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CAPÍTULO VII

LAS PSICOSIS DELIRANTES


CRÓNICAS

El Delirio Son psicosis caracterizadas por "ideas delirantes" permanentes que constituyen
como forma de lo esencial del cuadro clínico. Por ideas delirantes debe entenderse no sólo las creen-
existencia
del Yo alienado
cias y las concepciones a través de las cuales se expresan los temas de la ílcción
o psicótico. delirante (persecución, grandezas, etc.), sino también todo el desfile de fenómenos
ideoafectivos en que el Delirio 1 toma cuerpo (intuiciones, ilusiones, interpretaciones,
alucinaciones, exaltación imaginativa y pasional, etc.). En efecto, no se podría
hablar de estas "ideas delirantes" como si se tratara de simples errores de juicio.
Los Delirios crónicos son en cierto modo más completos que las "experiencias
delirantes" que ya hemos estudiado (págs. 105 y 267), puesto que el Delirio no es
tan sólo pasivo y accidental —como una especie de sueño o de trastornos del humor
y de las percepciones a que da lugar una intoxicación, por ejemplo — , sino que está
activamente prendido en las relaciones permanentes que unen la persona a su mundo.
Es decir que el Delirio está incorporado a la personalidad del delirante, los Delirios
crónicos son en este sentido enfermedades de la personalidad, modalidades delirantes
del Yo alienado. Estos enfermos delirantes son, en efecto, los "alienados" en el senti-
do más completo del término, ya que se conducen y piensan en función de su concep-
ción delirante en vez de obedecer a la verdad y a la realidad comunes. Pero el
Delirio crónico, no sólo por la diversidad de sus temas, sino sobre todo por las moda-
lidades propias de su elaboración (trabajo delirante mediante procedimientos discur-
sivos de la construcción verbal y del pensamiento reflexivo) no es siempre igual a si
mismo. Veremos que puede sistematizarse en una especie de ficción notablemente
coherente, o, por el contrario, disgregarse en un pensamiento irreal. De tal manera
que, si en los casos más puros consiste en una especie de intelectualización abstracta
o en un sistema de creencias bien articuladas (paranoia), en otros casos, o en ciertas
fases de su evolución, estos delirios se acercan al sueño y a las experiencias deli-
rantes agudas por su aspecto caótico o fantástico. Es el caso de las psicosis esquizo-
frénicas (que estudiaremos particularmente en el capítulo siguiente) en las cuales el
autismo es secundario a una disociación psíquica. Dicho de otro modo, el conjunto
del género de los Delirios crónicos —definido por la alienación del Yo, y la trans-
formación delirante del Yo y su mundo— abarca modalidades estructurales de
especies diferentes.
1
Escribiremos esta palabra con mayúscula inicial para resaltar bien que Delirio aqui debe ser toma-
do en el sentido fuerte de la palabra alemana fVakn, y en un sentido diferente al del delirio emparentado
más o menos con el "delirium" que hemos estudiado a propósito de las "experiencias deli-
rantes".
Historia y dosificación2

Estos Delirantes, perseguidos, megalómanos, místicos, etc., cuyo Delirio mani-


fiesta una profunda modificación y una especie de inversión de los valores de la
realidad, son tanto más "sorprendentes" cuanto que se trata de personalidades "por
otra parte" bien adaptadas a la realidad. Bajo esta forma de "locura parcial" fueron De las
estudiados en primer lugar por Esquirol con el nombre de Monomanías. Y durante Monomanías.,
toda la primera mitad del siglo xix, se han dedicado a describir la evolución de su
sistema ideico o ideoafectivo (ideas delirantes sistemáticas o fijas, de persecución o de
grandezas, alucinaciones psicosensoriales, alucinaciones psíquicas, etc.). En esta
época, su Delirio se ha circunscrito, suponiéndolo basado en ciertos fenómenos ele- ... al Delirio
mentales (alucinaciones, ilusiones de los sentidos, pasión) o en ciertas disposiciones crónico
progresivo...
caracteriales originales (paranoia original de los autores alemanes).
Pero muchos clínicos (Griesinger y J. P. Falret, especialmente) habían recusado
la simplicidad, la "pureza" o el carácter parcial de estos delirios. Mostraban que,
bajo esta apariencia, es toda la personalidad del Delirante la. que está perturbada.
Así es cómo, con Laségue, Falret y Magnan, se describió en esta época el famoso ...y a las formas
"Delirio crónico de persecución" como un tipo de psicosis progresiva. La misma paranoicas de ¡a
Demencia
evolución de este Delirio (fase de inquietud y de interpretación, fase alucinatoria, fase precoz.
megalomaníaca, fase demencial) mostraba suficientemente a los ojos del clínico
(Magnan) que se trataba de una afección que desorganizaba profundamente el ser
psíquico. Por ello, en la nosografía de Kraepelin, y más tarde en los trabajos de
Bleuler, la mayoría de estos Delirios han entrado en las "formas paranoides" de la
demencia precoz, a excepción de un pequeño sector de delirios sistematizados llama-
dos paranoicos.
En Francia, sin embargo, se ha permanecido fiel a la descripción de los Delirios Inclusión de
crónicos, fuera del grupo de las esquizofrenias, porque a los clínicos franceses les ha todos los
Delirios en la
repugnado dar demasiada extensión a la noción de esquizofrenia y porque, efecti- Esquizofrenia,
vamente, ciertos Delirios crónicos, a causa de su misma sistematización o de su as- en las clasifi-
pecto imaginativo, evolucionan espontáneamente sin "disociación esquizofrénica" caciones
de la personalidad, sin tendencia a la incoherencia "autística" y con más razón extrajeras.
sin tendencia al déficit demencial.
Asi, si bien la clasificación internacional de los Delirios crónicos es sencilla (esqui- Mantenimiento
zofrenias + un pequeño grupo de delirios paranoicos), la clasificación francesa es de una clasifi-
cación conforme
más compleja. Nos parece que podemos presentarla así: a la tradición
de la escuela
francesa.
Psicosis delirantes crónicas

