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https://es.wikipedia.org/wiki/Racionalismo
Contexto histórico
A principios del siglo XVII, la mayor parte de la filosofía estaba
dominada por la escolástica, escrita por teólogos y basada en los
escritos de Platón, Aristóteles y de escritos de la iglesia. Descartes
argumentó que muchas doctrinas metafísicas escolásticas
predominantes carecían de sentido o eran falsas. En definitiva,
propuso comenzar la filosofía desde cero. En su obra más
importante, Meditaciones metafísicas, intenta precisamente esto, a lo
largo de seis breves ensayos. Trata de deshacerse de todas sus
creencias para determinar qué es lo que sabe con certeza. Encuentra
que puede dudar de casi todo: la realidad de los objetos físicos, Dios,
sus recuerdos, la historia, la ciencia, incluso las matemáticas, pero no
puede dudar de que, de hecho, está dudando. Él sabe en qué está
pensando, incluso si lo que piensa respecto a contenido es falso, sabe
que algo debe existir para estar pensando en eso. A partir de esta
base vuelve a construir su conocimiento. Encuentra que algunas de
las ideas que tiene no podrían haberse originado solo en él, sino solo
en Dios; así, trata de probar que Dios existe. Luego, trata de probar
que Dios no le permitiría ser engañado sistemáticamente sobre todo;
en esencia, reivindica los métodos ordinarios de la ciencia y el
razonamiento, como falibles, pero no falsos.
El racionalismo es una corriente filosófica europea que posteriormente
fue subdividida por los historiadores, en dos bloques antagónicos:
racionalismo y empirismo. Comprende todo el XVII y es un largo e
intenso epílogo metafísico a los grandes progresos de la ciencia
del Renacimiento. En él, la filosofía adopta el paradigma matemático
de la geometría y el paradigma experimental de la física, oponiéndose
tanto al escepticismo pirrónico como al formalismo escolástico. Sus
características principales son:
Leibniz, estampilla.
Para Descartes, como hemos visto, el mundo físico era extensión, y, por
eso, algo quieto. La idea de fuerza le era ajena, pues le parecía confusa
y oscura e incapaz de traducirse en conceptos geométricos. Descartes
creía que la cantidad de movimiento permanece
constante. Leibniz afirma que la constante es la fuerza viva, le parece
absurda esa física estática, geométrica. Un movimiento para él, no es
un simple cambio de posición, sino algo real, producido por una fuerza.
Este concepto de la fuerza es lo fundamental de la física y de la
metafísica de Leibniz. La idea de la naturaleza estática e inerte de
Descartes se sustituye por una idea dinámica. Frente a la física de la
extensión, se establece una física de la energía. Leibniz tiene que llegar
a una nueva idea de la sustancia. La sustancia metafísica del mundo es
para Leibniz la de las mónadas. Las mónadas son sustancias simples,
sin partes, que entran a formar los compuestos. Son los elementos de
las cosas. La mónada es fuerza, o mejor, fuerza de representación.
Cada mónada representa o refleja el universo entero activamente.
Dos principios
El primero es aquel
El segundo principio:
Verdades
Por último, hay ideas simples de las que no es posible dar definición;
también hay axiomas y postulados o, en una palabra, principios
primitivos que no podrían ser probados y no tienen necesidad de ello; y
estos son las enunciaciones idénticas, cuyo opuesto contiene una
contradicción expresa.'' [Leibniz, G.: Monadología, p. 32]
http://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Fil
osofia/Parte7/Cap24/Parte04_24.htm
Con todo, si hubiera que señalar uno entre todos los debates
filosóficos, uno que pervive fértil e ineludible, el mejor candidato a ser el
debate fundamental es el del idealismo frente al realismo, es decir: los
argumentos a favor y en contra de que los entes físicos tengan una
existencia independiente de quienes los perciben y conocen.
La centralidad de ese debate tuvo en el siglo XX grandes
exponentes en la filosofía y en las letras, ejemplificados
respectivamente por el inglés Michael Dummett y el argentino Jorge
Luis Borges.
Dummett, muerto hace dos años, muestra en su
ensayo Realismo (1963) que la discusión entre la escuela realista y
todas las demás escuelas (englobadas en lo que él denominó «anti-
realistas») es primordial, y además, que podría reducirse a definir el
concepto de «verdad».
