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Serie Manada de la luna

Atrayendo a Anthony 1 2

Acosando a Ben 2

Cortejando a Calvin 3

Descartando a Dare 4

Enamorando a Elliot 5

Familiarizándose con Farro 6

Ganando a Gabe 7

Cazando a Henry 8

Inflamando a Inno 9

Juzgando a Jager 10

Manteniendo a Kylen 11

Amando a Leif 12

Marcando a Mikel 13
Serie Manada de la Luna 13

Marcando
3

a
Mikel
Inno amaba a su compañero vampiro, pero algo había estado
molestando a Mikel últimamente. Algo que no había compartido
con Inno. Cuando su hermana Claudia le llama aprende que
hubo más en su secuestro de lo que había pensado. Incapaz de
soportar la traición se aleja con el corazón roto.

Mikel no puede entender por qué Inno no lo ha reclamado. ¿No 4

quería el lobo de Inno a Mikel como suyo? No dispuesto a


molestar a su compañero, Mikel no sabe cómo solucionar el
problema. Las fuerzas exteriores trabajan para mantenerlos
separados, pero al final todo es acerca de sí o no Inno está
dispuesto a marcar a Mikel.
Dedicatoria
Para mis fans de la Manada de la Luna. Gracias por ser tan
pacientes.

5
Capítulo Uno
Anthony flotó a través de su sueño, a la deriva de escena en
escena, sus pies nunca tocando el suelo. El viento azotaba junto
a él y trajo consigo un olor fétido. Asqueando a Anthony. ¿Qué
era eso? ¿Qué podría crear esa horrible combinación de huevos
podridos y aguas negras? y ¿Desde cuándo tenía él la capacidad
de oler en sus sueños? Esperaba que este nuevo regalo fuera
reembolsable.

―¿Entiendes ahora?―una voz profunda retumbó a través del 6


aire, resonando en el cuerpo de Anthony y amenazando con
sacudirlo del cielo.

―¿Entender qué?

¿Qué podría discernir del aire apestoso? El olor no trajo consigo


ninguna sabiduría o respondió a cualquier pregunta sobre la
identidad de su misterioso visitante. ¿Era la persona de la que su
abuelo Zeus le había advertido?

Anthony podría ser fuerte contra los lobos y los mutantes, pero
no era nada contra un dios. No había alcanzado su divinidad, y
de acuerdo a Zeus, no lo haría por muchos años más.

―Qué poco control tienes. Yo podría aplastarte como a un


mosquito en la palma de mi mano. Los pequeños medio fae no
tienen ninguna resistencia contra el poder de un dios.
El tono desdeñoso hizo disipar poco a poco el miedo de Anthony.
Quienquiera que hubiera tirado a Anthony a este sueño no le
agradaba mucho.

Apretando los puños, Anthony se clavó las uñas en las palmas


de las manos y tomó lentas respiraciones con su boca, casi
ahogándose con el sabor del aire contaminado ahora
recubriendo su lengua.

Los enemigos pueden oler el miedo. Lo había aprendido de su


compañero lobo, Silver. La paciencia servía mejor que la
7
confrontación. La malicia del otro ser se enredaba a través del
aire, pesada como un presentimiento, una nube oscura de odio.
El que estaba haciendo esto, controlando el sueño de Anthony,
lo quería asustado e intimidado.

Una corriente de humo oscuro circuló ante él como círculos


sinuosos. Anthony intentó enfocarse y reunir su energía, pero su
magia no respondió. Echó un vistazo a su entorno, tratando de
ver algo a través de la niebla. Si escapaba de esta ileso, tenía que
ser capaz de recoger tantos detalles como fueran posibles con el
fin de identificar a este nuevo enemigo.

¿El frío, la peste, pero esencialmente esto revelaría la verdadera


naturaleza del intruso? ¿Era su oponente tan desalmado como el
entorno de Anthony?

―Tu magia no tiene lugar aquí. Este es mi mundo ―La voz


profunda continuó burlándose de Anthony.
―Estás indefenso, favorito.

―¿Favorito?

Él reprimió una risita histérica con la ridículamente dramática


escena, mientras analizaba el desprecio en la voz del hablante
invisible cuando dijo favorito eso envió campanadas de
advertencia a través de él. Alguien sabía de los planes de Zeus
para Anthony, y no estaba feliz. Por desgracia, la identificación
de su oponente era como tratar de armar un rompecabezas de
una caja destruida mientras con la mitad de las piezas faltantes.
8
―¿Estamos relacionados? ―Preguntó Anthony, con la esperanza
de conseguir más de una pista. ¿Quién era ese? ¿Quién lo odiaba
tanto para hacerse cargo de los sueños de Anthony?

