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TRADUCTOR CORRECTOR
Nimaria Cyllan
ChibiNeko
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Sinopsis
—¿No harías cualquier cosa para hacer feliz a tu padre? —El padre
de Wilbur había trabajado duro para poner comida en la mesa y criarle. Sus
padres se amaban profundamente, y su padre era un buen hombre. Sólo era
un trabajo. Wilbur podía lidiar con eso.
—No sacrificaría mi propia felicidad, —contestó el hombre—. ¿Le
has contado acerca de su amigo?
Wilbur sacudió la cabeza. —No. Se remontan a sus días de
universidad. No puedo meterme entre ellos. Eso no sería agradable para mí.
El hombre miró a Wilbur con incredulidad. —Volveré.
—Pero tengo que utilizar el cuarto de baño, —le recordó al
hombre—. Por favor.
El hombre suspiró y luego sacó un cuchillo de su cinturón. Wilbur
se encogió hasta que el extraño se agachó y cortó la cinta alrededor de los
tobillos de Wilbur. Entonces el hombre se movió alrededor de Wilbur y
cortó la cinta de sus muñecas. Wilbur se frotó el dolor mientras el hombre
le sacaba de la habitación y recorría un largo pasillo.
—¿Dónde estamos? Esto parece la sala de calderas de una película
de Freddie Krueger. —Las luces por encima parpadeaban, y Wilbur se
apresuró para alcanzar a su captor. Cuando Wilbur estaba cerca, notó cuán
alto era el hombre comparado con su 1,64 metros. Estaba mirando
directamente la espalda del hombre.
—La localización no es importante. —El hombre se detuvo al final
del pasillo y abrió una puerta que tenía más manchas que pintura. Crujió, y
Wilbur esperó que alguna criatura saltase hacia él—. Simplemente utiliza
el baño y date prisa.
Wilbur asintió con la cabeza y entró en la habitación. Había
manchas de óxido en el lavabo y en el inodoro, y la luz era una del tipo de
tirar de la cuerda. Cuando tiró del cordón, se rompió. Wilbur sostuvo la
cadena en su mano y luego la empujó en su bolsillo. Podría necesitarla para
salir de aquí, aunque no estaba seguro cómo la utilizaría. Pero podría ser
útil.
Estaba oscuro en este cuarto de baño del tamaño de un armario
cuando la puerta fue cerrada, pero Wilbur estaba bastante seguro que, si no
apuntaba bien, nadie lo notaría. El cuarto de baño era deplorable. Wilbur
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tenía miedo de tocar cualquier cosa. ¿Dónde estaba el desinfectante de
manos cuando lo necesitaba?
Utilizó el pie para tirar de la cisterna, y sorprendentemente,
funcionó. No estaba a punto de poner las manos en ese lavabo. En su lugar,
las limpió en sus pantalones y salió del cuarto de baño. Se las lavaría en la
primera oportunidad que tuviese.
Su captor estaba al teléfono, gruñendo silenciosamente a alguien.
Wilbur atrapó unas pocas palabras. —Confusión— y —estrangularte—
eran suficientemente simples para entender. Cuando el extraño se giró y vio
a Wilbur ahí de pie, el hombre colgó.
—¿Tengo que regresar a esa habitación? —Preguntó Wilbur
mientras era escoltado de nuevo por el pasillo—. Prometo no escapar si me
pones en una habitación con una mesa y me das algo caliente para beber.
Maldición. Wilbur lo había prometido, lo que significaba que tenía
que mantener su palabra. Su padre le había enseñado eso, aunque no
pensaba que su padre imaginó un escenario de secuestro cuando le había
enseñado a Wilbur el valor de mantener su palabra. Aún así…
—Veré lo que puedo hacer.
Wilbur tuvo que caminar rápidamente para seguir el ritmo de los
largos pasos del hombre. Aplaudió interiormente cuando vio escaleras
adelante. Quizás el hombre fuese a dejar ir a Wilbur. Cruzó los dedos
cuando subieron las escaleras.
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Capítulo Dos
La vieja escuela había estado cerrada durante años. Se asentaba en
el lado oeste de Junction City, una cerca de malla rodeando la decadente
estructura para mantener a las personas alejadas. No había habido
electricidad hasta que Stripper había aprovechado la fuente de alimentación
principal en el poste y cableado algunas cosas.
Shott había colocado su equipo en la oficina de la escuela, y
Stripper había llevado a cabo su interrogatorio en el sótano. Había estado
sorprendido de encontrar la habitación ahí abajo. Quizás esa fuese una de
las razones por las que el lugar había sido cerrado. No era una escuela
grande, y por su investigación, había sido privada.
Las aulas eran pequeñas. En la que dejó a Wilbur retenido tenía
quince pupitres, máximo. El humano parecía un poco pálido cuando
Stripper cerró la puerta detrás de él. Se inclinó contra la descascarillada
pared blanquecina en el pasillo. Cerró los ojos y maldijo. 11
El aroma de Wilbur le estaba volviendo loco. Desde el primer
momento que secuestró al hombre del aparcamiento en la zona comercial,
Stripper había olido a cálida lluvia de verano y regaliz. Era una
combinación muy extraña, pero una que atraía en todos los niveles a su oso.
Todo estaba mal. Toda la situación. Se dio la vuelta cuando sintió
más que escuchó gente viniendo por el pasillo. T-Rex y Legend parecían un
poderoso dúo, grandes e imponentes. Pero también lo era Stripper.
—¿Qué cojones fue eso? —Preguntó T-Rex, su tono de voz
entrecortado—. ¿Vas a ofrecerle dinero a continuación?
—Ese no es Nicolas Reno, —argumentó Stripper cuando se alejó de
la pared.
—¿Por qué? ¿Porque te gritó y suplicó que fueses agradable?
—T-Rex estaba en modo completamente cabreado. Sus rasgos eran
oscuros, y sus fosas nasales estaban ensanchadas—. Si dejásemos ir a cada
persona que nos suplicase, habríamos sido asesinados hace años.