1.® Psicosis delirantes Delirios pasionales


sistematizadas (Paranoia) Delirios de interpretación
A. Sin evolución
2.° Psicosis alucinatorias
deficitaria
c romeas
3 * Psicosis fantásticas

B. C o n evolución ( Formas "paranoides" de la


deficitaria í Esquizofrenia3

2
H. Ey: "Traite des haliucinations". Masson, París, 1973, págs. 741-773 y 846-854.
3
Recordemos aquí que, para nosotros, todas las esquizofrenias entran en este grupo y que, por
consecuencia, son una especie del género de los Delirios crónico«. Pero —repitámoslo aún— no se trata
de una opinión clásica.
Como estudiaremos aparte (dedicándole un capítulo especial) el grupo de las
esquizofrenias, aquí nos limitaremos a estudiar los Delirios crónicos que se desarro-
llan sin disminuir progresivamente las capacidades de adaptación, todo lo contrario
de lo que ocurre en las psicosis esquizofrénicas.
Este carácter de evolución deficitaria ha sido siempre, en diversos grados, el cri-
terio mismo del grupo de las esquizofrenias (disociación psíquica con manifestacio-
nes autísticas) que fue considerada por Kraepelin como una entidad, la Dementia
Praecox, caracterizada por una debilitación ("Verblödung") de la vida de relación.
En efecto, no cabe la menor duda que el género de las psicosis delirantes cró-
nicas sigue en forma no natural (y no solamente artificial por efecto de medidas
"yatrógenas", como pueda ser el encarcelamiento asilar) una pendiente hacia dicha
declinación.
Pero como han demostrado E. Bleuler (1911) y más recientemente M. Bleuler
(1973), el "schizophrenische Defekt" no debe ser tomado en un sentido demasiado
deficitario del término que le aproximarla a la demencia ("Verblödung") de Kraepelin.
El estado terminal ("Endzustand"), tal como señala M. Bleuler, sin constituir una
vida demencial ni siquiera un residuo irreversible, se caracteriza por un cierre para
las relaciones intersubjetivas y una especie de deterioro que contrastan con las evo-
luciones de las psicosis delirantes crónicas sin evolución deficitaria.
Describiremos por lo tanto en primer lugar, las psicosis delirantes crónicas no
deficitarias y a continuación, las psicosis esquizofrénicas, sin perder de vista que
se trata de especies de un mismo género que puedan tener una evolución reversible y
sufrir transformaciones de una especie en otra, tal como lo ha indicado uno de noso-
tros en su "Traite des Halbicinations" {1973).

A . - E L G R U P O D E LOS DELIRIOS C R Ó N I C O S SISTEMATIZADOS


(PSICOSIS PARANOI CAS)

Estos Delirios son llamados sistematizados ya que: 1.°, están prendidos en el


carácter y la construcción misma de la personalidad del delirante; 2.a, se desarrollan
con orden, coherencia y claridad (Kraepelin).
Están caracterizados por su construcción, en cierta manera "lógica", a partir de
elementos falsos, de errores o de ilusiones, que son como los "postulados" (de Clé-
rambault) de la fábula delirante. Realizan una polarización de todas las fuerzas afec-
tivas en el sentido de una construcción delirante que subordina toda la actividad
psiquica a sus fines.
Se definen por Los síntomas de este Delirio (interpretaciones, ilusiones, percepciones, delirantes,
su estructura- actividades alucínatorias, fabulaciones, intuiciones) son todos reductibles a una pato-
ción sistemática
y seudorrazo- logía de las creencias, ya que las ideas delirantes envuelven en su convicción dogmá-
nante. tica todos los fenómenos que forman, a través del pensamiento reflexivo del delirante,
la edificación del sistema de su mundo.
Estos Delirios corresponden a los antiguos conceptos de Monomanía o de Para-
noia sistemática. A veces se les llama "paranoicos" por esta razón y también por-
que el carácter llamado paranoico (desconfianza, orgullo, agresividad, falsedad del
juicio, psicorrigidez) constituye un aspecto fundamental de la personalidad de
muchos de estos enfermos.
Estos Delirios son relativamente coherentes por su forma sistemática, es decir
que se presentan al observador (personas que le rodean, médico, jueces) como relati-
vamente plausibles. De ahí su poder de convicción o de contaminación (delirio de dos
o delirio colectivo, en ef que el delirante inductor hace participar activamente en su
delirio, a título de delirante inducido, a otros, con frecuencia a familiares).
Hablamos aquí de psicosis delirantes y no de simples "caracteres paranoicos",
término del que se ha llegado a hacer tanto abuso que se hace necesario exigir un
análisis clínico muy profundo para justificar su empleo en ñsiopatologia.

