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Amigo y
vecino. Lo echaremos de menos.
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Prólogo
Enero 26, 4811: Planeta Englor: Un espacio abierto fuera
de Hawthorne Propiedad del país de Moreal.
—Seis.
—Ocho.
—Nueve.
—Diez. ¡Fuego!
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(1) Suele ser utilizada por tropas con traje de combate, por lo que es un arma más
grande que las primitivas pistolas automáticas imperiales. Puede representarse
simplemente pegando el cañón de una Pistola Láser sobre el de una Pistola Bolter
como si fuera un cañón extendido, o también pegando un cargador de Pistola Bolter
en una Pistola Láser.
Nathaniel se giró sabiendo exactamente lo que tenía
que hacer. Podría no matar a Hargrove. Si por algún
milagro Nate vivía, su padre podría seguramente
desheredarlo. Podría ser un despilfarrador, pero él amaba a
su padre y decepcionar a su adorado padre era el peor
destino que podría sufrir, más horrible incluso que la
muerte. Él apuntó hacia el hombro izquierdo de Daniel.
(2) Esta frase aparecerá en muchas ocasiones. Es una maldición, como si estuviera
diciendo: Maldita sea.
Un grupo de gente rodeó al Vizconde, bloqueando,
finalmente, la vista de Nate, pero los sollozos y sonidos de
malestar continuaron.
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Capítulo 1
Noviembre 5, 4829: Planeta Regelence: Castillo Townsend
en Classige, Pruluce (la autoridad del país de Regelence).
No hubo respuesta.
«Si».
Payton lo había hecho. En los diecinueve años de
Aiden, nunca había sabido que Jeffers no respondiera
después de la primera llamada. Incluso después de que se
le pidiera privacidad, al decir el nombre del computador lo
traía de regreso al cuarto.
«Genial».
El desayunador está frente a ellos. Aiden dejó
la pantalla de dibujo y ayudó a quitar los paneles del
camino, antes de que se le cayeran a Colton y se metieran
en más problemas. —¿A dónde vas?
—Voy…
La puerta se abrió.
—Yo…
—¿Tenemos un trato?
—Sí, señor.
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Capítulo 2
El Lady Anna: la nave intergaláctica del espacio, bajo las
órdenes del Capitán Nathaniel Leland Hawkins.
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Suspirando, Nate se giró, viendo a Thompson, uno de
los jóvenes oficiales del Lady Anna, retorciendo sus manos.
—¿Cómo un prisionero obtuvo un arma?
Thompson asintió.
—Sí Capitán.
—Sí, señor.
—Sí, señor.
—Sí, señor.
Carl se rió.
«Joder».
—Bien, lo haré.
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Capítulo 3
Propiedad de Townsend: en las afueras de Classige, Pruluce,
la capital de Regelence.
—Deja de agitarte.
—Sí, mi lord.
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(9) Reader, lector, almacén de libros computadorizados
7 (10) Un Behaver Hat es un sombrero hecho de piel de castor, Estuvo de moda en
Europa de 1550 a 1850 porque era un material resistente que podía fácilmente
manejarse en una variedad de formas. La piel de castor también es impermeable
debido a una crema lubricante secretada por el ano del animal.
—No, gracias, Thomas. Prefiero reunirme con sus
majestades ahora.
—Uh…
—Déjate caer.
6 —¿Lord Deverell?
7 base cilíndrica y una superficie más ancha, con forma de hongo. La parte de abajo
suele estar envuelta con papel o aluminio, y aunque su tamaño puede variar presentan
un diámetro inferior al de la palma de la mano de una persona adulta.
Steven sacudió la cabeza. —Presumo que ella fue
concebida naturalmente. Pero, de cualquier manera,
nuestras leyes no permiten diseñar bebés excepto por
algunas cosas. En caso de parejas masculinas, se permite
especificar si quieren niños o niñas. Aparte de eso, solo la
preferencia sexual de los niños es una tradición en la
aristocracia, fuera de eso las leyes prohíben diseñar hijos.
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(13) El Batallón sagrado de Tebas era una unidad de elite griega formada por 150
parejas de amantes en el siglo 4 antes de cristo fue creada por el comandante Tebano
Nate había aprendido todo tipo de cosas durante su
entrenamiento como oficial, pero recordaba esa parte de la
historia debido a su propia orientación sexual.
