Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
obligación, no está obligado a dar una de la mejor calidad ni puede dar una de la peor”.
C. La buena fe en la ejecución de las prestaciones
El Legislador en el artículo 1.160 del Código Civil dispone: “Los contratos deben ejecutarse de buena
fe y obligan no solamente a cumplir lo expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se
derivan de los mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley.
Este principio de buena fe en la ejecución de los contratos, comporta el compromiso de las partes
de colaborar una con la otra, prestando el apoyo llevado al máximo posible, dentro de los límites de
lo estipulado, para el cumplimiento satisfactorio de las obligaciones. Así, el deudor no está obligado
con el acreedor a dar más, y tampoco puede dar menos; ni el acreedor puede exigir más, y tampoco
puede ser coaccionado a recibir menos. Dicho de otra forma, las partes están obligadas a facilitarse
recíprocamente la ejecución de sus respectivas prestaciones.
D. La equidad, el uso y la ley en la ejecución de los contratos
La Equidad, definida como “la justicia del caso concreto”, es decir, la solución específica de un caso
particular, procura conservar el equilibrio de las partes en el cumplimiento de las prestaciones,
teniendo como norte la igualdad de las mismas.
El uso es otra forma de suplir las deficiencias existentes en el contrato, pero solo cuando está
expresamente establecido en una disposición contractual o en una legal.
En cuanto a la ley, ésta suplirá cualquier deficiencia que exista en el contrato, en aquellas
situaciones no previstas expresamente por las partes. Cuando la norma sea de orden público,
imperará siempre sobre la voluntad expresa de las partes, ya que por su carácter no puede ser
relajada. En el caso de los contratos innominados, la ley tiene especial importancia en los casos de
ausencia de disposiciones contractuales expresas, ya que por ser contratos que carecen de
regulación especial de la ley, determinadas situaciones no están contempladas en ella.
E. El propósito y la intención de las partes
Este principio está consagrado en la parte in fine del artículo 12 C.P.C., que dispone: “En la
interpretación de contratos o actos que presenten oscuridad, ambigüedad o deficiencia, los jueces
se atendrán al propósito y la intención de las partes o de los otorgantes, teniendo en mira las
exigencias de la ley, de la verdad y de la buena fe”. En este caso el juez deberá determinar cual fue
la intención de las partes con el contrato, qué se proponían regular, resolver, o evitar con el
contrato.
IV. La interpretación del contrato por el juez
En la interpretación del contrato por el juez se cumplen dos facetas: la calificación de la naturaleza del
contrato; y la interpretación propiamente dicha.
A. La calificación de la naturaleza del contrato es de orden público y corresponde primeramente al
legislador. Así, por ejemplo, el artículo 1.579 C.C. dispone: “se entenderán que son ventas a plazo,
los arrendamientos de cosas muebles con la obligación de transmitir al arrendatario en cualquier
tiempo la propiedad de las cosas arrendadas”.
B. La interpretación propiamente dicha comporta por el juez tomar en cuenta determinados
principios y normas establecidas en la legislación, la doctrina y la jurisprudencia, que determinan el
orden de prioridad que debe seguir el juez para la interpretación de los contratos. Así, el juez debe:
primero, aplicar la ley, es decir las normas expresas de orden público contempladas en el
ordenamiento positivo que individualizan cada contrato; segundo, tener por norte la verdad, es
decir, identificar de acuerdo al contenido del contrato la verdadera finalidad del mismo y la
intención que pueda atribuirse a las partes; tercero, aplicar las normas jurídicas establecidas por el
legislador para aquellas situaciones no previstas por las partes; cuarto, las normas de la buena fe, de
obligatoria aplicación en la interpretación del contrato; quinto, atender a la equidad, procurando la
igualación de las partes conforme a la propia estructura del contrato; y sexto, atender al uso o