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DERECHO ONLINE

DERECHO CONSTITUCIONAL I

3 créditos
Profesor Autor :
Ab. Andrea Elizabeth Espinoza Cuzco Mgs.

Titulaciones Semestre

DERECHO Segundo

Tutorías: El profesor asignado se publicará en el entorno virtual de aprendizaje online.utm.edu.ec),


y sus horarios de conferencias se indicarán en la sección Cronograma de Actividades

PERÍODO ACADEMICO: MAYO 2023 A SEPTIEMBRE 2023


DERECHO
CONSTITUCIONAL I
Unidad 2
Índice

Resultado de Aprendizaje de la Asignatura ...................................................................................1


UNIDAD 2: DERECHO CONSTITUCIONAL..................................................................................2
Resultado de aprendizaje de la unidad ......................................................................................2
TEMA 1: Supremacía de la Constitución....................................................................................2
Corte Constitucional ............................................................................................................8
Control Constitucional.......................................................................................................19
Métodos y Reglas de Interpretación Constitucional ........................................................30
Principios de la Justicia Constitucional ...........................................................................37
TEMA 2: El Nuevo Constitucionalismo Ecuatoriano .................................................................39
Neoconstitucionalismo ......................................................................................................47
Nuevo constitucionalismo latinoamericano.....................................................................48
Bibliografía..................................................................................................................................................... 52
Resultado de Aprendizaje de la Asignatura

Comprender las teorías del Estado Constitucional de Derechos y técnicas del Derecho
Constitucional, relacionándolas con las nuevas tendencias del Constitucionalismo global y
analizando los principios contenidos en la Constitución del Ecuador.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 1


UNIDAD 2: DERECHO CONSTITUCIONAL

Resultado de aprendizaje de la unidad

Comprender la importancia del poder constituyente y las implicaciones de haberse constituido el


Estado ecuatoriano como un estado de derechos y justicia.

TEMA 1: Supremacía de la Constitución

Para que las personas que habitan en un determinado Estado puedan convivir socialmente requieren
de normas expedidas por autoridades competentes que permitan niveles de convivencia, a las
que se les llama normas jurídicas. La primera de esas normas, es sin lugar a dudas, la
Constitución, que da nacimiento al Estado y se convierte en su estatuto. La Constitución
contiene los lineamientos básicos de la convivencia social, producto de un acuerdo político
alcanzado por sus ciudadanos y que luego de ser sometida a aprobación popular se convierte en
norma jurídica que debe ser respetada y acatada por gobernantes y gobernados.

En la Constitución están plasmados los derechos y deberes ciudadanos, que se expresan a través
de principios y de reglas; también encontramos las garantías jurisdiccionales para hacer respetar
nuestros derechos, sea que la vulneración provenga de quienes detentan el poder o de
particulares; así mismo se encuentra establecida la organización estatal que incluye la división
del poder, que para el caso ecuatoriano, está constituido en funciones, cada una con sus
respectivas competencias, organismos e instituciones.

La Constitución, se erige como la norma jurídica de mayor jerarquía dentro de la estructura


jurídica del Estado, por lo tanto se convierte en la principal fuente del derecho, siendo que el
resto de las normas deben amoldar sus supuestos y consecuencia a los postulados
constitucionales, para que puedan tener eficacia jurídica. Esta supremacía está consagrada en
sus Arts. 424 y 425, que señalan:

Art. 424 de la Constitución: “La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre


cualquier otra del ordenamiento jurídico. Las normas y los actos del poder público deberán
mantener conformidad con las disposiciones constitucionales; en caso contrario carecerán de
eficacia jurídica. La Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 2


ratificados por el Estado que reconozcan derechos más favorables a los contenidos en la
Constitución, prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público.”.

Art. 425.- “El orden jerárquico de aplicación de las normas será el siguiente: La Constitución;
los tratados y convenios internacionales; las leyes orgánicas; las leyes ordinarias; las normas
regionales y las ordenanzas distritales; los decretos y reglamentos; las ordenanzas; los
acuerdos y las resoluciones; y los demás actos y decisiones de los poderes públicos. En caso de
conflicto entre normas de distinta jerarquía, la Corte Constitucional, las juezas y jueces,
autoridades administrativas y servidoras y servidores públicos, lo resolverán mediante la
aplicación de la norma jerárquica superior. La jerarquía normativa considerará, en lo que
corresponda, el principio de competencia, en especial la titularidad de las competencias
exclusivas de los gobiernos autónomos descentralizados.”.

La supremacía constitucional consagrada en la Constitución de 2008, rompe el esquela tradicional


positivista liberal, consagrado hasta la Constitución de 1998, que establecía que la Ley era la
principal fuente del derecho, pues las normas constitucionales al no contener enunciados previstos
de causa efecto, se convertían en normas téticas, sin aplicación inmediata. Juan Pablo Alonso, en su
trabajo titulado “La clasificación cuatripartita de las normas jurídicas de Ferrajoli”, cita al
mencionado pensador del derecho y lo hace de la siguiente manera:

“…Ferrajoli distingue entre normas téticas e hipotéticas…La distinción entre téticas e


hipotéticas se relaciona con lo inmediato/mediato de lo prescripto como de la universalidad
de sujetos a que se aplica. Las téticas disponen, las hipotéticas predisponen. Las téticas se
aplican a todos los sujetos; las hipotéticas solo a quienes realizan la conducta del antecedente
o, en términos generales, solo a quienes se adecuen al antecedente del condicional. Las téticas
son las más elementales: son prescripciones inmediatas de carácter universal. Los diez
mandamientos, las prohibiciones penales (‘Prohibido matar’) y los Derechos Fundamentales
son normas téticas. Las hipotéticas no disponen prescripciones de manera inmediata sino que
las predisponen de manera mediata, dependiendo del acaecimiento de las condiciones
determinadas en la hipótesis del antecedente. Las normas sobre la aplicación de sanciones
cuando se cometan delitos son normas hipotéticas…”.1

La supremacía de la constitución permite establecer que:

1
https://www.conpedi.org.br/wp-content/uploads/2017/08/Juan-Pablo-Alonso-Argentina.pdf

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➢ La Constitución se encuentra en la cima del derecho, siendo que las demás normas jurídicas -leyes,
decretos, ordenanzas , acuerdos, sentencias, actos administrativos- están situadas por debajo de ella.

➢ La Constitución es el fundamento de todo el ordenamiento jurídico estatal: Elementos constitutivos;


derechos y deberes; garantías; participación y organización del poder; organización territorial;
régimen de desarrollo; régimen del buen vivir; y relaciones internacionales, siendo que las demás
normas jurídicas, para su validez y eficacia deben adecuarse a los dictados constitucionales.

➢ La Constitución establece los lineamientos formales y materiales para la validez y eficacia


de una norma jurídica infraconstitucional y de los distintos actos jurídicos, sean públicos o
privados, a saber: Procedimiento para su creación y aprobación y adecuarse a los principios,
derechos y garantías consagrados en la norma suprema.

➢ La Constitución es consecuencia de la voluntad soberana del pueblo, elaborada por un poder


constituyente y aprobada en las urnas por el pueblo ecuatoriano, lo que le da legitimación
para convertirse en la máxima norma jurídica del Estado y regular la estructura y
funcionamiento del poder constituido.

A pesar de lo expresado en líneas anteriores es menester indicar que la supremacía constitucional


se ve limitada únicamente en aquellos casos en que un tratado internacional de derechos humanos
ratificado por el Estado reconozca derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, pues
en este supuesto, el tratado internacional prevalecerá sobre cualquier otra norma jurídica o acto del
poder público, lo que refleja la sumisión del Estado ecuatoriano a todas aquellas normas
supraconstitucionales de derechos humanos reconocidas en el país en la forma prevista en la
Constitución, las que adquieren una jerarquía superior a la norma constitucional si contienen
derechos más favorables a los contenidos en la norma constitutiva del Estado.

La supremacía constitucional se asienta en los siguientes principios:

➢ Ejercicio directo de los derechos y garantías, sea de manera individual o colectiva.

➢ Prohibición de todo tipo de discriminación que pretenda menoscabar o anular el


reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos. Adopción de medidas de acción afirmativa
para promover la igualdad real en beneficio de las personas que se encuentran en situación
de desigualdad.

➢ Prohibición de restringir el contenido de los derecho o garantías constitucionales.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 4


➢ Aplicación de la norma que mejor favorezca los derechos y garantías constitucionales.

➢ Inalienabilidad, irrenunciabilidad, indivisibilidad, interdependencia e igual jerarquía de los


principios y derechos.

➢ Reconocimiento de todos los derechos inherentes a la dignidad de las personas, a las


comunidades, a los pueblos y nacionalidades necesarios para su pleno desenvolvimiento.

➢ Progresividad y no regresividad de los derechos.

➢ Deber del Estado de respetar y hacer respetar los derechos garantizados en la Constitución,
por lo tanto será responsable por detención arbitraria, error judicial, retardo injustificado o
inadecuada administración de justicia, violación del derecho a la tutela judicial efectiva, y
por las violaciones de los principios y reglas del debido proceso. El Estado repetirá contra
los responsables de la vulneración, por todas las reparaciones realizadas.

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La Constitución ecuatoriana, -a más del Preámbulo- como todas las constituciones del mundo,
contiene una parte dogmática y una parte orgánica. La parte dogmática contiene los principios,
derechos y garantías de los particulares frente al poder (Estado), a ella se pertenecen el Título I,
que trata de los elementos constitutivos del Estado; el Título II, que habla de los derechos; y el Título
III, que se refiere a las garantías constitucionales. La parte orgánica hace referencia a la estructura
estatal, a la organización y división del poder, a saber: Titulo IV, inherente a la participación
y organización del poder; Título V, que establece la organización territorial del Estado; Título VI,
que implanta el régimen de desarrollo; Título VII, que instaura el régimen del buen vivir;
Título VIII, que regula las relaciones internacionales; y Título IX, que impone la supremacía
constitucional.

la Constitución ecuatoriana se divide en Títulos, Capítulos y Secciones que contienen 444


artículos. Adicionalmente tiene 30 Disposiciones Transitorias, una Disposición Derogatoria, un
Régimen de Transición y una Disposición Final. A pesar de su rigidez, la Constitución ha sido
modificada en tres oportunidades, dos por vía de reformas y una por vía de referendo. El Preámbulo,
que es la parte axiomática de la Constitución, de manera textual señala:

“NOSOTRAS Y NOSOTROS, el pueblo soberano del Ecuador RECONOCIENDO nuestras


raíces milenarias, forjadas por mujeres y hombres de distintos pueblos, CELEBRANDO a la
naturaleza, la Pacha Mama, de la que somos parte y que es vital para nuestra existencia,
INVOCANDO el nombre de Dios y reconociendo nuestras diversas formas de religiosidad y
espiritualidad, APELANDO a la sabiduría de todas las culturas que nos enriquecen como
sociedad, COMO HEREDEROS de las luchas sociales de liberación frente a todas las formas
de dominación y colonialismo, Y con un profundo compromiso con el presente y el futuro,
Decidimos construir Una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía
con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay; Una sociedad que respeta,
en todas sus dimensiones, la dignidad de las personas y las colectividades; Un país
democrático, comprometido con la integración latinoamericana -sueño de Bolívar y Alfaro-,
la paz y la solidaridad con todos los pueblos de la tierra; y, En ejercicio de nuestra soberanía,
en Ciudad Alfaro, Montecristi, provincia de Manabí, nos damos la presente. CONSTITUCIÓN
DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR”.

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Imágenes tomadas de la Cartilla
“Constitución y Estado Ecuatoriano”,
editada por la Corte Constitucional
del Ecuador

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Corte Constitucional

La Corte Constitucional, creada por la Constitución de la República, se instituye como un organismo


de control constitucional, intérprete del contenido de la Constitución y de administración de justicia
en materia constitucional.

Art. 429 de la Constitución: “La Corte Constitucional es el máximo órgano de control,


interpretación constitucional y de administración de justicia en esta materia. Ejerce jurisdicción
nacional y su sede es la ciudad de Quito. Las decisiones relacionadas con las atribuciones
previstas en la Constitución serán adoptadas por el pleno de la Corte”.

La Corte Constitucional está integrada por nueve jueces constitucionales, quienes duran en sus
funciones nueve años, sin reelección inmediata, siendo renovados por tercios cada tres años y no
están sujetos a juicio político. En su momento, haciendo huso de su función interpretadora, la Corte
Constitucional interpretó el Art. 431 de la Constitución, de la siguiente manera:

Interpretación de la Corte Constitucional


Art. 431 de la Constitución Resolución de la Corte Constitucional No. 3, publicada en Registro
Oficial Suplemento 372 de 27 de Enero del 2011

a) El artículo 431, primer inciso de la Constitución, con toda


claridad excluye cualquier posibilidad de juicio político o
remoción en contra de jueces de la Corte Constitucional por
Los miembros de la Corte Constitucional no estarán sujetos a juicio cualquier organismo que no sea la propia Corte Constitucional, con
político ni podrán ser removidos por quienes los designen. No obstante, el voto favorable de las dos terceras partes de sus miembros;
estarán sometidos a los mismos controles que el resto de autoridades tampoco hay otra norma constitucional que autorice lo contrario,
públicas y responderán por los demás actos u omisiones que cometan por lo que no existe en la Carta Suprema vacío o antinomia alguna
en el ejercicio de sus funciones. que provoque dudas al respecto.
b) En el caso de responsabilidad penal por el eventual
Sin perjuicio de la responsabilidad civil, en caso de responsabilidad
cometimiento de delitos comunes como Jueces miembros de la
penal únicamente serán acusados por la Fiscal o el Fiscal General de la Corte Constitucional, la indagación y acusación deberá ser realizada
Nación y juzgados por el pleno de la Corte Nacional de Justicia, para por la Fiscal o el Fiscal General de la República, y posteriormente
cuyo efecto se requerirá el voto conforme de las dos terceras partes de juzgados por el Pleno de la Corte Nacional de Justicia, mediante
sus integrantes. sentencia emitida con el voto conforme de las dos terceras partes de
Su destitución será decidida por las dos terceras partes de los integrantes sus miembros.
de la Corte Constitucional. c) En garantía de salvaguardar la autonomía e independencia
de la justicia constitucional, se determina que los jueces de la Corte
El procedimiento, los requisitos y las causas se determinarán en la ley. Constitucional no pueden ser objeto de acciones preprocesales y
procesales penales por el contenido de sus opiniones, resoluciones,
votos o fallos, consignados o que consignaren en el ejercicio del
cargo.

Fuente: Constitución de la República y


Sentencias de la Corte Constitucional
Diseño: Luis Cando Arévalo

El Art. 433 de la Constitución de la Republica establece los requisitos para ser designado miembro
de la Corte Constitucional y estos son:

1. Ser ecuatoriana o ecuatoriano y encontrarse en ejercicio de sus derechos políticos.

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2. Tener título de tercer nivel en Derecho legalmente reconocido en el país.

3. Haber ejercido con probidad notoria la profesión de abogada o abogado, la judicatura o la


docencia universitaria en ciencias jurídicas por un lapso mínimo de diez años.

4. Demostrar probidad y ética.

5. No pertenecer ni haber pertenecido en los últimos diez años a la directiva de ningún partido
o movimiento político.

La Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional es la norma jurídica que


regula el funcionamiento y estructura de la Corte Constitucional, estableciendo como órganos de
administración de justicia constitucional a los siguientes:

1. Los juzgados de primer nivel.

2. Las Cortes Provinciales.

3. La Corte Nacional de Justicia.

4. La Corte Constitucional.

Corresponde a los jueces de primer nivel conocer y resolver, en primera instancia, las acciones de
protección, las acciones de hábeas corpus, las acciones de hábeas data, las acciones de acceso a la
información pública, la petición de medidas cautelares; y ejercer control concreto de
constitucionalidad.

