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Universidad Franz Tamayo

Facultad Ciencias de La Salud


Carrera Medicina
Asignatura INMUNOLOGIA Y
ALERGOLOGIA

MONOGRAFIA HITO 5
“ALERGIA”
Nombre y apellidos : Flores Reyes Carla Ximena
Paralelo :3
Docente : Dr. Brian Juan Medina Chavarría
Fecha de entrega : 27/06/2023

Cochabamba – Bolivia
Índice

Introducción ………………………………………………………………………………………3

Desarrollo………………………………………………………………………………………….3

 Clasificación de las reacciones de hipersensibilidad …………………………………......3


o TIPO I …………………………………………………………………………….3
o TIPO II…………………………………………………………………………….4
o TIPO III……………………………………………………………………………8
o TIPO IV…………………………………………………………………………...5
 GENERALIDADES DE LA HIPERSENSIBILIDAD TIPO IV……........5

ETIOLOGIA………………………………………………………………………………………6

FISIOPATOLOGIA……………………………………………………………………………...12

DIAGNOSTICO………………………………………………………………………………....13

COMPLICACIONES …………………………………………………………………………...17

TRATAMIENTO………………………………………………………………………………...18

 ANTIHISTAMINICOS……………………………………………………………….....19
 CORTICOESTEROIDES……………………………………………………………......21
 ESTABILIZADORES DE MASTOCITOS…………………………………………......21

CONCLUSIONES ……………………………………………………………………………....24

BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………………...25

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INTRODUCCION

La alergia es uno de los trastornos por hipersensibilidad que lograron alcanzar mucha
popularidad en los últimos años en nuestro país y en el mundo, para un mejor entendimiento es
necesario poder entender que la alergia es una alteración de los mecanismos de defensa
inmunitarias del organismo causando una hipersensibilidad a una sustancia concreta que, si se
inhala, ingiere, toca o inyecta produce unos síntomas característicos, en el que la sustancia a la
que se es alérgico se llama alergeno y los síntomas provocados son definidos como reacciones
alérgicas.

DESARROLLO

CLASIFICACION DE LAS REACCIONDES DE HIPERSENSIBILIDAD

Las reacciones de hipersensibilidad se dividen en 4 tipos por la clasificación de Gell y Coombs.


Los trastornos por hipersensibilidad conllevan a menudo más de un tipo.

Tipo I

Las reacciones de tipo I conocida también como hipersensibilidad inmediata están medida por la
IgE. El antigeno se une a la IgE que a su vez está ligada a su vez a los mastocitos tisulares y a los
basófilos sanguíneos, lo que desencadena la liberación de mediadores preformados (ejemplo
histamina, proteasa, factores quimiotácticos) y la síntesis de otros mediadores (como por ejemplo
prostaglandinas, leucotrienos, factor activador de plaquetas, citocinas). Estos mediadores causan
vasodilatación , aumento de permeabilidad capilar, hipersecreción de moco, espasmo del
musculo liso e infiltración tisular por eosinófilos, linfocitos T helper tipo 2 (TH2) y otras células
inflamatorias.

Este tipo de reacciones se desarrollan en un tiempo menor a 1 hora después de la exposición al


antigeno.

Las reacciones de tipo I subyacen a todos los trastornos atópicos (como, por ejemplo, dermatitis
atópica, asma alérgico, rinitis, conjuntivitis) y muchos trastornos alérgicos (como, por ejemplo,
anafilaxia, algunos casos de angioedema, urticaria y alergia al látex y a algunos alimentos).los
términos atopia y alergia se suelen usar indistintamente, pero realmente son términos diferentes

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 Atopia hace referencia a una respuesta inmunitaria exagerada mediada por la IgE; todos
los trastornos atópicos son enfermedades por hipersensibilidad tipo I.
 Alergia hace referencia a cualquier respuesta inmunitaria exagerada a un antigeno
extraño, sea cual fue su mecanismo.

Todos los trastornos atópicos se consideran alérgicos, pero muchos trastornos alérgicos como por
ejemplo la neumonitis por hipersensibilidad no son atópicos.

Los trastornos atópicos afectan sobre todo a:

 La nariz
 La piel
 Los ojos
 Los pulmones

Entre estos se encuentran incluidos la conjuntivitis, la dermatitis atópica extrínseca siendo esta el
tipo de eccema más frecuente, la urticaria inmunitaria y algunas formas de angioedema
inmunitario, la alergia aguda al látex, algunos trastornos pulmonares alérgicos (como por
ejemplo el asma alérgico, componentes mediados por IgE de la aspergilosis broncopulmonar
alérgica), rinitis alérgica y las reacciones alérgicas a picaduras venosas.

Tipo II

Las reacciones del tipo II conocida también como hipersensibilidad citotóxica dependiente de
anticuerpo se producen cuando el anticuerpo se une a los antígenos de la superficie celular o a
una molecular acoplada a una superficie celular. La estructura antigeno-anticuerpo unida a la
superficie en diferencia del complejo antigeno anticuerpo circulante en la hipersensibilidad del
tipo III activa las células que participan en la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos
como por ejemplo las células Natural Killer, eosinófilos, macrófagos o en algunas situaciones
ambos.

