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MIXTO
FSc- C014573
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en lengua alemana:
ECOLOGICA ......••......•.•........•.........
OA:O/cWlsche Lebemhmst.
das Leben auf dem Planeten tun kann
ESTILO DE VIDA DEL INDIVIDUO ECOLOGICO ..•.••....••....... 79
Diseño cubierta: Pre-Textos (S. G.
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17
a partir de ese momento la mirada humana ya no sólo se Si ya en los vuelos espaciales convencionales en la órbita
dirigía desde la tierra hacia el universo, sino también -con terrestre, en que el planeta no se percibía como un todo, la
ayuda tecnológica- desde el universo a la tierra. Si durante experiencia de la mirada desde el exterior había dejado una
mucho tiempo en la historia de la humanidad la tierra había intensa huella, mucho más lo hacía la mirada desde la dis-
sido el punto de partida natural de observación de las es- tancia cósmica que, en los alunizajes, era vivida incluso
trellas, ahora ella misma se convertía en el objeto de la ob- como lo esencial de la estancia en el otro cuerpo celeste:
servación. La inversión de perspectiva y la objetivación del ''Ahora sé por qué estoy aquí", declaraba uno de los astro-
planeta que ello conlleva ofrecieron a partir de entonces una nautas que aterrizó en la luna entre 1969 y 1972: "No es
nueva oportunidad de reflexionar sobre la misma vida del para ver la luna desde más cerca, sino para mirar atrás, hacia
hombre en el planeta. Se puede hablar incluso de una esté- nuestro hogar, la tierra".! A muchos les pareció tan signifi-
tica astronáutica que se originó con estas experiencias, la cativa la visión del planeta como un todo, que dicha ima-
cual, sin embargo, no caracteriza únicamente la singular per- gen quedó fijada como cliché en las tres últimas décadas
cepción de astronautas y cosmonautas, sino la de todo aquel del siglo xx.
que se acostumbra a ver su mundo y, por ende, a sí mismo, La estética astronáutica incluye otro aspecto como la per-
de ese modo, desde el exterior. cepción de la belleza del planeta, belleza en el sentido de im-
Varios son los aspectos que distinguen la nueva estética: presión sensorial y en el sentido de aquello que vale la pena
la distancia cósmica permite la percepción del planeta como apreciar: la tierra ofrece de forma manifiesta una vista que
un todo, según se hizo posible por primera vez para el hom- se apodera de los sentidos y proporciona un placer que el
bre en diciembre de 1968, con el vuelo a la luna y una vuelta individuo desearía retener; su intensidad empuja incluso a
alrededor del satélite terrestre sin alunizaje. En esa época los pragmáticos racionales, como se supone que son los as-
salir de la tierra era ya rutina: "Pero nos quedamos atóni- tronautas y cosmonautas, a una especie de poesía espacial:
tos", deda uno de los astronautas del Apolo 8 recordando "De repente emerge tras el contorno de la luna, en largos
más tarde ese memorable vuelo, "cuando nos giramos y mi- instantes de majestad ilimitada como grabados a cámara
ramos hacia la tierra."! La misma tierra aparecía como un lenta, una joya blanquiazul resplandeciente, una esfera clara,
cuerpo celeste en la oscuridad infinita del universo, un "za- frágil, azul celeste coronada por blancos velos que la en-
firo brillante sobre terciopelo negro"; verla retroceder cada vuelven lentamente. Poco a poco surge como una pequeña
vez más provocaba una "extraña sensación en el estómago".
1 Alfred Worden (Apollo 15, 1971), en: Der Heimatplanet, op. cit. Cf. Andrew
1 JamesLovell, en: Der Heimatplanet, Kevin W. Kelley (ed.) por encargo de la Chaikin, AMan on the Moon. The Voyages oi the Apollo Astronauts, Nueva York,
Asociación de Exploradores del Espacio, Frankfurt del Meno, 1989, cap. Zum Mond. 1994.
18
19
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20 21
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un tamano tan reducido como se muestran químicos oxígeno, carbono,
y que busca entender
se
ICf. Yaakov Grab, "The Use and Misuse of the Whole Earth ,en: Whole
con me-
the Earth. The Social Con-
struct10n 1990. 11\"" "'""N
Satellitenblick. Die Ikone vom blauen Planeten und
en Technik ohne Grenzen, Ingo Braun y Bernward Calder, Colonia, 1992. El concepto aparece
Meno, 1994. Der blaue Planet. Zur 7wpid"fltia""it en Barbara Ward, Earth, Nueva York, 1966. Cf., sin embargo, Kenneth
en: Zum Naturbel!riff 1994, E. The Twentieth The Great Transition, Nueva
vol. 1. York, 1964,p. 143.
