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FEnNANDoEUGo AzcuR¡A: I¡¡troducción¡ Prinera' Segunda


El oficio
y Tercera Parte y Condusió¡r

¡osÉ s¡z¡óx: Textos ilustrativos


de sociólogo
Presupuestosepistemológicos

PierrenoordiJí
Jean-ClaudeChamboredon
Jean-Claude
Passeron

UNtvERSIDAD
ALBERTO
HURfADO
BIBLIOTECA

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60 Er, oFrcK) DE socróroco r.A coNsrnuccróN DEL oBJETo 6f

trucción, coDscienteso inconscieutes, de los hechos y de las rela- ile Ios objetivos de Ia investigación" habúa recu:riilo al uso de otra
ciones ente los hechos.La teoría i"'Flícita en una prácüca, teoia técnica de muesEeo, por ejemplo eI sondeopor sectores: registran-
del conocimiento del objeto y teoría del objeto, tiene tanto más do el conjunto de miembros de ciertas unidades sociales exEaídas
posibilidades de no ser controlada, y por tánto inailecuada al objeto al azar (un estableciniento indusrial, una familia, un pueblo), se
en su es¡recificida{ cua[to es menos consciente. A1 llamar meto- procura el meilio ile estudiar la reil completa de relaciones de co-
dología, conro a nenudo se hace, a lo que rxo es sino un decilogo mrmicación que pueden establecerseen eI interior de esos grupos,
de preceptos tecnológicos, se escamot€a la cuestión metodoli cm¡rrendiendo que eI método, particularmente adecuado al caso,
gica propiamente dicha, Ia de la opción entre las tecnicas (mé- est¡rdiado.üene tanto meuos eficacia cuanto más homoséneo es eI
ticas o no) referentes a la significación epistemológica del r¡ata- sector y que eI fenómeno del cual se quieren estudia:isus varia-
miento que las técnicas escogidashacen experinentar aI objeto ciones depende 'ná. del criterio segrÍmeI cual esti definiilo ese.
y a la significación teórica de los pmblemas que se quieren plan- sector. Son todas las operacionesestadísticasque es preciso some-
tear al objeto al cual se las aplica. ter a la interrogación epistenrológica: "A Ia nejor estadísüca
Por ejemplo, una técnica aparentemente tan irreprochable (como a la menos buena también) no bay que exigirle ni hacerle
e ineütable como la de muesEeo al azar puede aniquilar conple- decir "'ás que lo qge ilice, y del nodo y bájo las conüciones en
tamente eI obteto de la invesügación, caila vez que esteobjeto debe que lo üce".18 Para obeclecerverdadera¡¡.ente al im.perativo oue.
algo a la estructura de gmpos que el muestreo al azar tiene justa- Ioraula Simiaud y para no hacer decir a la estaüstila otra cósa
meüte por resultado aaiquilar. Así, Elüu Katz señala que "para que lo que dice, hay que preguntarse en cada caso lo que üce y
estudiar esoscanales del flujo de influencia, que soir los contactos puede dec\ en qué límites y bajo que condiciones lF. Símian¿"
ente individuog el proyecto de investigación se ha revelado como terto r* 25J.
inoperante por el hecho de que recurriría a u:e muesbeo al azar de
inüviduos abstraídosde su rnedio social i...1. Cada inüviduo
de un muesheo aI azar no puede hablar más qüe por sí mismo, y r-3. La falsa natlralidad. il¿ las técnims:
los /eadersde opinión, err el ladrón electoral dei g,trb,no podían ser obiao constraido o útefacto
identificados sino dando fe de su declaración". Y subraya, aderrrás,.
que esta técnica "no permite comparar los l¿aders con sus segui- Fl imperativo de la "neuhaüdail ética" que Max Weber opouía
dores respectivos, sino sólo los l¿ad¿rs y los no leaders en gene- a la ingenuidad moralizante de Ia Iilosofíá social tiende a trásfor-
ral".16 Puede verse cómo Ia técnica aDarentemente más neutral marse hoy en r¡l mandamiento rutinizado del catecismo socioló-
cotrtiene una teoría inplicita de lo social, la de r:n público conce- grco. .Siss ¡¡gtem en las representacionesmás chatas del precepto
bido como u¡a "masa átomizaila", es deiir, en este-caso,la teoúa weberiano, bástaría precaverse de la parcialidail afectiva i incita-
consciente o i¡conscientelrente asr¡¡nida en la investigación que, ciones ideológicas sóbre la sisnificaiión de los conceptos v la
Por una suerte de armonía preestablecida, se usaba con esta téc- pertinencia dó las tecnicas. La iusión de que las operacioi¡es.,áxio-
nica. 1?Otra teoría del objeto, y al mismo tiempo otra definición lógicam€nte neutas" son t¿mbién "episte¡nológicament€ neutas"
'ñ E- Katz, l@. cit. p. M.
Iimita la cútica del tabajo sociológico, el suyo o eI de otros, al.