Los trastornos en los que participan en las reacciones del tipo II son el rechazo hiperagudo de
injerto en anemias hemolíticas con pruebas de Coombs positiva, la tiroiditis de Hashimoto y la
enfermedad por anticuerpos antimembrana basal glomerular como por ejemplo el síndrome de
Goodpasture.

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Tipo III

Las reacciones de tipo III o también conocida como enfermedad por complejos inmunitarios
causan inflamación aguda en respuesta a inmunocomplejos antígeno-anticuerpo circulantes
depositados en los vasos o en los tejidos. Estos complejos pueden activar el sistema del
complemento o unirse a ciertas células inmunitarias y activarlas, lo que da lugar a la liberación
de mediadores inflamatorios.

Las consecuencias de la formación de inmunocomplejos dependen en parte de las proporciones


relativas de antígeno-anticuerpo en el inmunocomplejo. Al comienzo de la respuesta
inmunitaria, hay un exceso de antígeno con complejos antígeno-anticuerpo pequeños, que no
activan el complemento. Después, cuando los antígenos y los anticuerpos están más
equilibrados, los inmunocomplejos son más grandes y tienden a depositarse en diferentes
tejidos como por ejemplo glomérulos, vasos sanguíneos, provocando reacciones sistémicas.

El isotipo de los anticuerpos inducidos cambia durante una respuesta inmunitaria, y el isotipo,
la glucosilación, el tamaño y la carga de los componentes del complejo contribuyen a la
respuesta clínica.

Los trastornos del tipo III son la enfermedad del suero, el lupus eritematoso sistémico,
la artritis reumatoide, la vasculitis leucocitoclástica, la crioglobulinemia, la neumonitis por
hipersensibilidad aguda y varios tipos de glomerulonefritis.

Las reacciones tipo III se desarrollan entre 4 y 10 días después de la exposición al antígeno y,
si la exposición al antígeno continúa, pueden llegar a ser crónicas.

Tipo IV

Las reacciones de tipo IV conocida también como hipersensibilidad retardada no incluyen


anticuerpos, pero están mediadas por linfocitos T.

Generalidades sobre la hipersensibilidad de tipo IV

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Las células sensibilizadas tras el contacto con un Ag específico, se activan por la exposición
continua o la reexposición al antígeno; dañan el tejido a través de efectos tóxicos directos o
mediante la liberación de citocinas, lo que activa a los eosinófilos, los monocitos y
macrófagos, los neutrófilos o las células natural killer.

Los trastornos en los que participan reacciones del tipo IV son el síndrome de Stevens-
Johnson, la necrólisis epidérmica tóxica, el exantema farmacológico con eosinofilia y síntomas
sistémicos , la dermatitis de contacto como por ejemplo la hiedra venenosa, la neumonitis por
hipersensibilidad subaguda y crónica, el rechazo de aloinjertos agudo y crónico, la respuesta
inmunitaria a la tuberculosis y muchas formas de hipersensibilidad a fármacos.

ETIOLOGIA

Una reacción alérgica consiste en la percepción de nuestro organismo como nocivo de una
sustancia que no lo es, conocido como un alergeno, causando una respuesta inmunológica
exagerada que se manifiesta en diversos órganos de cuerpo.

Alergeno, un alergeno induce respuestas inmunitarias tipo I mediadas por IgE y tipo IV mediada
por linfocitos TH2. Los desencadenantes alérgicos son casi siempre proteínas de bajo peso
molecular, muchas de las cuales pueden adherirse a partículas aerotrasportadoras.

Los alergenos más comunes de reacciones alérgicas agudas y crónicas incluyen:

 Heces del acaro de polvo domestico


 Epitelio de los animales
 Pólenes (arboles, gramíneas y malezas)
 Hongos
 Alimentos
 Insectos, saliva y veneno transmitidos por picaduras
 Fármacos
 Látex
 Productos químicos domésticos como (por ejemplo, hidroxiisohexil 3- ciclohexeno
carboxaldehido, cinamal, eugenol)

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Entre las reacciones de hipersensibilidad de tipo IV, los fármacos son la causa más común.

Las alergias intervienen factores genéticos como ambientales.

Los factores genéticos pueden estar involucrados, como señala la herencia familiar de la
enfermedad, la asociación entre la atopia y locus de HLA específicos y los polimorfismos de
genes de la cadena beta del receptor de afinidad alta de la IgE, cadena alfa del receptor de
interleucina (IL)-4, IL-13, CD14, dipeptidil-peptidasa 10 (DPP10), una desintegrina y el domino
33 de metaloproteasa (ADAM33).

Los factores ambientales interactúan con los genéticos manteniendo las respuestas inmunitarias
del linfocito T helper tipo 2 (TH2). Las células TH2 activan los eosinófilos, promueven la
producción de IgE inducen reacciones alérgicas. La exposición temprana del niño a infecciones
bacterianas y virales y a endotoxinas como los lipopolisacáridos cambia las respuestas del
linfocito TH2 virgen al linfocito T helper tipo 1 (TH1), que suprime a los linfocitos TH2 y así
desalienta las respuestas alérgicas, en que también se ven involucrados linfocitos T regulares,
que son capaces de suprimir las respuestas del linfocito TH2 y de las células dendríticas
secretoras de IL-12 que conducen las respuestas del linfocito TH1.

