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SUMILLA: INTERPONE

DEMANDA DE HABEAS
CORPUS

SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO DE INVESTIGACION


PREPARATORIA DE TURNO DE ICA -

ELISEO GIANCARLO CENTENO


TORRES, identificado con DNI N°
42758124, actualmente recluido en el
Establecimiento Penitenciario de Cañete,
con domicilio procesal en la Urbanización
San Isidro Labrador Mz A lote 02, San
Vicente de Cañete, y con Casilla
Electrónica 2721, correo Gmail,
Danielalexandersoto68@gmail.com; ante
usted con el debido respeto en su función
de Juez Constitucional me presento y digo:

I.PETITORIO:

Que, recurro a su Despacho con el propósito de interpretar


DEMANDA DE HABEAS CORPUS, al amparo del artículo 4° del
Código Procesal Constitucional concordante con el último párrafo del
artículo 25° del mismo cuerpo de leyes, y el artículo 200° de la
Constitución Política, contra los Magistrados VICTOR DURAND
PRADO y LIMAS URIBE, integrantes de la Sala Penal Liquidadora de
la Corte Superior de Justicia de Cañete, por atentado contra la Libertad
Individual – Debido Proceso: DERECHO A LA PRESUNCION DE
INOCENCIA EN SU MANIFESTACION DE LA SUFICIENCIA DE
PRUEBA COMO REGLA PROBATORIA; DERECHO A LA
PRESUNCION DE INOCENCIA E INDUBIO PRO REO-REGLA DE
JUICIO; DERECHO A LA PRESUNCION DE INOCENCIA Y
PROSCRIPCION DE RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO;
DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACION DE LA VALORACION DE
LA PRUEBA.
Mediante la presente demanda constitucional de HABEAS CORPUS,
SOLICITO se declare la NULIDAD de la resolución de Primera
Instancia, esto es debido a la violación a mis derechos constitucionales, a
efecto de que mi caso sea revisado por otros Magistrados, quienes
deberán pronunciarse tomando en cuenta los principios que su Despacho
fije como consecuencia de la presente acción de garantía.
II.DEMANDADOS Y EMPLEADOS.
La presente demanda la dirijo contra los siguientes Magistrados:
- OSWALDO CUYA GARCIA
- ROMMEL HUGO FLORES SANTOS
- RENZO RAMON VITE CACERES
Así mismo, solicito que se emplace con la presente demanda
constitucional al Procurador Público a Cargo de los Asuntos Judiciales
del Poder Judicial, a quien se le deberá notificar en su sede sito en
Avenida Petit Thouars N° 3943, distrito de San Isidro, Provincia y
Departamento Lima.
Hago presente que los que suscribimos este Habeas Corpus, guardamos
el mayor de los respetos y la mejor consideración profesional y personal
por los señores Magistrados que son demandados; sin embargo, me veo
en la necesidad de iniciar el presente proceso para defenderme, porque
con las resoluciones expedidas por ellos se han vulnerado objetivamente
mis derechos constitucionales que detallare seguidamente. Es necesario
mencionar que debido a ello estoy privado de mi libertad desde el
04/05/2018, y retenido actualmente en el Establecimiento Penitenciario
de Cantera - Cañete.

III.ESTRUCTURA Y PROCEDENCIA DE LA PRESENTE DEMANDA


La presente demanda de Habeas Corpus presenta y muestra los derechos
constitucionales que me han sido vulnerados, así como la forma y modo
como ello ha ocurrido.
Todos los derechos por la cuales reclamamos forman parte directa de la
Constitución Política, por lo tanto, están evidentemente protegidos por
ella y las violaciones que se han cometido atentan contra el núcleo
esencial de esos derechos, se incluye además jurisprudencia que así lo
recuerda.
Se señala también con claridad las violaciones a los derechos
constitucionales sustantivos.
Esta demanda se presenta al amparo de lo señalado en el artículo 200° de
la Constitución Política, en tanto que da por supuesto que procede la
misma cuando la violación la procede “cualquier autoridad”, quienes no
pueden ser eximidos por ningún Juez Constitucional de responder por
estas acciones inconstitucionales.
Por último, es oportuno señalar que la presente demanda cumple con
todos los requisitos de admisibilidad y procedencia establecidos por el
Código Procesal Constitucional. La demanda se interpone contra una
resolución judicial firme Sentencia N° 001-2019-UJPSC-CSJCÑ de fecha
06.02.2019 pronunciada por los Magistrados OSWALDO CUYA
GARCIA, ROMMEL HUGO FLORES SANTOS Y RENZO RAMON
VITE CACERES, integrantes del Único Juzgado Penal Colegiado Supra
Provincial de Cañete, que vulnera en forma manifiesta mi derecho a la
libertad individual y la tutela procesal efectiva (artículo 4° del Código
Procesal Constitucional), la demanda es interpuesta por escrito y por la
persona perjudicada (artículos 26° y 27° del Código Procesal
Constitucional) ante el Juez Especializado en lo Penal (artículo 28° del
Código Procesal Constitucional). Finalmente, preciso que no existe plazo
alguno para la interposición de la demanda de Hábeas Corpus conforme
lo establece el numeral 10) del artículo 5° del Código Procesal
Constitucional.
Es oportuno y muy importante recordar que en el presente caso cobra
vital importancia el derecho de acceso a la justicia y a la tutela judicial
efectiva toda vez que: “ si la judicatura no asume la elemental
responsabilidad de examinar lo que se solicita, y lejos de ello, desestima
de plano, y sin merituación alguna lo que se le pide, en el fondo lo que
hace es neutralizar el acceso al que, por principio, tiene derecho todo
justiciable, desdibujando el rol o responsabilidad que el ordenamiento le
asigna”. Es así que de acuerdo al Tribunal Constitucional: “para la
admisión a trámite (de una demanda constitucional), el Juez solo puede
verificar la satisfacción de los requisitos formales de admisibilidad y
procedencia señalados en la ley procesal; exigencias relacionadas con la
validez de la relación procesal (…)”. Cumplidos dichos requisitos
corresponde al Juez Constitucional admitir a trámite la demanda y
conocer el fondo del asunto.