―Zeus ha elegido mal al conceder poderes divinos a un simple


brujo fae. Lo que ve en ti nunca lo entenderé. No eres digno

Una malicia casi tangible llenó el aire.

Anthony se relajó un poco. Este fanfarrón parecía querer hacer


más alarde de su superioridad que hacerle daño. No son muchos
los seres lo suficientemente poderosos como para invadir los
sueños, por supuesto que también significaba que el tipo estaba
probablemente relacionado con el padre de Anthony y no con su
madre. A veces tener una relación directa con Zeus no resultaba
ser el impresionante festival genético que debería haber sido.
El humo se arremolinaba en el aire a su alrededor hasta que se
formó la forma de un hombre. Ojos rojos miraban a Anthony.

―¿Niegas nuestra conexión? Decir que no existo no lo hace


cierto.

Anthony examinó sus palabras antes de decirlas.

―No sé quién eres. Tengo un montón de parientes que nunca he


conocido.

Zeus no era conocido por su fidelidad o su discernimiento.


Anthony no tenía duda de que cientos, tal vez miles, de parientes
desconocidos vivían en el mundo. 9

Una risa amenazantemente llenó el aire.

―No te preocupes, estoy trabajando en eliminar eso. Serás feliz


de saber que voy a dejarte para el final. Te quiero para anticipar
su muerte, querido Anthony. Zeus sabe que vengo, y eso lo va a
destruir cuando por fin te mate.

La satisfacción que rezumaba en la voz del desconocido le dijo a


Anthony el profundo odio que tenía por Zeus.

―¿Cuál es tu nombre? ―preguntó Anthony, con la esperanza de


identificar a su torturador. Él no podía montar una defensa
adecuada, hasta que conociera a su adversario. Dudaba que una
manada de lobos sería suficiente para manejar esta amenaza.
Podría tener que pedir refuerzos.

―Yo soy la muerte que los acecha a ti y a tu antinatural


descendencia.
―¿Creías que ninguno se daría cuenta de que Zeus te ama por
encima del más digno? A nadie más insistió en proporcionarle
un heredero. Mi propio hijo murió, y Zeus no hizo nada para
ayudar. Tú pierdes un simple amante y tronaron los cielos con
tu desesperación.

La ira ardía a través de Anthony ya que sólo una frase se pegó


en su cabeza por encima de todas las otras.

―Lo siento por tu pérdida, pero si tocas a mi hijo o a alguien de


mi familia te destruiré.
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La versión de Anthony de familia abarcaba a su hijo, su
compañero alfa, y una manada de hombres lobo en expansión,
por cada miembro el mataría o moriría.

―No me puedes hacer daño, niño―con los ojos abiertos,


Anthony vio cómo el humo se convirtió en carne. El hombre
flotando delante de él se parecía al padre de Anthony. Se parecía
tanto como para enviar escalofríos a la espalda de Anthony.

―¿Por qué no? ―Su sonrisa sacudió a Anthony aumentando su


miedo.

―Porque yo soy tu destino.

Él levantó sus manos. Energía crujía de las puntas de sus dedos


un segundo antes de que un rayo tirara a través de sus palmas
y se estrellara contra Anthony. Gritando, Anthony se sacudió en
la cama. Sus ojos cegados por el flash.
―Shh, te tengo ―La voz familiar de Silver alivió su terror, pero
no borró los recuerdos de Anthony.

Silver rodeó con sus fuertes y cálidos brazos a Anthony,


manteniéndolo a salvo. El corazón de Anthony tartamudeó en su
pecho, a un ritmo desconocido por el pánico. Había tenido miedo
antes, pero nunca este nivel de terror.

Sólo la voz suave y el tacto de su compañero lo aterrizaron de


nuevo a este mundo.

―Él viene ―Anthony susurró, el sonido tan suave y roto que 11


debería haber pertenecido a otra persona.

―¿Quién viene? ―Silver besó en la frente de Anthony.

―Shh, era sólo un sueño. No hay nada de qué preocuparse.


Nadie va a hacerte daño.

Ojalá fuera cierto.

