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REFLEXOLA 97

EBT
24-06-2023

CARTA A LOS RESIDENTES DE SEGUNDO AÑO DE PSIQUIATRÍA DE LA U. L.

Queridos residentes:
Cuatro sucesos ocurrieron ayer: la discusión en la mañana acerca de la película EL PADRE, con la
destacada actuación del actor inglés; nuestro encuentro en horas de la tarde para el seminario en el
que me vi en calzas prietas para explicar a ustedes “qué hace Lacan” con “el Edipo freudiano”; la
presentación de un caso justo cuando pedí si había entendimiento acerca de lo explicado por mí con
similar dificultad a la manifestada por algunos de ustedes (incluyendo el silencio de otros); y por
último el envío, por el WhatsApp, del chiste que revela el caso de la “trompeta que da la hora”.

Entre 10:30 de la mañana y casi 4 de la tarde ocurrieron los cuatro sucesos. Y hoy, horas después,
de madrugada, el afán de escribir me impide seguir mi sueño de descanso, y aquí estoy, enviándoles
estas líneas. Yo, su profesor: quinto suceso entonces.

La discusión sobre la película ha sido, a mi parecer, una de las más productivas de esta maravillosa
experiencia que ha sido el Uso didáctico del cine en la formación de residentes de psiquiatría. EL
PADRE: película que no nos presenta a un padre descrito por otro, sino podríamos decir, la propia
vivencia de quien es tomado por la retrogénesis (aporte de nuestro querido Luis Fernando) y nos
revela de tal modo su experiencia que nada en nosotros puede permanecer en calma bien sea porque
para algunos evoca la realidad de familiares muy queridos, o el destino indeseable de sus padres
cuando no el destino propio de nosotros en tanto que mortales sometidos a una transición que todos
desearíamos fuese lo más corta posible y lo menos indolora… y retrogenésica.

En la tarde, mi insistencia en señalar que el Padre no es el mismo en Freud que en Lacan, así como
el tiempo de este no es equivalente al tiempo de aquel: que Lacan apela al espermatozoide y al
padre de la madre como aquellos que definen otra idea acerca del Edipo, situándolo en el orden de
una estructura y no como resultado de un desarrollo, de una psicogénesis. La lingüística, la
antropología moderna, la lógica de conjuntos, etc. contribuirían a precisas los términos en que dos
metáforas, la materna y la paterna, reemplazarían en tanto que función la individualidad de los
genitores para evolucionar después a los significantes S 1 y S2… Edipo y castración en Lacan
fundan lo que él llamará sujeto tachado ($).

¿Me hago entender? Les pregunté: quienes contestaron dijeron que no. Aquí viene, entonces, el
tercer suceso: la presentación espontánea de un caso conocido en el Centro de Salud del Barrio
Obrero (“del Obrero” lo llaman). Alejandra, quien ha manifestado no haber entendido nada de mi
explicación acerca “del Edipo en Lacan”, lo presenta…
Se trata de un chico de 13 años, llevado por su madre al Centro de Salud, manifestando que de dos
años para acá presenta un comportamiento extraño consistente en hablar como si tuviera cinco años
y no los 13. Y que, además, manifiesta que si su madre llega a morir él se matará. El
comportamiento de la voz infantil es más notable en casa y no tanto en el colegio (donde reporta
buen rendimiento académico pero, a la vez, retiro progresivo del número de relaciones con sus
pares, habiéndose apartado notablemente de estos) ni en la sesión con el residente. Requerida
información a la madre acerca del padre, esta manifiesta que también de un tiempo para acá el chico
ha manifestado su deseo de compartir más tiempo con el padre…
¿No les parece maravillosa esta contradicción de quien dice no haber entendido la explicación
acerca del Edipo y la presentación de un caso que justamente revela que el entendimiento se ha
producido y lo que sucede con Alejandra no es que no entienda, sino que no sabe que sí sabe…?
Agrego: ¿qué mejor demostración de que una pregunta hecha por la residente acerca del padre de
este chico, es el efecto del entendimiento acerca de la película discutida en la mañana (EL PADRE:
Lo que sucede a un padre) y de la dispendiosa explicación del Edipo en horas de la tarde?
Cuarto suceso: la trompeta que da la hora. Es un chiste, ese otro magnifico producto del
inconsciente: el trompetista ensaya pasada la media noche y escucha un grito desde un apartamento
cercano: ¿Cállese carajo con esa trompeta, no ve que son las 3 de la mañana?”.
Quinto suceso: yo, su profesor… insomne. ¿Qué hago con esta experiencia?
Me respondo: les escribiré. Y es lo que les envío.

Consérvense así, inteligentes.

PS: me río pensando en cómo demostrar, en un Diplomado de Docencia Universitaria, que la


presentación del caso es una muestra de haber entendido la explicación dada. Y que la trompeta
opera como metáfora que celebra la ocurrencia de ese entendimiento. ¿En cuál de los miles de
cuadritos que hay que llenar en esa docencia, cabría la trompeta?
Autorizo a que compartan esta carta con quien los plazca.
Su Profesor
Eduardo Botero T.

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