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CURSO DE DERECHO CIVIL

PROF.: BRUNO CAPRILE BIERMANN.


VERSIÓN AÑO 2022.

EL CONTRATO 1

ADVERTENCIA:

Las minutas que se entreguen durante el desarrollo del curso no pretenden ser originales,
sino tan sólo un instrumento que facilite el aprendizaje de los alumnos.
Para su elaboración se han consultado fundamentalmente los textos que figuran en la
bibliografía obligatoria y complementaria del curso, que se adjunta al programa del mismo. Entre
éstos: ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo, De los contratos, Editorial Ediar Conosur, 1988;
TRONCOSO LARRONDE, Hernán y ALVAREZ CID, Carlos, Contratos, Universidad de
Concepción, 2001; LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge, Los contratos, parte general, Editorial
Jurídica de Chile, 1986; MEZA BARROS, Ramón, De las fuentes de las obligaciones, Editorial
Jurídica de Chile, T. I y II, 8ª ed., 1999.
En el derecho comparado puede consultarse principalmente CASTÁN TOBEÑAS, José:
“Derecho Civil Español Común y Foral”, T. IV, Derecho de Obligaciones, Las particulares
relaciones obligatorias, Edit. Reus, Madrid, 15ª ed., 1993; STARCK, ROLAND et BOYER, Droit
civil, Les obligations, Contrat, Litec, 6ª ed., 1998.
Durante el desarrollo del curso se citarán otros textos de contenido específico, y que por lo
mismo pudieran no figurar en la bibliografía obligatoria y complementaria.

CAPÍTULO I: TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO.

REFERENCIA A LA TEORÍA DE LOS ACTOS JURÍDICOS.

Es obligación de cada alumno repasar los contenidos de la teoría general del negocio
jurídico estudiados en Civil I, los que se dan por sabidos y por lo mismo pueden ser objeto de
evaluación en este curso.

CONCEPTO DE CONTRATO

Vale la referencia al curso de Derecho Civil I.


Art. 1438 y las críticas que se le formulan. 2

LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD: EL PRINCIPIO; AUGE, DECADENCIA Y


RENACIMIENTO 3 4

Según la teoría clásica, que imperaba indiscutiblemente durante el siglo XIX, la voluntad
era el elemento fundamental de los contratos. Esta teoría es conocida como teoría de la autonomía
de la voluntad (en todo este tema, ver STARCK, ob. cit., nº6 y s.).

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De acuerdo a esta teoría, la voluntad de las partes juega un rol fundamental en la


contratación, de tal suerte que ésta se manifiesta no sólo en la decisión de contratar o abstenerse
de hacerlo, sino también en la fijación del contenido del acuerdo negocial, es decir, en la
precisión de sus efectos y en las causales de extinción. 5

En otras palabras, decir que la voluntad es autónoma importa afirmar que ésta es libre para
decidir acerca de la celebración, de los efectos y de la extinción del contrato.

El fundamento filosófico del principio se encuentra en la libertad del ser humano. Una de
las manifestaciones de la libertad es precisamente la capacidad del ser humano de autolimitarse.
En ese contexto, el principio se relaciona con las ideas de Rousseau: el hombre es naturalmente
libre; la vida en sociedad exige, sin embargo, un cierto abandono de esa libertad; pero esta
renuncia no es concebible sino en el caso en que ha sido libremente consentida, con los límites y
bajo las condiciones que el mismo “contrato social” ha determinado 6.

Según Kant, el contrato debe corresponder necesariamente a los intereses de las partes: lo
anterior resulta necesariamente toda vez que el contrato es el resultado de un acuerdo de
voluntades y nadie puede querer algo que afecte sus intereses. Fouillée acuñó la célebre frase:
“qui dit contractuel, dit juste”.

Se agrega que la aplicación del principio aseguraría el interés general, toda vez que la
libertad en general y la libertad de contratación en particular asegura un mejor aprovechamiento
de los bienes.

De este principio se coligen una serie de consecuencias:

1.- El contrato es la principal fuente de obligaciones.


2.- El carácter supletorio de la ley en materia contractual, cuya máxima expresión se cuenta
en la posibilidad concedida a las partes de celebrar contratos innominados o atípicos.
3.- La existencia de leyes imperativas que procuran cautelar la libertad y la sinceridad de la
voluntad de los contratantes (normas que establecen las incapacidades, que sancionan los vicios
del consentimiento, etc.)
4.- El principio del consensualismo, esto es, de que las partes pueden manifestar la voluntad
de la forma que estimen más adecuada y que el solo consentimiento obliga, a diferencia del
derecho romano, en que la fuerza obligatoria del contrato provenía del cumplimiento de las
formas (ex nudo pacto non nascitur actio).

El principio, que conoció su apogeo durante el siglo XIX, sufrió una decadencia (Ver
DOMÍNGUEZ ÁGUILA, Ramón, Autonomía Privada, Decadencia y Renacimiento, en R. Dº U.
de Concepción, nº 169, pág. 143 y s.; SANTA MARÍA, Jorge, Auge y deterioro de la libertad
contractual, Cuaderno Jurídicos U. Adolfo Ibáñez, nº 18-2003)

Se cuestionaron sus fundamentos filosóficos (el Hombre debe necesariamente vivir en


sociedad), morales (el más fuerte está en condiciones de imponer los términos del contrato al más
débil) y económicos (la libertad sin freno conduce a la anarquía en la producción y distribución
de la riqueza).

Esta declinación se ha manifestado en:

1.- Desarrollo de otras fuentes del derecho


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2.- El incremento considerable de las normas imperativas y de reglas impuestas por razones
de orden público.
3.- El resurgimiento del formalismo.

Las nociones de contrato dirigido y de contrato forzoso o impuesto reflejaron esta


tendencia. 7

En el último tiempo hay quienes sostienen un resurgimiento del principio, lo que sin
embargo se ve afectado por limitaciones crecientes emanadas del derecho del consumo

Este movimiento pendular se refleja nítidamente en el contrato de arrendamiento, no sólo


por la regulación legal del arrendamiento de bienes raíces urbanos, sino también por el de los
bienes muebles, a través de operaciones como el leasing, etc.

CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS 8:

Advertencia: nuevamente, en esta materia se da por sabido lo estudiado en Derecho Civil I


relativo a las clasificaciones de los negocios jurídicos. En esta sección sólo se insistirá en ciertas
particularidades propias a la clasificación de los contratos y fundamentalmente en el interés de
cada clasificación.

