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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

Asignatura

Psicología del ajuste

PSI-342-01

Profesora

Natasha Díaz

Estudiante

Arian Joseph Polanco Ogando

Matrícula

21-0194
INTRODUCCIÓN

En el siguiente trabajo se realizará un estado del arte acerca del trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH), el cual pertenece a los trastornos del neurodesarrollo.
Para tener una base sólida sobre el trabajo en general, según el DSM-5 podemos definir los
trastornos del neurodesarrollo como un grupo de afecciones con inicio en el período del
desarrollo y estos se manifiestan normalmente de manera precoz en el desarrollo, a menudo
antes de que el niño empiece la escuela primaria, caracterizándose por un déficit del
desarrollo que produce deficiencias del funcionamiento personal, social, académico u
ocupacional.

Los trastornos del neurodesarrollo agrupan una serie de otros trastornos, siendo los
siguientes: trastorno del desarrollo intelectual, trastornos de la comunicación, trastorno del
lenguaje, trastorno fonológico, trastorno de la fluidez de inicio en la infancia, trastorno de
la comunicación social, trastorno de la comunicación no especificado, trastorno del
espectro autista, trastorno por déficit de atención/hiperactividad y sus variantes, trastorno
de movimientos estereotipados, etc.

Entrando más en materia, se tocará el concepto de TDAH, los síntomas más comunes,
causas, diagnóstico y los tratamientos más utilizados para tratar este trastorno del
neurodesarrollo, sin obviar que todas estas investigaciones contarán con sus respectivas
citas y fuentes bibliográficas.

Sin más dilación, puede continuar con la lectura.


TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno mental que


comprende una combinación de problemas persistentes, como dificultad para prestar
atención, hiperactividad y conducta impulsiva. El TDAH en los adultos puede llevar a
relaciones inestables, mal desempeño en el trabajo o en la escuela, baja autoestima y otros
problemas recurrentes (Mayo Clinic, 2021).

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno del neurodesarrollo


de carácter neurobiológico que se origina en la infancia y que afecta a lo largo de la vida,
que se caracteriza por la presencia de tres síntomas típicos: déficit de atención,
impulsividad e hiperactividad motora o vocal (Adana, 2021).

Síntomas

Como tal, se empieza a identificar como un trastorno cuando estos síntomas o los
comportamientos que se deriven se pueden observar con mucha mayor frecuencia e
intensidad en los niños/adolescentes de igual edad y, a su vez, interfieran en la vida
cotidiana en dos o más de los siguientes contextos: en casa, la escuela o su entorno en
general. Es bueno tomar en cuenta que no todos los niños con este trastorno manifiestan los
mismos síntomas y con la misma intensidad (pudiendo presentarse como leve, moderado o
grave).

Según el DSM-5, para diagnosticar el TDAH en cualquiera de sus categorías:

● Algunos de los síntomas que causan alteraciones, estaban presentes antes de los 12 años
de edad.

● Algunas alteraciones provocadas por los síntomas, se presentan en dos o más ambientes
(por ejemplo, en casa y en la escuela).

● Debe haber pruebas claras de deterioro clínicamente significativo de la actividad social,


académica o laboral, es decir de que los síntomas interfieren de forma significativa la vida
de la persona.
● Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de
otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo,
trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la
personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).

En cuanto al TDAH en adultos, durante muchos años se ha considerado que el TDAH es un


trastorno exclusivamente de la infancia y de la adolescencia, aunque la realidad no es ésta.
Los síntomas y el impacto del TDAH en la mayoría de los casos se mantienen en la edad
adulta, y en el caso de las mujeres, el diagnóstico de muchas de ellas suele establecerse a
esta edad.

Los síntomas del adulto con TDAH suelen ser diferentes al de los niños. Por ejemplo, la
hiperactividad se hace menos visible y se transforma en una inquietud más interna y en una
búsqueda de actividad o emoción constante. Los problemas de atención son probablemente
los que más persisten ya que estos acarrean dificultades en los adultos a la hora de llevar a
cabo las tareas, gestionar su tiempo o ser organizados y consistentes. Los síntomas
impulsivos se mantienen en la mayoría de los casos, lo que conlleva a problemas en la vida
familiar, social o laboral. Se observa en los adultos una mayor frecuencia de cambios
laborales precipitados y constantes, rupturas sentimentales o conductas de riesgo, entre
otras situaciones.

