Está en la página 1de 344

A la memoria de Charlie Mitchell.

Amigo y
vecino. Lo echaremos de menos.

Agradecimiento especial a: Dick D, mi


V.E.P.B. Realmente ayudaste a ver más clara toda
esta historia. Yo probablemente hubiera empezado
matando algunos personajes para aliviar el estrés si
no hubiera sido por ti. Disfruto nuestras sesiones de
conspiración inmensamente.

Y a las damas de Jaw Breakers. Me hubiera


arrancado el cabello si no fuera por todas ellas. Esta
historia es el rey de todas las DIP trastornos
catalizadores. Gracias por sufrir conmigo.

3
Prólogo
Enero 26, 4811: Planeta Englor: Un espacio abierto fuera
de Hawthorne Propiedad del país de Moreal.

U nas hojas secas se elevaron hacia la punta de su


brillante bota negra cuando él levantó el pie
derecho. Nathaniel debió de haberse quedado en la casa…
honor era una maldición. Todo eso era un malentendido, un
accidente. Ahora, iba a pagar con la muerte por eso. Él iba
a morir.

—Seis.

Nate tragó duro y tomó una profunda respiración


mientras daba el sexto paso. La brisa de la mañana rizaba
su largo cabello cubriendo sus ojos de color café. Él
parpadeó y sacudió la cabeza para despejarla, entonces
deseó no haberlo hecho. Su cabeza aun le dolía de la fuerte
borrachera que se había permitido la noche anterior. Si por
algún milagro salía vivo de esta, nunca bebería de nuevo.

—Siete. —La voz del Barón White se oía


exageradamente gruesa y fuerte sobre el ruido del crujir
de las hojas y el relincho de los caballos. Entonces, quizás
eran las circunstancias que lo hacían oírse de esa manera,
o quizás era el contraste con la serenidad del espacio
abierto.

4 Con la mente nublada y su cuerpo en piloto


automático, Nate siguió avanzando. Él miraba al horizonte,
hacia los desnudos árboles, donde el sol comenzaba a
iluminar el cielo de esa roja mañana. ¿Cuándo fue la última
vez que se había levantado tan temprano para ver el
amanecer? No podía recordarlo, pero sabía que esa podría
ser su última vez… Su despreocupada existencia como el
hijo mayor del Duque de Hawthorne repentinamente
parecía inútil.

Alguien en la orilla del claro tosió mientras el Barón


gritaba.

—Ocho.

Nathaniel avanzo un paso. ¿Por qué incluso había


pensado que podría razonar con el Vizconde? Daniel
Bradford, Vizconde de Hargrove y heredero del Marqués de
Oxley, siempre había sido un temperamental. A pesar del
hecho de que sus padres eran amigos estimados y que
Nate había conocido a Daniel prácticamente desde su
nacimiento, ellos nunca habían tenido ningún tipo de amor
entre ellos. Cuando niños eran rivales. De adultos ellos
simplemente se ignoraban. Hasta anoche. Anoche ellos
empezaron a ser enemigos.

—Nueve.

Cerrando los ojos colocó un pie frente al otro. La


antigua pistola Terran(1) se sentía pesada en su mano. Él no
quería hacer esto. La acusación que lo había traído aquí era
falsa, pero su coartada era justamente condenatoria. Todo
en el gritaba que corriera fuera del campo y huyera. Sería
llamado cobarde, pero al menos seguiría vivo otros veinte
años. Y lo más importantemente, no tendría la desilusión
de su padre.

—Diez. ¡Fuego!

5
(1) Suele ser utilizada por tropas con traje de combate, por lo que es un arma más
grande que las primitivas pistolas automáticas imperiales. Puede representarse
simplemente pegando el cañón de una Pistola Láser sobre el de una Pistola Bolter
como si fuera un cañón extendido, o también pegando un cargador de Pistola Bolter
en una Pistola Láser.
Nathaniel se giró sabiendo exactamente lo que tenía
que hacer. Podría no matar a Hargrove. Si por algún
milagro Nate vivía, su padre podría seguramente
desheredarlo. Podría ser un despilfarrador, pero él amaba a
su padre y decepcionar a su adorado padre era el peor
destino que podría sufrir, más horrible incluso que la
muerte. Él apuntó hacia el hombro izquierdo de Daniel.

El sonido del arma de fuego hizo erupción y sintió un


abrasador dolor en su costado. Alejando la agonía, su dedo
presionó el gatillo.

Los ojos azules de Daniel se abrieron más, abrió la


boca y miró hacia su pecho, donde una mancha roja se
extendía sobre su chaleco de brocado. Él miró a Nathaniel,
su cara blanca, y cayó a la tierra como una muñeca de
trapo.

Un alto grito femenino desgarró el aire. Victoria, la


prometida de Hargrove, corrió por el campo y se arrojó a
un lado del Vizconde.

«Oh, Galaxias, ¿Qué he hecho?» Nate seguía perfectamente de


pie, viendo a su oponente.

Alguien corría hacia Nate. —Polvo de estrellas(2),


Nate.
«Jared»

Nathaniel era vagamente consciente del bullicio


alrededor de él y de que la pistola se deslizaba de su
adormecida mano, cayó en la hierba con un suave golpe.
Veía al cuerpo sin vida de Hargrove parcialmente cubierto
por la falda del vestido azul de Victoria, quería que el
6 hombre se levantara, pero sabía que no iba a suceder.

(2) Esta frase aparecerá en muchas ocasiones. Es una maldición, como si estuviera
diciendo: Maldita sea.
Un grupo de gente rodeó al Vizconde, bloqueando,
finalmente, la vista de Nate, pero los sollozos y sonidos de
malestar continuaron.

Dedos alcanzaron su costado, haciendo que el agudo


dolor lo recorriera. Siseó soltando el aire y vio la cabeza
oscura de Jared. ¿Por qué su hermanito estaba aquí?

Jared estaba de rodillas, examinando el costado de


Nate. —Solo te ha rozado. —Levantándose, se colocó frente
a Nate—. Tenemos que salir de aquí. —Su hermano lo tomó
de los hombros y lo sacudió—. Nate, ¿estás escuchándome?

Nathaniel alejó la mirada de los preocupados ojos


color café de su hermano y vio sobre su hombro. Hargrove
no podía estar muerto. No podía. Nate no podía haber
matado al Vizconde, era él, él que se suponía que moriría.

El médico estaba junto a Daniel y sacudía la cabeza.


Victoria sollozaba más fuerte, pasaba la mano a través del
rubio cabello de Daniel, rogándole que respondiera. Incluso
el Barón White movía su corpulento cuerpo sobre el hombre
caído.

—Nate. —Jared lo sacudió más duro.

Nate tocó su herida, hizo un gesto de dolor. ¿Qué iba


a hacer ahora? Alejó su mano del pegajoso lío y la levantó
entre Jared y él. Oscura sangre cubría sus dedos y se
escurría por su mano.

—Maldición, Nathaniel. — Jared lo abofeteó, enviando


la cabeza de Nate a un lado y casi sacándolo de balance—.
Contrólate. Tenemos que irnos.

7 El ardor de la bofetada sacó a Nate de su confusión.


Jared tenía razón. Los duelos ocurrían a menudo, pero eran
ilegales. Nadie decía una palabra a menos que las
autoridades llegaran, entonces todos ellos serían
encarcelados. Eso era menos de lo que él merecía.
—¿Montabas a Nabil? ¿O llegaste en uno de los
aerotransportes? —preguntó Jared, tirando de él hacía los
caballos. A la derecha de la línea de árboles, carruajes de
caballos, con los choferes y transportes de vuelo bajo
estaban a la orilla del camino.

—Monté a Nabil. —Nate se liberó del agarre de su


hermano y llegaron al claro del bosque donde estaba su
negro caballo—. ¿Qué estás haciendo aquí Jared?

Nate sabía de hecho que su hermano no estaba en el


lugar cuando él empezó a caminar. Intencionalmente llegó
al duelo solo, ni siquiera había llevado un segundo(3).

Nabil estaba a varios metros de distancia con su


familiar cabeza levantada. Mientras Nate y Jared se
aproximaban, el caballo se giró hacia ellos sintiendo la
intranquilidad y la necesidad de urgencia.

Jared inclinó su infantil cara en desafío mientras se


dirigía a su aerotransporte. —Abre la puerta. Escalones
abajo. —La puerta se deslizó en el marco y los escalones
bajaron de un lado del vehículo—. Vine a cuidar tu espalda,
hermano. Desperté y te habías ido. Deberías haberme
dicho lo que planeabas hacer. Apenas tuve tiempo para
llegar aquí. Jared subió a su carruaje. —Escaleras arriba—.
Las escaleras desaparecieron a un lado del negro metal del
aerotransporte y regresó su atención a Nate.

Por primera vez, Nate notó la desarreglada apariencia


de su hermano. Jared tenía arrugas en las rodillas de sus
negros pantalones, que había usado la noche anterior. No
usaba chaleco ni corbata y su camisa azul pálido tenía las
mangas arremangadas en sus antebrazos. Su cabello
8 castaño oscuro hasta los hombros estaba suelto y ni
siquiera se lo había cepillado. La hermosa cara, una versión

(3) Segundo o padrino, hombre que acompaña al duelista.


ligeramente más joven de Nate, tenía la sombra de la
incipiente barba. Por lo que se veía, Jared había saltado
fuera de la cama, sin asistencia de su valet, y subió al
transporte siguiendo a Nate.

Sintiéndose anestesiado de la cabeza a los pies. Nate


subió a su caballo. —No quería entrar en el duelo. Vine a
hablar con Daniel para que lo dejara, pero él no quiso
escuchar. —Girando a Nabil a través del bosque, él trató de
ver hacía el claro. Su estómago se hundió a sus pies,
sintiendo el total impacto de lo que había hecho, no
obstante fue inadvertidamente—. Había matado a un
hombre.

—Lo siento. —La voz de Jared era tan suave, Nate


apenas la oyó.

—Así soy, —murmuró en respuesta. Girando a Nabil,


le dio a su único hermano una triste sonrisa—. Vamos a
casa, hermanito.

Jared asintió y saliéndose de la vista, cerró la puerta


del aerotransporte, entonces lo levantó de la hierba, entró
al camino y flotó rápidamente en dirección a Hawthorne.

Viendo al claro por última vez, Nate cerró los ojos. Su


vida nunca sería la misma de nuevo. Espoleó a Nabil, el
caballo empezó a galopar hacia su hogar y la censura de su
padre.

9
Capítulo 1
Noviembre 5, 4829: Planeta Regelence: Castillo Townsend
en Classige, Pruluce (la autoridad del país de Regelence).

U nos taladrantes gritos hacían eco en el castillo,


seguido por el golpe de pies desnudos sobre el
suelo de mármol. El sonido de la piel golpeando la pulida
piedra en la entrada, repentinamente se amortiguó a un
suave golpe. Aiden levantó la vista de la pantalla de dibujo.

Muffin, buscaba la ayuda de su hermano mayor,


entrando por la puerta del salón, desnuda y escurriendo
agua. Su cabello rojo, largo hasta los hombros, pegado a su
pecosa cara. Ella corría tan rápido como sus pequeñas
piernas la podían llevar, dejando un rastro de agua sobre la
alfombra azul y mirando sobre su hombro. Apenas le echó
a Aiden una mirada, y se metió debajo de su silla.

Él se mordió el labio inferior para evitar reírse. «Esa


debía ser la hora del baño». Guardando una de sus últimas pinturas,
colocó el estilete que sostenía a un lado de la pantalla. Se
inclinó sobre la silla, levantó el tapiz de damasco dorado.
Retiró los húmedos rizos de la frente y se enfocó en los
enormes ojos azules.

Muffin llevó su pequeño dedo a los labios mientras


ríos de agua bajaban por sus sonrosadas mejillas. —Shhh…
1 Yo debes tú, Aiden.

Bajando la tela, Aiden regresó a su lugar, aun


0 luchando para ocultar su alegría. La niña de cuatro años no
pensó en Jeffers, el computador del castillo que sabía todo
lo que sucedía bajo ese techo. Sin duda, Christy, la nana, le
había pedido a Jeffers que localizara a la niña.

Aiden decidió tener piedad por el espíritu empapado.


Seguro que ella necesitaba un baño, pero era bueno
rebelarse de vez en cuando. Mantenía las cosas
interesantes. —¿Jeffers?

—¿Si, Lord Aiden? —contestó la incorpórea voz de


barítono.

—No has visto a Lady Muffin.

—Mi Lord, sabe que no se me permite mentirle a los


guardias, ni acompañante(4) o su representante, incluyendo
a la nana de Lady Muffin.

Aiden suspiró. Él lo sabía, malditamente bien. Dentro


del castillo y en sus alrededores eran los únicos lugares que
a él y a sus hermanos se les permitía estar sin
acompañante. Por lo que había tenido que recurrir a sus
ardides para tener algo de tiempo para sí mismo. «Hablando de
tiempo a solas…»

Miró el reloj que estaba sobre la repisa de mármol


blanco encima de la chimenea. 9:12 a.m. Tres minutos
antes de que Payton apagara a Jeffers, asumiendo que
Payton pudiera rodear las cámaras de Jeffers, al otro lado
del castillo de servicio y llegar a los paneles de acceso del
sistema de seguridad en el sótano. La última vez que
Payton logró apagar a Jeffers, sus padres respondieron con
más medidas de seguridad. —Bien, déjame reformular
eso. Tú no ves a Lady Muffin, ella está escondida en algún
lugar de la casa.
1 —Eso es cierto, Lord Aiden. Mis cámaras no pueden
ver bajo la silla, aunque mis sensores de calor me dicen
1 que ella está ahí. Debo decirle a la Nana Christy la verdad.

(4) En algunos países se les llama chaperones.


Aiden resopló. Jeffers podría probablemente elegir las
palabras en su respuesta para que Christy exactamente
supiera eso. No es que eso fuera un problema, Christy
podría fácilmente seguir el rastro de agua de la pequeña
perdida a su cargo. Pero le daría a la pícara la oportunidad
de reafirmar su independencia y causaría un caos en el que
él pudiera fugarse. Cuánto más tiempo tardara Christy en
entrar al salón, más tiempo tendría Aiden para escapar.

Se oyó el ruido de talones en el pasillo fuera del


salón. Aiden sostuvo el aliento hasta que los pasos
siguieron. Vio el reloj de nuevo, 9:14 a.m., entonces miró
hacia la puerta abierta del salón. —Jeffers, cierra la puerta
del salón, me gustaría algo de privacidad, por favor,
también cierra las cámaras, sensores de calor y micrófonos
en este cuarto hasta nueva orden.

Las cortinas azules y las puertas francesas se


cerraron con un golpe. —Sí, mi Lord.

Saliendo de su asiento, Aiden se asomó bajo la silla.


Debatió durante varios segundos entre decirle o no a la
pequeña niña, sobre el plan que él y sus hermanos habían
urdido. No quería correr el riesgo de que ella saliera y se
lastimara, pero incluso ella debería de ser capaz de tener la
ventaja de la rara libertad. Conociéndola, de seguro le
gustaría usar esos minutos robados de independencia para
entrar a la cocina y encontrar algo dulce. —Muffin, Payton
está apagando a El Espía hoy. ¿Me prometes que no lo
dirás?

El húmedo cabello de ella se agitó, una brillante


sonrisa iluminó sus mejillas. —Lo prometo.
1 —Y no le dirás a Rexley.

2 De nuevo ella asintió. —Bien.


—Oh. —Muffin se lo decía todo a Rexley y lo que su
hermano mayor sabía, sus padres lo sabrían. Rexley era el
heredero al trono y probablemente su imagen estaba en el
diccionario bajo la palabra responsable. Si él supiera que
Tarren engatusó a Payton para apagar a Jeffers, Rexley por
su honor iría directo con padre y su Sire(5).

Aiden tomó su pantalla de dibujo de treinta y cinco


por cuarenta y cinco centímetros, se la llevaría para su
tarde de libertad. Había considerado llevar un cuaderno de
dibujo tradicional y lápices, pero con la pantalla podía hacer
más cosas. Incluso aunque amaba usar los métodos
tradicionales, con la pantalla podía hacer su trabajo más
grande, agregarle color, e incluso imprimirla cuando la
pieza estaba terminada. De cualquier manera él podía
alterar sus obras a su antojo y tenía un almacenaje
ilimitado, con los métodos convencionales él finalmente se
quedaría sin papel.

Miró a la chimenea al reloj en la repisa, 9:15 a.m.


—¿Jeffers?

No hubo respuesta.

—¿Jeffers? ¿Estás ahí?

El computador seguía sin contestar.

«Si».
Payton lo había hecho. En los diecinueve años de
Aiden, nunca había sabido que Jeffers no respondiera
después de la primera llamada. Incluso después de que se
le pidiera privacidad, al decir el nombre del computador lo
traía de regreso al cuarto.

Las puertas francesas se abrieron y cerraron.


1
3
(5) Sire: señor, pero también, semental, padre, tutor. Se dejará Sire.
«No».Estaba tan cerca. Aiden se giró esperando
encontrar a Christy. Soltó un suspiro de alivio cuando vio a
Colton apoyado contra la puerta.

Su hermano tenía una de sus grandes manos en su


musculoso pecho y la otra en su negro y corto cabello.
Predeciblemente estaba vestido con pantalones de color
crema, una camisa blanca y sus botas favoritas para
montar. —Uff. Eso estuvo cerca. Muffin se escapó de la
mierda de su nana y Cony la está buscando.

Muffin asomó la cabeza desde abajo del tapiz dorado.


—¿Cony?

Colton caminó hacia ella, entonces la esquina de su


boca se elevó. —Sí, Cony terminó su reunión pronto y
Christy lo interceptó de camino a su estudio.

—Polvos. —Los hombros de Aiden cayeron. Si su Sire


estaba en el pasillo, nunca podrían salir. Su padre era un
hombre muy astuto. Él probablemente ya se había dado
cuenta de que Jeffers había sido desconectado. Lo que
significa…— Tenemos que apurarnos, Colton.

Colton asintió. —Exactamente eso es lo que pensaba.


—Girándose a la puerta, movió la cortina y se asomó.

Caminando detrás de él, Aiden trató de ver sobre el


hombro de su hermano, sin suerte. Colton era el más alto
de sus hermanos y había heredado el físico de su padre.
Aiden, incluso siendo algunos meses mayor que Colton, era
más pequeño que su hermano, pero al menos también
había heredado los hombros anchos de su padre. —¿Bien?
¿Está Cony fuera…?
1 Colton se alejó de la puerta, sus ojos ámbar bien
abiertos. —Vamos. Ahora Padre también está aquí.
4 Tendremos que salir por la ventana. Empujó a Aiden al
frente del cuarto.
—¿Padre? —preguntó Muffin.

Apurándose a la ventana, Colton movió las pesadas


cortinas de terciopelo a un lado y movió los dorados y
transparentes paneles. —Sí, Muffin. Padre, en este
momento va camino al comedor del desayuno.

«Genial».
El desayunador está frente a ellos. Aiden dejó
la pantalla de dibujo y ayudó a quitar los paneles del
camino, antes de que se le cayeran a Colton y se metieran
en más problemas. —¿A dónde vas?

Él retiró las maderas de las ventanas, Colton empujó


los paneles abriéndolos. —A Montar.

—¿A dónde vas? —Colton era un ávido jinete. Pasaría


todo su tiempo montando si se lo permitieran—. Lo que
quiero decir, ¿a dónde vas a montar?

—Voy…

La puerta se abrió.

Aiden dejó las cortinas y se hundió sobre su abdomen


debajo del sofá frente de la ventana, escondiéndose.

Solo un segundo después, Colton se hundía debajo de


él.

La puerta se cerró y un sonido jadeante le siguió.

«Polvos». Tan cerca, aun tan lejos. Ahora, ellos serían


sorpresivamente atrapados. El sofá era de caoba y las
patas eran de garras de águila, con veinte centímetros
entre el suelo y la tela color crema. Cualquiera que se
molestase en mirar podría verlos. Si eran Cony y su padre,
1 Colton y él serían incapaces de moverse.

Aiden trató de ver desde debajo del sillón, pero la


5 silla bloqueaba la vista. Inclinó la cabeza, indicando a su
hermano que se asomara para ver quién estaba en el
cuarto. Colton estaba al otro lado y podría ver por una
orilla.

Sacudiendo la cabeza, Colton marcó la palabra, —Tú.

El gran cobarde. «Si quieres algo hecho»… Aiden se arrastró


al borde del sofá, pero antes de que pudiera ver, Muffin
gritó, —Payton, —y salió de debajo de la silla.

«¿Payton?» Aiden miró de un lado del sillón.

Su otro hermano mayor entró en el cuarto, tomando


a Muffin.

Payton miró hacia la ventana y frunció el ceño, bajó


la vista y vio a Aiden. —Qu…

Colton se puso de pie. —Payton, ¿qué estás haciendo


aquí?

Payton giró los ojos, entonces vio a Colton. —


Corriendo por mi vida. ¿Qué están haciendo aquí? Me
sacrifiqué para que salieran, y ustedes siguen aquí —
Frunciendo el ceño, se acercó a la ventana con Muffin en
sus brazos—. Muffin, estás desnuda.

Ella se rió y asintió.

—Y mojada. —Payton secó sus manos en sus


pantalones y se movió a un lado—. ¿Por qué está mojada?

—Hora del baño. —Aiden, Muffin y Colton contestaron


juntos. Solo que cuando Muffin lo dijo se oyó más como
‘hora de Baff.’

Gruñendo, Payton se asomó por la ventana. —Olvidé


eso. Mala planeación. Voy a estrangular a Tarren. —Bajó a
1 Muffin, rápidamente salió del cuarto. Volvió a entrar, tomó
a Muffin, una vez que la pequeña niña estaba sentada en su
6 cadera salió de nuevo, señalando a Aiden y Colton—.
Vamos. Solo tenemos unos segundos antes de que Padre y
mi Sire lleguen aquí. Ellos están revisando cuarto por
cuarto.

Aiden cogió su pantalla para dibujar mientras Colton


desaparecía a través de la cortina azul y dorada de
brocado. Su hermano le ofreció sostener la pantalla
mientras él salía.

Después de recuperar la pantalla de Colton, los tres


hombres y Muffin se dirigieron al perímetro del castillo.
Colton tomó el mando, dejando a Payton y Muffin al fondo.
Si hubieran mirado hacia atrás, verían que los arbustos y
rosales los cubrían mientras se dirigían a los establos.

—Psst. —Payton palmeó el hombro de Aiden—. Dame


tu chaleco.

— ¿Qué? —Aiden se giró hacia su hermano mayor.


Payton llevaba un chaleco azul pálido y una camisa blanca
como la nieve y corbata—. ¿Por qué?

Payton giró los ojos y apartó su oscuro cabello que


cayó de su frente, como si la respuesta fuera obvia. —Así
tendré algo con qué cubrir a Muffin. No puedo caminar por
los alrededores con ella desnuda.

Aiden no veía por qué no, ella era un bebé, era


mucho más aceptable para ella andar sin ropa, pero se
vería mucho peor que Aiden estuviera desarreglado. No es
que le preocupara particularmente, pero Padre podría
arrancarle la piel si causaba un escándalo. Aiden casi se ríe
con esa idea. ¿Cuántas veces había oído y había descartado
las reglas de urbanidad? Salir sin acompañante ya sería un
escándalo si lo atrapaban. —Bien. Colton, espera. —
1 Dándole su pantalla a su hermano, Aiden desabotonó su
chaleco y se lo lanzó a Payton.
7
—Gracias. Se lo pondré y así ella podrá ir por sí
misma. —Payton bajó al pequeño espíritu desnudo y le
colocó el chaleco de Aiden.

Tomando las mejillas de Aiden con sus regordetas


manitas, Muffin le dio un gran beso justo en los labios. —Yo
wuv aah-ven-turas.

—¿Podrían ustedes tres apurarse? —siseó Colton


sobre su hombro, a varios metros de ellos.

Ellos corrieron para alcanzarlo, con Muffin colgada del


cuello de Aiden y Payton quitándose la corbata mientras los
seguía. Cuando llegaron a un lado de los jardines, cruzando
directamente hacia los establos y los aerotransportes, se
detuvieron a tomar aire.

Aiden dejó a Muffin de pie y Payton envolvió su


pañuelo alrededor de ella, a modo de un tipo de toga/bikini.
Era un interesante conjunto, pero a Muffin no le molestó.

Ella se movió entre ellos. —¿Lindo?

Aiden se rió. —Sí, Muffin, eres linda.

Gruñendo, Colton le dio a Aiden su pantalla. —Rexley


puede estrangularnos a todos si la ve vestida así.

Levantando de nuevo a Muffin, Payton bufó. —Bueno,


es ciertamente mejor a que vaya desnuda.

Colton se encogió de hombros. —Supongo que eso es


cierto. —Mirando hacía el castillo, inclinó la cabeza a un
lado—. Ahora tenemos que llegar a los establos. Necesito
preparar a Apolo si quiero ir a cabalgar al arroyo.

1 —¿Por qué pierdes tu tiempo libre cabalgando hasta


el arroyo? Puedes hacer eso con tu acompañante.
8
Sonriendo, Colton levantó una ceja. —Sí, pero si
corro con Lord Wentworth en su día libre con un
acompañante, no puedo…

Payton empezó a sacudir la cabeza antes de que


Colton terminara la oración. —No. No puedes acercarte al
Vizconde Wentworth sin un acompañante. Sebastián
Hastings puede ser el jefe de la guardia real pero él es
viudo y soltero, sin mencionar que es rico. Serás
comprometido. ¿Entonces qué? Padre y Cony pueden
culparme, porque apagué al Espía.

Aiden asintió, estaba de acuerdo. Payton podría


meterse en muchos problemas por Colton. Pero Colton
podría ser forzado a una ceremonia nupcial con Lord
Wentworth. Conociendo a Colton, esa era probablemente su
meta. A diferencia de Aiden y Payton, Colton realmente
disfrutaba de ser presentado en sociedad y buscar un
consorte.

Encogiéndose de hombros, Aiden le dio un codazo a


Colton. —Vamos. Quiero tomar un aerotransporte e ir a los
muelles antes de que alguien nos atrape. Me muero por
dibujar los cargueros en el hydro-espacio y los barcos en el
agua.

Los muelles estaban llenos, ruidosos y llenos de vida,


diferente a cualquier cosa que Aiden hubiera visto antes.
1 Había estado con su Sire y Padre en el muelle del espacio
de Regelence. Incluso había ido a los muelles en la Aduana,
9 pero no era nada como esto.
En los muelles aduanales era raro ver un carguero
mover un bote. Usualmente un inspector lo abordaba,
examinaba la carga y los dejaba salir para que continuaran
su viaje por el sistema solar de Regelence.

Aquí, en los muelles de la bahía de Pruluce, los


marineros se apuraban en distribuir su mercancía en los
diferentes botes para la entrega. Grandes, de metal
brillante, cargueros junto al muelle de madera donde
descargaban la carga. Una vez en tierra lo mejor era
transferido a camiones y tráileres para su distribución por
tierra, y otros a barcos para distribuirse por agua a otras
localidades del Regelence. Algunos de los barcos, cargueros
de Hydro-Espacio, podrían incluso ser usados para viajes
por el agua o el espacio. Tenían una cubierta superior para
navegar y un enorme casco cerrado para viajes espaciales.
Sin importar el barco, lo más fascinante de ver era la gente
apresurándose entre ellos.

El país de Pruluce era un contraste, una mezcla de lo


viejo y lo nuevo. El muelle, la gente y las construcciones se
veían como se hubiera visto la tierra en el siglo dieciocho,
pero la mayoría de los vehículos eran de la más alta y
nueva tecnología. Para un artista eso era un verdadero
sueño con la variedad de texturas, colores y formas.

Cautivado como estaba con el puerto, el fuerte olor a


pescado que permanecía en el aire, hizo que Aiden buscara
un punto lejos del muelle. Si el olor era tan fuerte a nueve
metros de altura, probablemente era sofocante cerca del
agua. En la colina la hierba se sentía suave bajo su
abdomen, su posición favorita para trabajar, y él podía
seguir disfrutando la experiencia. Era raro para un joven
2 Lord, tener la oportunidad de ver el corazón del comercio
interplanetario en Regelence. Hasta que Aiden tuviera
0 veinticinco años, esta probablemente sería la única vez que
presenciara esto. Sin embargo, estaba determinado a
capturarlo todo. El mejor escenario que un artista pudiera
pintar, y él no sería nada si comprometía su arte.

Cambiando su atención de la escena debajo de él,


hacia su pantalla, ya había usado la mitad de la memoria
de su pantalla recreando el Carguero de Hydro-espacio, y
ahora estaba tratando de perfeccionar el sistema impulsor
de agua bajo los barcos. La tecnología hacía a los barcos
más rápidos y eficientes que los barcos usados para placer
pero no era fácil describir. «Dibujaba lo que veía, Aiden, no quería pensar
en qué veía». La cosa era que no estaba seguro de lo que veía,
el agua en constante movimiento, subía al barco y
regresaba al océano.

Dominó la imagen, el panorama, incluso la vida y la


arquitectura, pero algo en la tecnología no estaba
arreglado. Cerró los ojos y trató de imaginarla en su
cabeza, realmente verla. Él podía imaginarla. Ahora, si
pudiera lograr una imagen tridimensional de eso.

—Oye ahí. ¿Qué estás haciendo, chico?

Sobresaltado, Aiden abrió los ojos.

Tres hombres subían la pequeña colina hacia él. El


trío tenía una mirada feroz. Uno era alto con el cabello
rubio corto y anchos hombros, el otro más pequeño y gordo
y otro estaba entre ambos. Sus holgadas túnicas negras y
ajustados pantalones de uniforme proclamaban que eran
marineros.

Aiden sintió una opresión en su abdomen, no podía


imaginar lo que ellos querían de él. Quizás era su súper
activa imaginación de artista, pero la palabra pirata llegó a
2 su cabeza y no se iba. Claro que era ridículo, los piratas no
estaban en un muelle legal junto con todos los otros
1
legítimos marineros. ¿Podrían ellos? Aiden dejó su
puntero(6) y se sentó.

El hombre que llevaba sombrero lo miraba fijamente.


El más alto podría incluso considerarse hermoso si no fuera
por su hosca expresión. El de en medio tenía una mirada
que asustaba con su cabeza calva e irregular, ojos
pequeños y nariz aguileña.

El más pequeño, con grasoso cabello castaño y


descuidada barba, veía fijamente a Aiden. —Yo pregunté
qué quiero saber, ¿qué estás haciendo, chico?

—Yo… —Aiden se apresuró a ponerse de pie. Sus


entrañas le decían que no eran hombres agradables. El
ceño fruncido en las caras de esos hombres, insinuaban
problemas. A él podría no importarle mucho lo que la
sociedad dictaba, pero ciertamente no quería ser asesinado,
ni secuestrado por no prestarles atención. Pero no les
dejaría saber que estaba solo. Si ellos pensaban que su
acompañante estaba con él… Limpiándose la garganta,
señaló con la cabeza el aerotransporte que había utilizado
para el viaje—. Mi acompañante me trajo aquí, para que
pudiera dibujar los barcos, eso no es vuestro asunto.

Viendo la pantalla, el hombre rubio frunció el ceño


aún más feroz. Se inclinó, tomó la pantalla y empezó a
mover los botones para recorrer las páginas.

—Hey, devuélveme eso. —Aiden se estiró para tomar


la pantalla pero el canalla se la alejó.

—Revisé el carruaje. Soy Bettin, el pequeño lord está


solo. —La mirada del rubio recorrió el cuerpo de Aiden y
2 una fea sonrisa curvó sus labios—. Si es un lindo pequeñín.
Pienso que podemos llevarlo con nosotros.
2
(6) Equivalente a como si fuera un lápiz, como los que tiene las pda para escribir en la
pantalla táctil.
El estómago de Aiden se fue al suelo. Tendría que
hacer alguna de las dos cosas: o se quedaba y luchaba o
trataba de escapar de eso. No era malo en autodefensa y
en el entrenamiento con armas, pero tampoco era su
fuerte. Era más de estrategias, del tipo que luchaba con su
mente. Decidió que el factor del peso era la diferencia. Los
tres marineros eran mucho más pesados. Lo que esperaba
que significara que él era mucho más rápido que ellos.
Aiden no era idiota, las probabilidades claramente estaban
a su favor. Se reforzó, correría, pasando al hombre más
pesado, si él podía llegar al transporte, podría alejarse.
Perdería los dibujos por los que se había arriesgado, pero
estaría a salvo.

Su mirada, fija en la puerta abierta del


aerotransporte de metal negro, entrecerró los ojos viendo
en túnel. No importaba quién pudiera entrar. Estaba
programado para responder a la voz de la familia y sus
sirvientes, nadie podría usarlo. Eso podría sacarlo de aquí.
Se lanzó dentro sin usar los escalones.

Antes de que pudiera meter los pies y cerrar la


puerta, alguien lo cogió de los tobillos.

Una risa maníaca se repetía a través del


aerotransporte, cuando Aiden era arrastrado fuera.

Él pateó a su asaltante mientras trataba de aferrarse


a algo… cualquier cosa. Con nada a qué aferrarse a la
distancia, encajó sus uñas en la pulida madera del piso y
siguió pateando. Oyó un gruñido cuando su pie conectó.
Entonces un brazo envolvió sus pantorrillas forzando a sus
piernas a estar juntas para que no pudiera patear. «Sangriento
2 agujero negro».

—Vamos ahora, lindo, ¿no quieres jugar con


3 nosotros? No tendrán que preocuparte las reglas sociales,
si vienes con nosotros. ¿Nadie te dijo que el muelle Bleedin
no es lugar para jóvenes inocentes?

Ese era el rubio alto él que lo sostenía. Aiden


reconoció la voz. «Asombroso». Los otros rufianes se veían más
pesados, pero este hombre se veía más fuerte y
probablemente más duro que los otros.

Una mano agarró el trasero de Aiden, haciendo que


se congelara por un instante. «Bueno, galaxias», nadie nunca se
había atrevido a tocarlo con tal libertinaje. Aiden se movió
pero fue inútil. Sus dedos se agarraban del suelo mientras
era jalado fuera del vehículo. Se estiró todo lo que pudo,
tratando de alcanzar la puerta del otro lado. La presión en
sus brazos era increíble, pero se estiró y logró cerrar sus
manos a cada lado de la agarradera de la puerta.

—Te hemos capturado, renuncia, ven y pórtate bien y


será agradable, antes de que te lastimes solo, —dijo el
marinero alto.

¿Era su imaginación o el matón se oía cansado? El


sudor se escurría a los ojos de Aiden y un gruñido poco
apropiado para un caballero salió de sus labios. Apretó sus
dientes, sus mandíbulas le dolían por la fuerte tensión, pero
no podía renunciar sin pelear.

—Henri, Russell, vengan y ayúdenme, —gritó el


captor de Aiden.

Otro juego de brazos envolvieron su abdomen y


Aiden estaba gritando cuando fue sacado del vehículo.

—Arugh. —Sus dedos ardían como fuego. Aiden


sacudió las manos tratando de aliviar el dolor. Eso
2 realmente ardía. Afortunadamente sus uñas seguían en su
lugar. Miró sobre su hombro al calvo matón—. ¡Déjame ir!
4 —Izó la mano en un puño y golpeó al hombre en la oreja.
Rugiendo de agonía, el hombre se agarró la oreja y
liberó a Aiden.

Aiden impactó en el suelo, cayendo en sus manos,


eso le envió una oleada de dolor a través de sus muñecas,
pero no cedió. Una vez con sus manos en la hierba, usó la
sorpresiva ventaja y acercó sus rodillas a su pecho.

El otro matón no lo dejó ir, pero perdió el balance y


cayó al suelo con Aiden.

Aiden rodó sobre su espalda y logró sentarse. Tan


duro como pudo golpeó con sus manos ambas orejas.

Aun así el hombre no lo liberaba. Él gritaba, —Henri.

Aiden se giraba y golpeaba como un hombre poseído,


mientras el cabello le caía en los ojos. Estaba suelto…
ahora.

Repentinamente, el hombre soltó el agarre,


permitiendo a Aiden alejarse. Su corazón palpitaba
acelerado y sus pulmones rogaban por más aire, pero no
dejó de moverse, la seguridad del vehículo estaba a unos
metros.

—¿Pueden explicarme qué piensan hacer con mi hijo


o solo quieren huir? —Una profunda y fuerte voz preguntó.

«¿Cony?»Aiden se congeló, girándose. ¿Su Sire estaba


ahí? Él retiró sus negros rizos de sus ojos y vio a su
salvador.

Su Sire estaba de pie con la punta de su espada bajo


el mentón del hombre barbudo, sus largas piernas abiertas
en posición de lucha. Cony estudió a Aiden antes de que el
2 alivio regresara a su cara, entonces vio a los tres hombres.
—Aiden, ve por tus cosas. —Cony señaló con su cabeza la
5 pantalla de dibujo.
Aiden se apresuró pasando a los hombres, que se
escabullían lejos del alcance de Cony. Tomando su pantalla
de dibujo, Aiden regresó al lado de su Sire.

Cony golpeó con la parte plana de la espada la cima


de la cabeza del rubio y señaló con la punta a los otros dos
que ya corrían, le gritó. —¡Largo!

El hombre se dio prisa en obedecer y bajaron la


colina hacia el muelle.

Viéndolos alejarse, Cony sacudió la cabeza. —Si no


manchara tu reputación con una investigación y un juicio,
no los dejaría ir. —Bajó la espada, y regresó su atención
hacia Aiden—. ¿En qué infiernos sangrientos pensabas?

—Yo…

—Regresemos al carruaje, Aiden. —Cony tomó a


Aiden por la parte de atrás de su cuello y lo llevó al
aerotransporte. Había un segundo aerotransporte al lado
del que Aiden había tomado. Por eso probablemente fue
que Aiden no estuvo consciente del arribo de Raleigh, los
carruajes son extremadamente silenciosos.

Después de enviar uno de los carruajes a casa, Cony


señaló a Aiden que entrara en el otro. Aiden subió al
interior. Solo entonces el miedo le llegó. Podría haber
tenido serios problemas si Cony no hubiera llegado.

Cony entró al carruaje y ordenó que regresara al


castillo mientras colocaba su espada en la funda.
Acomodándose en el asiento frente a él se sentó, cruzó sus
largas piernas y se recargó en el respaldo de piel borgoña
del asiento. Se quedó inmóvil durante varios minutos.
2 Aiden se mordía el labio inferior y veía a su Sire. El
6 interior del vehículo de la familia era confortablemente
familiar. Ahora si pudiera solo detener la extrema sensación
de ansiedad en su estómago.
Las mandíbulas de Cony se tensaron y cerró los ojos,
dejando salir un suspiro. Pasando sus manos sobre su cara,
se enderezó y apoyó sus codos en sus rodillas. Giró su cara
hacia Aiden. Tomó una profunda respiración y la dejó salir.
—Pudiste ser secuestrado, violado, o Las galaxias no lo
permitan, asesinado, Aiden. —Cony lo vio fijamente
durante algunos segundos, entonces rizó su cabello y lo
acercó en un abrazo—. ¿Qué voy a hacer contigo? Con
todos ustedes… tú y tus hermanos van a matarme, lo juro.

Inclinándose dentro del toque de su padre, Aiden dio


las gracias de estar vivo. Finalmente su corazón regresó a
lo normal y su extrema ansiedad disminuyó. No pensó en
las consecuencias. Solo quería alejarse. Nadie lo llevaba al
muelle, así que fue por él mismo.

Alejándose del abrazo de su Sire, se encogió de


hombros, tratando de actuar normal y no dejar que Cony
supiera lo mucho que el estar cerca de la tragedia le había
molestado. —Probablemente deberías encerrar a Colton y
a Tarren y lanzar la llave lejos. Rexley es demasiado
responsable para ser un problema y Payton necesita un
desafío. Él es demasiado inteligente la mitad del tiempo.
¿Conmigo? ¿Me envían a la escuela de arte? ¿Permítame
ser un aprendiz?

Cony lo veía fijamente, parpadeó dos veces, antes de


soltar una carcajada. Suspirando, se pellizcó el puente de
su recta y estrecha nariz y se recargó en el asiento,
cerrando los ojos.

Aiden trató de no dejar que el abrupto silencio le


molestara. Tampoco si Cony podría o no castigarlo. Lo
2 importante es que ya estaba preparado para ser castigado.

Ellos recorrieron el camino a casa en silencio, Aiden


7 pensando enteramente en los grandes dibujos que había
logrado y Raleigh viendo por la ventana. El vehículo se
detuvo frente al castillo.

Tomando su pantalla bajo el brazo, Aiden se puso de


pie.

Cony atrapó su brazo y lo giró antes de que pudiera


salir del aerotransporte. —Te entiendo, Aiden. Realmente lo
hago. También fui joven una vez.

Aiden asintió, no sabía qué decir. No dudaba de la


sinceridad de la declaración de su Sire. Pero eso no
cambiaba el hecho de que Aiden estaba determinado a ser
un artista y necesitaba diferentes temas para ganar
experiencia.

Raleigh se rió y palmeó su hombro. —Deja de


preocuparte, hijo, no voy a golpearte. Pero seguro que
tendremos una conversación con tu padre.

sermón». Aiden gruñó pero logró no girar los ojos.


«Un
Estaba agradecido con el hecho de haber atravesado la
dura experiencia. Casi daba la bienvenida al sermón.

—De hecho, lo dejé en un estado de ansiedad en el


estudio. —Cony salió del carruaje y lo esperó.

«Genial». Aiden despachó el carruaje y lo siguió.

Antes de llegar a la puerta del frente, la puerta se


abrió. Lo que no era inusual, Jeffers probablemente estaba
operativo de nuevo. Pero no fue Jeffers quien lo saludó, ese
era Thomas, su mayordomo humano.

Su cara era roja, su cabello gris y su uniforme


borgoña, desarreglado, lo que era altamente irregular.
2 Thomas era normalmente más estirado que Jeffers.
Obviamente fue un repentino recurso cuando Jeffers fue
8 desconectado. Tomó una profunda respiración y llegó a su
lado. —Jeffers fue reiniciado. Se me pidió que les informara
que su majestad los espera a ambos en el estudio. —
Thomas extendió la mano—. ¿Quiere que me lleve su
pantalla a su habitación, mi lord?

Asintiendo, Aiden le dio la pantalla a Thomas. —


Gracias, Thomas.

Thomas bajó la cabeza.

El estómago de Aiden cayó en picado, mientras


seguía a su Sire por el vestíbulo.

Padre estaba esperándolos detrás del escritorio. Tenía


sus manos en una carpeta encima del escritorio de madera,
su ceño fruncido. Primero vio a Cony, después a Aiden. La
tensión se derritió de sus hombros. —Toma asiento, Aiden.
—Miró a Cony—. ¿Bien?

Aiden tomó asiento en el sofá, sentándose


perpendicular al gran escritorio.

—Estaba en los muelles como Muffin dijo. —


Apoyándose en la esquina del escritorio, Cony veía a
ambos: a su consorte y a su hijo.

Padre gruñó y colocó su cabeza en sus manos. —


Aiden.

Cony frunció el ceño, sacudió la cabeza. —Oh, pero


eso no es lo peor de esto Steven. —Miró a Aiden—. Dile lo
que sucedió hijo.

La cabeza de Padre se levantó, sus ojos bien abiertos,


viendo a Cony y después a Aiden.

Aiden se preparó para lo inevitable y le dijo a Padre


2 acerca de los tres hombres. Después de relatar la historia
se recargó atrás y esperó a la explosión que llegaría. Nunca
9 sucedió.
Recargándose en su silla y cerrando los ojos, Padre
se quedó en silencio algunos minutos. Su pecho se elevó y
descendió con un profundo movimiento y se frotó los ojos
con los talones de sus manos. Finalmente bajó las manos y
abrió los ojos. —Pudieron haberte asesinado. ¿Qué si tu Sire
no llega ahí a tiempo? —Se inclinó hacia delante y apoyó
los codos en el escritorio—. Aiden, eso tiene que parar.

«Aquíviene el castigo». —Sí, señor. Nosotros no debimos


apagar a Jeffers de nuevo.

Padre soltó un suspiro e intercambió una mirada con


Cony antes de regresar la atención a Aiden. —No estoy
hablando de salir furtivamente y manipular indebidamente
a Jeffers. Es toda la otra situación. Absolutamente seguro
que todos ustedes serán castigados. Estoy hablando acerca
de que te abstraes cuando estás dentro de tu arte. Ni
siquiera viste a los hombres hasta que ya estaban sobre ti,
¿no es cierto?

—No, señor. —Aiden sacudió la cabeza.

—Aiden, necesitas sacar la cabeza de las nubes.


¿Incluso has visto a los hombres disponibles para esta
temporada? Justo hoy recibí una petición para tu mano.

El estómago de Aiden se revolvió. Ellos habían


pasado por esto antes y sus padres le prometieron que
nunca darían su consentimiento sin tener antes el permiso
de Aiden. Pero aun así estaba nervioso de oír sobre la
propuesta. —¿De qué es esta vez?

—Quién, —corrigió Cony.

—¿De quién es esta vez? —Aiden automáticamente


3 rectificó su error.

0 Después de haber presenciado innumerables


correcciones gramaticales, Padre ni pestañeó. —Lord
Braxton.
Aiden gruñó. Braxton podría esperar que él fuera un
modelo de persona social y políticamente y más allá del
propio comportamiento político de Braxton, él
prácticamente dijo de más la otra noche. Aiden trató de
dejarle claro a Lord Braxton que no estaba interesado,
diciéndole al hombre sin rodeos lo importante que era el
arte para él, pero aparentemente el hombre no había
entendido. —Espero, que lo rechazarás.

—Le dije que lo consideraría, después de hablar


contigo.

—Yo no quiero un consorte.

—¿Por qué siempre no? —preguntó Cony—. Braxton


es un buen partido. Es rico, con contactos, fuerte…

—Y hermoso, —agregó Padre.

Cony frunció el ceño y se estiró para tirar la oreja de


su esposo.

—Ow. —Padre palmeó la mano de Cony—. ¿Qué? Lo


es.

—Él tiene mucha influencia en el parlamento y viene


de una larga línea, de no solo de oficiales navales de
Regelence, sino también de oficiales IN, —continuó Cony.

Aiden suprimió una sonrisa. Si pudiera encontrar a


alguien tan bien adaptado a él como sus padres estaban
uno con el otro, podría considerarlo. Pero Braxton no era
ese hombre, incluso si era hermoso, alto, delgado y el
cabello prematuramente plateado. —Quiero ser un artista.
Y Braxton es demasiado… —Aiden levantó la mano—.
3 Dominante.

Cony asintió estando de acuerdo. —Sí, el hombre


1 parece un poco dictatorial. —Miró a Steven—. Eso puede
ser un problema.
Padre tosió. —Yo no soy dominante, Raleigh. —Miró
de nuevo a Aiden—. Necesitarás tomar un consorte en
algún momento.

—¿Por qué? Yo quiero pintar y dibujar. Quiero una


carrera en el arte, no ayudar a algún Lord a administrar sus
bienes, decidir qué inversiones realizar y cómo llevar su
carrera política. —Aiden bajó su mirada a su regazo y
retorció sus manos, sintiéndose derrotado. ¿Cómo podría
hacerles entender?

Cony bajó del escritorio y se arrodilló frente a él,


tomando sus manos. —¿No quieres una familia propia?

Aiden se encogió de hombros. Él ya tenía una familia,


una familia que amaba. La mayoría del tiempo incluso
disfrutaba de estar alrededor de ellos. ¿Por qué todo el
mundo pensaba que un hombre necesitaba un consorte e
hijos para estar completo? ¿A quién le importaba
realmente qué familia tenía los dedos en que asunto? No
quería ser un tipo de trofeo por lo que era su familia.

Poniéndose de pie, Padre rodeó el escritorio y se


inclinó a solo treinta centímetros de Aiden. —Queremos que
seas feliz, hijo. Y nosotros queremos que estés a salvo. Sé
que te cuidamos. Parece que durante todo el año pasado,
cada vez que has salido a algún lado a dibujar te has
metido en una difícil situación. En las dos últimas semanas,
casi te pisotea el ganado, casi caes en un acantilado y fuiste
picado por un enjambre de abejas.

Eso solo fue un puñado de vacas, y ellas fallaron


completamente, excepto por una que le piso un pie,
¿Cómo se supone que sabría que los perros de Tarren
3 estarían persiguiendo un gato a través del campo detrás de
él? Y no estuvo en peligro de caer en el acantilado, incluso,
2 sí se resbaló sobre el borde para recuperar su puntero, él
simplemente se pegó a un saliente hasta que Jeffers se lo
notificara a alguien. Había logrado una genial composición
del lago desde ahí arriba. Y las abejas, bueno, en el futuro
sería más cuidadoso y vigilaría que no hubiera alguna
colmena en el siguiente árbol al que decidiera subir.
Aunque eso valió la pena, capturó varias lindas piezas para
su catálogo.

—Tú debes tener un consorte. De esa manera son las


cosas. Necesitas tu propia familia. Finalmente, tus
hermanos tendrán su propia familia y tu Sire y yo no
estaremos aquí para siempre, —dijo Padre.

Aiden giró los ojos. Sus padres tenían un largo


camino por delante, ellos estaban en el principio de sus
cuarenta. Y para cuando sus hermanos tuvieran esposos e
hijos, Aiden podía bien ser un maestro artista. —¿Por qué
no puedo quedarme aquí hasta estar listo para seguir mi
propio camino?

Pellizcándose el puente de su nariz, Padre cerró los


ojos. —Eres el hijo de un Rey, no un hombre común.
Nosotros encontramos al esposo adecuado, nosotros
tenemos familias, nosotros guiamos al país, nosotros no
hacemos trabajos de clase-media.

—Solo así, Padre. Soy el hijo de un Rey. Debería de


ser capaz de hacer lo que me plazca. No quiero una carrera
en política ni en el ejército ni nada de eso.

La habitación quedó en un silencio de muerte


mientras Aiden suplicaba con la mirada. Finalmente, Cony
se puso de pie. Asintiendo como si hubiera llegado a una
decisión, se giró hacia su Padre. —Ser consorte no es para
todo el mundo, Steven.
3 —Raleigh, ¿Quieres que envejezca solo? —Padre
3 avanzó y pasó una mano por el cabello de Aiden y cogió la
mano de Cony con la otra—. Solo quiero que sea feliz. Tú
no querías ser mi consorte, pero ¿podrías arrepentirte
ahora?

Tomando la mano de Padre, Cony sacudió la cabeza.


—Sabes que no lo haría, pero tú me permitiste ser yo
mismo y trabajar. Esto nunca fue ayudarte a formar una
familia y cuidar tu carrera política. No puedo decir eso de
muchos otros lores.

Cony no trabajaba. Bueno, eso no era


«¿Trabajo?»
exactamente lo que se dice trabajo. Cony ayudaba a Padre
con el gobierno nacional e interplanetario y con la
diplomacia.

Padre asintió. —Tienes razón. Ambos la tienen. —


Levantando el mentón de Aiden, Steven miró a Aiden a los
ojos—. Hagamos un trato, Aiden.

—¿Un trato?, Padre —Aiden miró a los ojos a Cony.

Cony se encogió de hombros ligeramente, pero le


sonrió. Soltando la mano de Padre, tomó asiento al lado de
Aiden.

Padre miró a Cony. Sus labios se elevaron, entonces


su cara se endureció y se inclinó para ver a los ojos
directamente a Aiden. —Te mantienes fuera de problemas y
quiero decir ningún incidente en absoluto, y yo te contrato
un maestro de arte. —Él sacudió la cabeza cuando Aiden
iba a hablar—. Mi principal problema es tu seguridad, eso
no ha cambiado. Te amo, Hijo, y no quiero que nada te
suceda. Si puedes lograr mantenerte fuera de problemas
durante tres meses completos, yo te contrato a un maestro
que venga aquí y te enseñe. Y en tu cumpleaños número
3 veinticinco yo estableceré un patrimonio y una asignación
para ti. Pero no quiero que cierres tu mente a la posibilidad
4 de tomar un consorte. Puedes encontrar a alguien que se
acomode bien a ti. Aun no estoy convencido de que no sea
lo mejor para ti.
Cony palmeó su pierna. —Tu padre tiene razón,
necesitas mantener tu mente abierta. —Miró a su esposo—.
Sabes que tienes que contratar un maestro, ¿verdad? El
chico es bueno. Muy bueno. Dudo seriamente que un
maestro de arte regular pueda enseñarle algo.

Padre bufó. —Sé eso. Estaba planeando contratar a


Contenetti. Dudo que tenga problemas en convencer al
hombre en usar la torre este como estudio y tomar un
aprendiz.

La sonrisa de Aiden era tan grande que era casi


dolorosa. Contenetti era el artista más famoso en
Regelence, posiblemente incluso de todo el sistema
Regelence.

—¿Tenemos un trato?

Aiden asintió. —Sí.

Padre entrecerró los ojos, tratando de verlo con


dureza pero decididamente no tuvo éxito. —Si vuelves a
ponerte en peligro nuevamente, no se te permitirá salir de
tu cuarto sin tu acompañante. Y además, yo mismo te
encontraré un consorte. ¿Has entendido?

—Sí, señor.

Las luces parpadearon, llamando su atención. Las


luces no parpadeaban a menos que Jeffers estuviera
involucrado.

Sus padres compartieron una sonrisa, entonces Cony


frunció el ceño. —Ahora, acerca de Jeffers…

Curiosamente, Jeffers eligió ese exacto momento


3 para hablar. —¿Su majestad? ¿Su alteza?

5 —Bienvenido de regreso Jeffers, —respondió Padre.


—Gracias, señor, pero tengo malas noticias. Ha
habido un robo.

3
6
Capítulo 2
El Lady Anna: la nave intergaláctica del espacio, bajo las
órdenes del Capitán Nathaniel Leland Hawkins.

N ate se detuvo en su cabina, apoyó sus manos a


cada lado de la entrada y descansó su frente en
el liso acero de la escotilla. Algunas veces el estar a cargo
era una real mierda. El día de hoy en general calificaba
como uno de esos.

—Capitán, el primer oficial Kindros ha sido tomado


como rehén por el prisionero. El prisionero ya le ha
disparado a dos guardias de seguridad.
«Joder».

Ni dos segundos después de la voz femenina de la


nave dando las malas noticias, alguien daba vuelta en la
esquina jadeando. —Capitán, el prisionero tiene cautivo al
Teniente Kindros.

La escotilla se levantó, rechinando, frente a Nate,


antes de que él pudiera apartarse.

—¿Vas? —Problema, su hijo, estaba de pie en la


escotilla, con una gran sonrisa en sus labios, hasta que vio
la cara de Nate. Los ojos aguamarina de Problema, se
abrieron más y vio al miembro de la tripulación que le
3 hablaba.

7
Suspirando, Nate se giró, viendo a Thompson, uno de
los jóvenes oficiales del Lady Anna, retorciendo sus manos.
—¿Cómo un prisionero obtuvo un arma?

—Umm… —Thompson se mordió el labio, su mirada


en todos lados pero no en Nate.

Nate levantó su mano. —No importa. ¿Los guardias


siguen vivos?

Thompson asintió.

—¿Y esperan que se recuperen?

De nuevo Thompson asintió.

Bueno, eso al menos era algo. Nate se pellizcó el


puente de su nariz con el pulgar y el índice y miro hacia la
alfombra púrpura oscuro. Nunca debió dejar el maldito
cuarto de interrogatorios.

—¿Tienes dolor de cabeza, Hawk? —preguntó


Problema.
«Si,
varios dolores de cabeza, robo en el almacén de armas, un traidor y algún
nuevo combustible está marcando mi jodida nave, y ahora…» —Sí. —Nate
bajó la mano—. Anna, ¿qué hay sobre la Teniente Kindros,
localización y estado?

La firme voz de la nave contestó apropiadamente. —


La primera oficial Kindros está en el corredor Q. Ella está
viva y bien, Capitán.

—¿Y el prisionero? —Nate se giró hacia Problema—.


Ve por mi pistola y conexión de mando.

Problema se apresuró a salir, sus rubios rizos saltaron


3 cuando corrió al interior de la cabina.

8 —El prisionero también está en el pasillo Q. Él


sostiene a la teniente contra su pecho con una pistola
fragger en su sien, señor, —contestó Anna.
Girándose de regreso, hacia el joven y nervioso
oficial, Nate le indicó. —Asegúrate que todo el mundo esté
fuera de los corredores y llama al resto del equipo de
seguridad que salgan del pasillo y protejan el puente. Me
encargaré de esto.

—S-S-Sí, señor. —Thompson saludó y se apresuró a


salir por el pasillo.

Nate sacudió la cabeza. —¿Cómo un hombre tímido


puede llegar a ese rango?

—No es tímido. Solo es de esa manera a tu


alrededor.

Frunciendo el ceño, Nate vio a su hijo. Extendió su


mano hacia la pistola, la funda de la pistola y la conexión
de mando para el oído, para poder hablar con Anna en
privado. —¿Por qué es de esa manera cuando está a mi
alrededor?

—Asustas de muerte a todo el mundo. —sonrió


Problema, mostrando sus derechos dientes blancos.

Sí, aparentemente a todo el mundo, excepto a la


peste frente a él. Nate se colocó su conexión de mando en
el oído, el cinturón y miró a Problema. —Quédate en tu
sitio, Problema.

—Aye, aye(7), Capitán. —saludó el chico, juntando los


talones y pulsando el botón encima de su cabeza para que
la escotilla se cerrara.

cachorro». Nate se dirigió por el pasillo hacia


«Insolente
donde su primera oficial y el prisionero que ella permitió
3 que escapara estaban. —Anna, ¿dónde está la Teniente
Kindros y el prisionero ahora?
9
(7) Aye aye, respuesta de aceptación de una orden en la naval.
La voz de Anna se oyó solo en su oído. —Recorriendo
el pasillo O hacia el corredor principal M, Capitán.

—¿Has reportado(8) a seguridad que regrese?

—Sí Capitán.

Nate se apresuró por el pasillo, el ruido de sus botas


amortiguado por la alfombra. Cuando llegó a la intersección
con el corredor M se detuvo. Podía oír a su primera oficial
amenazando a su captor.

Nate presionó su espalda contra el frío metal de la


nave, sosteniendo su pistola frente a su cara mientras se
preparaba. —Hey, Jansen, si dejas ir a la Teniente Kindros,
seré amable contigo. «Bueno tan amable como puedo ser considerando que
eres un jodido traidor y que estoy enojado».

Una bala pasó sobre la cabeza de Nate y golpeó en el


lado opuesto de la nave, causando un pequeño hoyo negro
de carbón quemado donde golpeó. «Supongo que eso es un no».
Nate se colocó de cuclillas.

—Jódete, Capitán. —puntualizó Jansen. Él rechazó


con otro disparo de su fragger.

Un gruñido femenino hizo eco en la esquina, seguido


de ruidos de riña. Entonces un alto gruñido masculino. —Te
dije que te estés quieta, perra.

Nate gruñó, imaginando la culata de la fragger


golpeando contra el cráneo de su primer oficial. —¿Brittani?

—Sigo aquí, Hawk, —contestó ella débilmente.

Otro golpe, entonces un grito de Kindros.


4 «Mierda».
Él no quería tener que matar al idiota, no es
que se opusiera a matar al dolor en el culo, pero Nate
0
(8) se llama así a los informes en el ejercito.
quería primero respuestas. —Anna, necesito un informe de
la situación.

Lady Anna entregó por el audífono inmediatamente la


información del reporte solicitado. —Prisionero Jansen está
avanzando a tu localización, Capitán. Su arma sigue
apuntando a la cabeza de la primera oficial. Mis sensores
me indican que está altamente agitado. La Teniente Kindros
está aturdida pero sigue consciente.

Nate tocó su audífono para comunicarse con el


computador de la nave, le agradaba usar eso. —¿Su arma
sigue fuertemente sostenida?

—Sí, señor.

Claro que lo estaba. —¿Su dedo en el gatillo?

—Sí, señor.

Lo imaginaba. —¿Qué tan cerca de mí está?

—A noventa y cuatro centímetros, señor. Del lado


contrario del pasillo a donde se encuentra usted.

Nate deseó que hubiera una manera de ver lo


«Joder».
que estaba sucediendo. Revisó su fragger, asegurándose de
que estuviera en ‘aturdir’, solo en caso de que Kindros
quedara en medio del fuego. El problema era, que con el
dedo de Jansen en el gatillo, al dispararle a él, podría matar
a Kindros. Todo su cuerpo inevitablemente se contraería
con el golpe y dispararía, ya fuera que usara un golpe para
penetrar o para aturdir.

—Señor, Jeremy está avanzando rápidamente hacia


el sur por el corredor M, —reportó Anna.
4
La mandíbula de Nate se tensó. —Joder. —Jansen y
1 Kindros van al norte al final del corredor M, el chico como
era usual se dirigía hacia el grueso del problema. Nate
estaba seguro que había ordenado a todo el personal que
se mantuviera fuera del área hasta que todo estuviera
arreglado. Infiernos, le dijo a Problema que se quedara en
su lugar cuando dejó la cabina—. Quiero tres segundos de
advertencia antes de que Jeremy llegue al corredor M.

—Sí, señor.

Nate se puso de pie, acercándose a centímetros de la


esquina con su fragger lista. Eso no podría ser tan malo. De
hecho, Problema eludiría el castigo si funcionaba.

—Jeremy aproximándose en tres… dos… uno.

—¿Hawk? —gritó Problema.

Nate rodeó la esquina a tiempo de ver a Jansen


apuntarle a Problema. Nate disparó, aturdiendo a su hijo,
en el centro del pasillo.

El cuerpo de Problema se tensó y cayó al suelo.

Nate disparó de nuevo, golpeando a Jansen antes de


que el hombre pudiera imaginar lo que había sucedido.

El arma de Jansen se disparó cuando cayó. El golpe


dio exactamente en donde Problema había estado parado
antes de que él le disparara y cayera en el corredor. Jansen
se encogió en el pasillo.

Kindros, recibió el efecto residual del golpe que


aturdió a Jansen a través de la conexión, cayendo al suelo
frente al cuerpo de Jansen.

Nate guardó su arma en la funda del cinturón. Se


apresuró a tomar la fragger de Jansen de donde había
caído y le colocó el botón de seguridad. —Anna, por favor
4 notifica al equipo de seguridad que el prisionero ha sido
capturado y que espera a ser escoltado al calabozo.
2 —Sí, señor. Van en camino, Capitán.
Kindros se recuperó primero, ella había recibido
menor carga que Jansen o Problema. Se sentó, pasó su
mano por el largo y oscuro cabello, manchado de la sangre
que cruzaba su frente. Parpadeó adormilada, sus ojos café
hacia él. —Hey, Hawk.

Nate le ofreció la mano. —Brittani.

Levantó la mano y notó la sangre, se la secó en su


traje negro. Entonces colocó su delgada mano en la de él y
se puso de pie. Le sostuvo la mano cuando la iba a retirar,
y se la apretó. —Gracias. —Soltándola, se arregló su
uniforme, quitando el polvo de las barras doradas, que
significaban su rango, de su hombro. De nuevo ella tocó su
frente y revisó la mano, estudiando la sangre.

—De nada. —Él la conocía un poco más para saber


que se recuperaría. No había trabajado diez años con ella
para no saber cómo reaccionaba al estrés. Claro que
estaba afectada, cualquiera lo estaría si te apuntan con un
arma en la sien, pero ella moriría antes que mostrarlo. La
mujer era más orgullosa que la mayoría de la gente que él
conocía—. ¿Estás bien?

—Seguro. —Kindros gruñó y se dirigió hacia su


inconsciente hijo—. Me siento como una total idiota por
permitir que el imbécil me sometiera al salir del cuarto de
interrogatorios.

Nate asintió. —¿Qué sucedió?

Brittani sonrió. —Me pidió agua. Ordené a Johnson


que le trajera algo, sentí un poco de lástima por él después
de que se orinó de miedo contigo.
4 Nate arqueó una ceja. Realmente la gente
reaccionaba de esa ridícula forma ante él; no es que
3 quisiera hacer algo para disuadirlos. En su trabajo era una
ventaja; pero de cualquier forma era indignante. Bien,
había oído algo entre su tripulación, pero no iba por ahí
matando gente por diversión. —¿Y?

—Y cuando Johnson llegó con el agua, el prisionero


nos sorprendió. Me empujó, cogió el arma de Johnson y
luego a mí. Pensé que seguía aturdido por haber sido
capturado y traído a la nave. Fracasé.

Eso no parecía que Kindros bajara la guardia.

Ella gruñó y levantó las manos. —Por Dios, Hawk, el


hombre estaba tan petrificado por estar cara a cara
contigo, que se orinó. No creí que tuviera las bolas para
intentar algo como esto.

—Cuida que no suceda de nuevo. —Nate se detuvo a


ver a su hijo. Entonces algo se le ocurrió. Olió alrededor de
Kindros, y examinó el trasero de ella. Una mancha húmeda
estaba en el lado derecho de su negro uniforme—. ¿Te diste
cuenta de que te orinaste en tus pantalones?

Su cara se arrugó. —Eww… Bastardo. Esto es tu


culpa.

Nate se rió. —Seré un bastardo pero no soy


totalmente un desalmado, puedes cambiarte antes de
continuar. —Se sentía mucho más divertido que cuando
todo esto comenzó.

El chico de quince años acostado a su lado, con la


boca ligeramente abierta, se veía tan frágil y tan pálido
contra la colorida alfombra. Ruidos amortiguados detrás de
él, captaron la atención de Nate.

Los miembros del equipo de seguridad llegaban a


4 donde estaba Jansen. El hombre aún se veía desmayado. El
más grande de los dos guardias, se inclinó y levantó al
4 prisionero sobre su hombro y regresó por el corredor. El
otro guardia inclinó la cabeza hacia Nate y entonces se fue.
—Imbéciles, —Kindros siseó.

—No es su culpa que lo dejaras escapar.

Ella hizo un gesto de dolor. —Ouch, échale sal a la


herida.

—Ese es mi trabajo. Y, Teniente Kindros, para


aclararlo, dejar que un prisionero escape es una ofensa que
merece corte marcial. Lo dejaré pasar, dado que fuiste
tomada como rehén, solo quedará con una severa
reprimenda. No dejes que suceda de nuevo.

—Sí, señor. Gracias.

Inclinó la cabeza hacia Kindros. —Asegúrate de que


revisen tu cabeza.

—Sí, señor. —Ella saludó y se fue.

Un gemido llamó la atención de Nate de regresó hacia


Problema. El chico se movía y rodó de lado, acomodando
sus manos como almohada bajo su mejilla. —¿Puedes
tratar de asustar también al Teniente Taylor? He estado
tratando de encontrarlo en las duchas desde que abordó.

Nate golpeó ligeramente con su pie el muslo de


Problema. —Te meterías en serios problemas. Y dado que
ya lo mencionaste, eso quiere decir que tengo que hablar
contigo acerca…

Problema, tomó su pierna y gimió. —Oh, qué dolor,


creo que me quebraste la pierna. Voy a morir. Incluso
probablemente tenga una severa contusión y…

Nate le frunció el ceño a su hijo tirado en el pasillo.


4 Ahora que el peligro había pasados su estómago se sentía
nervioso. La Plaga pudo haber sido asesinado.
5
Problema se estiró y abrió los ojos. Viendo a Nate,
gimió fuerte y comenzó a moverse de nuevo. —Oh, me
muero…

Nate levantó al pequeño imitador en sus brazos y se


dirigió a la cabina. —Dolor o no serás castigado por
desobedecer una orden.

Repentinamente, la cara de querubín se tensó y dejó


de pretender que tenía dolor. —Casi lo olvido. El Almirante
está en tele vídeo. Necesita hablar contigo ¡ahora!

Su dolor de cabeza regresó para vengarse. Nate dejó


el puente de su nariz y pasó sus dedos por su barba y
bigote, y hacia la parte de atrás de su cuello. Veía
fijamente el monitor sobre su escritorio. —Bien, déjame ver
si entendí esto. ¿Sabías que había armas antes de
enviarme ahí y no me lo habías dicho?