Otros factores que se creen que contribuyen al desarrollo de la alergia son la exposición continua
al alergeno y la sensibilización, la dieta y los contaminantes ambientales.

Los factores específicos del lugar son las moléculas de adhesión en el epitelio bronquial y la piel
y las moléculas en el tubo digestivo que dirigen a los linfocitos TH2 hacia los tejidos diana. La
composición del tubo digestivo, las vías aéreas y la microbiota cutánea parece influir fuertemente
en el desarrollo de la alergia. Estos microbiotas pueden representar nuevos objetivos para la
terapia de la alergia.

ANTICUERPOS

Los anticuerpos son proteínas que circulan por la sangre producidas por el sistema inmunitario,
en concreto por los linfocitos B convertidos en células plasmáticas. Son moléculas de una
millonésima de milímetro de tamaño. Desde el punto de vista estructural, tienen forma de Y
griega.

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Hay cinco familias de inmunoglobulinas que se denominan con letras: G, A, M, D y E,
dependiendo del tipo de cadena proteica que las formen (IgG: γ-gamma; IgA: α-alfa; IgM: μ-mi
o mu; IgD: δ-delta; IgE: ε-épsilon)

Los anticuerpos son generados por el sistema inmunitario como una respuesta de defensa contra
todas las sustancias que contactan y son extrañas al organismo. El sistema inmunitario dispone
de un repertorio de inmunoglobulinas capaces de interaccionar con un ilimitado número de
moléculas diferentes. Se calcula que existen más de 1010 clones de linfocitos B de especificidad
distinta, que tienen capacidad, incluso, de formar anticuerpos capaces de reconocer compuestos
sintéticos que son inexistentes en la naturaleza.

Si estas sustancias externas son reconocidas por el sistema inmunitario como no perjudiciales,
resultan toleradas y se producen anticuerpos del tipo IgG. Por ejemplo, se generan anticuerpos
IgG frente a los pólenes que son inhalados por las personas sanas. Por el contrario, en las
personas alérgicas lo que se producen son anticuerpos del tipo IgE.

INMUNOGLOBULINA E

La inmunoglobulina E (IgE), de las cinco clases de inmunoglobulinas, es la menos abundante en


la sangre. A pesar de ello, resulta ser el anticuerpo más importante en las enfermedades alérgicas
y en las enfermedades producidas por parásitos, y su concentración se eleva notablemente en la
sangre circulante cuando se desarrollan enfermedades alérgicas o parasitarias.

La IgE posee la capacidad de activar determinadas células (mastocitos, basófilos, eosinófilos)


que liberan de su interior productos muy tóxicos, capaces de eliminar a los parásitos. En el caso
de los enfermos alérgicos, también se activa este mecanismo de liberación de las mismas
sustancias tóxicas por estas células, al exponerse a un alérgeno, produciéndose, a consecuencia
de ello, daños en el organismo y los síntomas de la enfermedad alérgica.

CELULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO

Las células del sistema inmunitario se originan a partir de la médula ósea de los huesos, desde
donde se diferencian, a partir de las células madre hematopoyéticas pluripotenciales, en dos
grandes familias: mieloide (monocitos y granulocitos) y linfoide (linfocitos y células linfoides
innatas). La mayoría de estas células circulan en la sangre, donde globalmente se les denomina
leucocitos o glóbulos blancos.

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Figura 1

MASTOCITOS

Los mastocitos son células grandes (20-30 µm de diámetro) y poseen numerosos gránulos en su
interior, repletos de diferentes sustancias capaces de producir inflamación, principalmente la
histamina.

Los mastocitos no circulan por la sangre, sino que se localizan bajo la superficie de los epitelios
y de las mucosas, estando ampliamente distribuidos en el aparato respiratorio, la piel y el aparato
digestivo. Pueden hallarse en concentraciones de 10.000 a 20.000 células/mm3.

Se caracterizan por su capacidad de poder fijar moléculas de IgE en el exterior de su membrana


celular. Pueden llegar a tener alrededor de 500.000 receptores por cada célula.

BASOFILOS

Los basófilos son un tipo de leucocitos circulantes de pequeño tamaño (10 μm de diámetro) que
se tiñen con colorantes básicos. Representan el 0,1-2 % de todos los leucocitos presentes en la
sangre.

Al igual que los mastocitos, tienen receptores en su superficie para unir la IgE y también poseen
gránulos en su interior repletos de sustancias reactivas que son mediadores químicos de la
respuesta inflamatoria.

EOSINOFILOS

Los eosinófilos son otro tipo de leucocitos circulantes, de 10-12 μm de diámetro. Se denominan
así porque se tiñen con un colorante llamado eosina. En condiciones normales, representan
alrededor del 5 % de los glóbulos blancos, sin embargo su concentración en sangre se eleva en

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las enfermedades alérgicas. Por ejemplo, durante la época de polinización, es muy común poder
detectar en sangre periférica, con un análisis rutinario (hemograma), un número elevado de
eosinófilos circulantes en los pacientes alérgicos al polen. En su interior, poseen unos gránulos
que contienen sustancias que, cuando se liberan, son muy tóxicas para las células de alrededor y
que desempeñan una función importante en la perpetuación del proceso inflamatorio. Este
mecanismo de defensa es muy eficaz frente a los parásitos, sin embargo, es nocivo en el caso de
las reacciones alérgicas.