Causas

En cuanto a las causas de este trastorno, Javier Blumenfeld, pediatra y responsable de la


consulta de TDAH del Hospital de El Escorial (Madrid), expone que este trastorno "se
produce principalmente por alteraciones en una región del cerebro llamada corteza
prefrontal, donde se realizan funciones mentales tan importantes como la concentración, el
control de impulsos y la memoria a corto plazo, también llamada memoria de trabajo". En
apoyo a lo dicho por Blumenfeld, de acuerdo con los estudios realizados estos últimos años
mediante técnicas de formación de imágenes (Resonancia magnética) es posible que en el
TDAH exista un mal funcionamiento de ciertas zonas-regiones cerebrales. Los estudios
sugieren la implicación de la zona prefrontal del cerebro, una zona del cerebelo y los
ganglios de la base.
Estos hallazgos encajan con los estudios neuropsicológicos que demuestran que dichas
zonas están estrechamente relacionadas con la detención o retraso de las respuestas
automáticas (impulsivas) y con la regulación de la atención.

Pero si de causas hablamos, la principal causa de este trastorno es la genética y existe un


componente hereditario, pero existen multitud de causas ambientales que pueden producir
disfunción en esta parte del cerebro, y, por lo tanto, TDAH.

Entre los factores no genéticos relacionados con el TDAH se encuentran los factores de
riesgo perinatales (tabaco, alcohol, drogas consumidas durante el embarazo); las
complicaciones en el momento del parto que dan lugar a lesiones cerebrales, especialmente
en las zonas prefrontales y la exposición a altos niveles de plomo en la temprana infancia,
los cuales pueden explicar sólo un 20%-30% de los casos de niños con TDAH. No parece
existir ninguna evidencia científica de que una dieta inadecuada contribuya al TDAH.

Los estudios que han valorado variables ambientales han relacionado el TDAH con
ambientes familiares desorganizados o psicopatología paterna presente. Muy
probablemente este tipo de familias sea generador de ambientes patogénicos, es decir,
favorezcan la aparición de trastornos mentales en general.

Los estudios sobre factores socio-ambientales indican que estos pueden influir en la mayor
gravedad de los síntomas, en el peor pronóstico del TDAH y en el aumento del riesgo de
presentar trastornos asociados (trastornos emocionales, conductas inadecuadas, dificultades
de aprendizaje, etc.) pero raramente podemos considerarlos como la causa que genera el
trastorno.

Diagnóstico

En cuanto al diagnóstico, este debe ser realizado preferentemente por un equipo


multidisciplinar integrado al menos por un psiquiatra y un psicólogo clínico con
conocimientos sobre el TDAH. Los padres y profesores habitualmente detectan problemas
y los profesionales establecen el diagnóstico.

Fundamentalmente el diagnóstico se basa en una evaluación a nivel médico, psicológico y


pedagógico orientada respectivamente a determinar las condiciones físicas del niño, su
estado emocional, sus capacidades y su nivel de aprendizaje. Con todo esto se podrá
descartar que las dificultades de comportamiento o/y rendimiento escolar se deban a otras
causas distintas del TDAH.

El diagnostico del TDAH puede tornarse dificultoso debido a la presencia de comorbilidad


y de síntomas del trastorno en otras entidades diagnósticas, lo cual dificulta el diagnóstico
diferencial y para su realización se necesitará información de los padres, de los profesores y
del propio niño, siendo importante utilizar diferentes instrumentos diagnósticos como
cuestionarios, entrevistas clínicas, pruebas y si es posible la observación directa del niño en
la misma escuela.

Como tal, generalmente las manifestaciones del TDAH se empiezan a observar claramente
con el inicio de la escuela primaria, cuando aumenta el nivel de exigencia referente a la
atención y autocontrol en clase, el horario es más estructurado y disminuye el grado de
supervisión individualizada en detrimento de la exigencia de un mayor grado de autonomía.