I.—LOS DELIRIOS PASIONALES Y DE REIVINDICACIÓN

Estos Delirios han sido admirablemente descritos por G. de Clérambault. Están


caracterizados: 1.° por la exaltación (exuberancia, hipertimia, hiperestesia); 2.° por El desarrollo de
la existencia
la idea prevalente, que subordina todos los fenómenos psíquicos y todas las conduc- delirante, según
tas a un postulado fundamental, el de una convicción inconmovible; 3." por su des- un eje ideo-
arrollo en sector, en el sentido de que el Delirio constituye un sistema parcial que afectivo ,r
penetra como una cuña en la realidad. pasional.
El más conocido de estos Delirios es el llamado de reivindicación. Se trata de
sujetos con temperamento vivo y de carácter difícil, receloso y susceptible. Son
rencorosos y vengativos, a menudo apasionados "idealistas" (Dide y Guiraud),
fanáticos de la política, de la religión o de la reforma social. Gobernados por un
Super-Yo inflexible, son íntegros y sin compromisos.
Es sobre este fondo de disposiciones caracterológicas, llamadas constitución
Constitución
paranoica (orgullo, desconfianza, psicorrigidez y falsedad de juicio), donde se des-
paranoica.
arrolla el Delirio, lo más a menudo insidiosamente, y a veces a raíz de un fracaso o
de un conflicto (desacuerdo con los vecinos, despido del empleo, rivalidad, un daño
sufrido, discusiones familiares, conflicto con la administración, etc.).

I.» Delirios de reivindicación. Debemos señalar tres tipos de esta reivíndi-


cación delirante:
a) Los querellantes. Se arruinan en procesos para hacer triunfar una reivindi- Reivindicación
cación a veces irrisoria. Persiguen la defensa de su honor o de sus derechos o de su pleitista de la
propiedad y de
propiedad con menoscaho de sus intereses más evidentes. Acumulan sentimiento de sus derechos.
odio y de venganza sin desviarse jamás de la convicción de que son traicionados,
juzgados injustamente, y de que son víctimas de un ensañamiento tan implacable
como el suyo propio. A veces estos sujetos, verdaderos "perseguidos-perseguido res",
rodeados de enemigos y exasperados, "hacen justicia" y llegan hasta el crimen con-
tra sus enemigos.
b) Los Inventores. Guardan el secreto de sus experimentos, de sus cálculos Reivindicación
o de sus "descubrimientos", y se quejan de ser desposeídos de sus derechos o de la de un mérito
(invento).
patente del invento. Se trata de un perfeccionamiento de una técnica modesta, del
hallazgo de un nuevo carburante o de una revolución en la industria pesada o inclu-
so de un ingenio interplanetario, poco importa la importancia del invento; lo que es
capital es la exclusiva de su propiedad, el monopolio absoluto y la indiscutible prio-
ridad que reivindican. Las gestiones y las demandas, las precauciones defensivas y
ofensivas para desbaratar las conspiraciones y las intrigas, absorben toda su ac-
tividad.
c) Los apasionados Idealistas (Dide y Guiraud). Ya sueñen con nuevos siste- Reivindicación
mas políticos, de paz universal o de filantropía, están animados de una feroz y agre- ideológica.
siva voluntad de lucha y de combate. Los panfletos, los atentados individuales contra
hombres políticos o contra las instituciones sociales, las campañas en la prensa, etc.,
son las armas habituales que ellos ponen al servicio de su inagotable deseo de refor-
m a y d e justicia.
Todos estos "paranoicos" reivindicativos deliran, pues, en el sentido de un "ideal
de sí mismo" imaginario. En efecto, los complejos de frustración o de inferioridad
inconscientes constituyen un profundo núcleo de angustia sobrecompensada por la
disposición caracterológica de un Yo que se pretende agresivo y omnipotente. Aquí
se encuentra ya, en germen, el binomio persecución-megalomanía que el delirio tiende
a desarrollar como un combate destinado a satisfacer un insaciable deseo...