LINFOCITOS

Los linfocitos son las células protagonistas del sistema inmunitario. Son los leucocitos de menor
tamaño, alrededor de 9 μm de diámetro. Se encuentran tanto alojados en los tejidos linfoides
como circulando por la sangre .Hay varios tipos de linfocitos, principalmente: los linfocitos B,
llamados así porque es en el bazo donde se desarrollan, y los linfocitos T, que lo hacen en el
timo. Ambos tienen funciones de reconocimiento y de defensa contra las enfermedades
infecciosas producidas por las bacterias y los virus, respectivamente. Así, los linfocitos B se
transforman en células plasmáticas y son los encargados de la producción de los anticuerpos, y
los linfocitos T se especializan en la secreción de interleucinas.

Existen varios subgrupos de linfocitos, dependiendo de la función que realicen, y son necesarios
para el desarrollo de las reacciones alérgicas. Los linfocitos B producen la IgE y los linfocitos T,
dependiendo del subgrupo implicado, participan en enfermedades como el eccema alérgico de
contacto (linfocitos Th1) o colaboran con los linfocitos B para producir IgE y eosinófilos
(linfocitos Th2). Existe un tercer tipo de linfocitos T, muy importante, que es el de los
reguladores del sistema inmunitario (linfocitos T reguladores). Estos linfocitos amplifican o
suprimen la respuesta inmunológica, para que esta se produzca de una forma organizada y
armónica. En otras enfermedades, como en las inmunodeficiencias, su cantidad o su actividad
están disminuidas.

INTERLEUCINAS

También llamadas, citocinas o citoquinas. Son unas moléculas que circulan en la sangre y actúan
como mensajeros, comunicando unas células con otras, para estimular o inhibir sus funciones.
Son producidas por numerosos tipos celulares (linfocitos, células dendríticas, macrófagos,
leucocitos neutrófilos, células endoteliales, células epiteliales y células musculares). Son las

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responsables de la regulación de la respuesta inmunológica general, y de la alérgica, en
particular.

Las interleucinas se nombran con un número precedido de la abreviatura “IL” (interleucina 4, IL-
4) o por su función seguida de un carácter griego (interferón gamma, IFN-γ). Se han identificado
un gran número de interleucinas. Todas ellas son cruciales para el desarrollo de los linfocitos y
específicas del tipo de respuesta que se produce. Así, en la rinitis o el asma bronquial alérgica, se
origina una alteración en el equilibrio existente entre los linfocitos Th1 y Th2, a favor de los
Th2, y se produce un incremento de IL-4, IL-5 e IL-13, que va a favorecer el desarrollo de la
respuesta alérgica. Por el contrario, los linfocitos Th1 producen IFN-γ que neutraliza la respuesta
de la IL-4 y de los linfocitos Th2. Finalmente, los linfocitos T reguladores, para ejercer su papel
de organizador de la respuesta inmunológica, producen IL-10.

IMPORTANCIA REACCIONES ALERGICAS

Las células presentadoras de antígeno tienen como función captar, procesar y presentar los


antígenos en la superficie de su membrana para que sean ahí reconocidos por los linfocitos T.
Este es el primer paso de una respuesta inmunológica específica. Son células presentadoras de
antígenos: las células dendríticas, los macrófagos y los linfocitos B.

Los neutrófilos son los glóbulos blancos más abundante en la sangre (60-70 % de todos los
leucocitos). Se denominan así porque no se tiñen ni con colorantes básicos ni ácidos, aunque
también se les denomina polimorfonucleares por la forma irregular y arriñonada de su núcleo.
Desempeñan una función muy activa en la defensa contra las bacterias produciendo varios tipos
de sustancias con actividad enzimática, cuya liberación también provoca daños en los tejidos e
inflamación.

Las plaquetas son pequeños fragmentos celulares, de 2-3 µm de diámetro, que circulan por la


sangre. Desempeñan un papel fundamental en la formación de coágulos en las hemorragias.
También son importantes en la regulación del sistema inmunitario al liberar mediadores que
participan en las reacciones alérgicas.

UTILIDAD SISTEMA DEL COMPLEMENTO

El sistema del complemento es un conjunto de moléculas que circulan por la sangre y participan
en reacciones encadenadas para potenciar la respuesta inflamatoria y facilitar la defensa natural

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del organismo frente a microorganismos. Está constituido por más de treinta sustancias
diferentes, muy relacionadas entre sí, que se activan por diferentes estímulos. Algunas de estas
proteínas son capaces de unirse a la membrana de los microorganismos invasores y activar un
mecanismo directo para su destrucción.

En ocasiones, tiene lugar un desajuste en la regulación del sistema del complemento y se produce
una activación incontrolada sin necesidad, lo que da lugar a episodios de edema (hinchazón) en
cualquier localización del cuerpo, como ocurre en el angioedema hereditario.

FISIOPATOGOLOGIA

Cuando el alérgeno se une a la IgE de los mastocitos y basófilos, se libera histamina de los
gránulos intracelulares de los mastocitos.