Anthony se acercó más, buscando el calor reconfortante de Silver


y respirando el olor familiar del hogar. Apretó la mejilla contra
el pecho desnudo de Silver, tratando de aliviar su terror.

―Uno de los hijos de Zeus viene por mí. No sé su nombre, pero


sé que no era un sueño normal.

La visión de Anthony se aclaró, y la habitación se enfocó. Inclinó


la cabeza a tiempo para coger la expresión preocupada en la
cara de Silver.
―¿Quién? ―preguntó Silver.

―No sé ―se esforzó por recordar algún detalle, pero ninguno en


el que el intruso mencionara su nombre. Podría ser cualquiera
de cientos de personas.

Silver suspiró. ―Normalmente soy la última persona en decir


esto, pero creo que es necesario llamar a Zeus.

Anthony se estremeció. Amaba a Zeus, pero las interacciones con


su abuelo nunca eran fáciles. El dios adjuntaba compromisos a
cualquier petición, y Anthony no quería deberle ningún favor.
12
―Amenazó a Trin.

Por encima de todo, esa amenaza había sido lo peor en la mente


de Anthony. Prefería enviar a Trin a vivir con las hadas antes de
permitir que este psicópata se acercara a su hijo.

Los ojos de Silver brillaban con una luz salvaje, su animal


interior saliendo, buscando destruir cualquier peligro. El lobo
defendería a su cría hasta la muerte.

―Lo vamos a cazar y mostrarle el error que ha cometido ―la


voz de Silver adquirió un gruñido, la bestia con ganas de morder
a su enemigo.

―Él es más fuerte que yo ―Anthony inclinó la cabeza ante la


confesión. Nunca se había preocupado mucho por su magia,
excepto en utilizarla para la seguridad de la manada. Ahora no
podía incluso proteger a los que amaba, una verdad difícil de
tragar.
―¿Qué? ¿Cómo es eso posible? ¿Pensé que tu magia estaba
creciendo? ―La alarma coloreó la voz de Silver, y sus hermosos
ojos se oscurecieron.

Anthony suspiró.

―Lo está, pero no lo suficiente. Para ti y la manada soy fuerte,


pero entre los dioses y semidioses soy como un mosquito que
pueden aplastar entre los dedos.

El hombre que tomó sus sueños se aseguró de que Anthony


supiera su insuficiencia. Silver agarró la barbilla de Anthony
entre los dedos. ―No eres un mosquito, mi dulce compañero. Eres 13

mi mundo.

El apoyo de Silver solamente empujó el cuchillo de la


desesperación mucho más en el corazón de Anthony.

―Tan dulce, pero todavía tengo que averiguar quién está detrás
de nosotros.

―Sea quien sea, nosotros lo enfrentaremos juntos ―su rugido


añadió un tono más profundo a la voz de Silver como si el lobo
quisiera estallar y acabar con su enemigo.

Anthony contuvo sus lágrimas. No tenía tiempo para revolcarse


en contraproducentes dudas. Se negó a dejar que nada le
sucediera a su hijo. La resolución lo llenó, y con ella la
determinación.

―Voy a llamar a Zeus.


―No hay necesidad. Estoy aquí ―la profunda voz del dios
retumbó en las paredes mientras un relámpago electrificaba el
aire y se esparcía el olor del ozono.

Silver estornudó.

―Alguien está matando a tus hijos ―Anthony no trató de


endulzar el tema.

Su abuelo debía saber que algo estaba mal, sino no hubiera


aparecido tan rápido con la sola mención de su nombre.

―¿Que sabes?
14
El dios se solidificó a unos pocos pies de su cama. Zeus empujó
una silla a lo largo de la pared y se instaló junto al lado de
Anthony en la cama.

―Pensé que estarías a salvo. Le advertí a tu padre acerca de él,


y él dijo que estaría atento.

―Dudo que padre esperara que yo fuera atacado en mis


sueños―Anthony tragó cuando su garganta se secó con el
recuerdo.

―El tipo dijo que nos mataría a Trin y a mí. Él no dijo nada de
papá.

Las líneas se profundizaron en el rostro de Zeus.

―He hecho mi cariño por ustedes demasiado obvio. Algunos de


los otros se han puesto celosos. No pensé que vendrían tras de ti
directamente.
―Pensé que algunos se quejarían y después, volverían a sus
vidas normales. Mi advertencia de mantenerse alejados debería
haber sido suficiente. Alguien está desafiando mi autoridad.