El Almirante Jenkins movía su mano y sacudía la


cabeza. —No, no, no. Sabía que habíamos perdido armas,
pero no sabía dónde estaban hasta que llegó el reporte de
tu nave cuando las encontraron. —Se estiró y bostezó,
viendo a Nate mientras lo hacía. El hombre estaba
buscando evasivas.

Nate se puso de pie y empezó a caminar alrededor


del escritorio. Si se sentaba de nuevo se quedaría dormido.
Si hubiera sido con otro Almirante del IN no se hubiera
4 atrevido a romper el protocolo, pero ese era Carl, quien
6 había sido su amigo por unos malditos veinte años, desde
que Nate se unió a la Naval.
Después de darle la vuelta al tele vídeo de cara a él,
Nate comenzó a pasear de un lado a otro. —Carl, he tenido
un mal día. Me enviaste a un supuesto, demasiado pequeño
planeta desarmado, a buscar suministros para la resistencia
y le dispararon a mi nave. Después de capturar a los
agresores, descubrimos que ellos tenían guardadas tres
clases de armas del IN. El líder del grupo de rebeldes tomó
a mi primer oficial de rehén y le hizo dos agujeros en el
carbón de las paredes antes de que lo reaprendiéramos. No
hemos tenido suerte en obtener información de dónde
obtuvieron las armas y ahora me dices que las armas
fueron robadas, pero no quién las robó. —Nate se detuvo
frente a la pantalla y levantó una ceja hacia su
comandante—. Llevaré a los prisioneros al cuartel general.
¿Qué más quieres de mí? Lo último que quiero oír es que
torturo a los prisioneros para sacar información contra la
policía de IN.

El Almirante sonrió, se formaron arrugas en las


esquinas de sus azules ojos, se veía más joven de sus
sesenta y dos años. Esa era una sonrisa que Nate conocía
muy bien, y hacía que su dolor de cabeza aumentara. Esa
era una sonrisa que no comunicaba buenas noticias. El
viejo planeaba algo. Algo que a Nate no le iba a gustar. —
Así que has estado prestando atención, Nate.

Nate bufó. —Claro que he estado prestando atención.


¿Qué tramas?, Carl.

Carl se rió.
«Joder».

—¿Cómo te sientes para un trabajo de encubierto?


4 Nate apenas y evitó quedarse con la boca abierta.
7 ¿De espía? ¿Carl quería que Nate espiara? Nate no podría
mezclarse con la gente ni aunque su vida dependiera de
eso. Olvidando el hecho de la infame reputación que tenía
en el IN el Capitán Hawk. Él medía un metro noventa y
cinco centímetros y pesaba cien kilos; él no se mezclaba
bien dentro de los grupos.

—Oh, cool. ¿Puedo ir? —Los rizos platinos de


Problema precedieron a la sonrisa a través del marco de la
escotilla.

Cerrando los ojos, Nate contó hasta diez. ¿Cuántas


veces le había dicho a la Plaga que no escuchara a
escondidas? ¿No le acababa de dar al chico una severa
reprimenda por desobedecer?

—Hi, Problema, —dijo jovialmente el Almirante.

Nate abrió los ojos y vio fijamente a su hijo. —Fuera.


—Señaló con su dedo la escotilla.

Asomándose rápidamente a la tele llamada, Problema


saludo. —Hi Almirante Carl. ¿Cómo esta Betty y su hijo?

—Problema… —Nate apretó los dientes.

—Adiós Almirante. Me tengo que ir. —Jeremy


desapareció de la vista.

listo». —Carl, soy un Capitán de una nave


«Chico
destructora, no un espía. ¿Por qué en el universo puedes
querer que haga un trabajo de encubierto?

—Eres el mejor que tengo, Nate.

solo jodidamente genial». Al parecer las noticias se


«Genial,
ponían mejor y mejor. Nate regresó a la silla y giró el
monitor de nuevo.

Recargándose en su silla, Carl cruzó sus brazos sobre


4 su abdomen. —Quiero que uses tu título.

8 —¿Quieres que vaya de encubierto como un oficial de


la IN?
El viejo sacudió su canosa cabeza. —No, quiero que
vayas como un Conde… El Conde de Deverell, heredero del
Duque de Hawthorne.

Nate sintió que su estómago se cerraba como si le


hubieran dado un puñetazo en el abdomen. Juraba que
podía oír la sangre bombear por sus venas y su boca se
sentía como si hubiera comido un amargo y arenoso dulce
de los que le gustaban a Problema pero que su calma
nunca mostraba. —Ya no soy el heredero de Hawthorne.
Estoy seguro que ya ha pasado desde hace mucho a mi
hermano menor.

—Eso es irrelevante. Nate. Nadie sabe que no tienes


contacto con tu familia desde hace casi veinte años. Pero te
necesito porque has vivido en una sociedad de realeza
antes. Sabes cómo se comporta un Lord y un caballero.

—¿Me estás ordenando ir, o me estás preguntando?


—Pensó en eso por un momento—. No. No quiero regresar
a Englor. Encuentra a alguien más.

—No, no, no Englor, pero es un planeta semejante.


Este planeta se llama Regelence. Ellos tienen costumbres
similares. La sociedad es parecida a la de Englor, basada en
el periodo de la realeza de la tierra. Como Englor, está en
jurisdicción de la Flota Aries.

Nate cerró los ojos y descansó la cabeza en el


respaldo de la silla. No quería hacer esto. Eso le traería
muchos recuerdos. Recuerdos que solo quería que
desaparecieran. Bueno, si no desaparecían, enterrarlos en
un lejano pasado donde no pudieran molestarle. —¿Por
qué? —Abrió los ojos, mirando fijamente a Carl.
4 —Porque de ahí fueron robadas las armas que
9 encontraste en la nave que los atacó. Necesitamos
encontrar a los involucrados. Es una rara coincidencia, lo
sé, pero sería más fácil para ti ajustarte. De lo contrario
tendríamos que entrenar a alguien en las costumbres, y eso
llevaría tiempo. Tiempo que no tenemos. Nosotros no
podemos permitir que nuestras armas sean usadas contra
nosotros si tenemos que mantener la paz entre el sistema
planetario, Nate.

«Malditohombre». Tenía que meter la causa en esto. Carl


sabía malditamente bien como Nate se sentía acerca de su
trabajo y lo que el IN hacía para mantener la paz.

—Necesito a alguien en quien pueda confiar, Hawk.

—Bien, lo haré.

La sonrisa de Carl era radiante. —Bueno. Necesitarás


reportarte en el muelle de la base espacial en Regelence.
Serás equipado con el guardarropa. Lleva a Problema
contigo. Necesitarás alguien que pueda pasar como tu
sirviente.

—¡Sí! —Se oyó el grito de triunfo de Problema desde


el otro lado del cuarto.

Nate apenas y logró evitar reír. «La pequeña mierda».

El Almirante se rió. —Entrénalo como tu valet. Te


quedarás en el palacio real en Pruluce, la capital del país de
Regelence.

Las cejas de Nate subieron hasta casi la línea de su


cabello. Carl no bromeaba cuando dijo que necesitaba a
alguien que supiera comportarse con un título. —¿El palacio
real?

Los labios de Carl se elevaron. —Sí, serás huésped


del Rey Steven y su consorte. Raleigh es empleado en la
5 IN. Pero dado que él está demasiado cerca del caso no
puede oficialmente estar involucrado. Dudo que alguien te
0 reconozca, pero si lo hacen no es gran problema. Y ya que
estamos en este tema, Steven y Raleigh son los únicos que
saben la verdadera razón de tu presencia ahí. Fuera de
expedientes, conozco a los dos hombres personalmente.
Ambos son buenos hombres y no están involucrados en
esto. Puedes confiar en ellos totalmente. Sin embargo,
oficialmente tú te reportarás conmigo. Tendrás toda la
información preliminar cuando…

Nate parpadeó, perdió totalmente la pista de lo que el


Almirante decía. «Él dijo…realmente no». —Espera. ¿Dijiste él? ¿El
consorte del Rey es un hombre? —Las sociedades de las
que hablaban, como en la que había crecido Nate, no
toleraban las relaciones del mismo sexo.

El Almirante se rió. —Olvidé mencionar que


Regelence es una sociedad muy patriarcal. Tanto que de
hecho, la aristocracia crea a su descendencia, diseñan
especialmente a sus herederos, son varones y
genéticamente alterados para preferir su mismo sexo.

La Taberna The Lazy Dog, en el centro de Classige,


Pruluce en el planeta de Regelence.

Ralph Benson se apoyó en la pared, sosteniendo el


aliento. Cuando siguió al otro valet ahí, no tenía idea en lo
que se iba a meter. Llegó con los otros sirvientes del
castillo a compartir una botella después de que la familia
real se fue a dormir. Nunca sospechó la información que le
caería en las manos.
5
Tomando un trago de su cerveza, asintió hacia la
1 mesera que pasaba, aun escuchando atentamente lo que el
valet hablaba.
—Creo que tendremos a nuestro hombre para
establecer la tecnología para la clonación una vez que el
matrimonio entre en la familia. Después de lograr que el
nuevo esposo adicto al trabajo influencie al padre. —El
valet dejó de hablar brevemente, escuchando a quien fuera
con él que hablaba por la video llamada, Ralph supuso—.
No, la real perra no lo sabe. Ella solo sabe que recibirá
dinero cuando entregue el esquema. —De nuevo el valet
hizo una pausa—. Azrael no tiene idea de que estoy aquí
pero puede sospechar de nosotros. Recuerda que siempre
tendremos a sus niños para usarlos si tenemos que...

Ralph se alejó de la pared. Oyó suficiente. No


entendía lo que había oído pero entendió lo suficiente para
discernir que la Reina estaba involucrada, que era por lo
que estaba ahí. Tendría que hablar con el Coronel Hollister
de algún modo.

5
2
Capítulo 3
Propiedad de Townsend: en las afueras de Classige, Pruluce,
la capital de Regelence.

V iendo por la ventana el paisaje que pasaba,


Nate se sentía como si hubiera sido
transportado por el tiempo a su juventud. Todo parecía
irreal, la ropa, los carruajes, todo. Eso le traía un conflicto
de emociones. Se encontró a sí mismo sentado más rígido
que lo normal. De algún modo él estaba representando a
su ‘lord’ que emergía o al de la misión, no podría decirlo,
nunca se había considerado un pretencioso lord, incluso
cuando fue uno, pero este era un papel, una actuación para
el trabajo. Cuanto más pronto encontrara quién robó las
armas, mejor.

Un gruñido con el ruido de ropa, llamó su atención


dentro del aerotransporte. Suprimió la urgencia de sonreír,
sabiendo que Problema no tomaría eso como incentivo. El
chico había estado impaciente y quejándose desde que
ellos se habían cambiado de ropa en el muelle hacía tres
horas.

Nate sabía malditamente bien que la Plaga estaba


tratando de ganar su compasión y eso no estaba
funcionando. Si él tenía que vestir un chaleco y una
5 corbata, Problema también lo haría. El chico debería estar
agradecido de que Regelence tuviera un clima templado.
3 Había días en Englor, que era insoportable estar en
cualquier lugar aparte de su casa con aire acondicionado.
Moviéndose en el asiento de piel, Problema se
agitaba, gruñía y gemía.

—Deja de agitarte.

Problema bufó y siguió en su lado del asiento.


Tomando la tela de sus muslos la estiró, tratando de
relajar un poco los ajustados pantalones. Pronto subió su
mano a su corbata, seguido de un melodramático sonido de
ahogarse. Con mucha escenificación, el chico finalmente
cayó al pulido suelo y vio a Nate.

Nate levantó una ceja.

—Mátame ahora. —Los brazos de la Plaga a su lado


en el suelo. Su cara levantada y los ojos cerrados
esperando.

Los labios de Nate se elevaron. El chico realmente era


bueno para el drama, era una reina dramática. —¿Qué
sucedió con soy súper espía Doble-o-Problema?

Las pálidas cejas se elevaron y abrió sus ojos


aguamarina solo una ranura. —Eso fue antes de ser
obligado a usar esta ropa. Esto es una lluvia de meteoritos,
Hawk. —Problema se levantó del suelo y regresó a su
asiento con un suspiro—. Estos pantalones están tan
apretados que mis bolas prácticamente están en mi
garganta. O más bien ahí estarían si este nudo no estuviera
alrededor de mi cuello restringiéndole el espacio. —Tiró de
nuevo del cuello de su blanca camisa tanto como pudo—.
No veo por qué tengo que usar esto. ¿No se supone que
soy tu sirviente?

—Eres mi valet. ¿Cómo puedes esperar vestirme, si


5 no puedes vestirte solo?

4 —No te vestí. Tú me vestiste. —Señaló la corbata a la


que Nate le había realizado un intrincado nudo—. ¿Por qué
no podía ser un Conde y tú mi valet?
—Porque un Conde no se arrastra en el suelo y se
queja acerca de que su no mencionable anatomía está en
su garganta.

Problema abrió más los ojos. —Maldición, Hawk, te


oyes como si tuvieras un palo en tu culo.

Nate se giró hacia la ventana, estudiando el vibrante


verde de la hierba y los árboles, evitando que Problema
viera su sonrisa. —Los Lord tampoco mencionan objetos
extraños dentro de los culos de las personas.

—Hablando acerca del culo de las personas…

—Problema… —advirtió. Él no tenía ni idea de lo que


la Plaga iba a decir, pero ciertamente no era el tipo de
lenguaje que el diablillo debería usar. Eso no era para nada
apropiado y necesitaba entrar en su personaje. Claro que
eso era culpa de Nate, el chico había crecido entre la
tripulación la mitad de su vida.

—¿Queeé? Solo estoy diciendo… Esta es una sociedad


gay, ¿verdad? Entonces eso significa que puedo encontrar
novio.

Nate gruñó. —No, no puedes. Esto es un trabajo. Se


supone que estarás recabando información. —El pensar en
los posibles riesgos de su hijo no era agradable. Recordó
que en la última escapada de la Plaga estuvo cerca de ser
asesinado.

Una sonrisa cruzó su infantil cara. —¿Qué si tengo


que ser amable con el enemigo para obtener información?

—Ahora ¿Por qué tengo la sensación de que puedes


5 meterte solo en ese tipo de situaciones?

La Plaga se encogió de hombros y se movió un poco


5 estirando su chaleco.
—Recuerda, eres el prestigioso sirviente de un Conde.
Nosotros no estamos de vacaciones.

La luz roja de la escotilla se encendió indicando una


transmisión. Nate vio hacia fuera que se aproximaban a
una grande y ornamentada puerta de hierro. Mirando hacia
Problema, presionó un dedo en sus labios y tocó el botón
del intercomunicador.

—Buenas tardes, Lord Deverell, —una voz de barítono


lo saludó cuando la puerta se abrió, permitiendo la
entrada—. Soy Jeffers, el mayordomo en jefe. Bienvenido al
Castillo Townsend. Thomas, mi asistente, los recibirá en la
puerta del frente.

—Gracias, Jeffers. ¿Puedes por favor enviar sirvientes


adicionales para que ayuden a mi valet con mis
pertenencias?

Problema giró los ojos.

—Sí, mi lord.

—Gracias. —Nate frunció el ceño hacia su hijo. Era el


momento de ponerse serio. Cuanto más pronto ellos
descubrieran quién robó esas malditas armas y cómo, más
pronto podrían regresar al Lady Anna y dejar de vivir esa
farsa. Apagó el intercomunicador.

Aparentemente, la Plaga había decidido comportarse


y tomar el rol por el que se le había pagado. Él aun hacía
gestos y estiraba extrañamente su cuello, comprimido por
la corbata, pero estaba derecho y se había arreglado.

—Recuerda, cuando nos detengamos debes entrar


5 por la puerta de servicio y me esperarás ya sea bajo las
escaleras o en mi cuarto. Probablemente tu propio cuarto
6 será más pequeño, pero estará conectado al mío. Trata de
comportarte apropiadamente, no maldigas, cuida tu
postura, y por el amor de las Galaxias mantente fuera de
los problemas.

—Sí, sí, sí, lo tengo…

—Ejem. —Nate lo vio arqueando la mirada.

—Quiero decir, Sí, mi lord. —Problema suspiró—.


Recuerda las lecciones de conducta apropiada y en caso de
que necesites más instrucción, te dejé la referencia del libro
electrónico en mi reader(9), en mi maleta.

Asintiendo, Nate tomó su beaver hat(10) del asiento a


su lado. —Bueno, irás a dejar las cosas a nuestro cuarto
mientras manejo algunas cosas con nuestros anfitriones.

El aerotransporte se detuvo, la puerta se abrió y los


escalones descendieron del vehículo. Nate se colocó su
sombrero antes de salir del carruaje. Un cuarteto de
sirvientes estaba al pie de las escaleras. Al juzgar por los
uniformes, el sirviente en jefe y tres ayudantes.

Un alto y delgado hombre de cabello gris se adelantó


e inclinó la cabeza. —Saludos, Lord Deverell. Soy Thomas,
el mayordomo asistente. Bienvenido al Castillo Townsend.

—Thomas. —Nate inclinó ligeramente la cabeza—. Mi


valet puede necesitar ayuda con mis cosas.

—Sí, mi lord. —Chasqueó los dedos y los tres jóvenes


hombres se apresuraron hacia el aerotransporte y
comenzaron a retirar el equipaje del compartimiento
trasero—. Si me sigue mí lord, puedo llevarlo al estudio a
su reunión, a menos que prefiera refrescarse.

5
(9) Reader, lector, almacén de libros computadorizados
7 (10) Un Behaver Hat es un sombrero hecho de piel de castor, Estuvo de moda en
Europa de 1550 a 1850 porque era un material resistente que podía fácilmente
manejarse en una variedad de formas. La piel de castor también es impermeable
debido a una crema lubricante secretada por el ano del animal.
—No, gracias, Thomas. Prefiero reunirme con sus
majestades ahora.

—Bien, bien, mi lord.

Problema salió del carruaje y habló con el sirviente.

Dándole una última mirada a Problema, esperando


que se mantuviera fuera de problemas, Nate subió por los
anchos escalones de cemento hacia el castillo estilo gótico.
Era una hermosa estructura con hiedra aferrándose a las
grises paredes de piedra. Le recordaba vagamente la
Hutchins Hall, la propiedad se asemejaba a la casa de su
infancia en Hawthorne. Solo que el castillo Townsend, era
considerablemente más grande que Hutchins Hall.

La gran puerta de madera se abrió, revelando un


enorme vestíbulo con suelo de mármol. Eso hablaba de
refinamiento y riqueza, aunque era bastante masculino. El
vestíbulo era iluminado por un brillante candelabro que
enviaba chispas al brillante mármol color jade. Era como
entrar a un museo impecable y llamativo. Por cualquier
lado que mirase había clase.

—¿Puedo tomar sus guantes y sombrero, señor?

Nate se quitó los guantes y se los dio junto a su


sombrero a Thomas.

Plenamente consciente de cómo el golpe de sus botas


en la piedra natural hacían eco en el arqueado vestíbulo,
siguió a Thomas.

La puerta se cerró con un fuerte golpe detrás de


Thomas y la voz que lo había saludado en el vehículo habló.
5 —Thomas, por favor, muéstrale a Lord Deverell el estudio.
Te necesitan en el invernadero con urgencia.
8 Haciendo una mueca, el mayordomo se giró hacia
Nate e inclinó la cabeza de nuevo. —Si me acompaña mi
lord. —Levantó el brazo señalando una puerta a la izquierda
antes de tomar el pasillo hacia un gran espacio con dos
enormes escaleras a los costados.

De algún lugar del castillo una puerta se cerró y una


enorme conmoción se oyó. Eso era como… ¿ladridos? los
ladridos aumentaron y los ‘click’ en el piso de mármol
reverberaban.

Los hombros de Thomas bajaron y gruñó antes de


rápidamente recomponerse. Miró hacia Nate y sonrió,
apurándose a subir los escalones. —Por aquí, mi lord. —
Thomas alcanzó la puerta y la abrió.

Rodeando la esquina había cerca de diez perros


grandes y pequeños mezclados, dirigiéndose a la entrada.
Sus uñas raspaban al tratar de obtener apoyo en el
mármol.

—¡Oh! aquí. Jeffers, ¡la puerta! —Un hermoso


hombre con abundantes y cortos rizos negros, salió de la
esquina tras los perros, cerca de tumbar a Thomas.

Solo los rápidos reflejos de Nate lograron que el


mayordomo se mantuviera de pie. Atrapó al viejo hombre
de los hombros y lo estabilizó y vio al joven correr a gran
velocidad detrás de la manada de bestias salvajes.

El adolescente estaba vestido para montar, usaba


pantalones crema y brillantes botas negras. La cola de su
chaqueta volaba detrás de él cuando se deslizaba por el
pulido mármol. —Lo siento, Thomas, —gritó sobre su
hombro y siguió hacia la puerta tras los perros.

Apoyando una mano en la pared, Thomas tomó una


5 profunda respiración. —Gracias, mi lord. —Por lo bajo
murmuró algo que se oyó como—, Lord Terror.
9
Antes de que pudiera preguntar qué era eso, una
gritona, desnuda y húmeda niña pequeña, pasó frente a
ellos seguida por una mujer mayor.

—Lady Mimada, —Thomas murmuró.

Nate parpadeó. Buenas Galaxias, llego a una jodida


casa de locos. —¿Perdón?

Thomas abrió los ojos cómicamente. —Oh querido.


Nada, Lord Deverell, nada. Hablo conmigo mismo. Es un
mal hábito. —Extendió el brazo hacia el cuarto de nuevo.

Entrar al oscuro y masculino cuarto le trajo recuerdos


del estudio del padre de Nate en Hawthorne. Había libreros
de caoba de pared a pared y grandes muebles de piel. Nate
inhaló profundamente. Dulce tabaco, ron y piel llenaron sus
sentidos, igual que el estudio en la mansión Hawthorne.
Siempre había amado ese cuarto.

—Por favor, póngase cómodo. Si hay algo que


pueda…

Fuertes pisadas seguido de un, —¡Muffffinnnn! —Un


hombre alto, que se veía ligeramente mayor que él, salió
tras la horda de caninos y asomó la cabeza por la puerta.
Sus enormes ojos dorados vieron a Nate—. Oh, discúlpeme,
no me di cuenta que teníamos compañía. —Su oscura
cabeza salió y se oyeron sus pasos alejándose.

Una sonrisa se formó en los labios de Nate cuando


tomó asiento en un pequeño sofá borgoña vertical al
escritorio.

Thomas sonrió y vio a la puerta. Él obviamente tenía


6 prisa pero se rehusaba a ser rudo y dejar a Nate sin
asegurarse de su comodidad. —Mi lord…
0 Nate señaló que podía alejarse —Está todo bien.
Puede retirarse.
—Gracias, mi lord. —El hombre viejo bajó la cabeza y
salió del cuarto.

Si el hogar siempre era tan indisciplinado, no era de


extrañar que no hubieran detectado a los ladrones, de
acuerdo a la información que le habían dado, Jeffers el
computador del castillo había sido desconectado en el
momento del robo. A Nate no le habían dado detalles
acerca de por qué había estado desconectado el
computador, solo que Raleigh Townsend se lo diría cuando
Nate llegara al castillo.

La ventana a la izquierda de Nate explotó.

«Mierda». Nate se lanzó al suelo sobre su abdomen.


Una blanca pelota de polo rodó por el suelo de madera y la
alfombra deteniéndose a centímetros frente a la cara de
Nate. «Que el»… Levantó la pelota y cruzó el cuarto hacia la
ventana quebrada.

—Hola. —Saludó un hombre joven con anchos


hombros y una amigable sonrisa, sobre un caballo alazán(11)
—. Lo siento. No lo golpeé. ¿Lo hice?

Nate sacudió la cabeza. —No, no me golpeaste. —


Levantó la pelota—. ¿La quieres de regreso?

—Sí, por favor. ¿Eres el Conde? —preguntó el jinete.

—Sí, ¿quién eres? —Nate le lanzó la pelota.

—Soy el príncipe Colton. Encantado de conocerlo, mi


lord. —Inclinó la cabeza y guió a su caballo hacia fuera.

El cuarto príncipe. A juzgar por la apariencia


«¿Colton?»
los otros dos caballeros que Nate había visto desde su
6 llegada deberían de ser sus hermanos. Buenas Galaxias, la
familia real era difícil de controlar. Ya estaba empezando a
1 sospechar quiénes desconectaron a Jeffers.

(11) Caballo o yegua que tiene el pelo de color canela.


Nate se alejaba de la ventana cuando un fuerte
crujido detuvo a Nate a medio paso, las hojas caían como
lluvia y un gruñido llegó de arriba. —Sangriento hoyo negro
e implosión de estrellas, —una suave voz masculina siseó.

Mirando hacia arriba, al árbol más cercano a la


ventana, un chico se balanceaba precariamente de una
delgada rama del árbol. Se estiraba hacia una plana
pantalla de computadora o algo así que estaba en la rama
contigua. Con el ángulo de su balanceo, la caída era
inminente. Probablemente si le gritaba que tuviera cuidado
eso causaría que el adolescente se cayera al suelo, así que
Nate se apresuró a salir por las puertas francesas a su
izquierda, llegó a la base del árbol, justo a tiempo cuando
la rama de la que se balanceaba el chico se quebró.

—Wow. —El chico se tambaleó y cayó en la rama


que sostenía la computadora causando que ésta se
deslizara—. ¡Polvos!

La plana pantalla se deslizó a otra rama antes de caer


libre. Nate la atrapó antes de que golpeara en el suelo.

El joven gimió, su mirada se encontró con la de Nate.

Nate vio fijamente al niño, no, eso no era del todo


cierto, al jovencito, sí, pero no solo un muchacho, era
absolutamente hermoso. Nate vio fijamente a los enormes
ojos grises que lo tenían hechizado. Él tenía una pequeña
constitución, que al principio engañó a Nate haciéndolo
pensar que era un niño. Unos enredados rizos ébano
rodeaban la hermosa cara y un lleno labio inferior era
atrapado entre blancos dientes.

6 —Uh, gracias. Yo, uh Wow. —Las botas del hombre


se deslizaron de la rama, dejándolo colgado de sus manos a
2 tres metros en el aire.
Nate dejó la computadora en el suelo y levantó las
manos. —Te tengo. Déjate caer.

—Uh…

—Déjate caer.

—Bien. Por favor, no falles. —El hombre se dejó caer


con un renuente gemido.

El escaso peso cayó en los brazos extendidos de


Nate. Dobló las rodillas ligeramente para evitar que el
joven se lastimara. Nate vio la hermosa cara y su estómago
se oprimió. Se acercó a ver los ojos color acero derretido
del hombre. Tenía una perfecta piel marfil y labios llenos. El
calor de su cuerpo presionaba contra el pecho de Nate
haciendo que su pene se moviera. El hombre era delgado,
no muy alto, pero tenía hombros anchos que hablaban de
agradables músculos bajo su elegante ropa. Lo que daría
por ver ese delgado cuerpo completamente desnudo y esos
lindos labios alrededor de su duro pene. Cerrando los ojos,
Nate se concentró en que su pulso regresara a lo normal.
Tenía una misión, no tenía que involucrarse. Además, debía
ser el hijo de sus anfitriones.

Él abrió los ojos a tiempo para ver una lengua rosa


atreviéndose a salir y humedecer sus labios. El pene de
Nate, estaba totalmente erecto ahora, presionándose
contra sus pantalones.

La mirada del hombre fija en Nate, mientras su largo


y elegante dedo trazaba su barba. —¿Quién eres? —le
preguntó con un seductor murmullo.

Nate ni siquiera se había dado cuenta que se estaba


6 inclinando hacia el jovencito, hasta que este se sobresaltó y
estuvo a punto de caer de los brazos de Nate. Soltando al
3 hombre, hasta dejarlo de pie, Nate se arregló el chaleco y
cuando arregló sus pantalones, pareció darse cuenta de que
tenía un problema.

Bueno, el joven Lord no es el único afectado, solo


sorprendente. No, claro que eso no importaba. Nate no
estaba interesado. «Sí, claro», él inclinó la cabeza. —Nathaniel
Hawkins, Conde de Deverell.

Los ojos grises del jovencito se abrieron más y trató


de ocultar su obvia erección. Se movió hasta ver su pizarra
electrónica. Levantó la pantalla, sosteniéndola frente a su
ingle y viendo a los ojos a Nate. Su seductora boca formó
una —O—, seguida por una inhalación, entonces el hombre
parpadeó y sacudió la cabeza como para aclarársela. —
Gracias, por rescatarme mi lord. Yo, uh, y de paso por
atrapar a mi pantalla.

Nate iba a preguntarle al hombre su nombre y por


qué estaba en el árbol cuando una versión mayor del joven
apareció en la ventana. —¿Qué en las estrellas le sucedió a
la ventana? ¿Aiden?

El jovencito, Aiden, frunció el ceño. Se atrevió a ver a


Nate y darle apenas una perceptible sacudida de cabeza. —
Yo no hice eso, Cony. Yo estaba tratando de lograr una
perspectiva diferente del jardín. —Aiden miró de nuevo a
Nate, su mirada suplicante, e inclinó la cabeza—. Gracias
de nuevo, mi lord.

Antes de que Nate pudiera responder, él salió hacia la


parte de atrás del castillo. Qué extraño. Aparentemente el
diablillo no quería que Nate mencionara su caída del árbol.
O no quería que mencionara quién rompió la ventana.

6 —¿Lord Deverell?

Nate dejó su atención de Aiden y se giró hacia la


4 ventana. —¿Lord Raleigh?
Raleigh sonrió. —Si, por favor, entre. ¿Usted sabe lo
que le sucedió a la ventana?

Nate giraba el whiskey en su copa y cruzaba las


piernas, sentado en el confortable sofá de piel. Ese lugar
era definitivamente diferente a su ordenada vida normal.

Había pasado casi dos horas hablando con el Rey


Steven y el Rey consorte Raleigh. Ellos habían dejado de
usar los títulos después de un momento y usaban su
primer nombre. Nate encontró que ambos le agradaban.

Ambos hombres eran un poco mayor que Nate y no


es lo que él esperaba. Steven era bastante calmado.
Parecía ser tranquilo, daba esa impresión, pero su forma de
hablar para nada lo indicaba. No era demasiado alto, pero
el hombre estaba bien construido, pecho ancho, cadera
estrecha. Él no era un hombre que estuviera acostado todo
el día.

Raleigh no es que fuera exactamente nervioso, pero


no era tan tranquilo como Steven. Parecía un gran felino,
siempre alerta y listo para atacar. Como un gran felino,
Raleigh era alto y de apariencia atlética. Nate no dudaba
que el hombre pudiera ser tan rápido como él era fuerte.
De hecho Nate se preguntaba qué exactamente hacia el
hombre en el IN.

Nate tomó un trago de su bebida mientras trataba de


6 lograr entender su reciente descubrimiento sobre que los
5 hijos Townsend eran los responsables de apagar la
computadora. Había sospechado eso antes de que Raleigh
revelara la verdad. —Déjame entender esto. ¿Los príncipes
desconectaron a Jeffers para tener una aventura? —Nate
frunció el ceño. A él le parecía que los príncipes ya hacían
lo que querían.

Steven asintió desde su silla, frente a la de Nate. El


liso cabello negro le cayó a los ojos. —Los hijos de Raleigh
son unos malcriados.

Retirando el cabello de la cara de su esposo, Raleigh


lo vio desde su sitio en el brazo de la silla. —¿Por qué
cuando hacen algo bueno y digno de halagos son tuyos,
pero cuando hacen algo tonto o cometen un error, entonces
son míos y solo míos? —Se acercó al escritorio y se sentó
en el borde.

—¿Necesito recordarte que tú fuiste quien quería seis


niños? —los labios de Steven se elevaron y sus ojos ámbar
brillaban. El hombre claramente disfrutaba molestando a su
esposo—. Además, ellos tienen tu ADN, ¿cómo pueden no
ser alborotadores? Y dado que es bastante seguro que sean
tus genes y no los míos lo que los hacen de esa manera…
Se encogió de hombros y vio a Nate, con evidente alegría
en su sonrisa y elevó una ceja.

Raleigh bufó. Raleigh era uno de los hombres de más


clase y dominante que él hubiera conocido, él parecía tan
fuera de su carácter. Eso hacía que se viera incluso más
parecido a Aiden.

El pensar en Aiden inmediatamente trajo a su mente


la manera en que el hombre se veía en sus brazos un par
de horas antes, y el pene de Nate comenzó a elevarse. Él
cruzó su tobillo sobre su rodilla. —Ejem. ¿Creí que solo
tenían cinco hijos? ¿Estaba mal informado?
6 Steven se rió. —Nosotros solo tenemos cinco hijos,
6 porque logré poner algo de sentido común en él al final.
Levantando una pluma del escritorio, Raleigh se la
lanzó al Rey, entonces giró su atención a Nate. Sus ojos
grises brillaban. —No, tú no estás mal informado. Son solo
cinco y Muffin.

—¿Muffin? —Nate parpadeó. Asumió que era la


pequeña niña que había visto antes, pero él no tenía idea
de quién era ella…

Riéndose alto, Steven le lanzó de regreso la pluma,


que golpeó en el pecho de su consorte.

Raleigh ignoró la pluma. —Muffin es nuestra mayor


carga. Supongo que en cierto sentido es nuestra pupila,
pero Rexley la encontró cuando ella estaba recién nacida.
Había ido de compras con su acompañante y la oyó llorar.
Había sido abandonada en el callejón al lado de la tienda,
Rexley la vio como un muffin(12), toda regordeta. Eso fue
antes de la hora de la comida. —Raleigh se rió.

Nate frunció el ceño. De lo que había aprendido, los


ciudadanos de Regelence estaban suscritos a métodos de
incubación y procreación artificial. Es claro por lo que
dijeron que los príncipes fueron creados por estos procesos,
porque es obvio que ambos ADN de Steven y de Raleigh
estuvieron involucrados. Claro que se requirió un óvulo
pero en la mayoría de los casos la información genética del
óvulo donado es retirada a menos que el niño pertenezca a
la mujer. —¿Por qué alguien abandonaría a un bebe que
ellos crearon? ¿Pueden diseñarla de la manera que quieran?

(12) Un muffin (también conocido en idioma español con varios términos


6 como panquecito, quequi, queque o kekito) es un producto de repostería elaborado
con pan dulce y otros ingredientes. Cocinado al horno en moldes al uso, presentan una

7 base cilíndrica y una superficie más ancha, con forma de hongo. La parte de abajo
suele estar envuelta con papel o aluminio, y aunque su tamaño puede variar presentan
un diámetro inferior al de la palma de la mano de una persona adulta.
Steven sacudió la cabeza. —Presumo que ella fue
concebida naturalmente. Pero, de cualquier manera,
nuestras leyes no permiten diseñar bebés excepto por
algunas cosas. En caso de parejas masculinas, se permite
especificar si quieren niños o niñas. Aparte de eso, solo la
preferencia sexual de los niños es una tradición en la
aristocracia, fuera de eso las leyes prohíben diseñar hijos.

«Interesante».Nate tomó un trago de su whiskey. La


mayoría de los planetas que utilizan la procreación artificial
y los procedimientos de incubación usan todo-o-nada de
filosofía. Ellos erradican todo rasgo indeseable o enfermo y
no se permite la concepción natural. —¿Ustedes permiten la
gestación natural?

—Oh sí. Realmente, el porcentaje de niños nacidos


naturalmente con los creados sintéticamente es de cerca de
ocho a uno fuera de la aristocracia. El procedimiento es
muy costoso. Nosotros somos una sociedad patriarcal. Sin
embargo entre los que tienen título está cerca del cien por
ciento. Ocasionalmente un Lord puede nacer sin que se
altere su preferencia por los hombres y… —Raleigh se
encogió de hombros—. Aunque es muy raro.

A Nate le gustaba cómo se hacían las cosas aquí.


Parecía tener sentido. Si todo el mundo fuera perfecto y
vivieran siglos, entonces la población podría ser extraña.
Aparte de eso sería… aburrido que todo el mundo fuera el
mismo espécimen ideal. Y que los padres del mismo sexo
no solo son aceptados, sino que son la norma entre la
aristocracia. Muy mal que en su propio planeta no tuvieran
valores similares. Si los hubiera, él nunca hubiera sido
forzado a entrar en ese duelo… Un duelo que le hizo perder
6 a su familia. Nate se sacudió sus reflexiones. Estaba ahí
para investigar un crimen. —¿Dicen que sus hijos
8 desconectaron a Jeffers?
Suspirando, Raleigh levantó la copa con su bebida del
gran escritorio de caoba, mirándola casualmente. —Sí. Y sé
lo que estás pensando, Nate, pero son inocentes. Ellos ni
siquiera saben que estoy involucrado con el IN, mucho
menos acerca de las armas que guardábamos para ellos.

Él creía a Raleigh, pero algo no tenía sentido. Nate


necesitaba entender para eliminar la sospecha de los
príncipes. —No tengo razón para dudar de ti. Dices que no
están involucrados, bien. Pero ¿Por qué ellos necesitaban
apagar al computador?

—Querían libertad para alejarse del castillo, —dijo


Steven.

—¿Qué es lo que quieren decir? Ellos parecen tener


mucha libertad. —«Mierda». Eso no salió bien, pero él no iba
a retractarse, eso era cierto.

Steven se rió. —Sí, la tienen, más que la mayoría de


los jóvenes Lord, podría decir. Nosotros rara vez negamos
sus peticiones, mientras sean razonables y acepten a su
acompañante con ellos. Pero ese es el meollo de la
situación. No quieren la molestia de un acompañante.

—¿Por qué deben de estar con un acompañante?


Todos ellos son adultos, ¿No es así?

Steven miró a Nate como si hubiera perdido la


cabeza.

Dejando su copa a un lado, Raleigh dejó el escritorio


y se dirigió a Steven y comenzó a masajearle los hombros.
—En el planeta de Nate, es la virtud de las jóvenes lady la
que se cuida no la de los jóvenes lord.
6
Steven asintió y dejó caer su cabeza ligeramente
9 hacia delante. —Ya veo.
Le impresionó a Nate que Raleigh se hubiera
molestado en investigar los orígenes de Nate.

Raleigh captó la mirada de Nate. —Aquí son los


jóvenes caballeros de la sociedad los que son altamente
codiciados. Hasta que un Lord llegue a los veinticinco años,
o es elegido en una ceremonia de consorte, debe de
permanecer casto. Esencialmente nuestra sociedad es como
en la tierra en el siglo diecinueve, en Inglaterra. No
obstante, la nuestra es una sociedad dominantemente
masculina, así que protegemos a nuestros jóvenes Lord no
a nuestras jóvenes Ladies. —La oscura cabeza del consorte
se levantó—. Englor es exactamente como nuestra
sociedad, ¿No es así?

—Así es. —Nate bebió un trago de su whiskey—. Pero


no entiendo la razón. En nuestra sociedad se asegura que
el heredero masculino esté por su cuenta, pero aquí… ¿Por
qué es necesario que el joven Lord sea virgen?

—No es necesario. Es solo como siempre se han


hecho las cosas, —dijo Steven.

Raleigh asintió aceptándolo. —Militares y políticos son


siempre de gran importancia aquí, debido a como ganamos
nuestra libertad de nuestros sistemas vecinos. Y en
consecuencia ahora las reglas del planeta son las del
sistema Regelence.

—Desafortunadamente, el IN solo trata con asuntos


interplanetarios e intergalácticos. Nosotros nos aseguramos
de tener nuestros más fuertes y brillantes guerreros
luchando por preservar nuestra libertad dentro de nuestro
propio sistema. ¿Estás familiarizado con la antigua historia
7 de la Tierra y del sagrado grupo de Tebas(13)?

0
(13) El Batallón sagrado de Tebas era una unidad de elite griega formada por 150
parejas de amantes en el siglo 4 antes de cristo fue creada por el comandante Tebano
Nate había aprendido todo tipo de cosas durante su
entrenamiento como oficial, pero recordaba esa parte de la
historia debido a su propia orientación sexual.
—Legendarios guerreros de la antigua Grecia. El grupo
estaba formado por amantes que luchaban juntos lado a
lado.

—Sí. La teoría era que los amantes podían luchar


mejor juntos que los no amantes porque estaban menos
dispuestos a deshonrarse en la batalla. Es un lazo incluso
más fuerte que la familia o la tribu. Esencialmente nuestra
sociedad está basada en el mismo principio. Nuestros
jóvenes son mantenidos puros y emparejados después de
la adolescencia y enlistados juntos. La práctica también
sirve para unir ciertas familias. Ha funcionado bien por
siglos y desarrollado la sociedad dominantemente
masculina que tenemos ahora. Incluso, cuando ahora no
todos los hombres son reclutados, y la mayoría no son.
sujetos a matrimonios arreglados, todos los Lord
permanecen puros hasta el matrimonio.

—Estoy sorprendido. ¿Nadie ha tenido problema con


eso?

Raleigh se encogió de hombros. —Como te dije, esta


es una antigua tradición. Incluso aunque ahora tenemos la
tecnología para crear la descendencia con el ADN de ambos
padres masculinos, sigue la tradición de que las familias
deseen unirse con alguien de más poder político. Cuando
era adolescente también odié eso, pero es la costumbre y,
honestamente, ha funcionado muy bien. Tenemos uno de
los mejores ejércitos de la galaxia. Y tenemos muchos
delitos menores que la mayoría de los planetas. Steven, yo
7 mismo, los niños, el parlamento, ni siquiera necesitamos
seguridad en nuestros círculos sociales. No me
1 Gorgidas. Las parejas estaban formadas por un miembro de mayor edad o —
heniochoi— (conductor) y uno más joven o —paraibatai— (compañero).
malinterpretes, nosotros tenemos guardias y tenemos
castillos seguros, pero podemos caminar libremente entre
nuestra gente. No todos los planetas pueden decir eso. Y no
estoy diciendo que esto debería de ser una regla, pero si
empiezas a cambiar las cosas alrededor… Hay algo que se
dice de permitir a un hombre maduro dirigir un planeta.

Aun le parecía injusto a Nate, pero al menos lo


entendía mejor. —Las mujeres son libres en el juego, pero
¿ellas se mantienen alejadas de los hombres hasta los
veinticinco?

—Oh. ¿Tú prefieres a las mujeres? —preguntó


Steven.

—No lo hago. —Ese era el problema, estaría propenso


en encontrar un esposo si no tenía cuidado. Eso es justo lo
que necesitaba.

Levantando una ceja, Steven sonrió. —¿Tienes un


consorte?

Nate sacudió la cabeza. —No, he estado a bordo de


Lady Anna tanto tiempo que no he tenido tiempo de buscar.
Solo soy yo y mi hijo. —Steven lo miraba con un brillo en
su mirada que hizo que Nate quisiera patearse a sí mismo
por admitir su sexualidad. Esa mirada era una que Nate
conocía muy bien y que nunca pensó ver de nuevo.

—¿Bailas? —Raleigh preguntó sin retirar las manos de


los hombros de su consorte.

«Maldición». Nate asintió.

La sonrisa del Rey era incluso más brillante. El


7 hombre estaba claramente intrigado. —Entonces te unirás
con nosotros esta noche. Tenemos que asistir al baile
2 ofrecido por el Duque-consorte Keithman.
Abriendo la boca para protestar y decirle a la pareja
real que necesitaba interrogar al personal, en particular a
Jeffers, Nate se encontró a si mismo guardando silencio
cuando Steven se puso de pie. Nate se puso de pie en señal
de respeto.

—Excelente. Tú seguirás pretendiendo que eres solo


nuestro huésped. No queremos que el personal se entere
del hecho de que los investigarás. Nos vemos esta noche,
Nathaniel. Por favor, toma el tiempo antes del baile para
descansar. Tienes todo el día siguiente para investigar. —
Steven se dirigió a la puerta—. Jeffers, puedes retirar las
medidas de seguridad en el cuarto. Y por favor, abre la
puerta. La puerta se abrió y Steven salió con paso firme.

El hombre se veía como las mamás que Nate


recordaba de su juventud, dispuestas a arreglar
matrimonios. ¿Y Steven solo se reía? Nate vio a Raleigh,
aun detrás de la silla vacía que dejó su pareja.

Raleigh sonrió. —Nos reuniremos aquí mañana


después del desayuno y te daré toda la información que he
obtenido. Recuerda mantenerte atento durante el baile. En
este momento puedo solo asegurar que el perpetrador es
alguien que trabaja en el interior del castillo o en los
terrenos, pero… —Se dirigió hacia la puerta. Se detuvo
antes de salir y miró hacia Nate—. No te preocupes acerca
de comprometer a alguno de los chicos en el interior o en
los terrenos del castillo. Jeffers es un acompañante
confiable. —Con eso salió del cuarto.

Nate se estiró. Un movimiento captó su atención. Se


giró a la ventana a tiempo para ver los desarreglados rizos
7 ébanos y enormes ojos grises desaparecer de la vista.
«Aiden».

3
Capítulo 4
É l estaba cerca de lograrlo. Un poco mayor el
ángulo de la mandíbula, un poco más alto la
línea de sus pómulos. Usando su estilete, agregó algo de
sombra. «Así». Aiden se apartó del dibujo para verlo con ojo
crítico. Había logrado capturar exactamente al hombre, el
brillo depredador de su mirada, la cuadrada mandíbula, la
bien recortada barba y bigote, la recta y delgada nariz,
todo reproducido a la perfección. Incluso el ondulado y
oscuro cabello en su cabeza, parecía tan suave que invitaba
a pasar sus dedos por él. Todo lo que le faltaba era
agregarle color. Un ocre oscuro, con ébano y algunos
toques de rojo y dorado, para el cabello, suaves sombras
de castaño para sus ojos. Su piel no era como la de la
mayoría de los caballeros. Era de un dorado oscuro, quizás
incluso con un ligero bronce. El hombre era un sueño para
los artistas.

Aiden miraba a su pantalla de dibujo. «Buenas Galaxias»,


el misterioso extraño era hermoso. Se veía peligroso.
¿Quién era? Realmente. Él era un Conde, el Conde de
Deverell, Nathaniel Hawkins. Aiden sabía eso. Ellos habían
saludado formalmente al Conde y lo habían invitado al
baile. Algo estaba sucediendo. Solo que Aiden no sabía qué.
Tenía la sospecha que algo había sucedido durante su viaje
a los muelles, no tenía idea de que artículos habían sido
robados. Le preguntó a Cony en un par de ocasiones y
7 Cony había efectivamente cambiado el tema en cada
ocasión, diciendo que tenía algo que hacer. Jeffers hizo lo
4 mismo. ¿Qué ocultaban Padre y Cony?
Aiden presionó el botón en la pantalla para guardarlo.
Debería prepararse para el baile, en lugar de estar sentado
ahí viendo el dibujo de un hombre que no conocía.

Nathaniel Hawkins le provocaba todo tipo de


emociones en las que Aiden no quería pensar. El estar en
los brazos del Lord esta tarde le había enviado a su cuerpo
un remolino de emociones. Se sentía como cuando Payton y
él habían tomado del brandy de Padre, cuando él tenía
trece años, ligeramente mareado y… ¿feliz? Su pene había
incluso disfrutado la cercanía del Conde, igual que ahora.
Aiden frotó su erección a través de sus pantalones. Eso se
sentía muy bien. Frotó más duro. Caminar en la pista de
baile de esa forma sería un escándalo, por lo tanto tenía
que deshacerse de eso. Cerrando los ojos, imaginó el
ondulado cabello oscuro, los anchos hombros, las largas y
musculosas piernas. «Nathaniel». Había logrado desabrochar
dos botones antes de que la puerta de su vestidor se
abriera.

—¿Aiden?

Aiden se sobresaltó, apartó su mano y tomó la


pantalla de la mesa de mármol y la dejó en su regazo.
¿Nadie tocaba en ese castillo? «Polvo estelar». Estaba cerca de
tocarse a sí mismo. Qué indecencia. Los ojos de Nathaniel
parecían brillar desde la pantalla. Aiden frunció el ceño.
¿Desde cuándo comenzó a pensar en el hombre con su
nombre? Eso era muy familiar, como si el hombre fuera su
íntimo. Aiden gruñó. Deverell definitivamente no era bueno
para su salud mental.

—¿Aiden? ¿Por qué no te has vestido? —Payton tenía


7 las manos en las caderas, viendo alrededor—. ¿Dónde está
Benson? Se supone que debes de estar listo.
5 Benson había preparado la ropa para Aiden, pero
después Aiden le había pedido que se fuera. No quería a su
valet curioseando mientras terminaba su dibujo. Aiden se
encogió de hombros y se enfocó en la pantalla, eso no
alivió el interés de su pene. —Le dije que me vestiría solo.

—¿Por qué te ruborizas? —Payton tomó la pantalla


del regazo de Aiden.

Aiden gruñó y saltó a recuperarla. —¡Hey!

Payton parecía más interesado en que estuviera listo


que en su dibujo, lo que alivió a Aiden. Se giró
manteniendo su premio fuera del alcance de Aiden. «Gracias
Galaxias». El miedo a ser descubierto hizo maravillas en la
erección de Aiden. Rápidamente estaba flácido.

—Payton…

Dirigiéndose a la silla verde esmeralda cerca de la


puerta de la habitación de Aiden, Payton se sentó,
estudiando la pantalla de dibujo. —¿Qué crees que están
haciendo? ¿No encuentras extraño que ni Padre ni Cony
hayan mencionado a este hombre antes?

—Lo encuentro. Creo que esto tiene que ver con lo


que sea que hayan robado cuando apagamos a Jeffers la
última vez.

—Estoy de acuerdo. —Payton frunció el ceño y lo


miró directamente—. Aún no he descubierto qué se
llevaron. ¿Lo has hecho tú?

Aiden sacudió la cabeza. —No. ¿Ya le preguntaste a


Rexley?

—No lo sabe, o eso dice.

7 Aiden arqueó una ceja. —¿Crees que mentiría?

—Con Rexley, no lo diría. Sé que Padre le dice más a


6 él que al resto de nosotros. Supongo que porque es el
heredero. —Observando el dibujo de nuevo, Payton movía
la cabeza de un lado a otro—. Es hermoso, de una ruda y
feroz manera, ¿no es así?

si». —Supongo. Traté de espiar a Padre y a


«Polvos,
Cony hoy. Colton rompió la ventana del estudio, así que el
cuarto…

Payton levantó la cabeza, sus ojos ámbar bien


abiertos. —¿Descubriste algo?

«Casino». —A Jeffers no se le permitió grabar lo que


sucedía en el interior del estudio pero cuidó el cuarto de
curiosos indeseables. Nada de importancia. No pude
acercarme lo suficiente sin la amenaza de Jeffers de que
encendería la alarma. Para cuando Padre le permitió a
Jeffers dejar el cuarto, no había mucho que ver u oír.
Bueno, aparte de que Cony le pidió al Conde que se
reunieran mañana después del desayuno para discutir lo
que Cony descubriera de nuevo. Cony cree que lo que sea
que hayan robado, fue uno de los sirvientes.

—Interesante. —Payton miraba al espacio,


preocupado se mordió el labio inferior. Algo que casi
siempre hacía cuando trataba de descubrir algo.

Aiden vio el reloj en la mesa del vestidor. Tenía


veinte minutos para prepararse para el baile. Debería estar
listo, pero no quería ir. Ir a las fiestas era una implosión de
estrellas. Todos los Lord hambrientos de poder tratando de
conquistar a uno de los hijos del rey le molestaba. ¿Cuándo
les iba a entrar en su dura cabeza que Aiden no quería
tener un consorte?

Aiden suspiró, tomando el pantalón azul marino hasta


7 la rodilla que Benson le había dejado. —Jeffers, por favor
guarda la información de mi pantalla de arte en mi archivo
7 de arte.

—Sí, Lord Aiden, —contestó el computador.


Desabrochándose los pantalones, Aiden se sacó la
camisa fuera de la pretina. Se había quitado antes el
chaleco y la corbata. —Payton, ¿puedes apagar la pantalla?
Voy a usar la pequeña esta noche.

—¿Huh? —Payton parpadeó y enfocó la mirada en


él—. Seguro. —Apagó la pantalla y la dejó a un lado antes
de ponerse de pie—. Sabes… se supone que no debes
dibujar durante un evento social. Padre puede arrancarte la
cabeza si te descubre. —Paseó de un lado a otro, entre la
puerta a la habitación de Aiden y la puerta al cuarto de
baño.

—Si él lo descubre. —Aiden se puso sus pantalones a


la rodilla—. Necesito hablar con Deverell.

—¿Por qué? Seriamente dudo que te diga qué


robaron o por qué está aquí.

Resoplando, Aiden se sentó para ponerse sus


calcetines. —Eso podría seguro hacer las cosas más fáciles.
Pero me caí de un árbol al lado del estudio hoy.

Payton abrió más los ojos. Dejó de pasear y se sentó


en la silla frente a Aiden. —¿Cómo?

—Yo trataba de tener una vista desde arriba del


jardín, cuando mi pantalla se quedó colgando de una rama.
Caí y Deverell me atrapó.

—Uh-huh. —Sus ojos entrecerrados fijos en Aiden,


Payton sonrió—. ¿Por qué te ruborizas?

—¿Qué? —Aiden se quitó la camisa y fue por la que


Benson le había dejado para esa noche—. No me ruborizo.
7 Una mano atrapó su brazo y lo giró. —Aiden…

8 «Sangrientohoyo negro», él tenía que controlarse. No podía


ruborizarse cada vez que Nathan Deverell fuera
mencionado. Especialmente no con Payton. Payton era el
mejor para sacarle información.

La puerta de la habitación se cerró, captando la


atención de Payton y de él. «Wow». Salvado por otro
hermano que tampoco pudo recordar tocar la puerta.

—Oh mi Galaxia. ¿Lo viste? —Tarren se apresuró a


entrar al cuarto vestidor y se dejó caer en un sillón—.
¿Crees que sea un espía o un mercenario o algo así? Se ve
siniestro, de una manera sexy.

Dejando ir a Aiden, Payton se dirigió a Tarren,


moviendo su mano hacia su molesto hermano menor.
—Tarren, levántate. Te vas a arrugar la ropa.

—Bah. —Tarren se burló de Payton, pero de cualquier


manera, pasó sus manos por el traje gris que usaba—.
Algunas veces eres tan quisquilloso. —Sonriendo, soltó el
aliento, retiró su negro cabello de la frente—. ¿Lo han
visto? ¿No es fascinante? Vendrá al baile con nosotros.
¿Creen que me pedirá un baile? ¿Y qué si lo hace? es tan,
tan, grande y… —Tarren se estremeció.

Aiden casi gruñe. No quería pensar en Tarren cerca


del Conde. Si alguien iba a bailar con el… Wow, ¿en qué
estaba pensando? No quería bailar ni con Deverell ni con
cualquier otro caballero. Odiaba el baile.

Aiden rápidamente terminó de vestirse, bloqueando


la charla de Tarren lo mejor que pudo. Necesitaba hablar
con Deverell para que no dijera lo de su caída. Eso era lo
único que le interesaba del Lord. «Seguro, Aiden». Su atrevido
pene estaba llenándose de nuevo. Aiden se apretó un poco
7 más duro su corbata, casi intentando ahogarse.

Después de que dejó de ahogarse, el cuarto estaba


9 muy tranquilo. Se giró hacia Tarren y Payton. —¿Qué?

—¿No estás de acuerdo? —preguntó Tarren.


—¿De acuerdo con qué?

—Que Lord Deverell podría ser un enérgico consorte.


—Payton giró los ojos, mostrando claramente que las
palabras del comentario no eran de él.

Aiden miró a Tarren.

Frunciendo el ceño, Tarren vio a Aiden. —Bueno, no


necesariamente con esas rudas palabras. No tenía idea que
tú reclamarías tu derecho, hermano mayor.

—¿Qu-qué? —soltó Aiden.

Payton se acercó, palmeó la mano de Aiden y anudó


su corbata. —Tú brillas, Aiden. ¿Hay algo que te gustaría
decirnos? —Payton giró a Aiden hacia el espejo,
mostrándole el inmaculado nudo de su corbata—. ¿Bueno?
—Payton sonrió, dejándole saber que no le preguntaba por
la corbata.

«Atrevidos hermanos entrometidos».


Aiden se dirigió a su cuarto,
sus hermanos riéndose detrás de él. Tomó una pantalla de
dibujo pequeña de su mesita de noche y la guardó en el
bolsillo interior de su chaqueta de noche… o trató. Se la
quitó y regresó por su chaleco al vestidor.

Él no quería un consorte. Solo porque encontraba


atractivo al hombre no significaba que quisiera una vida con
él. Su vida era el arte, fin de la historia.

8
Aiden estaba sentado en el gran aerotransporte, justo
0 frente a Nath, Lord Deverell, haciendo su mejor esfuerzo
para no ver al hombre y fallando miserablemente. La
manera en que la luz de las farolas y la luna se filtraban por
la ventana, formaba sombras en el Conde y hacían que a
Aiden le hormiguearan los dedos por sacar la pequeña
pantalla de dibujo de su bolsillo. El efecto de claroscuro en
la apariencia del hombre lo hacía incluso más enigmático y
letal que antes. El esplendor del hombre era casi suficiente
para arriesgarse a la furia de su Padre y de Cony y que lo
obligaran a tomar un consorte.

Deverell giró la vista de la ventana y pilló a Aiden


antes de que pudiera alejar la mirada. Un lado del hombre
mayor se giró en una sonrisa y el corazón de Aiden estaba
cerca de salir de su pecho. Era el hombre más abrumador
que había visto en su corta vida, él incluso había dibujado a
la mayoría de ellos, pero el Conde era él más hechizante.

Aiden sentía mariposas en su estómago y su pene se


llenó de sangre. Moviéndose, trató de cancelar su problema
y hacer que se alejara de nuevo.

Nathaniel arqueó una ceja.

Por varios segundos ellos se miraron fijamente. La


caliente mirada no ayudaba a calmar el acelerado corazón
que Aiden oía, o su pulsante pene.

—Tarjetas de baile. Traten de no perderlas, —anunció


Padre, sosteniendo en alto las tarjetas digitales.

Apartando la mirada de la de Nathaniel, Aiden se unió


a sus hermanos en el coro de protestas.

No pasó mucho antes de que Padre pasara las


malditas tarjetas, llegó frente a la mansión del Duque de
Keithman en el centro de Classige. Con una última
8 amonestación de Padre sobre su conducta, todos salieron
de carruaje. Afortunadamente, la reprimenda hizo que la
1 reacción de su cuerpo ante el Conde se alejara.
Después de salir del vehículo, Aiden seguía a Payton
distraídamente, contemplando los posibles escenarios para
estar con Nat…Deverell solo. Necesitaba hablar con Deverell
lo suficiente para pedirle que guardara silencio sobre el
incidente del árbol. Y quizás podría encontrar la manera de
saber lo que hacía aquí y lo que habían robado del castillo.

Payton miró a izquierda y derecha y tiró su tarjeta al


suelo, deteniéndose, para aplastarlo con su talón, y dejar
salir un exagerado, —Oh querido.

Había estado tan metido en sus pensamientos, que


Aiden casi olvida la tarjeta de baile. Uno de esos días Padre
se iba a cansar de reemplazar las estúpidas cosas. Una
persona podría pensar que sus padres captarían el mensaje
después de la primera docena de veces que ellos
‘perdieron’ sus tarjetas. Aiden vio que sus padres iban
demasiado adelantados para notarlo, echó un rápido
vistazo a ambos lados y lanzó su tarjeta sobre su hombro.
Se detuvo al lado de Payton y vio la destruida tarjeta de
Payton. Sacudió la cabeza. —Eso también es malo.

Payton se giró, una mano en su pecho viéndose


positivamente afligido. —De veras. Oh bueno, entremos.
Incluso Aiden estaba impresionado con la seria expresión
que Payton mantenía. Si los chicos habían heredado algo de
Padre, era ese brillo en su conducta.

Lado a lado, Payton y él, entraron a la mansión.


Deteniéndose fuera del salón de baile, detrás de Tarren y
de Colton, esperaron su turno para ser anunciados.

—¿Discúlpeme, Lord Aiden?

8 Aiden se quedó sin aliento. Olvidó que el


«Nathaniel».
hombre estaba detrás de él. ¿Qué podría el Conde querer
2 con él? Se giró, notando que tres de sus hermanos a su
lado hacían lo mismo. —¿Sí, mi lord? —¿Su voz se quebró?
La atención de Aiden se centró en donde la blanca, como la
nieve, corbata que se encontraba con el chaleco gris
oscuro, bajo su negra chaqueta de noche. Lentamente su
mirada subió a sus ojos café. «Asombroso, él tenía chispas doradas en
ellos».

—Ejem. —Deverell sonrió—. Creo que se le cayó esto.


—Levantó su mano.

Viendo hacia abajo, Aiden casi gime cuando vio la


tarjeta de baile en la gran mano cubierta con el guante del
Lord. «Uff». Una mirada le dijo que Nathaniel sabía muy bien
que a Aiden no se le había caído la maldita cosa.

Nathaniel pasó su pulgar con guante sobre la tarjeta


digitalizada. Una luz roja se encendió en la tarjeta
revisándolo a través de la tela. Después de un ‘beep’,
indicando que recordaba la identidad de la persona que
solicitaba el baile, el hombre se la acercó a sus labios. —El
primer vals. —De nuevo, la tarjeta hizo ‘beep’, entonces
Nathaniel se la dio a Aiden. Todo el tiempo el travieso brillo
en sus ojos desafiaba a que Aiden protestara.

Aiden no dijo una palabra, no podía, estaba


demasiado ocupado haciendo que su cuerpo se comportara.
No podía entrar al salón de baile con una erección.

Después de una ligera inclinación de cabeza,


Nathaniel se adelantó a Aiden a donde Cony le estaba
haciendo señas.

Tarren golpeó el hombro de Aiden con el suyo. —No


sé si debo de estar celoso o preocupado por ti.

Aiden estaba demasiado impactado para responder.


¿Qué acababa de suceder? O encontraba una excusa para
8 hablar con el hombre en privado o se avergonzaría a sí
mismo en público.
3
Cuando llegó su turno para ser anunciados, Payton se
apresuró a coger la tarjeta de baile de su mano y colocarla
bajo el escáner de baile de la entrada. La luz de la caja
negra cambió de roja a verde, indicando que se había
registrado la línea de bailes de Aiden y la lista de sus
parejas, era de una, en la computadora de la mansión.

Aiden podía solo ver cómo su boca se quedaba


entreabierta cuando Payton selló su destino. Incluso si él
perdía la tarjeta ahora, había al menos prometido un baile
a otro.

Payton le devolvió la tarjeta. —Ten cuidado, Aiden,


ese hombre es peligroso.

—¿Qué?

—Obviamente tú no eres el único interesado,


hermanito.

La tarjeta de baile de Bannon Thompson cayó en la


ponchera de cristal con un plop. Aiden se mordió el labio
para evitar reírse mientras se hundía en el rojo líquido.

—Oh no. —Mientras el hombre miraba alrededor de la


mesa dejó salir un aliviado: ‘Muy mal’. Bannon se llevó una
mano a sus labios. Sus ojos verdes brillaban de alegría y su
cabello castaño rojizo caía sobre sus ojos cuando sacudió la
cabeza. Escondió la sonrisa detrás de la mano, mientras
lograba un perfectamente falso malestar.

Aiden tenía que irse. Estaba muy cerca de reírse lo


8 que evidenciaría el juego y entonces Bannon podría
4 estrangularlo, murmuró un: ‘Fue bueno’, antes de alejarse.
Eso había sido realmente innovador. Él nunca pensó en
deshacerse de la tarjeta de esa forma. Hablando de… Su
propia tarjeta… necesitaba desaparecer también, al menos,
tendría a esa persona con libertad, preferiblemente en un
lugar aislado.

No es que no pudiera mentir y decir que su tarjeta


estaba llena o que tenía un horrible dolor de cabeza o que
se había golpeado la rodilla o algo así, pero su padre podría
pedirle la tarjeta después para asegurarse de que hubiera
socializado lo suficiente. Gracias a Dios las reglas sociales
dictaban que el acompañante de un joven no era necesario
en presencia de sus padres. Odiaba tener a Christy o a
Thomas siguiéndolo, incitándolo a que bailara y coqueteara.
Padre y Cony eran excelentes acompañantes. Ellos se
encargaban de sus negocios, revisando que sus hijos se
mantuvieran a la vista pero rara vez molestaban a sus hijos
para que se mezclaran más y socializaran. Su propia vida
política y social era demasiado activa para eso. Los
miembros del parlamento solían llevar sus agendas a las
fiestas y parecían desear discutir esas agendas con el Rey y
el Rey Consorte.

«Ah, una planta en maceta». Aiden cruzó el salón de baile,


logrando escaparse en varias ocasiones de hablar con
desconocidos, pero finalmente logró llegar a donde estaba
el ficus. Era afortunado, la planta estaba en una maceta de
oscuro hidrogel violeta. Eso incluso podría ayudar a
cancelar la tarjeta.

Se quitó su guante y lo guardó en el bolsillo de su


chaqueta, entonces buscó en el interior de su bolsillo y
tomó la tarjeta de baile. Pretendiendo secar la inexistente
transpiración de su frente, dejó caer el impecable cuadro
de lino blanco. —Oops. —Inclinándose a recuperarlo,
8 empujó la tarjeta en su otra mano dentro del hidrogel. Sí.
La punta de sus dedos se hundió en la húmeda y delgada
5 sustancia. Poniéndose de pie, se secó los dedos
despreocupadamente antes de guardar el pañuelo en su
bolsillo. «Nada que ver ahí. Solo un hombre levantando su pañuelo».

—Lord Aiden.

Aiden casi salta de su piel. Se giró y se encontró con


Lord Chadwick Manchester, el Marqués de Braxton, parado
a su lado. Si no fuera por la forma en que mantenía la nariz
elevada, sería hermoso. Tenía una maravillosa cabeza con
un prematuro y corto cabello plateado a los lados y largo
arriba en las sienes. Su traje de noche era en tonos azul
marino y crema, acentuando su delgado cuerpo. No era
tan alto como Deverell pero era más alto que el metro
setenta y tres de Aiden. —Lord Braxton. —Aiden inclinó la
cabeza.

—Fui a su palacio el otro día para hablar con su


padre.

—Sí, él me informó. «Y le conteste que no». —Aiden sonrió.

Braxton levantó una ceja. —¿Lo hizo?

¿No era descortés hablar de matrimonio con un


inocente? Aiden decidió que debería serlo. O quizás él
debería de estar agradecido de que a Braxton le interesara
lo suficiente para hablar con él, acerca de eso, en lugar de
pasar sobre su cabeza. No, espera, él hizo eso primero.
Antes incluso de mencionarle algo a Aiden, había ido con su
Padre. Ese era otro golpe contra el hombre. —Sí, mi Lord,
lo hizo. Y siento decirle que rehusé su generosa oferta.
Temo que realmente no tenemos mucho en común. «Eso fue
diplomático».

Braxton tosió y movió su mano descartándolo. —


8 Claro que no. Eres demasiado joven para saber qué
quieres. Como tu consorte, te mostraría mis intereses y tu
6 lugar en la sociedad.
«Porqué, de todos los arrogantes…» Aiden tensó la mandíbula y
flexionó sus dedos. Se preguntó brevemente en cuántos
problemas se metería por golpear la pomposa cara del
imbécil, entonces decidió que el hombre no merecía su
atención, mucho menos su ira. —Y eso, Lord Braxton, es
por lo que nosotros no ajustamos. Sé lo que quiero y no
voy a ser moldeado a las necesidades de alguien más.
Buenas noches, mi lord. —Aiden se giró para retirarse, pero
agarró su manga.

—Perdóneme, mi lord. No quería ofenderlo.


Realmente estoy interesado en ti y deseo verdaderamente
que consideres mi oferta. Créeme, estaremos bien juntos.
Es agradable encontrar que tiene valor. —sonrió Braxton,
viéndose compungido.

Aiden quería seguir enfadado, pero Braxton parecía


muy sincero. —Disculpa aceptada.

—Bien, ¿quizás podríamos bailar esta noche?

«No en tu vida». —Lo siento, mi lord. Verá, he perdido mi


tarjeta de baile y no estoy seguro qué bailes he dado.

La sonrisa de Braxton se perdió un poco, pero se


recuperó rápidamente. —¿Entonces otra noche? Podría ser
agradable que nos conociéramos más.

—Lo siento, mi lord, ese no es el punto, quiero ser un


artista no un consorte.