Bibliografía:
En relación a las clasificaciones de los contratos pueden consultarse los textos relativos a
la teoría general del negocio jurídico y aquellos que analizan las clasificaciones de las
obligaciones, sin perjuicio de la bibliografía general de este curso.
ABELIUK MANASEVICH, René, Las obligaciones, Editorial Jurídica de Chile, 3ª ed.,
1993; RAMOS PAZOS, René, De las obligaciones, Editorial Jurídica de Chile, 1999; MEZA
BARROS, Ramón, Manual de derecho civil, De las obligaciones, 9ª ed., 1997; ALESSANDRI
RODRÍGUEZ, Arturo, Teoría de las obligaciones, Editorial Ediar-Conosur, 1988; DOMÍNGUEZ
ÁGUILA, Ramón, Teoría General del Negocio Jurídico, Editorial Jurídica de Chile, 1975.

Sentido de la clasificación en materia jurídica: determina el régimen jurídico aplicable


(calificación); por eso se analizará respecto de cada clasificación su interés.

Los contratos pueden clasificarse atendiendo a diversos criterios.

El Código Civil clasifica los contratos (art. 1439 y s). La doctrina ha extrapolado las
reglas que el Código brinda a propósito de los contratos para desarrollar la teoría general del
negocio jurídico.

I.- CONTRATOS UNILATERALES Y BILATERALES.

REFERENCIA A CLASIFICACIÓN ACTOS JURÍDICOS UNILATERALES Y


BILATERALES:

Acto jurídico unilateral y bilateral


Definición cada uno.
Ejemplos c/u: 9

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Clasificación atiende al número de voluntades necesarias para que el acto se forme, para
darle existencia; el número de voluntades para que el negocio produzca sus efectos es indiferente
(ej: testamento: arts. 999, 1225).
Interesa el número de “partes” y no “personas”. Art. 1438 parte final.
Noción parte: persona o grupo de personas que obran por un mismo interés propio, que
constituyen un solo centro de interés.
Actos bilaterales: “partes”; actos unilaterales: “autor”.
Concurrencia de voluntades: “consentimiento”.

Negocio jurídico unilateral:


Se clasifica en subjetivamente simple (Ej: testamento) y subjetivamente complejo (Ej.:
reconocimiento hijo de filiación no matrimonial, renuncia a un derecho por los comuneros). Para
algunos esta última categoría no existe; se trata simplemente de una pluralidad de negocios
unilaterales contenidos en un mismo acto.

Interés distinción negocios unilaterales y bilaterales (DOMÍNGUEZ ÁGUILA, Ramón,


Teoría General del Negocio Jurídico, ob. cit., nº 8.1, pag. 22):

1.- Desde luego la ley señala normas especiales para la formación del consentimiento (arts. 97
a 108 CCO), propias a los negocios bilaterales.

2.- La interpretación de los negocios jurídicos bilaterales es más objetiva que la de los
unilaterales. Mientras en los negocios jurídicos unilaterales se procura desentrañar la voluntad
única del autor en los bilaterales se persigue determinar el sentido de la voluntad común, del
consentimiento, que es una amalgama de las voluntades de las partes, concepto distinto al de la
suma de las voluntades de aquellas. Precisamente como lo que se interpreta es el consentimiento,
la interpretación se objetiviza.

3.- La ley ha previsto un estatuto general aplicable a los negocios jurídicos bilaterales (arts.
1438 y s.), que no es enteramente aplicable a los unilaterales. Algunos de éstos tienen un estatuto
jurídico propio (Ej.: testamento)

4.- Ley es más exigente en cuanto a la forma de manifestar la voluntad en los negocios
jurídicos unilaterales que bilaterales. En los últimos, dada la existencia de voluntades
contrapuestas, cada una de las partes cautelará sus intereses; en cambio, en los negocios
unilaterales existe una voluntad única. Por lo mismo, mientras en los negocios bilaterales impera
el consensualismo, los unilaterales son en su mayoría solemnes.

Negocios jurídicos colectivos:


En el negocio bilateral existen intereses contrapuestos o a lo menos distintos, a diferencia
del negocio colectivo.
En éste a través de la fusión de voluntades se forma la voluntad colectiva. A diferencia del
negocio bilateral, en que normalmente una parte se obliga para con la otra, en el negocio
colectivo los participantes no pretenden obligarse recíprocamente, sino producir el efecto jurídico
querido respecto de terceros.
Ejemplos: acuerdos de socios, de juntas accionistas, de acreedores en caso quiebra, de
comuneros en copropiedad inmobiliaria, etc.
Interés categoría: los negocios colectivos no requieren unanimidad, como ocurre en los
contratos (a falta de acuerdo no se forman) sino que para adoptarlos bastan determinadas
mayorías (que obligan a los que votaron en contra e incluso a los que no concurrieron). 10 11
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Contrato y convención:
Acto bilateral es sinónimo de “convención”.
Definición convención: acuerdo de voluntades que tiene por objeto crear, modificar o
extinguir un derecho.
Cuando la convención tiene por objeto crear derechos toma el nombre de “contrato”.
Entre convención y contrato existe relación género-especie. Todo contrato es una
convención pero no toda convención es una contrato. Ejemplo: el pago.
El CC hace sinónimas ambas expresiones: 1437 y 1438.

Definición de contrato:
Convención generadora de derechos.
También lo define el 1438. Críticas: a) Hace sinónimas las expresiones “contrato” y
“convención”; y b) Contiene una alusión a los efectos del contrato en lugar de una noción de la
institución; además, confunde el efecto del contrato (las obligaciones) con el efecto de las
obligaciones (la prestación, que puede consistir en dar, hacer o no hacer una cosa). Se subraya
también que alude a “acto” en lugar de “acto jurídico”.

En ocasiones se reserva la expresión “acto” para referirse a los unilaterales y “contrato” a


los bilaterales. Así, cuando el legislador alude a “actos y contratos” se entiende que visa los actos
jurídicos unilaterales y bilaterales. El código emplea “acto” en su ascepción genérica en los arts.
10, 11, 49, 138, 1445, 1447, 2467, 2468 y en su ascepción restringida en los arts. 161, 1453,
1469, 1681, 1701, 1706, 1709 12.

Contratos unilaterales y bilaterales:

Atiende al número de partes que resultan obligadas.


Artículo 1439.
No confundir clasificación acto jurídico unilateral y bilateral con contrato unilateral y
bilateral: el criterio de clasificación difiere.
Ejemplos cada uno: 13

“Contrato bilateral” es sinónimo de contrato sinalagmático.

