo
previsto en el Texto Refundido de la Ley sobre infracciones y sanciones en el
orden social, aprobado por Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 de agosto,
así como por la infracción grave prevista en el art. 22.2 del citado texto.
c) Estar en situación de concurso o insolvencia. En efecto, haber solicitado la
declaración de concurso voluntario, haber sido declaradas insolventes en
cualquier procedimiento; hallarse declaradas en concurso, salvo que en este
haya adquirido eficacia en un convenio; estar sujetas a intervención judicial
o haber sido inhabilitadas conforme a la Ley 22/2003, de 9 de julio,
Concursal, sin que haya concluido el periodo de inhabilitación fijado en la
sentencia de calificación del concurso.
d) No hallarse al corriente en el cumplimiento de las obligaciones tributarias46 o de
Seguridad Social impuestas por las disposiciones vigentes, en los términos
que reglamentariamente se determinen; o en el caso de empresas de 50 o
más trabajadores, no cumplir el requisito de que, al menos el 2 por ciento de
sus empleados, sean trabajadores con discapacidad, de conformidad con el
art. 42 del Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que
se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas
con discapacidad y de su inclusión social, en las condiciones que
reglamentariamente se determinen; o en el caso de empresas de más de 250
trabajadores, no cumplir con la obligación de contar con un plan de igualdad
conforme a lo dispuesto en el art. 45 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de
marzo, para la igualdad de mujeres y hombres. En relación con el
cumplimiento de sus obligaciones tributarias o con la Seguridad Social, se
considerará que las empresas se encuentran al corriente en el mismo cuando
las deudas estén aplazadas, fraccionadas o se hubiera acordado su
suspensión con ocasión de la impugnación de tales deudas.
e) Haber incurrido en falsedad al efectuar la declaración responsable de no estar
incurso en prohibición de contratar (art. 140 LCSP) o al facilitar cualesquiera
otros datos relativos a su capacidad y solvencia; o haber incumplido, por
causa que le sea imputable, la obligación de comunicar la información que
corresponda en materia de clasificación (art. 82.4 LCSP) y la relativa a los
registros de licitadores y empresas clasificadas prevista en el art. 343.1
LCSP.

46
Vid. VAQUERA GARCÍA, A.: «Aspectos fiscales a tener en cuenta por las empresas al contratar
con el sector público en el Impuesto sobre Sociedades», en QUINTANA LÓPEZ, T. (Dir.), La
contratación pública estratégica en la contratación del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2020,
pp. 557-595.

Página 17 de 55
f) Estar afectado por una prohibición de contratar47 impuesta en virtud de sanción
administrativa firme, con arreglo a lo previsto en la Ley 38/2003, de 17 de
noviembre, General de Subvenciones, o en la Ley 58/2003, de 17 de
diciembre, General Tributaria.
g) Estar el empresario persona física o los administradores de la persona jurídica en
algún supuesto de incompatibilidad de los administradores. En concreto, estar
incursa la persona física o los administradores de la persona jurídica en
alguno de los supuestos de la Ley 3/2015, de 30 de marzo, reguladora del
ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado o las
respectivas normas de las Comunidades Autónomas; de la Ley 53/1984, de
26 de diciembre, de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las
Administraciones públicas, o tratarse de cualquiera de los cargos electivos
regulados por la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral
General, en los términos establecidos en la misma. La prohibición alcanzará
a las personas jurídicas en cuyo capital participen, en los términos y cuantías
establecidas en la legislación citada, el personal y los altos cargos de
cualquier Administración pública, así como los cargos electos al servicio de
las mismas. Y la prohibición se extiende igualmente, en ambos casos, a los
cónyuges, personas vinculadas con análoga relación de convivencia afectiva,
ascendientes y descendientes, así como a parientes en segundo grado por
consanguinidad o afinidad de las personas a que se ha hecho referencia,
cuando se produzca conflicto de intereses con el titular del órgano de
contratación o los titulares de los órganos en que se hubiese delegado la
facultad para contratar o los que ejerzan la sustitución del primero.
h) Haber contratado a personas respecto de las que se haya publicado en el BOE el
incumplimiento a que se refiere el art. 15.1 de la Ley 3/2015, de 30 de marzo,
reguladora del Ejercicio del Alto Cargo de la Administración General del
Estado, o en las respectivas normas de las Comunidades Autónomas, por
haber pasado a prestar servicios en empresas o sociedades privadas,
directamente relacionadas con las competencias del cargo desempeñado
durante los dos años siguientes a la fecha de cese en el mismo. La prohibición
de contratar se mantiene durante el tiempo que permanezca dentro de la
organización de la empresa la persona contratada, con el límite máximo de
dos años a contar desde el cese como alto cargo.

47
Vid. GONZÁLEZ IGLESIAS, M.A.: «En busca de la regeneración, renovación o mejora del
comportamiento en la contratación pública: transparencia, lucha contra la corrupción,
prohibiciones de contratar. La buena conducta empresarial», en QUINTANA LÓPEZ, T. (Dir.), La
contratación pública estratégica en la contratación del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2020,
pp. 101-157.

Página 18 de 55
Además de estas causas, son circunstancias que impedirán a los empresarios
contratar con el sector público (art. 71.2 LCSP) las siguientes:
a) Haber retirado indebidamente su proposición o candidatura en un
procedimiento de adjudicación, o haber imposibilitado la adjudicación del
contrato a su favor por no cumplimentar lo previsto en el art. 150.2 LCSP
dentro del plazo señalado mediando dolo, culpa o negligencia.
b) Haber dejado de formalizar el contrato, que hubiere sido adjudicado a su
favor, en los plazos previstos en el art. 153 LCSP por causa imputable al
adjudicatario.
c) Haber incumplido las cláusulas que son esenciales en el contrato,
incluyendo las condiciones especiales de ejecución establecidas de acuerdo
con lo contemplado en el art. 202 LCSP, siempre que dicho incumplimiento
hubiere sido definido en los pliegos o en el contrato como infracción grave,
concurriendo dolo, culpa o negligencia en el empresario, y siempre que haya
dado lugar a la imposición de penalidades o a la indemnización de daños y
perjuicios.
d) Haber dado lugar, por causa de la que hubieren sido declarados culpables, a
la resolución firme de cualquier contrato celebrado con una entidad de las
contempladas en el art. 3 LCSP.
Por último, como hemos reseñado con anterioridad, las prohibiciones de
contratar48 afectan, también, a aquellas empresas de las que, por razón de las
personas que las rigen o de otras circunstancias, pueda presumirse que son
continuación o que derivan, por transformación, fusión o sucesión, de otras
empresas en las que hubiesen concurrido aquéllas (art. 71.3 LCSP).
La LCSP distingue tres procedimientos de declaración de la concurrencia de
prohibiciones de contratar49: la declaración de oficio por el propio órgano de
contratación (art. 72.1 LCSP); la declaración por el órgano de contratación, previa
sentencia judicial o resolución administrativa (art. 72.2 LCSP), y la apreciación de
la prohibición mediante la sustanciación de un procedimiento al efecto (art. 71.5
LCSP y arts. 17 a 20 RGLCAP).

48
Vid. GOSÁLBEZ PEQUEÑO, H.: «Las prohibiciones para contratar», en GAMERO CASADO, E. y
GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia,
2018, pp. 1260-1320.
49
En este punto, conviene clarificar que, según la jurisprudencia española, la finalidad de las
prohibiciones para contratar, de forma mayoritaria, no dispone de naturaleza sancionadora,
atribuyéndoles una finalidad «preventiva» que se concreta en «evitar, en aras de la debida tutela de
los intereses públicos, la relación con la Administración de quienes hayan demostrado poca
seriedad en su actividad empresarial; y conduce a concluir que tal prevención está justificada ante
cualquier práctica empresarial defectuosa o reprochable, bien haya sido intencional, bien
negligente». Vid. STS de 18 de marzo de 2015, FD7.

Página 19 de 55
Por otro lado, la competencia para fijar la duración50 de la prohibición corresponde
al Ministerio de Hacienda y Función Pública, al órgano de contratación o al titular
del departamento, presidente o director del organismo al que estuviere adscrita o
del que dependa la entidad contratante o al que corresponda su tutela o control, en
función de las reglas expuestas en los arts. 72.3 y 72.4 LCSP.
No obstante, se establecen una serie de normas sobre la duración de la prohibición
de contratación, señalándose que cuando sea necesaria una declaración previa
sobre la concurrencia de la prohibición, el alcance y duración de esta se debe
determinar siguiendo el procedimiento que reglamentariamente se establezca. Sin
embargo, se establecen los siguientes límites: en los casos en que por sentencia
penal firme así se prevea, la duración de la prohibición de contratar será la prevista
en la misma. En los casos en los que esta no haya establecido plazo, esa duración no
podrá exceder de 5 años desde la fecha de la condena por sentencia firme. En el
resto de los supuestos, el plazo de duración no podrá exceder de 3 años (art. 72.6
LCSP).
Por su parte, la eficacia de las prohibiciones para contratar está condicionada a su
inscripción o constancia en el Registro Oficial de Licitadores y Empresas
Clasificadas del Sector Público o el equivalente en el ámbito de las Comunidades
Autónomas. La inscripción de la prohibición de contratar en el Registro de
Licitadores correspondiente caducará pasados 3 meses desde que termine su
duración, debiendo procederse de oficio a su cancelación en dicho Registro tras el
citado plazo (art. 73.3 LCSP).
Por último, la prueba de no estar incurso en prohibiciones para contratar se realiza
mediante testimonio judicial o certificación administrativa, según los casos (art. 85
LCSP). Cuando dicho documento no pueda ser expedido por la autoridad
competente, puede ser sustituido por una declaración responsable otorgada ante
una autoridad administrativa, notario público u organismo profesional cualificado.
No obstante, se exime de presentar los documentos justificativos u otra prueba
documental de los datos a los empresarios inscritos en el Registro Oficial de
Licitadores y Empresas Clasificadas del Sector Público o que figuren en una base
de datos nacional de un Estado miembro de la Unión Europea, como un expediente
virtual de la empresa, un sistema de almacenamiento electrónico de documentos o
un sistema de precalificación, accesibles de modo gratuito para los citados órganos
(art. 140.3 LCSP).

50
Vid. STJUE de 24 de octubre de 2018, Vossloh Laeis GmbH/Stadtwerke München GmbH, (Asunto
C-124/17).

Página 20 de 55
III. LA ADMINISTRACIÓN CONTRATANTE
1. INTRODUCCIÓN
La LCSP, al igual que la normativa anterior, presenta como novedad principal su
articulación sobre la base de los sujetos o entidades cuya actividad contractual
queda sometida a sus preceptos. Aún más, la LCSP pretende aplicarse a todos los
sujetos del sector público y a toda clase de contratos que estos celebren (ámbito
objetivo) intentando poner fin a la subsistencia de regímenes excluidos o
especiales aplicables a ciertos sujetos o a ciertos contratos o figuras contractuales,
lo que representa un claro esfuerzo por combatir, lo que se ha dado en denominar
como, la «huida del Derecho administrativo»51. Pues bien, a pesar de ese deseo
siguen subsistiendo regímenes excluidos o especiales aplicables a ciertos sujetos o
a ciertos contratos y figuras contractuales, además de seguirse manteniendo la
tradicional configuración negativa de los contratos y negocios excluidos de la
misma52 (arts. 4 a 11 LCSP).
Por otra parte, la LCSP amplía el ámbito subjetivo, incluyendo a los partidos
políticos53, las organizaciones sindicales y las organizaciones empresariales,
además de las fundaciones y asociaciones vinculadas a ellas, y también las
Corporaciones de Derecho Público, cuando cumplan los requisitos de poder
adjudicador. No se trata de una aplicación completa, sino limitada a los contratos
sujetos a regulación armonizada (art. 3.4 LCSP). Esta inclusión no viene impuesta
por la Directiva 2014/24/UE, que excluye los servicios relacionados con campañas
políticas, cuando son adjudicados por un partido político en el contexto de la
campaña electoral (art. 11.5 LCSP).
2. ENTIDADES SOMETIDAS AL RÉGIMEN DE CONTRATACIÓN DE LA LCSP
En efecto, el ámbito de aplicación de la LCSP se define con un criterio extensivo en
sintonía con la legislación europea, para evitar que la mera utilización de entes
instrumentales del sector público, incluidas sociedades y fundaciones, pueda
suponer una huida del régimen público de la contratación. Ciertamente, las reglas
de contratación contenidas en la LCSP no solamente se van a aplicar a las entidades

51
En torno a esta cuestión revisten especial interés los siguientes estudios: DEL SAZ CORDERO, S.:
«La huida del Derecho administrativo: últimas manifestaciones: Aplausos y críticas», en Revista de
Administración Pública, núm. 133, 1994, pp. 57-98; MARTÍN-RETORTILLO BAQUER, S.:
«Reflexiones sobre la" huida" del Derecho Administrativo», en Revista de Administración Pública,
núm. 140, 1996, pp. 25-68; BARRIO ANDRÉS, M.: «La huida del Derecho Administrativo y sus
nefastas consecuencias para las Administraciones Públicas», en Diario La Ley, núm. 7664, 2011, pp.
1 y ss.; CHINCHILLA MARÍN, M.C.: «El derecho de la Unión Europea como freno a la huida del
derecho administrativo», en Revista de Administración Pública, núm. 200, 2016, pp. 361-383, etc.
52
Vid. MELLADO RUIZ, L.: «El ámbito objetivo de la LCSP. Tipos contractuales y negocios y
contratos excluidos», en GAMERO CASADO, E. y GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de
Contratos del Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2018, pp. 555-616.
53
Vid. GONZÁLEZ-JULIANA MUÑOZ, Á.: «El partido político como poder adjudicador», en Gabilex:
Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 7, 2016, pp. 153-199.