—Eres un hermoso hombre y no deberías manchar


tus manos con trabajos inferiores, pero como mi consorte,
puedes seguir con tu arte si eso alegra tu corazón. Por
favor, dime que al menos lo pensarás. —El hombre levantó
8 la mano de Aiden, besó el dorso de su mano con guante,
entonces se giró y se alejó.
7
Aiden se quedó ahí por un momento, consternado.
¿Qué en las galaxias fue eso?
Alguien palmeó su hombro. Rupert Cavendish, amigo
de Aiden y compañero artista. —Él realmente es hermoso.
Siempre he preferido ese color de cabello.

Aiden frunció el ceño a su rubio amigo. —Justo la


semana pasada amabas los oscuros rizos de Lord Wesley.

—Bien, está bien, nunca dije que soy melindroso.

No, Rupert no era quisquilloso, no cuando se trataba


de hombres. Le gustaba todo y de todos. El hombre era un
romántico incurable.

—¿Ya perdiste tu tarjeta? Aparentemente la de


Bannon necesitó un trago. Está en el fondo de la ponchera
—se rió Rupert.

—Lo vi. Tuve que apartarme para no reírme. —Aiden


sonrió—. Eso definitivamente gana en originalidad. La de
Payton se deslizó de su mano y se encontró bajo su zapato.

—¿Y dónde terminó la tuya?

—Alimentando a la planta. —Aiden señaló a la planta


detrás de ellos—. Pobre cosa, se veía hambrienta, ¿no es
así?

Los labios de Rupert formaron una sonrisa. Él se


arregló y miró hacia el salón de baile. Después de unos
segundos sonrió y movió su mano. —¿Ese es el Conde que
es huésped en el castillo?

Aiden vio hacia quien había captado la atención de


Rupert, que estaba enfocada en Deverell al otro lado del
salón justo frente a ellos.

8
8
Capítulo 5
D e pie en el salón de baile, parcialmente
escondido por una gran planta, Nate giró su
atención lejos de Aiden. Con lo mucho que odiaba admitirlo,
no le había gustado ver que el caballero con el cabello gris
besara la mano con guante de Aiden. No es que él no
quisiera explorar esos sentimientos. Y ¿no era extraño ver a
un hombre besar la mano de otro hombre? Nate agitó su
whiskey y esperó por su vals.

El fuerte ruido de las conversaciones empezó a


asaltar sus oídos. Finalmente había logrado escapar de la
gente que luchaba por su atención. Había pasado mucho
tiempo desde que había ostentado su título. No se
engañaba de que su estatus de huésped del Rey y el Rey
consorte, habían aumentado su popularidad. Sin embargo,
no se perdía la esperanzadora expresión en los padres
casamenteros al presentar a sus hijos. Steven no era el
único interesado en él como posible yerno. Le iba a tomar
un tiempo acostumbrarse a esta sociedad.

Viendo a la gente que bailaba, Nate determinó que


había solo pocas mujeres entre la concurrencia, y había
algunos oficiales del ejército de Regelence, de ambos, la
Naval(14) y los marines, e incluso un puñado de oficiales de
IN, pero la mayoría de la concurrencia estaba formada por
viejos Lord y sus hijos. Había visto hombres bailar juntos,
pero nunca en este tipo de escenario. Eso hubiera causado
8
9 (14) Navy aunque literalmente se refiere a la naval y a barcos de guerra, también se
refiere a fuerzas del ejército en general, ya sea terrestre o aérea. Los marines son del
mar.
la deshonra del hombre al hacer algo tan íntimo en su
planeta natal. Disfrutaba bailando y de los hombres ¿Por
qué no mezclar ambas cosas? Estudiando a las parejas en
la pista de baile, parecía que los hombres mayores siempre
guiaban, lo que era un alivio, porque él no tenía idea cómo
seguir y no le gustaría terminar pisando a Aiden o cayendo
al suelo en medio del concurrido salón.

Alejando la atención de la pista de baile, Nate estudió


el mural al lado de él. Era parecido a algunas de las
pinturas que vio en el castillo de Townsend. Guerreros
griegos a mitad de una batalla. Había mucha sangre y
heridas frente a un hermoso escenario, pero eso no es lo
que fascinaba a Nate. Los guerreros estaban desnudos a
excepción de sus cascos y escudos. A través de la historia
había habido grupos de guerreros que luchaban desnudos,
pero le sorprendía que fueran tan descriptivos cuando la
mayoría de los jóvenes presentes eran vírgenes. Aunque en
cierta manera tenía sentido. En Englor, mujeres desnudas
decoraban las paredes. Era el tema predominante entre los
artistas Englorianos. Regelence glorificaba la belleza y la
fuerza masculina y la mostraba en su arte. Nate miró
alrededor. Había atractivos soldados, labrados, todos
desnudos en las blancas columnas de mármol alrededor de
la pista de baile de madera. Incluso en el techo había
descriptivas escenas de guerra, con hombres alrededor de
la base del techo hasta el centro de la cúpula.

Cuando regresó la mirada a la pista del baile, Raleigh


llegó a su lado, una sonrisa en su hermosa cara y una copa
en su mano. —Si quieres hacerme algunas preguntas,
adelante. No me ofendes.
9 —¿Preguntas? —Nate vio a los bailarines girar.

0 —Sí. De cómo funciona nuestra sociedad. Debe ser


bastante extraño para ti. —Raleigh bebió un trago de su
bebida.
—Parece ser por la edad. ¿Correcto?

—Parcialmente. Es la edad, pero también el título.

—Veo. —No, él no lo veía para nada. Cuanto más veía


a los bailarines, más parecía que el mayor en la pareja
guiaba, pero ¿cómo podían basar esas cosas en la edad?
Eso difícilmente era justo. Vamos piensa en eso. No es igual
en Englor, las mujeres tampoco deciden por sí mismas.
Realmente nunca consideró eso, cuando estaba en la cima
de la cadena alimenticia, figurativamente hablando, ¿pero
qué si hubiera sido criado aquí?

Raleigh se giró hacia él. —Pregunta.

Qué infiernos, iba a obtener lo que quería. —Si un


hombre se casa con un Lord mayor, es siempre, que...
¿propiedad?

Raleigh se rió. Le tomó un momento componerse.


Cuando finalmente habló, tenía una gran sonrisa. —No.
Todo está basado en el rango y la edad. Un hombre no es
considerado con edad legal hasta los veinticinco. Hasta
entonces debe ser cuidado por sus padres, guardianes o su
consorte.

—Entonces hasta los veinticinco, ellos esencialmente


son ¿qué? ¿Tratados como niños?

—No del todo. Ellos son educados. Algunos se unen a


las fuerzas armadas de Regelence o a la IN. Es muy
parecido a las mujeres solteras en tu planeta, con la
excepción claro, del ejército. Sin embargo, cuando un
hombre llega a su mayoría, entonces tiene todos los
derechos, igual que una mujer en tu planeta. Las tierras de
9 su consorte le pertenecen a la mitad. Él, en esencia se
vuelve el heredero de su consorte. —Raleigh bebió otro
1 trago de su bebida y dejó la copa en la bandeja de un
camarero que pasaba.
«Interesante».
—¿Qué si ambos consortes tienen títulos?
¿Esto depende del título más alto? ¿Tu título es Rey-
Consorte?

Raleigh asintió. —Sí y sí. Toma a mis niños de


ejemplo. Rexley, cuando escoja pareja, serán el príncipe
Rexley, y su esposo el Príncipe Consorte. Pero el resto de
los chicos tomarán el título de sus esposos. Como príncipes
ellos tienen un alto título, pero ese título es vacío, ellos no
van a tener el poder o las tierras que vienen con el título, a
excepción de Rexley que es el heredero. Si…Tarren toma a
un marqués como esposo, él se convertirá en el Marques-
consorte y entonces podrá tener un lugar en la casa de los
Lores. Esencialmente, cada título tiene dos lugares en el
parlamento, uno para el Lord y otro para su consorte. Si
un Lord es soltero tendrá un solo voto, hasta que tome un
consorte, o si es menor de edad, su guardián y el consorte
del guardián tendrán el control de ambos votos. Pero solo
los Lores cuyos títulos tengan tierras.

Raleigh sacudió la cabeza, viendo hacia el salón.

Nate siguió la mirada hacia Tarren, quien estaba


tratando de obtener una copa de brandy.

Bajando los hombros, Tarren dejó la copa en la


bandeja del camarero y se dirigió a la mesa del ponche.

Nate se rió. —Muy impresionante.

—Ellos me mantienen en vilo. —Raleigh se rió—. Lo


siento, ¿dónde estábamos? Oh sí. Yo soy el heredero de
Steven, y Rexley es mi heredero al trono por ser el primero
en nacer. Algún título inferior es dado al segundo hijo.
9 Todo eso de los rangos era fascinante y mucho más
justo de lo que Nate había pensado al principio. Mucho más
2 civilizado que en su planeta natal, donde las mujeres tenían
pocos derechos. —Pero… ¿Solo quienes llegan a la mayoría
de edad pueden elegir esposo?

—No. Cualquiera puede elegir, pero a menos que


tengan un título, tendrán que probar que tienen los medios
para mantenerse. Eso realmente ha funcionado bien.

—Sí, eso parece un buen concepto, pero ser un


ingenuo virgen no me parece divertido.

Raleigh se rió.

—Cuando Steven pidió tu mano, ¿tenías la edad?

—Steven no me pidió nada. —Raleigh bufó—. El


bastardo confabuló un compromiso conmigo, pero esa es
una historia diferente. Pero la respuesta a tu pregunta es
no, solo tenía diecisiete. —Raleigh sonrió, tomando el calor
de sus palabras. Miró hacia la multitud y vio a Steven
bailando con su hijo mayor—. Déjame darte una
recomendación. No atrapes a ningún caballero soltero en
privado. —Palmeó el hombro de Nate—. Diviértete, disfruta.
Mañana revisaremos el banco de datos de Jeffers. Voy a
darles a dos de mis tímidos niños una diabólica mirada y
hacer que bailen. Tú deberías de hacer lo mismo. —
Con eso Raleigh se alejó.

Nate estaba muy seguro de quiénes eran esos dos


príncipes a los que se refirió el Rey-consorte. Nate no había
tenido intención de bailar esta noche, pero después de ver
al tímido jovencito lanzar la tarjeta sobre su hombro, Nate
no pudo evitarlo. Estaba bastante seguro de que el príncipe
no había oído la conversación en el estudio hoy, porque el
mayordomo se los hubiera notificado, pero esa sería una
9 perfecta oportunidad para asegurarse. No es que le
molestara bailar con Aiden.
3 Nate recordó esos llenos labios abrirse sorprendidos
cuando escaneó su pulgar. Era obvio que el joven Lord
estaba acostumbrado a lograr de esa manera su intención
de no bailar esa noche. Conocía las reglas pero al parecer
no tenía reparos en romperlas. En eso, le recordaba a Nate
a sí mismo. Pero Nate, mentiría si dijera que solo eso le
interesaba de Aiden. El jovencito le intrigaba, como nadie lo
había hecho en mucho tiempo. La sociedad parecía no
interesarle. Cuando el caballero besó la mano con guante
de Aiden, Aiden parecía casi molesto. Eso tentaba a Nate a
ver si él podía seducirlo. Desafortunadamente, había varios
factores que interferían con eso. Primero, Nate tenía un
trabajo que hacer, no había venido a divertirse. Segundo,
Raleigh podría matarlo si le ponía un dedo encima al
príncipe. Y tercero, el príncipe era un inocente. Él no
tendría ni idea de cómo manejar lo que Nate esperaba de
una pareja en la cama. Lo más probable en este punto es
que el joven cayera muerto si lo descubría.

La canción comenzó al fin y trató de ignorar la


excitación de sostener a Aiden cerca. Trató de persuadirse
que solo quería ser capaz de interrogar al joven Lord en lo
relativo a la privacidad, pero su pene para nada estaba
convencido.

Viendo el salón de baile, vio a Steven y Rexley en la


pista. Payton escondido detrás de una planta del otro lado
del salón, opuesto al lugar en donde Nate se escondía. O al
menos pensó que era Payton, Nate no podía verle bien la
cara, pero la chaqueta verde oscura y el hecho de que
Raleigh iba directamente hacia él decía muchísimo. Tarren
estaba cerca de la mesa del ponche junto a una gran
escultura del dios de la guerra griego en hielo, riéndose con
un grupo de Lores que competían por su atención. Colton
9 coqueteaba descaradamente con un tipo vestido totalmente
de negro y con una peligrosa expresión, pero Aiden no se
4 veía por ningún lado. «Maldición».
Nate revisó la concurrencia una segunda vez. No veía
a Aiden por ningún lado. Las pesadas cortinas de terciopelo
oscuro cubrían las puertas cerradas hacia el patio. ¿Habría
salido el príncipe?

Dejando la copa en la bandeja de un camarero que


pasaba, Nate cruzó el salón de baile, cuidando de
mantenerse en el mármol blanco y negro tipo tablero de
ajedrez en lugar de pisar la madera de la pista de baile. Le
fruncía el ceño a los que remotamente parecían interesados
a acercarse a él, así que nadie lo hizo. Ser grande e
intimidante era agradable. E incluso si su apariencia no
fuera suficiente para que no se acercaran, tenía un rango.
Sin dejar a un lado si era o no el heredero de un ducado,
en este caso era un huésped estimado del Rey. Le llevó
varios minutos cruzar el enorme cuarto entre la multitud,
pero finalmente lo logró.

Abrió las cortinas y no vio nada fuera de lo ordinario.


La terraza estaba iluminada con velas ordenadas en
soportes en la pared. Varias parejas caminaban por el
balcón charlando, mientras que otros deambulaban por los
jardines.

Aiden estaba sentado en una banca contra la pared


de la casa con una pequeña computadora del tamaño del
bolsillo en la mano. Con un enérgico ritmo, escribía en la
pequeña pantalla con un puntero.

¿Por qué jodidos había traído la pizarra al baile? Nate


lo vio durante varios segundos, sin ser notado para nada, lo
que era una enorme proeza. Aiden parecía abstraído en su
mundo. Parejas caminaban frente a él, reían, charlaban. Un
9 hombre golpeó la pierna de Aiden y se detuvo a
disculparse. Aiden ni siquiera levantó la vista. Lo que fuera
5 que estuviera haciendo en la pizarra tenía su total atención.
Acercándose, Nate trató de ver lo que estaba
haciendo el jovencito. Lamentablemente, el ángulo de la
pantalla no le permitió a Nate ver nada. Probablemente era
un juego, no eran raros en esa parte de la galaxia, pero no
se parecía a eso. —¿Olvidaste nuestro baile?

Aiden se estremeció, aferrando la pantalla a su


pecho. —Lord Deverell. —Alejó la pizarra un poco de su
torso, la vio, entonces se atrevió a mirar a Nate mientras la
escondía de nuevo contra sí mismo. Presionó el botón
superior para apagarla, antes de guardarla junto al puntero
en una pequeña bolsa en el interior de su chaqueta. —Me
distraje.

Nate levantó una ceja. ¿Lo hizo? Aiden parecía


deseoso, pero dadas las circunstancias de la promesa del
baile… ¿Qué estaba escondiendo? No quería que Nate viera
lo que estaba haciendo en la pantalla. Nate le ofreció la
mano. —¿Te gustaría bailar? No tenemos que perder este.

—Escuche, Lord Deverell, quisiera hablar con usted.

—¿Sí? —Nate tomó asiento al lado de él. Esto debe


de ser interesante.

—Acerca del incidente en el árbol. —Miraba


directamente a los ojos a Nate, sus miradas se
encontraron.

«Ahh»… —¿Sí?

—Me estaba preguntando ¿si lo podíamos mantener


entre nosotros dos? —Aiden lo miraba fijamente, casi
viendo atrevidamente si Nate se rehusaba.

9 Nate suprimió una sonrisa. El hombre tenía un don,


se entregaba a eso. Había mucha sustancia detrás de esa
6 hermosa cara. —¿Por qué?

—¿Por qué? —repitió Aiden.


No había manera de que Nate se la fuera a hacer
fácil. —Sí. ¿Por qué? —Cogió el mentón de Aiden forzando a
mantenerle la mirada. Eso era ir más allá, pero parecía no
poder evitarlo. Anhelaba tocar al hombre, incluso si fuera a
través de sus guantes. A su errante pene parecía gustarle
también la idea de tocar a Aiden. Comenzó a llenarlo de
sangre, endureciéndose, justo como cada vez que pensaba
en el príncipe desde que puso los ojos en él, esta tarde. No
era la primera vez que maldecía su sociedad, su propio
honor y especialmente la inocencia de Aiden.

La mirada de Aiden bajó a los labios de Nate por un


momento antes de regresar de nuevo a sus ojos.
Parpadeando, él se apartó. —Bueno… porque no es para
nada apropiado que esté encima de un árbol.

«¿Ahorapiensas en eso?» Qué conveniente. ¿Por qué no lo


pensó antes? Nate ya había descubierto que a Aiden le
importaba poco lo que la sociedad pensara. Si le importara,
no hubiera lanzado la tarjeta de baile, ni estaría ahora aquí
fuera con su computador en la mitad de un baile. Las
esquinas de los labios de Nate se elevaron. —¿Entonces por
qué estabas ahí?

Aiden se mordió el labio inferior y torció sus manos


juntas en el regazo, haciendo que sus hombros se
flexionaran.

«Maldición». El hombre tenía algo más.

—Porque yo estaba di… porque yo necesitaba algo de


aire fresco. —Aiden frunció el ceño y bajó la cabeza de
nuevo.

9 Está mintiendo, eso era obvio, pero ¿por qué?


Cualquiera que fuera la razón, Nate tenía la absurda
7 urgencia de acercar al hombre y tratar de sacarle la verdad
a besos. Cuanto más pronto llevara al príncipe de regreso
al cuarto lleno de gente, mejor. —¿Aiden?
—¿Si?

—Vamos. Me prometiste un baile. —Nate cogió


firmemente el brazo de Aiden y tiró de él hacia el salón de
baile. Sosteniéndolo cerca, no iba a ayudar a su paz
mental, pero al menos el estar frente a una multitud
debería abolir su erección y la necesidad de besar al
hombre.

Ellos entraron al salón de baile, cuando la orquesta


iniciaba un vals. Giró a Aiden frente a él y rápidamente
llevó al príncipe al interior de la pista.

Aiden se sentía bien, correcto, en sus brazos. Aiden


había levantado la mirada un poco para ver a Nate a los
ojos. Estaba tenso al principio, pero pronto resultó evidente
que era un muy buen bailarín. Eso sorprendió a Nate. Con
la renuencia del príncipe de estar en el baile, Nate medio
esperaba que fuera un poco torpe y descoordinado, pero no
lo era.

El hombre era un enigma. A pesar de que no le


gustara bailar, aun así lo hacía maravillosamente. Estaba
atrayendo a Nate, a pesar de que obviamente no quería
hacerlo. Entonces estaba lo de la pantalla.

Aiden estaba distraído al principio, veía la cara de


Nate como si estuviera catalogando las facciones.

¿Qué es lo que buscaba? Nate sonrió. —¿Finalmente


lograste tirar la tarjeta de baile?

Aiden abrió más los ojos, un rubor se extendió por su


cara, entonces él asintió. —Payton me ganó esta noche. Y
mi amigo Bannon ganó la más original destrucción esta
9 vez. A él accidentalmente se le cayó dentro de la jarra del
ponche.
8
Nate se rió. —¿Esto es un concurso?
—Eso es siempre. Nosotros juzgamos la originalidad y
la rapidez de destrucción. Usualmente, soy el primero que
pierde la tarjeta. Payton es generalmente el más original.

Tirando del hombre más cerca de lo que era


completamente apropiado, Nate apretó la cintura de Aiden.
Donde descansaba su mano, uso el pulgar para acariciar la
palma de Aiden. Podía sentir el calor del cuerpo de Aiden,
su olor. Él olía lindo, a bayberry(15), uno de los olores
favoritos de Nate. Los ébanos rizos de Aiden se movían un
poco en cada giro, tentando a Nate a pasar sus dedos a
través de esos rizos. En lugar de eso, trató de concentrarse
en la conversación. —¿Qué gana el ganador?

—La satisfacción de saber que ganaste.

El hombre era encantador y competitivo… no era una


mala cualidad. Su inocencia era obvia y extremadamente
apetecible, haciendo que Nate deseara corromperlo.

Siguiendo los pasos de Nate, Aiden nunca fallaba. Él


sonrió, sus ojos brillaban. La cara del joven se ruborizó con
excitación, entonces se rió, bajando su cabeza un poco.
—Gracias por recuperar mi tarjeta de baile.

Nate se rió, realmente lo disfrutó. —Cuando lo


necesites. No bailas mucho, ¿no es así?

Aiden sacudió la cabeza, sus ojos grises más abiertos.


—No a menos que tenga que hacerlo, y entonces mi mente
usualmente está en otro lugar.

—¿Oh? Y ¿Dónde usualmente está tu mente?

—En mi arte. —Se mordió el labio y le dio a Nate otra


9 de esas fijas miradas—. Soy un artista.

9 (15) Bayberry árbol originario de Norteamérica y Europa con hojas aromáticas y frutos
pálidos.
—Eso explica la pizarra. ¿Son pantallas de dibujo?

Aiden asintió.

Eso tenía sentido. Nate había notado que miraba las


cosas fijamente, como si estuviera deslumbrado. —¿Qué
dibujas?

—Un poco de todo. Naturaleza muerta, retratos,


paisajes. Todo lo posible. Quiero ser bueno en todo eso.

Algo en la manera en cómo dijo eso, el entusiasmo,


hizo a Nate darse cuenta que eso era algo muy importante
para él. Nate podía apostar que Aiden era un experto en
eso. —Amaría ver algo de tu trabajo.

Aiden se relajó, una sonrisa lentamente se extendió


por su cara. —¿Lo quieres?

Nate asintió mientras se giraban. —Lo quiero.


Siempre disfruto del arte. Trato de visitar el museo cuando
visito un nuevo planeta. No puedo dibujar una línea, incluso
con la ayuda de un computador, pero me gusta ver. Mi
madre amaba el arte, la pintura, la música, la actuación,
pero especialmente la pintura y la pintura de ordenador. —
Esa era una de las pocas cosas que Nate recordaba de su
juventud.

La sonrisa de Aiden era absolutamente radiante.

Nate sonrió y antes de saberlo, ellos estaban viendo


fijamente al otro, atrapados en la magia del vals mientras
danzaban alrededor de la pista de baile. Ese era realmente
uno de los momentos más extraños en la vida de Nate.

La canción estaba terminando pero ellos apenas y lo


1 notaron.

0 Nate miraba directamente a la cara del hombre


levantada hacia él. El hombre tenía una hermosa boca.
0 Inclinándose, Nate se lamió los labios.
Aiden levantó la cara y cerró los ojos.

Nate cerró sus ojos, a centímetros de la boca de


Aiden.

—¡Aiden!

Ellos se separaron, el hechizo se rompió.

«Joder».
Nate miró rápidamente a los lados, para ver
quien había notado que seguían en el medio de la pista
mirándose a los ojos.

El joven rubio que Nate había visto charlar antes con


Aiden, se apresuraba hacia ellos, robándole las miradas
hacia él. Todo el mundo parecía haber salido del salón, sin
que ellos se dieran cuenta.

Cuando el joven llegó frente a ellos, saludó moviendo


la cabeza.

Aiden se movió hacia él. —Lord Deverell, él es Lord


Rupert. Rupert, Lord Deverell.

Rupert inclinó la cabeza. —Un placer conocerlo, Lord


Deverell. —Girando su atención a Aiden, Rupert tomó el
brazo libre de Aiden y comenzó a acercarlo—. Tienes que
venir a cenar conmigo. Mi Sire está tratando de que me
acompañe Lord Cromley al comedor.

Aiden vio a Nate con los ojos más abiertos. —Pero…

Rupert vio a Nate, parecía que se había dado cuenta


lo duro que había sido. Inclinó la cabeza. —¿Lord Deverell?

Nate inclinó la cabeza. —¿Lord Rupert?

1 —¿Puedo pedirte prestado a mi amigo?

En la punta de la lengua dijo no. No quería renunciar


0 a la atención de Aiden, con eso y más molesto. —Claro.
—Soltó la mano de Aiden con renuencia.
1
Rupert resplandecía. —Gracias.

Viendo a Nate todo el camino, Aiden fue arrastrado


de la pista de baile por su amigo.

Nate se quedó ahí unos segundos, sintiéndose como


si le hubieran golpeado en la cabeza.

1
0
2
Capítulo 6
E llos dejaron el baile a la una de la mañana, era
una hora relativamente temprana para dejar un
baile, pero Nate se alegraba de eso. Era importante para él
verse como un huésped ante el personal, pero quería iniciar
la investigación. Raleigh le había dado el código para entrar
en la memoria de Jeffers y Nate tenía la intención de usar
eso. Pero primero quería ir a su cuarto a revisar a
Problema. Con algo de suerte el chico podría haber
conseguido algo de información de los sirvientes.

Cuando entró al cuarto, su hijo estaba estirado en la


cama arriba de los cobertores, roncando. La Plaga estaba
usando un pijama y unas ridículas pantuflas blancas de
conejo que había comprado el año pasado en uno de los
puertos que visitaron.

Sentándose en el borde de la cama, movió a


Problema. —Problema, despierta.

La pálida y pecosa nariz se arrugó y se estiró antes


de abrir los ojos. —¿Huh? —Parpadeó varias veces y se
enderezó, sus rubios rizos en diferentes ángulos. Bostezó y
una tonta y adormilada sonrisa se formó en sus labios—.
¿Tuviste suerte?

Nate gruñó. El chico tenía solo una cosa en la mente.


—No, estoy aquí para tener suerte. ¿Qué estás haciendo
con ese vestuario? —Nate señaló el pijama de franela—.
1 Pensé haberte dado una camisa de dormir.

0 Problema bufó. —No hay manera de que use un


camisón. Los camisones son de chicas.
3
Nate cerró los ojos y pellizcó el puente de su nariz,
una sonrisa amenazaba formarse. Problema estaba usando
un pijama de franela celeste adornado con pequeñas flores
rosas y amarillas con unas peludas pantuflas de conejo en
sus pies, aun así estaba preocupado de verse femenino.
—¿Qué estás haciendo aquí? Supuse que estarías
durmiendo en tu cuarto. —Nate señaló el pequeño cuarto
adjunto.

—Te estaba esperando. Además, esta cama es mucho


más cómoda que la pequeña del otro cuarto.

Ignorando la queja que había oído al menos tres


veces desde que Problema vio el cuarto esta tarde, Nate se
puso de pie y fue a la mesa al otro lado de la cama.
Descorchó un whiskey y se sirvió. «Gracias Galaxias». Se lo
bebió. —¿Descubriste algo?

—No, no realmente. ¿Puedes darme uno?

—No. Y, ¿qué quieres decir con no realmente? Si no


descubriste nada, entonces, ¿por qué me esperabas
despierto?

Problema miraba la copa de whiskey y frunció el


ceño. —No eres divertido, ¿sabes eso?

—Sí. —Nate hizo un gesto con la mano para que


continuara.

Problema suspiró. —Estaba esperando para saber qué


habías descubierto.

—No mucho. —Cruzó hacia la ventana y miró hacia el


jardín. La manera en que la luz de la luna caía sobre las
1 reproducciones de ruinas griegas era atractiva. Una
repentina visión de Aiden acostado en el césped en el
0 centro de las caídas columnas llegó a su mente. Maldición,
si eso no era una bonita imagen. Su pene amenazaba con
4 endurecerse. Nate tomó un trago de su bebida. Él tenía que
sacar a ese hombre de su mente. Quizás aprendiendo más
acerca de él, pudiera apagar el interés de Nate. Seguro que
no podría elevarlo más, de cualquier manera lo esperaba—.
¿Has oído algo de todos los príncipes? —Nate giró su
cabeza lejos de la ventana.

—Oh, oí mucho acerca de esos sementales. —La


Plaga movía sus cejas.

Nate rápidamente se tomó el resto de su whiskey.


Algo le decía que iba a necesitar más para tener esa
conversación sin estrangular a Problema.

—¿Qué quieres saber? Son cinco, todos con el cabello


oscuro, todos hermosos y disponibles. Pero hasta el último
de ellos es virgen. —Sacudiendo la cabeza, Problema hizo
un extraño sonido.

—Problema… —advirtió.

—¿Queeé? —Levantó las manos y sonrió—. Solo


estoy diciendo… Vamos, incluso tú tienes que admitir que
es una vergüenza. Ahí hay carne masculina de primera,
todos en edad y todos inconquistables. Eso debería de ser
un crimen.

«Esodebería, maldición». Cruzando el cuarto, Nate se sirvió


otro trago.

—Bien, bien. El personal les ha puesto apodos a todos


ellos. Rexley, el mayor, lo llaman Lord Responsable. Él es
un poco estirado. Aunque tiene un genial culo y él…

—Jeremy.

Problema gruñó. —Luego esta Payton, su apodo es


1 Lord Plaga. Él es demasiado brillante para su propio bien y
es una absoluta plaga para el personal por eso.
0
—¿Cómo es eso?
5
—Aparentemente, es el único responsable de apagar
el ordenador. Y siempre está haciendo un lío con
experimentos y esas cosas. Es un genio con los
ordenadores. —Problema se levantó de la cama y se sirvió
un vaso con agua—. ¿Seguro que no puedo tener un
whiskey? Bien, bien, deja de verme así. —Bebió un trago y
regresó a la cama acomodándose entre los grandes
postes—. Tarren es el más joven, a él lo conocen como
Lord Terror. Eso no necesita explicación. Hablando
personalmente, me parece él más divertido. Le gusta cazar
y tiene un montón de perros. Y usa esos pantalones
apretados… como un... ¡Oh! y hablando de caballos, Colton
es el jinete, su apodo es Lord Calamidad, de nuevo es
bastante obvio por qué, pero el chico tiene algunas grandes
cosas. Musculoso y…

—¿Qué acerca de Aiden? —Si Nate se oyó un poco


ansioso, Jeremy no pareció notarlo.

—Lord Audaz. Él tiene la cabeza en las nubes. Es un


artista, tiene un don si los rumores son correctos. Algunos
de los camareros y lacayos hablaban acerca de un retrato
que le hizo al Rey-Consorte. Todo el personal está un poco
enamorado de Raleigh. Y quién los culpa, el hombre es
hermoso. Lord Aiden se parece mucho a él. ¿No lo crees?

Nate iba a informarle a Problema que Aiden era


mucho más atractivo, pero en su lugar gruñó. Quién sabe lo
que su hijo pudiera hacer si creyera que Nate tenía algo
con Aiden. Eso ni siquiera lo había pensado. —¿Qué más?
¿Sabes cómo Payton desconecta a Jeffers?

—No, solo que Tarren tiene algo con él y lo chantajea


1 para que lo haga.

—Ve si puedes descubrir qué usa para


«Interesante».
0 chantajearlo. ¿Algo más?

6
Problema sacudió la cabeza y bostezó, acostándose
en la cama. —No, solo las cosas de las operaciones diarias.
Todos los sirvientes estaban aquí, el día que las armas
desaparecieron, pero nadie vio nada inusual.

—Lo imagino. Correcto. Voy a bajar. Ve a la cama.

—Bien. —Problema se deslizó al centro de la cama y


empezó a acomodar la almohada.

—Tu cama.

Gruñendo y murmurando, Problema salió de la cama


y se dirigió al cuarto del valet. —Tú deberías dormir ahí,
Hawk. Eres el único que sabe cómo ambos debemos de
vestir, no yo. —Cerró la puerta, aun gruñendo acerca de lo
pequeña e incómoda que era su cama.

Nate hizo una nota mental acerca de conseguirle a


Plaga una cama suave.

Estaba en silencio debajo de las escaleras, todos los


sirvientes se habían ido a dormir. No quería molestar. Se
deslizó dentro del estudio, llegó al escritorio. —¿Jeffers?

—¿Si, Lord Deverell?

—Por favor, asegura el cuarto.

—Sí, señor. El cuarto es seguro. Puede ser notificado


si alguien se aproxima.

Nate se sentó en la silla detrás del escritorio,


estirándose. «Qué noche». Había pasado mucho desde que
había ido a un baile. Extrañamente lo había disfrutado.
Había esperado que toda esa misión fuera un dolor en el
1 culo, pero había descubierto que había sido refrescante.
Con lo mucho que odiaba admitir eso, dadas las
0 circunstancias en las que dejó y perdió su hogar. Extrañaba
a su padre y a Jared, incluso extrañaba las atenciones que
7 venían con ser el heredero del Duque de Hawthorne. Con lo
extraño que eran las costumbres en Regelence, era muy
malo no haber nacido aquí. Su vida sexual podría haber
sufrido, pero aun sería Conde y aun tendría su familia. Si
solamente Englor hubiera sido más de mente abierta y
aceptado todo tipo de relaciones, no solo la norma.
Suspirando, pasó sus manos sobre su cara. Ese no era el
problema. Esa no era su vida. Él era un capitán de la IN y
estaba aquí en una misión.

Deslizándose detrás del escritorio, vio el botón que le


brindaba acceso al panel del ordenador de la casa. Tenía
que ser, porque se veía como una línea de cabello arriba
del escritorio. Ah, ahí se enciende. Nate presionó el botón
y la pantalla se levantó. ¿Dónde tenía la clave? La
computadora era controlada con la voz, pero necesitaba
una clave y escanear su pulgar para tener acceso. —Jeffers,
¿dónde está la clave?

—En el cajón superior de la izquierda, mi lord.

Abrió el cajón, presionando los números que Raleigh


le había dado y presionando el pulgar en el escáner.
Afortunadamente su huella había sido incorporada al
sistema antes.

Jeffers lo reconoció tan pronto como él colocó el


pulgar. —Bienvenido señor. ¿Qué puedo hacer por usted?

Nate cerró el cajón y se puso cómodo. —Jeffers, por


favor, muéstrame el video del sótano justo antes de que
hubieras sido desconectado y después de que fuera
conectado.

Un video de un pasillo vacío apareció en la pantalla.


1 Se veía igual que un pasillo normal, con brillante suelo de
caoba, paredes con papel tapiz pálido, candelabros en la
0 pared a cierta distancia por todo el pasillo. Excepto por el
color del papel tapiz, ese podría ser el pasillo hacia la
8
habitación de Nate, pero ahí había solo dos puertas: una en
medio y otra al final.

—Jeffers, ¿dónde está el cuarto de armas en relación


a tu control?

—La cámara esta encima de la puerta, mi Lord.

—Muéstrame.

La pantalla cambió, vio el mismo pasillo solo que


había una puerta doble de metal y una sencilla a la
derecha. Una de las puertas dobles y la puerta sencilla
tenían escáner de pulgar y código para abrirse. Ambas
entradas necesitaban y requerían autorización de seguridad.

—¿La puerta doble es el almacén?

—Sí, mi lord.

—¿A dónde va la otra puerta?

—Al cuarto de mi mantenimiento.

Nate bostezó y se enfocó en la puerta sencilla. Había


algo más en donde probablemente estaba el botón de
apagado de Jeffers. —Déjame ver todas las imágenes de
alrededor antes y después de que fueras desconectado.

Las siguientes imágenes mostraban el interior del


almacén. Tres escalones bajaban de una enorme bodega en
donde había grandes cajas de madera apiladas contra las
paredes. Había una puerta de metal de carga en la pared
opuesta. La pantalla seguía mostrando imágenes del mismo
cuarto. Había solo dos lugares para entrar, la puerta que
guiaba al pasillo y la que guiaba a la puerta de carga. El
1 video repentinamente quedó muerto. Cuando comenzó de
nuevo estaba a la izquierda de donde se había quedado.
0 Cuando Jeffers mostró las primeras imágenes, Nate notó la
puerta de la izquierda parcialmente abierta. —Jeffers, ¿a
9 dónde va la puerta abierta?
—Al interior de la casa principal.

—¿Y la otra puerta?

—Al interior del pasillo de servicio.

—¿Puedes mostrarme el otro lado de la puerta, antes


de la pausa?

—Sí, mí lord.

La computadora mostró otro pasillo, éste tenía papel


tapiz verde sobre el revestimiento de madera. Ahí había
tres puertas espaciadas de un lado y dos del otro. Nate
frunció el ceño. No había actividad en ese pasillo. Jeffers
estuvo desconectado cerca de dos horas. El robo pudo
haber ocurrido en cualquier momento durante ese tiempo.
—¿La cámara que está arriba de la puerta va al sótano?

—Sí, mi lord.

—¿Hay algunas otras vistas del pasillo?

—No, mi lord.

—Maldición. ¿Qué es ese pasillo?

—Es el pasillo fuera de las habitaciones de los


príncipes.

Se preguntaba cuál sería la de Aiden, rápidamente


descartó ese pensamiento. —Muéstrame el pasillo
inmediatamente después de que recuperaste el poder.

El monitor parpadeó, indicando que la imagen había


cambiado, pero la pantalla seguía igual que antes. Ahí no
había actividad en el pasillo, ninguna señal de que alguien
1 hubiera ido al panel de acceso. ¿Por qué no está Payton en
ninguna de las imágenes anteriores si es el responsable de
1 desconectar a Jeffers? —¿Hay algún video del interior de la
habitación de Payton?
0
—No, mi Lord. Solo tengo acceso al audio en las
habitaciones y la información no es grabada como en las
áreas públicas.

—¿Qué cuarto pertenece a qué príncipe? —


«Interesante».
Nate no quería pensar demasiado en cómo había formado
la pregunta. Solo necesitaba saber cuál era la localización
del cuarto de Payton.

—Las habitaciones de la derecha comenzando con la


más cercana, pertenecen a Rexley, Tarren y Colton. Los de
la izquierda son las habitaciones de Payton y de Aiden.

Entonces Payton y Aiden están en cuartos contiguos.


—¿Tienes acceso térmico a ese pasillo?

—No, mi lord, solo tengo acceso total a áreas


públicas y de seguridad, video y audio en corredores
privados.

Él sabía que fue Payton quien manipuló el interruptor.


Realmente no necesitaba saber cómo, pero realmente se
sentiría mejor si pudiera verlo. —¿Tienes algún acceso al
pasillo de servicio?

—Sí, mi lord.

—Muéstrame el pasillo de servicio hacia el sótano


antes y después de ser desconectado.

Un estrecho y blanco pasillo apareció en la pantalla,


había varias puertas separadas. El pasillo estaba vacío. La
pantalla se apagó y comenzó de nuevo. El pasillo apareció
exactamente igual, excepto que había una puerta
parcialmente abierta. —Jeffers, ¿a dónde va esa puerta?
1 —A la habitación de los valet al lado de la habitación
de Aiden.
1
Nate cerró los ojos y se recargó en la silla. Su instinto
1 le decía que el hombre era inocente de cualquier cosa
involucrada en la investigación del IN, pero seguía
pensando en el extraño lugar. Aiden hacía que quisiera ser
de nuevo el hombre confiado que era antes de dejar su
hogar. Hacía que Nate quisiera una vida normal, la vida que
había dejado. Pero Nate ya no era ese hombre. Era un
Capitán a cargo de toda la tripulación de una nave… a cargo
de esta investigación. Regresar a su viejo estilo de vida no
era opción. Esa incuestionable y relajada actitud solo le
causaba dolor de cabeza, sabía eso. Entonces nadie, ni
siquiera le había despertado los sentimientos que Aiden le
inspiraba.

«¿Amor a primera vista?» Nate gruñó, enderezándose y


abriendo los ojos. «Completa y total mierda». Se trataba de un
caso, no iba a establecerse para siempre. Tenía que sacar a
Aiden de su mente. Pero las coincidencias eran demasiadas
para ignorarlas. Aiden lo había espiado, le había querido
sacar que jurara guardar el secreto, y ahora la puerta
abierta. Eso era coincidencia, sabía eso, tenía que ser. El
Rey y su consorte eran buenos hombres, no podía creer
que ellos hubieran criado a un traidor. De algún modo
Aiden estaba metido en el caso y Nate tenía que descubrir
por qué, ya fuera que a su idiota cuerpo y a su mente le
gustara eso o no.

No podía dormir. Aiden rodó y acomodó la almohada,


tratando de estar más confortable. Eso no funcionó. Su
1 pene estaba duro y le dolía. Tratar de sacar esos risueños
ojos café de su mente era una causa perdida. La sonrisa de
1 Nathaniel, el calor de su cuerpo cuando estuvo cerca, sus
poderosos hombros e intimidante complexión, la manera en
2
que olía, estaba acosando totalmente a Aiden, rehusándose
a dejarlo descansar.

No podía recordar la última vez que se había divertido


tanto. Bailar con Nathaniel lo había hecho sentirse especial,
no solo uno de los reales malcriados. Deverell se había
realmente interesado en su arte. Eso era algo que ellos
tenían en común. La atención no tenía nada que ver con el
título de Aiden y todo que ver con una mutua atracción.
Nathaniel veía a Aiden como persona y a Aiden le gustaba
lo que veía en Nate.

Aiden presionó sus caderas en el colchón, tratando de


lograr algo de alivio. ¿Cómo podrían sentirse esas grandes
y poderosas manos envolviendo su pene? Aiden gimió. No
era solo lo que veía en Nathaniel lo que le gustaba. El
hombre hacía que Aiden quisiera cosas que no debería. Se
dio cuenta que estaba empujando su pene contra la cama,
se detuvo. Rodó sobre su espalda, su pene pulsaba. Al
demonio con eso, eso no iba a alejarse.

Metiendo su mano bajo los cobertores, levantó su


camisa de dormir. Si su valet lo atrapaba, tendría otro
sermón de por qué no debería de tocarse a sí mismo y
cómo debería de mantenerse para su futuro consorte, pero
a Aiden no le importaba eso en este momento. Benson
estaba dormido en el cuarto de al lado, su puerta cerrada,
no iba a entrar al cuarto de Aiden a esta hora de la noche
sin ser convocado. Envolviendo su mano alrededor de la
erección, presionó. ¡Ah!. La acariciaba hacia arriba y luego
hacia abajo. ¿Qué si Nate fuera su consorte? ¿Podrían ellos
hacer esto juntos?

1 El pene de Nathaniel podría ser tan grande como el


resto de él, Aiden solo sabía eso. Los brazos del Conde se
1 sentían bien sosteniéndolo. Ellos se besarían todo el tiempo
que ellos se tocaran, sus dedos en exploración, llevando al
3 otro a la locura. Las manos de Aiden aumentaron la
velocidad. Sus testículos se acercaron a su cuerpo,
causándole una pequeña sensación de hormigueo en su
columna.

Usando su pulgar sobre la punta, Aiden apretó duro.


Imaginó el puño de Nathaniel alrededor de él, Nathaniel
hablándole con esa profunda voz, animándolo a tomar el
placer. Entonces ellos se frotarían juntos igual que Aiden lo
había hecho algunas veces contra el colchón. Toda esa
desnuda piel, Nathaniel podría estar tan caliente y duro.
Usando su otra mano, Aiden se pellizcó un pezón, haciendo
que se endureciera. ¿Quizás Nathaniel podría tomar su
pezón dentro de su boca? Aiden tembló y gimió con el
pensamiento. Nathaniel podría chuparlo y morderlo.
Entonces él lamería el pecho de Aiden, giraría su lengua
alrededor del ombligo de Aiden. Seguiría bajando, sus
labios rozarían el pene de Aiden.

—Umm. —Aiden abrió los ojos, su cuerpo se


estremecía con el clímax que lo recorría. Semen se disparó
contra las sábanas. La caliente semilla se derramó bajo su
eje, sobre su mano y abdomen.

Aiden gimió, sorprendido. La imagen de la boca de


Nathaniel en su pene debió de escandalizarlo, pero no lo
hizo. Había oído a Rexley y Payton, murmurando acerca de
haber atrapado a dos de sus lacayos en el acto. Aiden se
estremeció.

Saliendo de la cama cuidadosamente para no dejar


que su camisa de dormir cayera sobre su abdomen, fue al
cuarto de baño a lavarse. Llevó una toalla húmeda de
regreso y limpió la sábana para evitar que Benson lo notara
1 cuando cambiara la cama. Después de regresar la toalla a
la canasta del cuarto de baño, se acostó del otro lado de la
1 cama, para evitar el punto húmedo. Se quedó acostado
algunos minutos, esperando la usual somnolencia que venía
4 con la liberación. Eso no sucedió. Su mente seguía
conjurando imágenes de Nathaniel y las cosas que podían
hacer juntos.

Quizás si dibujaba algo podría ayudar a limpiar en


algo su mente para poder dormir. Se puso de pie y fue al
baúl con cojines a los pies de la cama, donde había dejado
su pantalla de dibujo. Quería el grande, el que había
llevado a los muelles. Trabajaría en el sistema de impulsión
del agua bajo los botes… cualquier cosa menos Deverell.
Pensar en el Conde lo mantendría despierto, dibujar al
hombre no ayudaría en nada.

¿Dónde está la pantalla grande? Estaban sus


pinturas, unos bocetos convencionales, algunos lápices de
granito y crayones, incluso un pequeño caballete, pero
ninguna pantalla estaba ahí. La pequeña que había llevado
al baile estaba en su mesita de noche, la mediana en el
cuarto vestidor. Aiden frunció el ceño. No había visto la
pantalla grande en varios días. Thomas la había llevado a la
habitación de Aiden el día que llegaron del muelle, así que
¿Por qué no estaba aquí? Quizás Thomas había estado
ocupado y la dejó en algún otro lugar. —Jeffers, ¿Sabes
dónde está mi pantalla de dibujo grande?

—No, mi lord.

«Hmmm». Bueno, sabía dónde estaba la mediana. Aiden


cerró el baúl y se dirigió al cuarto vestidor. Encontró la
pantalla de dibujo justo en donde la dejó Payton, en el
sillón. Regresó a la habitación y subió a la cama con la
pantalla. —Jeffers, ¿bajaste la información de mi pantalla
grande?

—Sí, mi lord, como usted lo ordenó. Todos los datos


1 de sus pantallas son subidos a sus archivos dentro del
castillo.
1
—Copia las pinturas de la pantalla grande a la
5 mediana, por favor. —Aiden presionó el botón de
encendido, entonces vio la pantalla pequeña en la mesita
de noche. Suspiró. «Qué demonios». Quizás si terminaba la
pintura de Nathaniel que había iniciado en el baile, sacaría
al hombre de su mente—. Jeffers, también agrega los datos
de la pantalla pequeña a la mediana.

—Sí. Mi lord.

¿Por qué el hombre tenía que ser tan… tan… tan


fascinante? ¿Cautivante? «Sangriento hoyo negro», el hombre se
estaba convirtiendo en una obsesión. A él le gustaba pensar
que se debía a un punto de vista estrictamente artístico, y
así era, en parte. Inicialmente olvidó su baile porque tenía
urgencia de dibujar al hombre riendo. La imagen de la
sonriente cara de Nathaniel, cuando hablaba con Cony, se
quedó grabada permanentemente en su cerebro. El hombre
no parecía del tipo que sonriera mucho. El pene de Aiden
recuperó interés con el pensamiento, haciéndolo gemir.

—Lord Aiden, la transferencia de datos se ha


completado.

Aiden empezó. —Gracias, Jeffers. —Recorrió archivos


y encontró el del baile. El que casi ve Nathaniel. Aiden
había estado cerca de salir fuera de su piel cuando el
hombre había aparecido ante él. Estaba terminando las
líneas alrededor de los ojos del hombre cuando sonreía.

Quizás Cony y Padre tenían razón acerca de tener


una sola cosa en mente cuando estaba en su arte. Casi se
pierde la oportunidad de su vida, la oportunidad de bailar
con Nathaniel. Afortunadamente, el hombre había
aparecido para recordarle a Aiden su baile. Nunca olvidaría
ese baile. Eso había sido milagroso. No quería dejar la
1 compañía de ese hombre. «Maldito Rupert». Aiden
desesperadamente quería saber más del Conde. Quería
1 saber por qué estaba aquí. ¿Cuánto se quedaría? ¿Podría
posar para un retrato? ¿A qué sabrían sus labios?
6
Aiden se sacudió esa línea de pensamiento. Encontró
el dibujo de Nathaniel en el que había estado trabajando,
tomó el estilete de un lado de la pantalla. El hombre se veía
tan misterioso, igual al oscuro héroe de una de las novelas
de romance a las que Tarren era adicto. ¿Qué podría
suceder si le hubiera dejado a Nathaniel que lo besara
cuando lo atrapó del árbol? Estaba seguro de que
exactamente esa era la intención del Conde. Entonces esta
noche… debería de estar agradecido con Rupert por
haberlos interrumpido como lo hizo.

Eso no iba a ningún lado. Por la manera que su pene


pulsaba, ya estaba erecto de nuevo después de la sesión
con su mano.

Apagó la pantalla y dejó el puntero a un lado. Quizás


comer algo podría ayudarle a sacar a Deverell de la mente.

Aiden salió de la cama y buscó sus zapatillas. Debería


probablemente ponerse una bata encima de su camisa de
dormir, pero todo el mundo debía de haberse retirado por
la noche. Además, no es como si fuera a encontrarse a
alguien al ir a la cocina, el personal estaba dormido y
aparte de Payton o Cony, nadie podría atraparlo ahí. Si su
Padre o algún otro de sus hermanos querían comer algo a
esas horas de la noche, le dirían a Jeffers que despertara a
alguien para que les llevaran algo.

Afortunadamente, para cuando llegó a las escaleras


su pene se había calmado. Bajó la escalera principal de dos
escalones a la vez y se dirigió a la cocina, intentaba
atravesar la puerta de servicio de la cocina, cuando oyó que
hablaban. Aiden se detuvo a escuchar. Jeffers estaba
1 hablando con alguien en el estudio. Pensó en subir las
escaleras y vestirse más apropiadamente, pero decidió que
1 no le haría daño echar una mirada. De puntillas se acercó al
estudio, oyó la voz de Nathaniel. Inmediatamente su
7 estúpido pene decidió que quería también levantarse y
escuchar la suave entonación. Aiden miró hacia abajo,
esperando que el problema no se notara bajo la ondulante
camisa de dormir que le llegaba a la pantorrilla.

Ahí estaba.

—Mi lord, Lord Aiden está afuera del estudio.

Aiden se congeló. «Polvos». Antes de que su cerebro


hiciera ‘click’ y le dijera que corriera, Nathaniel apareció en
la puerta.

—Hola, Aiden.

—Uh… —Aiden vio al objeto de su fijación. Su pulso


realmente acelerado y su estómago se sentía lleno de
mariposas. Él estaba parado ahí en una completamente
indecente camisa de dormir y con una erección tensando la
camisa—. Hi. Yo solo… —asintió. Tenía que salir antes de
que Nathaniel notara su predicamento. «Galaxias», el hombre
era grande. Aiden estaba ultra-consciente del hombre
después de su pequeña fantasía anterior. Vio las grandes
manos e imaginó envolviendo…

Sonriendo, Nathaniel cruzó sus brazos sobre su pecho


y apoyó la cabeza en el marco de la puerta. Su mirada
subía y bajaba del cuerpo de Aiden, causándole un
hormigueo de reconocimiento en cualquier lugar que se
detuviera. Cuando su mirada se centró en la ingle de Aiden,
sus ojos se abrieron más y las alas de su nariz se movían.
Finalmente dejó de mirar el pene de Aiden y preguntó,
—¿Si? —Su voz un murmullo grueso.

«Oh Galaxias», qué embarazoso. «Por favor, no dejes que me


ruborice». Esa era la segunda vez, la tercera realmente, pero
1 su ropa lo había escondido bastante bien mientras bailaban.
Tenía que salir de aquí antes de hacer un completo ridículo.
1 Hacer un mayor ridículo. —Buenas noches, Lord Deverell.
—Aiden se giró para irse, maldiciéndose.
8
Nathaniel tomó su muñeca, girándolo. —Aún no.

1
1
9
Capítulo 7
U n pequeño sonido de sorpresa se le escapó, pero
el jovencito no se alejó. Lentamente, las mejillas
de Aiden se volvieron rojas brillantes.

realmente tranquilízate, Nate». Tienes que recordar que


«Joder,
el príncipe no está acostumbrado a que la gente se le
acerque. —Quiero preguntarte algunas cosas.

—¿A mí? —Las cejas de Aiden se elevaron.

—Sí. —Tirando a Aiden del brazo, Nate trató de hacer


su mejor esfuerzo para ver a Aiden a la cara. Nate nunca
tendría las respuestas si recorría con la vista a Aiden de
nuevo. Temía que el hombre se fuera. Y maldición si no se
resistía a dejar la compañía de Aiden. Sentirse atraído hacia
él era una mala idea, pero Nate no podía hacer que su
cuerpo entendiera eso. Demonios, su mente tampoco
quería entenderlo.

Nate regresó al estudio. —Jeffers, por favor danos


algo de privacidad.

—Lo siento, mi lord. No puedo hacerlo si está Lord


Aiden en el cuarto. Debo de actuar como su acompañante.

El rubor de Aiden realmente se oscureció.

Galaxias, qué podría el hombre hacer si Nate fuera


a... Nate suspiró y soltó la muñeca de Aiden. Ahí estaba de
1 nuevo, pensando cosas que no debería. La sociedad puede
ser un poco extraña para él, pero la respetaba y a los
2 principios básicos que la fundaron.

0
Buscando algo que ver para que Aiden se
tranquilizara, vio la pintura arriba de la chimenea. Sin duda
ese arte era algo que Aiden disfrutaba. Esa era una inusual
pero muy buena composición, la pequeña niña, Muffin,
usaba un vestido de encaje blanco, sentada frente a la
ventana, con la luz de la luna asomándose a través de las
oscuras cortinas abiertas. Ella sostenía un ramo de rosas
negras junto a su nariz. Sus ojos azules brillaban sobre los
pétalos. Con sonrosadas mejillas y pálida piel, se veía como
un ángel. La niña era un inocente contraste con el ébano de
las flores con sus espinas que parecían letales. La luz y las
sombras eran increíbles. Era un nítido superrealismo, la
textura estaba tan bien lograda que hacía que el espectador
quisiera tocarla. —Esa es una de las mejores piezas de
fantasía que he visto en mucho tiempo.

—Gracias, pero no es una pieza de fantasía. Esas son


las rosas de Regelence. Florecen de noche y solo se les
encuentra en Regelence. No es una de mis mejores, pero
es una de mis favoritos. Si te gustan, en algún momento
del tiempo que permanezcas aquí, puedo llevarte alguna
noche a verlas.

Nate estaba impactado. No porque las rosas fueran


realmente negras o que florecieran de noche, sino de la
pintura, era asombrosa. Aiden era incluso mejor artista de
lo que asumía. —Eres muy bueno.

Aiden sonrió, el rubor se fue de sus mejillas.


—Gracias. —No pretendía ser modesto sobre su talento,
sabía lo bueno que era. La confianza era muy sexy—. ¿De
qué querías hablarme? —Aiden rodeó el escritorio,
echándole una mirada al monitor. La luz del monitor y de la
1 chimenea resaltaba sus altos pómulos. Bajó la cabeza hacia
la pantalla, contemplándola.
2
«Joder», el hombre era hermoso.
1
—¿Lord Deverell? —Aiden lo miraba directamente a
los ojos.

—Nate.

—Yo deb… —sonrió—. Bien. Nate, ¿qué quería


conmigo?

«¿Qué no quiero contigo?» Nate caminó al otro lado del


escritorio, regresó a la pantalla. Estaba el video del pasillo
que iba a la bodega del sótano. —Dime cómo Payton
desconecta a Jeffers.

Aiden sacudió la cabeza. —¿Por qué haría eso? —


Rompiendo el contacto visual, pasó sus dedos por la
superficie del escritorio—. ¿Por qué estás aquí? ¿Qué fue lo
que robaron? —Miró directamente a los ojos a Nate de
nuevo.

Nate lo estudió, casi se perdía en el frío gris de sus


ojos, buscaba cualquier indicación de que el príncipe estaría
jugando con él. No encontró nada, y era malditamente
bueno leyendo a la gente. Nate le dio a Aiden la misma
calculadora mirada que solía intimidar a los oficiales
jóvenes que confesaban sus pecados. Pero el jovencito
nunca vaciló. Aiden nunca parpadeó, su mirada nunca dejó
la de Nate. Eso impresionó como el infierno a Nate. Aiden
podría ser inocente y virgen pero el hombre no se
intimidaba fácilmente y maldición si eso no hacía que
incluso lo apreciara más. El pene de Nate se llenó. ¿Cómo
sería saborear esa desafiante boca?

Acercándose, Nate tomó el mentón de Aiden con sus


dedos.
1 Aiden se lamió los labios. Tragó saliva, haciendo que
apenas se notara por el movimiento de la manzana de
2 Adán, pero aparte de eso él se quedó fijo en el lugar.

2
—Lord Deverell, por favor, marque su distancia entre
usted y Lord Aiden o me veré forzado a alertar a sus
majestades, —dijo Jeffers.

Soltando el mentón de Aiden, Nate se apartó. Tenía


un concurso decidiendo qué quería hacer más, si
agradecerle a Jeffers o tratar de enviarle un virus, o quizás
desgarrar sus malditos enchufes. Por primera vez en mucho
tiempo, Nate se encontró a sí mismo en una torpe posición,
de no saber qué hacer. Se sentía atraído por Aiden, no
había duda en eso, pero también sentía que Aiden sabía
cosas que podrían ayudarle a encontrar a quien robó las
armas. Si sus instintos fallaban estaba jodido, pero no
podía evitar sentir que Aiden no tenía nada que ver con el
actual delito. Sus instintos casi siempre estaban en lo
correcto.

Viendo las sillas alrededor, Nate le ofreció asiento a


Aiden. —Hagamos un trato. Tú me dices lo que quiero
saber, y yo te digo lo que quieres saber.

Los labios de Aiden temblaron, entonces asintió y


tomó asiento. —Gírate.

—¿Perdone?

—Por favor. —Aiden levantó una ceja—. Si quieres


saber, gírate.

¿Qué es lo que iba a hacer? «Al infierno con eso». Iba a


confiar en Aiden hasta que Aiden le diera una razón para no
hacerlo. Nate entrecerró los ojos un poco haciéndole saber
a Aiden que no estaba emocionado con la demanda.

Aiden lo veía fijamente.


1
Maldición, el hombre era algo especial. Nate se giró.
2 Escuchando atentamente por cualquier repentino
movimiento, algo que le indicara qué haría Aiden.
3
Pero no escuchó nada más que los dedos tecleando
en el tablero. ¿Qué estaba haciendo?

—Bien, puedes ver.

Nate se giró. Nada se veía diferente. —¿Qué hiciste?

—Retiré la seguridad de este cuarto y sus alrededores


manualmente.

Maravilloso, otro de los hijos Townsend que saben


mucho acerca de la seguridad del castillo. —¿Tu apagaste a
Jeffers?

—No, solo lo saqué de aquí para que podamos hablar.


Apagarlo puede comprometer la seguridad del castillo, no
es buena idea con todo el mundo durmiendo. Habla.

«¿Élle estaba dando una orden?» Los labios de Nate se


elevaron. Cuanto más lo conocía más le gustaba. Su pene
estaba duro. —¿Cómo hiciste eso?

Aiden sonrió, arrugando las esquinas de sus ojos.


—Eso no es difícil, ya entraste al sistema, pero no puedo
decirte. No hasta... Dame una razón para que confíe en ti,
Nate.

Si Nate no lo hubiera estado observando


cuidadosamente se hubiera perdido que Aiden se mordió el
labio inferior y luego lo soltó. Nate no podía alejar la
mirada. No podía evitar notar todo en el jovencito.

Se sentó en la esquina del escritorio, tratando de


ignorar su idiota líbido. —Trabajo para la IN. Soy Capitán
de un destructor de la IN, el Lady Anna. Estoy aquí para
investigar un robo de armas almacenadas. Tan pronto como
1 lo resuelva, estaré fuera y regresaré a mi nave. —Nate
estudió detenidamente la expresión de Aiden.
2
La boca de Aiden se abrió y luego se cerró y frunció el
4 ceño. Después de algunos segundos asintió. —Debería de
pensar en algo como eso. Regelence ha tenido siempre
buena relación con el IN, pero no tenía idea de que
teníamos un almacén de armas. —Un rizo de su cabello le
llegó a los ojos—. Las robaron cuando Payton desconectó a
Jeffers.

Nate hormigueaba por retirar el rizo negro de la


pálida frente de Aiden. —Sí.

Aiden retiró el cabello de la cara. Miró a Nate con los


ojos bien abiertos. —¿Cómo es eso posible? Nadie, solo
nosotros cuatro sabíamos eso.

Cerrando los ojos, Nate tomó una profunda


respiración. Sí, eso es exactamente lo que necesitaba
saber. Si Aiden estaba mintiendo, era un infierno de buen
mentiroso. Abrió los ojos mordiéndose la última duda que le
quedaba.

La cara de Aiden era de una reflexiva confusión.


—Uno de los sirvientes tiene que haber hecho eso.

—Eso es lo que Raleigh piensa. Pero eso toma mucho


tiempo planearlo. ¿Estás seguro que nadie más lo sabía?

—Solo Payton, Colton, Tarren y yo.

—¿Rexley no?

Sacudiendo la cabeza, Aiden se puso de pie. —No,


Rexley es un chismoso. —Comenzó a pasear de un lado a
otro frente al escritorio, la camisa de dormir blanca se
moldeaba a su alrededor mientras se movía. Con la luz de
la chimenea detrás de él, casi se podía ver a través de la
camisa. El hombre tenía un infierno de cuerpo. Era delgado
1 pero bien formado. Sus musculosas piernas eran sólidas y
claramente delineadas a través de la delgada tela.
2 Nate gruñó. El hombre tenía un gran trasero. Anchos
hombros en comparación al resto de él, estrecha cintura y
5
caderas. Lindo y redondo trasero. Tratando de aliviar la
presión de su pene, Nate se movió.

—¿Qué fue eso? —Aiden se giró.

En lugar de ver el muy delicioso trasero, Nate tenía


una atractiva vista del frente ahora. Nate levantó la vista
para ver la hermosa cara. —¿Qué?

—Hiciste un ruido.

—¿Lo hice?

Aiden asintió.

«Vamos,Nate. Los negocios. Piensa». —¿Cómo logra Payton


pasar las cámaras de seguridad?

Aiden suspiró y dio un paso hacia adelante. —Bien, lo


que yo te diga —Colocó una mano en el pecho de Nate.

Cubriendo la mano de Aiden con la suya la mantuvo


en el lugar, Nate se inclinó hacia adelante, consciente del
calor que emanaba el jovencito. Galaxias, amaría sostener
esas delgadas muñecas y detenerlas sobre su cabeza
mientras él… —¿Si?

—Las cámaras en los pasillos superiores se detienen.


Es un error, quedan fuera del sistema de seguridad cuando
el sistema de operación se está actualizando. Los cuartos
principales están súper vigilados ahora, pero los cuartos
privados no. Ellos reprogramaron a Jeffers para vigilar el
exterior del castillo y los cuartos familiares continuamente,
pero olvidaron cambiar los de los pasillos privados cuando
cambiaron el equipo de video. Nadie sabe esto, solo Payton
y yo. —Aiden miraba los labios de Nate y se acercó—.
1 Puedes no decirlo a nadie… —Aiden tocó la barba de Nate
tentativamente al principio, entonces sus dedos se
2 hundieron y exploraron. Abriendo los labios, Aiden inclinó la
cabeza, y su mirada siguió sus dedos.
6
solo maldición». Nate dejó ir la mano de Aiden y
«Maldición,
deslizó la suya a la cintura del jovencito, tirando de él más
cerca hasta que la cadera de Aiden estaba acunada entre
sus muslos. Lentamente, se inclinó hacia adelante, su boca
buscando la de Aiden.

Parpadeó varias veces, Aiden cerró los ojos y rozó


sus labios con los de Nate.

El beso levantó el pene de Nate. Dejando una mano


en la cintura de Aiden, Nate levantó la otra, acariciando las
suaves mejillas y con el pulgar trazando la esquina de los
labios del jovencito. —Abre la boca, niño.

Cuando los labios de Aiden se abrieron, Nate


profundizó el beso.

Aiden seguía ahí, tenso al principio, pero pronto su


lengua hizo tímidos toques a la de Nate. En un momento el
príncipe estaba correspondiendo al beso, su lengua
entrando y explorando. Sabía dulce, como a fresas y
chocolate y como a… ¿Aiden?

Gimiendo dentro de la boca de Nate, Aiden se


presionó incluso más cerca, presionando su muy evidente
erección contra el abdomen de Nate. Se alejó y vio hacia
abajo. —Oh. —su mirada se encontró con la de Nate de
nuevo y se hundió de nuevo en el interior del beso. La
mano de Aiden cautelosamente se deslizó entre ellos.

«Oh»,era correcto. Nate apretó en un puño el delicioso


culo de Aiden y lo masajeó. Llevó sus manos debajo de la
camisa de dormir, encontrándose con la piel y el
encantador y firme culo. Ese culo que probablemente se
1 vería mejor con la mano de Nate pintada en él.

Aiden tomó el pene de Nate a través de sus


2 pantalones y apretó. Moviendo su mano, Aiden exploró, a
punto de explotar la mente de Nate en el proceso. Encontró
7
el anillo en el pene de Nate, Aiden gimió, abrió más sus
ojos y se apartó. —Uh…

Independientemente del lindo y apretado culito en


sus manos, esta vez cuando Aiden se apartó, bien podría
haberle lanzado agua porque tuvo el mismo efecto. Nate se
apartó y fue hacia el escritorio, tratando de poner distancia
del caliente cuerpo de Aiden. ¿En qué jodidos estaba
pensando? Debería de haber considerado lo que impactaría
a Aiden su piercing. En comparación con las otras cosas
que le quería hacer a Aiden, el Príncipe Alberto(16) era
nada.

Aiden empezó a buscar palabras. —Yo…Yo…

Nate lo dejó ir. No podía deshonrar al jovencito.


Aiden era inteligente, y lleno de espíritu. Sería un gran
consorte para alguien. «¿Por qué no para ti Nate? Podrías acostumbrarte a
este tipo de medio ambiente de nuevo, sería bueno para Problema».

—Yo… Buenas noches, Lord Deverell. —Aiden se giró


y se fue.

Maldición.

Nate se sentó en la silla frente al ordenador y trató


de ignorar su consciencia. Tenía que ver si podía corregir lo
que Aiden le había hecho al ordenador. Eso fue
sorpresivamente fácil, pero Nate nunca hubiera imaginado
que se podía desconectar si Aiden no hubiera dejado la
pantalla levantada. —Jeffers, muéstrame el audio y el video
del corredor de los príncipes ahora.

—Sí, mi lord.

1 Unas ligeras pisadas pudieron oírse segundos antes


de que Aiden se apresurara por el pasillo, su camisa de
2 dormir blanca volaba detrás de él. Deteniéndose fuera de

(16) Piercing en el glande.


8
su cuarto, tomó una profunda respiración y apoyó su
cabeza en el marco, oyéndose un suave golpe, rodó su
frente contra la madera, entonces la golpeó unas cuantas
veces antes de girar la manilla y entrar, Nate seguía ahí,
viendo cómo la pantalla cambiaba a un pasillo diferente.
Debería ir con Aiden y hablar con él. ¿Pero al final qué?
Estar con Aiden con una cama cerca no era buena idea.
Estaba demostrando que tenía muy poca fuerza de
voluntad en lo referente al príncipe.

Nate se despertó brillante y temprano la siguiente


mañana. Estaba determinado a mantener las cosas en un
nivel profesional entre Aiden y él, pero iba a solicitar que se
le permitiera que Aiden le ayudara en el caso. Y eso no
tenía nada que ver con la intensa atracción que ellos
compartían, o eso se seguía diciendo a sí mismo. Raleigh y
Steven estaban demasiado ocupados para sentarse con él y
ayudarle y necesitaba a alguien que conociera a los
sirvientes. Además, podía fácilmente pretender que estaba
cortejando a Aiden. En Englor no era inusual que un
visitante de una ciudad de afuera mostrara interés en
alguna hija de sus anfitriones. Algunas veces el padre
incluso invitaba a algún socio de negocios para que se
relacionara con su hija antes de que el compromiso fuera
anunciado.

