Está en la página 1de 7

Desarrollo sexual.

Sexo, etiqueta universal, asignada según la condición biológica y genética de un ser a partir de
sus órganos sexuales internos y externos, cromosomas y hormonas.

Intersexualidad, término que define a las personas que nacen con una anatomía sexual que no
puede ajustarse con claridad al estándar masculino/femenino.
- Intersexualidad 46, XX o intersexualidad 46, XY. Personas que tienen los órganos
internos y las hormonas de un sexo y los órganos externos de otro.
- Intersexualidad gonadal verdadera. Personas que tienen los órganos internos no
asignables a ninguno de los dos sexos.
- Intersexualidad compleja o indeterminada. Personas que tienen en el código genético
una combinación de cromosomas sexuales diferente de las dos normativas (XX o XY).

Género, constituido por ideas, valores, creencias comportamientos y atribuciones, de carácter


social, se asocian y atribuyen a un sexo concreto.

Identidad de género. Identificación o sentimiento de pertenencia de forma subjetiva y personal


(ya sea consciente o inconsciente) a un género u otro.
- Cisgénero. Personas que se identifican y crecen conformes y satisfechas con las
condiciones sexuales y de género asignadas.
- Transgénero. Personas cuya identidad de género no se ajusta a la asociada al sexo que
se le asignó al nacer. Puede querer modificar o no su cuerpo mediante hormonas o cirugía.
- Intergénero o trans no binario. Personas que no se identifican con ningún género binario
masculino/femenino.
Ambos vinculados al desarrollo sexual.

Queer. Define una identidad de género y sexual diferente de la heterosexual y cisgénero.


Género fluido. No se siente identificado con el mismo género.

Desarrollo sexual e identidad de género en la infancia.


- 2 años, reconoce y toma conciencia de las diferencias físicas de los distintos saxos.
- 2 y 3 años, primeros reconocimientos a la propia identidad de género. Coincide en el
desarrollo del lenguaje y la expresión oral.
- 4 años, se adquiere un sentido estable de la propia identidad.

Estereotipo de género. Creencias, opinión o prejuicio generalizado de que existen unas


características y comportamientos apropiados para los hombres y otros para las mujeres.
Por ejemplo; los hombres no lloran son fuertes, las mujeres son flojas, si soy mujer tengo que
cumplir con ir bien arreglada, bien vestida, etc.
Representaciones simbólicas de lo que debe ser, hacer, sentir o vivir un hombre o una mujer. A
partir de estos se crean los roles.

Roles de género. Manifestaciones sociales y culturales de los estereotipos de género de la vida


cotidiana.
En estas manifestaciones incluimos los deberes, derechos, expectativas y prohibiciones de las
distintas actitudes aceptadas socialmente en relación de cada sexo.
Los estereotipos serían las ideas preconcebidas, mientras que los roles las conductas son
aceptadas socialmente.

1
Generación y reproducción de estereotipos y roles de género. A medida que van creciendo,
estos mensajes y valores se refuerzan.
- Comportamiento de su familia. Establecimiento de normas de conducta.
- Actitud y los mensajes que percibe en la escuela.
- Valores, roles, protagonismos y temas tratados en los distintos canales de
comunicación. Lectura de cuentos, visualización de series, etc.

Socialización tiene un papel decisivo en la creación de estereotipos y roles de género.


En los primeros años, existen diferencias según el sexo asignado, poco marcadas, siguen un
desarrollo parecido y realizan las mismas cosas hasta los 6 años. Desde el punto de vista cultural,
consciente o inconscientemente, se ven influidos por diferentes roles y estereotipos de género que
van interiorizando.
Al niño se le premiará con elogios, mayor atención, mayor reconocimiento social si es valiente y
fuerte, en cambio, a la niña se le elogiaran los comportamientos más tranquilos, empáticos, de
cuidados, etc.
Mientras las sociedades promuevan y estimulen diferencias entre ambos sexos y tengan
expectativas distintas para las niñas, se seguirán perpetuando los estereotipos y los roles de
género.