IV.FUNDAMENTOS DE HECHO EN QUE SE SUSTENTA LA


DEMANDA
1.ANTECEDENTES

Mediante sentencia N° 001-2019-UJPSC-CSJCÑ de fecha 06.02.2019 fui


condenado a trece años de pena privativa de libertad como presunto
autor del delito Contra la Libertad – Violación de la Libertad Sexual -
Actos contra el Pudor, en agravio de las menores de iniciales A.D.N.R. y
M.Z.N.R, para lo cual al haber dos agraviadas se me aplicó lo estipulado
en el artículo 50 del Código Penal, por tener el carácter de concurso real
homegenio, es decir se me sumó las penas de 7 y 6 años respectivamente.
Conforme se indica en esta sentencia (a partir de la página 7-punto 5), los
elementos de prueba que fundamentan la condena tienen como núcleo
central lo señalado por la menor agraviada en Cámara Gesell.
Según la sentencia, esta declaración habría sido corroborada con la
versión de las testigos de cargo: Janet Mónica Pérez Sánchez, Carlos
Alfredo Nolasco Campos, Ángela Karin Ochoa Serrano y Máximo
Fernando Bustamante Malpartida y, madre de la agraviada
respectivamente.
Científicamente estas manifestaciones estarían también acreditadas por
las afirmaciones realizadas por el Perito Psicólogo, Gonzalo Alonso
Santillana quien del protocolo de Pericia Psicológica N° 02460-2018-PSC-
DCLS y la Pericia Psicológica N° 02459-2018-PSC-DCLS, quien manifiesto
que las agraviadas presentarían negativa de tipo sexual.
Así mismo, se ha presentado como elemento de convicción el Certificado
Médico Legal N° 002447-L-PDCLS y Nº 002448-L-PDCLS dónde ambos
indican que no presentan signos de lesiones traumáticas recientes
paragenitales ni extragenitales, y no requieren incapacidad médico legal.
Así mismo, se presentó un informe pericial de parte Psicológico emitido
por el Psicólogo Pedro M. Castillo Peña el cual fue practicado al
investigado, quien concluye que: presenta condiciones favorables
indicando que presenta perfil psicosexual identificado con su rol y
género, heterosexual, sin parafilias o patologías en la esfera psicosexual ,
personalidad equilibrada respetuosa de las reglas sin patologías.
Ansiedad y estrés por lo que está pasando. Y el Perito Médico Pablo
Tejada Mc Callum quien advirtió que: el investigado tiene buen estado
de aliño personal, lenguaje claro, coherente, bien articulado, guarda
normas y sigue convenciones sociales, se muestra interesado en
desarrollo del examen y preocupado por su situación personal y familiar ,
que Finalmente, no se tomó como elemento de prueba de descargo la
declaración del testigo Yimi Joel Gonzales Mendoza quien es medio
hermano del investigado con respecto a los hechos, al no encontrarse
presente al momento de los mismos, indico que no es cierto los hechos
como lo indica la mama de las presuntas agraviadas, él estaba con su
hermano al momento de los hechos pero no fueron así las cosas.
En virtud de todos estos elementos de convicción, el Único Juzgado Penal
Colegiado Supra provincial de Cañete me condeno como autor de delito
contra la Libertad Sexual de Actos contra el Pudor.
Esta resolución fue apelada, pero se presentó un control de admisibilidad
a la apelación la misma que fue declarada fundada razón por la cual no
fue revisada esta sentencia por el superior jerárquico; el cual también me
causo indefensión.
Que, el Juzgado Colegiado, consideró que la sentencia condenatoria
siguiendo principios lógicos ha efectuado un razonamiento analítico, o
presentándose vicios en la motivación de la misma, a que se habría
cumplido con las garantías de certeza exigidas en el Acuerdo Plenario N°
02-2005 y el Acuerdo Plenario N° 01-2011, el cual no es así.
Por lo que como vengo indicando el razonamiento de los jueces de
primera instancia, representan indicios de la comisión del delito: la
declaración de la agraviadas (cámara gesell), así como la declaración de
su madre y su padre, es decir es todo lo que se ha tenido para emitir
sentencia condenatoria. Todo ello apoyado con la diligencia de Cámara
Gesell y los Certificado Médico Legal N° 002447-L-PDCLS y Nº 002448-L-
PDCLS.
2.SOBRE LAS IRREGULARIDADES OCURRIDAS EN EL PROCESO
PENAL SEGUIDO EN MI CONTRA