Arriba de las escaleras, Nate tomó una profunda


1 respiración e inhaló el aroma de los brownies(17), sus
favoritos. Miró al vestíbulo asombrado. Una mesa con un
2
(17) Pastelito de chocolate en ocasiones lleva nueces.
9
gran mantel esmeralda, que no estaba el día anterior,
estaba en la entrada con cajas blancas de repostería. Había
tarjetas atadas en las cajas, y el murmullo de gente
hablando en el salón.

Nate miró a través de las puertas francesas. El salón


estaba lleno hasta el tope de Lores tratando de captar la
atención de los jóvenes príncipes. Nate habría esperado
flores de los visitantes. En Englor era costumbre que los
caballeros agradecieran las atenciones de una dama con
flores después del baile. Pero la repostería era bueno… eso
era nuevo. Aparentemente en Regelence ellos tomaron por
cierta la antigua frase que dice ‘el camino al corazón de un
hombre es a través de su estómago’. Se rió y entró al
Comedor buffet.

Si esos hombres querían ganar la mano de Aiden,


harían mejor comprando algunas telas y pinturas. La
sonrisa se le congeló en la cara y regresó hacia las puertas
del gran salón. Rexley, Tarren y Colton estaban sentados
lado a lado en el sofá con Steven a su izquierda. Aiden no
estaba en ningún lugar a la vista. ¿Cómo había logrado
evitar atender a estos invitados?

Un ruido a su espalda captó la atención de Nate hacia


la mesa de la repostería. Una delgada mano salía de debajo
del verde mantel, buscando la cima. Cuando la pálida mano
encontró una caja, la tomó y lentamente la movió, hacia
debajo de la mesa. Nate frunció el ceño. «Será mejor que no sea»…
Cruzó el pasillo y levantó el mantel esmeralda. «Maldición».

Una cabeza llena de rizos platinos se inclinaba ante la


ahora caja abierta. La cabeza se levantó ante la intromisión
1 y unos ojos aguamarina se encontraron con los de Nate.

Problema sonrió tímidamente, chocolate en sus labios


3 y nariz. Levantó sus dedos escarchados de azúcar. —Hi,

0
Hawk. —Problema levantó una galleta con chispas de
chocolate y se la ofreció.

Cerrando los ojos, Nate contó hasta diez, entonces


empezó de nuevo. Iba a estrangular a ese chico esta vez, él
lo haría. Y ahí no había nadie que lo detuviera.

Una fuerte risa detrás y se giró para encontrarse con


Raleigh ahí. El Rey-consorte se acercó. —¿Tu hijo?
—preguntó tranquilamente una vez que llegó a un lado de
Nate.

—Por los próximos segundos.

Raleigh se inclinó y tomó la galleta que Problema


ahora le ofrecía a él. —¿Y después de eso?

—Él va a estar muerto.

Problema palideció, tragando audiblemente.

Dándole un mordisco a la galleta, Raleigh le ofreció la


otra mano a Problema. La plaga cogió la mano ofrecida y se
desenroscó saliendo de debajo de la mesa.

Raleigh rizó el cabello de Problema, sonriendo de


oreja a oreja, y terminando su postre. —Es adorable, no
deberías de matarlo. ¿Cuál es tu nombre?

Problema resplandeció ante el hombre. —Jeremy.

—Problema, —gruñó Nate.

Raleigh frunció el ceño. Miró a Jeremy algunos


segundos y sacudió la cabeza. Nate estaba a punto de
preguntar qué estaba mal, cuando Raleigh se rió y habló de
nuevo. —Ah, bien, debemos de mantenerlo alejado de mi
1 Terror, algo me dice que ellos podrían derribar todo el
castillo si combinan sus fuerzas.
3
«Extraño». ¿Qué fue esa extraña mirada? Nate
1 entrecerró los ojos hacia su hijo, pero decidió dejarlo pasar.
Estaba débilmente seguro que Raleigh podría decirle si
Problema se metía en alguna otra cosa… si hacía algo más
que robar galletas. Entonces pensó que Raleigh conocía los
apodos que el personal les dio a los príncipes.

Raleigh tomó la caja de galletas que Jeremy había


dejado sobre la mesa y se la devolvió al chico. —Se supone
que eres un sirviente, ¿recuerdas?

—Sí, señor, —dijo Problema.

—Sí, su Alteza, —corrigió Nate.

Problema se atrevió a mirar a Nate, entonces vio de


nuevo a Raleigh, moviendo sus pestañas. —Sí, su Alteza.
—La pequeña coquetería en la voz era tan azucarada como
la caja de galletas que sostenía.

Pellizcándole una mejilla, Raleigh luchó contra su


alegría. Se inclinó cerca del oído del chico. —Sube antes de
que Nate te estrangule, Problema.

Problema miró a Nate, entonces de nuevo a Raleigh


y de nuevo a Nate. Sus ojos brillaban con travesura.

Nate abrió la boca para decirle a la Plaga que era


mejor que se comportara cuando Problema se puso de
puntas y besó la mejilla del Rey-Consorte. Riéndose corrió
arriba de las escaleras.

Raleigh lanzó la cabeza hacia atrás y se rió fuerte.


—Oh niño. Tienes las manos llenas.

Nate sacudió la cabeza, tratando de no ser divertido,


pero el chico era lindo. Esa era la única razón por la que
Nate no lo había matado a golpes en esos años. —Sí, así
1 es. Siento esto.

3 —Realmente todo está bien. Créeme cuando te digo


que te entiendo. —Palmeó el hombro de Nate—.
2 ¿Desayuno?
—Claro. Me dirigía hacia allá.

—Yo también. Tengo a dos chicos a quienes intimidar.


Vamos. Los veré y tomaremos unos platos e iremos al
estudio.

Nate y Raleigh entraron al comedor. Aiden y Payton


estaban sentados a la mesa con platos llenos de comida
frente a ellos. Cuando ellos notaron a Raleigh y a Nate
llegar, ambos se pusieron de pie en una perfecta postura
en un parpadeó.

Mirando a Nate, Aiden se cubrió con tres diferentes


tonos de rojo antes de evitar su mirada.

Nate sonrió. Él se había ido a la cama anoche, duro


como una piedra e incapaz de sacar a Aiden de su mente.
Finalmente se masturbó para lograr dormir algo, pero eso
le había causado incluso más intranquilidad, porque no
podía quitarse la imagen de Aiden.

Mirando de Nate a Aiden, Raleigh levantó una ceja.


Sacudió eso, apoyó las manos en el borde de la mesa y
miró fijamente a sus hijos. —¿Ustedes dos van a sentarse
aquí y pretender que comen hasta que los invitados se
vayan?

Payton le dio un mordisco a su comida y Aiden un


trago a su bebida, ambos fingiendo estar interesados en la
comida.

Sufriendo la urgencia de sonreír, Nate se preguntó


cuánto tiempo llevaban esos dos sentados ahí. A esos dos
realmente no les gustaba estar en el ojo público. Sopesó si
era solo la idea del matrimonio, o si era por la atención
1 general. A Aiden no parecía molestarle la atención en
cuanto fuera por su arte, así que probablemente era la
3 adoración de los Lores lo que objetaban. No es que Nate
pudiera culparlo. Eso podría hacerlo sentir como un pedazo
3
de carne. Eso le dio un nuevo valor a lo que las mujeres
habían atravesado en todos lados a través de los milenios.

Raleigh suspiró. —Si ustedes dos insisten en


mantenerse así durante toda la temporada, van a terminar
gordos. Los espero a ambos en el salón de baile a mediodía
a partir de mañana.

Payton frunció el ceño. —¿Para qué?, Cony.

—Ejercicio. —Raleigh cruzó a la mesa de lado y


comenzó a llenar su plato.

—¿Qué tipo de ejercicio? —quería saber Aiden.

—Principalmente correr. ¿Nate? —Raleigh se giró—.


Toma un plato.

Ambos príncipes gruñeron, pero Aiden luchaba por no


encontrarse con la mirada de Nate, sus mejillas seguían
rosas.

¿Podría el hombre verse más adorable? ¿Y desde


cuándo lo adorable lo ponía duro? Nate se tensó, obligando
a su pene a comportarse.

—Ejem. —Raleigh le dio el plato.

Nate se dio cuenta que lo estaba mirando y giró su


atención a la comida. Debía dejar de verse como un tonto
enamorado. Tenía prioridades. Comida, negocios y matar a
Problema… en ese orden. Aiden no se ajustaba en ningún
lado en esa imagen, excepto en lo referente al caso. Llenó
su plato y siguió a Raleigh a la oficina sin darle otra mirada
a Aiden, incluso eso tomó toda su fuerza de voluntad.

1 Después de que regresaron al estudio con su


desayuno y se aseguraron de su privacidad. Raleigh y Nate
3 conversaban sobre todo. Raleigh había descubierto algo
más. Tristemente no era suficiente. Nate había realmente
4 descubierto más hablando anoche con Aiden.
—¿Por qué tus hijos te dicen Cony?

Girando los ojos, Raleigh bebió un trago de su jugo.


—Ese es mi apodo. La mayoría de los niños llaman a sus
padres: Padre y Sire. Pero gracias a Steven y su inclinación
a irritarme, mis hijos me dicen Cony. Eso empezó porque
Steven solía decirme ‘Consorte querido’ para molestarme.
Rexley era un bebe en ese tiempo, y lo alteró a Cony. Eso
apesta. —Sonrió, sacudió la cabeza y le dio otro trago a su
bebida. A él podría no haberle gustado el nombre con el
que Steve había tratado de molestarlo, pero aparentemente
no le molestaba el que sus niños le dieron.

Nate pensó en eso un momento. ¿Cómo sería tener


hijos que te dieran un nombre especial? Problema siempre
le había llamado Hawk, como todo el mundo en la nave.
Eso no importaba, no tenía planes para más hijos.
—Raleigh, necesito preguntarte algo acerca de Aiden.

Frunciendo el ceño sobre el jugo de naranja, Raleigh


bajó el vaso. Cruzó las manos sobre su chaleco color
crema, se recargó dándole a Nate su completa atención. —
Tienes mi bendición, pero él tiene la voluntad de decidir por
sí mismo, Nate. No lo forzaré a tomar un consorte si no
quiere.

—¿Qué? —Nate se quedó con la boca abierta antes de


recuperarse. Por medio segundo consideró ir con eso y
pretender cortejar a Aiden. Eso permitiría que Aiden le
ayudara, pero Nate no quería mentirle a Raleigh.

A él honestamente le agradaba el hombre. —Dado


que tú y Steven tienen obligaciones que atender, quería ver
si permitías que Aiden me ayudara. Él conoce el castillo y a
1 sus ocupantes. Puede decirme cosas que solo alguien de
dentro puede, es necesario si quiero dar con quién cogió
3 esas armas.

5
Raleigh lo miró fijamente por un momento. Sus ojos
grises eran muy parecidos a los de Aiden, parecían verlo
todos.

Nate tenía la clara impresión de que el hombre podía


ver a través de él. Eso era escalofriante. No podía recordar
la última vez que tuvo la urgencia de meterse bajo una
silla ante un escrutinio.

Finalmente, Raleigh asintió. —Si algo le sucede, serás


personalmente responsable.

—Nada le sucederá mientras esté a mi cuidado.

—Solo para dejar claro esto. Tu expediente militar es


excepcional y bastante impresionante, no tengo problema
con eso. Eres digno de solicitar a cualquiera de mis chicos y
el Almirante Jenkins dice que realmente eres un Conde. Si
lo comprometes…

Sin vacilación, Nate levantó la mano. —Juro que le


propondré matrimonio inmediatamente. —La facilidad con
la que lo dijo, debió de haberle asustado. Se preguntó
brevemente si tenía su cabeza—. Y antes de que dé su final
consentimiento, debo decirle que ya no soy el Conde. Ese
honor ahora le pertenece a mi hermano. Ahora soy un
Capitán de la IN.

—Como te dije antes, nuestra sociedad se basó en lo


militar. Tu expediente como soldado y tu rango te hace más
que aceptable para unirte a mi hijo. —Raleigh se quedó en
silencio unos segundos, mirando fijamente a Nate—. Puede
ser rebelde, pero no te confundas, es inocente, y no lo digo
solo en el sentido literal de la palabra. No quiero que lo
1 lastimes.

La advertencia era clara, y la fácil frialdad con la que


3 Raleigh la expresó dejó a Nate cerca de meterse debajo de
la silla de nuevo.
6
Raleigh sonrió disipando la tensión en el cuarto, y
ofreciéndole la mano. —Si vas a salir de la casa con él,
tendrán que llevar un acompañante. Aparte de eso, tienes
mi bendición. Cuida de él, es todo lo que pido.

Nate asintió y estrechó la mano. ¿Por qué se sentía


como si hubieran acordado un contrato matrimonial?

1
3
7
Capítulo 8
É l tenía quince segundos para llegar al final del
pasillo y atravesar la puerta de Nate. Si la
puerta de Nate tuviera llave... podía incluso ser capaz de
llegar al otro lado del pasillo sin ser detectado. Dos minutos
antes le había preguntado a Jeffers y le dijo que Nate
estaba en la ducha. Aiden seguro esperaba que la
información del espía fuera correcta. Mirando el reloj de
bolsillo por última vez, Aiden empezó a contar en su
cabeza. Diez segundos para partir. Guardó el reloj en el
bolsillo de su chaleco, aseguró el cuaderno de dibujo y el
lápiz que había comprado para esta expedición. Podría
haber usado la pantalla de dibujo, pero los dibujos eran
almacenados en la memoria de Jeffers y para lo que tenía
en mente no quería correr el riesgo de que algún miembro
de la familia curioseara en sus archivos y lo descubriera.
«Tres, dos, uno…»

Abrió y cerró la puerta silenciosamente, Aiden corrió


por el pasillo. Sus zapatos se deslizaban en el suelo de
madera, haciendo que deseara haber ido en calcetines.
Afortunadamente, no había nadie en el pasillo a la
habitación de Nate, así que él no tenía de qué preocuparse
por el ruido que hacían los zapatos. Giró, en el video de
Jeffers incluía el audio que también estaba apagado en este
momento.

Para su alivio, cuando llegó a la puerta de Nate y giró


1 la manilla, ésta se abrió. Se apresuró a entrar y cerrar lo
más silenciosamente que pudo. Jeffers tenía el audio
3 funcionando en la habitación, independientemente de si
tenía o no apagado el video del pasillo. No se grababa lo
8
de las habitaciones, pero aun así podía notificar a los
padres de Aiden de su presencia. Apoyándose contra la
puerta, recuperó el aliento, rápidamente revisó alrededor.
El cuarto estaba vacío y podía oír el agua corriendo en el
otro cuarto. «Gracias Jeffers».

Sonriendo, buscó alrededor un lugar donde


esconderse. No recordaba haber estado en esa habitación
antes. La gran cama de cuatro postes estaba contra la
pared a la izquierda de la puerta del cuarto de baño. Tenía
una ventana alta en la pared opuesta. A la izquierda de la
ventana estaba la puerta del cuarto de baño y un armario.
Una chimenea y una librería en la pared a la derecha de
Aiden. La habitación estaba iluminada solo por la lámpara
de la mesita de noche y el sol que entraba por la ventana.
Bueno, eso no era muy brillante. La decoración era oscura y
fuerte, con pesados muebles de caoba y profundos tonos
brillantes que reflejaban la luz muy bien.

Había una gran silla tapizada con faldón junto a la


ventana frente a la cama. Ese sería el mejor escondite.

Cruzando hacia la ventana, a Aiden se le cayó el lápiz


a los pies de la cama y rodó hacia la pared opuesta.
Cuando Aiden se inclinó a levantarlo, la manilla del cuarto
de baño giró. «Polvos». Fue debajo de la silla, dejando el
utensilio de granito donde había caído. Su cuaderno de
dibujo se deslizó cuando su trasero golpeó el suelo, pero
logró atraparlo e incluso logró no hacer ruido mientras se
acomodaba detrás de la gran silla.

La puerta se abrió. Nate entró al cuarto, su cabello


empapado, usando solo una toalla blanca. Unas gotas de
1 agua escurrían bajo el poderosamente construido pecho,
donde el vello se estrechaba y desaparecía bajo la blanca
3 tela. El hombre era grande y masculino. Sus piernas muy
musculosas…y el tamaño de esos pies. «Buenas Galaxias».
9
Mordiéndose el labio, Aiden veía el lápiz de pintor.
Ahora, ¿qué se suponía que iba a hacer?

Yendo al armario al lado del cuarto de baño, Nate


abrió ambas puertas.

La atención de Aiden se centró en el trasero del


hombre. La blanca toalla se ajustaba lo suficiente para que
Aiden pudiera hacer una buena definición de su trasero. Su
pene estaba medio duro solo con la idea de espiar a Nate.
Ahora estaba casi dolorosamente duro. Aiden cerró los ojos
y apoyó la cabeza contra el respaldo de la silla. «Nota para sí
mismo, siempre cargar dos lápices de gráfico desde ahora».

Nate sacó algo del armario y lo lanzó hacia dentro. Se


giró hacia la cómoda pero se detuvo, su cabeza bajó.

Aiden siguió la mirada de Nate al lápiz. «¡Polvos!» Él lo


atrapó. En cualquier segundo, Nate podría decir algo o
miraría alrededor.

Sacudiendo la cabeza, Nate se giró de nuevo al


armario. Hizo una pausa de nuevo, entonces cerró la
puerta.

Aiden tragó el nudo en su garganta, sabiendo


malditamente bien que estaba ruborizado. Había estado tan
cerca. Sus palmas sudaban del miedo de ser atrapado, pero
no podía apartar sus ojos del objeto de su deseo.

Sentándose en la cama, Nate pasó sus dedos por su


cabello y tomó una profunda respiración, su pecho subía y
bajaba.

El estómago de Aiden se tensó, y su corazón se


1 aceleró. Su boca se secó. Lamer los labios hizo poco con su
seca boca. Quería ver a Nate tan urgentemente, ver lo que
4 sintió la otra noche.

0
Quitándose la toalla, Nate se acostó sobre su espalda
en la cama, hasta que sus hombros estaban en contra la
cabecera y los pies en el colchón. Mientras que Aiden le
daba una buena mirada a Nate, exhaló y sus pulmones se
rehusaban a tomar aire de nuevo.

El pene del hombre estaba en proporción con el resto


de él, y ni siquiera estaba erecto. Un fuerte anillo dorado
colgaba de su prepucio. Incluso aunque no era del todo
visible, asumía que se unía a la punta de la cabeza, pero
era definitivamente de oro, brillaba a la luz de la lámpara,
llamándole. El pene de Nate era hermoso.

Acomodándose en las almohadas, Nate envolvió su


mano alrededor del prepucio y tiró. —Mmm… —Tiró de
nuevo, haciendo que su pene se pusiera duro, mientras se
recargaba en el respaldo y cerraba los ojos.

Aiden apenas evitó gemir mientras la mano de Nate


se deslizaba por su eje. Bajando la piel y exponiendo la
gruesa y rosada cabeza, gruñó. —No puedo esperar sentir
tu boca en mí, tus dientes. Sí, eso es, lame bajo mi
prepucio y rodea la cabeza, niño. Baja el prepucio con los
dientes. Maldición, es bueno. —Comenzó a acariciar la piel
alrededor de la punta, entonces la movió hacia abajo—. Si
tú realmente eres un buen niño, puedo incluso dejar que
me pruebes. —Nate levantó una de sus peludas piernas,
doblándolas en su rodilla, dándole a Aiden una mejor vista
de sus testículos—. Entonces de nuevo, quizás deje que me
comas con esos lindos y pequeños labios. Te verás increíble
con mi semen por toda tu cara.

«Oh hombre». El pene de Aiden se movió, la punta


1 goteaba. Iba a morir. ¿En quién pensaba Nate?

La mano de Nate siguió bombeando. Su pene


4 comenzaba a llenarse erecto y «oh él era grande». Usó la otra

1
mano para tirar del anillo mientras seguía acariciando. —
Ah, mierda, si, Aiden.

Mordiéndose el labio, Aiden se congeló, incluso


tratando de sostener su respiración. El pánico lo recorría.
¿Podría Nate verlo? No, no, claro que no, sus ojos estaban
cerrados. Aiden se relajó. Nate no sabía que estaba aquí.
Eso quiere decir…«él me quiere».

Aiden estaba duro y pulsando. Debería de estar en


shock, y lo estaba, pero estaba más excitado. Todo lo que
Nate decía entraba directo a su cabeza, haciendo que lo
necesitara. Quería a Nate, quería saborearlo y tocarlo y él…

—¿Te gusta esto? ¿Quieres que joda tu dulce y


caliente culito con este gran pedazo de carne no
circuncidada?, Niño —La mano de Nate apretaba y tomaba
la clara gota de la rosada punta alrededor de la base del
dorado anillo—. ¿Quieres mi pene en tu culo?

Aiden trató de imaginar eso. «¿Podía él? » No, no es así…


¿eso es? Su mente no estaba segura pero su cuerpo no
parecía tener objeciones. Su culo y los músculos de sus
muslos se tensaban. Estaba muy cerca de correrse sin
incluso tocarse.

Nate llevó la mano a su boca y escupió en ella,


envolvió su pene en su puño de nuevo.

Lamiendo sus labios, Aiden lo veía. Nunca había ni


siquiera considerado hacer algo tan burdo como usar su
propia saliva. Su corazón se aceleraba y su pene parecía
que iba a explotar. ¿Por qué el que Nate hiciera algo tan
vulgar lo excitaba tanto?
1 Nate gimió, su mano se movía rápido, su voz, gruesa
y áspera ahora, jadeaba. —Oh, infiernos, si, va a ser mío tu
4 culo, no solo con mi pene, también con mi puño. Primero
un dedo, entonces dos, entonces tres y cuatro, hasta que
2
toda mi jodida mano este en tu apretado, puto agujero. ¿Te
gustara eso? ¿Serás suficiente hombre? Estirarte en la
cama, tomar mi puño y rogar para que vaya más profundo.
Seré capaz de sentir tu jodido corazón, Aiden. ¿Podrás
tenerlo? ¿Podrás manejar esto? ¿Puedes darme todo lo que
quiero, Aiden, lo que demando?

El culo de Aiden se apretaba ante las escandalosas


palabras, impactado hasta el fondo, sabía que debería irse,
huir, pero no podía. Su cuerpo hormigueaba, rogando por
liberarse. Se frotó a sí mismo a través de la tela de sus
pantalones.

—Oh, joder sí, córrete para mí, Aiden. Déjame entrar


en ti, niño. — La voz de Nate era un grueso murmullo.

Las bolas se apretaron casi a lo imposible. Todo el


cuerpo de Aiden se tensó. Frotándose duro contra su pene,
él golpeó la piel y el olor de sudor invadieron sus sentidos.

Nate se acariciaba más rápido, sus caderas se


levantaron de la cama. —Mío. Yo te joderé, Aiden. Todo de
ti, tu cuerpo, tu mente y tu alma.

«Si». Empujó sus caderas contra su mano, los


músculos de Aiden se contrajeron. Se corrió viendo a Nate,
tratando de no jadear.

Un rastro de sudor corría por los abdominales de


Nate, siendo atrapado por el grueso vello oscuro alrededor
de su pene. Gimiendo, Nate continuaba. —Mío. Aiden.
—Nate disparó. Semen aterrizó por todos lados, cubriendo
el fuerte anillo de oro, corriendo por su mano, sobre sus
nudillos. El rastro subía a su pecho y abdomen, había
1 incluso un punto en la mejilla de Nate, por la esquina de su
boca. Sacó su lengua y la lamió.
4 Nate cogió la toalla y se limpió. Se quedó acostado
unos minutos, entonces suspirando fuerte se levantó.
3
Quitando la ropa de la cama, regresó al cuarto de baño,
cerrando la puerta detrás de él.

Aiden se quedó ahí durante varios segundos. ¿Qué


acababa de suceder? Se levantó de detrás de la silla.
Apretando el cuaderno de dibujo, vio el lápiz, antes de
girarse y correr. No se detuvo hasta que llegó a su cuarto
y entró. Apoyándose contra la puerta, dejó caer el
cuaderno de dibujo y se deslizó al suelo. Escondió su cara
en sus temblorosas manos y tomó una profunda
respiración. Sabía que estaba en camino de perder la
cabeza por Nate, pero maldición si su pene no estaba más
duro que una roca a pesar de haber tenido el orgasmo de
su vida.

Gruñendo, Raleigh se sentó en su silla y pasó sus


manos sobre su cara. Tener un traidor en su casa estaba
comenzando a afectarle los nervios. No había duda en su
mente de que quien hubiera robado esas armas, había
recibido información desde el interior, solo que no sabía
quién ni cómo. Incluso con Nate ayudándole, ellos no
habían descubierto mucho. Solo que había un camión de
carga perdido en el granero de los carruajes.

Jeffers había sido instruido para que informara si


cualquier miembro del personal actuaba de manera inusual
o fisgoneaba. Hasta ahora el ordenador no había notado
nada fuera de lo ordinario. —Jeffers, ¿ha sucedió algo
1 extraño en los últimos días?

4 —Solo Lord Aiden corriendo por el pasillo de


huéspedes, mi lord.
4
Raleigh frunció el ceño. ¿Por qué eso era inusual?
Claro que había instruido a los chicos a no correr, pero
ellos lo hacían todo el tiempo. Bueno, todos excepto
Rexley, ese niño había nacido maduro. —Muéstrame el
video.

El pasillo fuera del cuarto de los chicos apareció y en


segundos el pasillo donde estaba el huésped, Aiden salía
del cuarto del huésped, su mano temblaba cuando se alejó
de la manilla y corrió por el pasillo alejándose de la cámara.

Raleigh se inclinó hacia delante, viendo fijamente la


pantalla hasta que Aiden desapareció en una esquina. —
Trasmítela de nuevo, Jeffers.

De nuevo el video mostró al príncipe por el pasillo del


cuarto del huésped. En el que se estaba quedando Nate. Y
esa era la puerta de Nate.

Raleigh apretó los dientes juntos. Tomó una profunda


respiración y empujó la silla hacia atrás. Había confiado en
Nate, algo que raramente hacía con alguien apenas
conocido. Raleigh había incluso comenzado a preguntarse si
Nate podría acercarse a Steven para pedir oficialmente a
Aiden. Nunca había pensado que el hombre podría
comprometer a Aiden para sus propósitos, el expediente
militar de Nate era intachable y lo mostraba como un
hombre honorable.

Para cuando llegó al cuarto de Nate estaba echando


humo, se sentía como un idiota de primera clase. Abrió la
puerta sin siquiera tocar.

—Queeé… —Problema, el hijo de Nate, se enderezó


1 en la cama.

Raleigh entró al cuarto determinado, buscándolo


4 alrededor.

5
—Wow, hey, ¿cuál es tu problema? —Problema salió
de la cama y lo siguió al cuarto de baño.

—¿Dónde está Nate?

—No está aquí. Fue de compras con el príncipe.

«Maldición»,
había olvidado eso. Payton había asomado
la cabeza en la oficina para decirle que ellos saldrían. Era
raro que estuviera tan enojado para pensar correctamente,
pero nadie se metía con sus hijos. —Si él tomó la virginidad
de Aiden, lo mató.

Dijo por lo bajo, pero Problema se estremeció a su


lado. Viendo la apariencia de Problema por primera vez,
Raleigh frunció el ceño. El chico usaba unos pantalones
floreados con pantuflas de conejitos y sin camisa. Todo el
infantil encanto en la cara del chico había desaparecido.
Ahora se veía como depredador o un asesino. Impactado
con ese nuevo descubrimiento, Raleigh se apartó y miró al
chico.

Estaba de pie entre los postes de la cama, Problema


le hubiera parecido a todo el mundo un despreocupado
adolescente, pero Raleigh no se dejaba engañar. El chico
estaba examinando a Raleigh. Caminó por el cuarto.
Cuando habló su voz era baja y muy claramente letal. —
Puedo asegurarle que Nate nunca tomaría nada que no se
le diera voluntariamente. También puedo asegurarle,
incluso aunque yo personalmente estoy en desacuerdo con
toda esa idiota mierda de no-sexo-antes-del matrimonio,
Nate siempre hace lo correcto. Así que si el corrompió a su
hijo, se casara con él.

1 —Mi hijo salió corriendo de aquí ayer. ¿Qué quieres


que piense?
4 —Nate es demasiado honorable. El hombre me
encontró en una estación especial robando y matando para
6
sobrevivir después de que mis padres decidieron tirarme. Si
no fuera por Nate probablemente estaría muerto para
ahora. Así que, déjeme decirle esto claramente, Señor
Asesino de la IN, si usted pone una mano encima de Nate,
yo lo mato.

—¿Cómo lo…? ¿Nate lo sabe? —Raleigh estaba incluso


más impactado, su corazón se aceleró. Un nudo se formó
en la punta de su estómago. Se tensó listo para saltar—.
¿Cómo lo descubriste?

Problema sacudió la cabeza lentamente, aun mirando


fijamente a Raleigh. —Nate no lo sabe. Él es bueno con
ordenadores como Jeffers, pero yo puedo quebrar el
encriptado del IN incluso dormido.

—¿Y por qué me lo dices?

—Porque quiero que nos entendamos. Nate y yo


estamos aquí para ayudarlo. Sé que has mantenido a Nate
en la oscuridad acerca de lo que sucedió con las armas. Se
supone que trabajamos juntos. Debes recordar eso.

Siguió ahí sintiéndose que se hundía, Raleigh frunció


el ceño. Había mantenido ese secreto durante años y ahora
aquí estaba un chico de quince años que lo había
descubierto con algunos golpes al teclado. —¿Te das cuenta
que soy más que capaz de asegurarme de que no digas
nada?

—Puedes tratar.

Dándole al chico la misma dura mirada que él le


había dado a Raleigh minutos antes, Raleigh hizo su
aclaración. —No te equivoques, Problema, soy muy capaz
1 de cumplir mi amenaza.

4 —Yo no lo subestimo, Raleigh. Pero necesita entender


que Nate es como un padre para mí, y no te quiero a ti ni
7 a nadie más amenazándolo. Puede que no tenga tu
entrenamiento, pero tengo experiencia. Si tú te atreves a
lastimar a Nate, yo puedo ser un formidable enemigo y tú
no puedes arriesgarte a eso ahora. Creo que debes de
darles a ellos espacio para que decidan por su propia
cuenta sobre este tema. Yo mantendré tu secreto y tú
mantendrás el mío, de esa manera no se formará un lío.
—Problema lo miraba fijamente.

Raleigh no había tenido un oponente que valiera la


pena en mucho tiempo. Problema podría ser pequeño y sin
entrenamiento, pero el chico era muy inteligente y tenía
grandes instintos. —Aceptaré tu palabra en esto. Será
mejor que Nate haga lo correcto. Pero tú sabes mis
sentimientos si Aiden sale herido. —Raleigh miro fijamente
a Problema. Tomándole la medida. No había duda que el
chico trataría de asesinarlo si él lastimaba a Nate, y sin
duda Problema mantendría su secreto. El chico estaba
cortado de la misma tela que él, y desde que Nate había
decidido hacer a Problema su hijo, entonces el chico tuvo
más oportunidad de aprender de su padre el sentido militar
del honor e integridad.

Raleigh le ofreció la mano a Problema. Raleigh tenía


la sensación de que ese chico podría serle útil algún día.
Problema era alguien a quien Raleigh había juzgado mal, y
eso no le sucedía a menudo.

Problema tomó su mano con renuencia, sus ojos bien


abiertos.

Raleigh tiró del brazo del chico, cuando iba a alejarse.


Él creyó ver alguna co... Sí, bajo su brazo derecho estaba la
marca de nacimiento, la pequeña rosa de Regelence. Una
1 marca de nacimiento que se colocaba solamente a los hijos
de Regelence. Lo que explicaba la letal agresión que
4 Problema mostraba. Los Regelens eran los mejores
guerreros. La sociedad reinante y sus reglas les ayudaban a
8 controlar su temperamento, a mantener su auto-control.
Problema no había tenido eso. —¿Qué recuerdas de tus
padres?

—No los recuerdo. Ya te dije, Nate me encontró en


una estación espacial. Había estado ahí desde que era un
niño que apenas y podía caminar. Supongo que mis padres
decidieron que no querían un niño y me tiraron ahí. —Se
sentó en el borde de la cama, sus ojos aguamarina
parpadearon hacia Raleigh.

Raleigh vio el interior de esos ojos pálidos, que


parecían de nuevo los de un inocente chico. Eso ojos le
parecían vagamente familiares. —Hablaremos después.

Quizás Steven podía ayudarle a recordar dónde


había visto ese color de ojos antes.

1
4
9
Capítulo 9
É l estaba obsesionado, completa y totalmente.
Aiden frunció el ceño hacia la pantalla. El
sombreado estaba terminado. Había terminado de
sombrear la nariz y presionó el botón de guardar. Dibujar a
Nate se estaba convirtiendo en una adicción. Verlo
masturbarse y decir todas esas pecaminosas cosas debería
haber arrancado su fijación de raíz. En lugar de eso tuvo el
efecto contrario. Quería a Nate, incluso si solo fuera por
una noche. Anhelaba estar con Nate y descubrir las cosas
de las que Nate hablaba.

Rexley se detuvo frente a Aiden de nuevo. —Oof.


—La pantalla contra su pecho y él interpretó la línea de
pensamiento.

—Aiden, puedes alejar esa cosa.

Aiden gruñó cuando colocó una línea en la frente de


Nate en la imagen de su gran pantalla. —Si me dices por
qué nos detenemos.

—Nos detenemos, porque ya llegamos a Hatter’s.


—Rexley giró la mirada lejos y empezó a sacudir la
cabeza—. Muffin. Compórtate o no iremos a la tienda de
juguetes.

¿Qué le importaba a Aiden eso? ¿O qué le importaban


los juguetes? Él ya había ido a la tienda de arte y comprado
1 otra pantalla de dibujo grande, ya había hecho sus
compras.
5
0
Se giró, y vio a sus dos escoltas. Quizás podría
persuadirlos de dejarlo en el interior del aerotransporte
mientras ellos terminaban de hacer sus compras.

Christy estaba justo detrás de él, tirando a la niña de


la mano, Muffin gruñía acerca de que no le gustaba su
sombrero. Thomas aún estaba acomodando las últimas
compras en el aerotransporte. El resto de los hermanos se
apresuraron a salir charlando entre ellos y entrando en la
tienda. Rexley tomó la mano de Muffin y se dirigió hacia
sus ruidosos hermanos.

Sonriéndole, Christy apretó su brazo. —Vamos amor.


— Christy había sido su nana y la de todos sus hermanos
antes de ser la nana de Muffin y nunca dejó de hablarles
cariñosamente.

Renuente, Aiden los siguió al interior de la tienda y se


dirigió hacia el fondo donde empezaba el almacén.

Rápidamente, encontró un lugar aislado en la esquina


trasera y encendió su pantalla. Apoyado contra la pared
observó a sus hermanos. Ellos estaban hablando todos a la
vez de los sombreros y tratando de elegir su sombrero.
Podrían estar viendo sombreros durante horas o hasta que
Christy los forzara a irse. De cuando en cuando los miraba
para asegurarse de que el grupo estaba ahí, no es que
estuviera excesivamente preocupado de que lo olvidaran.

Estaba por empezar a ponerle color a su actual


retrato de Nate, cuando alguien murmuró en su oído.

—Es asombroso. ¿Lo estás haciendo de memoria?

—Ah. —Aiden se sobresaltó, su puntero se deslizó por


1 la pantalla. «Polvo estelar».

5 Nate se inclinaba en la pared a menos de treinta


centímetros de él, sus brazos cruzados en el pecho viendo
1 la pantalla de Aiden.
Como siempre, la presencia del hombre tenía la
completa atención del cuerpo de Aiden. Juraba que podía
oír a su corazón latir fuerte. ¿Por qué sus palmas sudaban?

Tratando de esconder su vergüenza, Aiden golpeó el


botón para borrar el error en la pantalla. No se molestó en
tratar de esconder el dibujo, Nate ya lo había visto, claro,
eso no evitaba que estuviera pendiente, pero no había
punto en esconderlo. El hombre estaba bien consciente del
interés que despertaba en Aiden ¿Cómo podía no estarlo?
Al menos no sabía que Aiden lo había espiado. —Sí,
gracias. Me sorprendiste.

—Lo siento. No quería fisgonear.

—¿Puedes pretender que no me viste en mi propio


pequeño mundo?

—¿Igual que no te vi caer del árbol?

—Exactamente.

Nate pretendió pensarlo por algunos segundos. —


Puedes persuadirme de eso. —Le dio un guiño—. ¿Por qué
quieres que lo mantenga en silencio? Todo el mundo sabe
que eres un artista.

Aiden tenía la clara impresión que estaba


coqueteando con él. Girando su atención a la pantalla, dejó
el puntero en su lugar y le dio su total atención a Nate. —
Cuando me meto en mi trabajo, me olvido de todo lo
demás. He estado en riesgo últimamente y Padre y Cony
me dieron un ultimátum.

Asintiendo, Nate tomó la pantalla y la revisaba. —


1 ¿Qué ultimátum?

Aiden veía cómo Nate examinaba sus dibujos.


5 Normalmente se lo hubiera arrebatado. No le gustaba que
la gente viera su trabajo antes de que estuviera terminado,
2
pero eso no lo molestó esta vez. No estaba seguro si era la
mirada de asombro en Nate o qué, pero dejó que revisara
los tres dibujos que había hecho esta tarde, desde que
había comprado la nueva pantalla. —Ellos me dijeron que si
una vez más corro riesgos, me buscarían un consorte y
tendría que casarme lo quisiera o no.

Levantando las cejas, Nate sonrió lentamente, casi


sensualmente. —Quizás debería asegurarme de que el
consorte que te encuentren te agrade. Disfrutas de mi
compañía. ¿No es así?

Aiden solo pudo quedarse con la boca abierta. Iba a


preguntar si Nate estaba hablando en serio, pero todo lo
que salió de su boca fue un balbuceo. ¿Qué si Nate lo
pretendía? No planeaba tener un consorte, pero la idea de
alguna manera no lo molestaba. Solo el pensar en ello, lo
tenía mareado. —Lo…lo hace— «Oh Galaxias, eso suena como un voto.
Está bien, relájate, Aiden, está bromeando. Quiere regresar a su nave». Nate lo
había dejado claro la otra noche. —Esa es una amenaza
vacía. Ellos no pueden forzarme a casarme con alguien que
yo no elija. Ofrecieron un incentivo, dijeron que si logro
atravesar la temporada, ellos contratarán a Contenetti para
que me enseñe.

Nate lo miró fijamente por un momento, la expresión


prácticamente ardía, antes de regresarle la pantalla. —No
creo que ese tal Contenetti pueda enseñarte nada. Él es
bueno pero no tan bueno como tú. Quizás yo pueda
encontrar una o dos cosas que enseñarte.

Aiden se estremeció. Nate ya había admitido que él


no era capaz de dibujar. No había duda en la mente de
1 Aiden que Nate podría instruirlo en un número de cosas que
nada tenía que ver con el arte. —¿Qué podrías enseñarme?
5 —La mirada de Aiden fija en los labios de Nate.

—¿Qué quieres que te enseñe?, Niño.


3
La baja y gruesa voz sonaba a través de Aiden,
haciendo que su pene se endureciera. Un hormigueo
empezó a sentirse donde sus hombros se unían a su cuello,
como si su cuerpo rogara porque Nate lo besara, pasando
su barba sobre Aiden. Cerró los ojos, sintiendo el aliento de
Nate en su cara. ¿Cuándo se habían acercado? Recordando
los labios de Nate en los suyos, su lengua en la boca de
Aiden.

Aiden abrió los ojos, viendo que sus labios estaban


prácticamente a un centímetro de los suyos.

—Maldición, —murmuró Nate—. Haces que me olvide


de mí mismo. —Gruñendo, Nate se alejó y sostuvo la
pantalla de nuevo. Después de varios segundos, que
incluso parecía que se quedaba sin aliento.

Aiden finalmente estaba bien, pero no sin una fuerte


lucha interior. La conexión entre ellos se estaba volviendo
más y más fuerte. Aiden no solo había correspondido al
coqueteo sino que estuvo cerca de besar a Nate en público.

Nate pasó una mano a través de su cabello. —En


serio, eres muy bueno. Tienes mucho talento.

—Esos no son nada. Estos son de esta tarde. Los hice


en menos de treinta minutos. Es una pantalla nueva, mi
otra pantalla grande fue robada.

—Quizás debería encargarte que pintes un retrato de


Jeremy. —La voz de Nate era un poco gruesa.

—¿Jeremy? —Aiden mentalmente se pateó para que


su voz se oyera normal. Si pudiera lograr que su cuerpo se
comp…
1 —Mi hijo.
5 Los ojos de Aiden se abrieron más. —¿Tu hijo? —Su
corazón subió a su garganta y entonces a sus pies.
4
—Él es adoptado, pero sí. Mi hijo.

—¿Entonces no estás casado? — «Oh por favor que diga que


no». Aiden no tenía idea de por qué le importaba tanto ,
pero…

Nate frunció el ceño y sacudió la cabeza. —No, un


destructor de la IN no es lugar para una familia. Ni siquiera
debería dejar que Jeremy viva en la nave, pero realmente
no tenía mucha elección.

El hecho de que Nate no quisiera una familia a bordo


de la nave, no hacía que Aiden se sintiera mejor, pero no
estaba seguro de por qué le importaba. No tenía ninguna
esperanza de que Nate pudiera pretenderlo.

—Dices que alguien te robó tu pantalla de dibujo,


¿del castillo? —Las cejas de Nate se juntaron.

—Está bien, quizás no fue un robo, pero


definitivamente desapareció. Jeffers no la encuentra en el
castillo. No estoy seguro qué le sucedió. Yo la traía conmigo
ese día que regresé de los muelles y se la di a Thomas
para que la llevara a mí…

Nate quitó la atención de la pantalla. —¿Tú fuiste a


dónde? —Su voz era tensa, fuerte e inmediatamente puso
en alerta a Aiden.

—A los muelles, el día que desconectamos a Jeffers.


«El día que las armas fueron robadas…»

—¿Qué infiernos sangrientos estabas pensando?


¿Fuiste a los muelles sin acompañante? Pudiste haber sido
violado o asesinado o las Galaxias saben que…
1 —Lord Deverell, ¿quiere acompañarnos? Lord Raleigh
dijo que podía hacerlo. —Christy caminaba hacia ellos,
5 Muffin en su cadera—. Vamos a la tienda de juguetes. Está
solo a unas calles y sus altezas han decidido caminar.
5
Aiden estaba aliviado con la intromisión. Aunque Nate
lo confundía. Se obligó a relajar los hombros y no formar
un puño. Cogió la pantalla de las manos de Nate. No sabía
qué pensar acerca del tono de Nate. Por un lado a él no le
gustaba para nada, odiaba que le hablara como lo había
hecho, pero por otro lado… Nate parecía honestamente
preocupado.

Christy se giró y dejó que la siguieran.

Él no se atrevió a mirar a Nate, pero sentía la mirada


del hombre en él. Cuando caminó, Nate tocó el codo de
Aiden y le ofreció su brazo.

Vacilando solo por un segundo, Aiden enganchó su


brazo en el de Nate.

Nate sonrió, aliviando la tensión entre ellos, y por un


segundo Aiden pensó que se disculparía por perder el
control, pero no lo hizo.

Asombrosamente, Aiden estaba feliz. La mayoría de


los hombres se hubieran comportado servilmente para
asegurarse de que tenían los favores de Aiden. Pero no
Nate. Nate no se iba a disculpar por lo que sentía. Eso
estaría fuera de la personalidad que Aiden conocía del
hombre. Nate estaba claramente molesto con que Aiden
hubiera ido a los muelles y no tenía escrúpulos en decírselo
a Aiden. Esa franqueza fue directa hacia Aiden.

Sostuvo su pantalla contra él, tratando de esconder


su renovada erección y permitir a Nate que lo escoltara. Se
sentía un poco tembloroso, pero no era un mal sentimiento,
solo diferente, del tipo de temor a lo nuevo.
1 Viéndolos sobre el hombro de Christy, Muffin señaló a
Nate. —Lindo.
5
6
Aiden habló sin pensarlo. —Sí, Muffin, mucho. Pero la
palabra es hermoso. Él es muy… —se detuvo consciente de
que Nate lo miraba fijamente.

Afortunadamente, se salvó de más vergüenza por un


raund de saludos de sus hermanos. Después de una
revisión de qué sombreros llevarían, ellos salieron de la
tienda.

Caminando por la acera, siguiendo a sus hermanos y


acompañante, se dieron unas cuantas miradas. Por una vez
a Aiden no le molestaba la atención. Le gustaba la idea de
mostrarse con Nate. Hacerle saber a la gente que Nate
estaba con él. Nunca había tenido a nadie que actuara
como su acompañante, pero Aiden estaba seguro que la
atención se debía al hombre que caminaba a su izquierda y
no a él. Desde que Nate llegó a la ciudad, rápidamente se
había convertido en el pretendiente de los bailes. No solo
era agradable que Aiden y sus hermanos no tuvieran toda
la atención, pero era bueno ser envidiado por caminar con
el hombre que toda la sociedad se moría porque se lo
presentaran formalmente.

—Quiero hacer un trato contigo. Que es por lo que


vine a buscarte hoy. —Nate se giró a mirar a Aiden,
mientras tocaba su sombrero ante dos caballeros que iban
en dirección opuesta.

Nate lo miraba fijamente, el corazón de Aiden se


aceleró y su estómago se llenó de mariposas. —¿Un trato?

—No le digo a tus padres lo del incidente del árbol ni


el de hoy en la tienda de sombreros, si tú me ayudas con la
investigación.
1 —¿En serio? —Lo dijo un poco más alto de lo que
5 pretendía, pero no pudo evitarlo. Estaba emocionado. Nate
quería su ayuda. No solo podría pasar más tiempo con
7
Nate, sino que… ¿Qué tan a menudo tenía la oportunidad
de hacer algo como eso?

—Sí, en serio. —Nate se rió y lo acercó del brazo.

Aiden ni siquiera se había dado cuenta que se habían


detenido. —Acepta posar para mí y tenemos un trato.

—De lo que he visto, tú no necesitas que pose para


ti.

Quizás podría incluso decirle al hombre que posara


desnudo. ¿Qué tan escandaloso sería eso? Pero Aiden no
podía quitarse de la mente la imagen de Nate desnudo en
la cama tocándose a sí mismo. Quería verlo de nuevo,
quería participar esta vez. Ese pensamiento causó que su
propio pene pulsara.

El brazo de Nate se tensó bajo su mano y se inclinó


acercándose al oído de Aiden. —Aiden, ¿por qué te
ruborizas?

La pregunta no ayudó con el rubor de Aiden, podía


realmente sentir el calor en su cara. Trató de cambiar el
tema, esperando que eso pudiera ayudar. —Háblame de tu
nave. ¿Qué se siente al ser un Capitán de la IN?

—Es difícil describirlo. Quería tener mi propia nave


desde que era un niño pequeño. Era un poco extraño entre
mis compañeros, todos ellos querían ser Marines.
—Riéndose, él sacudió la cabeza—. El Lady Anna es
asombroso. Aún recuerdo cuando me la dieron. —Sonrió
cariñosamente—. Ese probablemente fue el mejor día de mi
vida. El Lady Anna hacía que me sintiera orgulloso. Trabajé
duro para ser capitán. Más duro de lo que nunca había
1 trabajado en mi vida. Y ella es un constante recordatorio de
eso. Hace que sienta que puedo hacer de todo. —Miró a
5 Aiden aun sonriendo—. Para mí, probablemente ella sea lo

8
que tu arte es para ti. Supongo que es mi primer amor. —
Nate gruñó—. Sé que suena extraño, pero…

—No, no, para nada. —Se oía como Aiden se sentía


con su arte. Era una parte de él. Algo a lo que nunca podría
renunciar. Sentía una afinidad con Nate, y aun así se sintió
también un poco decepcionado, sabiendo que nunca podría
competir con la nave de Nate. No es que quisiera hacerlo,
pero si lo hacía… eso explicaba muchas cosas, la sonrisa
infantil de Nate cuando él decía ‘Lady Anna’. Aiden sonrió—.
Nunca renunciarías a ella, ¿no es así?

—No sin una pelea. —Inclinando la cabeza hacia otra


persona que pasaba, Nate tocó su sombrero—. Mira, eso es
una cafetería. ¿Deseas una limonada? ¿O cualquier otra
cosa?

Aiden miró para asegurarse de que no se hubieran


quedado demasiado atrás de los otros y asintió. —Claro.

Nate se detuvo y se giró. —Quédate aquí en donde te


pueda ver por la ventana. Ahora regreso.

—Bien.

Aiden vio a Nate abrir la puerta de cristal y entrar. El


hombre tenía un asombroso trasero y esos pantalones eran
lo suficientemente ajustados para mostrar sus muy
musculosos muslos. Incluso llevaban su espada de oficial
de la naval en su cadera, recordándole a Nate el trabajo de
militar de Nate.

—Lord Aiden.

Siendo capturado viendo el trasero de Nate, Aiden se


1 estremeció.

Lord Braxton inclinó su sombrero acercándose a un


5 lado de Aiden. —¿Qué hace solo aquí? Este no es lugar para

9
que esté un joven Lord sin acompañante. —Braxton cogió
el brazo de Aiden y comenzó a tratar de moverlo.

El estómago de Aiden se hundió hasta el suelo. Algo


no estaba bien. Braxton no parecía estar bien. El hombre
tenía un brillo en sus ojos que Aiden no había notado antes.
Sus pupilas eran enormes.

Tomando el brazo de Aiden tan duro que lo


lastimaba, Braxton lo arrastraba entre la multitud con su
cuerpo. Todo mientras el hombre sonreía y decía acerca de
la necesidad de Aiden de un acompañante y de cómo él lo
protegería hasta asegurarse de que nada le sucediera.

Aiden se detenía, viendo alrededor. No quería hacer


una escena, pero no quería soltarlo. El pánico lo invadió.
Cuando Aiden habló, su voz era baja y no salió
malditamente como era su intención. —No estoy solo, Lord
Braxton. Por favor, déjeme…

Se oyó un gruñido que se oía como las palabras ‘quita


tus manos’ y tirando del brazo de Aiden apartándolo de
Braxton tan duro; que Aiden se estremeció y a punto
estuvo de dejar caer la pantalla de dibujo; un brazo
envolvió su cintura contra un sólido músculo.

—No sé qué jo… qué piensas, pero será mejor que


mantengas tus ma… tus manos en ti mismo, —siseó Nate
mientras acercaba a Aiden a su lado.

Soltando un suspiro de alivio, Aiden logró agarrar


mejor la pantalla. La cercanía de Nate era tan confortable y
la alarma que había evitado el contacto antes, cedió. Giró la
cabeza hacia Braxton.
1 Él miró fijamente a Nate, su labio superior
ligeramente hacia arriba cuando dijo cínicamente. —Lord
6 Deverell, ¿no es así?

0
—Así es. —Nate frotó el abdomen de Aiden—. Y le
debes una disculpa al príncipe Aiden.

Aiden hizo un gesto ante la fuerte amenaza del tono


de Nate y colocó sus manos arriba de las de Nate para
detenerlo. Se preguntó si Nate se había incluso dado cuenta
que trataba de calmarlo.

Braxton palideció, vio a Aiden y trató de alcanzar a


Aiden. —Lord Ai…

En un flash, Nate se movió, colocó a Aiden atrás de


él, sacando su espada.

Un coro de gemidos se oyó alrededor y entonces


Aiden se dio cuenta por primera vez que la multitud los
rodeaba. Galaxias, Padre y Cony van a culparlo por esto.

Burlándose, Braxton retrocedió. —Perdone señor,


pero creo que usted está sobreactuando. Solamente estaba
mirando que Lord Aiden estuviera apropiadamente con su
acompañante. Un joven Lord no puede andar en las calles
solo. Iba a escoltarlo de regreso con su familia.

Unos fuertes pasos llegaron a ellos desde el frente y


Christy se empujaba entre el grupo reunido. —Discúlpeme,
Lord Deverell, ¿qué sucede?

Nate asintió y se hizo a un lado. —Nada.

Lord Braxton inclinó la cabeza y tocó su sombrero


hacia Christy. —Ahora que usted llegó madame y Lord
Aiden está de nuevo apropiadamente vigilado, yo me puedo
ir. —Caminó para irse, entonces regresó, inclinando la
cabeza—. Lord Aiden.
1 Gruñendo, Nate tomó el brazo de Aiden y él y Christy
se movieron de nuevo. Ellos caminaron en silencio hasta
6 que llegaron con Thomas y sus hermanos. Aún estaba un
poco fuera de balance por lo de Braxton, pero Aiden no
1
podía negar que la felicidad lo recorría por las acciones de
Nate.

—Aiden, ¿estás bien? —La cara de Nate con tensión,


miraba a Aiden de arriba a abajo.

El gesto protector hizo que un estremecimiento


recorriera la columna de Aiden. Sonrió, tratando de calmar
la preocupación de Nate. —Sí, gracias. Yo, él estaba
insistente.

—Lo noté. —Nate lo acercó y se detuvo, frunciendo el


ceño—. Escucha, hay algunas cosas que necesito revisar.
¿Puedes quedarte con Christy y Thomas?

¿Estaba Nate enojado con él? —Claro. —Su ansiedad


regresó, pero esta vez era diferente. No le temía a Nate.
¿Eso quería decir que Nate ya no lo quería?

Tomando la mano de Aiden, Nate la llevó a sus labios


y sonrió, mientras veía directamente a los ojos a Aiden.
—Quiero el primer vals en el baile de esta noche. —
Besando la mano con guante de Aiden, la soltó—. Quédate
fuera de los problemas y mantente cerca de tus
acompañantes.

Antes de que Aiden pudiera responder, Nate cogió la


pantalla de dibujo. —Solo para que tu atención esté a tú
alrededor, llevaré esto de regreso al castillo por ti.

Aiden se quedó viendo a Nate retirarse, tratando de


ignorar la lucha de sentimientos de emoción e incredulidad
que lo recorrían.

1
6
2
Nate se puso sus bóxers y pantalones antes de
caminar al espejo. Durante varios segundos se quedó en
blanco, tratando de encontrar respuestas.

Él había desperdiciado toda la tarde, después de casi


sacar del reino al Lord mandándolo al infierno a golpes,
pensando en Aiden.

Cerrando los ojos, apoyó la frente en el frío cristal.


Prácticamente desde el primer día que había llegado aquí,
había estado tratando malditamente de mantener sus
manos fuera de Aiden. Trataba como el infierno de
mantener la distancia con Aiden, pero cuanto más trataba,
más difícil era.

Ver al imbécil de Braxton poner sus manos en Aiden


había enviado a Nate a una ira que él nunca había
experimentado antes. ¿Y el día anterior cuando trató de
darle una lección a Aiden para asustarlo? Hombre, le había
explotado en la cara a Nate. Él nunca esperó que el príncipe
se mostrara interesado… que lograra excitarse. Aiden por
supuesto se había consternado y corrido. Se suponía que
eso haría que el enamoramiento de Aiden por él
desaparecería no que aumentara el de Nate.

Nate se había enojado al ver el lápiz y no pensó en


nada más que impactar a Aiden y asustarlo para que se
alejara… por el bien de ambos. Favorecer la conexión nunca
había sido parte del plan, pero eso es exactamente lo que
había sucedido. Nate había visto la total excitación en la
cara de Aiden mientras lo veía y lo escuchaba. Entonces
Aiden se había corrido y Nate estaba duro de solo pensar
en eso.
1 —Hey, Hawk, ¿estás aquí? —Problema tocó la puerta
antes de abrir.
6
3
Bueno, eso se encargó de su erección. Nate gruñó y
movió su cabeza del espejo. —Sí. —Girando el grifo, metió
las manos bajo el agua fría y salpicó su cara.

—¿Listo para el chismorreo diario de los sirvientes? El


valet de Tarren y el valet de Aiden tienen un romance. Y
uno de los sirvientes golpeó el... ¿Qué te sucede?
—Acercándose al lavabo, Problema tomó la toalla del
estante y se la dio a Nate.

Nate cogió la toalla y se la llevó a la cara. —Estoy


perdiendo la maldita cabeza.

—Lo dices ahora. La perdiste desde hace tiempo.


—Sonriendo, Problema se sentó encima del lavabo y apoyó
la cabeza en sus rodillas—. ¿Qué sucede, Hawk?

Girándose, apoyó su cadera en el mostrador, Nate


miró a Problema. —Aiden.

Problema frunció el ceño. —Bien, ¿puedes ser un


poco más específico? ¿Qué con él?

—Yo lo quiero. —De algún modo decirlo en voz alta le


dio credibilidad. Quería al hombre, podía verse
construyendo una vida con él. Y ahora que pensaba es eso,
no veía ninguna razón para negarse eso.

—Uh… —Problema parpadeó varias veces—. El


hombre es caliente, pero…

Nate tiró de la oreja a Problema.

—Ow. ¿Queeé? Solo estoy diciendo… —mirando a


Nate, Problema se puso de pie y se apoyó contra la pared,
cruzando sus brazos sobre su pecho—. Déjame terminar
1 antes de azotarme. Te recuerdo que me dijiste que
mantuviera las manos fuera de los príncipes. ¿Realmente
6 quieres terminar subiendo las piernas y esposándolas para
tener sexo?
4
Eso era exactamente lo que quería. Nate pasó sus
manos por su cara. «¡Joder!» Estaba cansado de luchar y creía
que eso lo iba a matar. Sabía lo que quería y no iba a
cambiar de opinión. —Sí.

—Yo no creo... ¿Qué? —La boca de Problema se


quedó abierta.

Asintiendo, Nate lo rodeó, buscando su camisa. Él


hablaría con Raleigh y Steven después.

—Wow espera un minuto, Hawk. ¿Has perdido


completamente el sentido? —Jeremy tomó su brazo,
tratando de girarlo hacia él.

Nate enfocó su atención en su hijo. —Probablemente.


Pero eso no cambia el hecho de que he tomado una
decisión y he decidido seguir con él.

—No puedes solo decidir seguir con alguien. Hay todo


tipo de acuerdos. Además. ¿Qué jodidos vas a hacer con él
cuando regresemos al Lady Anna?

Nate tomó su camisa. —Cuida tu lenguaje. Él está de


acuerdo. Y no sé cómo, pero encontraré algo. —Colocó sus
brazos dentro de la camisa, esperando la protesta de
Problema. Cuando no dijo nada, Nate empezó a
preocuparse. No es como si el chico no fuera a manifestar
su opinión—. ¿Problema?

Problema se quedó en silencio varios minutos.


Empezó a pasear mientras Nate seguía vistiéndose. —No
quiero dejar la nave. No me importa si Aiden viene con
nosotros, pero no quiero dejar El Lady Anna. —Moviéndose
de frente a Nate, se mordió el labio, sus ojos prácticamente
1 rogando—. Es mi hogar.

6 Nate se detuvo a mitad de ponerse la camisa. No


tenía planeado eso. No había razón para que Aiden no
5 pudiera ir con ellos.
Problema asintió y siguió paseando. —Intenta
enviarme a un internado y vivirás para lamentarlo.

¿Qué? ¿De dónde sacó eso? Nunca consideró enviar a


la Plaga a un internado. Problema era un real dolor algunas
veces, como suponía Nate eran todos los días, pero
Problema era la única familia que tenía. Nate había criado
al chico desde que tenía nueve años, lo adoptó y lo hizo su
heredero legal. No podría amar más a Problema si fuera de
su propia sangre.

Problema enfocó su atención alrededor, mirando a


todos lados menos a Nate. Retorcía sus manos y se mordía
el labio inferior. Se apoyó en el lavabo, viendo a sus pies, el
pie izquierdo cubría el derecho.

Nate había pensado que esa postura de


«Uh-oh».
Problema era una pose de su inseguridad. No era una que
mostraba a menudo. De hecho, Nate no la había visto en
años.

—¿Qué está mal?

Problema se encogió de hombros. Su labio inferior


temblaba, incluso atrapado como estaba por sus dientes.

—Jeremy… Por Dios, te ves como cuando te vi por


primera vez, cuando te enfrentaste a esos niños que
querían cortarme la garganta. —Nate sonrió al recordarlo.
Él se había girado hacia Problema después de que los
chicos huyeron. El chico se veía tan desamparado y tan
inocente, a pesar de haber enfrentado a un grupo de chicos
del doble de su tamaño. Estaba medio muerto de hambre,
aun así respetaba el uniforme de Nate, lo suficiente para no
1 querer robarle. Nate se sacudió eso. Eso fue hace mucho
tiempo. Problema ya no era más el mismo niño. Tenía una
6 linda y protegida vida ahora. Infiernos, Nate había
malcriado al chico.
6
Problema se quedó en silencio durante unos diez
segundos, entonces todo salió en un borboteo que Nate
apenas y podía entender. —¿Qué si él no me quiere a su
alrededor? deberías haberte casado cuando aún era un niño
y lindo, ahora no soy pequeño y nadie quiere a un chico
crecido, va a querer sus propios chicos no a un huérfano
bastardo que recogiste de una estación espacial, quiero
quedarme contigo. No quiero dejarte, por favor no me
alejes.

«Wow». Nate parpadeó impactado. —Jeremy Hawkins.


—Nate terminó de acomodar su camisa y abotonó sus
pantalones, mientras llegaba frente a su hijo. Levantó el
mentón de Problema para hacer que mirara a Nate a los
ojos—. ¿Cómo puedes pensar eso?

Problema se encogió de hombros, girando la cabeza


para alejar la mirada.

Tomando el mentón del chico de nuevo, Nate hizo


que Problema lo viera. —Incluso si pensara que Aiden fuera
del tipo que tuviera problemas con tenerte alrededor, no
puedo imaginar eso, nunca te abandonaría. Eres mi hijo y
lo que sea que suceda, nada cambiará eso.

Problema se mordió el labio un momento más antes


de asentir lentamente. —Bien. Pero para el expediente, no
quiero quedarme aquí, este planeta es demasiado aburrido.
—Problema sollozó un poco, entonces murmuró—. Te amo,
Papá.

Nate lo abrazó y palmeó su espalda. —También te


amo, hijo. —Qué día. Él nunca había sido bueno con esa
mierda emocional. Pero a él no le gustaba ver a la Plaga
1 molesto. Le sonrió y trató de aligerar el humor—. No hay
manera aun de que te deje dirigir la galaxia
6
—¿Temes que me convierta en un diabólico dictador?
7
—Totalmente.

Ambos rieron.

Nate rizó el cabello del chico. —¿Entonces no vas a


enloquecer si me casó con Aiden?

—No. Aun creo que es un poco extremo para un


pedazo de culo, pero si es lo que tú quieres…

Nate giró los ojos y se apartó, señalando a Problema


con el dedo. —Qué…

Problema levantó la mano. —Mi lenguaje lo sé. —Él


subió al mostrador.

Después de colocarse los zapatos, Nate se vio en el


espejo, encontró su cepillo y lo pasó por su cabello. Estaba
realmente emocionado acerca del baile y quería verse bien.
No todos los días un hombre se declaraba.

1
6
8
Capítulo 10
A iden veía a la concurrencia con uniformes
militares, sus dedos hormigueaban por dibujar.
El baile era en honor a los veteranos y la mayoría de los
asistentes eran oficiales de la naval de Regelence. Había
también algunos marines y tres o cuatro oficiales de la IN
incluyendo a Nate.

Aiden no se había dado cuenta que Nate iría al baile


en su calidad de oficial de la IN, pero antes de salir del
castillo, Cony le había informado que Padre y Nate irían al
baile después de ir a la ceremonia a los Guerreros caídos.
Desde entonces, Aiden estaba que se moría por ver a Nate
en su uniforme.

Todo el día la mente de Aiden había estado


recordando los sucesos de esa tarde y de Nate
coqueteando. No sabía qué hacer con eso, pero sin duda
estaba emocionado.

—Lord Aiden, ¿cómo va tu noche?

Aiden se giró y se encontró con el segundo hijo del


Duque de Keithman, Christian Morris, a su lado con su
uniforme negro y plateado. Aiden inclinó la cabeza.
—Teniente comandante Lord Christian.

Christian sonrió y tomó la mano de Aiden. —Siento si


te molesto.
1 No era convencionalmente hermoso, pero él era
atractivo de una ruda manera, el uniforme de la IN
6 acentuaba eso. Recordó que disfrutaba de los deportes al
aire libre, su piel bronceada y su cabello castaño rojizo.
9
—No me molestó. Solo veía el baile mientras espero
el siguiente.

—¿Lo dejaron plantado? —Christian frunció el ceño—.


Me encantaría bailar con usted. Es una vergüenza que se
quede sentado. Quien sea su pareja de baile, no es muy
inteligente que dé la oportunidad de que alguien baile con
un elegante jovencito.

—No tengo pareja para esta canción, pero gracias por


su oferta. Estaba recuperando el aliento, esperando la
siguiente. —Aiden vio a sus amigos Rupert y Bannon
dirigirse hacia Christian e inclinó la cabeza en saludo y se
dio cuenta que Lord Christian hacía lo mismo.

Después del intercambio de saludos, Bannon se giró


hacia Aiden. —¿Te molesta si te hago una pregunta?

—No, claro que no. —Podría no haber visto a Bannon


en días, pero ellos eran amigos. Igual que Aiden y Rupert,
Bannon era un compañero artista.

—El caballero que se está quedando en el castillo,


¿Lord Deverell? ¿Cuál es su nombre?

Aiden no tenía razón para sentirse orgulloso, pero lo


hacía. —Lord Deverell, su nombre es Nathaniel Hawkins.

El Teniente comandante sonrió. —Conocí al Capitán


Hawkins durante mi servicio con el IN. Me sorprendí al
descubrir que era Conde. El hombre es prácticamente una
leyenda. Su récord de guerra es fenomenal.

—Oh sí, tenía la intención de preguntarte… —La


sonrisa de Rupert debió de advertirle a Aiden lo que venía—
1 . ¿Qué sucedió en la calle Platt hoy? He oído de todo desde
pelea a puños hasta proposiciones matrimoniales.
7 Los ojos de Aiden se abrieron más. ¿Estaban diciendo
que Nate y él estaban comprometidos?
0
Lord Casey, uno de los amigos de Christian, se
detuvo al lado del teniente y contestó antes de que Aiden
tuviera oportunidad. —Mi hermano dice que te vio a ti y a
Lord Deverell caminando juntos esta tarde.Dice que
Deverell le gritó a Lord Braxton por tratar de besarte.

Buenas Galaxias, los rumores ya habían corrido.


Aiden sacudió la cabeza. —No, eso no fue así para nada.
Fue un malentendido. Braxton estaba tratando de
rescatarme, creía que había perdido a mi acompañante. Y
entonces Na… Lord Deverell me rescató de Braxton. —
Al menos esa historia concordaba con la de Braxton. Aiden
no estaba convencido. Braxton parecía… diferente hoy,
amenazador.

—Hablando de rescates, oí que Lord Deverell rescató


una nave de Regelence que fue atacada e incendiada,
—declaró Bannon.

—Mi padre me dijo que es un Capitán comisionado


que en cualquier momento va a ser ascendido. Fue el
hombre más joven en ser Capitán en la historia de la IN,
—dijo Lord Casey.

Christian asintió. —Sí, está en una comisión mientras


tanto, trabajando su camino al ascenso.

—Asombroso considerando que es un Conde,


seguramente su familia pudo haberle comprado la
designación de oficial. —Rupert se tocó su pecho
dramáticamente.

Aiden estaba fascinado. Él ya sospechaba que Nate


era un honorable y noble hombre, pero no tenía idea de
1 que Nate tuviera tan buena reputación aquí en Regelence.
Nate podría no ser un Conde pero su rango y estatus como
7 Capitán de la IN lo hacían más que aceptable como material
de consorte. Manteniéndose en silencio, Aiden sopesaba
1 todo eso. Un hombre como Nate podría nunca dejar su
carrera como capitán de la IN para casarse. Eso hizo que el
espíritu de Aiden se hundiera un poco, eso era ridículo,
Aiden no quería un consorte, pero no podía evitar admirar
incluso más al hombre.

Bannon tomó una bebida de la bandeja del camarero


que pasó. —El capitán Fitzgerald dice que la nave del
capitán Hawkins lo salvó.