Normativa en materia de igualdad de género. Los aspectos relacionados con la coeducación, la


igualdad de oportunidades y la no discriminación por razones de sexo son cuestiones reconocidas
por el derecho internacional, europeo, estatal y autonómico.
- En el marco de la Organización de las Naciones Unidas. Eliminación de las formas de
discriminación contra la mujer, 18 de diciembre de 1979.
- En el ámbito de la Unión Europea. La igualdad forma parte del cuerpo del Trato
constitutivo de la Comunidad Europea con un doble objetivo: garantizar de igualdad de
oportunidades y de trato, y luchar contra todo tipo de discriminación basada en el sexo.
Objetivos: se despliegan en un conjunto de reglamentos y directivas.
- A nivel estatal. Ley que incorpora el principio de igualdad en los diversos ámbitos del
ordenamiento de la realidad social, cultural y artística en que pueda generarse o
perpetuarse la desigualdad, Ley Orgánica 3/2007, 22 de marzo, acción dirigida a:
- Combatir manifestaciones aún subsistiendo de discriminación, directa o indirecta,
por razón de sexo.
- Promover la igualdad real entre mujeres y hombres, con remoción de los
obstáculos y estereotipos sociales que impidan alcanzarla.
En el ámbito específico de la educación, la Ley Orgánica 3/2020, 29 de diciembre
(LOMLOE), ha modificado y ampliado diferentes apartados en cuestión de igualdad y
equidad de género.
- En el ámbito autonómico. Su normativa específica en materia de igualdad de género y
diversidad sexual (LGTBI).

Teorías explicativas.
Teorías psicoanalíticas. Obtención/satisfacción de placer.
Estadio del desarrollo psicosexual. Sigmund Freud identificó tres partes del cuerpo importantes:
- Fase oral (Desde el nacimiento hasta el año). Placer en la boca y en los labios. Primer año
satisfacción de sus necesidades orales (mamar, beber, comer).
Exploración y conocimiento del mundo exterior.

2
- Fase anal (1-3 años). Libido (energía de los instintos vitales) zona erógena anal,
defecación. (Deseo)
Control de los esfínteres y la lucha por la autonomía.
- Fase fálica (3-6 años). Su curiosidad hará que empiece a explorarlo y descubra sus
órganos genitales como fuente de placer.
- Fase de latencia (6-pubertad). Interés sexual disminuye. (Coincide en la educación
primaria).
- Fase genital (pubertad). Cambios hormonales, marcan el final del desarrollo sexual. El
interés sexual o libido ya no se dirige hacia el propio cuerpo sino al de otra persona, ya sea
del sexo opuesto o propio. (La sexualidad cambia de perspectiva).

Complejidad etapa fálica (3-6 años).


- Complejo de Edipo. Los niños ven al padre como un rival. Trata de lograr el amor de su
madre.
- Complejo de Electra. Las niñas ven a la madre como rival. Trata de lograr el amor de su
padre.
- Complejo de castración. El complejo lo padecen los niños y las niñas.
El niño piensa que la niña también tenía pene pero que por algún motivo se lo han cortado
y teme que le pueda ocurrir lo mismo. La niña se siente en inferioridad de condiciones por
no tener pene e intenta negarlo o compensarlo acercándose a su padre.
Freud defendía que esta etapa se suele superar de forma natural, una vez finalizada, el
niño/a adquiere la propia consciencia en la categoría hombre o mujer, identidad de
género.

Teorías del aprendizaje social. Albert Bandura.


Aprendizaje por observación, las niñas/os aprenden conductas imitando el comportamiento de
otras personas.
Los roles no son innatos y no están determinados, sino que son aprendidos.
Las niñas/os aprenden mediante observación/imitación de las conductas de las conductas de sus
referentes adultos.
Estos estereotipos de género son aprendidos y reproducidos no solo en su comportamiento, sino
también en las maneras, los gastos, las inflexiones de la voz, etc.

Adquisición de la constancia de género. A partir de los 6 años las niñas y los niños adquieren
la constancia de género, comprensión por parte de las niñas/os de que su sexo es permanente y
no se modifica por las conductas o por el aspecto externo.
Kohlberg, establece tres etapas antes de llegar a la constancia de género.
• Etiquetado de género. Inicio preescolar, 3 años, las niñas/os son capaces de etiquetar su
sexo y el de los otros de forma correcta.
• Estabilidad de género. 5 años, la comprensión de la permanencia del sexo aumenta,
siguen pensando que un cambio de vestido o peinado puede ocasionar un cambio de
sexo.
• Constancia de género. Final preescolar, comienzo años escolares, 6-7 años, niñas/os
adquieren la seguridad de que su sexo no cambiará, ni siquiera si cambian su ropa o sus
conductas.

