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Cuaderno PRINCIPAL
Especialista Silva Cordova
Escrito Nº 02
Sumilla Absuelve Inadmisibilidad
I.2. Al respecto, cumplo con acompañar copia del escrito formulado con fecha
23 de setiembre de 2015, donde requerimos copias certificadas de las
piezas solicitadas por su judicatura, las mismas que, como reiteramos, se
encuentran en trámite de expedición.
I.3. En ese sentido, solicito nos otorgue un plazo adicional para adjuntar los
referidos medios en copias certificadas, y de esta forma dar cumplimiento
al mandato judicial.
II.1. Debe quedar señor magistrado que en el caso del recurrente se vulneró el
derecho al PROYECTO DE VIDA – que en sí mismo se funda en la
Dignidad y otros análogos - no sólo laborales, sino también personales,
que legítimamente tenía y por las que había cosechado una carrera policial
brillante durante tantos años. Este quiebre a mi proyecto de vida se debió
a la inclusión del recurrente en la Resolución Suprema N°
1399-2001-IN/PNP de fecha 14 de diciembre de 2001, y en la que, sin
mayor fundamento Y PESE A NO ENCONTARME DENTRO DE
NINGUNA DE LAS CAUSALES QUE LA MISMA INSTITUCIÓN
PROPUSO Y CONTENIDA EN EL ACTA DE CONSEJO DE
CALIFICACIÓN 002-CC, INCENTIVARON MI PASE AL RETIRO POR
CAUSAL DE RENOVACIÓN DE CUADROS.
II.2. Aquel daño se encuentra constituido en que el trascurso del tiempo en que le
tomo al recurrente su retorno a la situación de actividad – a través incluso de la
interposición de una acción judicial – han generado que va desplazado más de
DIEZ AÑOS de mi proyección profesional y que, a la fecha, el recurrente siga
ostentando el grado de Mayor de la Policía Nacional del Perú, cuando en dicho
lapso, pudo alcanzar la jerarquía de Coronel PNP; conforme a su proyección
profesional, y tal como se puede advertir en el Reporte de la Hoja de Información
Básica que acompañé en calidad de medio probatorio.
II.3. Y este hecho no significo mas que la vulneración de mis derechos fundamentales.
Derecho al Trabajo, al proyectarme en mi carrera profesional SIN OBSTACULOS;
los mismos que me fueron impuestos y que el Poder Judicial determinó su
ilegalidad. Los derechos reconocidos constitucionalmente – y el respeto que a
ellos reclamamos en nuestra pretensión - componen la plataforma del libre
desarrollo de los hombres en sociedad y por tanto la persecución de su
PROYECTO DE VIDA, que en el caso de autos significaba el libre desarrollo de la
proyección profesional e institucional hasta la mayor jerarquía en la Policía
Nacional del Perú; el que hasta la fecha se ha visto truncado.
II.8. El fallo que glosamos facilita, además, la más amplia difusión -a nivel de la
doctrina y de la jurisprudencia comparada- del significado del “proyecto de vida”
como la más importante expresión de la libertad en su tramo objetivo. En esta
sentencia, por consiguiente, también se pone de manifiesto el alcance que tiene,
dentro del genérico concepto de daño a la persona, el daño a dicho proyecto de
vida. En la mencionada sentencia, luego analizar en términos generales los
alcances conceptuales de la noción referente al “proyecto de vida”, la Corte
sostiene que es posible causar un daño a dicho proyecto ya sea
frustrándolo, retardando su concreción o menoscabándolo en alguna
medida. Es así que, con referencia al caso concreto sometido a su
jurisdicción, .reconoce, precisamente, “la existencia de un grave daño al
“proyecto de vida” de María Elena Loayza Tamayo derivado de la violación de
sus derechos humanos”. Para la Corte, el “daño al proyecto de vida” de María
Elena Loayza Tamayo atenta contra su desarrollo personal por factores que,
siéndole ajenos, le son a ella “impuestos en forma injusta y arbitraria, con
violación de las normas vigentes y de la confianza que pudo depositar en órganos
del poder público obligados a protegerla y a brindarle seguridad para el ejercicio
de sus derechos y la satisfacción de sus legítimos intereses”.1 Del mismo modo, la
Corte reconoce que en el caso de la víctima es “evidente que los hechos
violatorios en su contra impidieron la realización de sus expectativas de desarrollo
personal y profesional, factibles en condiciones normales, y causaron daños
irreparables a su vida, obligándola a interrumpir sus estudios y trasladarse al
extranjero, lejos del medio en que se había desenvuelto, en condiciones de
soledad, penuria económica y severo quebranto físico y psicológico”. En el fallo se
concluye que “este conjunto de circunstancias directamente atribuibles a los
1
Párrafo 150 de la sentencia.
