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-

Rainer Forst
lustif¡cac¡ó
y crÍtica
Perspectivas de una teoría crítica de la política

@ Oave intelectual
Índice
Prefacio 1,1,

Introducción: Acr
de justiflcación
I. )usücia radic
1,. Dos imágenes

Prinrera edición, 2014


2. La justiñcació
a la justifrcaci
O Katz Editores
Benjamín Matienzo 1831, 10" D
1426-Buenos Aires
3, El orden norrr
c/Sitio de Zzragoza,6, 1'planta II. )usüficación,:
28931 Móstoles-Madrid
www.katzedito¡es.corn - info@katzeditores.com 4. El fundamentr
O Clave lntelectual, S. L., 2012 humana en lor
C/ Yelízquez,55, 5" D
28001-Madrid 5. Lo más import
www.claveintelectual.com - info@claveintelectual.com
y justifrcación
Berlin
@ Suhrkanrp Verlag
All rights reserued.
201 1
6. "Tolerar sigaif
y emancipació
Título de la edición original: Krírík der Rcchtfeftigungsverlt¡ihnisst
Perspektíven einer ki¡ischen Theoríe dtr Polítík III. Más allá de la
7. La injusticia dr
ISBN Argentina: 978-987-1566-94-5
ISBN España: 978-tt4-1 59 7-1 5-l1 según Ibsen, Ci

1. Filosofia Polírica I Calderón, Graciela, trad. ll. Título 8. Repubiicanism


cDD 320.1
de la teorÍa pol
El contenido intelectual de esta obra se encuentra
protegido por diversas leyes y rratados intemaciorrales 9. Utopía e ironÍa
que prohíben la reproducción ínreqr¿ o ertracrada,
realizada por cualquicr procedinrierrto. que no cuente
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É'-

Introducción

Acerca de la idea de una crítica


de las relaciones de justif,cación

Una frlosofía política reflexiva


Desde La República de Platón la filosofia política ha planteado la pregunta
acenca de los principios del ejercicio legítimo o justo del dominio político.
Sin embargo, sigue existiendo una controversia metódica acerca de cómo
responderla. ¿Se debe descubrir o inventar una "teoría ideal" por medio de
una construcción puramente racional, para luego preguntar cómo se pue-
den "implementar" en la práctica los principios morales abstractos que ema-
nan de ella? ¿O se debería, en cambio, comenzar por la realidad de los 'rl

contextos políticos concretos prescindiendo de ensueños normativos para


ceñirse a Io que es posible y aceptable aquí y ahora en vista de profundos
conflictos de interés? A esta disputa se asocian muchas preguntas filosóficas:
las referidas a la posibilidad de los principios universalistas, a la fuerza de la
raz6n, a la historicidad de las normas, a la relación entre moral y política y,
finalmente, a la función crítica de la filosofia política. Sin embargo, esta
controversia queda a menudo atrapada en oposiciones insípidas e improduc-

I .l
ñ
16 e Iustiñcación y critica
¡
tal vez Y lo determinar
tivas, y el repertorio de cúticas de una parte hacia la otra se va desgastando
_.¡i-to-l_ orden-. Los hombres <
El enfoque que presento aquí intenta evitar estos callejones sin salida.
Para ello, comienzo por la
político y le doy un giro reflexiYo: ¿ y
quién tiene Ia autoridad para contestarla? Es hora de recordar el punto polí-
7AA- la cuestión de la fundamentación ámbitos sociales y en (
filosófica como una cuestión práctica, o de radicali de colectivos, la pregt
.\-
manera tal que debe <
( ,la al mismo ti puesto que la cuestión de la
I1 nO Se de manera abstracta sino concreta:
J.----:-
por actores
---------_^
orden si está justificado, lo qr.

normativo al que sometidos. La cuestión de la frlosofia política es -,rt


cuestión, y desde la perspectiva de aqr.rellos que la plantean, la justificaciórr y política, puesto que I

que importa es una que puede aceptar cada uno como individuo y en con- la estructura básica de
junto, como seres libres e iguales, y la misn-ra aceptación o rechazo están estructura se encllenlri
también sujetos a ciertas nornas. En mi opinión, lo qu9 importa es !eggll!_-- "aplicar" sino Fn
truir ias norl11as. y los principios contenidos en esta demanda práctica r' , Presuponeg
reclamo de justificación, puesto que la dinámica de la justificación a la que va. colno denrc,.:
nos referimos aquí está situada concreta e históricanlente pero a la vez mismo tiempo
. presenta una eitructura general que hay que aclarar filosóficamente. en flzaf SL]S

primer lugar, respecto del mismo principig_¡lS_lliu_stificncjó-n lon que


oue actua -Tor coñslguGnte,
na como resultado de un
"no" polítitg-r-
La filosofia política comienza con Ia pregunta acerca de la justificacrón. objetos de la jusrif
pero Llna filosofia política crítica y reflexiva la dirige hacía sí misnr.r: .Q-:
quiere decir plantear y contestar la pregunta acerca de justificación. ;'-:= -. testaron Ia oresunta a(
1o que se requiere para tal fin y qué condiciones hay i de fundamentación rar
ue unajustificación tal tiene que ser "razonable", "ace que pueden satisfacer
nri punto de vista,láTres-p-uesas a estas preguntas emergen sr se en- condiciones ds ¡ssl¡m
,--=:--_a1_
et pnnclplo qe ra razc
tanto histórico como'

como orden de normas de 1¿alidez concreta que al mismo tiempo redamü 'Vé¡se Forsr, D,ri R,. '
validez-,verifican láíf.-*r-.",os de la rrdiáez de est. o.d.rrJo, -.h.r- 'Rarvls, Eilc T/r¡.,r:, ;,'
1971) [trad. esp : Tcorr.: .;,
de Cultura Econóniic.l. - '
1
Véase, para una discusión amplia, Forst, Kc)ntextc der Cerechtigkcít
t Hlgo ltnr rscolr.t:--::
2 y Günther, "Die Herausbildung nomrativer Ordnungen" rancia c igualdad socr¡i ;::
Véase Forst

4
La
)',tt r^r.
"

§ l-/^
Introducción .