2." Delirios pasionales. Generalmente implican el mismo núcleo afectivo


(carácter paranoico y complejo de avidez y de frustración).
El Delirio pasional, ya se trate de la celotipia (delirio de infidelidad y de rivali-
dad) o de erotomanía (ilusión delirante de ser amado), plantea, en relación a las
pasiones normales, un difícil problema de diagnóstico.
Las psicosis Ciertamente, desde hace mucho tiempo se ha dicho que la pasión es una locura,
pasionales. pero los estados pasionales delirantes tienen características clínicas que conviene
subrayar: 1.® estos estados pasionales se producen sobre un fondo de desequilibrio
caracterológico; 2.° se acompañan de un cortejo de trastornos (trastornos tímicos,
experiencias alucinatorias, despersonalización, fases de exacerbación, impulsividad,
dando lugar a períodos productivos 4 ) que testifican un desquiciamiento de la vida
psíquica; 3." son patológicos y delirantes porque la pasión — incluso sí se encuentra
inserta en una situación real — tiene una estructura esencialmente imaginaria. En
efecto, o bien los acontecimientos y los personajes que lo componen son irreales, y
éste es el caso en que el Delirio es más evidente, o bien la realidad de la situación es
ampliamente desbordada o eclipsada por la proyección de fantasmas más o menos
inconscientes; 4.° la misma fuerza de los complejos inconscientes que animan el deli-
rio le imprime, por lo general, una evolución tan típica (lo veremos especialmente en
la erotomanía), que es posible prever el curso; 5.° los Delirios pasionales proceden
en su misma estructura de la rigidez sistemática de la pasión que constituye el eje. Son
bloques ideoafectivos inconmovibles, impermeables a la experiencia y rebeldes a toda
evidencia.

Cebs. a) El delirio celotípíco. Consiste en transformar la situación de la relación


amorosa de la pareja en una situación triangular. El tercero introducido entre la
pareja es un rival, y sobre su imagen se proyectan resentimiento y odio, acumulados
por las frustraciones que ha sufrido, o que sufre, el delirante celoso. Este se siente
trágicamente burlado y abandonado. La historia delirante labra todas sus peripecias
(mentiras, ardides) en torno a este tema fundamental, y el delirante contraataca con
la ayuda de todos los medios o de todas las estratagemas que le inspira la "clarivi-
dencia" que "abre sus ojos". Esta perspicacia morbosa polariza su vigilancia, le hace
sondear los sentimientos, descubrir las intenciones, desbaratar las artimañas. A través
de un trabajo de encuesta y de reflexión, el delirante "esclarece" el misterio y llega a
una "verdad", para él absoluta. Cuando el Delirio celotípíco se ha formado, se siste-
matiza en un haz de "pruebas", de "seudocomprobaciones", de "falsos recuerdos",
de interpretaciones delirantes, de ilusiones de la percepción y de la memoria (falsos
reconocimientos, ilusión de Fregoli, etc.).
Las experiencias oníricas confusíonales y las escenas de pesadillas (particular-
mente en los delirios celotípicos de los alcohólicos) alimentan la pasión celosa.
Esta figuración imaginaria de los celos permite a menudo descifrar su complejo

' Traducimos asi de) original "momenls féconds". — N. del T.


estructural (homosexualidad, odio de la pareja del sexo opuesto, fijación edipiana,
etcétera), como ha sido bien mostrado por Lagache (1947).
b) El Delirio erotomaníaco. La ilusión delirante de ser amado constituye en Erotomania
psiquiatría la erotomania (el "Liebe wah n" en ale mán) . (G.deCMram-
Ningún psiquiatra lo ha estudiado mejor, en su descripción clínica, que G. de bau!l>-
Clérambault. Con una genial perspicacia y justa expresión, cosa no común, ha
puesto de manifiesto, en la estructura típica del Delirio pasional sistematizado, los
postulados fundamentales de esta pasión amorosa delirante y los temas derivados,
cuyo conocimiento esclarece todo el comportamiento de estos enfermos a lo largo
de las tres fases de la evolución de la psicosis (estadio de esperanza, estadio de
despecho, estadio de rencor).
Los sentimientos generadores del postulado fundamental son: el orgullo, el deseo
y la esperanza. El mismo postulado fundamental se formula asi: es el Objeto (la
persona por quien el paciente se cree amado y que pertenece por lo general a un
rango más elevado que el Sujeto) quien ha empezado a declararse; es él quien ama
más o el único que ama. Los lemas derivados no siempre se deducen del postulado,
o al menos no todos; pero emergen típicamente del desarrollo de la historia delirante;
estos temas derivados son los siguientes: el Objeto no puede ser feliz sin el Preten-
diente. El Objeto no puede poseer un valor completo sin el Pretendiente, el Objeto es
libre, su matrimonio está roto o no es válido. Además, el erotómano está convencido
de un cierto número de temas que él "demuestra": vigilancia continua por parte del
Objeto, conversaciones indirectas con el Objeto, continua protección del Sujeto por
el Objeto, intentos de acercamiento por parte del Objeto, simpatía casi universal que
suscita el curso de su "romance", conducta paradójica y contradictoria del Objeto,
fenomenales recursos de que dispone el Objeto.
Además, la erotomania delirante se desarrolla en un sistema fatal, por asi decir.
Termina, en la fase de rencor, con reacciones agresivas hacia el Objeto que van
hasta el "drama pasional" de la ruptura y de la venganza.
Pero bajo estas fórmulas "lógicas" de la pasión delirante, hace falta darse clara
cuenta de que el motor del sistema no es el amor, sino el odio. Como vio Freud
claramente, la fórmula de la erotomania no es la que se afirma en la pasión del
Sujeto (él me ama y yo le amo), sino más bien la que, inconscientemente, le lleva a en-
sañarse con el Objeto (no le amo, le odio).
Esta erotomania pura se manifiesta clínicamente en los "excitables-excitados"
como los designaba G. de Clérambault, por una exaltación y una polarización pasio-
nales intensas, que gobiernan toda la conducta del Sujeto. El sistema delirante se
elabora, según G. de Clérambault, sobre una base de intuiciones, de falsas demostra-
ciones, de ilusiones y de interpretaciones sin alucinaciones. Pero es preciso reconocer
que las "conversaciones indirectas" con el Objeto son a menudo alucinatorias, están
comprendidas dentro de un vasto síndrome de influencia y de automatismo mental
(presencia continua del Objeto, influencia física del deseo del Objeto, cohabitación y
posesión erótica, declaraciones por transmisiones de pensamiento, etc.).

