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PEC 2_ Cómo conseguir una comunicación clara y atractiva

La comunicación es algo intrínseco al ser humano, aunque si no se entrena esta


habilidad es muy posible que el mensaje no le llegue al interlocutor del modo en el que
queremos. Es una de nuestras principales habilidades, pero hay que saberse expresar
con claridad. Tan importante es lo que decimos como lo es el cómo lo decimos. La
entonación con la que hacemos el discurso, los silencios que imprimimos, los gestos
que hacemos, etc. Lo fundamental es que el mensaje llegue a nuestra audiencia.

Hacer un buen discurso no es sencillo, sin embargo, tiene gran importancia. Es una
herramienta significativa de comunicación si se maneja apropiadamente, de lo
contrario puede perjudicar tu imagen y la de la organización a la que representas si no
se gestiona de una manera adecuada.

Con unos consejos muy sencillos tu discurso puede ser memorable.

Primero, ten en cuenta que es para que lo escuchen, no para que lo lean. Es
importante no olvidar esto. Evita expresiones complejas y grandilocuentes que en un
texto pueden parecer una buena idea, pero que pueden hacer tu discurso tedioso.

Segundo, empieza de una manera que sorprenda, que capte la atención. Utiliza
técnicas como el contraste, la repetición, las listas de tres y, fundamental, utiliza
historias, personaliza. Los conceptos se van, pero las historias permanecen. Un buen
discurso es de alguna manera como una narración, con su inicio, su final y su historia
y si es cercana lograrás que el discurso también lo sea.

Tercero, presta atención a su estructura. Si en cierto modo un buen discurso es como


un relato, su estructura debe tener la de un relato. Potencia el inicio y el final, porque la
mayor parte de la audiencia se quedará con el comienzo y la conclusión.

Cuarto, adapta tu discurso a las personas a las que te vas a dirigir, según cuál vaya a
ser tu audiencia habrá que adaptar el lenguaje y el mensaje.

Quinto, que el discurso aporte algo. La gente no quiere palabras vacías que no digan
nada. Al acabar los asistentes tienen que quedarse con la sensación de haber recibido
un mensaje, una motivación, una visión.

Sexto, sé breve. Cuando se condensa el mensaje se hace más potente y es más


efectivo, manteniendo la concentración de la audiencia.

Por último, ponle ritmo. Con una buena entonación y una buena velocidad, permitiendo
que tus manos también hablen y estableciendo contacto visual con el público, puedes
pasar de un discurso olvidable a uno inolvidable.
Si aplicas estos consejos, el éxito de tus comunicaciones no tardará en dar sus frutos.

María Pilar Álvarez Ballesteros

Estudiante Grado en Comunicación

UOC

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