Brújula La Persona - La Circunstancia - La Vocación Una Propuesta para en Trabajo Educativo en Nuestra Realidad

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Brújula

LA PERSONA – LA CIRCUNSTANCIA –
LA VO-CACIÓN. UNA PROPUESTA PARA
EN TRABAJO EDUCATIVO EN NUESTRA
REALIDAD.

Conversatorio con tutores y coordinadores del Colegio Ríoclaro


Barquisimeto 2022

LA BRÚJULA
La realidad de nuestro oficio es que, más allá de transmitir contenidos y formar académicamente a
nuestros alumnos, es que, los estamos enseñando a vivir. Dice el sacerdote Josef Andreas
Jungmann “La educación es la introducción a la realidad total” de manera que nuestros
muchachos acá en el ambiente escolar no solo están aprendiendo materias, están de hecho
formándose como personas, y como personas debemos tratarlos.
Es importante comprender que la persona es un ser consiente, racional y embestido de dignidad,
pero acá intentaremos comentar dos aspectos que podrían darnos algunas luces que faciliten
nuestro trabajo. Estos aspectos del ser persona son su carácter menesteroso y su condición
futuriza.
La menesterosidad marca la carencia natural de nuestro ser, en primera instancia el hombre es un
ser en relación, necesitamos de los demás, nos hacemos con el otro en la medida que podemos
conectarnos con él en la amistad, donarnos al otro en la relación amorosa, al mismo tiempo el
hombre se hace con las cosas, es para nosotros vital tener cosas, si bien ellas no nos definen, pero
nos ayudan entendernos con nuestro entorno.
Pero el hombre no solo adolece de cosas concretas, también es vital para el desarrollo personal el
desarrollo de la imaginación, que nos permita proyectarnos al futuro desde nuestra realidad
actual, la capacidad de ilusionarnos con proyectos y personas que nos estimulen de manera
trascendente, y sobre todo con la esperanza en la posibilidad del bien, en el desarrollo propio y en
la vida perdurable que se hace real en el ejercicio de la fe.
Por otro lado, la condición futuriza del hombre, significa la proyección imaginativa del futuro que
siempre va a llegar, con lo cual es vital ver la vida como una tarea, como un proyecto personal que
tiene como fin la felicidad. La condición futuriza es connatural con la persona, pero, se la vemos
como un ejercicio personal, más que como un hecho dado, ejercemos nuestra libertad para poder
ver el presente como posibilidad y el futuro como esperanza siempre.
En medio de la ilusión y la esperanza está la vocación, condición básica para la felicidad personal.
Vocación como sugerencia de proyecto existencial, sugerencia que no se escuchará si la persona
no tiene los oídos finos en el interés por él mismo, el interés por el futuro, en la capacidad
imaginativa que motoriza la esperanza.
Con lo cual, la propuesta antropológica para el trabajo educativo de nuestra realidad, es procurar
que nuestros alumnos sean hombres de esperanza.
Francisco J. Blanco

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