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Tipos o Modelos Organizativos Vigentes

El modelo organizacional es la forma en la que se distribuye y organiza una empresa. Define la


estructura que utiliza para la toma de decisiones y la actividad productiva, que incluye la distribución
de áreas, jerarquizándolas y dotándolas de contenido. Además, establece las dinámicas entre los
diferentes departamentos, funciones, reglas, roles y responsabilidades. También determina cómo
fluye la información entre los diferentes niveles de la organización.

Así pues, los modelos organizacionales permiten a las empresas crecer de manera ordenada, además
de la especialización de sus diferentes áreas, ya sea con la toma de decisiones centralizada, si
provienen de la dirección general, o descentralizada, definidas por los diferentes equipos de trabajo,
pero siempre basándose en una colaboración y coordinación de los diferentes departamentos de
estructura de la organización.

Hay muchos tipos de modelos organizativos eficaces y cada uno se adapta a la naturaleza y las
peculiaridades de cada compañía, por lo que no hay un único modelo ideal que funcione en todas las
empresas, ya que hay que tener en cuenta aspectos como el tamaño de la empresa, las tareas que
se realizan, los procesos de trabajo a tener en cuenta o las relaciones de autoridad y jerarquía en el
seno de la organización. Además de los citados, hay otros como los factores tecnológicos, las vías de
comunicación o las estrategias competitivas particulares de cada empresa que hay que tener en
consideración, sin olvidar aspectos como la cultura empresarial, que puede facilitar o no la
implementación de un modelo u otro.

Dicho eso, podemos encontrar varios modelos de organización predominantes por ser los más
habituales en el tejido productivo empresarial. Uno de los principales es el modelo horizontal, que
consiste en uno relacional con jerarquías difuminadas. Sus elementos clave son la división del
trabajo, la especialización y la participación activa de todos los integrantes. En ellas, el liderazgo se
ejerce de una manera colaborativa o democrática. Se fomenta la comunicación multidireccional y la
participación activa de los miembros.

Otro de los más comunes es el vertical, que se recrea gráficamente con una forma piramidal. El
liderazgo lo ostenta una persona o un pequeño grupo directivo. De hecho, una de sus señas de
identidad más definitoria es la centralización del poder en la toma de decisiones. Asimismo,
predomina la comunicación que fluye de arriba hacia abajo, con una delegación de tareas y unidad
de mando que se basan en la subordinación.

También podemos hallar el diseño de modelo del equilibrio, que combina elementos de los dos
anteriores. Ejemplo de ello puede ser una empresa con estructura piramidal que valora la autoridad
y la cohesión, pero que fomenta la participación e interacción entre los miembros de la empresa,
promoviendo la motivación de los empleados y el trabajo en equipo.

Además de estos tres tipos de modelos de organización, existen otros que responden a diferentes
tipos de clasificación. Así, podemos encontrar el funcional, que promueve la delegación de tareas y
la organización horizontal, el lineal, que es del tipo vertical, jerarquizado y centralizado, el
adhocrático, que toma como referencia el diseño de equilibrio y que se usa para entidades que
trabajan por proyectos y no tienen una dirección jerarquizada. En otra línea se encuentra el modelo
divisional, propio de empresas multinacionales, separadas por unidades tan autónomas que podrían
concebirse en sí mismas como pequeñas empresas y, por último, el modelo matricial, donde los
miembros del equipo están liderados por varias personas en función de su especialización.

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