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Este documento presenta un ensayo sobre el positivismo. Explica que el positivismo se centra en el conocimiento científico obtenido a través de la experimentación y el método científico. También describe las ideas fundamentales del positivismo lógico, incluyendo su énfasis en el análisis formal del lenguaje y la lógica para estudiar los discursos científicos. Finalmente, resume que el positivismo considera que el conocimiento científico se basa en las experiencias sensoriales del sujeto.
Este documento presenta un ensayo sobre el positivismo. Explica que el positivismo se centra en el conocimiento científico obtenido a través de la experimentación y el método científico. También describe las ideas fundamentales del positivismo lógico, incluyendo su énfasis en el análisis formal del lenguaje y la lógica para estudiar los discursos científicos. Finalmente, resume que el positivismo considera que el conocimiento científico se basa en las experiencias sensoriales del sujeto.
Este documento presenta un ensayo sobre el positivismo. Explica que el positivismo se centra en el conocimiento científico obtenido a través de la experimentación y el método científico. También describe las ideas fundamentales del positivismo lógico, incluyendo su énfasis en el análisis formal del lenguaje y la lógica para estudiar los discursos científicos. Finalmente, resume que el positivismo considera que el conocimiento científico se basa en las experiencias sensoriales del sujeto.
Usualmente se denomina “positivismo lógico” a la corriente filosófica interesada
en aclarar el problema de la significación, valiéndose del análisis lógico del lenguaje. Los orígenes de esta tendencia presentan dos hitos importantes dignos de considerar. Por una parte, podemos hablar del origen más inmediato de esta escuela, la cual se sitúa en las primeras décadas del siglo XX; más exactamente, en el año 1923. En efecto, en este mismo año, en Viena, Moritz Schilck funda el denominado Circulo de Viena, una agrupación de intelectuales de distintas disciplinas, tanto científicas como humanistas, que utilizan principalmente el análisis formalizante como método de trabajo.
Y este es justamente el punto de contacto con la lógica simbólica. Por otra, es
posible hablar de la raigambre decimonónica del positivismo lógico; esto es, los antecedentes que se remontan a la obra Cours de Philosophie positive (1830- 1842) y a otros trabajos de Augusto Comte, en Francia, fundador del positivismo, como una corriente filosófica, cultural y científica, que se caracteriza por enfatizar la importancia del método y del conocimiento científico. Comte es el fundador de la sociología científica y uno de los más grandes impulsores de la idea del progreso, como télos de la ciencia y como instrumento de regeneración moral de la sociedad.
La tónica del positivismo clásico o positivismo comtiano, es su peculiar visión
de la historia individual y social, como una marcha ascendente hacia la consolidación de una mentalidad definitivamente científica. Así, Comte divide la marcha histórica en tres grandes estadios: el teológico, el metafísico y el positivo. En el primero, el hombre se caracteriza porque busca una explicación, tanto de su propia conducta como también acerca de los procesos físicos y naturales, en base a la acción de ciertas deidades o entes afines. En el estadio metafísico el ser humano concentra sus explicaciones acerca de la realidad en entidades metafísicas; tales como la idea, la substancia, fuerzas inmanentes y otras. ENSAYO POSITIVISMO.
Desde el punto de vista de la Teoría del Conocimiento, es posible observar que
la tarea del positivismo lógico, se enmarca en las preocupaciones de la filosofía kantiana. Esto significa que los exponentes del mismo, abordan el problema de la aprehensión cognitiva y la relación entre el sujeto y el objeto en dicho proceso; con la salvedad de que en Kant el interés se centra en la experiencia y en las características del entendimiento. Y en la corriente del positivismo lógico, el foco de interés gnoseológico se plantea como una confrontación entre la lógica y la experiencia.
En cuanto a la manera de organizar la comprensión del mundo, en Kant
depende de nuestra subjetividad, y en cambio en el caso de los neopositivistas, depende de la construcción racional; es decir, de una formalización lógica de las nociones epistemológicas que dan cuenta de la realidad.
Wolfe Mays, en una ponencia presentada al primer Simposio Internacional de
Epistemología Genética, en Ginebra, en 1956, clarifica otros elementos propios de la confrontación entre Kant y los positivistas lógicos: “Ha habido un desplazamiento desde los antiguos tipos de epistemología – como por ejemplo la contenida en la obra de Kant, con su interés en la naturaleza del tiempo y del espacio, las categorías del número, de la causalidad, etc.- hasta los problemas de índole bastante diferente, como la identidad de significación (sinonimia), la analiticidad y la sinteticidad, la comprensión y la extensión, la verdad semántica, los modos material y formal del discurso, etc. En suma, este tipo de filosofía se ocupa más bien de la epistemología, de la lógica formal y de la naturaleza del lenguaje”.
El fundamento teórico del positivismo lógico es el mismo del empirismo clásico,
sostenido por Hume, Mill y otros; cuyas tesis hacen descansar la ciencia en la experiencia sensible. Uno de los intentos del empirismo inglés, fue, por ejemplo, delimitar estrictamente lo que es el lenguaje científico y lo que corresponde al lenguaje metafísico. El positivismo lógico del siglo XX continúa este esfuerzo, pero ahora, con el auxilio del método del análisis lógico del lenguaje, que es utilizado por autores como Carnap (La Construcción lógica del mundo), Whitehead y Russell (Principia Matemática), Frege (lógica y semántica) y Wittgenstein (Tractatus lógico-philosophicus).