De lo argumentado tanto por el Juzgado Colegiado se tiene que estaría


acreditado el delito sexual – Actos contra el Pudor en agravio de las
menores.
La corroboración vendría dada por la declaración de los menores, las
testimoniales de los padres y de su hermana, los exámenes médicos
legales, así como la pericia psicológica, todo lo que acredita que si habría
ocurrido tocamientos indebidos en contra de las menores.
Sin embargo, el Juzgador no han dado suficientes razones PARA
VINCULARSE CON EL HECHO COMETIDO, pues del mismo solo
existe la sindicación de las menores, pues de los demás elementos de
prueba no se puede inferir que mi persona sea el autor de los tocamientos
contra las menores. Pese a ello, he sido condenado y me encuentro
cumpliendo condena en un establecimiento penitenciario.
Ahora bien, a los Magistrados demandados si les era asequible
determinar mi autoría respecto de los hechos, pues pudieron tomar en
consideración lo señalado en la pericia psicológica emitida por el perito
Pedro Castillo Peña, en la cual indica que no presentó ninguna lesión con
lo cual habría cometido este hecho, el cual el colegiado no acepto porque
indico que no era fiable, es decir dicha prueba no ha sido valorada por el
colegiado, cuando esta si concurría todos los requisitos para su
adminisiblidad, con lo cual se habría atentado contra mi derecho a
defenderme, y el cual sin motivación alguno se me la excluido al igual
que la pericia psiquiátrica del Psicólogo Pablo Tejada Mc Callum., con lo
cual a pesar de que también reunían todos los requisitos de
fiablidad,utilidad y verosimilitud, tampoco fue admitida para su
valoración, y como vuelvo a indicar me vi en indefensión.
De esto se desprende claramente que, si bien el Colegiado dio por
probado que se habrían cometido los tocamientos a las menores,
TAMBIEN ENTIENDE QUE, AL NO HABERSE PRACTICADO OTRA
PRUEBA, NO SE PUEDE SABER SI LO INDICADO POR LAS
MENORES ES VERDAD, por lo cual no se ha establecido
científicamente mi autoría sobre los hechos imputados, siendo ello
posible.

V.FUNDAMENTOS DE DERECHO EN QUE SE SUSTENTA LA


PRESENTE DEMANDA.

