Está en la página 1de 17

TEMA 2

INTERVENCIÓN EN EL DESARROLLO
SEXUAL
El desarrollo sexual
Sexo y género
Asignación de sexo e intersexualidad
Al nacer se realiza la asignación del sexo o sexo
biológico. Generalmente la lleva a cabo el doctor o
doctora que asiste el parto a partir de la observación de
los genitales o de los caracteres sexuales primarios.

El sexo es una etiqueta universal, asignada según la


condición biológica y genética de un ser a partir de
sus órganos sexuales internos y externos,
cromosomas y hormonas.
A priori, en la asignación del sexo se distingue entre sexo
masculino y sexo femenino.
La intersexualidad es el término que define a las
personas que nacen con una anatomía sexual que no
puede ajustarse con claridad al estándar
masculino/femenino.
Género e identidad de género
El género está constituido por una serie de ideas,
valores, creencias, comportamientos y atribuciones,
de carácter social, que se asocian y atribuyen a un sexo
concreto.
Así, el género se clasifica en hombres y mujeres a partir
de los atributos y comportamientos que se han dictado
como característicos de la feminidad y la masculinidad.
Esta determinación temprana del género también se da
en el momento del nacimiento a partir del sexo
biológico del bebé.
La identidad de género es la identificación o
sentimiento de pertenencia de forma subjetiva y
personal (ya sea consciente o inconsciente) a un
género u otro.
Desarrollo sexual e identidad de género en la infancia
El desarrollo de los órganos sexuales y las hormonas se
inicia durante el embarazo.
➢ Aproximadamente a los 2 años empiezan
reconocer y tomar conciencia de las diferencias
físicas de los distintos sexos.
➢ Entre los 2 y los 3 años se producen los primeros
reconocimientos relativos a la propia identidad de
género.
➢ A los 4 años, generalmente, se adquiere un sentido
estable de la propia identidad.
Estereotipos y roles Importante

Se denomina estereotipo de género a la creencia,


opinión o prejuicio generalizado de que existen unas
características y comportamientos apropiados para
los hombres y otros para las mujeres.

Los roles de género son las manifestaciones de los


estereotipos de género en la vida cotidiana.
Generación y reproducción de estereotipos y roles de
género
Así, una niña o niño irá interiorizando su rol
dependiendo de:
➢ El comportamiento de su familia en casa.
➢ La actitud y los mensajes que percibe en la
escuela por parte de los educadores.
➢ Los valores, roles, protagonismos y temas
tratados en los distintos canales de
comunicación.
Socialización y estereotipación
Los niños siguen un desarrollo parecido y realizan
prácticamente las mismas cosas hasta los 6 años. Pero
desde el punto de vista cultural es evidente que,
consciente o inconscientemente, los niños se ven
influidos por diferentes roles y estereotipos de género
que van interiorizando.
Normativa en materia de igualdad de género
En el marco de la Organización de las
Naciones Unidas, el instrumento más importante
es la Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, de 1979.
En el ámbito de la Unión Europea. El principio
de igualdad entre hombres y mujeres forma parte
del cuerpo del Tratado constitutivo de la
Comunidad Europea.
A nivel estatal:
- Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la
igualdad efectiva de mujeres y hombres.
- Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre
(LOMLOE).
- Constitución Española de 1978 (artículo 1).
En el ámbito autonómico, se adapta la ley estatal,
sobre todo si existe un estatuto de autonomía.
Teorías explicativas
➢ Las teorías psicoanalíticas inciden en los
mecanismos de obtención/satisfacción de placer
durante toda la infancia y la superación de
conflictos de origen sexual.
➢ Las teorías del aprendizaje social destacan el
papel que la observación, la imitación y el refuerzo
desempeñan en la adquisición de conductas
adecuadas para cada sexo.
➢ Las teorías cognitivas insisten en las vías a través
de las cuales los niños adquieren su identidad de
género y la proyectan hacia conductas
estereotipadas.
Las teorías psicoanalíticas
(zona erógena y libido)
Estadios del desarrollo psicosexual
En cada fase hay una crisis que el niño/a tiene que
superar si no las supera el niño tendrá regresiones
➢ Fase oral. Se extiende desde el nacimiento hasta el
año aproximadamente. El sentido del placer se
localiza en la boca y en los labios.
Destete: momento delicado fase oral
La vida sexual infantil es radicalmente diferente a
la adulta
➢ Fase anal. Se sitúa entre el año y los 3 años. En
esta fase, la libido (que es el nombre que Freud
daba a la energía de los instintos vitales) se organiza
alrededor de la zona erógena anal.
Esta etapa se caracteriza por el control de los
esfínteres y la lucha por la autonomía.
Fase anal. Máximo placer en la defecación
➢ Fase fálica. Se sitúa entre los 3 y los 6 años. Ahora
la sexualidad o la libido, tanto del niño como de la
niña, se ubica en el pene o falo.
Una de las crisis en la fase fálica es la masturbación
infantil
Crisis fase fálica: complejo de Edipo y luego sería
también la vivencia del cuerpo infantil
(reconocimiento del cuerpo infantil)
La complejidad de la etapa fálica
➢ El complejo de Edipo. Freud defendía que todos
los niños durante la etapa fálica sienten un deseo
erótico hacia su madre, mientras que ven al padre
como un rival.
➢ El complejo de Electra. Algo similar ocurre con
las niñas, aunque se desarrolla de forma más
compleja. Sienten deseo hacia su padres y, al
percibir a la madre como rival.
Freud defendía que esta etapa se suele superar de forma
natural y, una vez finalizada, el niño o niña adquiere la
propia conciencia encuadrada en la categoría hombre o
mujer, y denominó esta conciencia identidad de
género.
Las teorías del aprendizaje social