―¿Quién?―Anthony no podía ni imaginar a alguien lo


suficientemente fuerte como para desafiar al líder de los dioses,
pero él nunca había sido un psicópata sediento de poder.

―No lo sé. Voy a averiguarlo, pero hay que tomar una decisión.

Anthony se quedó inmóvil bajo la intensa mirada de Zeus.

―¿Qué tipo de decisión? No voy a dejar a mi familia ―su 15

estómago se revolvió preocupado por lo que su abuelo podría


decir. No podía abandonar a sus seres queridos incluso para
mantenerlos a salvo. No otra vez. Nunca más.

―Siempre he dicho que finalmente podrías alcanzar tu


divinidad. Puedes elegir aceptar todos tus poderes ahora y
proteger a tu familia o ...

Zeus hizo una pausa.

―¿O qué? ―Silver pinchó.

―Puedes prepararte para morir ―Zeus arrojó algo a Anthony.

Instintivamente lo atrapó. Un orbe plateado del tamaño de una


pelota de béisbol resplandecía como un remolino naranja en su
mano.
―Cuando decidas lo que quieres hacer, piensa en mí y aplasta la
pelota. Va a desencadenar tu divinidad. Vendré y te enseñaré a
controlar la magia. Haz tu decisión y que sea pronto ―Zeus
desapareció.

―Joder ―Anthony maldijo. Casi lanzó la pelota con su ira, pero


Silver agarró su muñeca a tiempo.

Anthony no quería ser un dios. Diablos, apenas tenía control de


sus poderes ahora. Deprimido, se acostó junto a su compañero y
giró la pelota entre sus dedos.

―Vamos a resolver esto ―Silver prometió―No voy a dejar que 16

nadie te lastime o a nuestro hijo. Hemos luchado mucho tiempo


para que un imbécil aspirante a dios tome algo de nosotros.

Anthony suspiró. El agotamiento se filtró en sus huesos.

―Estoy cansado de luchar―Allí, lo había dicho. La paz y un


poco de aburrimiento serían compañeros bienvenidos.

Silver frotó el brazo de Anthony.

―Lo sé. Me encantaría que todo el mundo nos dejara


jodidamente solos.

Anthony asintió. ―Eso sería sorprendente. Ojalá hubiera soñado


con eso lugar y no con pendejos psicópatas.

―Vamos a resolver esto ―Silver acarició la cabeza de Anthony.

Convertirse en un dios o morir. No había otra opción.


Capítulo Dos
Inno se mordió el labio, enderezó su ropa blanca de chef, y luego
llamó a la puerta.

―Pasa ―Silver llamó.

Inno abrió la puerta, cuidadosamente la cerró detrás de él.


Odiaba molestar al alfa, pero necesitaba desesperadamente su
consejo. Levantó la mirada hacia el alfa calculando la distancia
antes de bajar la mirada otra vez. Quizás había cometido un
error viniendo aquí.
17
―Relájate, Inno. Yo sólo muerdo a Anthony. Él se pone irritable
si voy tras otro hombre acoplado.

Inno se rió. No tenía dudas de que Anthony podía cuidar del alfa
si él ponía un dedo del pie fuera de línea.

―Lo lamento, señor. Los alfas me ponen nervioso.

―Piensa en mí como un amigo o incluso como un hermano


mayor.

Un hermano mayor poderoso que podría rasgar su garganta era


un paso arriba en la dinámica de la hermandad.

―Gracias, señor ―Inno respondió.

Silver suspiró. ―Toma asiento.

Inno se sentó en la suave silla acolchada. El alfa debe haber


elegido el mueble por su comodidad. Se acurrucó en el rico cuero.
―Lamento interrumpirlo, pero necesito su consejo ―había
estado dándolo vueltas y vueltas en su cabeza, pero decidió que
el alfa era la mejor persona para hablar.

―¿Es acerca de Mikel?

Inno asintió. ―Sí, él parece infeliz, y no sé qué hacer.

―¿Lo has hablado con él?― Silver dobló sus manos debajo de su
barbilla, dando a Inno su completa atención.

―Lo he intentado, pero él dice que todo está bien.

―¿Qué dices de tu vínculo? 18

Inno frunció el ceño, y se atrevió a mirar a Silver.

―¿Qué vínculo?