Mencionamos a continuación los derechos constitucionales que han sido


violados por la Sentencia N° 001-2019- UJPSC-CSJCÑ de fecha 06.02.2017,
(Resolución N° 05) pronunciada por los Magistrados , OSWALDO
CUYA GARCIA, ROMMEL HUGO FLORES SANTOS Y RENZO
RAMON VITE CACERES, integrantes del Único Juzgado Penal
Colegiado Supra provincial de Cañete, contra las cuales accionamos en la
misma secuencia como han sido tratadas en la presente demanda:
1.DERECHO A LA PRESUNCION DE INOCENCIA EN SU
MANIFESTACIÓN DE LA SUFICIENCIA DE PRUEBA COMO
REGLA PROBATORIA.
El derecho a la presunción de inocencia dispone que toda persona
inculpada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia,
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad.
Este derecho se encuentra reconocido en el artículo 11°.1 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, el artículo 14°.2 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el artículo 8°.2 de la
Convención América sobre Derechos Humanos, el artículo 2°.24 literal e)
de la Constitución Política, y el articulo II del Título Preliminar del
Código Procesal Penal.
La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de la Republica en la
Casación N° 292-2014/Ancash en los fundamentos de Derecho 3.2.2 y
3.2.3 se ha referido al derecho a la presunción de inocencia en los
siguientes términos:
“En ese orden de ideas, el derecho a la presunción de inocencia
alegado por el recurrente, es un derecho subjetivo del ciudadano, la
misma que despliega una doble vertiente: temporal y material. La
primera parte radica en una verdad inicial del procesado, que no
que no se destruye hasta que su culpabilidad no haya quedado
establecida en sentencia firme; y, la segunda, radica en que, a partir
de la presunción inicial de inocencia, la condena sólo puede
fundarse en una prueba plena o prueba indiciaria sin contra
indicios que acredite fehacientemente su culpabilidad, por lo tanto,
enerve dicha presunción, y si no se produce aquélla deberá
absolvérsele se la imputación penal.
Así, en el Informe elaborado por el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas de los Derechos Humanos en 1984 para la
Asamblea General sobre el estado de aplicación de los derechos
consagrados en el pacto, resumía dicha doble eficacia, al sostener
que “Por razón de la presunción de inocencia, la carga de la prueba
corresponde a la acusación y el acusado tiene el beneficio de la
duda. No cabe presumir culpabilidad alguna hasta que la acusación
haya sido probada más allá de cualquier duda razonable. Además,
la presunción de inocencia implica el derecho a ser tratado de
acuerdo con dicho principio. Constituye, por tanto, una obligación
de todas las autoridades públicas de abstenerse de prejuzgar el
resultado del proceso”.
Ahora bien, sobre el derecho a la presunción de inocencia, NEYRA
FLORES señala que presenta diferentes vertientes: a) Como principio
informador del proceso penal (esto es, como concepto en torno al que se
construye determinado modelo procesal), b) Como regla de tratamiento
del imputado durante el proceso penal (el imputado es inocente hasta el
final y las medidas restrictivas de sus derechos deben ser mínimas), c) La
presunción de inocencia como regla de prueba, y d) la presunción de
inocencia como regla de juicio.
Así se deduce también de lo expresado en el artículo II, numeral 1 del
Código Procesal Penal. En este, la presunción de inocencia como
principio cardinal del derecho procesal contemporáneo presenta un triple
contenido: como regla de tratamiento, como regla de juicio penal, y
como regla probatoria, Desde esta última, la presunción de inocencia
exige una suficiente actividad probatoria de cargo.
Tal es lo sostenido también por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos al aseverar que el derecho a la presunción de inocencia: “exige
que una persona no puede ser condenada mientras no exista prueba
plena [entiéndase prueba suficiente y pertinente] de su responsabilidad
penal. Si obra contra ella prueba incompleta o insuficiente, no es
procedente condenarla, sino absolverla” (Caso Cantoral Benavides vs.
Perú, Sentencia del 18 de agosto de 2000).
En efecto, como ha señalado el Tribunal Constitucional, en cuanto a su
contenido, se consideró que el derecho a la presunción de inocencia
comprende: “que la actividad probatoria sea suficiente para generar en el
Tribunal la evidencia de la existencia no solo del hecho punible, sino
también la responsabilidad penal que en él tuvo el acusado y así
desvirtuar la presunción”.
Al respecto, NEYRA FLORES ha sido que: “debe existir una mínima
actividad probatoria acusadora, objetivamente incriminatoria, que
después, sometida a valoración judicial conduzca a la íntima convicción
de culpabilidad, de manera que se hayan probado todos los hechos
objetivos de la acusación”.
Esta aseveración es reafirmada en la Sentencia de Casación N° 10-
2007/Trujillo de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema en donde
se manifiesta:
“Uno de los elementos que integra el contenido esencial de la
presunción de inocencia como regla de prueba es que la actividad
probatoria realizada en el proceso sea suficiente –primer párrafo del
artículo dos del Título Preliminar del nuevo Código Procesal
Penal-.Ello quiere decir, primero, que las pruebas – así consideradas
por la Ley y actuadas conforme a sus disposiciones – estén referidas
a los hechos objeto de imputación al aspecto objetivo de los hechos –
y a la vinculación del imputado a los mismos, y, segundo, que las
pruebas valoradas tengan un carácter incriminatorio y, por ende,
que puedan sostener un fallo condenatorio”
Precisamente, en la ya aludida Casación N° 292-2014/Ancash en el
fundamento de Derecho 3.2.6 se ha dicho:
“En ese sentido, el derecho a la presunción de inocencia se vincula
directamente con la actividad probatoria en cuanto exige, para la
emisión de una sentencia condenatoria, que el órgano jurisdiccional,
sobre la base de la prueba de cargo aportada, alcance el
convencimiento respecto de dos cuestiones fundamentales en el
proceso: a la acreditación de un hecho, a través de la prueba
practicada, y a la participación en el mismo de una persona a la que
se le imputa la comisión de ese hecho delictivo”
Así también señala en fundamento jurídico 7 del acuerdo plenario N° 2-
2005, en donde se indica que:
“Desde esa perspectiva es de afirmar que el derecho a la presunción
de inocencia exige sobre el particular que las pruebas de cargo, que
justifiquen una condena, además deben ser suficientes. El canon
de suficiencia de la prueba- de la idoneidad de la prueba de cargo
para fundamentar la incriminación del imputado-, sobre la base de
la apreciación lógica realizada por el juez, en casos particularmente
sensibles referidos a las declaraciones de los coimputados y de los
agraviados – en los que por la posición especial de dichos sujetos en
el proceso, por su relación con el objeto del proceso: el hecho
punible-, debe cumplirse a partir de la configuración razonable de
determinadas reglas o criterios de valoración, que es del caso
enunciar para asegurar la vigencia de las garantías de un proceso
penal constitucionalmente configurado. Se trata, en suma, de
criterios que permiten trasladar las exigencias de racionalidad a la
ponderación de la prueba por el órgano jurisdiccional de una caso
concreto”

CONCLUSION:

En el presente caso se afectó el derecho a la presunción de inocencia en


su manifestación de la suficiencia de prueba como regla probatoria,
pues los jueces tanto del Juzgado como del Colegiado consideran como
núcleo de su decisión la versión dada por las menores respecto a la
forma y circunstancias en las que habrían ocurrido los hechos, junto a
ciertas declaraciones referencias y exámenes médico-legales; ello
ciertamente podría servir para acreditar los hechos; sin embargo,
ninguno de estos elementos es suficiente para establecer mi autoría
sobre los mismos.
Que, además solo con las pruebas admitidas y que pasaron el juicio de
fiabilidad, y no las pruebas presentadas por mi defensa se estableció mi
responsabilidad penal por estos hechos, habiéndose vulnerado mi
presunción de inocencia, la misma que no ha podido ser vencida en
juicio, por lo que soy víctima de una injusta condena que, además, es
expresión de una responsabilidad eminentemente objetiva.

2.DERECHO A LA PRESUNCION DE INOCENCIA E IN DUBIO PRO


REO-REGLA DE JUICIO

Tanto el derecho a la presunción de inocencia como el indubio pro reo


son manifestaciones del principio general del favor reo. En opinión del
Tribunal Constitucional Peruano, el derecho a la presunción de inocencia
como regla de juicio impone que para declarar la responsabilidad penal
de una persona se:
“requiere de una suficiente actividad probatoria de cargo, obtenida y
actuada con las debidas garantías procesales. En caso de duda sobre
la responsabilidad penal se debe resolverse a favor del imputado”
(inciso 1 del artículo II del Título Preliminar del Código Procesal
Penal).
Por dicha razón, en la STC 08811-2005-PHC/TC el Tribunal estableció
que el derecho a la presunción de inocencia reconocido en el artículo 2°,
inciso 24, literal e) de l Constitución, obliga:
“al órgano jurisdiccional a realizar una actividad probatoria
suficiente que permita desvirtuar el estado de inocente del que goza
todo imputado, pues este no puede ser condenado solo sobre la base
de simples presunciones”.
Al respecto, NEYRA FLORES indica que la presunción de inocencia como
regla de juicio supones que: “en el caso que el órgano sentenciador, tras la
valoración del material probatorio obrante en el proceso, tenga dudas
sobre la culpabilidad del acusado, debe declarar su inocencia”. En su
opinión, “el órgano jurisdiccional debe absolver en los casos en los que no
haya alcanzado la certeza necesaria acerca de la culpabilidad del acusado
sobre la base del material probatorio disponible”.
El principio de presunción de inocencia, entonces, equivale a una norma
de clausura sobre la decisión de la verdad procesal fáctica que no permite
la condena mientras junto la hipótesis acusatorio permanezcan otras
hipótesis no refutadas en competencia con ellas.
En tal sentido, el principio in dubio pro reo encuentra su ubicación
natural en el ámbito de la valoración de la prueba. Para el Tribunal
Constitucional, este principio significa que, en caso de duda sobre la
responsabilidad del proceso, debe estarse a lo que sea más favorable a
este (la absolución por contraposición a la condena).
Si bien el ´principio in dubio pro reo no está expresamente reconocido en
la Constitución Política, su existencia se desprende tanto del derecho a la
presunción de inocencia, que goza de reconocimiento constitucional,
como de la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad, fin
supremo de la sociedad y del estado (artículo 1° de la ley fundamental).
El Código Procesal Penal si recoge esta importante figura en el artículo II.
1 de su Título Preliminar.
Respecto al principio in dubio pro reo debe destacarse sus aspectos
negativo y positivo. Desde el primero, se prohíbe el tribunal condenar al
acusado si no obstante certeza sobre la verdad de la de la imputación.
Desde el segundo, se obliga al tribunal no solo a no condenar, sino a
absolver al acusado al no obtener certeza.
Como ha manifestado nuestro Tribunal Constitucional, no se trata de un
derecho subjetivo, sino de un principio de jerarquía constitucional cuyo
fin es garantizar el cabal respeto del derecho fundamental a la libertad
individual, sea para resguardar su plena vigencia, sea para restringirlo de
la forma menos gravosa posible, en el correcto entendido de que tal
restricción es siempre la excepción y nunca la regla.
Asimismo, para la Tribunal Constitucional, la indubio pro reo incide
sobre la valoración probatoria del Juez ordinario-dato subjetivo-, pues
supone que ha habido prueba, pero esta no ha sido suficiente para
despejar la duda (la suficiencia no se refiere a la cantidad de pruebas
incriminatorias, sino a la entidad y cualidad que deben reunir estas). La
sentencia, en este caso, será absolutoria, porque la insuficiencia de las
mismas – desde el punto de vista subjetivo del Juez – genera duda de la
culpabilidad del acusado (in dubio pro reo), lo que da lugar a las
llamadas sentencias absolutorias de primer y segundo grado,
respectivamente.
Ahora bien, como expresa SAN MARTIN CASTRO, las dudas del Juez en
sede de valoración probatoria pueden tener de origen: “bien en la
insuficiencia per se dé la prueba de cargo, bien en la ponderación de las
pruebas de cargo y de descargo que, en su caso, se hayan practicado. Se
infringe esta regla, por consiguiente, cuando el Juez ha condenado a pesar
de la existencia real de una duda. Desde esta perspectiva no importa si el
órgano jurisdiccional dudó o no, sino si debió dudar, en tanto exista a la
imputación una hipótesis alternativa razonable”.
Sobre este particular, SANCHEZ VELARDE ha dicho que: “si la
presunción de inocencia no se desvirtúa en virtud de la prueba u se
genera en el juzgador una duda razonable, deberá decidir la aplicación
del otro principio que es el indubio pro reo”. En su opinión, éste es: “un
principio auxiliar que se ofrece al juez a la hora de valorar la prueba, de
modo que, una vez practicada, si no llega a ser bastante para que pueda
formar su convicción o apreciación en consecuencia, en orden a la
culpabilidad o no del procesado, sus razonadas dudas habrá de
resolverlas siempre favor del reo”.
En esa misma línea, SANCHEZ VELARDE indica que el indubio pro reo
exige tres requisitos distintos: a) certeza subjetiva por parte del tribunal
acerca de la verdad de la imputación; b) que la certeza subjetiva sea
obtenida- o al menos justificada – partiendo de los elementos probatorios
producidos en el juicio; y c) que la certeza obtenida a partir de esos
elementos sea alcanzada – o al menos justificada – mediante indiferencias
válidas. Por lo tanto, la exigencia de la in dubio pro reo no debe ser
exclusivamente subjetiva, sino debe construir una certeza subjetiva
racional. En definitiva, si falta la convicción de que el acusado cometió
el hecho – componente subjetiva – o la probabilidad lindante con la
seguridad – componente objetiva -, el Tribunal deberá absolver.
Sobre esto, SAN MARTIN CASTRO manifiesta que la declaración de
culpabilidad: “solo procede cuando resulte ser la única certeza a que
razonablemente puede llegar el juez en la apreciación de la prueba… [por
tanto] debe absolverse al imputado siempre que el juez no haya
alcanzado la certeza necesaria acerca de la culpabilidad que se le atribuye
sobre la base del material probatorio disponible. La existencia de una
hipótesis alternativa razonable, igualmente fundada, impide considerar
que la condena se basa en prueba de cargo bastante, de modo que en este
caso resulta vulnerada a la presunción de inocencia en su manifestación
de regla de juicio; el juez, entonces, no puede tener la certeza de la
culpabilidad del imputado y, por tanto, debe aclarar su inocencia”.
Sobre el tema de la valoración de la prueba en los delitos sexuales, la
Corte Suprema en la Casación N° 292-2014/Ancash ha determinado que:
3.2.14. Ahora bien, el juez frente a la prueba científica, debe eximirse
de realizar el trabajo de valoración. Es responsabilidad del juez
interpretar esos resultados correctamente y atribuirles un determino
peso en la formación de su convicción sobre el hecho principal. Ello
es importante, pues no es lo mismo que la prueba guarde una
relación directa con el hecho principal que se pretende probar ese
hecho principal.