—Legendarios guerreros de la antigua Grecia. El grupo
estaba formado por amantes que luchaban juntos lado a
lado.
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Capítulo 4
É l estaba cerca de lograrlo. Un poco mayor el
ángulo de la mandíbula, un poco más alto la
línea de sus pómulos. Usando su estilete, agregó algo de
sombra. «Así». Aiden se apartó del dibujo para verlo con ojo
crítico. Había logrado capturar exactamente al hombre, el
brillo depredador de su mirada, la cuadrada mandíbula, la
bien recortada barba y bigote, la recta y delgada nariz,
todo reproducido a la perfección. Incluso el ondulado y
oscuro cabello en su cabeza, parecía tan suave que invitaba
a pasar sus dedos por él. Todo lo que le faltaba era
agregarle color. Un ocre oscuro, con ébano y algunos
toques de rojo y dorado, para el cabello, suaves sombras
de castaño para sus ojos. Su piel no era como la de la
mayoría de los caballeros. Era de un dorado oscuro, quizás
incluso con un ligero bronce. El hombre era un sueño para
los artistas.
—¿Aiden?
—Payton…
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Aiden estaba sentado en el gran aerotransporte, justo
0 frente a Nath, Lord Deverell, haciendo su mejor esfuerzo
para no ver al hombre y fallando miserablemente. La
manera en que la luz de las farolas y la luna se filtraban por
la ventana, formaba sombras en el Conde y hacían que a
Aiden le hormiguearan los dedos por sacar la pequeña
pantalla de dibujo de su bolsillo. El efecto de claroscuro en
la apariencia del hombre lo hacía incluso más enigmático y
letal que antes. El esplendor del hombre era casi suficiente
para arriesgarse a la furia de su Padre y de Cony y que lo
obligaran a tomar un consorte.
—¿Qué?
—Lord Aiden.
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Capítulo 5
D e pie en el salón de baile, parcialmente
escondido por una gran planta, Nate giró su
atención lejos de Aiden. Con lo mucho que odiaba admitirlo,
no le había gustado ver que el caballero con el cabello gris
besara la mano con guante de Aiden. No es que él no
quisiera explorar esos sentimientos. Y ¿no era extraño ver a
un hombre besar la mano de otro hombre? Nate agitó su
whiskey y esperó por su vals.
Raleigh se rió.
«Ahh»… —¿Sí?
9 (15) Bayberry árbol originario de Norteamérica y Europa con hojas aromáticas y frutos
pálidos.
—Eso explica la pizarra. ¿Son pantallas de dibujo?
Aiden asintió.
—¡Aiden!
«Joder».
Nate miró rápidamente a los lados, para ver
quien había notado que seguían en el medio de la pista
mirándose a los ojos.
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Capítulo 6
E llos dejaron el baile a la una de la mañana, era
una hora relativamente temprana para dejar un
baile, pero Nate se alegraba de eso. Era importante para él
verse como un huésped ante el personal, pero quería iniciar
la investigación. Raleigh le había dado el código para entrar
en la memoria de Jeffers y Nate tenía la intención de usar
eso. Pero primero quería ir a su cuarto a revisar a
Problema. Con algo de suerte el chico podría haber
conseguido algo de información de los sirvientes.
—Problema… —advirtió.
—Jeremy.
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Problema sacudió la cabeza y bostezó, acostándose
en la cama. —No, solo las cosas de las operaciones diarias.
Todos los sirvientes estaban aquí, el día que las armas
desaparecieron, pero nadie vio nada inusual.
—Tu cama.
—Muéstrame.
—Sí, mi lord.
—Sí, mí lord.
—Sí, mi lord.
—No, mi lord.
—Sí, mi lord.
—No, mi lord.
—Sí. Mi lord.
Ahí estaba.
—Hola, Aiden.
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Capítulo 7
U n pequeño sonido de sorpresa se le escapó, pero
el jovencito no se alejó. Lentamente, las mejillas
de Aiden se volvieron rojas brillantes.