n. - E L DELIRIO SENSITIVO DE RELACIÓN (KRETSCHMER)

En este caso el Delirio es, como se dice a veces, "hiposténico" y menos agresivo, El Delirio
ya que el carácter que lo sostiene es menos rígido. En efecto, el carácter sensitivo de relación de
descrito por Kretschmer se acerca más al que Dupré había designado como hiperemo- Kre<schmer.
tivo. Son sujetos timidos, sensibles, a menudo ansiosos y "psicasténicos" (escrúpulos,
vacilaciones, ele.); se sienten particularmente inclinados a las luchas de conciencia, y
son sensibles a las reacciones de los demás (hiperestesia de los contactos sociales);
inhiben fuertemente sus pulsiones y están profundamente insatisfechos. Los "com-
plejos de frustración y de inferioridad" son manifiestos, puesto que no están compen-
sados o lo están poco.
Sobre este "terreno", sobre este fondo de sensibilidad fácilmente impresionable
y vulnerable, la acumulación de circunstancias penosas, la suma de fracasos o de
conflictos, la tensión engendrada por la exasperación, por las decepciones o por la
desesperación, desencadenan la psicosis. A veces, una gota de agua hace desbordar
el vaso, y es a raíz de una discusión, de un avalar o de una humillación cuando esta-
lla el Delirio. Este Delirio es un Delirio de relación (Beziehungwahn) ya que, dice
Kretschmer, es vivido como la experiencia crucial de un conflicto del Sujeto con otro
o con un grupo (cónyuge, familia, vecinos, etc.). Se trata de un Delirio de relación
"concéntrico", añade el autor, puesto que el sujeto constituye el centro de esta expe-
riencia, de este "proceso" (tan bien descrito por Kafka) que envuelve y amenaza al
mismo sujeto. Fuera de Francia se emplea mucho el término de delirio de referen-
cia para explicar el sentido de las interpretaciones delirantes, la experiencia funda-
mental vivida por estos enfermos, que es la de ser el objeto de un interés, de una indi-
cación o de una malevolencia particular, enojosa o humillante. Otra característica
de estos delirios es que las ideas y los sentimientos delirantes quedan, por decirlo asi,
"suspéndidos" del acontecimiento que constituye el centro (divulgación de una enfer-
medad, denuncia de un robo, acusación de una falta en el terreno sexual, exclusión
de una comunidad, etc.). Esta "paranoia sensitiva" se desarrolla, por lo general, con
angustia y tensión conflictiva, y las reacciones de estos enfermos son más depresivas
e hiposténicas que agresivas. El prototipo está constituido por lo que se llama también
paranoia de los gobernantes o el Delirio de persecución de las solteronas.

n i . - E L DELIRIO DE INTERPRETACIÓN DE SÉRIEUX Y CAPGRAS


El Delirio de Este Delirio constituye una especie de "locura razonante", en el sentido de que
interpretación obedece a una necesidad, hasta a una manía, de explicarlo todo, de "descifrarlo"
es una locura
razonadora
todo, conforme a un sistema de significación fundamental. Estos delirantes, llama-
(Sérieuxy dos antiguamente "monómanos intelectuales" (Esquirol) y "arregladores" (Leuret),
Capgras). son casi siempre "personas perseguidas" que falsifican, en parte o en todo, el con-
junto de sus percepciones, de sus recuerdos y de sus previsiones, en función de su
creencia delirante básica.
De tal manera que el mecanismo de edificación de este Delirio, su propia modali-
dad de conocimiento delirante es la interpretación, delirante, a menudo difícil
de distinguir de las ilusiones (H. Ey).
La interpretación es "inferir o deducir de una percepción exacta un concepto
erróneo" (Dromard). Es un error intuitivo que atañe al sentido de lo que es percibido,
visto u oído. Por ello el término alemán "Wahnwahrnehmung" (percepción delirante)
corresponde de un modo bastante exacto a este fenómeno primario y basal del co-
nocimiento delirante del "interpretador", que G. de Clérambault emparentó con el
automatismo mental (1927 y 1935).