P
17

tal vez y lo determinan nuevamente, modificando al mismo tiempo este

ámbitos sociales y en el que está en juego el ejercicio del dominio dentro

bles conflictos históricos trajeron


este principio al mundo político como demanda central,s y al hacerlo con-
testaron la pregunta ¿qerca de la razón práctica poniendo como principio
'-''-
de fundamentación racional la exigencia recursiva de que solo t¡: -g*rg-
en
condiciones de reclamar la pretensión de validez general y mutua. Ert.-o \
;ññirm-t".1 -l;J" ñk.;;y1' "" pii".ipio
tanto histórico como "a priori", puesto que se basa en el principio general

3
Véase Forst, Das Recht auf RechtJertigung, Parte I .
a
Rawls, Eine Theorie der Cerechtigkeit, p. 1.9 (A Theory oJJustice, Harvard lJniversiry Press,
1977) ftrad. esp.: Teoría de la justicia, t¡aducción de María Dolores Gonzále2, México, Fondo
de Cultura Económica, 19951.
5
Hago una reconstrucción histórica de esto tomando el ejemplo de la demanda de tole-
rancia e igualdad social en Forst, Toleranz im Konfikt. ,t
A
4
^dt
r
!' 1E . rusutrcaqon y cnuca

de lajustificación, que indica que las nornas siempre h44_{9_¡er,fu4d3rnqq= de base a u


§.?.u.i"t.nder que esto es a su vez esán somc
onable quiere d..i. -o qglolgbgl_gqÉ_ volver a I¡
suJetos que
"puntos" d
/ curre a fiq,
l.--
Il-=-'+ot.o rioo d¡
I vez ensalce
ry_perygg_g Jlgg{a pero al mil
cuados, también en la moral como tal- serio las rel
cluye a los'
{ -:r.ryfStp..t" d.l.r 9:-á ha de valer
_19g3tryal
_¿{é1.!, p.*".r, .."r. ,.. a.t r"ir-" -"4" las dadas- d¡
"utórro,nlElññ-*plrri6i.
que es una persona entre muchas: aquí no hay contradicción. Por lo tanto, oolítica frer
t
ñ

U
I
a manifestar lo superfluo que es la oposición, a menudo debatida, entre la
penpectiva "inmanente" y la "trascendente". Si se considera a las person¿s
como seres sociales y al mismo tiempo autónomos, que pueden y deberían cista del, r
----']
poder determinar activamente las estructuras normativas que valen para ell¡s, excluye pri
entonces este estándar es tan inmanente a la praxis como que la trasciende:
--:-
'E¡tie¡déE
nadie es absorbido totalmente por
! l_rá.lr.r 1.,,ustificacióff4! que par- tión del dor
ticipa. ya que siempre existe la posibilidad de_ rueglonarla v de criticada la arbitrarier
reflexivamente. Si esta posibilidad es real es algo que debe poder analizanna mas, alguna
,^ cntice de las relacionglglus,tllgggé& oue oosibili
LLé
Si se considera a las personas como seres de justificación. se las ve. a di-
ferencia de muchas teorías políticas, como seres activos. no como psivo o
-
seres a quienes hry q"_g.ge!ef,_rr.ggg!e4os o sufrientes. Lo son ta¡rüién, pero
su demanda esencial en cuanto a la justicia no es obtener los bienes po.EL.n¡

,ri'§ consecuent(

.
jilosÓfi"' S
cuestión del
convlerten (

pacidades para hacerlo, corresponde respetarlas conlo iir;: discursiva, i


nunca son solo objeto sino que son sujeto de la justit:;.--:
Con demasiada frecuencia la filosofia política sigr:e '.':'.:=
predemocrática. Les asigna prioridad a valores teleolóe r'Geuss, PI