Análisis del contrato sinalagmático imperfecto 14:


Noción: al momento de su perfeccionamiento sólo una de las partes resulta obligada; con
posterioridad, durante la vigencia o ejecución del contrato, surgen obligaciones para la
contraparte, que no habían sido previstas originalmente.
Se trata de una denominación doctrinaria (el CC no la contempla).
La importancia de la categorización consiste en determinar si a esta clase se les aplica el
régimen jurídico de los contratos unilaterales o el de los bilaterales. El asunto es de suma
importancia para determinar si procede en la especie la condición resolutoria tácita y la excepción
de contrato no cumplido 15.
Ej: mutuo (2203) depósito (2235) y comodato (2191, 2192), el mandato gratuito (2158 nº
2 y 5)

Interés de la distinción entre contratos unilaterales y bilaterales:

1.- Para la aplicación de la excepción de contrato no cumplido art. 1552 CC (exceptio non
adimpleti contractus; se estudió a propósito responsabilidad contractual).
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2.- En cuanto a la resolución del contrato por incumplimiento de una de las partes,
específicamente, para la aplicación de la denominada condición resolutoria tácita: art. 1489 (es
elemento de la naturaleza sólo en los contratos bilaterales, sin perjuicio de que pueda estipularse
en los unilaterales).
Ejemplo: análisis contrato de hipoteca 16.

3.- Para la aplicación de la teoría de los riesgos, en caso de inejecución de una de las
prestaciones debido a un caso fortuito: art 1670. 17

4.- En el derecho comparado se observan importancias probatorias de la distinción. Así, en el


derecho francés (art. 1325 Code) se exige que los contratos bilaterales sean otorgados en tantos
ejemplares como partes concurran a su celebración 18. Cada original debe contener la mención del
número de originales que se han extendido 19. El art. 1326 exige que en los contratos unilaterales
conste la mención manuscrita de la suma o de la cantidad debida en letras y números. El CC. no
consagró esas exigencias.

II.- CONTRATOS PATRIMONIALES Y DE FAMILIA.

Atiende al objeto sobre que versan, al interés que regula el negocio 20.

Noción cada uno:


Los de familia se refieren a la situación del individuo dentro de la familia y a las
relaciones del mismo con los demás miembros del grupo familiar. Los patrimoniales son aquellos
destinados a crear, modificar o extinguir un derecho pecuniario.

Distinción no siempre es nítida: existen actos jurídicos de derecho de familia con


consideraciones patrimoniales (ej.: las capitulaciones matrimoniales; las transacciones sobre
alimentos).

En este curso se analizarán los contratos patrimoniales (los de familia se estudian en esa
rama del derecho).

Interés de la clasificación:

1.- En los negocios de familia la autonomía de la voluntad está limitada: tiene incidencia en
la formación del negocio pero sus efectos y extinción los regula la ley. Las normas de derecho de
familia son de orden público. Ejemplo:

2.- En derecho patrimonial en principio se pueden crear negocios innominados o atípicos, lo


que está vedado en derecho familia. Ej.: 21

3.- En cuanto a su perfeccionamiento: en el derecho de familia el legislador suele imponer


solemnidades a fin de garantizar la reflexión de los otorgantes y la conservación del acto. Ej.:
matrimonio.

4.- En el negocio de derecho patrimonial prima el interés privado en tanto que en los de
derecho de familia el interés público. Lo anterior tiene importancia para los efectos de las
transferencia, transmisión y renuncia de los derechos.

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III.- CONTRATOS GRATUITOS Y ONEROSOS.

Es una clasificación propia a los contratos patrimoniales


Art. 1440.
Ejemplos: donación (1386), comodato (2174) mandato (2117) depósito (2219)

Es un error frecuente asimilar el contrato gratuito al unilateral y el contrato oneroso al


bilateral. Se trata sin duda de un error. Mientras la primera clasificación sigue un criterio
económico, la segunda emplea uno “eminentemente técnico-jurídico”: las partes que resultan
obligadas.
Así, existen contratos unilaterales-onerosos: el préstamo de dinero; el depósito cuando se
faculta al depositario para usar la cosa en su provecho (art. 2220 y 2222 nº 2); las cauciones
otorgadas por terceros a fin de garantizar obligaciones ajenas.
También existen contratos bilaterales-gratuitos: el mandato no remunerado (para el autor
citado el mandato es bilateral, ya que siempre impone al mandatario la obligación de hacerse
cargo de los negocios cuya gestión le encomienda el mandante y a éste la obligación de
proporcionar a la contraparte lo necesario para que ejecute su cometido) y la donación con cargas.
(LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge, Las clasificaciones de los contratos formuladas en los artículos
1440 y 1441 del Código Civil Chileno. Contratos gratuitos y onerosos, conmutativos y aleatorios,
en R. Dº U. Católica de Valparaíso, 1983.31) 22

Nótese cómo la caracterización de un contrato no depende de su naturaleza sino de la


voluntad de las partes: Así el contrato de mandato puede nacer como un contrato unilateral y
gratuito ya sea como un contrato bilateral y oneroso. Lo mismo ocurre respecto del depósito 23.
Aún más, hemos visto que la calificación de ambos puede variar durante su vigencia,
caracterizándoseles como contratos sinalagmáticos imperfectos.

No siempre es fácil determinar si un negocio es gratuito u oneroso: noción de gratuidad:


Doctrina subjetiva (Josserand): atiende al móvil o intención de beneficiar, aún cuando el
beneficio no se produzca efectivamente
Doctrina objetiva (Planiol): exige un beneficio real, efectivo para una de las partes.
El CC acoge la doctrina objetiva: art. 1398 y 1405; 1401.

Ejemplo dificultad: convention d’entraide agricole 24 25; la Minga

Se ha afirmado que los contratos gratuitos no pueden ser calificados de comerciales (sólo
pueden ser civiles) 26

Interés de la clasificación: 27

1.- Las formalidades son más severas en los negocios gratuitos. Ejemplo: mientras la venta de
cosas muebles es consensual la donación exige insinuación (art. 1401); testamento (art. 1008).

2.- El legislador procura la protección del que efectúa la liberalidad y de los terceros que
pudieran ser perjudicados, ya sea a título preventivo (la insinuación en la donación art. 1401) o a
posteriori (la acción pauliana: art. 2468; los acervos imaginarios arts. 1186 y 1187; aplicables a la
donación art. 1425)

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3.- Existen incapacidades especiales para los negocios gratuitos: así no puede celebrarse
donación irrevocable entre cónyuges (arts. 1136; 1137 y 1138); ciertas incapacidades para suceder
revelan la misma idea (art. 965 y 1061)

4.- Los contratos gratuitos son intuito personae: interesa por ejemplo para la procedencia del
error en la persona art. 1455.