Legend estaba ahí de pie en silencio, su mirada fija en la puerta del
aula. El hombre tenía una manera de parecer amenazador incluso cuando
no lo estaba intentando.
Stripper enroscó las manos en sus costados, apretando los dientes. –
Hice la investigación de Nicolas Reno. Pasé semanas siguiéndole y
averiguando cada uno de sus movimientos. Dime qué cojones está pasando.
¿Cómo agarré al hombre equivocado?
—¿Nunca has escuchado que todo el mundo tiene un gemelo en
este mundo? —Preguntó Legend, su tono de voz neutral—. Creo que Reno
encontró el suyo y se aprovechó de la situación.
Stripper tenía un trabajo que hacer, y sentirse atraído por alguien
que podría ser extremadamente peligroso no era plato de su gusto. No hacía
compromisos, y ni siquiera iba a hacer una aventura de una noche con el
hombre. No debería estar cayendo por las lágrimas de Wilbur. Eso podría
asesinarle. Inmediatamente sintió un poco de disgusto por su intento de
convertir esta situación en algo no emocional, algo menos poderoso de lo
que se estaba convirtiendo.
El rostro de Wilbur surgió en la mente de Stripper para atormentarle
y dejarle hambriento por ver de nuevo al hombre. ¿Qué cojones le estaba
haciendo el humano?
Executive Boyguards había sido contratado por una firma privada 12
para investigar el espionaje industrial. Pero las entrañas de Stripper le
decían que Wilbur no era más espía que el Pato Donald. Nicolas Reno era
astuto, implacable, y utilizaría cualquier medio necesario para conseguir
terminar el trabajo. ¿Podían Wilbur y Nicolas ser la misma persona?
Stripper no lo creía, pero sus emociones estaban fuera de control.
Quería a Wilbur de manera demasiado desesperada, y eso estaba nublando
su juicio. Nunca antes había sentido lástima por alguien al que estaba
interrogando.
—Tienes que dar un paso atrás en esto, —dijo T-Rex—. No estoy
seguro qué está pasando, pero parecías tenso. Deja que Legend se
encargue.
Stripper había trabajado demasiado duro en el perfil de Reno. Había
encontrado a los socios de Reno, sus compradores, e incluso un silencioso
compañero que había huido del país hacía dos días. Se las había apañado
para pillar a Reno antes que el hombre también hubiese huido. Pero aún no
podía creer que Wilbur fuese Reno.
Aunque el parecido era sorprendente.
—Yo me encargo. —Stripper sabía que estaba jugando un juego
peligroso. Lógicamente, debería entregar esto a Legend. ¿Qué pasa si
tomaba la decisión equivocada y se enamoraba del chico malo? Pero, ¿qué
pasa si Wilbur era quien decía que era y Stripper desataba a Legend sobre
el humano? Sacudió la cabeza—. Le quebraré.
—¿Estás seguro? —Preguntó T-Rex—. No podemos darnos el lujo
que te nos ablandes.
Stripper se agarró la ingle. —No hay nada blando acerca de mí.
Legend rodó los ojos. T-Rex no se veía ni un poco divertido.
Stripper se liberó a sí mismo y les sacó el dedo medio. —Que os
jodan. Conozco mi trabajo.
—Ese es mi chico, —dijo T-Rex—. Ahora haz lo que viniste a
hacer aquí. Rompe al hijo de puta de manera que podamos irnos a casa.
Stripper asintió con la cabeza, centrado en sí mismo, y luego entró
de nuevo en el aula. Sus pulmones se llenaron al instante con el aroma de
Wilbur, haciendo que Stripper apretase las muelas con necesidad.
Se detuvo justo dentro de la puerta para ver a Wilbur utilizando la 13
pizarra. Stripper miró lo que el hombre había escrito. El encabezado leía —
Lista de Deseos—, y debajo de eso, lo primero era tener sexo. ¿Esto era
alguna clase de código? ¿Wilbur estaba dejando alguna clase de mensaje
para sus contactos? Lo segundo era convertirse en un mejor padre de
mascotas. Lo tercero era aprender cómo ahogarse en seco en un traje de
neopreno.
¿Qué cojones?
Stripper se aclaró la garganta. —Siéntate, Sr. Reno.
Wilbur dejó caer la tiza y jadeó cuando se dio la vuelta como si
Stripper le hubiese asustado. El traje del humano estaba arrugado por el
agua que Stripper había salpicado al hombre, y su cabello castaño rojizo
sobresaliendo en cada ángulo. Wilbur parecía un desastre caliente y tan
jodidamente adorable que Stripper se estaba poniendo duro.
—¿Volvemos a eso de nuevo? —Preguntó Wilbur mientras sus
ojos color esmeralda se abrían como platos.
Stripper agarró la silla más cercana a él y la giró antes de sentarse a
horcajadas en ella. Apoyó los brazos en el respaldo y asintió con la cabeza
hacia otra silla. —Siéntate.
Wilbur se mantuvo de espaldas a las ventanas tapiadas mientras se
movía hacia su derecha. Agarró la silla y se sentó, juntando las manos en su
regazo. —¿Cómo puedo convencerte de quién soy realmente?
—Yo haré las preguntas, —declaró Stripper, intentando permanecer
al margen y no viéndose afectado por el poderoso aroma aferrándose al
aire, incluso si cada célula en su cuerpo exigía que tomase a Wilbur aquí
mismo, sobre el polvoriento escritorio del profesor. Wilbur era diferente,
juró el corazón de Stripper, aunque su mente luchaba contra esa instintiva
información.
La cabeza de Wilbur se balanceó con un asentimiento de cabeza.
—Entonces, ¿puedes preguntarme cuándo podré ir a casa? No he comido
nada, y cuando mis niveles de azúcar caen, me mareo un poco.
—¿Eres diabético?