I
*
lntroducción . 19

de base a un ordenjusto o bueno sin que en este orden aparezcan quienes


están sometidos a este orden como autores del mismo. Exhorta a veces a

volver a la práctica, pero no ve a los implicados primeramente como los


sujetos que determinan esta práctica sino que reconstruye lógicas propias o
"puntos" de tales prácticas, como si estas tuvieran una validez propia.. R.-
.cuITeafigurasdejustificaciónqueiqY...,@ode'.
,
CJ
o-gro_trpg-{e__tCqe!s_ilia-c_i_é-!,_ en l9s casi nadie participaba. En cambio, tal
-gue
' vez ensalce la "realidad" y demande un análisis de las relaciones de poder,
pero al mismo tiempo cree con demasiada frecuencia que el tomarse en
serio las relaciones de dominio, Ias motivaciones y los conflictos reales ex-
cluye a los principios de construcción moral,'' y así pasa por alto la realidad
normativa de la demanda de justificaciones que son al menos mejores que
las dadas, de manera que la dinámica de la justificación ingresa en la realidad
política frente a la cual la teoría no puede tener una postura neutral si quiere
buenas
arlas es
guiente
'.
abstracta de un ideal ni de una concepción supuestanrente.lealis:a emEili-
gde la política conro lugar de encuenrro de intereses nornrativos. que
excluye principios de mayor jerarquía y que ha llevado al decisionismo.
'Entiende
la cuestión fundamental acerca del dominio legítimo .orrro .rr.r--'
tión del dominio justo -esto quiere decir: dominio justificado, que excluye
Ia arbitrariedad y no es dominante- y reconstruye recursivamente las nor-
mas, algunas de naturaleza procedirnental, otras, de naturaleza sustantiva,
que posibilitaron tal justificación. Aquí lry"o es solo lo que vale
como justo en una sociedad sino !g_Es iebqría valgr como recíproco y
i ¡,rj.
general si los sometidos a las llormas fueran autores de las mismas. libres e i(
iguales. Que se convieitan.".ito., t^ primera."tg."ii, de Ia justicia. La
filosofia política se cierra el camino hacia esta comprensión si no considera
consecuentenlente a la lógica de la ju$ificación como una lógica no solo
-fi§o c,4 sino reflexivamente WárJtc:,. Toda filosofia política plantea la
cuestión del dominio legítimo, pero solo pocas le dan un giro reflexivo y
convierten el principio de justificación mismo, como principio de práctica
discursiva, .., fr.rd"L.nto teórico. *

) Sf u *\¿)-
-4'Y-¿v-"
'' Geuss, Pltilosoplty and Reol Politics.
("
v il AÍ:it'i t"-tt4c'P-
U-r' l
L)v > L( t AYU-?a
r6t ,v - ?ner-(t;v a,24,/ O ( /
¿u{l,tkÍ ,V*./ Fn-u i\ra S-C,'l() O ,

u(¿w u6VN'qJ¿¿r¿2,

t-
26 . lsstificación y cítica

Con esto estoy argumentando a ávor de una determinada posición so- tica, la cútica de la
ciofilosófica que concibe-a la sociedad como un conjunto de p-rácticas de con la idea raciona]
iustificación.7 No le haría justicia a esta posición una filosofia social basada que seguía teniend
en conceptos éticos de la vida buena que no expgpgq l.gs Tsmo¡ a su vez, la norma absoluta,
a d.lqr trypl_tfqd.§-de esta manera la alienación
la autoridad de.iustificación dad, pero qué es lo
social, que fue justamente criticada por quienes sucedieron a Rousseau, "patologías de la ra
Hegel y Marx, solo se perpetuaría, puesto que la verdadera alienación existe d. gg-egssslE
allí donde los individuos no se ven como sujeqo¡{e_jqltllgg.iól qp_qlosqe4 tación racional", "¡
ungereclió_de jüstifi cacia11"_.""11",:':::il:.ll_p_11§:1, ¡éTan uEl-izado de
i --,-. ) 1
minan en la idea dr
Teoría crítica clon no se dara por
El principio de justificación es al mismo tiempo un principio de autonomía Ñ. áir.ia.".E
y uno de citica. Al hacer de él su fundamento, la teoría no está constru- Coincido con I
yendo un orden normativo sin reparo alguno sino que intenta pensarlo como como una "forma
creación constructiva, y de este modo se topa con los fenómenos que impi- representa una fuer
den esta construcción. Así se convierte en una teoúa crítica que retoma la perrnita detectar cr
antigua pregunta de por qué una sociedad moderna no está en condiciones definir los patrone:
de crear formas racionales de orden social. La teorla cntica es el intento de Habermas, debido
aferrarse a esta pregunta y de cuestionar críticamente al mismo tiempo la concepto rnstrum€
"insensatez" y el potencial de dominio del concepto utilizado de raz6n. En cado discunivamer
palabras de Horkheimer, "la teoría crítica de la sociedad existente regida por en primera línea d
el interés en las situaciones racionales", que defiende como núcleo la idea de !S-r¿!aE"úrg-
la "autodeterminación" social contra la necesidad "cíega",8 ya utilizaba una tirse en una prácti
concepto reflexivo de lajusticia: "Este es el contenido general del concepto so_qieles-_Esto ultin
de justicia; según é1, la desigualdad social dominante en cada caso necesira¡á ciencias sociales cr
fundamentación racional. Deja de ser considerada un bien y se transforma en ciadamente qué es

algo que ha de ser superado".e justificación", pue


También después de que hubiese empezado a ser cuestionable si los pa- v)---.'--
normativo. Se rr
trones dela raz6t que "regían" ala teona harían justicia a su intención crí- relaciones sociales
rarse justificadas.
7
En este punto véase el enfoque alternativo de Boltanski y Thévenot, Orrrlr giendo, en prime
enfoque coincide con el de e1los en que sspala-qgrlas elfe.l?L l}&lglcom
iustifrcación independieqtcs. Sin embargo, creo que la 1ógica de 1a jusrifica,
to Adorno, Problet
trasciende estas esferas y que una práctica diferenciada de la crítica debe ser
rr Honneth, "Eine
dentro de y rnás zl7á de ellas.
8 Horkheimer, "Traditionelle und kritische Theorie", pp.254,281 traducciór? de Griselc
[u'ad.
tradicional y teoría cntícr", Madrid, Amorrortu, 2003]. 12
lbid., p.56 [trac
e 13
Horkheimer, "Materialismus und Moral", pp. 187 y s. [trad. esp.: ^\fott'n:r'r Habermas, 77¡eo

