Está en la página 1de 3

Filosofía de la educación

Se concibe a la filosofía de la educación como la disciplina filosófica de tipo práctico que


tiene por objeto de estudio al hombre en cuanto ser educable, es decir, éste posee una
capacidad intrínseca para ser educado y se funda en el conocimiento ontológico, reflexivo
y causal de lo que implica ser hombre y su característica “especial” la educabilidad.
Su punto de partida es la observación, la contemplación del hombre en cuanto ser
educable, pero su trabajo específico es racional, analítico, valorativo y práctico. La
filosofía de la educación, es un saber multidisciplinario con un objetivo específico,
encuentra su fundamento en la antropología filosófica, la ética, la pedagogía y la
metafísica.

Toda filosofía de la educación implica una concepción del ser humano, por lo tanto el
concepto que se tenga de ser humano, de vida humana y sus fines, determina cualquier
criterio educativo, pues no hay educación sin ser humano, ni filosofía de la educación que
no suponga un modelo determinado de hombre.

Funciones de la Filosofía de la Educación

1. Función reflexiva: consiste en interpretar las relaciones que se establecen entre la


educación, sociedad y la vida humana, para luego comprender el significado y el
sentido de la educación para la vida y el desarrollo de los seres y sociedades
humanas.
2. Función analítica: busca establecer los conceptos y términos referentes al proceso
educativo y calificar los problemas fundamentales de la educación.
3. Función Crítica: cuestiona los fundamentos de las prácticas, saberes y teorías
educativas: principios, fines y valores.
4. Función normativa: consiste en establecer una normatividad de carácter teológico,
ético, axiológico, genérico y universal para todo proceso educativo. Además
establece racionalmente los principios explicativos y constitutivos de la educación.

Filosofía de la Educación debe ser considerada como “Filosofía aplicada”, es decir, una
aplicación  de los conocimientos filosóficos a los problemas educacionales para tratar de
esclarecerlos y de orientar la práctica educativa. En este sentido la Filosofía de la
Educación, más que abrir nuevos y propios campos de estudio, utiliza las conclusiones
logradas en diversas ramas de la Filosofía sobre todo las concepciones del mundo (la
Antropología, la Ética y la Axiología). 

Se denomina a la condición de racional: aquello que pertenece a la razón o que resulta


acorde a ella.
Puede decirse que la noción de racionalidad está asociada a la facultad de reflexionar,
comprender, pensar o crear. Lo habitual es que se vincule esta capacidad
al entendimiento.

En términos generales se entiende a la racionalidad como el ejercicio u aplicación de


la razón  la cual, a su vez suele entenderse como una facultad humana cuyo
funcionamiento ha permitido establecer pautas generales para indagar, investigar, o
generar conocimiento; dicho de otra forma, la racionalidad es cumplimiento de esas
pautas.
En ese sentido, la filosofía aristotélica considera a la razón la sustancia de las cosas, esto
es, aquello a partir de lo cual algo se define y por ello se torna comprensible –
racionalmente- a los demás.
También la racionalidad implica aquello que aporta argumentos o pruebas de que algo es
como es y, por lo tanto puede considerarse verdadero; la racionalidad entonces se vincula
con procedimientos discursivos y  técnicas de argumentación cuya finalidad es demostrar
y convencer: lógica tradicional descriptiva de sus procedimientos propios y normativa,
dado que regula el uso recto de la razón.
Para Heráclito (535-484 a.c.), la racionalidad es la acción humana que, al ejercitar la
razón permite a los seres humanos liberarse de las pasiones y aficiones que comparte
con el resto de los animales y, en ese sentido, la racionalidad es una práctica que puede
ser buena guía para los humanos en todos sus dilemas y asuntos; misma idea que
podemos identificar en los estoicos cuya doctrina apuesta por la razón y su ejercicio como
la única guía propiamente humana, y en  la frase de Parménides “Antes juzga por la
razón”
La educación es un derecho humano, un importante motor del desarrollo y uno de los
instrumentos más eficaces para lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad.
En general, la educación en cualquier cultura busca el crecimiento humano, la formación
de la personalidad ideal sustentada en la vitalidad, el esfuerzo, la inteligencia, el orden, la
belleza, la bondad y la disciplina. Igualmente, son propósitos útiles a la educación la
formación intelectual, la valoración de la ciencia, el arte, el deporte, el trabajo y el
pensamiento filosófico porque contribuye a la capacidad dialéctica. Los resultados
esperados de la educación son el conocimiento, la verdad, el bienestar, la felicidad y la
identidad consigo mismo y la cultura que le es propia. La educación busca la excelencia y
la felicidad humanas desde muy temprano, y no termina.
La educación es producto del ser humano y de la cultura, y el resultado de la acción que
se descubre por anticipado en los fines que se diseñan y se proponen. Los fines
controlan, prejuzgan, predicen y definen el efecto de la educación, antes de que éste
ocurra. El fin es una elaboración abstracta de la razón, comúnmente integrado a
propósitos políticos, ideológicos, religiosos, científicos, tecnológicos, industriales,
comerciales, económicos. Históricamente, los fines de la educación han sido diversos y
controvertidos, no ha habido una sola manera de mirar por anticipado el producto de la
educación; ellos han estado asociados a aspectos diversos del ser humano y de la
sociedad, a las virtudes, a la mente, al cuerpo, a la sabiduría, y a la inteligencia; a los
valores, a la socioefectividad, a la valentía, a la formación del cuerpo y del espíritu, a los
contenidos y métodos de las ciencias, la tecnología, la industria, las artes y la religión, y al
mundo laboral, entre muchos. La esencia de la educación es educar, y el éxito de la
educación se valora por su esencia, el logro los fines. Las grandes y más antiguas
civilizaciones se han diferenciado entre sí por los motivos educativos que las han guiado.
La educación está en la base de la cultura, es resultado, y al mismo tiempo creadora de la
cultura humana. Los griegos, por ejemplo, pusieron énfasis en la literatura, y su gran
instrumentos de educación fue el teatro, reverencia a los dioses, libertad y desarrollo de la
inteligencia, las artes, las ciencias, el valor y la fortaleza física, (Jaeger, 1992). Por otro
lado, la educación china tradicional valoró ciertos tipos de ritos religiosos conectados con
sus ancestros, así como con la estabilidad en las artes; pero más recientemente, en
China, el valor se ha puesto en la educación para el progreso social, económico, industrial
y científico, y en el cultivo de la identidad nacional. Por su parte Japón, uno de los países
con una gran tradición cultural, y considerado como una de las grandes potencias
económicas, científicas y tecnológicas del mundo contemporáneo, ha logrado a través de
la educación mantener una tendencia hacia la grandeza nacional. El fin de la educación
japonesa es formar ciudadanos devotos al estado a través de la formación de sus
pasiones y del conocimiento para el desarrollo de la ciencia y la tecnología a fin de
competir con éxito en el mundo presente

También podría gustarte