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1.

EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)

1.1. Concepto, etiología, tipos y características del TDAH

Tal y como lo conceptualizan Marco, Grau y Presentación (2011), se caracteriza por una serie
de disfunciones cognitivas o neuropsicológicas que, junto a las manifestaciones conductuales,
producen un impacto generalizado en distintas áreas del desarrollo. Actualmente se considera
un trastorno de tipo psicopatológico que abarca el ciclo vital y que se caracteriza por una
mayor presencia de conductas hiperactivas e impulsivas en los primeros años de vida, mientras
que en la adolescencia o edad adulta las manifestaciones más destacables son la inatención y
la desorganización conductual (Marco, Grau y Presentación, 2011). Silver (2004) relaciona esta
disminución de los problemas de conducta al llegar la pubertad con la maduración de la
corteza frontal. El DSM V TM (APA, 2013) incluye el trastorno de déficit de
atención/hiperactividad (Attention-Deficit/Hiperactivity Disorder) dentro de los trastornos
neuroevolutivos junto con las deficiencias intelectuales, los trastornos de la comunicación, los
trastornos de espectro autista o los trastornos o dificultades específicas de aprendizaje, y lo
caracteriza con criterios diagnósticos muy definidos (tabla 9.1). Para la CIE-10 este síndrome,
denominado «trastorno de la actividad y la atención», está comprendido dentro del grupo de
trastornos del comporta miento y de las emociones de comienzo en la infancia y la
adolescencia, en el subgrupo de trastornos hipercinéticos, que contempla cuatro entidades
diagnósticas diferenciadas: el trastorno de la actividad y de la atención, el trastorno
hipercinético disocial, otros trastornos hipercinéticos y el trastorno hipercinético sin
especificación. Aunque no han llegado a un acuerdo total, ambos sistemas clasificatorios
coinciden tanto en los tres síntomas nucleares del trastorno (desatención, hiperactividad e
impulsividad) como en la persistencia de éstos a través del tiempo y de los diferentes
contextos.

SINTOMAS Y CARACTERISTICAS DEL TDAH.

Las investigaciones neurobiológicas, a partir de los resultados obtenidos mediante


neuroimagen en niños con TDAH, han evidenciado patrones de activación anómala de los
circuitos neuronales y/o anomalías neuroquímicas en el córtex prefrontal (hemisferio derecho),
los ganglios basales (núcleo caudado y putamen), el cuerpo calloso y el cerebelo, mientras que
los factores genéticos destacan formas alteradas del gen DAT1 y del D4, ambos
neurotransmisores relacionados con la manera de emplear la dopamina. Por otro lado, los
estudios realizados sobre incidencia familiar apoyan la idea de que el TDAH se transmite
genéticamente (Siegenthaler y Marco, 2011). Otros factores etiológicos se asocian a riesgos
prenatales o perinatales (drogas consumidas durante el embarazo, partos distócicos,
complicaciones en el momento del parto que dan lugar a lesiones cerebrales, especialmente en
las zonas prefrontales, etc.), e incluso a la exposición a agentes químicos durante el desarrollo,
como por ejemplo la exposición a altos niveles de plomo en la temprana infancia. También se
ha barajado el factor nutricional a nivel etiológico, pero no parece existir ninguna evidencia
científica (que demuestre la relación causa-efecto) de que una dieta inadecuada (rica en
colorantes, aditivos y/o azúcares) contribuya a la aparición del TDAH, a pesar de que algunas
investigaciones han señalado que los niños mejoraban cuando se suprimía este tipo de
alimentos de su dieta (Pérez, Poveda, Gomis y López, 2011). Por último, los estudios sobre
factores socioambientales indican que éstos pueden influir en la mayor gravedad de los
síntomas, en el peor pronóstico del TDAH y en el aumento del riesgo de presentar trastornos
asociados (trastornos emocionales, conductas inadecuadas, dificultades de aprendizaje, etc.),
pero raramente podemos considerarlos la causa que genera el trastorno. En todo caso lo que sí
se acepta cada vez con mayor seguridad es que el TDAH se puede considerar un síndrome
neurológico de carácter más congénito que adquirido, y de causa u origen desconocido, a pesar
de los múltiples factores etiológicos que se pueden apuntar.