Teoría esquema de género. Sandra Bem. Representación mental que el niño/a elabora a partir
de las características y los comportamientos que asocia al hecho de ser hombre o mujer.
Una vez adquirida utilizarán los esquemas de género para interpretar el entorno y, en
consecuencia, irán adaptando su comportamiento a dichos esquemas y al mismo tiempo los
tramitarán a los demás.

3
En la infancia se aprenden los roles masculinos y femeninos. En el futuro irán ampliando el
esquema y el conocimiento de las cosas consideradas adecuadas para su género, mientras que
dejará de prestar atención o sabrá menos de las cosas que se consideran propias del género
contrario.

Intervención en el desarrollo sexual. Todas nuestras relaciones sociales y afectivas están


impregnadas por esta sexualidad. La sexualidad constituye nuestra forma de ser, de
comunicarnos, de entendernos y de relacionarnos.
Una adecuada intervención en el ámbito sexual en la infancia facilitará un desarrollo armónico en
la edad adulta.

Manifestaciones sexuales en la infancia, son parte de las relaciones sociales, comunicativas y


afectivas.
Se requiere un entorno afectivo y respetuoso que ayude a que las niñas/os aprendan a descubrir,
valorar y apreciar su propio cuerpo con naturalidad. Algunas de estas ideas:
- Idea de sexualidad como algo sucio, perverso y moralmente reprobable, especialmente en
las niñas.
- Negación de la existencia de una sexualidad infantil.
Estas concepciones suponen una losa para el desarrollo y la vivencia sana y natural de la
sexualidad, es necesario erradicarlas.

Descubrimiento del placer. Las niñas/os muestran interés y curiosidad por todas las partes de su
cuerpo y, por sus genitales, descubriendo las sensaciones placenteras que obtienen con su
excitación.
A partir de los 3 años, se les enseña que este tipo de conductas deben realizarse en privado, con
higiene y sin hacerse daño. Deben aprender a controlar el deseo de masturbarse y no hacerlo en
lugares ni en momentos inadecuados.

Juego en el desarrollo sexual. Proporciona abundante información de calidad acerca de cada


niño/a, representa e imita sin censura conductas observadas o vividas.
Es necesario diferenciar entre comportamientos sexuales propios a la edad y comportamientos
alarmantes. Comportamientos que forman parte del proceso del desarrollo:
- Exploración del propio cuerpo con niños/as de la misma edad.
- Comportamientos que se dan de forma ocasional.
- Comportamientos que surgen con el juego, sin ser premeditados.
- El juego ha de ser voluntario y consentido por las diferentes niñas/os.
Hay comportamientos sexuales en los que hay que intervenir o que nos deben alertar:
- Realización de contenidos con un contenido sexista o agresivo.
- Práctica de juegos que puedan imitar conductas sexuales adultas (sexo oral).
- Uso de lenguaje o conocimientos en el ámbito sexual propios de personas adultas.
- Interés por niñas o niños más pequeños en el ámbito sexual.
- Realización de juegos que puedan generar daño (introducción de objetos en la vagina).
- Obsesión por actividades y juegos de contenido sexual o excesiva representación de las
conductas de masturbación.

Afrontar conductas y preguntas de contenido sexual. Responderles de forma sencilla, con


naturalidad, sin ocultar información, adaptándola a la edad del niño/a y evitando respuestas
evasivas, falacias o directamente mentiras.
- Tener cuidado con las reacciones. Una reacción desmedida, grito o reprimenda, genera
una respuesta de prohibición que puede causar un sentimiento de represión que puede
entorpecer su desarrollo sexual.
- Darle la importancia de cualquier otra pregunta, ni más ni menos. Si ante preguntas
de contenido sexual mostramos interés diferente, la niña/o capta este tratamiento diverso,
que puede afectar a su libre y natural desarrollo.
- Poner nombre a las cosas. La incorporación de palabras adecuadas, les ayuda a
reconocer y normalizar su cuerpo y las sensaciones que este le provoca.

4
- Preguntas qué saben. La curiosidad está relacionada con lo que han visto o escuchado.
Antes de abordar alguna pregunta, es preciso saber qué información tienen.
- Establecer límites. Importante remarcar conceptos de intimidad y consentimiento. Es
fundamental tratar la sexualidad con normalidad si se considera un tema tabú, le resultará
más difícil expresar y compartir posibles prácticas indeseadas o no consentidas en relación
con su cuerpo.