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Buscando algo que ver para que Aiden se
tranquilizara, vio la pintura arriba de la chimenea. Sin duda
ese arte era algo que Aiden disfrutaba. Esa era una inusual
pero muy buena composición, la pequeña niña, Muffin,
usaba un vestido de encaje blanco, sentada frente a la
ventana, con la luz de la luna asomándose a través de las
oscuras cortinas abiertas. Ella sostenía un ramo de rosas
negras junto a su nariz. Sus ojos azules brillaban sobre los
pétalos. Con sonrosadas mejillas y pálida piel, se veía como
un ángel. La niña era un inocente contraste con el ébano de
las flores con sus espinas que parecían letales. La luz y las
sombras eran increíbles. Era un nítido superrealismo, la
textura estaba tan bien lograda que hacía que el espectador
quisiera tocarla. —Esa es una de las mejores piezas de
fantasía que he visto en mucho tiempo.
—Nate.
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—Lord Deverell, por favor, marque su distancia entre
usted y Lord Aiden o me veré forzado a alertar a sus
majestades, —dijo Jeffers.
—¿Perdone?
—¿Rexley no?
—Hiciste un ruido.
—¿Lo hice?
Aiden asintió.
Maldición.
—Sí, mi lord.
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Hawk. —Problema levantó una galleta con chispas de
chocolate y se la ofreció.
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Raleigh lo miró fijamente por un momento. Sus ojos
grises eran muy parecidos a los de Aiden, parecían verlo
todos.
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Capítulo 8
É l tenía quince segundos para llegar al final del
pasillo y atravesar la puerta de Nate. Si la
puerta de Nate tuviera llave... podía incluso ser capaz de
llegar al otro lado del pasillo sin ser detectado. Dos minutos
antes le había preguntado a Jeffers y le dijo que Nate
estaba en la ducha. Aiden seguro esperaba que la
información del espía fuera correcta. Mirando el reloj de
bolsillo por última vez, Aiden empezó a contar en su
cabeza. Diez segundos para partir. Guardó el reloj en el
bolsillo de su chaleco, aseguró el cuaderno de dibujo y el
lápiz que había comprado para esta expedición. Podría
haber usado la pantalla de dibujo, pero los dibujos eran
almacenados en la memoria de Jeffers y para lo que tenía
en mente no quería correr el riesgo de que algún miembro
de la familia curioseara en sus archivos y lo descubriera.
«Tres, dos, uno…»
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Quitándose la toalla, Nate se acostó sobre su espalda
en la cama, hasta que sus hombros estaban en contra la
cabecera y los pies en el colchón. Mientras que Aiden le
daba una buena mirada a Nate, exhaló y sus pulmones se
rehusaban a tomar aire de nuevo.
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mano para tirar del anillo mientras seguía acariciando. —
Ah, mierda, si, Aiden.
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—Wow, hey, ¿cuál es tu problema? —Problema salió
de la cama y lo siguió al cuarto de baño.
«Maldición»,
había olvidado eso. Payton había asomado
la cabeza en la oficina para decirle que ellos saldrían. Era
raro que estuviera tan enojado para pensar correctamente,
pero nadie se metía con sus hijos. —Si él tomó la virginidad
de Aiden, lo mató.
—Puedes tratar.
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Capítulo 9
É l estaba obsesionado, completa y totalmente.
Aiden frunció el ceño hacia la pantalla. El
sombreado estaba terminado. Había terminado de
sombrear la nariz y presionó el botón de guardar. Dibujar a
Nate se estaba convirtiendo en una adicción. Verlo
masturbarse y decir todas esas pecaminosas cosas debería
haber arrancado su fijación de raíz. En lugar de eso tuvo el
efecto contrario. Quería a Nate, incluso si solo fuera por
una noche. Anhelaba estar con Nate y descubrir las cosas
de las que Nate hablaba.
—Exactamente.
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que tu arte es para ti. Supongo que es mi primer amor. —
Nate gruñó—. Sé que suena extraño, pero…
—Bien.
—Lord Aiden.
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que esté un joven Lord sin acompañante. —Braxton cogió
el brazo de Aiden y comenzó a tratar de moverlo.
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—Así es. —Nate frotó el abdomen de Aiden—. Y le
debes una disculpa al príncipe Aiden.