Página 21 de 55
reguladas por el Derecho europeo, ni siquiera a las entidades del sector público que
no son poder adjudicador. Hay casos en los que, sin ser considerado parte del
sector público, hay sometimiento a las reglas de contratación de la nueva
normativa. Para ello, el legislador mantiene el sistema de tres círculos concéntricos
o niveles distintos de aplicación de la Ley en función de la clase de ente adjudicador
ante el que nos encontremos: Administración pública, poder adjudicador que no
tiene la consideración de Administración pública, y ente del sector público que no
reúne la condición de poder adjudicador. Esta clasificación es determinante para
estructurar posteriormente los niveles de aplicación asimétrica de las
disposiciones legales.
2.1. Las Administraciones públicas
De acuerdo con la regulación vigente son Administraciones públicas en todo caso
las Administraciones territoriales —art. 3.1.a) LCSP—; las entidades gestoras y
servicios comunes de la Seguridad Social —art. 3.1.b) LCSP—; los Organismos
Autónomos, las Universidades Públicas y las autoridades administrativas
independientes —art. 3.1.c) LCSP—; así como las Diputaciones Forales y las Juntas
Generales de los Territorios Históricos del País Vasco —art. 3.1.l) LCSP—. El
legislador hace referencia dentro de esta categoría, además, a los consorcios54 y
otras entidades de derecho público cuando reúnan las condiciones para ser poder
adjudicador —art. 3.3.d) LCSP—. Estas entidades serán Administración pública
cuando, estando vinculados o siendo dependientes de una o más Administraciones
públicas, no se financien mayoritariamente con ingresos de mercado —art. 3.2.b)
LCSP—. Esto sucedería en cualquier caso si tuvieran la condición de productor de
mercado de acuerdo con el Sistema Europeo de Cuentas.
Especial mención merece el régimen jurídico de contratación aplicable a las
Agencias estatales55, entendidas como el conjunto de entidades de Derecho

54
Esta novedad puede estar en consonancia con la nueva regulación de los consorcios establecida
en virtud de los arts. 118 a 127 LRJSP, que les considera verdaderas Administraciones Públicas (art.
2.3 LRJSP) y no parte del sector público institucional (art. 2.2 LRJSP). Vid. VELASCO CABALLERO,
F.: «Régimen jurídico-organizativo de la Administración local tras la LRJSP», en VELASCO
CABALLERO, F. (Coord.), Régimen Jurídico y Procedimiento Administrativo de los Gobiernos Locales. La
aplicación a las entidades locales de las Leyes 39/2015 y 40/2015, de 1 de octubre, Instituto de Derecho
Local de la Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, 2016, pp. 49-90.
Sobre esta cuestión posee especial interés el Informe de la Junta Consultiva de Contratación
Administrativa de 31 de marzo de 2009 (número 38/08): «(…) los consorcios se configuran como
una extensión de las Administraciones Públicas cuando son creados para el desarrollo de
cuestiones y servicios de interés común, lo que implica que, como continuación de las mismas,
tendrán su misma consideración al ejercer en el ámbito administrativo una función que es propia de
los órganos que lo crean, cuyo in es la gestión de servicios. Difícilmente podría atribuírseles otro
carácter diferente si, como señala la Ley, se crean por Administraciones Públicas para el desarrollo
de tareas o funciones comunes, en la comprensión de que al ejercer competencias administrativas
que implican la adopción de actos administrativos, sería extraño que no se les reconozca tal
carácter».
55
Vid. COSCULLUELA MONTANER, L.: «Las Agencias estatales», en Revista española de control
externo, vol. 8, núm. 24, 2006, pp. 29-53; BOTO ÁLVAREZ, A.: «Las agencias estatales como nuevo

Página 22 de 55
público, dotadas de personalidad jurídica pública, patrimonio propio y autonomía
en su gestión, facultadas para ejercer potestades administrativas, que son creadas
por el Gobierno para el cumplimiento de los programas correspondientes a las
políticas públicas que desarrolle la Administración General del Estado en el ámbito
de sus competencias. Este conglomerado de entidades están llamadas a
desempeñar un papel esencial en el despliegue del Plan de Recuperación,
Transformación y Resiliencia de la Economía española56, al calor de las profundas
transformaciones de la actuación y estructura administrativa que exigirá la
ejecución del instrumento Next Generation EU57.
Esta cuestión explica, en gran medida, la recuperación de la figura de las Agencias
estatales en la Ley 11/2020, de 30 de diciembre, de Presupuestos Generales del
Estado para el 2021. Dicho hito normativo, acomete diversas reformas en el
ámbito del sector público mediante la modificación, por su disposición final
trigésima cuarta, de la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del
Sector Público (LRJSP), y recupera, en particular, la figura de las Agencias
estatales58 como organismos públicos integrantes del sector público institucional
estatal59.
Conforme a la nueva regulación de esta tipología de entidades contenida en el art.
108 quinquies LRJSP, apartado quinto, «la contratación de las agencias estatales se
rige por la normativa aplicable al sector público. Las sociedades mercantiles y
fundaciones creadas o participadas mayoritariamente por las agencias estatales,
deberán ajustar su actividad contractual, en todo caso, a los principios de publicidad y
concurrencia».

modelo organizativo general», en Actualidad jurídica Aranzadi, núm. 726, 2007, pp. 1-9; PÉREZ
GALVEZ, J. F.: Las Agencias estatales para la mejora de los servicios públicos, Comares, Granada, 2007;
PAREJO ALFONSO, L.: Organización y poder de organización. Las potestades organizatoria y
reglamentaria del complejo orgánico-funcional Gobierno y Administración, Iustel, Madrid, 2009.
56
Vid. PRESIDENCIA DEL GOBIERNO: España Puede. Plan de Recuperación, Transformación y
Resiliencia de la Economía española, Madrid, 2020. Disponible en: https://bit.ly/3j5UXw2
57
La manifestación más clara de ello la encontramos en la publicación, el último día del año 2020,
junto con la Ley de Presupuestos Generales del Estado, como si de un tándem se tratara, del Real
Decreto-ley 36/2020, de 30 de diciembre, por el que se aprueban medidas urgentes para la
modernización de la Administración Pública y para la ejecución del Plan de Recuperación,
Transformación y Resiliencia, comúnmente conocido como Real Decreto-ley de Fondos Europeos
de Recuperación. Un estudio sobre las transformaciones que debe emprender la Administración
pública española para la ejecución de los fondos comunitarios de recuperación puede verse en
RIVERO ORTEGA, R. (Dir.), Modernización de la Administración Pública para la ejecución del Plan de
recuperación, transformación y resiliencia. Comentarios de urgencia al Real Decreto-Ley 36/2020, de 30
de diciembre, Ratio Legis, Salamanca, 2021.
58
El punto de partida de las Agencias estatales lo encontramos en la promulgación de la Ley
28/2006, de 18 de julio, de Agencias estatales para la mejora de los servicios públicos.
59
Un primer análisis acerca de la renovada vitalidad de las Agencias estatales puede verse en
LOZANO CUTANDA, B., y REY PINEDO, M.: «Recuperación de la figura de las agencias estatales en
la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el 2021», en Gómez-Acebo & Pombo. Análisis,
enero de 2021, 2021, pp. 1-4.

Página 23 de 55
2.2. Los poderes adjudicadores que no son Administración Pública
Todas las Administraciones públicas tienen la condición de poder adjudicador60 —
art. 3.3.a) LCSP—, de manera que lo relevante en este punto es analizar qué
entidades del sector público, aparte de las Administraciones públicas, son poderes
adjudicadores. Adicionalmente, la Ley introduce un conjunto de requisitos que
deben reunir las entidades del sector público para considerarse organismo de
derecho público según el Derecho europeo y, por tanto, poder adjudicador —art.
3.3.d) LCSP—. Esos requisitos determinan una estrecha vinculación con las
Administraciones públicas u otros poderes adjudicadores61:
a) Tener personalidad jurídica propia62.
b) Haber sido creada específicamente para satisfacer necesidades de interés
general que no tengan carácter mercantil o industrial63.
c) Que uno o varios poderes adjudicadores financien mayoritariamente su
actividad64; controlen su gestión o nombren a más de la mitad de los
miembros de su órgano de administración, dirección o vigilancia65.
Adicionalmente, la LCSP añade al listado de poderes adjudicadores a las
fundaciones públicas66 —art. 3.3.b)— y las Mutuas colaboradoras con la Seguridad

60
Concepto importado de la jurisprudencia europea. Vid. STJUE de 12 de diciembre de 2002,
Universale Bau AG/Entsorgungsbetriebe Simmering GmbH, (Asunto C-470/99).
61
Vid. STJUE de 22 de mayo de 2003, Arkkitehtuuritoimisto Riitta Korhonen y otros y
Rakennuttajatoimisto Vilho Tervomaa y otros, (Asunto C-18/01).
62
Al respecto, vid. STJUE de 15 de enero de 1998, Mannesmann Anlagenbau Austria AG/Strohal
Rotationsdruck GesmbH, (Asunto C-44/96).
63
En torno a la interpretación de estos requisitos, vid. STJUE de 10 de noviembre de 1998,
GemeenteArnhem y Gemeente Rheden/BFI Holding BV, (Asunto C-360/96).
64
Respecto a la financiación mayoritaria de su actividad, “mayoritaria” significa más de la mitad,
teniendo en cuenta todos los ingresos que obtenga la entidad, incluidos los que resulten de una
actividad mercantil. Vid. STJCE de 3 de octubre de 2000, The Queen/Universidad de Cambridge,
(Asunto C-380/98).
65
En cuanto al control de la gestión, hay que destacar que no se trata de una fiscalización «ex post
facto», sino la previa que puede incidir en la selección del adjudicatario del contrato. Según la
jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, «(…) queda descartada la
posibilidad de considerar que se cumple el requisito de control de la gestión en el supuesto de un
mero control “a posteriori” ya que, por definición, tal control no permite que los poderes públicos
incluyan en las decisiones del organismo de que se trate en materia de contratos públicos (...) En
cambio, se ajusta a tal requisito una situación en la que, por una parte, los poderes públicos
controlan no sólo las cuentas anuales del organismo de que se trate, sino también su gestión
corriente desde el punto de vista de los principios de imagen fiel, legalidad, eficiencia, rentabilidad
y racionalidad y, por otra, estos mismos poderes públicos están autorizados a visitar los locales e
instalaciones de dicho organismo y a informar de los resultados de tales controles a un ente público
territorial que, a través de otra sociedad, posee el capital del organismo en cuestión». Vid. STJCE de
27 de febrero de 2003, Adolf Truley GmbH/Bestattung Wien GmbH, (Asunto C-373/00).
66
A efectos de esta Ley, se entenderá por fundaciones públicas aquellas que reúnan alguno de los
siguientes requisitos: 1.º Que se constituyan de forma inicial, con una aportación mayoritaria,
directa o indirecta, de una o varias entidades integradas en el sector público, o bien reciban dicha
aportación con posterioridad a su constitución. 2.º Que el patrimonio de la fundación esté integrado

Página 24 de 55
Social67 —art. 3.3.c)—. Estas entidades, por su naturaleza y funciones, siempre
cumplen los requisitos señalados para ser considerados como poderes
adjudicadores68. Además, se establece que las asociaciones promovidas por
aquellas entidades que tengan la condición de poder adjudicador también reúnen
esta condición —art. 3.3 e) LCSP—.
Asimismo, hay que añadir que la Disposición Adicional 39ª LCSP prevé que Puertos
del Estado y las Autoridades Portuarias se rijan por el régimen de contratación
establecido para los poderes adjudicadores que no tienen la consideración de
Administración Pública. También la Disposición Adicional 42ª LCSP determina que
los contratos relacionados con la actividad comercial del Museo Nacional del Prado
y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía se sujeten a lo dispuesto para los
contratos de poderes adjudicadores que no tengan la naturaleza de
Administraciones públicas. Por último, la Disposición Adicional 26ª LCSP, señala
que las Agrupaciones europeas de cooperación territorial con domicilio social en
España, deberán preparar y adjudicar sus contratos con base en las reglas
aplicables a los poderes adjudicadores.
2.3. Los entes del sector público que no son poder adjudicador
Conforme a la estructura de círculos concéntricos en torno a la que se articula el
ámbito subjetivo de aplicación de la LCSP, corresponde, en último lugar,
determinar qué entidades del sector público no disponen de la consideración de
poder adjudicador. De entrada, hay que señalar que las entidades que no son
Administración pública, pero forman parte del sector público, serán poder
adjudicador según cumplan o no las condiciones previstas al efecto en el caso
concreto —art. 3.3.d) LCSP—. Es el caso de:
a) Los consorcios regulados en el artículo 3.1.d) LCSP, que podrán ser
considerados poder adjudicador e, incluso, Administración pública,
como se ha señalado anteriormente —art. 3.2.b) LCSP—.
b) Las Entidades Públicas Empresariales y entidades de derecho público
con personalidad jurídica propia vinculadas a un sujeto que pertenezca

en más de un 50 por ciento por bienes o derechos aportados o cedidos por sujetos integrantes del
sector público con carácter permanente. 3.º Que la mayoría de derechos de voto en su patronato
corresponda a representantes del sector público.
67
Recuérdese la Resolución del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales de 30
de marzo de 2011 (número 94/2011): «De este modo, las Mutuas de Accidentes de Trabajo y
Enfermedades Profesionales, en tanto entidades colaboradoras en la gestión de la acción
protectora de la Seguridad Social, que satisfacen fines de interés general bajo la tutela y control de
la Administración General del Estado, y cuyos ingresos derivados de esa colaboración forman parte
del patrimonio de la Seguridad Social, quedan integradas en el sector público con el carácter de
poderes adjudicadores y sometidas a la Ley de Contratos del Sector Público con el alcance que la
propia Ley determina».
68
Vid. DÍEZ SASTRE, S.: La tutela de los licitadores en la adjudicación de contratos públicos, Marcial
Pons, Madrid, 2012, pp. 45 ss.

Página 25 de 55
al sector público o dependientes del mismo —art. 3.1.g) LCSP—, que
también podrán disponer de la consideración de poder adjudicador e,
incluso, Administración pública —art. 3.2 b) LCSP—.
c) Las sociedades mercantiles69 contempladas en el artículo 3.1.h) LCSP.
d) Así como las asociaciones de todas las anteriores, cuando no reúnan la
condición de poderes adjudicadores —art. 3.1.k) LCSP—.
El régimen aplicable a estas entidades dependerá de que cumplan o no las
condiciones establecidas para los poderes adjudicadores en el artículo 3.3.d) LCSP,
que, de este modo, da cumplimiento a las exigencias de la Directiva 2014/24/UE.
3. ÓRGANOS DE CONTRATACIÓN
Como no podía ser de otra manera, en los contratos del sector público son
fácilmente identificables dos partes. Por un lado, tenemos la entidad del sector
público contratante y por otra al empresario contratista. Precisamente, la entidad
del sector público, en esta relación, está representada por el órgano de
contratación70. Así lo expresa el art. 61.1 LCSP al disponer que «la representación de
los entes, organismos y entidades del sector público en materia contractual corresponde
a los órganos de contratación, unipersonales o colegiados que, en virtud de norma legal o
reglamentaria o disposición estatutaria, tengan atribuida la facultad de celebrar
contratos en su nombre».
En aplicación de lo anterior, será el órgano de contratación, quien tenga pues la
competencia para celebrar contratos. No nos apartamos, por tanto, del régimen
general de atribución de competencias, que necesariamente ha de estar presenta
en cada una de las entidades contratantes. De ahí se colige, que habrá que estar a
lo dispuesto en el apartado segundo del propio art. 61 LCSP que expresamente
faculta a los órganos de contratación para que deleguen o desconcentren sus
competencias y facultades en esta materia71.