23
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30 31
EL NACIMIE TO DE LA CO CIENCIA
ECOLOGICA MODER A AL IMAGINAR
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1 Ernst Haeckel, Entwickelungsgeschichte der Organismen, "actividad . Esta actividad se
1866, p. 286.
Eduard Suess, Das Antlitz der
2 1 Wilhelm Der 1912, p. 88.
}Wilhelm Ostwald, /;rlI!O'~tL(:1, 2 Jacob van Uexküll, Umwelt und lnnenwelt der Tiere, Berlín, 1909.
1909, pp, 44 ss. Rudolf Clausius, que formuló el 0"'gUUUU durch die Umwelten van Tíeren und 1934.
r>Tf'<f'nti\ unas reflexiones similares durante una conferencia en 1885 Geochemie in ausí!ewahlten Kapiteln,
1- ]VI.llen Winter, Die Ener(1ie der í!éochimie. París
1930.
36 37
bría convertido en una fuerza geológica que da forma al de las más diversas disciplinas, precisamente en el mismo
planeta guiada por la cognición, del griego voúc;-, y habría año en el que circularon por el mundo las imágenes que
formado una esfera propia, la noosfera que, perteneciendo mostraban el planeta desde la distancia lunar, con su be-
a la biosfera global, se giraría a la vez hacia ella y no la de- lleza y fragilidad. En 1971, el informe del Club de Roma
jaría igual que antes. Aun cuando esto sucediera sin cons- sobre los "límites del crecimiento" desencadenó una pri-
ciencia de las consecuencias, de hecho, la faz del planeta mera gran conmoción, sobre todo en los países más ricos
sufriría con ello una "alteración química extrema",l que se habían acostumbrado a pensar únicamente en tér-
La ecología es, sobre todo, objeto de estudio de las cien- minos de crecimiento y aumento de la producción, y a hacer
cias hasta mitad del siglo XX; en la segunda mitad del si- caso omiso de problemas como la limitación de las mate-
glo pasado, debido a los perjuicios ecológicos patentes o rias primas y la destrucción de interrelaciones ecológicas.
temidos, se convierte también en objeto de un compromi- En 1973 Ame Naess desarrolló el concepto de la "eco-
so político y en la preocupación de los movimientos en de- logía profunda" (Deep Ecology), y abandonó su cátedra de
fensa del medio ambiente. El comienzo lo marca en 1962 un Filosofía en Oslo en 1969 para dedicarse por entero, en teo-
libro de Rachel Carson en el que se denunció la destruc- ría y práctica, a la fundación y la realización de una ecolo-
ción ecológica provocada por el uso de productos quími- gía que comprendiera un entendimiento distinto del sujeto
cos nocivos,2 lo que propició la aparición de las primeras y un cambio trascendental en las estructuras de pensa-
organizaciones ecologistas en Estados Unidos para opo- miento.! Este concepto
, de la ecología profunda marcará toda
nerse a la contamina'ción del suelo con productos quími- la discusión internacional sobre el tema. No menos rele-
cos, a la del agua y del aire y sus muy peligrosas conse- vante es el caso de los trabajos llevados a cabo por James
cuencias para hombres, animales y plantas. Una institución Lovelock a partir de 1974, realizados inicialmente junto a
que se enfrentó a los problemas ecológicos, así como a los la bióloga Lynn Margulis, sobre la hipótesis de Gaia, según
sociales y políticos de dimensiones universales, que ganó
para ello un público a nivel planetario y que tendió el puente
entre ciencia y compromiso, fue el Club de Roma, fundado 1 Arne Naess, The Shallow and the Deep. Begründung der Tiefenéikologie en:
en 1968 como organización independiente por científicos Jahrbuch Ok%gie 1997, Múnich, 1996; texto en inglés en: Inquiry 16 (1973). ídem,
Ecology, Community and Lifestyle. Outline of an Ecosophy, Cambridge, 1989. David
Rothenberg, Is it painful to think? Conversations wíth Ame Naess, Minneapolis,
1 ídem, Einige Worte über die Noosphiire (1944), en: Biologie in der Schule, 1993. Cf. Bill Devall, Die tiefenokologische Bewegung, en: Dieter Birnbacher (ed.),
Berlín, 21 (1972), p. 227. Para la acuñación del concepto de "noosfera", Vernadski Okophi/osophie, Stuttgart, 1997; texto en inglés en: Natural Resources Jouma/20
remite a Teilhard de Chardin y Edouard Le Roy. (1980). Bill Devall y George Sessions, Deep Ec%gy. Living as If Nature Mattered,