El aprendizaje social o aprendizaje por observación


sostiene que los niños aprenden la mayoría de las
conductas imitando el comportamiento de otras
personas, especialmente de las que son más
significativas para ellos.
Así, consideran que los roles de género y estereotipos
de género se adoptan especialmente en los primeros
años de vida, tanto en la familia como en la escuela.
La adquisición de la constancia de género

El concepto de constancia de género hace


referencia a la comprensión, por parte de las niñas y
lo niños, de que su sexo es permanente y no se
modifica por las conductas o por el aspecto externo.
Kohlberg, que fue quien propuso este concepto
(aunque para sus estudios utilizase fundamentalmente
respuestas de niños varones), establece tres etapas
previas antes de llegar a la constancia de género:
1. Etiquetado de género. Al inicio de preescolar,
sobre los 3 años, los niños son capaces de etiquetar
su sexo y el de los otros de forma correcta. Sin
embargo, cuando a una niña se le formulan
preguntas como: <<Cuando crezcas, si quisieras,
¿podrías ser un niño?>>, o al revés en el caso de
un niño, la respuesta suele ser <<Sí>>.
2. Estabilidad de género. Posteriormente, hacia los
5 años, la comprensión de la permanencia del sexo
aumenta y, aunque ya son capaces de saber que un
niño se convertirá en hombre y una niña en mujer,
siguen pensando que un cambio de vestido o de
peinado puede ocasionar un cambio de sexo.
3. Constancia de género. Se produce al final de
preescolar o al comienzo de los años escolares,
entre los 6 y los 7 años, cuando las niñas y los niños
adquieren la seguridad de que su sexo no cambiará,
ni siquiera si cambian su ropa o sus conductas.
Intervención en el desarrollo sexual
Manifestaciones sexuales en la infancia
Las personas adultas deberemos ayudar a los niños a
crecer y a entender este proceso, dándoles los
elementos necesarios para que vivan su sexualidad de
forma sana y positiva.
Para facilitarlo, se requiere un entorno afectivo y
respetuoso que ayude a que los niños aprendan a
descubrir, valorar y apreciar su propio cuerpo con
naturalidad.
El descubrimiento del placer
El placer sexual infantil existe y que la excitación sexual
con erección del pene o del clítoris puede aparecer
como respuesta a estímulos internos o externos ya
desde antes del primer año.
Por eso hay que entender que la excitación sexual y la
masturbación son conductas naturales que a veces se
dan en estas edades, ante las cuales no hay que mostrar
incomodidad ni alarmismo, pues no son síntoma de
ningún problema.
Como norma general, hay que dejar que la sexualidad
del niño o niña fluya de forma natural, sin reprimirla ni
tampoco alentarla o estimularla, pues cada niña o niño
irá descubriendo su propio ritmo.
Sin embargo, es importante que, a partir de los 3 años,
se les enseñe que este tipo de conductas deben
realizarse en privado, con higiene y sin hacerse daño.
También deben aprender a controlar el deseo de
masturbarse y no hacerlo en lugares ni en momentos
inadecuados.
El juego en el desarrollo sexual
El juego es la actividad principal de las niñas y los niños.
En él imitan y reproducen las vivencias experimentadas
en su vida real, y todo lo referente a la sexualidad no es
una excepción.
En general, no hay que dar demasiada importancia a
este tipo de comportamientos, aunque sí es necesario
saber diferenciar entre comportamientos sexuales
propios de la edad y comportamientos alarmantes.
Son comportamientos de juegos que forman parte del
proceso de desarrollo de la niña o el niño los siguientes:
➢ La exploración del propio cuerpo con niños de la
misma edad.
➢ Los comportamientos que se dan de forma
ocasional.
➢ Los comportamientos que surgen con el juego, sin
ser premeditados.
➢ En cualquier caso, el juego ha de ser voluntario y
consentido por las diferentes niñas y niños.
Pero también hay determinados comportamientos
sexuales en las niñas o niños en lo que hay que
intervenir o que nos deben alertar:
➢ La realización de juegos con un contenido sexista
o agresivo (como una violación).
➢ La práctica de juegos que puedan imitar conductas
sexuales adultas (por ejemplo, sexo oral).
➢ El uso de lenguaje o conocimientos en el ámbito
sexual propios de personas adultas.
➢ Interés por niñas o niños más pequeños en el
ámbito sexual.
➢ La realización de juegos que puedan generar daño,
como, por ejemplo, la introducción de objetos en
la vagina.
➢ La obsesión por actividades y juegos de contenido
sexual o una excesiva repetición de las conductas
de masturbación.
Afrontar las conductas y preguntas de contenido
sexual
Hay que responderles siempre de forma sencilla, con
