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Introducción
En todo caso lo importante es ver que es desde esta separación S/O, desde donde surge la
objeción del escéptico. Pues si uno de entrada asume una separación entre la conciencia y la
verdad ¿cómo diablos puede luego guiar a la conciencia para que llegue a la verdad?, o
¿cómo saber que el saber de la conciencia corresponde a la verdad? De hecho este sería el
resultado al que llegó Kant, que limitó el conocimiento a la esfera fenoménica pero dejo
inaccesible para la conciencia el camino hacia la verdad en-sí –Aquí pues se critica la idea
de conocimiento como representación, la búsqueda de método y la noción de verdad
epistemológica como correspondencia.
Además Hegel ya anuncia aquí el distinto punto de partida: “la Ciencia trabaja sin tales
escrúpulos y conoce efectivamente”. ¿Cuál Ciencia trabaja así? La Filosofía, pero en todo
caso no la Filosofía pre-hegeliana, sino la verdadera Ciencia filosófica que Hegel está
elaborando acá. O sea que esta frase aún debe explicarse en lo que viene.
Párrafo 4: Soluciones como la anterior (la kantiana) reflejan en realidad una incapacidad
para la Ciencia (la filosofía), pues en efecto es la renuncia a conocer el absoluto y el
contentarse con las “verdades” fenoménicas de las ciencias. Son estrategias para librarse
del esfuerzo filosófico por conocer la verdad del absoluto, dándose sin embargo la
apariencia de que se hace un trabajo “serio y celoso”.
Por eso aquí se propone otro punto de partida. Se deben pues rechazar todas esas
representaciones de lo que es el conocimiento; ellas son contingentes y arbitrarias (pues no
están guiadas por ninguna necesidad sino que parecen surgir del capricho de los filósofos) y
hasta estrategias para engañar: se hace creer que estas representaciones (S/O, absoluto, etc.)
son de uso corriente y así uno se dispensa del esfuerzo de presentar esos conceptos. – Pero
¿no cae Hegel con esto que está pidiendo, o sea con la necesidad de ‘dar’ el concepto de
conocer, de verdad, de absoluto, en lo mismo que crítica? A saber, en preparar el
instrumentario conceptual para luego sí dedicarse a conocer? No. Aquí no se trata de
elaborar previamente una teoría del conocimiento, sino de ‘presentar’ la ciencia. Es ‘ante la
presencia de la Ciencia’ donde se ve lo vacío de todas las representaciones del
conocimiento.
Luego Hegel aclara este presentarse de la ciencia. La ciencia se presenta en los saberes
humanos (Hegel los llama ‘erscheinende Wissen’). Y aquí juega con el término
Erscheinung. Pues que la Ciencia cuando aparece en estos saberes sea sólo Erscheinung no
significa que sea puro Schein, es decir que el saber que aparece (que se presenta) sea sólo
una apariencia de un saber verdadero que no aparece, o sea Schein en el sentido de engaño,
de no-verdadero. Si se toma el saber que aparece como Schein, se postula una especie de
dualismo donde habría algo como dos saberes: el saber que aparece (el del ser humano) y la
verdadera Ciencia (solo intuida u oculta por completo) y cada uno defendería sus derechos,
y no podríamos decidir entre ellos. – Ahora bien, la Ciencia debe liberarse de esta
‘apariencia’ (Schein), debe ver que los saberes humanos, el saber que aparece, ya es la
Ciencia, sólo que en un estado en el que falta el desarrollo y despliegue de su verdad. Por
eso lo que hay que hacer es exponer ese saber que aparece en su desarrollo, y eso será la
FE: Darstellung des erscheinenden Wissens.
Párrafo 6: La conciencia natural será sólo concepto del saber no saber real (se mostrará que
ella sólo tiene un en-sí para ella, un criterio de verdad, más no la verdad en-sí); pero ella
cree que es saber real y por ello cuando la experiencia le muestre lo contrario se perderá a sí
misma. El camino es pues un camino de duda y desesperación [es el de un constante
advertir que no habíamos tomado las cosas como eran, que ellas no son lo que pensamos
que eran].
En esto este camino se ve como el “sich vollbringende Skeptizismus”, pues los demás
escepticismos sólo son a medias (Descartes plantea la duda y se asusta con ella, o la
Ilustración que duda de la opinión ajena pero para introducir el error en la opinión propia).