―¿No has terminado tu vínculo de compañero?

―No. No lo he mordido ―Inno enrojeció.

―¿Por qué no?

―No quiero lastimarlo. Y yo no voy arriba ―dijo la segunda


parte arrastrando las palabras, no podía sacarlas todas.

―Eso es probablemente lo que estás sintiendo de tu pareja. Mikel


necesita la conexión para estar completo. Habla con él.
Pregúntale si quiere completarla. ¿Tu lobo no está inquieto?

Inno suspiró. ―Sí, pero usted sabe que mi lobo no es fuerte. Puedo
distraerlo fácilmente. Las galletas funcionan.
―¿Alimentas a tu lobo con galletas? ―Silver rió.

―No. Las horneo. Cuando estoy concentrado en una receta el


lobo se va a dormir. Pienso que los hallazgos en la cocina lo
aburren.

Silver caminó alrededor del escritorio para palmear a Inno en su


cuello, dándole la comodidad de la manada que el necesitaba.

―No puedo hacer el suficiente énfasis en lo importante que es la


comunicación con tu compañero. La mayoría de los problemas
que he tenido con Anthony fueron porque no hablábamos el uno
al otro. 19

―¿De verdad? ―Inno no podía ni imaginar al par teniendo


problemas. Ellos se veían tan sólidos.

―Confía en mí, Inno. Todas las parejas tienen problemas ― Silver


presionando el hombro de Inno para darle comodidad.

―Gracias por el consejo ―Inno no le dijo si podría hacerlo, pero


apreciaba que el alfa se tomara el tiempo para hablar con él.

―Siempre eres bienvenido Inno ―Silver dijo, cuándo Inno


caminaba hacia la puerta.

Inno sonrió.

―Lo tendré presente.

―Bien, la próxima vez tráeme galletas. A mi lobo le gusta


comerlas.
Inno asintió. ―Lo haré.

―Gracias por haber aceptado reunirte conmigo ―Mikel Cruento


se deslizó en el puesto frente a su líder.

Alesandro frunció el ceño, la preocupación grabada en su rostro.


―¿Qué está pasando?
20
Antes de que Mikel pudiera responder, un camarero se apresuró
a tomar su orden. Alesandro tenía ese efecto en la gente. Él
emanaba poder por todos los poros, y no dolía que su traje
probablemente costara lo mismo que el pequeño bistró en que
cenaban.

―¿Puedo traerles algo caballeros? ―preguntó el camarero.

Alesandro recogió la carta de bebidas. ―Vamos a tomar una


botella de vino de sangre. ¿Mikel tienes alguna preferencia?

Mikel negó con la cabeza. ―Ninguna ― Él no venía a cenar con


el vampiro para beber algo, no desde que había adquirido a su
propio compañero. Él vino por la compañía.

―Vamos a tomar la añeja vegetariana Oregón. Toda esa


alimentación saludable da al vino un buen sabor ―dijo
Alesandro después de un momento de inspeccionar el menú.
―Suena bien ―aprobó Mikel. Él habría aceptado cualquier cosa
para conseguir que el camarero desapareciera.

―Ahora dime lo que te tiene en un manojo de


nervios―Alesandro dijo tan pronto como el camarero se alejó.

Mikel apoyó los codos en la mesa y hundió los dedos en su pelo,


tirando de las hebras mientras trataba de ordenar sus
pensamientos.

―Creo que Inno está evitando finalizar la unión ―ahí, él había


confesado su mayor preocupación. Ahora que las palabras
salieron, parecían más grande que nunca, aplastándolo con su 21

peso.

Alesandro frunció el ceño. ―¿De qué estás hablando?

―Hemos estado juntos durante dos meses, y todavía no me ha


mordido ―la desesperación llenó su voz. Él no podía mantener
sus preocupaciones reprimidas por más tiempo. Consideró ir a
ver a Silver, pero Alesandro siempre había sido su caja de
resonancia para los problemas.

―¿Por qué no se lo preguntas?

―¿Preguntarle qué? ¿Si ha cambiado de opinión sobre mí, de


quererme como compañero? Vaya forma de sonar desesperado
y necesitado ―Mikel gimió.

―Joder, estoy desesperado. No puedo perderlo.


Bien podría lanzarse en el desierto en pleno mediodía. Tal vez un
viaje a Arizona se acercaba si no podía conseguir su vida
amorosa enderezada.