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Nate se puso sus bóxers y pantalones antes de
caminar al espejo. Durante varios segundos se quedó en
blanco, tratando de encontrar respuestas.
Ambos rieron.
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Capítulo 10
A iden veía a la concurrencia con uniformes
militares, sus dedos hormigueaban por dibujar.
El baile era en honor a los veteranos y la mayoría de los
asistentes eran oficiales de la naval de Regelence. Había
también algunos marines y tres o cuatro oficiales de la IN
incluyendo a Nate.
—Ciertamente lo hice.
—Sí, realmente.
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(18 )Hawk halcón, así le dicen pues su apellido es Hawking
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Steven se acercó. —Creo que necesitamos hablar.
—Ocho de la mañana.
—Aun no.
—Tiene mi palabra.
—¿Lo conoces?
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Braxton estaba de pie en la puerta, su boca abierta.
Sonido de charlas y pasos aumentaron frente a ellos y en
segundos el cuarto de baño estaba lleno de gente.
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(19 )Segundos, padrinos los que acompañan en el duelo.
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Nate se giró hacia la gente. —Aiden y yo tomamos los
votos hoy.
«Uh-oh».
Aiden se mordió el labio inferior. Cony había
tensado la mandíbula y sabía lo malo que eso era.
—¿Dónde, Padre?
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Capítulo 11
«
¿Q ué jodidos voy a hacer ahora?» Nate pasó sus manos
a través de su cabello y las dejó caer a un
lado. Repentinamente se dio cuenta de que Aiden ahora
estaba muerto de miedo por él. Y no estaba seguro de
cómo tratar con eso. No se había sentido así en años, no
desde que dejó su casa.
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—Uh-huh. —Problema se apartó, se estiró fuera de la
cama y se puso sus zapatillas—. Me pregunto si me casaré.
Sabes que realmente nunca lo considere antes, pero
ahora…
—¿Tradición de boda?
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Jeremy frunció el ceño pero seguía caminando.
—¿Vas a privar al hombre de su tapón? —preguntó—. Eres
tan insensible a veces.
—Un rescate.
—Sí.
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Abriendo la puerta, Nate se hizo a un lado para que
Aiden entrara a la suite. Una vez dentro, Nate tomó la
mano de Aiden y lo escoltó a la habitación.
Aiden se congeló.
—¿Eso qué?
«No. No, aún no». Estaba tan cerca. Aiden hacía su mejor
esfuerzo para impulsar el pene de Nate a su interior. Estaba
casi ahí, solo un poco más. Gruñó, tratando de moverse,
pero Nate se sostenía perfectamente. —Más, Nate. No
quiero que esto termine. Por favor. —Su cabeza se movía
de un lado a otro—. Por favor.
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tiene que terminar. —Se movió lentamente mientras su
lengua entraba en la boca de Aiden.
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Capítulo 12
—Bien.
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Los labios de Nate recorrían su espalda y cuello
mientras él pasaba una toalla con jabón por el pecho de
Aiden. —Niño, ¿Cómo te sientes? ¿Sigues dolorido?
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en su mente de que Nate se encargaría de él. ¿Qué quería
este hombre?
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Una mano de Nate subió por la espalda de Aiden,
hacia su cabeza forzándola hasta apoyarla en el hombro de
Nate, mientras la otra se movía por la grieta de Aiden. Nate
empujó un dedo dentro de su agujero.
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Aiden cerró los ojos disfrutando el placer en la
manera en que Nate lo mimaba y masajeaba los músculos
de Aiden con la toalla. Nate le mostraba lo especial que era
sin palabras. Aiden sabía que Nate estaba tan ansioso por
regresar a la habitación como él lo estaba, pero Nate se
tomó su tiempo. Cuando terminó, dejó la toalla en los
hombros de Aiden y tomó otra para secarse. —A la cama,
niño.
«Maldición».
El pene de Nate saltó. Se moría por sentir
esa dulce boca en su pene. Lanzando la toalla lejos, Nate se
unió a él en la cama. Tan pronto como estuvo en la cama,
Aiden subió arriba de él. Atacó la boca de Nate, besándolo y
empujando su caliente y duro pene contra el muslo de
Nate. Nate se rió y lo apartó. Se rodó dejando a Aiden
abajo y sosteniendo sus manos arriba de su cabeza. —
Tranquilo.
