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El Delirio Son psicosis caracterizadas por "ideas delirantes" permanentes que constituyen
como forma de lo esencial del cuadro clínico. Por ideas delirantes debe entenderse no sólo las creen-
existencia
del Yo alienado
cias y las concepciones a través de las cuales se expresan los temas de la ílcción
o psicótico. delirante (persecución, grandezas, etc.), sino también todo el desfile de fenómenos
ideoafectivos en que el Delirio 1 toma cuerpo (intuiciones, ilusiones, interpretaciones,
alucinaciones, exaltación imaginativa y pasional, etc.). En efecto, no se podría
hablar de estas "ideas delirantes" como si se tratara de simples errores de juicio.
Los Delirios crónicos son en cierto modo más completos que las "experiencias
delirantes" que ya hemos estudiado (págs. 105 y 267), puesto que el Delirio no es
tan sólo pasivo y accidental —como una especie de sueño o de trastornos del humor
y de las percepciones a que da lugar una intoxicación, por ejemplo — , sino que está
activamente prendido en las relaciones permanentes que unen la persona a su mundo.
Es decir que el Delirio está incorporado a la personalidad del delirante, los Delirios
crónicos son en este sentido enfermedades de la personalidad, modalidades delirantes
del Yo alienado. Estos enfermos delirantes son, en efecto, los "alienados" en el senti-
do más completo del término, ya que se conducen y piensan en función de su concep-
ción delirante en vez de obedecer a la verdad y a la realidad comunes. Pero el
Delirio crónico, no sólo por la diversidad de sus temas, sino sobre todo por las moda-
lidades propias de su elaboración (trabajo delirante mediante procedimientos discur-
sivos de la construcción verbal y del pensamiento reflexivo) no es siempre igual a si
mismo. Veremos que puede sistematizarse en una especie de ficción notablemente
coherente, o, por el contrario, disgregarse en un pensamiento irreal. De tal manera
que, si en los casos más puros consiste en una especie de intelectualización abstracta
o en un sistema de creencias bien articuladas (paranoia), en otros casos, o en ciertas
fases de su evolución, estos delirios se acercan al sueño y a las experiencias deli-
rantes agudas por su aspecto caótico o fantástico. Es el caso de las psicosis esquizo-
frénicas (que estudiaremos particularmente en el capítulo siguiente) en las cuales el
autismo es secundario a una disociación psíquica. Dicho de otro modo, el conjunto
del género de los Delirios crónicos —definido por la alienación del Yo, y la trans-
formación delirante del Yo y su mundo— abarca modalidades estructurales de
especies diferentes.
1
Escribiremos esta palabra con mayúscula inicial para resaltar bien que Delirio aqui debe ser toma-
do en el sentido fuerte de la palabra alemana fVakn, y en un sentido diferente al del delirio emparentado
más o menos con el "delirium" que hemos estudiado a propósito de las "experiencias deli-
rantes".
Historia y dosificación2
2
H. Ey: "Traite des haliucinations". Masson, París, 1973, págs. 741-773 y 846-854.
3
Recordemos aquí que, para nosotros, todas las esquizofrenias entran en este grupo y que, por
consecuencia, son una especie del género de los Delirios crónico«. Pero —repitámoslo aún— no se trata
de una opinión clásica.
Como estudiaremos aparte (dedicándole un capítulo especial) el grupo de las
esquizofrenias, aquí nos limitaremos a estudiar los Delirios crónicos que se desarro-
llan sin disminuir progresivamente las capacidades de adaptación, todo lo contrario
de lo que ocurre en las psicosis esquizofrénicas.
Este carácter de evolución deficitaria ha sido siempre, en diversos grados, el cri-
terio mismo del grupo de las esquizofrenias (disociación psíquica con manifestacio-
nes autísticas) que fue considerada por Kraepelin como una entidad, la Dementia
Praecox, caracterizada por una debilitación ("Verblödung") de la vida de relación.
En efecto, no cabe la menor duda que el género de las psicosis delirantes cró-
nicas sigue en forma no natural (y no solamente artificial por efecto de medidas
"yatrógenas", como pueda ser el encarcelamiento asilar) una pendiente hacia dicha
declinación.