CONCLUSION:

En el presente caso, la sentencia apelada ha vulnerado el derecho a la


presunción de inocencia en su manifestación del indubio pro reo,
como regla de juicio. Los jueces tanto al juzgador como del
Colegiado me han considerado autor de los delitos imputados sin
que exista certeza sobre mi participación en los mismos. -
En efecto, la ausencia de elementos de pruebas debe tener como
lógica consecuencia que exista duda respecto a mi participación en
los hechos imputados; sin embargo, los Magistrados han afirmado
que he sido autor del delito sexual a partir de meras referencias que
no se han corroborado con una prueba científica, por lo que,
aplicando reglas de la experiencia y la lógica, no pueden sostener
una imputación sin dejar dudas.
3.DERECHO A LA PRESUNCION DE INOCENCIA Y
PROSCRIPCION DE RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO
El artículo VII del Título Preliminar del Código Penal Peruano reconoce
como principio limitador del ius puniendi estatal al principio de
culpabilidad o responsabilidad, estableciendo expresamente que: “La
pena requiere de la responsabilidad penal del autor. Queda proscrita toda
forma de responsabilidad objetiva”.
Según ha señalado el Tribunal Constitucional, el principio de
responsabilidad personal y la proscripción de responsabilidad por hecho
ajeno constituyen una manifestación del principio de la culpabilidad, que
a su vez es uno de los pilares sobre los que descansa el Derecho Penal.
Este principio de culpabilidad si bien no goza de reconocimiento
constitucional expreso, puede ser derivado del principio
proporcionalidad de la pena y de legalidad penal. Así, el principio de
culpabilidad brinda l justificación de la imposición de penas cuando la
realización de delitos sea reprobable a quien los cometió, de este modo
queda proscrita la responsabilidad objetiva.
CONCLUSION:
En el presente caso, la condena emitida por el juzgado vulnera el
principio de proscripción de la responsabilidad objetiva en materia
penal, pues me considera autor de los hechos a partir de las
declaraciones de las víctima, declaraciones referenciales o exámenes
psiquiátricos o de medicina legal que acreditarían la realización solo
del hecho.
Mi participación no ha sido corroborada con elementos de prueba
suficientes, pese a que, por la naturaleza de los hechos, se podría
acreditar, pese a las pruebas de parte aportadas para demostrar que
yo no sería autor de los hechos que se me incriminan.