69
Vid. CHINCHILLA MARÍN, M.C.: «Las sociedades mercantiles públicas. Su naturaleza jurídica"
privada" y su personalidad jurídica" diferenciada”: ¿realidad o ficción?», en Revista de Administración
Pública, núm. 203, 2017, pp. 17-56.
70
Bajo la denominación «Organización administrativa para la gestión de la contratación» se regulan,
dentro del Libro IV, arts. 323 a 334 de la LCSP, los órganos competentes en materia de contratación
que comprenden: órganos de contratación, órganos de asistencia y órganos consultivos. Vid.
RODRÍGUEZ PÉREZ, R.P.: «Organización administrativa de la contratación pública: órganos de
contratación, responsable del contrato, órganos de asistencia y órganos consultivos», en GAMERO
CASADO, E. y GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2018, pp. 975 y ss.
71
En todo caso, habrá que estar a lo dispuesto en las normas aplicables en cada caso para la
delegación o desconcentración de competencias cuando se trate de órganos administrativos,
respetando las formalidades que sean precisas; o lo estipulado para el otorgamiento de poderes,
cuando se trate de órganos societarios o de una fundación.

Página 26 de 55
No obstante, se hace preciso diferenciar la figura del órgano de contratación de la
del responsable del contrato72. Este último, en caso de existir, pues es facultativa
su existencia73, quedando en manos del órgano de contratación su designación, se
encargará de la mera supervisión de la ejecución del contrato, pudiendo adoptar
las decisiones y dictar las instrucciones necesarias, con el único fin de asegurar la
correcta realización de la prestación pactada, para lo cual podrá desempeñar
cualquier misión o instrucción que le quiera encargar el órgano de contratación,
siempre que esté dentro de sus obligaciones y responsabilidades74.
3.1. Órganos estatales
La LCSP se encarga de determinar cuáles son los órganos de contratación en los
distintos ámbitos, sin perjuicio de que en el supuesto de las Comunidades
Autónomas han de ser sus propias normas organizativas las que determinen quién

72
En relación a esta figura, vid. DE LA MORENA LÓPEZ, J.: «Responsable del contrato “in
vigilando”», en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 2, 2019, pp. 643-656;
RODRÍGUEZ-ARANA MUÑOZ, J., y HERCE MAZA, J.I.: «La buena administración en la
contratación pública: mención especial a la fase de ejecución del contrato», en Gabilex: Revista del
Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 1, 2019, pp. 35-60; IBÁÑEZ PICO, M.: «La figura del
responsable del contrato en los contratos de servicios y concesiones de servicios de la nueva ley de
contratos del sector público», en Contratación administrativa práctica: revista de la contratación
administrativa y de los contratistas, núm. 167, 2020, pp. 118-128; RASTROLLO SUÁREZ, J.J., y
GARCÍA JIMÉNEZ, A.: «Buena administración aplicada a los contratos públicos: directiva de
recursos, instrumentos de publicidad activa y participación ciudadana», en GIMENO FELIÚ, J.M.,
GALLEGO CÓRCOLES, I., HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, F., y MORENO MOLINA, J.A. (Dirs.), Las
nuevas directivas de contratación pública: ponencias sectoriales X Congreso Asociación Española
Profesores de Derecho Administrativo, Thomson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2015, pp. 367 y ss.
73
Ciertamente la literalidad del art. 62 es la de una figura preceptiva, pero la LCSP a la hora de
determinar las particularidades de la figura se vuelve escasa y, lo que es peor contradictoria. Sin ir
más lejos el art. 194 LCSP, nos dice que corresponde al responsable del contrato proponer la
imposición de penalidades, aunque a continuación añade si se hubiese designado, luego le confiere
carácter potestativo, al igual que el art. 311 para los contratos de servicio que vuelve a considerar
la designación del responsable del contrato como opcional para el órgano de contratación. El
problema es el siguiente, la redacción del proyecto originario de la LCSP en el art. 62 contempla
como facultativa a la figura, pero la enmienda que lo reforma lo incluye como preceptivo, pero sin
modificar ni adecuar al resto de preceptos que la afectan directamente, por lo que existe una
divergencia práctica importante. A esto se suma que muchos órganos, principalmente los locales no
tienen capacidad efectiva para tal designación, no existiendo o siendo simplemente formal pero no
efectiva. Tampoco ayuda que nombramiento no forma parte del contenido mínimo del contrato (art.
35 LCSP) o que ni siquiera se tenga la obligación de recoger esta figura y sus funciones en los pliegos
administrativos (art. 121 LCSP), luego no parece que la obligatoriedad sea tal más allá del
formalismo del art. 62.
74
Para el supuesto concreto de los contratos de obras, las facultades del responsable del contrato
serán ejercidas por el Director Facultativo conforme con lo dispuesto en los arts. 237 a 246 LCSP.
También existen particularidades en los casos de concesiones de obra pública y de concesiones de
servicios, en los que el órgano de contratación designará una persona que actúe en defensa del
interés general, para obtener y para verificar el cumplimiento de las obligaciones del concesionario,
especialmente en lo que se refiere a la calidad en la prestación del servicio o de la obra, como se
desprende del art. 62.3 LCSP.
A grandes rasgos, se ha pretendido seguir el modelo norteamericano de órgano especializado
implementado por la Contract Administration Office (CAO), establecida en base a la Federal
Adquisition Regulations (FAR). Más información disponible en: https://bit.ly/3oLdm2l

Página 27 de 55
dispone de tal condición, tendencia que se reproduce en el ámbito local, siendo la
Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local (LRBRL) la
norma de referencia en este especial ámbito75.
Sentado lo anterior, conviene clarificar que los Ministros y los Secretarios de
Estado son los órganos de contratación de la Administración General del Estado y,
en consecuencia, están facultados para celebrar en su nombre los contratos en el
ámbito de su competencia. En los departamentos ministeriales en los que coexistan
varios órganos de contratación, la competencia para celebrar los contratos de
suministros y de servicios le corresponde al Ministro, salvo en los casos en que la
misma se le atribuya a la Junta de Contratación.
Cuando el contrato lo celebra un organismo autónomo, una agencia estatal o una
entidad pública empresarial que forme parte del sector público estatal, la
competencia corresponde a quien lo presida o dirija. En el caso de las fundaciones
y las sociedades mercantiles hay que estar a los que dispongan sus respectivos
estatutos. Y respecto a las entidades gestoras y los servicios comunes de la
Seguridad Social, a falta de regulación específica, los competentes son los
Directores Generales.
Todo lo anterior es cierto, en tanto no sea preciso acudir al sistema de contratación
centralizada76 o existan Juntas de Contratación. La Junta de Contratación
Centralizada, adscrita al Ministerio de Hacienda y Función Pública, será el órgano
de contratación cuando se declare de contratación centralizada los suministros,
obras y servicios que se contraten de forma general y con características
esencialmente homogéneas, de conformidad con lo establecido en el art. 229 LCSP.
Esto implicará que la contratación de los suministros, obras y servicios en ella
incluidos deberá efectuarse, con carácter obligatorio, a través del sistema estatal
de contratación centralizada77 por los entes, entidades y organismos que
pertenezcan al sector público estatal, excepto las fundaciones, salvo que los
contratos hayan sido declarados de carácter secreto o reservado de acuerdo con
lo dispuesto en la legislación reguladora de los secretos oficiales.

75
La Ley de Contratos del Sector Público efectúa el reparto de competencias para contratar en el
ámbito local en su Disposición adicional segunda, atribuyendo las mismas, con carácter general al
Alcalde y al Pleno de la Corporación Municipal, sin perjuicio de la obligación de constituir Juntas de
Contratación, estableciendo los límites para garantizar su intervención, o de la posibilidad de crear
Centrales de Contratación (arts. 204 y 205, en relación con el art. 228.2 y de conformidad con lo
estipulado en la D.A. 3ª, apartado 10, LCSP). Vid. COLÁS TENAS, J.: «Las competencias en materia
de contratación de los órganos de las entidades locales», en Revista de estudios locales. Cunal, núm.
161, 2013, pp. 183-205.
76
Vid. TERRÓN SANTOS, D.: «La racionalización técnica en la contratación pública como
alternativa a los contratos menores», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 196, 2019,
pp. 269-304.
77
Vid. GALLEGO CÓRCOLES, I.: «Novedades en la centralización de compras en la ley 9/2017 de
contratos del sector público», en Revista española de control externo, vol. 20, núm. 60, 2018, pp. 189-
217.

Página 28 de 55
En cuanto a la capacidad para contratar de los representantes legales de las
sociedades y fundaciones del sector público estatal, se regirá por lo dispuesto en
sus estatutos y por las normas de derecho privado que resulten aplicables.
3.2. Las juntas de contratación
También son órganos de contratación las llamadas Junta de Contratación que
pueden constituirse en los departamentos ministeriales y en los organismos
autónomos, agencias estatales, entidades públicas empresariales y demás
entidades de derecho público, así como en las entidades gestoras y los servicios
comunes de la Seguridad Social. Pese a estar pendiente su desarrollo
reglamentario, este órgano de contratación, al menos en lo que respecta a su
composición, se identifica por su carácter técnico e independiente, siendo de
creación voluntaria78. Así, conforme al texto del art. 323.4 LCSP, párrafo sexto, se
exige que deben figurar entre los vocales de la Junta de Contratación, un
funcionario que tenga atribuido, legal o reglamentariamente, el asesoramiento
jurídico del órgano de contratación y un interventor.
En aras de garantizar la independencia y la trasparencia de estos órganos de
contratación, en ningún caso podrán formar parte de las Juntas de Contratación ni
emitir informes de valoración de las ofertas los cargos públicos representativos, los
altos cargos, el personal de elección o designación política ni el personal eventual.
Con estas limitaciones solamente podrán formar parte de las Juntas de
Contratación, funcionarios de carrera suficientemente cualificados, que
únicamente cuando no existan, y así se acredite en el expediente, podrán ser
sustituidos por personal funcionario interino. Como garantía adicional, no se
permite formar parte de las Juntas de Contratación el personal que haya
participado en la redacción y elaboración de la documentación técnica del contrato
de que se trate.
Consecuencia de todo lo anterior, en aquellos supuestos de contratación pública
en los que el procedimiento de adjudicación utilizado sea el procedimiento abierto
simplificado, la Junta de Contratación, en todo caso, se entenderá válidamente

78
Tal y como dispone el art. 323.4 LCSP, «en los departamentos ministeriales y en los organismos
autónomos, entidades públicas empresariales y demás entidades públicas integrantes del sector público
estatal, así como en las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social, podrán constituirse
Juntas de Contratación, que actuarán como órganos de contratación, con los límites cuantitativos o
referentes a las características de los contratos que determine el titular del departamento, en los siguientes
contratos: a) Contratos de obras comprendidas en las letras b) y c) del apartado 1 del art. 232 (reparación
simple y aquellas de conservación y mantenimiento), salvo que las mismas hayan sido declaradas de
contratación centralizada; b) Contratos de suministro que se refieran a bienes consumibles o de fácil
deterioro por el uso, salvo los relativos a bienes declarados de adquisición centralizada; c) Contratos de
servicios no declarados de contratación centralizada; y d) Contratos de suministro y de servicios, distintos
de los atribuidos a la competencia de la Junta con arreglo a las dos letras anteriores que afecten a más de
un órgano de contratación, exceptuando los que tengan por objeto bienes o servicios de contratación
centralizada»

Página 29 de 55
constituida cuando asistan el Presidente, el Secretario, el funcionario que tenga
atribuido, legal o reglamentariamente, el asesoramiento jurídico del órgano de
contratación y el interventor, salvo en el supuesto contemplado en el art. 159.6
LCSP79, en el que la valoración de las ofertas se podrá efectuar automáticamente
mediante dispositivos informáticos, o con la colaboración de una unidad técnica
que auxilie al órgano de contratación.
De esta forma, el órgano de contratación se convierte en una figura esencial en el
procedimiento de contratación pues a él le corresponde no solo la representación
de los entes, organismos y entidades del sector público en materia de contratación,
según el art. 61.2 LCSP, sino también, determinar la necesidad de contratación,
aprobar el pliego de cláusulas administrativas y prescripciones técnicas, aprobar el
gasto, tramitar el procedimiento de licitación, adjudicar el contrato y formalizarlo
en documento contractual. Además, una vez perfeccionado el negocio jurídico
cuando se trata de contratos de naturaleza administrativa, es también el órgano
competente para dictar los actos de interpretación, modificación, resolución o
anulación del contrato. Los acuerdos que adopte el órgano de contratación en el
ejercicio de sus prerrogativas pondrán fin a la vía administrativa, según el art. 191.4
LCSP80.
3.3. Autorización para contratar
El ejercicio de la competencia de contratación, en el caso de las entidades del sector
público estatal, está sometido a la autorización del Consejo de Ministros, según se
establece en el art. 324 LCSP, cuando: el valor estimado del contrato, sea igual o
superior a 12.000.000 de euros; cuando el pago de los contratos se concierte
mediante el sistema de arrendamiento financiero o mediante el sistema de
arrendamiento con opción de compra y el número de anualidades supere los cuatro
años; y cuando se trate de acuerdos marcos si su valor estimado es igual o superior
a doce millones de euros, especificándose que no será necesaria la autorización
para la celebración de los contratos basados en dicho acuerdo marco. No obstante,
el Consejo de Ministros dispone de la capacidad para reclamar discrecionalmente
la autorización de cualquier otro contrato.

79
Nos estamos refiriendo a aquellos contratos de obras por valor estimado inferior a 80.000 euros,
y en contratos de suministros y de servicios de valor estimado inferior a 60.000 euros, excepto los
que tengan por objeto prestaciones de carácter intelectual.
80
A este respecto, resulta de interés el informe de la Junta Consultiva de Contratación
Administrativa de la Comunidad de Aragón que señala que: «la condición de órgano de contratación
no implica que todos sus actos agoten la vía administrativa. Dependerá del tipo de órgano y de la
naturaleza del acto que dicten, debiendo tener en cuenta para su determinación la normativa básica
y la normativa específica aplicable a cada Administración». Vid. Informe de la Junta Consultiva de
Contratación Administrativa de la Comunidad de Aragón de 23 de noviembre de 2011, (número
26/2011).