Los jueces de las distintas Salas de las Cortes Provinciales de Justicia, tienen como responsabilidad:

1. Conocer y resolver los recursos de apelación que se interpongan en contra de los autos y las
sentencias de las juezas y jueces de instancia respecto de las acciones de protección, hábeas
corpus, hábeas data y acción de acceso a la información.

2. Conocer las acciones de hábeas corpus en los casos de fuero y de órdenes de privación de
libertad dictadas por jueza o juez penal de primera instancia.

3. Ejercer el control concreto de constitucionalidad.

Los jueces de las distintas Salas de la Corte Nacional de Justicia, son competentes para:

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1. Conocer y resolver los recursos de apelación de las acciones de hábeas corpus resueltos por
las cortes provinciales.

2. Conocer las acciones de hábeas corpus en los casos de fuero.

3. Ejercer el control concreto de constitucionalidad.

Por su parte, la Corte Constitucional tiene todas las atribuciones otorgadas en el Art. 436 de la
Constitución de la República, a saber:

Art. 436 de la Constitución: “La Corte Constitucional ejercerá, además de las que le confiera
la ley, las siguientes atribuciones: 1. Ser la máxima instancia de interpretación de la
Constitución, de los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el Estado
ecuatoriano, a través de sus dictámenes y sentencias. Sus decisiones tendrán carácter
vinculante. 2. Conocer y resolver las acciones públicas de inconstitucionalidad, por el fondo
o por la forma, contra actos normativos de carácter general emitidos por órganos y
autoridades del Estado. La declaratoria de inconstitucionalidad tendrá como efecto la
invalidez del acto normativo impugnado. 3. Declarar de oficio la inconstitucionalidad de
normas conexas, cuando en los casos sometidos a su conocimiento concluya que una o varias
de ellas son contrarias a la Constitución. 4. Conocer y resolver, a petición de parte, la
inconstitucionalidad contra los actos administrativos con efectos generales emitidos por
toda autoridad pública. La declaratoria de inconstitucionalidad tendrá como efecto la
invalidez del acto administrativo. 5. Conocer y resolver, a petición de parte, las acciones por
incumplimiento que se presenten con la finalidad de garantizar la aplicación de normas o
actos administrativos de carácter general, cualquiera que sea su naturaleza o jerarquía, así
como para el cumplimiento de sentencias o informes de organismos internacionales de
protección de derechos humanos que no sean ejecutables por las vías judiciales ordinarias.
6. Expedir sentencias que constituyan jurisprudencia vinculante respecto de las acciones de
protección, cumplimiento, hábeas corpus, hábeas data, acceso a la información pública y
demás procesos constitucionales, así como los casos seleccionados por la Corte para su
revisión. 7. Dirimir conflictos de competencias o de atribuciones entre funciones del Estado
u órganos establecidos en la Constitución. 8. Efectuar de oficio y de modo inmediato el
control de constitucionalidad de las declaratorias de los estados de excepción, cuando
impliquen la suspensión de derechos constitucionales.
9. Conocer y sancionar el incumplimiento de las sentencias y dictámenes constitucionales.

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10. Declarar la inconstitucionalidad en que incurran las instituciones del Estado o
autoridades públicas que por omisión inobserven, en forma total o parcial, los mandatos
contenidos en normas constitucionales, dentro del plazo establecido en la Constitución o en
el plazo considerado razonable por la Corte Constitucional. Si transcurrido el plazo la
omisión persiste, la Corte, de manera provisional, expedirá la norma o ejecutará el acto
omitido, de acuerdo con la ley”.

Para el cabal cumplimiento de sus funciones la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional en su Art. 188, establece la estructura interna de la Corte Constitucional, de la
siguiente manera:

➢ Pleno de la Corte Constitucional.

➢ Sala de admisión.

➢ Sala de selección de procesos constitucionales.

➢ Salas de revisión de procesos constitucionales.

➢ Presidencia.

➢ Secretaría General.

➢ Órganos de apoyo.

➢ Centro de Estudios Constitucionales.

El pleno de la Corte Constitucional se constituye con las reuniones de todas las juezas y jueces de la
Corte que serán presididas por la Presidenta o Presidente del organismo, o a su falta por la o el
Vicepresidente. Actúa como Secretaria o Secretario, la Secretaria o Secretario General de la Corte
Constitucional. Para poderse constituir en sesión requieren el quorum de por lo menos de cinco
juezas o jueces. Las decisiones se tomarán con, al menos, cinco votos de las juezas o jueces de la
Corte, excepto en el caso de la destitución de una jueza o juez, para lo cual se requiere el voto
conforme de las dos terceras partes del Pleno.

La Sala de Admisión es la encargada de calificar y admitir la procedencia de acciones


constitucionales en los casos y términos que corresponda. Está conformada por tres juezas o jueces
constitucionales, que se rotan mensualmente. Para emitir el dictamen de procedencia, la Sala de
Admisión debe realizar un análisis exhaustivo de la demanda en las acciones extraordinarias de

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 11


protección y determinar el estricto apego de la misma a los requisitos de admisibilidad y procedencia
establecidos en esta Ley.

La Sala de Selección está compuesta por tres juezas o jueces que actúan por mes de manera rotativa
y tiene como tarea el seleccionar las sentencias en materia de garantías jurisdiccionales y las
resoluciones de medidas cautelares que deba conocer la Corte Constitucional. Sus decisiones serán
discrecionales y no cabe sobre lo que la Sala decida, ningún tipo de recurso.

La Corte Constitucional integrará Salas de Revisión con la finalidad de revisar las sentencias de
protección, de cumplimiento, de hábeas corpus, de hábeas data, de acceso a la información pública
y las resoluciones de medidas cautelares. Se componen por tres juezas o jueces designados para cada
caso por el Pleno, de manera rotativa y al azar. Cada una de estas salas estará presidida por una de las
tres juezas o jueces de la respectiva sala.

Al Presidente de la Corte Constitucional, entre otras funciones, le corresponde:

➢ Ser el representante legal, judicial y extrajudicial de la Corte Constitucional.

➢ Convocar y presidir las sesiones ordinarias y extraordinarias del Pleno.

➢ Elaborar y presentar para aprobación del Pleno el proyecto de presupuesto de la Corte


Constitucional.

➢ Designar a las y los funcionarios y empleados de la Corte Constitucional.

➢ Establecer junto con la o el Secretario de Gestión Institucional la planta de personal de la


Corte Constitucional.

➢ Aprobar las bases de la convocatoria de los concursos públicos para el ingreso de las y los
funcionarios de la Corte Constitucional.

➢ Decidir las cuestiones que afecten al funcionamiento interno de la Corte Constitucional.

➢ Delegar las funciones que considere necesarias.

➢ Conformar comisiones especiales.

➢ Ejercer las funciones que le correspondan como jueza o juez.

Por su parte, las juezas y jueces de la Corte Constitucional desempeñarán, entre otras, las siguientes
funciones:

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➢ Formar parte del Pleno de la Corte Constitucional con derecho a voz y voto.

➢ Formar parte de las diferentes salas de la Corte Constitucional.

➢ Realizar la sustanciación de las causas y elaborar los proyectos de sentencias que profiera
la Corte Constitucional.

➢ Cumplir y hacer cumplir la Constitución y garantizar la vigencia efectiva de los derechos


constitucionales y la supremacía constitucional.

➢ Las demás funciones delegadas por el Pleno o la Presidenta o Presidente de la Corte


Constitucional.

➢ Cumplir con el plan estratégico y los planes operativos anuales de la Corte Constitucional.

La Corte cuenta con una Secretaria o Secretario General, así como con una Prosecretaria o
Prosecretario General, que son de libre nombramiento y remoción. Son designados por el Pleno y
tendrán la función de coordinar los procesos de archivo, custodia, notificación de las providencias
y demás funciones que les atribuya el reglamento de funcionamiento de la Corte.

Existe un personal y órganos necesarios de apoyo compuesto por las y los asesores, la Secretaría
General, la Secretaría Técnica Jurisdiccional, la Secretaría de Gestión Institucional; así mismo
cuenta con oficinas regionales y unidades administrativas. Con excepción de los asesores ocasionales
y los Secretarios que designa el Pleno, los funcionarios de la Corte Constitucional serán seleccionados
a través de concursos de mérito y oposición.

El Centro de Estudios Constitucionales es el encargado de fomentar la investigación jurídica en áreas


de teoría del derecho, derecho constitucional ecuatoriano, derecho constitucional comparado,
derechos humanos e historia del derecho constitucional ecuatoriano.

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Imágenes tomadas de la Cartilla
“Constitución y Estado Ecuatoriano”,
editada por la Corte Constitucional
del Ecuador

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En el continente americano existen ejemplos que reflejan la trascendencia que han llegado a tener
las Cortes Constitucionales, como es el caso colombiano, en donde su Corte Constitucional se ha
puesto a la vanguardia en la defensa de los derechos fundamentales de sus ciudadanos con sentencias
que han sido ejemplo para otros países. Para muestra, revisemos una sentencia de la Corte
Constitucional Colombiana, relacionada con la ética del abogado, que debe ser observada y analizada
no solo por quienes ya contamos con un título académico en el campo del derecho, sino y por sobre
todo, por quienes están, como ustedes, en proceso de formación. La sentencia de la referencia la
pueden encontrar en el siguiente link: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2019/C-138-
19.htm, aunque para muestra, a continuación se les presenta un extracto de la misma.

“…Esta Corte, a través de diversos pronunciamientos, ha tenido oportunidad de referirse al papel que cumple el
abogado en el Estado Social y Democrático de Derecho, así como también a la importancia del control que respecto
del ejercicio de esa profesión deben llevar a cabo las autoridades públicas…
…la teoría clásica de los derechos adquiridos surge fundamentalmente para defender derechos subjetivos de las
personas frente a la expedición de nuevas leyes que puedan lesionarlos…
…cuando se habla de derechos fundamentales y en particular del derecho a escoger profesión u oficio, el momento
en que el derecho debe ser protegido, frente al evento del tránsito legislativo, coincide con aquel en que se han
cumplido las hipótesis fácticas de la ley anterior, de tal modo que pueda hablarse de una situación jurídica
consolidada. Según esto, el derecho a ejercer una profesión u oficio, que se fundamenta en el derecho al trabajo, se
adquiere con el cumplimiento de los requisitos que establezca la ley. Entonces, se adquiere el derecho a ejercer una
profesión que requiera de cualificación académica por el solo hecho de adquirir el título que acredite los estudios
correspondientes conforme a las disposiciones legales o reglamentarias…

…las personas que iniciaron sus estudios en derecho antes de la entrada en vigencia de la Ley 1905 de 2018,
comenzaron a estudiar en un momento en el que no existía un examen de Estado como requisito habilitante para
representar personas, naturales o jurídicas, en los trámites en los que la ley exige un abogado. Siendo así, los
estudiantes de derecho en las condiciones antedichas tienen una expectativa legal simple: la habilitación para el
ejercicio profesional con la aprobación de los requisitos académicos exigidos por su universidad, al momento de
ingreso a la carrera de derecho, o de obtener o haber obtenido los requisitos de grado y dar trámite a la obtención
de la tarjeta profesional de abogado con base en los requisitos a la fecha en la que obtuvieron su diploma de grado.
De esta forma, para la Corte resulta claro que la aplicación irretroactiva de la norma, en el caso en cuestión, fue una
decisión adoptada dentro del marco de configuración legislativa, que, por lo demás, creó una cautela de
transitoriedad. La antedicha previsión del legislador intenta proteger situaciones jurídicas consolidadas frente a la
nueva ley…
…la Corte resalta que el principio de irretroactividad, en el presente caso, busca proteger las situaciones jurídicas
consolidadas, con relación a la habilitación para el ejercicio profesional, de quienes comenzaron a estudiar derecho
antes de la entrada en vigencia de la Ley 1905 de 2018…

Fuente: Corte Constitucional de Colombia


Diseño: Luis Cando Arévalo

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 15


…la Sala encuentra que el examen de Estado es un mecanismo que permite evaluar y verificar las aptitudes académicas
del futuro profesional en derecho. En ese orden, exige una formación académica que deben reunir los estudiantes que
iniciaron sus estudios después de la promulgación de la Ley 1905 de 2018. Para la Sala, el examen de Estado es un
medio constitucionalmente permitido, pues asegura unos conocimientos trasversales a la formación profesional de los
abogados y con base en estos, permite habilitar el ejercicio profesional en los casos específicamente mencionados…

…la efectiva conducencia no puede analizarse en abstracto pues “requiere demostrar, con cierto grado de certeza,
que las medidas resultan aptas para alcanzar dichos fines”. En el presente caso, dos razones permiten determinar que
el examen de Estado cumple con el postulado antedicho. Por un lado, los exámenes de habilitación han servido en
otras jurisdicciones – como Estados Unidos y Alemania – para mitigar deficiencias académicas y con ello, filtrar los
estudiantes que no tienen los conocimientos básicos para el adecuado desempeño profesional. Un examen,
naturalmente, exige preparación y rigor, y por esa razón, es una herramienta que obliga al estudiante de derecho
tomador de la prueba a tener ciertos conocimientos. En esta medida, al supeditar la habilitación para representar
intereses ajenos a los resultados satisfactorios del examen, se crea un filtro, de origen estatal, que garantiza criterios
uniformes en relación con las exigencias para representar a las personas naturales o jurídicas en aquellos trámites en
los que la ley exige un abogado…

…el examen de Estado mitiga las diferencias existentes entre universidades, elimina las ideas que abundan en el
mercado laboral donde se presume la idoneidad profesional por el simple hecho de ser egresado de determinada
facultad de derecho. Con el resultado de un examen, se evalúan objetivamente las calidades de quien ha culminado
sus estudios en derecho. En este orden de ideas, el requisito de habilitación es efectivamente conducente para habilitar
a los abogados en el ejercicio profesional del derecho pues si permite, con cierto grado de certeza, evaluar la idoneidad
profesional de los egresados de la carrera de derecho.
Teniendo en cuenta lo anterior, la Corte considera que el medio puede considerarse como efectivamente
conducente para alcanzar la finalidad identificada. En este sentido, el examen de idoneidad que se exigirá a
profesionales en derecho, a partir, de la fecha de promulgación de la norma actúa como filtro de entrada al ejercicio
profesional y su aprobación exige de las facultades de derecho una obligación para con sus estudiantes, pues en el
margen de la libertad de cátedra universitaria deberán proveer las herramientas para que sus egresados logren acreditar
el nuevo requisito que exige la ley.
Con base en lo anterior, la Sala procederá a declarar la exequibilidad de la norma demandada…”

Fuente: Corte Constitucional de Colombia


Diseño: Luis Cando Arévalo

La tarea que han desempeñado las Cortes Constitucionales, entiéndase también Tribunales
Constitucionales, Sala de lo Constitucional, ha sido discutida ampliamente por los juristas a través
de la dogmática jurídica y de la filosofía del derecho.

El Organismo constitucional tiene su antes y su después a partir de las teorías del pensador austriaco
Hans Kelsen2, quien le da jerarquía a la norma constitucional al introducir la idea de un tribunal
constitucional aunque partiendo de su concepción positivista de que solo la norma que puede ser
ejecutada se puede considerar como jurídica. Antes de Kelsen, la Constitución , a pesar de ser norma
jurídica, no adquiría la calidad de vinculante, quedándose en el pedestal de norma programática, sin
poder coercitivo sobre los gobernantes, por lo que no podía controlar los abusos del poder. Por eso

2
Kelsen, Hans. “Teoría Pura del Derecho”. Editorial Coyoacán S.A. México. 2008. p. 143.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 16


Kelsen, consideró que el órgano constitucional debía convertirse en el ente que viabilice el
cumplimiento de los derechos ciudadanos a través de su propia fuerza al ser considerada como norma
jurídica.