Alesandro rió. ―Los shifters no cambian de opinión. Sólo la


muerte puede separar a un cambiaforma de su compañero.

Mikel gimió. ―Eso es lo que pensé también, pero tal vez es porque
soy un vampiro. ¿Conoces otros emparejamientos lobo-vampiro?
¿Estaría mejor Inno con un compañero lobo?

La incertidumbre lo roía como un lobo a un hueso carnoso. 22

―No conozco a ninguna otra pareja lobo-vampiro, pero te


puedo decir que Inno te ama.

Alesandro se encogió de hombros.

―Tal vez él no tiene los mismos instintos para morder de un lobo


como alguien que nace como un shifter adecuado. Él es nuevo en
su forma alternativa.

―Él es un shifter adecuado. Sólo necesitaba un poco de ayuda


para impulsar su genética―Mikel defendió a Inno.

Sólo el conocimiento que Alesandro le daría una patada en el


culo mantuvo a Mikel de perforar la cara de su líder vampiro
por insultar a su compañero. El camarero trajo la botella de vino
de sangre y un par de copas.

Alesandro no habló hasta que el camarero se fue de nuevo. Mikel


agradeció la discreción.
Él no quería que todos supieran su problema. Alesandro tomó un
sorbo de vino tarareando con el sabor.

―¿No me digas que Inno no ha cambiado mucho desde su


captura por los mutantes?

―Sí. Silver sigue tratando de animarlo a ir a una carrera con la


manada. Yo también, pero él ha estado resistiéndose. No creo que
le guste cambiar―Mikel se estremeció al imaginar sus huesos
agrietándose y remodelándose.

―Tengo que admitir que probablemente no le he animado tanto


como debería. Me gusta tenerlo cerca.
23
Podía admitir sus tendencias obsesivas a Alesandro. Su amigo no
lo juzgaría.

Alesandro se rascó la barbilla mientras consideraba las palabras


de Mikel.

―Eso podría ser lo que le está frenando. Él sabe que no te gusta.


Inno es un complaciente. Si siente que no te gusta su mitad lobo,
probablemente no va a cambiar. En lo que estás alegando, él
podría no estar acostumbrado a seguir los impulsos de su lobo.
Incluso podría no tener idea sobre la necesidad de morder. ¿Por
qué no le preguntas? La comunicación es importante en
cualquier apareamiento, sin importar la combinación. Si no
hablas, las cosas pueden mal interpretarse.

―¿Es así como te ocupas de Calvin?


Alesandro sonrió. ―Sí, pero Calvin es humano por lo que puedo
anticipar sus problemas con bastante facilidad. Él por lo general
sólo se preocupa por su hermana y que su carpintería este
perfecta. No es exactamente de alto mantenimiento.

El amor en la voz del líder vampiro tranquilizó a Mikel. Si


Alesandro podía ser feliz en su apareamiento, seguramente Mikel
podía hablar con Inno.

―Es sólo que no quiero que piense que soy infeliz.

―¿Por qué no? Lo eres.

Mikel evitó la mirada mordaz de Alesandro. 24

―Él es sensible―Mikel gruñó.

―Acaba de encontrar la confianza en su trabajo y hacer frente


a una manada. No necesita que lo moleste con mis problemas.

Alesandro agarró el brazo de Mikel. ―Mi amigo. Eso es lo que


los compañeros son. Si tú no puedes compartir tus
preocupaciones con tu pareja, tienes problemas más grandes que
si él te muerde o no. Inno es más fuerte que el crédito que le das.
Confíale tus preocupaciones. Habla con él.

Mikel asintió. ―Está bien. Gracias por el consejo. ¿Crees que


debería hablar con Silver y Anthony?

―Creo que deberías hablar con tu pareja. Si las cosas no se


resuelven después de eso, busca a los demás. Tal vez Silver puede
ayudar a mediar en los desacuerdos.
Mikel giró la idea en torno a su cabeza. ―Está bien. Voy a hablar
con Inno.

―Bien. Odio verte tan molesto. Has esperado mucho tiempo para
encontrar tu otra mitad. No quieres perderlo por un
malentendido. Hablando de compañeros, me voy de la ciudad
con el mío por unos días. Le prometí a Calvin un paseo en coche
por la costa. Acabo de recibir una llamada antes venir a verte, el
Maestro Phoenix Moorhaven estará llegando a la ciudad
mañana justo después de que me vaya. Voy a necesitar que tu e
Inno le den a Moor y su compañero un recorrido por las suites 25

del hotel vampiro.

