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“Terapia cognitivo conductual en adolescente de 14 años con diagnóstico de TDAH para el

mejoramiento de funciones ejecutivas, autorregulación emocional y desarrollo de la personalidad”

1 Introducción

1.1 Planteamiento del problema

En la actualidad existe un gran desafío dado que el diagnóstico del TDAH es complejo por la
ausencia de un marcador biológico. Los hallazgos más consistentes apuntan a una dismorfología,
disfunción y baja conectividad de múltiples redes: fronto-estriatal, fronto-parietal y fronto-
cerebral. Lo que refleja los distintos funcionamientos cognitivos afectados en TDAH, como lo son la
inhibición, atención, percepción del tiempo y aversión a la demora. Por lo contrario, a lo que se
pensaba sobre TDAH no se resuelve en la adolescencia, sin embargo, sí cambian sus
manifestaciones y potencial de daño.

Los modelos neurocognitivos para TDAH señalan déficits en funciones cognitivas y funciones
ejecutivas (FE) necesarias para dirigir la conducta hacia una meta. Las FE corresponden a los
déficits más consistentemente implicados en TDAH, incluyendo inhibición de la respuesta motora,
atención sostenida, memoria de trabajo, planificación y flexibilidad cognitiva, mediadas por la red
fronto-estrital dorsolateral y fronto-parietal. Sin embargo, existe creciente evidencia de otras FE,
involucradas en el procesamiento 3 temporal, asociado a la percepción y valoración del tiempo,
mediado por circuito fronto-cerebelar.

El TDAH se considera el trastorno de neurodesarrollo más frecuente observándose al 70-80 % de


los niños, los síntomas del trastorno persisten en la adolescencia, sumándose también las
características propias de esta etapa; esto conlleva un aumento en las dificultades de conducta,
rendimiento académico y las relaciones interpersonales. Y que entre el 30 y 65 % lo presentaran
en la vida adulta.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) lo padece el 3,1 % de los adolescentes
de 10 a 14 años (OMS,2020).

Existen múltiples estudios epidemiológicos, clínicos, de genética molecular, neuropsicología y


neurofarmacología, que avalan su origen neurobiológico, sin embargo, la etiología exacta no se
conoce. Actualmente se sabe que existe una fuerte asociación genética, heredabilidad de 60-75 %
con múltiples genes implicados que interactúan con factores ambientales afectando más la
susceptibilidad genética del TDAH.

Por otro lado, cabe mencionar la dificultad que existe en las personas con TDAH en cuestión de
emociones; tales como el reconocimiento, regulación y expresión de las mismas, la cual conlleva a
baja tolerancia a la frustración y hace que pueda llegar a reaccionar de una manera
desproporcionada ante distintas situaciones.

Además, la empatía también se ha visto afectada según Pera (2017), siendo frecuente en personas
con TDAH, ya que en ocasiones ni siquiera saben lo que sienten ellos mismos y se les dificulta
imaginarse lo que puede llegar a sentir otra persona de su entorno. Esto puede deteriorar las
relaciones personales, ya que no pueden enfrentarse a diferentes situaciones de la vida cotidiana.
Por lo tanto, se formula la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál es el impacto que tiene un
adolescente con diagnóstico de TDAH en estas áreas de desarrollo, como lo son; autorregulación
emocional, funciones cognitivas y personalidad?

1.2 Justificación

El TDAH tiene un origen biológico y varios factores etiológicos y ambientales contribuyen a su


desarrollo. Existen múltiples evidencias que apuntan a un retraso en maduración cerebral,
especialmente en regiones que maduran progresivamente con la edad, surgiendo un perfil
inmaduro de activación funcional. Recientemente la Academia Americana de Pediatría (AAP)
extendió sus guías diagnosticas para incluir a los adolescentes hasta los 17 años.