Aquí es la “intelección conciente en la no-verdad del saber fenoménico” [fíjese que Hegel
no dice ‘la falsedad’ del saber fenoménico, sino sólo su no-verdad, pues él es real, pero hay
algo aún más real] e incide en todo el ámbito de la conciencia. Este escepticismo no es pues
una estrategia artificial exterior, sino que es interno a la estructura de la verdadera
experiencia, por eso se consuma a sí mismo.
El camino de las Gestaltungen es la historia de la formación de la Bw. Zur Wissenschaft.
Esta es la verdadera Bildung, no la Bildung de la Ilustración, que se quiere ahorrar todo el
proceso (que como ya vimos es de dolor). Es un escepticismo que invade todo el ámbito de
la conciencia (no sólo el escepticismo teórico que sin embargo continúa orondo en la
práctica) y que la hace abdicar (desesperar) de sus representaciones y opiniones naturales.
[En párrafo 6 decía que para la conciencia natural el camino de la experiencia tenía un
significado negativo; ahora dice que esa negatividad está determinada por el objeto mismo
que de alguna forma se disuelve. Con ello es claro que la negatividad no es una actitud del
que hace experiencia sino el movimiento de la realidad misma por el cual toda
positivización se diluye en su contrario, que luego a su vez se niega también hacia una
superación de la oposición inicial. El resultado final no es una positividad absoluta sino el
juego total de remisiones negativas]
Párrafo 8: Ese presupuesto metafísico se hace explícito acá: la meta (das Ziel) está fijada
con necesidad, dice Hegel. Será el punto donde se alcance un saber verdadero, (donde saber
y verdad coincidan, donde el saber que la conciencia efectivamente tiene se ajuste a su
criterio de verdad, o a lo que para ella es el en-sí --- eso se verá con más claridad abajo).
Una vida natural (los organismos que no son los hombres) está sometida a la muerte que se
le impone desde fuera. Ellos no sobrepasan su ser-allí inmediato, su “visión de mundo” si
se puede llamar así, ellos se integran plenamente en la realidad inmediata sin cuestionarla, y
cuando salen de esa realidad es porque mueren. En cambio la Bw va más allá de esta
limitación y por ello más allá de ella misma: la conciencia humana no se queda estática en
formas heredadas o instintivas de conocimiento del mundo, como los animales, sino que las
pone en duda y busca unas más precisas, y con ello se crea nuevas formas de vida. Hegel
expresa esto diciendo “Das Bewßtsein ist für sich selbst sein Begriff”: ella no sólo conoce y
se integra al mundo, sino que es capaz de subir a un segundo nivel y conceptualizar este su
conocimiento del mundo y sus formas de acción en él; no sólo sabe, sino que sabe que sabe,
o es autoconciencia en sentido pleno (no en el sentido de la figura de la PG del mismo
nombre, sino en el sentido en que Werner Marx dice que la autoconciencia es el
protagonista de toda la PG).
Ese tener que ir más allá de sus propios límites se ve entonces como una Gewalt que la Bw.
misma se infringe, pues ella se verá forzada a reflexionar sobre sí, a advertir sus
contradicciones y a abandonar finalmente su verdad. [Con esto quiere Hegel indicar que el
movimiento del saber no es impelido desde fuera, sino desde el interior de la Bw. Sin
embargo esto tampoco resultará en un subjetivismo extremo, pues se verá que ese Begriff
que la Bw tiene en sí, es en realidad el Begriff como principio ontológico de la realidad, no
una mera capacidad subjetiva]
Ese entregarse a la violencia del concepto (no como algo externo) sería el verdadero
‘método’, es decir, es ya el verdadero conocer: entregarse a la vida de la conciencia misma
o del espíritu mismo en su despliegue. Hegel lo diferencia al final de otras formas
imperfectas de pensamiento: de aquella que más bien envanecen al sujeto: el
sentimentalismo o la vanidad de asegurar sólo la propia verdad, o el yo fichteano.