Inclinándose cerca del oído de Aiden, Rupert


murmuró, —Él es tan hermoso.

Aiden estaba por decir que estaba de acuerdo con


eso, cuando entre la gente directamente frente a él lo vio
aparecer.

«Nate».El corazón de Aiden comenzó a latir tan fuerte


que estaba seguro que se oía a pesar del chaleco y la
chaqueta. Con una visión como túnel, su mirada se
centraba en el hombre que caminaba hacia él. Murmullos y
jadeos se oían alrededor de él, pero Aiden apenas y los oía.

Nate estaba vestido de la cabeza a los pies de un


brillante y casi deslumbrante blanco. El uniforme abrazaba
su cuerpo mientras caminaba. Acentuando su poderosa
constitución, haciendo que se viera incluso más grande. Eso
era mucho decir porque Nate era un hombre muy grande.
Usaba cordones dorados sobre su hombro y bajo su brazo
proclamándolo como un auxiliar del Almirante, como el
Almirante al mando de las fuerzas aéreas, tenía a su cargo
proteger al sistema de Reglence. Eso y el colorido cordón
que cruzaba su pecho lo marcaba como el oficial de más
alto rango en el baile, dejando fuera al IN y los oficiales de
Regelence. Era el más hermoso y masculino, que incluso
1 había visto Aiden.

7 Aiden podría dar todo por tener su pantalla de dibujo


en ese momento. Tenía que capturar a Nate de esa forma.
2
Ese era Nate. Él era la encarnación de la fuerza y autoridad
militar. Dejaba a Aiden sin aliento.

Cuando Nate finalmente llegó frente a él, Aiden solo


lo miraba fijamente. Quería tocar a Nate. Al mismo tiempo
temía hacerlo. Nate era tan… perfecto.

Viendo al interior de los ojos café, Aiden atrapó la


mirada de Nate. Eso era como que todo el grupo entero
desapareciera y solo estaban ellos dos solos. Ellos se vieron
durante varios segundos, ni una palabra entre ellos, no
tenían que hacerlo. Ahí fue cuando Aiden sabía
exactamente lo que quería. Quería a Nate.

Las orillas de los labios de Nate se elevaron, como si


lo supiera, le ofreció la mano a Aiden.

Aiden tenía una distinta sensación, si tomaba la


mano, estaba aceptando mucho más que un baile. Él
estaba bien con eso. Inhaló profundamente y tomó lo que
quería, la gran mano de Nate.

Arqueando la ceja derecha, Nate le dio una engreída


sonrisa a Aiden. —Me prometiste el vals.

—Ciertamente lo hice.

El grupo de amigos de Aiden empezaron a murmurar


de nuevo.

Inclinándose a la mano de Aiden, Nate besó los


nudillos. —Perdóname, pero después de esta noche, yo
debo ordenarte todo, los tres.

La mano de Aiden temblaba en la de Nate.


Repentinamente Nate sabía que lo haría. Él le haría una
1 proposición. No, probablemente no lo haría. Realmente no
era un Conde, era un Capitán de la IN.
7
El silencio los rodeó, seguido de murmullos.
3
Nate apretó su mano, su mirada nunca lo dejó.

Aiden se preguntó brevemente lo que haría cuando


Nate se fuera. ¿Cómo podría manejar los rumores? No le
importó, se quedaría dentro de la burbuja feliz todo el
tiempo que pudiera. Se rió y asintió. Trataría con la partida
de Nate y los rumores del compromiso roto cuando eso
sucediera. —Dices que deseas ordenarme, pero esta noche
tus órdenes son mis deseos mi lord. Bailemos.

Nate sabía que estaba mal cuando se encontró


pasando el único momento libre que tenía en el baile
viendo a Aiden. Estaba ansioso por el último vals. Eso era
un poco Neandertal de él, pero no le importaba. Había
decidido que Aiden era suyo. Quería asegurarse de que
todo el mundo estuviera consciente de eso. Nate tomó un
trago de su whiskey y seguía mirando a Aiden. Estaba
bailando con uno de los marines de Regelence que Nate
había conocido antes. El hombre parecía del tipo decente,
pero Nate veía al marine como un… bueno… como un
Halcón(18). Divertido, Nate nunca se había considerado a sí
mismo un hombre posesivo.

La canción llegó a su fin. El marine escoltó a Aiden


fuera de la pista de baile. El marine se fue a la mesa del
ponche y Aiden hacia el pasillo fuera de la pista. Habría un
breve descanso antes de que el vals comenzara de nuevo,
así que Nate trató de relajarse. Sabía que Aiden no
olvidaría su baile, el hombre lo había estado viendo de
soslayo durante toda la noche y eso hacía que Nate quisiera
arrastrarlo a la esquina más oscura y aislada.

—¿Disfrutando solo? —Steven llegó a su lado con una


1 bebida en su mano.

—Sí, realmente.
7
(18 )Hawk halcón, así le dicen pues su apellido es Hawking
4
Steven se acercó. —Creo que necesitamos hablar.

Nate asintió. Sabía que eso iba a venir. Debería


haber hablado ya con los padres de Aiden, pero toda la
situación lo había abrumado. Denle una nave llena de gente
a quien ordenar y estaba en su elemento, pero láncenle a
un pequeño artista en su camino, y su cabeza estaba
girando. —Me disculpo, debería haber hablado con usted
primero.

La sonrisa de Steven era radiante. —Solo quiero que


estemos seguros que pensamos lo mismo. Asumo que nos
reuniremos en mi estudio mañana para discutir los
términos del contrato matrimonial.

—Fije la hora. —Nate bebió otro trago de su whiskey,


entonces dejó el vaso en la bandeja de un camarero que
pasaba.

—Ocho de la mañana.

—Hecho. Pero puedo ahorrarle las molestias. Una


dote no es necesaria.

—Me agrada oír eso. Pero sin embargo tiene una.


También quiero discutir los arreglos de la vivienda.

«Maldición». ¿Estaba Steven oponiéndose a que Aiden


viviera en su nave? No era para nada inaudito que los
Capitanes de la IN llevaran a sus familias a bordo. No había
manera de que fuera a debatir eso con Steven en medio del
baile. Él solo asintió brevemente.

Eso pareció complacer al Rey. Se quedó en silencio


algunos segundos, entonces se rió. —¿Los tres valses?
1 Nate sonrió. —¿Es demasiado?

7 —No. Es una audaz declaración, encaja contigo.


Además, ¿no has oído los rumores? Eso fue salvajemente
5 romántico.
—Supongo que eso explica todas las miradas que me
han dado los jóvenes lord.

—No, los suspiros probablemente se deban al


uniforme.

—El uniforme se supone que debe de ser intimidante.

En ese momento un par de jóvenes Lord caminaban


cerca de ellos, sin hacer nada para disimular sus
interesadas miradas.

Steven se rió y tomó un trago de la copa que


sostenía.

Nate gruñó. Había sido asediado por las mujeres en


su planeta natal porque era el heredado del Duque, ahora
un grupo de hombres suspiraban por él, porque era un
héroe de guerra. Bueno, así que el ser Conde no es tan
importante, estos hombres parecían más impresionados por
su estatus militar. Ellos no habían sido tan demandantes de
su tiempo cuando pensaban que era un simple caballero
con título.

La alegría de Steven desapareció, su mirada se volvió


reflexiva. —¿Cómo va la investigación?

—Aun tratamos de investigar cómo lograron sacar lo


robado. Creo que si podemos encontrar eso, puede ser
mucho más fácil.

—¿Ya interrogaste a Thomas y a Christy?

—Aun no.

Steven agitó el contenido de su copa. —Desearía más


1 tiempo para ayudar con esto. Algunas veces el regir el reino
es una lluvia de meteoritos. Extraño el tiempo cuando mi
7 padre y mi Sire manejaban todo y Raleigh y yo podíamos
jugar todo el día… llevando a los niños de cacería y cosas
6 como esas.
Sus padres deben de haber muerto recientemente si
los príncipes tenían edad suficiente para ir de caza. Nate
sabía lo que se sentía perder a los que amas. Había perdido
a su madre cuando era un niño y de alguna manera había
perdido a su padre y hermano cuando dejó Englor. —Siento
su perdida.

—Gracias. Eso fue hace años. —Después de algunos


minutos, Steven tomó otro trago de su bebida y arqueó una
ceja—. ¿Le permitirás a Aiden seguir sus sueños?

—Tiene mi palabra.

Raleigh llegó a su lado. —Si lo lastimas, no vivirás


para lamentarlo. —Eso fue declarado con tanta calma que
Nate no tuvo duda de lo que el hombre le decía. De
cualquier manera que lograra o no llevarlo a cabo… Nate no
iba a cuestionar que lo intentaría.

Steven bufó y le dio un codazo a su esposo. —Déjalo,


Raleigh.

—No lo haré. —Raleigh se giró hacia Nate—, ¿Qué


tienes que decir a eso?

Nate miró al hombre directamente a los ojos.


Seriamente. —Él nunca sufrirá por nada ni física ni
emocionalmente, tienes mi solemne palabra.

Raleigh inclinó la cabeza, reconociendo el juramento


como tal. Aparentemente era todo lo que el hombre
necesitaba, porque entonces sonrió y le dio un trago a la
bebida que Steven tenía en la mano, quitándosela. —Ah,
whiskey. —Levantó sus cejas—. ¿Por qué estás bebiendo
whiskey?
1 Steven se encogió de hombros.
7
7
Las cejas de Raleigh se unieron y frunció el ceño en
desaprobación. —Estuviste en el juego de cartas, ¿no es
así?

Sus dorados ojos se abrieron más, Steven vio a la


multitud y le hizo señas a un amigo de hace muchos años.
—Ah, mira ahí, ¿no es ese el Vizconde de Foxglove? No lo
he visto en años. —Palmeó el hombro de Nate—. Disfruta
tu tercera danza. Hablaremos sobre el contrato matrimonial
a primera hora mañana. —Se dirigió hacia el corpulento y
calvo hombre, la cola de su negro traje se movía detrás de
él.

—Cobarde, —dijo Raleigh detrás de él, antes de


girarse hacia Nate—. Es terrible en el juego. No creo que
haya ganado una mano de cartas en su vida. —Sacudió la
cabeza haciendo que sus negros rizos cayeran sobre sus
ojos—. No sé a dónde cree que va, me prometió un baile. Y
ese no es Foxglove, es Stratford.

Nate luchaba para evitar reírse. Había comenzado a


ver por qué sus hijos eran difíciles de controlar.

Las notas del vals comenzaron y Raleigh se despidió


recordándole que hablarían sobre Aiden mañana.

Revisando el salón de baile, Nate buscó al príncipe.


Había mucha gente y Aiden era pequeño en comparación a
la mayoría de los hombres en la audiencia, pero Nate no
creía que el hombre estuviera en el cuarto. Revisó la
concurrencia algunos minutos más y se dirigió hacia
Bannon que caminaba hacia la pista de baile del brazo de
un alto Lord que llevaba chaleco verde y chaqueta púrpura.
Afortunadamente todos los Townsends tenían suficiente
1 sentido para usar colores que realzaban su apariencia.

7 Nate parpadeó. «Buenas galaxias», el esquema de color era


rudo para los ojos. Y encima de eso, su rojo cabello no
8
combinaba con el atuendo. Nate se forzó a no reírse. —
¿Lord Bannon?

Bannon se detuvo, dándole una tímida sonrisa. —Lord


Deverell. —Inmediatamente revisó el área alrededor de
Nate y frunció el ceño—. ¿Puede decirme dónde está Aiden?
Esperaba con interés esta pieza.

—Esperaba que usted pudiera decirme.

—No lo he visto. —Se acercó a Nate. Cuando Nate lo


hizo, Bannon se inclinó y murmuró—, fue al cuarto de baño,
y después iría por un refrigerio. —Se enderezó—. Quizás
debería ir a buscarlo. Estaba muy ansioso por bailar con
usted.

Nate le dio un guiño. —Ve a bailar. Yo lo encontraré.


Seguro que está bien.

Bannon vaciló entonces con renuencia asintió.


—Gracias, Lord Deverell.

Nate se dirigió al cuarto de baño, después de una


rápida revisión de la mesa de refrigerios. El lugar era
enorme pero los cuartos de baño eran fáciles de localizar.
Estaban fuera de la pista de baile, debajo de la escalera
principal. Pasando a un par de jóvenes Lord, Nate recorrió
el pasillo, revisando las puertas.

Había varios cubículos, que sería impropio que un


joven Lord se encontrara solo con otro hombre sin
acompañante. La mayoría estaban vacíos. Tocó en los que
estaban cerrados. Nate no contestó a las voces que le
contestaron ‘un momento’ cuando llegó a la última puerta
cerrada a la mitad del pasillo, no hubo respuesta. Nate tocó
1 de nuevo y entonces probó la manilla estaba cerrada y no
se oía sonido del interior.
7
Se inclinó más, escuchando. Ese cuarto podría ser el
9 perfecto lugar para una cita de amantes, sin que los padres
pudieran notarlo. No había cámaras, micrófonos, ni
sensores de calor en el interior de los cubículos, eso iba
contra la ley. Pero Aiden no era del tipo que se encontrara
con alguien para una aventura. Si estaba en uno de esos
cuartos estaría perdido dibujando o algo estaba muy mal.

Nate creyó oír murmullos en el interior del cuarto,


pero no estaba seguro a causa de la alta música. Colocó su
oreja junto a la puerta, no oyó nada. Estaba por irse
cuando oyó el ruido de nuevo. Tocó duro y una desconocida
y jadeante voz finalmente gritó, ‘Ocupado’ Hmm,
probablemente una cita amorosa siendo silenciosos para no
ser atrapados. Nate se giró para irse pero otro gemido lo
detuvo.

No sabía si forzar la puerta o regresar al salón de


baile. Eso probablemente eran dos amantes robándose un
momento, pero ¿qué tal si no era así?

—Ayud… —Alguien gritó del otro lado del cubículo, un


fuerte golpe le siguió.

Tomando la manilla, Nate empujó con su hombro la


puerta. Se abrió inmediatamente con un pequeño crujido.

Un hombre alto con el cabello oscuro se sobresaltó y


giró su atención hacia la puerta, con un hombre más
pequeño, flojo en sus brazos. El brazo del hombre rodeaba
el cuello del pequeño. «Aiden».

Gritando, Nate golpeó al hombre directamente en la


nariz.

Sangre salpicó. En un momento el hombre empujó a


Aiden hacia Nate y se agarró su propia cara herida.
1
Nate atrapó el flácido cuerpo de Aiden con un brazo,
8 evitando que cayera al suelo, mientras el hombre se
apresuraba a salir por la puerta. Bajando a Aiden suave
0 pero rápidamente, Nate se hundió en el suelo junto a él.
Era como si alguien le hubiera quitado el aire de los
pulmones a Nate en un segundo. «Joder» se sentía mareado,
como si fuera a vomitar. Sentía una opresión en su
estómago y el pecho le dolía mientras buscaba el pulso en
el cuello de Aiden. Este hombre había comenzado a ser
parte de la vida de Nate, su futuro. No podía perder a Aiden
ahora. Sintiendo el pulso bajo sus dedos, Nate se relajó y
tomó una profunda respiración.

Aiden estaba pálido, sus labios casi blancos, pero el


color empezaba a llegar. Nate le quitó la corbata y la lanzó
a un lado.

Casi inmediatamente Aiden comenzó a toser y tocar


su garganta. Recuperaba su fuerza, sus ojos bien abiertos y
llenos de lágrimas.

Frotando la espalda del príncipe, Nate apartó las


manos de Aiden de su garganta y le besó la sien. —Shh…
Tranquilo y respira profundamente. Relájate, Aiden.

Aiden asintió e hizo lo que Nate le indicó hasta que la


tos cedió. Siguió así por varios minutos, su respiración aun
jadeante. Vio alrededor del cuarto, parecía perdido hasta
que vio a Nate. Aiden envolvió sus brazos alrededor de
Nate y enterró su cabeza en el pecho de Nate.

Nate lo rodeó en sus brazos, finalmente aliviado de


que se recuperaba. Cerrando los ojos, Nate dejó caer su
cabeza hacia delante, apoyando su mandíbula en el cabello
de Aiden, y tratando de recuperar la compostura. Siguió
sentado durante varios minutos más, sosteniendo a Aiden
cerca, sintiendo el calor de Aiden. Aiden seguía vivo.
—¿Estás bien?
1
Aiden asintió, moviendo la cabeza de Nate. Cuando
8 habló su voz era áspera, gruesa, saliendo como una
súplica. —No fue mi culpa esta vez. Estaba prestando
1 atención.
—Dime qué sucedió. —Besando la cabeza de Aiden,
Nate presionó la mejilla de Aiden contra su pecho,
meciéndolo lentamente.

Acurrucándose, Aiden inhaló profundamente, y soltó


el aire. —Me empujó dentro y cerró la puerta. Pensé que
era Payton así que ni siquiera me giré y justo cuando le
grité que limpiara su cabeza. Me agarró y empezó a
ahorcarme.

—¿Lo conoces?

Aiden sacudió la cabeza y se apartó para ver a Nate a


los ojos. —Nunca lo había visto antes. —Temblando
suavemente en sus brazos. Su mirada fija en los labios de
Nate y Aiden lamió los suyos—. Estaba asustado. Si no
hubieras venido…

Nate ni siquiera quería pensar en eso. Aiden estaba


con él, y no iba a dejarlo ir. Atrapando la cara de Aiden en
sus manos, Nate lo besó. Eso fue duro y desesperado.

En segundos Aiden estaba jadeando, pero esta vez no


era porque estaba siendo estrangulado. Era como sí el
hombre estuviera poseído.

Nate gruñó ante la excitación que lo recorría.


¿Cuándo se había puesto duro? Deslizando sus manos a
través del cabello de Aiden, Nate sostuvo su cabeza y
correspondió el beso con igual pasión. Entendía muy bien la
necesidad de eso. La adrenalina siempre había sido un
afrodisíaco, pero nunca como esto. Esto era por el joven
hombre en sus brazos. No podía negar eso. Había algo
especial en Aiden y Nate quería protegerlo por el resto de
1 su vida. Haría todo para asegurarse de que Aiden estuviera
bien.
8 Una fuerte respiración los apartó.

2
Braxton estaba de pie en la puerta, su boca abierta.
Sonido de charlas y pasos aumentaron frente a ellos y en
segundos el cuarto de baño estaba lleno de gente.

Abruptamente, la multitud se detuvo y las charlas


cesaron excepto por algunos jadeos.

estelar, sangrientos infiernos e implosión de planetas». Aiden se


«Polvo
apartó del regazo de Nate y tomó su corbata. Nate se puso
de pie, tomándolo de la cintura para estabilizarlo.

Mientras se colocaba el cuello de su camisa tratando


de cubrir su cuello, Padre apareció en el marco. Haciendo a
un lado a Braxton, el Rey avanzó hacia ellos —Deverell,
probablemente debas de decir algo, antes de que empiece
a solicitar la entrada de nuestros segundos(19).

Aiden tragó el nudo de su garganta, haciendo un


gesto de dolor.

Tomando la mano de Aiden, Nate lo guió fuera del


cubículo entre la concurrencia, al lado de Padre.

Aiden quería hundirse en el suelo cuando captó la


mirada de toda la gente en el pasillo. Eso se puso peor.
Cony lo veía listo para explotar.

Nate apretó fuerte su mano, entonces la levantó y


besó el dorso. Inclinó la cabeza hacia Padre y se cuadró. —
Su majestad, lo siento. Sé que usted quería anunciar las
nupcias de Aiden conmigo, pero bajo las circunstancias…

«¿Nupcias? ¿Qué?» Aiden miró fijamente a Nate.

Nate sonrió y le dio un guiño.

1 «Si, él definitivamente había perdido la cabeza».

8
(19 )Segundos, padrinos los que acompañan en el duelo.
3
Nate se giró hacia la gente. —Aiden y yo tomamos los
votos hoy.

Aiden parpadeó, una, dos, tres veces. No, él seguía


ahí, sosteniendo la mano del hombre de sus sueños. Y lo
que hacía peor el asunto, era que su propia mano comenzó
a sudar. ¿Podría Nate oír su corazón?

Padre se limpió la garganta. —Nosotros guardamos la


noticia del matrimonio para el baile que estamos planeando
celebrar en breve, pero dado que los recién casados
obviamente están… —él se rió— …actuando como recién
casados… Y debo de admitir, que es mi culpa, me disculpo
con todo el mundo. Nunca debí forzarlos a venir a esta
velada en su noche de bodas. Así que si nos disculpan, creo
que ahora nos retiraremos al castillo. —Padre tomó la mano
de Cony y se giró.

Dándole a Nate y a Aiden una última mirada, Cony


dejó que Padre lo guiara hacia afuera.

«Uh-oh».
Aiden se mordió el labio inferior. Cony había
tensado la mandíbula y sabía lo malo que eso era.

La gente rodeó a Aiden y a Nate felicitándolos,


palmeando sus espaldas. Hubo varias risas disimuladas e
insinuaciones directas que Aiden no logró captar, alguien le
dijo, consorte del Conde Deverell. El alrededor comenzaba
a ser algo confuso. Lo único que lo convencía de que no era
un sueño, era el calor de Nate detrás de él. Nate tomaba su
mano, estabilizándolo y dándole algo de su fuerza.

Aiden sonreía y aceptaba las felicitaciones, nunca


soltó a Nate. De uno u otro modo lograron salir y llegar al
1 aerotransporte.

Tan pronto como ellos entraron y la puerta se cerró,


8 Nate sostuvo su mano de nuevo y les dijo a sus padres lo
que había sucedido. Después de que el shock desapareció y
4
que Cony llamó al castillo ordenando que la seguridad se
fortaleciera y que hubiera una escolta armada para cuando
ellos llegaran, Cony se deslizó en el asiento y besó su
frente. —¿Estás bien?

Aiden asintió. —Gracias a Nate.

Levantando la vista, Cony le dio una rápida


inclinación de cabeza. —Gracias, Lord Deverell.

—No tiene que agradecerme. —Nate apretó la mano


de Aiden—. Mis motivos fueron egoístas. Protejo lo que es
mío.

Los príncipes comenzaron a murmurar. Padre y Cony


solo asintieron. Aiden sonrió sintiendo toda la calidez y
experiencia. Estaba bien de esa manera, enamorado de
pies a cabeza de ese hombre. Tomando cada sutil expresión
de Nate, Aiden vio la ternura y el afecto emanando de él.
Se deslizó más cerca, levantó el mentón, necesitaba un
beso de Nate.

Nate tomó el mentón, frotó su pulgar sobre los labios


de Aiden, sacudiendo su cabeza ligeramente, Nate
murmuró, —Después, niño.

Aiden se derretía con el cálido aliento de Nate


acariciando su cara. Su pene estaba tan duro como una
piedra y pulsando. Nunca se había sentido de esa forma
antes. Cada vez que estaba cerca de Nate sentía la
intensidad.

Cony se aclaró la garganta al lado de ellos.

Aiden lo vio, dándose cuenta de en dónde se


1 encontraba y lo que estuvo a punto de hacer. Se alejó de
Nate, tratando de que su cuerpo se comportara, y atrapó la
8 impactada mirada de sus hermanos. El calor subió a sus
mejillas. Se movió, esperando que su erección no fuera tan
5 obvia.
Finalmente, el aerotransporte se detuvo y Padre se
puso de pie. —Ya llegamos. Vamos, ustedes dos tienen que
entrar. No hay tiempo para solicitar licencia de consorte,
hay que imprimir los datos, si alguien revisa tiene que
tener la fecha de hoy.

—¿Dónde, Padre?

—En la Real Catedral de Regelence. —Padre abrió la


puerta y ordenó a todo el mundo salir—. Vamos, ya he
llamado, el obispo está esperándolos.

«¿Qué?» —No, Padre, Yo… —El pánico inundó a Aiden.


Iban a forzar a Nate a casarse con él, y entonces Nate
podría odiarlo y…

Nate miró sobre el hombro de Aiden. —¿Pueden


darnos un momento?

Hubo un momento de silencio, entonces, Cony dijo,


—Seguro. Todo el mundo fuera del aerotransporte, por
favor. —Poniéndose de pie, Cony dirigió a todo el mundo a
la puerta.

—Eso quiere decir que tú también, Raleigh. —Padre


regresó al interior del carruaje y tomó el brazo de Cony,
tirando de él hacia fuera.

Cony seguía gruñendo cuando la puerta se cerró


detrás de él.

Levantando una ceja, Nate sonrió.

El estómago de Aiden seguía inquieto. Ellos no tenían


elección. No podía decidir si estaba nervioso por el hecho
de que Nate le sonriera, o debido al hecho de que estaba
1 por enfrentar una ceremonia matrimonial. Una que quería,
pero de cualquier forma era un error. Nate era un Capitán
8 del IN, tenía que regresar a su nave.

6 Nate tocó su mejilla suavemente.


Se inclinó al toque, amaba la sensación de calidez de
la callosa palma en su piel. —Lo siento, Nate. Me rescataste
y así es como eres recompensado…

Inclinándose, Nate rozó sus labios suavemente contra


los de Aiden. Nate lo subió a su regazo, su erección se
presionaba contra la cadera de Aiden.

Relajándose ante el beso. Aiden abrió la boca,


enredando su lengua con la de Nate. Quería más,
necesitaba las manos de Nate en él, acariciándolo. Bajando
sus manos por el pecho de Nate, Aiden estaba maravillado
por la dura y cálida musculatura. Quería sentir ese anillo de
nuevo, quería el pene de Nate en su mano.

Nate se apartó, y atrapó la mano de Aiden antes de


que llegara a su meta. —Tranquilo niño. Ambos tenemos
que salir de aquí en un minuto.

Aiden bajó la cabeza y apoyó la frente en el hombro


de Nate. Trató de que su eje se comportara y su corazón se
calmara.

Lágrimas brotaron de los ojos de Aiden, haciendo que


parpadeara rápidamente. Levantó la cara y miró a los ojos
a Nate. —Lo sien…

La puerta se abrió y Padre asomó la cabeza.


—Vamos. Hay mucho tiempo para eso después.

Pasando su pulgar por la mejilla de Aiden, Nate limpió


la lágrima que bajaba por su cara. —Shh…

1
8
7
Capítulo 11

«
¿Q ué jodidos voy a hacer ahora?» Nate pasó sus manos
a través de su cabello y las dejó caer a un
lado. Repentinamente se dio cuenta de que Aiden ahora
estaba muerto de miedo por él. Y no estaba seguro de
cómo tratar con eso. No se había sentido así en años, no
desde que dejó su casa.

Con manos temblorosas, Nate desabotonó su


chaqueta y la dejó en la silla frente a la chimenea.
Necesitaba algo que hacer mientras esperaba a Aiden.
Tener tiempo para pensar lo estaba poniendo nervioso. Se
rió sin humor. Medio IN explotarían de risa ahora, al ver al
infame y duro Capitán Hawk nervioso por la boda.

Eso no parecía un gran problema antes. Tenía a


Aiden, eso era exactamente lo que quería. ¿Pero ahora
qué? Aiden probablemente iba a querer niños y… joder.
Nate no tenía idea de cómo ser padre. Él y Problema eran
diferentes, Problema era mayor cuando Nate lo adoptó.

Quitándose el cinturón, se dirigió a la habitación


principal, se sentó en la orilla de la cama y se secó el sudor
de las manos en los pantalones. Su corazón estaba
acelerado. ¿Por qué el pensar en niños lo preocupó tanto?
No, no, no solo eso. El pensar en tratar de trabajar con
Aiden entrando en su vida le asustaba. Aiden necesitaba un
1 hogar y un medio ambiente estable, debería de darle una
casa agradable con un estudio donde fuera capaz de
8 trabajar en su arte. Y no había manera en el infierno que
Nate pudiera separarlo de su propia familia. Él
8
honestamente no podría alejar a Aiden de eso, ¿pero qué
elección tenía? No podía solo retirarse, no hasta que su
actual comisión terminara dentro de poco más de un año.

Al ver que Problema estuvo a punto de ser asesinado


la semana pasada, le había hecho darse cuenta que un
destructor de la IN no era lugar para un chico. Debió
haberse retirado tan pronto como hubiera podido después
de adoptar al chico.

La puerta del cuarto del valet se abrió y se cerró,


Problema entró quejándose de algo, pero Nate no levantó
la vista. Tenía que hacer las cosas correctamente.
Necesitaba empezar a atender a su familia, más que solo
financieramente. Tenía…

—Polvos, Hawk. ¿No podías esperar hasta que yo


pudiera estar ahí? —Problema se puso en cuclillas frente a
él y agarró las rodillas de Nate, mirándolo fijamente—. Tú,
uh, ¿estás molesto? —Problema inclinó la cabeza, tratando
de leer el humor de Nate, suponía Nate.

—¿He sido un buen padre para ti?

Problema abrió más los ojos, su boca se abrió,


entonces la cerró. —¿Qué sucede?, Nate —Problema se
acercó más—. Eres un gran padre.

Nate tomó una profunda respiración viendo la


preocupación en la cara de Problema. Maldición, no quería
hacer eso. Se suponía que calmaría los miedos de
Problema, él era el padre. Agarró a Problema, acercándolo
en un abrazo. —Lo siento. Y siento que no hubieras estado
en la boda. Alguien trató de asesinar a Aiden esta noche, y
1 las cosas se enredaron. Planeaba tomarme más tiempo,
darnos a todos el tiempo para acostumbrarnos a la idea. —
8 Nate se apartó, viendo en el interior de los preocupados
ojos aguamarina de Problema—. Estoy… asustado, Jeremy.
9 Esto es un golpe para mí. No sé cómo ser un marido o un
padre. Te encontré, y te llevé a la nave y tú solo formaste
parte de mi vida. Yo debería darte un hogar y no una nave
llena de marinos. Merecías a alguien mejor que yo. —Los
ojos de Nate ardían con las lágrimas. «Joder». Usó el dorso
de la mano para limpiárselas.

Problema se lanzó hacia Nate, haciendo que Nate lo


detuviera. No tenía elección, solo atrapó a Problema y lo
abrazó.

Sacudiendo la cabeza, Problema miraba a Nate a la


cara. —Eso no es cierto. Eres un maravilloso padre. Si no
fuera por ti... —Su voz se quebró un poco—. Eres un duro,
pero tus chicos nunca dudarán que los amas. Yo nunca lo
hice. Te amo. Papá.

—También te amo, hijo. —Nate abrazó al chico más


fuerte. Iba a ser todo lo maldito que tuviera que hacer no
solo para darle un hogar a Aiden sino también a Problema.
Regresaría al Lady Anna por ahora, pero tan pronto como
pudiera, le daría a su familia un hogar. No quería dejar a
Aiden ahí, pero no quería arrastrarlo a más peligro llevando
a Aiden con él. Infiernos, para el caso podría dejar a
Problema aquí con Aiden, pero no podía hacer eso. No por
Problema, no por Aiden. Problema tenía miedo al
abandono, podía solo imaginar lo que eso le causaría al
chico. Había criado a Problema para que pudiera cuidarse
en la nave, ese era un peligro menos para él, pero
honestamente no podía hacer eso con Aiden.

El pensar en todos esos cambios le seguía asustando


malditamente, pero se sentía mejor ahora. Ahora que sabía
lo que iba a hacer. Su familia valía la pena.
1 Sentándose en sus talones, la mirada de Problema se
suavizó y le dio un golpe en el brazo a Nate. —Aiden es
9 afortunado al tenerte como marido. Yo puedo solo esperar
encontrar un marido tan genial como tú.
0
—Eso espero.

Problema se tensó y parpadeó. —Maldición, Hawk,


esta es la segunda vez ahora que estamos en esa mierda
sentimental. Odio esa mierda.

Riéndose, Nate también parpadeó y se secó los ojos.


—Cuida tu lenguaje, Problema. —Entrelazó con sus dedos
sus rubios rizos—. Gracias. Eres un buen hijo.

Problema se encogió de hombros y vio alrededor a


todos lados menos a Nate. El chico nunca había sido bueno
mostrando afecto. Infiernos, para el caso Nate tampoco.

Nate consideró decirle a Problema lo que planeaba,


pero no creía que quisiera otra muestra emocional en ese
momento. Joder, no quería dejar a Aiden, ni siquiera por
un año.

—Desearía que hubieran podido esperar a que


estuviera ahí.

—Sí, yo también. —Se sintió extraño que el chico no


estuviera ahí, pero no había nada que pudiera hacer ahora.

Frotándose un poco su cara, Problema sonrió.


—Aunque este es un lindo lugar, ¿notaste que hay
chimenea en cada cuarto incluso en el cuarto de baño?

—Eso vi. —Ese era un agradable cuarto con colores


oscuros, masculino y con muebles muy fuertes. Toda la
suite era esencialmente enorme, dos grandes habitaciones
unidas por un pequeño salón. En su opinión sin sentido.
Tenía toda la intención de compartir su cama con Aiden.
Solo necesitarían una habitación—. ¿Quieres la otra
1 habitación?

Problema sonrió de oreja a oreja. —Infiernos, sí.


9 —Golpeó el brazo de Nate de nuevo, se puso de pie y
comenzó a recorrerlo.
1
Nate se puso de pie y se estiró, no había revisado el
cuarto antes, había estado muy ocupado con sus propios
miedos. La habitación era romántica, con fuertes cortinas y
sobrecama borgoña. La pálida piel de Aiden se vería como
el cielo contra el terciopelo del edredón.

Problema subió a la cama y encontró algo a


centímetros arriba de la cabecera. Colocó su mano debajo
de lo que parecía un grifo y un líquido claro cayó a su
mano. —Oh wow. Es automático y caliente.

«Qué»… Nate se acercó a la mano de Problema,


tomando en su propio dedo el líquido. «Lubricante». Eso era
regio. Llevándoselo a la nariz, lo olió. Olía como a vainilla.
Lo tocó con su lengua. También sabía a vainilla.

Problema se secó el resto del lubricante en sus


pantalones. —Quiero uno de esos en mi cuarto.

Nate giró los ojos. No quería pensar en el lubricante


ahora. Eso podría inclinarlo a pensar en el sexo, lo que le
haría pensar en Aiden y… —¿Dónde infiernos está Aiden?
—Nate caminó por el cuarto debatiendo entre servirse o no
un whiskey—. ¿No debería de estar aquí ahora? —
Frunciendo el ceño, Nate cruzó hacia la puerta, intentando
cruzar la habitación que le dieron a Aiden.

—Él no está ahí.

Nate se giró. —¿Dónde está?

—En la habitación de Raleigh y Steven. Algo


mencionaron los sirvientes sobre la tradición de la boda,
pero de acuerdo a los rumores a Raleigh no le gustaba eso,
así que no sé si sucederá o no. Nadie parecía saberlo,
1 insistiera o no, mantuvieron la boca cerrada.

9 Nate levantó una ceja. —¿Tradición de boda?

2
—Uh-huh. —Problema se apartó, se estiró fuera de la
cama y se puso sus zapatillas—. Me pregunto si me casaré.
Sabes que realmente nunca lo considere antes, pero
ahora…

Algunas veces Nate estaba seguro que el chico


cambiaba de tema solo para molestarlo. —Problema.

—¿Queeé? Solo estoy diciendo… —Levantó las manos,


sus enormes ojos con total inocencia.

—¿Tradición de boda?

—Oh, sí, eso. Ahora, esto es absolutamente


fascinante. Aparentemente, es la costumbre que a los
jóvenes Lord se les coloque un tapón anal antes de enviarlo
con su nuevo consorte a su noche nupcial. Lo preparan
para su marido. Pero eso generalmente lo hace el padrino,
y dado que el padrino de Aiden es su Sire… Bueno… eso es
un poco raro, y…

—¿Qué? Eso es terrible.

—¿Terrible? —Problema sacudió la cabeza—. ¿Estás


bromeando? Eso es perfecto como el infierno. —Entonces
por lo bajo murmuró—. Quiero un tapón.

Nate gruñó y caminó alrededor de la cama. Esos


idiotas iban a arruinar su noche de bodas. —Llévame a las
habitaciones de los Reyes. —Tiró a su hijo del brazo,
prácticamente arrastrándolo fuera del cuarto. No había
manera que dejara que le hicieran eso a Aiden. Era
privilegio de Nate enseñarle a Aiden cada cosa, si Aiden
quería saber acerca de eso, no de ellos—. ¿En qué estaban
pensando? —gruñó Nate.
1 —Hey, Hawk, espera. ¿Por qué vamos a ir ahí?
9 —Para rescatar a Aiden. Muéstrame el camino.

3
Jeremy frunció el ceño pero seguía caminando.
—¿Vas a privar al hombre de su tapón? —preguntó—. Eres
tan insensible a veces.

Nate lo miró fijamente. —¿Te gustaría que alguien


empujara eso en tu culo, sin tu permiso, por ser tu primer
experiencia sexual?

—Bien, bueno, tienes razón. Sígueme. —Problema


guió a Nate por el pasillo y subieron unas escaleras.

Ellos hicieron varios giros, pero Nate reconoció su


destino cuando llegaron porque los tres jóvenes hermanos
Townsend estaban ahí alrededor de la puerta con sus orejas
presionando en ella.

Nate se detuvo, pidiéndole a Problema con un


movimiento de la mano que guardara silencio, viéndolos
durante un minuto.

Tarren gruñó y se enderezó. —No puedo oír nada.

—Yo tampoco, —se quejó Colton.

Payton sacudió la cabeza. —La puerta debe de ser a


prueba de ruidos. Quizás si nosotros espiamos en el…

Nate colocó sus manos en las caderas, dándoles una


intimidante mirada, incluso aunque estaba altamente
divertido. —Ejem.

Todos ellos se sobresaltaron.

—Sí. —Tarren fue el primero en responder.

—Nosotros, uh… —Payton señaló la puerta—. Uh…

1 Colton tomó a sus hermanos del brazo. —Nosotros


nos vamos.
9 Los tres salieron aprisa sin siquiera voltear hacia
atrás.
4
Problema sacudió la cabeza, viendo a los tres alejarse
corriendo. Finalmente soltó un largo silbido. —Odio que
ellos se fueran, pero verlos irse fue agradable.

Nate ahogó su alegría y le dio un codazo. —Regresa a


nuestra habitación.

—Oof. —Jeremy frunció el ceño, entonces se alejó—.


Tú siempre me alejas.

Una risa se oyó detrás de él, haciendo que Nate se


girara.

Steven llegaba por el pasillo, sonriendo. —Gracias por


alejar a los niños. ¿Qué te trae aquí?

—Un rescate.

Una de las cejas de Steven se elevó y una cínica


sonrisa se formó en su cara. —¿Rescate, huh?

El calor se extendió por la cara de Nate.

Steven se rió y abrió la puerta justo a tiempo para oír


a Raleigh decir. —Recuerda usar mucho lubricante y cuidar
tus dientes.

Nate casi gruñe. Buenas Galaxias, pensar que Aiden


tuviera una razón para estar consciente de sus dientes y
usar lubricante, hizo que su pene se moviera y amenazara
con estar duro de nuevo.

Steven se rió. —¿Eso es lo mejor que puedes


sugerirle?

Raleigh arqueó una ceja. —No veo que estés aquí


tratando de hablar con él.
1
Nate se encontró con la mirada de Aiden.
9 Aiden resplandeció ante él, sus ojos grises brillaban.
Le quitó el aliento a Nate y llevó a su líbido al hiperespacio.
5
Raleigh y Steven seguían hablando, pero Nate se sincronizó
fuera de ellos. Llegó frente a Aiden ofreciéndole su mano,
antes incluso de darse cuenta que lo hacía.

—Hi. —Aiden tomó la mano y se puso de pie. Su


mano era caliente y perfecta, con largos y elegantes dedos.
La mano de un artista.

—Hi. Vine para asegurarme de que todo estaba bien.

La mano hizo contacto con su pecho cuando Aiden se


acercó. —Gracias. Galaxias. ¿Crees que podemos salir sin
que lo noten?

Nate seguro esperaba eso, porque estaba ahora


luciendo una erección. —Podemos tratar. Solamente tengo
un pequeño problema. Bueno, dos si cuentas mi conducta
sexual.

Aiden parpadeó. —¿Cuál es?

—No sé si pueda recordar cómo llegar de regreso a


mi nueva, nuestra nueva habitación.

Riéndose, Aiden apretó su mano. —Vamos, sé el


camino.

Ellos estaban casi en la puerta cuando Raleigh los


detuvo. —¿A dónde creen que van?

Nate se giró, pero no soltó la mano de Aiden. —A


nuestra habitación. Espero que la tradición de la boda no se
siga aquí.

Raleigh lo miró fijamente. —Tienes malditamente


razón, eso no se llevará. Con todo lo que me preocupan las
1 tradiciones, nunca permitiré esa bajo mi techo.

Steven le dio a Nate una exasperada mirada que


9 decía mucho. —Gracias por recordárselo, Nate. —Steven
levantó las manos en el aire y las dejó caer.
6
Vio a Raleigh dándole a Steven una mirada que
podría destrozar a un hombre débil, pero Steven solo
suspiró y se dejó caer en el lugar que dejó Aiden. —Eso fue
hace veintidós años, Raleigh, ¿cuánto tiempo más quieres
que te diga que yo no tenía ni idea que ellos harían eso?
—Mientras la atención del Rey consorte se enfocaba en él,
Steven señaló a los recién casados y sin hablar marcó la
palabra—. Salgan.

Sin dudarlo, Nate se apresuró a salir llevando a Aiden


con él. No había manera que fuera a quedarse y escuchar a
los dos hombres despedazarse. Tenía un virgen a quien
corromper.

Aiden arrugó la nariz. —¿Tradición? ¿Qué tradición?

—Oh, eso va a ser interesante. —Nate se rió,


apretando su mano—. Confía en mí, niño, lo descubrirás
después.

Ellos siguieron en silencio. Aiden mantenía la vista en


el camino pero sentía la mirada de Nate en él.

Aiden no podía decidir si estaba nervioso o


emocionado con la atención. Tenía un poco de ambos. Esta
tenía que ser la más extraña y la más confusa noche de su
vida. Alguien había tratado de matarlo. Estaba ahora
casado. Eso era como un sueño o una pesadilla, no podía
decidir cuál. Por un lado podía hacer realidad sus deseos
con Nate, y podía ser libre cuando Nate regresara al IN.
Aún así no podía evitar sentir que eso no era tan bueno
como él lo había creído al principio.

—¿Está todo bien? —Nate se detuvo cuando llegaban


1 cerca de la puerta.

—Sí.
9
7
Abriendo la puerta, Nate se hizo a un lado para que
Aiden entrara a la suite. Una vez dentro, Nate tomó la
mano de Aiden y lo escoltó a la habitación.

Cuando llegaron a la cama, Nate aflojó la corbata de


Aiden. Quitándosela, cogió el mentón de Aiden y giró la
cabeza de un lado a otro.

Nate entrecerró los ojos y sus dedos tocaron el cuello


de Aiden. —Los hematomas están oscuros. —La mandíbula
de Nate se tensó—. Debí haber matado al tipo cuando tuve
la oportunidad, pero estaba ansioso por alcanzarte y
asegurarme de que seguías vivo. ¿Te sigue lastimando?

Tenía problemas para respirar, pero eso no se debía


al haber sido casi estrangulado. Aiden asintió.

—Bien. —Nate rozó con un rápido beso sus labios—.


Me muero por verte sin tu ropa desde la primera vez que te
vi. Desnúdate, niño.

Tragando el nudo en su garganta, Aiden trató de


relajarse mientras Nate se sentaba en la orilla de la cama.
El pensar en desnudarse tenía a su pene duro. —¿Lo
querías?

—Infiernos, sí. —Nate se recostó apoyándose en sus


codos, su mirada en Aiden.

La ansiedad trataba de subir a la superficie, pero


Aiden la empujó abajo y, temblando, desabrochó su
chaleco. Estaba nervioso, pero también estaba excitado. En
un momento se había quitado la camisa. Después de
desabrochar sus pantalones, recordó que no se había
quitado los zapatos. Los pateó y se inclinó para quitarse los
1 calcetines.

9 Viendo a los ojos a Nate, enganchó sus pulgares en la


pretina de sus pantalones y bóxers, bajándolos. Su pene
8 saltó libre, dejando una húmeda mancha en su bajo
abdomen, debajo de su ombligo, mientras se ponía de pie
libre de la tela. «Por favor deja que a Nate le guste lo que ve».

Nate siguió reclinado y por un momento percibió un


brillo predador en su mirada. —Maldición, sabía que eras
hermoso. —Le ofreció su mano a Aiden mientras se
sentaba.

Exhalando el aire que había detenido, Aiden cogió la


mano de Nate y dejó que Aiden se acercara y se acomodara
en el regazo de Nate. Gimió cuando la tela raspó la parte
de atrás de sus muslos y nalgas. Estaba desnudo mientras
que Nate aun seguía vestido sintiéndose deliciosamente
travieso.

—Joder, niño. —Nate trazó sus costados, su espalda y


finalmente acunó sus nalgas, recostándolo hacia delante.

—Oh. —Su pene rozó contra el de Nate y se empujó


más cerca, tratando de obtener más fricción, sabiendo que
Nate lo quería con tanta urgencia como él quería que Nate
calmara su ansiedad a lo desconocido.

—Eso es malditamente caliente. —La mirada de Nate


lo recorría por todos lados, rozó con su pulgar los duros
pezones, entonces los pellizcó haciendo que Aiden se
arqueara y gimiera.

Desde el principio Nate había movido algo en él, y


oírlo gritar su nombre el otro día mientras se tocaba hacía
la sensación más intensa. Aiden deseaba a Nate. Anhelaba
todas las cosas que Nate pudiera enseñarle. El hombre era
una adicción que empeoraba con cada cosa que Aiden
conocía de él.
1 Deslizando sus manos por las caderas de Aiden, Nate
tomó las nalgas de Aiden y besó sus labios. —Haces que te
9 desee, Aiden. —Bajando por la mandíbula de Aiden, Nate
acarició con su nariz el cuello.
9
La piel de gallina se extendió como un reguero de
pólvora por los brazos y la espalda de Aiden. Como si el
sentir la barba de Nate en su piel no fuera suficiente para
devastar sus sentidos, Nate raspó con sus dientes el punto
del cuello de Aiden que se une con su hombro.

Aiden gimió y se estremeció. Su pene pulsaba,


escurriendo pre-semen. Besó la barba de Nate, su cuello,
cualquier lugar que podía alcanzar. Amaba lo que Nate le
estaba haciendo, pero también quería tocar, quería hacer
sentir a Nate tan bien como él lo estaba haciendo sentir.

Bajando sus manos por el duro cuerpo, Aiden


buscaba el pene de Nate. El recuerdo del fuerte anillo
dorado tentaba a Aiden, haciendo que desesperadamente lo
quisiera examinar de cerca. Apenas logró colocar sus dedos
alrededor del pene de Nate a través del grosor del
pantalón.

—Abre mis pantalones, niño, —jadeó Nate contra el


cuello de Aiden antes de besar su hombro y tocar el
agujero de su culo.

Aiden se congeló.

Haciéndolo de nuevo, Nate lamió la larga línea del


cuello de Aiden. La otra mano de Nate se deslizo más,
acariciando sus testículos y su ano, mientras seguía
circulando el agujero de Aiden.

Se sentía extraño. Nunca había sido tocado ahí antes.


Le excitaba, y aún así no tenía bastante.

Quitarle los pantalones a Nate mientras Nate estaba


haciéndole eso, no era fácil, pero finalmente logró que su
2 mano rodeara el caliente pene de Nate.

0 Encontrando el anillo con la otra mano, se apartó un


poco para poder verlo.
0
Nate estaba duro, la piel de su prepucio se había
retraído y el anillo era claramente visible. Aiden pasó sus
dedos sobre eso, entonces apretó ligeramente el eje de
Nate. El frío metal era un fuerte contraste con la caliente
piel de terciopelo.

—Oh, mierda, niño.

Aiden gimió, un temblor lo recorrió mientras seguía


jugando con el anillo. —Me gusta eso.

—¿Eso qué?

—Cuando me dices niño, y cuando maldices cuando


estás excitado.

Un lado de la boca de Nate se elevó, sus ojos


brillaban. Palmeó la cadera de Aiden. —Arriba. Lleva tu culo
a la mitad de la cama, niño.

Saliendo del regazo de Nate, Aiden se movió al centro


de la cama. Tan pronto como se movió, Nate se puso de pie
y se desnudó. Aiden jadeó. Él ya había visto a Nate
desnudo, pero aun así era un festín para sus ojos. Era tan
musculoso y velludo.

La luz de la chimenea marcaba sombras en la


bronceada piel de Nate. Sus hombros y musculosos brazos
se flexionaban mientras se movía. Eso era hipnotizante.
Hizo que se le hiciera agua la boca a Aiden al mismo tiempo
que la sensación de mariposas, miedo y lujuria competían
dentro de él. Pero antes de que pudiera hacer algo con su
ansiedad, Nate estaba al lado de Aiden. Su calor y cercanía
lo confortaban, calmando las dudas de Aiden.

2 —Maldición, niño, de qué manera me ves. —Nate se


acostó de lado apoyando su cabeza en su mano. Estaba tan
0 cerca de Aiden que su piel se rozaba, el vello del cuerpo de
Nate acariciaba su piel.
1
Su pene tocó el de Nate y Aiden se movió
acercándose más. Aiden pasó sus dedos por la barba de
Nate, su garganta y su cuello.

Tomando la pierna de Aiden, Nate la acomodó sobre


su cadera y al mismo tiempo se acercó y devoró la boca de
Aiden, su lengua presionando atacando entre los labios de
Aiden.

Aiden gimió y acarició la cadera de Nate. Bajando su


mano envolvió el pene de Nate, acariciándolo. Deslizó el
prepucio sobre el anillo y un retumbante sonido salió de la
garganta de Nate.

Los dedos de Nate frotaban el agujero del culo de


Aiden, haciendo que se empujara hacia el toque.
Abruptamente, el dedo desapareció y Nate llevó la mano
arriba de sus cabezas. Segundos después, el dedo regresó,
circulando el agujero de Aiden con una sustancia caliente y
resbalosa. Se sentía bien hasta que Nate empujó a su
interior.

Aiden gimió, quebró el beso. Se tensó lo suficiente


para perder su erección.

—Shh… Está bien. Relájate. Déjame entrar, niño.

Tomando una profunda respiración, Aiden forzó a la


tensión a retroceder, confiaba en Nate. Se concentró en lo
que estaba haciendo, tratando de ignorar la extraña
sensación. Acarició el pene de Nate, su dedo rozó el anillo.
Atrapó el anillo y lo movía hacia adelante y atrás, pero
seguía consciente del dedo en su interior.

—Estás jodidamente apretado, —Nate gruñó y tomó


2 su boca de nuevo.

0 El dedo en su culo se sentía extraño, pero ya no


dolía. Aiden estaba comenzando a pasar un momento difícil
2 en concentrarse en el pene de Nate. Su atención estaba
dividida entre descubrir el desconocido cuerpo de su
consorte y sentir esas nuevas sensaciones que Nate le
causaba.

Moviendo su dedo más profundamente, Nate golpeó


algo.

Los ojos de Aiden se abrieron más, sus bolas se


acercaron a su cuerpo y su pene se endureció,
completamente erecto de nuevo.

Apartándose, Nate sonrió. —Eso es, niño. Eso es


jodidamente caliente. Solo relájate y siente.

Asintiendo, Aiden soltó el pene de Nate, mientras


Nate lo giraba de espaldas y se apoyaba sobre él.

Nate devoraba la boca de Aiden, haciendo que su


cabeza girara y su corazón se acelerara. En un momento, el
pene de Aiden estaba de nuevo goteando.

Aiden estaba tan dentro del beso que cuando otro


dedo se unió al primero, Aiden, ni siquiera se tensó. El
ardor regresó, pero sabía que era lo esperado y cuando
Nate golpeó ese punto en su interior, eso desapareció
completamente. Otro dedo rápidamente le siguió.

Aiden gimió mientras Nate se presionaba en su


interior. Eso se sentía tan bueno. Levantando sus caderas,
se empujó hacia los dedos en su culo.

—Así es, niño. ¿Te gusta esto?

Asintió. —Sí, oh sí.

Entonces Nate se movió, acomodando sus rodillas


2 entre las piernas de Aiden. Empujaba sus dedos dentro y
fuera, Nate gruñía viendo a los ojos a Aiden. —¿Listo para
0 mi pene? ¿Quieres mi gran pene dentro de ese apretado
culito, niño?
3
Su abdomen se tensó y un gemido se le escapó. El
pensar en el pene de Nate en su culo hacía que su propio
pene pulsara.

—Vas a amarlo. Ruega que te joda.

—Por favor… —Aiden levantó sus rodillas, sus manos


aferradas a los cobertores. El constante ritmo de los dedos
de Nate, el calor en su mirada, eso era demasiado. Aiden
trató de detenerse pero no podía. Su espalda se arqueaba,
sus músculos se tensaban. Y con un grito se corrió sin que
una mano tocara su pene. Esparciendo calor su abdomen.

Nate prácticamente ronroneó, sacando sus dedos y


alcanzando de nuevo la parte de arriba de la cabecera.

Antes de que el cuerpo de Aiden dejara incluso de


estremecerse, Nate se empujó en su interior. Era más
grueso e intenso que sus dedos, pero no era doloroso.
Cerró los ojos, la realidad lo golpeó. El pene de Nate estaba
en su culo.

—Abre tus ojos, niño.

Aiden parpadeó y abrió los ojos mientras Nate se


movía lentamente al interior. No había ninguna fricción,
solo el estiramiento, mientras la cabeza del pene entraba.
Aiden juraba que podía sentir cada centímetro deslizándose
en su interior, hasta que el anillo golpeó —¡Oh! Nate. Por
favor—. Su pene se movió llenándose con sangre.

Viéndolo a los ojos, Nate tomó sus piernas por debajo


de sus rodillas y las colgó en sus brazos. —¿Por favor qué?
Dime.

2 Aiden miró a Nate a los ojos, jadeando por aire. De


repente se dio cuenta que sus manos seguían retorciendo
0 los cobertores y que tenía un charco enfriándose en su
abdomen y escurriéndose por los costados. Pero a él no le
4
importó. Trataba de mover sus caderas, quería sentir eso
de nuevo.

Nate se sostuvo en el lugar. —Dilo. Dime qué quieres.

Mordiendo su labio inferior, cerró fuerte los ojos,


entonces los abrió. Necesitaba que Nate se moviera. Su
cuerpo estaba ardiendo, rogando por una liberación incluso
después de su anterior clímax. Tomó una profunda
respiración para decir eso, sabía exactamente las palabras
que tenía que usar para decirle lo que quería. —Jódeme,
por favor.

Nate gruñó y se empujó. Entró en Aiden sin


vacilación. Sosteniendo la mirada de Aiden en todo
momento. Sudor bajaba por sus sienes y un fino brillo
cubría su pecho, brillando a la luz de la chimenea cuando se
movía.

Pronto Aiden estaba balanceándose en el borde de


nuevo, su cuerpo entero gritaba por liberarse. —Nate.

Nate se empujó más duro unas cuantas veces más y


entonces se detuvo. Un grueso gruñido salió de su garganta
y se tensó.

«No. No, aún no». Estaba tan cerca. Aiden hacía su mejor
esfuerzo para impulsar el pene de Nate a su interior. Estaba
casi ahí, solo un poco más. Gruñó, tratando de moverse,
pero Nate se sostenía perfectamente. —Más, Nate. No
quiero que esto termine. Por favor. —Su cabeza se movía
de un lado a otro—. Por favor.

El pecho de Nate se infló cuando tomó una profunda


respiración. Nate bajó una de las piernas y se acercó a la
2 cara de Aiden. El sudor que goteaba se mezcló con el
semen que cubría el pecho y abdomen de Aiden. La barba y
0 bigote de Nate le hacían cosquillas en su oreja. —Shh… no

5
tiene que terminar. —Se movió lentamente mientras su
lengua entraba en la boca de Aiden.

Girando la cabeza para tomar aire, Aiden jadeó. Su


cuerpo entero se tensó, luchando por su liberación. Iba a
perder la cabeza. Todos los nervios en su cuerpo
hormigueaban, alcanzados por las sensaciones, cualquier
cosa lo llevaría sobre el borde. No podía pensar, todo lo que
podía hacer era sentir.

El caliente aliento de Nate llegaba a sus mejillas y


cuello y entonces sintió un dolor sobre su hombro cuando
Nate lo mordió.

Aiden se estremeció. Un hormigueo recorrió hacia su


columna mientras la lengua de Nate acariciaba su piel.

—Córrete, niño. Córrete de nuevo para mí. Ahora.

Un caliente chorro lo llenó y Nate suspiró sobre él. Él


podía casi... Sus ojos más abiertos en shock. —Nate, oh
joder, ¡Nate! —Sintió cada uno de sus músculos contraerse
de nuevo y un placer asaltarlo. Luces blancas danzaron
frente a sus ojos y Aiden se corrió, estremeciéndose
violentamente.

Nate levantó la mano y retiró el cabello sudado de su


cara. —Eso es, niño. Entrégate a mí.

2
0
6
Capítulo 12

A iden seguía acostado, con los ojos cerrados,


con el pegajoso semen bajando por sus
costados mientras su abdomen subía y bajaba. Su cuerpo
estaba totalmente saciado, pero ahora su mente estaba
girando.

¿Qué si él no podía lograr que Nate lo quisiera? Eso


había sido intenso. El amó eso, peor… ¿Qué si él no era
suficiente para Nate? Cuando la misión terminara, Nate
podría irse, regresar a su nave. ¿Entonces qué?

Nate lo besó, entonces se acomodo en la cama.


—¿Aún sigues vivo?

Asintiendo, Aiden lamió sus secos labios. Abrió los


ojos y giró la cabeza hacia Nate. Ver al hermoso hombre
que era su marido, de algún modo hizo que se sintiera
peor. Extrañaría a Nate cuando se fuera. ¿Qué tan a
menudo podría regresar a Regelence? ¿Aiden incluso lo
quería así? Quizás era mejor que ellos solo tomaran
caminos separados. Algo le decía a Aiden que sería más y
sería más duro dejar ir a Nate.

—Te derramaste, niño. —Viendo a los ojos a Aiden se


inclinó y frotó el semen del abdomen de Aiden con su barba
absorbiendo algo del lío.
2 Siseando una respiración, Aiden se tensó, levantó la
0 cabeza de la cama. Pasó sus dedos a través de la barba de
Nate. A pesar de todo ese refinado comportamiento en
7 público, el hombre tenía muy poco en privado. Eso era
extremadamente excitante. Gimiendo, Aiden dejó caer su
cabeza, sus dedos cepillaron el húmedo cabello de Nate.

Besando el abdomen de Aiden, Nate limpió con su


lengua todo, saboreándolo. Se detuvo y palmeó la cadera
de Aiden. —Quédate aquí. Ahora regreso.

—Bien.

Nate entró al cuarto de baño.

Aiden se acomodó sobre los cobertores, sus piernas y


brazos extendidos. Estaba teniendo dolor de cabeza. Estaba
sufriendo por la pérdida de Nate, antes incluso de que el
hombre se fuera. Eso era una pérdida de tiempo. Él quería
esto. De acuerdo, realmente no quería pensar en eso. Si
pudiera no estaría tan ansioso, pero había tomado una
decisión y ahora tendría que vivir con eso. Debía disfrutar
el tiempo que tenía. Esa era una experiencia que
probablemente nunca tendría de nuevo. O si la tenía iba a
ser en cortos intervalos durante años.

Dejando sus pensamientos, Aiden vio cuando Nate


regresó a la habitación y deslizó sus brazos debajo de
Aiden, levantándolo. Nate lo sostuvo fuerte y lo llevó al
cuarto de baño.

Decidido a calmar su corazón, Aiden sonrió y


envolvió sus brazos alrededor del cuello de Nate. Dejaría de
preocuparse y trataría con la ausencia de Nate cuando
sucediera.

Nate lo llevó a la bañera y entró con él. La gran


bañera de mármol era lo suficientemente grande para
ambos. Nate colocó a Aiden entre sus piernas y presionó su
2 pecho contra la espalda de Aiden. Aiden cerró los ojos
disfrutando la sensación de la piel desnuda contra la suya y
0 la relajante agua caliente.

8
Los labios de Nate recorrían su espalda y cuello
mientras él pasaba una toalla con jabón por el pecho de
Aiden. —Niño, ¿Cómo te sientes? ¿Sigues dolorido?

Aiden sacudió la cabeza. Estaba consciente de su


cuerpo pero eso no era dolor, era un agradable recordatorio
de lo que había hecho. Nunca soñó que la intimidad física
pudiera ser tan intensa. Algo le decía que él no estaría de
esta manera con alguien más. Nate y él tenían una
conexión. «Si solo eso fuera suficiente». Aiden se acurrucó en el
pecho de Nate. Se prometió a sí mismo que no se
preocuparía.

Girándose un poco, Nate tomó el mentón de Aiden y


lo levantó. Sonrió y besó los labios de Aiden. La ternura en
la mirada que le dio a Aiden casi hace que Aiden se
derrumbe. Quería llorar y rogarle que se quedara, pero no
lo haría. Nate no lo respetaría si mostraba debilidad. Y Nate
lo respetaba, no tenía duda de eso. Las acciones de Nate
decían mucho. Él podría ser rudo y dominante pero en
ocasiones también podía ser considerado y gentil. A Nate le
importaba lo que Aiden pensaba y lo que hacía. Rozó sus
labios con los de Aiden una vez más antes de dejarlo ir.

Aiden se recargó contra su amante, acariciando los


brazos de Nate que lo envolvían. Cerró los ojos y se quedó
así, disfrutando de la sensación de los fuertes brazos
alrededor de él y el ancho pecho masculino contra su
espalda.

Finalmente, Nate cogió la esponja de un lado de la


bañera, el vello de su pecho tocando la piel de Aiden. Nate
se tomó su tiempo para bañar a Aiden, explorar su cuerpo.
2 Eso era emocionante y tranquilizante al mismo
tiempo. Aiden se sentía apreciado y mimado. Podría
0 quedarse dormido ahí si quisiera. No había ni una sola duda

9
en su mente de que Nate se encargaría de él. ¿Qué quería
este hombre?

Se quedó en silencio durante varios minutos mientras


las manos de Nate lo recorrían, bañándolo amorosamente.
El pene de Nate comenzó a endurecerse contra su espalda
y con solo eso, el cuerpo de Aiden respondió igual. Ya no
quería quedarse dormido. Quería pasar cuanto tiempo
pudiera con Nate.

Girándose, se montó a horcajadas en las piernas de


Nate para poder verlo. Era un hermoso y viril hombre. Nate
era rudo. Hacía que Aiden se sintiera protegido, aun así,
hacía que quisiera ser capaz de pelear a su lado y que
también se sintiera orgulloso. Acunando las mejillas de
Nate en sus manos, Aiden presionó sus labios en los de
Nate. La barba y bigote de Nate le hacían cosquillas y
acariciaban su cara, haciendo que recordara la sensación de
eso en su cuello cuando Nate se empujaba dentro de él.
Aiden gimió, su pene saltó contra el abdomen de Nate.

Tomando su culo, Nate tiró a Aiden contra él.


Tomando en sus manos cada nalga de Aiden lo acercó
hasta que sus penes quedaron juntos.

Aiden gimió y se movió. El agua salpicaba,


amenazando con salpicar fuera de la bañera, pero no le
importó. La única cosa que le importaba era asegurarle a
Nate lo mucho que Aiden lo quería y cuánto lo extrañaría.

—Wow, calma, niño. —Nate presionó a Aiden contra


él, no permitiéndole que se moviera.

Amaba la manera en que Nate le decía niño. Eso


2 hacía que se sintiera especial. Pero incluso así, él luchaba
contra la urgencia de quejarse. Su cuerpo se arqueaba por
1 atención. No quería detenerse.

0
Una mano de Nate subió por la espalda de Aiden,
hacia su cabeza forzándola hasta apoyarla en el hombro de
Nate, mientras la otra se movía por la grieta de Aiden. Nate
empujó un dedo dentro de su agujero.

—Ahh… —Aiden aun estaba estirado por la conexión


anterior. Ahora era solo la sensación de placer.

—Eso es, niño, solo sigue así. —Nate empujó el dedo


metiéndolo y sacándolo varias veces, antes de que
insertara otro. Su barba raspaba el hombro de Aiden
mientras lamía el cuello de Aiden. Nate continúo jodiéndolo
con sus dedos superficialmente.

Aiden no pudo evitarlo, se empujó, quería esos dedos


profundamente. Terminaron casi acostados en la bañera,
solo sus cabezas fuera del agua. Aiden se empujaba hacia
atrás a los dedos de Nate y luego hacia delante frotando los
penes juntos. Su respiración era jadeante frente a la cara
de Nate, acompañada de pequeños gruñidos y gemidos.
Pero eso fue en vano, aprendió rápidamente que Nate hacía
las cosas a su propio ritmo. Él decidía cuándo, cómo y qué
tanto.

Deteniéndose, Nate sacó sus dedos del culo de Aiden


y se enderezó, llevando a Aiden con él. —Vamos, niño.
Regresemos a la cama antes de que terminemos ahogando
al otro.

Parpadeando, Aiden frunció el ceño, pero se puso de


pie y salió del agua. Le dio una toalla a Nate y fue a buscar
otra.

—Jeffers, ¿Los sirvientes ya cambiaron la cama y


2 arreglaron el cuarto? —Nate detuvo a Aiden, usando la
toalla para secar a Aiden.
1 —Sí, mi lord.

1
Aiden cerró los ojos disfrutando el placer en la
manera en que Nate lo mimaba y masajeaba los músculos
de Aiden con la toalla. Nate le mostraba lo especial que era
sin palabras. Aiden sabía que Nate estaba tan ansioso por
regresar a la habitación como él lo estaba, pero Nate se
tomó su tiempo. Cuando terminó, dejó la toalla en los
hombros de Aiden y tomó otra para secarse. —A la cama,
niño.

Aiden prácticamente corrió hacia la habitación. Nate


sonrió y sacudió la cabeza, siguiéndolo a un ritmo lento.

Su niño era hermoso, ese firme pequeño cuerpo, esos


músculos firmes. —Sin camisa de dormir de ahora en
adelante, niño.

Viendo cada movimiento de Nate, Aiden asintió. Con


su mirada enfocada en el pene de Nate, él lamió sus labios.
—Sí.

«Maldición».
El pene de Nate saltó. Se moría por sentir
esa dulce boca en su pene. Lanzando la toalla lejos, Nate se
unió a él en la cama. Tan pronto como estuvo en la cama,
Aiden subió arriba de él. Atacó la boca de Nate, besándolo y
empujando su caliente y duro pene contra el muslo de
Nate. Nate se rió y lo apartó. Se rodó dejando a Aiden
abajo y sosteniendo sus manos arriba de su cabeza. —
Tranquilo.

—Por favor.

Mordió el hombro de Aiden, el que tenía la anterior


marca.

Aiden prácticamente ronroneó, su espalda se arqueó


2 un poco.

1 Durante un momento Nate mordisqueo, lamió y


chupó su cuello, antes de detenerse. Se separó de Aiden y
2
se sentó con su espalda en la cabecera. El niño lo estaba
volviendo loco.

Acomodándose entre sus piernas, Aiden lo miraba y


entonces su mirada fue al pene de Nate. —¿Nate?

Nate gruñó y lo colocó más cerca. —Oh, infiernos, sí.


Chúpame. —Tomando su pene, Nate lo acercó a los llenos
labios de Aiden.

Aiden tentativamente golpeó el fuerte anillo de oro


con su lengua y colocó sus manos sobre la mano de Nate
que rodeaba la base de su pene. Hizo eso varias veces,
entonces llevó la punta del pene de Nate al interior de su
boca, golpeando con su lengua el anillo.

Cada terminación nerviosa de Nate gritaba. Acarició


la mejilla de Aiden con el dorso de sus dedos, sintiéndose
tan abrumado que creía que iba a explotar. No era ni de
cerca la más habilidosa mamada que hubiera recibido, pero
la conexión que compartía con Aiden la hacía la mejor.
Retirando sus manos de sí mismo y de la mejilla de Aiden,
se recargó para ver.