—En el límite. Mi médico me ha monitoreado desde que era un
niño, y juntos nos las hemos apañado para evitar que me convierta en un
adicto a las pastillas en toda regla. —Wilbur se pasó los dedos por las
rodillas—. ¿Tienes una chocolatina en el bolsillo o un paquete de azúcar, 14
quizás un M&M2 que quedó en la bolsa?
Stripper estaba simplemente fascinado por esta hermosa criatura.
Wilbur no era lo que la mayoría de los humanos considerarían llamativo o
incluso guapo, pero era francamente sexy para Stripper. Wilbur tenía un
poco más de peso que lo que se consideraba un modelo delgado, pero se
veía bien en el chico. El hombre tenía un culo regordete, caderas anchas y
era grueso en todos los lugares correctos.
Stripper se estaba poniendo cada vez más duro por segundos.
Intentó una vez más desconectar sus emociones, convertirse en el soldado
letal para lo que había sido entrenado. Stripper se puso rígidamente duro, y
entrecerró los ojos. –Para con esta mierda, Sr. Reno. Quiero saber dónde…
—Está la Sra. O’Connor, —terminó Wilbur por él—. Ni idea.
—La secuestraste en un intento de sacarle los códigos. Ahora dime
dónde la tienes o…
2 pequeños pedazos de chocolate con leche revestidos de azúcar, producidos por Mars Incorporated,
populares en muchos países alrededor del mundo. Los caramelos fueron hechos originalmente en seis colores: rojo,
anaranjado, amarillo, verde, marrón, y azul.
—¿Me dejarás entrar en un coma diabético? —Wilbur se lamió los
labios, y Stripper notó como el sudor había comenzado a juntarse en la
frente del humano. Podría ser el hecho que Wilbur, o Nicolas o quienquiera
que fuese este hombre, estuviese nervioso. Quería levantarse y comprobar
al humano, pero si Wilbur le estuviese engañando, Stripper no quería que le
tomase por tonto.
Nunca había estado tan en conflicto en su vida.
Intentó resistirse, ver si Wilbur estaba fingiendo. El chico había
estado temblando antes, de manera que eso no era nada nuevo. Stripper no
estaba cayendo por… ¿el chico se estaba poniendo pálido? Stripper miró a
los ojos verdes de Wilbur. —¿Hey?
Wilbur parpadeó y miró hacia la pizarra. Su cabeza se movió
ligeramente de un lado a otro mientras sus ojos continuaban revoloteando
rápidamente. —¿Alguna vez me vas a dejar utilizar el cuarto de baño?
¿Alguna clase de truco?
3GQ (llamada originalmente Gentlemen's Quarterly) es una revista estadounidense mensual para hombres
que se enfoca a la moda, el estilo y la cultura masculina, con artículos sobre comida, cine, salud, sexo,
música, viajes, deportes, tecnología y literatura. Es considerada más exclusiva y sofisticada que otras revistas
del mismo género, tales como Maxim y FHM
cuerpo del hombre mantenía proporciones perfectas, musculosas y
trabajadas. Anchos hombros se reducían a estrechas caderas y lo que tenía
que ser el mejor culo que Wilbur había visto en su vida.
Wilbur quería romperse un diente mordiendo al hombre.
El rubio cabello de Stripper era corto al estilo militar. El color
combinaba perfectamente con los iris del hombre. Ligeras cejas recortadas
paralelamente a afilados pómulos, y la sombra de la barba del hombre hacía
a Stripper mucho más delicioso.
Poder y fuerza se mezclaban desde cada poro del cuerpo de hombre.
Y esa voz. Wilbur amaba a un hombre con una profunda voz, y la de
Stripper era de un barítono letal. Era ligeramente ronca, rica y oscura, como
el mejor terciopelo negro frotándose contra sus sentidos.
Wilbur se estremeció de manera involuntaria.
Stripper también tenía tatuajes. Lo que es un chico malo. En su
bíceps izquierdo tenía un extraño patrón de remolino. Había un dragón en
su bíceps derecho, y una especie de escritura china en la parte inferior de su
brazo derecho. Wilbur quería trazarlos con su lengua. ¿Qué demonios se le
había metido? Nunca había babeado por alguien de esta manera, 23
especialmente no por alguien que le había secuestrado.
Quizás finalmente estuviese agrietando bajo la presión. Alguien
había intentado volarles después de todo.
Cuando Stripper volvió la mirada hacia él, Wilbur casi fue
absorbido. El hombre era alto y peligroso, y Wilbur se preguntó cómo se
vería Stripper desnudo.
Stripper estiró el brazo y presionó la parte posterior de su mano en
la frente de Wilbur y luego en sus mejillas mientras se arrastraban
silenciosamente por el pasillo. Los rasgos del hombre estaban
enmascarados, pero sus ojos contenían una gran cantidad de emociones.
Wilbur nunca había sido bueno descubriendo expresiones faciales, pero
notó que los ojos de Stripper ya no eran peligrosas dagas. Se habían
suavizado.
¿Qué significaba eso?
Los hombres se detuvieron. T-Rex levantó una mano. Hizo alguna
extraña señal, y entonces el hombre con el tatuaje tribal se separó del grupo
y se movió rápidamente hacia la pared opuesta. Wilbur se mordió el labio
inferior y esperó. Su corazón estaba latiendo mientras su agarre se tensaba
en el brazo de Stripper.
Stripper dio una palmadita a Wilbur en la cadera y luego apoyó ahí
su mano. Este era un comportamiento muy extraño para un interrogador.
No que Wilbur se estuviese quejando. El calor de la mano de Stripper se
filtró a través de los pantalones de Wilbur. Y Wilbur se encontró a sí
mismo disfrutando del contacto.
Wilbur estaba confuso, pero también excitado. Este no era el
momento apropiado, pero no podía evitar la manera en que su cuerpo
estaba reaccionando ante la cercanía de la gran musculatura de Stripper.
Ahora que el hombre no le estaba amenazando, Wilbur pudo apreciar al
hombre de aspecto delicioso.