y moral, traducción de Agapito Maestre yJosé Romagosa, Madrid, Tecnos. 1f de la acción comunicatit
Introducción . 25

asirnétricas qlle se apo\¡al1 cn un cierre del espacio de justificación para be-


r.reficio de deternrinadas leeitimaciones no fundamentadas, que presentan un
orden tal conro justo, divino o no nrodificable. Entonces, el espacio de las
fundamentaciones prob:rblemente esté sellado ideológicamente u ocupado
:6)
por alnenazas efectivas. Esto qr-riere decir que hay coerción. Finahrrente en-
contramos la. ujolgrcia pura allí donde una relación de justificación, también
asimétrica, que despliega fuerza inteligible, es reemplazada por la acción fi-
sica. Entonces el poder está contrayéndose, lo que no qniere decir que
aparezca la iibertad; antes bien, desaparece, puesto que la libertad pertenece
al poder en tanto este afecte a sujetos animados cognitivamente. El poder es
el arte de vincular a otros por medio de razones; es un fenómeno central de
la nornratividad. En un espectro de relaciones de poder se encuentrall, por
un lado, las relaciones que se apoyan en razones conlpartidas libremente,
recíprocas-generales y, por el otro l¿rdo, las que están en la zona límite de la
sustitución del poder por la violencia. Pero el poder tarnbién se encuentra
donde la acción cognitiva se logra mediante mentiras o engaños.r7
Por consiguiente, quien esté interesado en un análisis del poder debe
utilizar un método diferenciado. Este debe descubrir el espacio discursivo
como espacio de justificaciones buenas o malas, debe analizar su genealogía
y sus formas complejas de acción y debe poner bajo escrutinio las posiciones
y estructuras decisivas en lo discursivo de una sociedad. El método entiende
(a pesar de lo incompleto que pueda ser en un análisis de un fenór¡eno
inteligible) el espacio discursivo como espacio del poder v analiza los pro-
cesos reales que determinan este espacio. No se trata aquí solo de la justifi-
cación del poder sino principalrnente deh)oder de las justificacion-es.

El curso de la argumentación
Los capítulos de este volumen hablarán por sí mismos, pero valga una breve
descripción del camino por recorrer. El prirner ensayo de la parte sobre la
"justicia radical" marca, a mi juicio, una diferencia entre dos formas de*
pensar, decisiva para la discusión contemporánea acerca debiuliEia. Una
, de ellas se orienta a los bienes v a los receDtores v oone s L
P1I1 qo-4p§nsar la ar-
bitrariedadnaturalysocia]'.Laotrainterpretapolíticament.]@-

17
En esto hay una diferencia esencial con Arendt, Macht und Cewalt [trad. esp: Sobre /a
víolencia, Madrid, Alianza Editorial, 2005].
25 . Justificación y crítica

tación normaEiva'
acerca de las estructuras en las que se decide_qu!én ciedades de nuesü
obtiene qué v por cuáles motivos: una vez dilucidada esta cuestión se re- En el capítr:lo I

suelven l.r d._.]e p-4r.gió.


y de la,,jü@, justificándo- - menospreclo se pr
selas discursivamente. El punto político de la justicia se refiere a las relaciones : orincioio emancit
y estructuras, no a situaciones subjetivas u objetivas. La primera pregunta cepto de tolerana
,
de la justicia es la que inquiere acerca de la distribución del "poder de jus-
tificación" en una sociedad, sabiendo que este no es un "bien" de fá,c1l
distribución.
El segundo capítulo emprende una clasificación citica de enfoques de los Los capítulos d
más divenos tipos, para entender qué son los derechos humanos y cómo se justicia, puesto q
los fundamenta. Nuevamente se :utlTiza un argumento reflexivo: si los de- reciente, el pensar
de la pretensión c
:ünltao;-úa-G

ñt Justo que se crerr¿


el orden justo es

di- Trato de mostrarl


mental. Se remiten el_..rp.to por lor otr. p.ro En el capítulo i
ción" exploro m«
El tercer caoítulo indaga en el Ehnorme.llivo" de la iusJisia v la_oaz que giran esencid
en un sentido doble: gonqo__orllel social y orden defnpq44dgi. La justicia evitar la pérdida
no aparece aquí como rival de la paz, sino como principio que fundamenta sociedad modem;
que califica el valor de la paz..
tiempo -+--_=-*:
al mismo --.-----l- del momento fug
-
de una manera justr Como cierre u
siones de ia iusticia y la observe críticamente recibido la atenci,
Los textos de Ia segunda parte se dedican al conrplejo 'justific:rcrón. re- entre otras cosas, :
conocimiento y cnttca" . El primero de ellos reconstmye el significado crítico que no solo pinu
v emancipador del concepto de l, 'Sigridrd d.Ihoqbri.corno.exigencia acercamos, srno q
más allá de la oob
ryLeel"-o dq estatus
igualdad de derechos, blemático-,en su p
no el reclamo de un determinado abastecimiento de bienes para una "exis- dos mundos trastc
tencia digna". del pensamientcr c
En "Lo más importante, primero", refiriéndorne ala controversia entre existente como el
Nancy Fraser y Axel Honneth acerca de la definición correcta de una teo-
--------
cuva reallzaclon !
ría critica de la justicia ofrezco una tercera propuesta, que se basa en el pensamrento cntr
' -:--:^ ¡^ l" i,rctificación pero que desarroll4 ideal, comienza a
@
del conflicto y de