1? C. Kerr y L. H. Fisher úuestran que asi clmq eu las investigaciones examen, casi siempre fácil y-Laesteril, de sus supuestosideológicos
de la escuela de E. Mayq la técaica y los supuestos son aJines, la ob¡ervación y al de sus valoreiütimos. ¿liscrisi¿nsin fii sobre la "neiua-
cotidiana ¿lelos contactos cara a cara y tle los relaciones i¡terpersonales de¡¡o
tle la empresa implica la couvicció¡ duilosa que 'bl ¡requeño gn¡po de t¡a-
bajo ee la célula esencial en la organizacióu de la eapreia y que *te grupo ¡€¡cia a los problemas ile clase, de ideolosía, de poiler" ("Plaut Socioloc:
y sus uiembros obedecen sustanciaLnenle a tleten¡inaciones afectivas' [..,]. The Elite aud tbe Aborigines", en M. Komarovshy ed,. dnanon FronÉ¡t
"El sisG&a de Mayo deriva <[e dos opciones esenciales. UDa vez cr:rnplidao d the $cial Scienes, The Free Press, Glelcoe, Ilir:ois, 1957, pp. 281-309).
18 F.
todo está dadq los métoilos, eI campo de intaés, las prescripciones prácticas, .. _Simia¡d, Stai*iqu¿ et etpéríen@, retutqws ü n¿¡ltodo, M- N-
los problemas reservados para la iavestigacirio" (y e¡ pa¡ticular) "l¡ i¡rffe- viére, Paríg 1V22, p. .
69 EL oFrcro rrE socrórffo r¡ cor¡srnucc¡ór DEL oBJBTo 63

lidad axiológica" se utiliza a nenudo como sustituto de la üscu- En tanto no hay registro perfectamente neubal no existe
sión propiarnente epistemológica sobre la "neutralidad metoilold una pregunta neut¡al. El sociólogo que no somete sus propias
gica" de las tec¡ic¡s y, por esa razín, pmporciona una nueya interrogaciones a la interrogación
-sociológicano podría hacer un
garantía a la ilusión positivista. Por r¡n efecto ile ¿esplazaníeao, anáhsis verdaderam€nte neutal de las respuestas que pmvoca.
'el interés por los supuestoséticos y por Ios valores o fi¡es riütinos Sea rma pregunta tan unívoca en apariencia comó: 'lcabajó
'es r¡I1 apartarse del examen ciüco de la teoúa iIeI conocimiento usted hoy?". EI análisis estadístico denuesra que provoca res-
sociológico que estri iapücada en los actos más elementales de la puestas difercnt€s de parte de los canpesinos ile Cabila o del sur
práctica. argelino, los cuales si se refiriera¡ a-r¡na definición
Por ejemplq ¿no es F)rque se presenta como la reaüzación del trabajo, es decir a la definición que ur:a economí" ^ód"toa
paradignática de la neutalidad en Ia observación el que, ente tiende a dar de los agentes económiCos,debieran dar respuestas
toilas las técnicas de recolección de datog la entevista no dirigida semejantes. Sólo a coidición du qo" ." ir.tet og..e sobre su^propia
se la sobrevalora frecueüt€m€nt€. en detimento de la obsersacióu pregunta, en lugar de prouunciarse precipitailamente por lo absu¡-
eb.ogriáfica que, cuando enplea noruas obligadas por la lradi- do o la mala fe de las respuestás,el sociólogo tiene alguna posi-
ción, reaüza más completanente el ideal del inventario siste- bilirlad de descubrir que lá definición de trába¡o que inplici su
mático efectuado en una situación real? Es posible sospechar ile pregunla esüí desigualmente alelada de aquella que las dos cat+
las razones del favor que goza esta técnica cuando se observa que gorías de sujetos dan en sus respuestas.loPuede verse cómo una
ni los "téricos" ni los metodólogos y ni siquie¡a los usuarios del pregunta que ¡ro es tanspar€ntqpa¡a el que la hace puede oscu-
nada mezquinos sin eubargo e4 cuanto a cons€jos recer el objeto que inevitablemeíte constrüye, incluso !i ta misma
y consignas,sepusiemn jernrí.ss inten'ogarse netodicarrrente sobre no ha sido hecha para consEuirlo 11. H. Goldthorpe y D. Inck-
las distorsiones específicas que produce una relación social tan tDúd., tezto nc 27f. Dado que se puede preguntar cualquier cosa
profirndamente artificial: cünilo no se cont¡olan sus supuestos a cualquiera y que casi siempre alguien üene buena voluntad para
;'nFlícitos y se enfrenta con suietos sociales igualmente predis- lesponder cuando menos algo a cualquier pregunta, aun Ia más
Puestos a hablar libremente de cualquier coca, ante todo de ellos irreal, si quien interroga, carent€ de r¡na teoríá del cuesüonario,
mismos, e iguahoente dispuestos a a¿loptar una relación fo¡zacla no se plantea el problerra del significado específico ile sus pregul-
e inte¡nperante a la vez con eI lenguaje, Ia enhevista no ilirigida tas, corre el peügro de encont¡ar con demasiaila facilidáil una
que rompe la reciprocidad del üálogo habitual (por ot'a parte garantía del realismo de sus pregr¡ntas en la realidad de las.
no exigible por igual en cualquier medio y situación) incita a los respuestas que recibe:s interrogar, como lo hace D. Lerner, a
sujetos a producir Ín arteÍrc'to yerbal, por lo demrís desiguabnente subproletarios de paisessubdesarmlladossobrela inclinación a pro.
arti{icial segri'nla distancia entre la relación cou el lenguaje favo. yectarse en sus hémes cinernatográficos preferidos, cuando no
recido por su clasesocial y la relación artificial con el lenguaje que respecto de la lectura de la prensa, es estar expuesto evidente.