Para poder hablar del diagnóstico de TDAH en un adolescente es importante conocer el contexto
en el cual se desenvuelve el mismo. La adolescencia es una etapa reproductiva que implica un
periodo de grandes cambios físicos, fisiológicos, psicosociales y culturales. Estos cambios hacen de
esta etapa un tiempo de mayor vulnerabilidad y ajuste. Este periodo incluye un aumento en las
demandas cognitivas, personales y sociales. Al igual que aumenta la reactividad emocional.

Hoy se considera el TDAH como un trastorno crónico con distintas manifestaciones conductuales
en el niño, adolescente y adulto. Las acciones y toma de decisiones que pueden llegar a tener los
adolescentes no solo están influidas por factores cognitivos, si no también psicológicos, afectivos
influenciados por lo pares, pero lo más relevante por la mayor reactividad emocional.

Reyna y Farley (FALTA FECHA DE LA CITA), mostraron que los adolescentes son capaces de razonar
y entender las conductas de riesgo. Sin embargo, al estar expuestos a una situación real, en el
momento, su decisión se basa en las influencias emocionales-sociales y no así en sus capacidades
cognitivas. En adolescentes es fácil atribuir las conductas que presenta a conductas propias de la
edad, posponiendo el diagnóstico de TDAH.

En la práctica diaria nos enfrentamos a distintas situaciones, desde adolescentes que se les realizó
el diagnóstico de TDAH en educación básica hasta adolescentes a quienes no se le ha hecho el
diagnóstico a pesar de presentar dificultades, debido a que fueron atribuidas a otras causas como
dificultades de aprendizaje, desmotivación y baja autoestima.

El TDAH produce un deterioro importante en la capacidad del adolescente de desarrollarse en el


ámbito académico, familiar y social. Si no se trata puede limitar las posibilidades futuras del
adolescente, por que produce un rendimiento muy por debajo de su capacidad intelectual y
potencial.

La terapia cognitivo-conductual constituye un amplio set de intervenciones que tiene como


objetivo modificar el ambiente físico y social para cambiar la conducta. También es necesario el
apoyo individual, familiar y escolar.

1.3 Objetivos

1.3.1 Objetivo general


Realizar una propuesta de intervención psicológica a través del enfoque cognitivo-conductual a un
adolescente de 14 años con diagnóstico de TDAH, para apoyar en el desarrollo del mismo y lograr
una modificación adecuada de conducta.

1.3.2 Objetivos específicos

* Identificar las principales problemáticas que afectan en distintas áreas el desarrollo del
adolescente con TDAH.

* Aplicar instrumentos diagnósticos para determinar el nivel de necesidad de un programa de


intervención psicológica.

* Diseñar los métodos de trabajo a través de la terapia cognitivo-conductual con la finalidad de


establecer un buen método de intervención adecuada para el usuario.

1.4 Premisa

Los síntomas del TDAH tienen un gran impacto en el desarrollo del individuo e interfieren en su
funcionamiento emocional, cognitivo y social, causando una importante morbilidad y
disfuncionalidad no solo en el adolescente, sino también en los grupos que se desempeña el
adolescente, como en su familia, escuela y amigos.

Los individuos con TDAH poseen un pobre desarrollo socioemocional ocasionado por el rechazo
social que sufren, así como por su baja autoestima, además de presentar cambios de humor
repentino. Así mismo se ha detectado una asociación entre las funciones ejecutivas con el
desarrollo emocional de individuos con TDAH.

En este sentido de ha descubierto que, a menor capacidad en el control de impulsos y regulación


de emociones, los síntomas propios de la hiperactividad se incrementan. En esta línea, destaca la
relación del estado de ánimo irritable con los trastornos afectivos en personas con TDAH, siendo la
irritabilidad uno de los síntomas más potentes entre ellos.

1.5 Estado del arte

A continuación, se mostrarán datos relevantes y conceptos bibliográficos de autores especialistas


en el tema de investigación acerca de la historia y desarrollo de la condición del TDAH, que se han
ido conociendo a través de los años de acuerdo a las investigaciones y sistematización del área de
conocimiento.