Pero como han demostrado E. Bleuler (1911) y más recientemente M. Bleuler
(1973), el "schizophrenische Defekt" no debe ser tomado en un sentido demasiado
deficitario del término que le aproximarla a la demencia ("Verblödung") de Kraepelin.
El estado terminal ("Endzustand"), tal como señala M. Bleuler, sin constituir una
vida demencial ni siquiera un residuo irreversible, se caracteriza por un cierre para
las relaciones intersubjetivas y una especie de deterioro que contrastan con las evo-
luciones de las psicosis delirantes crónicas sin evolución deficitaria.
Describiremos por lo tanto en primer lugar, las psicosis delirantes crónicas no
deficitarias y a continuación, las psicosis esquizofrénicas, sin perder de vista que
se trata de especies de un mismo género que puedan tener una evolución reversible y
sufrir transformaciones de una especie en otra, tal como lo ha indicado uno de noso-
tros en su "Traite des Halbicinations" {1973).
En este caso el Delirio es, como se dice a veces, "hiposténico" y menos agresivo, El Delirio
ya que el carácter que lo sostiene es menos rígido. En efecto, el carácter sensitivo de relación de
descrito por Kretschmer se acerca más al que Dupré había designado como hiperemo- Kre<schmer.
tivo. Son sujetos timidos, sensibles, a menudo ansiosos y "psicasténicos" (escrúpulos,
vacilaciones, ele.); se sienten particularmente inclinados a las luchas de conciencia, y
son sensibles a las reacciones de los demás (hiperestesia de los contactos sociales);
inhiben fuertemente sus pulsiones y están profundamente insatisfechos. Los "com-
plejos de frustración y de inferioridad" son manifiestos, puesto que no están compen-
sados o lo están poco.
Sobre este "terreno", sobre este fondo de sensibilidad fácilmente impresionable
y vulnerable, la acumulación de circunstancias penosas, la suma de fracasos o de
conflictos, la tensión engendrada por la exasperación, por las decepciones o por la
desesperación, desencadenan la psicosis. A veces, una gota de agua hace desbordar
el vaso, y es a raíz de una discusión, de un avalar o de una humillación cuando esta-
lla el Delirio. Este Delirio es un Delirio de relación (Beziehungwahn) ya que, dice
Kretschmer, es vivido como la experiencia crucial de un conflicto del Sujeto con otro
o con un grupo (cónyuge, familia, vecinos, etc.). Se trata de un Delirio de relación
"concéntrico", añade el autor, puesto que el sujeto constituye el centro de esta expe-
riencia, de este "proceso" (tan bien descrito por Kafka) que envuelve y amenaza al
mismo sujeto. Fuera de Francia se emplea mucho el término de delirio de referen-
cia para explicar el sentido de las interpretaciones delirantes, la experiencia funda-
mental vivida por estos enfermos, que es la de ser el objeto de un interés, de una indi-
cación o de una malevolencia particular, enojosa o humillante. Otra característica
de estos delirios es que las ideas y los sentimientos delirantes quedan, por decirlo asi,
"suspéndidos" del acontecimiento que constituye el centro (divulgación de una enfer-
medad, denuncia de un robo, acusación de una falta en el terreno sexual, exclusión
de una comunidad, etc.). Esta "paranoia sensitiva" se desarrolla, por lo general, con
angustia y tensión conflictiva, y las reacciones de estos enfermos son más depresivas
e hiposténicas que agresivas. El prototipo está constituido por lo que se llama también
paranoia de los gobernantes o el Delirio de persecución de las solteronas.
Características a) Las interpretaciones exógenas se refieren a los datos proporcionados por los
clínicas de las sentidos. Asi el "interpretador" percibe el sentido irónico o amenazador de un saludo,
"interpreta-
ciones". el valor profético del color de una corbata, la certidumbre de infidelidad descubierta
"Arrangeurs". — N. de! T.
en una maceta de pensamientos expuesta a la vista de un vecino, la prueba de una
conspiración revelada en la mirada de un transeúnte o en el gesto de una visita, etc.