hechos violatorios que ha examinado esta Corte, han alterado en forma grave y
probablemente irreparable la vida de la señora Loayza Tamayo, e impedido que
ésta alcance las metas de carácter personal, familiar y profesional que
razonablemente pudo fijarse”.2 De lo manifestado por la Corte se aprecia que, si
bien el daño sufrido por la actora no frustró de manera radical su proyecto de vida,
éste alteró “en forma grave y tal vez irreparable” dicho proyecto, habiéndole
impedido alcanzar las metas u objetivos que se había propuesto; como ha
sucedido en el caso de autos en el que, por haber sido pasado a la situación de
retiro mediante la Resolución Suprema N° 1399-2001-IN/PNP de fecha 14 de
diciembre de 2001, SE TRUNCARON MAS DE DIEZ (10) AÑOS DE MI CARREA
PROFESIONAL DENTRO DE UNA CARRERA PÚBLICA EN LA QUE EL
TRASCURSO DEL TEMPO GENERA QUE PIERDA LA POSIBILIDAD DE
ACCEDER A PUESTO Y, SOBRE TODO, A LOS GRADOS INMEDIATOS
SUPERIORES.
II.10. Se protege la realización del “proyecto de vida” porque en él está en juego, como
está dicho, el destino mismo de cada ser humano. El mayor daño que se puede
causar a la persona es la frustración, menoscabo o retardo en la realización del
“proyecto de vida”. De ahí que la sentencia, con acierto y sensibilidad, expresa
que su “cancelación o menoscabo implican la reducción objetiva de la
libertad y la pérdida de un valor que no puede ser ajeno a la observación de
la Corte”.3 Truncar el “proyecto de vida” supone crear un vacío existencial que
puede conducir a la persona a una profunda depresión, a una aguda e irreparable
postración. La frustración del “proyecto de vida” significa en quien lo sufre la
pérdida del sentido de su propia vida. Este truncamiento trae como natural
consecuencia el que la persona no podrá vivenciar más los valores que escogió
para orientar su vida, para decidir preferir determinada opción u opciones frente a
2
Párrafo 152 de la sentencia.
3
Párrafo 148 de la sentencia.
otras que descartó por no guardar sintonía con sus más íntimas aspiraciones
existenciales.
II.13. El daño moral es subjetivo, y va en proporción directa con la parte afectiva del ser
humano; es decir el grado de reacción ante las mismas circunstancias puede
acarrear diferentes estados psicológicos dependiendo del sujeto, puede que a una
persona le ofenda lo que a otra no, por ello la apreciación económica es
discrecional del juzgador. Los derechos que se protegen al implementarse la
figura del daño moral son aquellos que protegen la paz, integridad, honorabilidad,
y la salud mental y espiritual. Puede recaer sobre la persona afectada
directamente por la ilegalidad, así como también indirectamente a los familiares o
terceros con legítimos derechos. Ello no implica que cualquiera persona podrá
interponer una demanda por daño moral, sólo podrán impetrarla las personas que
hayan sido víctimas del mismo, como sucede en el presente caso.
II.14. El artículo 1322º del Código Civil contiene la regla novedosa y de importante
relevancia en la legislación puesto que hace referencia al daño moral. Respecto
de ello debemos manifestar que el daño moral es el daño no patrimonial inferido
en derechos de la personalidad o en valores que pertenecen mas al campo de la
efectividad que a la realidad económica.
II.15. Por ello, si el daño causado reviste un carácter de proyecto de vida y daño moral -
como el caso del recurrente al haberme quebrado mi derecho al proyecto de vida
así como demás derechos constitucionales por causas ajenas a las estrictamente
institucionales, es decir, de manera arbitraria – la indemnización se traduce en
una satisfacción pecuniaria. La moneda llena una función reparadora. No se
encuentra otra forma que compensar el daño al proyecto de vida y daño moral
sino con dinero.
II.16. En ese sentido, el derecho del recurrente solicita la indemnización por daños y
perjuicios que se sustenta en lo siguiente:
II.16.4. Nexo causal entre el acto responsable y el daño ; lo que se acredita por
el propio reconocimiento efectuado por el Estado a través de la expedición
de la sentencia judicial que ordenó mi reincorporación.
POR LO EXPUESTO:
A Usted Señor Magistrado, solicitamos tenga por absuelto el escrito formulado contra la
Resolución Uno que declaro inadmisible la demanda, y sírvase admitirla a trámite,
debiendo declararla fundada en su oportunidad.