Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INFORME N° 2:
LAS TENDENCIAS EN EL ABORDAJE PRE-CIENTÍFICO
Y CIENTÍFICO DEL FENÓMENO EDUCATIVO.
Está clara la importancia vital de la educación como fenómeno social y que ha estado
en la base misma del surgimiento y existencia de todas las sociedades o agrupaciones
humanas que se han conocido. También se acepta generalizadamente que la educación
debe ser objeto de estudio o investigación científica. Sin embargo, a partir de aquí
comienzan las vicisitudes teóricas, epistemológicas y metodológicas: ¿Cuál o cuáles son
las ciencias de la educación? ¿Existe realmente una disciplina del conocimiento con
carácter de ciencia para el estudio de la educación? En fin, éstas pueden ser algunas
interrogantes que por las dificultades que existen en la actualidad para responderlas en el
orden de la filosofía de la ciencia, la cienciología o la epistemología ponen seriamente en
tela de juicio el carácter científico de la disciplina o las disciplinas que estudian a la
educación.
Entre los siglos XVI y XVIII se produce una intensa etapa de producción de un ideario
educativo de carácter pre-científico, especulativo, pero ajustado a las conceptualizaciones
filosóficas de la época que le dan consistencia teórica y sistematización (S. Hernández y
D. Tirado, 1948; O. Valera, 1998). De esta manera se sientan las bases para que en el
siglo XIX, con el advenimiento del positivismo que propicia el establecimiento de los
fundamentos científicos de la educación, la ciencia correspondiente sea denominada por
pedagogía.
Sin duda que se pedía demasiado para lo que la ciencia positiva podía dar, por ello, el
paradigma filosófico especulativo anterior, que fundamentó la etapa pre-científica de la
pedagogía, no murió; y se acudió a él para que aportara conceptualizaciones que ayudaran
a dilucidar los problemas objetos de investigación en su dimensión real.
Aquí está uno de los gérmenes de corte epistemológico y cienciológico que determinó
el surgimiento de las corrientes pedagógicas contemporáneas. Otro, fue la propia práctica
social que planteó a la educación exigencias formativas del ciudadano que obligó a hacer
complejas teorizaciones acerca de la naturaleza humana, la educabilidad del hombre, los
fines y objetivos de la educación en su contexto social, todo lo cual derivó en un modelo
de hombre con su propia personalidad y otros atributos condicionantes y condicionados.
Entonces, surgen la filosofía, la sociología y la psicología de la pedagogía planteados por
la sociedad.
Se crean así las condiciones subjetivas para no hablar de pedagogía, sino de ciencia
de la educación, aunque no dejaron de asomar las denominaciones de la pedagogía, pero
con apellidos como la ya mencionada pedagogía científica, pedagogía experimental o
pedagogía positiva; así como las novedosas e insinuosas: pedagogía fundamental (J.
Cohn, 1933), pedagogía de la actualidad (Euckeil, Bubde, Gauding, Kesseler, década del
30), pedagogía cuantitativa (Tho-vndike, Kelley, Freedman, de la segunda a la cuarta
década del siglo XX), pedagogía racional (F. Paulsen, 1922), pedagogía sistemática (G.
Rein, 1902), pedagogía funcional (E. Claparede, 1932) y la globalizante pedagogía
general que encubre el problema científico y que le da salida velada, al menos en los
marcos académicos, fundamentalmente en la determinación del currículo formador del
maestro en las escuelas normales.
Bajo la rúbrica de la didáctica, fueron y son aún más proliferas las obras y las prácticas
investigativas y transformadoras de la enseñanza en las escuelas. Entre ellas podemos
citar como ejemplo precursor la didáctica como ciencia de la formación intelectual de
Otto Willmann, así como los trabajos de A. y S. Schmieder, aparecidos en su didáctica
general o los de K.F. Sturm, Ziller, Sallwürk, Gauding.
En este propio orden de cosas, en los momentos actuales se viene desarrollando una
tendencia que centraliza en el currículo el problema educativo, dándole un protagonismo
tal y nivel de estructuración a partir de preceptos didácticos y epistemológicos que
determinan el surgimiento de una nueva disciplina científica que denominan por
curricología o curricultología. Coincidiendo con el autor O. Valera cuando menciona que
no hay dudas que tomar posición ante esta problemática es una necesidad epistemológica
y metodológica medular para el análisis científico de la educación; ya que toda la acción
pedagógica de enseñanza-aprendizaje que a la postre es la que contribuye a la formación
integral y armónica del alumnado tiene a la didáctica como su rama central para cumplir
dicha función. Esta aseveración demuestra que la didáctica ocupa un lugar fundamental
dentro de la pedagogía como ciencia y dentro de la propia estructura de la pedagogía.
CONCLUSIÓN