5.- La responsabilidad y garantía por la evicción y por los vicios o defectos ocultos de la cosa
(vicios redhibitorios) es más severa en los negocios onerosos. 28 En cuanto a la garantía por
evicción o por vicios ocultos, el diferente tratamiento es patente si se confronta la regulación de
unos y otros contratos: donación (1422, 1423, 1435); comodato (2188; 2192); depósito
(2235) compraventa (1837, 1838, 1847, 1857, 1861); arrendamiento (1930; 1932, 1933 y 1978).
29

6.- El tratamiento tributario es diferente: así, v. gr., existe el impuesto a las herencias,
asignaciones y donaciones ley 14.271.-

7.- Las normas sobre prestación de la culpa difieren art. 1547

8.- Los contratos gratuitos imponen deberes de reconocimiento a quienes reciben los
beneficios: donaciones son revocables por ingratitud del donatario (art. 1428); puede demandar
alimentos el que hizo una donación cuantiosa (art. 321); el donatario goza del beneficio de
competencia, si el donatario le demanda el cumplimiento de la gratuidad (arts. 1417 y 1626 nº 5)

8.- El adquirente a título gratuito está obligado a respetar el contrato de arrendamiento art.
1962

9.- En el cuasicontrato de pago de lo no debido (art. 2303)

(Ver LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge, Las clasificaciones de los contratos formuladas en los
artículos 1440 y 1441 del Código Civil Chileno. Contratos gratuitos y onerosos, conmutativos y
aleatorios, en R. Dº U. Católica de Valparaíso, 1983.31) 30

IV.- CONTRATOS CONMUTATIVOS Y ALEATORIOS.

Es una subclasificación de los contratos onerosos. 31


Art. 1441

Nótese que para que el contrato sea conmutativo no se exige una equivalencia en términos
matemáticos absolutos sino tan sólo una cierta proporcionalidad (“se mira como equivalente”)

Los negocios aleatorios están enumerados en el 2258. La enumeración es enunciativa;


existen otros, v. gr., el regulado en el art. 1813 (venta del álea o suerte).

No siempre es fácil distinguir entre un negocio conmutativo y aleatorio.

Así, se ha discutido el carácter aleatorio del seguro: en realidad, si bien el negocio de


seguros puede no ser aleatorio, dado que las estadísticas permiten conocer el número de siniestros

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con bastante precisión, cada contrato de seguro, examinado aisladamente, es sin lugar a dudas
aleatorio 32.

Otros ejemplos del derecho comparado: 33.

Interés de la clasificación:

El álea descarta la lesión 34. En realidad, el álea entró en la previsión de las partes motivo
por el cual no puede rescindirse el negocio por esta causa.
Debe recordarse que la lesión se emparenta con la teoría de la imprevisión en cuanto
ambas cautelan la equivalencia de las prestaciones de las partes; sin embargo, mientras la primera
opera al momento de su celebración, la última protege los desequilibrios surgidos durante su
vigencia.

V.- CONTRATOS PRINCIPALES, ACCESORIOS (Y DEPENDIENTES) 35.

Art. 1442.
Noción cada uno: “subsistir”
La generalidad de los contratos son principales.

Son accesorios la generalidad de las cauciones, definidas por el art. 46. Son cauciones
accesorias la prenda (art. 2384), la hipoteca (art. 2407), la fianza (art. 2335) y la cláusula penal
(art. 1535).
Nótese que si bien las expresiones “caución” y “garantía” suelen emplearse como
sinónimas, la doctrina más entendida las distingue; como una relación de género a especie. Se
entiende por garantía todo acto o cualidad que se le agrega a un crédito, y por caución una
obligación cuya función es asegurar el cumplimiento de otra (art. 46)
En esa acepción, son garantías y no cauciones, por no ser obligaciones contraídas para
asegurar el cumplimiento del crédito: la excepción de contrato no cumplido (art. 1552), el
derecho legal de retención (arts. 662, 756, 914, 1937, 2162 CC y 545 a 548 CPC), los privilegios
(art. 2470), la cláusula de reserva de propiedad (arts. 680 y 1874).
Las cauciones pueden ser reales o personales.
Finalmente, nótese que no todas las cauciones son accesorias. Ej.: la solidaridad, las
garantías a primer requerimiento, también llamadas garantías autónomas o independientes (una de
ellas es la boleta bancaria de garantía).
La clasificación, formulada aquí respecto al contrato, puede aplicarse también a la
obligación. Don Daniel PEÑAILILLO, a propósito de la clasificación de las obligaciones en
principales y accesorias, critica que esta clasificación mezcla dos criterios: la autonomía de
existencia y la finalidad aseguradora. En su lugar propone distinguir según su autonomía en
obligaciones principales y accesorias “Principal es la que puede subsistir por sí, autónomamente;
accesoria, la que depende de otra a la que se subordina”. A su vez, la obligación accesoria puede
clasificarse atendiendo a su función o finalidad en complementaria y aseguradora.
“Complementaria es la que constituye un complemento de otra; aseguradora es la que constituye
una garantía del cumplimiento de otra”. Observa que se utiliza el término “accesorio” en el
sentido corriente, equivalente a complementario o secundario, en tanto el 1442 lo emplea en el
sentido de aseguramiento.

Interés de la clasificación:

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1.- La aplicación del principio “lo accesorio sigue la suerte de lo principal” 36. Las
aplicaciones del principio son múltiples y desde luego excede el ámbito de las obligaciones y
contratos (v. gr., se aplica también en bienes, de hecho la accesión aplica marcadamente el
principio). Una de sus derivaciones consiste en que la extinción de la obligación principal acarrea
la extinción de la obligación accesoria. Diversas disposiciones aplican esa máxima: hipoteca: art.
2434; prenda arts. 2385 y 2401; fianza: art. 2381 nº 3; cláusula penal: art. 1536; prescripción: art.
2516. En materia de fianza la influencia del principio es marcada: art. 2343 y 2344.
Recordemos que el principio también es fundamental en otras materias, tales como:
- La accesión
- La nulidad consecuencial: la nulidad del acto (u obligación) principal acarrea la nulidad
del acto (u obligación) accesorio. Se trata de una verdadera nulidad ya que al anularse el acto
principal falta uno de los requisitos del acto u obligación accesorio, por lo que éste también es
nulo.

2.- “Subsistir” (art. 1442): el contrato accesorio puede existir antes del acto principal, pero no
puede subsistir sin él. Aplicaciones: hipoteca: 2413 inc. final; fianza obligaciones futuras: art.
2339; 376 37

Contratos dependientes:

Noción: Existe por sí solo pero sus efectos no se producen sino cuando exista otro negocio
determinado.
Su objeto es en cierto modo independiente (no tiene por objeto asegurar el cumplimiento
de un contrato principal) pero su eficacia o efectos está subordinada a la existencia de otro
negocio.
Ejemplo: las capitulaciones matrimoniales: 1715 y 1716.

VI.- CONTRATOS CONSENSUALES, REALES Y SOLEMNES 38 39

Art. 1443.

Introducción:
- Generalmente se clasifican los negocios jurídicos (no los contratos) en solemnes y no
solemnes.
- El CC. clasifica los contratos en consensuales, reales y solemnes. Hay que considerar una
cuarta categoría: las formalidades que no son solemnidades.