Página 30 de 55
Dicha autorización81 debe obtenerse antes de la aprobación del expediente y de la
aprobación del gasto, para lo cual se remitirá: la justificación de la necesidad e
idoneidad del contrato; el certificado de existencia de crédito suficiente o
documento equivalente que acredite la existencia de financiación, el pliego de
cláusulas administrativas particulares; el informe del servicio jurídico al pliego y si
se trata de un contrato de concesión de obras o de concesión de servicios, cuyo
valor estimado sea igual o superior a 12.000.000 euros, el informe preceptivo del
Ministerio de Hacienda y Función Pública.
Cuando se haya autorizado la celebración de un contrato deberá autorizarse
igualmente su resolución, y sus modificaciones, sino están previstas en el pliego y
si representan un porcentaje, aislada o conjuntamente, superior al 10 % del precio
inicial del contrato, IVA excluido82.
Finalmente, en el ámbito del sector público estatal, antes de celebrar un contrato
de concesión de obras o de concesión de servicios, cuyo valor estimado sea igual o
superior a 12.000.000 euros, será preceptivo y vinculante un informe del
Ministerio de Hacienda y Función Pública, que se pronuncie sobre las
repercusiones presupuestarias y compromisos financieros que implique así como
sobre su incidencia en el cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria,
de conformidad con según lo establecido en la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril,
de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Asimismo, en estos
contratos y con independencia de la cuantía, será igualmente necesario recabar el
informe vinculante del Ministerio de Hacienda y Función Pública cuando en su
financiación se prevea cualquier forma de ayuda o aportación estatal o el
otorgamiento de préstamos o anticipos. En la elaboración de estos informes se
deberá tener en cuenta, en el ámbito del sector público estatal, el informe que al

81
El art. 55 del Real Decreto-Ley 36/2020, de 30 de diciembre, por el que se aprueban medidas
urgentes para la modernización de la Administración Pública y para la ejecución del Plan de
Recuperación, Transformación y Resiliencia, establece una excepción al régimen general de los
encargos de entidades pertenecientes al sector público que no tengan la consideración de poder
adjudicador a medios propios personificados, en la que no será exigible el trámite de autorización
de la actuación contractual por parte del Consejo de Ministros, al señalar lo siguiente: «Para la
aplicación de los fondos procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia los
poderes adjudicadores y las entidades contratantes podrán organizarse ejecutando de manera
directa prestaciones propias de los contratos de obras, suministros, servicios, concesión de obra y
concesión de servicios, a cambio de una compensación tarifaria, valiéndose de un medio propio en
aplicación de lo establecido en el artículo 86 de la Ley 40/2015, de 1 de octubre, previo encargo a
éste, con sujeción a lo dispuesto en los artículos 32 y 33 de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, o al
artículo 25 del Real Decreto-ley 3/2020, de 4 de febrero, de medidas urgentes por el que se
incorporan al ordenamiento jurídico español diversas directivas de la Unión Europea en el ámbito
de la contratación pública en determinados sectores; de seguros privados; de planes y fondos de
pensiones; del ámbito tributario y de litigios fiscales, según proceda, no siendo exigible en estos
casos la autorización del Consejo de Ministros previa a la suscripción de un encargo prevista en el
artículo 32.6.c) de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre».
82
A este respecto, el Consejo de Estado en su dictamen nº 1.116/2015, de 10 de marzo de 2016,
señaló que «parece razonable, como hace el texto refundido vigente, extender la autorización a la
resolución».

Página 31 de 55
respecto emita el Comité Técnico de Cuentas Nacionales83. Así mismo, en relación
con los contratos de concesión de obras o de concesión de servicios adjudicados en
los ámbitos del sector público autonómico y local, cuyo valor o fórmula de
financiación sea igual que la señalada anteriormente, la Disposición adicional
cuadragésima quinta de la LCSP atribuye a este mismo Comité, la competencia
para emitir un informe sobre los efectos de la celebración del contrato en las
cuentas económicas de la Administración contratante.
4. ÓRGANOS DE ASISTENCIA
La importancia de los órganos de asistencia es resultado, sobre todo, de la reiterada
jurisprudencia comunitaria que condena toda actuación contraria a la igualdad de
trato, y contraria al principio de buena administración84, como puedan ser la
desestimación de las ofertas sin ejercer la facultad de solicitar aclaraciones, cuando
la ambigüedad detectada en la formulación de una oferta pueda explicarse de
modo simple y disiparse fácilmente85.
El objetivo no es otro que el de modular la discrecionalidad86 que tiene la
Administración pública para seleccionar al adjudicatario, al no estar obligada a
elegir al mejor postor únicamente desde la perspectiva económica de la oferta, sino
al que, cumpliendo las condiciones del pliego, resulte más ventajoso desde la
perspectiva de la consecución de los intereses generales, sin atender

83
Conviene recordar que el Comité Técnico de Cuentas Nacionales, fue creado por la disposición
adicional primera de la Ley Orgánica 6/2013, de 14 de noviembre, de creación de la Autoridad
Independiente de Responsabilidad Fiscal. Este Comité técnico está integrado por representantes
del Instituto Nacional de Estadística, del Banco de España y de la Intervención General de la
Administración del Estado y le corresponde la valoración e imputación de operaciones económicas
efectuadas por las diferentes unidades del sector público, así como la delimitación sectorial de las
citadas unidades, de acuerdo con los criterios establecidos en el Sistema Europeo de Cuentas.
84
El derecho fundamental a la buena administración se consagró en la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea, que los presidentes del Parlamento Europeo, del Consejo y de
la Comisión firmaron y proclamaron el 7 de diciembre de 2000 con ocasión del Consejo Europeo de
Niza, y que tiene desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el 1 de diciembre de 2009, «el
mismo valor jurídico que los Tratados» (art. 6 del Tratado de la Unión Europea, apdo. 1, párr.
primero). Acerca del principio de buena administración aplicado a los contratos públicos, vid.
STGEU de 27 de abril de 2016, European Dynamics Luxembourg/Oficina de Propiedad Intelectual
de la Unión Europea, (Asunto T-556/11).
En idéntico sentido, revisten especial interés los estudios de PONCE SOLÉ, J.: «La discrecionalidad
no puede ser arbitrariedad y debe ser buena administración», en Revista Española de Derecho
Administrativo, núm. 175, 2016, pp. 57-84; y RODRÍGUEZ-ARANA MUÑOZ, J.: «El derecho a la
buena administración en las relaciones entre ciudadanos y Administración Pública», en Anuario da
Facultade de Dereito da Universidade da Coruña, núm. 16, 2012, pp. 247-274.
85
A este respecto, resulta ilustrativa la STGUE de 10 de diciembre de 2009, Antwerpse
Bouwwerken NV/Comisión Europea, (Asunto T-195/08).
86
Vid. CASSAGNE, J.C.: «La discrecionalidad administrativa», en Foro Jurídico, núm. 9, 2009, pp. 82-
91; CASSAGNE, J.C., y GARCÍA DE ENTERRÍA, E.: El principio de legalidad y el control judicial de la
discrecionalidad administrativa, editorial B de F, Buenos Aires, 2016.

Página 32 de 55
exclusivamente a la oferta económica87. Por tanto, no queda otra opción diferente
que no sea seguir el marcado criterio jurisprudencial88, según el cual, la
Administración pública ejerce una potestad discrecional a la hora de elegir entre
celebrar el contrato o declarar desierto el concurso, así como a la hora de
seleccionar a uno de los concursantes, pues tiene libertad para seleccionar la oferta
más conveniente desde el prisma de la defensa de los intereses públicos, si bien ha
de adoptar una decisión fundada y motivada, exponiendo las razones que le han
llevado a elegir al adjudicatario en cuestión, manifestación última del principio de
interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos que consigna la
Constitución española de 1978 en su art. 9.3.
Estas razones son las que motivan, en última instancia, la importancia que posee la
labor desarrollada por los órganos especializados de asistencia, al convertirse en
herramienta indispensable para que el órgano de contratación encargado de
adoptar la decisión de adjudicación oriente su actuación, de forma efectiva, a la
defensa y consecución de los intereses generales.
4.1. Las mesas de contratación
Su composición, su carácter de órgano colegiado, su ámbito de actuación y
funciones hacen de este órgano el ideal para facilitar la decisión al órgano de
contratación89. Destaca por encima de todo, su intervención con carácter
obligatorio, salvo en aquellos supuestos en los que la competencia para contratar
corresponda a una Junta de Contratación, en los contratos adjudicados mediante
procedimiento abierto, abierto simplificado, restringidos de diálogo competitivo,
de licitación con negociación y de asociación para la innovación90. Quedan
excluidos de la necesidad de constituir mesa de contratación, únicamente los

87
Como ha señalado en reiteradas ocasiones el Tribunal Supremo, «procede reiterar la doctrina
jurisprudencial de este Tribunal en el sentido que la Ley de Contratos del Estado reconoce a la
Administración una facultad discrecional al hacer la selección del adjudicatario, ya que no está
obligada a elegir al mejor postor económicamente considerada la oferta, sino al que cumpliendo las
condiciones del pliego, resulte más ventajoso a los intereses generales de la Administración, sin
atender exclusivamente la oferta económica, y el ejercicio de esta facultad discrecional está
orientada al bien público, y a los intereses generales que tutela la Administración, siendo en este
sentido como debe entenderse la expresión "oferta más ventajosa", lo que significa que en la
licitación se ha de atender a las circunstancias y a los elementos subjetivos y objetivos del contrato,
lo que ha sucedido en la cuestión examinada, pues la Asamblea Legislativa de Murcia, tras el
pertinente informe técnico, elige la oferta más adecuada dentro de sus potestades y no puede
reprochársele uso arbitrario de tales potestades, al haberse decidido por la que consideró más
ventajosa para los intereses públicos». Vid. STS de 28 de noviembre de 2000, FD3.
88
Vid. SSTS de 22 de septiembre de 1988, 14 de febrero de 1989 y 17 de junio de 1991.
89
Vid. ÁNGULO GARZARO, A., y ANGULO GARZARO, N.: «La cualificación técnica sobre el objeto
del contrato por parte de los miembros de las mesas de contratación», en Contratación
administrativa práctica: revista de la contratación administrativa y de los contratistas, núm. 158, 2018,
pp. 12 y ss.
90
Vid. FERNANDO PABLO, M.M.: «La innovación en la contratación pública», en QUINTANA
LÓPEZ, T. (Dir.), La contratación pública estratégica en la contratación del sector público, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2020, pp. 389-416.

Página 33 de 55
procedimientos negociados en que no sea necesario publicar anuncios de
licitación, salvo cuando se fundamente en la existencia de una imperiosa urgencia
prevista en el art. 168.b).1º LCSP, en el que será obligatoria la constitución de la
mesa. Además, tampoco será obligatoria, pudiendo ser potestativa su existencia,
en los contratos de obras cuyo valor estimado sea inferior a 80.000 euros, y en
aquellos contratos de suministros y servicios de valor estimado inferior a 60.000
euros, excepto los que tengan por objeto prestaciones de carácter intelectual91, los
cuales al no ser objeto de aplicación del procedimiento abierto simplificado
contemplado ex art.
La función de la mesa de contratación supone, por sí misma, la garantía de ausencia
de discrecionalidad en la decisión de la adjudicación del contrato92. Todo ello se
traduce en el desarrollo de una serie de importantes actuaciones, entre las que
destacan la valoración de las ofertas —proposiciones de los licitadores—, la
elaboración de la propuesta de calificación anormalmente baja de una oferta93,
previa tramitación del procedimiento a que se refiere el art. 149 LCSP, y, sobre
todo la proposición, al órgano de contratación, de la adjudicación del contrato a
favor del licitador que haya presentado la mejor oferta, de conformidad con el art.
145 LCSP, según proceda en base al pliego de cláusulas administrativas
particulares que rija la licitación.
Para el supuesto de los procedimientos restringidos, en los de diálogo competitivo,
en los de licitación con negociación y en los de asociación para la innovación,
también le corresponderá la selección de los candidatos, siempre que se delegue
por el órgano de contratación, que deberá figurar en el pliego de cláusulas
administrativas particulares.
Pero sin duda alguna, es su intervención en la calificación de la documentación
acreditativa del cumplimiento de los requisitos previos fijados en los arts. 140 y
141 LCSP, y, en su caso, la adopción de la decisión de exclusión de los candidatos o
licitadores que no acrediten dicho cumplimiento, previo trámite de subsanación, la
que quizá sea su función más determinante. Toda vez que dicha decisión supone la
exclusión del licitador del procedimiento de contratación, tanto si entiende que no
cumple los requisitos de la declaración responsable, como si requiere la
acreditación documental de los mismos, al entender no acreditado el cumplimiento
de las condiciones impuestas en el procedimiento de licitación.

91
Vid. MENDOZA JIMÉNEZ, J.: «Las prestaciones de carácter intelectual en la LCSP: una
aproximación práctica», en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 2, 2019,
pp. 783-798.
92
En este mismo sentido, de entre la jurisprudencia, destaca, la STS de 25 de junio de 2012, (Rec.
717/2009).
93
Vid. CASTILLO BLANCO, F.A.: «Las ofertas anormalmente bajas: a propósito de los costes
generales y el beneficio industrial», en Revista de Administración Pública, núm. 212, 2020, pp. 347-
374.

Página 34 de 55
En lo que respecta a su composición, en ningún caso podrán formar parte de las
mesas de contratación, ni emitir informes de valoración de las ofertas, los cargos
públicos representativos ni el personal eventual94. Adicionalmente, la legislación
vigente establece que únicamente podrá formar parte de las mesas de
contratación el personal funcionario interino cuando no existan funcionarios de
carrera suficientemente cualificados y se acredite debidamente esta circunstancia
en el expediente de contratación. Tampoco podrá formar parte de las mesas de
contratación el personal que haya participado en la redacción de la documentación
técnica del contrato de que se trate, salvo en la Administración Local95.
Aunque las mesas de contratación podrán, asimismo, solicitar el asesoramiento de
técnicos o expertos independientes con conocimientos acreditados en las materias
relacionadas con el objeto del contrato. Dicha asistencia será autorizada por el
órgano de contratación y deberá ser reflejada expresamente en el expediente de
contratación, con referencia a las identidades de los técnicos o expertos asistentes,
su formación y su experiencia profesional96.

