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Sus formas clínicas son sintomáticas o etiológicas. Dentro de las sintomáticas, según el
"mecanismo" prevalente del delirio se distinguen formas imaginativas, interpretativas y
alucinatorias.
● 1.Psicosis imaginativas agudas. Surgen frecuentemente en una constitución
mitómana e histérica.
● 2.Psicosis interpretativas agudas. Se trata de paroxismos delirantes, únicamente
interpretativos, que se presentan fuera de la evolución crónica del delirio de
interpretación. Por lo general, se acompañan de intensas reacciones emocionales.
● 3.Psicosis abtcinatorias agudas. Son delirios en los que predominan todos los tipos
de alucinaciones (alucinaciones acusticoverbales, psicomotrices, cenestésicas o
visuales, fenómenos de influencia, síndrome de automatismo mental y de
despersonalización, etc.). Los acontecimientos delirantes (escenarios, éxtasis,
catástrofes apocalípticas, aventuras románticas, etc.) se desarrollan en una atmósfera
imaginaría y artificial. Estos estados pueden ser vividos tanto en un "clima" de
angustia como con una tonalidad de ebria exaltación, en una especie de embriaguez
fantasmagórica semejante a los efectos de los tóxicos alucinógenos.
Son psicosis caracterizadas por ideas delirantes permanentes que constituyen lo esencial del
cuadro clínico. Por ideas delirantes debe entenderse no solo las creencias y las
concepciones a través de las cuales se expresan los remas de la ficción delirante, sino
también todo el desfile de fenómenos ideoafectivos en que el delirio toma cuerpo.
Los delirios crónicos son en cierto modo más completos que las experiencias delirantes,
puesto que el delirio no es tan sólo pasivo y accidental, sino que está activamente prendido
en las relaciones permanentes que unen la persona a su mundo. Es decir que el delirio esta
incorporado a la personalidad del delirante, los delirios crónicos son en este sentido
enfermedades de la personalidad, modalidades delirantes del Yo alienado.
Los delirios crónicos sistematizados son llamados así porque están prendidos del carácter y
la construcción misma de la personalidad del delirante, se desarrollan con orden, coherencia
y claridad.
Los síntomas de este delirio son todos reductibles a una patología de las creencias, ya que
las ideas delirantes envuelven en su convicción dogmática todos los fenómenos que
forman, a través del pensamiento reflexivo del delirante, la edificación del sistema de su
mundo.
Los pasionales y de reivindicación que están caracterizados por la exaltación, por la idea
prevalente, que subordina todos los fenómenos psíquicos y todas las fundamental, el de
una convicción inamovible, también se caracteriza por su desarrollo en sector, en el sentido
de que el delirio constituye un sistema parcial que penetra como una cuña en la realidad.
Los delirios de reivindicación se tratan de sujetos con temperamento vivo y de carácter
difícil, receloso y susceptible. Son rencorosos y vengativos, a menudo apasionados
idealistas, gobernados por un superyó inflexible, son íntegros y sin compromisos
Los delirios pasionales implican el mismo núcleo afectivo (carácter paranoico y complejo
de avidez y de frustración). El delirio pasional, ya se trate de la celotipia o de erotomanía
plantea, en relación a las pasiones normales, un difícil problema de diagnóstico.
Se puede definir este tipo de delirio crónico como una psicosis delirante crónica basada en
el síndrome de automatismo mental, que constituye el núcleo, y cuya superestructura
delirante constituye una ideación sobreañadida. El sujeto afirma dogmáticamente que está
basado en percepciones irrecusables y el observador lo considera como basado
exclusivamente en percepciones sin objeto (alucinaciones). Este delirio se desarrolla
amenudo fuera de toda predisposición caracterológica o afectiva de tipo paranoico.
Esta forma de comienzo “sin incubación”, clásica y típica, no es siempre tan repentina.Una
minuciosa amnesia permite poner en evidencia una progresiva alteración del humor, de los
sentimientos o de la conciencia, una cierta mediación o prefacio delirante.
El síndrome alucinatorio del periodo de estado esta constituido por el triple automatismo: el
automatismo ideoverbal, el automatismo sensorial y sensitivo, el automatismo motor.
Las psicosis alucinatorias crónicas evolucionan bastante a menudo hacia una forma de
déficit o de disgregación. Pero en este caso los delirios de este tipo entran mas naturalmente
en el grupo de las psicosis esquizofrénicas.
La evolución de las psicosis alucinatorias, en su forma más típica, se hace por el contrario
en el sentido de una conservación de la lucidez, de las capacidades intelectuales y de la
apertura al mundo real; conservación que contrasta con el núcleo delirante y alucinatorio.
Descripción clínica:
Pensamiento paralógico.
Megalomanía (persecución)
Formas Clínicas:
Parafrenia sistemática
Parafrenia expansiva.
Parafrenia confabuladora
Parafrenia fantástica.