se exice de ellos. Olvidar el cuestiona¡niento de las técnicas formal- mente a recoger r¡n fldus uocis quc no tiene otra significación que
mentdnrís neutrales significa no advertir, enbe otas cosas,que las
técnicas de encuesta son también tecnicas de sociabilidad social- 19 P. Bourdier.¡, Tr@ail et t¡at¡oill¿urs en Algérie, 21 parte, Mouto4.
mente calificailasllL. Schatnann y A, Strauss, terto ú 261, f.a Paris, La Haya, 196t pp. 303-304..
a Si el a¡¡i,lisi¡ ¡ecu¡da¡io ile los ilocumeutos proporcionarlos por la
observación eteográfica, que es a la experimentación social Io que encuesta Dás iagenua es'casi siempre posible, y legítino, es porque resulta
la observacióu de los animales en su medio natu¡al es a la experi- muy raro que los suietc intermgados r€q)ondan verda¿le¡@ente cualquicr
mentación en laboratorio. hace notar el cá¡ácter ficticio v forzado cosa -y no ¡rvel,er¡ algo en sus reqruestás de lo que son: se sabe I¡o¡ ejemplo
'de la mayor parte de las situaciones sociales creadas poi ur ejer- qr¡e las no-respuest¿s y legarse a ¡esponder pueden ser i¡terpretados eD sl
cicio rutinario de la sociología que Ilega a desconocertanto más mismos. Sin erabargo, la recuperación del senti<lo que contieneu, a pesar de
Lodo,suponen un trabsjo de rectificaciór¡ aunque más no fuera para saber cuál
la "reacción de laboratorio"-cu"ito q"é sólo conoce el laboratoúo es la p¡€gu¡ta a la que verdaderameute req)oúdieron y qr¡e uo eE necesaria-
y sus i¡stumentos, tests o cuestionarios. meute la que se les ha planteado.
64 EL OFICIO DE SOCIóLOGO I.A CONSTRUCCION DEL OBJETO 65

!q que 19 co¡fiere eI sociólogo hat¡índolos como un discurso signi- juego-libertad, obliga a los pensamientos infantiles a enlrar en
ficante.zl Siernpre que eI socióIogoes inco¡rsciente de la proble- csos compartimientos filosóficos".a Para escapar a este eülocen-
-4tiga que incluye en sus preguxtas, se impide la compreniión de
trismo lingüístico, no basta, como se ha yisto, somet€r al análisis
aquella que los srjetos incluyen en sus respuestas: Ias conüciones de contenido las palabras obtenidas en la enhevista no dirigida, a
estrándadas, entonces,para que pase inadvertido el equívoco que riesgo de deiarse inponer las nociones y categorías de la lengua
lleva a la descripcióu, in teri¡inos de ausencia, de Iai realitlaies empleada por los sujetos: no es posible liberarse de las pre-cons-
ocultadas por el instumento mismo de la observación y por Ia
-socialnente trx.¡ccionesdel lenguaje, ya se trate del perteneciente al cierrtifico
intención, contlicionadq de quien utitiza ei iirs*u- o del de su obieto, más que estableciendo la dialéctica que lleva a
mento. constru.ccionesadecuadaspor la confrontación metódica ile ilos sis-
El cuestionario m¡is cerrailo no garantiza necesaria¡rente la temas de pre-construcciones4 lC. Lóuí-Strauss, M. Matss, B. Ma-
univocitlad de las respuestaspor el solo hecho de que someta todos
-Suponer Iitnuski, textos n*' 28, 29 y 301.
los sujetos a pregr.rntas forüalmente idénticas. que tra No se han sacailo todas las consecuenciasnetoilológicas del
misma pregr:nta tiene el nismo sentido para sujetos socialós üs- hecho de que las técnicas m¡ís clásicas de la sociología empírica es-
tanciados por düerencias de cultu¡a p€ró uniilós por pertenecer tán conilenadas, por su rnisma naturaleza, a crear situaciones de
a una clase, es desconocerque las üferentes lenguas no iüfieren experimentación ficticias esencialmente diferentes ile las experi-
sílo por la extensión de su ]éxico o su gra.do rle ábstracción sino mentaciones sociales que continuamente produce la evolución de
por la ter:ráüca y probleurática que tar:smiten. La crítica que hace la vida social. Cuanto las coniluctas y actitutles es¡rdiadas más de-
Maxime Chasrring del "sofi.ma del psicóIogo" es pertinente sien- penden de la co.nrntura, la investigación, en Ia co¡'untura ¡rarticu-
pre que se desconoceeI probler"" de la significación difere¡rcial lar que permite la situación de encuesta,está más expuesta a captar
que las preguntas y las respúestas asumen realnente segrÍm Ia sólo las actituiles u o¡riniones oue no valen más allá de los límites
condición y la posición social de las persouas üterrogailasr "El de esta situación. Así, las encuóstasque lrata:r sobre las relaciones
estudiante que confunde su perqpectiva con la de los niños estu- entre las clases y, más precisamente, sobre el aspecto político de
diadns ¡ecoge su propia perspectiva eu el estuüo en que cree obte- esasrelaciones, estráncasi inevitablenente condenadasa terrjnü
ner la de los niños [...]. Cuanilo pr€gunta: <¿Trabajar y jugar con la agravación ile los conflictos de clase porque las exigencias
es la ¡ds¡o.a cosa? ¿Qué diferencia hay ente trabajo y juego?>, técnicas a las cuales se debe¡ sujetar las obligan a excluir las
inpone, por Ios sustantivos que su pregunta contiene, la <üferen- situaciones críticas y, por ello mismo, se les vuelye difícil captar
cia adulta qr:.epareciera o¡estionar [. . . ]. Cuando el e¡rcuestador o prever las conductas que nacerán de una situación conllictiva.