A veces la significación es relativamente comprensible o se refiere a símbolos o a
supersticiones comunes (un fior en el ojal significa una declaración de amor, una
carroza fúnebre significa una amenaza de muerte). Pero a menudo el sentido escapa
a toda comprensión inmediata (la gorra blanca del jefe de estación significa el fin
del mundo para el mes de julio). Pero, naturalmente, es el lenguaje corriente de la
conversación, de los intercambios sociales, de la lectura, de la telegrafia sin hilos, lo
que más se presta para estas interpretaciones (alusiones, intención oculta, sobreen-
tendidos, revelaciones a través de la entonación de las metáforas y de los juegos de
palabras). Ciertos enfermos ocupan todo el tiempo en descifrar, como si se tratara
de jeroglíficos, lo que "quieren decir" las palabras de una canción, un articulo del
periódico, un discurso o un prospecto. "Me basta una sola palabra", dicen estos deli-
rantes, "para comprender toda la idea." También puede ocurrir que una simple
palabra engendre toda una fabulacion. "Al entrar, he oído llamar a Violette, lo que
quería decir que yo había querido violar a mi hija."
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Se refiere a las flores denominadas vulgarmente "pensamientos". — N. del T.
rinto de su mundo imaginario, le añade sin cesar nuevos arcanos o alveolos, persi-
guiendo sin tregua ni reposo el resplandor revelador e inicial que se aleja a cada paso,
...su sistematiza a medida que se acrecienta la oscuridad de los símbolos, de las pruebas, de las com-
clon progresiva. probaciones en cadena y de las hipótesis auxiliares. El Delirio se complica y se
condensa en un caparazón pol¡estratificado, en una especie de roca estéril donde
se aprisiona, se envisca y se solidifica la red anteriormente aracnoidea de las prime-
ras interpretaciones.
...su enqulsta- En fin en los casos más puros, ocurre que el Delirio de interpretación cristaliza,
mienlo. se enquista y se racionaliza, por así decir, en un relato o en una historia delirante que
tiende a perdurar sin enriquecerse ni elaborarse. El Delirio en este caso tiende, si ya
no a extinguirse, por lo menos a amortiguarse.
Por lo general todos estos Delirios se desarrollan insidiosamente a lo largo de
varios meses y a veces de varios años. Se fijan, "cristalizan", durante más tiempo
todavía. A veces evolucionan hacia otras formas de Delirio crónico. El pronóstico es
Reacciones por consecuencia desfavorable en la mayoría de los casos. Sin embargo, ciertas "reac-
agresivas. ciones delirantes" (paranoid reactions de los autores anglosajones) del tipo de la
"paranoia abortiva" constituyen episodios o "fogonazos" sobre un fondo de exci-
tación o de experiencias delirantes agudas, del tipo maniacodepresivo o del de las
"bouffées delirantes" (ejemplo: los delirios de persecución y de celos curables).
(Véase Tesis de P. Petit. Paris, 1937). Ello resulta mucho más raro en el síndrome
erotomaníaco, sobre todo si se trata de la forma de erotomania pura descrita por
G. de Clérambault.
* * *
Debemos señalar aquí desde el punto de vista práctico la importancia de las reac-
ciones medicolegales de estos enfermos, quienes ponen al servicio de su delirio una
agresividad a veces brutal y siempre violenta. Casi todos son perseguidos-persegui-
dores. Son muy frecuentes las reacciones escandalosas que emplean para llamar la
atención del vecindario o de la policía sobre sus derechos o sobre las persecuciones
que sufren: las quejas ante la jefatura de policía, los panfletos, los diversos medios
defensivos u ofensivos (procesos, persecuciones policiales, robos de documentos,
etcétera). Pero también pueden observarse los golpes y heridas a los perseguidores, el
incendio por venganza o el robo como represalia. Naturalmente, lo que es más de
temer es el asesinato, bien porque conscientemente los delirantes quieran desemba-
razarse o vengarse de sus enemigos, bien porque inconscientemente deseen castigarse
a sí mismos.
B . -P S IC O S IS A L U CI NATORIAS C R Ó N I C A S 7
Esta variedad de psicosis alucinatoria es agrupada aquí junto a las psicosis sistematizadas clási-
camente consideradas como no alucinatorias, sin que queramos indicar, sin embargo, que para numero-
sos autores de la escuela francesa (H. C laude, A. Ceillier, C. H. Nodet, Henri Ey) es imposible una sepa-
ración radical entre las psicosis de mecanismo interpretativo y las psicosis de mecanismo alucinatorio
de carácter noétlco-qfectivo (véase Traité des Hallucinaiions de H. Ey, 1973. págs. 801-828 y 830-834).