94
En torno a esta cuestión tiene especial relevancia el Informe de la Junta Consultiva de
Contratación Administrativa de 29 de enero de 2009 (número 49/08), según el cual: «(…) el personal
eventual a que se refiere el artículo 12 del Estatuto Básico del Empleado Público no puede
integrarse como miembro de la Mesa de contratación en las Corporaciones locales, pero si puede
asesorar a las mismas mediante la emisión de los informes técnicos que éstas consideren oportunos,
conforme a lo dispuesto en el artículo 135.1 de la Ley de Contratos del Sector Público».
95
En las Entidades Locales, la mesa de contratación estará presidida por un miembro de la
Corporación o un funcionario de la misma, y formarán parte de ella, como vocales, el Secretario o,
en su caso, el titular del órgano que tenga atribuida la función de asesoramiento jurídico, y el
Interventor, o, en su caso, el titular del órgano que tenga atribuidas la función de control económico-
presupuestario, así como aquellos otros que se designen por el órgano de contratación entre el
personal funcionario de carrera o personal laboral al servicio de la Corporación, o miembros electos
de la misma, sin que su número, en total, sea inferior a tres. Los miembros electos que, en su caso,
formen parte de la mesa de contratación no podrán suponer más de un tercio del total de miembros
de la misma. Actuará como Secretario un funcionario de la Corporación (…) en las Entidades locales
municipales, mancomunidades y consorcios locales, podrán integrarse en la mesa personal al
servicio de las correspondientes Diputaciones Provinciales o Comunidades Autónomas
uniprovinciales. Vid. FERRERA IZQUIERDO, J.M.: «La composición de las mesas de contratación en
los Ayuntamientos», en El Consultor de los ayuntamientos y de los juzgados: Revista técnica
especializada en administración local y justicia municipal, núm. 1, 2021, pp. 24 y ss.
96
En cualquier caso, será preciso justificar la necesidad de acudir a asesoramientos externos para
auxiliar a la mesa de contratación, sobre todo en relación a la tarea de valorar las propuestas de los
distintos licitadores. Además, como ha subrayado la jurisprudencia, la utilización de informes
externos no puede ni debe suponer «una dejación total de sus funciones remitiéndose sin más al
contenido de tales informes. Deberá realizar al menos una mínima valoración crítica que exteriorice las
razones que le llevan a aceptar el informe y transformarlo en su propia propuesta». Vid. STS de 25 junio
de 2012. En el mismo sentido se vuelve a manifestar el TS en su Sentencia 864/2016, de 20 de abril,
de la Sala Tercera, de lo Contencioso-administrativo, Sección 7ª, Rec. 766/2014, donde manifiesta
nuevamente que «el recurso a un asesoramiento externo es posible, pero ello no supone asumir sin más la
valoración hecha por esa empresa externa, dando por buena su valoración, incumpliendo la Mesa de
Contratación de forma flagrante su función de valorar las ofertas que es propia e indelegable»

Página 35 de 55
4.2. Mesa especial del diálogo competitivo o del procedimiento de asociación para
la innovación
Se regula en el art. 327 LCSP con la finalidad de asistir al órgano de contratación en
los procedimientos de diálogo competitivo o de asociación para la innovación que
se sigan por las Administraciones públicas.
La constitución de la mesa especial se realizará con la misma composición que la
mesa de contratación con la peculiaridad de que a la mesa especial se han de
incorporar personas especialmente cualificadas en la materia sobre la que verse el
diálogo o la asociación para la innovación, designadas por el órgano de
contratación. El número de estas personas especialmente cualificadas debe ser
igual o superior a un tercio de los componentes de la mesa y participarán en las
deliberaciones con voz y voto97.
5. ÓRGANOS CONSULTIVOS
Junto con los órganos de asistencia, la LCSP completa la regulación de los órganos
competentes en materia de contratación con los órganos consultivos a los que
refiere en los arts. 328 a 334 dentro del Capítulo III del Título I del Libro IV de la
LCSP.
Según la Exposición de Motivos de la LCSP en el Libro IV se establece un ambicioso
esquema de tres órganos colegiados a nivel estatal con el doble objetivo de dar
cumplimiento a las obligaciones de gobernanza que establecen las Directivas
Comunitarias y de combatir las irregularidades en la aplicación de la legislación sobre
contratación pública98.
5.1. La Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado
Su régimen jurídico lo encontramos en el art. 328 de la LCSP, siendo el órgano
específico de regulación y consulta en materia de contratación pública del sector
público estatal. Es un órgano colegiado con composición abierta a la participación
del sector privado, adscrito al Ministerio de Hacienda y Función Pública.
Ahora bien, conviene señalar que este carácter regulatorio de la Junta Consultiva
de Contratación Pública del Estado, es una novedad introducida en la vigente
LCSP. Sin embargo, conviene matizar que la concesión de dicho carácter regulador,
se circunscribe a la promoción y adopción de recomendaciones generales o
particulares que deberán ser remitidas a los órganos de contratación con la
finalidad de mejorar y perfeccionar el sistema de contratación pública99.

97
Vid. HERCE MAZA, J.I.: «La innovación en la Ley 9/2017, de 8 de noviembre de Contratos del
sector público: el papel de la asociación para la innovación», en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico
de Castilla-La Mancha, núm. 1, 2019, pp. 335-360.
98
Vid. Op. cit. RODRÍGUEZ PÉREZ, R.P.: «Organización administrativa de… », p. 996.
99
El texto del art. 328.3 LCSP es suficientemente claro al respecto: «la Junta Consultiva de la
Contratación Pública del Estado tiene las funciones que le atribuyen esta Ley y su desarrollo

Página 36 de 55
Igualmente, la Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado elaborará y
remitirá a la Comisión Europea cada tres años un informe referido a todos los
poderes adjudicadores estatales, autonómicos y locales que, respecto de la
licitación pública y ejecución de los contratos de obras, suministros, servicios,
concesión de obras y concesión de servicios que estén sujetos a regulación
armonizada100.
En todo caso, será obligatorio, para la Junta Consultiva hacer público el contenido
de los informes remitidos a la Comisión Europea, debiendo proceder a su
publicación en los correspondientes portales de transparencia y en la Plataforma
de Contratación del Sector Público101. Para ello dispondrá del plazo de un mes, a
contar desde la fecha de remisión de los citados informes al órgano comunitario.
Por si no quedaba claro con el propio título de la Ley que refleja la transposición de
las directivas comunitarias, la intervención de la Unión Europea se hace más
presente y participativa respecto a la contratación pública. Esto es consecuencia
de la voluntad, impuesta a los Estados miembros, de procurar una mayor
liberalización del mercado respecto a la contratación pública, especialmente de
servicios102.

reglamentario, y, en todo caso, las que se señalan a continuación: a) Promover la adopción de las
normas o medidas de carácter general que considere procedentes para la mejora del sistema de
contratación en sus aspectos administrativos, técnicos y económicos; b) Aprobar recomendaciones
generales o particulares a los órganos de contratación que serán publicadas, si de los estudios sobre
contratación administrativa o de un contrato particular se dedujeran conclusiones de interés para
la Administración; c) Informar sobre las cuestiones que se sometan a su consideración y, con
carácter preceptivo, sobre todas las disposiciones normativas de rango legal y reglamentario en
materia de contratación pública de competencia estatal; y d) Coordinar el cumplimiento de las
obligaciones de información que imponen las Directivas de Contratación.»
100
Dicho informe, conforme a la redacción del art. 328.4 LCSP, como mínimo, tendrá que hacer
referencia a las siguientes cuestiones: a) La información contenida en el informe de supervisión a
que se refiere el apartado 8 del art. 332 que remita la Oficina Independiente de Regulación y
Supervisión de la Contratación; b) Información sobre el nivel de participación de las PYME en la
contratación pública; c) Un informe estadístico sobre los contratos públicos de obras, suministros y
servicios no sujetos a regulación armonizada por no superar los umbrales establecidos en los arts.
20, 21 y 22, haciendo una estimación del valor agregado total de dichos contratos durante el
periodo de que se trate. Esa estimación podrá basarse, en particular, en los datos disponibles en
virtud de los requisitos de publicación, o bien en estimaciones realizadas a partir de muestras; d)
Información sobre cuáles son los órganos encargados de dar cumplimiento a las obligaciones
asumidas en virtud del derecho de la Unión Europea en materia de la contratación pública; y e)
Información sobre las iniciativas adoptadas para proporcionar orientación o ayuda gratuita en la
aplicación de la normativa de la Unión Europea en materia de contratación pública o para dar
respuesta a las dificultades que plantee su aplicación, así como para planificar y llevar a cabo
procedimientos de contratación.
101
Vid. SÁNCHEZ DORRONSORO, G.: «La Plataforma de Contratación del Sector Público», en
Contratación administrativa práctica: revista de la contratación administrativa y de los contratistas, núm.
152, 2017, pp. 60-63.
102
Nada nuevo aportamos si reconocemos la incidencia de la llamada Directiva Bolkestein
(Directiva 123/2006/CE), también conocida como la Directiva Servicios, por no hacer referencia a
la propia Directiva 2014/24/UE sobre contratación pública y por la que se deroga la Directiva
2004/18/CE, que había venido marcando la pauta en la contratación pública hasta la fecha. Destaca

Página 37 de 55
Con todo, quizá la función más relevante de la Junta Consultiva de Contratación
Pública del Estado103 como punto de referencia para la cooperación con la
Comisión Europea, se produce en lo que respecta a la aplicación de la legislación
relativa a la contratación pública. Esta función se plasma a través del carácter
preceptivo de sus informes, los cuales, como ya hemos reseñado con anterioridad,
deberán ser remitidos a los órganos de contratación. que efectivamente tienen
carácter normativo.
Así mismo, tras la promulgación de la Ley 9/2017, la Junta Consultiva de
Contratación Pública del Estado no solamente ve incrementada sustancialmente
su ámbito funcional, sino también su autonomía económica, ya que el art. 328.6
LCSP, establece que la Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado
dispondrá de los recursos económicos y humanos suficientes y adecuados para el
cumplimiento de sus funciones.
Finalmente, es necesario clarificar que tanto su composición, como su régimen
jurídico han de determinarse reglamentariamente104, teniendo en cuenta que el
Presidente de la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la
Contratación y un representante de la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia formarán parte de la misma como vocales natos, con voz, pero sin
voto.
5.2. El Comité de Cooperación en materia de Contratación Pública
A la luz de este proceso de evolución positiva que ha experimentado la LCSP, en el
seno de la Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado, y en virtud del art.
329 LCSP, se crea el Comité de Cooperación en materia de Contratación Pública,
con la finalidad de asumir compromisos específicos en áreas de acción común de

la primera de las citadas, de sobra es conocido, por ser un documento relativo a los servicios que
sean llevados a cabo en el Mercado Interno y que, en definitiva, viene a hacer parte de la regulación
de la Unión Europea para que, principalmente las empresas de los estados miembros pueden verse
beneficiadas por la homogeneidad en la prestación de servicios.
103
Como cuestión organizativa hay que reseñar que el artículo 57 Real Decreto-ley 36/2020, de 30
de diciembre, señala que corresponderá a la Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado
resolver las dudas que se puedan plantear sobre la interpretación de las normas sobre contratación
pública del citado Real Decreto-ley, a la vez que habilita a la Junta Consultiva de Contratación
Pública del Estado para dictar las Instrucciones que resulten necesarias para coordinar la aplicación
de las disposiciones diseñadas con el fin de garantizar la correcta tramitación de los contratos
financiados con fondos europeos.
Para ello, el artículo 54 de la misma norma, a fin de homogeneizar y agilizar los procesos de
contratación por parte de los diferentes centros gestores, propone la elaboración de pliegos-tipo
de cláusulas técnicas y administrativas.
104
En la actualidad, esta norma reglamentaria es el Real Decreto 30/1991, de 18 de enero, sobre
régimen orgánico y funcional de la Junta Consultiva de Contratación Administrativa. Además, la
composición de sus órganos colegiados se establece en la disposición adicional quinta del
Reglamento General de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas aprobado por el Real
Decreto 1098/2001, de 12 de octubre, y en la Orden HAP/1406/2012, de 15 de junio, y les será de
aplicación las disposiciones relativas a órganos colegiados de la LRJSP.

Página 38 de 55
las diferentes Administraciones públicas, conforme a los principios establecidos en
el art. 140 LRJSP. Esta referencia a la Ley 40/2015, no es valadí. Conviene recordar
que, entre los principios recopilados en dicho precepto, además de los de lealtad
institucional, adecuación de competencia, colaboración, coordinación, eficiencia,
responsabilidad en obligaciones y compromisos, garantía e igualdad en las
relaciones con los ciudadanos y solidaridad interterritorial; aparece igualmente
una referencia expresa al principio de cooperación.
Entre sus funciones destaca el impulso de la coordinación entre las diferentes
Administraciones públicas con la finalidad de potenciar la estandarización de los
criterios de interpretación normativa en materia de contratación pública, lo que
propicia el cumplimiento normativo y el despliegue equilibrado de la transparencia
en el ámbito de la contratación pública. Igualmente, corresponde al Comité de
Cooperación en materia de Contratación Pública la elaboración de la propuesta de
Estrategia Nacional de Contratación, para su posterior remisión y aprobación por
parte de la Oficina de Supervisión de la Contratación.
En consonancia con el impulso y estandarización de los criterios de interpretación
normativa, también será competencia del Comité de Supervisión de la
Contratación Pública, proponer los criterios de selección de actuaciones de
supervisión de la contratación, así como elaborar una metodología básica común
para las mismas.
Especial interés reviste la función de supervisar el funcionamiento de la Plataforma
de Contratación del Sector Público y del Registro Oficial de Licitadores y Empresas
Clasificadas del Sector Público, es decir, se atribuye al Comité la importante labor
de impulsar la modernización y digitalización de la contratación pública105.
En lo que respecta a su estructura, el propio art. 329 LCSP establece que el Comité
de Supervisión de la Contratación Pública actuará en Pleno o en Secciones, lo que
lo erige como un órgano colegiado. El Pleno estará compuesto, además de por su
presidente, figura que recaerá en el Director General del Patrimonio del Estado del
Ministerio de Hacienda y Función Pública, tanto por representantes de la
Administración General del Estado, como de las Comunidades y Ciudades
Autónomas, así como por miembros de las organizaciones representativas de las
Entidades locales, en los términos explicitados en la propia LCSP106. Esta

105
Vid. GÓMEZ PUENTE, M.: La Administración electrónica. El procedimiento administrativo digital.
Thompson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2019.
106
En representación de la Administración General del Estado, se nombrarán cinco vocales: uno en
representación de la Intervención General de la Administración del Estado, a propuesta de la
misma; uno en representación de la Abogacía General del Estado, a propuesta de la misma; uno en
representación de la Dirección General de Racionalización y Centralización de la Contratación del
Ministerio de Hacienda y Función Pública, a propuesta de la misma; uno en representación de la
Dirección General de Coordinación de competencias con las Comunidades Autónomas y Entidades
Locales del Ministerio de Presidencia y para las Administraciones Territoriales, a propuesta de la
misma; y el titular del órgano de apoyo técnico de la Junta Consultiva de Contratación Pública del

Página 39 de 55
configuración permite evidenciar una clara finalidad de transformación del ámbito
contractual público, en la que estén representados los intereses en liza de todos los
territorios.
Corresponden al Pleno del Comité de Cooperación el ejercicio de las funciones
necesarias para el cumplimiento de los objetivos señalados con anterioridad, así
como el conocimiento de aquellos asuntos que el presidente considere en atención
a su importancia.
En relación a las Secciones, las mismas se encargarán de la preparación de los
asuntos para su toma en consideración por el Pleno, bien por iniciativa propia, en
el ámbito que les corresponde, o bien por indicación del Presidente.
Adicionalmente, el art. 329.3 LCSP establece que el Comité de Cooperación tendrá
las Secciones que se determinen reglamentariamente, contando en todo caso con
las cinco siguientes: regulación de la contratación; información cuantitativa y
estadística; supervisión de la contratación pública; contratación pública
electrónica107 y supervisión del funcionamiento del Registro Oficial de Licitadores
y Empresas Clasificadas del Sector Público108.