Características del TDAH Los niños con TDAH

son, con frecuencia, etiquetados como molestos, distraídos, vagos, etc. Es importante que los
profesores sepan qué es el TDAH para que tengan una visión distinta del problema. En este
sentido, los profesores deben saber diferenciar entre la mala conducta voluntaria y la mala
conducta involuntaria (Ramírez, 2011). La mala conducta voluntaria es intencionada y causa
problemas cuando los niños deciden no comportarse de acuerdo con lo que se les ha pedido.
La mala conducta involuntaria que resulta del TDAH que padece el niño origina también
consecuencias no deseadas, e incluso más difíciles de abordar. El niño no desea
voluntariamente crear estos problemas, y la capacidad que el profesor tenga para aceptar y
reconocer este hecho le ayudará a tener expectativas realistas con respecto a la conducta de
aquél. Pero, lógicamente, la mala conducta involuntaria, resultado del TDAH, no debe ser
ignorada, sino que requiere técnicas y estrategias educativas adecuadas, tanto por parte de los
educadores como de los padres.

INATENCIÓN-HIPERACTIVIDAD E IMPULSIVIDAD.

Se caracteriza por una combinación de síntomas de inatención, hiperactividad e


impulsividad. A continuación, se detallan los síntomas y características principales del
TDAH:

Síntomas de Inatención:

1. Dificultad para prestar atención a los detalles y cometer errores descuidados en el


trabajo escolar o tareas.
2. Dificultad para mantener la atención en actividades o juegos.
3. Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
4. A menudo no sigue las instrucciones y no completa tareas escolares, tareas
domésticas u otras obligaciones.
5. Evita o muestra desgana por tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
6. Pierde objetos necesarios para tareas y actividades.
7. Se distrae fácilmente por estímulos externos.
8. Es olvidadizo en actividades diarias.

Síntomas de Hiperactividad:

1. Frecuente inquietud o incapacidad para quedarse sentado en situaciones en las que


se espera que lo haga.
2. Se levanta de su asiento en situaciones en las que se espera que permanezca
sentado.
3. Corre o trepa en situaciones inapropiadas.
4. Incapacidad para jugar o participar en actividades de manera tranquila.
5. Habla en exceso.

Síntomas de Impulsividad:
1. Dificultad para esperar su turno en situaciones grupales o en juegos.
2. Interrumpe o interfiere en las conversaciones o juegos de los demás.
3. Responde a preguntas antes de que se hayan completado.
4. Dificultad para controlar sus impulsos emocionales, lo que puede resultar en
respuestas impulsivas o reacciones emocionales exageradas.

Es importante destacar que no todos los individuos con TDAH presentan todos estos
síntomas, y la gravedad y la combinación de síntomas pueden variar ampliamente de una
persona a otra. Para recibir un diagnóstico de TDAH, los síntomas deben ser crónicos y
causar un deterioro significativo en el funcionamiento social, académico o laboral.

El TDAH es un trastorno complejo y se debe abordar con un enfoque multidisciplinario que


puede incluir terapia conductual, terapia cognitivo-conductual, apoyo educativo, y en
algunos casos, medicamentos. El diagnóstico y tratamiento deben ser realizados por
profesionales de la salud mental, como psicólogos o psiquiatras, con experiencia en el
trastorno.
EVALUACIÓN Y DIAGNOSTICO.

Siguiendo a García, Soriano y Roselló (2011), se presentan a continuación las áreas de


evaluación en el TDAH y algunas herramientas para su evaluación: — Evaluación
neuropsicológica: a) Test de inteligencia: WECHSLER (2012), para descartar un posible déficit
intelectual. b) Flexibilidad cognitiva: WCST: CV4, Wisconsin Card sorting Test Computer (versión
informatizada del clásico Test de cartas de Wisconsin) de Heaton y Staff (2009). c) Control
inhibitorio: Stroop. Test de colores y palabras de Golden (2010), que aprecia la capacidad de
inhibición y la sensibilidad a la interferencia. d) Organización y planificación: Test de copia de
una figura compleja de Rey (2009), que evalúa la actividad perceptiva, el control motor y la
memoria visual y en el que se valora el tipo de construcción, la rapidez, la exactitud... e)
Memoria de trabajo: subprueba de dígitos del WISC-R del Wechesler (2011), para ver la
capacidad de mantener y manipular una cantidad limitada de información en la memoria a
corto plazo necesaria para guiar una acción. f ) La atención: CSAT, Tarea de atención sostenida
en la infancia, de Servera y Llabrés (2004), para niños entre seis y 11 años. — Evaluación
socioemocional: a) Autoconcepto/autoestima: A-EP. Cuestionario de evaluación de autoestima
en educación primaria, de Ramos, Jiménez, Muñoz-Adell y Lapaz (2006), para aplicar a niños
entre los nueve y los 13 años. b) Ansiedad/depresión: CAS. Cuestionario de ansiedad infantil de
Gillis (2011), para niños de seis a ocho años, y Cuestionario educativo clínico: ansiedad y
depresión (CECAD) de Lozano, García y Lozano (2011), para aplicar desde los siete de edad. c)
Evaluación del desempeño académico: Prueba de lenguaje oral Navarra-Revisada (PLON-R) de
Aguinaga, Armentia, Fraile y Uriz (2005), el Peabody o Test de vocabulario en imágenes de
Dunn, Dunn y Arribas (2010). — Evaluación del contexto familiar: Escala de problemas de
conducta para padres (EPC) de Navarro, Peiró, Llácer y Silva (1993). Además, se realizará una
entrevista clínica para niños con TDAH que incluirá todos los aspectos vinculados con el
desarrollo del embarazo, enfermedades, tratamientos recibidos, historia escolar... —
Evaluación en el contexto escolar: Cuestionario de evaluación de las habilidades sociales en
clase, adaptado de Goldstein y Pollok (1988).