Intentó mirar a cualquier parte excepto a Stripper. El hombre le
estaba distrayendo, y Wilbur necesitaba su ingenio sobre él. No sólo
necesitaba sobrevivir a quienquiera que les estuviese atacando, sino que
también necesitaba alejarse de estos hombres.
Pero no podía evitar cómo se sentía. Tocando a Stripper, el cuerpo
de Wilbur se volvió demasiado sensible, demasiado caliente, como si el 24
calor comenzase a estallar dentro de él. Maldita sea, se estaba poniendo
duro simplemente sosteniendo el brazo del hombre.
T-Rex hizo esa extraña cosa con las manos de nuevo, y entonces los
hombres comenzaron a moverse. Wilbur no tenía idea cómo sobrevivir a
una situación como esta. Iba a tener que depender únicamente de Stripper
para que le mantuviese vivo.
Ahora, ¿no era eso irónico?
Y aquí pensó que lo más difícil en la vida era intentar mantener
vivo un pez de colores. Bueno, eso e intentar no destruir la amistad de
muchos años entre el padre de Wilbur y el Sr. Fiber.
Wilbur fue sacudido hacia adelante cuando los hombres hicieron un
alto. Salieron por las puertas traseras y se apresuraron por un conjunto de
escalones de hormigón llenos de hierba. Wilbur fue empujado en la parte
posterior de un SUV negro con cristales tintados. Apenas tuvo tiempo
suficiente para deslizarse antes que dos hombres más saltasen en la parte de
atrás con él. Uno de ellos era Stripper.
T-Rex tomó el volante mientras el hombre con el tatuaje lanzaba
dos cajas negras en la parte de atrás y luego se apresuró al asiento del
pasajero. Los neumáticos chirriaron cuando el SUV se lanzó hacia adelante
y entonces T-Rex revolucionó el motor y el vehículo aceleró por la calle.
—El cristal es a prueba de balas, —le informó Stripper.
Wilbur retorció las manos en su regazo mientras observaba pasar
los edificios a toda velocidad. Ahora, ¿cómo iba a escapar? No tenía idea a
dónde le estaba llevando.
—Pero tú no, —dijo T-Rex desde el asiento delantero—. Intenta
cualquier cosa, Sr. Reno, y pondré una bala entre tus ojos.
Wilbur sintió tensarse a Stripper. Los ojos del hombre se clavaron
en la parte posterior de la cabeza de T-Rex, pero Stripper no dijo nada.
Toda su vida Wilbur había sido demasiado amable para su propio
bien. Incluso ahora cuando sabía que debería pensar en una manera de
escapar, no quería faltar a su palabra en su promesa a Stripper. Wilbur
necesitaba su cabeza examinada. El hombre le había secuestrado y
amenazado, y todo en lo que Wilbur podía pensar era en mantener su
palabra. 25
Condujeron a través de Junction City, cruzando un conjunto de vías
de ferrocarril, y luego T-Rex giró a la izquierda, saliendo de la ciudad.
Wilbur se alegraba de aún estar vivo pero no tenía deseos de dejar la
ciudad. Tenía un trabajo, un hogar y una vida. Despertó su ira y se giró
hacia Stripper, preparado para darle al hombre un pedazo de su mente.
—¿Podrías, por favor, decirme a dónde estamos yendo?
Stripper sacudió la cabeza. –Eso no es importante.
—Dices eso mucho. –Wilbur estaba muy cansado de esa respuesta.
Quería saber qué estaba pasando, quién era el Sr. Reno y por qué había sido
secuestrado. Por encima de todo, quería saber por qué estaba atraído por
Stripper. ¿Podría ser síndrome de Estocolmo? No lo creía. Wilbur no estaba
relacionado con el hombre. Sólo quería que Stripper saltase sobre sus
huesos.
—Eso debería darte una pista. –Stripper había vuelto a su fría
actitud. Wilbur estaba preparado para pegarle un puñetazo al hombre en la
nariz. En su lugar, se sentó ahí cocinándose a fuego lento.
Después de viajar por casi dos horas, T-Rex bajó por un camino de
tierra con hileras de maíz a cada lado. El camino estaba lleno de baches y
Wilbur rebotó hasta que el SUV se detuvo frente a un granero deteriorado.
Cuando salieron de la camioneta, el sofocante calor golpeó a
Wilbur en el rostro. No había notado el calor que hacía cuando habían
salido del último edificio. Probablemente porque había estado demasiado
aterrorizado para prestar atención.
Comenzó a sudar, su camisa aferrándose a él mientras miraba
alrededor. Había una enorme granja a su izquierda y silos justo más allá del
granero. El aire olía a estiércol de vaca, y Wilbur sintió náuseas, tapándose
la nariz. Una variedad de equipos agrícolas yacían dispersos alrededor. Se
puso rígido cuando algunos perros salieron corriendo de detrás de la casa,
ladrando.
—Me dan miedo los perros, —le dijo a Stripper—. ¿Muerden?
—No tengo idea, —contestó Stripper—. ¿Por qué no intentas
acariciar uno?
Wilbur entrecerró los ojos. —No eres un hombre muy agradable.
—Lo que era una contradicción a cómo había actuado Stripper antes. El 26
hombre era el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Un minuto era letal e intimidante, al
siguiente era agradable y educado. Wilbur estaba consiguiendo una
migraña intentando lidiar con las múltiples personalidades de Stripper.
Wilbur estuvo cerca de tragarse la lengua cuando el hombre más
grande y alto que había visto salió al porche. El hombre era incluso más
alto que T-Rex. Llevaba un sombrero de vaquero, botas de trabajo,
vaqueros polvorientos y la palabra Goliat le vino a la mente.
—Jeremiah. —La sonrisa de T-Rex era enorme mientras cruzaba el
patio con la mano extendida—. Mucho tiempo sin verte.
La mano de Jeremiah se tragó la de T-Rex cuando se las dieron. Los
llamativos ojos azul pálido de Jeremiah se volvieron hacia Wilbur y se
fijaron en él. —¿Este es el hombre?