Después de Kelsen, las enseñanzas de las guerras, permitieron que el derecho y las constituciones
apuntaran más allá del positivismo jurídico permitiendo una armonía entre la manifestación social
del derecho y los valores morales, los cuales no eran aceptados por el jurista austriaco, creador de
la teoría pura del derecho, quien establecía una marcada diferencia entre moral y derecho.

Al apartarse de la teoría kelsiana, las nuevas constituciones incluyeron un amplio contenido


sustantivo de principios y derechos y de garantías para la protección de los derechos fundamentales
que incluyen a la normativa internacional de derechos humanos, que también son precautelados por
los organismos constitucionales, -Cortes, Tribunales o Salas Constitucionales- que a la par, también
se enarbolan como los garantes de la democracia.

Los Tribunales Constitucionales (en Ecuador Corte Constitucional) se erigen, también, en


organismos encargados de administrar justicia constitucional, con lo cual sus funciones se amplían
al nivel de ser los intérpretes de la Constitución que les permite dictar precedentes de interpretación
constitucional que deben ser aplicados por los jueces de la justicia ordinaria, por los servidores
públicos que ejercen autoridad sancionadora y por la ciudadanía en general. Adicionalmente ejercen
capacidad dirimente en materia de conflictos de competencia constitucional. Por la interpretación,
los jueces constitucionales convierten a la Constitución en un elemento vivo, pues, los criterios
jurisprudenciales desarrollan los postulados constitucionales, permitiendo que sus normas no
permanezcan inmutables sino que se adecuen a una realidad objetiva y a través de una carga
argumentativa se apliquen a un caso concreto. La interpretación proveniente de la Corte
Constitucional, trae como consecuencia la creación de los precedentes que deben ser seguidos y
aplicados por el resto de los jueces y autoridades con poder sancionador, en otros conflictos
judiciales o administrativos.

Los precedentes no son propios del derecho romano-germánico, sino que provienen del common
law, en el que por el principio stare decisis, todos están obligados a seguir los precedentes por su
carácter vinculante, ya que los jueces tienen capacidad creadora de derecho a partir del análisis
circunstancial de los hechos fácticos del caso que están conociendo. En el derecho anglosajón, las
cortes -House of Lords en Inglaterra y Supreme Court en Estados Unidos- verifican la legitimidad
de las decisiones de los jueces inferiores, pero no resuelven en atención al caso en concreto, sino

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 17


que lo hacen sentando un precedente para casos fututos, estableciendo un criterio que deberá ser
seguido por los otros jueces cuando se enfrenten a casos similares. Los precedentes permiten unificar
la jurisprudencia.

En la tarea unificadora de la Jurisprudencia constitucional ecuatoriana, la Corte Constitucional dictó


el precedente que se señala a continuación, con el que se erigió como el único órgano unificador de
la jurisprudencia en materia constitucional, es decir, como una Corte de Precedentes.

“…Ante la existencia de sentencias constitucionales contradictorias, o ausencia del


precedente constitucional en la materia, que impidan la ejecución de la misma, La Corte
Constitucional, se constituye en el órgano competente para conocer sobre dicho
incumplimiento y dirimir el conflicto suscitado…” (Sentencia N° 0001-10-PJO-CC).

Los jueces de la Corte Constitucional también están revestidos de autoridad para dilucidar conflictos
de competencia entre los distintos jueces que actúen en materia de garantías jurisdiccionales y para
intervenir como corte de justicia en materia constitucional con la finalidad de precautelar el Estado
de derechos y justicia .

Diferencias entre Sentencia Constitucional y Precedente Constitucional


Sentencia Constitucional Precedente Constitucional
Es el género que abarca varios contenidos de acuerdo a Es la parte en la que se establece el pensamiento jurídico
las competencias de la Corte Constitucional argumentadamente construido
En la sentencia, el precedente se encuentra identificado en un acápite específico
Fuente: Resolución Administrativa Corte
Constitucional N° 0004-10-AD-CC.
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 18


Control Constitucional

El derecho anglosajón ha sido pionero en materia de control constitucional. Su historia se remonta


al siglo XVIII, cuando el juez inglés Edward Coke3, en su calidad de Presidente del Tribunal Superior
de Inglaterra, planteo lineamientos atinentes a la supremacía constitucional frente a la soberanía
parlamentaria, los que no fueron acogidos ni por la Corona ni por el parlamento.
Posteriormente en Estados Unidos, en el año 1803, el Juez John Marshall4, dentro del famoso caso
Marbury vs. Madison, al dictar la sentencia -considerada como una de las más famosas de la historia-
se pronunció a favor de la supremacía constitucional.

“El caso Marbury contra Madison, se desarrolló y resolvió en circunstancias en que finalizaba el
mandato del presidente John Adams (federalista), cuyo partido había perdido las elecciones frente a
Thomas Jefferson (republicano). Así, cinco días antes de que Thomas Jefferson asumiera la presidencia
de la nación (1801), el Congreso, que concluía su mandato el 4 de marzo de 1801, promulgó una ley
orgánica para el Distrito de Columbia, la cual, entre otras cosas, autorizaba la designación al Presidente
de los Estados Unidos de jueces de paz por el plazo de cinco años. En estas circunstancias, el presidente
Adams se apresuró a nombrar 42 jueces de paz, designaciones que fueron confirmadas por el Senado; sin
embargo, en la prisa de los últimos actos no se entregaron las credenciales a otros cuatro jueces
designados, entre los que se encontraba William Marbury. Una vez posesionado el presidente Thomas
Jefferson, acudieron ante el Secretario de Estado James Madison, exigiéndole la notificación de sus
nombramientos, pero él se negó a hacerlo. Ante la negativa Marbury recurrió en súplica ante la Corte
Suprema, pidiéndole que expidiere el oportuno mandamiento por el que se ordenara a Madison la
entrega del nombramiento. La Corte Suprema, en especial el juez Marshall, al entender que la ley que
facultaba a la Corte a dictar esas órdenes al Ejecutivo estaba en contradicción con lo establecido por la
sección segunda del artículo 3 de la Constitución, estableció la doctrina, según la cual una ley contraria a
la Constitución no constituye derecho”.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


Constitucional”, Tomo 3, pág. 105
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

La parte que corresponde destacar para resaltar el tema del control constitucional y la supremacía
de la Constitución por sobre todo el ordenamiento jurídico, es la siguiente:

“…hay sólo dos alternativas demasiado claras para ser discutidas, o la


Constitución controla a cualquier ley contraria a ella, o la Legislatura
puede alterar la Constitución mediante una ley ordinaria. Entre tales
alternativas no hay términos medios: o la Constitución es la ley
suprema inalterable por medios ordinarios o se encuentra en el mismo
nivel que las leyes…”. (Benavides, 2009).

Fuente: Compendio elaborado por el Dr. Rubén Balda.


Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

3
Edward Coke, fue un jurisconsulto, abogado de la Corona, Procurador General, Presidente del Court of common Pleas y primer Juez del Tribunal Supremo de Inglaterra.
4
John Marshall, fue un abogado ilustre, político, diplomático, legislador, estadista, militar, juez y Presidente hasta su muerte de la Corte Suprema de Estados Unidos.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 19


El juez Marshall se inclinó por la primera opción, con lo cual erigió por sobre lo alto de la
pirámide jurídica a la Constitución, dándole la jerarquía de norma suprema, con lo que se
instauró en Estados Unidos el control de constitucionalidad, pasando a ser pioneros en esta
materia.

Edward Coke Contribuyó John Marshall


enormemente en el desarrollo de la Pasó a la historia como el primer juez
constitución inglesa estadounidense en aplicar control de
constitucionalidad

El modelo de control de constitucionalidad estadounidense, que nace con la sentencia Marshall,


se ejerce a través de los jueces a quienes se permite la interpretación de las normas jurídicas
para asimilarlas a la Constitución; es decir que el juez estadounidense está en capacidad de
valorar la constitucionalidad de una norma jurídica (leyes y normas de menor jerarquía) para
aplicarlas a un caso concreto. La decisión que adopte el juez, en base al control de constitucionalidad,
solo tiene efecto para las partes procesales sometidas al conflicto que se juzga, es a lo que se
llama efecto inter partes, de tal forma que si del control de constitucionalidad efectuado por el
juzgador, se desprende que una norma resulta inconstitucional, no se aplica al caso en particular que
se está conociendo, pero la norma seguirá vigente dentro del sistema jurídico, hasta que sea derogada
por la autoridad competente.

En la Europa occidental, es decir en el sistema jurídico romano germánico, el surgimiento del control
de constitucionalidad de las normas, como ya se dijo al tratar el tema de la Corte Constitucional, se
la debemos al jurista austriaco Hans Kelsen, para quien, las normas jurídicas no se encuentran
establecidas en sentido horizontal, es decir, en un mismo rango o jerarquía, sino que, son
producto de una gradación estructural en donde unas están por encima de otras,

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 20


dependiendo de la autoridad que las cree y las sancione, graficando esta diferencia jerárquica a través
de una pirámide, a la que se conoce con el nombre de “pirámide de Kelsen”, siendo que la
constitución, como norma suprema y jerárquicamente superior, está en la parte más alta.

Para resolver el tema del control de constitucionalidad Kelsen se plateo algunos cuestionamientos,
a saber: ¿Quien ejerce el control de constitucionalidad? ¿Todos los jueces o un órgano
especializado?, de estas preguntas surgen los dos tipos de control de constitucionalidad más
conocidos: El control difuso de constitucionalidad y el control concentrado de constitucionalidad.

Se dice que en un sistema jurídico existe control difuso de constitucionalidad cuando todos los
jueces, sin excepción, tiene facultades amplias para ejercer dicho control, como en el caso del
derecho anglosajón. En cambio, cuando la tarea del control de constitucionalidad se radica en un
órgano especializado, como la Corte Constitucional, por ejemplo, se dice que estamos frente al
ejercicio del control concentrado de constitucionalidad, que fue el modelo que finalmente sugirió
Kelsen en 1920 a Austria y en 1929 a Alemania, bajo el argumento que así se evitarían distintas
interpretaciones y se propendería a la expulsión inmediata del ordenamiento jurídico de la norma
declarada inconstitucional, con lo cual se crearon los tribunales constitucionales que duraron hasta
el inicio de la II Guerra Mundial.

El control concentrado está relacionado con el control abstracto que implica la evaluación de la
constitucionalidad de la norma independientemente de su aplicación a un caso concreto ; y el control
difuso se relaciona con el control concreto, porque se evalúa la constitucionalidad de la norma
segundaria en relación a un caso concreto, de allí que se ha planteado, para diferenciarlos, que al
modelo americano le correspondía el control difuso y concreto y al modelo europeo el control
concentrado y abstracto

Visto así el problema, encontramos que existen dos modelos tradicionales de control de
constitucionalidad, el americano (anglosajón) que utiliza el modelo difuso, también llamado
concreto; y el europeo (romano germánico) que utiliza el modelo concentrado, también llamado
abstracto. En algunas legislaciones, sin embargo, convergen ambos modelos para conformar
modelos mixtos o paralelos de control constitucional, fusionando aspectos de los dos sistemas . El
modelo es mixto cuando se fusionan los dos sistemas, el anglosajón y el romano germánico. El
modelo es paralelo cuando en un mismo ordenamiento jurídico se implementan los dos sistemas pero
guardan cada uno su autonomía, es decir, no se fusionan.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 21


MODELOS DE CONTROL CONSTITUCIONAL
DIFUSO/CONCRETO CONCENTRADO/ABSTRACTO MIXTO PARALELO
La evaluación de constitucionalidad de la
Cualquier juez o tribunal tiene
ley la realiza un solo organismo (Tribunal
facultad para evaluar la
Constitucional, Corte Constitucional, Sala
constitucionalidad de las Constitucional, etc.). Los jueces ordinarios
leyes. no tienen esta facultad. Se fusionan los dos Convergen los dos
La evaluación de sistema: Difuso y sistemas: Difuso y
constitucionalidad de la ley se Se evalúa la constitucionalidad de la Ley concentrado concentrado sin fusionarse
realiza en torno a un caso en independientemente de su aplicación a un
particular. El resultado solo caso concreto. La norma legal deja de
tiene efectos inter partes. La pertenecer al ordenamiento jurídico.
norma legal sigue vigente
Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional”, Tomo 3
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

En Ecuador no siempre ha existido el control de constitucionalidad, recién en la Constitución de


1945 se invoca el control constitucional institucional pero de manera retórica, pues en la práctica
nunca se perfeccionó. Anteriormente solo en la Constitución de 1869 se estableció un sistema de
control constitucional atribuido en la parte interpretativa al Congreso Nacional, y a la Corte Suprema
de Justicia la suspensión de la vigencia de las leyes consideradas contrarias a la Constitución.

Artículo 43 Constitución de 1869.- “Si se reservare el proyecto por haber sido objetado,
volverá a discutirse en la Legislatura siguiente; y si la mayoría de ambas Cámaras volviere
a aprobarlo como estaba, el Poder Ejecutivo lo sancionará necesariamente; pero si lo
aprobaren con variaciones o modificaciones, se tendrá como nuevo proyecto, observándose
los Artículos precedentes. Si a pesar de la insistencia de ambas Cámaras, el Ejecutivo
sostuviere que el proyecto es contrario a la Constitución, lo pasará a la Corte Suprema, la
cual se limitará a declarar si es o no contrario. En el último caso se promulgará y tendrá
fuerza de ley”.

Artículo 114 Constitución de 1869.- “Sólo el Congreso podrá resolver e interpretar las
dudas que ocurran en la inteligencia de alguno o algunos Artículos de esta Constitución; y lo
que se resuelva constará de una ley expresa”.

Luego vinieron largos años de ausencia de este control, hasta la Constitución de 1929, en que se
plantea otra vez el modelo mixto de control constitucional ejercido por la Corte Suprema y por el
legislativo, tal cual aconteció en la Constitución de 1869, veamos:

Artículo 67 de la Constitución de 1929.- “Cuando el Consejo de Estado, o el Poder


Ejecutivo, o ambos conjuntamente consideraren inconstitucional un proyecto de Ley o

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 22


Decreto, el Presidente de la República estará obligado a objetarlo y lo devolverá al Congreso
con las respectivas objeciones razonadas. Si el Congreso las encontrare aceptables, se
archivará el proyecto, pero si no las aceptare, lo remitirá a la Corte Suprema, la que deberá
emitir su dictamen dentro del plazo máximo de ocho días. Si también la Corte conceptuare
inconstitucional el proyecto, el Congreso no podrá insistir. En caso contrario, se procederá
de acuerdo con el trámite común prescrito en la Constitución”.

Artículo 163 de la Constitución de 1929.- “Sólo el Congreso tiene facultad de interpretar la


Constitución de un modo generalmente obligatorio y de resolver las dudas relativas a la
inteligencia de alguno o algunos de sus preceptos o declaraciones. Sólo al Congreso le
corresponde declarar si una Ley o Decreto Legislativo es o no inconstitucional”.

Aparte de lo expuesto, en esta Constitución también se instituyó por primera vez en la historia
constitucional ecuatoriana el concepto de Supremacía de la Constitución que en términos generales,
es el mismo que existe en la actualidad, a saber:

Artículo 161 de la Constitución de 1929.- “La Constitución es la Ley Suprema de la


República. Por tanto, no tendrán valor alguno las leyes, decretos, reglamentos, órdenes,
disposiciones, pactos o tratados públicos, que se opusieren a ella o alteraren, de cualquier
modo, sus prescripciones”.