Estado al que correspondan las materias referidas en el apartado 4 del art. anterior. A estos hay que
añadir, como vocal nato, al Presidente de la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de
la Contratación.
En representación de las Comunidades Autónomas y de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla,
integran el Pleno, un representante designado por cada una de ellas. Además, uno de estos
representantes ocupará la Vicepresidencia del Pleno del Comité, siendo elegido entre todos ellos,
no por designación directa del presidente.
Las Entidades Locales, contarán con un representante de la asociación o federación de Entidades
Locales con mayor implantación, designado por la misma.
La secretaría del Consejo recaerá en el titular de la Secretaría de la Junta Consultiva de
Contratación Pública del Estado, que intervendrá con voz, pero no así voto.
Igualmente, y sin perjuicio de la composición establecida anteriormente, en función de los asuntos
a tratar, podrán asistir a las reuniones del Pleno los expertos o representantes de otros Ministerios,
entidades u organismos que fueran convocados al efecto. Asimismo, participarán en las sesiones del
Comité de Cooperación y sus Secciones, cuando proceda, los vocales de la Oficina Independiente
de Regulación y Supervisión de la Contratación, con voz, pero sin voto.
107
Será la encargada de ejecutar las competencias del Comité de Cooperación en esta materia y de
la supervisión del funcionamiento de la Plataforma de Contratación del Sector Público.
108
Igualmente, el art. 329 LCSP detalla la composición de las distintas Secciones, cuya
determinación invitamos a conocer a fin de profundizar en la materia, pero entendiendo que no
procede su concreción en este momento. Aun así, no podemos dejar de destacar la especialización
que tienen, incorporando, por prescripción legal, en la Sección de contratación pública electrónica,
a vocales específicos procedentes de los Ministerios Ministerio de Energía, Turismo y Agenda
Digital y del de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales , o requiriendo que parte de
los vocales de esta misma sección, en concreto, de los designados por las Comunidades Autónomas
(3), lo serán por aquellas que hubieran firmado con la Administración General del Estado el
correspondiente convenio para la utilización de los servicios que ofrece la Plataforma de
Contratación del Sector Público. Lo mismo sucede en la Sección que tiene por objeto la supervisión
del funcionamiento del Registro Oficial de Licitadores y Empresas Clasificadas del Sector Público,
donde los tres representantes de las Comunidades Autónomas serán designados entre las que

Página 40 de 55
5.3. La Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación
El art. 332 LCSP prevé la creación de una Oficina Independiente de Regulación y
Supervisión de la Contratación109, lo que supone la instauración de una figura
desconocida en la legislación en materia de contratación pública hasta la
promulgación de la Ley 9/2017. La finalidad que se esconde tras la creación de esta
Oficina Independiente no es otra que la de satisfacer las exigencias derivadas del
Ordenamiento comunitario en materia de contratación pública, y más
concretamente, lo preceptuado en el art. 83.1 de la Directiva 2014/24/UE, donde
se establece lo siguiente: «con objeto de garantizar una aplicación correcta y eficaz, los
Estados miembros velarán por que al menos las funciones establecidas en el presente
artículo sean ejercidas por una o varias autoridades, organismos o estructuras.
Comunicaran a la Comisión todas las autoridades, organismos o estructuras
competentes para ejercer dichas funciones».
En cumplimiento de dicha disposición y con la finalidad de combatir los
incumplimientos específicos y problemas sistémicos que envuelven al sistema de
contratación, el legislador instaura un nuevo órgano colegiado de los previstos en
el art. 19 LRJSP dotado, en el desarrollo de su actividad y el cumplimiento de sus
fines, de plena independencia orgánica y funcional. Sin perjuicio de lo anterior, y a
efectos puramente organizativos y presupuestarios, la Oficina se adscribe al
Ministerio de Hacienda y Función Pública, a través de la Subsecretaría del
Departamento.
Contextualizadas las razones110 que justifican el nacimiento de esta Oficina
Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación (OIRESCON),
conviene detenerse en su configuración y composición. Como se desprende del art.
332 LCSP, esta autoridad independiente estará compuesta por un presidente y
cuatro vocales, elegidos entre funcionarios de carrera, que cuenten, al menos, con
10 años de experiencia profesional en materias relacionadas con la contratación
pública, lo que otorga un innegable carácter especializado a este novedoso
organismo111.

hubieran firmado con la Administración General del Estado el correspondiente convenio de


utilización de los servicios que ofrece el mencionado Registro Oficial.
109
Vid. BETANCOR RODRÍGUEZ, A.: «Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la
Contratación», en GIMENO FELIÚ, J.M., y AMOEDO-SOUTO, C.A. (Dirs.), Estudio sistemático de la
Ley de Contratos del Sector Público, Thomson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2018, pp. 689-713.
110
Dos son, por tanto, las razones principales que justifican la exigencia de una autoridad de
supervisión y de regulación de la contratación pública. Por un lado, se trata de garantizar la correcta
aplicación de la legislación en materia de contratación pública a través del seguimiento de su
cumplimiento y aplicación efectiva. Por otra parte, se centra en la prevención y la lucha contra la
corrupción en este ámbito.
111
El carácter de órgano especializado se completa con la posibilidad legalmente reconocida de
crear, mediante Real Decreto, un órgano de apoyo con la forma de un Consejo Asesor, integrado
por profesionales y técnicos independientes de reconocido prestigio en el ámbito de la contratación
de las Administraciones Públicas, debiendo justificar la necesidad de dicha creación.

Página 41 de 55
El presidente y los demás miembros de la Oficina Independiente de Regulación y
Supervisión de la Contratación112 serán designados por el Consejo de Ministros, a
propuesta del Ministro de Hacienda y Función Pública, por un periodo
improrrogable de seis años. Al objeto de promover la independencia de dicho
órgano se prevé que sus miembros solamente puedan ser cesados por causas de
extrema gravedad, renuncia o expiración del mandato113.
Son funciones de esta Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la
Contratación, coordinar la supervisión en materia de contratación de los poderes
adjudicadores del conjunto del sector público; velar por la correcta aplicación de la
legislación de la contratación pública a los efectos de detectar incumplimientos
específicos o problemas sistémicos; velar por el estricto cumplimiento de la
legislación de contratos del sector público y, de modo especial, por el respeto a los
principios de publicidad y concurrencia y de las prerrogativas de la Administración
en la contratación; promover la concurrencia en la contratación pública y el
seguimiento de las buenas prácticas; y verificar que se apliquen con la máxima
amplitud las obligaciones y buenas prácticas de transparencia, en particular las
relativas a los conflictos de interés, y detectar las irregularidades que se produzcan
en materia de contratación.
Estos ambiciosos objetivos, colisionan con las limitaciones que la LCSP atribuye a
esta autoridad independiente sobre el papel. A grandes rasgos, y a expensas de su
posible desarrollo reglamentario, sus funciones se caracterizan principalmente por
el desarrollo de actuaciones de vigilancia y control, no de intervención directa, más
allá de la aprobación de la Estrategia Nacional de Contratación Pública114, o de
aprobar instrucciones que fijen pautas orientadas a facilitar la interpretación y
aplicación de la legislación en materia de contratación pública, así como elaborar
recomendaciones generales o particulares destinadas a los órganos de
contratación. Es esta última función la que parece amparar, prima facie, una
intervención directa, en tanto que, si de la supervisión desplegada se dedujese la
conveniencia de solventar algún problema, obstáculo o circunstancia relevante, las
instrucciones que dicte esta Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de

112
Vid. SANTIAGO FERNÁNDEZ, Mª. J.: «La Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de
la contratación y la estrategia nacional de contratación», en Contratación administrativa práctica:
revista de la contratación administrativa y de los contratistas, núm. 159, 2019, pp. 20 y ss.
113
Estas causas se limitan a la pérdida de la nacionalidad, incumplimiento grave de sus obligaciones,
condena mediante sentencia firme a pena privativa de libertado o de inhabilitación absoluta o
especial para empleo o cargo público por razón de delito y la incapacidad sobrevenida para el
ejercicio de su función.
114
En todo caso esta función se llevará a cabo a propuesta del Comité de Cooperación en materia
de contratación pública.

Página 42 de 55
la Contratación serán de obligatorio cumplimiento para todos los órganos de
contratación del Sector público del Estado115.
5.4. La Oficina Nacional de Evaluación
La Oficina Nacional de Evaluación fue creada por la Ley 40/2015, de 1 de octubre,
de Régimen Jurídico del Sector Público a través de la disposición final novena,
epígrafe doce, por la que se modificó el texto del Real Decreto Legislativo 3/2011,
de 14 de noviembre, que aprobaba el Texto Refundido de la Ley de Contratos del
Sector Público, a través de la incorporación a este último texto de una Disposición
Adicional, la trigésima sexta, por la que se establece un órgano colegiado de
composición interministerial que prevé la participación sector privado y
Administraciones autonómicas y locales, con la finalidad de analizar la
sostenibilidad financiera de los contratos de concesión de obras y de concesión de
servicios públicos.
La LCSP integra dicho órgano dentro de la arquitectura de la Oficina Independiente
de Regulación y Supervisión de la Contratación, hasta el punto de prever que será
el Presidente de este ente quien presida a su vez la Oficina Nacional de Evaluación.
Precisamente esta vinculación entre ambos órganos favorece la independencia de
los mismos, en la medida en que «los miembros de la Oficina Nacional de Evaluación y
el personal a su servicio no podrán, en el ejercicio de sus funciones, solicitar ni aceptar
instrucciones de ninguna entidad pública o privada», tal y como dispone el art. 333.2
LCSP.
Su función principal consiste, como su propio nombre permite intuir, en evacuar un
informe116, preceptivo117, con carácter previo a la licitación de los contratos de
concesión de obras y de concesión de servicios a celebrar por los poderes
adjudicadores y entidades adjudicadoras, así como por otros entes, organismos y
entidades dependientes de la Administración General del Estado y de las

115
En primer lugar, se limita al ámbito del sector público estatal, nada se dice del ámbito autonómico
y local, verdaderos motores de la contratación pública. Se hace referencia a la existencia de
«distintas autoridades de supervisión, designadas por las administraciones competentes en sus
respectivos ámbitos territoriales» (art. 332.9, párrafo segundo LCSP), pero no parece que sea
obligatoria su creación, sobre todo a tenor del art. 332.12 del mismo texto legal que dice que «las
Comunidades Autónomas “podrán” crear sus propias Oficinas de Supervisión de la Contratación».
Tampoco se determina cuáles son las consecuencias ante el incumplimiento de sus instrucciones
para aquellos órganos o responsables de estos que no las acaten. Sin embargo, sí está claro que este
órgano no tiene atribuida ninguna medida de ejecución forzosa, tampoco la potestad sancionadora,
con la que garantizar el cumplimiento de sus instrucciones.
116
Corresponderá al Comité de Cooperación en materia de contratación pública fijar las directrices
apropiadas para asegurar que la elaboración de los informes se realiza con criterios
suficientemente homogéneos.
117
Este carácter preceptivo supone que, si tanto la Administración como la entidad destinataria del
informe de la Oficina se apartara de las recomendaciones contenidas en el mismo, deberá motivarlo
a su vez en un informe, que se incorporará al expediente del correspondiente contrato y que será
objeto de publicación en su perfil de contratante y en la Plataforma de Contratación del Sector
Público.

Página 43 de 55
Corporaciones Locales118, siempre que se realicen aportaciones públicas a la
construcción o a la explotación de la concesión, así como cualquier medida de
apoyo a la financiación del concesionario o cuando la tarifa sea asumida total o
parcialmente por el poder adjudicador concedente, cuando el importe de las obras
o los gastos de primer establecimiento superen la cifra de 1.000.000 euros.
Dichos informes evaluaran la rentabilidad del proyecto en función de una serie de
parámetros como son los del valor de la inversión o la tasa de descuento, y deberán
ser realizados en el plazo de treinta días desde la solicitud del adjudicador, aunque
el plazo podrá reducirse a la mitad en el caso de que se demuestre la urgencia de la
misma.
A partir de aquí se configura su composición119, eminentemente de carácter
estatal, si bien, en aquellas reuniones del ente en las que se traten asuntos de una
determinada Comunidad Autónoma podrá asistir un representante de la misma a
dicha reunión. Si los asuntos a tratar atañen a Corporaciones Locales, acudirá un
representante de la Federación de las Entidades Locales con mayor implantación,
así como, uno de la propia corporación120.
6. LA ESTRATEGIA NACIONAL DE CONTRATACIÓN
La Estrategia Nacional de Contratación Pública nace con carácter de instrumento
jurídico vinculante (art. 334.1 LCSP) que servirá para ejecutar las funciones de la
Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de Contratación, la cual se
encargará de su aprobación como hemos señalado con anterioridad.
Dicha Estrategia servirá para analizar, mediante informes, encuestas e
investigaciones, aquellas contrataciones que tengan relación con el sector público.

