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gran recorrido y posibilidad articular, capaz de absorber grandes cargas de trabajo; por

debajo, Mr. Pie, formado por un magnífico puzle compuesto por 33 articulaciones que le
va a permitir absorber igualmente grandes cargas de trabajo y adaptarse a las
irregularidades del terreno.
Sin embargo, nuestras rodillas no tienen ni el recurso en forma esférica de la cadera
ni el sistema multiarticular del pie. Al ser una articulación biplanar nos servirá para
realizar millones de veces el movimiento de flexoextensión a lo largo de la vida, pero,
como ya he comentado anteriormente, no le gusta nada que la impliquemos en
movimientos rotacionales. Me viene a la cabeza el gesto del futbolista que clava sus
tacos en el césped y se le gira la rodilla, o el esquiador que cae al suelo y no le salta la
fijación. Y es que si bien los tacos de la bota de fútbol en forma de cuchilla permiten una
gran adherencia y sustentación en campos de fútbol con césped alto o encharcado,
evitando resbalones o pérdida de contacto con el césped, se convierten en un elemento
agresivo para la rodilla en situación de estrés, como es un giro inoportuno o no deseado.
Las actuales botas de esquí han resuelto el problema de los pioneros de este deporte, que
presentaban frecuentes lesiones de tobillo por la falta de sujeción del pie. Las actuales,
altas y rígidas, permiten un esquí rápido, seguro y agresivo, pero se convierten en una
trampa mortal para la rodilla ante una situación de estrés no controlada, sobre todo
cuando no salta la fijación, y esto puede ocurrir tanto a un esquiador de alto nivel
competitivo, fruto de la intensidad del esquí, como a un novato ante un hecho fortuito,
como una mala salida del telesilla o una caída accidental, siempre favorecida por un
estado muscular poco desarrollado.
Y por último he citado los factores ambientales. Son muchos, pero me centraré en la
carrera. Desde luego correr por correr es una actividad muy saludable, como es sabido,
pero cuando nuestro aparato locomotor no está bien estructurado o presenta un déficit o
error estructural, aparecerán los problemas en forma de lesión, aunque no siempre, y
trataré de explicarme. Existen muchos corredores con un patrón estructural poco
afortunado para correr y, sin embargo, nunca han padecido lesiones. Esto se debe, entre
otros factores, a su calidad biológica y a que conocen cuáles son sus límites y son muy
dogmáticos a la hora de entrenar, realizan el ejercicio con el margen suficiente para no
caer lesionados y probablemente este sea el secreto: no sobrepasar el umbral de fatiga.
Y este comentario nos da paso a otra definición. Conocemos por umbral de fatiga la
capacidad que tiene nuestro organismo para absorber determinadas cargas de trabajo o
entrenamiento, de forma que si sobrepasamos dicho umbral estaremos expuestos a sufrir
algún tipo de lesión.
Ante la explosión o fiebre que vivimos actualmente por la carrera, veo cada día
multitud de hombres y mujeres de todas las edades corriendo por las aceras a primera
hora de la mañana y, lógicamente, hay de todo: personas que corren con estilo, personas
que corren fatal, algunos con zapatillas nada aptas para correr, otros con una equipación
de alta gama pero con un nivel de principiante, otros con una pisada horribilis o con una

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