1.- Negocios consensuales:

Noción: son aquellos que se perfeccionan por el solo consentimiento (art. 1443).
En Chile impera el principio del consensualismo: consensus solo obligat.
Fundamento filosófico: el Hombre es libre; en ejercicio de esa libertad puede
autolimitarse.
Referencia a la teoría de la autonomía de la voluntad.
Ejemplos contratos consensuales: compraventa cosas muebles (art. 1801); arrendamiento
(art. 1915); mandato (art. 2116).

2.- Contratos reales:

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Noción: art. 1443.


El art. 1443 define el contrato real como aquel que se perfecciona por la tradición de la
cosa a que se refiere. Se critica la exigencia de la “tradición” de la cosa puesto que sólo los
contratos reales que son títulos translaticios de dominio o de otro derecho real se perfeccionan
mediante la “tradición”. Existen también contrato reales que constituyen títulos de mera tenencia,
los cuales se perfeccionan por la simple entrega material, que no es tradición. Así ocurre en el
caso del comodato y del depósito.
Ejemplos: comodato (art. 2174 inc. 2); mutuo (arts. 2196 y 2197); depósito (arts. 2211 y
2212); prenda (arts. 2384 y 2386). Este último tiene la particularidad de ser un contrato real de
garantía.
Origen noción y terminología: En el derecho romano el solo consentimiento no obligaba:
ex nudo pacto non nascitur actio 40. La entrega de la cosa era precisamente una de las formas que
conferían fuerza obligatoria al acuerdo. Se les denominó contratos reales (res=cosa)

En el derecho moderno se critica la noción de contrato real:

Se afirma por la mayoría de los autores que se trata de la pervivencia en el derecho


moderno de un anacronismo. Mientras el derecho romano era esencialmente formalista, lo que
explicaba la institución de los contratos reales, el derecho moderno está inspirado en el
consensualismo, que la hace prescindible.
Mientras en el contrato real la entrega perfecciona el contrato, en los contratos
consensuales no es sino la ejecución o cumplimiento de una obligación emanada del mismo
contrato. Ilustración: mutuo-compraventa.
De lege ferenda, se postula la supresión de la categoría de contratos reales y
transformarlos en consensuales. De esta forma los contratos reales que ahora son unilaterales (o
sinalagmáticos imperfectos) pasarían a ser bilaterales.
Lege lata: el CC. Chile admite sin lugar a dudas la categoría de contratos reales (art.
1443).

Consecuencias de la noción de contrato real:

1.- El obligado a la restitución no dispone de ninguna acción para obtener el cumplimiento


forzado de la entrega de la cosa, ya que el contrato no se ha perfeccionado y por lo mismo no
existe tal obligación. Eventualmente pudiera obtener la reparación de los perjuicios sufridos, pero
jamás el cumplimiento forzado. La reparación de los perjuicios deberá solicitarse invocando la
responsabilidad pre-contractual, que se rige por las normas de la responsabilidad extracontracual.
La responsabilidad contractual es inaplicable toda vez que, como se dijo, mientras no se verifique
la entrega no existe contrato. 41

2.- En cuanto a los riesgos de la cosa. En los negocios consensuales el riesgo de la especie o
cuerpo cierto cuya entrega se deba es de cargo del acreedor (art. 1550). En los contratos reales la
transmisión de los riesgos sólo opera con la entrega, ya que antes no existe obligación de
entregar. Lo anterior sin perjuicio de las reglas especiales que rigen la obligación de restituir (no
confundir con la obligación de entregar). 42

3.- La noción de contrato real genera problemas en la calificación del contrato de apertura de
línea de crédito. El contrato de mutuo es real por ende se perfecciona por la entrega del dinero.
Antes de la entrega no existe la obligación de prestar. ¿Puede calificarse de una promesa de un
contrato real? ¿Se trata de un contrato real o consensual? Pese a la enorme importancia

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económica de las interrogantes no existe absoluta claridad al respecto, lo que analizará al estudiar
los contratos reales. 43

4.- En el Derecho Francés se ha resuelto que la nulidad del contrato real no afecta la validez
de las garantías que aseguran la restitución. Normalmente la nulidad del contrato principal acarrea
la nulidad del contrato accesorio. Sin embargo, se ha razonado que si lo caucionado es un
contrato real la obligación de restituir no deriva propiamente de la voluntad de las partes sino que
es una consecuencia de la entrega. La nulidad afecta normalmente sólo las estipulaciones
contractuales. 44

Importancia económica de los contratos reales


Basta mencionar la frecuencia con que se celebran los contratos de depósito (operaciones
bancarias en general), de mutuo o préstamo y de comodato (léase también precario)

3.- Contratos solemnes.

Noción: art. 1443.


Alessandri: son aquellos en que la ley, en consideración a la naturaleza del acto, exige
ciertas formalidades indispensables para la existencia de éste.

Solemnidades-formalidades:
Relación género-especie.
La solemnidad se caracteriza por: a) estar exigida en consideración a la naturaleza del
acto y b) ser necesaria para la existencia de éste.
Por lo mismo la sanción por omisión de una solemnidad es la nulidad absoluta art. 1443
(“no produce ningún efecto civil”) y 1682.
Se verá que la sanción por la omisión de otras formalidades puede ser distinta
(inoponibilidad, nulidad relativa o nulidad absoluta).

Utilidad solemnidad:

- Facilita la prueba y conservación del acto.


- Facilita la reflexión acerca del contenido del acto que se pretende celebrar.
- Son excepcionales, luego se interpretan restrictivamente. También son de derecho estricto:
sólo son exigibles en los casos expresamente contemplados por la ley: no cabe la analogía.

Tipos de solemnidad

Escrituración art. 1554


Escritura pública: 1801; 1699
Presencia de funcionarios o testigos: en el matrimonio la presencia o ratificación ante el
oficial del Registro Civil es requisito de existencia (art. 17 y 20 Nueva LMC) y la de testigos
requisito de validez (art. 17 y 45 L.M.C.)
Inclusión de la mención de prohibición de cambio de destino en ventas posteriores a
subdivisión de predios rústicos conforme al D.L. 3516
Inserción de determinados documentos: ej: certificado deuda CORA en ventas predios
derivados de la reforma agraria (D.L. 3262)
Insinuación donación: art. 1401
etc.