―¿Qué es lo que viene a hacer aquí? ―preguntó Mikel. La


sospecha lo llenaba. Cuando otros líderes entraban en la zona,
las campanas de alarma siempre se encendían. Moorhaven era
un poderoso vampiro. Si trataba de apoderarse de su territorio,
Mikel dudaba que sobrevivieran.

―Dice que a su compañero le gusta viajar y que están buscando


destinos para vacacionar.

Dale una habitación de cortesía y contesta cualquiera de sus


preguntas. Si parece que está husmeando alrededor, dile que
tiene que esperar a que yo vuelva. No me gusta, pero no puedo
negarle el acceso sin una buena razón. Él tiene un enorme
territorio en el norte. No puedo imaginar que quiere de nuestro
espacio.
―Espero que no.

―De todos modos, concéntrate en tu pareja. Deja que yo me


preocupe por Moorhaven. Sólo muéstrale los alrededores y deja
que Inno haga su encanto. Inno puede ser tímido, pero él es un
hombre dulce. Todo estará bien. Sólo tienes que hablar con tu
lobo.

Mikel dejó la copa de vino por lo que Alesandro no vería su mano


temblando. La idea, incluso el concepto vago, de perder a Inno lo
asustaba hasta la médula.

―Voy a hablar con él. 26

―Bien.

Acabaron con sus bebidas mientras discutían temas menos


volátiles. Fue hasta que estuvo de vuelta en casa que los nervios
comenzaron a desgastarlo. ¿Y si realmente Inno había cambiado
de opinión? El pánico corrió a través de él. Su corazón comenzó
a galopar en su pecho como un caballo salvaje asustado por
perros rabiosos.

Mikel cerró la puerta detrás de él, y luego llegó a detenerse


completamente ante la mirada de su compañero en el sofá.
Vestido con una camiseta blanca y pantalones vaqueros, los
dedos de los pies descalzos de Inno se acurrucaban contra el
cuero mientras yacía sobre su espalda y agarraba el teléfono
celular a su pecho. La expresión de su rostro envió preocupación
a través de Mikel.
Levantando las piernas de Inno, se deslizó por debajo de ellas
antes de reacomodar a su amante en su regazo.

Pasó una mano tranquilizadora por las pantorrillas de su Inno.


―¿Qué pasó?

Inno suspiró. ―Claudia llamó. Dice que tiene que hablar


conmigo. Creo que la panadería está en problemas, pero ella se
negó a decirlo por teléfono. Ella quiere que vaya solo.

No va a pasar.

No confiaba en Claudia ni siquiera para arrojarla, y si se le daba


la oportunidad, le encantaría verla lejos. 27

―¿Qué tipo de problemas? ―Mikel trataba de mantener su tono


neutral. Inno conocía la opinión de Mikel sobre Claudia. Si toda
la panadería cayera en un sumidero con Claudia dentro, él no
derramaría ni una lágrima.

Si se ponía en contacto con un amigo mago, incluso podría ser


capaz de arreglarlo. Inicialmente había instado a Inno para que
mantuviera una relación con su hermana, pero después de
conocerla, se dio cuenta de que había sido el peor consejo.

Sólo la angustia de Inno por su hermana sin valor afectaba a


Mikel. Los vampiros no eran conocidos por su compasión. Mikel
podría tener unas pocas personas que le importaban, pero Inno
era la estrella que guiaba su vida.

Los ojos de Inno estrecharon. ―Si se trata de un problema


financiero, no tendrá suerte. No voy a ayudarla nunca más.
Inno apretó los dientes, tensando la mandíbula. ―Ella perdió el
derecho a eso por ayudar a un secuestro.

Mikel besó a Inno en la frente. ―Repliega tus armas, mi dulce.


Podemos ir a asegurarnos de que no está en peligro, y luego
dejarla.

Inno podría estar enojado con su hermana y pretender tenerle


sin cuidado, pero el corazón de Inno se rompería, si algo le
sucediera a ella.

―Está bien ―Inno suspiró de nuevo. Su profundo dolor latía a 28


través del aire como una criatura viviente, flotando en el espacio
entre ellos.

―Desearía que las cosas fueran de nuevo cómo solían ser. Nunca
imaginé que se volvería contra mí.