Artículo 162 de la Constitución de 1929.- “La obligación primordial de toda autoridad, sea
del orden que fuere, es ajustar sus actos a la Constitución, cumpliendo y haciendo cumplir sus
disposiciones, en lo que le corresponda; pero no podrá negarse a cumplir o aplicar las leyes,
invocando que son inconstitucionales”.

Sin embargo de lo progresista de la Constitución de 1929, no fue sino hasta la Constitución de 1945,
que se crea un Tribunal Constitucional, denominándolo “Tribunal de Garantías Constitucionales”
con sus respectivas competencias entre las que se encontraban la de velar por el cumplimiento de la
Constitución y las leyes, las de emitir dictámenes sobre la constitucionalidad de los proyectos de ley,
la de suspender la vigencia de las normas jurídicas (Ley o Decreto) considerados inconstitucionales
por los jueces hasta que el congreso dictamine sobre su permanencia o no en el ordenamiento
jurídico. Este ejercicio de supremacía de la Constitución tuvo una duración efímera al ser suprimido
en la siguiente Constitución, la de 1946.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 23


Artículo 159 de la Constitución de 1945.- “Créase el Tribunal de Garantías
Constitucionales con jurisdicción en toda la República, integrado por los siguientes
miembros: a) Tres diputados elegidos por el Congreso; b) El Presidente de la Corte Suprema;
c) Un representante del Presidente de la República; d) El Procurador General de la Nación;
e) Un representante de los trabajadores, elegido conforme a la ley; y f) Dos ciudadanos
elegidos por el Congreso…”.

Artículo 160 de la Constitución de 1945.- “Son atribuciones y deberes del Tribunal de


Garantías Constitucionales: 1. Velar por el cumplimiento de la Constitución y las leyes, en
especial de las garantías constitucionales, excitando para ello al Presidente de la República
y a los demás funcionarios y autoridades del Poder Público; 2. Formular observaciones
acerca de los decretos, acuerdos, reglamentos y resoluciones que a su juicio se hubieren
dictado con violación de la Constitución o de las leyes, previa audiencia de la autoridad u
organismo que los hubieren expedido. Si las observaciones no fueren aceptadas por la
autoridad o el organismo afectado por aquéllas, el Tribunal las publicará por la prensa y las
presentará a consideración del Congreso, a fin de que resuelva sobre la inconstitucionalidad
o ilegalidad legadas; 3. Dictaminar acerca de la inconstitucionalidad de los proyectos de ley
o decreto, en el caso señalado en el Artículo 41; 4. Suspender la vigencia de una ley o precepto
legal considerados inconstitucionales, hasta que el Congreso dictamine acerca de ellos. Para
hacerlo, el Tribunal observará las reglas siguientes: a) Sólo podrá proceder a petición de un
juez o tribunal de última instancia; b) La suspensión se limitará a la disposición o
disposiciones consideradas inconstitucionales; y c) Deberá dar la resolución en el término
perentorio de veinte días contados desde la fecha en que reciba la solicitud. Si el Tribunal de
Garantías no resolviere dentro del término fijado en el inciso anterior, el juez o tribunal que
hizo la petición aplicará la ley vigente; 5. Conocer de las quejas que formule cualquier
persona, natural o jurídica, por quebrantamiento de la Constitución o de las leyes; preparar
la acusación contra los funcionarios responsables y, salvo lo dispuesto en la ley penal,
presentarla al Congreso para que éste, según los casos, los enjuicie u ordene enjuiciarlos;…”.

El Tribunal de Garantías Constitucionales, suprimido en la Constitución de 1946, volvió a ser


incorporado al constitucionalismo ecuatoriano en las Constituciones de 1967 (Art. 219) y en la de
1979 (Art. 214), pero como un órgano dependiente de la función legislativa, a quien debía informar
anualmente sobre su gestión.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 24


En 1997, entró en vigencia la Ley Orgánica de Control Constitucional que creó el Tribunal
Constitucional como un órgano independiente de cualquiera de las funciones del Estado, el mismo
que entre sus funciones conocía y resolvía demandas de inconstitucionalidad de leyes y demás
normas jurídicas y las demandas de inconstitucionalidad de actos administrativos emitidos por las
autoridades. Estas competencias le permitían suspender la vigencia de leyes y demás normas
jurídicas y dejar sin efecto los actos administrativos considerados inconstitucionales

Art. 3 de la Ley Orgánica de Control Constitucional de 1997.- “El Tribunal Constitucional


como órgano supremo del control constitucional, es independiente de las demás funciones del
Estado, goza de personería jurídica de derecho público, autonomía administrativa y
presupuestaria, tiene su sede en la Capital de la República y su jurisdicción se extiende a todo
el territorio nacional”.

Art. 12 de la Ley Orgánica de Control Constitucional de 1997.- “Son atribuciones y


deberes del Tribunal Constitucional: 1. Conocer y resolver las demandas de
inconstitucionalidad, por el fondo o por la forma, de leyes, decretos - leyes, decretos,
reglamentos y ordenanzas; y de ser el caso, suspender total o parcialmente sus efectos; 2.
Conocer y resolver las demandas de inconstitucionalidad de actos administrativos de
cualquiera autoridad pública; y si lo fueren, dejarlos sin efecto. El órgano administrativo
deberá adoptar las medidas necesarias para evitar que se repita la violación de la norma
constitucional;…”.

La tarea de control constitucional, en algunos casos, se desarrollaba en asocio con los jueces de
última instancia por lo ordenado en el numeral 6 de su Art. 12, que atribuía entre las competencias
del Tribunal Constitucional el “Conocer los informes que se le presenten sobre declaratorias de
inconstitucionalidad pronunciadas por las salas de la Corte Suprema de Justicia o por los demás
tribunales de última instancia; y resolver con carácter de obligatoriedad general la inaplicabilidad
de un precepto legal si fuere contrario a la Constitución. Tal resolución no tendrá efectos sobre el
fallo. Para el cumplimiento de lo prescrito en el inciso anterior, la sala de la Corte Suprema o el
respectivo tribunal de última instancia, remitirá al Tribunal Constitucional el correspondiente
informe, dentro de los siguientes treinta días de haberse ejecutoriado la sentencia o auto”.

Las disposiciones de la Ley Orgánica de Control Constitucional se vieron fortalecidas con la vigencia
de la Constitución de 1998, que en su Art. 274, estableció un sistema difuso de control constitucional
por el que los jueces, sin suspender la sustanciación procesal de un caso concreto,

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 25


podían inaplicar una norma jurídica por considerarla inconstitucional y comunicar de manera
inmediata al Tribunal Constitucional para que emita dictamen de constitucionalidad general y
obligatorio sobre la norma dejada de aplicar, sin que este dictamen afecte la causa, que motivó la
consulta.

Art. 274 de la Constitución de 1998. – “Cualquier juez o tribunal, en las causas que conozca,
podrá declarar inaplicable, de oficio o a petición de parte, un precepto jurídico contrario a
las normas de la Constitución o de los tratados y convenios internacionales, sin perjuicio de
fallar sobre el asunto controvertido. Esta declaración no tendrá fuerza obligatoria sino en las
causas en que se pronuncie. El juez, tribunal o sala presentará un informe sobre la
declaratoria de inconstitucionalidad, para que el Tribunal Constitucional resuelva con
carácter general y obligatorio”.

La Constitución de 2008, al tiempo de fortalecer el sistema de garantías constitucionales y las


competencias del órgano de control constitucional -Corte Constitucional- debilita el modelo de
control difuso y concreto de control constitucional, asegurando, de otro lado, el modelo concentrado
y abstracto de control de la constitucionalidad de las normas, pues, la actual Constitución solo faculta
a los jueces ordinarios que en la sustanciación de una causa, encuentren que una norma es
inconstitucional, para suspender la tramitación de la misma y solicitar un pronunciamiento del
órgano constitucional, es decir de la Corte Constitucional.

Art. 428 de la Constitución de 2008.- “Cuando una jueza o juez, de oficio o a petición de
parte, considere que una norma jurídica es contraria a la Constitución o a los instrumentos
internacionales de derechos humanos que establezcan derechos más favorables que los
reconocidos en la Constitución, suspenderá la tramitación de la causa y remitirá en consulta
el expediente a la Corte Constitucional, que en un plazo no mayor a cuarenta y cinco días,
resolverá sobre la constitucionalidad de la norma…”.

El sistema abstracto de constitucionalidad previsto en la Constitución vigente, está desarrollado en


la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional y en el Reglamento de
Sustanciación de Procesos de Competencia de la Corte Constitucional, que potencian dicho modelo,
otorgándole a la Corte Constitucional competencias exclusivas para ejercer el control de
constitucionalidad con la finalidad de garantizar la unidad y coherencia sistémica del ordenamiento
jurídico ecuatoriano. Veamos:

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 26


Art. 436 de la Constitución.- “La Corte Constitucional ejercerá, además de las que le
confiera la ley, las siguientes atribuciones:…2. Conocer y resolver las acciones públicas de
inconstitucionalidad, por el fondo o por la forma, contra actos normativos de carácter general
emitidos por órganos y autoridades del Estado. La declaratoria de inconstitucionalidad
tendrá como efecto la invalidez del acto normativo impugnado. 3. Declarar de oficio la
inconstitucionalidad de normas conexas, cuando en los casos sometidos a su conocimiento
concluya que una o varias de ellas son contrarias a la Constitución. 4. Conocer y resolver, a
petición de parte, la inconstitucionalidad contra los actos administrativos con efectos
generales emitidos por toda autoridad pública. La declaratoria de inconstitucionalidad tendrá
como efecto la invalidez del acto administrativo…”

Art. 74 de la LOGJCC.- “El control abstracto de constitucionalidad tiene como finalidad


garantizar la unidad y coherencia del ordenamiento jurídico a través de la identificación y la
eliminación de las incompatibilidades normativas, por razones de fondo o de forma, entre las
normas constitucionales y las demás disposiciones que integran el sistema jurídico”.

Art. 75 de la LOGJCC.- “Para ejercer el control abstracto de constitucionalidad, la Corte


Constitucional será competente para: 1. Resolver las acciones de inconstitucionalidad en
contra de: a) Enmiendas y reformas constitucionales. b) Resoluciones legislativas
aprobatorias de tratados internacionales. c) Leyes, decretos leyes de urgencia económica y
demás normas con fuerza de ley. d) Actos normativos y administrativos con carácter general.
2. Resolver las objeciones de inconstitucionalidad presentadas por la Presidenta o Presidente
de la República en el proceso de formación de las leyes. 3. Ejercer el control de
constitucionalidad en los siguientes casos: a) Proyectos de reformas, enmiendas y cambios
constitucionales. b) Convocatorias a referendo para reforma, enmienda y cambio
constitucional. c) Decretos que declaran o que se dictan con fundamento en los estados de
excepción. d) Tratados internacionales. e) Convocatorias a consultas populares, excepto
aquellas en las que se consulta la revocatoria del mandato. f) Estatutos de autonomía y sus
reformas. 4. Promover los procesos de inconstitucionalidad abstracta, cuando con ocasión de
un proceso constitucional, encuentre la incompatibilidad entre una disposición jurídica y las
normas constitucionales”.

Art. 65 del Reglamento de Competencias Sustanciación de Procesos de Competencia de


la Corte Constitucional.- “La Corte Constitucional ejercerá el control abstracto de

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 27


constitucionalidad, de conformidad con lo establecido en el artículo 75 de la Ley Orgánica
de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional y el presente Reglamento”.

Art. 80 del Reglamento de Competencias Sustanciación de Procesos de Competencia de


la Corte Constitucional.- “La Corte Constitucional efectuará el control abstracto y
automático de constitucionalidad de los tratados internacionales, de conformidad con lo
establecido en la Constitución y en los artículos 107 a 112 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional”

Según el Art. 75 de la LOGJCC, la Corte Constitucional tiene competencia para desarrollar control
abstracto de constitucionalidad en las acciones de inconstitucionalidad en contra de enmiendas y
reformas constitucionales, de resoluciones legislativas aprobatorias de tratados internacionales, de
leyes, decretos leyes de urgencia económica y demás normas con fuerza de ley y de actos normativos
y administrativos con carácter general; en las objeciones de inconstitucionalidad presentadas por la
Presidenta o Presidente de la República en el proceso de formación de las leyes; en los proyectos de
reformas, enmiendas y cambios constitucionales, en las convocatorias a referendo para reforma,
enmienda y cambio constitucional, en lo decretos que declaran o que se dictan con fundamento en
los estados de excepción, en los tratados internacionales, en las convocatorias a consultas populares,
excepto aquellas en las que se consulta la revocatoria del mandato y en los estatutos de autonomía
y sus reformas. También debe ejercer control de constitucionalidad cuando se promueve procesos de
inconstitucionalidad abstracta, con ocasión de un proceso constitucional y encuentre
incompatibilidad entre una disposición jurídica y las normas constitucionales.

Para el ejercicio del control abstracto de constitucionalidad, la Ley Orgánica de Garantías


Jurisdiccionales y Control Constitucional, en su Art. 76, establece los principios que lo rigen, a saber
y a manera de ejemplo:

Principio de Control Integral.- Por el cual la Corte Constitucional adquiere potestades


oficiosas para confrontar la norma jurídica impugnada incluso con normas constitucionales
no citadas por el peticionario, lo cual le permite al juez constitucional ejercer un control
integral de constitucionalidad al comparar la norma jurídica refutada con todos los principios
y reglas que la Corte crea menester, así no hayan sido citados por el acusador.

Principio de Presunción de Constitucionalidad.- Este principio obliga al juez constitucional


a que al iniciar la tarea controladora constitucionalmente hablando, parta de la presunción que

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 28


toda norma jurídica guarda armonía con los postulados constitucionales, para luego del análisis
correspondiente, determinar si la presención era verdadera, con lo cual se reafirma el carácter
constitucional de la misma y su mantenimiento en el ordenamiento jurídico; o si era falsa, con
lo cual se concluye en declarar su inconstitucionalidad y en consecuencia su expulsión del
ordenamiento jurídico.

Principio In Dubio Pro Legislatore.- Este es un principio ligado al Principio de Presunción


de Constitucionalidad, por el cual la Corte Constitucional tiene facultad para suprimir del
ordenamiento jurídico nacional una norma jurídica, cuando su contradicción con la
Constitución esté por demás clara y no permita la menor duda al respecto. Si la contradicción
de una norma jurídica con las normas constitucionales, no se aprecia con claridad, existiendo
duda razonable, se debe presumir su constitucionalidad en pro del Principio In Dubio Pro
Legislatore.

Principio de Conservación del Derecho.- Por este Principio, consagrado en el numeral 4 del
Art. 76 de la LOGJCC, el juez constitucional debe evitar al máximo la exclusión de una norma
del ordenamiento jurídico, para lo cual una alternativa válida es la de darle a la disposición
afectada una redacción que se amolde a los postulados constitucionales a fin de prescribir
únicamente a aquellas normas jurídicas que por su marcada inconstitucionalidad no puedan ser
corregidas, dejando como válidas, incluso, a las demás disposiciones del mismo cuerpo
normativo que no contraríen la norma suprema.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 29


Métodos y Reglas de Interpretación Constitucional

La Constitución no solo representa el acuerdo político de los integrantes de un Estado, sino y por
sobre todo, la base de las garantías y derechos ciudadanos (valores y principios) como limitantes del
poder, por lo que sus normas -que muchas veces se presentan con una estructura abierta, con lenguaje
técnico, impreciso o confuso- requieren una adecuada interpretación, que permita la acertada
comprensión de sus valores, principios y reglas.