Tratamiento

El tratamiento debe ser multimodal ya que el TDAH afecta a varias esferas de la vida
(Blumenfeld, 2021). Se deben aunar tratamiento médico (que incluye la administración de
fármacos), psicológico y educativo. En base a esto, los tratamientos se dividen en los
siguientes:

 Intervención psicológica (siendo la terapia conductual la más indicada)


 Intervención educativa o escolar
 Intervención farmacológica

Se considera imprescindible para el abordaje del TDAH la necesidad de una cooperación


estrecha entre padres, pacientes y escuela, siendo el profesional clínico una especie de
coordinador. Es importante valorar que este trastorno al ser crónico, por su curso longevo,
va a necesitar continuos planteamientos terapéuticos ante situaciones problemáticas de
nueva aparición. Por lo tanto, el plan terapéutico deberá individualizarse de acuerdo a los
síntomas y a objetivos concretos (M. García-Giral y R. Nicolau, 2021).
Las investigaciones muestran que la terapia conductual es una parte importante del
tratamiento de los niños con TDAH. Este trastorno no solo afecta la capacidad del niño para
prestar atención o permanecer sentado en la escuela, sino que también afecta sus relaciones
con la familia y con otros niños. Los niños con TDAH a menudo muestran conductas que
pueden perturbar mucho a otras personas, por lo cual, la terapia conductual es una opción
de tratamiento que puede ayudar a reducir estas conductas.

Las metas de la terapia del comportamiento son aprender o fortalecer los comportamientos
positivos y eliminar los comportamientos no deseados o problemáticos. La terapia
conductual puede incluir capacitación en terapia conductual para los padres, terapia
conductual con los niños o una combinación de ambas. Los maestros también pueden
utilizar terapia conductual para ayudar a reducir las conductas problemáticas en el aula.

En cuanto a la capacitación de los padres, estos aprenden nuevas habilidades o fortalecen


las habilidades que ya tienen para enseñarles a sus hijos y guiarlos, y para manejar su
conducta. Se ha demostrado que la capacitación de los padres en terapia conductual
fortalece la relación entre padres e hijos, y disminuye las conductas negativas o
problemáticas de los niños.

Por otro lado, en la terapia conductual con los niños, el terapeuta trabaja con los niños para
que aprendan nuevas conductas que reemplacen las que no funcionan o las que causan
problemas. El terapeuta también puede ayudar a los niños a aprender a expresar sus
sentimientos de maneras que no generen problemas para ellos mismos ni para otras
personas.
CONCLUSIÓN

Para finalizar, se puede decir fehacientemente que el trastorno por déficit de atención e
hiperactividad pertenece a los trastornos del neurodesarrollo y, por lo tanto, este se
manifiesta desde la infancia (siendo más visible en los grados de preescolar) y puede
continuar en la adultez. Sus causas pueden ser variadas, pero la principal e indiscutible es
que la genética tiene un papel importante en el padecimiento de este trastorno, aunque no
debe descartarse los hábitos de la madre en el embarazo y el mismo ambiente donde se crie
el niño.

Los síntomas típicos de este trastorno, como la dificultad para concentrarse y la


hiperactividad, resultan muy esenciales para el diagnóstico del TDAH, aunque se requiere
una evaluación que incluye tanto al médico, el psicólogo y el centro educativo. Además, es
obligatorio hacer uso de diversos instrumentos como cuestionarios y entrevistas clínicas
para dar un veredicto o diagnóstico acertado frente a los síntomas del trastorno.

Y, por último, los tratamientos para este trastorno comprenden la terapia farmacológica, la
terapia psicológica y la intervención escolar. Vale la pena resaltar que la terapia conductual
ha mostrado ser muy efectiva, ya que esta busca ayudar a los niños a moldear su
comportamiento en pro de evadir problemas tanto para ellos mismos como para los demás,
pero resulta esencial la participación activa de los padres en este proceso terapéutico. De
cierta manera podríamos decir que tanto niños como padres aprenden juntos en este largo
camino que tiene como destino el combatir los síntomas del TDAH.

Sin nada más que agregar, doy por finalizado este trabajo.
BIBLIOGRAFÍA

Trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en adultos - Síntomas y


causas - Mayo Clinic. (2021, 11 noviembre). Mayo Clinic. Recuperado 25 de junio de
2022, de https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/adult-adhd/symptoms-
causes/syc-20350878

Adana, F. (2021, 29 julio). TDAH Definición y tipos - Fundación Adana TDAH. Fundación
Adana. Recuperado 25 de junio de 2022, de https://www.fundacionadana.org/definicion-
tdah/

Sánchez-Monge, M. (2020, 6 noviembre). Trastorno por déficit de atención e


hiperactividad (TDAH). CuidatePlus. Recuperado 25 de junio de 2022, de
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/neurologicas/trastorno-deficit-atencion-
hiperactividad.html

Tratamiento de TDAH. (2020, 9 septiembre). Centers for Disease Control and Prevention.
Recuperado 25 de junio de 2022, de
https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/adhd/treatment.html

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