No pasó mucho tiempo antes de que Aiden atrapara


el anillo entre sus dientes y tirara un poco. Aiden estaba
obsesionado con el Príncipe Alberto. Seguía chupando y
viéndolo.

Eso era agradable, pero Nate quería más, —Niño,


deja de jugar. —Nate abrió sus piernas más y acunó la
parte de atrás del cuello de Aiden, guiando la cabeza hacia
sus bolas—. Lámelas.

Los grises ojos de Aiden bien abiertos, mientras la


2 boca de Aiden se deslizaba abajo del pene de Nate y lamía.
Apretó el eje de Nate con su mano y giró la cabeza a un
1 lado lamiéndolo hasta la base del eje de Nate. Él jugó

3
también ahí. Entonces se detuvo y miró hacia Nate.
—¿Cómo debería de llamarte?

Maldición si el pene de Nate no saltó. Estaba tan


asustado de presionar demasiado duro. Sabía que Aiden
tenía algunas dudas, pero eso hacía que la ansiedad de
Nate desapareciera. Y eso era sexy como el infierno.
—Puedes llamarme señor, niño.

Aiden sonrió, su lengua golpeaba y barría las bolas de


Nate. Estaba llevando a Nate a la locura, lamiendo y
chupando. Moviéndose hacia abajo, acarició con su cara las
bolas de Nate, lamiéndolo entre ellas, acariciándolo con su
lengua.

Nate gruñó, sus bolas se apretaron. «Joder, se sentía tan


bien». —Niño, sube aquí y chupa mi pene.

Aiden levantó la cabeza, sus mejillas brillaban con la


saliva, sus ojos pesados de deseo. —Sí, señor. —Tomó el
pene de Nate dentro de su boca. No pudo evitarlo, su
lengua fue directa hacia el anillo, pero pronto fue más allá y
chupó todo el camino. En un principio fue torpe pero
rápidamente pasó a tener el valor de ir más adelante. Se
apartó por las nauseas en las primeras ocasiones, sin duda
el anillo le hacía cosquillas en la parte de atrás de la
garganta, pero regresaba por más.

Enredando sus dedos en el cabello de Aiden, Nate


manejaba su cabeza, empujándolo un poco más. —Eso es,
niño. Usa tus dientes.

Sosteniendo la mirada de Nate, Aiden raspó con sus


dientes el pene de Nate y mordisqueó el prepucio. Aiden
2 gimió y chupó de nuevo. La saliva escurría de su mentón a
las bolas de Nate. Comenzó a usar su mano para bombear
1 el eje de arriba hacia abajo mientras chupaba.

4
Nate apoyó sus pies en la cama moviendo sus
caderas y jodiendo la boca de su niño.

Aiden tomó todo, animándolo con pequeños gemidos


y gruñidos agregados a los sonidos de chupeteo.

No pasó mucho tiempo antes de que todo el cuerpo


de Nate se sintiera como fuego. Sus bolas estaban tan
tensas, su pene increíblemente duro. Su culo y los
músculos de sus muslos contraídos. —Joder, niño —Tiró
del cabello de Aiden con una mano y de su eje con la otra.
Apartando a Aiden fuera de su pene se corrió.

Salpicando las pálidas y suaves mejillas de Aiden, su


mentón, nariz y labios. Eso era una de las cosas más
calientes que Nate había visto en mucho tiempo. Aiden
parpadeó, su lengua salió disparada a limpiar sus labios.

Nate gruñó y se enderezó. Acunó la cara de Aiden en


sus manos y lo atrajo más cerca. Atacando la boca de Aiden
con la suya en un profundo beso antes de lamer el semen
de su cara.

Estremeciéndose, el pene de Aiden saltó contra el


abdomen de Nate. «Oh, infiernos, si». Nate gruñó y colocó a
Aiden sobre su espalda. Besó el camino por el pecho de
Aiden. Ahora era su turno de llevar al niño a la locura con
su lujuria. Cuando llegó a la roja e hinchada punta del pene
de Aiden, lentamente lo llevó entre sus labios, deslizándolo
con su lengua hacia su garganta. Lo tragó, los músculos de
su garganta apretaban la cabeza del pene.

Aiden gemía, sus músculos se contracturaban.

—¿Te gusta esto?


2
Asintiendo, Aiden prácticamente gemía.
1 Haciéndolo de nuevo, Nate varió la técnica, tratando
de descubrir qué le gustaba a Aiden. Acarició con su
5
lengua, probando en la ranura. Chupó duro, entonces usó
sus dientes. —¿Te gusta esto, niño?

De nuevo Aiden asintió.

Girando la cabeza a un lado, Nate pasaba su boca de


arriba hacia abajo, entonces recorrió con su lengua las
bolas de Aiden. —Te gus…

La cabeza de Aiden se levantó del colchón. —¿Señor?

Nate arqueó una ceja.

—Solo cállate y chupa mi pene.

Algo despertó a Aiden de su sueño. No tenía ganas de


orinar y su estómago no estaba gruñendo. ¿Qué lo habría
despertado? ¿Era de mañana? Aiden escuchó durante un
minuto antes de abrir los ojos. La leña que crepitaba en la
chimenea ahogaba cualquier sonido. Aun así apenas pudo
oír el ‘tic’ ‘tac’ del reloj o el débil ruido de las sábanas
cuando Nate se movía a su lado. «Mmm… Nate». Cálidas
emociones movían su interior de nuevo, pero las alejó.

Abriendo un poco un ojo, giró la cabeza, vio a Nate.


Se giró, o trató, pero el pesado brazo en la mitad de su
cuerpo lo detenía. Su estómago se agitaba y su duro pene
ya saltaba, pidiendo que despertara a Nate para jugar.
Gruñó. Solo un día y estaba comenzando a tener una
2 conducta sexual desenfrenada.

Ignorando su pene, él levantó el brazo de Nate y se


1 enderezó. ¿Qué hacía ese sonido? No veía nada. Las

6
cortinas al lado de la cama estaban abiertas y la luz de la
chimenea formaba sombras en el dosel.

—¿Hawk? Hawk, déjame entrar. Jeffers no quiere


escucharme.

Aiden frunció el ceño. La voz y los toques venían del


salón que conectaba las habitaciones. —Jeffers, quítale la
llave a la puerta y ábrela por favor.

—Sí, Lord Aiden, —Jeffers contestó inmediatamente y


se oyó el click de la puerta cuando se abrió.

Un hermoso joven rubio prácticamente cayó en el


interior del cuarto. Él trastabilló algunos pasos antes de
estabilizarse. Vio a Aiden y saludo. —Oh, hi.

—Hola.

Nate gruñó algo inteligible y se rodó de lado. Estiró el


brazo de nuevo y envolvió el muslo de Aiden, enterrando su
cara en la cadera de Aiden, haciendo un sonoro ruido al
besarlo.

La cercanía de la cara de Nate en su ingle hizo que


los recuerdos de la noche anterior regresaran rápidamente.
Los labios de Nate rodeándolo, chupándolo. Aiden levantó
las rodillas formando una tienda con los cobertores sobre
él, y giró su atención de nuevo al chico. —¿Eres el valet de
Nate?

—Soy… Jeremy. —La última palabra salió vacilante.

Aiden frunció el ceño. —¿El hijo de Nate? — ¿Por qué


Nate no le había dicho que su hijo estaba aquí en
Regelence?
2 —Sí. ¿Sabías acerca de mí? —La mirada de Jeremy
1 fue hacia el dormido Nate.

7
Asintiendo, Aiden trató de calmar la ansiedad en su
interior. Sentía casi como una traición que no supiera que
el hijo de Nate estaba aquí. Obviamente Jeremy sabía
acerca de Aiden. Eso traía de nuevo su importancia en la
vida de Nate con alarmante claridad. El corazón de Aiden se
hundió. —Creí que seguías en la nave de Nate.

—No. Estoy aquí. Bueno, de una manera estoy aquí.


Nadie sabe de mí. Estoy como valet de Hawk.

—¿Por qué le dices Hawk?

—Porque se apellida Hawkins. Siempre le he dicho


así. —Jeremy se encogió de hombros, y levantó lo que
parecía una recién almidonada corbata—. Escucha, estoy
hambriento, ¿sabes cómo anudar esta maldita cosa?

Nate gruñó, girándose sobre su espalda. —Cuida tu


lenguaje, Problema.

Ante la voz de Nate, Aiden giró la vista hacia él. —¿Le


dices Problema?

—Confía en mí, será obvio en un momento. —Nate se


enderezó y besó los labios de Aiden. Nate señaló con su
dedo a Problema—. Ven. Toma asiento, Problema.

Jeremy se acomodó en los pies de la cama. Cruzando


los pies sobre sus piernas, viendo a todos lados menos a
Aiden.

Por primera vez, Aiden notó que Jeremy, o Problema


como le decía Nate, estaba totalmente vestido, excepto por
la corbata. Aiden se sentía fuera de lugar, pero eso no era
culpa del chico. Ofreciéndole la mano, Aiden le sonrió.
2 —Encantado de conocerte, Problema. Espero que puedas
perdonar que tuviéramos la ceremonia matrimonial sin ti.
1
8
Problema se quedó con la boca abierta, y miró a
Nate, entonces de nuevo a Aiden. Finalmente estrechó la
mano de Aiden. —Encantado de conocerte, Aiden.

Nate estiró su brazo y acercó a Aiden a su pecho,


besó su frente y murmuró la palabra. —Gracias —contra la
piel de Aiden.

Aiden se acercó, sintiéndose un poco mejor.

—Ejem.

Ellos se giraron y vieron a Jeremy, aun sosteniéndose


uno al otro.

—Vine aquí por una razón.

Nate gruñó. —¿Cuál?

Problema sonrió, mostrando sus blancos dientes y


levantando la corbata. —Necesito que anudes esto, así
podré bajar las escaleras y comer algo.

Nate le indicó a Jeremy que se acercara. —Nos traes


algo ya que estás en eso.

Problema se arrodilló frente a Nate.

Tomando la corbata, Nate comenzó a formar un


intrincado nudo.

Eso era muy impresionante. Aiden no podía anudar


una corbata. —¿Cómo aprendiste a hacer eso?

Los largos dedos de Nate se deslizaron por el blanco


lino, recordándole a Aiden lo que esos dedos eran capaces
de hacer. El calor llegó a su ingle y su pene se movió de
2 nuevo. Siguiendo el desnudo y muscular brazo hacia el
fornido pecho, Aiden se lamió los labios.
1 —Tenía un valet que me mostró cómo hacerlo cuando
era un jovencito.
9
Aiden frunció el ceño. —Tengo uno ahora y no
«¿Y? »
puedo hacer eso.

—Si quieres, te enseñaré la siguiente vez y trataré de


nuevo de enseñarle a Problema. —Nate terminó,
palmeando la tela, entonces se apartó—. Problema, ¿nos
traes algo de desayunar cuando regreses?, por favor.

Problema inmediatamente comenzó a jalar la corbata.


—Soy un falso valet, no un falso mayordomo.

Nate palmeó la mano del chico alejándola de la


corbata. —Deja eso. La desbaratarás. Y son los lacayos los
que traen comida, no los mayordomos.

Gruñendo, Problema se alejó de la cama y del alcance


de Nate y comenzó a estirar la corbata de nuevo. —Bien,
tampoco soy un falso lacayo.

—Problema… —Nate gruñó.

Aiden se mordió el labio para evitar reírse. Nate tenía


razón, el apodo de Problema le quedaba al chico a la
perfección. Aiden se sorprendió de que el chico tuviera
suficiente valor para responderle a Nate. Imaginaba que ni
siquiera un hombre adulto estaría dispuesto a enojar a
Nate.

Nate se rió y le lanzó una almohada.

Riéndose, Problema le lanzó la almohada. —Bien.

Aiden también se reía. Le gustaba ver el lado


juguetón de Nate. El contraste entre el dominante y
travieso soldado en la cama y el atento amante y… buen
padre, era intrigante, sexy. Le dio a Aiden la esperanza de
2 que quizás Nate finalmente decidiera retirarse y quedarse
aquí con Aiden.
2
0
Tan pronto como Problema se fue, Aiden alcanzó el
cuello de Nate y lo atrajo para un beso. Selló sus labios con
los de Nate, su lengua probándolo.

Gimiendo, Nate se abrió para Aiden. Su mano apretó


los hombros de Aiden. Lentamente besó el cuello de Aiden
y mientras seguía ahí, se detuvo y se apartó.

Trazando el cuello de Aiden con su dedo, Nate gruñó.


—¿Aiden? —Nate lo levantó, haciendo que se montara a
horcajadas en su regazo.

El pene de Aiden saltó al contacto y se inclinó,


pasando su lengua por los labios de Nate, sus dedos
retiraron el cabello de la cara de Nate. —¿Huh?

Nate hizo un bajo y profundo sonido y tomó los


hombros de Aiden. —¿Podrías dibujar a los hombres que te
atacaron anoche?

2
2
1
Capítulo 13
A iden estaba acostado sobre su abdomen con
los pies enredados en la mitad de la cama. Su
lápiz volaba sobre el papel aun así, cada trazo con
seguridad. Cada cierto momento se detenía, inclinaba la
cabeza de lado y hacía un sonido ‘humm’ y regresaba a su
dibujo. La pasión e intensidad era asombrosa y excitante al
extremo.

Eso tenía que ser la cosa más sexy que Nate había
visto. Eso no debería ser erótico en absoluto, pero lo era, y
maldición si Nate no tenía una erección. Gruñó y se
acomodó antes de pasear de nuevo alrededor de la cama.

Tristemente, su excitación era completamente


ignorada. Infiernos, incluso no estaba seguro de que Aiden
se diera cuenta que seguía en el cuarto mientras estaba
atrapado en su trabajo. Nate estaba tentado de hacer que
su presencia fuera reconocida, pero eso era importante.
Ellos necesitaban descubrir quién y por qué alguien trató de
asesinar a Aiden.

Nate mantenía su atención en la dulce pequeña línea


de lino sobre su culo y el constante movimiento de sus pies
desnudos. Nunca había visto a nadie tan profundamente
inmerso en su trabajo. Podía ver claramente por qué los
padres de Aiden estaban preocupados por su seguridad si
Aiden estaba siempre de esa forma, pero Nate aun no
2 entendía lo de su ultimátum. Eso no importaba ahora, pero
¿por qué solo no asignaron a un guardia para que lo
2 siguiera y cuidara de él mientras se concentraba en su
arte? El hombre era un artista genial. Nate probablemente
2 era un poco parcial, pero, le dio otro vistazo al dibujo en el
que Aiden estaba trabajando.No, eso no era que fuera
parcial, Aiden era asombroso.

Nate estaba asombrado por los detalles que Aiden era


capaz de recordar y que agregó al dibujo. No creía que
fuera posible que hubiera visto a su atacante por mucho
tiempo, dijo que solo vio a su asaltante en el espejo
mientras lo estaba estrangulando, pero tenía detalles que la
mayoría de la gente hubiera perdido. Nate había notado
que Aiden estudiaba las cosas, pero no tenía idea de lo
extensas que eran sus habilidades de observación. Aiden
había incluido muchas cosas como una débil cicatriz en la
esquina del ojo izquierdo del hombre y unas pecas al lado
de su nariz. Nate no recordaba ninguna de esas cosas, pero
viendo el dibujo, el criminal se veía exactamente como lo
recordaba. «Increíble».

Aiden se sentó y dejó el lápiz. —Hecho. —Estiró los


brazos al aire e inclinó la cabeza a cada lado—. ¿Nate?

—Aquí.

Girando la cabeza, Aiden sonrió, su expresión se


relajó de la intensa concentración que mostraba mientras
trabajaba. —Oh. —Levantó el papel y se lo mostró a Nate—
. ¿Qué piensas? ¿Es cómo lo recuerdas?

Nate se sentó al lado de Aiden en la cama. Envolvió


sus brazos alrededor de Aiden y presionó su cara en el
cuello desnudo de Aiden, inhalando su aroma. —Mmm…

Aiden se rió y pasó sus dedos por la barba de Nate.


Anoche y esta mañana, Aiden había estado acariciando su
barba y bigote, tratando de enredar sus dedos en eso. Nate
2 no creía, incluso que se diera cuenta de eso. No es que se
quejara. Le agradaba que Aiden lo tocara.
2 Apoyando el mentón en el hombro de Aiden, vio el
dibujo de nuevo y el vello de sus brazos se erizó.
3
Incluso en blanco y negro se veía muy real. El dibujo
era hermoso por toda la habilidad puesta en realizarlo y
horrible por la real persona que representaba. Nate sintió
como si pudiera envolver sus manos alrededor de la
garganta de ese hombre y estrangularlo, quitándole la vida,
igual como había tratado de hacerle a Aiden. El recuerdo
calmó el deseo de Nate. Su mano fue hacia el cuello de
Aiden, frotándolo distraídamente. Lo abrazó más fuerte con
el otro brazo. —Eres increíble.

Girando la cabeza. Aiden le sonrió y besó su mejilla.


—Gracias.

Oh, a él aún le gustaba eso, la autoconfianza. Eso


era tan sexy como cuando Aiden dibujaba. —¿Por qué lo
hiciste en papel?

Aiden se encogió de hombros, acercándose más. —No


pude encontrar ninguna de mis pantallas.

—¿Ninguna? ¿Cuántas tienes? —Eso no le sonaba


correcto a Nate. Podría considerar que Aiden perdiera
cualquier otra cosa, pero no su arte.

—Tres, una grande, una mediana y una pequeña.


—Aiden sacudió la cabeza, golpeando la de Nate. Tocó el
lado de la cara de Nate y comenzó a jugar con la barba de
nuevo—. Realmente, tengo cuatro, si contamos la nueva
pantalla grande que compré ayer para reemplazar la que
fue robada.

Tomando la cintura de Aiden, lo giró para verlo


mejor. —¿Quizás siguen en tu anterior habitación?

—Hmm… —Aiden comenzó a jugar nerviosamente con


2 el bigote de Nate—. No, el baúl en el que las mantengo está
en la otra habitación, la que está usando Problema. Ahí
2 encontré esto. —Señaló el cuaderno de dibujo—. Mis
pinturas, y colores aun siguen ahí.
4
Nate frunció el ceño y cogió la mano de Aiden.
—¿Esto sucede a menudo?

—No, nunca. —Las cejas de Aiden se juntaron y


comenzó a pasar su pulgar por los dedos de Nate—. La
primera vez fue el día del robo de las armas.

Eso era demasiado extraño para ser coincidencia.

Aparentemente, Aiden llegó a la misma conclusión.


Aun mirando a Nate se mordió el labio. —Jeffers, ¿Alguna
de mis pantallas está en el castillo?

—No, mi lord.

—¿Quién se las llevó del castillo?, Jeffers —preguntó


Nate.

—No sé, Lord Deverell. No las vi salir, solo las sentí.

—¿Qué? —¿Cómo infiernos era eso posible? Nate


frunció el ceño—. Eso no tiene ningún…

Aiden asintió y apretó su mano, un poco más fuerte.


—Sí, eso tiene perfecto sentido. Después de que Rupert
perdió su pantalla hace un par de años sin que Myron, el
mayordomo de su casa, hubiera descargado los datos él
perdió todos sus dibujos. No había manera de que me
arriesgara a estar en el mismo predicamento. Así que
instruí a Jeffers a guardar mis archivos desde cualquier lado
en donde dejara mis pantallas dentro del castillo. Si Jeffers
no puede verlas, no puede saber quién las cogió, pero sabe
que ellas cruzaron el umbral dado que ya no puede
recaudar información de ellas porque salieron de las
puertas.
2 Entonces todos los dibujos de Aiden están guardados
en la memoria de Jeffers. Nate tomó la mano de Aiden y el
2 cuaderno de dibujo. —Vamos, necesitamos ver tus dibujos.

5
—Sospechaba que en ellos encontraría no solo al atacante
de Aiden sino a quien robó las armas.

Nunca se le ocurrió a Nate que ambos iban descalzos


sin chaleco y sin corbata hasta que llegaron al pasillo del
área de Raleigh y Steven. Debió de haberse dado cuenta
que ellos no bajaron las escaleras. —¿Por qué estamos
aquí?

Aiden levantó la mano y tocó en la puerta de sus


padres. —Porque el acceso a la pantalla en el estudio
privado de Cony es más grande que el de la biblioteca.

Ellos estaban medio desnudos, para los


«Maravilloso».
estándares de Regelence, y juzgando por como lo vio
Raleigh anoche, Raleigh ya pensaba que Nate se estaba
aprovechando de Aiden.

—¿Padre? ¿Cony? —Aiden tocó la puerta de nuevo.

La puerta se abrió. E inmediatamente Raleigh le dio


una mirada de preocupación a Aiden. Estaba vestido de la
misma manera que lo estaban Aiden y Nate, con el cuello
de su camisa desabrochado y sin corbata. —Aiden, tú…

—Nosotros necesitamos tener acceso a Jeffers desde


tu estudio, Cony. —Aiden entró al lado de su Sire y saludó
a su Padre sin detener el paso—. Hola Padre.

—Hola, hijo.

Raleigh atrapó la mirada de Nate, sus ojos más


abiertos. —¿Nate? ¿Qué sucede?

Nate y Raleigh vieron a Aiden llegar a la esquina del


salón de la suite de Steven y cruzar una puerta. —Nate.
2
—Steven. —Encogiéndose de hombros, Nate le dio a
2 Raleigh el dibujo y siguió a su consorte—. Ese es el hombre
que atacó a Aiden.
6
Raleigh examinó el dibujo.

El estudio privado se veía más como un centro de


mando. No tenía un escritorio real, solo sillas y una enorme
pantalla en la pared. Nate se sentía como si acabara de
entrar a un cuarto de guerra. Era de la más alta tecnología
y no combinaba con el resto del castillo.

Aiden ya estaba de pie frente a la pantalla ladrando


órdenes. Después de algunos segundos, se giró. Mirando
fijamente a Nate, Aiden le sonrió. —¿Quieres ver todos los
dibujos anteriores al robo de armas?

Llegó al lado de Aiden, aun admirando el cuarto.


—No, empieza con los de ese día, entonces regresaremos si
es necesario. —Envolvió sus brazos en la cintura de Aiden y
lo apoyó contra él, y vio hacia lo que mostraba la pantalla.

Las imágenes cambiaban, llegaron a las pinturas del


muelle. Todas eran muy buenas. De nuevo Nate estaba
asombrado por el talento de Aiden. Nate besó la oreja de
Aiden y le murmuró. —Son muy buenas.

Aiden llevó su mano distraídamente a la barba de


Nate. —Gracias.

—¿Qué están haciendo ustedes dos? —demandó


Raleigh.

Ellos giraron la cabeza y se encontraron a Raleigh


parado en el marco de la puerta con las manos en las
caderas, frunciéndoles el ceño. En su mano llevaba el
dibujo que Nate le había dado.

Steven llegó detrás de Raleigh, su atención en la


2 pantalla. Él la señaló. —Detenla ahí. —Se adelantó
colocándose al lado de Aiden y de Nate—. Mira eso.
2 En el monitor estaba el dibujo de las cajas de armas
siendo subidas al Hydro-Espacio de carga.
7
Aiden cerró los ojos y apoyó la cabeza en el hombro
de Nate. Viajaban en un aerotransporte, sintiéndose más
adormilado de lo que había estado en años. Pero tampoco,
nunca antes había pasado toda la noche haciendo el amor.
—¿Cómo fue tu infancia?

Tocando su mejilla, Nate sostuvo la cabeza de Aiden


contra su hombro. —Realmente, probablemente muy
parecida a la tuya. —La voz de Nate era suave,
tranquilizadora.

Era agradable pasar tiempo solos durante el día,


incluso si se encontraban en un tipo de misión. —¿En serio?

—Si, en serio. Me crié en Englor. Es muy similar a


Regelence.

Ese era otro de los planetas de Regency,


«¿Englor?»
recordó haber estudiado eso. Lo que significaba...
—¿Realmente eres un Conde?

—Conde de Deverell. —Nate se giró de lado en el


asiento, apoyando su espalda en un lado, y colocó a Aiden
entre sus piernas—. Y heredero del Duque de Hawthorne.
—Envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Aiden,
Nate acarició con la nariz su cuello.

Oh, eso se sentía bien. Aiden cerró los ojos y se


relajó. Él amaba la barba de Nate. Amaba estar cerca de
2 Nate.

2 Aiden abrió los ojos, y giró la cabeza ligeramente.


—¿Heredarás un ducado? —Eso quería decir que Nate había
8
sabido lo que su sociedad podría pensar de ellos al bailar
tres valses. Pero, ¿por qué había hecho eso?

—Ya no más. Fui desheredado.

—¿Por qué?

—¿Por qué? —Nate acercó la espalda de Aiden con


él—. Maté al heredero del mejor amigo de mi padre en un
duelo.

Lo dijo como algo hecho, pero Aiden no era tonto. Ahí


había una historia.

Nate apretó la cintura de Aiden y besó su mejilla.


—La prometida de Daniel me acusó de comprometerla.
Traté de hablar con él, de evitar el duelo. Cuando no
escuchó, decidí dispararle al hombro, pero él disparó
primero y mi brazo bajó cuando apreté el gatillo.

—Pero tú no la comprometiste. —Nate era demasiado


honorable para eso.

—No, no lo hice. La atrapé en una cita en los jardines


en un baile. Oí que le decía adiós a su amante antes de que
me acercara a ellos. Ella no quiso dejarlo pasar, sabiendo
que yo había oído. Ella corrió hacia Daniel y le dijo que yo
la había atacado.

«Qué bruja». Aiden tocó la mejilla de Nate y cepilló el


cabello con sus dedos. —¿Por qué no le dijiste la verdad?

Prácticamente ronroneando, Nate se inclinó ante el


toque. —No tenía una coartada. Una que pudiera compartir.
Yo estaba con el hermano menor de Daniel.

2 A Aiden no le gustaba la idea de que Nate hubiera


estado con otro hombre. Eso era absolutamente ridículo,
2 eso era el pasado… y probablemente su futuro también.
Aiden frunció el ceño, realmente no le gustaba la idea
9
porque él estaba comenzando a considerar a Nate suyo y
no le gustaba compartir.

—Englor no aprueba las relaciones entre los del


mismo sexo. No es ilegal, pero tampoco es aceptable.
Habría dicho la verdad si solo me involucrara a mí, pero
Presley era mi amigo y yo no iba a comprometerlo.

Eso no le sorprendió a Aiden ni un poco, el que Nate


se hubiera sacrificado para proteger a alguien más. Parecía
ser un hábito en él. Eso era lo que lo hacía un maravilloso
Capitán. Aiden había oído numerosas historias del valor y
altruismo de Nate en el baile militar.

Aiden giró la cara hacia Nate, se montó a horcajadas


en los muslos de Nate. Tomando la cara de Nate entre sus
palmas, Aiden lo besó. —Siento que perdieras a tu familia
por eso.

—Así soy yo, Aiden, así soy.

—¿Tenías una gran familia?

Sacudió la cabeza. —No, solo mi padre, mi hermano


Jared y yo. Mi madre murió cuando yo era joven.

Había anhelo en la voz cuando habló. A Aiden le dolió


el corazón por él. No podía imaginar no tener a sus padres
y hermanos, incluso si ellos eran un dolor en el cuello en
ocasiones. —Me tienes a mí ahora, si eso ayuda y a
Problema.

Los ojos de Nate brillaron, su conducta cambió a una


de seguridad en un instante.

Esa mirada hacía que Aiden se sintiera valorado.


2 Llevando su boca contra la de Nate, controló el beso todo
un segundo antes de que Nate hiciera un gruñido y tomara
3 el control.

0
Nate empujó su lengua dentro del interior de la boca
de Aiden. Enredó sus dedos en el cabello de Aiden,
inclinando la cabeza hacia atrás.

El hormigueo en la cabeza de Aiden lo recorrió,


haciendo que su pene se llenara. Amaba lo demandante
que Nate era, cómo siempre tomaba el control. Eso lo hacía
sentirse deseable, que Nate lo necesitaba. Parecía como
que Nate perdía el control con él, pero Aiden sabía que eso
era una ilusión. Nate siempre tenía el control. Todo lo que
hacía estaba diseñado para llevar a Aiden a la locura. Y eso
funcionaba. Aiden no podía tener suficiente de él. El centro
de su atención estaba concentrado en su anhelo.

Tirando a Aiden del cabello, Nate quebró el beso.


Mordisqueó la mandíbula de Aiden, su otra mano bajó y
acunó el culo de Aiden. —Niño, tienes un horrible sentido
de la oportunidad, ¿lo sabes? Estamos casi en los muelles.

Aiden gimió. «Oh, Galaxias», su pene estaba tan duro que


pulsaba. Amaba cómo la voz de Nate era profunda y gruesa
por la pasión. Eso hacía que su cuerpo hormigueara, y su
piel estallara en piel de gallina. Trató de frotar sus caderas
contra las de Nate.

Nate mordisqueó su mandíbula de nuevo.


—Levántate.

—¿Señor?

La cara de Nate se suavizó y tomó los labios de Aiden


en un breve beso. —Apóyate sobre tus rodillas durante un
segundo.

Apurándose a complacerlo, Aiden movió su culo de


2 las piernas de Nate. No sabía lo que Nate tenía en mente,
pero seguro que quería descubrirlo.
3
1
Desabrochando los pantalones de Aiden, Nate deslizó
su mano por la parte de atrás de ellos. Tomó el culo de
Aiden y lo acercó a un beso.

Sus dedos se deslizaron por la grieta de Aiden, hacia


su agujero. —Mmm… —Las manos de Nate en él, en
cualquier lugar, era una sensual delicia. Nate tenía grandes,
fuertes y callosas manos.

Sacando una mano del culo de Aiden, Nate llevó un


dedo a la boca de Aiden. —Chupa, niño. Déjalo bien y
húmedo.

Un estremecimiento recorrió la columna de Aiden al


darse cuenta lo que Nate pretendía hacer. El agujero de su
culo se contraía y se relajaba. Chupó, produciendo
suficiente saliva en su boca.

Nate gimió, sus labios en la línea de la mandíbula de


Aiden. Su lengua trazaba el camino a su oreja, causando
otro temblor en Aiden. Nate retiró su dedo y lo llevó dentro
de la parte de atrás de los pantalones de Aiden.

Un dedo húmedo frotó su agujero antes de presionar


su interior. Aiden gruñó, su pene saltó. Eso fue extraño solo
un segundo, entonces su cuerpo entero se relajó. Se sentía
muy bien.

Empujando su dedo dentro y fuera, Nate lo


provocaba. Él lo hizo de nuevo, apenas rozando la próstata
de Aiden.

—Oh. —Estremeciéndose, Aiden cerró los ojos y dejó


caer su cabeza hacia atrás. Nunca hubiera pensado que le
gustaran esas cosas. Detenido por los hombros de Nate,
2 trató de moverse, empalarse él mismo. Debería sentirse
avergonzado de sus propias acciones, pero no lo estaba.
3 Quería a Nate tan urgentemente, quería que Nate lo jodiera
en lugar de usar su dedo. Aiden gimió—. Por favor…
2
Nate frotó su glándula varias veces más antes de
llevar el dedo a los labios de Aiden.

Aiden tragó el dedo. Un ligeramente amargo sabor


llenó su boca y Aiden pensó en lo que estaba haciendo.
Debería de estar horrorizado, pero en lugar de eso sus
bolas se apretaron, su abdomen se tensó. «Oh».

—¿Te gusta esto?, niño. ¿Te gusta el sabor? Voy a


comer tu dulce culo, esta noche. Vas a amar la sensación
de mi lengua jodiendo tu culo.

Aiden se estremeció con el pensamiento de la cara


de Nate enterrada entre sus nalgas. Las cosas que el
hombre le decía, tenían a su pene incluso más duro.

Un segundo dedo entró en su boca. La lengua de


Nate circulaba la oreja de Aiden, mientras él humedecía los
dedos.

Deslizándolos fuera de la boca de Aiden, Nate le


mordisqueó el lóbulo de la oreja. No lo suficientemente
duro para lastimar, pero si lo suficiente para distraer a
Aiden, mientras sus dedos presionaban el interior de su
culo. Empujándolos más profundamente, golpeó la
glándula. Una y otra vez, Nate la golpeaba
implacablemente mientras besaba a Aiden profundamente,
compartiendo el sabor. —Mmm, ¿te gustan mis dedos en tu
culo?, niño.

Gimiendo, Aiden trató de empujarse y abrió los ojos.


Su agujero apretaba los dedos de Nate. Estaba cerca, su
pene escurría, solo un poco…

Nate se apartó. —Un-uh, no te corras. Tendrás que


2 esperar hasta después. —Llevando los dos dedos que había
usado a la boca de Aiden de nuevo, gruñó.
3
«No, no, no». Aiden chupaba golosamente, esperando
3 incitar a Nate a continuar. «Polvos», las cosas que Nate le
hacía, hacía que quisiera más. Aiden gimió. —Jódeme, por
favor.

Nate movió sus dedos, los deslizó por la mejilla de


Aiden y presionó su boca en la de Aiden. Lo besó profundo
y duro, entrando en su boca. —Oh. Joder, niño.

Aiden cerró fuerte los ojos, apoyó su frente contra la


de Nate. ¿Por qué este hombre hacía que perdiera el
control por la necesidad? Siempre había sido un poco
hedonista(20), suponía que era la parte artística en él. Pero
esta unión y pasión que había florecido entre ellos, lo había
sorprendido. Y extrañamente, con lo nuevo y casi
atemorizante que era no quería que se detuviera.

Nate acomodó la camisa de Aiden y abrochó sus


pantalones. —Nos tenemos que ir. El aerotransporte llegará
en unos minutos.

Jadeando por aire, Aiden trató de ignorar la


necesidad de liberarse. Sabiendo que solo lo estaría
posponiendo, se puso de pie.

Nate también se puso de pie e inmediatamente se


acomodó.

Aiden se alegraba de no ser el único sufriendo.


«Bien».
—¿Estás seguro de que no quieres quedarte aquí un
momento más?

—Compórtate, niño. —El tierno y sexy gruñido en el


tono de voz de Nate era menos un regaño y más una

(20) El Hedonismo es una doctrina filosófica en la búsqueda del placer y la supresión


del dolor como objetivo o razón de ser de la vida, considera el placer (hedoné) como el
2 bien último o supremo fin de la vida humana. Suponen que el fin último o bien
supremo del hombre se identifica con el placer. Según estos estudios, todo cuanto el

3 hombre hace o intenta, tiene siempre valor de medio para otra cosa: solo el placer es
buscado por sí mismo, y a la obtención del placer se encaminan, en definitiva, todos

4 los demás esfuerzos.


súplica—. Vamos, hay un barco que tenemos que
encontrar. Si está en este puerto, no deberíamos tener
ningún problema en identificarlo. —Nate salió del
aerotransporte y esperó a que Aiden se le uniera, antes de
ordenar que la puerta se cerrara.

Eso era cierto, lo había dibujado tan bien, que incluso


escribió ‘propiedad del IN´ en un lado del carguero.
Desafortunadamente los números del barco estaban del
otro lado y él no los vio. Jeffers no había encontrado al
atacante en la lista del personal de los barcos en el puerto.
No obstante, Nate y él habían hecho el viaje al muelle para
ver si podían localizar al criminal.

Aiden tomó la mano derecha de Nate, tratando de


tener su mente en los negocios.

Sacudiendo la cabeza, Nate rodeó a Aiden y tomó su


mano. —Del lado izquierdo. Mientras estemos en los
muelles.

Aiden debió de tener una expresión de confusión,


porque Nate se rió. —Soy diestro. Si necesito sacar la
espada rápido, necesito mi mano…

—Ah. —Ese era un buen punto. Aiden seguro que


podía haber usado una espada cuando estuvo aquí la última
vez—. Quiero una espada.

—¿No tienes una?

—No. —Caminaron entre los edificios hacia el


muelle—. Los solteros no pueden usar espadas.

Aiden veía asombrado cuando se acercaban a los


2 barcos. Eran enormes. Mucho más grandes de lo que
parecían desde arriba de la colina. Y el olor. Tenía razón,
3 era mucho peor cerca del agua.

5
—¿Puedes usarlas? —Nate movió su brazo, haciendo
que Aiden se golpeara a su costado.

—Oof.

Un soldado se apresuraba con un barril sobre sus


hombros. —Mira afuera, chico.

Hubiera tumbado a Aiden si Nate no lo quita del


camino. Aiden se giró a ver al marinero que se apresuraba.
Hombre, ese lugar tenía mucha más actividad de lo que se
veía desde arriba. Todo el mundo tenía prisa. Y era ruidoso,
con gente gritando órdenes. Eso era muy interesante.

—¿Aiden? —Nate apretó su mano.

—¿Huh? —miró a Nate—. ¡Oh! Si, espadas. Puedo


usarlas. Es parte de mi educación. También he sido
entrenado con varias armas de fuego. Pero solo puedo
usarlas por deporte en Regelence así que necesito una
espada en lugar de una fragger. —Su mirada estaba en otro
lado, lejos de Nate. El edificio era sucio y rudo, parecía que
ya había pasado sus mejores días. La atmósfera en sí
misma era deslucida y gris. No había verde en ningún lado,
a menos que se considerara las turbias aguas verdosas.
Aun así, ese lugar estaba inundado de vida.

Nate se rió. —Pregunté si estabas bien.

Aiden asintió. —Sí, solo viendo todas las cosas.


—Seguro que deseaba tener su pantalla ahora.
Normalmente, esto lo haría sentirse incómodo.
Definitivamente estaba fuera de su elemento, pero él
también tenía a Nate. Y no tenía duda de que Nate podía
mantenerlo a salvo. Parecía que al caminar cerca de Nate
2 disuadía a la mayoría de la gente de meterse con él.

3 Esto era diferente que verlo desde arriba. Aquí en


medio de las cosas se podía ver todo mejor. Podía sentir
6 cómo era. Era mucho más real aquí abajo. Incluso su piel
se sentía diferente, pegajosa. El aire era pesado, duro.
Capturar esto en su pantalla permitiría a otros también
experimentarlo.

Apretando su mano de nuevo, Nate se rió. —Deberías


ver tu cara. Y la respuesta es no, no puedes detenerte a
pintar.

Girándose hacia Nate, Aiden se rió. —¿Soy tan


transparente?

—Sí.

Aiden sonrió. A Nate no parecía molestarle ni un poco


que estuviera en ‘modo de artista’. A Nate también le
gustaba esa parte de él. Realmente asombroso, nadie lo
había hecho, eso molestaba a la mayoría de la gente.
Apoyó su cabeza en el brazo de Nate, riéndose. ¿Cómo
había sido tan afortunado?

Ellos siguieron por los muelles, escuchando el


rechinar de la madera a sus pies, en silencio disfrutando de
la compañía del otro. Al menos Aiden lo hacía. Se sentía
correcto sostener la mano de Nate y caminar a su lado,
compartir la experiencia con él.

Nate movió su mano para tener su atención. —Aiden,


mira frente a nosotros.

Girando su cabeza de un par de gaviotas que


luchaban por un pescado, Aiden vio el barco. Su estómago
se hundió a sus pies y saltó de alegría al mismo tiempo.
Medio esperaba no encontrarlo hoy. —¿Ves el nombre o el
número?

2 —Aún no.

Aiden inspeccionó el carguero de Hydro-Espacio de


3 arriba hacia abajo y de un lado hacia otro, tratando de
encontrar los detalles en su cerebro, y sabía que Nate hacía
7
lo mismo. No se veía como los otros barcos. Ese era mucho
mejor, más nuevo. No había notado eso antes. O quizás sí
lo había hecho, pero verlo al lado de los otros barcos, hacía
que se viera diferente.

Cuando se acercaron al barco, Nate se acercó a un


marinero que pasaba. —¿Cual es el nombre de esta nave?
¿Sabes si aceptan pasajeros? ¿Dónde podemos encontrar al
Vapitán?

El hombre sacudió la cabeza. —Este es el ‘Bloomin


Marchioness’, chico. ¿No es hermosa? Hasta donde sé están
cargando la nave ahora. Ese es el Capitán. —El hombre lo
señaló.

Nate apretó la mano de Aiden y lo dejó entre dos


cajas de madera a su lado. Empujó a Aiden entre las cajas,
colocó sus manos en los hombros de Aiden y lo empujó
para que se arrodillara.

—¿Qué?

—Chupa, niño. Te pagué buen dinero para que tu


boca haga algo más que hablar. —Nate hablaba fuerte y se
desabotonaba los pantalones.

«Oww». De rodillas. Aiden le frunció el ceño. ¿Qué en


las Galaxias estaba haciendo? —Yo…

Nate palmeó su mejilla. El sonido pareció oírse mucho


más fuerte de lo que él lo había sentido. —No hagas que te
castigue, niño. ¿Sabes lo que hago con los traviesos niñitos
que no hacen lo que dicen? ¿Quieres que te desnude y te
ate en mi calabozo? ¿Quieres que te azote por tu
insolencia?, niño —Nate ni siquiera estaba duro.
2
A pesar de la localización y del hecho de que estaba
3 seguro de que Nate había perdido la cabeza, el pene de
Aiden estaba duro. El anillo se asomaba por el prepucio y
8 brillaba con la luz, y hacía que la boca se le hiciera agua.
Se inclinó hacia delante y tomó a Nate todo el camino al
interior. Cuidadosamente chupó y tiró del prepucio.

Cuando Nate gruñó, ese era un sonido un poco de


sorpresa. Sus dedos se entrelazaron en el cabello de Aiden,
dudando ligeramente antes de agarrarlos.

La sensación de Nate al endurecerse dentro de su


boca era asombrosa. Aiden usaba su lengua, para rodear la
cabeza del pene por debajo del prepucio. Encontró el anillo
con sus dientes y apretó suavemente. En un momento, el
pene de Nate estaba totalmente erecto, el de Aiden saltaba.
—Mmm…

Relajando su garganta, tomó más. Le gustaba la


manera en que Nate se deslizaba sobre su lengua. El anillo
que le había causado nauseas anoche se sentía como parte
de Nate ahora. Sosteniendo la base del pene de Nate, Aiden
bajaba y realmente estaba logrando el trabajo. Quería el
placer de Nate. Quería saborearlo. Haría todo lo que sabía
que a Nate le gustaba, realmente se lanzó al momento,
olvidando todo menos a Nate y cómo Nate hacía que se
sintiera.

En un momento, Nate estaba gruñendo y jodiendo su


boca. Aiden estaba tan excitado que su propio pene estaba
goteando. Estaba tan cerca de su orgasmo.

Repentinamente, Nate se empujó dentro de su boca


más duro y se sostuvo, sus muslos se tensionaron. El
picante sabor de Nate llenó su boca y solo con eso, Aiden
también se corrió. Cerró los ojos, apoyando su frente en el
abdomen de Nate. Limpiando el pene de Nate, Aiden inhaló
el masculino olor a sexo y sudor que se encontraba en el
2 vello púbico de Nate.

3 Tensándose de nuevo, Nate tomó la cara de Aiden en


sus manos.
9
Viendo hacia arriba, Aiden se dio cuenta que Nate ni
siquiera estaba prestando atención. Estaba mirando hacia
el callejón.

Aiden giró la cabeza, dejando que el pene de Nate se


deslizara fuera de su boca. Nate se giró hacia él, y sostuvo
su cara contra las caderas de Nate, pero no antes de que
Aiden viera a Félix Chapman caminar.

2
4
0
Capítulo 14

E llos ya tenían un nombre. «Ale-jodida-luya». Nate


estaba sentado frente al ordenador sintiéndose
mucho mejor de lo que se había sentido cuando Aiden y él
habían salido rumbo a los muelles. Temía que el barco no
hubiera estado en el puerto. No solamente encontraron el
barco sino al atacante de Aiden. —Jeffers, investiga entre
los guardias del puerto el expediente de un barco llamado
‘El Marchioness’.

Aiden asomó la cabeza por la puerta. —¿Nate?

Él sonrió. Solo ver al hombre lo ponía feliz. ¿Cómo


jodidos era eso? Había dejado a Aiden hacía solo unos
minutos en el comedor. —¿Si?

—¿Quieres compañía?

—¿De ti? Siempre.

Aiden sonrió y entró al cuarto, con las manos vacías.

Nate frunció el ceño. Lo conocía malditamente bien, y


sabía que después del viaje al muelle, su niño hormigueaba
por lograr inmortalizar lo que vio en su arte. «Maldición».
Olvidaba que alguien le había robado las pantallas a Aiden.
Tendrían que encontrar quién era. No solo estaba enojado
de que alguien tomara las cosas de Aiden, sino que quien
2 fuera también había atacado a Aiden.

—¿Has encontrado algo?


4
1
—Aun no. Jeffers está buscando información en los
barcos ahora. —Se apartó del escritorio y palmeó su
muslo—. ¿Está Thomas aquí?

—Sí, todo el mundo salió al baile. Imagino que


Thomas está en su cuarto o jugando cartas con alguno de
los sirvientes, ¿por qué?

—Voy a salir a comprarte algunas pantallas nuevas.

Aiden besó su mejilla. —Gracias, pero la tienda de


arte está cerrada. Ya le pedí a Thomas que fuera a primera
hora mañana. Además, tengo varios cuadernos de dibujo
arriba. Vine a ayudarte. —Girándose al ordenador, inclinó la
cabeza—. Aunque no debería. Una vez que resuelvas el
delito, regresarás a tu nave. —Aiden frunció el ceño,
estudiando detenidamente la pantalla—. Hmm…

Nate ignoró el comentario. No quería pensar en irse,


no cuando tenía a Aiden aquí, en su regazo. Luchó contra la
urgencia de chupar el lóbulo de la oreja de Aiden y miró al
monitor. Ahí estaba la lista de datos y fechas en las que ‘El
Marchioness’ había estado en la bahía de Pruluce. Las
armas no estaban en la lista.

—Los guardias del puerto están en esto.

—No necesariamente. —Envolviendo sus brazos


alrededor de la cintura de Aiden, Nate leyó la lista de nuevo
y encontró la fecha de cuando las armas fueron robadas.

Aiden bufó y señaló hacia la pantalla antes de ver a


Nate. —¿Por qué no están registradas las armas? ¿No se
supone que deben revisar las cargas?

2 —Técnicamente sí, pero imagino que si ellos estaban


realmente ocupados, como se ve en tus dibujos, pudieron
4 dejar pasar eso, especialmente si les pagaron. Sucede todo
el tiempo. No significa necesariamente que sean culpables,
2 solo se dejaron llevar por su conveniencia o su codicia.
—Necesitamos mejores leyes comerciales.

Nate se rió. —¿Vas a hacer presión para ellas?

Aiden gruñó. —Buenas Galaxias, no. Realmente estoy


agradecido de que no seas un lord de Regelence, así yo no
tendré un lugar en el parlamento. Tengo cosas mucho
mejores que hacer. Eso concierne a mi padre, pero porque
él esté extensamente involucrado, no significa que yo
quiera entrar en la política. Gracias, muchas gracias.

Aiden se veía tan horrorizado con la idea, Nate se rió


fuerte. —¿Qué si el gobierno empieza a entrometerse en
tus derechos?

—Entonces haré una declaración política con mi


trabajo y la haré pública. No subestimes el poder del arte.

Aparentemente, había pensado en esto. Nate estaba


impresionado. —¿Te has dado cuenta que tu propia familia
es la cabeza del gobierno?

Aiden sonrió y sus ojos prácticamente brillaban. —Oh


sí, eso lo hace incluso mejor. Conozco sus debilidades. Mi
padre es fácilmente influenciable por la violencia.

Nate arqueó una ceja. —¿Oh? ¿Cómo exactamente


descubriste eso?

—Pinté una encantadora pieza para el comedor en


celebración al hígado. —Aiden sacudió la cabeza y suspiró—
. A padre no le gustó. Qué vergüenza, era una encantadora
representación del interior de un matadero. Y pensé que los
cuerpos ensangrentados de las vacas se veían apacibles…
—Se encogió de hombros—. Todo el mundo es un crítico.
2 Nate empezó a reírse de nuevo, antes de que Aiden
terminara de hablar. Su risa era tan fuerte que sus
4 costados le dolían y tenía lágrimas en los ojos.
—Recuérdame no enojarte.
3
Aiden besó sus labios, se puso de pie, riéndose.
—Solo no trates de que coma hígado. Voy a subir. ¿Vienes?

Limpiándose las lágrimas de los ojos, Nate sacudió la


cabeza. —No, necesito hablar con el Almirante. Subiré
pronto. —Le hubiera encantado ver eso. Se llevaban tan
bien juntos, que Nate casi había olvidado lo desafiante que
Aiden podía ser.

—Bien, dibujaré mientras tanto.

Aiden se giró y Nate agarró su mano y lo acercó.


—Estaré arriba tan pronto como hable con el Almirante
Jenkins.

Aiden parecía que quería decir algo, pero no lo dijo.


Asintió, Aiden apretó la mano de Nate y se fue.

Apoyando la cabeza en el escritorio, Nate suspiró.


Preferiría seguir a su esposo arriba. «El trabajo primero». —
Jeffers, ¿puedes conectarme con el Almirante Carl Jenkins?
Está en la estación espacial de Regelence.

—Sí, mi lord.

Nate apoyó los codos en el escritorio y esperó. No


pasó mucho tiempo antes de que Carl apareciera en la
pantalla.

—Hawk, ¿cómo estás? Confío que hayas avanzado en


la investigación.

—Estoy bien, Carl. La investigación va un poco lenta,


pero estoy revisando varias cosas.

—¿Tienes alguna información para mí?


2 —Sí. Y tengo que pedirte un favor. Necesito que
investigues a alguien por mí. Necesito que investigues a un
4 hombre llamado Félix Chapman. Haré que Jeffers te envíe
el dibujo que Aiden hizo del hombre. Regelence solo
4
registra a los criminales y a los votantes. —
Aparentemente, Félix Chapman no es ninguno de ellos.
Nate investigaría el barco mañana.

—Hecho. —Carl asintió—. ¿Algo más? Apuesto que


estas ansioso de regresar al Lady Anna.

Nate se sorprendió al descubrir que no lo estaba.


Decidió quedarse aquí y no lo lamentaba, pero esperaba
extrañar su nave, extrañar su vida como Capitán de la IN.
Le sonrió a su viejo amigo. —Me casé con el príncipe Aiden.

—¿Qué? Me pareció oír que te casaste con el príncipe


Aiden.

—Eso es exactamente lo que dije.

Carl sonrió renuente. —¿Es algo bueno?

—Es algo muy bueno. —Nate se rió ante la


incredulidad de Carl.

—Bueno, en ese caso, felicitaciones, Nate. —Carl


sacudió la cabeza—. ¿Cómo infiernos lograste eso?, viejo
perro.

Nate hizo un guiño y se relajó, recargándose en la


silla. —Con mucha suerte. Shh… Él aun no imagina que solo
soy un pobre miembro de la naval.

Riéndose, Carl palmeó el escritorio. —De algún modo


dudo eso. —Después de unos segundos de risas, su cara se
puso seria—. ¿Cómo impresionaría a tu príncipe que fueras
Slmirante?

«¿Qué?»Un par de días antes ese podría ser su sueño


2 hecho realidad, ¿pero ahora? Nate no estaba seguro. Eso
podría mantener a su familia fuera del frente de la línea, y
4 podrían seguir con él, pero aun así necesitaba hablar con
Aiden de su familia.
5
—No me digas que no amarías ser el Comandante de
la flota Aries.

«¿Laflota Aries?» Esa era la flota de Carl. Esa era la flota


que protegía a Regelence. —¿Qué sucede?, Carl.

¿Por qué Carl le estaría cediendo su posición?

El hombre no era un viejo. El almirante casi siempre


seguía en su puesto hasta que moría o cuando empezaba a
estar demasiado enfermo para hacer una decisión racional.

Carl movió una mano, pero Nate no se perdió sus


vacilaciones. El hombre sabía lo sorprendente que era una
revelación como esa. —Nada. Me retiro.

Nate frunció el ceño. —Pensaré en eso.

Nate subió las escaleras confundido. La IN quería


promoverlo a Almirante. Eso podría significar que podría
mantener a Aiden con él. No estaba seguro que esperar un
año y retirarse no fuera una mejor solución. Pero
Almirante… hace unos años. Infiernos, hace unos días, esa
podría haber sido la respuesta a sus oraciones, pero algo se
sentía mal. Carl no podía retirarse voluntariamente,
¿podría? No, Nate no creía eso. Carl vivía y respiraba la IN.
Toda su familia era de la IN, su padre y abuelo antes que
él, sus hermanos, incluso su hijo. Algo estaba mal, pero no
sabía qué. Quizás comentarlo con Aiden pudiera ayudar.
Asumiendo que Aiden estuviera aun despierto. Conociendo
a Aiden, estaría en la cama con su cuaderno de dibujo.
Abriendo la puerta, entró y la cerró detrás de él.

Aiden estaba justo donde Nate esperaba que


estuviera, en la cama, sobre su estómago, los pies
2 levantados y completamente absorto en su dibujo. No
mostró ninguna indicación de saber que Nate estaba ahí.
4
Nate se apoyó en la puerta, viéndolo durante unos
6 minutos. Maldición si su pene no se estaba llenando. ¿Por
qué en el mundo el ser ignorado le excitaba? No tenía idea,
pero así era. A lo mejor era por la pasión de Aiden en el
dibujo. Amaba cómo Aiden inconscientemente frotaba sus
pies juntos y cómo cuando detenía el lápiz su cabeza
automáticamente se inclinaba de lado y la punta de su
lengua se asomaba entre sus labios.

Como si pensara acerca de lo que estaba sucediendo,


Aiden comenzó a frotar sus pies juntos, haciendo que el
lino blanco se levantara en sus pálidos muslos. Problema
tenía razón, las camisas de dormir eran de chicas. Nate
había odiado las malditas cosas incluso cuando era
adolescente. No le tomó mucho tiempo decidir dormir
desnudo.

Repentinamente recordó algo. Aiden tenía una camisa


de dormir. ¿No le había dicho a Aiden que no usara camisas
de dormir en la cama? Técnicamente, Aiden no estaba en la
cama, estaba sobre la cama. Pero aun así, Nate no iba a
discutir de semántica consigo mismo. Esto iba a ser
divertido. Nate sonrió, su pene estaba incluso más duro.
—Niño, ¿me puedes explicar por qué estás usando una
camisa de dormir?

Aiden gimió, su cabeza se giró hacia Nate. —Oh,


Nate, me asustaste. —Su mirada recorrió el cuerpo de
Nate, deteniéndose en su ingle. Su lengua salió y
humedeció sus labios, y le sonrió, mirando a los ojos a
Nate. Bajando el lápiz, se rodó de lado y extendió una
mano hacia Nate.

—Y ahora me ignoras. Estás rogando porque palmee


tu culo, ¿no es así?, niño.
2 —¿Huh? —Los ojos de Aiden se abrieron más,
viéndolo fijamente, entonces se suavizaron, brillando con
4 excitación. Mordiendo su labio inferior, se sentó.

7
Nate avanzó, quitándose su chaleco. —Camisa de
dormir fuera, niño.

—Sí, señor. —Aiden casi desgarra la cosa al sacarla


por su cabeza. Lanzándola al suelo, se recargó en sus
brazos, asegurándose de que Nate tuviera una buena vista
de su tonificado cuerpo. Acostado, colocó sus brazos sobre
su cabeza, flexionando los delgados músculos de su
abdomen. Su atrevida mirada en la cara de Nate y le sonrió
cuando notó la mirada de Nate.

«El pequeño diablillo». Nate terminó de desnudarse,


tomándose su tiempo para quitarse la ropa. Todo el tiempo
estuvo consciente de la mirada de Aiden en él. Incluso oyó
ocasionales gemidos y suspiros, haciéndole saber que a
Aiden le agradaba lo que veía.

Después de dejar sus zapatos abajo del armario, Nate


subió a la cama. Acomodó las almohadas contra la cabecera
y se acomodó confortablemente estirando sus piernas.

Aiden se giró de cara a él. —¿Señor?

—Ven aquí.

Aiden se arrastró igual que un cachorro anhelante,


inmediatamente se subió a horcajadas en sus muslos.

—Sobre mi regazo, niño.

Aiden vaciló, pero de nuevo Nate notó la chispa de


excitación destellar en sus grises ojos. Eso intensificó la
propia excitación de Nate. No podía esperar por ver ese
lindo culito blanco volverse rojo bajo su mano.

Aiden se acomodó sobre las piernas de Nate,


2 moviéndose un poco hasta que estuvo cómodo. Finalmente
terminó con su culo hacia arriba posicionado perfectamente
4 en los muslos de Nate.

8
Nate se quedó así un minuto dejando que la
excitación lo recorriera. «Joder», su niño era algo más. Aiden
había logrado acomodarse de tal manera que su pene
descansaba contra el interior de las piernas de Nate. —
¿Estás listo?, niño —Nate colocó su mano izquierda en el
centro de la espalda de Aiden y la derecha sobre las pálidas
nalgas.

Los músculos de Aiden se tensaron bajo las manos de


Nate un segundo antes de relajarse de nuevo. —Sí, ¿señor?
—dijo con un tono de pregunta en su voz, como si no
estuviera completamente seguro.

Levantando la mano derecha, Nate hizo una pausa.


—¿Sabes por qué es esto, verdad?, niño

Moviendo la cabeza, Aiden contestó. —Por la camisa


de dormir, señor.

—¿No te dije que no usaras camisas de dormir en mí


cama?

El imprudente malcriado gruñó algo que hizo sonreír


a Nate. —¿Qué fue eso?

—No la usaré de nuevo, señor.

—Bien, quizás esto ayude a recordarlo la siguiente


vez. —Nate palmeó el culo y recibió un impactante gruñido
y una automática tensión en respuesta. Lo hizo de nuevo,
lento y duro al principio y entonces un poco más rápido. El
sonido de las nalgadas y el movimiento de Aiden iban
directo a su pene. Ese lindo culito estaba agradablemente
rosa.

2 Algo se empujaba en su pierna y le tomó unos


segundos darse cuenta que era el pene de Aiden. «Maldición».
4 Su niño estaba duro con las nalgadas. Nate siguió con la
lluvia de nalgada tras nalgada. Nate veía cómo Aiden se
9 anticipaba y se acomodaba para no perder el balance.
Al principio Aiden solo gemía, ocasionalmente gritaba,
pero cuando los gritos se convirtieron en sollozos, Nate se
detuvo. El pene de Aiden seguía duro y caliente contra sus
mulos pero... —¿Aiden?

—No te de-detengas, por favor no te detengas,


señor. —Su voz era gruesa con el sonido de las lágrimas.

Nate se detuvo, un nudo se formó en su estómago.


«Mierda». No quería lastimar a Aiden. Aiden dijo ‘no te
detengas’, pero… Nate lo vio detenidamente, entonces lo
notó. Una gota de algo caliente se escurría por su muslo
donde la punta del pene de Aiden rozaba su pierna. «Oh joder.
Pre-semen». Nate gruñó y nalgueó el culo de su niño de nuevo,
varias veces.

Aiden se movía aun más. —Oh, gr-gracias, señor. Por


favor, no te de-tengas, señor. Más. —Su ruda y quebrada
voz hacía que le doliera a Nate.

—Yo decido cuándo y si me detengo, niño. —El sudor


goteaba de las sienes de Nate y batallaba para respirar. No
estaba seguro si se debía al esfuerzo o a la excitación. Su
pene pulsaba, presionando contra un lado del de Aiden—.
Esto es, entrégate a mí. Con un hermoso culo con mi mano
pintada en el. Eres mío ahora, niño. —Siguió palmeando las
calientes nalgas, viendo el rosa aumentar con cada golpe.

Después de unos cuantos golpes más. Aiden se


tensó, su pene saltaba contra el muslo de Nate. Gruñó, sus
caderas se movieron un poco. —Señor… Señor…

Nate se detuvo. Se moría por sentir el calor de la


rosa piel irradiar a su cara. Colocando sus manos bajo
2 Aiden, levantó a su niño y lo acomodó en la cama al lado de
él. Tomó unas almohadas y las colocó bajo las caderas de
5 Aiden. —Separa tus piernas.

Aiden obedeció ansioso.


0
Colocándose de rodillas entre los muslos abiertos de
Aiden, Nate enterró su cara en el caliente trasero. Inhaló el
olor a almizcle y cerró los ojos. «Oh, infiernos, si».

—Por favor, señor…

—¿Por favor qué?, niño —Nate frotó su barba contra


la tierna carne, lamiendo una línea hacia arriba de un lado
y entonces en el otro. Lo hizo de nuevo, dejando que Aiden
sintiera su barba.

Aiden gimió, moviéndose cuando sentía la barba de


Nate en su tierna carne.

—¿Quieres mi lengua en tu culo? ¿Eso es lo que


quieres?, niño. ¿Quieres que te joda con mi lengua? —Nate
separó las nalgas de Aiden, su lengua fue directo a su
agujero, moviéndose alrededor y empujándose al interior.

—Oh, joder, Nate. Señor. —Tensándose, Aiden se


corrió. Su cuerpo se estremecía y el olor a semen llenó el
aire. Sollozaba dentro del colchón, su voz amortiguada
mientras movía su cabeza de un lado a otro.

Nate gruñó y siguió su asalto, lamiendo la grieta de


Aiden. La punta de su lengua entraba en el agujero de
Aiden. Empujó un dedo al interior, jodiendo el apretado
pequeño agujero con eso.

Aiden gimió, empujándose hacia el dedo.

«Maldición»,Nate estaba tan jodidamente duro, sus


bolas imposiblemente apretadas. Frotó la cara contra la
caliente piel de nuevo. ¿Cómo había sido tan afortunado? Ni
en un millón de años podría haber imaginado que ese dulce
2 e inocente hombre pudiera ser su igual en la cama. No
importaba cuán duro presionara, Aiden tomaba todo y
5 rogaba por más. ¿Podría gustarle a Aiden ser amarrado a la
cama mientras Nate flagelaba su hermosa y tierna espalda?
1 Nate gimió.
Usando otro dedo, Nate empujó profundamente,
buscando…

Los músculos en la espalda de Aiden se movieron y


sus piernas temblaron. Él gritó dentro de la cama y se
empujó hacia Nate.

Nate formó más saliva en su boca. Moviendo sus


dedos, se forzó a escupir dentro del culo de Aiden, mientras
con su lengua lamía hacia abajo, acarició con su nariz las
bolas de Aiden. Galaxias, olía bien, a almizcle, sexo y a
Aiden.

Aiden gimió.

El cuerpo entero de Nate se tensó con el dulce sonido


de súplica. No solo de súplica, rogaba por él. —Joder, niño.
—Nate se enderezó, apoyando una de sus manos en la
cama. Le dio a las lindas nalgas una última nalgada antes
de que envolvieran su pene. El calor de la roja piel de Aiden
prácticamente lo quemaba.

Se empujó lentamente hasta que sus caderas


descansaban contra Aiden. Una vez en el interior cerró los
ojos y se inclinó hacia delante, apoyándose en ambas
manos. Era un concurso para ver quién gemía más fuerte,
Aiden o él.

Aiden gimió. —Puedo sentir eso. Siento el anillo—.


Su voz salía en un murmullo.

«Mierda».Nate se quedó perfectamente inmóvil. El


apretado calor que aferraba su pene era increíble. La
sensación subió por su eje directo a su columna, haciendo
que se estremeciera. Su abdomen se tensó y su aliento
2 quedó atrapado. Sabiendo que no iba a durar mucho, tomó
una profunda respiración y abrió los ojos. Estaba hechizado
5 viendo la pálida piel de la espalda y el feroz rojo de su
trasero que brillaba con sudor. —Buenas galaxias, niño,
2
eres hermoso. —Inclinándose, pasó su lengua entre los
omóplatos de Aiden, saboreando la salada piel.

Aiden empezó a empujarse. —Señor, muévase, por


favor.

Tomando sus caderas, Nate se empujó hacia el


interior. Él jodió a Aiden duro y profundo. En un momento
Aiden gritó, se tensó, sus músculos se contrayeron,
llevándose a Nate justo al borde con él.

De algún modo, Nate logró colapsar al lado de Aiden


en lugar de sobre él.

Aiden seguía inmóvil, su cabeza girada hacia Nate.


Nate tomó su mano y comenzó a tirar de él, tratando de
acercarlo.

Arrastrándose, Aiden subió encima de él, haciendo a


Nate ultra consciente de lo caliente y sudado que estaba,
de lo caliente y sudado que ambos estaban. Su corazón
estaba golpeando duro en su pecho contra el pecho de
Aiden mientras sus brazos envolvían a Aiden y besaba su
frente.

Después de unos minutos, cuando ambos respiraban


más fácilmente, Aiden levantó la cabeza. Su mirada fija en
la de Nate y parpadeó, sus grandes ojos grises brillando
con lágrimas. Aiden apoyó la cabeza en el hombro de Nate
e inhaló audiblemente. Se quedó ahí durante varios
segundos, entonces comenzó a acariciar con su nariz el
brazo de Nate.

Nate sonrió y movió su brazo. ¿Qué si su niño subía?

2 Aiden enterró su nariz en el vello bajo el brazo de


Nate y tomó una profunda y satisfecha respiración. Su
5 lengua salió y atrapó algo del sudor del vello de la axila de
Nate.
3
Entonces Nate lo sintió. El pene de Aiden estaba duro
de nuevo golpeando su abdomen. «Oh joder». Nate gruñó y
levantó su mano, llevando la cabeza de Aiden a su pecho.
—Después, niño. Necesitas descansar.

Aiden bostezó contra él y sonrió.

El interior de Nate tenía una agitada sensación, su


pecho dolía, pero no de mala manera. Acercó a Aiden y
selló sus labios con los de él. Sabía desde el principio que
quería mimar a Aiden. ¿Pero ahora? Él estaba muerto.

2
5
4
Capítulo 15
A iden despertó frío y confundido hasta que
localizó los cobertores a los pies de la cama.
Estiró las sábanas y el edredón y se acurrucó con sus
piernas hacia su pecho para lograr calor. Si Nate no iba a
dejarlo usar camisa de dormir, al menos podía acurrucarse
y mantener a Aiden cómodo. Divertido. Nate usualmente se
acurrucaba con él. La mayor parte de las últimas noches él
durmió en los brazos de Nate.

Aiden sonrió. «La última noche». Su pene comenzó a


moverse pero al mismo tiempo su humor se cayó. Cada vez
Nate lo empujaba más y más allá, probando sus límites y
confianza. Aiden decidió dejar que Nate lo quebrara un
poco más. Ahora era bastante seguro que Nate regresaría a
menudo, pero Aiden no quería que se fuera para nada.
Girándose hacia el lado de la cama de Nate, Aiden se
encontró con las manos vacías. Trató de nuevo y golpeó el
colchón, antes de abrir los ojos. —Maldición. —Nate no
estaba en la cama—. Jeffers, ¿dónde está Lord Deverell?

—En la biblioteca. Quiere que le traigan el desayuno


cuando despierte. ¿Debo ordenarlo ahora?

—Sí. —Aiden se sentó y se estiró. Su culo estaba


tierno. Su pene se endureció lleno ante el agradable
recuerdo de las nalgadas. Eso lo había sorprendido. Nunca
imaginó que algo como eso pudiera hacerlo sentir de esa
2 manera. Gruñó. Nate estaba bajo las escaleras, no tenía
caso excitarse—. Jeffers, ¿sabes si Thomas ha tenido
5 tiempo de ir a comprar mis nuevas pantallas esta mañana?

5
—Están aseguradas en el baúl de Lord Deverell a los
pies de la cama, mi lord. Le dejó la llave en la mesita de
noche y las instrucciones de que las mantenga en un lugar
seguro.

¿Nate había dejado bajo llave sus pantallas para


mantenerlas seguras? Eso no era poca cosa, probablemente
nadie haría lo mismo sabiendo que sus pantallas podrían
ser robadas, pero… Aiden sonrió, sintiendo todo el
hormigueo y el calor.

Bajando las piernas a un lado de la cama, abrió el


cajón de la mesita de noche. Había una nota con una llave,
levantó ambas.

Dejó la nota en la mesita de noche, se puso de pie,


caminó a los pies de la cama, se puso en cuclillas y colocó
la llave en la cerradura.

—Ni siquiera te has vestido y ya estás detrás de las


pantallas.