Wilbur dio un paso hacia atrás. Estaba bastante seguro que su nariz
llegaría al ombligo del hombre. En una de las robustas manos del hombre
encajaría perfectamente sobre todo el rostro de Wilbur y una parte de su
cabeza. Podría asfixiar a Wilbur hasta la muerte.
Intentó encogerse detrás de Stripper cuando los perros se acercaron
a ellos. Wilbur tragó con fuerza mientras sus dedos se aferraban a la parte
posterior de la camiseta de Stripper. –Perritos buenos.
—Métele en el granero, —dijo T-Rex mientras el hombre con el
tatuaje tribal descargaba unas pocas cosas de la parte posterior del SUV.
Wilbur sacudió rápidamente la cabeza. —Pero no quiero entrar ahí.
¿No puedes interrogarme frente al porche con algo de limonada?
Stripper se giró y sujetó a Wilbur contra el SUV. —Todo lo que
tienes que hacer es quitarte los pantalones y podremos terminar con esto.
Cada hombre en el patio se dio la vuelta, sus ojos aterrizando en
Wilbur.
27
Capítulo Cuatro
Stripper moldeó su cuerpo al de Wilbur. Deslizó sus manos sobre
las de Wilbur y luego las aprisionó al costado del humano.
—No me voy a quitar los pantalones para ti. —El tono de voz de
Wilbur era inestable—. De manera que deja de preguntar.
Stripper era completamente consciente que todos los ojos estaban
sobre ellos, y quiso matar a cada hombre que lanzaba miradas al humano.
Cerró los ojos y contó hasta diez antes de tomar una profunda respiración.
—Entonces ve al granero.
Aunque estaba casi seguro que este hombre no era Reno, Stripper
no lo tenía 100% claro. No podía permitirse bajar la guardia. Quería
hacerlo. Dios, cómo quería llevar al Wilbur al granero y follarle. Pero
excepto por la marca de nacimiento, tenía que estar seguro quién era el
chico.
28
La atracción que sentía hacia el humano estaba creciendo, y el oso
de Stripper estaba gruñendo ante la idea que no pudiese tener al hombre.
Así estaba Stripper. Agarró las muñecas de Wilbur y tiró del hombre.
—¡Para! –Gritó Wilbur—. Ese lugar se ve muy poco higiénico.
Si éste era Reno, el hombre era malditamente bueno actuando.
Stripper se estaba tambaleando al borde de su control, preparado para
ceder. Empujó a Wilbur a través de la puerta del granero. El hombre
aterrizó sobre su culo. Stripper no había querido utilizar tanta fuerza.
Maldijo en voz baja y ayudó a Wilbur a ponerse en pie.
—Gracias, —dijo Wilbur mientras se sacudía el polvo.
Stripper se preguntó por qué este chico le agradecía cuando… no
importaba. Realmente no importaba. Stripper estaba cansado de andarse
con cuidado. —Enséñame tus nalgas.
—Enséñame las tuyas. –Wilbur cruzó los brazos sobre su pecho
como si le hubiese mostrado una o dos cosas a Stripper. Bien, Stripper
estaba a punto de mostrar a Wilbur unas pocas cosas. Como el hecho que
no tenía problemas estando desnudo. Se quitó la camiseta por la cabeza,
tirándola de manera descuidada al suelo.
—¿Desde cuándo tienes que quitarte la camiseta para mostrar las
nalgas? —Wilbur retrocedió.
—Desafiaste al hombre equivocado cuando se trata de mostrar
partes del cuerpo. —Stripper se aflojó el cinturón, el metal tintineando
cuando fue a por el botón de sus pantalones.
Wilbur levantó ambas manos como si intentase evitar que una pared
invisible se acercase a él. —¡Alto! ¡Alto! ¡Alto! No hay necesidad de
desnudarse. Retiro mi desafío.
Las mejillas del hombre se habían vuelto escarlata, su mirada
moviéndose a toda velocidad de manera nerviosa. ¿Estaba buscando una
salida? No la había. T-Rex había llamado antes y pedido a Jeremiah que
asegurase el granero. Jeremiah era un ex-militar y sabía exactamente lo que
implicaba esa petición. No habría escapatoria para Wilbur.
—Muéstrame tus nalgas, —dijo Stripper, repitiendo su exigencia—.
Y todo esto podrá terminar.
—¿Por qué eres tan persistente acerca de ver mi culo desnudo?
—Preguntó Wilbur. 29
4 Glock M4
Así lo esperaba porque no estaba mostrando a Stripper su trasero de
nuevo. El hombre ya parecía decepcionado porque Wilbur no estaba tan
desnudo como lo estaba Stripper. ¿Estaba haciendo pucheros?
—De acuerdo, mira, —dijo Stripper cuando se movió hacia
adelante.
Wilbur sacudió la cabeza. –Súbete los pantalones de nuevo si vas a
hablar conmigo. –Wilbur se estremeció–. Es como si una pitón me
estuviese mirando fijamente.
Stripper bajó la mirada como si se hubiese olvidado que sus cocos y
salchicha estaban expuesto. Se encogió de hombros como si no fuese gran
cosa. –Sólo quiero disculparme por toda la confusión. Ya que no tienes la
enorme marca de nacimiento, no puedes ser Reno. A menos por supuesto
que encontrases una manera de deshacerte de ella.
Wilbur gruñó de frustración cuando intentó moverse para pasar a
Stripper. –No voy a pasar por esto contigo de nuevo. Te mostré mis nalgas.
No soy Reno. Ahora, ¿puedes llevarme a casa?
Stripper extendió la mano y enganchó el brazo de Wilbur,
acercándole. Sus pechos colisionaron, y Wilbur encontró difícil respirar. 32
Sentía la polla de Stripper encajada entre ellos, y se estaba poniendo más
gruesa a cada segundo. La respiración de Wilbur salió en jadeos cuando
levantó la mirada hacia los hermosos ojos color avellana de Stripper. –Lo
prometiste. –Su tono de voz salió entrecortado cuando su cuerpo comenzó
a amoldarse al de Stripper.
