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Sexo, etiqueta universal, asignada según la condición biológica y genética de un ser a partir de
sus órganos sexuales internos y externos, cromosomas y hormonas.
Intersexualidad, término que define a las personas que nacen con una anatomía sexual que no
puede ajustarse con claridad al estándar masculino/femenino.
- Intersexualidad 46, XX o intersexualidad 46, XY. Personas que tienen los órganos
internos y las hormonas de un sexo y los órganos externos de otro.
- Intersexualidad gonadal verdadera. Personas que tienen los órganos internos no
asignables a ninguno de los dos sexos.
- Intersexualidad compleja o indeterminada. Personas que tienen en el código genético
una combinación de cromosomas sexuales diferente de las dos normativas (XX o XY).
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Generación y reproducción de estereotipos y roles de género. A medida que van creciendo,
estos mensajes y valores se refuerzan.
- Comportamiento de su familia. Establecimiento de normas de conducta.
- Actitud y los mensajes que percibe en la escuela.
- Valores, roles, protagonismos y temas tratados en los distintos canales de
comunicación. Lectura de cuentos, visualización de series, etc.
Teorías explicativas.
Teorías psicoanalíticas. Obtención/satisfacción de placer.
Estadio del desarrollo psicosexual. Sigmund Freud identificó tres partes del cuerpo importantes:
- Fase oral (Desde el nacimiento hasta el año). Placer en la boca y en los labios. Primer año
satisfacción de sus necesidades orales (mamar, beber, comer).
Exploración y conocimiento del mundo exterior.
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- Fase anal (1-3 años). Libido (energía de los instintos vitales) zona erógena anal,
defecación. (Deseo)
Control de los esfínteres y la lucha por la autonomía.
- Fase fálica (3-6 años). Su curiosidad hará que empiece a explorarlo y descubra sus
órganos genitales como fuente de placer.
- Fase de latencia (6-pubertad). Interés sexual disminuye. (Coincide en la educación
primaria).
- Fase genital (pubertad). Cambios hormonales, marcan el final del desarrollo sexual. El
interés sexual o libido ya no se dirige hacia el propio cuerpo sino al de otra persona, ya sea
del sexo opuesto o propio. (La sexualidad cambia de perspectiva).
Adquisición de la constancia de género. A partir de los 6 años las niñas y los niños adquieren
la constancia de género, comprensión por parte de las niñas/os de que su sexo es permanente y
no se modifica por las conductas o por el aspecto externo.
Kohlberg, establece tres etapas antes de llegar a la constancia de género.
• Etiquetado de género. Inicio preescolar, 3 años, las niñas/os son capaces de etiquetar su
sexo y el de los otros de forma correcta.
• Estabilidad de género. 5 años, la comprensión de la permanencia del sexo aumenta,
siguen pensando que un cambio de vestido o peinado puede ocasionar un cambio de
sexo.
• Constancia de género. Final preescolar, comienzo años escolares, 6-7 años, niñas/os
adquieren la seguridad de que su sexo no cambiará, ni siquiera si cambian su ropa o sus
conductas.
Teoría esquema de género. Sandra Bem. Representación mental que el niño/a elabora a partir
de las características y los comportamientos que asocia al hecho de ser hombre o mujer.
Una vez adquirida utilizarán los esquemas de género para interpretar el entorno y, en
consecuencia, irán adaptando su comportamiento a dichos esquemas y al mismo tiempo los
tramitarán a los demás.
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En la infancia se aprenden los roles masculinos y femeninos. En el futuro irán ampliando el
esquema y el conocimiento de las cosas consideradas adecuadas para su género, mientras que
dejará de prestar atención o sabrá menos de las cosas que se consideran propias del género
contrario.
Descubrimiento del placer. Las niñas/os muestran interés y curiosidad por todas las partes de su
cuerpo y, por sus genitales, descubriendo las sensaciones placenteras que obtienen con su
excitación.
A partir de los 3 años, se les enseña que este tipo de conductas deben realizarse en privado, con
higiene y sin hacerse daño. Deben aprender a controlar el deseo de masturbarse y no hacerlo en
lugares ni en momentos inadecuados.
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- Preguntas qué saben. La curiosidad está relacionada con lo que han visto o escuchado.
Antes de abordar alguna pregunta, es preciso saber qué información tienen.
- Establecer límites. Importante remarcar conceptos de intimidad y consentimiento. Es
fundamental tratar la sexualidad con normalidad si se considera un tema tabú, le resultará
más difícil expresar y compartir posibles prácticas indeseadas o no consentidas en relación
con su cuerpo.
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Actitud ante la comunicación de situaciones de abuso. Actitud afectuosa.
- No disgustarse. Creer su versión, sin ponerla en duda, escucharlos con empatía.
- Tranquilizarle, explicarle que todo ya pasó, que lo vamos a solucionar y que no le ocurrirá
nada malo. “NO mentirles”.
- Transmitir con actitud y palabras que es culpable de nada y que les ayudaremos a
solucionarlo: “Tú no tienes ninguna culpa”, “Tú no has hecho nada malo”, etc. Decirle
muchas veces “Tú NO tienes la culpa”.
- Procurar que se sienta orgulloso por haberlo contado y agradecerle la confianza que ha
tenido en ti: “Estoy muy orgullosa de ti”, “Té agradezco que hayas confiado en mi”.
“Hacerle sentir bien”.
Es importante normalizar la vida de la víctima, procurando que olvide lo que le ha pasado y no le
suponga un trauma para sus relaciones futuras y para su desarrollo. “NO hay que victimizar al
niño o la niña”.
Reticencias ante la intervención. El alarmismo de la sociedad ante estos temas puede frenar en
determinados centros de la educación infantil la realización de algunas actividades.
Para evitar confusiones, hay que establecer y mantener una adecuada y sincera comunicación
entre familias y escuelas para que las niñas/os no pierdan oportunidades de establecer vínculos
sanos con sus educadores.