Párrafo 9: Comienza la cuestión del Methode der Ausführung. Según Westphal aquí está
presente una versión del dilema del criterio de Sexto Empírico. (V. Westphal pág.81-82 y
nota 19): para decidir entre versiones rivales del conocimiento, para decidir cuál de ellas es
más verdadera, se debe disponer de un criterio de lo que es el conocimiento. Ahora bien si
ese criterio no quiere ser impuesto, debe entonces demostrarse pero ello implica disponer
de un segundo criterio que determine cuál es el criterio verdadero de conocimiento y así ad
infinitum. Este problema resulta también en una circularidad pues para demostrar la verdad
de algo se requiere aplicar el criterio de verdad, pero el criterio a su vez debe probarse en
una demostración válida. – Pues bien Hegel aquí dice algo similar. Se trata de exponer el
comportamiento (Verhalten) de la Ciencia (saber verdadero) con respecto al saber que
aparece, es decir se trata de medir los saberes fenoménicos (erscheinendes Wissen) en lo
que ellos tienen de verdad; y ese “examen de la realidad del conocer” requiere un Maßstab,
un criterio. Este Maßstab es lo que la conciencia toma como “esencia o en-sí”. Y el
problema dice Hegel es que al comienzo del conocimiento, cuando aún no conocemos
nada, no se ha justificado nada como esencia, no hay Maßstab luego parece que no es
posible examinar cuando nuestro saber es verdadero. – Sin hacerlo explícito Hegel
reformula a Sexto Empírico y parece aceptar sus consecuencias: como no tenemos forma de
justificar un criterio de verdad definitivo –pues cada criterio necesitaría otro ad infinitum- y
como no queremos simplemente implantarlo, entonces pareciera que no podemos nunca
decidir sobre la verdad de nuestro saber.
[fíjese que aquí lo que entra en contradicción, es decir a lo que aplica el dilema de Sexto
Empírico es a la concepción de conocimiento que se expuso en (1). ¿Cómo se si mi saber es
verdadero? Yo debo conocer la verdad y comparar esa verdad con mi saber. Pero justo el
problema es que yo no conozco la verdad, o mejor no sé si la conozco porque no puedo
decidir sobre el status de mi conocimiento]
Párrafo 10: Hace explícito que el dilema anterior aplica a la noción de conocimiento
presentada en (1). La contradicción se reformula en los términos de esta noción (que fueron
introducidos en (2), a saber, la separación saber y verdad o en-sí, S/O): la conciencia se
sabe propietaria de un saber sobre la verdad, pero al tiempo fija esta verdad en-sí por fuera
de ella. [y claro al ponerlo por fuera viene el problema de cómo saber si mi saber
corresponde a esa verdad]
Estas son las determinaciones abstractas de Wissen y Wahrheit tal y como se presentan a la
conciencia. Hegel afirma que la conciencia natural hace estas distinciones, pero ellas son
sólo abstractas, son imposiciones exteriores para entender el conocimiento. Por ello no vale
la pena detenerse en ellas. Basta con saber –dice Hegel- que así se le presenta a la
conciencia el conocimiento cuando quiere determinarlo, como una relación S/O.
[Pero a qué conciencia se le presenta esto así? Uno diría que en realidad a una conciencia
natural estas separaciones le son desconocidas. Se trata más bien de la conciencia de los
filósofos que al teorizar sobre el conocer han implantado este esquema; pero esto es entrar
en un atolladero porque una vez aceptado el esquema la objeción del escéptico, el dilema de
Sexto Empírico es inevitable]
[el punto es que a la conciencia natural si se le presenta una distinción entre su saber y la
verdad, pero ella no introduce el dualismo del saber y la verdad en-sí. Somos ‘nosotros’ los
que introducimos la distinción; para la conciencia natural eso que ella distingue de ella (la
verdad) guarda sin embargo relación con ella (por el saber)]
Párrafo 11: sigue desarrollando ese atolladero: La conciencia que he hecho esas
distinciones (que para mí es la conciencia filosófica) se dispone pues a probar la verdad de
su conocimiento. Para ello debe saber lo que es en-sí (que sería el Maßstab, la visión
verdadera de la realidad en-sí), pero entonces se da cuenta de que ese en-sí es sólo para ella;
para mí (como en el (3)) se trata de una crítica a Kant, quien se dio cuenta –al radicalizar la
concepción representacionalista- de que lo que afirmamos en nuestro saber es sólo un saber
fenoménico, o sea un saber de lo que son las cosas para-nosotros, no como son en-sí, y de
que por lo tanto no tiene porque coincidir nuestro saber fenoménico con la verdad en-sí, o
como dice Hegel este en-sí no tiene porque reconocer el saber nuestro.