'clasifica las respuestas-no segín las palabras que las constihryen
Como lo observa Marcel Mageg hay que "remitirse a la historia
sino de acuerdo con el sentiilo que les daria si el nismo las hubiera para descubrir las constantes (si es que existen) de reacciones a
'dado-- en los tes órdenes del juego-facilidad, juego-inutilidad y situaciones nuevas. I-a novedad historica actúa como <reactivo>
21 D. Ieraer, Tle Passíng ol Trditiotul S@iet/, "f\e F¡eo Prees of para revelar las virtualidades latentes. De alli la utilidad de seguir
Gleucoe, Nueva Yor\ 1958. Sin ent¡¡¡ ea u¡a critic¡ sistemática de los supues- al grupo estudiado cuantlo se enfrenta a siüraciones nuevas, cuya
tos ideológicos implicados en uo cuestionario, que üe 117 p¡e8r¡¡tas solo conteaia evocación no es nada rniis que un remedio para salir del paso, pues
dos r€fere¡tes al tabaio y aI status ec¡¡óeico (conua 87 sobre las nt¿I,snvdiz,
cine, iliariog radio, teleyisión) puede observarse que u¡a t€oríd que tot!¡e err no se pueilen multiplicar las pregrmtas hasta el infinito".cl
cue¡t¿ los condicio¡résobjetivas de existencia del sub-proletario ¿ en particular, 2 M. Chastaing, "Jouer n'ed pas iouer", !oc. cr'!.
la inestabüdad generalizaü que lo caracteriza, poéae e*pticü b .ptit"a aei a De este modo, la eitrevista do ¿lir:ecüva y el análisis de co¡tenido lto
8ub-p¡olet¡rio de ibagilarse almace¡e¡o o periodista, y aun de la pa*icular pod¡ia¡ ser utilizados como una especie de patró¡ absoluto, pero debea propor-
modaüded de esas "proyeccion6", en ta¡to que la "teoria ile la moileraüa- cionar un medio de cont¡olar continuamente t¿nto el s.entido de las p¡egunta¡
cir8", qué propoae Leruer, es iapot€nte pa¡a e¡.Irlica¡ I¡ relacióu que el sub- planteailas como las catego¡ías segrin las cuales sou analizadas e
proleario uantiene c¿¡ su Eabajo o el porvenü. Amque brütsl y g.o*-,
las reg¡uestas.
parece que este criterio permite ilisti¡gui¡ r¡¡1insnunento ideolfuico, co¡deúlilo a M. Mageg Guíde tétud¿ direct¿ dzs cotprtemetas cultwch, c-x.*s,,
a producir rm sidrrD,büEtútot ils u¡ i¡stu¡lento cienüfico. Paris, 195Q p. xsl
66 EL oFrcro DE socrórooo r,¿ coxsrnuccróx DEL oBJElo 67

Estanos en contra de la definición restrictiva de Ias nada más que uno de los instrumentos de la observación, cuyas
técnicas de recoleccién de datos que confiere al cuestiona- ventaias metodológicas, cono por ejemplo la capacidad de recoger
rio rm privilegio iniliscutiilo y la posibilidad de ver nada datos homogéneosigualnrente apreciables por un análisis estadís-
rnás que sustitr¡tos apmximativos de la técnica real en mé- üco, no deben disimular sus Iínites epistemológicos; de manera
todos ¡ro obstaratetan coüficados v tan probados como los de la que no sóIo no es la técnica m.áseconómica pa¡a captar las con-
investigación ebográfica (con zus áécnicai específicas,descripción ductas normalizadas, cuyos procesos rigurosamente "determina-
morfológica, tecnología, cartografía, lexicografía, biografia, genea- dos" son altamente previsibles y pueden ser en consecuencia
logia, etc.). En efecto, hay que restituir a la observación meodica captádos en virtr¡d de la observación o la interrogación sagaz ile
y sistemática su prirnado epistcmológico.5 Lejos de constituir la algunos inforrnantes, sino que se corre el peligro de desconocer
forma rnás neutral y contolada de la elaboración de datos, el cues- ese aspecto de las conductas, en sus usos más ritualizailos, e i:r.-
tionario supone todo un conjunto tle exclusiones, no todas escogi- cluso, por un efecto de desplamnzieao, a dewalorizar el proyecto
das, y que son tanto más ¡rerniciosas por cua[to permanecen mismo de su captación-r
inconscientes: para poiler confeccionar urr cuestionario y saber Los rretodólogos suelen recomenila¡ el recu¡so a las técnicas