—Por favor.
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también ahí. Entonces se detuvo y miró hacia Nate.
—¿Cómo debería de llamarte?
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Nate apoyó sus pies en la cama moviendo sus
caderas y jodiendo la boca de su niño.
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cortinas al lado de la cama estaban abiertas y la luz de la
chimenea formaba sombras en el dosel.
—Hola.
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Asintiendo, Aiden trató de calmar la ansiedad en su
interior. Sentía casi como una traición que no supiera que
el hijo de Nate estaba aquí. Obviamente Jeremy sabía
acerca de Aiden. Eso traía de nuevo su importancia en la
vida de Nate con alarmante claridad. El corazón de Aiden se
hundió. —Creí que seguías en la nave de Nate.
—Ejem.
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Capítulo 13
A iden estaba acostado sobre su abdomen con
los pies enredados en la mitad de la cama. Su
lápiz volaba sobre el papel aun así, cada trazo con
seguridad. Cada cierto momento se detenía, inclinaba la
cabeza de lado y hacía un sonido ‘humm’ y regresaba a su
dibujo. La pasión e intensidad era asombrosa y excitante al
extremo.
Eso tenía que ser la cosa más sexy que Nate había
visto. Eso no debería ser erótico en absoluto, pero lo era, y
maldición si Nate no tenía una erección. Gruñó y se
acomodó antes de pasear de nuevo alrededor de la cama.
—Aquí.
—No, mi lord.
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—Sospechaba que en ellos encontraría no solo al atacante
de Aiden sino a quien robó las armas.
—Hola, hijo.
—¿Por qué?
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Nate empujó su lengua dentro del interior de la boca
de Aiden. Enredó sus dedos en el cabello de Aiden,
inclinando la cabeza hacia atrás.
—¿Señor?
3 hombre hace o intenta, tiene siempre valor de medio para otra cosa: solo el placer es
buscado por sí mismo, y a la obtención del placer se encaminan, en definitiva, todos
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—¿Puedes usarlas? —Nate movió su brazo, haciendo
que Aiden se golpeara a su costado.
—Oof.
—Sí.
2 —Aún no.
—¿Qué?
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Capítulo 14
—¿Quieres compañía?
—Sí, mi lord.
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Nate avanzó, quitándose su chaleco. —Camisa de
dormir fuera, niño.
—Ven aquí.
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Nate se quedó así un minuto dejando que la
excitación lo recorriera. «Joder», su niño era algo más. Aiden
había logrado acomodarse de tal manera que su pene
descansaba contra el interior de las piernas de Nate. —
¿Estás listo?, niño —Nate colocó su mano izquierda en el
centro de la espalda de Aiden y la derecha sobre las pálidas
nalgas.
Aiden gimió.
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Capítulo 15
A iden despertó frío y confundido hasta que
localizó los cobertores a los pies de la cama.
Estiró las sábanas y el edredón y se acurrucó con sus
piernas hacia su pecho para lograr calor. Si Nate no iba a
dejarlo usar camisa de dormir, al menos podía acurrucarse
y mantener a Aiden cómodo. Divertido. Nate usualmente se
acurrucaba con él. La mayor parte de las últimas noches él
durmió en los brazos de Nate.
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—Están aseguradas en el baúl de Lord Deverell a los
pies de la cama, mi lord. Le dejó la llave en la mesita de
noche y las instrucciones de que las mantenga en un lugar
seguro.
—Sí, mi lord.
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que Benson no podría ir a su rescate. Había un charco de
sangre alrededor del valet.
«Maldición».
Jeffers no buscaría ayuda si no veía el
arma. Aparentemente Problema también se dio cuenta de
eso. Miró a Aiden y a la puerta, entonces lo hizo de nuevo.
Se veía perdido.
—¿Conciencia de culpa?
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—Lo he oído. —Raleigh suspiró—. ¿Has sabido algo
del Almirante Jenkins con respecto al hombre que atacó a
Aiden?
—Tu hijo.