2 Rache! Carson, Der stumme Frühling (Boston, 1962), Múnich, 1968. Layton, 1985.
38 39
la como un
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44 45
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mismo en mayor medida para la naturaleza creadora y relacionarlo con
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a y molecular, de modo que ya que explora las es-
en el momento de su creación naturaleza a merced
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1997. Helmut Tihzer, Einführuml in die Um-
51
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52 53
la utilización de la naturaleza, que es usada y a la vez trans- 1. Ambivalencia de los efectos: Lo que no sólo significa-
formada a gran escala. A diferencia de la técnica, que fun- que el empleo de la técnica traiga consigo consecuen-
ciona de forma mecánica, la tecnología es, además, el cias útiles o problemáticas, sino que justo la aplicación
desarrollo hacia el proceso "inteligente", que se controla a útil de una técnica a partir de un punto determinado
sí mismo por medio de complejos acoplamientos retroac- puede acarrear consecuencias problemáticas, de modo
tivos y desarrolla aún más una vida independiente; en gran que paradójicamente el peligro de la técnica se en-
parte se puede renunciar a la participación del hombre. No cuentra "más en el éxito que en el fracaso".
obstante, es la inteligencia y la creatividad de los individuos 2. Obligatoriedad de la aplicación: Habitualmente quiere
las que realmente hacen posible la representación y la pro- decir disponer de un poder y no tener que ejercerlo
gramación de estos procesos. La tecnología crece, como la de forma necesaria. Sólo en el caso de la técnica, según
técnica, a partir del hombre, si bien transmite la impresión toda experiencia, la simple capacidad de disposición
de automaticidad y esencialidad propias. Y cualquier tra- parece tener obligatoriamente como consecuencia su
bajo en una obra técnica o tecnológica, cualquier relación aplicación; la "caritativa separación" (acto-potencia-
con ello, es a la vez un trabajo del sujeto en sí mismo, según diferencia) entre disposición y aplicación, por los mo-
el principio fabricando fabricamur: de esta manera el su- tivos que sea, no se mantiene.
jeto crea y se transforma a sí mismo, la técnica subjetiva y 3. Dimensiones globales en espacio y tiempo: Cada apli-
objetiva están estrechamente ligadas entre sí; la produc- cación técnica se transforma de repente en "grande",
ción y el uso de técnica y tecnología son formas de la autoa- simplemente ya por el hecho de poder ser usada por
propiación y de la apropiación del mundo a través de las
un grandísimo número de personas. La técnica, pero
cuales el sujeto intenta llevar a cabo una vida plena o bien
sobre todo su efecto, tiene difusión espacial en todo
no alcanza esa vida plena.
el planeta e influye sobre las condiciones de vida de
Puesta en la obra del hombre, la técnica y la tecnología
las generaciones futuras como consecuencia desfavo-
objetiva, con su inherente dinámica propia, sin duda se han
rable en el tiempo; en razón de ventajas momentá-
convertido en la época moderna en un poder histórico de
neas a corto plazo, se aceptan consecuencias de gran
primer grado que estimula y a la vez amenaza la vida plena.
alcance a largo plazo.
Cinco problemas, formulados por Hans Jonas con gran cla-
4. Ruptura del antropocentrismo: El alcance de la técnica
ridad,l han revelado además consecuencias inescrutables:
no sólo tiene consecuencias para el propio hombre,
1 Hans lonas, Warum die Technik ein Gegenstand fUr die Ethik ist: Fünf Gründe,
más bien el "exceso de poder" que le otorga amenaza
en: Hans Lenk y Günter Ropohl (ed.), Technik und Ethík, Stuttgart, 1987. toda la biosfera del planeta, que al ser dañada, ame-
54 55
existe y
5. Planteamiento de la Con ción creaclón de la vida, y ser ,UL~au
al herramienta arte de vivir.
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por qué.
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I Kurt Technologische Zivilísation und Frank-
furt del Meno, 1994, pp. 19 s.
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5. Alta intensidad ya
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72 73
de forma que nunca consideres las interrelaciones halladas tión; toda provocación de sufrimiento, que parece inevita-
sólo como medio para conseguir fines propios, sino tam- ble, puede mantenerse en esa medida que la plausibilidad
bién como fin en sí mismas. Sólo aSÍ, según la forma de re- puede reclamar para sí. También la postura biocéntrica de-
lacionarse entre individuos, es posible quebrantar el egoísmo pende de la medida justa, pues si fuera seguida de forma
idiota y estrecho de miras que no asume que arruina las consecuente, apenas sería compatible con la vida humana:
bases de las que él mismo vive; lo sustituye, si acaso, un ésta no podría permitir una alimentación exclusivamente
egoísmo cuya variante inteligente y previsora en forma de vegetariana, la lucha contra agentes patógenos significaría
antropocentrismo ilustrado tiene en perspectiva la firme también una dudosa destrucción de la vida, e incluso al mos-
conservación de las bases de la existencia humana y cuya quito tendría que dirigírsele una mirada comprensiva tras
preocupación supera al propio individuo a tal punto que su picadura. La medida justa se encuentra entre la posición
también se puede prescindir aquÍ del término "egoísmo". que valora "la vida" por encima de la existencia del hom-
bre,l y la posición contraria, que supuestamente desprecia
Ya que probablemente apenas habrá soluciones "abso-
por completo formas de vida "inferiores". La estimación de
lutas" para los problemas ecológicos, y muchos de estos pro-
la medida justa desde una perspectiva holística deriva a su
blemas no tienen su origen en las intervenciones humanas,
vez de la postura antropocéntrica de observar hasta qué
sino en el alcance de las mismas, la inteligencia ecológica
punto los cambios antropogénicos pueden repercutir en la
debe tratar de encontrar la medida ideal, inevitablemente
propia existencia humana.