Por su lado, una parte notable de la obra de Borges gira en torno de
la medida en que el universo puede ser entendido como un inmenso
pensamiento. Verbigracia, su cuento Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (1940)
describe un planeta cuyos habitantes son idealistas cabales, cuyo
lenguaje ni siquiera tiene sustantivos, ya que éstos designan seres con
existencia propia. Para aquella extraña gente, cada ser del universo es
parte de una divinidad indivisible.
http://cibernous.com/autores/leibniz/teoria/apeticion.html
Mónada
(Del griego: “monós”, unidad). Mónada es un término filosófico que
sirve para expresar la unidad indivisible más simple. En la filosofía
griega, el término “mónada” es empleado como uno de los principios
del ser; en la filosofía moderna el término desempeña un papel
importantísimo en el sistema de Leibnitz (ver). Según éste las
mónadas son la base de todo lo existente, constituyendo sustancias
espirituales autónomas dotadas de automovimiento. Su conexión
mutua constituye la armonía divina preestablecida. En la teoría de
Leibnitz sobre las mónadas había también elementos valiosísimos,
como la tentativa de establecer la conexión de todos los fenómenos de
la Naturaleza (a través de las mónadas) y la indicación sobre el
automovimiento interno de las mónadas.
Diccionario filosófico marxista · 1946:223
Mónada
(del griego, μόνας: unidad). Término filosófico premarxista que
designa la unidad indivisible más simple. En la filosofía griega
significaba la singularidad considerada como uno de los principios del
ser. En el sistema de Leibniz (ver), las mónadas, substancias
espirituales independientes, capaces de movimientos espontáneos,
constituyen el fundamento de todo lo que existe. Su vinculación
expresa la armonía divina preestablecida. La doctrina idealista de las
mónadas de Leibniz contenía elementos de dialéctica.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:364
Mónada
(del griego μόνας: unidad). Término filosófico con el que se designa
la unidad estructural, sustancial, del ser. Se interpreta de manera
distinta en diversos sistemas filosóficos. Para los pitagóricos, por
ejemplo, la mónada (unidad matemática) es el fundamento del mundo.
Para Bruno (De la mónada, del número y de la figura, 1591), la
mónada es el principio uno del ser, que es la materia espiritualizada
(Panteísmo). En este principio, según Bruno, coinciden las
contradicciones entre lo finito y lo infinito, lo par y lo impar, &c. La
mónada constituye uno de los conceptos básicos de la filosofía de
Leibniz (Monadología, 1714). Leibniz considera la mónada como
sustancia simple, cerrada y variable. Las mónadas dotadas de una
clara capacidad de percepción se denominan almas. En cambio, el
alma racional del hombre, según Leibniz, es la mónada-espíritu.
Después de llamar la atención sobre la idea de Leibniz en el sentido
de que en la mónada se refleja todo el mundo, de que la mónada,
como individualidad, contiene como en germen lo infinito, Lenin
escribió: “Existe aquí una especie de dialéctica muy profunda a pesar
del idealismo y del clericalismo” (tomo XXXVIII, pág. 381). En
Lomonósov se encuentra el término de “mónada física”, con el que el
gran sabio designaba la partícula (el corpúsculo) de la materia. La
mónada como principio espiritual desempeña cierto papel en
el Hilozoísmo de Goethe. El concepto de mónada se emplea en
sistemas idealistas modernos como el pluralismo y el personalismo.
Diccionario filosófico · 1965:323
Mónada
(gr. monas: unidad) Término filosófico que significa la unidad
estructural, substancial del ser. Se interpreta de diferente manera en los
distintos sistemas filosóficos. Para los pitagóricos, por ejemplo, la
mónada (unidad matemática) es el fundamento del mundo.
En Bruno (De la mónada, del número y de la figura, 1591, &c.), la
mónada es el principio único del ser, que es la materia espiritualizada
(Panteísmo). Según Bruno, en este principio coinciden los contrarios
finito e infinito, par e impar, &c. La mónada es uno de los conceptos
fundamentales de la filosofía de Leibniz (Monadología, 1714). Este
considera que la mónada es una substancia espiritual mutable. Las
mónadas provistas de la capacidad de percepción precisa se
denominan almas. El alma razonable del hombre, según Leibniz, es la
mónada –espíritu. Después de hacer constar las ideas de Leibniz de
que en la mónada se refleja todo el mundo y que ella encierra en forma
de individualidad, como en germen, lo infinito, Lenin dice: “He aquí un
tipo de dialéctica, y muy profunda a pesar del idealismo y el clericalismo”
(t. 29, p. 70). Lomonósov usa el término “mónada física” para designar
la partícula (corpúsculo) de la materia. Goethe habla de la mónada
(llamándola entelequia) como del principio espiritual activo que es
propio de la materia y contribuye a individualizar los objetos. En una u
otra forma, el concepto de mónada se emplea en los sistemas religioso-
idealistas modernos del pluralismo y del personalismo.
https://www.filosofia.org/enc/ros/mona.htm