Los mastocitos se encuentran ampliamente distribuidos, pero se concentran más en la piel, los
pulmones y la mucosa digestiva; la histamina facilita la inflamación y es el principal mediador
de la atopia clínica. La rotura física del tejido y varias sustancias químicas como por ejemplo
los irritantes tisulares, opiáceos, sustancias activas en la superficie, componentes del
complemento C3a y C5a pueden provocar la liberación directa de histamina, con
independencia de la IgE.

La histamina causa lo siguiente durante su reacción:

 Vasodilatación local causando lo que se conoce como eritema.


 Aumento de la permeabilidad capilar y edema produciendo lo que se conoce como
habón.
 Vasodilatación de las arteriolas circundantes mediada por mecanismos reflejos
neuronales causando enrojecimiento, el eritema en torno a una roncha.
 Estimulación de los nervios sensitivos (causa prurito)
 Contracción del músculo liso en las vías respiratorias (broncoconstricción) y en el tubo
digestivo (aumento de la motilidad intestinal)
 Aumento de la secreción nasal, salival y bronquial

Cuando se libera a nivel sistémico, la histamina es un potente dilatador arteriolar y puede dar
lugar a una acumulación periférica extensa e hipotensión; la vasodilatación cerebral puede
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intervenir en la cefalea vascular. La histamina aumenta la permeabilidad capilar; la pérdida
resultante de plasma y proteínas plasmáticas desde el espacio vascular puede empeorar el
shock circulatorio. Desencadena una oleada de catecolaminas compensadoras de las células
cromafines suprarrenales.

Figura2: reacciones alérgicas

Diagnostico

 Evaluación médica
 A veces, análisis de sangre
 A menudo, pruebas cutáneas y prueba de IgE sérica específica del alérgeno

En primer lugar, se determina si la reacción es alérgica. Le pueden preguntar

 Si la persona afectada tiene familiares próximos que padezcan alergias, porque en tal
caso es más probable que la reacción sea de tipo alérgico.
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 Con qué frecuencia ocurren las reacciones y cuánto tiempo duran
 La edad que tenía la persona cuando empezaron las reacciones
 Si algo (como el ejercicio o la exposición al polen, a los animales o al polvo)
desencadena la reacción
 Si se ha probado algún tratamiento y, de ser así, cómo ha respondido la persona
afectada

Para ayudar a determinar si una reacción es alérgica, a veces los médicos solicitan análisis de
sangre para detectar un tipo de glóbulos blancos llamados eosinófilos. Los eosinófilos, aunque
se encuentran en el organismo de todas las personas, se producen en cantidades mayores
cuando se desencadena una reacción alérgica. Sin embargo, la utilidad de esta prueba es
limitada porque otros trastornos eosinófilos pueden causar un aumento del número de
eosinófilos y un número normal no excluye la presencia de una alergia.
Si parece probable que los síntomas de la persona afectada están causados por una alergia, el
objetivo principal es identificar el alérgeno específico. A menudo, la persona afectada y el
médico pueden identificar el alérgeno, o al menos el tipo de alérgeno, en función de cuándo
comenzó la alergia y cuándo y con qué frecuencia se produce la reacción (por ejemplo, durante
ciertas estaciones o después de comer ciertos alimentos).

Las pruebas cutáneas y un análisis de sangre llamado prueba de IgE sérica específica para
alérgenos también puede ayudar a los médicos a detectar el alérgeno específico. Sin embargo,
es posible que estas pruebas no permitan detectar todas las alergias, y que a veces indiquen la
presencia de una alergia a un alérgeno, aunque no exista en realidad (lo que se denomina un
resultado positivo falso).

Pruebas cutáneas

Las pruebas cutáneas son el método más útil para identificar a alérgenos específicos. Un


alérgeno aplicado o inyectado en la piel debe causar una reacción cutánea en personas
alérgicas. Existen dos tipos de pruebas cutáneas:
 Prueba de punción cutánea
 Prueba intradérmica

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Los médicos administran dos soluciones de control además de la solución de prueba (que
contiene el alérgeno sospechoso) para asegurarse aún más de la fiabilidad de estas pruebas
cutáneas. Las sustancias de control son

 Se administra una gota de una solución de histamina, que debería desencadenar


una reacción alérgica en cualquier persona. La ausencia de reacción cutánea
puede deberse a que el sistema inmunológico no funciona con normalidad o bien
puede tener su origen en los medicamentos para la alergia que tiene la persona en
su sistema. Las personas que no reaccionan a la histamina probablemente no
reaccionarán a la solución de prueba que contiene el alérgeno. Por lo tanto, puede
parecer que la persona no presenta alergia al alérgeno cuando sí la tiene (un
resultado falso negativo).
 Se administra una gota de solución diluyente que no contiene alérgenos y, por lo
tanto, no debería desencadenar una reacción alérgica. Si la persona reacciona a la
solución diluyente, probablemente tiene la piel sensible y probablemente también
reaccionará a la solución de prueba que contiene el alérgeno, incluso si no es
alérgica (un resultado falso positivo).

Por lo general, los médicos administran varias soluciones de prueba. Estas son soluciones
diluidas, cada una con un antígeno específico. Los antígenos más utilizados son el polen (de
árboles, hierbas o malezas), mohos, ácaros del polvo, caspa de animales, veneno de insectos,
alimentos o algunos antibióticos. Los médicos eligen los antígenos para esta prueba en función
de las sustancias que sospechan como causantes.