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Carl llegó a la pantalla segundos después. —Ah, Nate,
Raleigh, hola.
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Nate no se detuvo hasta llegar a la habitación de
Aiden. —¿Aiden?
No hubo respuesta.
—¿Aiden?
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9 (21) Lector de libros.
Nate regresó a la habitación, tomó la espada de
Aiden y se apresuró a bajar las escaleras. Todo el personal
estaba ahí, todos hablando al mismo tiempo. Ellos
guardaron silencio cuando Nate llegó abajo, buscando
alrededor a Aiden, Problema o Raleigh.
—¿Qué?
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Capítulo 16
E llos se estaban moviendo… o quizás no. Eso
podía ser su cabeza que giraba después de que
había sido inmovilizado con un inyector a presión lleno de
sedantes. Aiden se sentó, tomando su cabeza. «Oh, polvos».
Su cabeza se sentía cuatro veces más grande y llena de
algodón. Gruñó y la dejó caer hacia atrás.
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mareado, por lo que fuera que Caldwell hubiera usado.
—No sé. ¿Quizás una nave?
Problema y él se miraban.
—Muerto.
—¿Ahora qué?
—¿Tu qué?
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entrando detrás del primero, con una fragger—. Oh
mierda.
—¡Aiden!
La puerta se cerró.
—¿Aiden?
—¿Sigues vivo?
—Sí, Capitán.
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Aiden lo vio y le dio una temblorosa sonrisa, sus
4 parpados pesados. —Hi.
Nate le sonrió. —Hi. —La opresión en su pecho se
calmó algo—. Steven, ¿Cómo esta Problema?
—Apurándose hacia la enfermería revisaba a Aiden. Los
ojos de Aiden empezaban a cerrarse—. Quédate conmigo,
niño.
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Los médicos examinaron las quemaduras de la
fragger, afortunadamente no era nada serio, le dieron
pastillas para el dolor que lo adormecían y le dijeron a Nate
que lo mantuviera despierto. La contusión del golpe contra
la plataforma del trasbordador, era el mayor problema.
Según lo que había oído, había perdido la consciencia de
nuevo en la enfermería. Apenas recordaba haber estado
ahí. Los recuerdos de las últimas horas estaban
imprecisos. Aun estaba un poco mareado, pero mejor.
Ahora podía enfocar alrededor.
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Capítulo 17
N ate se moría por revisar a su niño de nuevo y
asegurarse de que todo estaba bien. Raleigh lo
había detenido en la puerta de la cabina y le había
preguntado si ellos podían revisar el ADN de Problema.
Después de que Nate aceptó, había hecho los arreglos
médicos necesarios. El Almirante Jenkins habló para
preguntarle a Nate qué había decidido acerca del ascenso a
Almirante. Le aseguró a Nate que podía mover el cuartel
general de la flota a donde quisiera. Daba a entender
fuertemente a Regelence. Nate estaba incluso más
confundido. Tenía un real y mal presentimiento acerca de
todo esto, pero ahora, todo lo que quería era ver a Aiden.
Nate sabía cuán cerca estuvo de perder a Aiden hoy.
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—Nate. —Raleigh llevaba una espada en su cintura,
haciendo que la sonrisa de Nate se perdiera. Raleigh no
había usado espada en el interior del castillo desde que
Nate había llegado. Sentándose detrás del escritorio, él
unió sus manos—. Steven está en... llega ahora.
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El vello en los brazos de Nate se erizó, ante las
significantes palabras.
—Aun no. Pero justo ahora creo que hay algo más
importante que requiere nuestra atención. El castillo
necesita mejorar la seguridad. Caldwell nunca debió de
poder sacar a Aiden y Problema fuera de la suite, mucho
menos fuera del castillo. ¿Son conscientes del fallo en las
cámaras de seguridad y que los príncipes han aprendido a
3 pasar sobre ellas? Es así como Aiden logró entrar a mi
cuarto sin que lo notaran. —Nate levantó una ceja hacia
0 Raleigh—. Tienes que dejar de tratar a tus hijos como si
fueran demasiados jóvenes para entender. Todos ellos son
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hombres adultos y ellos necesitan saber lo que está
sucediendo. Esta también es su lucha.