§ \.o
Introducción . 27

tación norrnativa y de la perspectiva que tiene 7a teoria crítica sobre las so-
ciedades de nuestro cipo (y más allá de ellas).
En el capítulo 6 trato de mostraJiué dinámicas de lggeng:rm§lto-y 3-e_
rneng-sprecio-se pueden ver.sisqentle-I¡{-l¡-1lcrPi"_ 49 jultin*.i¿*
principiq emancipadgf con referencia a las complejas dimensiones del con-
'..pt" de toleranci"; i. t rUilit, así una nueva mirada sobre 1o que significa
v 4 T:To_
de determi-
nadas ideas de la eticidad, según Hegel.
Los capítulos de la tercera parte indagan los límites o un "más allá" de la
justicia, puesto que desde siempre, pero más intensamente en el debate
reciente, el pensamiento orientado a la justicia debe enfrentarse al {ep!gg_hg*
de la pretensión de superioridad en un doble sentido. Se le reprocha, por
-un ltd;, ááip...rriáo d.rrrrriiao rigial a.-,rr, *d.r, de justificación
""i
justo que se cierra a las voces cúticas, y por otro lado, la suposición de que
el orden justo es el único que corresponde a una forma de vida humana.
Trato de mostrarlo en diálogo con Ibsen, Cavell y Adorno.
En el capítulo 8, con el título "Republicanismo del temor y de la salva-
ción" exploro motivos centrales de la filosofia política de Hannah Arendt
que giran esencialmente en torno de la pregunta acerca de cómo se puede
evitar la pérdida de la libertad y la autonomía política, que acecha en la
sociedad moderna. Incluso cuando se critica a Arendt, su pregunta acerca
del momento fugaz de la autodeterminación política sigue estando presente.
Como cierre me dedico a tratar el tema de&¡¡¡pga+g!!,g& que no ha
recibido la atención merecida en la filosofia contemporánea. Esto se debe,
entre otras cosas, a que se subestima la reflexividad de esta tradición, puesto
que no solo pinta cuadros ideales de un mundofeliz al que solo podemos
acercarnos, sino que!gsj$_qj_a_Ielrq§pgcl¡'.varl9-g_t§ ?!LA!9_.1!i9l-o.13.99_modo

ryás-911á4qlre-!.g-.-e-4'-&4:ryír-eé44t494:q}.."u9y-1a9.n!9:es,pro-
E T1!T" .l_s-u pureza y gue, por lo tanto, se_destruy-e- La reflexión sobre
solo después se

!1onía vale Para


existente como el
iuya rülizaliZn sq
lenlaririénió crític
ideal, comienza antes bien con la noción de la autonomía como una tarea
del conflicto y de la creatividad.
32 o justificación y cítica

blernente".r [Jna imagen de esta clase marca nuestro lenguaje en dirección social. como lo exDresa Rawls
a una cosa, agrupa las formas de uso de una palabra y constituye así su de la 'justicia de la aplicación
"gramática": cómo entendemos y usamos una palabra. Sin embargo, estas - término "estructura básica", n
imágenes pueden también dirigir nuestra comprensión de una cosa en una tema en el debate contempor:
dirección equivocada, por ejemplo, cuando al observar la farnosa imagen considerarse un contexto relev
ambigua del pato-liebre se ve siempre solo un aspecto.3 O también cómo
nuestro pensamiento está determinado por ejemplos específicos, que nos la sociedad mundial. La siguier
llevan a hacer generalizaciones falsas.l tral respecto de esta cuestión.ó
Por consiguiente, a continuación se tratarán dos formas distintas de en- Lo que quiero decir con las ,

tender el concepto de lajusticia, cuyas existencias se pueden explicar histó-


rica y sistemáticamente pero de las cuales una está abreviada r- es unilateral.
Prefiero considerar estas comprensiones en pugna de la justicia como "imá-
'Wittgenstein,
genes" en el sentido que le da puesto que en ellas se reúne
una plétora de ideas más concretas e imágenes, en realidad. no solo de la
justicia sino también y especialmente de la injusticia. Este parece ser el fe-
nómeno más plástico, inmediato, asociado a imágenes de gente esclavizada
y en la miseria, gente que ha sido denigrada. lJn concepto conto la justicia dotación de bienes de las perso
o; ya tiende la pregunta como que e
su vez s": imá- tes" bienes de importancia üal
genes de situaciones sociales, en general conformadas histónca o estética- caso omiso de las reflexiones (
mente, que expresan la cosa que tratan en un sentido amplio. rambién los bienes y en la distribución"
valorativo. Pero no es solo lo visual y la "densidad" de la descnpción 1o que timación, dado que la justicia d
quiero destacar; también es importante ver qug una "imagen" de la justicia, la asigrración de bienes: sin em
por una parte, la de aspectos esenciales de la jusi
iusticia, pero por otra parte tiene un carácter esencialnrenre más universal. tiórr"ffi
es d..ir, l, di*errsión de l. Pro
2. En mi exposición me ceñiré al tema de laj¡»!r¿,¡;-ggL es aun, se pasa por dt"_]" ."otióq
decir, a la calidad de la "estructura básica" de un conteso de cooperación las estructuras de la producciór
poder -en segundo lugar-, cc
distribución que hubiese que s
Wittgenstein, Philosophische Untersuchungen, p. 300 (No. 115) [tr¡¿ q-: htatigrciones
2 - una máquina tal no solo no del
flosQficas, traducción de Alfonso García Suárez y Ulises Moulines, Barcdon+ Críoca, 1988,
p. 125). Respecto a eso Pitkin, Wittgenstein andJustice, pP. 91 ,v s., 287 s ss- [u-rd q-:. Witt-
s
genstein: El lenguaje,la política y la justicia, Madrid, Centro de estudios comiu¡ciornles, 1984]. Rawls, Teoia de la justicia, Sr,ccit
(Jn uso interesante de la idea de "estar cautivo del aspecto"se encuenu:r en Owtn, "Criti- 6
Véase para el tema de la justici: o
7
cism and Captiviry: On Genealogy and Critical Theory". Ambos puntos de crfica mencio
3 W'ittgenstein, Philosophische Untersuchungen, p. 520. "paradigma de la distribución", en: I
I "lJna causa principal de las enfermedades filosóficas -dieta unilateral uno nutre su I-a iusticia y la política ile la rlifnad¿l-
pensamiento sólo de un tipo de ejemplos" (ibid., p.459, No. 593 [rrad. esp-: p- 3ó9]). Young's Critique of the 'Distributivr