Intervención con familias desde la escuela debe estar encaminada a:


- Fomentar una actitud positiva hacia la sexualidad infantil.
- Ayudarles a responder a la curiosidad sexual, partiendo de las diferencias anatómicas y de
las reacciones placenteras que experimentan.
- Proporcionarles pautas de educación sexual para que puedan hablar con sus hijas/os
sobre sus comportamientos y juegos sexuales.

Prevención abuso sexual infantil. Maltrato constituido por actitudes, comportamientos e


interacciones que una persona adulta o mayor tiene con una niña o un niño para que participe o
realice cualquier tipo de conducta sexual con el fin de satisfacer el deseo sexual de la persona
mayor.
La persona agresora suele recurrir al engaño, chantaje, coacción y manipulación emocional.
Tipos de maltratos sexuales:
- Agresión sexual. Persona agresora, usa la violencia o la intimidación para realizar el
contacto.
- Exhibicionismo. La víctima muestra sus genitales y su cuerpo al agresor o viceversa, sin
contacto físico.
- Prostitución o pornografía infantil. El agresor busca una compensación económica
mediante el abuso sexual infantil.

Prevenir el abuso sexual infantil.


Educar desde la libertad. Cuanto más oscura y temerosa sea la concepción que la niña/o tenga
en la sexualidad, más vulnerable será el abuso.
Objetivos:
- Conocer, valorar, aceptar y cuidar el propio cuerpo, asumiendo positivamente su identidad
sexual, libre de elementos de género discriminatorio.
- Comportarse con naturalidad ante los temas sexuales, desarrollando un vocabulario
preciso y no discriminatorio.
- Aplicar normas básicas de cuidado personal en relación con las prácticas sexuales y
desarrollar normas de convivencia basadas en la igualdad, el respeto y la responsabilidad.
- Discriminar las conductas sexuales inadecuadas o indeseadas y aprender a rechazarlas y
denunciarlas.
- Desterrar la reproducción e imitación de conductas sexuales violentas.

Educar en la prevención del abuso. Objetivo:


- Enseñarle a identificar las señales de abuso y a rechazarlas. Trasmitir que las
relaciones sexuales son bonitas siempre que las dos personas estén a gusto y quieran,
siempre existe el derecho a decir que no ante una expresión afectiva que desagrada, ya
sea un beso, una caricia o cualquier otro tipo de práctica.
Es importante que identifique comportamientos que le resulten incómodos y no le gusten.
Si sabe lo que no está permitió estará más alerta, lo identificará más rápidamente, podrá
rechazar o negarse a la práctica abusiva y tendrá mayor facilidad para contarlo.
- Ayudarle a contarlo a personas adultas de referencia. Contárselo a una persona adulta
en la que confíen, que no son culpables de nada y que en estas cuestiones no debe haber
secretos.

5
Actitud ante la comunicación de situaciones de abuso. Actitud afectuosa.
- No disgustarse. Creer su versión, sin ponerla en duda, escucharlos con empatía.
- Tranquilizarle, explicarle que todo ya pasó, que lo vamos a solucionar y que no le ocurrirá
nada malo. “NO mentirles”.
- Transmitir con actitud y palabras que es culpable de nada y que les ayudaremos a
solucionarlo: “Tú no tienes ninguna culpa”, “Tú no has hecho nada malo”, etc. Decirle
muchas veces “Tú NO tienes la culpa”.
- Procurar que se sienta orgulloso por haberlo contado y agradecerle la confianza que ha
tenido en ti: “Estoy muy orgullosa de ti”, “Té agradezco que hayas confiado en mi”.
“Hacerle sentir bien”.
Es importante normalizar la vida de la víctima, procurando que olvide lo que le ha pasado y no le
suponga un trauma para sus relaciones futuras y para su desarrollo. “NO hay que victimizar al
niño o la niña”.

No hay que contarle a nadie lo que ha dicho el niño o la niña.


Trabajar en el aula el abuso, sin decir quien es el abusado, hay que respetar su intimidad.

Reticencias ante la intervención. El alarmismo de la sociedad ante estos temas puede frenar en
determinados centros de la educación infantil la realización de algunas actividades.
Para evitar confusiones, hay que establecer y mantener una adecuada y sincera comunicación
entre familias y escuelas para que las niñas/os no pierdan oportunidades de establecer vínculos
sanos con sus educadores.