—Prometí no tocarte cuando te bajases los pantalones. –Stripper
acarició con la nariz el cuello de Wilbur e inhaló profundamente. Cuando
levantó la mirada, sus ojos parecían brillar. Su tono de voz se volvió bajo y
rudo–. Pero no te tomaré en un sucio granero. No para tu primera vez.
El alma de Wilbur pareció contraerse ante las palabras de Stripper.
Demasiadas sensaciones atravesaban su cuerpo, demasiado calor y
demasiadas emociones certeras para ser lógico. Luchó para calmar su
acelerado corazón, para aliviar la dureza de su respiración.
Deslizando sus dedos a través del cabello de Wilbur, Stripper se
aferró a la nuca de Wilbur, atrapándole por sorpresa cuando el hombre
inclinó la cabeza de Wilbur hacia atrás y bajó la suya.
La lengua de Stripper se frotó sobre los labios de Wilbur y acarició
su interior en un pequeño empuje provocador que tuvo a ambos
conteniendo sus respiraciones cuando el beso se profundizó mucho más
que un gentil asalto.
Por primera vez desde que conociese a estos hombres, Wilbur quiso
patear a T-Rex en la espinilla por la interrupción. Su mano había estado a
centímetros de la polla de Stripper, y Wilbur estuvo medio tentado a
agarrarla de todos modos. Entonces Stripper se subió los pantalones, se dio
la vuelta y dio un gruñido bajo y amenazador.
—No creo que aún haya huido del país, —dijo Stripper–.
Deberíamos haber escuchado si hubiese conseguido los códigos.
Salió del granero para ver a los hombres de pie alrededor del
vehículo. Incluso Jeremiah estaba ahí de pie, una cabeza más alto que el
resto. Wilbur odiaba que todos los ojos estuviesen sobre él, pero mantuvo
el paso seguro y confiado. Cuando alcanzó el SUV, T-Rex abrió la puerta
de atrás. Wilbur se deslizó en el interior y juntó las manos en su regazo.
—Ya que te debemos una por esto, llama si alguna vez necesitas un
favor.
Wilbur miró la tarjeta. La compañía era Executive Bodyguards.
Wow. Estos hombres eran de fiar. Eran profesionales. Le hizo a Wilbur
estar mucho más agradecido por haber salido vivo de esta. Asintió con la
cabeza y guardó la tarjeta en su bolsillo.
37
Capítulo Cinco
Wilbur estaba en camino hacia la casa de sus padres el fin de
semana siguiente. No había sido despedido, y su vida había vuelto a su ser
como si su secuestro nunca hubiese tenido lugar. Pero no se podía negar
que echaba muchísimo de menos a Stripper. Cada noche se había quedado
dormido con la camiseta del hombre escondida debajo de su cabeza,
inhalando el aroma masculino de Stripper.
—Necesito un bolígrafo.
Este motel era tan retro como se pudiera lograr. Todo se veía como
si se hubiese congelado a mediados de los años 50 o principios de los 60.
Nada estaba actualizado. Wilbur estuvo cerca de saltar cuando un reloj de
cuco sonó dos veces. Medianoche. Miró al reloj y pudo decir que era una
barata réplica de plástico. Tenía una capa de polvo en la parte superior y
aferrándose a las cuerdas de piña.
—Ahora déjame ver. –El hombre se dio la vuelta y miró las llaves.
Entrecerró los ojos y sacudió la cabeza, como si estuviese indeciso. No
debería ser tan difícil. Había ocho llaves. Sólo coge una. 41
7 Unos 22,13€
habitación diez. Dejó su bolsa en el coche cuando salió. La cogería por la
mañana.
Alguien gruñó. El sonido era tan suave y débil como el viento, pero
perceptible. Cada vello del cuerpo de Wilbur se elevó, como si alguna
mano invisible simplemente lo hubiese frotado. Se estremeció y no pudo
parar. Wilbur cerró los ojos con fuerza, sabiendo con toda certeza que
alguien estaba allanando su habitación.
¿Este era Reno? ¿Este era el hombre que Stripper y los otros
estaban empeñados en atrapar? ¿Por qué el hombre iría tras él?
Wilbur no se quedó para descubrirlo. Sus neumáticos giraron en la
gravilla cuando pisó a fondo el acelerador. Condujo marcha atrás hasta que
llegó a la carretera principal y luego giró el coche, sus neumáticos
chirriando cuando salió a toda velocidad.
—Ahora, ahora, Sr. Castro. –El tono de voz había caído un poco
más—. ¿Por qué no te detienes y podemos resolver esto? No hay necesidad
de huir.
—Oh, hola, Shott. ¿Cómo has estado? –La educación siempre era
apreciada.
48
Capitulo Seis
Wilbur entró en el restaurante casi vacío. Miró a su alrededor y luego
se sentó en la barra. Aunque Shott le había dicho que preguntara por Bill,
Wilbur vaciló. Tal vez Reno no lo encontraría aquí y Wilbur podría
disfrutar de una cena a medianoche. Tal vez no tenía que molestar a Bill
después de todo.
—No hay nada de malo en eso, —dijo Bill, sus ojos aún desviándose
sobre la figura de Wilbur—. No me importaría invitarte a salir, pero por lo
que tengo entendido, ya estás cogido. —El hombre negó con la cabeza—.
Es una lástima. Te habría tratado como a mi pequeño rey.
Wilbur iba a derretirse en su silla con todos los cumplidos que Bill le
estaba dando. ¿Era siempre tan lanzado con sus clientes? A Wilbur le
gustaba pensar que no. Pero sabía que se estaba engañando. Bill sólo estaba
siendo amable.
Ahora esos chicos eran guapos para morir. Wilbur había tomado sus
descansos en el vestíbulo a menudo para poder babear con los hombres que
iban y venían. A menudo había fantaseado con ser uno de esos modelos, en
ser alto y delgado y ser codiciado por su apariencia.
