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TEMA 4 DIFERENCIAS SEXUALES Y DESARROLLO DEL GÉNERO

Actualmente, los datos de los que se disponen son, en su mayoría, dicotómicos (reduccionista).

En este tema vamos a estudiar como surgen y permanecen estables o cambiar a lo largo del tiempo las características
psicológicas y comportamentales de género. El proceso de género implica muchos tipos diferentes de influencias que
comienzan al nacer y continúan a lo largo de la vida. Estas influencias incluyen:
NIÑOS: se mantienen
1. Información genética en los cromosomas sexuales.
más en alerta, mejor
2. Concentraciones de testosterona en el periodo fetal y neonatal
coordinados y más
3. Socialización de los padres, pares, profesores y otros.
fuertes
4. Auto socialización basada en procesos de desarrollo cognitivo asociado con el
género. NIÑAS: tiernas, débiles
y delicadas.
Sexo biológico; identidad sexual y identidad de género
El sexo biológico se trata de las características morfológicas y fisiológicas de las hembras y lo varones. Los determinantes
genéticos son los cromosomas: XX para la hembra y XY para el varón.

Cuando estos cromosomas comienzan a dar su efecto es cuando se produce la diferenciación sexual:

- Sexta semana de gestación: Si el embrión es genéticamente varón, el cromosoma Y hace que una parte del
embrión se convierta en los testículos.
- Decima/doceava semana de gestación: Si el embrión es genéticamente hembra, la ausencia del cromosoma Y
hace que una parte del feto se convierta en los ovarios.

En la octava semana de gestación los testículos comienzan a producir testosterona y andrógenos. La concentración de
estas hormonas parece ser más alta en el feto masculino que en el femenino durante la gestación. Estas hormonas
actúan a través de receptores de las células de los tejidos que se convierten en genitales externos, causando el desarrollo
del pene y del escroto. La ausencia de esta hormonas, hacen que estos mismos tejidos se desarrollen como el clítoris y
los labios. Los ovarios no parecen producir una gran cantidad de estradiol u otras hormonas prenatalmente y el desarrollo
de los genitales externos femeninos fenotípicos- clítoris y labios- no parecen requerir hormonas ováricas antes del
nacimiento.

Las diferencias sexuales en la testosterona son más marcadas en dos periodos:

• Prenatalmente: entre la semana 8 y 24 de gestación


• Neonatalmente: entre el primer mes y segundo de vida.

A partir de ese momento la diferenciación sexual estará guiada por las hormonas producida por los testículos y los
ovarios.

En la pubertad, las influencias hormonales en el desarrollo vuelven a ser muy pronunciadas: características sexuales
secundarias: cambios en la voz, crecimiento del vello…

Es complicado saber hasta qué punto nuestras características de comportamiento dependen de la parte biológica. Si
que es verdad que existen una serie de estudios en síndromes como el de hiperplasia adena congénita (se producen
alteraciones en las características sexuales biológicas). En estos casos lo que nos dice la investigación (casos se
detectan al nacer y, por lo tanto, suele haber operación para llevar a niñas a su normalidad biológica) es que estas niñas
genéticamente a pesar de que se les lleva a la normalidad biológica los comportamientos que tienden y las actividades
y juegos en los que se implican son más masculinas (agresivas, fuertes...) por lo cual este tipo de casos indican que esas
influencias hormonales están ahí presentes y pueden influir.
Trato diferencial de niños y niñas
Los adultos muestran patrones de tipificación sexual. Proceso por el que los niños:

- Se vuelven conscientes de su género y del otras personas


- Adquieren información sobre las características y conductas consideradas apropiadas para los hombres y las
mujeres.
- Adquieren las características y conductas consideradas apropiadas para hombres y mujeres.

Este proceso se comienza muy temprano. Así se evidencia en los estudios “Baby X”:

- Un mismo bebé de 3 meses se presenta con ropas neutras y se indica a los adultos que es un niño o una niña:
o Cuando se indica que es una NIÑA: los adultos vocalizan más, dan más estimulación interpersonal y
juegan a mecerla.
o Cuando se etiqueta como NIÑO: los adultos lo animan a mostrarse más activo, juegan con más
estimulación corporal
o Las expresiones faciales también se interpretan de modo diferente. Se muestra un video con la reacción
de un bebé de 9 meses ante una caja sorpresa. Si el bebé ha sido etiquetado como
✓ Niña= miedo
✓ Niño= enfado.