relacionada con el sujeto humano y que ha sido establecida
El buen criterio de la medida justa preserva al sujeto del
según la escala de la consecuencias que hay que calcular:
arte de vivir tanto de la ignorancia ante problemas ecoló-
¿qué intervención en las interrelaciones existentes es justi-
gicos como del activismo ciego que, motivado por actua-
ficable desde la perspectiva de las posibles repercusiones
ciones precipitadas, puede resultar tan problemático como
sobre la propia existencia humana, en qué condiciones y la propia inobservancia de los problemas. La orientación
hasta qué punto? Con respecto a esta misma postura an- en la medida justa impide un modo de actuación con con-
tropocéntrica, debe encontrarse la justa medida entre el ex- secuencias incalculables a más largo plazo, si bien todavía
ceso de supervaloración y el defecto de infravaloración del pueden apreciarse en el presente, como es el caso, por ejem-
papel del hombre en las interrelaciones ecológicas. Por lo
que respecta a la visión pato céntrica, la medida justa se en-
J Así en Pau! W. Taylor, Respect for Nature. A theory of environmental ethics,
cuentra entre el exceso de una compasión universal, que Princeton (N.n, 1986, p. 115. Cf. ídem, Die Ethik der Achtung gegenüber der Natur,
seguramente apenas es practicable, y un defecto de una fría en: Ange!ika Krebs (ed.), Naturethik, Frankfurt del Meno, 1997; texto en
impasibilidad ante la experiencia de sufrimiento en cues- Environmental Ethics 3 (1981).
74 75
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de concepción
en de un com-
portamiento sumamente Por otra parte, me-
justa no de forma
más bien
eLU1~la:i aiJU1.HH
comenzar a
en la en el yo
estilo de vida, a en
tricos a partir de ese e intentar una
Plastíkbiiume?, en: Dieter Birnbacher 1 ef. sobre esta manera de proceder, véase Hans Julius Schneider, Ethisches
Stlltt(Yart. 1980, p. 35; texto en en: ídem, When Ar(Yumentieren, en: Heiner Hastedt & Ekkehard Martens Ethik , Reinbek,
Values 1976. TntPar~f("¡): p. 46.
76 77
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arte y
con-
sí
3.
se en mucho
del entorno de su ambiente" y en
2. de sen-
me- em-
la a
82
largas transporte y formación de nicas al uso rp<onplrl1
es el
4. mente con cosas y
sumo se asume su UC"ha"
enmu- UC11v<1UV no
casos. LOS naoltos a un car un estilo del uso; pn~CIs,arle
ecológico mucho poderes los elementos de mercado se ocupan
anónimos. Por eso se comprobar las más bien del que el
IvUJll.J¡;;.IvUI\;;H\,!<lil ecológicas por en
se entra en con-
antemano en
caracte-
lOS camolOS son neCf'~;:JrlO a
ser conscientes
en
una forma pensar y actuar consumista y ,;",01"n'''''''
y comportamientos
En un aSDecto el estilo de eco-
la se na-
5.
una nueva atenclOn a
LOIlooer lo '"~ . . ,~'-v
en el y ser consciente de sus
no deja igual al
al monádico moderno, sino lo y
definición en un momento
como en
recursos y [JI UUULlU a
84 85
elconoclml
en sí
sí la en su y su
en motor ese reciclado lo cíclico peligro suceden dentro del
en concepción del de la que no en el como
Dor el rayo de seres a,.,U,lu.Vé>.
7.
se encuentran ldlllUl<:::ll
a crearse una
arte a una hi-
estar
H'-'-',",CW•.l'e<'-'\__> en el en atento a actúan en el y de qué
de mantener to- modo, y entre un exceso,
un de ese que
olvido es el de
UllC1l;;l1Ovlá, se concentra en ~ el
de y, con larga, es
la vida.
'-~a,u atenta y cuidadosa del con el
propio la elet cuervo un com- 1 Rachel Carson, Der stumme Frühlin9', op. cit., p. 28.