naturalidad, sin ocultar información, pero adaptándola
a la edad del niño o niña que pregunta y evitando
respuestas evasivas, falacias o directamente mentiras.
Cabe recordar que el objetivo último es dar una imagen
positiva y natural de todo lo relativo a la sexualidad.
Para ello, algunas de las orientaciones para afrontar las
preguntas y conductas relacionadas con la sexualidad
son las siguientes:
❖Tener cuidado con las reacciones. Podemos
encontrarnos con conductas sexuales en las niñas
y niños que nos pueden alarmar por imprevistas y
ante las cuales podemos reaccionar de una forma
instintiva. Una reacción desmedida, un grito o una
reprimenda ante este tipo de conductas genera una
respuesta muy clara de prohibición que puede
causar a la niña o el niño un sentimiento de
represión que puede causar a la niña o el niño un
sentimiento de represión que puede entorpecer su
desarrollo sexual.
❖Darle la importancia de cualquier otra
pregunta, ni más ni menos. Los niños preguntan
constantemente sobre diferentes temas.
Si ante preguntas de contenido sexual mostramos
un interés diferente respecto a otras cuestiones (ya
sea un interés desmesurado, una respuesta airada o
una timidez excesiva), la niña o el niño capta este
tratamiento diverso, que puede afectar a su libre y
natural desarrollo.
❖Poner nombre a las cosas. Es común utilizar
eufemismos o evitar poner nombre a las
sensaciones o comportamientos relacionados con
el desarrollo sexual de los niños. La incorporación
de las palabras correspondientes, adecuadas
siempre a la edad, les ayuda a reconocer y
normalizar su cuerpo y las sensaciones que este les
provoca.
Por ejemplo, es conveniente utilizar palabras como
vulva, vagina, pene o testículos en lugar de otros
eufemismos o diminutivos. Asimismo, a medida
que vayan mejorando su capacidad de
comprensión, se les podrá explicar las funciones de
cada parte del cuerpo.
Aprender a nombrar las cosas correctamente
también proporciona a la niña o el niño recursos
para entender lo que le pasa y verbalizarlo, de
forma que se pueda detectar algún
comportamiento más alarmante o, incluso, un
abuso.
❖Preguntar qué saben. La curiosas de las niñas y
los niños muchas veces está relacionada con lo que
han visto o escuchado. Por eso, antes de abordar
alguna pregunta comprometida, es preciso saber
qué información tienen al respecto para, entre
otras cosas, no crearles más confusión de la que
puedan tener.
Devolver la pregunta o pedir su opinión antes de
dar una respuesta suele ayudar a orientarla, pues en
la mayoría de los casos solo es preciso organizar un
poco la información, poner el nombre correcto a
algunos eufemismos o matizar algunos detalles.
Así, preguntas como << ¿qué sabes del tema?>>
o << ¿qué habéis oído sobre esto?>> suelen ser
buenos puntos de partida ante sus preguntas.
❖Establecer límites. Es importante remarcar,
desde muy pequeños, los conceptos de intimidad y
consentimiento. Para ello, es fundamental tratar la
sexualidad con naturalidad, ya que, si se considera
un tema tabú, a la niña o el niño le resultará más
difícil expresar y compartir posibles prácticas
indeseadas o no consentidas en relación con su
cuerpo.
En este discurso también debe dejar claro que la
niña o el niño no debe ocultar estos
comportamientos ni mentir acerca de ellos, y que,
si necesita hablar, siempre estamos dispuestos a
escucharlo y entenderlo. El establecimiento de
límites supone también explicar que, del mismo
modo que su cuerpo es suyo, tampoco puede tocar
el de los demás sin su consentimiento.
La intervención con familias
A priori, las educadoras y educadores disponen de más
conocimientos teóricos y técnicos en materia de
educación sexual que las familias, pero para su
aplicación requieren la colaboración conjunta de ambos
agentes, de forma que se evite la emisión de mensajes
contradictorios. La intervención con familias desde la
escuela debe estar encaminada a:
➢ Fomentar en las familias una actitud positiva hacia
la sexualidad infantil.
➢ Ayudarlas a responder a la curiosidad sexual de sus
hijas e hijos, partiendo de las diferencias
anatómicas entre ambos sexos y de las reacciones
placenteras que experimentan.
➢ Proporcionarles pautas de educación sexual para
que puedan hablar con sus hijas e hijos sobre sus
comportamientos y juegos sexuales, por ejemplo,
en cuanto a la reserva de espacios de intimidad o a
la inhibición de ciertas conductas de exploración,
identificando las partes de su cuerpo que debe
guardar para él y que nadie puede tocar.
Educación en la diversidad sexual y en la igualdad
de género
Coeducación y educación no sexista

