A continuación se presentan las principales características que definen a la
corriente filosófica denomina Positivismo. Rechaza las nociones a priori y los conceptos o creencias de tipo universal que no hayan sido comprobados. El positivismo se basa en que los hechos empíricos son los que fundamentan el conocimiento. Promueve como válido el conocimiento de carácter científico respaldado por el método científico. El método científico debe ser aplicado tanto a las investigaciones científicas como humanísticas. El conocimiento que se obtiene del positivismo debe ser objetivo. Las pruebas documentadas son las más importantes, no sus interpretaciones. El positivismo se basa en que los hechos empíricos son los que fundamentan el conocimiento. Promueve como válido el conocimiento de carácter científico respaldado por el método científico. El método científico debe ser aplicado tanto a las investigaciones científicas como humanísticas. El positivismo es una corriente filosófica que sostiene que el conocimiento científico es el único conocimiento auténtico. Representa una actitud crítica hacia la filosofía tradicional, en especial la metafísica y la ontología. El positivismo puede caracterizarse, de manera general y más allá de sus variantes, por una serie de rasgos.
Defendió el método científico como el único método posible para
obtener conocimiento válido, independientemente del tipo de ciencia del que se tratara. Criticó y se alejó de cualquier forma de metafísica, subjetivismo o consideraciones que no fueran objetivas en términos empíricos. Su propósito central fue explicar causalmente los fenómenos del universo a través de la formulación de leyes generales y universales. Sostuvo que los métodos inductivos eran los únicos útiles para obtener conocimientos. Valoró las pruebas documentales en contra de cualquier forma de interpretación general. El positivismo, escuela positivista o filosofía positiva, fue una corriente dentro de la filosofía que propugnaba que el conocimiento científico es el único tipo de conocimiento auténtico. Por ese motivo, la única vía para alcanzarlo es el método científico. Siguiendo esta idea, sus seguidores daban especial relevancia a las ciencias físicas. La época en la que apareció el positivismo estuvo marcada por las ideas de la Ilustración, que pusieron la razón y el empirismo en la base de sus postulados. Estas corrientes filosóficas influyeron en gran medida en el estallido de la Revolución francesa y en los cambios económicos, políticos y sociales posteriores. En líneas generales, el resultado fue convertir a los individuos y a las sociedades en objetos de estudio partiendo de sus experiencias reales. De esta forma, el positivismo se basó en la idea de que el conocimiento debía adquirirse mediante la observación y la experimentación. La nueva ciencia da lugar a una nueva filosofía, el positivismo, llamada así porque en el estudio del hombre se abandonan los problemas metafísicos y se mantiene, como la ciencia, el dato positivo, concreto y tangible de la realidad fenoménica. El positivismo se basa en la necesidad de apegarse a los hechos y la exaltación de la ciencia, el único conocimiento capaz de comprenderlos, medirlos y controlarlos.