qué se puede hacer con los hechos que produce, hay que saber clásicas de la etaología, pero haciendo de la medición la meüila
lo que hace el cuestionario, es decir, entre ot¡as cosas,lo que no de todas las cosasy de las técnicas de medición la meüda de toda
puede hacer. Sin hablar de las preguntas que Ias norrnas sociales iécnica, no pueden ver en ellas más apoyos subalternos o recursos
que regulan Ia situación de encuesta prohíben plantear, ni men- para "enconhar ideas" en las primeras fases de una investiga-
cionar aquellas que el sociólogo omite hacer cuan¿lo acepta una ción,s excluyendo por esto eI proble"'a propiamente epistemolo-
definición social de la sociología,que no es sino el calco de la ima- gico de las relaciones entre los métodos de Ia etrología y los de la
gen púbüca de la sociología como referéndurr¡ ni siquiera las sociología. EI desconocimiento reciproco es tan perjudicial para
preguntas más objeüvas, las que se refieren a las conductasnno eI progreso de una y otra disciplina como el entusiasmo desmedido
recogen sino el resultado de rma observación efectuada por eI que puede proyocar préstamos incontrolados; por otra parte tras
sujeto sobre su pmpia conducta. Tampoco la interpretación val- dos actitudes no son exclusivas. La restar¡¡ación de la unidad de la
ilría más si ella se nulrie¡a de la intención exnresa de discernir
metódicammte de las accioneslas intencionei confesadasy los
actos ileclarados que pueden mar¡tener con la acción relaciones tative analysis" se co¡de¡an a ver eu él s{ilo u¡ r€curso por u!¡s suerte de
que vayan desde la valoración exageraila, o Ia omisión por incli- €tnoc€utrismo rnetoriológico que üeva a ¡eferi¡los q la est¿dí¡tica cono ¡
su verda4 pala terri¡ar vientlo ¡ada rris que rma "cuasi-estarüstica" e¡ l¡
nación, a lo secreto hasta las ileformaciones, reinterpretaciones que se encue¡tran "cuasi-distribucio¡es", "cuasi-correlaciones" y 'tua8i-d6tos
e incluso a los "olvidos selectivos"; tal intención supone que se empíricos": "La rer¡¡ión y el análisis de los cuasi-datos *taürticos si¡ duds
obtenga el meüo de realizar científicamente esta distinción, sea pueilen ser practicailos m.ás sistaúiticamente de lo que lo haa sido eo el
pasado, por lo meúos si se pieusa en la est¡uctu¡a lógica del análisis cuauti-
¡ror el cuestionario rrrismo, sea por un uso especial de esta téc- tatiyo para tenerla presente en la metrte y exhaer precauciones y <ürectivar
nica (piénsese en las encuestassobre los presupuestoso sobre los generales" (A, H. Bartoi y P. F. Lazardeld, "Some Fr¡nctions of Quaütative
budgas-temps como cuasi-observación) o bien por la observación Analysis in Social Research", Joc. cit).
directa. Se induce, por tanto, a invertir la relación que ciertos 2? InversamenteJ eI prelerente i¡tares que los €ttrólogo5 comeden a los
metoilólogos estableien entre el cuestionario, si:nple inventario asp€ctos más determinados ile la conducta, a menudo es paralelo co¡ la i¡ili-
de palabras, y la observación de tipo etrrográfico cono inventario fereucia por el uso de la €stadistica, que es la única capaz de medi¡ la di¡t¡¡c¡¡
entre las uorEas y las conductas r€ales.
sister¡r¡áticode actos y objetos culturales:4 eI cuestionario no es % Cfr. por eiemplo, A. H. Barton y P. F. Lazarsfeld. "Some Fu¡ctions
of Quaütative Alalysis in Social Research", loe. cit. C. Selü2, M. Ileutsch y
% Se encontra.á una exposiciól sistemática dc esta metoilologia en la S. W. Coot se propusieron defini¡ las conüciones en las cuales potlria reali-
obra de Ma¡tel Maget arriba citaila, zarse una hasposición fructife¡a de las técuicas de inspiracióo euológica
2c Al poner todas las técnicas et[og¡áficag dentro de la categoia ilesva- (Reearch Methds in Social Rebtions, 8ev. vol. ¡, e<L Meüuer, 1959,
lorizada del guatitatíve analysis,los que p.iyilegigt¡ aboolut¿de¡t€ eI 'quaati- pp. 59-61).