MANEJO Y TRATAMIENTO

El tratamiento del TDAH exige un abordaje multidisciplinar: pediatra, psiquiatra infantil,


psicólogo clínico, neurólogo, maestro, logopeda y/o psicólogo escolar. Sus objetivos son reducir
los síntomas del TDAH, la comorbilidad1 y el riesgo de complicaciones, educar al paciente y su
entorno sobre el trastorno, adaptar ese entorno a las necesidades del paciente y mejorar la
forma de abordar esta problemática por parte de padres y profesores. No obstante, es
importante que el maestro tenga algunas nociones sobre el tratamiento psicofarmacológico del
TDAH puesto que puede provocar modificaciones en la conducta del niño, a pesar de sus
efectos beneficiosos (tabla 9.4). Es importante que el maestro sepa que el tratamiento
farmacológico más frecuente para la hiperactividad es la prescripción de psicoestimulantes.
Cuando se emplea este tipo de medicación el maestro ha de saber qué comportamientos
podrían cambiar y qué efectos secundarios pueden aparecer. Por tanto, es necesario conocer
que estos fármacos producen mejorías en la atención sostenida en la tarea, la concentración, el
control 1 Comorbilidad: término médico, acuñado en 1970, referido a la presencia de uno o
más trastornos (o enfermedades), además de la enfermedad o trastorno primario, y al efecto
de estos trastornos o enfermedades adicionales. de impulsos y la conducta disruptiva, pero
también generan o pueden generar algunas consecuencias negativas, como: — Inhibición
social, reducción del apetito, insomnio, irritabilidad, dolor de cabeza y de estómago y ansiedad
con síntomas tales como onicofagia (morderse las uñas). — Efecto de «conducta rebote»:
deterioro en la conducta que ocurre por la tarde y al anochecer. Los estimulantes no están
indicados para los problemas de conducta en niños preesco lares o con retraso grave, ni
tampoco para la conducta desafiante, actividades antisociales y fraca so escolar. Los efectos
beneficiosos del tratamiento integral (psicológico, farmacológico, social) del TDAH a largo plazo
son múltiples, y la intervención no sólo se centra en el niño, sino que ha de tener en cuenta a
los padres y a los maestros. La intervención centrada en el niño tiene como pilaTABLA 9.3
Variables que influyen en la detección y el empeoramiento del TDAH — El TDAH no puede
detectarse cuando... — El entorno es muy estructurado. — La situación es nueva. — Las
actividades son interesantes. — El contexto está muy controlado y supervisado. — Hay
recompensas frecuentes. — Se recibe atención individual. — El TDAH empeora cuando... — La
situación es no estructurada. — Las actividades son repetitivas. — Las situaciones son
aburridas. — Cuando no hay muchas distracciones. — Cuando la supervisión es mínima. — Si
se requiere atención o esfuerzo mental sostenido. TABLA 9.4 Efectos beneficiosos del
tratamiento del TDAH a largo plazo — Mejora la relación con los iguales. — Mejora el
rendimiento académico. — Tranquiliza a la familia. — Previene la morbilidad psiquiátrica. —
Previene el abuso de sustancias tóxicas. — Previene los riesgos de la impulsividad. Trastornos
por déficit de atención y comportamiento perturbador / 265 © Ediciones Pirámide res básicos
la psicoeducación, la psicofarmacología y la utilización de técnicas terapéuticas de tipo
cognitivo-conductual dirigido a adquirir conductas nuevas, mantenerlas y reducir o debilitar
conductas no deseadas mediante entrenamiento en autocontrol, administración de
recompensas y entrenamiento autoinstruccional. La psicoeducación y la formación son
elementos fundamentales a la hora de abordar la intervención en la familia y en la escuela.

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