86 87
no respirado a muerte a favor de un dejar hacer, al
pida."l El sujeto muestra un com-
9. El estilo vida sereno a la ecología
frute de la vida, como ala
de los sentidos.
gunos remansos de
él mismo, no
para
\-illuau precisamente
bitante, tanto en
asu vez,
la preocupación
disfrute.
10. el estilo de vida \-WIV~H.M
serenidad, que es un arte
y
89
no eXIStirían estos si no se
sen de en el momento oportuno, a menudo
se
LA CASA E QUE VIVI OS
90
como IHUll..-a.
se
de el I..-VHVI..-lll Clen-
a
es Dara
93
<le lOS la CO- ante
':>151Ul11..-a, el uso
y \..<HI"i1l':U en "colocar bajo el una casa
una C;lC\..\..iVH consumo uso de Que se convil"rtl" en
se por a
l!<t\";.lV.ll U0(:t1..lUV UC;UlC;;:' iluminación
y
el consumo en C<llC;l<l\...\... lVH <l1;:'l<lllUV en la cara
con materiales como la lana oveja, el uso acuvo <le la ener-
el v ventanas con en termosolar
se
es y
que el agua y calefac-
la de '-LV1.H.l\...
ción. la
con
ser
combustión carbón y menos, la se ob- dulos es aplicar
del natu-
es etlClente en se tomaron en con-
es neutra en de el se en com- en siglo
se a extraer del y no nI avances
en
son alternatlvas atractivas: la U\..\..<lU<l;:' SI no se
eólica, y sus de en
la a la
95
VUdUV;:"no consumo
agua es ho-
gares. casa se puede conseguir un uso en lugar
de un consumo
en es la potable y sanita-
en verano se ria, como la sanitaria un colec-
con el de tor a!:ma lluvia. otro es la callaaa
reservas de a
mente
pueden en el agua y conta-
sus-
tancias y materiales, con todas las
una
a aquellos viven
el se en el de
agua se consume y en
amenaza con el
96 97
nos la y ron cu."u,-,,,, y con "",HU<:-,' que
casa son el consumo ae recursos y
en su vida y la ener- mente "t"\rr\"fT,cHlI ....
se nfT.D'7r"'l""""
se específicamente
no se el ae aumentos en
pudo ese modo contra un poder mercado distancias, que tanta y contaminantes cuesta.
y 1~ pvtpr1A1'" rAn'l:~íPT"\
consumo carne,
muchos un exceso como el y
alHllldlC;:; en carne.
los vida co- Sin es cosa del tomar su
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't'Mt-.c.\ .... :"""'P
l-UneClliUa con la extenor Get mun-
no en que
de
en
lH"-iUI;; mentIClOs y son son ae tanto
el los como las del en del
mentas a una I<~l'd
La
de
y HlmeraleS. ;:,uSlanClas que mcmso en
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entran a su yez se dUdUIC, se
tenta con productos a partir fibra celulosa, pero mucha
98 99
rentemente como el <11l:JVUVll, no
ae sean el
rociadas con como el DDT, estas
otras
y
1..1'--111<10, en el sector en su las
de
el el me-
101
100
o
o
a esa
embargo, estructuras básicas la
favorecer o impedir experiencia urbanidad.
estrecha ( «Berliner
ar-
105
grado. Las apremiantes cuestiones de tráfico van acompa- nunca se trata sólo de espacio privado, sino también de es-
ñadas de la amplia fluctuación de la vida en la ciudad: ¿qué pacio público, que hace más por la ciudad que la suma de
vías se le deben abrir, qué espacios se deben ganar? ¿Qué los mundos privados. En primer lugar, la ciudad se experi-
medios de transporte deben estar disponibles, con qué tipo menta a sí misma en las estructuras espaciales; con su divi-
de energía deben ser impulsados, con qué consecuencias sión se determinan las condiciones y posibilidades de la vida
para el aire que todos tenemos que respirar? ciudadana. Con ello tienen que equilibrarse los intereses
A la vista de la magnitud de los problemas, el papel del ecológicos y económicos, que establecerse prioridades po-
individuo aislado parece insignificante. y sin embargo, es líticas, como sucede con los planes de utilización y urbani-
el individuo quien puede interesarse por las condiciones y zación del suelo, cuyo proyecto de ejecución prevé además
posibilidades de la vida en la ciudad y, ya con este interés, una "participación ciudadana", por la que cada uno puede
participar en la creación de la vida ciudadana. Por lo demás, articular sus intereses e ideas, su conocimiento de los pro-
con su simple presencia, con su comportamiento en gene- blemas in situ y sus experiencias en relación con ellos. Con
ral contribuye a esa vida. Con su elección política y quizá estructuración del espacio de la ciudad se establece con-
con su compromiso en grupos de interés, él mismo influye juntamente el trazado de las calles, la situación de la super-
en la política de la ciudad y con ello también en el proyecto ficie urbanizable, la disposición de plazas y parques, la
ecológico de ésta, que tiene como objetivo la "sostenibili- utilización y configuración de los espacios concretos, la pro-
dad': señalada como conveniente por la conferencia de las porción entre superficies construidas y superficies verdes.