Lo anterior, deja de manifiesto que los simpatizantes del positivismo lógico,
enfatizan el análisis formalizante para estudiar los discursos científicos. Para esta tarea que podríamos llamar de “supervisión metodológica”, recurren al auxilio de la lógica matemática, en especial en lo referente a delimitar cuales discursos son científicos y cuales son metafísicos. Para ello, parten del hecho de que las proposiciones de las ciencias formales son tautológicas y que, por tanto, en sí mismas no expresan ningún conocimiento sobre la realidad, pero posibilitan el conocimiento del mundo al proporcionar el rigor y la claridad para la verificación de los enunciados provenientes de la experiencia. Así, el conocimiento científico, sería aquel que viene dado por las proposiciones lógicas o por proposiciones que son verificables por la experiencia. Esto es lo que se denomina el Principio de la exigencia de la verificación, o Significación por la verificación.
A su vez, el conocimiento metafísico, vendría dado por aquellas proposiciones
que no pueden ser consideradas ni como verdaderas ni como falsas. Las mismas son denominadas proposiciones sin sentido, porque carecen de toda significación y no explicitan algo del mundo; son pseudoproblemas. El análisis lógico de las proposiciones metafísicas, continúa buscando la significación incluso hasta en los componentes estructurales últimos del discurso, esto es, en las palabras. Así, los positivistas lógicos observan que también muchas de estas estructuras básicas, carecen de sentido porque no tienen un referente que soporte la exigencia de la verificación; v. gr., conceptos como “nada”, “dios” y otros similares; serían pseudoconceptos. Y lo propio sucede con aseveraciones como por ejemplo “los ángeles están en el cielo” o “la belleza es dulce”; serían enunciados inverificables y por tanto corresponderían a la metafísica. Los seguidores de esta escuela, sostienen que la tarea de la filosofía no es la de solucionar los problemas científicos, sino más bien analizarlos, para lograr una elucidación de los mismos. En este sentido, la labor filosófica resulta equivalente a un análisis semántico y sintáctico de la prosa científica; a un sostenido análisis de las vinculaciones entre lo que expresa el lenguaje y la realidad. Es el triunfo de la filosofía del lenguaje y una instancia de presentación en sociedad de los filósofos de la ciencia.
El sentido de una proposición sobre el mundo descansa como hemos visto, en
el procedimiento de verificación; así, si hay un procedimiento experimental para verificar un enunciado cualquiera, entonces es posible determinar su verdad o su falsedad, y de este modo, puede quedar incluido en la prosa científica; de lo contrario, se trataría de proposiciones sin sentido.
El positivismo, al igual que otras corrientes filosóficas como el psicologismo y el
sensualismo, comparte la opinión que sostiene que las ciencias empíricas se reducen a percepciones sensoriales; lo cual significa que las ciencias darían cuenta de los acontecimientos del mundo, a través de nuestras experiencias vitales. Por ello, por ejemplo, Carnap, en su libro La construcción lógica del mundo, argumenta que el conocimiento que podemos adquirir sobre la naturaleza y la sociedad, es reductible a las experiencias elementales del sujeto cognoscente. Esto es equivalente a sostener que la base del conocimiento radica en un fenomenalismo del sujeto. Inserto en esta perspectiva, el conocimiento científico, mediante sus enunciados, solo podría sostener algo acerca de los hechos del mundo, a través de nuestras experiencias sensoriales.
Esta base empírica, fenomenalística, del conocimiento científico, centraría los
criterios de validación de los enunciados en la experiencia individual del sujeto, en su propio aparataje perceptivo. Al respecto Popper señala más tarde: “Por el sentimiento inmediato de convicción que lleva consigo podemos distinguir el enunciado verdadero -aquél que está de acuerdo con la experiencia- del falso - que no lo está-. La ciencia no es más que un intento de clasificar y describir este conocimiento perceptivo, estas experiencias inmediatas de cuya verdad no podemos dudar: es la presentación sistemática de nuestras convicciones inmediatas.”
CONCLUSIONES.
El Positivismo, es una doctrina filosófica en donde se acepta como
conocimiento válido, el saber científico obtenido a través de la experimentación, es decir, con la utilización del método científico, se estudian los hechos y a partir de estos, se deducen las leyes que los hacen valederos. BIBLIOGRAFIA.
1. Cf. Estrella, Jorge: “Cosmovisión del positivismo”, Rev. de Filosofía, U.
de Chile, Stgo., Vol. XV, Nº1, 1977, pp. 80-81. 2. Cf. Malherbe, J.F.: “Le scientisme du Cercle de Vienne”, Revue Philosophique de Louvian, Louvain, Aôt, 1974, p. 563. 3. Mays, Wolfe: “Lógica y lenguaje en Carnap”, en: Piaget, Jean et al.: Psicología, lógica y comunicación, Ed. Nueva Visión, Bs. Aires, 1957, p. 127. 4. Cf. Malherbe, J.F.; op. cit., p. 566. 5. Popper, Karl: La lógica de la investigación científica, Ed. Técnos, Madrid, 1971; p. 90. 6. Cf. Estrella, Jorge: “Cosmovisión del positivismo”; op. cit., p. 88. 7. Cf. Wittgenstein, L.: Cuadernos azul y marrón. Ed. Técnos, Madrid, 1976; pp. 44-45 y 54-56. 8. Cf. Popper; op. cit., p. 91. 9. Ibidem.; p. 92. 10. Cf. Popper, op. cit.; pp.27-28 y 90. 11. Ibidem.; p. 90. 12. Trevijano E., Manuel: “El Círculo de Viena”, En torno a la ciencia, Ed. Técnos, Madrid, 1994; p. 44.