68 EL oFrcro DE socrór.oco r¡ coxsrnucclóN DEL oBJETo 69

antopología social (entenüda en el pleno senüdo del térrnino y no mi¡ra el fenómeno. Pero el uso de este simbolisqro es "un medio
como sinónimo de etnología) supone una reflexión epistemológica muy eficaz de oscurecer el hecho de que los materiales en cuestión
que intentaría iletermirar lo que las dos metodologias deben, en hnn sido ya estandarizadosy de 'lisi'rll'lar por ello que toda la
cada caso, a las taüciones de cada una de las disciolinas v a ürrca de la investigación inductiva-deductiva ilescansaen ¡eaüdad
las caracteristicas de hecho de las sociedadesque tornan^por objáto. rcbre operacionesén virtud de las cuales los materiales son homo-
Si no existen dudas de que la ir:rportación deicontroladi aleniéto- fcneizados".so Si los metodólogos están más atentos a las reglas
dos y co[ceptos que han sido elaborados en eI estudio de ]as socie- que se deben observar en ¡¿ i¡nipr¡lación de las categoúas-ya
ilades sin escritura, sin hadiciones históricas, socialrnente ¡roco co¡lstituidas que en las operaciones que permiten constuirlas, es
diferenciadas y sin tener muchos contactos con otras sociedádes, ¡nrque eI problema de la consbucción del objeto no puede resol-
prreden conducir a absurdos (piénsesepor eiemplo en ciertos aná- vcrse nunca de ant€mano y de una vez para sinnFre, ya se Eate
lisis "culturalistás" de las socieiladeseltratificaias), es obvio que rlc dividir a una poblaciói en categorí;s socialei, poi nivel de
hay que cuidarse de tomar las limitáciones condicionales por lími- ingreso o segrÍmla edad. Por eI hecho de que toda taxonomía im-
tes de validez inherentes a los métodos de la etnologia; nacla ¡rlica una teoúa, una üvisión inconsciente de sus alternativas, se
i¡npide aplicar a Lassociedadesmodernas los métodos de Ia etno. opera necesariamente en fu¡ción de una teoría inconsciente,
logía, mediaate eI sometimiento, er. cada casq a la reflexión epis- cs decir casi siempre de una ideología. Por ejemplo, dado que
td:rológica de los supuestos implícitos de esos métodos que se los ingresos varían de u¡ra manera continua, la ilivisión de una
refieren a la estructura de la sociedady a la lógica de sus trans- población por nivel de ingresos i"'Flica necesariamente una teoúa
foranaciones.a de Ia esratüicación: "no se pueile tazar r:na línea de separación
No hay operación por mris elemental ¡ en aparieucia, auto- obsoluta entre los ricos y los-pobres, entre los capitalistaj terate-
mática que sea de tatarniento de Ia información que no inplique. nientes o inmobiliarios y los- tabajadores. Algrinos autores pre-
una- elección epistermlégica e incluso una teoría del o$eto. Es tenden deducir de este úecho la consecuenciate oou ,ro"'.t"u
evidente, por eiemplo, que es toda una teoría, consciente o incons- ¡ociedad no cabe ya hablar de una clase capitalistá, ni"ooponer la
ciente, de Ia estratificación social lo que estrí en juego en la coü- burguesíaa los trabajadores".s Es tánto comó ileci, agregá Pareto,
ficación de los inücadores de la posición social o en la demarca- que no existen ancianos, puesto que no se sabe a qué edail, o sea
ción de las categoúas (tríngansepresentes,por ejemplo, los diferen- r:n qué momento de la viila, comienza la velez.
tes indices enEe los cuales sepuede escogerpara definir los grailos Habría que pregurtarse, por üti:no, si el método de an¡áiisis
de "cristalización del status;'). Los qriLe,
-las ior omisión o ápro-^esta de-datos que parece el más apto para aplicarse en todos los tipos de
d.errcia, se absüenen de sacar todas io''"ecuencias de relaciones cuantificables, como es el análisis ¡rrultivariado. no clebe
evidencia se exponen a la crítica frecuentemente dirisi¿Ia a las 6ometerse siempre a la interrogación epistemológica; en efecto,
descripcionesesóola¡esque tienden a sugerir que el méíodo expe- partiendo de que se puede aislai pot r'.rioo la acjión'de las düe
rimental tiene por función descubrir rélaciones enüe ,datosn o rentes variables del sistema compléto de relaciones dmtro del cual
propiedades preestablecidas de esos "datos". "Nada hay de más ectúan, a fin de captar la eficacia propia de cada una ile ellas, esta
mgañoso, decía Dewey, que la aparente sencillez de la investiga- técnica no puede captar la eficacia que puede terx€r un factor al
ción científica tal como la describen los trat¿dos de lógica,', eita rnsertarse en una esFuctura e incluso la eficacia propiamente
sencillez especiosaalcanza su punto culminante cuando ie utilizan estructu¡al del sistema de factores. Adenág al obtener poi un corte
las let'as del alfabeto para representár la articulación del objeto: sincrór¡ico urx sist€üra definido por un equilibrio puniual, se está
temendo en r¡Ir caso,ABCD,en otro BcFc. en un tercero con¡r v así
suc€sivamerite, se conc\e que es c el que eüdentenente dáter- -30 J. Dewe¡ Logic Tlt¿ Th-rf oÍ ltt4uity, IJol¡ Nueva Yor\ 193g
p. 431, n. 1.
s Tal sustantivación del ¡!étodo etaológico es la que reaüza n- BiersEdt 31 V. Pa¡eto, Can¡s tÉco¡omie
en su articulo "The Limitation of Anüropological Meüod i¡ Sociolory", _ Wütiq@, L n, Droz, Girrebrq p. 385.
I-as tá:nicas más ahactas de diyisión del úateri¡l tienea por efecio- ;usta-
An erican lownal ot Sociology, uv, 1948-1940, pp. S3-30, mente a¡ula¡ las r¡¡idEde¡ concretss @Eo generacióa, biogfofia y carrera.
70 EL oFrcro DE socróroco r-A coNsrRuccróN DEL oBJErlo 7l

expuesto a dejar escapar lo que el sistema debe a su pasadoy, por y de los medios modernos de comunicación pueden crearse la ilu-
ejemplo, eI sentido diferente que pueden tener dos elemmtos sión de actuar de acuerdo con la resla de oro de la ciencia eüroló-
si:mejantes en el orden de las sirrultaneiilades por su pertenencia gica al considerar todos los compor-tamientos culturales, desile la
a sistemas diferentes en el orden de la sucesiór¡ es decir, por canción folklórica hasta una cantata de Bach, pasando por una
ejenplo, en üfe¡entes tayectorias biográficas.@ Generalmente, cancioncilla de noda, como si el valor que Ios diferentes grupos
r¡na hábil utilización de todas las forrnas de calculo que permite les reconocen no formara parte de la realidad, como si no fuera
el anrálisisde un conjunto de relaciones supondúa un conosi"nisnls preciso referir siernpre las conductas culturales a los valores a los
y una conciencia peiectamente claros de la teoúa del hecho social, cuales se refieren objetivarnente para resütuirles su sentido pro.