-E
Justicia radical. 33

: sqcial, como lo expresa Rawls.5 En un primer momento voy a prescindir


de la 'justicia de la aplicación del derecho", de la jurisprudencia. Con el
término "estructura básica", no se debe prejuzgar aquello que es un gran
tema en el debate contemporáneo de la justicia, la cuestión d.g qué debe
49",fo 4L
r ejemplo,
la sociedad mundial. La siguiente discusión se mantiene mayormente neu-
tral respecto de esta cuestión.6
Lo que quiero decir con las dos imágenes de la justicia es lo siguiente. El
juicio "cau-
e debe a una
determinada interpretación del antiguo principio de la comprensión de la
justicia, suum cuique [a cada uno lo suyo], que es central desde Platón, y que
se interpreta como que en primer lugar importa lo que les corresponde a los

\u , quién "obtiene"
.-
J crones acerca de la
dotación de bienes de las personas y sugiere conclusiones relativas, o se en-
tiende la pregunta como que se refiere a si los individuos ti.t .¿ "*fic,§r_
haciendo
tas perspectivas centradas en
/or, tienen por cierto su legi-
timación, dado que la justicia de la distribución gira claramente en torno de
la asignación de bienes; sin embargo, eq_t4rq14g9+.cgqdp-c_e üqcu1!ar4i_en!_o_
4e aspectos esenciales de la justicia, por ejemplo -y en primer lugar-, la cues-
tión acerca de.cómo llegan al mq4dq lelbiengqgus han de sqr {is¡4bgi{os,
.
es decir . Pero más
aun, se pasa por alt
las estructuras de la producción y de la di@ucióD, es decir,.]3$gi4bl-
segundo lugar-, como si pudiera existir una gran máquina de
=pg§. -en
distribución que hubiese que simplemente programar conectamente.T Pero
una máquina tal no solo no debeia existir, dado que de este modo lajusticia

5 justkia, Sección 2.
Rawls, Teoía de la
o
Véase para el tema de la justicia transnacional: Font, Das Recht auf Rechtfertigung, cap.72.
7
Ambos puntos de crítica mencionados aquí se encuentran en la círica de Iar-YauEq-al
"paradigma de la distribución", en: lt',sloung,Justke ancl the Politks of DifferenE Itrad. esp.: )*
On Iris Marion
Young's Critique of the 'Distributive Paradigm"'.
34 . j¡sti6cación y crítica
ñ
no logro de los sujetos mismos, sino que los ha-
sería entendida ya como un 3. A conrinuación se
ría receptores pasivos; además, -en tercer lugar- esta idea no valora ade- pada. En primer lug
cuadamente el hecho d. q".-@9:_!i.ryr,no "existen" entendía Wittgenstei
simplemente, sino que solo pueden ser establecidas discursivamente en los aspectos- qué es lo q
correspondien i- a una "más adecuada'
j
claJuTd ani e lt al de I a u s t ici'*a=
ge n '"''J""""'"" nes o en el receptor
Finalmente, la perspectiva centrada en los bienes oculta también -en cuique. ¿Hay, en carn,
cuarto lugar- la cuestión de la injusticia, puesto que a1 concentrarse ell la justicia? En mi opini,
carencia de bienes que debe ser reparada, le resulta igual aquel que sufre significado que tien

arbltranedad:'" sea y:
por falta de bienes y recursos como consecuencia de una catástrofe natural
que aquel que tiene la urisma carencia como consecuencia de la explota- parte de la comunidl
ción económica o política. Si se lo mira correctamente, se debe brindar contingencias sociale:
ayuda en ambos casos pero -según mi comprensión de la gramática de la cas de la dominación
justicia- en un caso, conlo acto de solidaridad moral y en el otro, como e inmodificables, sin I
aqtg de ju¡t19ia, de manera diferenciada según sea la inten'ención en rela- los hombres por los
ciones de explotación y de injusticiat y según la clase de desgracia de la que injusticia está siemp¡
se trate. Si se ignora esta diferencia puede ocurrir -casi en una dialécrica de rmpulso básrco conr:
"ayuda" lo que en rea- ner algo o algo rnís si
1r la moral-" que-sea visto como un acto de generosa
o ignorado en la prer
(\ fl fiara sería una exigencia de la justicia.
Í Por los nrotivos mencionados y especialmente cuando se rr¡ra de las pretensión contiene I
cuestl0 , también es necesariojer sociales que no Dued:
üunto4- dos. En esto reside la
-
sentencia suum cuique
solo en las cantidades de bienes (aunque estos sean muy imponantes). En
contraposición, siguiendo una segunda imagen, más adecuada. Ia justicia -- importa en la justicia
debe tener como obieti :to c-i¡4¿/os mensión que en Platt
'fllos o -§
imagen que tengo, la
m:n--a,considerando la primera pregunta de la justicia -aquella acerca de que ha sido descrita c
la justificabilidad de las relaciones sociales y, por consiguiente. de la distn- metría, igualdad o eqr
del "poder de iustificación" en un contexto poliri¡.-- .: :rcrible está la oretensión in<
una autónomo. esto es. er
ciones. Como víctirn