Para desarrollar la tarea interpretativa el Derecho y de manera concreta el Derecho Constitucional,


se vale de la Hermenéutica, vocablo griego que significa “arte de interpretar textos” 5 o “saber
explicativo”6 y que en la antigua Grecia, permitió armonizar la Filosofía y el Antiguo Testamento a
través de preceptos interpretativos que pretendieron encontrar la autenticidad de los documentos.
En la Edad Media, la hermenéutica, permitió establecer la vinculación entre signos y significados y
pasó de encontrar la autenticidad de los textos a establecer el verdadero significado del mensaje
contenido en el texto, que para la Edad Media era el mensaje de Dios, de allí nacen los métodos de
interpretación literal, moral y anagógico. En la Edad Moderna la hermenéutica planteó la
diferenciación entre comprensión, explicación (interpretación) y aplicación, que a la época se
confundían dándoles un significado similar, ya que se pretendía interpretar un fenómeno sin
comprenderlo o conocerlo, con lo cual la verdad seguía oculta, pues las interpretaciones eran
antojadizas, sin ninguna base científica.

Por SIGNO se entiende aquello que es posible captar a través de los sentidos,
es decir, algo palpable, sensible, como por ejemplo cada una de las letras de
nuestro alfabeto.

Por SIGNIFICADO se entiende esa parte que encierra el signo, es decir, lo


que hay que descubrir por intermedio de su contexto o de la tradición y que
al cercarnos más a él, nos permite comprender el signo, por ejemplo: la letra
“a”, como signo puede tener una inmensa variedad de formas, pero como
significado, cualquiera de esas formas siempre designarán a la primera vocal
de nuestro alfabeto.
Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

5
https://www.significados.com/hermeneutica/
6
https://es.wikipedia.org/wiki/Hermenéutica

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 30


Con el desarrollo del positivismo jurídico se afianza el método de la interpretación atendiendo al
tenor literal de la norma, la que también se conoce como interpretación literal o gramatical, que
procura que las disposiciones jurídicas deben entenderse atendiendo el sentido que las palabras
tenían al momento de ser expedida la norma. Este método de interpretación tuvo su punto de quiebre
cuando entró en escena otra teoría de interpretación, que introdujo el criterio por el cual para la
explicación del contenido y alcance de la norma, también se debía considerar el pensamiento del
sujeto creador de la misma. Visto de otra manera, la interpretación deja de ser un asunto solo de los
textos jurídicos y se involucra también en el creador de los textos jurídicos, el legislador o creador
de la norma jurídica, a su espíritu, a su intención, estableciendo otra forma de interpretación, la
psicológica. Posteriormente la escuela alemana historicista, incluye dentro de la interpretación
psicológica al individuo como sujeto de la historia, constituyendo lo que se conoce como círculo
hermenéutico: Texto-sujeto-historia.

Los teóricos de la interpretación jurídica se dividen en quienes sostienen que la interpretación es un


acto de conocimiento; en quienes consideran que la interpretación es un acto de decisión; y en los
que afirman que la interpretación es un acto de creación del derecho, de estos criterios surgen las
teorías cognoscitivistas, escépticas y eclécticas, a saber:

Teorías cognoscitivistas
Para este grupo de teorías la interpretación es un acto intelectivo, de conocimiento, por el cual el intérprete descubre cuál
es la única solución jurídica posible aplicable al caso; es decir, parte de la suposición que se trata de una realidad (única
solución jurídica posible) externa al sujeto que puede ser verificada o no, y por tanto, de ella es posible enjuiciar su verdad
o falsedad. Estos acercamientos teóricos son propios del formalismo jurídico del siglo XIX, y dentro de ellos se pueden
ubicar tanto la escuela de la exégesis francesa como la jurisprudencia de conceptos alemana.
La exégesis, escuela que pervive hasta la actualidad, nació entre finales del siglo XVII y principios del XVIII asociada al
aparecimiento del Código Civil francés, sus planteamientos principales parten de tres premisas íntimamente relacionadas:
el Derecho equivale a la ley positiva (Código), la ley se conoce solo mediante las palabras y las proposiciones empleadas
en su escritura, y el ordenamiento jurídico es exacto, pleno, coherente y general. Con estas características, resulta evidente
que los criterios gramatical y lógico sean los más adecuados para la interpretación.

La escuela de la jurisprudencia de conceptos, cuyo origen se sitúa en la escuela histórica, consideró que el ordenamiento
jurídico es un todo orgánico donde cada norma está vinculada con las demás formando un sistema coherente, cuyos
conceptos deben ser identificados históricamente. Un verdadero sistema para Savigny no solo definirá y distinguirá los
principios del derecho, sino que ordena la vinculación y conexión entre los varios principios particulares. En esa medida,
el principal medio de construcción jurisprudencial será la deducción lógica desde conceptos jurídicos preexistentes, para
lo cual se plantea primero conocer un principio, definirlo y hacer distingos, utilizando la fidelidad genética: su camino;
luego se plantea la necesidad de establecer las vinculaciones internas de los principios. La actividad interpretativa utiliza
los criterios gramatical, lógico, histórico y sistemático.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 31


Teorías escépticas
Estas teorías surgen como cuestionamiento a las nociones de coherencia y completitud del sistema jurídico, pues
evidencian que un ordenamiento generalmente contiene una serie de lagunas y que el juez como aplicador del derecho
no puede solamente utilizar la ley como única fuente sino que debe acudir a otras fuentes sobre todo de carácter social.
Dentro de estos acercamientos teóricos se encuentra la escuela del Derecho Libre, de la jurisprudencia de intereses y
el realismo norteamericano.

La Escuela Libre de Investigación Científica intenta conectar al derecho positivo con otras fuentes del derecho como
son la jurisprudencia y la doctrina; para sus defensores, el sentido de la ley es de carácter práctico, orientado hacia su
aplicación en situaciones concretas, ante un caso específico si la ley no ofrece solución se debe recurrir a las otras
fuentes del derecho incluida la costumbre, y si esto no es suficiente se puede acudir a la libre investigación científica.

La escuela teleológica, introduce como novedad la preocupación por los fines del derecho. También denominada
jurisprudencia de intereses, da prioridad a la consideración de los fines de la norma y los intereses en conflicto, de tal
forma que los intereses sociales relevantes son los que orientarán la actividad interpretativa y de aplicación del derecho.
Parte de la afirmación de que el derecho no es completo, tiene lagunas, y estas deben ser llenadas por el intérprete
mediante una actividad creadora. Algunos autores de esta tendencia han llamado la atención sobre la necesidad de
considerar los efectos de la sentencia en la sociedad, por lo que mediante la labor de decisión del juez, él debe limitar
esos intereses.
El realismo norteamericano, más que teoría de la interpretación es considerado un acercamiento sociológico del derecho,
pues para sus defensores, la tesis principal es que el derecho más que estar conformado por las leyes lo está por las
decisiones de los jueces, en esa medida el derecho es lo que los jueces dicen que es. Como podrá deducirse fácilmente
esto supone que las decisiones de los jueces están sobre todo influenciadas por factores de carácter psicológico, político,
social o económico, es decir, los fallos son totalmente arbitrarios.
Dentro de este mismo grupo también está situado el denominado escepticismo moderado que considera a la
interpretación como un acto de decisión, no se trata entonces del juez frente a una única posible solución, sino que
habiendo una pluralidad de significados susceptibles de ser atribuidos a una disposición, el juez o intérprete debe
escoger entre uno de ellos. Es decir, si bien el significado no viene dado de antemano tampoco el juez es totalmente
arbitrario sino que debe decidir sobre algunos significados posibles.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Teorías eclécticas o intermedias


Este grupo de teorías renueva la discusión en torno al viejo principio in claris non fit interpretatio, según el cual se
hacía referencia a la ausencia de necesidad de interpretación en normas jurídicas que eran claras, solo que en la
actualidad se pone el énfasis no en que algunos casos requieren y otros no interpretación, sino en que a veces la
actividad interpretativa es una actividad cognitiva y otras decisional. Es decir, lo que se pone en cuestión es la línea
divisoria entre casos claros y casos oscuros. Uno de los principales expositores de este acercamiento es Hart quien
por medio de su tesis de la textura abierta de las normas diferencia entre un núcleo de certeza y una zona de
penumbra de aplicación de la norma de que se trate. Habrá casos a los cuales sea aplicable una determinada norma
con un significado específico, ya sea porque una vez seleccionado el significado resulte claro que constituye el
significado central de la disposición o porque el supuesto de hecho está incluido en el ámbito de aplicación de la
norma. Así mismo, habrá casos en los que ninguno de estos dos supuestos se verifique, que sea controvertible cuál
es el significado principal y que se dude de que el supuesto de hecho esté incluido en el ámbito de aplicación de la
norma, caso este último, en el que necesariamente se recurrirá a una decisión e inclusive creación del derecho.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 32


La interpretación constitucional tiene por objeto desentrañar una norma de rango constitucional para
explicar o declarar su sentido o alcance, pero teniendo en cuenta que la norma constitucional a más
de su estructura abierta tiene sus particularidades: Catálogo de derechos individuales y colectivos y
sus garantías; interdependencia de la parte axiomática, de la parte dogmática y de la parte orgánica,
etc., de allí que la interpretación constitucional debe procurar, por un lado, el reivindicar su carácter
normativo y por otro, el resolver casos concretos.

La tarea interpretativa de la constitución debe considerar la postura del interprete, sea que se ubique
en el ámbito del formalismo jurídico o en el campo del derecho material. Por el primero, se inclinan
los defensores del positivismo jurídico que utilizan los criterios gramaticales, lógicos, históricos y
sistemáticos y consideran que la Constitución está conformada por categorías formales y que de ser
reemplazadas por consideraciones materiales el intérprete se aleja del derecho y se sitúa en el campo
de la filosofía. Los que defienden las posiciones materiales consideran que la Constitución está
vinculada a un sistema de valores (axiomas) que la orientan (Preámbulo de la Constitución).

En Ecuador, la interpretación debe considerar el sentido que más se ajuste a la Constitución en su


integralidad y en caso de duda, se la debe interpretar en el sentido que más favorezca a la plena
vigencia de los derechos reconocidos en la Constitución y que mejor respete la voluntad del
constituyente.

Vale la pena referirse a la expresión “en caso de duda”, como se ve el principio a seguirse es el de integralidad de la
Constitución, ahora la duda solo sería posible cuando de esa interpretación acorde a la integralidad de la Constitución
surgieran varios posibles significados válidos, lo que ocasionaría una duda de qué significado es el más adecuado; ante esa
situación la ley le ofrece al intérprete una solución, que es la de que debe inclinarse por la interpretación —de las posibles,
acorde a la integralidad— que más se ajuste a la protección de los derechos y la voluntad del constituyente. El “y” es
conjuntivo, es decir, la interpretación de la que se trate tiene que cumplir con las dos condiciones, ser la que más proteja
los derechos y que respete la voluntad del constituyente. Esto en última instancia significa que si existiese una interpretación
que es más protectora de derechos constitucionales, pero respeta menos la voluntad del constituyente, no
sería la llamada a considerarse como interpretación final y premisa mayor de la aplicación.
Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Para la interpretación constitucional se deben tener presente los métodos y reglas establecidos en el
Art. 3 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, a saber:

1. Reglas de solución de antinomias, por las cuales, cuando existan contradicciones entre
normas jurídicas, se aplicará la competente, la jerárquicamente superior, la especial, o la
posterior.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 33


Cuando el sistema imputa consecuencias jurídicas distintas a un mismo supuesto de hecho estamos frente a una
antinomia.
Una antinomia puede generar tres supuestos:
a) contradicción entre mandato y prohibición; una norma ordena lo que otra prohíbe;
b) contradicción entre mandato y permiso negativo; una norma ordena lo que otra permite no hacer;
c) contradicción entre prohibición y permiso positivo; una norma prohíbe lo que otra permite hacer.
Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Regla de interpretación de normas compatibles


Si tomamos un asunto en el que entren en conflicto la libertad de expresión y el derecho a la honra,
encontramos que coexisten válidamente la libertad de expresión y el derecho a la honra como
normas constitucionales, no es que uno de ellos no sea válido, sino que siendo ambos válidos, en
el caso que se examine se debe relativizar el peso de alguno de ellos.
Regla de interpretación de norma competente
Las normas en conflicto dependen de una norma jerárquica superior que establece las
competencias; en esa medida, la norma incompetente es inválida por contradecir la norma superior
que establece las competencias de ambas. La justicia indígena no es competente para juzgar casos
de homicidios en atención que la sentencia No. 113-14-SEP-CC emitida por la Corte
Constitucional de Ecuador dentro del caso No. 0731-10-EP, determinó que la competencia para
juzgar homicidios es exclusiva de la justicia ordinaria.

Regla de interpretación de norma jerárquicamente superior


Una antinomia entre una norma inferior y una superior se resuelve a favor de esta última, es decir,
la norma inferior no podrá ser aplicada porque no es válida por contradecir la superior.
Regla de interpretación de norma especial
Un conflicto entre una norma general y una especial supone que esta última está incluida en el
ámbito más amplio de la general, pero con consecuencias jurídicas diferentes, entonces, se prefiere
la especial, porque caso contrario carecería de aplicación y sería una norma inútil.
Regla de interpretación de norma posterior
Tomando en cuenta el criterio cronológico, se aplicará la norma posterior sobre la anterior.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


Constitucional”, Tomo 1
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2. Principio de proporcionalidad, por el cual cuando existan contradicciones entre principios


o normas, y no sea posible resolverlas a través de las reglas de solución de antinomias, se
aplicará el principio de proporcionalidad. Para tal efecto, se verificará que la medida en
cuestión proteja un fin constitucionalmente válido, que sea idónea, necesaria para
garantizarlo, y que exista un debido equilibrio entre la protección y la restricción
constitucional.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 34


La proporcionalidad consiste en acreditar cierto equilibrio entre los beneficios y los perjuicios que se obtienen en
términos de derechos constitucionales al aplicar la norma de que se trate. En este punto se ha recogido la máxima
de Alexy que sostiene “cuanto mayor sea el grado de la no satisfacción o de la afectación de un principio, tanto
mayor tiene que ser la importancia de la satisfacción del otro” (Prieto Sanchís, Luis. Apuntes de Teoría del Derecho. Madrid,
2007, pp. 42-44).
Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

3. Ponderación, por el cual se deberá establecer una relación de preferencia entre los principios
y normas, condicionada a las circunstancias del caso concreto, para determinar la decisión
adecuada. Cuanto mayor sea el grado de la no satisfacción o de afectación de un derecho o
principio, tanto mayor tiene que ser la importancia de la satisfacción del otro.

La característica de la ponderación es que constituye una declaración de jerarquía relativa y momentánea de una
norma sobre otra, solo aplicable al caso concreto, no se trata de una declaración definitiva y en abstracto sobre
las normas en conflicto. Es decir, con la ponderación se declara la jerarquía superior (momentánea) de una de las
normas en conflicto sobre la otra, con lo que se está justificando la intervención —que debe ser proporcionada al
beneficio de la primera norma— en la norma derrotada.

El juicio de ponderación busca controlar que las intervenciones en el derecho o principio sacrificado en aras de
la jerarquía relativa del otro principio o derecho en cuestión, no signifiquen un sacrificio inútil de los derechos
constitucionales.
Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

4. Interpretación evolutiva o dinámica, por el cual, las normas se entenderán a partir de las
cambiantes situaciones que ellas regulan, con el objeto de no hacerlas inoperantes o
ineficientes o de tornarlas contrarias a otras reglas o principios constitucionales.

5. Interpretación sistemática, por el cual, las normas jurídicas deberán ser interpretadas a
partir del contexto general del texto normativo, para lograr entre todas las disposiciones la
debida coexistencia, correspondencia y armonía.

6. Interpretación teleológica, por el cual, las normas jurídicas se entenderán a partir de los
fines que persigue el texto normativo.