Algunas evidencias del trato diferencial


Algunos datos indican que los padres:

Proporcionan a sus hijos juguetes sexualmente estereotipados (muñecas, vehículos, ...). Son más responsivos cuando
los niños desarrollan juegos apropiados para su género. Los juguetes sexualmente estereotipados pueden fomentar
diferentes conductas, características o habilidades. Los padres dan a:

o Las niñas juguetes que fomentan la cooperación, el cuidado y un físico atractivo (muñecas, peluches, joyas,
cuerdas para saltar)
o Los niños juguetes que fomentan la acción y la competición (armas, vehículos, construcciones y herramientas,
equipos de deporte).

Otros datos indican que los padres fomentan conductas diferentes en los niños y las niñas:

- La independencia en los niños


- La dependencia en las niñas

Hay diferencias de género documentadas, pero son escasas (las diferencias debidamente documentadas) y las que han
sido documentadas muestran diferencias bastante reducidas, las puntuaciones promedio de hombres y mujeres no son
muy diferentes.

Desarrollo del género


En este momento es necesario tener en cuenta la auto socialización (procesos cognitivos que permiten a los niños
adquirir y desarrollar su identidad de género). Actualmente se disponen de pocos datos sobre las personas transgénero,
pero se ha observado que el desarrollo es similar al del género binario. Kohlberg en 1966 propuso tres estadios del
desarrollo del género:

a) Etiquetación (2 - 31/2 años). Se vuelven conscientes de su sexo, pero creen que puede cambiar. se clasifican en
uno de los grupos sexuales. Adquieren antes la habilidad de etiquetar el género a otras personas adultas. sin
embargo, consideran que su sexo puede cambiar. Es normal a estas edades que si cambian cosas externas los
niños piensen que su género ha cambiado. en estas etapas todavía no asocian genero a características
morfológicas si no a características externas y observables.
b) Estabilidad del sexo (31/2 - 41/2 años). Son conscientes de que el sexo permanece estable a lo largo del tiempo,
pero no a lo largo de las diversas situaciones (apariencia externa y actividades).
c) Constancia del sexo (41/2 - 7 años). Comprenden que el sexo permanece constante, con independencia del
tiempo o de la situación. El sexo es un invariante a pesar de los cambios en la actividad, la ropa, la longitud de
pelo…

Kohlberg también dice que desde una perspectiva cognitivo-evolutiva,no se espera que los niños muestren una
comprensión plena de la constancia de género hasta que:

✓ Dominen la CONSERVACIÓN (p.e., Maccoby, 1990). Puede variar la forma pero no la cantidad.
✓ La comprensión de la distinción apariencia - realidad (p.e., Trautner, Gervai y Nemeth, 2003)

La teoría de Kohlberg sugería que una vez que los niños comprenden cuál es su sexo, desarrollan conductas y
preferencias apropiadas para su género saber que es un niño o una niña ayuda al niño a organizar su conducta de modo
que sea apropiada para su género.

Sin embargo, diversos datos actuales desmienten esto:

- Metaanálisis de Evans, Metindogan y Carter (2003). Resultados de numerosos trabajos muestran que las
preferencias y conductas de género de los niños aparecen mucho antes de que comprendan la permanencia
del sexo.

¿Cuándo comienzan los bebés a discriminar los sexos?


Los bebés de 3 ó 4 meses pueden diferenciar varones y hembras de forma categórica.

Los bebés de 6 a 9 meses pueden (1) discriminar los rostros humanos dependiendo de su sexo, (2) distinguen a hombres
y mujeres por el peinado y (3) realizar asociaciones intermodales (por ejemplo, entre rostros y voces de ambos sexos).

Antes de que los bebés anden o hablen, disponen de categorías perceptivas que les permiten diferenciar “varones” y
“hembra

¿Cuándo los niños forman expectativas sobre el tipo d objetos y actividades que se asocian típicamente con
hombres y mujeres?