Se suele practicar en primer lugar una prueba de punción. Se coloca una gota de cada una de
las soluciones de control y se prueba sobre la piel de la persona, que luego se pincha con una
aguja a través de la gota. La prueba de punción permite identificar la mayor parte de los
alérgenos.
Si no se identifica el alérgeno, se puede realizar una prueba intradérmica. Para esta prueba,
se inyecta por vía parenteral una pequeña cantidad de cada una de las soluciones de control y
de prueba en la piel de la persona. Este tipo de prueba cutánea es más sensible y más precisa a
la hora de detectar una reacción a un alérgeno.

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Si la persona es alérgica a uno o más de los alérgenos en la solución de prueba, aparece una
reacción eritematosa con roncha o habón, con las siguientes características:

 Unos 15 o 20 minutos después del pinchazo aparece una roncha, pálida y


ligeramente elevada, en el lugar del pinchazo.
 El habón resultante tiene un diámetro aproximadamente de 0,3 a 0,5 centímetros
más grande que el habón provocado por la solución de disolvente.
 Esta roncha está rodeada por una zona enrojecida muy definida, el eritema.

Antes de realizar las pruebas cutáneas se indica a la persona afectada que deje de tomar
medicamentos que puedan suprimir una reacción en caso de que sí tenga una alergia a los
alérgenos contenidos en la solución de prueba. Estos medicamentos son

 Antihistamínicos
 Ciertos antidepresivos llamados antidepresivos tricíclicos (como la amitriptilina)
 Omalizumab (un anticuerpo monoclonal sintetizado para bloquear la IgE)
 Inhibidores de la monoaminoxidasa como selegilina

Algunos médicos prefieren no realizar estas pruebas en personas que toman betabloqueantes
porque, de producirse una reacción alérgica como respuesta a la prueba, existen más
probabilidades de que las consecuencias sean graves. Además, los betabloqueantes pueden
interferir con los medicamentos utilizados para tratar reacciones alérgicas graves.

Pruebas de IgE serica especifica del alergeno

La prueba para la determinación de IgE alérgeno-específica es una prueba sanguínea que se


efectúa cuando no se pueden realizar pruebas cutáneas, por ejemplo, cuando la erupción
cutánea está muy extendida. Esta prueba determina si la IgE en la sangre de la persona se une
al alérgeno específico utilizado para la prueba. Si se produce la unión, la persona es alérgica a
ese alérgeno.

Prueba de provocación

En las pruebas de provocación, se expone a la persona afectada directamente a una pequeña


cantidad del alérgeno sospechado. Esta prueba se suele llevar a cabo cuando la persona
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afectada debe documentar su reacción alérgica, por ejemplo, para una solicitud de
discapacidad. A veces se usa para diagnosticar una alergia alimentaria. Si los médicos
sospechan una alergia inducida por el ejercicio, pueden pedirle a la persona afectada que haga
ejercicio. Si los médicos sospechan una alergia desencadenada por el frío pueden colocar un
cubito de hielo sobre la piel de la persona para ver si aparece una erupción.

COMPLICACIONES

Entre las complicaciones de la alergia que se presentan con más frecuencia tenemos la crisis de
asma, el edema de glotis, y el más grave, el shock anafiláctico

Crisis de asma bronquial

Bien a consecuencia del empeoramiento progresivo de un asma bronquial basal, o por una
agudización secundaria al contacto con un alergeno, que desencadena una crisis asmática
severa, por ejemplo, por ingesta de aspirina, que en personas susceptibles puede provocar crisis
severa que precisan atención hospitalaria urgente.

Edema de glotis, angioedema o edema angioneurótico

Con frecuencia se deben a reacciones alérgicas secundarias a la toma de fármacos o alimentos,


así como la picadura de ciertos insectos (avispas o abejas), especialmente si la picadura está en
zonas de la cara o el cuello. Se produce una inflamación de las mucosas que recubren boca,
campanilla, garganta e incluso laringe, pudiendo ocasionar compromiso respiratorio por el
cierre de la vía aérea. Precisa atención médica urgente, con adrenalina subcutánea.

Shock anafiláctico

Se trata de la manifestación más grave de los cuadros alérgicos. Precisa sensibilización previa,
es decir, que se haya producido un contacto con la sustancia, para que ante un nuevo contacto
desencadene la reacción alérgica.

TRATAMIENTO DE LAS REACCIONES ALERGICAS

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 Evitación del alérgeno
 Antihistamínicos
 Estabilizadores de mastocitos
 Corticoesteroides
 Inmunoterapia alergénica
 Para reacciones alérgicas graves, tratamiento de emergencia, que consiste en
inyecciones de epinefrina (adrenalina)

La mejor manera de tratar y de prevenir las alergias consiste en evitar el alérgeno.


Si aparecen síntomas leves, suele bastar con tomar un antihistamínico. Si no es suficiente,
puede recurrirse a otros fármacos, como los estabilizadores de mastocitos y los
corticoesteroides. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) no son eficaces, excepto en
forma de colirio utilizado para tratar la conjuntivitis alérgica.
Los síntomas graves, como los que afectan a las vías respiratorias (incluidas las  reacciones
anafilácticas) requieren tratamiento de urgencia.