7. Interpretación literal, por el cual, cuando el sentido de la norma es claro, se atenderá su


tenor literal, sin perjuicio de que, para lograr un resultado justo en el caso, se puedan utilizar
otros métodos de interpretación.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 35


8. Por último, la interpretación de las normas jurídicas, cuando fuere necesario, se realizará
atendiendo los principios generales del derecho y la equidad, así como los principios de
unidad, concordancia práctica, eficacia integradora, fuerza normativa y adaptación.

La interpretación permite constatar la existencia de una antinomia o de una laguna, en ese sentido, antes de constatar
un conflicto entre normas habremos ya utilizado la interpretación. Precisamente a ese caso se refieren los numerales
4, 5, 6, 7 y 8 del artículo 3 de la ley, que son métodos de interpretación válida: sistemática, teleológica, literal y
evolutiva, mención especial merece este último, antes que un método es un principio, una opción por una de las
formas en que puede ser interpretado el derecho, entre la forma evolutiva o estática.
Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional”, Tomo 1
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Derecho Constitucional I Segunda Unidad 36


Principios de la Justicia Constitucional

La justicia constitucional ecuatoriana tiene como base fundamental una gran cantidad de principios
procesales que deben ser aplicados por todos los actores del accionar jurisdiccional, a saber:

Debido proceso.- En todo procedimiento constitucional se respetarán las normas del debido proceso
prescritas en la Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos.

Aplicación directa de la Constitución.- Los derechos y garantías establecidas en la Constitución


y en los instrumentos internacionales de derechos humanos, serán de directa e inmediata aplicación
por y ante cualquier servidora o servidor público, administrativo o judicial, de oficio o a petición de
parte.

Gratuidad de la justicia constitucional.- El acceso y el servicio de la administración de justicia es


gratuito, sin perjuicio de la condena en costas y de los gastos procesales a que hubiere lugar de
conformidad con el reglamento que la Corte Constitucional dicte para el efecto.

Inicio por demanda de parte.- Salvo norma expresa en contrario, los procesos se inician por
demanda de parte.

Impulso de oficio.- La jueza o juez tiene el deber de impulsar de oficio los procesos constitucionales
hasta llegar a su conclusión, salvo en los casos expresamente señalados en esta ley.

Dirección del proceso.- La jueza o juez deberá dirigir los procesos de forma activa, controlará la
actividad de los participantes y evitará las dilaciones innecesarias. En función de este principio, la
jueza o juez podrá interrumpir a los intervinientes para solicitar aclaraciones o repreguntar,
determinar el objeto de las acciones, encauzar el debate y demás acciones correctivas, prolongar o
acortar la duración de la audiencia.

Formalidad condicionada.- La jueza o juez tiene el deber de adecuar las formalidades previstas en
el sistema jurídico al logro de los fines de los procesos constitucionales. No se podrá sacrificar la
justicia constitucional por la mera omisión de formalidades.

Doble instancia.- Los procesos constitucionales tienen dos instancias, salvo norma expresa en
contrario.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 37


Motivación.- La jueza o juez tiene la obligación de fundamentar adecuadamente sus decisiones a
partir de las reglas y principios que rigen la argumentación jurídica. En particular, tiene la obligación
de pronunciarse sobre los argumentos y razones relevantes expuestas durante el proceso por las
partes y los demás intervinientes en el proceso.

Comprensión efectiva.- Con la finalidad de acercar la comprensión efectiva de sus resoluciones a


la ciudadanía, la jueza o juez deberá redactar sus sentencias de forma clara, concreta, inteligible,
asequible y sintética, incluyendo las cuestiones de hecho y derecho planteadas y el razonamiento
seguido para tomar la decisión que adopte.

Economía procesal.- En virtud de este principio, la jueza o juez tendrá en cuenta las siguientes
reglas:

Concentración.- Reunir la mayor cantidad posible de cuestiones debatidas, en el menor


número posible de actuaciones y providencias. La jueza o juez deberá atender simultáneamente
la mayor cantidad de etapas procesales.

Celeridad.- Limitar el proceso a las etapas, plazos y términos previstos en la ley, evitando
dilaciones innecesarias.

Saneamiento.- Las situaciones o actuaciones afectadas por la omisión de formalidades


pueden ser convalidadas por la parte en cuyo favor se establecen.

Publicidad.- Los procedimientos previstos en esta ley serán públicos, sin perjuicio de las medidas
especiales que tome la jueza o juez para preservar la intimidad de las personas o la seguridad del
Estado.

Iura novit curia.- La jueza o juez podrá aplicar una norma distinta a la invocada por los
participantes en un proceso constitucional.

Subsidiaridad.- Se tomarán en cuenta los demás principios procesales establecidos en la legislación


ordinaria, en la medida en que sean compatibles con la naturaleza del control constitucional.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 38


TEMA 2: El Nuevo Constitucionalismo Ecuatoriano

Si el neoconstitucionalismo es una metodología, una teoría y una filosofía del derecho que surge y se explica
históricamente como una apertura a los derechos humanos y a los principios de justicia en reacción a los horrores
fascistas, el modelo constitucional implícito en la actual Constitución ecuatoriana se entiende como una reacción
humanista a los abusos del modelo constitucional autoritario y empresarial que se desarrolló en nuestro país en los
últimos 20 años. No es una moda, sino la respuesta obvia a la crisis del paradigma que imperó en el país desde 1984
hasta 2006.

No hay que olvidar que el Estado empresarial que se estructuró en Ecuador, se caracterizó por una privatización
progresiva de lo público; la eliminación de la identidad entre lo público y lo estatal; el reemplazo de la ley por el
contrato como principal instrumento de regulación social; la sustitución del debate parlamentario que es reemplazado
por el lobby corporativo; la incapacidad creciente del Estado de garantizar jurídicamente los derechos, y especialmente
los derechos sociales, lo que trajo como resultado la total desestructuración política, social y económica de la región.
Ante esta crisis, en ciertos círculos académicos y políticos se comienza a plantear la necesidad de construir un nuevo
modelo estatal posneoliberal que saque al país de la postración profunda en la que se encontraba. El modelo
encontrado, que fue desarrollado ampliamente en las nuevas constituciones latinoamericanas desde 1988 conjuga los
principales postulados del garantismo constitucional europeo, con respuestas propias e imaginativas a los retos
políticos, sociales y culturales que se manifiestan en la región con ocasión de la inmensa movilización social contra
la implantación del modelo de economía social de mercado.

En ese sentido, el modelo constitucional ecuatoriano de 2008 participa de los elementos del modelo constitucional
postpositivista esbozados, con los siguientes elementos propios de la realidad constitucional local:
a) la adopción de un modelo de democracia participativa en reemplazo de la antigua democracia
representativa;
b) la constitucionalización de las modernas tendencias del derecho internacional de los derechos humanos;
c) el fortalecimiento del papel de los jueces y la función judicial dentro de la arquitectura constitucional;
d) la ampliación radical del sistema de garantías establecido en la Constitución;

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


Constitucional”, Tomo 1
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Democracia participativa
El primer rasgo relevante del nuevo paradigma constitucional nacional es el
reemplazo del esquema de democracia inorgánica propia de la tradición clásica
liberal, por un modelo de democracia participativa que sin renunciar a los
instrumentos de participación propios de la democracia representativa, los
complementa y los profundiza con mecanismos de democracia directa;
entendiendo por democracia directa aquel sistema político donde el ciudadano
participa directamente de las decisiones políticas que se toman en la sociedad,
sin que exista la mediación de ningún otro agente.

Como formas de expresión de la democracia participativa, las constituciones


latinoamericanas más avanzadas (Brasil, Colombia, Venezuela, Bolivia) y
dentro de ellas la Constitución ecuatoriana de 2008, establecieron mecanismos
como el voto programático, el referéndum, el cabildo abierto, la iniciativa
legislativa popular, la demanda popular de rendición de cuentas, e incluso, la
revocatoria del mandato de autoridades elegidas democráticamente, estas son
consideradas una herejía en el contexto del constitucionalismo estatalista
europeo.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 39


El derecho internacional de los derechos humanos en la nueva estructura
constitucional
El segundo elemento que permite diferenciar el nuevo modelo constitucional, respecto de los paradigmas clásicos
del constitucionalismo, es la constitucionalización de las modernas tendencias del derecho internacional de los
derechos humanos; proceso que ha conllevado importantes cambios tanto en la parte orgánica como en la parte
dogmática de la Constitución.
En el plano de las transformaciones dogmáticas, encontramos en el nuevo texto constitucional dos importantes
avances respecto del constitucionalismo anterior:

Primero, el reconocimiento de la primacía del derecho internacional de los derechos humanos frente a las
normas internas;

Segundo, la ampliación del catálogo de derechos, independientemente de su consagración formal.


Desde una óptica orgánica la nueva Constitución también ha introducido significativas innovaciones que afectan
la estructura del Estado. La principal transformación en este sentido ha sido la institucionalización de una Corte
Constitucional con funciones reforzadas, capaz no solo de constituirse en legisladores negativos, sino de crear y
aplicar nuevo derecho de origen jurisprudencial a partir del desarrollo de sus competencias de intérprete supremo y
autorizado de la Constitución.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


Constitucional”, Tomo 1
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El nuevo rol de los jueces en el modelo constitucional


Otro elemento que permite considerar al paradigma constitucional ecuatoriano como un aporte novedoso al
constitucionalismo latinoamericano y mundial es el fortalecimiento del papel de la función judicial dentro de la
arquitectura constitucional.
La asunción en la Constitución ecuatoriana del carácter normativo de la totalidad de sus disposiciones y la
centralidad que ha asumido la parte dogmática de los textos constitucionales, ha llevado a la aplicación directa
(sin mediación del legislador) de los preceptos constitucionales, con lo cual la jurisdicción ya no puede entenderse
como la simple sujeción del juez a la ley, sino que es fundamentalmente la interpretación de su significado, y en
ese sentido la ciencia jurídica ha dejado de ser mera descripción normativa para convertirse en análisis crítico del
derecho vigente, es decir, interpretación del sistema normativo a la luz de los principios y valores constitucionales.

Esta función es particularmente importante debido a que en la mayoría de los países de la región los jueces
ordinarios, antes solo preocupados de dirimir los conflictos jurídicos en sus respectivas áreas de especialidad, hoy
día se han convertido en jueces constitucionales mediante el ejercicio de las competencias respecto de las garantías
jurisdiccionales de los derechos.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 40


Transformación de la Teoría General de los Derechos.
Uno de los rasgos más interesantes del nuevo modelo constitucional ecuatoriano es la estructura novedosa
del sistema de garantía de los derechos constitucionales establecido por la Constitución de Montecristi. El
primer elemento que llama la atención del lector respecto de la teoría de los derechos, es la objetivación
de los derechos mediante su conversión en elementos objetivos del ordenamiento, de tal suerte que ya no
son únicamente límites (derechos subjetivos) al ejercicio del poder del Estado, sino que son además pilares
del funcionamiento de todo el Estado. Un segundo componente, que merece atención respecto del edificio
dogmático construido por la Constitución vigente en Ecuador, es la despersonalización de los derechos
que implica tanto la ampliación de la titularidad y de las garantías hacia comunidades, pueblos y
nacionalidades indígenas, como la “prosopopeya jurídica” de la naturaleza, que implica la personificación,
por primera vez en la historia jurídica de occidente de un objeto inmaterial indeterminado, elemento que
rompe con cualquier tradición dogmática en materia de derechos. Otro elemento importante en materia de
derechos que incorpora la nueva Constitución ecuatoriana es la desformalización del catálogo de derechos,
reconocidos constitucionalmente, que se produce con la incorporación a la Constitución de aquellos
derechos establecidos en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos. Otro avance sustantivo
respecto de la teoría clásica de los derechos constitucionales es la eliminación de la distinción entre
derechos individuales y colectivos, mediante la existencia de una posibilidad de ejercicio individual o
colectivo de cualquiera de los derechos establecidos en la Carta fundamental.

La Constitución de 2008 también establece tanto la directa e inmediata aplicación de todos los derechos
constitucionales como su plena justiciabilidad, lo que incluye su informalidad. Así mismo, otro de los
elementos novedosos del nuevo esquema constitucional en materia de derechos es la eliminación de la
jerarquía entre derechos que implica la plena normatividad y exigibilidad de todos los derechos incluyendo
los derechos económicos, sociales y culturales, y de los derechos colectivos de las nacionalidades, pueblos
y comunidades indígenas y afroecuatorianas.

Todos estos principios de aplicación de los derechos son ampliados y complementados por la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, que profundiza y reglamenta estos
principios cuando establece un conjunto de principios adicionales de aplicación de la justicia constitucional
entre los que se destacan: la regla de la aplicación más favorable a los derechos, el de optimización de los
principios constitucionales; la obligatoriedad del precedente constitucional y la prohibición de denegación
de justicia constitucional, así como la aclaración necesaria del carácter vinculante de la jurisprudencia
como fuente del derecho.

En cuanto a la primera, se trata del mismo principio de interpretación conforme a la Constitución, según
el cual cuando existan dos o más normas o interpretaciones que se ajusten al caso se debe escoger aquella
que esté más acorde con el texto íntegro de la Constitución y que proteja mejor los derechos
constitucionales. Respecto de la optimización de los principios constitucionales, esta consiste en que la
creación, interpretación y aplicación del derecho en el ordenamiento ecuatoriano siempre deberá orientarse
a conseguir materialmente la eficacia de la Constitución y particularmente de sus principios y valores.
En cuanto a la obligatoriedad del precedente, este consiste en que los criterios hermenéuticos establecidos
por la Corte Constitucional en sus dictámenes y sentencias son fuente directa del derecho y tienen fuerza
vinculante, de tal suerte que una vez establecido, la Corte solo podrá alejarse de él argumentando de
manera fuerte las razones del alejamiento, teniendo como único límite la garantía de la progresividad de
los derechos y la del modelo de Estado. En lo que atañe a obligatoriedad de administrar justicia
constitucional de acuerdo con este principio no se puede denegar justicia constitucional alegando falta de
norma, oscuridad de la ley o contradicciones entre normas o principios.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


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Derecho Constitucional I Segunda Unidad 41


Reconocimiento del carácter plurinacional del Estado ecuatoriano
El último rasgo relevante del nuevo modelo constitucional ecuatoriano, que comparte con la mayoría de las
últimas constituciones del subcontinente, es el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado con el
consecuente reconocimiento de mecanismos jurídicos para preservar y potenciar las diferencias culturales,
sociales y políticas de las comunidades y pueblos étnica o culturalmente diferenciados.

Es a partir de 1988 cuando, por obra de los múltiples movimientos y luchas indígenas y de las recomendaciones
hechas por Naciones Unidas, Brasil introdujo por primera vez en su ordenamiento constitucional el
reconocimiento de las formas de organización social, costumbres, lenguas, creencias y los derechos originarios
sobre las tierras que tradicionalmente ocupan los indígenas. En toda América Latina han sobrevenido profundas
transformaciones constitucionales relativas a la garantía de derechos especiales para los pueblos indígenas lo
cual ha implicado un importante esfuerzo de adecuación, no solo en el plano institucional sino especialmente
en relación con la propia dogmática de la Constitución que ha debido centrar sus esfuerzos en el diseño e
implementación de una nueva teoría de la interpretación constitucional que, sin perder su propia naturaleza, dé
respuestas adecuadas a los retos que el reconocimiento del pluralismo étnico y cultural presenta frente a la
concepción tradicional del derecho a la igualdad que han propugnado los defensores de la noción clásica del
Estado-nación, especialmente aquellos juristas positivistas que creen de manera radical en la concepción
monista del derecho, y que por tanto, identifican y reducen la noción de ordenamiento jurídico al derecho
positivo estatal.