—Déjame saber cómo sabe eso, —dijo Bill antes de caminar hacia
una nevera y agarrar un recipiente de zumo de naranja. Wilbur miró su
plato para ver claras de huevo, espinacas y algún tipo de queso blanco. La
comida se veía deliciosa. Dio un mordisco y gimió cuando el queso feta se 52
derritió en su boca.
Wilbur no estaba seguro de lo que haría Shott una vez que el hombre
apareciera. ¿Shott lo llevaría a alguna parte para esconderse? ¿Le pondría
un guardaespaldas a Wilbur? ¿Tendría que pagar Wilbur por un
guardaespaldas? Tal vez debería haber preguntado.
Tal vez era bueno que Shott estuviera conduciendo. Stripper estaría
yendo a ciento setenta en este momento. Wilbur estaba en problemas, y
parecía tomarle una eternidad en llegar al humano. Además, Stripper sabía
cómo era Bill. El hombre estaba más salido que un perro en celo y estaría
encima de Wilbur. Stripper quería estrangular a Shott por enviar a Wilbur a
Bill. ¿En qué había estado pensando su amigo?
Stripper pasó sus manos por el cabello corto de Wilbur. Quería ver
los ojos verdes del hombre. Lo que no daría por ver la tímida sonrisa de
Wilbur y escuchar su ingenioso humor.
57
Capitulo siete
T-Rex respondió a su teléfono en el segundo timbre. Había estado
despierto cuando Shott y Stripper se marcharon. Desde que T-Rex podía
recordar, siempre había sido un búho nocturno. Incluso en el ejército,
estaba en pie con sólo unas pocas horas de sueño. Eso seguía siendo cierto.
Ahora era dueño de un rancho y todavía trabajaba hasta tarde, pero estaba
levantado al amanecer y listo para comenzar su día. Aunque él era el
hombre más viejo en su unidad, T-Rex parecía operar en un nivel diferente.
Stripper se dejó caer en una silla y se restregó la cara con las manos 60
para ocultar las lágrimas que amenazaban con caer. El estrés, la
preocupación, los miedos y la ira estaban llegando a un punto crítico, y
Stripper sintió que sus cimientos se estaban comenzando a agrietar.
Wilbur levantó el pulgar una vez más. Ella se echó a reír, sacudió la
cabeza y salió de la habitación.
Odiaba a Reno con cada aliento que tomaba. Wilbur quería ver sufrir
al hombre por matar a Bill. También quería que Reno sufriera por hacer
que Wilbur se perdiera el funeral de Bill.
—Tengo algo mucho mejor para ti. —Stripper lo llevó por el pasillo
hasta una habitación a la derecha. Había toneladas de equipos electrónicos
instalados por toda la sala.
—¿Lo tienes?
—Uh, oh sí, claro. —Wilbur hizo lo que pudo por prestar atención.
No estaba teniendo mucho éxito. Se mantuvo tratando de retroceder para
poder sentir la presión de la polla de Stripper en su trasero.
Desafortunadamente, cada vez que se movía hacia atrás, sus pantalones
cortos se deslizaban ligeramente hacia abajo. Ahora estaba sentado allí con
el aire fresco de la habitación rozando la grieta de su trasero.
Su personaje murió.
—No, no lo es.
¿Por qué el hombre sonaba tan triste? ¿Qué estaba ocultando Stripper
que hizo que sonara tan angustiado? Stripper continuó moviendo su mano
lentamente sobre el vientre de Wilbur en círculos pausados.
70
Capitulo Ocho
Wilbur había terminado con ser tratado como si fuera a romperse en
cualquier segundo. Se sentía mejor tras pasar cuatro semanas en Rancho
Gran Oso, y quería un pedazo de Stripper.
Pero esta noche Wilbur pensaba revelarse. Iba a agarrar al toro por
los cuernos y lanzar la precaución al viento. Era bien pasada la
medianoche, y Stripper estaba profundamente dormido, desnudo como
siempre. Wilbur comenzó a plantearse lo que iba a hacer como una misión.
Tendría que moverse sigilosamente con la esperanza de no despertar a su
objetivo. 71
La polla de Stripper.
Stripper gimió.
Tal vez Wilbur no debería estar haciendo esto, yendo en contra de las
indicaciones del doctor, pero no podía pasar otra noche tumbado junto a
Stripper sin al menos probar al hombre. Stripper era una tentación
demasiado grande, y la resistencia de Wilbur llegó hasta aquí. Había
resistido durante semanas y necesitaba sentir a Stripper en su boca.
—No lo sé, —dijo Shott. —Tal vez estés comiendo el ganado del
Triple-B.
Esto era sólo una casa. Estaba sin vida. No había revistas esparcidas
alrededor, la televisión no estaba a todo volumen, y no se oía ningún ruido
en la cocina, indicando que la cena pronto estaría lista. Podría gustarle la
forma en que olía el lugar, pero eso era todo.
Se giró cuando Mason le dio un golpecito en el hombro. Sam miró hacia
donde señalaba el hombre. No entendió a qué señalaba Mason hasta que
vio algo atrapado bajo el zócalo de la pared.
Shott bajó por el pasillo y le dio a Sam un rápido asentimiento,
diciéndole que la parte trasera de la casa estaba limpia. Acercándose más a
la pared, Sam se inclinó y tiró del pequeño trozo de papel. Era un recibo.
Echó un vistazo por encima, pero los artículos que aparecían eran
ordinarios. Sin embargo, no fue el papel lo que le intrigó. Deslizó su mano
por la pared, tratando de averiguar si había algún tipo de entrada secreta.
Los tres arrastraron el culo por la puerta lateral, bajaron a toda prisa
el camino de entrada y pasaron su furgoneta de fontanería. Estaban a mitad
de la manzana cuando la casa explotó. Sam cayó hacia adelante, pero se
volvió en el último segundo para tomar el impacto total de la caída. Miró
hacia atrás para ver las llamas elevándose en el cielo, escombros por todas
partes.
—Me encuentro bien, —dijo Wilbur—. No veo por qué tengo que
seguir viniendo aquí.