Características a) Las interpretaciones exógenas se refieren a los datos proporcionados por los
clínicas de las sentidos. Asi el "interpretador" percibe el sentido irónico o amenazador de un saludo,
"interpreta-
ciones". el valor profético del color de una corbata, la certidumbre de infidelidad descubierta

"Arrangeurs". — N. de! T.
en una maceta de pensamientos expuesta a la vista de un vecino, la prueba de una
conspiración revelada en la mirada de un transeúnte o en el gesto de una visita, etc.
A veces la significación es relativamente comprensible o se refiere a símbolos o a
supersticiones comunes (un fior en el ojal significa una declaración de amor, una
carroza fúnebre significa una amenaza de muerte). Pero a menudo el sentido escapa
a toda comprensión inmediata (la gorra blanca del jefe de estación significa el fin
del mundo para el mes de julio). Pero, naturalmente, es el lenguaje corriente de la
conversación, de los intercambios sociales, de la lectura, de la telegrafia sin hilos, lo
que más se presta para estas interpretaciones (alusiones, intención oculta, sobreen-
tendidos, revelaciones a través de la entonación de las metáforas y de los juegos de
palabras). Ciertos enfermos ocupan todo el tiempo en descifrar, como si se tratara
de jeroglíficos, lo que "quieren decir" las palabras de una canción, un articulo del
periódico, un discurso o un prospecto. "Me basta una sola palabra", dicen estos deli-
rantes, "para comprender toda la idea." También puede ocurrir que una simple
palabra engendre toda una fabulacion. "Al entrar, he oído llamar a Violette, lo que
quería decir que yo había querido violar a mi hija."

b) Las interpretaciones endógenas se dirigen a las sensaciones corporales, al


ejercicio del pensamiento, a los sueños, a las imágenes o a las ideas, que se presentan
en su mente a pesar de ellos.
Por medio de este mecanismo interpretativo, a la vez inferencia errónea e intui-
ción inmediata, los enfermos realizan una verdadera transformación delirante del
mundo. Este no siempre resulta más claro, ya que, de no estar sistematizado y dilu-
cidado completamente, permanece ante sus ojos como un embrollo, como un labe-
rinto o una farsa de la que no consiguen reconstruir el rompecabezas.
Naturalmente, el delirio se construye sobre los temas más diversos. Los temas de
persecución son los de una persecución policiaca, los de una conspiración de la fami-
lia que quiere envenenar al enfermo, etc. Los temas más frecuentes de los megaloma-
níacos son los de la descendencia aristocrática, del gran papel politico o de la misión
divina. La estructura de estos delirios es, como decía G. de Clérambault (en oposición
a tos delirios pasionales) no en "sector" sino en "red". Así como los delirios pasiona- Estmctura
les se desarrollan, en efecto, como una cadena, a partir de una "célula-madre" (el pos- en red.
tulado inicial y axial) y son en cierta manera "vertebrados", el delirio de interpreta-
ción es "en red", es decir que el conjunto de síntomas delirantes (interpretación,
alusiones, suposiciones, seudorrazonamientos) constituye un sistema más libre y
difuso, como una yuxtaposición o un mosaico de ideas delirantes, en lugar de una or-
ganización apretada y coherente. Pero esto puede no ser siempre verdad, ya que el De-
lirio de interpretación sufre a menudo una evolución sistemàtica: las observaciones de
G. de Clérambault tienen valor, sobre todo, en las fases iniciales de la psicosis (cuando
el enfermo, sumergido en las experiencias delirantes, tiene la impresión de que un mis-
terio le rodea). Pero en el periodo en que la sistematización está acabada, el "inter-
pretador", al realizar su "trabajo de razonamiento", en la elaboración misma de
su Delirio, extrae la convicción de que al fin descubre la verdad, y piensa, vive y
construye esta inexactitud como un sistema que ha sido demostrado hasta la evi-
dencia.
Al lado de esta evolución con orden y claridad (Kraepelin) de la psicosis interpre- Evolución
tativa, también puede ocurrir que el Delirio se haga cada vez más hermético y se ...el trabajo
entronque entonces con el tipo de delirios esquizofrénicos del que hablaremos más constructivo
adelante. En tal caso, a medida que el "interpretador" avanza en el inexplicable labe- del Delirio...

6
Se refiere a las flores denominadas vulgarmente "pensamientos". — N. del T.
rinto de su mundo imaginario, le añade sin cesar nuevos arcanos o alveolos, persi-
guiendo sin tregua ni reposo el resplandor revelador e inicial que se aleja a cada paso,
...su sistematiza a medida que se acrecienta la oscuridad de los símbolos, de las pruebas, de las com-
clon progresiva. probaciones en cadena y de las hipótesis auxiliares. El Delirio se complica y se
condensa en un caparazón pol¡estratificado, en una especie de roca estéril donde
se aprisiona, se envisca y se solidifica la red anteriormente aracnoidea de las prime-
ras interpretaciones.
...su enqulsta- En fin en los casos más puros, ocurre que el Delirio de interpretación cristaliza,
mienlo. se enquista y se racionaliza, por así decir, en un relato o en una historia delirante que
tiende a perdurar sin enriquecerse ni elaborarse. El Delirio en este caso tiende, si ya
no a extinguirse, por lo menos a amortiguarse.
Por lo general todos estos Delirios se desarrollan insidiosamente a lo largo de
varios meses y a veces de varios años. Se fijan, "cristalizan", durante más tiempo
todavía. A veces evolucionan hacia otras formas de Delirio crónico. El pronóstico es
Reacciones por consecuencia desfavorable en la mayoría de los casos. Sin embargo, ciertas "reac-
agresivas. ciones delirantes" (paranoid reactions de los autores anglosajones) del tipo de la
"paranoia abortiva" constituyen episodios o "fogonazos" sobre un fondo de exci-
tación o de experiencias delirantes agudas, del tipo maniacodepresivo o del de las
"bouffées delirantes" (ejemplo: los delirios de persecución y de celos curables).
(Véase Tesis de P. Petit. Paris, 1937). Ello resulta mucho más raro en el síndrome
erotomaníaco, sobre todo si se trata de la forma de erotomania pura descrita por
G. de Clérambault.
* * *