Aiden tomó aire y casi se cae de culo. Llevándose las


manos al pecho, tomó una profunda respiración. No había
oído abrirse la puerta.
2 Nate se rió y cerró la puerta detrás de él. —Lo siento.
5 Se sentó, tratando de que su corazón regresara a un
ritmo normal, y sonrió. —Está bien. No te oí.
6
—No me sorprende. Ya tenías tu mente en los
dibujos. —Nate sonrió y entró al cuarto. Lanzó algo en el
colchón y se apoyó en uno de los postes de la cama. Cruzó
sus largas piernas a la altura de los tobillos y sus brazos
sobre su pecho, miró hacia Aiden—. ¿Cómo te sientes?

Aiden siguió ese largo y musculoso cuerpo todo el


camino hacia esa hermosa cara. Nate era hermoso y sexy y
Aiden suspiró. «Como que deberías lanzarme a la cama y joderme». —
Maravilloso. ¿Cómo estás tú? —Se puso de pie dejando la
llave en la cerradura y cerrando el espacio entre ellos.

Nate atrajo a Aiden a sus brazos tan pronto como él


acortó la distancia. —Estoy bien gracias, ¿dolorido?

—No sé, ¿tú lo estás?

Frotando su espalda, Nate mordisqueó su mentón y


se rió. —Niño…

—Un poco. Pero de buena manera. —Aiden pasó sus


dedos por la barba de Nate.

—Te compré algo.

—Lo sé, encontré la nota. Gracias por dejarla en tu


baúl. —Se puso de puntillas y besó los labios de Nate. Oh,
el hombre hacía que doliera. Se sentía tan bien tener su
pene entre ellos. Todavía ahí, empujó sus caderas hacia
Nate. Deslizó su mano entre ellos y…

Nate gruñó, empujó su erección dentro de la mano de


Aiden antes de apartarse. —Compórtate, niño. No tengo
tiempo para eso. —Se giró alrededor del poste de la cama
para tomar algo que había dejado en la cama.
2 Aiden soltó el aliento, tratando de decidir
«Maldición».
cuánto lograría si le rogaba. Probablemente no mucho, le
5 diría, ‘yo decido cuando, niño.’ «Oh, hombre», murmuró.
Amaba cuando Nate era todo dominante y le ordenaba, la
7
manera en que su voz realmente se oía ruda y profunda.
¿Qué tan lastimado estaría su culo? ¿Realmente? ¿Podría él
exponerse a más nalgadas? Probablemente no. Tratando de
no dejar que sus hombros cayeran rodeó la cama y siguió a
Nate.

—Pasé la mayor parte de la mañana buscando esto.


—Nate le dio la cara en ese momento exacto y presionó
algo contra su pecho, sin darle a Aiden otra elección más
que tomarlo.

Aiden se sobresaltó. —Frío. —Lo alejó de su desnuda


piel para poder verlo. Era una espada. Una espada en una
funda, con una realmente fría, realmente linda
empuñadura. ¿Nate le compró una espada? «¡Oh! Oh, polvos».
Nate le compró su propia espada. Cogió el mango con una
mano y le quitó la funda con la otra. La brillante hoja
plateada se deslizó libre de la funda de piel negra, brillando
con la luz. La espada era curva y bien afilada.

Tomando la mano de Aiden que sostenía la espada,


Nate la hizo a un lado y envolvió su mano en la parte de
atrás del cuello de Aiden, besándolo. —Me tengo que ir,
espero una llamada del Almirante. Después de que
desayunes vístete, y baja. —Nate lo dejó y se giró para
irse—. Y no juegues con la espada desnudo, eres capaz de
cortarte algo.

«Nate me dio una espada». Aiden seguía asombrado, inclinó


la espada y con la luz, notó que tenía una inscripción en el
centro de la hoja, debajo de la empuñadura. «Para mi niño, Por el
Honor y el Deber hasta que el corazón y la espada se quiebren. Con Amor, Nate».
Miraba las palabras sintiendo el corazón en su garganta.
2 Esa era una inscripción tradicional, pero Nate le había
agregado algo especial, —Para mi niño—. Los ojos de Aiden
5 ardían forzándolo a parpadear. —Señor…

Deteniéndose con la mano en el pomo, Nate se giró.


8
—Gracias. —sonrió Aiden.

Nate dejó la puerta y regresó. Besó a Aiden duro y


profundo.

Los dedos de los pies de Aiden se curvaban y casi


deja caer la espada. Tratando de acercarse gimió.

Nate se apartó. —De nada. —Acarició la mejilla de


Aiden con el pulgar—. Ahora, realmente me tengo que ir.
Baja cuando tengas oportunidad. —Salió cerrando la puerta
suavemente detrás de él.

Por varios segundos, Aiden siguió ahí, viendo la


puerta con una tonta sonrisa en su cara. Debió decirle a
Nate que lo amaba. Sosteniendo la espada de nuevo, leyó
las palabras grabadas, «Con Amor Nate». ¿Nate realmente lo
ama? ¿Qué si le preguntaba a Nate si podía ir con él? No
quería dejar a su familia, pero… Nada, solo su arte lo había
hecho sentirse de esa manera antes. No podía mentirse
más. Perder a Nate le dolería.

Dejando la espada en la cama, se apresuró a


vestirse. Necesitaba hablar con Nate. Asegurarse de que
estaría bien, Aiden tenía que saber, si existen, qué planes
tenía Nate. Necesitaba saber si Nate regresaría o se
quedaría. —Jeffers, cancela mi desayuno. Bajaré y tomaré
algo.

—Sí, mi lord.

Cuando estaba por terminar, se dio cuenta de que


tenía un problema. «Polvos». Bien, probablemente podría
hacerse el nudo, pero ese nudo no sería adecuado para
estar en público. ¿Podría verlo alguien abajo? No, si Cony lo
2 atrapaba… Y además probablemente estaba la visita, dado
que sus hermanos habían ido al baile anoche. Sosteniendo
5 la almidonada tela blanca alrededor de su cuello, abrió la
puerta entre las habitaciones y entró al área. Notó que la
9
puerta de la otra habitación, la que ahora estaba ocupando
Problema, estaba entreabierta, Aiden se asomó al interior.

Problema estaba de pie al lado de la habitación del


valet con su oreja presionando la puerta.

Girando los ojos, Aiden empujó la puerta, listo para


decirle al chico que no era cortés escuchar atrás de la
puerta. —Pro…

Problema se llevó su dedo a la boca, sus ojos bien


abiertos. Sacudiendo la cabeza, le señaló a Aiden que se
acercara.

Aiden frunció el ceño. ¿Qué en las Galaxias podría ser


interesante con Benson? Y si Problema estaba espiando a
Benson era porque esa habitación era la que debería de ser
de Aiden, y Benson había ocupado el cuarto de su valet.

Cuando Aiden llegó con Problema, el jovencito señaló


a la puerta. Aiden acercó su oreja a la puerta, a pesar de
que no era necesario. Podía claramente oír que Benson
discutía con alguien.

—No tengo idea de lo que hablas, —siseaba Benson.

Los labios de Problema se curvaron en un tipo de


expresión de —¿huh?

Aiden estaba muy seguro de que sus expresiones


eran iguales. — ¿Con quién está hablando? —murmuró
Aiden.

—Caldwell, —respondió Problema.

—Dame ese mensaje, ¡te vi escribirlo! —dijo Caldwell.


2 Aiden y Problema seguían ahí, sus orejas pegadas a
la puerta, viendo al otro. ¿Era un tipo de pelea de amantes?
6 ¿O era algo más? Uno de ellos debería de ir a buscar a
Nate, pero Aiden no podía moverse. Tan pronto como lo
0
hiciera se perdería algo. Estaba listo para ir a hablar con
padre acerca de que Jeffers grabara las cosas en las
habitaciones. Como si él solo pudiera activarlo con un botón
de voz. Y hablando de Jeffers alguien tenía que alejarse y
buscarlo. —Ve a buscar a Nate, —le murmuró.

Sacudiendo la cabeza, Problema lo señaló y


murmuró, —Tú.

Aiden giró los ojos. No había manera que dejara al


hijo de Nate ahí, con solo una puerta entre él y esos. Tomó
el brazo del adolescente y lo arrastró. Ambos tendrían que
ir.

Problema sacudió la cabeza, encolerizado.

Una serie de golpes y gruñidos se oyeron del otro


lado de la puerta. Algo caía en la alfombra. No fue el
suficiente ruido para alertar a alguien a menos que
estuvieran escuchando, pero definitivamente era el ruido de
una pelea.

Congelados, Aiden y Problema siguieron en la puerta.


Hubo un silencio. «Mierda». Ambos tenían que salir.

Aiden tomó la manilla de la puerta que salía al pasillo.

Justo cuando la puerta se abrió. —Ah, ah, ah. Aléjese


de la puerta, su Alteza.

Aiden no tenía intención de dejar la puerta, hasta que


oyó un murmullo. Girándose estaba de frente a Problema.

Caldwell tenía a Problema agarrado del cuello con una


fragger en su sien. Le señaló con su dedo a Aiden. Aiden
vio alrededor buscando algo que pudiera ayudar en esa
2 situación. Vio a Benson en el suelo del otro cuarto. Aiden
podía solo ver el bajo abdomen y las piernas de Benson,
6 desde donde se encontraba, pero era suficiente para saber

1
que Benson no podría ir a su rescate. Había un charco de
sangre alrededor del valet.

Tragando el nudo en su garganta, Aiden se movió. No


quería hacer enojar al hombre cuando tenía una fragger
contra la cabeza de Problema.

Cuando se acercó, Caldwell empujó a Problema y


tomó a Aiden, colocando la pistola en su cabeza.

Problema se tambaleó y se apoyó en la puerta, giró la


cara hacia ellos. Vio hacia el cuarto del valet y gimió.
—Benson.

—No va a ser de ninguna ayuda. Nosotros haremos


un viaje, niños. —Caldwell colocó la fragger en el interior de
su abrigo y movió a Aiden, dejando claro que aun tenía el
arma apuntando hacia Aiden.

«Maldición».
Jeffers no buscaría ayuda si no veía el
arma. Aparentemente Problema también se dio cuenta de
eso. Miró a Aiden y a la puerta, entonces lo hizo de nuevo.
Se veía perdido.

Aiden le dio una insegura sonrisa. —Abre la puerta.


—Nate esperaría que cuidara de Problema y viceversa. De
cualquier manera, tendrían mejores oportunidades si se
mantenían juntos.

—Al sótano, caballeros. Y no olviden lo que tengo.


—Caldwell atrapó el brazo de Aiden, acercándolo hacia él—,
asegúrate de que él vaya justo al frente.

Problema abrió la puerta y guió el camino, mirando a


Aiden y a Caldwell muy a menudo.
2 Ellos realizaron el camino hacia el sótano sin
encontrarse a otra persona. ¿Cómo? Aiden no tenía idea,
6 pero lo imaginaba. Un castillo lleno de gente y ¿dónde
están cuando los necesitas? Si salía vivo iba a mejorar las
2
medidas de seguridad, la privacidad personal era una
maldición. —¿Por qué mataste a Benson?

—Para resolver una discusión. Y a menos que


ustedes dos quieran unírsele, será mejor que hagan lo que
digo. —Caldwell se detuvo en la entrada del cuarto de
mantenimiento de Jeffers—. Abre la puerta.

¿Caldwell sabía que eso registraría la identidad de


Aiden? Aiden no tenía idea cómo Payton lograba entrar sin
usar su código y la huella de su pulgar, pero Aiden no podía
hacer eso.

—Su Alteza, —Caldwell lo empujó con la pistola en su


espalda.

Después de teclear el código, Aiden escaneó su


pulgar. La puerta se abrió.

Problema debió saber lo que eso significaba, atrapó la


mirada de Aiden, sus ojos brillaban.

Quizás ellos podrían dejarle a Padre y Cony una pista.

—¿Alguna idea de quién robó las pantallas de dibujo


de Aiden?

Nate vio a Raleigh y sacudió la cabeza. —No. he


revisado todos los videos que existen de todo el castillo en
Jeffers alrededor del momento de la perdida. Lo único que
2 salió del castillo fue basura. Estoy asumiendo que alguien
las tiró a la basura.
6 —Infiernos sangrientos. —Raleigh gruñó y se sentó
3 en una silla frente al escritorio—. Joder.
Nate arqueó una ceja. En el tiempo que llevaba ahí,
no había oído a Raleigh usar ese tipo de lenguaje. Aunque
realmente podía entenderlo. Tampoco le sentaba bien la
idea de un conspirador entre ellos, especialmente dado que
atacaba a Aiden.

Raleigh sonrió. —Lo siento. Solo odio el tener un


traidor en la casa. Y quien sea sigue deshaciéndose de las
pantallas de dibujo de Aiden…

Él pensaba la misma cosa. —Lo que quisiera saber,


es ¿por qué ellos aun no han intentado llevarse los archivos
de Jeffers? Eso podría tener más sentido. Tienen que saber
que finalmente vamos a sospechar de todo esto de las
pantallas de dibujo perdidas y revisar los dibujos para ver
lo que ellos no quieren que veamos. Eso no tiene ningún
sentido para mí.

—A menos que ese sea el punto.

—¿Qué quieres decir? —Nate frunció el ceño.

—A menos que quieran que nosotros veamos los


dibujos. —Raleigh frunció el ceño y pasó su mano por su
cara—. ¿Por qué alguien quiere que veamos la nave si ellos
fueron responsables de robar las cajas?

—¿Conciencia de culpa?

—¿Por qué no vienen conmigo y piden clemencia?

Nate se rió. —¿Tú la darías?

Raleigh sonrió, —Solo cuando concierne a mis chicos.

—Exactamente. Y en este caso, dado que es una


2 investigación de la IN, ellos no tendrían mi piedad. Mi
naturaleza para perdonar no es algo por lo que sea
6 conocido.

4
—Lo he oído. —Raleigh suspiró—. ¿Has sabido algo
del Almirante Jenkins con respecto al hombre que atacó a
Aiden?

—Aun no. Estoy planeando otro viaje a los muelles


para ver qué encuentro.

Raleigh alejó la vista como si pensara. Se quedó en


silencio durante varios segundos.

Nate estaba comenzando a pensar que Raleigh estaba


dando por terminada la conversación, cuando Raleigh se
aclaró la garganta. —No puedes llevar a Aiden contigo esta
vez. —Arqueó una ceja y le dio una fuerte mirada a Nate.

Correspondiendo la mirada, Nate en silencio se ponía


de puntas. No había planeado llevar a Aiden, pero sería un
maldito si permitiera a Raleigh o a alguien más dictar lo
que Aiden y él harían. Cuanto más pronto Raleigh lo
entendiera, mejor. —No planeaba hacerlo. Pero si quiere ir,
no voy a decirle que no puede. Es bastante capaz de tomar
sus decisiones. No es un niño.

—Me preocupa su seguridad.

—Y a mí. —suspiró Nate. Apreciaba la preocupación


de Raleigh. Nate se sentiría de la misma forma en la
posición de Raleigh. Galaxias, sabía que estaba preocupado
por Problema—. Cuanto más pronto lo entiendas será
mejor. No tengo intención de poner a Aiden en peligro,
pero no permitiré que tú dictes nuestras acciones.

—No puedes estar hablando de llevarlo a tu nave


contigo, ¿o si?

2 Nate no estaba listo para esa conversación.


«Joder».
Tenía que hablarlo primero con Aiden. No quería decirle a
6 Raleigh acerca de la propuesta del Almirante, pero sabía
que no iba a poner a Aiden en peligro llevándolo al Lady
5 Anna. Podría darle algo a Raleigh. —No lo llevaré a la nave.
Raleigh visiblemente relajado, asintió hacia Nate.
—Gracias.

—La decisión no es por ti, pero de nada.

—No obstante, estoy agradecido. Y cambiando de


tema, hay algo que tengo que tratar contigo.

—¿Oh? —Nate apartó la silla del ordenador y cruzó


sus manos sobre su abdomen. Eso ayudaría, si Raleigh
quería entrometerse en su relación con Aiden de nuevo,
Nate iba a estrangular al hombre.

—Tu hijo.

«Uh-oh». ¿Qué habrá hecho el chico esta vez?—


¿Problema?

Raleigh asintió. —¿Has notado la marca de


nacimiento bajo su brazo?

Nate parpadeó, desconcertado, tensando sus


mandíbulas, entrecerró los ojos hacia Raleigh.

Con las cejas juntas, Raleigh se acercó. —¿Entonces


no la has visto?

Frunciendo el ceño, Nate se enderezó en su silla.


—¿Qué es lo que quieres que sepa y cómo lo sabes?

—La vi hace un par de días cuando fui a buscarte.


Jeremy estaba en tu cuarto, medio vestido.

¿Cuándo había ido Raleigh a buscarlo? ¿Dónde estaba


Nate en ese momento? —¿Cuándo fue eso? «Maldición», —
eso salió rudo, pero Jeremy no era asunto de Raleigh.

2 —Cuando fuiste de compras con mis niños. Vi un


video donde Aiden salía de tu cuarto un día antes.
6 —Raleigh gruñó ligeramente—. Fui a confrontarte sobre
eso.
6
Eso explica muy bien la actitud de Raleigh hacia él,
en lo concerniente a Aiden. Nate se relajó un poco, se dio
cuenta a dónde iba el hombre. —Nada sucedió, Raleigh.

Asintiendo, Raleigh se recargó. —Eso ya no importa


ahora.

—De igual manera. Te digo que nada sucedió.

Raleigh bajó la cabeza en señal de reconocimiento.


—Tu hijo es un Regelen.

Nate parpadeó. —¿Cómo lo sabes? —Prácticamente


gruñó las palabras.

—La marca de nacimiento. Todos los bebés


procreados artificialmente y nacidos llevan esa particular
marca bajo su brazo derecho.

«Wow». Nate sintió como si le hubieran golpeado y


sacado el aire. No estaba seguro de cómo sentirse con eso.
Jeremy era su hijo, y nada iba a cambiar eso. Si alguien
pensaba diferente…

La mirada de Raleigh bajó. —Él me recuerda a una


pareja que conocí. Patrick era muy sociable y atractivo,
muy parecido a Problema. —Una apenas perceptible sonrisa
se formó en sus labios—. Aunque, Marcus era teniente de la
IN. Era muy serio e inteligente. Él…

—Su Alteza. Lord Deverell, llegó su transmisión con el


Almirante Jenkins. ¿Desea aceptarla? —preguntó Jeffers.

—Sí. —Nate se enderezó, y vio hacia la pantalla, su


mente regresó al caso. Raleigh y él definitivamente
tendrían que hablar sobre Problema después, pero ahora…
2
Raleigh acercó su silla más cerca del escritorio al lado
6 de Nate.

7
Carl llegó a la pantalla segundos después. —Ah, Nate,
Raleigh, hola.

—Hola. —Nate trató de no gruñir, pero quería que el


hombre fuera al punto. Seguramente había tenido
suficiente tiempo para buscar a Félix Chapman en las
computadoras de la IN.

—Buenos días, Almirante. —Raleigh de nuevo en su


excesivo recato, casi distante.

—Caballeros, temo que no fui capaz de descubrir


mucho sobre el atacante. Tiene treinta años, Regelen, sin
antecedentes criminales. No encontramos su residencia
actual. Pero encontramos algo interesante. El Marchioness
no es su nave. Está registrada a nombre de Chadwick
Manche…

La pantalla quedó negra y las luces parpadearon.


Todo se quedó en absoluto silencio. ¿Qué…?

Raleigh se puso de pie. —¿Jeffers?

No hubo respuesta. Todo se apagó. «Mierda». Alguien


había desconectado a Jeffers. ¿Por qué los príncipes
desconectarían a Jeffers de nuevo? Todos ellos sabían que
Aiden había sido atacado. «Joder». Ellos no podrían haberlo
hecho.

Raleigh se apresuró a la puerta. —Iré a buscar a


Steven y a los niños.

«Aiden».Nate estaba detrás de él. Se adelantó a


Raleigh, quien estaba gritándole al Rey y subiendo las
escaleras.
2 —Nate, si encuentras a alguno de los niños,
mantenlos contigo y nos vemos de regreso aquí, —Raleigh
6 le gritó detrás de él.

8
Nate no se detuvo hasta llegar a la habitación de
Aiden. —¿Aiden?

No hubo respuesta.

—¿Aiden?

La espada que le había dado a Aiden estaba sobre la


cama.

Nate buscó en el cuarto de baño. —¿Aiden? Niño,


contéstame. —Su estómago se hundía con cada paso que
daba. Aiden no estaba aquí. Nate cruzó hacia el salón que
unía la habitación de Aiden con la de Problema—.
¿Problema? —No hubo respuesta. No es que Nate esperara
que hubiera. Problema hubiera corrido cuando él le gritó a
Aiden, si estuviera aquí—. Joder.

Abrió la puerta de la habitación de Problema. La cama


estaba hecha y el reader(21) de Jeremy sobre la cama. La
habitación estaba inmaculada a excepción de la puerta del
valet que estaba abierta. «¡Joder!» Había alguien en el suelo y
sangre. Nate corrió por la puerta, su corazón golpeando del
temor que inundaba su pecho. «Benson». Ese era el valet de
Aiden, con un gran jodido hoyo en el pecho. La tensión en
su interior se calmó un poco al descubrir que no era ni
Aiden ni Problema, pero ahora sabía con certeza que sus
niños no estaban aquí y que estaban en peligro. —Joder,
joder, ¡joder!

Nate notó una corbata en el suelo del cuarto de


Problema. Frunció el ceño. No podía ser la corbata de
Problema, Nate se la había anudado antes de bajar esta
mañana. La levantó y la llevó a su nariz. Aiden. Estaba
2 recién lavada y almidonada, pero olía débilmente a Aiden.
«Por favor que ellos estén bien».

6
9 (21) Lector de libros.
Nate regresó a la habitación, tomó la espada de
Aiden y se apresuró a bajar las escaleras. Todo el personal
estaba ahí, todos hablando al mismo tiempo. Ellos
guardaron silencio cuando Nate llegó abajo, buscando
alrededor a Aiden, Problema o Raleigh.

Steven se adelantó. —¿Aiden?

Nate sacudió la cabeza. —No. Mi hijo también está


perdido.

La mandíbula del rey se tensó y cerró los ojos unos


segundos antes de ver a Nate. —Tampoco podemos
localizar a Benson ni a Caldwell.

—Benson está muerto.

Steven abrió más los ojos, su cara palideció un poco,


entonces se giró al grupo reunido en el vestíbulo. —
Thomas, Lord Deverell y yo iremos a ayudar a Raleigh a
encender a Jeffers. Mantén a los chicos aquí contigo y con
Christy. Todos los demás distribúyanse por el castillo.
Necesitamos encontrar a Aiden, al valet de Lord Deverell y
a Caldwell. —Steven se giró hacia Nate—. Vamos.

—¿A dónde vamos? Tenemos que buscarlos. —Nate


resistía la urgencia de gritar y destruir todo. Era difícil,
sentía que todo su mundo colapsaba a su alrededor—.
¿Quién es Caldwell? ¿Y qué sabes de Caldwell?

Steven sacudió la cabeza. —Caldwell es el valet de


Tarren. Él tiene un impecable historial o no estaría
trabajando aquí. Raleigh revisó dos veces a cada empleado
después del robo de armas. No había nada fuera de lugar.
—Steven abrió la puerta hacia el sótano.
2 Claro que no, o ellos ya los hubieran atrapado.
7 «Maldición». Nate siguió a Steven al interior del cuarto de
mantenimiento de Jeffers. Él nunca había sentido ese tipo
0 de temor en toda su vida. Nada lo había preparado para
esto. Ni el IN, ni el haber sido desheredado por su propia
familia. Nada. Podía muy bien perder las cosas más
importantes en su vida. Solo esperaba que Aiden y
Problema estuvieran juntos, ellos tendrían mejores
posibilidades de esa manera.

Raleigh estaba tecleando frente a una gran pantalla,


parecida a la de su estudio personal. Ahí estaba el soporte
del ordenador y un equipo diferente. La luz sobre su cabeza
parpadeó, antes de encenderse de nuevo. Raleigh dejó de
teclear y vio a Steven y Nate. —¿Encontraron a Aiden?

—No. Pero Benson está muerto.

—¿Qué?

Nate veía una seria de números y letras aparecer en


la pantalla cuando Jeffers se rebobinaba. —Está arriba.
Alguien le disparó con una fragger.

Los puños de Raleigh se cerraron. —Maldición, antes


de que Jeffers se apagara, el Almirante dijo que el barco
estaba registrado a nombre de Chadwick Manchester. Ese
es el nombre de Lord Braxton.

Como si las noticias no fueran suficientemente


inquietantes, la imagen de un hombre llegó a la pantalla
detrás de Raleigh. Nate había visto al hombre antes. Pero
¿dónde? Señalando a la pantalla preguntó. —¿Quién es
ese?

Raleigh lo vio pero fue Steven quien contestó


primero. —Ese es Caldwell. Raleigh, ¿Por qué esta él en la
pantalla?

2 Nate exprimía su cerebro. Estaba seguro de que no


había visto al hombre en el castillo, lo que quería decir que
7 lo había visto en otro lugar. Pasando su mano por su
frente, cerró los ojos. «Piensa, Nate». ¿Dónde diablos viste a
1 ese hombre?
El furioso ruido de teclear repentinamente se detuvo
y Raleigh se reía. —Ese es nuestro hijo dejándonos una
pista. Aiden usó su confirmación cuando apagó a Jeffers. Él
cambió el protector de pantalla.

Nate veía de nuevo la imagen del rubio y delgado


hombre con penetrantes ojos aceituna. Ojos que tenían un
taimado brillo y al mismo tiempo una convincente e
inocente mirada, cuando estaba en el panel de oficiales
buscando transferencias. —Al fin lo sé, ese hombre está en
Inteligencia de la IN.

2
7
2
Capítulo 16
E llos se estaban moviendo… o quizás no. Eso
podía ser su cabeza que giraba después de que
había sido inmovilizado con un inyector a presión lleno de
sedantes. Aiden se sentó, tomando su cabeza. «Oh, polvos».
Su cabeza se sentía cuatro veces más grande y llena de
algodón. Gruñó y la dejó caer hacia atrás.

—¿Aiden? —Problema le hablaba desde algún lugar a


su izquierda.

—Sí, soy yo. ¿Estás bien? —Realmente se sentía


como si se estuvieran moviendo. Giró su cabeza hacia
donde venía la voz de Problema, Aiden abrió los ojos.
Estaba oscuro pero no tanto como para no poder ver.
Estaban en algún tipo de bodega, pero hasta donde podía
ver, el cuarto estaba vacío.

Problema parpadeó y abrió los ojos tomándose la


frente. —Creo que lo estoy. Siento que mi cabeza va a
explotar. Esto no se siente como cuando Hawk me disparó
con una fragger.

—Caldwell debió de noquearnos… ¿Nate te disparó?


—¿Qué en las galaxias había hecho el alborotador para
hacer que Nate le disparara? Eso no se oía como Nate.
«Nate». ¿Habría notado que ellos habían desaparecido? Aiden
suspiró. Ellos tenían que lograr salir de aquí.

2 —Sí, larga historia. ¿Dónde infiernos estamos?

Aiden miró alrededor y se sentó, dobló las rodillas y


7 apoyó la cabeza en ella. Eso no estaba tan mal. Solo estaba

3
mareado, por lo que fuera que Caldwell hubiera usado.
—No sé. ¿Quizás una nave?

Completa implosión de planetas. ¿Cómo iban a hacer


para salir de ahí?

Problema gruñó cuando se sentó. —Creo que tienes


razón. Se ve parecido a la bodega del Lady Anna.
—Apoyando las manos en sus rodillas, Problema se puso de
pie y se tambaleó hacia la parte de atrás del cuarto. Viendo
hacia el muro, se detuvo—. Aiden, ven aquí.

Poniéndose de pie, Aiden apoyó sus manos en sus


rodillas hasta que el mareo pasó. Una vez que llegó junto a
Problema, lo vio, una pequeña escotilla. —¿Podemos
abrirla?

—Uh-huh. —Problema comenzó a levantar el panel a


la derecha de la escotilla.

—¿A dónde va?

—Acceso a los túneles. —Su uña se dobló—. —Ow.


—Sacudió su mano y regresó al trabajo levantando la
pared.

—¿Crees que podamos usar el trasbordador de


emergencia sin ser detectados? Todas las naves tienen uno
¿verdad? —Aiden encajó su uña del otro lado de la escotilla,
en un momento la tapa se salió. Había un pequeño teclado.

Problema se puso de pie y golpeó con su talón el


teclado en varias ocasiones. —Podemos si logro entrar en el
ordenador. —Lo aplastaba bajo sus pies, varias teclas de
plástico se cayeron y unos alambres colgaron, empezó a
2 tirar de los alambres y cruzarlos, hasta que la escotilla se
abrió, era de unos noventa centímetros por noventa.
7 Problema sonrió y se metió en ella—. Igual que en la nave
de Hawk. Estas cosas nunca pueden manejar un corto.
4
Ellos viajaron a través del estrecho acceso a los
túneles con alambres y tubos a sus lados y sobre su
cabeza. Se arrastraban e incluso había más tubos debajo
de ellos. Era difícil oír algo, se oía el aire entre ellos, y sus
rodillas se golpeaban contra el metal de la plataforma. El
espacio era reducido. Era bueno que tanto Problema como
él fueran pequeños. Nate nunca hubiera entrado ahí. El
pensar en Nate hizo que se moviera más rápido. Maldición,
quería regresar a casa.

Cada tres o seis metros había otra pequeña escotilla,


como la que habían atravesado. Finalmente llegaron a un
callejón sin salida o más bien a una escotilla cerrada. No
tenía teclado, tenía un panel de control manual.

Problema se mordió el labio y lo contemplaba.

—¿Qué? —preguntó Aiden.

—Si hay alguien de la tripulación ahí, estamos


jodidos.

Asintió. —¿A dónde va?

—Al cuarto de máquinas.

A Aiden no le parecía que hubiera mucha elección.


Quién sabe cuánto tiempo llevarían ahí. Alguien finalmente
podría descubrir que habían escapado. ¿Y entonces qué?
Ellos estarían como Problema dijo: jodidos. —¿Qué otras
opciones tenemos? —Seguro como el infierno que no quería
sentarse ahí y esperar a que lo descubrieran. No sabían lo
que el psicótico valet había planeado hacer con ellos.

Problema suspiró, se pasó las manos por el cabello y


2 gruñó. —Buen punto. Ahora o nunca, ¿huh? —Problema
abrió la pequeña puerta.
7 Ambos se congelaron. Aiden sostuvo el aliento. «Por
favor no dejes que alguien esté ahí».
5
Después de varios segundos cuando nadie corrió a
atacarlos, Problema asomó la cabeza y miró alrededor.
—Sin peligro. —Abrió completamente la escotilla y salió.

Aiden lo siguió, viendo alrededor. Su estómago


estaba hecho un nudo, pero se forzó a sí mismo a seguir.
Ellos tendrían que salir de aquí. Solo porque nadie llegó
corriendo contra ellos, no significaba que no hubiera nadie
ahí, que pudiera oírlos.

Estaba más frío que en los túneles y también más


brillante. Había varias computadoras. Parpadeando en luces
rojas, verdes y azules por todos lados. Eso era como un
laberinto de computadoras. Decidió que ellos habían sido
muy afortunados o estúpidos. Era muy pronto para decir
cuál.

Rodearon la esquina y salieron del laberinto. No había


nadie a la vista. «Afortunados, ellos definitivamente eran afortunados».

Una puerta estaba abierta. Parecía ser algún tipo de


cuarto de mando.

Problema la vio también y se apuró hacia ella,


Problema esperó a que él entrara para cerrar la escotilla.
Era un cuarto de control o mejor dicho un armario de
control.

Apurándose hacia el ordenador, Problema comenzó a


teclear. —Aiden. Revisa alrededor, ve si puedes encontrar
algo que pueda ser usado como arma.

—Bien. ¿Qué estás haciendo?

—Descubriendo dónde estamos y a dónde va esta


2 nave. Voy a ver si puedo desconectar las cámaras y ver si
puedo lograr encontrar el trasbordador de emergencia. La
7 parte principal de la nave se parece a la parte principal del
castillo. La computadora puede vernos. Tenemos que
6 apagar esa función. Y asegurarnos de que no nos entregue
al capitán. —siguió tecleando, sus dedos volaban por el
teclado.

Aiden estaba impresionado. Sabía quién era un


hacker cuando lo veía y Problema era uno, de algún modo
estaba en la misma línea que Payton. Eso lo hacía sentir
que tenían muchas mejores oportunidades de escapar.

Vagabundeando alrededor, buscaba algo que pudiera


ser útil. No había mucho ahí, era un área pequeña con un
lío de computadoras. Había una gran escotilla que esperaba
que estuviera cerrada, poca cosa.

—Aiden. —Problema se movió hacia él apurado—.


Estaba buscando alrededor para ver si encontraba una pista
de por qué nos secuestraron. Y me encontré con el nombre
de Lord Braxton. ¿Lo conoces? Él está en el cuarto con el
Capitán y con Caldwell.

Aiden se quedó con la boca abierta. ¿Braxton?


—¿Puedes escuchar o ver lo que hacen?

Problema asintió y tecleó de nuevo. Entonces se


oyeron sus voces. Problema frunció el ceño. —Eso no se
oye como Caldwell.

Aiden escuchó cuidadosamente. No, no era, pero


definitivamente ese era Braxton. —¿Quién es el Capitán?

—Chapman. Félix Chapman.

—Ese es el hombre qué trató de asesinarme. Estamos


en el Marchioness.

Esa no era una pregunta, pero Problema asintió de


todas maneras, entonces tecleó de nuevo. —Voy a
2 descargar todo lo que pueda y entonces saldremos de aquí.
Ya deshabilité las computadoras y envié señales de alerta.
7 —Alcanzó el talón de su bota y lo giró. Sacó un pequeño
disco redondo antes de cerrar el talón de nuevo. Se lo
7
mostró a Aiden y sonrió—. Una cámara holográfica
multifunción.

«Maldición»,el chico era bueno. La intranquilidad de


Aiden cedió un poco. Se preguntaba si Nate tenía idea de
que su hijo estaba preparado para cualquier evento.

Mientras Problema tecleaba, Aiden escuchaba.

—¿Dime de nuevo por qué sentiste que era necesario


secuestrar al príncipe? —Chapman preguntó exasperado.

Problema y él se miraban.

—Por dinero. Vamos a pedir rescate por él.

—Te dije que tengo un comprador para todos los


diagramas que hemos obtenido en el trato. Esto ayudará a
que nos alejemos. ¿Por qué necesitamos el dinero de un
rescate? —preguntó Caldwell.

—Cambié de opinión. No hay manera de que no me


descubra. Dejé este barco a mi nombre y esa pequeña
mierda dibujó cuando las armas fueron embarcadas y
porque fallé en borrar los dibujos de ese maldito
computador del castillo. Yo seré tachado de traidor,
necesitamos el dinero de la venta de armas, de los
diagramas y ahora del rescate del príncipe, entonces agarro
mi parte y terminamos. De cualquier manera estoy cansado
de este planeta de mierda y su jodida moral. ¿Tienes idea
lo difícil que es encontrar un pedazo de culo decente en
Regelence? Todas las mujeres son poco elegantes y de
clase baja. Aunque es divertido ver cómo se arrastran a mis
pies por tener la oportunidad de estar con un aristócrata
incluso cuando saben que las dejaré, llenas de moretones,
2 quebradas y sangrando. —se rió Braxton.

7 —¿Tienes eso? —Aiden señaló al dispositivo


inalámbrico que Problema tenía junto al teclado y que
8 ahora tenía una luz azul en la cima.
Problema tecleó unos cuantos botones más. —Sí. Lo
tengo, esta nave tiene una bitácora de mensajes
encriptados.

—Ellos probablemente ni siquiera hubieran notado los


dibujos si ese idiota de Benson hubiera dejado de coger las
pantallas de dibujo. Le dije que no lo hiciera, de cualquier
manera lo hizo.

—¿Y donde está ahora Benson? —le preguntó a


Caldwell.

—Muerto.

Al recordar al valet muerto, Aiden y Problema se


miraron mutuamente.

Finalmente Problema dejó de teclear. —Nos tenemos


que ir. Hemos desperdiciado mucho tiempo aquí. —La luz
azul se apagó. Problema la cogió y la colocó de nuevo en el
talón.

—¿Ahora qué?

Problema tecleó algunas cosas más, tomó el brazo de


Aiden y lo acercó. —Ahora vamos a meter el culo en el
trasbordador de emergencia. Dame un empujón.

Aiden colocó sus manos juntas permitiendo que


Problema las usara de escalón y entrara de nuevo en el
túnel.

Asomando la cabeza le extendió la mano. —Aquí.

—Quítate del camino. —Aiden saltó y alcanzó la orilla


y se empujó al interior.
2 Después de dejar en su lugar el panel, se arrastró a
través del túnel siguiendo a Problema.
7
—Busca una escalera en el fondo.
9
Aiden comenzó a buscar entre los tubos. —¿A dónde
vamos?

—Hay una escotilla a la derecha del cuarto de


comunicaciones. Si lo leí correctamente, a unos metros a la
izquierda está la escotilla hacia la nave de emergencia.

¿Si la leyó correctamente? «Genial». Si él la leyó mal,


será mejor no pensarlo. Podrían llegar justo a un cuarto
lleno de gente. —Ahí, Ahí está la escalera. ¿Estás seguro de
esto?

—No al cien por ciento. —Problema subió por la


escalera.

Aiden giró los ojos. —¿Crees que debemos


«Maravilloso».
regresar y revisar de nuevo?

—No hay tiempo. Le dije a la nave que se


autodestruyera.

—¿Tu qué?

—Vamos. —Problema lo miró—. Bien. Tenemos que


hacer esto, yo abriré la puerta, tú te apuras a salir y yo iré
detrás de ti. Uno, dos, tres, ¡fuera!

Aiden no tenía tiempo para el pánico. Siguió a


Problema y salió. Había una escotilla a su izquierda, a su
derecha y justo al frente.

Problema presionó el botón de la pared de la


izquierda cuando la puerta del frente se abrió.

Un oficial salía del cuarto de comunicaciones, sus ojos


bien abiertos cuando estaba cara a cara con Aiden.
2 —Mierda. —Sin pensarlo, Aiden cerró su puño y
golpeó la nariz del hombre. Todo se movía en cámara lenta,
8 la sangre salpicada, el hombre balbuceando. Otro hombre

0
entrando detrás del primero, con una fragger—. Oh
mierda.

—¡Aiden!

Él se lanzó a la nave mientras sentía un agudo dolor


en su muslo. Cayendo en el interior de la nave, se apoyó en
sus manos. —¡Vamos! Problema, sácanos de aquí ahora.
—Otro disparo le dio en el brazo e hizo que colapsara. Su
cabeza golpeó contra el suelo con un ruido que retumbó.

—Joder. —Problema empezó a golpear botones.

La puerta se cerró.

—¿Aiden?

—Unh. —Seguía acostado, se estiró sobre su


abdomen. Su pierna le dolía, su brazo le dolía, e iba a
vomitar.

—¿Sigues vivo?

Estaba viendo estrellas y ¿dónde estaba? Oh si,


secuestrado, en la nave de escape. Tenía que enfocarse. No
podía dejar solo a Problema para que se defendiera por sí
mismo. Nate esperaría que cuidara de su hijo. Nate. Aiden
lo extrañaría terriblemente si él se iba por algunos meses,
algunos años o para siempre. Aiden lograría su libertad,
pero perdería su corazón. —Problema, dile a Nate que lo
amo, ¿bien?

Debió de haberse desmayado algunos minutos,


porque lo siguiente que supo era que Problema le estaba
gritando.

2 —Maldición, ¡Aiden! Háblame. Por favor… no podemos


seguir aquí. Ellos nos están disparando y tenemos que irnos
8 y… —Él respiró ruidosamente se oía que estaba al borde de
las lágrimas—. ¿Aiden?
1
—Estoy aquí, Problema. ¿Dónde estamos? —Abrió los
ojos y trató de sentarse pero el dolor en su brazo derecho
era abrumador.

Problema soltó una gran y audible respiración.


—Joder, si lo sé. No tengo controles de navegación. Un
disparo de la fragger le dio al panel.

—¿Llamaste para pedir ayuda? —Al moverse para


poder ver a Problema causó que su pierna le doliera,
entonces renunció y siguió acostado.

—Sí, antes de dejar la nave. ¿Estás bien?

—Hazlo de nuevo. Trata de encontrar a alguien de la


IN, ellos enviaran a alguien por nosotros.

—Bien. El Lady Anna debe estar en el área. Según


las coordenadas antes de salir del Marchioness, no
estábamos muy lejos del sistema de Regelence. Yo ¡Sí! Un
destructor. Aiden, hay un destructor frente a nosotros.

Aiden esperaba que no fuera algo malo. Le dolía


suficiente sin chocar y explotar en pedazos. —Ellos pueden
atraernos, dado que tú no puedes manejarlo, ¿no es así?

—Es el Lady Anna. —Problema se oía aliviado.

Forzándose a levantar la cabeza, Aiden miró a la


pantalla.

La nave de Nate era formidable. Se veía como las


antiguas naves de guerra de metal. Enormes cañones
alineados en la plataforma principal. La torre o la isla, como
eso se llamara, era alta sobre la plataforma de vuelo. El
tamaño era intimidante. Con verlo, cualquier enemigo
2 entraría en pánico. Era fácil de ver por qué Nate estaba
orgulloso de ella.
8
2
Hubo algunos ‘beep’ y un hombre habló. —Por favor
identifíquense. Nos indican que hay dos pasajeros en ese
trasbordador.

—Oh, gracias Galaxias, Teniente Taylor. Jeremy


Hawkins, señor. El príncipe Aiden de Regelence está
conmigo.

Hubo gritos del otro lado, que hicieron que Aiden


sonriera a pesar del dolor. Entonces Taylor habló de nuevo,
se oía mucho más animado. —Me alegra oír tu voz,
Problema. Corta la energía y nosotros te traeremos al
interior.

El Lady Anna: Un pársec22 fuera del sistema Regelence.

Nate estaba de pie en el hangar de llegada, tratando


de encontrar calma y paciencia cuando no tenía nada. ¿Qué
les estaba tomando tanto? Raleigh, Steven y él habían
tomado un trasbordador al Lady Anna tan pronto como
Nate se dio cuenta que Aiden y Problema habían sido
secuestrados. Ellos estaban buscándolos cuando notaron al
pequeño trasbordador dirigirse hacia ellos.

—¿Ellos están bien? —Raleigh preguntó al lado de él.

—No lo sé. —Nate se oyó mas gruñón de lo que


quería, pero maldición, estaba preocupado. Dejó el puente
tan pronto como oyó la voz de Jeremy.
2
8
(22) Pársec unidad de astronomía corresponde a 3.25 años luz.
3
Steven, quien paseaba de un lado a otro entre ellos,
se detuvo junto a Raleigh. —Creí que habías dicho que
hablaste con ellos.

—Salí para estar con ellos tan pronto lleguen. —Nate


cerró los ojos. Problema se oía bien. «Por favor, permite que ambos
estén bien».

—Capitán, otro trasbordador logró escapar del


Marchioness antes de ser auto-destruido. Se dirige fuera
del sistema de Regelence, —declaró la monótona voz de
Anna.

—¿Cuántos van a bordo de ese trasbordador, Anna?


—preguntó Nate.

—Mis sensores me indican que una forma de vida,


Capitán. —La luz roja arriba de la puerta cambió a verde—.
El hangar ha sido presurizado, Capitán. —La escotilla se
abrió.

Nate se apresuró, con Steven y Raleigh siguiéndolo.

La puerta del trasbordador se abrió y Problema y


Aiden salían con dificultad juntos. Problema se veía bien,
pero, Aiden tenía su brazo alrededor de los hombros de
Jeremy. Usándolo para apoyarse cojeaba visiblemente.

Nate se sintió como si alguien hubiera arrancado su


corazón y lo hubiera exprimido. Apurándose, Nate llegó
segundos antes que los otros dos hombres. Nate tomó a
Aiden en sus brazos y Steven levantó a Problema, quien
inmediatamente comenzó a protestar.

—Anna, listos para ir a enfermería y avísales que


2 vamos en camino. —Nate salió del hangar.

—Sí, Capitán.
8
Aiden lo vio y le dio una temblorosa sonrisa, sus
4 parpados pesados. —Hi.
Nate le sonrió. —Hi. —La opresión en su pecho se
calmó algo—. Steven, ¿Cómo esta Problema?
—Apurándose hacia la enfermería revisaba a Aiden. Los
ojos de Aiden empezaban a cerrarse—. Quédate conmigo,
niño.

—Dice que está bien, pero no lo dejo bajar. —


contestó Steven.

—Bien. —Nate podía oír a Problema argumentar que


estaba bien—. Jeremy, cierra la boca y deja que Steven te
lleve.

Ellos llegaron a la enfermería y cuatro médicos


llegaron con unas camillas. Nate dejó suavemente a Aiden
consciente de que Steven hacía lo mismo en la siguiente
con Problema. Nate, Steven y Raleigh siguieron a los
médicos y las camillas al cuarto de exploración. Después de
leer el mensaje que Benson había dejado antes de morir,
Nate no confiaba en nadie. Estaba muy seguro de la
seguridad en su propia nave, pero… no iba a correr riesgos.

Aiden tomó su mano. —Nate…

—Hablaremos después. Deja que te revisen. —Nate


se inclinó y besó su frente—. Caldwell, será mejor que
hayas muerto en esa nave, porque si no fue así, pagarás el
dolor que le causaste a Aiden y a Problema.

Los médicos comenzaron a desnudar a Aiden, pero


Aiden no soltaba la mano de Nate para que pudieran quitar
la manga.

—¿Capitán? —El médico dudó.

2 —Córtela. —Frotó con su pulgar los nudillos de Aiden,


viendo la debilidad en los grises ojos—. Estaba asustado de
8 perderte.

Aiden asintió. —Yo también.


5
Cortando la ropa de Aiden y quitándosela, los
médicos comenzaron a limpiar las heridas. Las heridas no
se veían demasiado mal, se veía la marca pero no
sangraban debido a que el disparo cauterizó la herida. Pero
Aiden estaría dolorido un tiempo.

Problema se quejaba al lado de ellos.

Nate giró la cabeza hacia su hijo. El chico se veía


saludable del todo. Pero Nate quería estar seguro de que no
tenía lesiones. —Problema, quédate quieto y deja que te
revisen.

Atrapando su mirada, Problema soltó el aliento.


—Estoy bien. Aiden es quien necesita ayuda. Lo alcanzó un
disparo de la fragger en el brazo y la pierna y se golpeó la
cabeza. Perdió el conocimiento en el trasbordador.

Alguien iluminó los ojos de Aiden y comenzó a


hacerle preguntas. Mientras tanto Nate seguía sosteniendo
su mano.

Haciendo un gesto de dolor cuando revisaban las


heridas de la fragger, Aiden lo miró a los ojos. —Te amo,
Nate.

El interior de Nate se derritió, sus labios formaron


una suave sonrisa. A pesar de lo jodido que había estado el
día, repentinamente se sentía un poco mejor. Pasó su mano
libre por la mejilla de Aiden, sintiendo el calor de su piel, y
notando que Aiden se había quedado dormido. —También
te amo, Aiden.

2
8
6
Los médicos examinaron las quemaduras de la
fragger, afortunadamente no era nada serio, le dieron
pastillas para el dolor que lo adormecían y le dijeron a Nate
que lo mantuviera despierto. La contusión del golpe contra
la plataforma del trasbordador, era el mayor problema.
Según lo que había oído, había perdido la consciencia de
nuevo en la enfermería. Apenas recordaba haber estado
ahí. Los recuerdos de las últimas horas estaban
imprecisos. Aun estaba un poco mareado, pero mejor.
Ahora podía enfocar alrededor.

Era la primera vez que estaba en un Destructor de la


IN, no solo un Destructor sino el de Nate, y no quería
perderse nada. Esta nave era la vida entera de Nate, esa
era su rival en cierto sentido, pero no podía odiar eso.
Estaba intrigado. Lentamente se dirigía hacia el puente,
Aiden caminó entre su padre y su Sire. Él tenía una
agradable vista del trasero de Nate en ese ajustado traje
negro de una sola pieza. Tenía que enfocarse en algo en
lugar de en su mareo. —¿Por qué Problema tiene un lindo
traje de una pieza y yo esta ropa de hospital?

Problema giró la cabeza y sonrió. —Porque yo cogí


uno de enfermería. No hay manera de que yo saliera con
esa estúpida corbata alrededor de mi cuello. Además, estos
son mas lindos, ¿huh?

—Sí. Aunque siento que de una manera no es


apropiado. —Padre y Cony podían no estar en los lindos
trajes IN, pero ellos estaban apropiadamente vestidos, con
corbata y chaleco.

Ellos entraron a un pasillo y Nate se detuvo antes de


2 entrar al puente. Veía cada centímetro del distante y frío
capitán de la IN. —Déjenme entrar aquí y luego todos
8 podremos hablar. —Miró a Aiden, su cara se suavizó un
poco—. ¿Está todo bien?
7
Ese hecho hizo que Aiden se sintiera de tres metros
de alto con todo el afecto de ese poderoso hombre. Le
sonrió. —Estoy bien, señor.

Nate sonrió y asintió antes de dirigirse al puente.


Cony murmuró algo acerca de que Aiden no era uno de sus
soldados y que ellos tendrían que seguir el rastro del
criminal.

Alguien gritó, —Capitán en cubierta.

Nate frunció el ceño y señaló al hombre que gritó.


—Cierra la jodida boca, Davis.

Varias personas se rieron y otros más gritaron,


—Bueno que estés de regreso Hawk.

Problema se inclinó y murmuró, —Espero que no le


tome mucho tiempo.

Aiden apenas reconoció eso. Estaba demasiado


ocupado viendo asombrado toda la escena. La gente iba y
venía alrededor y todo el mundo hablaba creando un
zumbido de estática. Una gran pantalla al frente mostraba
las estrellas, y lo que parecía ser los restos de ‘El
Marchioness’.

Eso era un caos, y Nate estaba en medio de todo eso.


Oficiales llegaban a reportarle y verificar órdenes. Cada
pocos segundos alguien decía —Aye, aye, Capitán.

Viendo todas las cosas, Aiden se sentía claustrofóbico


y su cabeza empezaba a girar, mareándose, así que se
enfocó en Nate.

Nate era grande, era más grande que los otros


2 oficiales. Daba órdenes y revisaba reportes sin perder un
golpe. Era fascinante e intimidante ver a Nate en su
8 elemento natural. Todo lo dorado en su uniforme no era
solo algo que lo separaba. Era toda su conducta de
8
autoridad. Aiden nunca podría alejar a Nate de esto. Nunca
le pediría a Nate que renunciara. Respira profundo, Aiden.

Nate finalmente regresó con ellos, pero su atención


aun seguía con su tripulación. —Regresa a la órbita de
Regelence. Teniente Taylor, solicite autorización y
notificación apropiada. Teniente Kindros, entregue el
reporte oficial al cuartel general de la IN y al Almirante
Jenkins.

Esas órdenes fueron seguidas por un bombardeo de


—Aye aye, Capitán, —entonces Nate colocó su mano en la
parte media de la espalda de Aiden y todos ellos entraron al
puente—. Por favor, acompáñenme al ready room(23).

El ready room del Capitán era reducido, masculino y


afortunadamente tranquilo. Le recordaba a Aiden un poco
al estudio de sus padres. Incluso tenía un gran escritorio de
roble, Problema se sentó en el borde del escritorio, Padre y
Cony tomaron unas sillas y Nate sentó a Aiden en un gran
sofá de piel azul marino.

Nate colocó su brazo en el respaldo del sofá y Aiden


no pudo evitar acurrucarse a su lado. Esa podría ser la
última vez que viera a Nate durante algún tiempo. Besando
la frente de Aiden, Nate bajó su brazo a los hombros de
Aiden. —¿Ustedes dos descubrieron algo mientras
estuvieron cautivos en la nave?

—Por lo que oímos, parece que Braxton robó las


armas por dinero para comprar unos diagramas que luego
vendería por más dinero. Solo que no planeaba pagar por
los diagramas, iba a robarlos, venderlos y entonces sería
rico. —Aiden se encogió de hombros.
2
8 (23) Ready room era un cuarto en el programa de televisión era una moderna forma de
hablar para referirse al cuarto de conferencias del capitán de la nave. También es el
cuarto de descanso de los pilotos, cada personal de la nave tiene su propio Ready
9 room.
—Aparentemente, secuestrarme a mí y a Problema
era para conseguir más dinero.

Problema asintió y siguió la historia. —Braxton sabía


que los descubriríamos gracias a los dibujos de Aiden.
Quería dejar Regelence. Caldwell estaba dentro de eso y
también el Capitán. No sé si Benson estaba o no en eso,
pero sabía lo que Caldwell estaba haciendo. Él es quien
cogía las pantallas de Aiden.

Nate y Cony intercambiaron miradas, pero ninguno


dijo nada.

—¿Alguien mencionó a Englor? —preguntó Steven.

Aiden frunció el ceño. Englor era el planeta natal de


Nate. —No. ¿Por qué?

—Encontramos una nota de Benson dirigida a Coronel


Hollister de la IN de la marina Real de Englor.

—¿Qué decía? —Problema inclinó la cabeza—. ¿Creen


que Englor sabe algo de todo esto?

Nate sacudió la cabeza. —No lo sé. La nota lo


indicaba. Benson estaba obviamente investigando la
situación y reportando al Coronel. Al parecer, no éramos los
únicos en investigar lo que estaba sucediendo. Benson dijo
que ellos compraron los diagramas, pero no indica cuáles o
dónde y a quién se los vendería Braxton. Él tenía la pista de
que era alguien del alto gobierno. En su nota, Benson le
dice al Coronel que todo lo de los diagramas es más grande
de lo que parece, pero de nuevo no da especificaciones.

Cony seguía perfectamente sentado, su expresión no


2 mostraba ninguna emoción. Padre parecía muy reflexivo.
Palmeó la pierna de Cony. —¿Qué piensas?, Raleigh.
9 Viendo alrededor a todos en el cuarto, Cony sacudió
la cabeza. —Creo que Benson estaba en lo cierto. Creo que
0
Braxton era un peón. —Miró a Nate—. ¿Por qué el nombre
de Hollister me parece familiar?

Pasando la mano por el cabello de Aiden y su cuello,


Nate suspiró. —Porque Hollister es el nombre de la familia
real de Englor. El Coronel Simon Hollister es el heredero al
trono de Englor.

2
9
1
Capítulo 17
N ate se moría por revisar a su niño de nuevo y
asegurarse de que todo estaba bien. Raleigh lo
había detenido en la puerta de la cabina y le había
preguntado si ellos podían revisar el ADN de Problema.
Después de que Nate aceptó, había hecho los arreglos
médicos necesarios. El Almirante Jenkins habló para
preguntarle a Nate qué había decidido acerca del ascenso a
Almirante. Le aseguró a Nate que podía mover el cuartel
general de la flota a donde quisiera. Daba a entender
fuertemente a Regelence. Nate estaba incluso más
confundido. Tenía un real y mal presentimiento acerca de
todo esto, pero ahora, todo lo que quería era ver a Aiden.
Nate sabía cuán cerca estuvo de perder a Aiden hoy.

Abriendo la puerta de su habitación, encontró a Aiden


recargado en la cabecera viendo por la escotilla. Estaba tan
perdido en sus pensamientos que ni siquiera notó que Nate
entraba.

A Nate le gustaba la manera en que Aiden se veía en


su cuarto. Era oscura y masculina, muy parecida al ready
room. No era tan lujosa como la suite del castillo. Era
sencilla y simple, decorada con temas navales. Su elegante
príncipe se veía bien sentado ahí. Claro, su niño se veía
bien en cualquier lado, pero ese era el cuarto de Nate y le
gustaba tener ahí a Aiden.

2 El ruido de la escotilla al cerrarse atrapó la atención


de Aiden. Se giró, su cara estaba más pálida de lo usual,
9 probablemente a causa del infernal día que había tenido.
—Quiero irme contigo.
2
Nate se detuvo. No esperaba eso. Infiernos, esa era
una respuesta a una pregunta que Nate no había hecho,
pero de la que desesperadamente quería una respuesta.
Estaba comenzando a pensar que Aiden estaría en peligro
donde estuviera.

Aiden rodeó la cama, claramente agitado. —Quiero


quedarme aquí en el Lady Anna.

Nate llegó a la cama, se sentó y palmeó su pierna


viendo a Aiden. —Ven, siéntate.

—No. —Sacudió la cabeza casi frenéticamente, Aiden


se mordió el labio inferior. Su niño estaba nervioso.

—No he logrado poner tu rebeldía en raya, ¿no es


así?, niño —Tampoco lo quería. Le gustaba la manera en
que Aiden era. Pero no le gustaba ver a Aiden molesto.
Habría cosas malas con las que Nate tendría que tratar.
Pero iba a hacer lo posible para hacer las cosas más fáciles,
tanto como fuera posible para su familia—. No quiero
ponerte en peligro. —Nate hundió su cabeza en sus manos
y gruñó—. Había planeado que te quedaras en Regelence
hasta dentro de un año que me retire, pero ahora no estoy
seguro de hacerlo. Me ofrecen un ascenso a Almirante. No
sé si aceptarlo o no, mi cuartel general podría estar en
donde quisiera.

—¿De qué hablas? —Aiden se oía confundido, igual


que lo estaba él con su noticia. No debería. Nate sabía
malditamente bien que le diría a Aiden que no creía que
una nave fuera un lugar para criar a una familia.

—Niño. Siéntate. —Lo levantó, no le dio más opción a


2 Aiden que sentarse. Necesitaba ver la cara de Aiden—.
¿Qué te molesta?
9
3
Aiden lo miraba confundido. Su cara era una mezcla
de emociones, como si no pudiera decidirse. —Nunca
planeaste partir conmigo.

—¿Qué? —Nate frunció el ceño. ¿Aiden pensaba que


él lo abandonaría?— ¿De dónde sacas esa idea?

Aiden se rió. Ese era un alegre sonido y asustaba


como el demonio a Nate porque no tenía ni idea de qué era
eso. Aiden debía de seguir sufriendo debido al golpe en la
cabeza.

Tomando su cara con ambas manos, Nate hizo que


Aiden se enfocara en él. —Niño, mírame.

Aiden se reía duro. —Estoy bien. —Retiró las manos


de Nate y lo empujó, cayendo de espaldas en la cama—. Te
amo, Nate.

—También te amo. Ahora dime ¿por qué pensabas


que te dejaría? —Nate levantó a Aiden para que se montara
a horcajadas en sus caderas.

Aiden asintió. —Amas ser Capitán. Amas el Lady


Anna y la IN.

Durante varios segundos Nate se quedó acostado


viéndolo. No sabía qué decir. Ellos realmente tendrían que
trabajar en sus habilidades de comunicación. Finalmente
sacudió la cabeza, jaló a Aiden del cuello y lo besó. Sus
manos recorrían de arriba hacia abajo la espalda de Aiden.
Se tomó su tiempo, lamiendo los labios de Aiden,
pidiéndole entrar.

Cuando Aiden se abrió, Nate trazó sus labios y


2 dientes. Lentamente se empujó al interior, encontrando la
lengua de Aiden mientras sus manos se deslizaban por
9 debajo de la camisa de Aiden, acariciándolo. Se rodó,
quebrando el beso. —Lo hago, pero te amo más a ti.
4
—Eso es bueno. Porque estoy tratando de ser
comprensivo y no interponerme entre tu sueño y tú, pero
no suelo rogar.

—Y lo has probado repetidamente, niño. —Nate


atrapó el mentón de Aiden asegurándose de que su
atención no se dividiera—. No sé qué sucederá, niño. Pero
te prometo que lo que sea que suceda, no tengo intención
de abandonarte.

Aiden envolvió sus manos en el cuello de Nate y


acarició con su cara la de Nate. —Me aferraré a ti r…

—Capitán, estamos llegando al muelle de la Estación


Espacial de Regelence. Ahí espera el trasbordador para que
usted y sus huéspedes bajen al planeta. —La melodiosa voz
de Anna hizo eco a través de la cabina.

Él iba a extrañar esa voz. Nate cerró los ojos y tomó


una profunda respiración, en silencio le dijo adiós a Anna,
su primer amor. Incluso si regresaba a bordo, nunca sería
lo mismo. Abrió los ojos y vio al nuevo amor de su vida.
—Vamos a casa, niño.

Planeta Regelence: Castillo Townsend.

Nate veía la impresionante pintura de Muffin y las


rosas de Regelence con una sonrisa en su cara. El orgullo
crecía en su interior. Las pinturas de Aiden eran un trabajo
2 para compartir con la galaxia. Era algo que valía la pena
preservar, igual que al hombre mismo. Alguien por quien
9 Nate moriría si fuera necesario.

5
—Nate. —Raleigh llevaba una espada en su cintura,
haciendo que la sonrisa de Nate se perdiera. Raleigh no
había usado espada en el interior del castillo desde que
Nate había llegado. Sentándose detrás del escritorio, él
unió sus manos—. Steven está en... llega ahora.

—Jeffers, cierra la puerta y danos privacidad, por


favor. —Steven entró al cuarto, y se dirigió al escritorio.
Vestido muy parecido a Raleigh con impecables corbatas
blancas, chalecos de color claro, pantalones oscuros, botas
y la funda con la espada colgando de la cintura. Steven se
veía como todo un caballero excepto por la seria expresión
en su cara—. Raleigh, Nate. —Inclinó la cabeza y llegó al
frente del escritorio—. ¿Debemos comenzar?

—Steven, mejoraste tu marca en un momento.


—Raleigh no esperó que se lo pidiera. Se puso de pie y
rodeó el escritorio sentándose al lado de Steven.

—Me dijiste que era urgente, Raleigh. —Steven miró


a Nate—. Ahora, la razón por la que solicitamos esta
reunión es para informarte lo que descubrimos.

Nate asintió. —También tengo algunas noticias para


ambos. —Cuanto más pronto lo soltara mejor se sentiría.
Ahora estaba como si estuviera en el filo del borde.
Tristemente, ese no era un cambio agradable. Necesitaba
asegurarse de que su niño y su hijo estuvieran a salvo y
tenía una larga lucha frente a él para lograrlo.

—Oh, bien. Entonces, tú primero. Nate, —dijo


Steven.

Nate asintió. Lo mejor sería solo decirlo y ver cómo


2 ellos respondían. —La IN quiere hacerme Almirante de la
Flota Aries.
9 Los ojos de Steven se abrieron más, pero ese fue el
único cambio en su apariencia.
6
Raleigh asintió, no parecía sorprendido. —¿Y?

—Creo que ellos están tratando de manipularme para


que mueva el cuartel general de la Flota Aries aquí. Y me
gustaría tu aprobación. Había planeado terminar mi último
año y retirarme aquí a Regelence. Pensaba iniciar una
familia y darle a Problema un hogar más estable. Pero
parece que la IN estaba profundamente involucrada con
Braxton y lo que sea que esté sucediendo en Englor, y
quiero a mi familia a salvo. Aiden y mi hijo son mi principal
preocupación. Porque Aiden al igual que ustedes dos es un
Regelence, él, yo y cualquier niño que podamos tener
siempre podrían ser utilizados como peones. Y me rehúso a
dejar que eso suceda.

Raleigh se inclinó hacia delante, viéndolo desafiante.


—¿Y qué planeas hacer con eso?

Llegando frente a Steven, Nate se arrodilló y bajó la


cabeza, en señal de respeto. El cuarto se quedó en tal
silencio que Nate estaba ultra consciente de su propia
respiración. Nunca había hecho esto, ni siquiera ante su
propio Rey, pero para proteger y atender a su familia…
Esperaba que ambos; Steven y Raleigh supieran el enorme
paso que significaba para él. Ofrecer su completa alianza e
incuestionable lealtad a alguien más no era algo fácil para
él.

El ruido del metal saliendo de su funda protectora,


hizo que Nate sostuviera el aliento. No esperaba ser
atacado, pero los viejos hábitos son difíciles de olvidar.

Las brillantes botas de Steven entraron en el ángulo


de su visión. —Tú honras mi casa, Nate, y me alegra
2 aceptar tus votos. —La parte plana de la espada tocó el
hombro derecho de Nate—. Tú, eres aceptado como uno
9 más de la honorable sociedad de la orden de La Rosa
Negra, deberás prometer y jurar por el sagrado grupo de
7
Tebes, que ni voluntaria ni involuntariamente quebrarás
ningún estatuto expresado en la orden ni ninguno de los
artículos que la contienen. Ya sea que estén de acuerdo o
en contra de las leyes de la IN, y de las leyes de Regelence
a la que en adelante pertenecerás y ayudarás.

Nate levantó la mirada. Él le ofreció su lealtad


«¿Qué?»
y Steven había elegido honrarlo caballero. —Lo hago.

Steven levantó la espada y palmeó su otro hombro.


—Ahora de pie, Sir Nathaniel.

Tan pronto como Nate se puso de pie y Steven


guardó la espada, Steven tiró a Nate a un fuerte abrazo,
palmeando su espalda. —Te conozco lo suficiente para
saber que no eres un hombre que ofrece su lealtad
fácilmente.

—Amo a tu hijo y no quiero verlo a él ni lo que quiere


destruido.

Inclinando la cabeza, Steven dio un paso atrás.

Nate no había visto que Raleigh se había movido,


pero estaba junto a Steven listo para tomar su lugar.

Ofreciéndole la mano, Nate inclinó la cabeza,


mostrando también su respeto al Rey-consorte.

Raleigh apartó la mano y lo acercó a un fuerte


abrazo, igual a como lo hizo Steven. —Gracias, Nate.
Quiero que sepas que él ha hecho caballero a solo una
persona, y yo soy esa persona.

Nate lo miró fijamente. Ese era un real honor.

2 —Mi padre siempre dijo que los caballeros eran para


tiempos de problemas y guerras. Tengo la desafortunada
9 sensación que ambos están por llegar a nosotros.

8
El vello en los brazos de Nate se erizó, ante las
significantes palabras.

Moviéndose al escritorio, Raleigh tomó asiento en el


borde. —Esta situación se va a poner muy fea cuando si lo
que descubrimos se revela.

—Sí. Es sobre esta conversación. Sé que no soy el


único en cuestionarme las ordenes de la IN para nuestra
protección y mejores intereses, pero hasta que sepamos
exactamente lo que sucede, debemos mantenerlo entre
nosotros.

Steven asintió y se acomodó en el escritorio entre las


piernas de Raleigh. —Nosotros haremos algunos cambios
dramáticos. Eso es lo que quiero hablar contigo. No
podemos seguir confiando en la IN. No solamente por los
cambios radicales en la seguridad que vamos a tener en
este lugar, sino también por necesitar descubrir lo que
están haciendo.

—Si yo acepto ser Almirante… eso sería una excelente


manera de monitorear el interior de la IN.

—Me gustaría que lo pensaras, Nate. —Raleigh apoyó


su mentón en el hombro de Steven y sonrió.

—Claro que lo hará. —Steven bufó, descansando su


mano en la mejilla de Raleigh—. Me parece que eso es
exactamente lo que debe hacer.

Raleigh levantó el mentón y giró la cara hacia Steven.


—¿Qué quieres decir?

—Me asombras. —Las esquinas de los labios de


2 Steven subieron y regresó su atención a Nate—. Me parece
una maravillosa idea dadas las circunstancias. Debes
9 darles a ellos lo que quieren y poner el cuartel general aquí
en Regelence. Creo que necesitamos mantener a nuestros
9 amigos cerca pero más cerca a nuestros enemigos.
Nate estaba de acuerdo. Estaba feliz de que
compartía su visión de las cosas con Steven. Eso haría la
protección de los suyos un poco más fácil. Tomó asiento
sintiéndose un poco mejor. Eso también significaba que
podría quedarse aquí con Aiden.

Steven se limpió la garganta, apoyó sus manos en los


muslos de Raleigh al lado de sus caderas. —Recibí un
reporte de Wentworth, el jefe de la guardia real. No se
encontró mucho en la mansión Braxton. Aunque ellos
encontraron una gran cantidad de Éxtasis. Aparentemente,
Braxton estaba enganchado con esas cosas. Su mayordomo
afirma que usaba la droga al menos dos veces al día.
Estaba teniendo dificultades para pagar su droga y sus
apuestas.