La principal consecuencia jurídico-constitucional de este reconocimiento la encontramos en la modificación


sustancial del sistema de fuentes, transformación que ha implicado hacer visibles y dotar de pleno valor jurídico
a los distintos sistemas de derecho que coexisten y se yuxtaponen al interior de estos ordenamientos jurídicos.
Así, por ejemplo, en el caso ecuatoriano, el pluralismo jurídico reconocido en beneficio de los pueblos
indígenas, implica la vigencia de tres órdenes normativos o sistemas de derecho que tienen como característica
el ser diferentes y complementarios:
La legislación general, aplicable a todos los habitantes del Ecuador, y en tal virtud a los pueblos
indígenas, que en su calidad de ciudadanos gozan de todos los derechos y están sujetos a similares
obligaciones de los demás nacionales;
La legislación especial indígena, que se ha desarrollado como una medida de discriminación positiva
favorecedora del principio de igualdad, y que está compuesta por los instrumentos internacionales que
versan sobre derechos de los pueblos indígenas y demás grupos étnicos, y por normas constitucionales,
legales y reglamentarias que establecen un conjunto de derechos y garantías especiales en beneficio de
los pueblos indígenas apelando a la realidad de las diferencias culturales existentes entre la cultura
mayoritaria y las culturas originarias;
Los sistemas jurídicos propios, que como lo hemos dicho, en el caso ecuatoriano constituyen sistemas
de derechos reconocidos constitucionalmente, y en esa medida aplicables en los territorios indígenas,
los cuales están integrados por las normas, instituciones, usos, costumbres, procedimientos y métodos
de control y regulación social propios de la tradición cultural de cada una de las nacionalidades y
pueblos indígenas.

Fuente: “Apuntes de Derecho Procesal


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Derecho Constitucional I Segunda Unidad 42


Poder Constituyente y Poder Constituido

Resulta imprescindible destacar la relevancia que en nuestro sistema constitucional adquiere la distinción
conceptual entre el poder constituyente (originario y derivado) y el poder constituido (ejercido por los órganos
diseñados por la Constitución).
El poder constituyente originario es aquel que tiene lugar cuando se dicta la primera Constitución del Estado
o la Constitución que sucede a un proceso revolucionario, siendo esencialmente incondicionado en
procedimiento y contenido (a excepción de lo que surja de pactos o convenios preconstituyentes reconocidos
como tales por los autores de la Norma Fundamental).

El poder constituyente derivado es aquel que se ejerce para modificar total o parcialmente la Constitución
vigente, debiendo cumplir con el procedimiento y —en caso de haberlos— los límites temáticos
preestablecidos al momento de habilitarse su ejercicio.

El poder constituido es el que ejerce regularmente el Estado, por medio de las ramas legislativa, ejecutiva y
judicial, teniendo como límite inexcusable el respeto a la Constitución.

La distinción entre poder constituyente y poder constituido es una de las ficciones jurídicas más significativas
de los sistemas constitucionales contemporáneos; surge con la secularización del poder político y con el
triunfo de las revoluciones burguesas. Las raíces de esta distinción pueden leerse en el famoso panfleto de
Emmanuel Sièyes titulado “¿Qué es el Tercer Estado?”, escrito al calor de la Revolución Francesa de 1789.

Si la fuente del poder político ya no será Dios (y su expresión terrenal no será el monarca, que
gobernaba sin tener que dar explicaciones a los gobernados, tornando irrelevante la diferencia entre
un poder organizador y un poder de aplicación), sino que en adelante será el pueblo —manifestado
por medio de sus representantes— entonces será necesario establecer las reglas de juego del
funcionamiento institucional por medio de diferenciaciones conceptuales y jerárquicas entre las
distintas expresiones jurídicas del poder, tales como la Constitución, la ley, los reglamentos, la
sentencia, etc. y sus correlativos sujetos responsables: el representante-constituyente, el representante-
legislador, el representante o funcionario-administrador, el funcionario-juez, etc. Pues si bien desde
una perspectiva fenomenológica puede resultar difícil distinguir hoy entre un reformador constitucional
y un diputado (en definitiva se trata de representantes elegidos por el pueblo que ejercen una función
normativa por un período limitado, pudiendo incluso ser una misma persona quien desempeñe ambos
cargos en el tiempo), desde una perspectiva constitucional la diferencia entre uno y otro es abismal. El
poder constituyente es el que dice cuáles son las reglas básicas de la convivencia y cuáles podrán
modificarse (y de qué manera) en el futuro y el poder constituido es el
que aplica tales reglas, pudiendo innovar dentro del estricto marco establecido por aquel.

Fuente: https://www.juezrosatti.com.ar/doctrina-
judicial?l=32
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Un gran sector de la doctrina constitucional determina dos tipos de Poder Constituyente:


El Poder Constituyente Originario, que es el poder que elabora una Constitución, el que se puede ejercer
de manera primigenia, es decir cuando se da por primera vez una Carta Fundamental, o porque se desea
reemplazar la vigente por una nueva. Es un poder en principio ilimitado, con plenos poderes y
competencias para elaborar o reformar la Constitución.

El Poder Constituyente Derivado, que tiene la facultad de reformar la Constitución elaborada por el
poder constituyente originario, no de dictar una nueva. Es un poder que deriva de la Constitución, por lo
que no es ilimitado positivamente como el Poder Constituyente Originario. Dicho poder debe someterse
a los procedimientos establecidos en la propia Carta Primera.

Fuente: Teoría de la Constitución


Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 43


La Teoría del Poder Constituyente se ha centrado en identificar lo que podríamos definir como señales características de
la legitimidad, que nos permitan decidir con una cierta seguridad cuándo un Poder Constituyente puede ser calificado
como legítimo y cuándo no. Dichas señales son la titularidad del Poder Constituyente y el proceso a través del cual dicho
poder debe expresarse.

La titularidad del Poder Constituyente, de acuerdo a la teoría y la práctica del Poder Constituyente, aparece conectada con
la afirmación de la soberanía nacional; en otras palabras, el Poder Constituyente es el instrumento a través del cual se hace
realidad una determinada concepción de soberanía. La decisión popular es condición necesaria del proceso
constituyente y como consecuencia, es el pueblo el titular del Poder Constituyente.

Por su parte, el proceso constituyente debe ser un proceso democrático, es decir, el resultado final del ejercicio real y
efectivo del Poder Constituyente ha de ser la construcción de un orden político de la igualdad y la libertad. No obstante,
para este proceso deben extremarse las garantías en lo que a la manifestación de voluntad de los ciudadanos en este
proceso se refiere.

Por lo general el proceso constituyente tiene que pasar por las siguientes etapas:
Afirmación inequívoca del nuevo principio de legitimidad. Si el Poder Constituyente tiene que ser ejercido es porque
el antiguo orden político y jurídico de la comunidad ha dejado de ser legítimo y bajo él resulta imposible la
convivencia pacífica de los ciudadanos.
Establecimiento de un sistema de libertades públicas que permita la participación política de todos los ciudadanos,
así como el enfrentamiento entre los diferentes proyectos de ordenación futura del Estado que pueda existir, de tal
manera que los ciudadanos puedan optar por unos u otros.

Promulgación de una legislación electoral que permita la formación de una Asamblea Constituyente libremente
elegida.
Constitución de la Asamblea Constituyente y elaboración parlamentaria de la Constitución. Tiene que hacerse a
través de un procedimiento público y contradictorio que permita contrastar ante la opinión pública.

Ratificación popular en referéndum. Los ciudadanos deben poder pronunciarse sobre la interpretación parlamentaria
de la voluntad constituyente manifestada por ellos en las urnas, ratificando o no el proyecto de constitución aprobado
por la Asamblea Constituyente.

Según Sieyés, a diferencia del gobierno que no puede pertenecer más que al derecho positivo, el Poder Constituyente
es una realidad de derecho natural que no puede estar sometida a ninguna Constitución, y por el contrario, es ella la
que establece y cambia las constituciones sin estar sometida a ninguna regla anterior. De ahí el carácter previo del
Poder Constituyente respecto de todos los poderes constituidos y su primacía sobre ellos.

A partir de ello, es conveniente diferenciar entre Poder Constituyente y poder constituido. El primero es autónomo y
carece de límites, es decir, basta que su voluntad aparezca para que todo el derecho positivo cese. Los poderes
constituidos, por el contrario, sí están sometidos a su manifestación de voluntad y tienen que adecuar su conducta a
lo que la Constitución establezca.

En efecto, queda claro que, en cuanto poder creador, el Poder Constituyente es único en su género, y que de él derivan,
a través de la Constitución, los llamados poderes constituidos o creados, es decir, los órganos Ejecutivo, Legislativo,
Judicial y los demás de naturaleza constitucional. Los poderes constituidos, por consiguiente, deben su origen, su
fundamento y el ejercicio de sus competencias a la obra del Poder Constituyente, esto es, a la Constitución.

En caso de que los poderes constituidos pretendieran distorsionar el marco de las atribuciones que les ha conferido la
Constitución, estarían desconociendo la voluntad del poder creador e invadiendo competencias que, por principio, se
encuentran totalmente vedadas. Consecuentemente, que el Poder Constituyente no pueda ser desconocido por los
poderes constituidos, depende, en buena medida, de que la Constitución haya establecido sobre ellos un sistema de
limitaciones explícitas en su ejercicio y un adecuado sistema de control que asegure el cumplimiento de tales límites.
En conclusión, podemos recordar lo que en su momento señaló Emmanuel Sieyés: “El Poder Constituyente es un
plenipotenciario del pueblo, mientras que los poderes constituidos sólo son portavoces o hacedores de una tarea
regulada en sus lineamientos por la propia Constitución”.

Fuente: Teoría de la Constitución


Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 44


Nuestro sistema constitucional en sus artículos 441 y 442 prevé procesos rígidos sea para enmienda
o sea para reforma constitucional, siendo la Corte Constitucional el único órgano que califica si lo
que procede a un caso concreto es una enmienda o una reforma (Art. 443 de la Constitución).

Procede la enmienda cuando se trate de corregir uno o varios artículos de la Constitución sin alterar
su estructura fundamental, o el carácter y elementos constitutivos del Estado; que no establezcan
restricciones a los derechos y garantías, o que no modifiquen el procedimiento de reforma de la
Constitución y se realizará sea mediante referéndum solicitado por la Presidenta o Presidente de la
República, o por la ciudadanía con el respaldo de al menos el ocho por ciento de las personas inscritas
en el registro electoral; sea por iniciativa de un número no inferior a la tercera parte de los miembros
de la Asamblea Nacional. El proyecto se tramitará en dos debates; el segundo debate se realizará de
modo impostergable en los treinta días siguientes al año de realizado el primero. Se debe votar
artículo por artículo y no por bloque de artículos. La enmienda sólo se aprobará si obtiene el respaldo
de las dos terceras partes de los miembros de la Asamblea Nacional.

Procede la reforma, siempre y cuando no suponga una restricción en los derechos y garantías
constitucionales, ni modifique el procedimiento establecido para la reforma constitucional. Se realiza
por iniciativa de la Presidenta o Presidente de la República, o a solicitud de la ciudadanía con el
respaldo de al menos el uno por ciento de ciudadanas y ciudadanos inscritos en el registro electoral,
o mediante resolución aprobada por la mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional.
La iniciativa de reforma constitucional será tramitada por la Asamblea Nacional en al menos dos
debates. El segundo debate se realizará al menos noventa días después del primero. Una vez aprobado
el proyecto de reforma constitucional se convocará a referéndum dentro de los cuarenta y cinco días
siguientes, que aprobará la reforma si cuenta con al menos la mitad más uno de los votos válidos
emitidos. Una vez aprobada la reforma en referéndum, y dentro de los siete días
siguientes, el Consejo Nacional Electoral dispondrá su publicación.

En términos procedimentales la diferencia entre la enmienda y la reforma es que


en el caso de la primera es posible hacerla por vía de un simple trámite
parlamentario, sin consultar a la ciudadanía; mientras que la segunda requiere la
aprobación de todos los electores en un referéndum vinculante.

Fuente: Diario El Comercio https://www.elcomercio.com/opinion/enmienda-reforma-


columnista-cesarmontufar.html Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Por su parte, el procedimiento para constituir una Asamblea Constituyente (Poder Constituyente)
que apruebe una nueva Constitución está previsto en el Art. 444 de la Constitución que prevé que

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 45


se debe convocar mediante consulta popular, solicitada bien por la Presidenta o Presidente de la
República, bien por las dos terceras partes de la Asamblea Nacional, bien por el doce por ciento de
las personas inscritas en el registro electoral. La consulta deberá incluir la forma de elección de las
representantes y los representantes y las reglas del proceso electoral. La nueva Constitución, para
su entrada en vigencia, requerirá ser aprobada mediante referéndum con la mitad más uno de los
votos válidos.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 46


Neoconstitucionalismo

En esta parte, desde la perspectiva de Roberto Viciano Pastor7 y de Rubén Martínez Dalmau8, vamos
a establecer una diferenciación entre neoconstitucionalismo y nuevo constitucionalismo.

El neoconstitucionalismo, como indica Carbonell, pretende explicar este conjunto de textos constitucionales que comienzan
a surgir a partir de la década de los setenta. Son constituciones que no se limitan a establecer competencias o a separar a los
poderes públicos, sino que contienen altos niveles de normas materiales o sustantivas que condicionan la actuación del Estado
por medio de la ordenación de ciertos fines y objetivos. Se aluden como constituciones representativas la española de 1978
o la brasileña de 1988.

El neoconstitucionalismo pretende, sin ruptura, convertir al Estado de derecho en el Estado constitucional de derecho. La
presencia hegemónica de los principios como criterios de interpretación en el constitucionalismo ha sido, como afirma Sastre,
la principal herramienta de ataque del neoconstitucionalismo al positivismo jurídico. “Estos principios, que aspiran a conceder
unidad material al sistema jurídico aunque estén presididos por el pluralismo, han hecho inservibles las tesis mecanicistas de
la interpretación, que era uno de los pilares del positivismo teórico”.
El neoconstitucionalismo está caracterizado por una Constitución invasora, por la positivización de un extenso catálogo de
derechos, por la omnipresencia en la Constitución de principios y reglas, y por la determinación de que la interpretación y la
aplicación de las normas constitucionales no puede ser la misma que la de las normas legales.

Se trata, en definitiva, de recuperar la centralidad de la Constitución en el ordenamiento jurídico y fortalecer su presencia


determinadora en el desarrollo e interpretación del mismo.

el nuevo constitucionalismo asume las posiciones del neoconstitucionalismo sobre la necesaria impregnación
constitucional del ordenamiento jurídico pero su preocupación no es únicamente la dimensión jurídica de la Constitución
sino, incluso en un primer orden, la legitimidad democrática de la Constitución. En efecto, si el constitucionalismo es el
mecanismo por el que la ciudadanía determina y limita el poder público, el primer problema del constitucionalismo debe
ser garantizar la traslación fiel de la voluntad del poder constituyente (del pueblo) y certificar que solo la soberanía
popular, directamente ejercida, sea la que pueda determinar la generación o la alteración de las normas constitucionales.

El nuevo constitucionalismo busca analizar, en un primer momento, la fundamentación de la Constitución, es decir, su


legitimidad, que por su propia naturaleza solo puede ser extrajurídica. Posteriormente –como consecuencia de aquella–
interesa la efectividad de la Constitución, con particular referencia –y en ese punto se conecta con los postulados
neoconstitucionalistas– a su normatividad. Desde el axioma democrático, el fundamento de la constitucionalización del
ordenamiento jurídico solo puede encontrarse en que la Constitución es fruto del mandato del poder constituyente, que
reside en el pueblo, y refleja su voluntad. Por esa razón, el Estado constitucional solo puede ser el Estado regido por una
Constitución legitimada directamente por la ciudadanía, no por sus representantes.