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Capítulo 18
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Nate tomó una profunda respiración y avanzó. Para
cuando llegó al sofá, Aiden había colocado la pantalla de
dibujo aparte y llegaba a su encuentro.
—Jeremy…
Aiden jadeó.
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Aiden sonrió y apretó su mano, ofreciéndole su
apoyo.
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Nate se congeló. Se sentía como si le hubieran dado
un golpe en el estómago. Viendo a Problema, trató de no
dejar que viera cuánto le había afectado. —Esto es
completamente diferente. Le disparé a alguien, y tuve que
irme para proteger el honor de mi padre.
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Problema levantó su mentón e hizo una mueca.
—¿Mayoría? Suena como una sentencia a prisión para mí.
—Se dirigió a la puerta de su habitación con sus manos en
un puño.
—Ejem.
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Capítulo 19
A iden estaba sentado en el centro de la fila del
frente de la gran cámara semicircular de la
casa de los Lores, incómodamente consciente de las
muchas miradas puestas en él. Estar frente al ojo público
debería de ser más cómodo conforme pasaba el tiempo,
pero no era así. Hacía que su piel hormigueara y sus manos
sudaran. Hacer sus pinturas era mucho más fácil que ser
abiertamente examinado. Y las reuniones en la casa de los
Lores siempre era la peor exposición pública en su opinión.
La cámara era un poco intimidante, con su gran techo en
domo(24) y sus altas paredes de mármol negro veteado de
dorado.
0
Cerrando la boca, Aiden frunció el ceño hacia
Problema. Había estado enseñando a Problema la conducta
apropiada toda la semana y ahora él estaba aquí
comiéndose con los ojos a su esposo como si fuera un
pedazo de carne, nada menos que en público. Dejando que
el malcriado lo notara. Eso probablemente surgiría la
próxima vez que lo corrigiera.
Aiden sonrió.
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—No estés tan preocupado. Él sabe comportarse en la
mesa; ha estado en cenas formales conmigo antes. —Nate
apretó la mano de Aiden que descansaba en su antebrazo
mientras seguían a Problema al salón comedor frente a
ellos.
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—¿Qué fue eso? —preguntó Nate, tomando de nuevo
el brazo de Aiden.
—Ese mismo.
Nate asintió.
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Epílogo
L o primero que vio Nate al abrir la puerta de su
habitación fue el trasero desnudo de Aiden en
medio de la cama. Entonces su mirada fue a la cadena de
plata que le había dado a Aiden durante el baile, cuando
ellos subieron a su habitación para un rapidín. Apenas
había abierto la puerta y su pene estaba como una roca,
¿pero qué infiernos estaba haciendo Aiden?
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Nate se quedó sin palabras. Seguía ahí con Aiden
arrodillado a su lado, contemplando la pintura. Era
hermosa, como las otras piezas de Aiden lo eran, pero esta
era incluso más hermosa. Estaba pintada con amor. Una
pintura para regalar especialmente a Nate, algo que Aiden
sabía que él atesoraría.
—¿Señor?
Fin
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J.L. langley
JL comenzó a hablar a los siete meses de edad. Para quienes la
conocen eso no es una sorpresa, de hecho, la mayoría podría decir que
no ha dejado de hablar desde entonces. A los dieciocho meses, ella ya
decía oraciones completas. Imagina si pueden la sorpresa de sus
admiradores cuando ellas elogiaron a su madre con —Que lindo niñito—
ellas recibieron una feroz mirada del niñito y una fuerte corrección de —
¡soy una niña!— Extrañamente, JL aun se encuentra diciendo esa frase
treinta y tantos años después.
Junto con hablar sin parar, JL también mostró una muy vívida
imaginación y capacidad artística. El arte que primero encontró fue la
pintura y el dibujo, entonces la danza. JL fue un miembro de la
sociedad nacional de Arte en su preparatoria y ganó varios premios
regionales y títulos nacionales en danza, se especializó en tap y jazz. En
la universidad se inclinó por el arte gráfico, pero escogió hacer de la
danza una profesión, enseño tap, jazz y ballet durante quince años
antes de entrar a su carrera de escritora.
3
Pervi
Esther
Gaby
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