ciudades del mundo en 1996 en Estambul (Habitat II). Pre- Desde un punto de vista ecológico, parece tener sentido no
cisamente por la concentración y la fluctuación que la ca- permitir que surjan barrios puramente residenciales, de tra-
racterizan, a la ciudad le corresponde un papel clave en toda bajo o comerciales, así como dejar que se concentre la ur-
la reestructuración ecológica: en ella se demuestra si es po- banización en las superficies adecuadas, puesto que de esto
sible o imposible y en ella es donde más se percibe su ne- depende la demanda de tráfico: utilidades que se encuen-
cesidad, por ejemplo con respecto a la contaminación del tran cercanas entre sí reducen el tráfico individual motori-
aire, que a principios del siglo XXI en megalópolis como El zado, una mayor concentración aprovecha mejor el sistema
Cairo, Calcuta, Hong Kong, Yakarta, Kuala Lumpur, Mé- público de autobuses y trenes.
xico Distrito Federal, Río de Janeiro o Buenos Aires parece El problema estructural que más salta a la vista y con el
que ha alcanzado su cota máxima. que tiene que luchar cada ciudad es, de hecho, el problema
La estructuración del espacio es básica para la "recons- del tráfico. La política de tráfico de la ciudad puede estruc-
trucción ecológica de la ciudad': según la cual en la ciudad turar de forma previa las posibilidades que tienen los indi-
lO6 107
viduos moverse en y tico. tecnologías ecológicas olvi-
de vías, con- dar este problema la para
creta sí momento el como y su tr~F.' ",p "';..,.,:1 pvtt',-",,,"n,
estar
veces mas alto en alltOmOVlles o .... lULl<lLl) por su la clUdad al amena-
nuestro al contribuir zante climático con cantidad de
nosotros a como los atascos y conta-
mas.
no
a se meta es ampliar el uso y la energía
no sólo como del sol, modo nacer una en
ener-
a lOS alIerentes usos ae la calle: se de
y y ampli~ zona el la
venta y cafeterías con solar y fotovoltaica. Junto al
en crean un entorno en el
se
a
con el
a se VUJ.vu",-u
trayectos en la del
Winter,Die
1993, p. 31. Vittorio lVH1lSH.'LV
de la "durabilidad" y por "otra moderna" así entendida, Die Moder-
zu Stadt, Architektur und Berlín, 1995. ef.
otro estructural de la en Die Evolutíon der solaren Architektur, de Sir Nor-
consustancial al del tráfico, es el abastecimiento man Foster, Múnich/Nueva York, 1996.
108 109
en del un SIstema de
viento, y lIado. Sin embargo, propios habitantes no
de ae:ua, el sellado h nronnrrión
mate-
costes
inversión se a largo con el ahorro en en su
tos ,como a encontrarse en la ca-
fósiles,
se cuer- en
pos en la sociedad
recibe
agua, y
el
en
contar con escasez de espacio y con los módulos se con-
eso es evadlble en el (que por su parte vez se
divide en intervalos cortos,
U\"'l.t~ y
hasta entrada la
que sí UU"LUV.
10
no en modo al-
su
intereses o comunidades preCIOS mas altos
esa UH'-''''L, cuya hace el aumento
y no la rentabilidad a discreción,
de
re-
o el mIJO, ae las
térmica y se con no toma en
madera, paja y en plantas de aemostraao ser ':Ul'UllU
y térmica, como con el aprovechamiento es- manera su
l:'.'Uil\.-U':' y desechos en .tu,,"c.:ua. bosque no son
Estado, sino
cada
112 13
en exceso.
LA SOCIEDAD DE LA QUE
SOMOS CIUDADANOS
C!c;lI..-IVUC,) a
114
el y
con al y la región se con-
terlCl()n, no es
lUUalC:;:' lo todo, sino
a.pu'-a.ua.;:, a
la
en el se
~'-5Hl1<V a
en y la
17
central las y normas po-
y
por vez en en se . . . r'>Ar·n
y se en una sólo un grupo
entre tantos
""..,uu"ves con un
una UHUF,\.'U
en
tener
reses y en del:enmllla(10s
ra esas lo sociedad le
tar
reconoce ualmente son
y no se ya una
sus a
unlcalm,en1te una .uH'L~V no
de poder
ver con entre y eco-
la L.UlVg,lL.d es
individuos son un de
djJUL~ bastante
a causa
socaven
de vivir.