118
Nuevamente vuelve expresamente a dejarse fuera del ámbito competencial de un órgano
especializado en contratación pública a las Comunidades Autónomas, no así a los Entes Locales. En
relación a estas, bien podrán adherirse a la Oficina Nacional de Evaluación o crear un órgano u
organismo equivalente de ámbito autonómico, en cuyo caso, solicitará estos informes preceptivos
al mismo cuando afecte a sus contratos de concesión.
119
En todo caso, formarán parte de la Oficina Nacional de Evaluación: un Vocal de la Oficina
Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación; un representante con rango de
Subdirector General o equivalente de la Intervención General de la Administración del Estado, uno
de la Dirección General del Patrimonio del Estado, y otro de la Dirección General de Fondos
Comunitarios del Ministerio de Hacienda y Función Pública. Asimismo, formarán parte de la misma,
con voz, pero sin voto, dos vocales, uno nombrado a propuesta de las organizaciones empresariales
representativas de los sectores afectados por la contratación administrativa, y otro, designado
entre académicos, profesionales y técnicos, de reconocido conocimiento y competencia en la
materia de la contratación pública, sin relación directa o indirecta con las empresas contratistas.
120
Mediante Orden del Ministro de Hacienda y Función Pública, a propuesta de la Oficina
Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación, previo informe de la Comisión
Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, se determinará la organización y funcionamiento
de la misma, sin perjuicio de la utilización de medios especializados complementarios que serán
aportados por los órganos representados en la Oficina Nacional de Evaluación. Más allá de esta
disposición (art. 333.2, párrafo cuarto LCSP) nada se dice de la representación, con carácter
permanente, de las entidades locales, que, sin embargo, son objeto de los informes de la Oficina
Nacional de Evaluación.

Página 44 de 55
Estos informes serán remitidos a las Cortes Generales y a su vez, a la Comisión
Nacional de los Mercados y la Competencia, que tendrá la capacidad de emitir
propuestas para la mejora de la contratación que afecten a la Estrategia Nacional
de Contratación Pública, mediante el establecimiento de las comunicaciones
pertinentes con la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de
Contratación. Además, todos los informes que se generen desde los distintos
órganos autorizados tendrán la posibilidad de mejorar y proponer medidas para
ayudar al buen funcionamiento de la Estrategia. También deberán ayudar los
órganos de supervisión, control, asesoramiento y las bases de datos nacionales
para facilitarle la información necesaria, con el fin de elaborar, ejecutar y aprobar
dicho instrumento.
Buena parte del éxito de esta herramienta reside en la coordinación de criterios
comunes en las labores de supervisión para cumplir con las Directivas impuestas
por la Unión Europea.
Además del cumplimiento de la normativa, los informes incidirán en la
sostenibilidad financiera, que deberá garantizarse, en todos los contratos del
sector público. También se analizarán los mecanismos de control, anteriores y
posteriores, del procedimiento de adjudicación de contratos. Por otro lado, se
elaborarán manuales de buenas prácticas para que se apliquen en la contratación.
Incluso se va a ocupar de promocionar la profesionalización en la contratación
pública121, a través de la formación del personal del sector, mediante un plan
específico de formación y especialización.
En definitiva, nos encontramos ante una herramienta diseñada específicamente
para combatir la corrupción y aquellas irregularidades que puedan surgir al aplicar
la legislación sobre contratación pública122. Como acabamos de ver, quizá lo más
significativo es que busca acabar con la corrupción con fórmulas novedosas como
profesionalizar a los agentes públicos incrementando la formación para que
participen en la contratación de una mejor manera. Por supuesto, también
pretende fomentar la eficiencia económica en los procesos de obtención de
servicios, suministros y bienes para el sector público, para lo cual se aboga
abiertamente por maximizar el uso de la contratación electrónica, impulsar el
empleo de la contratación público como instrumento para el despliegue de

121
Vid. SANMARTÍN MORA, A.: «La profesionalización de la contratación pública en el ámbito de la
Unión Europea», en GIMENO FELIÚ, J.M., y BERNAL BLAY, M.A. (Dirs.), Observatorio de los
Contratos Públicos, Civitas, Madrid, 2012, pp. 407-429.
122
Hemos de recordar que a las Comunidades Autónomas y Ciudades Autónomas la LCSP les da la
posibilidad de elaborar su propia estrategia, pero siempre siendo coherente y guiada por la
Nacional.

Página 45 de 55
políticas sociales123, ambientales124 y de innovación, o fomentar el acceso y
participación de las pequeñas y medianas empresas en la contratación del sector
público125.
Siguiendo la idea de Administración especializada e independiente en el ámbito de
la contratación pública, la LCSP establece que los funcionarios que tengan
encomendada la aplicación de la Estrategia contarán con plena capacidad funcional
para realizar las funciones de supervisión, premisa que no se manifiesta
exclusivamente en que las autoridades que ejerzan funciones públicas deberán
prestarles su apoyo y colaboración, facilitándoles la información necesaria126, si no
también, y lo que es más importante, en la ausencia de supervisión e independencia
funcional de estos127.
En lo que respecta a la tramitación de la Estrategia Nacional de Contratación
Pública, el procedimiento a seguir es el siguiente. El Comité de Cooperación en
materia de Contratación Pública será el encargado de realizar la propuesta de
Estrategia, mediante la remisión del texto a la OIRESCON para su aprobación.
Cumplido este trámite, se remitirá la documentación a la Comisión Europea, en
tanto el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Hacienda y Función
Pública, tomará conocimiento de la misma y la elevará para conocimiento a las
Cortes Generales. Transcurrido un mes desde la remisión de la Estrategia a la
Comisión Europea se hará público su contenido en la Plataforma de Contratación
del Sector Público.
Transcurridos dos años desde la aprobación de la Estrategia, el Comité de
Cooperación para la Contratación hará una valoración de la misma, que puede

123
Vid. DOMÍNGUEZ ÁLVAREZ, J.L.: «La igualdad de género en la contratación pública. De la
actividad tradicional de fomento al "nudge", una alterativa cierta para las Entidades Locales de la
España vaciada», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 209, 2020.
124
Vid. TERRÓN SANTOS, D.: «La nueva actividad pública de fomento: el “green nudge” en la actual
contratación pública», en Gestión y análisis de Políticas Públicas, núm. 22, 2019, pp. 24-39; TERRÓN
SANTOS, D.: «La nueva actividad pública de fomento: el “nudge” en la actual contratación pública»,
en Contratación administrativa práctica: revista de la contratación administrativa y de los contratistas,
núm. 161, 2019, pp. 49-82. TERRÓN SANTOS, D.: «La influencia del “Green Nudge” en la nueva
contratación pública», en RIVERO ORTEGA, R., y CEREZO PRIETO, M. (Coords.), Innovación en las
normas ambientales, Tirant lo Blanch, Valencia, 2019, pp. 193-219.
125
Vid. MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, J.M.: «Medidas para facilitar a las PYMEs la participación en la
contratación pública», en Contratación Administrativa Práctica: revista de la contratación
administrativa y de los contratistas, núm. 153, 2018, pp. 94-103.
126
Las autoridades, cualquiera que sea su naturaleza, los jefes o directores de oficinas públicas, los
de las entidades integrantes del sector público y quienes en general, ejerzan funciones públicas o
desarrollen su trabajo en dichas entidades deberán prestar a los funcionarios encargados de la
supervisión de los contratos el apoyo, concurso, auxilio y colaboración que les sean precisos,
facilitando la documentación e información necesaria para dicha supervisión.
127
Los funcionarios que realicen las funciones de supervisión, excepto en lo que se refiere al análisis
de datos y la elaboración de manuales de buenas prácticas o guías de recomendaciones, gozarán de
independencia funcional respecto de los titulares de los órganos cuyos contratos supervisen, ex art.
334.3 LCSP.

Página 46 de 55
implicar la modificación de la misma con el fin de alcanzar aquellos objetivos que se
encontraran pendientes de cumplirse128.
Transcurridos 4 años, plazo máximo de vigencia de la Estrategia Nacional de
Contratación, el Comité de Cooperación en materia de Contratación Pública,
elaborará un informe con los resultados alcanzados hasta la fecha, informe que
será comunicado a la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la
Contratación y a la Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado. Esta
última remitirá a su vez dicho informe de resultados a la Comisión Europea y lo
pondrá en conocimiento de la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia, con el fin de definir y aprobar una nueva Estrategia Nacional de
Contratación. La creación de la nueva Estrategia, se llevará a cabo a través de un
procedimiento con las mismas características descritas anteriormente, debiendo
estar aprobada en el plazo de 6 meses a contar desde la fecha de adopción del
informe de resultados emitido por el Comité de Cooperación129.
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ÁNGULO GARZARO, A., y ANGULO GARZARO, N.: «La cualificación técnica sobre
el objeto del contrato por parte de los miembros de las mesas de
contratación», en Contratación administrativa práctica: revista de la
contratación administrativa y de los contratistas, núm. 158, 2018.
AYMERICH CANO, C.: «Las prohibiciones para contratar en la Ley de Contratos
del Sector Público de 2017», en Revista Aragonesa de Administración Pública,
núm. 53, 2019.
BARRIO ANDRÉS, M.: «La huida del Derecho Administrativo y sus nefastas
consecuencias para las Administraciones Públicas», en Diario La Ley, núm.
7664, 2011.
BERNAL BLAY, M.A.: «El desarrollo autonómico de la normativa sobre contratos
públicos», en Revista Aragonesa de Administración Pública, núm. 18, 2018.
BETANCOR RODRÍGUEZ, A.: «Oficina Independiente de Regulación y Supervisión
de la Contratación», en GIMENO FELIÚ, J.M., y AMOEDO-SOUTO, C.A.
(Dirs.), Estudio sistemático de la Ley de Contratos del Sector Público, Thomson
Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2018.
BLANQUER CRIADO, D.: Los contratos del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia,
2013.

128
Dada la redacción del art. 334.5 LCSP, habrá que entender que será el propio Comité quien
propondrá la modificación, que, en todo caso, deberá ser aprobada por la Oficina Independiente de
Regulación y Supervisión de la Contratación.
129
En el ámbito de las Comunidades Autónomas y de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla
podrá elaborarse una estrategia de contratación pública que deberá ser coherente con la estrategia
nacional de contratación.

Página 47 de 55
BOTO ÁLVAREZ, A.: «Las agencias estatales como nuevo modelo organizativo
general», en Actualidad jurídica Aranzadi, núm. 726, 2007.
CASSAGNE, J.C.: «La discrecionalidad administrativa», en Foro Jurídico, núm. 9,
2009.
CASSAGNE, J.C., y GARCÍA DE ENTERRÍA, E.: El principio de legalidad y el control
judicial de la discrecionalidad administrativa, editorial B de F, Buenos Aires,
2016.
CASTILLO BLANCO, F.A.: «Las ofertas anormalmente bajas: a propósito de los
costes generales y el beneficio industrial», en Revista de Administración
Pública, núm. 212, 2020.
CERRILLO i MARTÍNEZ, A.: El principio de integridad en la contratación pública.
Mecanismos para la prevención de los conflictos de intereses y la lucha contra la
corrupción, Thomson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2014.
CERRILLO i MARTÍNEZ, A.: «Los conflictos de intereses y los pactos de integridad:
la prevención de la corrupción en los contratos públicos», en VILLORIA
MENDIETA, M., GIMENO FELIU, J. M. y TEJEDOR BIELSA, J. (Dirs.), La
corrupción en España. Ámbitos, causas y remedios jurídicos, Atelier, Barcelona,
2016.
CHINCHILLA MARÍN, M.C.: «El derecho de la Unión Europea como freno a la huida
del derecho administrativo», en Revista de Administración Pública, núm. 200,
2016.
CHINCHILLA MARÍN, M.C.: «Las sociedades mercantiles públicas. Su naturaleza
jurídica" privada" y su personalidad jurídica" diferenciada”: ¿realidad o
ficción?», en Revista de Administración Pública, núm. 203, 2017.
COSCULLUELA MONTANER, L.: «Las Agencias estatales», en Revista española de
control externo, vol. 8, núm. 24, 2006, pp. 29-53. BOTO ÁLVAREZ, A.: «Las
agencias estatales como nuevo modelo organizativo general», en Actualidad
jurídica Aranzadi, núm. 726, 2007.
CUNILLERA BUSQUETS, M.M.: «A vueltas con los requisitos de solvencia en las
licitaciones administrativas. La Sentencia del Tribunal de Justicia de la
Unión Europea, de 18 de octubre de 2012», en El Consultor de los
Ayuntamientos, núm. 2, 2013.
DEL SAZ CORDERO, S.: «La huida del Derecho administrativo: últimas
manifestaciones: Aplausos y críticas», en Revista de Administración Pública,
núm. 133, 1994.
DE LA MORENA LÓPEZ, J.: «Responsable del contrato “in vigilando”», en Gabilex:
Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 2, 2019.

Página 48 de 55
DÍEZ SASTRE, S.: La tutela de los licitadores en la adjudicación de contratos públicos,
Marcial Pons, Madrid, 2012.
DIEZ SASTRE, S.: «El ámbito subjetivo de la LCSP. La contratación de los poderes
adjudicadores no Administración Pública», en GAMERO CASADO, E. y
GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2018.
DOMÍNGUEZ ÁLVAREZ, J.L.: «La igualdad de género en la contratación pública.
De la actividad tradicional de fomento al "nudge", una alterativa cierta para
las Entidades Locales de la España vaciada», en Revista Española de Derecho
Administrativo, núm. 209, 2020.
FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ, D.: «La contratación del sector público y la
protección del medio ambiente: objetivos y medios», en QUINTANA
LÓPEZ, T. (Dir.), La contratación pública estratégica en la contratación del
sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2020.
FERNÁNDEZ SALMERÓN, M. y MARTÍNEZ GUTIÉRREZ, R. (Dirs.), Transparencia,
innovación y buen gobierno en la contratación pública, Tirant lo Blanch,
Valencia, 2019.
FERNANDO PABLO, M.M.; «El contratista de la Administración: una perspectiva
europea», en CASSAGNE, J.C. y RIVERO YSERN, E. (Dirs.), La contratación
pública, vol. I, Hammurabi, Buenos Aires, 2007.
FERNANDO PABLO, M.M.: «La innovación en la contratación pública», en
QUINTANA LÓPEZ, T. (Dir.), La contratación pública estratégica en la
contratación del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2020.
FERRERA IZQUIERDO, J.M.: «La composición de las mesas de contratación en los
Ayuntamientos», en El Consultor de los ayuntamientos y de los juzgados: Revista
técnica especializada en administración local y justicia municipal, núm. 1, 2021.
FREEMAN, J. y MINOW, M. (ed.): Government by contract: Outsourcing and American
democracy, Harvard University Press, Cambridge, 2009.
GALLEGO CÓRCOLES, I.: «¿Cuándo debe concurrir y hasta cuándo debe perdurar
la aptitud para contratar con el sector público?», en Contratación
administrativa práctica: revista de la contratación administrativa y de los
contratistas, núm. 80, 2008.
GALLEGO CÓRCOLES, I.: «La integración de cláusulas sociales, ambientales y de
innovación en la contratación pública», en Documentación Administrativa,
núm. 4, 2017.
GALLEGO CÓRCOLES, I.: «Novedades en la centralización de compras en la ley
9/2017 de contratos del sector público», en Revista española de control
externo, vol. 20, núm. 60, 2018.