Lo que explicaba la extraña mirada de Braxton el día


que trató de abordar a Aiden mientras estaban todos de
compras. —No me sorprende. Eso también significa que él
era fácil de manipular. Lo que lleva a la creencia de Benson
de que él era un peón.

Raleigh asintió, pasando su mano distraídamente por


el brazo de Steven. —¿Tienes el mensaje que Problema
tomó del barco de Braxton? Quiero saber cómo entra Englor
en esto.

—Aun no. Pero justo ahora creo que hay algo más
importante que requiere nuestra atención. El castillo
necesita mejorar la seguridad. Caldwell nunca debió de
poder sacar a Aiden y Problema fuera de la suite, mucho
menos fuera del castillo. ¿Son conscientes del fallo en las
cámaras de seguridad y que los príncipes han aprendido a
3 pasar sobre ellas? Es así como Aiden logró entrar a mi
cuarto sin que lo notaran. —Nate levantó una ceja hacia
0 Raleigh—. Tienes que dejar de tratar a tus hijos como si
fueran demasiados jóvenes para entender. Todos ellos son
0
hombres adultos y ellos necesitan saber lo que está
sucediendo. Esta también es su lucha.

Steven suspiró. —Tienes razón. Es natural tratar de


proteger a tus hijos, pero estás en lo correcto, deben saber
sobre esto. —Se separó de su consorte y se sentó a su lado
en el escritorio—. Nate, dado que estás mencionando a los
hijos, hay algo que necesitamos discutir contigo. Creo que
Raleigh te habló de sus sospechas sobre Problema, ¿no es
asi? —Steven apoyó la mano en el muslo de Raleigh.

—Sí, lo hizo. Cree que Problema es un Regelen.


—Nate estaba sorprendido con el tono frío de su voz. Él no
le iba a negar a Problema la oportunidad de saber de dónde
vino, pero si alguien trataba de alejarlo… El chico seguía
teniendo pesadillas en ocasiones acerca de ser abandonado
y tener que valerse por sí mismo.

—Problema es Regelen y recibimos los resultados de


los exámenes. Sabemos positivamente quiénes fueron sus
padres. —Raleigh dejó su mano sobre la mano de Steven
que descansaba en su pierna y entrelazó los dedos—.
¿Recuerdas los hombres de los que te hablé? ¿Marcus y
Patrick Summers? Ellos eran el Marques y el Marques-
consorte de Winstol. Cuando ellos fueron asesinados,
tenían a su pequeño hijo, Jeremy, con ellos. Asumimos que
Problema también había muerto.

Eso no explica cómo Problema había terminado en


una estación espacial. Pero por alguna razón hacía sentir
mejor a Nate. Quizás los padres del chico no lo habían
abandonado como él había asumido. No es que importara,
Problema era suyo… y de Aiden ahora. —El es mío y de
3 Aiden. Jeremy es mi hijo adoptado.

—Y por eso, tú estás en control de uno de los más


0 grandes patrimonios en Regelence hasta que Problema
tenga la mayoría de edad. Aiden y tú también tienen
1
asientos en el parlamento hasta que tu pupilo cumpla
veinticinco años o se case.

—Mi hijo, —Nate corrigió. «¿Un asiento en el parlamento?»


Nate se sentía como si le hubieran echado un balde de agua
fría. No le iba a negar a Problema lo que era suyo, pero…—
Su nombre fue cambiado legalmente a Hawkins. ¿Puede ser
eso un problema?

Raleigh sacudió la cabeza. —Puedo ver que eso no


sea un problema, mientras ambos deseen que siga siendo
Hawkins.

—Tu hijo proviene de dos de las más antiguas y más


respetadas familias en Regelence. Seguro que habrá
muchos en el parlamento que quieran que su nombre
regrese a Summers, pero…

—Steven, lo estás demorando. Dile el resto.

A Nate no le gustaba cómo se oyó eso.


«Mierda».
Levantó una ceja hacia Raleigh.

Steven miró a los ojos a Nate. —Problema fue


comprometido al nacer a Rexley. Tu hijo es el siguiente
Rey-Consorte de Regelence.

3
0
2
Capítulo 18

N ate subió las escaleras con una sensación de


intranquilidad en su estómago. ¿Qué era lo peor
que podía suceder? Él le diría a Problema, probablemente
se enojaría y correría a su cuarto a refunfuñar, entonces
Nate hablaría de nuevo con él en la mañana. Nate había
sido testigo de las rabietas del chico durante años, sabía
cómo tratar con ellas. Pero esta se sentía diferente. Había
una pequeña duda en su mente de cómo podría reaccionar
Problema y eso es lo que preocupaba a Nate.

Tenía un nudo en su garganta del tamaño del Lady


Anna. Eso era ridículo, eso eran buenas noticias. Al menos
en parte lo eran. Lo que fuera que sucediera, lo manejaría.
Llegando al cuarto de Aiden, Nate abrió la puerta. Estaba
vacío, así que cruzo al salón que unía el cuarto de Aiden
con el de Problema.

Aiden y Problema, ambos estaban ahí. Se veían


relajados y en sus propios pequeños mundos. Aiden en el
sofá, con pantalones y camisa, sin corbata, calcetines ni
zapatos, su camisa ni siquiera tenía cerrado el cuello, la
pantalla de dibujo en sus rodillas. Problema acostado sobre
su abdomen, frente a la chimenea en pijama, con su
reader. Ninguno de ellos notó que Nate entró al cuarto.

—Ejem. —Nate cerró la puerta detrás de él.


3
Aiden levantó la vista y sonrió. Jeremy en silencio lo
0 saludó con un distraído movimiento de la mano. «El malcriado».

3
Nate tomó una profunda respiración y avanzó. Para
cuando llegó al sofá, Aiden había colocado la pantalla de
dibujo aparte y llegaba a su encuentro.

Su niño, levantó la cabeza. —¿Todo bien? —Aiden


envolvió sus brazos alrededor del cuello de Nate y besó su
mejilla.

—Sí, todo bien. —Nate besó la frente de Aiden y


palmeó su espalda, antes de girar su atención hacia
Problema.

Problema levantó la vista de su reader y se encontró


con la mirada de Nate. —Lo que sea, Hawk, yo no lo hice.
He estado aquí desde que te fuiste. Pregúntale a Aiden. —
Asintió y regresó a leer su libro.

Aiden se rió. —Ha estado aquí todo el tiempo


mientras hablabas con mis padres.

—Problema, necesitamos hablar.

—Ya te dije, no soy culpable, —gruñó, apagó su libro


y lo dejó a un lado.

Nate sonrió. Se preguntaba qué habría hecho el


chico. Lo que fuera, Problema estaba alegando inocencia
antes de ser acusado, él usualmente hacia eso. Se sentó en
el lugar que Aiden había dejado vacío y miró a Problema.

Aiden se sentó a su lado, tomando la mano de Nate


entre las suyas. Nate lo amaba incluso más por ese gesto.

—Jeremy…

—Uh-oh. —Problema se sentó, cruzó sus piernas y vio


3 atentamente a Nate—. Esto debe de ser serio si me dices
Jeremy.
0 Apretando la mano de Aiden, Nate cerró los ojos y
tomó otra profunda respiración. Problema había siempre
4
respondido mejor a la franqueza. Entonces, ¿por qué a Nate
se le hacía tan difícil ser directo esta vez? —Se quiénes son
tus padres. Ellos no te abandonaron, ellos fueron
asesinados. Eres Regelen, hijo.

Aiden jadeó.

Problema parpadeó varias veces. —¿Discúlpame?

—Eres un Marqués y eres de Regelence.

—Oh. —Problema frunció el ceño, bajó la vista a su


regazo. Se quedó en silencio por varios minutos.

Aiden tocó el brazo de Nate. —¿Cómo lo descubriste?


¿Qué familia?

—Tu Sire vio la marca de nacimiento de los


Regelence bajo su brazo y lo descubrió. Yo vi la tuya pero
no hice la conexión. Raleigh pidió un examen de ADN al
equipo médico del Lady Anna y tiene la prueba. Su familia
eran los Summers.

Aiden juntó sus cejas.

Problema levantó la manga de su camisa y vio la


marca de nacimiento. Bajó la camisa y levantó la cabeza.
—¿Tengo dos padres?

—Sí. Tus padres eran el Marqués y el Marqués-


consorte de Winstol. No conozco los detalles.

Problema asintió. —Gracias por decirme. ¿Crees que


Raleigh pueda decirme más de ellos antes de que
regresemos a la nave?

Ahora era la parte que Nate temía. —Él dice que


3 puede, de cualquier modo tú puedes leer de ellos, pero…
—Nate miró a Aiden, recordándose a sí mismo, por qué
0 había tomado esa decisión.

5
Aiden sonrió y apretó su mano, ofreciéndole su
apoyo.

—Nosotros no regresaremos al Lady Anna.

—¿Qué? —Problema lo vio fijamente y se puso de pie


llegando frente a Nate, sus manos en sus caderas—. ¿Qué
es lo que quieres decir con no regresaremos?

—Tú eres el heredero de un título y yo he sido


ascendido a Almirante.

—¿Qué? ¿Almirante? —Problema sonrió por un breve


segundo, entonces frunció el ceño—. No quiero quedarme
en este inhibido, apretado y remilgoso planeta. —Comenzó
a pasear de un lado a otro, sacudiendo la cabeza y
gruñendo.

Nate sabía que Problema no se lo iba a hacer fácil. Lo


veía tratando de reunir sus pensamientos, entonces regresó
a su hijo.

Aiden palmeaba y frotaba el dorso de la mano de


Nate que sostenía. —Los dejaré para que hablen. —Iba a
levantarse, pero Nate lo detuvo—. También eres parte de
esto. Quédate. —Inclinándose, Nate besó la mejilla de
Aiden y se puso de pie. Fue hacia Problema, pero Problema
se alejaba. Quedarse en Regelence era lo mejor para
Problema, para Aiden. Infiernos, incluso para él, pero él
odiaba lastimar a Problema incluso si era para su propio
bien—. Nosotros tenemos responsabilidades ahora. Tú
tienes que aprender a manejar tus propiedades y... —
«Joder». ¿Cómo se supone que le diría al chico acerca
Rexley?
3 Deteniéndose, Problema se giró y señaló con su dedo
a Nate. —No me digas acerca de responsabilidades y
0 manejar propiedades. Tú dejaste tu propia herencia…

6
Nate se congeló. Se sentía como si le hubieran dado
un golpe en el estómago. Viendo a Problema, trató de no
dejar que viera cuánto le había afectado. —Esto es
completamente diferente. Le disparé a alguien, y tuve que
irme para proteger el honor de mi padre.

Levantando las manos al aire, Problema las dejó caer


a su lado con un golpe. —Bueno, si ese es el único
problema, ¿dónde dejaste mi pistola? —miró alrededor del
cuarto buscando algo.

La acusación de Problema hablaba de su


desesperación, pero seguía irritando a Nate. Él era viejo y
sabio y había aprendido de sus malas decisiones. Su
trabajo era hacer lo mejor para su hijo y consorte, y eso
era lo que él iba a hacer. —¿Vas a dejar de comportarte
cómo un imbécil?

—¿Vas a dejar esa idiota idea de querer quedarte


aquí?

Nate gruñó, contando hasta diez por lo bajo.

Sonriendo, Aiden señaló nerviosamente la puerta.


—Yo voy a ir y…

—¡Quédate! —Nate suspiró. Maldición, no quería que


sonara tan lastimado con Aiden.

—Jódete. Tan pronto como sea lo suficientemente


mayor, me voy de aquí, —dijo Problema.

—Cuida tu lenguaje. —Nate tenía varios años para


hacer que el malcriado cambiara de opinión—. Podrás hacer
lo que quieras cuando alcances la mayoría de edad. —Y era
3 malditamente bueno que en los estándares de Regelence,
la edad era de veinticinco años, no solo dieciocho, pero él
0 no iba a compartir esa información con Problema, aún.

7
Problema levantó su mentón e hizo una mueca.
—¿Mayoría? Suena como una sentencia a prisión para mí.
—Se dirigió a la puerta de su habitación con sus manos en
un puño.

—Hay otra cosa. —Nate se pellizcó la nariz, levantó


su cabeza. —Cuando naciste fuiste comprometido para
Rexley.

Aiden gimió y balbuceó tomando el brazo de Nate.


—¿Qué? No voy a dejar que hagas eso. Tenemos que
detenerlo. Eso no es justo. Problema y Rexley son dos
mundos diferentes, eso va a ser un desastre. Eso arruinará
la vida de ambos. Nate, eso es…

Problema se giró. Su boca se abrió y se cerró. Él miró


fijamente a Nate y a Aiden. —Quédate fuera de esto, Aiden.
No me voy a quedar aquí lo suficiente para casarme con el
príncipe de hielo.

Nate no iba a rebajarse al nivel de Problema. Era el


adulto, era él el que tenía que actuar como uno. —Trataré
de anularlo después.

—¿Nadie me escucha? ¡No voy a estar aquí para


casarme con nadie! —Problema hizo un gruñido exasperado
y se dirigió de nuevo hacia la puerta. Oyó el ruido de sus
pantuflas de conejo deslizarse furiosamente amortiguando
su de otra forma dramática salida.

Nate lo vio salir. —Hago esto por tu propio bien.

Problema se detuvo en la puerta y lo miró sobre su


hombro. —¿El mío? ¿O es para tu propio bien?

3 Nate apretó los dientes juntos. Él no iba a permitir


enojarse. —Problema…
0
8
—Nate, ya te dije que me iré tan pronto sea lo
suficientemente mayor y no necesite tu permiso en el
asunto. —Cerró la puerta de su cuarto de un golpe.

Aiden llevó su mano a la barba de Nate. —¿Crees que


estará bien?

Nate tomó la mano de Aiden y la besó. —Si logramos


no matarnos.

Sentado tranquilamente detrás del escritorio, Raleigh


observaba y escuchaba. Se sentía culpable de que Rexley
estuviera comprometido con Problema. Esa era su culpa. El
contrato se había firmado antes de que Rexley naciera.
Steven había roto el contrato matrimonial con Marcus para
casarse con Raleigh. Para pagar los pecados de Steven ellos
habían firmado el contrato prometiéndole la mano de su
heredero al primer Winstol nacido.

Aunque Steven no escondía su culpa tan bien como


Raleigh. Le había dado a Rexley la historia completa,
Steven paseaba de un lado a otro frente al escritorio. Veía
a Raleigh, sacudía la cabeza y seguía paseando.

La reacción de Rexley debió haber disminuido su


culpa, pero no lo hizo. Hizo justo lo opuesto. Rexley era…
bueno… Rexley. Se quedó sentado durante toda la
explicación, perfectamente quieto e inexpresivo, sus ojos
ámbar miraban a Steven, que paseaba, no era para nada
3 sorprendente. Siempre Rexley había tomado lo que
0 consideraba su deber con responsabilidad, él parecía
aceptarlo de una manera que Raleigh consideraba de
9
control. Estaba calmadamente tratando el asunto. Sin
rabietas ni acusaciones, ese era el estilo de Rexley.

Raleigh sentía que su pecho se desgarraba de dolor.


Desesperadamente quería para Rexley una existencia
despreocupada. Una forma de rebelión casi sería
bienvenida. Él no era como sus hermanos, nunca se
permitió ser un niño. De todos sus hijos, Rexley era el que
le preocupaba más a Raleigh. Desde que nació, Rexley
había sido criado para ser Rey y tomar las
responsabilidades pero él había construido paredes para
evitar el dolor. Aunque eso no funcionó, Rexley podía ser
lastimado, solo que lo cubría muy bien.

Finalmente, Steven dejó de pasear y giró la cara a su


hijo. —Di algo, Rexley. —La voz de Steven era gruesa como
si estuviera cerca de quebrarse.

Rexley arqueó una de sus cejas ébano, se veía igual a


Steven. —¿Qué es lo que puedo decir?, Padre. No suena
como que sea posible tener elección. —La compostura de
Rexley hizo que le doliera el corazón a Raleigh. Él era un
buen chico. Incluso de bebé no les dio problemas a Steven
y a Raleigh.

Inclinándose contra el escritorio, Steven pasó sus


manos por su cara y gruñó. —Grítanos o algo. —Cuando
dejó las manos en el escritorio estaban temblando.

—¿Por qué? —Las cejas de Rexley se juntaron—.


Tener una rabieta no va a cambiar la situación, Padre. —Se
puso de pie y caminó hacia Steven, tocando su hombro,
tratando de consolarlo—. Honestamente no es tu culpa, no
realmente. No tenías elección después de lo que sucedió y
3 no tenías control de quien enamorarte.

1 Ese era el meollo del problema. Rexley debería de


tener a alguien a quien amar, a alguien que también lo
0 amara. Merecía eso. Raleigh parpadeó para alejar las
lágrimas. Todos sus hijos merecían tener lo que él tenía con
Steven, pero Rexley… lo necesitaba. No era relajado como
Steven. Rexley necesitaba de alguien que le ayudara con el
estrés.

Steven suspiró, sus hombros cayeron. —Nosotros te


sacaremos de esto, hijo.

Rexley se adelantó y abrazó a su padre. Ahora era


tan alto como Steven, y juntos podrían verse como
gemelos, si no fuera por las canas en las sienes de Steven
y sus hombros ligeramente más anchos. Palmeó la espalda
de Steven y se alejó. —Padre, solo dejémoslo por ahora y
veamos qué sucede. No puedo decir que realmente lo
conozca, pero a Muffin le agrada.

Su conducta era tan típica de Rexley, Raleigh sonrió.


Rexley sería un maravilloso Rey. Él siempre anteponía a los
otros antes que a él. Pero eso era lo que molestaba más a
Raleigh. Rexley necesitaba disfrutar la vida, hacer algo para
sí mismo en lugar de siempre estar sacrificándose por los
demás.

«No voy a matarlo». Aiden apretó los puños y abrió los


ojos. Nate quería que le enseñara a Problema cómo ser un
Márquez. Eso incluía bailar. —Problema. Deja en paz la
corbata y ven aquí. No hemos terminado. —Eso se oyó casi
civilizado a pesar de haberlo dicho con los dientes
3 apretados.

1 Problema lo miraba desde su lugar en el suelo. —Esto


es estúpido, no iré al baile de mañana por la noche.
1
—Si lo harás. El baile de mañana no es solo para
celebrar mi matrimonio con Nate, también es para celebrar
el ascenso de Nate a Almirante, y eres el hijo de Nate y el
prometido de Rexley. Tienes que hacer tu aparición. Ahora,
ponte de pie. — Tener que gritar sobre la música le estaba
causando dolor de cabeza a Aiden. O quizás era toda la
situación, eso era difícil de decidir.

Arqueando una dorada ceja, Problema se puso de pie.


—Creí que no tenía que bailar el vals hasta que no se
hiciera un tipo de fiesta e inclinara la cabeza ante el Rey.

Aiden tensó la mandíbula y apretó los dientes, él


estaba desarrollando el mismo ‘tic’ que Cony tenía en su
mejilla cuando se enojaba. «Oh, Galaxias», se estaba
convirtiendo en su Sire. Aiden tomó una profunda
respiración y se recordó a sí mismo por décima vez en
treinta minutos que Problema no lo había tenido fácil en los
pasados días. Había ganado un título y un prometido de un
gran golpe, sin mencionar que su libertad había sido
coartada. Para Aiden el que Nate hubiera aceptado el
ascenso y se quedara en Regelence era una bendición, pero
para Problema, eso era una gran implosión de planetas.
—Tú vives bajo el techo del Rey, todo el mundo asume que
el Rey ya te reconoció y te admitió dentro de su sociedad.
Por lo tanto, se espera que atiendas tus funciones. —Aiden
levantó las manos listo para otro ataque.

—Solo porque vaya al baile, no quiere decir que


tenga que bailar.

—¿Por qué lo haces tan difícil? —Aiden elevó la voz,


la última palabra fue casi un grito.
3 —¿Por qué lo haces tú? ¿No deberías estar dibujando,
pintando o algo así?
1
2
El tic en la mandíbula de Aiden comenzó de nuevo. —
Amaría estar pintando o algo así, en lugar de estarte
enseñando a bailar.

—Por última vez, no quiero…

Aiden tomó la mano y la cintura de Problema, tirando


de él más cerca. Ya había terminado de hablar. Problema
iba a bailar y eso era todo.

Escuchando la música. Aiden contaba. «Uno, dos, tres». Él


se movió hacia delante, pero Problema no lo hizo. Ellos
chocaron las cabezas. Si no estuviera tan irritado, eso
probablemente le hubiera dolido.

Problema se apartó. —Ow.

Grrr… Aiden levantó las manos al aire y paseó


alrededor de su hijastro. —Galaxias, ¡maldición! ¿No
puedes comportarte por cinco sangrientos minutos? Cada
día durante la semana pasada he tomado tiempo libre de
mi día para tratar de ayudarte a integrarte y así es cómo
me pagas. Estoy enfermo de tus quejas en las clases de
protocolo. No quiero oír nada más. —Se detuvo a varios
centímetros frente a Problema y dejó caer sus brazos a sus
lados con exasperación—. Sí, lo siento mucho, pero…

—No soy la ceni-jodida-cienta. No puedes vestirme


con estos atuendos… —Problema se estiró la corbata y
movía su mano por su cuerpo— enséñame cómo bajar la
cabeza y decir mi lord. Puedes enseñarme a leer sonetos de
Shakespeare pero seré maldito si dejo que me enseñes a
dejar que un viejo lujurioso guíe mi culo por la pista de
baile. —Problema cerró sus manos en un puño y apretó sus
3 dientes—. ¿Qué sigue? ¿Mammi?

Aiden señaló la cara de Problema con un dedo. —¡No


1 soy tu jodida madre! «Oh si» —él estaba perdido. Nunca
había gritado obscenidades a otra persona antes. Su sangre
3
hervía y estaba tan enojado que estaba comenzando a
sudar. La mayoría de la gente probablemente lo habría
dejado pasar, pero Aiden había estado batallando con ese
tipo de conducta toda la semana. Las constantes críticas de
Problema a la cultura de Regelence comenzaban a sentirse
como un ataque personal.

Problema avanzó hacia él con el puño levantado.

Aiden hizo lo mismo. No había manera de que dejara


que Problema lo acobardara. Le dijo a Nate que él se
aseguraría de que Problema se comportara y lo haría,
incluso si eso significaba que el chico se presentara al baile
con un ojo morado.

—Ejem.

Girándose para hechar a quien hubiera entrado,


Aiden se detuvo. «¿Rexley?»

—¿Problemas, hermanito? —Rexley miraba a


Problema y le tendió la mano—. Jeremy, ¿te gustaría que
yo te enseñara?

Aiden giró los ojos, ya… parece que eso vaya a


funcionar. ¿Quién creía Rexley que era? —Rexl…

Problema parpadeó y sus labios se elevaban muy


lentamente. No era una sonrisa, pero se acercaba. Tomó la
mano de Rexley viéndolo a los ojos. —Me encantaría.

Sosteniendo su mirada, Rexley contó en voz alta la


música y pronto ellos se movían juntos y comenzaron a
valsear alrededor del cuarto, ignorando completamente a
Aiden. Problema incluso dejó que Rexley lo guiara.
3 Aiden estaba con la boca abierta. Él quería
«Increíble».
enojarse con Rexley por interferir, pero al mismo tiempo…
1
Problema tropezó y Rexley lo estabilizó antes de que
4 Problema cayera. En lugar de gritarle a Rexley y decirle que
tenía grandes pies, Problema recuperó el balance y dejó
que Rexley lo guiara de la forma apropiada. Escuchando
atentamente, Problema asintió y se inclinó hacia Rexley,
dejando que él contara y se movieron de nuevo.

¿Quién lo hubiera creído? Lo último que Aiden había


oído de Problema refiriéndose a Rexley era como ‘el
aburrido príncipe de hielo’. Ellos realmente parecían
llevarse bien juntos.

Tropezando de nuevo, Problema frunció el ceño, pero


rápidamente recuperó la compostura. No hubo gritos, solo
algunos movimientos de cabeza asintiendo cuando Rexley
le decía algo. «Asombroso».

Rexley chocó con el pie de Problema mientras


trataban de girar, y ellos se tambalearon. —Lo siento,
Jeremy.

Problema resplandeció, entonces se encogió de


hombros. —Está bien. Fue mi culpa.

Después de eso Rexley se inclinó y rápidamente le


dio las direcciones a Problema al oído. El murmullo se veía
tan íntimo, pero Aiden decidió ignorar eso. Eso estaba
funcionando y eso era todo lo que le importaba a Aiden en
ese momento.

Él vio alrededor del cuarto de baile vacío que sería


adornado para el baile de mañana en colores rojo, negro y
blanco, los colores de Regelence. Las rosas negras y rojas
serian llevadas mañana, mientras que todo el mundo
estuviera en la ceremonia, pero los listones ya estaban
colgados en los balcones del salón de baile y en las
3 columnas a lo largo del perímetro de la pista de baile. Si
Problema aprendía a bailar, mañana estaría perfecto.
1 Problema se acercaba cada vez más para oír las
instrucciones que Rexley le daba, pero Aiden desestimó eso
5
también. Eso podría ser algo bueno. Nate y Padre, ambos
estaban determinados a anular el contrato de Rexley y de
Problema, pero si eso era alguna indicación de lo que venía,
Aiden podía asegurar que ellos dos se lo pensarían dos
veces. Rexley estaba realmente sonriendo. Se veía… feliz.
Eso era algo que ocurría cada vez menos en los últimos
años. Eso hizo que Aiden sonriera al verlos.

Problema dijo algo que hizo que Rexley se carcajeara.

Aiden se encontró riéndose. Rexley no se había reído


de esa manera con nadie, solo con Muffin, en mucho,
mucho tiempo. Aparentemente el aburrido príncipe de hielo
y el alborotador no eran tan diferentes después de todo.

—¿De qué sonríes? —Nate entró al cuarto, besando la


frente de Aiden, antes de enfocarse en la pareja de baile.
—¿Qué…?

—Shh… Ellos se ven bien juntos, ¿no lo crees?

—Sí, pero ellos están un poco demasiado cerca, ¿no


lo crees? Si tu Sire entra y los ve tan cerca él va... no creo
haber visto a Rexley sonreír antes. Y sé malditamente bien
que no he visto a Problema sin tener el ceño fruncido en
toda la semana. ¿Qué están haciendo? —Nate se colocó
detrás de Aiden, y envolvió sus brazos en sus hombros.

Problema era ligeramente más pequeño que Rexley


así que levantaba el mentón, pero tenía una sonrisa
pegada a su cara. Había estado pegada ahí desde que ellos
comenzaron a bailar y no rompía el contacto visual por más
de uno o dos segundos a la vez. Todo el tiempo que
Problema y Aiden habían bailado o tratado de bailar juntos,
3 Problema no había dejado de ver sus pies.

Aiden se encogió de hombros y llevó su mano a la


1 cara de Nate, pasando sus dedos por la barba. —No sé
nada. Rexley llegó y le preguntó a Problema si quería que
6
él le enseñara y Problema dijo que sí. Estoy tan impactado
como tú. En los pasados veinte minutos, he estado tratando
de convencer a Problema de seguir el tono y nunca
pudimos pasar de tres. Ahora él se ve como si flotara.

Nate apretó su cintura, acercándolo más. —Mira la


manera en que él ve a Rexley.

—Esa es la manera en que yo te veo a ti.

3
1
7
Capítulo 19
A iden estaba sentado en el centro de la fila del
frente de la gran cámara semicircular de la
casa de los Lores, incómodamente consciente de las
muchas miradas puestas en él. Estar frente al ojo público
debería de ser más cómodo conforme pasaba el tiempo,
pero no era así. Hacía que su piel hormigueara y sus manos
sudaran. Hacer sus pinturas era mucho más fácil que ser
abiertamente examinado. Y las reuniones en la casa de los
Lores siempre era la peor exposición pública en su opinión.
La cámara era un poco intimidante, con su gran techo en
domo(24) y sus altas paredes de mármol negro veteado de
dorado.

Viendo a su izquierda vio a Problema, parecía


inconsciente del escrutinio de toda la cámara de los Lores.
Quizás si Aiden tuviera su pantalla de dibujo no estaría
consciente de ser estudiado. Sin mencionar que podría
capturar el ascenso de Nate mientras sucedía. Se inclinó
hacia Problema. —¿Recuerdas lo que hay que hacer?

—Sí. Después del ascenso de Nate, voy a subir ahí


con él.

Bueno, eso no era así exactamente, pero Aiden


decidió confiar en que Problema sabía lo que debía hacer
dado que la idea básica era correcta. —Ellos te llamarán.
No te preocupes.
3 —Yo no soy quien está preocupado. —Problema le dio
una penetrante mirada—. Deja eso. No voy a ponerme en
1 ridículo, ni a Nate… ni a ti. No soy un completo ignorante.

8 (24) Techo cerrado de cristal.


—Nunca pensé eso. Mi suposición es que solo tres
cuartas partes.

Problema sonrió antes de regresar su atención al


frente.

Carl Jenkins, Almirante de la flota Aries subió al


pódium en su traje blanco. —Lores de Regelence, me siento
honrado de estar frente a ustedes el día de hoy para
cumplir una función militar que para la mayoría sucede una
vez en nuestra vida. El ascenso del Capitán de la IN al
rango de Almirante de la flota.

Una ansiosa sensación inundó a Aiden. Estaba


orgulloso, pero también un poco nervioso. Eso era tonto, no
era su ascenso, pero no podía evitarlo. Nate era suyo.
Sonrió, recordando cómo se veía Nate en el uniforme
cuando dejaron el castillo. Él perdió la cuenta de cuántas
veces le había apartado las manos y había oído la
advertencia de ‘compórtate, niño’. Lo que al final no
ayudaba. Ese naturalmente buen regaño lo hacía querer
temer sus manos en Nate incluso más.

Problema movió la cabeza, para ver sobre Aiden al


lugar en donde estaba sentada la familia real.

Aparentemente, Aiden no era el único con problemas


para enfocarse. Discretamente empujó a Problema hacia
atrás y regresó su atención hacia el Almirante Jenkins.

—Ha sido un honor servirles por todo estos años pero


es tiempo para mí de dejarlo. Me gustaría presentarles al
nuevo Almirante de la Flota Aries, el Almirante Nathaniel
Hawkins. —Jenkins levantó una mano y vio hacia el cuarto
3 de atrás de la asamblea.

La audiencia entera se giró siguiendo su mirada.


1
Nate salió de las puertas dobles de roble a la
9 alfombra negra, con su uniforme de gala incluyendo la
espada. El hombre era una visión con su uniforme blanco.
No había un hombre en toda la galaxia tan hermoso. La
parte superior de su cara tenía la sombra causada por el
sombrero. Tenía un brillante sombrero negro con una orilla
de brocado dorada señalando su rango. Eso hacía que el
rojo y el ligeramente dorado en su oscura barba y bigote
resaltaran. El cerebro de Aiden recordó los ojos café de
Nate, la memoria de Aiden llevó la imagen más allá y vio
las destellantes imágenes de Nate frotando el vello de su
mentón por el desnudo cuerpo de Aiden. Su pene comenzó
a endurecer. Aiden cerró los ojos y tomó una profunda
respiración. Un cuarto lleno de los más altos políticos no
era lugar para tener una erección.

Abrió los ojos para ver a Nate saludar a la bandera y


colocar su mano con guante blanco al lado de su cabeza. El
ya había cambiado su insignia a la de Almirante. Las
insignias negras y doradas de Capitán de su hombro
habían sido reemplazadas por las casi completamente
doradas de su nuevo rango. Con la cabeza en alto, él se
dirigió hacia Padre y el Almirante. Nate era tan poderoso y
autoritario que Padre era casi invisible, incluso con su
corona y ropa formal. Mientras caminaba, Nate giró la
cabeza, buscándolo. Cuando sus miradas se conectaron, le
dio un guiño a Aiden, antes de ver de nuevo al Almirante.

Aiden dejó salir un ruido apreciativo mientras Nate


pasaba. El hombre tenía un trasero tan espectacular como
el frente. Anchos hombros, estrecha cintura, lindo y
redondo trasero. «Buenas Galaxias», Aiden no podía esperar
para poner sus manos en él. Quizás debería dejarse el
uniforme un tiempo. Le gustaba cómo se sentía el
3 almidonado uniforme en su piel desnuda.

—Si sigues mirándolo de esa manera vas a empezar a


2 babear. —Problema le dio un codazo.

0
Cerrando la boca, Aiden frunció el ceño hacia
Problema. Había estado enseñando a Problema la conducta
apropiada toda la semana y ahora él estaba aquí
comiéndose con los ojos a su esposo como si fuera un
pedazo de carne, nada menos que en público. Dejando que
el malcriado lo notara. Eso probablemente surgiría la
próxima vez que lo corrigiera.

El Almirante Jenkins bajó la cabeza. —Rey Steven.

Padre bajó la cabeza. —Almirante. —Él tomó asiento


al lado de Cony mientras Nate y el Almirante Jenkins
saludaban a ambos.

Nate estrechó la mano del Almirante, entonces


entregó su insignia de Capitán.

Después de saludar a Nate, Jenkins se hizo a un lado,


dejándole el lugar sobre la plataforma con alfombra negra a
Nate. —Ahora a una bien merecida jubilación.

Hubo risas entre la multitud antes de que Jenkins se


uniera al grupo de oficiales en la línea del frente a la
izquierda.

De pie en medio de la plataforma frente al gran


pódium de mármol negro con el escudo de la rosa negra de
Regelence labrado en él, Nate se dirigió al grupo de
oficiales de la IN. —Atención. —Su voz clara y profunda
hacía eco en el gran salón. Eso le puso la piel de gallina a
Aiden. La urgencia de lanzarse a los pies de Nate y rogarle
que lo tomara era fuerte, pero la refrenó… por ahora.

El grupo entero, incluyendo Jenkins, se puso de pie y


saludaron.
3 Nate saludó en respuesta. —Mi primera orden es
2 trasladar el cuartel general de la Flota Aries a Regelence
con el permiso del Rey de Regelence. Por favor den la
1 orden inmediatamente.
El viejo Almirante dio un paso al frente, —Aye, aye,
Almirante Hawkins.

—Liberado, —dijo Nate.

El orgullo inundaba el pecho de Aiden cuando los


oficiales de la IN se giraron y marcharon en formación. Sus
ojos se humedecieron un poco al ver a su consorte. ¿Qué
había hecho para merecer a ese hombre? Por mucho que él
viviera recordaría el momento que vio a Nate de pie, alto y
orgulloso, antes de entrar a la cámara de los Lores de
Regelence. Y tan pronto como tuviera oportunidad lo
dibujaría. Aiden no podía permitirse olvidar que lo que
sucedía ahora en el IN era en merecido honor a Nate, sin
importar el tiempo que pasara.

Nate atrapó su mirada, su boca se movió a un lado, y


Aiden podía jurar que la temperatura en el cuarto se elevó.
Aiden le sonrió y su corazón se aceleró.

Saliendo de la plataforma, Nate tomó asiento al lado


de él. Nate tomó su mano y la apretó, sosteniéndola
encima de su muslo.

Le tomó cada gramo de su control a Aiden no


deslizarse a su regazo. —Felicitaciones, señor, —murmuró
Aiden.

—Gracias, —Nate regresó. Su mirada bajó a los labios


de Aiden y se lamió los labios.

Aiden inclinó la cabeza, moviéndose más cerca.

Nate se inclinó pero en el último momento sacudió la


cabeza y regresó la atención al frente del cuarto.
3 «Polvos». Aiden gruñó e hizo lo mismo.

2 Riéndose, Nate entrelazó sus manos. —Compórtate,


niño.
2
Oh, eso no ayudaba para nada, su pene respondía a
esas palabras como si fueran una orden. Se movió un poco
e hizo su mejor esfuerzo para pensar en algo no lujurioso.
Como el hombre frente a ellos.

El vocero de la casa de los Lores tomó el lugar de


Nate. El vocero era un hombre pequeño, delgado con
cabello castaño entrecano, vestido con la bata negra del
parlamento. Cuando habló, su voz era nasal y entrecortada.
—Lores de Regelence, su Rey desea dirigirse a ustedes.

Padre se puso de pie y todo el mundo, incluyéndome,


se puso de pie, mostrando su respeto. Cuando el Rey llegó
al pódium el vocero bajó la cabeza y se apartó.

—Por favor tomen asiento. Les tengo algunas


maravillosas noticias. —Padre miró hacia Problema—.
Muchos de ustedes están conscientes que el Almirante
Hawkins es mi nuevo yerno, pero lo que probablemente no
saben es que él tiene un hijo adoptivo. Por favor ven aquí,
Jeremy.

Problema vio a Aiden y a Nate, su color se perdió un


poco.

Aiden asintió, animándolo, Nate se puso de pie y


esperó a Problema.

Subiendo, Problema caminó hacia delante con Nate e


inclinó la cabeza. —Su majestad. —Independientemente de
lo que Problema creyera, estaba muy hermoso con su
chaleco crema y sus pantalones a la rodilla azul marino.

Padre correspondió el saludo. —Lord Winstol.

3 Un fuerte murmullo hizo eco en el salón antes de que


quedara completamente en silencio.
2 —Jeremy Hawkins es el último heredero de los
Winstol. Me tomé la libertad de realizar pruebas de ADN y
3
compararlas con los registros de sus padres, el Marquéz y
el Marquéz-consorte de Winstol. Me gustaría que se
reconociera y sus propiedades sean entregadas a su
guardián y padre adoptivo, el Almirante Hawkins.

El cuarto zumbaba con el ruido de las conversaciones.

Problema estaba inquieto y Aiden no podía culparlo.


Él también se sentía nervioso y no estaba de pie frente a un
par de cientos de ojos.

El vocero se acercó al pódium con Padre. Ellos


hablaron en voz baja por algunos minutos, entonces Padre
tomó asiento al lado de Cony.

—Yo mismo y varias nobles personas confirmamos los


resultados del ADN que indican que Jeremy Hawkins es
Jeremy Summers, el heredero de Winstol. —El vocero se
dirigió al salón—. Todos por favor reconozcan a Jeremy
Hawkins como el nuevo Marquéz de Winstol y digan aye.

Eso fue un alto coro de —Ayes.

—¿Reconoces al Marquéz de Winstol como tu hijo?

Nate bajó la cabeza. —Lo hago, mi lord.

—Su majestad, Príncipe Rexley, por favor


acérquense.

Padre y Rexley se dirigieron a un lado de Nate y


Problema, él murmuró algo y la tensión se derritió de los
hombros de Problema.

Aiden sonrió.

—Su majestad, Almirante Hawkins, ¿están


3 preparados hoy para restaurar el contrato matrimonial
entre Rexley Townsend, heredero al trono de Regelence y
2 Jeremy Hawkins, Marquéz de Winstol?

4 Nate y Padre dijeron, —Lo estamos.


La casa entera de los Lores se puso de pie y
ovacionó, Aiden incluido.

Después de un round de felicitaciones, Padre y Cony


salieron de la cámara, dejando a Rexley tomar el brazo de
Problema y escoltarlo. Nate y Aiden los siguieron mientras
los hermanos de Aiden y Lord Wentworth, el Capitán de la
guardia real, se dirigían a la puerta trasera.

Fuera del edificio del parlamento, una multitud se


había reunido. Algunos parecían ser lores pero otros eran
hombres de clase baja. La guardia real despejó el camino
para que llegaran al aerotransporte colocándose entre la
multitud de ciudadanos. De ahí la familia real se dirigiría al
castillo para celebrar el baile en honor al ascenso de Nate,
el regreso de Jeremy y la boda de Aiden y Nate.

Por la visión periférica Aiden alcanzó a ver a un


hombre que levantaba los brazos. Entre la mucha gente
que lo hacía, pero algo en este hombre era diferente. Giró
la cabeza para verlo mejor. Aiden se detuvo a verlo.
¿Dónde lo había visto antes? Era alto, con el cabello oscuro
y muy hermoso. Su ropa claramente decía que era un Lord
de otro reino. Un hombre mayor estaba a su lado viendo
fijamente a Nate.

Nate siguió caminando, tirando de Aiden hacia el


aerotransporte. —¿Aiden?

Aiden se tensó, tratando de mantener la mirada en el


hombre. Repentinamente recordó por qué el hombre se le
hacía tan familiar. Era una versión ligeramente más joven
de la cara que amaba, excepto que sin barba.

3 La mano de Nate apretó la de Aiden que descansaba


en el brazo de Nate. —Aiden qué, ¿Jared? ¿Padre?
2
5
Nate se apoyó en el barandal privado del salón de
baile del castillo de Townsend con un whiskey en la mano y
su padre a su lado. Había mucho que quería decir pero no
encontraba las palabras. Eso era un fenómeno nuevo para
Nate. Él siempre decía lo que pensaba, pero su padre lo
hacía sentir como un niño de nuevo. ¿Desde cuándo había
estado de pie con ese hombre? ¿Cómo su padre y hermano
habían llegado aquí?

Fuera del edificio del parlamento su padre lo había


abrazado y le dijo lo orgulloso que estaba y lo mucho que lo
había extrañado, pero con el bullicio de la multitud, ellos no
habían tenido tiempo para hablar hasta ahora.

Girando el líquido ámbar en su copa, miró hacia la


pista de baile. Había una multitud reunida, pero le fue fácil
encontrar a Aiden.

Aiden bailaba con Jared, dándole la sensación de


calidez que Nate siempre sentía en su interior cada vez que
veía a Aiden. Su niño se veía feliz, sonriendo y charlando.
Eso lo hacía incluso más hermoso, si eso era posible.

¿Y Jared? Nate apenas podía creer que su hermanito


estuviera aquí, mucho menos que estuviera bailando con
Aiden. Jared incluso se parecía más a Nate que cuando eran
jóvenes. Si no tuviera barba y bigote, ellos podrían parecer
gemelos a pesar de los cuatro años que los separaban.
3 Nate vio el esplendor del enorme cuarto. Era lindo,
2 decorado en rojo, negro y blanco. Una muy formal
decoración para una muy formal ocasión, aun así él estaba
6 viendo su propia celebración desde un lado, sintiéndose
inseguro. No le gustaba esa sensación. No era una con la
que hubiera tratado en mucho tiempo y lo hacía irritable.
Ver a su familia de nuevo era algo que anhelaba, pero
nunca pensó que sucedería de nuevo.

Nate se giró y estudió a su padre. —¿Por qué? —Eso


salió mucho más duro de lo que hubiera querido pero no
podía retractarse.

—Me tomó mucho tiempo encontrarte. Pero, sabía


dónde has estado en los últimos diez años. Después de lo
que hice no creí que quisieras verme.

Nate tragó el nudo en su garganta, su ira se disolvió


de alguna manera. Todos esos años él nunca pensó…

Su padre giró la cara hacia él, dándole la total


atención. —Me arrepentí de mis acciones tan pronto como
las hice. Nunca pensé que realmente dejaras la casa. A la
mañana siguiente entré a tu cuarto a buscarte y me
encontré que te habías ido. —Cerró sus ojos fuerte, soltó el
aire. Cuando abrió los ojos de nuevo, tenía lágrimas.

—Me dijiste que saliera de tu vista. Me desheredaste.


—Nate lo recordó como si fuera ayer. Su estómago se hizo
un nudo como hace dieciocho años. El dolor era tan fuerte
como entonces, sintió el abandono. Un nudo se formó en su
garganta. Nate se tomó el resto del whiskey, disfrutando la
manera en que quemaba su garganta.

—Estaba enojado. En lo profundo sabía que no había


sido tu propósito, pero no estaba pensando bien. Daniel era
un temperamental imbécil, pero él era el hijo de Kit. Temía
que Kit no pudiera... lo siento, Nathaniel. Eres mi hijo y te
3 amo. Por favor, ¿me perdonas? —sostenía su bebida, sus
manos temblaban.
2 Nate se tomó su tiempo para estudiar a su padre.
Habían pasado dieciocho años. Él aun era el noble y
7
hermoso Duque de Hawthorne, pero más cabello gris se
entrelazaba en su cabello oscuro y arrugas se formaban en
las esquinas de sus ojos. Leland Hawkins había sido
conocido por su amistosa sonrisa, pero no sonreía ahora.
Sus labios estaban cerrados fuertemente, apretados. Como
su padre, siempre había sido afectuoso en lugar de arisco.
Esa probablemente era la razón por la que Nate había
pasado difíciles momentos siendo estricto con Problema.

¿Cómo se sentiría si eso le hubiera sucedido


«Problema».
a Problema y a él? El resto de la ira de Nate desapareció. —
También te amo, Papá. Y te perdono. —Nate parpadeó, sus
ojos ardían. «Maldición».

Lágrimas bajaron por la cara de su padre, pero sonrió


y repentinamente la tensión se calmó, incluso más cuando
dijo: —Gracias. —Tomó a Nate y lo abrazó fuerte. Nate
correspondió el abrazo, antes de separarse.

Su padre se limpió las lágrimas y vio la escena frente


a ellos. Después de un momento le sonrió a Nate. —Se ve
como que está en su elemento. Me agrada. Él es la razón
de que te encontrara. El Rey Steven me contactó. Pero
Aiden fue quien se lo pidió.

Nate se unió a él, apoyándose en el barandal de


nuevo. Se dijo que tenía que recordar tratar esto con Aiden
más tarde. Su niño merecía ser castigado por hacer esto
detrás de Nate…y un buen, largo y duro beso también.

—Aiden es una buena pareja para ti. Se ve que puede


manejar los eventos sociales que vienen con ser el esposo
de un Conde y Almirante.

3 Aiden se veía feliz, sonriendo y charlando. Si, un


castigo definitivamente estaba en la orden. Nate sonrió.
2 —Él es un buen actor. Odia estas cosas. Olvidé registrarlo
antes de salir así que sospecho que tiene una de sus
8 pantallas de dibujo escondida en su chaleco quemándole en
su bolsillo. En cualquier minuto probablemente busque una
ruta de escape.

Su padre se rió. —Ah, entonces incluso combinan


mejor de lo que pensé en un principio. Te mantendrá
atento.

Nate tomó una profunda respiración, sintiéndose


mucho mejor. Buscó en el cuarto a Aiden. —Ciertamente lo
hace. Entre él y Problema nunca dejarán que me aburra.

—Lo apuesto. Tu hijo parece difícil de controlar.

Nate vio alrededor del salón de baile. Donde estaba


Pro… Rexley y Problema valseaban alrededor de la pista,
parecía que habían bailado juntos durante años. Incluso
cuando parecía que Rexley estaba contando en voz alta
para Problema. El humor de Nate se aligeró incluso más.
Ellos se complementaban el uno con el otro muy bien. Esa
era una agradable sorpresa. Había sufrido por el contrato
cuando Steven se lo dijo. No pensaba obligar a Problema a
casarse, pero al parecer las cosas se estaban dando. Ellos
tenían un lapso, tendrían algunas fricciones, pero por
ahora…

—Vas a tener más hijos, ¿no es así? —Su padre


levantó una ceja, prácticamente radiante.

«¿Qué?» Nate parpadeó y empezó a reírse. Él


realmente tenía a su padre de regreso y aparentemente era
tiempo de empezar a pensar excusas para el interminable
asunto de los nietos.

3
2
9
—No estés tan preocupado. Él sabe comportarse en la
mesa; ha estado en cenas formales conmigo antes. —Nate
apretó la mano de Aiden que descansaba en su antebrazo
mientras seguían a Problema al salón comedor frente a
ellos.

Aiden sonrió. —Eso es lo que supuse. —Haciendo una


pausa, Aiden tomó su brazo—. ¿Hablaste con tu padre?

—Umm… —Se preguntaba cuánto podría esperar si


no le contestaba. «Uno, dos, tr…»

—¿Umm? ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué te dijo? —los


ojos de Aiden más abiertos, su nariz levantada.

Nate arqueó una ceja, tratando de no sonreír.


—Mereces un castigo por no preguntarme primero.

Tosiendo, Aiden volvió a caminar. —Seriamente dudé


que di... —Se detuvo, sus ojos más abiertos y sonrió,
mostrando más de sus blancos dientes—. ¿Lo merezco?

Riéndose, Nate lo miró fijamente y se movieron de


nuevo. Cuando ellos dieron la vuelta hacia el salón
comedor, ellos vieron a alguien, ese parecía ser Colton pero
era difícil decirlo dado que su cabeza estaba en la esquina,
al final del pasillo.

Deteniéndose frente al salón comedor, Nate le indicó


a Aiden que lo viera.

Aiden se encogió de hombros y soltó el brazo de


Nate, se dirigió hacia su hermano. Él llegó al final del pasillo
y dio vuelta en la esquina. Gruñendo tomó el brazo de
Colton. —Vamos.
3 —Pero... Te has convertido en un aburrido, hermano
mayor, —Colton gruñó, soltándose del brazo de Aiden.
3 Asintió hacia Nate y entró en el salón comedor.

0
—¿Qué fue eso? —preguntó Nate, tomando de nuevo
el brazo de Aiden.

Aiden sonrió y tomó el brazo de Nate. —Lord


Wentworth está inspeccionando los guardias.

—¿El Capitán de la guardia real?

—Ese mismo.

«Oh maldición». Nate se rió, me pregunto si Raleigh sabe


que su hijo tiene una erección por el jefe de la seguridad
del castillo. Probablemente no, el hombre sigue siendo su
empleado.

En el salón comedor, todo mundo tomó asiento en


una enorme mesa rectangular de seis metros localizada en
el centro del cuarto y varias pequeñas mesas redondas en
los lados. Nate escoltó a Aiden a la gran mesa que había
sido reservada para la familia y amistades cercanas. Cerca
de Steven, en un extremo de la mesa, había unas sillas
vacías para ellos. Nate retiró la silla de Aiden para que
tomara asiento y después se sentó él. Frente a ellos, a la
izquierda de Steven, estaban Rexley y Problema. Nate tenía
la sospecha que Aiden había metido su mano en eso. Era
un movimiento inteligente. Entre Nate, Aiden, Steven y
Rexley, alguno de ellos podría ser capaz de controlar a
Problema.

Steven asintió hacia ellos y el lacayo se movió a


empezar a servir la sopa. Ellos vieron a Raleigh al otro lado
de la mesa, habían tenido poco tiempo para hablar.
Desafortunadamente, con todo el mundo presente,
realmente no podían discutir sobre lo que realmente
3 necesitaban.

Bebiendo un trago de su vino, Steven bajó el vaso.


3 —Nate, con todo lo que ha sucedido, no creo que te haya
felicitado por tu ascenso a Almirante.
1
Por la esquina de los ojos, Nate notó que Problema
inclinaba la cabeza de un lado a otro del plato vacio de
sopa frente a él. Trató de ignorarlo y seguir con la
conversación con Steven. —Gracias, Su Majestad.

Aiden colocó su mano en su rodilla bajo la mesa. —Te


tengo un regalo.

Nate se giró hacia su niño, sorprendido. —¿Lo tienes?

Sonriendo, Aiden asintió. —Lo tengo. Está a... —


Aiden giró la cabeza hacia Problema—. Oh, Galaxias.

Problema levantaba el plato azul y blanco frente a él,


viéndolo. —No sé si pueda hacer esto. Nate, ¿lo has hecho?

Una sensación de temor golpeó a Nate antes incluso


de ver el plato frente a él, tratando de imaginar a qué se
refería Problema.

Rexley empezó a ahogarse.

Steven cubrió la boca con su servilleta, riéndose


disimuladamente y Aiden seguía repitiendo —Oh, Galaxias
—por lo bajo.

Él iba a matar al chico esta vez. El plato tenía a unos


desnudos luchadores griegos, al menos eso es lo que Nate
creía. Seguro que era una interpretación abierta. Eso podía
incluso ser una imagen del Kama Sutra Regelence… No, no
en el castillo, muy seguro que eran luchadores. Miró a
Problema y notó que Rexley se volvía rojo a su lado. ¿El
chico se estaba ahogando o se estaba riendo? Se estaba
inclinando tanto que casi cae al suelo.

Aparentemente, Rupert el amigo de Aiden, tampoco


3 estaba seguro. Él palmeó la espalda de Rexley.

3 Problema miraba a Nate, sus ojos brillaban. «Oh, la


pequeña mierda».
2
—Problema…

Problema levantó el plato mostrándoselo a Nate.


—¿Queeé? Solo estoy diciendo…

Rexley se controló, tomó una profunda respiración y


se secó una lágrima en la esquina de su ojo. —Jeremy,
—murmuró mientras alcanzaba una bebida.

Solo con eso, Problema dejó el plato en su lugar y


también tomó su bebida. Rexley levantó la vista sobre la
copa y arqueó una ceja. Ahí fue cuando Nate notó que solo
una de sus manos era visible. «Hmm…»

Aiden, en algún momento había dejado de decir ‘Oh


Galaxias’, y palmeaba el muslo de Nate. —Cierra la boca.

Después del baile, Nate se retiró al estudio con la


pareja real, su padre, hermano y Aiden. Aiden se había
quedado solo treinta minutos y comenzó a bostezar, dijo
buenas noches. Jared se quedó durante una hora. Nate
había pensado disfrutar la compañía de Steven y Raleigh,
pero estaba ansioso por subir las escaleras con su niño.

—Nate, no creo en los arreglos matrimoniales, y no


me gustaría hacer que Rexley y Problema se casen si no
quieren, pero tengo que decir que hacen una buena pareja.
No creo ni siquiera poder recordar haber visto a Rexley reír
tanto. —Steven sonreía de nuevo igual que cada vez que
3 los miraba durante la cena.

3 Tomando un trago de su whiskey, Nate se recargó en


el asiento de piel, tratando de no sonreír. Él y Steven
3 habían estado bien desde el principio, pero ahora el hombre
estaba comenzando a ser un buen amigo. Nate no estaba
seguro de si se debía a estar casado con Aiden o a su
juramento de lealtad, pero incluso Raleigh se había relajado
a su alrededor. —Me alegra que te parezca divertido,
Steven.

Bien, eso era divertido, pero el malcriado tenía un


pobre sentido de la oportunidad. Y Steven tenía que
reconocer el punto. Problema y Rexley parecían estar a
gusto uno con el otro.

El papá de Nate se rió y bebió un trago de su propio


whiskey. —No sé de qué te quejas, Nathaniel. Se oye
exactamente a como eras tú a su edad.

Nate empujó la rodilla de su padre con el pie que


tenía cruzado en su propia rodilla. Nate sabía que podía
confiar en su padre, pero no tenía que decir todas esas
cosas, no ahora. Ellos aun estaban tratando de encontrar
su base con el otro. E incluso seguía habiendo un poco de
resentimiento por parte de Nate, a pesar de que trató de
dejarlo y conocer a su padre de nuevo.

Todos se rieron durante unos momentos, entonces


Nate se aclaró la garganta. —¿Cómo está Englor?, Padre.

—No muy bien, me temo. Hay muchos rumores


volando alrededor.

Steven agitó su bebida, pretendiendo solo vagamente


estar interesado, pero no engañó a Nate.

—¿Oh? ¿Qué sucede? —Nate tomó un trago de su


bebida haciendo contacto visual con Raleigh.

3 Su padre sacudió la cabeza. —Vagos comentarios


acerca de escándalos reales. No son buenos para nada.
3
4
Raleigh dejó su bebida en la mesa de café frente a
ellos y se recargó. —El Príncipe Simon es un oficial de los
marines de la IN, ¿no es él su gracia?

—Lo es. Es Coronel y uno muy brillante y respetado.


—Girándose hacia Nate, su padre frunció el ceño—.
Nathaniel, realmente creo que deberías visitar Englor ahora
que eres Almirante de la flota Aries.

Nate asintió viendo a Steven y Raleigh antes de girar


su atención de regreso a su padre. —Creo que tienes razón,
Padre. Un viaje a Englor es definitivamente necesario.
—Bebiendo el resto de su whiskey, Nate miraba a sus pies.
Necesitaba planear el viaje a Englor, pero eso podía esperar
hasta mañana.

Su padre se puso de pie, palmeando su espalda.


—Caballeros, espero que perdonen mi rudeza, pero creo
que estoy listo para irme a dormir. —Inclinó la cabeza—.
Sus Majestades, fue un placer. Rey Steven, gracias de
nuevo por contactarme.

Steven se puso de pie y le ofreció la mano. —Es más


que bienvenido, su gracia.

Poniéndose de pie, Raleigh estrechó su mano, y


entonces su padre se giró hacia Nate. Dándole a Nate un
gran abrazo y extrayéndole la promesa de que hablarían de
nuevo mañana, antes de que el Duque de Hawthorne se
fuera.

Nate se estiró cubriendo un bostezo. —Steven,


Raleigh. ¿Nos vemos mañana para hablar de negocios?

—Es un hecho, Almirante. —Steven palmeó su


3 espalda.

3 —¡Padre! ¡Cony! ¡Nate! —Payton llegó corriendo al


estudio, su cara roja. Jadeando.
5
Raleigh fue inmediatamente hacia Payton.

—Estoy bien, Cony. —Mirando a Nate—. ¿Sabes de


esos mensajes que Problema bajó?

Nate asintió.

—Bueno, Problema no pudo descifrarlos entonces me


pidió que los viera. No he podido descifrarlos, pero uno es
definitivamente Engloriano.

3
3
6
Epílogo
L o primero que vio Nate al abrir la puerta de su
habitación fue el trasero desnudo de Aiden en
medio de la cama. Entonces su mirada fue a la cadena de
plata que le había dado a Aiden durante el baile, cuando
ellos subieron a su habitación para un rapidín. Apenas
había abierto la puerta y su pene estaba como una roca,
¿pero qué infiernos estaba haciendo Aiden?

Sonriendo, Nate cerró la puerta silenciosamente y se


acercó. Aiden estaba manoseando nerviosamente una
pintura en la cama. Divertido. Nate ni siquiera se fijó en la
pintura. Seguro que era una de las piezas de Aiden. Y Nate
no podía prestarle atención ahora al trabajo. ¿Cómo podía
cuando tenía un delicioso trasero frente a sus ojos? —Niño,
vas a caerte de cabeza.

Aiden se giró hacia él, sonriendo de oreja a oreja


mientras el muslo de Nate golpeaba la cama. —¿Qué
piensas? —Levantó la mano de la pintura, pero la vista de
Nate seguía en lo que estaba frente a él. Aiden era una
obra de arte en sí mismo.

Nate envolvió sus manos alrededor de la cintura de


Aiden y lo acercó, enterrando su nariz en el oscuro vello
sobre el pene de Aiden. Inhaló profundamente, saboreando
el cálido olor a almizcle. Sabía que el olor podía ser más
fuerte más abajo, pero eso seguía siendo agradable, seguía
3 siendo Aiden.

—Mmm… No lo viste. —Los dedos de Aiden se


3 entrelazaron en su cabello, acariciándolo. Su pene duro
contra la nariz de Nate.
7
«Oh,joder, si». Tomando el duro eje, cubrió la cabeza del
pene con su boca y lo deslizó lentamente hacia abajo, su
otra mano acunaba el duro culito de su niño, llevándola
más allá.

Los dedos de Aiden se aferraban a su cabello, sus


muslos se tensaron. —Señor… —Su voz era apenas un
ronroneo. Sus piernas temblaban, amenazaban ceder.

Nate gruñó y se apartó, dejando la brillante punta del


pene de Aiden libre. No quería hacer esto con Aiden aun en
la cama. Palmeó la cadera de Aiden. —Baja aquí, niño.

Gruñendo, Aiden se sentó en el borde, su mano fue al


botón de los pantalones del uniforme de Nate, una enorme
sonrisa en esos labios llenos.

Oh, eso era tan tentador, pero quería que Aiden


rogara por él. —Déjalo. —Nate palmeó su mano y comenzó
a desnudarse.

Después de quitarse toda la ropa, regresó a la cama,


pero se congeló, sentándose en el borde tomó la pintura
que había olvidado completamente.

—¿Te gusta? —Aiden se arrodilló en la cama,


colocando su brazo alrededor de los hombros de Nate y se
presionó a su lado.

En cualquier otro momento se hubiera distraído con


el firme cuerpo frotándose con él. Pero esta vez todo lo que
veía era asombroso.

Aiden había pintado el Lady Anna. Era una


increíblemente imagen de ella recorriendo el espacio. La
3 estación espacial de Regelence estaba a un lado y
ligeramente atrás de la nave, como se encontraba cuando
3 llegaron a Regelence.

8
Nate se quedó sin palabras. Seguía ahí con Aiden
arrodillado a su lado, contemplando la pintura. Era
hermosa, como las otras piezas de Aiden lo eran, pero esta
era incluso más hermosa. Estaba pintada con amor. Una
pintura para regalar especialmente a Nate, algo que Aiden
sabía que él atesoraría.

Aiden vio su obra de arte, descansando su mejilla


contra la cara de Nate. —El último viaje de ella bajo tu
mando. Ella vino a Regelence… —Sonriendo suavemente se
giró hacia Nate, sus manos en la barba de Nate—.
Trayéndote al hogar, señor.

«Realmente un hogar». Nate parpadeó para alejar las


lágrimas. La cadena de plata alrededor del pálido cuello
captó su atención. Su niño valía más que cualquier
destructor de la IN. Fusionando sus labios juntos, Nate
empujó a Aiden a la cama, cayendo encima de él. Aiden se
sentía tan correcto, ajustaba perfectamente en él.

Envolviendo sus piernas alrededor de las pantorrillas


de Nate, Aiden se empujó hacia arriba contra Nate. Su
caliente pene se acunó en la cadera de Nate, sus manos en
la espalda de Nate. —Por favor, señor…

Nate gimió, su propio pene lleno. Se separó,


apoyándose en sus manos sobre su niño. —Gracias. «Por
todo».

Aun rozándose contra Nate, Aiden asintió. —Quería


darte algo especial.

—Tú lo eres, niño. —Apoyándose en una mano, Nate


presionó a Aiden contra el colchón, moviendo sus caderas.
3 Le sonrió a la hermosa cara bajo él—. Sabía que eras
especial desde el día que te atrapé espiando en mi cuarto.
3 —Lo sabías. —Esa no era una pregunta—. Es por eso
que dijiste todas esas cosas.
9
—Claro que lo sabía. Estaba tratando de salvarte,
asustándote para que te fueras. Y en lugar de eso encontré
la pareja perfecta.

Aiden sonrió y sacudió la cabeza. —No funcionó,


señor.

«Gracias galaxias». Nate se rió. —Ya lo noté, niño. —


Bajando la cabeza, Nate frotó con su barba el mentón y la
mejilla de Aiden, justo como sabía que excitaba a Aiden, el
corazón de Nate se aceleró y respiraba con dificultad. No
podía esperar a sentir el apretado calor envolviendo su
pene y ver cómo Aiden se ruborizaba de placer, rogando
porque Nate lo jodiera más duro.

Aiden gimió y se frotó de nuevo contra su cadera,


frenéticamente tratando de lograr una fricción en su pene.

«Maldición».Mordisqueando la mandíbula de Aiden,


Nate alcanzó la cabecera y tomó lubricante con sus dedos y
los presionó entre la grieta de Aiden, buscando el arrugado
agujerito.

Aiden se empujó hacia los dedos de Nate


empalándose, gruñó y gimió, cerrando los ojos solo un
segundo antes de abrirlos de nuevo. Sus ojos grises bien
abiertos y enfocados en Nate mientras Nate agregó un
segundo dedo.

Nate los movió dentro y fuera, abriendo a su niño


para él. Su pene dolía y sus bolas estaban cerca de su
cuerpo. Quería estar tan urgentemente dentro de su niño.

Agregando un tercer dedo, cambió de ángulo y


golpeó la próstata de Aiden. Nate amaba ver cómo Aiden se
3 retorcía, tratando de joder los dedos de Nate. Como
siempre, la necesidad de Aiden se igualaba a la suya.
4
0
—Oh, sí. Oh, por favor, señor… —Pre semen escurría
del caliente pene de Aiden, embarrando el abdomen de
Nate.

Enderezándose, Nate empujó un cuarto dedo al


interior. Usando su otra mano para tomar más lubricante,
captó la mirada de Aiden y distribuyó el gel alrededor del
agujero de Aiden.

En todo momento mirándose el uno al otro. Diciendo


sin abrir la boca que nada existía fuera de ese cuarto en
ese momento. No existía la IN, ni la corrupción, solo ellos
dos.

Aiden levantó las piernas y dobló las rodillas


colocando sus pies a los lados de Nate. Se empujó haciendo
que su pene golpeara contra su bajo abdomen.

«Joder»,esa era una linda vista. Nate lamió sus secos


labios, recordando la sensación de la boca de Aiden.
Después, se prometió a sí mismo. Lo saborearía después.

—¿Señor?

Él amaba oír el amor y respeto en la voz de Aiden


cuando le hablaba de esa forma, tan fácil y naturalmente.
Sin sacar sus dedos, Nate se apoyó en su otra mano y se
arrodilló entre Aiden para asaltar la boca de Aiden,
besándolo profundamente. Su lengua se empujaba al
interior reclamándolo.

Aiden correspondió el beso con igual fervor, mientras


tanto los dedos de Nate trataban de entrar más
profundamente.

3 Apartándose, Nate mordisqueó el labio de Aiden.


—¿Qué?, niño
4 —¿Recuerdas lo que dijiste ese día, acerca de mi
corazón? —Su voz era baja, casi un murmullo.
1
«Oh joder, si». El pene de Nate pulsó, con el pensamiento
de que toda su mano entrara en el culo de su niño,
sintiendo que su corazón se quebrara. Su pene estaba tan
duro que dolía, pero por Aiden, por esto, esperó. Gimiendo,
Nate miró fijamente a su niño de nuevo. «Mío, Mi niño».

Nate vio la cadena que le había comprado en el cuello


de Aiden. Nunca esperó encontrar a alguien con quien
compartir su vida, mucho menos a un amante con quien
compartir sus deseos. Uniendo un poco sus dedos, Nate
agregó su pulgar y presionó lentamente hacia el interior del
agujero de Aiden. —Eres mío ahora, niño, totalmente mío.

Fin

3
4
2
J.L. langley
JL comenzó a hablar a los siete meses de edad. Para quienes la
conocen eso no es una sorpresa, de hecho, la mayoría podría decir que
no ha dejado de hablar desde entonces. A los dieciocho meses, ella ya
decía oraciones completas. Imagina si pueden la sorpresa de sus
admiradores cuando ellas elogiaron a su madre con —Que lindo niñito—
ellas recibieron una feroz mirada del niñito y una fuerte corrección de —
¡soy una niña!— Extrañamente, JL aun se encuentra diciendo esa frase
treinta y tantos años después.

Junto con hablar sin parar, JL también mostró una muy vívida
imaginación y capacidad artística. El arte que primero encontró fue la
pintura y el dibujo, entonces la danza. JL fue un miembro de la
sociedad nacional de Arte en su preparatoria y ganó varios premios
regionales y títulos nacionales en danza, se especializó en tap y jazz. En
la universidad se inclinó por el arte gráfico, pero escogió hacer de la
danza una profesión, enseño tap, jazz y ballet durante quince años
antes de entrar a su carrera de escritora.

Hoy JL es una escritora de tiempo completo, con cerca de diez


novelas con su crédito. Entre sus hobbies incluye leer, practicar su
puntería, (dispara muy bien), jardinería, correr (aunque odia el
ejercicio), buscando el perfecto postre de chocolate (aparte de que
llama a TODOS el perfecto postre de chocolate, pero sigue buscando
más) y discutir con su marido sobre a quién le pertenece el compresor y
la pistola de clavos (pertenecen a JL, aunque ella puede ser atraída por
la nueva mecánica).

Leer más acerca de J.L. Langley, por favor visita


www.jllangley.com
3 Envía un email a J.L. at 10star@jllangley.com or join her Yahoo!
grupo que une en la diversión a otros lectores tan buenos como J.L.!
4 http://groups.yahoo.com/group/the_yellow_rose/

3
Pervi

Esther

Isolde /Lou / Gaby

Gaby
Si quieres leer más de nuestros proyectos,
no olvides pasarte por:
www.thedreamofdesire.com
3
¡Y no olvides comprar a los autores, sin ellos
4 no podríamos disfrutar de todas estas
4 historias!

También podría gustarte