Párrafo 12: Ahora comienza Hegel a abandonar esa concepción del conocimiento fundada,
como se ha visto, en una separación entre el saber para-la-conciencia y la verdad en-sí (es
el cambio de punto de partida que se dió en (4)). – Ahora se dice que esa separación es solo
‘aparente’ y que en realidad está superada. El criterio no hay que traerlo de fuera sino que
la conciencia ofrece su propio criterio y la distinción ‘recae en ella’.
Fíjese que lo decisivo es ver como el Maßstab del conocimiento, aquello con lo que
se prueba la verdad del saber ha ido cambiando. En Descartes el Masstab es la certeza
subjetiva (lo que se me aparezca como claro e indubitable es verdadero), en los empiristas
lo que se corresponda con la experiencia sensible (solo es verdad lo que puede ser
verificado por la percepción), en el racionalismo el criterio de verdad es el ajuste del saber
con ciertas leyes de la razón (es verdad lo que sea coherente, no contradictorio, etc). A
todos estos criterios les cabe la objeción escéptica de Sexto Empírico o sea no sé como
justificarlos. Luego con Kant el problema del Maßstab parece superado, pero al precio de
confinar el conocimiento a los fenómenos (la verdad es interna al mundo fenoménico), con
lo que en todo caso no hay criterio para el conocimiento de la verdad-en-sí.
Ahora dice Hegel: En realidad esa separación ya se ha sobrepasado. Es cierto que la
comparación es interna en tanto la conciencia tiene su Maßsstab en ella misma pero esto no
nos confina a saber sólo de los fenómenos. Hegel distingue un tercer elemento: tenemos (1)
el momento del saber, lo que la conciencia sabe, lo que Westphal llama “el tipo de
conocimiento empírico del que cada forma de conciencia se cree capaz”; (2) el en-sí, el
momento de la verdad (Moment der Wahrheit), que ella (o el fenomenólogo) sitúa
inicialmente por fuera de sí, por fuera del saber; pero hay un (3) lo que la conciencia
declara como en-sí o lo verdadero (was das Bw., das Wahre erklärt), este es el en-sí dentro
de la conciencia, no por fuera de ella, y es el que va a servir de Maßsstab para medir su
saber. Fíjese en ese tercer elemento: es declarado, es puesto en evidencia por la conciencia
natural. Lo que supone Hegel es que no solo vivimos sabiendo cosas (primer elemento:
saber) que asumimos intuitivamente que son verdad (segundo elemento), sino que también
podemos aclararnos y formular explícitamente cuál es el criterio que tenemos para decir
que algo es verdad (la verdad declarada que sería el tercer elemento y sería el Masstab).
[Y cómo ocurre la prueba? Porque la Bw. se da cuenta de la desigualdad entre (3) y (1).
Ejemplo: la CS tiene como criterio de verdad lo que se presenta más inmediatamente –sin
inferencias-, eso es lo que ella toma como en-sí, eso es (3). Antes de hacer la experiencia
cree que su saber (1) capta efectivamente eso inmediato singular, pero cuando hace la
prueba, cuando juzga lo que sabe (1) con lo que ella toma como verdad (3) se da cuenta de
la discrepancia: su saber esta mediado por universales, pero ella pretendía que la verdad era
lo inmediato singular. (O en la percepción: la verdad en-sí es la de un mundo de cosas
particulares, pero lo que se sabe de las cosas es una serie de propiedades que en realidad es
la propia conciencia la que las introduce)
–Pero ¿no nos quedamos con eso al interior de la conciencia? No. Porque lo que
hace que yo advierta la discrepancia entre lo que yo efectivamente sé y la verdad que creía
agarrar es que me choco con la realidad en-sí (que ya no es el elemento (2) porque ya no
está separada de mí). Ejemplo 1: la CS toma el en-sí como lo inmediato y armada de esa
concepción de la verdad determina lo que es saber de la realidad: saber de la realidad es
saber de lo inmediato, pero al tratar de hacer real ese saber me estrello, pues las cosas –el
en-sí, lo que está inicialmente “afuera”- no me responden, no se dejan ajustar a ese saber,
no se dejan ver como inmediatas. Algo se me resiste de fuera y eso es lo que hace que mis
experiencias sean decepcionantes. Ejemplo 2: la conciencia cuyo criterio es el placer (3)
eleva a éste a ser norma de acción (1), ella quiere realizar esa verdad sometiendo al mundo,
ella sólo considera válidas/verdaderas las acciones que incrementen su placer sensual pues
asume que el mundo en-sí está hecho para ella (es el individuo faústico que se lanza a
dominar la vida pues no lo satisface la naturaleza ya sometida); pero lo que va a
experimentar es que esto no es así, que algo se le opone, una realidad en-sí que al principio
es oscura y que ella no comprende, pero que no se ajusta a sus deseos y que de hecho le
ocasiona dolor y no placer].