El neoconstitucionalismo es, en consecuencia, una teoría del derecho, pero solo subsidiariamente y en la medida en que
la Constitución rige el resto del ordenamiento jurídico; mientras que el nuevo constitucionalismo es, principalmente,
una teoría (democrática) de la Constitución y entiende que, para que tenga efectiva vigencia el Estado constitucional no
basta con la mera comprobación de que se ha seguido el adecuado procedimiento constituyente y que se han generado
mecanismos que garantizan la efectividad y normatividad de la Constitución. Defiende que el contenido de la
Constitución debe ser coherente con su fundamentación democrática, es decir que debe generar mecanismos para la
directa participación política de la ciudadanía, debe garantizar la totalidad de los derechos fundamentales incluidos los
sociales y económicos, debe establecer procedimientos de control de constitucionalidad que puedan ser activados por la
ciudadanía y debe generar reglas limitativas del poder político, pero también de los poderes sociales, económicos o
culturales que, producto de la Historia, también limitan el fundamento democrático de la vida social y los derechos y
libertades de la ciudadanía.

Fuente: Política, Justicia y Constitución


Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

7
Doctor de derecho constitucional y catedrático de derecho constitucional, Universitat de València. Titular de la cátedra Jean Monnet sobre Instituciones Comunitarias.
Preside la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS).
8
Doctor en derecho, investigador del departamento de derecho constitucional, ciencia política y de la administración, Universitat de València.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 47


Nuevo constitucionalismo latinoamericano
Fuente: Política, Justicia y Constitución
Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

El nuevo constitucionalismo latinoamericano, se diferencia respecto del constitucionalismo anterior, en el campo


de la legitimidad, por la naturaleza de las asambleas constituyentes. Desde las constituciones fundacionales
latinoamericanas –que, por otro lado, fueron más cercanas al liberalismo conservador que al revolucionario–
América Latina había carecido de procesos constituyentes ortodoxos –esto es, plenamente democráticos– y, en
cambio, había experimentado en multitud de ocasiones procesos constituyentes conducidos exclusivamente por las
élites y alejados de la naturaleza democrática propia del auténtico poder constituyente. La evolución posterior del
constitucionalismo latinoamericano del siglo XX, anterior a las nuevas constituciones, se fundamentó en el
nominalismo constitucional y, con ello, en la falta de una presencia efectiva de la Constitución en el ordenamiento
jurídico y en la sociedad. En general, las constituciones del viejo constitucionalismo no cumplieron más que los
objetivos que habían determinado las élites: la organización del poder del Estado y el mantenimiento, en algunos
casos, de los elementos básicos de un sistema democrático formal.
Por razones directamente relacionadas con las necesidades sociales y la falta de salidas democráticas, y con
precedentes en varios intentos constituyentes latinoamericanos que finalmente fallaron en su legitimidad, los nuevos
procesos constituyentes latinoamericanos tuvieron su inicio en Colombia a principios de la década de los noventa,
pero fruto de reivindicaciones sociales anteriores. El proceso colombiano ya contó con las principales características
del nuevo constitucionalismo en cuanto a la legitimidad de origen: respondió a una propuesta social y política,
precedida de movilizaciones que demostraban el factor necesidad, y se articuló en una asamblea constituyente,
plenamente democrática. Sin embargo, por tratarse de un primer momento de una nueva construcción teórica y
práctica, el proceso careció del referéndum de ratificación popular que resulta el aspecto nuclear de legitimación
de la Constitución. Ello no quiere decir que no se planteará esa posibilidad, sino que no consiguió imponerse. De
hecho, Angulo se retrotrae a mediados de la década de los ochenta, para determinar el momento en que comenzaron
a aparecer en diferentes sectores de la opinión pública la necesidad (y, por lo tanto, la posibilidad) de convocar un
referéndum para aprobar la Constitución.

La activación directa de la asamblea constituyente no estaba prevista, desde luego, en la Constitución colombiana
de 1886, todavía vigente –con sus enmiendas– a las puertas del siglo XXI. En esas condiciones se produjo el
movimiento de la séptima papeleta, mediante el cual se invitaba “al electorado a pronunciarse sobre la convocatoria
de una Asamblea Constitucional para reformar la carta política, mediante la utilización de una papeleta de votación,
entonces mecanismo utilizado, que debía ser introducida en las urnas en las elecciones del 11 de marzo de 1990”.
El resto es bien conocido: el proceso constituyente colombiano culminó con la Constitución de 1991.

El elemento de necesidad del proceso constituyente colombiano y la situación de emergencia en la que vivía el país
se tradujeron en el propio decreto legislativo n.º 1926, de 24 de agosto de 1990, cuando exponía que los hechos
“demuestran a las claras que las instituciones tal como se encuentran diseñadas no son suficientes para enfrentar
las diversas formas de violencia a las que tienen que encarar […] (Estas) han perdido eficacia y se han vuelto
inadecuadas, se han quedado cortas para combatir modalidades de intimidación y de ataque no imaginadas siquiera
hace pocos años, por lo que su rediseño resulta una medida necesaria para que las causas de perturbación no
continúen agravándose”. Finalmente, y a pesar de los obstáculos y de la apropiación por parte de sectores políticos
tradicionales de buena parte del proceso, la Constitución colombiana de 1991 se reivindicó como un texto
constitucional fuerte, capaz de cambiar de forma decisiva el devenir del país. No en vano, el proceso constituyente
colombiano de 1990-1991 ha sido calificado como el inicio de verdadero constitucionalismo colombiano.

A la experiencia colombiana, después de la adulteración del procedimiento constituyente en el Perú fujimorista, le


siguió la experiencia ecuatoriana de 1998, donde la falta de un referéndum final sobre el texto constitucional, así
como, especialmente, el conflicto entre la asamblea constituyente y los poderes constituidos, debilitaron la
legitimidad de la nueva Constitución, que tuvo que ser abrogada por un nuevo proceso constituyente diez años
después.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 48


Donde puede afirmarse con rotundidad que se produjo el primer proceso constituyente conforme a
los requisitos marcados por el nuevo constitucionalismo, rescatando la originaria teoría democrática
de la Constitución, fue en Venezuela en 1999. En dicho proceso no solo se dieron los elementos
centrales de los procesos constituyentes ortodoxos –referéndum activador del proceso constituyente
y referéndum de aprobación del texto constitucional incluidos–, sino que se vislumbraron con nitidez
tanto la necesidad constituyente, manifestada en la crisis social y política de finales de los ochenta
y la década de los noventa, como la exigencia de rigidez para la reforma del nuevo texto
constitucional, que excluyó la posibilidad de que pudiese ser reformada por el poder constituido.

Una nueva fase, sin duda, de los procesos constituyentes latinoamericanos, caracterizada en particular por
elementos formales de las constituciones, la conforman los dos procesos que tuvieron lugar como
continuación de aquellos: el ecuatoriano de 2007-2008, cuyo texto se caracteriza principalmente por la
innovación en el catálogo de derechos y por la definición del Estado como Estado constitucional; y el
boliviano de 2006-2009, el más difícil de todos los habidos, y cuyo resultado, la Constitución boliviana de
2009, es seguramente uno de los ejemplos más rotundos de transformación institucional que se ha
experimentado en los últimos tiempos, por cuanto avanza hacia el Estado plurinacional, la simbiosis entre
los valores poscoloniales y los indígenas, y crea el primer Tribunal Constitucional elegido directamente por
los ciudadanos del país.

Cada una de las experiencias constituyentes mencionadas se conforma en sí misma como un modelo
teórico-práctico diferente del resto de los procesos constituyentes. Pero todas ellas cuentan con un
denominador común que, para el análisis realizado en esta sede, es necesario resaltar: asumen la
necesidad de legitimar la voluntad social de cambio mediante un intachable proceso constituyente de
hechura democrática y, aunque los resultados son en buena medida desiguales, consiguen aprobar
constituciones que apuntan, en definitiva, hacia el Estado constitucional.
Teoría y práctica se unen, por lo tanto, en el nuevo constitucionalismo latinoamericano.

Cuatro son las características formales que más han caracterizado al nuevo constitucionalismo latinoamericano:
➢ Su contenido innovador (originalidad)
➢ La ya relevante extensión del articulado (amplitud)
➢ La capacidad de conjugar elementos técnicamente complejos con un lenguaje asequible (complejidad)
➢ La activación del poder constituyente del pueblo ante cualquier cambio constitucional (rigidez).

Originalidad
Ante la inhabilidad del viejo constitucionalismo para resolver problemas fundamentales de la sociedad, el nuevo
constitucionalismo ha sido capaz de construir una nueva institucionalidad y determinadas características que, finalmente,
cuentan como finalidad promover la integración social, crear un mayor bienestar y –posiblemente el rasgo más
reconocible– establecer elementos de participación que legitimen el ejercicio de Gobierno por parte del poder constituido.
Las nuevas constituciones latinoamericanas son esencialmente principistas. Los principios, tanto implícitos como
explícitos abundan en sus textos, en detrimento de las reglas que, aunque presentes, ocupan un lugar limitado a los casos
concretos en que su presencia es necesaria para articular la voluntad constituyente. El efecto jurídico de los principios,
principalmente como criterios de interpretación, es incuestionable y, en determinadas ocasiones se hace referencia expresa
a ellos al determinar el razonamiento vinculante de los tribunales constitucionales con base en el tenor literal del texto, o
en la Constitución en su integralidad.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 49


Amplitud y Complejidad
Tanto la extensión como la complejidad del texto constitucional han sido expresamente buscadas por el
constituyente, consciente de que ni el espacio físico ni la búsqueda a toda costa de la simplicidad textual
podían levantarse como obstáculos a la redacción de un texto constitucional que debe ser capaz de dar
respuestas a aquellas necesidades que el pueblo solicita a través del cambio de su Constitución. Sin
llegar a ser códigos, las nuevas constituciones se rebelan contra la brevedad, tan aclamada desde la
época nominalista y que, en buena medida, es una constante en el constitucionalismo en general, y en
el norteamericano en particular.

Amplitud (extensión)
La extensión considerable en el nuevo constitucionalismo latinoamericano es debida a la necesidad del
poder constituyente de expresar claramente su voluntad, lo que técnicamente puede desembocar en una
mayor cantidad de disposiciones, cuya existencia busca limitar las posibilidades de los poderes
constituidos –en particular, el Parlamento, que ejerce la función legislativa, y el Tribunal Constitucional,
que desarrolla la máxima función interpretativa– de desarrollar o desentrañar el texto constitucional en
sentido contrario a la que fue la voluntad del constituyente.

Complejidad
No se trata de una complejidad en la lectura o en el vocabulario utilizado –al contrario; los esfuerzos
por aligerar el contenido técnico, sin menoscabar su funcionalidad, son en algunos casos encomiables,
sino de una complejidad institucional que busca la superación de problemas concretos que han
soportado los diferentes pueblos.

Esta complejidad técnica viene acompañada de una simplicidad lingüística debido a la voluntad de
trascender el constitucionalismo de élites hacia un constitucionalismo popular. Los nuevos textos
proponen, en este sentido, la utilización de un lenguaje asequible que ofrece facilidades para su
comprensión en el marco de la complejidad mencionada anteriormente. Se trata, por lo tanto, de textos
técnicamente complejos y semánticamente sencillos.

Rigidez
La rigidez constitucional, entendida como la prohibición de que los poderes constituidos dispongan de la capacidad
de reforma constitucional por ellos mismos, utilizando una fórmula que conserva en mayor medida la fuerte relación
entre la modificación de la Constitución y la soberanía del pueblo, y que cuenta con su explicación política tanto en
el propio concepto de Constitución como fruto del poder constituyente como, complementando el argumento
teórico, en la experiencia histórica de cambios constitucionales por los poderes constituidos propia del viejo
constitucionalismo y, por otro lado, tan extendida en el constitucionalismo europeo.
La rigidez constitucional, no busca la perdurabilidad de la Constitución, sino la modificación de esta
exclusivamente por el poder constituyente, esto es, el originario.

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 50


A más de las características formales que henos revisado, las nuevas constituciones
latinoamericanas cuentan con características materiales comunes, entre las que encontramos:

Democracia Participativa
El compromiso constitucional de promover la participación a través de fórmulas directas no cuestiona la esencia del
sistema de democracia representativa, ampliamente presente en todas las constituciones. La democracia participativa
se configura como un complemento en la legitimidad y un avance en la democracia, pero no como una sustitución
definitiva de la representación. Sin embargo, sí interrumpe la posición tradicional de los partidos políticos, que si bien
se mantienen principalmente en el ámbito de los derechos políticos, su papel queda limitado por la acción directa del
pueblo.

En este sentido, la principal apuesta del nuevo constitucionalismo latinoamericano es en la búsqueda de instrumentos
que recompongan la perdida (o nunca lograda) relación entre soberanía popular y gobierno. Lo que la Constitución
colombiana de 1991 denomina “formas de participación democrática”, en el Ecuador de 1998 se denomina gobierno
participativo; en Venezuela y Bolivia recibe el nombre de democracia participativa; y en el Ecuador de 2008,
“participación en democracia”. El denominador común es el mismo: establecer mecanismos de legitimidad y control
sobre el poder constituido a través, en muchos casos, de nuevas formas de participación vinculantes.

Catálogo de derechos
A diferencia del constitucionalismo clásico, que se limita a establecer de forma genérica los derechos y no se
preocupa por la individualización y colectivización de los mismos, es fácil observar en los textos del nuevo
constitucionalismo la identificación de grupos débiles (mujeres, niños y jóvenes, discapacitados, adultos
mayores…) y una interpretación amplia de los beneficiarios de los derechos. La recepción de los convenios
internacionales de derechos humanos, la búsqueda de los criterios de interpretación más favorables para las
personas, o las acciones directas de amparo, acompañan a estas cartas de derechos constitucionales que, en algún
caso, reconfiguran su significado y, con ello, su nomenclatura, y otorgan a los derechos sociales, ampliamente
reconocidos, la máxima efectividad.

las nuevas constituciones plantean en mayor o menor medida, de acuerdo con su realidad social, la integración de
sectores marginados históricamente, como es el caso de los pueblos indígenas. Si bien estos pueblos contaban con
algunos de sus derechos ya reconocidos en los primeros ejemplos reales del nuevo constitucionalismo, el
planteamiento más radical al respecto se ha producido en la Constitución boliviana de 2009, que establece un
Estado plurinacional no solo formalmente –a través de metaconceptos,– sino materialmente, con el reconocimiento
de la autonomía indígena, del pluralismo jurídico, de un sistema de jurisdicción indígena sin relación de
subordinación con la jurisdicción ordinaria, de un amplio catálogo de derechos de los pueblos indígenas, de la
elección a través de formas propias de sus representantes, o de la creación de un Tribunal Constitucional
Plurinacional con presencia de la jurisdicción indígena.

Control concentrado de constitucionalidad


Los nuevos textos constitucionales latinoamericanos añaden un elemento revolucionador de la normatividad
constitucional en América Latina, que había contado con algunos ensayos en las constituciones anteriores: el control
concentrado de la constitucionalidad, uno de los elementos directamente implicados en la consolidación de la
democracia. El paso de un sistema de control difuso, débil en cuanto a la protección de la Constitución, a la creación
de fórmulas concentradas o, cuanto menos, mixtas, ha suscitado los consabidos problemas sobre el control democrático
de los tribunales constitucionales, que en algunos casos se busca solucionar mediante criterios de interpretación
constitucional previstos en el propio texto y, en el caso boliviano, por medio de la ya mencionada elección directa de
sus magistrados.

Fuente: Política, Justicia y Constitución


Diseño: Ab. Luis Cando Arévalo

Derecho Constitucional I Segunda Unidad 51


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Derecho Constitucional I Segunda Unidad 52

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