Paradigma de mirada preferencial

Las investigaciones con otros métodos indica que las preferencias y conductas de género de los niños puede ocurrir
incluso antes con el paradigma de mirada preferencial (se presentan diversos patrones de dos e dos. se registra: la
dirección, la duración de la mirada del bebés).

- A los 12 meses los niños y las niñas diferían muy poco en sus patrones de preferencia visual.
- A los 18 meses los niños miraban más que las niñas a los vehículos, mientras que las niñas miraban más a las
muñecas que los niños.
- A los 23 meses la diferencia se volvía incluso más pronunciada.

Paradigma de mirada preferencial intermodal

Serbin, Poulin-Dubois, Colburne, Sen y Eichstedt (2001). Paradigma de mirada preferencial intermodal:

- Presentaron a bebés de 12, 18 y 23 meses pares de fotos con juguetes sexualmente estereotipados (vehículos
y muñecas).
- Cada par de juguetes era precedido por el rostro y la voz de un niño / niña para ver si los bebés podían emparejar
los juguetes sexualmente estereotipados (presentados visualmente) con la voz del niño / niña
- En los ensayos de control mostraban pares de juguetes sin ningún estímulo de género previo, para evaluar las
preferencias visuales de los niños por juguetes sexualmente estereotipados.
La asociación diferencial de tipos específicos de juguetes con
caras y voces de niños / niñas demostraría que los bebés asocian
estos objetos con el género.
En general, no había evidencia, en estas edades, del
conocimiento de tipificación sexual (emparejar juguetes con
rostros y voces de niño/niña).

El gran interés y las preferencias por los juguetes podrían haber acaparado la atención de los niños, reduciendo el
recuerdo de las categorías de género precedentes.

De ahí que, en un segundo experimento, con los bebés de 18 y 24 meses, presenten los juguetes estereotipados antes
que las fotos de los niños con los que tenían que ser emparejados. Las niñas emparejaban los rostros de los niños y las
niñas con los vehículos y las muñecas, respectivamente, alrededor de los 18 meses. Los niños no parecían tener
conciencia de la asociación entre las muñecas o vehículos con el género ni a los 18, ni a los 24 meses. El conocimiento
de los estereotipos de género parece anterior en las niñas.

Las observaciones informales pusieron de manifiesto que los niños estaban extremadamente interesados por los
vehículos y esto podría haberlos distraído –no atendían a las caras.

Con el procedimiento de imitación generalizada se observaron resultados similares:

- Las niñas, a los 14 meses, elegían el muñeco para las actividades masculinas y muñecas para las femeninas.
- Los niños no mostraron preferencia por ninguno de los muñecos

Informes recogidos por los padres: A los 22 meses el 56% de los niños y el 86% de los niñas tenían al menos una etiqueta
de sexo en su vocabulario.

Cambios en el comportamiento tipificado del género

• respecto a las actividades sexualmente marcadas


• ETAPA SEXISTA: hasta los 8-9 años las convenciones de los estereotipos llegan a tomarse por normas morales
de cumplimiento obligatorio Segregación por género.
• A partir de los 9-10 años: Se dan cuenta de que el género es una categoría social y eso les permite (Brown y
Bigler, 2005; Killen, 2007):
a. Reconocer que las personas pueden no querer hacer cosas típicas de su género
b. Ser conscientes de que violar normas relacionadas con el papel asignado socialmente a cada sexo
conlleva costes sociales
c. Darse cuenta de que la discriminación en razón del sexo es injusta. Algunos autores intentar identificar
factores que afectan al reconocimiento de la discriminación de género:
▪ Prerrequisitos cognitivos como la compresión de os estereotipos culturales y tener una
comprensión moral de justicia e igualdad
▪ El autoconcepto y las creencias. Por ejemplo, las chicas con creencias igualitarias reconocen
mejor sexismo.
▪ Situación específica. Por ejemplo, se daban más cuenta de las discriminaciones dirigidas a otros
que a sí mismos o cuando perjudicaba a alguien que conocían.

Los estereotipos sexuales se vuelven más flexibles y se consideran modificables las características que los determinan.
Lo que antes eran transgresiones severamente castigadas se conceptúan ahora como «elecciones personales».

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