y los
..... ...""""' .."r>
Ernst Ulrich von Weizsacker Umweltstandort Deutschland, Anm~e
gegen die 'hantasie/osúzkeit, Berlín, 1994. Reinhard Loske al., Zu- no un eco-
Deutschland. Ein einer Entwick- HVHU\..V. La correa transmisión
Basel, 1996. Umweltbundesamt, Ministerio de Medio Ambiente
es el COJm¡:)orta<~n
A"liprhnftp>1 umwelt¡rerechten Entwick-
Welt, Frank-
furt del Meno, 2008. los
118 119
a su vez, en un mer- se
SI a
se trata sociedad y ma-
nera,
se lUllllUUill eu el aeoale SODre una
no nuevo en poder ac-
en
con
puede ser siempre no las
'\nf'lnf'll,f'1c ,'11'1" cr.lf'l (OP nf'lrlr,,,, rom-
como
co- no que una importancia para
rarse SI
blico se se t>vru't>C' este
su y realIzan una
en lOS a
Cuanto más plausibles sean argumentos, más
w.v,/"U'~ y un
aHl<;'LUd~ o
rncl y
m~ a~
120 121
y (efecto
cas y no a recaer en la lllUlll...1.
Otra posibilidad de acerca
precios,
de muchos productos no dicen "verdad
acerca las Que
el transporte yel consumo y
con
y caCla uno de la no sólo por del producto nacional
bruto, con de un
se ha dado por y de
este se en una
tar se
puntos del
normas
económico" de modo todos
la cues-
los años,
tionable en
y rurura . .t,ste menestar
tar que
con los costes un
su aumento y por un
por sí lo se por
induce a productores y a consumidores a llevar a un
una
122 123
una amenazantes costes el cam-
a"luau de rege- de los propios el poten-
J:'u",~a de am- cial de
esta forma de trans- institutos y Y, tam-
el Dorel bién en
se basa en el
L'-H.lUl'- ll1V'-'IClV
peCClOnar
la que no recursos y res- tes ("Auditoría sus relaciones
no pueden ser vulnerados sin públicas este modo, en
nueva orientación depende
a
125
en el con la eleCClOn ae su
XXI con una ~U<l elmon- 1l~UI de transporte usar
taje en de '-al,~U antemano
coste
'-UllUJU':'UUK,
ción ya si es una
el con
cuyos prototipos probándose en Alema-
nuevo nia 1
en el a XXI.
no
L<l'-lVH\;:':' den
sobre a nivel proyecto y se CnArT<l en
126 127
aCClueme meGIante SU uso son
en con el
y libre otrec~n mayor Un sigue siendo,
la
innovación son las con las libre Por eso,
y ~,+ en el uso no
con
consumo
vapor por
motores se
ae con-
en la combustión de petróleo, es sumo en el sector la y
en el propio país,
re-
como mente ae ener-
una u otra sino la v~.w
un
y, este fin específico.
el
basada en hidrógeno las
nes-
I Carl-Jochen Winter, Die der
1995, pp, 89 s, Véase ídem y Joachim Nitsch (ed,), Wa"pl,·,tf),tt
Bre:nn:,tojfzellen, Oberkramer, 2006.
1965. Véase también el mismo & John O'Mara Bockris, Wasserstm die
alle Zeíten, Múnich, 1980.
129
la y
con él se en la
J.V"uc;".
!".lUUruc;"con nene
ser
como la
cuenta de
el
el <lUl<>1l1U
tes
133
se Dasa en
CGLHu.au. una ':>V\"ll"u.au.
rece estar en con la
134 135
en
sus con la 50- realizarse estuerzos VOlver a
establecidas en de- controlar el de carbono en
"".,...-,r'H' y el ser almacenado a escala
La\.,UUl\.. acometer esto
a
en hidrógeno se a originando Por ello,
en la era solar mantener baja
demanda de es muy sensato
..... "''-''VH de
de reCJ~alón
repoblación
en las y
cerse cargo
La ;,.'l'-'UU''-'-J.vu
ses en
puede practicarse a escala en
la
ser
un nuevo ho-
1 rngo in der Sahara, Stutt-
I Heinrich Steeb y Hassan Aba Oud HYSOLAR. German"Saudi Pro- gart, 1994 Bionik und Evolutionstechnick f Taller de biónica y técnica
gram on Solar Hydrogen Production and Utílization, Stuttgart, 1996. evolutiva, voL
136 137
pero que no
'/J.'-'<,"'-''',
dad en una y
mumples razones a man- a una
nue- A esta
vas a tam- cada individuo y su arte
bién a arte
y
plldUU a
2. por una en su cosmopolita, que en ser un
4. en la en
y
y eXOtlca aIverSlGaa de y
5. existenciales, Clue una muerte
as-
cambio
en
138 139
una la vez aumenta como es el caso
neta y
ua.uua.ude nacer en un
a uno u otro lado.
es un
XXC'I
La un nuevo arte
su en esto: en
estructuras y ae coneXlOnes
que una el
1 Yehezkel Dror, Ist die frde noch Ein Berícht an den Club
1995.