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Importancia:

- La solemnidad es la única forma de manifestar la voluntad en los negocios jurídicos


solemnes. No son aplicables las reglas del Código de Comercio sobre formación de la voluntad
(oferta y aceptación) 45.
- Cuando la solemnidad es la escrituración por instrumento público el acto solemne sólo se
puede probar mediante el instrumento público: art. 1701.
- Todos los elementos del acto deben constar al momento del otorgamiento del acto, en la
solemnidad. Ej: 46

Las formalidades:

Se distingue:

1.- Formalidades habilitantes

Noción: Tienden a completar la capacidad de personas incapaces (art. 1447)


Clases: autorización del juez (arts. 393, 397, 404 y 407) pública subasta (art. 394) 47
Sanción: nulidad relativa (exigidas en consideración a la calidad o estado de las personas)

2.- Formalidades por vía de prueba o ad probationem

Noción: Persiguen la constatación de la celebración del acto jurídico. Su finalidad es la


prueba de la celebración del acto jurídico
Sanción: privación de un medio probatorio.
Ej: arts. 1708-1709 48

3.- Formalidades por vía de publicidad.

Persiguen la divulgación del hecho de haberse celebrado un determinado acto jurídico


para proteger a terceros.
Ej.: arts. 1707; 1902.
Sanción: generalmente inoponibilidad.

4.- Formalidades convencionales.

Se suele hablar de “actos solemnes por determinación de las partes. Se critica pues sólo la
ley puede establecer solemnidades
Ej.: arts. 1802; 1921.
La sanción difiere: para las solemnidades: nulidad absoluta o inexistencia; para las
formalidades convencionales: derecho retractación.

5.- Formalidades fiscales.

Tienen por objeto asegurar la percepción de impuestos establecidos con ocasión de un


acto jurídico o de procedimiento.
Son cada vez más frecuentes.
Ej.: ley de timbres y estampillas; compraventa de bienes raíces, emisión boleta y factura;
acreditar el pago de contribuciones de bienes raíces; referencia a rol de avalúo en trámite;
acreditar el pago de IVA construcción.
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La sanción generalmente NO es la nulidad sino la responsabilidad del notario o


funcionario autorizante, multas u otras por infracción tributaria, sin perjuicio de exigir el pago del
impuesto. En otras ocasiones se priva al acto de determinado efecto (ej: art. 26 ley de timbres).

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VII.- CONTRATOS NOMINADOS E INNOMINADOS; TÍPICOS Y ATÍPICOS 49

Noción:
Algunos distinguen la clasificación en contratos nominados e innominados, que se efectúa
atendiendo a un criterio formal, la atribución o no por la ley de un nombre a la figura contractual,
de la clasificación en contratos típicos y atípicos, formulada según si están o no reglamentados
por la ley. En tal sentido se menciona la existencia de contratos nominados (tiene nombre) pero
atípicos (no reglamentados). Ej.: 50
Otros (Alessandri; Meza Barros) sencillamente unifican las clasificaciones y entienden
que contratos nominados (o típicos) son los que tienen un nombre y están reglamentados por la
ley y contratos innominados (o atípicos) los que no tienen un nombre ni una reglamentación
legal. 51

Un autor (François TERRÉ) define los contratos nominados como aquellos a los cuales la
ley, el reglamento o el uso han dado un nombre y cuyo régimen jurídico está fijado por un texto.
Para el mismo autor los contratos innominados son aquellos que la ley no reglamenta bajo una
denominación propia y que se rigen entonces, ante todo, por el derecho común de los contratos.

Historia:
En el derecho romano esta clasificación tuvo gran importancia. Debido a su carácter
marcadamente procedimental, en el derecho romano clásico sólo los contratos nominados tenían
fuerza obligatoria: ex nudo pacto, non nascitur actio) 52.
Hoy en día, en cambio, en virtud de la autonomía de la voluntad y de la libertad
contractual, tanto los contratos nominados como los innominados son válidos y permiten accionar
para obtener su cumplimiento.

Ejemplos de contratos nominados o típicos: 53

Contratos innominados o atípicos:

En ejercicio de la autonomía de la voluntad y su corolario, la libertad contractual, las


partes pueden crear una nueva forma jurídica o combinar contratos nominados entre sí para lograr
una operación o contrato nuevo.
Ej.: leasing mobiliario (el inmobiliario cuenta con reglamentación legal), parking,
franchising, contrato mantenimiento, contrato caja fuerte o de seguridad 54; contrato de hotelería
u hospedaje 55; contrato de coche-cama 56; contrato de talaje 57, contrato conexión internet
(ADSL); contrato de mudanza 58

Muchas veces los contratos surgen como innominados y luego devienen nominados. Ej.:
leasing inmobiliario hoy día está regulado por la ley (a diferencia del leasing mobiliario, que
continúa siendo atípico).

Ambas categorías (típicos o atípicos) tienen igual validez y fuerza obligatoria: art. 1545.

Interés de la distinción:

El interés radica en la calificación, es decir, determinar su naturaleza jurídica a fin de


colegir el estatuto jurídico aplicable al contrato. Art. 1107 Code revela esta idea.

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- Contratos nominados: regido por reglas especiales para ese contrato y reglas generales.
- Contratos innominados: sólo reglas generales.

Dificultad: ¿si las reglas generales son insuficientes cómo construimos el régimen
aplicable al contrato?

Por supuesto las reglas establecidas por las partes prevalecen. A falta de éstas el juez no
puede abstenerse de resolver el conflicto (principio de inexcusabilidad): deberá descubrir la
intención de los contratantes 59.

En derecho comparado se distingue el contrato mixto o complejo, que combina los


elementos esenciales de diversos tipos contractuales nominados formando una operación diversa,
a la cual se le aplican distributivamente las reglas de los contratos de los que toma sus elementos
esenciales 60, y los contratos sui generis, que adquieren tal independencia que resulta forzoso
diseñarles enteramente un régimen propio 61.

Se distingue también el grupo de contratos, que no priva a sus componentes de su


identidad y por lo mismo no deriva en una unidad contractual, aún cuando se trata de una misma
operación. Ej.: 62 63 . Esta figura interesa para la institución de los contratos coligados o conexos
64 65
.

Finalmente, la cadena de contratos relaciona, en el circuito económico, negociaciones


múltiples y sucesivas con finalidades diferentes. La cadena de contratos se forma por contratos
que están unidos porque recaen sobre la misma cosa, en todo o en parte 66. Ej.: 67.
Se distingue incluso entre cadenas de contratos homogéneas, cuando los contratos que la
constituyen son de la misma naturaleza (ej.: venta y posterior reventa) y heterogéneas, cuando los
contratos son de naturaleza diversa Ej: compra de materiales de construcción, la construcción del
inmueble, la transferencia del constructor al dueño de la obra y el posterior arrendamiento de ésta
a un tercero.

Para completar el panorama, debemos hacer referencia a la sub-contratación, tan frecuente


hoy en día (en el contrato de construcción, en el contrato de arrendamiento) y de enorme
importancia en materia laboral. Ej.: 68

VIII.- CONTRATOS DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA Y SUCESIVA 69.