4.DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACION DE LA VALORACION


DE LA PRUEBA

Como ha señalado el Tribunal Constitucional, el derecho a la debida


motivación de las resoluciones - regulado en el art. 139°.5 de la
Constitución Política y recogido en el numeral 1 del artículo II de Título
Preliminar del Código Procesal Penal- importa que los jueces, al resolver
las causas, expresen las razones o justificación objetivas que los llevan a
tomar una determinada decisión. Esas razones, deben provenir no solo
del ordenamiento Jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los propios
hechos debidamente acreditados en el trámite del proceso.
Como el mismo Tribunal ha señalado, está fuera de toda duda que se
viola este derecho a una decisión debidamente motivada, cuando nos
encontramos ante la inexistencia de motivación o motivación aparente,
esto es, cuando la motivación es inexistente o cuando la misma es solo
aparente, en el sentido de que no da cuenta de las razones mínimas que
sustentan la decisión o de que no responde a la alegaciones de las partes
del proceso, o porque solo intentan dar un cumplimiento formal al
mandato, amparándose en frases sin ningún sustento fáctico o jurídico.
Esta patología en la motivación de las resoluciones judiciales suele
plantearse frente a los supuestos de irregularidad en la valoración de la
prueba, respecto a lo cual SAN MARTIN CASTRO ha señalado que la
motivación es, en cuanto a la parte probatoria, la expresión de la
valoración.

El Tribunal Constitucional ha establecido que el juez puede utilizar la


prueba indiciaria como sustento de una condena, estando obligado a
observar la debida motivación. Para los Magistrados Constitucionales, si
bien el juez penal es libre para obtener su convencimiento porque no está
vinculado a reglas legales de la prueba y, entonces, puede también llegar
a la convicción de la existencia del hecho delictivo y la participación del
imputado, a través de la prueba indirecta (prueba indiciaria o prueba por
indicios), será preciso empero que cuando ésta sea utilizada, quede
debidamente explicitada en la resolución judicial; pues no basta con
expresar que la conclusión responde a las reglas de la lógica, las máximas
de la experiencia o a los conocimientos científicos, sino que dicho
razonamiento lógico debe estar debidamente exteriorizado en la
resolución que la contiene.
Asimismo, señala el Tribunal Constitucional que resulta válido afirmar
que si el Juez puede utilizar la prueba indirecta para sustentar una
sentencia condenatoria, y si ésta, a su vez, significa la privación de la
libertad personal, entonces, con mayor razón, estará en la obligación de
darle el tratamiento que le corresponde; solo así se podrá enervar
válidamente el derecho a la presunción de inocencia, así como se
justificará la intervención al derecho a la libertad personal, y por
consiguiente, se cumplirán las exigencias del derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales, conforme a las exigencias del
derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, conforme a
las exigencias previstas por el artículo 139°.5 de la Constitución. En este
sentido, lo mínimo que debe observarse en la sentencia y que debe estar
claramente explicitado o delimitado son los siguientes elementos: el
hecho base o hecho indiciario, que debe estar plenamente probado
(indicio); el hecho consecuencia o hecho indiciado, lo que se trata de
probar (delito) y entre ellos, el enlace o razonamiento deductivo. Este
último, en tanto que conexión lógica entre los dos primeros debe ser
directo y preciso, pero además debe responder o sujetarse plenamente a
las reglas de la lógica, a las máximas de la experiencia o a los
conocimientos científicos.
Sobre el particular, la doctrina procesal penal aconseja que debe
asegurarse una pluralidad de indicios, pues su variedad permitirá
controlar en mayor medida la seguridad de la relación de causalidad
entre el hecho conocido y el hecho desconocido; sin embargo, también se
admite que no existe obstáculo alguno para que la prueba indiciaria
pueda formarse sobre la base de un solo indicio, pero de singular
potencia acreditativa. En cualquier caso, el indicio debe ser concomitante
al hecho que se trata de probar, y cuando sean varios, deben estar
interrelacionados, de modo que se refuercen entre sí.
También, la Corte Suprema en su sentencia recaída en el R.N. N° 1912-
2005/Piura, el cual constituye precedente vinculante en razón al
Acuerdo Plenario N° 1-2006, se ha referido a la prueba por indicios en los
siguientes términos:
“Lo característico de esta prueba es que su objeto no es directamente
el hecho constitutivo del delito, tal y como está regulado en la ley
penal, sino otro hecho intermedio que permite llegar al primero por
medio de un razonamiento basado en el nexo causal y lógico
existente entre los hechos probados y los que se tratan de probar;
que, respecto al indicio, (a) éste –hecho base – ha de estar
plenamente probado – por los diversos medios de prueba que
autoriza la ley -, pues de lo contrario sería una mera sospecha sin
sustento real alguno, (b) deben ser plurales, o excepcionalmente
únicos pero de una singular fuerza acreditativa, (c) también
concomitantes al hecho que se trata de probar – los indicios deben
ser periféricos respecto al dato fáctico o probar, y desde luego no
todos lo son-, y (d) y deben estar interrelacionados, cuando sean
varios, de modo que se refuercen entre sí y que no excluyan el hecho
consecuencia – no solo se trata de suministrar indicios, sino que
estén imbricados entre sí.-“
Para el Tribunal Constitucional, el razonamiento probatorio indirecto, en
su dimensión probatoria, exige que la conclusión sea adecuada, esto es,
que entre los indicios y la conclusión exista una regla de la lógica,
máxima de la experiencia o conocimiento científico, y que el
razonamiento esté debidamente explicitado y reseñado en la sentencia. Y
es que, a los efectos del control de calidad del curso argumental del juez
(control del discurso), ello supone mínimamente que de su lectura debe
verse cuál o cuáles son los indicios que se estiman probados y cuál o
cuáles son los hechos a probar. Pero, además, se exige que se exige que se
haya explicitando qué regla de la lógica, máxima de la experiencia o qué
conocimiento científico han sido utilizados, y si hubieran varios de estos,
porque se ha escogido a uno de ellos.
Sobre lo mismo, cabe señalar que, si bien la convicción es individual o
personal del juzgador, también lo es que mínimamente debe
exteriorizarse el proceso razonable lógico utilizado para llegar a dicha
convicción. Entenderlo de otro modo supone la aceptación práctica del
hecho de que el juez pueda situarse potestativamente por encima de un
deber constitucional, inequívocamente impuesto. Y es que, desde una
perspectiva estrictamente constitucional, no se puede establecer la
responsabilidad penal de una persona y menos restringir la efectividad
de su derecho fundamental a la libertad personal a través de la prueba
indiciaria, si es que no se ha señalado debidamente y con total objetividad
el procedimiento para su aplicación. Ello aquí significa deja claro cómo
hay que hacer las cosas, es decir, las sentencias, si se requiere que
definitivamente se ajustan al único modelo posible en este caso: el
constitucional.
Al respecto, NEYRA FLORES indica que “el magistrado debe
imperativamente expresar cuáles son las razones son las razones que,
surgidas solo de las pruebas, determinan la decisión adoptada, indicando
cuál fue el camino deductivo seguido para llegar a esa conclusión y no
solo el resultado de la operación mental. Esto impide que el órgano
jurisdiccional pueda decidir basado sólo en su capricho, en simples
conjeturas o en su íntimo convencimiento”. Considerando que: “el
recorrido de cada razonamiento realizado por el juez debe estar
debidamente justificado y manifestado expresamente en la sentencia”.