Antihistamínicos

Los fármacos que se utilizan con más frecuencia para aliviar los síntomas de las alergias son
los antihistamínicos. Estos bloquean el efecto de la histamina (que desencadena los síntomas).
No detienen la producción de histamina por parte del organismo.

La toma de antihistamínicos alivia en parte el goteo nasal, los ojos llorosos y el prurito, y
reduce la hinchazón producida por la urticaria o por un angioedema leve, pero no facilitan la
respiración cuando existe constricción de las vías respiratorias. Algunos antihistamínicos
(como azelastina) también son estabilizadores de mastocitos.
Los antihistamínicos se comercializan en forma de

 Comprimidos, cápsulas o soluciones líquidas que se toman por boca


 Aerosoles nasales

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 Colirios (gotas oftálmicas)
 Lociones o cremas

La elección de una presentación u otra depende del tipo de reacción alérgica. Algunos
antihistamínicos se distribuyen sin receta y otros requieren prescripción médica. Algunos de
los antihistamínicos para los que se solía necesitar una receta ya se pueden adquirir sin ella, en
venta libre.

Los productos que contienen un antihistamínico y un descongestionante (como la


pseudoefedrina) se pueden comprar sin receta. Los pueden tomar tanto los adultos como los
niños de 12 años o más. Los productos antihistamínicos- descongestionantes no deben
administrarse a niños menores de 12 años. Estos productos son particularmente eficaces
cuando se necesita tanto un antihistamínico como un descongestionante nasal. Sin embargo,
algunas personas, como las que están tomando inhibidores de la monoaminooxidasa (un tipo de
antidepresivo), no pueden tomar estos productos. Además, si se padece hipertensión arterial, no
se deben tomar descongestionantes a menos que el médico lo recomiende y supervise su uso.

Para aliviar el prurito, se pueden aplicar a la piel los antihistamínicos difenhidramina y


doxepina, disponibles en forma de loción, crema, gel y aerosol. En el caso de los niños, los
antihistamínicos no deben tomarse por vía oral y aplicarse sobre la piel al mismo tiempo, ya
que estos medicamentos pueden causar somnolencia extrema.

Figura 3

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Los efectos secundarios de los antihistamínicos incluyen efectos anticolinérgicos, como
somnolencia, sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento, dificultad para orinar, confusión
y mareo (sobre todo, al ponerse en pie). Con frecuencia, los antihistamínicos que requieren
receta médica tienen menos efectos de este tipo.
Algunos antihistamínicos producen somnolencia (sedación) con más frecuencia que otros; los
que causan somnolencia se venden sin receta en muchos lugares. No se deben tomar si se va a
conducir, manejar maquinaria pesada o realizar otras actividades que requieran atención. Los
antihistamínicos que causan somnolencia no deben administrarse a niños menores de 2 años
porque podrían causar efectos secundarios graves e incluso potencialmente mortales. También
constituyen un problema especial en las personas de edad avanzada y en las que padecen
glaucoma, hiperplasia benigna de próstata, estreñimiento o demencia, debido al efecto
anticolinérgico de dichos fármacos. En general, se requiere mucha precaución al administrar
antihistamínicos en presencia de cardiopatías.

No todo el mundo reacciona de la misma manera a estos medicamentos. Por ejemplo, las
personas de ascendencia asiática son menos sensibles al efecto sedante de la difenhidramina
que las de ascendencia de Europa Occidental. Además, los antihistamínicos causan en algunas
personas la reacción opuesta (reacción paradójica), y les provoca un estado de nerviosismo,
inquietud y agitación.

Estabilizadores de mastocitos

Los estabilizadores de mastocitos impiden en este tipo de células la liberación de histamina y


de otras sustancias que causan edema e inflamación.

Se administran cuando ni los antihistamínicos ni otros fármacos son eficaces o cuando


producen efectos secundarios molestos. Estos fármacos ayudan a controlar los síntomas
alérgicos.

Entre ellos se incluyen la azelastina, el cromoglicato (cromolina), la lodoxamida, el ketotifeno,


el nedocromil, la olopatadina y el pemirolast. La azelastina, el ketotifeno, la olopatadina y el
pemirolast también son antihistamínicos.

El cromoglicato se puede obtener con receta médica como sigue:

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 Para usarlo con un inhalador o con un nebulizador (que libera una dosis del
fármaco en los pulmones en forma de aerosol)
 Como gotas para los ojos
 En forma de líquido para tomar por vía oral

El cromoglicato se comercializa en forma de aerosol nasal para el tratamiento de la rinitis


alérgica y no precisa receta médica. Por lo general, solo actúa en las zonas donde se aplica,
como la parte posterior de la garganta, los pulmones, los ojos o la nariz. Cuando se toma
oralmente, el cromoglicato puede aliviar los síntomas digestivos de la  mastocitosis, pero no se
absorbe de inmediato en el torrente sanguíneo y, por lo tanto, tiene muy poco efecto sobre
otros síntomas alérgicos en el cuerpo.
Corticoesteroides

Cuando los antihistamínicos y los estabilizadores de mastocitos no pueden controlar los


síntomas alérgicos, suele ser eficaz administrar corticoesteroides.