140 141
y para los a la hora de una existencia
su
arte
en
que no segmr acep-
vu~ye centenarios. Corría el año 1998 cuando
JV'~.-ua," no a una secuoya en y no volvió a abandonarla. Desde
la copa del donde se su vivienda a ochenta metros de disfru-
puede ae~
taba de una vista fantástica del océano Pacífico. El tenía entonces 2.000
lidad años, en día está aún en y es destino de numerosas
norarla. forma, un arte no s610 que se conservase este árbol y todos los
cuoyas sino que, sin creó a la vez el modelo de una nueva forma
de vida que se extendió a lo largo del tercer milenio: la vida
en los árboles. Se autodenominó
y llevada por el como una El movimiento al que
necía se llamaba Earth conocido por su actuación a favor de la conserva-
ción de todo de vida en la cuando ésta era aún el único planeta
puede amenazar su se le habitado por seres humanos.
en el Extraído de un programa electrónico de historia de
cia. Sólo a la del tercer milenio. Palabra clave: "árbol"
142
<U"'IJUU hondo el fresco y
haya, un
el ser acusa-
145
se sus-
yen la
Sencillamente, 2X no Jugar a
es un término
un
su que Que cada
También su automóvil,
la
sobre el es difícil
desde a tanta distancia sin
hidrógeno en intentar '-ll',\.-HU'-"
\.-U.',llL'''', en se agua el no
obtenido del
del
sus l'Clc1\..lVUC;;:'
en bosque mixto o satisfacer
y a través dad es el terreno, en a
146 147
tes a perder el contacto con otros seres va V\.,.Q...:HV11all,l,l\.,..LH.. \'"
su
en
se ~
A veces
tanta
el término "Atlántida"
una
mar. J.UICLllu.a, en
el transcurso de un tormentoso nrnrpc se
148 149
desapareció completamente en ma- terminaciones de los ADN, son
mar del mucho este
enterraron su
en el ter-
cer nulemo es de prolongar a Sócrates esto parezca bien
vida a en los últimos del segundo es que no existe absoluta, e
nio los en en el estas
150 151
su opinión, la es
un dad. estas
a al traste el beneficio obtenido en el
vival, en literal, y se encuentra únicamente
el
se aemcan a
a veces
su
VH-''-'Á'VU',",,, interesantes
a
pero en este as-
en con
no ,;pcnrp(,u\ SI, a
también controlan un que con sus
otros nomDres y en al munao. bso se 10 va a el
rrar y va a dar a su concreta. en ramHla SOlO se
su momento no universitarios cul-
se lentamente; no turas y Que SUDone una "prrl",rlpr",
su muerte como en el
otros hay disponibles
un
con como tantos otros en el tercer
amor, la no ha
se en estas lo asom-
un y
una
""¿:::)C'A l<:lrar\
una
152
153
a su sexo,
el sexo es una ele-
U'-JlUU'-L, UHLC'''-U.AUJ.V o muchos eligen la vado por del del suelo): poco
lU'CU'-'ldl1 en sí HU':>H1V':> no
y sin embargo, durante el amor corporal,
UHCdU, o sea, una amor.
en tamente a
y encuentros entre seres arCalca- m-
mente Ull'-'l'Clll'C amenazante
en un
un U¡V0VJ.V
Montaigne, una que se corres- hay
exactamente con
en el estanaar ae sus un ser
del modo este Montaigne cierta vez había su no se
155
una otras en que, bien, brillaba con un
en
de ya vez fue mi hogar". no lo ",n1~r no
en
otra nueva.
novedad la vida en el tercer es la
en su
~ ..."~,._ se en de crono-
mucho
con
en el firmamento; una sólo se acerca
156 157
sus un tomar en
ese azar, con un
a retorno enton-
en la estas
no conoce se
~o esta una vez a tantos nombres a
contra que las la ar- correctamente
tes aue
a
en ese
"e2:reso entre su
a
no en la
estar en Marte y a los (lo
un amaa
sumo. no se ha un y
la sociedad la no '-LC~.H los asuntos mternos intlmos de mo-
es en quelos
158 159
y
se aterra a la enten-
comas una
~a ron y, con el
una
eso le
amor a la a la trivialidad, no suavemente y
no se trata el es la
ante con una
y
nan ante y
y al
con lo
el
una vez en su
tercero.
alo
el a del HlHCWU,
rece en
es no. con-
atreverse a es un arte
160 161