Existe una dispersión doctrinaria en cuanto a la forma de abordar esta clasificación. Los
puntos esenciales a distinguir son:

- Mientras la generalidad de la doctrina entiende que la clasificación se aplica al contrato


otros estiman que la sede natural es la obligación.
- En seguida, debe definirse si para que el contrato pueda ser calificado de tracto sucesivo
basta que se difiera el cumplimiento de la obligación o si se requiere que la duración en el tiempo
sea un elemento constitutivo del contrato.
- Ligada a la discusión anterior, no existe uniformidad en cuanto a los vértices de la
clasificación (división en dos categorías con una subclasificación o distinguir derechamente tres
categorías diversas) y la nomenclatura.

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Así, LOPEZ SANTA MARÍA distingue entre contratos de ejecución instantánea, de


ejecución diferida y de tracto sucesivo.
ABELIUK distingue entre contratos de ejecución única e instantánea; de ejecución única
pero postergada o fraccionada; y de ejecución sucesiva o de tracto sucesivo.
STARCK distingue entre contrato instantáneo (aquel en que la ejecución de las
obligaciones que genera se realiza en forma inmediata) y el contrato sucesivo (la duración en el
tiempo es un elemento constitutivo del contrato. Sea por la naturaleza o por la voluntad de las
partes el contrato no se puede ejecutar sino gracias al transcurso del tiempo). Son de este tipo el
contrato de arrendamiento, de trabajo, de sociedad. Precisa que la sola estipulación de un plazo
no transforma el contrato instantáneo en sucesivo: si bien la noción de “duración” entra en juego,
al igual que en el contrato de tracto sucesivo, el régimen jurídico aplicable (en particular en
materia de resolución) será el de los contratos de ejecución instantánea. Finalmente, indica que el
contrato sucesivo puede ser de dos tipos: de ejecución continua (instaura una relación obligatoria
sin interrupción, como en el contrato de trabajo, sociedad) o de ejecución escalonada (las
prestación se suceden, a intervalos regulares, como una suscripción a un periódico, sea
irregulares, como en el abastecimiento de gas o electricidad)

Don Daniel PEÑAILILLO afirma que la clasificación debe aplicarse más bien a la
obligación que al contrato. Entiende que “son las obligaciones las clasificables en de ejecución
instantánea o duradera y éstas, a su vez, pueden ser continuadas o a tractos. Y así, puede haber
contratos mixtos, si generan obligaciones de diversa categoría” Ej: 70
La obligación es de ejecución instantánea cuando se cumplen en forma inmediata. La
obligación nace y se extingue en forma casi simultánea, quedando las partes liberadas de
inmediato.
La obligación es de ejecución duradera cuando se cumple dentro de un plazo. Este
cumplimiento puede ser ya sea en forma continuada o bien a tractos.

Interés de la clasificación:

1.- En los contratos de ejecución instantánea (y también en aquellos de ejecución diferida en


la terminología de LÓPEZ SANTA MARÍA y ABELIUK) la nulidad y la resolución opera con
efecto retroactivo (art. 1687). En cambio, en los contratos de tracto sucesivo sólo producen efecto
para lo futuro (por lo mismo se habla de “terminación” en lugar de “resolución” 71), ya que resulta
imposible restituir a las partes al estado anterior a la celebración del contrato 72.

2.- En los contratos cuya ejecución se prolonga en el tiempo puede tener aplicación la teoría
de la imprevisión.

3.- El contrato de tracto sucesivo puede ser de duración determinada o indeterminada. 73


En Francia se insiste en el principio según el cual en los contratos de duración
indeterminada cualquiera de las partes puede ponerles término unilateralmente, en razón de la
prohibición de las obligaciones perpetuas. Es por ello que, en el contrato de arrendamiento, se
admite la terminación mediante el “desahucio”, modo particular de extinción que no tiene cabida
en los contratos de arrendamiento a plazo fijo. Para el ejercicio de este derecho normalmente se
exige un preaviso (v. art. 1951 y art. 3 ley 18.101). Es ilustrativo que la expresión “desahucio” y
la exigencia de un preaviso se apliquen también en el contrato de trabajo, típico contrato de tracto
sucesivo. Se insiste que el derecho no debe ejercerse en forma abusiva 74.
En cambio, en los contratos de duración determinada impera el 1545 y se requiere el
mutuo consentimiento de las partes para ponerle término anticipadamente (v. art. 1955,

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ilustrativo, en relación arts. 5 y 6 ley 18.101: se volverá sobre este punto al estudiar el contrato de
arrendamiento).

4.- Para los efectos de la teoría del riesgo. Normalmente, en los contratos bilaterales, si la
obligación de una de las partes se extingue por caso fortuito, ésta queda liberada, subsistiendo la
obligación correlativa de la contraparte (art. 1550; 1820; 1670). En cambio, en los contratos de
tracto sucesivo extinguida la obligación de una de las partes por caso fortuito, queda también
liberada la contraparte (Ej.: art. 1950: el contrato de arrendamiento se extingue por la destrucción
de la cosa arrendada)

5.- Se afirma también que la caducidad del plazo, sea legal (art. 1496) o convencional
(conocida como “cláusula de aceleración”), sólo se concibe en los contratos cuya ejecución se
prolonga en el tiempo 75 .

IX.- CONTRATOS DE LIBRE DISCUSIÓN Y DE ADHESIÓN 76 77 78

Contrato libremente discutidos son aquellos en que las partes han deliberado en cuanto a
su contenido, examinando y ventilando atentamente las cláusulas del contrato.
Las partes negocian en un plano de igualdad y libertad.

El art. 1 nº 6 de la ley 19.496 define contrato de adhesión como “aquel cuyas cláusulas
han sido propuestas unilateralmente por el proveedor sin que el consumidor, para celebrarlo,
pueda alterar su contenido”.
Naturalmente, la definición enunciada a propósito de los contratos entre proveedores y
consumidores puede extrapolarse a contratos entre sujetos que no tengan esa condición.
Se caracteriza pues una parte propone las cláusulas o contenido del contrato a la otra que
sólo puede aceptarlas (adherir) o rechazarlas en bloque, sin que pueda negociarlas. 79
Ejemplos: 80

Se ha afirmado que el hecho de “que se haya convertido en el modo habitual de contratar


se explica por razones derivadas tanto de la tecnología como de la economía” (STARCK Nº 153)

Se ha discutido si el “contrato de adhesión” es auténticamente un contrato.


Para Saleilles los contratos de adhesión “no tienen de contrato sino el nombre”: falta en
ellos la discusión y la igualdad entre las partes. Según esta corriente los contratos de adhesión
serían actos jurídicos unilaterales de naturaleza reglamentaria 81, emparentados con los
reglamentos emanados del Poder Ejecutivo. 82
La mayoría de la doctrina estima con Ripert que los contratos de adhesión son contratos al
igual que los libremente negociados. La aceptación constituye suficiente manifestación de
voluntad.