Los corticoesteroides pueden administrarse en forma de aerosol nasal, para tratar los síntomas
nasales, o con un inhalador, para tratar el asma.
Solo se recetan corticoesteroides (como la prednisona) por vía oral cuando los síntomas son
muy graves o generalizados y todos los demás tratamientos han fracasado. Cuando se ingieren
dosis altas por vía oral durante mucho tiempo (por ejemplo, durante más de 3 o 4 semanas),
los corticoesteroides causan muchos efectos secundarios, que en ocasiones son graves. Por lo
tanto, solo se administran durante el tiempo más breve posible.
Las cremas y los ungüentos que contienen corticoesteroides contribuyen a aliviar el prurito
presente en las erupciones cutáneas alérgicas. La hidrocortisona, un corticoesteroide, se puede
adquirir sin receta médica.

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Figura 4

Otros fármacos

Los inhibidores de leucotrienos, como montelukast, son fármacos antiinflamatorios que se


utilizan para tratar lo siguiente:
 Asma persistente leve
 Rinitis alérgica estacional
 Ronchas (urticaria)
Inhiben a los leucotrienos que liberan algunos glóbulos blancos (leucocitos) y mastocitos
cuando se exponen a un alérgeno. Los leucotrienos contribuyen a la inflamación y causan la
constricción de las vías respiratorias. Montelukast se usa solo cuando otros tratamientos son
ineficaces.

El omalizumab es un anticuerpo monoclonal, es decir, un anticuerpo sintético diseñado para


interaccionar con una sustancia específica. El omalizumab se une a la  inmunoglobulina E
(IgE), un anticuerpo que se produce en grandes cantidades durante la reacción alérgica, e
impide que la IgE se una a los mastocitos y a los basófilos y se desencadene una reacción
alérgica. Omalizumab puede utilizarse para tratar el asma persistente o grave cuando los demás
tratamientos no han sido eficaces. Si la urticaria se repite con frecuencia y otros tratamientos
no son efectivos, puede ser eficaz. Cuando se utiliza, se puede reducir la dosis del
corticoesteroide. Se administra mediante una inyección por debajo de la piel (subcutánea).
Tratamiento de urgencia

Las reacciones alérgicas graves, como las anafilácticas, requieren un tratamiento de urgencia.


Las personas que sufren o corren riesgo de sufrir reacciones alérgicas graves deben llevar
siempre consigo una jeringa autoinyectable precargada con epinefrina (adrenalina) que debe
emplearse lo más rápidamente posible si se produce una reacción grave. Las píldoras
antihistamínicas también pueden ayudar, pero se debe inyectar epinefrina (adrenalina) antes de
tomarlas. Por lo general, la epinefrina (adrenalina) detiene la reacción, al menos de forma
temporal. Sin embargo, las personas que han sufrido una reacción alérgica grave deben ser

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trasladadas a un centro de atención de emergencia. En dicho centro pueden ser controladas de
cerca y el tratamiento se puede repetir o ajustar según sea necesario.

Si se produce una reacción anafiláctica, las vías respiratorias pueden hincharse y estrecharse, lo
que dificulta la respiración. El médico puede tener que insertar un tubo a través de la nariz o la
boca hasta la tráquea para facilitar la respiración. A veces la tráquea se hincha y se estrecha
demasiado para que el tubo pase a través de la misma. En tales casos, el médico puede tener
que insertar un tubo directamente en la tráquea a través de una incisión en la parte frontal del
cuello (traqueotomía) para hacer posible la respiración.

Tratamiento de las alergias durante el embarazo y la lactancia

Siempre que sea posible, las mujeres alérgicas embarazadas deben evitar los alérgenos a fin de
controlar los síntomas. Si los síntomas son graves, deben utilizar un aerosol nasal con
antihistamínicos. Solo deben tomar antihistamínicos orales si los aerosoles nasales no
proporcionan un alivio adecuado.

Las mujeres que están amamantando también deben intentar evitar los antihistamínicos. Pero,
si los antihistamínicos son necesarios, los médicos prefieren indicar antihistamínicos que
tengan menos probabilidades de causar somnolencia, de manera que prefieren los aerosoles
nasales antihistamínicos a los antihistamínicos orales. Si es necesario tomar antihistamínicos
orales para controlar los síntomas, se deben tomar inmediatamente después de amamantar al
bebé.

Conclusiones

En menos de medio siglo, tomando en cuenta su primera mención, la alergia que era percibida
como una enfermedad rara, se ha convertido en una importante amenaza para la salud pública.
En la actualidad, afecta a más de 60 millones de personas en Europa. Su prevalencia puede ir en
aumento debido a ciertos factores como los cambios ambientales y el estilo de vida que
acompañan al proceso de globalización.

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Las reacciones alérgicas afectan a la calidad de vida de las personas que las sufren al realizar las
actividades de la vida cotidiana. A pesar de estos datos, hoy en día las reacciones alérgicas
siguen siendo bastante desconocidas, por ello es muy importante indagar sobre el tema, y
continuar las investigaciones para poder tener un mejor entendimiento de la misma y así también
poder realizar mejores tratamientos para la misma.

Bibliografía

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Alergias. (2022, agosto 5). Mayoclinic.org. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-


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Qué es la Alergia. (2017, junio 15). Inmunotek. https://www.inmunotek.com/alergia/

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