8
-,
Aquí habría que diferenciar una serie de casos, especialmente: participociln dirE¡cta en
causar (y en conjunción con otros) situaciones de injusticia; participación indirtct¡ en sacar
provecho de relaciones de explotación sin estar activamente obrando en ell¿s cl deber de
10
Véase la definición &
poner fin a relaciones injustas, aun cuando no se saque provecho de ell-.. crr¿Ddo sc tiene [trad. esp.: Teoia ile la jtt
los medios para hacerlo Cultura Económica, 1995]
Ir Véase la c¡ítica de Pl:
" Forst, Da.s Rccht au-f Rcchtfarti,gurtg, cap II.

,4
J1
s iu v : (

Y
^^k9'u44
Justicia radical . 35

3. A continuación se aclarurin forma agru-


estas tesis presentadas aquí en

t pada. En primer lugar cabe preguntar -tal vez no totalmente conlo lo


entendía Wittgenstein, a quien le interesaba la pluralidad de perspectivas o
aspectos- qué es lo que jr,rstifica hablar de una imagen "incorrecta" frente
a una "más adecuada" de la justicia, si la comprensión centrada en los bie-
nes o en el receptor ciertamente invoca el principio tradicional del suum
aique. ¿Hay, en cambio, un significado más original, más profundo de la
justicia? En mi opinión es así;-el concepto de justicia un núcleo de

parte de la comunidad (por ejernplo de una clase), sea la aceptación de


contingencias sociales que conducen a posiciones o condiciones asirnétri-
cas de la dominación y que son aceptadas colrro impuestas por el destino
e inmodificables, sin serlo.Jl dominio de la arbitrariedad es el dominio de '

ner algo o algo más sino el de no querer seguir siendo dominado, acosado
o ignorado en la pretensión y el derecho fundamenlt!LlLjuLlficación: esta
pretensión contienela exigencia de a condiciones políticas o
n ser iustificadas afecta-
dos. En esto reside la esencra
sentencia suum cuique no capta, sino incluso desplaza, puesto qug 1o que
importa en la justicia es quién determina quién obtiene qué cosa -la di-
mensión que en Platón ocupa la idea del bien o del rey filósofo-.rrEn la
imagen que teneo. la exigencia de iustic|a es una exige".ll.T3¡¡ga-3.
que ha sido descrita con conceptos tales como equidad,_Eglppgr.1.d,¡¡=
metría, .rgua!5!gd o equilibrio; hablando reflexivamente, en su fundamento
está la prete ividual de ser como ser de iustificación
autónomo, esto es, en la
cionei Como víctima de la no ha de verse en primera línea la

l" Véase la definición de este concepto en Rar,l'ls, Eine Thaorie der Gereclúigkeit, pp. 21 y s.

[trad. esp.: Teoia de la justicia, traducción de María Dolores GonzáLe2, México, Fondo de
Cultura Económrca, I 995].
ll Véase la crítica de Platón hecha por Pitkin, Wittgenstein andJustice, p. 306.
I Io- -.- yqítica

es, sino la que no " cuenta" en ridos. O también se

cesidades -welfare-
enrbargo, cómo surr
4. Se pueden seguir distintos senderos en el debate moderno acerca de la madre, es algo que
justicia. Sin embargo, el que se abre cuando preguntamos acerca de las dos distribución de un "l
imágenes de la justicia es muy revelador, ya que desde esta perspectiva mu- bi., prl"jgl_Igpg.rl
chos contrincantes vuelven a encontrarse en la misma vereda. de dist¡ihuciémtt¿n
Un ejemplo de esto es el debate reciente en torno de la igualdad. En é1 se constituye de orra
hay, en rea cusión; por un I es la condición para
dad de
-l=- qué bienestar o cap tearse Dresuntas acer
' pregunta: ' Desde la persp ¿pregullta de la ¡ustrcr
ambas imágenes de la justicia llama la atención que tanto los defensores de la las madres y los panr
igualdad como los detractores parten de la misma comprensión, que muchas
veces incluso está expresada en una imagen específica: la de la diosa Iustitia 5. Del lado de los c
como madre que tiene que repartir un pan entre sus hijos y se pregunta tr^cara de aquellos. I

cómo ha de hacerlo.ra Entonces se argumenta, en e1 caso de Isaiah Berlin, de las concepciones