CONCLUSION:

Señor Juez, en el presente caso, la condena emitida por el Juzgado ha


vulnerado el derecho a la debida motivación en la valoración de la
prueba, pues me condeno sin respetar los requisitos legitimadores
de la prueba por indicios, prescritos por la Corte Suprema en el R.N.
N° 1912- 2005/Piura, y que constituyen procedente vinculante en
razón al Acuerdo Plenario N° 1-2006.
En efecto, si bien los indicios a los que hacen referencia los
Magistrados en sus sentencias sirven para acreditar la comisión del
hecho delictivo; sin embargo, no resultan siendo suficientes para
acreditar mi autoría en él, pues ello no está plenamente probado,
tratándose solo de una mera sospecha sin sustento real alguno. No
existe pluralidad de indicios sobre mi participación y existiendo uno
que sería de singular fuerza acreditativa como Psicológica y
Psiquiátrica, esta no se valoró.

VI.MEDIOS PROBATORIOS Y ANEXOS:

Que ofrezco los siguientes ANEXOS COMO MEDIOS


PROBATOTRIOS de mi demanda de Habeas Corpus:
 ANEXO 1-A: Copia simple de mi documento nacional de
identificación.
 ANEXO 1-B: Copia simple de Resolución N° 08 (Auto
enjuiciamiento)
 ANEXO 1-C: Copia certificada de la Sentencia de fecha 06-02-
2019.
 ANEXO 1-D: Copia certificada de la Resolución que declara
consentida la sentencia.
 ANEXO 1-E: Audios del requerimiento de Prisión Preventiva.

POR LO EXPUESTO:
Pido a usted, Señor Juez, se sirve admitir a trámite la presente demanda
constitucional, tramitara conforme a su naturaleza y en su oportunidad
declararla fundada en todos los extremos peticionados.

OTROSI DIGO: En atención a los dispuesto por el artículo 139° inciso 14


de la Constitución Política, en el extremo que consagra el irrestricto
derecho de defensa como una garantía fundamental de nuestro
ordenamiento jurídico, designo como mi abogado defensor al letrado que
suscribe el presente escrito a quien se le deberá permitir actuar de
conformidad con las facultades previstas en el artículo 290° del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Cañete ,30 de setiembre de 2020.

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