consideradoen loi procedimientos en virhril de los cuales cada uno piamente cultüal. El sociólogoque sepropone ignorar las diferen-
. de dlos seleccionay construye el tipo de relación entre va¡iables cias de valores que los sujetos sociales establecen enhe las obras
que
- determirxan su obieto. culturales, realiza de hecho una trasposición ilegítima, en tanto
úArí como las regilas técnicas del uso de técnicas son fáciles incontrolada, del relaüvis¡no al cual se ve obligado el etnóIogo
de enplear en la coüficación, así son difíciles de determinar los cuando considera culturas co¡respondientes a sociedadesiliferen-
tes: las üferentes "culturas" existentes en r¡¡a misna sociedad
estratificada esüín obietivamente sih.¡adasr:nas en relación con las
ohas, porque los üferentes gn¡pos se sitúan unos en relación con
otros, en particular cuando se refieren a ellas; por el contrario,
la relación enhe culturas correspondientes a sociedadesdiferentes
sólo puede existir en y por la coirparación que efectúa el etnóIogo.
este punto tan opuestosa la epistemología espontánea que pueder. El relaüvismo inte$al y ¡zrecánicodeserrboca eu el nismo resul-
ser constantemente transgredidos en nombre misno de pregePtos tado que el etrrocentrismo ético: en los dos casos el observador
o fórmulas de las cuales se cree sacar partido. De este modq la sustituye su propia relación por los valores de los que observa
misma intención metodológica de no aténerse sino a las expresio- (y de ese nodo a su valor), a la relación que éstos mantienen
nes conscientes,puede llegar a otorgar, a construccionestales como
-opiniones-, obietivamente con sus valores.
eI análisis jeráiquico de el poder de elevar las decla-
taciones, aun las más superficiales, a actitudes que son su prüx-
cipiq es decir de transmutar miígicamente lo consciente er¡ i¡cons- "¿Cuál es el físico, pregunta Bachelard, que aceptaría gastar sus
ciente, o por r¡n priocesoidéntico, pero que fracasa por razones haberes en construir un aparato carente de todo sisnificado t€ó-
inversas, a buscar la estructura iJrcorsciente del mensaje de prerxa rico?" Numerosas sociolósicasno resistiríñr tal intelro-
por meüo de un análisis estructural que no puede otra cosa, en el gante. La renuncia"tpura
"r,estás
y simple añte el dato de u¡a práctica que
mejor de los casos,que redescubrir perosa:nente algunas verdades reduce el cuerpo de hipótesis a u¡a serie de anticipaiiones frig-
primeras :rrantenidas conscientemente por Ios productores del mentarias y pasivas condena a las manipulaciones ciegas de una
nensale. ,\"?;{! técnica que genera automáticameria arteÍaetn, conibucciones
Del misrro modo, el principio de la neutralidad éüca' lugar vergonzosasque son la caricatu¡a del hecho metóclica y conscien-
común de todas las traüciones metodológicas, paradóji.camente lemente construido,es decir de r¡n modo cientifico. Ai treg.rse .
puede incitar, en su forma rutinaria, al error epistemológico que 1er-91 sujgto científico de su sociología, eI sociólogo posiüústa se
aspira prevenir. Es en nombre de una concepción simplista del rlcdica,salvo por un milagro del inconscierrte,a hacér una socio-
relativismo cultural que ciertos sociólogosde la "cultura popular" logia sin objeto científico,
@ Cfr. P. Bourdieu, J. C. Passerod y M. de Sain-Martia, i4port ldaSo- - Olvidar que el hecho corutruido, según procedimientos for-
gique e, dr¡nmunicatior., Cahiere du Centre de sociologie eu¡opée¡¡e, ¡c g
m¡lmente irreprochables, pero inconscientes de sí mismos, puede
Mouro¡q Pa¡in La llaya, 1965, pp. ,16-57. no ser otra cosa qve i\ arlefaato, es adnaitir, sil m.ásexamer¡ la
72 EL oFrcro DE socróLoco r¿ co¡¡srnuccróx DEL oBJEm 73

posibilidad de,aplicar las tecnicas a la realiilad ilel objeto al que cundo y que espera ingenuamente que el conocirniento de los
se las apüca. f¿No es sorprendente que los que sostienen que un hechos o, a Io su::ro, la inducción a partir de los hechos, conduzca
objeto que no se puede captar ni medir por las técnicas disponibles de modo automático a la formr¡lación de hinótesis. el an¡áJisiseiilé-
no tie¡re existencia cientifica, se vean llevailos, en su prácücan tico de Husserl, como eI análisis histórico de Koyíé demuestran, a
a no consüerar como digno de ser conocido más que lo que puede propósito del procedi"'iento paraügmritico de Galileo, que una
sen medido o, peor, a conceiler srilo Ia existencia científica a todo hipótesis como la de la inercia no puede ser conouistada ni cons-
Io que es pasible de ser neilido?flos que obran como si todos los truida sino a costa de un Uolpe de ástadoteóricllue, al no hallar