Educación en la diversidad sexual en el aula. Los centros educativos deben garantizar el


respeto y los derechos.
Fomentar la diversidad hablando de los diferentes tipos de familias. Así asumen con normalidad la
diversidad.
Actividades o actuaciones:
- Explicar cuentos cuyos protagonistas tengan modelos familiares diversos o cambiarles el
modelo de familia a cuentos existentes.
- Cuidar el lenguaje inclusivo en las diferentes intervenciones.
- Invitar a familias con modelos familiares diversos a realizar actividades en el aula.
- Realizar dramatizaciones o juegos de rol en los que se incluya la diversidad familiar.

Educación en la diversidad sexual en las familias. Las familias homoparentales siguen


sufriendo discriminación por parte de otras familias.
Desde el centro, es conveniente hacer hincapié en los conceptos de diversidad familiar y sexual,
es en las propias familias donde se generan y trasmiten los comportamientos o pensamientos
homófobos o sexistas a las niñas/os.

Educación en la diversidad sexual en educadoras y educadores. Es imprescindible un trabajo


y reflexión de las educadoras/es en cuanto sus propios prejuicios y estereotipos respecto a esta
temática.

Los prejuicios y comportamientos homófobos o sexistas son complejos de reeducar. No debemos


tolerar ni justificar ningún comportamiento irrespetuoso de ninguna persona.

Coeducación y educación no sexista.


Coeducación, educación que se da, de forma igualitaria, sin discriminación por razón de sexo.

¿Los currículos escolares son igualitarios?


La propia LOMLOE, remarca que la educación debe garantizar siempre la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres.
Marina Subirats afirma; “No hay coeducación, sino asimilación de la niña a la educación
considerada modélica, la del niño. No ocurre porque se desconozca la existencia de unas formas
de comportamientos típicas de género femenino, sino porque están consideradas como inferiores,
devaluadas, y, se trata de corregir y borrar su expresión”.
6
¿La intervención en el aula es igualitaria?
Los currículos en el aula refuerzan una atención no igualitaria según se trate de niñas o niños.
Se dedica más atención al comportamiento de los niños dándoles más pautas a la hora de
explicarles lo que tienen que hacer, se les riñe más. Por otro lado, si una niña muestra un
comportamiento agresivo, se tiende a censurarla más que si esos comportamientos los presentara
un niño.
Se le suele exigir a la niña una mayor pulcritud en la realización de los trabajos.

¿Cómo acercarnos a una auténtica coeducación?


Se debería trabajar:
- Revisión de los currículos, únicamente se da importancia a conocimientos de tipo
académico y no a los derivados de la vida diaria, aún son consideradas como tareas
femeninas.
- Reconsideración de la orientación académica y profesional.
- Potenciación de los materiales escolares no sexistas, en los que se tengan en cuenta las
aportaciones de la mujer a la vida tanto social como cultural.
Estrategias para favorecer resta coeducación y educación en igualdad son:
- Incorporación en la programación de contenidos y actividades dedicados a tareas
domésticas o a habilidades asociadas a roles femeninos (preparar la comida, limpiar,
ordenar, etc.).
- Intervención en la actividad lúdica, tanto libre como dirigida, para:
- Estimular a los niños/as para que participen y compartan juegos y juguetes
diferentes a los asociados a su sexo.
- Que adopten en sus juegos roles diferentes a los esperados por razón de sexo.
- Utilización en el aula y el trato con niñas/os:
- Un lenguaje que no dé prioridad a las actuaciones masculinas o estereotipadas
(médico, enfermera, limpiadora, peluquera, abogado, etc.).
- Materiales didácticos (cuentos, dibujos, pósteres, etc.).
- Visibilización de referentes tanto femeninos como masculinos que reflejen una realidad no
estereotipada ni machista, creando una normalidad sexista.
Respecto al dilema en cuanto a la intervención, con mayor o menor intensidad en materia de
género, Montserrat Moreno señala: “No intervenir equivale a apoyar el modelo existente. Si
creemos que dejando que niños/as hagan lo que quieran los estamos dejando en libertad, nos
equivocamos, porque tenderán a reproducir los esquemas y modelos de su medio”.

También podría gustarte