Debemos señalar aquí desde el punto de vista práctico la importancia de las reac-
ciones medicolegales de estos enfermos, quienes ponen al servicio de su delirio una
agresividad a veces brutal y siempre violenta. Casi todos son perseguidos-persegui-
dores. Son muy frecuentes las reacciones escandalosas que emplean para llamar la
atención del vecindario o de la policía sobre sus derechos o sobre las persecuciones
que sufren: las quejas ante la jefatura de policía, los panfletos, los diversos medios
defensivos u ofensivos (procesos, persecuciones policiales, robos de documentos,
etcétera). Pero también pueden observarse los golpes y heridas a los perseguidores, el
incendio por venganza o el robo como represalia. Naturalmente, lo que es más de
temer es el asesinato, bien porque conscientemente los delirantes quieran desemba-
razarse o vengarse de sus enemigos, bien porque inconscientemente deseen castigarse
a sí mismos.

Resumen psicopatológico sobre el problema de la paranoia


Los Delirios que acabamos de describir brevemente entran de lleno en el concepto de Para-
noia o de Psicosis paranoica.
Kraepelin (1899) definía la paranoia como un desarrollo insidioso dependiente de causas
internas, y según una evolución continua de un sistema delirante duradero e imposible de
quebrantar y que se instaura con una completa conservación de] orden y de ¡a claridad en el
pensamiento, la voluntad y la acción.
Estos Delirios (que corresponden, repitámoslo, al concepto de Monomanía o de Delirio
crónico sistematizado de los autores antiguos) han sido objeto de notables estudios en la
escuela francesa (Seglas, Magnan, Sérieux y Capgras, Claude, Lacan, Genil-Perrin, etc.).
En los países de lengua alemana han sido estudiados especialmente por Jaspers, Bleuler,
K.ehrer, K.retschmer. Lange, Gaupp, Kolle, Berner, etc. Por último, la escuela psicoanalítica
(Freud, Abraham, Ferenczi, etc.) ha profundizado este estudio.
Las concepciones propiamente mecanicistas de la paranoia están representadas por teorías
caducas o poco defendibles (teoría de las "ideas autóctonas" de Wernicke) Mas recientemente,
Clerambault, al termino de sus rigurosos analisis, al poner en evidencia la existencia de feno
menos ideoafectivos nucleares en la base de estas psicosis, las ha acercado a las psicosis aluci
natorias crónicas, de las que daba una interpretación puramente neurologica Acaso sea preci
so recordar aquí la tesis de Guiraud (1929) sobre las alteraciones diencefahcas que perturban
el equilibrio de los instintos y de los sentimientos y su pertenencia al Yo
Según muchos autores modernos, la paranoia, lejos de ser uua psicosis "endógena" como
lo indicaba Kraepelin, constituye, por el contrario, una reacción a los acontecimientos (Kehrer
y la escuela psicoanalitica) Es en este sentido en el que Jaspers hablaba de "desarrollo de la
personalidad" del delirante como de una construcción que engloba en el sistema del Yo y de su
Mundo, las reacciones a los acontecimientos de la existencia (Bleuler, Kretschmer y Lacan)
El insistía sobre el caracter comprensible o psicológicamente motivado de estas reacciones
La escuela psicoanalitica ha puesto de manifiesto (véase Preud y su analisis del caso
Schreber) los mecanismos de proyección de los conflictos inconscientes (Vease Rev Fr Psy,
1966) Indicando especialmente que los temas de persecución, de celos y de erotomania simbo
¡izaban defensas contra las pulsiones homosexuales ("Él me persigue" = "El me persigue con
sus asiduidades" — "El es mi rival" = "Es a el a quien amo" — "Ella me ama" = "Yo la
odio", etc)
Por otra parte, la escuela psicoanalitica ha puesto en evidencia, como motor psicodina
mico de estos delirios, la regresión a estadios arcaicos y especialmente a las pulsiones agresi
vas del estadio sadicoanal (Ferenczi, Abraham, von Ophuijsen, etc) Finalmente, Lacan
ha insistido en el sentido autopumtivo de la paranoia, que encierra al sujeto en un sistema
de persecución imaginario, el cual tiene el valor psicologico de un castigo deseado inconscien
(emente
Parece acaso mas satisfactorio considerar estas psicosis como el resultado de un proceso
evolutivo que entorpece o altera el desarrollo normal de la personalidad Por su parentesco
con los esquizofrénicos (Stransky, Von Ecónomo) o con los maniacodepresivos (Specht,
Anglade, Capgras, Kolle, etc ), estos delirantes se muestran, en efecto, profundamente pertur
bados en su vida instintiva (caracter endogeno de la afección), por las experiencias delirantes
agudas (momentos fecundos) que presentan, por sus antecedentes hereditarios bastante
frecuentes, dan claramente la idea de que, en ellos, el delirio no es reductible ni a la acción de
los acontecimientos pasados o actuales, ni a fenomenos mecánicos cerebrales localizados Se
trata aquí de una forma de alienación de la persona en su totalidad, cuyo desquiciamiento
se expresa por los temas dehrantes que las fuerzas represivas del Yo aun logran contener por
una especie de seudorracionahzacion) en un sistema relativamente coherente
Las discusiones clasicas giraron en torno de dicho punto de vista psicodinamico, tal como
veremos mas adelante a proposito de la psicopatologia de las psicosis delirantes crónicas en
general, y sobre este mismo punto han sido reactualizadas recientemente
En efecto, decir que la paranoia es "psicogena" o "reactiva", es afirmar que solo se trata
de una manifestación de un conflicto psíquico consciente (reacción a los acontecimientos) o
inconsciente (proyección simbólica de un fantasma original) Es decir, en ambos casos, es
reducir la paranoia al movimiento de una tendencia o de un conflicto de tendencias afectivas
que son comunes a todos los hombres Es muy cierto, en efecto, que todos tienen tendencias
paranoicas si se designan como tales los rasgos del caracter (frustración agresiva, reivindi
cacion afectiva, etc ) que existen mas o menos en todos los hombres, es muy cierto también
que determinadas neurosis o "caracteres sensitivos" (Kretschmer) pueden designarse como
"paranoicas", justamente denominadas caracteriales Pero entonces no se trata de la psicosis
paranoica tal como la hemos descrito, como una estructura de alienación de la persona que
falsifica radical y sistemáticamente las relaciones del Yo con su Mundo, para que dicha
psicosis se instale o se desarrolle, deben estar profundamente alterados el sistema mismo de
la persona y su organización, y no solamente su evolución histórica afectivamente ligada a los
acontecimientos que componen la trampa, a este profundo trastorno corresponde la idea de
proceso (Jaspers, Bleuler, P Janet, K Schneider, Rumke, L Binswanger, Henri Ey, W Jan
zarik, etc) Uno de los errores que se cometen con mayor frecuencia es el confundir el proceso
psíquico de K Jaspers (1910), la haloplasticidad de las psicosis (según dijo Freud en 1916)
con el desarrollo normal, comprensible y progresivo de la historia de la personalidad
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B . -P S IC O S IS A L U CI NATORIAS C R Ó N I C A S 7