Históricamente hablando, encontramos los primeros escritos sobre el TDAH en una obra del
medico(ACENTO) escoces Sir Alexander Crichton que data del año 1798. En dicha obra, que tenía
por título una investigación sobre la naturaleza y el origen de la enajenación mental, Crichton
describía los síntomas de lo que hoy conocemos como TDAH con presentación inatenta. A esta
manifestación le dio el nombre mental restlessnes (inquietud mental) y ponía el acento en la
dificultad de los chicos que la padecían para poder prestar atención de manera correcta.

En 1845, el alemán Heinrich Hoffman, medico psiquiatra, escritor e ilustrador de cuentos, publica
la obra Der Struwwelpeter (Pedro Melenas), una recopilación de diez cuentos sobre diferentes
problemas y patologías en la infancia.
En 1899, Clouston sostenía que este trastorno de hiperexcitibilidad se debía a una disfunción en el
córtex cerebral. Unos años mas(ACENTO) tarde, en 1902, George Still, medico(ACENTO) inglés,
publica un artículo en la prestigiosa revista Lancet donde describe a un grupo de niños con una
serie de síntomas muy parecidas a lo que hoy denominamos TDAH con presentación combinada,
es decir, niños con inatención, muy movidos, que no tenían en cuenta a sus compañeros,
insensibles a las consecuencias de sus acciones, etc. Es la primera descripción científica sobre el
TDAH.

En 1937, el psiquiatra estadounidense Charles Bradley descubre por casualidad los efectos que
tiene la administración de una anfetamina (benzedrina) a un grupo de jóvenes indisciplinados de
un internado. Estos chicos manifestaban problemas de conducta y obediencia. Pocos días después,
Bradley pudo comprobar que la anfetamina administrada había mejorado la conducta de los
jóvenes y su rendimiento académico también mejoro(ACENTO) considerablemente.

En el año 1968 aparece por primera vez recogido el TDAH en el DSM-II con el nombre << trastorno
hipercinético impulsivo>>. El psiquiátrico (psíquiatra) León Eisenberg fue clave para que se
incluyera este trastorno en el DSM-II, y colaboro(colaboró) activamente para que el metilfenidato
se administrase a los pacientes que presentaban estos síntomas.

Virginia Douglas encontró en 1972 que la presentación del síndrome inatento puede ir o no
acompañado de hiperactividad. Sus trabajos tuvieron gran influencia en DSM-II, la categoría
diagnostica que aparece en el trastorno, siendo el problema de conducta algo accesorio o
secundario. Tanto fue así que en el DSM-III, la categoría diagnostica que aparece en el trastorno
por déficit de atención (TDA). El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) era
una subcategoría del TDA.

En 1992, la OMS (Organización Mundial de la Salud) publica la << Clasificación Internacional de


Enfermedades>> (CIE), en su décima versión, CIE-10, donde se recoge el TDAH como entidad
diagnostica y con el nombre de << Trastorno Hipercinético>>.

Para el año 1994, la APA (Asociación Americana de Psiquiatría) publica el DSM-IV, donde aparece
el TDAH como categoría diagnostica dentro de los << <Trastornos de inicio de la infancia, la niñez y
la adolescencia>>.

En el año 2013 aparece el DSM-5 en su versión inglesa y un año después aparece traducido al
castellano. Las diferencias entre el DSM-5 y el DSM-IV no son muy significativas en cuanto al TDAH
se refiere, pero se explican de una manera detallada en el capítulo dedicado al diagnóstico de este
trastorno.

Treinta y seis años después de la creación del TDAH, la APA sigue manteniendo el diagnostico en
su actual DSM 5: comete errores por descuido en tareas escolares, no termina tareas, tiene
dificultad para organizar tareas, se muestra poco entusiasta en hacer los deberes escolares, se
distrae con facilidad con estímulos externos, olvida hacer los deberes (APA,2013).

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