Ernst Tugendhat, Steñn Gosepath y Wilfried Hinsch, en favor de una prio- lor de Ia igualdad. p
rizaciín de 1a división equitativa de los bienes, después de la cual se ponde- o de incorrecto la dr
ran, como razones especiales, otros argumentos que defienden divisiones gativas de deternrin¿
inequitativas legítimas, por ejemplo por necesidad, logros o derechos adqui- personas les faltan bi,
malo de una vida asi
12
Aquí valga un comentario sobre Arendt, para evitar malentendidos. En el análisis que ciales, no en que a ot
hace de las dos revoluciones en Über tlie Reyolution [trad. esp.: Sobre la ret,olucititt, Madrid,
al7á aparcce, entonc(
Alianze, 1998-2006), Arendt presentó de manera exagerada una diferenciación entre 1o
"social" y lo "politico" como altemativa, en la teoría de la acción, a la compasión social para plejo de envidia.
con los carenciados y a la solidaridad política con quienes no son libres, más allá de la "cues- Angelika Krebs re
tión social"; con esto, sin embargo, se equivocó totalmente en el tema de la justicia, puesto
argumenta que "al nl
que este no puede ser atribuido totaimente ni a una ni a otra parte. Mi énfasis de la dimen-
sión política de la justicia no debe entenderse conro una toma de parrido por la libertad
polícica frente a laigaaldad social, puesto quejustamente el ascenso de la igualdad social pone
necesaiamente en un plano cenlral la cuestión del poder político y social. De esta manera, 1s
Esto es así especidn
los conceptos de libertad e igualdad deben ser referidos a la justicia de modo tal que esta manera paradigmática en .t
última sea el principio supremo según el cual se mida qué libertad y qué igualdad pr.reden ser "Luck and Equaliry". And
iegitimadas y exigidas entre seres dejustificación libres e iguales; en este sentido la posición 16
Tugendhat, Vorluunl
que tiene el individuo conro ser de jr.rstificación político es el comienzo ¡'el final de la jus- 17
Así lo plantea Youn
ticia política y social. Para Arendt véase Forst, "Republicanisrno del niiedo .v de la salva- Faktizitiit unil Gehung, pp.
ción", en este volumen. organizado democráticame
rr Véase Cohen, "Equality of What? On W'elfare, Goods, and Capabilities".
Shapiro, De mocratk J ust ice.
rr Tugendhat, Vorlesungen über Ethik, pp.373 y s. [trad. esp.: brtittnes tle ética,BarceTona, r8
Frankfurt, "Equahry
Gedisa, 1993]; Hinsch, Ce radrfcrtigte Ltryleíclilrciten, pp. 169 y s.; Gosepath, Cleiclte Cereclxrg- como idea moral e "Igual
fteir, pp. 250 y ss. (Equal Jrcti«, Oxford). El ejemplo del pan se encuentra 1'a en Berlin, Aires, Katz Editores, 2005
"Equality", p. 84, peto sin el elenrento de la n-radre. "' También lo piensa R
t-
i¿ f
justicia radical. 37

I ridos. O también un cálculo igualitario de la satisfacción de las ne-


se hace
D
cesidades -wel;fare- que sirwe como objetivo de la distribución.1s Sin
embargo, cómo surgió el pan y -más importante aun- quién puede ser la
madre, es algo que queda sin tematizar o se trata de explicar mediante la
distribución de un "bien" del "poder".te .5is¡]" tal no exis[e como
bi., p"11 r.lsp444o,
dado que esto, a su
también ; anres bien,
se constituye de otra manera e y, así,
es la condición para 9ue sui?_uILSqEq¡Iopsllliep_q! el cqa!_pedag¡!5

.l'..::::m:J.'J:,'"'fi'J:
las madres y los panes -por conservar la imagen práctica-.

5. Del lado de los críticos de la igualdad hay problemas que son la con-
tracara de aquellos. Según Harry Frankfurt, por ejemplo, a los defensores
de las concepciones igualitarias de lajusticia no puede interesarles el va-
Ior de la igualdad, puesto que cuando se les pregunta qué tiene de malo
o de incorrecto la desigualdad, su respuesta remite a las consecuencias ne-
gativas de determinadas situaciones en una sociedad desigual: que a algunas
personas les faltan bienes importantes para llevar una vida satisfactoria.ls Lo
malo de una vida así consiste en que a las personas les faltan bienes esen-
ciales, no en que a otras les vaya mejor.re Un afán de igualdad que vaya más
allá aparece, entonces, como equivocado o como expresión de un com-
plejo de envidia.
+ Angelika Krebs recogió los argumentos del llamado stfficientarianism y
a
argumenta que "al menos los estándares elementa]es, especiahnente impor-
E
f
a
r'Esto es así especialmente en el igualitarisuro denonrinado "luck egalitarianisrn", de
, lnanera paradigrnática en Arneson, "Luck Egalitarianism: An Interpretation and Defense" y
"Luck and Equality". Anderson opina críticanrente en "What is the Point of Equaliry?".
{ l' Tugendhat, Vorlesungcn, p. 379; Gosepath, Clcklrc Cerechtígkcit, p.90.
l'Asi 1o plantea Young,Justkc und tlrc Politirs ttf Dífference, cap. 1; también Habemras,
; Faktizím und Celtuttg, pp 505 y s.; Forst, K()ntexte dcr Cerulttigkcir; la importancia dcl podcr
organizado denrocráticarnente en contextos de igualdad distributiva es dest¿cada tanrbién por
Shapiro, Denrccrotit Justice
'¡ Frankfurt, "Equality'as a Moral Ideal" y "Ecluality and Respect" [trad. esp: "lgualdad
corrro idea rrror¿l e "lgualdad y respeto", en La inportattri¡ dc ltt qtc nos preocLtpa, Buenos
Aires. K.rtz E.litore:. lttu5l.
r" Tunbión lo piensa Raz, "Strenger und rhetorischcr Egalitarisn'rus".

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