Este grupo de Delirios crónicos viene caracterizado clínicamente por la conside-


rable importancia de los fenómenos psicosensoriales (alucinaciones, pseudoalucina-
ciones, síndrome de automatismo mental) y fue llamado antiguamente locura senso-
rial paranoia atucinaioria, etc. Habiéndose reunido dentro del grupo de los Delirios
Forma-clinica sistematizados no alucinatorios que acabamos de estudiar gran parte de los casos
de los Delirios clínicos que formaban el "Delirio crónico de persecución" (Laségue, Falret, Magnan)
crónicos, y habiendo sido otra parte de ellos absorbidos por las formas paranoides de la esqui-
caracterizada
por la importan-
zofrenia, la escuela francesa ha mantenido, sin embargo, esta especie de Delirio, ca-
cia y la intensi- racterizado sobre todo por los temas de influencia (Seglas), de desposesión (Lévy-
dad de tas Valensi), de acción exterior (Claude), y le ha dado el nombre de Psicosis alucinatoria
alucinaciones. crónica (Gil bert-Ballet).
(Sindrome de
automatismo C on G. de Clérambault, se puede definir este tipo de Delirio crónico cuyo paren-
mental basai). tesco con los otros tipos es tan evidente que a veces resulta muy difícil hacer un
diagnóstico preciso —como una Psicosis delirante crónica basada en el síndrome de
automatismo mental, que constituye el núcleo, y cuya superestructura delirante cons-
tituye una ideación sobreañadida — . Tal es en efecto este Delirio, desde el punto de
vista clínico, puesto que el sujeto afirma dogmáticamente que está basado en per-
cepciones irrecusables y el observador lo considera como basado exclusivamente en

Esta variedad de psicosis alucinatoria es agrupada aquí junto a las psicosis sistematizadas clási-
camente consideradas como no alucinatorias, sin que queramos indicar, sin embargo, que para numero-
sos autores de la escuela francesa (H. C laude, A. Ceillier, C. H. Nodet, Henri Ey) es imposible una sepa-
ración radical entre las psicosis de mecanismo interpretativo y las psicosis de mecanismo alucinatorio
de carácter noétlco-qfectivo (véase Traité des Hallucinaiions de H. Ey, 1973. págs. 801-828 y 830-834).

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