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Aprendizaje-Servicio

Es un enfoque pedagógico en el que los alumnos aprenden a la vez que realizan


actividades de acción comunitaria, prácticamente en cualquier lugar donde se
tenga una necesidad.
El aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que combina procesos de
aprendizaje y de servicio a la comunidad en un único proyecto bien articulado, en
el que los participantes se forman al involucrarse en necesidades reales del
entorno con la finalidad de mejorarlo.
La evaluación de los alumnos
La evaluación del desempeño de los alumnos debe basarse en los conocimientos,
habilidades y actitudes adquiridas antes, durante y después de la realización del
proyecto. Además se recomienda que ellos mismo se auto evalúen y cotejen su
resultado con el asignado por el maestro. Les comparto la rúbrica que yo utilicé
para “una noche en el restaurante”. Puede variar conforme al proyecto y
habilidades a desarrollar.
Desafíos para la implementación de Aprendizaje-Servicio
Definir un objetivo claro de servicio a la comunidad. Es recomendable que los
alumnos sean quienes decidan a quién y cómo ayudar; y no sea una tarea
impuesta por el maestro. Esto ayudará a que se mantengan motivados a lograr el
objetivo propuesto hasta llegar a la etapa final del proyecto.
Establecer los objetivos de aprendizaje esperados. Todo proyecto debe de tener
un aprendizaje esperado relacionado a la materia que se imparte y al curriculum,
de lo contrario sólo quedaría como un servicio comunitario, y esa no es la finalidad
de la metodología.
Anticipar riesgos. Los proyectos ligados a una asociación o grupo social,
generalmente involucran procesos administrativos que debemos tomar en cuenta.
Para evitar retrasos en tiempo o cambios en nuestra planeación, es necesario
informarse sobre los trámites administrativos que debemos realizar antes de
iniciar.

1. Administrar recursos. Si una de las actividades del proyecto es recaudar


fondos, puede ser que no se logre reunir todo el dinero y sea necesario
posponer el proyecto o redefinir el alcance.

2. Delegar responsabilidades. La idea de ceder o perder el control del grupo


puede asustarnos como profesores. Pero vale la pena “soltar las riendas”
un poco. Al final los alumnos reciben un beneficio mayor, pues se hacen
responsables de sus acciones y nosotros logramos aprender de ellos
también.

3. Ser guías en el proceso de aprendizaje. Podemos lograr mayor impacto


guiando a los alumnos en su experiencia de aprendizaje. Si algo sale mal
durante la acción, ayudarles a reflexionar cómo puede mejorarse, con el
firme propósito de volver a intentarlo. Lo que se busca, es que los alumnos
no se sientan desmotivados, sino que vean los fracasos y errores como una
oportunidad para crecer.

4. Mantener una actitud positiva. Es probable que se enfrenten a cambios


inesperados durante la implementación del proyecto. Por ello debemos
mantener una actitud positiva, ser tolerantes a los cambios y poner en
práctica nuestras habilidades de improvisación. Esto ayudará a sacar el
proyecto adelante.

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