[No es esto una variante del método de ensayo-error científico. R/ No. El método científico
no cambia sus criterios de verdad: la verificación experimental, p.e. Más bien somete todo a
ese criterio y lo que no cuadra lo desprecia; en ese sentido no hace experiencia como tal].
Lo importante es que a esta altura ya se solucionó el dilema del criterio (el de Sexto
Empírico): pues en tanto el Maßstab está en la conciencia misma no debemos aportarlo
1
„Was geprüft wird, sind auch keine Thesen oder Theorien über besondere Gegenstände (Natur, Recht,
Kausalität, etc) sondern ontologische und erkenntnistheoretische Thesen über das, was „Gegenstand“ und
Wissen, Realität und Bewusstsein bedeuten und in welchem Verhältnis sie stehen“ (Siep, S.76)“
desde fuera. La Bw misma puede evaluar su propio saber. “Dejándonos a un lado es como
lograremos considerar el asunto”. Quien se deja a un lado es el filósofo que no tiene que
interferir la experiencia de la conciencia natural. Con lo cual se cumple el método que
anuncia en el prólogo que es el de entregarse al movimiento de las cosa mismas.
Párrafo 13: la Bw natural tiene esos momentos y hace su propia comparación. A nosotros
solo nos queda observar. – Aquí explica propiamente como funciona esa comparación.
Hegel dice “la conciencia es por una parte conciencia del objeto y por otra conciencia de sí
misma, conciencia de lo que para ella es lo verdadero y conciencia de su saber de ello”: o
sea, conciencia que asume tácitamente la adecuación entre saber y verdad (1) y (2), y
conciencia que declara el criterio de esta adecuación (3). Es una conciencia como de dos
pisos: en el primero se está en (1) y (2) y en el segundo piso se declara el criterio de verdad
(3) que se supone rige el primer piso. Pero ambos pisos son para ella misma, “ella misma es
su comparación”, ella verá si lo que declara que es la verdad se corresponde con su saber
efectivo de la realidad. – El paso de un piso a otro parece darse como naturalmente: por el
solo hecho de saber de algo (1) ya se genera una distinción entre la verdad declarada que yo
creo alcanzar con ese saber (3) (que Hegel llama luego el objeto, o sea el objeto de ese
saber) y el saber real (1). El examen descansa sobre esa distinción.
Interesante es ver que se altera todo el saber y la verdad. Y eso sería propiamente
pasar a una nueva Gestaltung (de la Gestaltung ha hablado en (5)).Lo del Gestaltung hay
que comprenderlo en el sentido de Westphal como la unidad de un saber y de una verdad
(de un aspecto epistemológico y de uno ontológico). Y esa unidad es indisoluble, de modo
que al cambiar un elemento cambia el otro.
El punto a recordar es que la conciencia que experimenta no es dualista sino que
cree inicialmente en una adecuación perfecta entre su saber y la verdad en-sí (su criterio de
verdad que ella no se da cuenta que es solo suyo), entre (1) y (2). Ese es el punto de partida:
que usualmente creemos estar en lo cierto. De modo que aquí no se parte de la conciencia
filosófica/epistemológica que hace finas –aunque falsas- distinciones s/o. Si la conciencia
que experimenta fuese dualista quizás se aferraría a su criterio de verdad (3), al Maßstab, y
buscaría tanteando cual es el mejor saber para alcanzarlo. Eso es lo que no se da, pues la
conciencia real que experimenta lo que hace es alterar la unidad toda saber-verdad,
desarrolla una nueva visión de las cosas.
i) hacer caso omiso de eso y seguir aferrado al objeto viejo. Aquí por supuesto no hay
experiencia.
ii) uno puede aceptar que se equivocó y cambiar a una nueva idea de verdad traída de algún
lado arbitraria y externamente. Aquí sólo hay una sustitución de una verdad por otro pero
no experiencia científica, aunque quizás este proceso es lo que comúnmente llamamos
experiencia.
iii) finalmente uno puede reflexionar (umkehren) sobre sí, darse cuenta que la verdad
anterior no se sostiene y dejar brotar un nuevo objeto de esta negación. “Este nuevo objeto
es la experiencia hecha sobre el primero”.