Interés de la clasificación:

1.- El derecho ha procurado dar solución a los problemas que plantea el contrato de adhesión,
fundamentalmente procurando dar protección a la parte más débil. Los caminos han sido
diversos: reglamentando imperativamente las cláusulas más relevantes: contrato dirigido;
imponiendo la homologación por el poder público, como ocurre en materia de seguros; la
generalización de contratos tipo bilaterales, que fijan las condiciones generales de la contratación;

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una concepción objetivo-subjetiva de la lesión (LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge, ob. cit., nº 30, p.
115 y s.). Se puede reforzar la obligación de información, etc.

2.- El régimen protector contra las cláusulas abusivas se aplica en nuestra legislación sólo a
los contratos de adhesión (arts. 16, 16 A, 16 B y 50 inc. 2 ley 19.496). La diferencia es más bien
propia de la regulación del derecho positivo Chileno que una diferencia a nivel conceptual (en
otras latitudes la protección contra las cláusulas abusivas rige tanto para los contratos de libre
discusión como para los de adhesión)

3.- “Existen reglas de interpretación contractual que son propias de los contratos por
adhesión. Son las reglas de la interpretación contra el redactor (art. 1566 inc. 2) y de la
preferencia de la cláusula manuscrita sobre la cláusula impresa (resulta de 1560)” y consagrada
en art. 17 inc. 2 ley 19.496 (LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge, ob. cit., nº 29, p. 113).

X.- CONTRATOS INDIVIDUALES Y COLECTIVOS 83 84

“Se denomina contrato individual aquel para cuyo nacimiento o formación es


indispensable la manifestación de voluntad de todas las personas que resultan jurídicamente
vinculadas. El contrato individual exclusivamente crea derechos y obligaciones para los que
consintieron en él. Este contrato es el único que tuvieron en vista don Andrés Bello y el Código
Civil de 1855.

“Se conoce como contrato colectivo aquel que crea obligaciones para personas que no
concurrieron a su celebración, que no consintieron, o que incluso disintieron, oponiéndose a la
conclusión del contrato” (LOPEZ SANTA MARÍA, Jorge, ob. cit. nº 27, pag. 103)
El contrato colectivo constituye, por tanto, una excepción marcada al efecto relativo de los
contratos.

La regla general es que el contrato sea individual.


Ejemplos de contratos colectivos: el convenio judicial de acreedores (art. 180 y 191 Ley
de quiebras); los acuerdos adoptados por las asambleas de copropietarios (art. 58 nº 6 ley 6071 85
y art. 20 inc. 4 ley 19.537). En relación al contrato colectivo de trabajo las normas actualmente
vigentes permiten discutir su carácter de contrato colectivo 86 (art. 344 inc. 2 y 346 C. del T.:
confrontar con art. 3 del antiguo Código del Trabajo, hoy derogado 87 ).

XI NEGOCIOS PUROS Y SIMPLES Y SUJETOS A MODALIDAD

El acto jurídico puro y simple es aquel que no está sujeto a modalidad.

¿Qué se entiende por modalidad?. Hay dos acepciones:

1.- En un sentido amplio, se entiende por modalidad toda modificación a los efectos
normales de un acto jurídico.
En este sentido, son modalidades la solidaridad (altera la regla de la mancomunidad,
según la cual el efecto de normal de las obligaciones es que cada uno de los coacreedores puede
sólo exigir su parte o cuota en el crédito y que cada uno de los codeudores es sólo obligado al
pago de la suya) y la representación (altera la regla según la cual el efecto de los actos se radican
en los sujetos que personalmente concurren a otorgarlo).

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2.- En un sentido restringido, se circunscribe a la condición, el plazo y el modo.

Condición: se define como el hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento o
extinción de un derecho. Arts. 1479, 1070 y 1473

Plazo: se define como el hecho futuro y cierto del cual depende el ejercicio o extinción
de un derecho.

El modo es el gravamen impuesto al beneficiario de una liberalidad. Arts. 1493, 1089 y


1096

La clasificación interesa pues:

Las modalidades son excepcionales.

Por lo mismo, no se presumen, salvo la mal denominada condición resolutoria tácita, que
no es una auténtica condición sino más bien un efecto del contrato (art. 1489) y el fideicomiso
(art. 733 y 738)

XII NEGOCIOS JURÍDICOS ENTRE VIVOS Y POR CAUSA DE MUERTE

Esta es una clasificación del acto jurídico más que del contrato, pues los pactos sobre
sucesión futura están por regla general proscritos, pues adolecen de objeto ilícito (art. 1463),
salvo el pacto de no mejorar (art. 1204). Es más, se impide aceptar o repudiar una asignación
antes de que haya sido deferida (art. 1226).

El negocio por causa de muerte o mortis causa es aquel en el cual la muerte es el evento
esencial para que el negocio produzca sus efectos propios.
El negocio mortis causa por excelencia es el testamento, definido en el art. 999. Es un acto
esencialmente revocable (art. 999 y 1001). Algunos agregan las donaciones revocables o por
causa de muerte (art. 1136 y s.; véanse también los arts. 1386 y s. que regulan las donaciones
irrevocables o entre vivos).

El negocio entre vivos es aquel en que los efectos pueden producirse sin necesidad de que
acontezca la muerte de alguno de los autores del negocio.
Ejemplo: la compraventa, el arrendamiento, transacción, etc.

Luego, el negocio mortis causa:


- puede existe de manera perfecta en vida de sus otorgantes
- pero no produce efectos sino después del fallecimiento.
Ilustrar con el testamento: existe como negocio perfecto en vida del testador pero sólo
produce efectos después de sus días.

La muerte también puede ser condición del negocio:

- Puede suspender el nacimiento del derecho (condición suspensiva). Ejemplo: 88


- Puede extinguir un derecho (condición resolutoria)
Es el caso del contrato de renta vitalicia (art. 2264)

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En este caso el contrato NO es por causa de muerte, ya que los efectos se han
producido en vida de los otorgantes y el negocio es mortis causa sólo
cuando la muerte determina el comienzo de los efectos propios del negocio.

La clasificación tiene importancia:

1.- Los negocios mortis causa son esencialmente revocables. La ley así lo dispone para el
testamento (art. 999 y 1001) y para las donaciones revocables (art. 1136).
Los actos entre vivos, en cambio, no pueden ser invalidados sino por el consentimiento
mutuo de los otorgantes o por causas legales (art. 1545). El principio de la fuerza obligatoria de
los contratos impide que una de las partes pueda, por sí sola, dejar sin efecto un acto válidamente
celebrado.

2.- Para la interpretación, ya que la interpretación de los negocios mortis causa normalmente
no se admiten elementos extrínsecos, ya que mediante ellos se puede desnaturalizar la voluntad
del autor (arts. 1560; 1069)

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