—Necesitamos asegurarnos de que tu corazón esté bien, —le recordó
a Wilbur, a pesar de que estaba listo para salir por pies en cualquier
segundo. Siguió imaginándose al doctor saliendo con una jeringa
monstruosa en la mano, riéndose malévolamente mientras perseguía a
Stripper por el área de espera.
Al igual que con todas las visitas anteriores, Stripper tuvo que dejar
de lado sus propios temores para calmar a Wilbur. Si no lo hiciera, el
hombre intentaría alejarse de la sala de espera y escapar. Parecía que
compartían los mismos temores en cuanto a la consulta del médico.
—Caballeros.
—Vámonos.
Tenía sentido.
Tan pronto como el hombre estaba desnudo, la polla de Wilbur
comenzó a llenarse. No pudo evitarlo. Stripper era un infierno de hombre
magnífico para mirar, especialmente cuando estaba desnudo. El hombre era
todo líneas marcadas, proporciones perfectas, y corte en todos los lugares
correctos.
—Sí, sí. —Wilbur había terminado de hablar sobre algo que no iba a
suceder. Quería sexo. Ahora que era una posibilidad real. Cambió de un pie
al otro, preguntándose si debería desnudarse también. Si iban a estar en el
bosque, entonces bien podrían divertirse.
Eso era más fácil decirlo que hacerlo. Si el hombre estaba diciendo la
verdad sobre ser un oso, entonces Wilbur realmente estaba... su corazón
comenzó a acelerarse de nuevo. Stripper rápidamente se vistió y luego
recogió a Wilbur del suelo, llevándolo rápidamente de nuevo al interior de
la clínica.
No, eso no tenía sentido. Wilbur sabía que los niños no vivían en el
agua, pero su mente corría en todas direcciones. Su mente estaba siendo
invadida por pensamientos extraños y locos.
—¿Qué sucede? —Preguntó el doctor Gallagher cuando Stripper
entró corriendo con Wilbur en sus brazos.
Wilbur intentó apartar las manos del hombre, pero el doctor era
mucho más fuerte de lo que parecía. Wilbur odiaba las agujas. Hizo una
mueca cuando el doctor clavó la aguja intravenosa en su brazo.
T-Rex le siguió.
—Entra y pide algo, —le dijo T-Rex a Sam–. No quiero que Reno
salga por la puerta de atrás.
T-Rex miró a Shott por el espejo retrovisor. Los ojos azules del
hombre contenían una gran cantidad de información y conocimiento, como
si T-Rex supiese que enviar a Shott ahí dentro era una mala idea. T-Rex
tenía razón. Shott tenía un interés personal en esto. Habría entrado en esa
tienda ocupada y pasado a Reno mientras deslizaba un cuchillo entre las
costillas del hombre.
Reno salió de la tienda. Segundos más tarde, Sam salió, una bolsa
para llevar en la mano. Cuando Sam entró de nuevo en el SUV, lanzó la
bolsa a Mason. –Ahora no te comerás nuestro ganado.
Sabía que no podría vivir con la decisión de matar a su propio hijo. 103
No podría. Pero entonces, ¿dónde dejaba eso a Wilbur? El corazón del
hombre podría no ser capaz de llevar el estrés del embarazo y nacimiento
del niño.
La sorpresa hizo que Wilbur abriese los ojos como platos cuando 106
Stripper retrocedió y comenzó a trabajar en el interior del apretado agarre
del culo de Wilbur con poderosas embestidas. Se estaba muriendo. Sudor
caía por su rostro cuando enterró su polla en el interior de Wilbur hasta la
empuñadura en la cuarta embestida.
T-Rex miró hacia atrás para ver la pesada mano del ranchero caída
en su asiento, sangre filtrándose a través de su camisa.
Stripper maldijo. Mason iba a tener una cicatriz, pero esa sería la
menor de las preocupaciones del ranchero. No se sabía si la plata habría
hecho algún daño. La plata era venenosa para los shifters, y el médico iba a
tener que hacerle pruebas a Mason.
8El término se usa como muestra de la ciudad natal, o de dónde vienes, o dónde naciste y te criaste. Usado
por aquellos en los pantanos y a lo largo de las costas de Mississippi, Louisiana y Alabama
9 Pinzas de forcipresión con puntas afiladas en sus extremos y una serie de dientes de sierra
transversales en toda su longitud. Se emplean para sujetar tejidos durante la intervención o para comprimir
un tejido hemorrágico
Al día siguiente, Wilbur encontró a Stripper en la sala de
comunicaciones. El hombre estaba completamente desnudo, balanceándose
con un auricular puesto. El hombre estaba maldiciendo, amenazando a
alguien que Wilbur no podía ver mientras sus dedos danzaban sobre el
controlador en su mano.
Wilbur había visto a Stripper en su modo militar. Eso era algo que
una persona no podía olvidar. Sus ojos color avellana habían estado llenos
de muerte y promesa. También había visto a Stripper en su punto más
vulnerable. Las emociones que atravesaron los ojos del hombre aún
perseguían a Wilbur. Había visto a Stripper lleno de pasión, haciéndole el
amor como si Wilbur fuese el centro de su universo.
—Es sin azúcar, —declaró Taylor–. No creo que una bola te haga
daño.
Steven sacudió la cabeza. Señaló hacia los corrales. –Por eso salí
afuera. Cada vez que Colton está cerca, mi mente se calma.
—Ve a hablar con él. Déjale saber lo asustado que estás y que no le
culpas.
¿Eso que vio en los ojos azules de T-Rex era admiración? Wilbur
no estaba seguro, y ahora mismo ni siquiera le importaba. Estaba preparado
para enfrentarse al alto dinosaurio si fuese necesario.
—Chorradas.
Gator miró alrededor a los hombres con él. –Silencio total. Seguir el
plan.
130
Capítulo Catorce
Dos meses después…
Wilbur movió sus cejas. –Con tal que utilices esos uniformes 138
médicos,
FIN