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Contratos de publicidad
Concepto
Es aquel por el que una de las partes, el anunciante o anunciador, encarga a una empresa
especializada la promoción o divulgación de un producto, idea, persona o actividad de cualquier
índole a través de algún medio de difusión a cambio de una contraprestación en dinero,
asumiendo la empresa publicitaria el riesgo técnico y económico.
La agencia tendrá la obligación de mantener el secreto profesional con respecto a la información
y material que el anunciante le dé.
A su vez, el anunciante no podrá utilizar la campaña ideada por la agencia publicitaria para fines
distintos a los pactados.
Si la publicidad realizada por la agencia no se ajustase a los términos del contrato o las
instrucciones dadas por el anunciante, éste podrá exigir o una rebaja en el precio o la repetición
total o parcial de los elementos no cumplidos y además en uno u otro caso exigir indemnización
por los perjuicios ocasionados.
- Los bienes o servicios comparados habrán de tener la misma finalidad o satisfacer las
mismas necesidades
- No engañosa
Que no genere confusión entre el vendedor y un competidor, así como entre sus marcas,
nombres comerciales u otras señas distintivas.
- No denigrante
- Pertinente
Y no puede:
El negocio publicitario reviste las características de un contrato de obra (art. 1261 y ss. CCC),
por tratarse de un contrato de empresa, con asunción del riesgo técnico y económico por parte
del empresario, quien provee la materia principal y se compromete en todos los casos a la
obtención de un resultado concreto, material o inmaterial (opus, obra), sin subordinación frente al
cliente.
Las únicas disposiciones legales sobre el tema están destinadas a disciplinar algunos aspectos
de la actividad y evitar las incorrecciones publicitarias. Tales leyes 16.463, 17.088, 18.284 y
19.982, entre otras, así como la norma del art. 201 del CPenal.
La calificación como contrato de obra no excluye la analogía con otras figuras afines según la
pauta negocial seguida, como la comisión o la agencia.
ESPONSORIZACIÓN
Contrato de promoción publicitaria.
El contrato de “sponsoring” forma parte de una serie de nuevas figuras contractuales, cercanas
tosas ellas al mundo empresarial y comercial como lo son el leasing, el “merchandising”, la
franquicia, etc.
Es un contrato nuevo dentro de los contratos publicitarios en el que resaltan, como novedad, los
elementos de apoyo o ayuda económica a cambio de retorno de publicidad.
En la terminología de nuestro CCC uno de los caracteres de este contrato son las prestaciones
recíprocas, donde una de las partes, el esponsor se compromete a realizar una prestación (de
dar o de hacer) a favor del esponsorizado, a cambio de prestaciones de tipo activo o permisivo
predeterminadas por el mismo esponsor.
MERCHANDISING.
Contrato de merchandising.
La publicidad inductiva tiene hoy poder de penetración en la sociedad internacional que genera
la denominada “cultura de masas para la generación de consumo”.
El estimula al consumo de bienes se ejerce por vía de una enérgica presión sobre el hombre
común, creándole nuevas necesidades, proponiéndole un modelo social de plenitud.
En esta línea de pensamiento se crean determinadas “imágenes persuasivas”, que, cuando está
asegurada su penetración por seducción y repetición, trata de explotársela con bienes y
servicios.
La línea que se desea implantar puede ir desde la más simple ( Barbie como nombre o figura)
hasta situaciones complejas relacionadas con colores determinados, dibujos, imágenes y hasta
sonidos)
El que posee el derecho de dominio sobre el dibujo, la imagen, el color, etc realiza contratos
simultáneos o exclusivos con productores de diversos países o empresas transnacionales con la
finalidad de lanzar al mercado consumidor una o varias líneas de artículos (remeras, pantalones,
biromes, carpetas, cigarrillos, etc.) o servicios (vigilancia, desinfección, etc.)
La contratación se materializa comúnmente por vía de adherentes a un modelo que responde a
las características de estructura de comercialización del bien o servicio, en general con severas
reglas, controles y penalidades para quien no cumpla.
En cuanto al daño que el producto, bien o servicio pueda causar al consumidor, plantea una
cuestión sumamente dificultosa de reglamentar, pues el titular sólo aporta un nombre (Barbie)
para un comestible, perfume, etc. pero es obvio que es ajeno a su manufactura, de allí que
resulta difícil en este aspecto hacerlo reparar, ya que no es el contratante directo.
Sin embargo, Ghersi cree que aún dentro del sistema de economía capitalista, la concepción de
asunción de riesgos económicos juega paralelamente con la obtención de beneficios; por esta
razón considera que en el titular tiene que existir este límite, es decir, el grado de participación
en el negocio (tasa de beneficio). Se puede dar una excepción cuando el daño provenga de una
fórmula en tal caso su titular responderá solidariamente frente al consumidor.
En cambio resulta obvio que el usuario del sistema deberá reparar plenamente el daño acaecido.
Diferencias con el franchising:
La diferencia sustancial con el franchising es que éste se explota en relación con un bien o
servicio identificado por un nombre o marca, y en el merchandising el bien o servicio se crea “a
partir de”