Una definición básica de coeducación es la


educación que se da, de forma igualitaria, sin
discriminación por razón de sexo.
¿Los currículos escolares son igualitarios?
En la selección de contenidos para la elaboración de los
currículos, únicamente se han considerado importantes
materias como las matemáticas o la lengua (que
formaban parte del programa educativo de los niños);
en cambio, se han dejado de lado, por poco
importantes, aquellas que debían ser aprendidas por las
niñas (como el cuidado de un bebe, cocinar o lavar la
ropa, etc.).
¿La intervención en el aula es igualitaria?
De forma todavía más evidente, la aplicación de los
currículos en el aula refuerza una atención no igualitaria
según se trate de niñas o niños.
Se han realizado numerosos estudios sobre la
interacción profesorado-alumnado y se ha comprobado
que las expectativas que el primero tiene acerca del
segundo son diferentes dependiendo de si se trata de
una alumna o de un alumno.
En general, se dedica más atención al comportamiento
de los niños, formulándoles más preguntas y dándoles
más pautas a la hora de explicarles lo que tienen que
hacer; también se les riñe más.
Asimismo, a pesar de los avances realizados en los
últimos años, se siguen utilizando recursos y materiales
educativos con estereotipos sexuales, ilustraciones
sexistas, modelos familiares poco diversos y una escasa
referencia a todo aquello que las mujeres u hombres no
heterosexuales han aportado a la cultura a lo largo de la
historia.
¿Cómo acercarnos a una auténtica coeducación?
Cada vez se están tomando más medidas para avanzar
en la coeducación, en el diseño de modelos que
incorporen la perspectiva femenina y le den la misma
importancia que a la masculina. A nivel general se
debería trabajar en:
❖La revisión de los currículos, en los que
únicamente se da importancia a conocimientos de
tipo académico y no a los derivados de la vida
diaria, que, por otro lado, aún son considerados
como tareas femeninas.
❖La reconsideración de la orientación académica y
profesional, planteándose el porqué de la
polarización de géneros hacia unos estudios y unos
oficios determinados.
❖La potenciación de los materiales escolares no
sexistas, desde los que se enseñe a respetar la
diferencia y en los que se tengan en cuenta las
aportaciones de la mujer a la vida tanto social como
cultural.
Por otro lado, la intervención en el aula es otro
elemento decisivo para evitar que se reproduzcan los
estereotipos de género. Es muy importante el
tratamiento en la etapa infantil, porque los
comportamientos se interiorizan y, si se adquieren roles
que además la sociedad va a ir reforzando después, será
muy difícil revertir el proceso. Algunas estrategias para
favorecer esta coeducación y educación en igualdad
son:
❖La incorporación en la programación de
contenidos y actividades dedicados a tareas
domésticas o a habilidades generalmente asociadas
a roles femeninos, como preparar la comida o
limpiar y ordenar el aula.
❖La intervención en la actividad lúdica, tanto libre
como dirigida, para:
- Estimular a los niños para que participen y
compartan juegos y juguetes diferentes a los
asociados en principio a su sexo (por ejemplo,
que los niños jueguen con muñecas o
cochecitos, y las niñas con camiones o a
fútbol).
- Que adopten en sus juegos roles diferentes a
los esperados por razón de su sexo (que las
puedan ser las que conduzcan el todoterreno
y los niños los que se encarguen de curarlas
cuando sufran un accidente).
❖La utilización en el aula y en el trato con los niños
y las niñas de:
- Un lenguaje que no dé prioridad a las
actuaciones masculinas o estereotipadas (el
médico y la enfermera, la limpiadora, la
peluquera, el abogado, el inspector, etc.).
- Unos materiales didácticos (cuentos, dibujos
para pintar, laminas o pósteres, etc.) que no
incidan en esta perpetuación de estereotipos y
roles.
❖La visibilización de referentes tanto femeninos
como masculinos que reflejen una realidad no
estereotipada ni machista, creando una normalidad
no sexista.

También podría gustarte