Página 49 de 55
GARCÍA DE ENTERRÍA, E.: «La interdicción de la arbitrariedad en la potestad
reglamentaria», en Revista de Administración Pública, núm. 30, 1959.
GARCÍA DE ENTERRÍA, E.: «La figura del contrato administrativo», en Revista de
Ciencias Jurídicas, núm. 26, 1975.
GARCÍA SANTOS, J. y JURADO JIMÉNEZ, J.C.: «Aptitud para contratar con el
sector público. Capacidad y solvencia del empresario», en GAMERO
CASADO, E. y GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del
Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2018.
GIMENO FELIU, J. M.: «La Ley de Contratos del Sector Público: ¿una herramienta
eficaz para garantizar la integridad? Mecanismos de control de la
corrupción en la contratación pública», en Revista Española de Derecho
Administrativo, núm. 147, 2010.
GIMENO FELIÚ, J.M.: «Las nuevas Directivas –cuarta generación– en materia de
contratación pública. Hacia una estrategia eficiente en compra pública», en
Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 159, 2013.
GIMENO FELIÚ, J.M.: El nuevo paquete legislativo comunitario sobre contratación
pública. De la burocracia a la estrategia. (El contrato público como herramienta
de liderazgo institucional de los poderes públicos), Aranzadi, Cizur Menor,
2014.
GIMENO FELIÚ, J.M.: «La transposición de las directivas de contratación pública
en España: una primera valoración de sus principales novedades», en
Documentación Administrativa, Nueva Época, núm. 4, 2017.
GÓMEZ PUENTE, M.: La Administración electrónica. El procedimiento administrativo
digital. Thompson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2019.
GONZÁLEZ IGLESIAS, M.A.: «En busca de la regeneración, renovación o mejora del
comportamiento en la contratación pública: transparencia, lucha contra la
corrupción, prohibiciones de contratar. La buena conducta empresarial»,
en QUINTANA LÓPEZ, T. (Dir.), La contratación pública estratégica en la
contratación del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2020.
GONZÁLEZ-JULIANA MUÑOZ, Á.: «El partido político como poder adjudicador»,
en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 7, 2016.
GONZÁLEZ RIOS, I.: «La transparencia como principio vertebrador de la
contratación pública: significado y problemas de articulación normativa», en
Revista de Estudios de la Administración Local y Autonómica, núm. 12, 2019.
GOSÁLBEZ PEQUEÑO, H.: «Las prohibiciones para contratar», en GAMERO
CASADO, E. y GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del
Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2018.

Página 50 de 55
GRACIA ADRIÁN, L.: «LCSP y registros oficiales de licitadores», en Gabilex: Revista
del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 2, 2019.
HERCE MAZA, J.I.: «La innovación en la Ley 9/2017, de 8 de noviembre de
Contratos del sector público: el papel de la asociación para la innovación»,
en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha, núm. 1, 2019.
HUERGO LORA, A.: «El Derecho español de contratos públicos y el Derecho
comunitario», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 126, 2005.
HUERGO LORA, A.: «La prohibición de contratar con el sector público por
falseamiento de la competencia», en Revista Española de Derecho
Administrativo, núm. 182, 2017.
IBÁÑEZ PICO, M.: «La figura del responsable del contrato en los contratos de
servicios y concesiones de servicios de la nueva ley de contratos del sector
público», en Contratación administrativa práctica: revista de la contratación
administrativa y de los contratistas, núm. 167, 2020.
MARTÍN-RETORTILLO BAQUER, S.: «Reflexiones sobre la" huida" del Derecho
Administrativo», en Revista de Administración Pública, núm. 140, 1996.
MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, J.M.: «Medidas para facilitar a las PYMEs la
participación en la contratación pública», en Contratación Administrativa
Práctica: revista de la contratación administrativa y de los contratistas, núm.
153, 2018.
MARTÍNEZ HELLÍN, J.: «La adecuada determinación de los criterios de solvencia
del contratista. Especial referencia al respeto a los principios de no
discriminación e igualdad de trato», en El Consultor de los Ayuntamientos,
núm. 15-16, 2011.
MEDINA ARNÁIZ, T.: «Instrumentos jurídicos frente a la corrupción en la
contratación pública: perspectiva europea y su incidencia en la legislación
española», en FERNÁNDEZ ACEVEDO, R. y VALCÁRCEL FERNÁNDEZ, P.
(Coord.), La contratación pública a debate: presente y futuro, Civitas-Thomson
Reuters, Madrid, 2014.
MEDINA ARNÁIZ, T.: «La necesidad de reformar la legislación sobre contratación
pública para luchar contra la corrupción: las obligaciones que nos llegan
desde Europa», en Revista Vasca de Administración Pública, núm. 104, 2016.
MEILÁN GIL, J.L.: «Intereses generales e interés público desde la perspectiva del
derecho público español», en A&C-Revista de Direito Administrativo &
Constitucional, vol. 10, núm. 40, 2010.
MELLADO RUIZ, L.: «El ámbito objetivo de la LCSP. Tipos contractuales y negocios
y contratos excluidos», en GAMERO CASADO, E. y GALLEGO CÓRCOLES,

Página 51 de 55
I. (Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público, Tirant lo Blanch, Valencia,
2018.
MENDOZA JIMÉNEZ, J.: «Las prestaciones de carácter intelectual en la LCSP: una
aproximación práctica», en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-
La Mancha, núm. 2, 2019.
MORENO MOLINA, J.A.: Los principios generales de la contratación de las
Administraciones Públicas, Bomarzo, Albacete, 2006.
MORENO MOLINA, J.A.: «El proceso de formación de un derecho global de la
contratación pública», en Revista DIXI, vol. 14. núm. 15, 2012.
MORENO MOLINA, J.A.: «El sometimiento de todos los contratos públicos a los
principios generales de contratación», en GARCÍA DE ENTERRÍA, E.
(Coord.), Administración y justicia un análisis jurisprudencial: liber amicorum
Tomás-Ramón Fernández, Civitas-Thomson, Pamplona, 2012.
MORENO MOLINA, J. A.: El nuevo derecho de la contratación pública de la Unión
Europea, Chartridge Books Oxford, Oxford, 2015.
NICOLÁS LUCAS, A.: «Los requisitos de solvencia técnica-profesional. La
experiencia», en Revista de Estudios de la Administración Local y Autonómica,
núm. 12, 2019.
ORTEGA CARBALLO, C.: «Los registros administrativos como instrumentos de
publicidad y transparencia en la gestión de la contratación pública», en
Documentación administrativa, núms. 274-275, 2006, pp. 93-113.
PAREJO ALFONSO, L.: «La eficacia como principio jurídico de la actuación de la
Administración Pública», en Revista de Documentación Administrativa, núms.
218-219, 1989.
PAREJO ALFONSO, L.: Organización y poder de organización. Las potestades
organizatoria y reglamentaria del complejo orgánico-funcional Gobierno y
Administración, Iustel, Madrid.
PAREJO ALFONSO, L.: Lecciones de Derecho Administrativo, Tirant lo Blanch, 10ª
edición, Valencia, 2020.
PARADA VAZQUEZ, J.R.: Los orígenes del contrato administrativo en el Derecho
español, Instituto García Oviedo, Sevilla, 1963.
PÉREZ GALVEZ, J. F.: Las Agencias estatales para la mejora de los servicios públicos,
Comares, Granada, 2007.
PÉREZ PAREDES, E.: «Las Uniones Temporales de Empresas en la contratación
pública», en Revista de estudios locales. Cunal, núm. 161, 2013.
PIÑAR MAÑAS, J.L.: «El Derecho comunitario de la contratación pública, marco de
referencia de la nueva Ley», en GÓMEZ-FERRER MORANT, R. (Coord.),

Página 52 de 55
Comentario a la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, CIVITAS,
Madrid, 2004.
PONCE SOLÉ, J.: «La discrecionalidad no puede ser arbitrariedad y debe ser buena
administración», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 175,
2016.
RAMOS ZABALA, J.: «La clasificación de empresarios», en GAMERO CASADO, E.
y GALLEGO CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2018.
RASTROLLO SUÁREZ, J.J., y GARCÍA JIMÉNEZ, A.: «Buena administración
aplicada a los contratos públicos: directiva de recursos, instrumentos de
publicidad activa y participación ciudadana», en GIMENO FELIÚ, J.M.,
GALLEGO CÓRCOLES, I., HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, F., y MORENO
MOLINA, J.A. (Dirs.), Las nuevas directivas de contratación pública: ponencias
sectoriales X Congreso Asociación Española Profesores de Derecho
Administrativo, Thomson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2015.
RIVERO ORTEGA, R.: «Corrupción y contratos públicos: las respuestas europeas y
latinoamericanas», en RODRÍGUEZ GARCÍA, N. y FABIÁN CAPARRÓS, E.
(Coords.), Corrupción y delincuencia económica, Universidad Santo Tomás,
Bogotá, 2008.
RIVERO ORTEGA, R.: La necesaria innovación en las instituciones administrativas:
organización, procedimiento, función pública, contratos administrativos y
regulación, Instituto Nacional de Administración Pública, Madrid, 2012.
RIVERO ORTEGA, R. (Dir.), Modernización de la Administración Pública para la
ejecución del Plan de recuperación, transformación y resiliencia. Comentarios de
urgencia al Real Decreto-Ley 36/2020, de 30 de diciembre, Ratio Legis,
Salamanca, 2021.
RODRÍGUEZ-ARANA MUÑOZ, J.: «El derecho a la buena administración en las
relaciones entre ciudadanos y Administración Pública», en Anuario da
Facultade de Dereito da Universidade da Coruña, núm. 16, 2012.
RODRÍGUEZ-ARANA MUÑOZ, J., y HERCE MAZA, J.I.: «La buena administración
en la contratación pública: mención especial a la fase de ejecución del
contrato», en Gabilex: Revista del Gabinete Jurídico de Castilla-La Mancha,
núm. 1, 2019.
RODRÍGUEZ PÉREZ, R.P.: «Organización administrativa de la contratación
pública: órganos de contratación, responsable del contrato, órganos de
asistencia y órganos consultivos», en GAMERO CASADO, E. y GALLEGO
CÓRCOLES, I. (Dirs.), Tratado de Contratos del Sector Público, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2018.

Página 53 de 55
SAINZ MORENO, F.: «Reducción de la discrecionalidad: el interés público como
concepto jurídico», en Revista Española de Derecho Administrativo, núm. 8,
1976
SÁNCHEZ DORRONSORO, G.: «La Plataforma de Contratación del Sector
Público», en Contratación administrativa práctica: revista de la contratación
administrativa y de los contratistas, núm. 152, 2017.
SÁNCHEZ MORÓN, M.: Derecho Administrativo. Parte General, Tecnos, 16ª edición,
Madrid, 2020.
SANMARTÍN MORA, A.: «La profesionalización de la contratación pública en el
ámbito de la Unión Europea», en GIMENO FELIÚ, J.M., y BERNAL BLAY,
M.A. (Dirs.), Observatorio de los Contratos Públicos, Civitas, Madrid, 2012.
SANTIAGO FERNÁNDEZ, Mª. J.: «La Oficina Independiente de Regulación y
Supervisión de la contratación y la estrategia nacional de contratación», en
Contratación administrativa práctica: revista de la contratación administrativa y
de los contratistas, núm. 159, 2019.
TERRÓN SANTOS, D.: «La influencia del “Green Nudge” en la nueva contratación
pública», en RIVERO ORTEGA, R., y CEREZO PRIETO, M.
(Coords.), Innovación en las normas ambientales, Tirant lo Blanch, Valencia,
2019.
TERRÓN SANTOS, D.: «La nueva actividad pública de fomento: el “green nudge” en
la actual contratación pública», en Gestión y análisis de Políticas Públicas, núm.
22, 2019.
TERRÓN SANTOS, D.: «La nueva actividad pública de fomento: el “nudge” en la
actual contratación pública», en Contratación administrativa práctica: revista
de la contratación administrativa y de los contratistas, núm. 161, 2019.
TERRÓN SANTOS, D.: «La racionalización técnica en la contratación pública como
alternativa a los contratos menores», en Revista Española de Derecho
Administrativo, núm. 196, 2019.
VALCÁRCEL FERNÁNDEZ, P.: «Promoción de la igualdad de género a través de la
contratación pública», en PERNAS GARCÍA, J.J. (Dir.), Contratación pública
estratégica, Thomson Reuters-Aranzadi, Cizur Menor, 2013.
VAQUERA GARCÍA, A.: «Aspectos fiscales a tener en cuenta por las empresas al
contratar con el sector público en el Impuesto sobre Sociedades»,
en QUINTANA LÓPEZ, T. (Dir.), La contratación pública estratégica en la
contratación del sector público, Tirant lo Blanch, Valencia, 2020.
VELASCO CABALLERO, F.: «Régimen jurídico-organizativo de la Administración
local tras la LRJSP», en VELASCO CABALLERO, F. (Coord.), Régimen Jurídico
y Procedimiento Administrativo de los Gobiernos Locales. La aplicación a las

Página 54 de 55
entidades locales de las Leyes 39/2015 y 40/2015, de 1 de octubre, Instituto de
Derecho Local de la Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, 2016.
ZAMBONINO PULITO, M.: «La igualdad efectiva de mujeres y hombres y la
contratación de las Administraciones públicas en la Ley Orgánica 3/2007,
de 22 de marzo», en Revista de Administración Pública, núm. 175, 2008.

Página 55 de 55

También podría gustarte