objetos fueran apreciables por una sola y misrna tecnica, o indüe' aingriLn punto de apoyo en las sensacionesde la experiencia¿ no
rentemente por todas las técnicas, olvitlan que las diferentes téc- podia legitimarse más que por la coherencia del ilesafío imagina-
nicas puedá contribuir, -"didu variaLle y con-@p@ tivo lenzado a los hechos y a las imágenes ingenuas o cultas de
fcüdimientos. aI conocimiento"r, del obieto. sóIo si la utilización est¡i los hechos.s
conqolada por utra ¡eflexión memdiá-óbre las conücioiálildi¡ TaI exploración de los rrrütiples asp€ctos, que supone un
lfujtes de su vaüdez, que depende en cada caso de su adecuación distanciamimto decisivo respecto de los hechos, queda éxpuesta
al objeto; es decir a la teoria del objeto.s Ademas, esta reflexión a las facilidades del intuicionismo. del for¡nalis¡r?r o de li or¡¡a
sílo puede permitir la r,einvención creadora que exige ideal¡r¡ente especulación, al
la apücación de una técnica, "inteligencia muerta y que la mente "'is"'o tierrpo quá sób puede evadirse iluslria-
¡rrente de loe conilicionamientos del lenguaje o de los controles
debe resucitar", y a fortiorí, la c¡eación y aplicación de ¡uevas de la ideología. Como lo subraya R. B. Braithwaite, "un ¡rensa-
técnicas. miento científico que recurre aI modelo analógico es sienpre un
pensa:niento aI modo del <como si> (as íf thinhing) [. . . ] ; la con-
tapartida del recurso a los modelos es una vigilancia consta:rte".e
t-4. La amlogía y Ia corctruccíón tle hipSteEís Al distinguir el tipo fuIeal como concepto genérico obtenido por
Para poiler cousEuir un objeto y aI mismo tiempo saber cons- 6É E. Husserl, "Die K¡issis tler ero¡úisüen \ffisse¡eschaften u¡d üe
buirlo, hay que ser consciente de que todo objeto cientílico se transzendentale Phánomenologie Bi¡e Ei¡¡leitü¡g ia ilie pbiinomeuologirúo
constuye deliberada y rneto¿li€amentey es preciso sabentodo ello Philocophie" (tra¿ frs¡cesa E Gener,'La ctise des scielces européern€s et
para preguntarse sobre las técnicas de construcción de los pmble- la phénomeoologie la¡¡cendantale", L¿s Étüet Philosophiques, r¡os, 2 y 4,
mas planteados al objeto. Una metodología que no se pla[teara París [hay etl esp.] ). Ko¡rÉ, más seusiblo que cualquier otro historiailor de
la cie¡cia a la inge¡iosidaó er¡erimeutal rle Galileo, no vacila sin embargo
nunca el problema de la construcción de las hipótesis que se deben e¡ obcerva¡ en el prejuicio il¿ constuir u¡a flsica arquimediana eI ¡qriucipio
demostrar no puede, como Io seúala Claude Bernard, "dar iileas motor de la ¡evolució¡ cientiñca iuiciad¿ ¡or Galileo. Es la teoria. es deci!
nueyas y fecundas a aquellos que no Ia tienen, servirá solament€ cn este caso la i¡tuició¡ teórica del priacipio de üercia, que ¡xcce<le a Ia
para dirigir las ideas en los que las tienen y para desenvolverlas experiencia y la hace posible volviendo concebibles las erperi¿úcias suscee
tibles de vali¡la¡ la teorí¡. Cf. A- Koy{ É,tulzs Galilbn es, N, Galil¿e e, tz
a fin de saca¡ de ellas Ios mejores resultadosposibles [...] eI loi d'ircrtie, }lexoan4 Paris, 1966, pp. 9.2Á-227.
método por sí rrismo no engeudra naila".3{ eo R, B. Bratlwaite, Scientífi¿ Expl¿¡aiqr, Carnbridee University F¡ess,
Contra el positivismo que tiende a ver en la hiÉtesis sólo eI Cambridge, 1963, p. 93. No es casua¡ si en cieúci63 que como la econometía,
producto de una generación espontánea en un anbiente infe- ¡ecur¡en desile hece tiempo a la constuccirin ile modelog Ia conciencia rlel
¡religro de "iumu¡ización" co¡ta la experieúcia que es inherente a todo
proceso foruralista, es decir sirnplificador, es más acentu¡ilo que en ociologia.
s El uso mcnomaniaco de una récnica particular €s el rrrás frecueate y
H. Albert Ddosd la "coartada ilimitada" que sigaifica el h.ábito tle razo¡¡r
t¿mbién el más frecuentemente denunciailo: "Dad u¡ martillo a un niúq dice ceterü paibus: La hipótecis se vuelve i¡refutable d.esdeel uromeDlo eu que toda
Kaplan" y se verá que todo le habrá ile parecer merecedor de u¡ martillazo" observación contraria de la mioea puede imputarse a la variación de los facto,
(The Condua of lrquíry, op. cit., p. 112). res que aquélla aeutraliza supotriéndolG constantes (II. Albert, "Modell Plate
s Q. Bernard, Imrduction ¿ l'étude .12 la n¿.|¿cine ¿zú¡iment¿|" op. cit-, nismus", en E Topitsch (e¿.), Loqik der 9oziahtisvrchalu4 Kie¡rrheuer
cap. ¡r, pa¡át¡aJo L uud Witrcb, f,i5ln, Bedin, 1966, pp. 406.€4).

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