Fíjese que los casos i) y ii) reflejan lo que pasa en los escepticismos incompletos que se
mencionan en (6). Aquí hay un momento de duda que se evade rápidamente o cuyo vacío
se llena con lo primero que se presenta. La experiencia dialéctica sería ella sí el “sich
vollbringende Skeptizismus”; sólo allí hay verdadera Bildung.
Ahora bien, ¿cómo surge un nuevo objeto y no nos quedamos en la experiencia de negar sin
más el primero? Hegel dice “el nuevo objeto es la experiencia hecha sobre el primero”.
Podemos valernos de Pinkard: el nuevo objeto surge al llenar las carencias del primero; el
nuevo objeto se elabora al darse cuenta los aspectos donde el anterior fracasó, de modo que
esos vacíos queden ahora llenos. La nueva noción de verdad es más completa, explica lo de
la anterior y los huecos que ésta dejaba. Por eso la experiencia no es escepticismo que dice:
no puedo conocer nada, sino un refinamiento progresivo de mi idea de verdad sobre la base
de lo aprendido en la experiencia.
Párrafo 15: Hegel comienza señalando que usualmente llamamos experiencia a lo que
arriba referí como ii): el nuevo objeto lo encontramos de manera causal y extrínseca. La
experiencia científica es la iii), la que surge de una Umkehrung, sólo que ahora dice que esa
Umkehrung es el Zutat del fenomenólogo. Aún cuando pase a un objeto nuevo que brote
efectivamente de la reflexión sobre el anterior, la conciencia que experimenta no se da
cuenta de ello (eso le pasa a sus espaldas), ella olvida el devenir de este objeto del anterior
y desarrolla una nueva positividad. El Zutat del fenomenólogo es mostrar este devenir y
con ello elevar la serie de las Gestaltungen a su cientificidad. Es el fenomenólogo el que
muestra la serie como estructurada según la negación determinada [de la que había hablado
en (7)]. De modo que sin este Zutat la experiencia dialéctica se detiene. Eso es prueba de
que no hay pues automatismos en este proceso de tipo iii).
[El filósofo –para hablar más generalmente- debe teorizar y conceptualizar la experiencia
humana, iluminar lo que en ella ocurre oscuramente para la conciencia real que
experimenta, sacar a la luz los prejuicios que guiaron a esta conciencia real, y que ella
vuelve y reedita una y otra vez. Por supuesto en Hegel es mucho más: es ver la continuidad
de la experiencia como un proceso lógico-racional que alcanza un punto absoluto]
[Nosotros no debemos seguir a Hegel hasta ese punto. Hegel considera que el movimiento
de la idea misma se detendrá en tanto el fenomenólogo no muestre ese devenir, pues la
conciencia natural positiviza sus resultados y detiene la experiencia y el mostrarse del
absoluto. Nosotros que ya no creemos en el Geist deberíamos decir: La experiencia real
humana es de tipo ii), pasa caóticamente de un lado a otro... pero es posible para el filósofo
reflexionar sobre ella, reconstruir un camino necesario (si bien sólo interpretativo) que
muestre la sucesión lógica de diversas concepciones racionales. Ese sería nuestro Zutat.
Con ello no tendríamos seguro un camino científico de la experiencia, pero sí buenas
interpretaciones de lo que ésta ha sido hasta ahora y quizás un criterio interior para evaluar
en su ‘verdad’ distintas formas de experiencia. Con ello no podríamos develar el porvenir,
pero si iluminar nuestro propio ser hundido en ese devenir de las formas de experiencia].
[De nuevo como en (7) yo tengo reparos. Para Hegel es obvio que la completitud solo se
asegura desde el punto de vista de nosotros, o sea desde el presupuesto metafísico de un
Geist. Yo propongo leer la cosa como que la filosofía traza retrospectiva e
interpretativamente un camino de desarrollo de la racionalidad, pero la necesidad de ese
camino ni es absoluta, ni su completitud está alguna vez asegurada]
Párrafo 16: Como en (8) el tema aquí es la meta de este movimiento en el saber absoluto, y
la Vollständigkeit de la serie.