El dolor en la voz de Inno apuñaló a través de Mikel. Sólo su


dulce tierno amante seguiría preocupándose por su hermana,
incluso después de su traición. Una razón más para que Mikel
protegiera a su compañero y se asegurara de que nadie se
aprovechara de él.

―No te hagas esto, mi amor. No tienes que verla. Puedo ir si


gustas y evitarle el dolor a tu corazón. Si necesita ayuda con los
negocios, podemos contratarle un consultor o algo ―No había
razón de rasgar el corazón abierto de Inno para que ella
satisficiera sus necesidades egoístas.
Inno se mordió el labio. ―Estoy tentado, pero ella sigue siendo
mi hermana. Yo podría no gustarle mucho ahora, pero todavía
la amo.

―Por supuesto que sí ―El amor era inmerecido en opinión de


Mikel, pero sabía que Inno se preocupaba por su hermana.
Incluso un encuentro con los mutantes no destruyó el afecto de
Inno por completo. Claudia tenía una mejor esperanza si ella no
corría hacia Mikel sin Inno actuando como un amortiguador.
Estaría más que feliz de enseñarle una lección por su
comportamiento. Hasta ahora Inno no había sido lo
suficientemente descuidado como para dejarlos solos, pero Mikel 29
esperaba ese día.

Tal vez podría distraer a su compañero de sus problemas y


aliviar la preocupación que creaba una línea de tensión entre
sus ojos. Besó a Inno, luego lamió el labio inferior. Su amor
tarareaba entre ellos, brillante y verdadero. Él haría cualquier
cosa para mantener a su pequeño lobo a salvo. Incluso si él
necesitaba arreglar un pequeño accidente para la hermana de
Inno, que nadie tenía que saber. Él tenía el poder de ocultar una
pequeña indiscreción de su amado.

Inno cerró los ojos antes de decir en voz baja: ―Gracias por estar
ahí para mí.

―Vamos a ir a verla juntos ―Ella sería capaz de retorcer el


corazón blando de Inno en nudos y convencerlo de ayudarla.
Mikel tenía que proteger a su compañero incluso de su propia
compasión.
―Ella es toda la familia que me queda ―la voz de Inno se rompió
al final, reafirmando la resolución de Mikel de protegerlo.

Mikel tiró del shifter lobo más cerca en sus brazos y le dio un
beso a Inno en la frente.

―Me tienes. Puede que no sea una relación de sangre, pero nadie
va a amarte más que yo.

―Lo sé.

Algunos signos de la desesperación de Inno se desvanecieron de


su expresión. 30

―¿Crees que ella está tratando de llamar la atención, o crees que


realmente tiene un problema? Sé que está echada a perder.
Caray, yo soy el que la echó a perder, pero sonaba alterada.

Mikel sonrió a su querido compañero de buen corazón.

―No lo sabremos hasta que vayamos checarla―si pensaba


arrojarle el dinero para conseguir que ella desapareciera, Mikel
haría vaciar sus cuentas bancarias.

―Con el tiempo ella tendrá que comenzar a resolver sus propios


problemas.

―Lo sé― Inno suspiró.

La relación de Inno y Claudia todavía tenía agujeros lo


suficientemente grandes como para empujar un carro alegórico
a través de ella, pero Mikel sabía que Inno extrañaba a su
hermana.
Mikel odiaba las lágrimas que Inno inevitablemente arrojaba
después de cada tenso encuentro con Claudia. Ella seguía
pensando que Inno había reaccionado de manera exagerada a
su comportamiento, ya que había terminado con él encontrando
a su compañero y siendo capaz de cambiar. Inno había
renunciado a tratar de hacerle entender el trauma que había
experimentado en las manos de los mutantes.

Inno miró a Mikel través de sus pestañas.

―He oído rumores de que algunos mutantes se han asentado


31
cerca de la panadería. No quiero que ella esté metida en eso. No
estaría de más echar un vistazo, ¿verdad? Si mutantes la están
amenazando, podemos dejar que Silver lo sepa.

Mikel deslizó su mano derecha en todo el cabello de Inno. El lobo


de Inno nunca se cansaba de las caricias o Inno en cualquiera
de sus formas. El toque los calmaba a ambos. Después del pasado
secuestro de Inno, Mikel había desarrollado un miedo irracional
de perderlo de nuevo.

―No hay nada de malo en comprobar―Mikel estuvo de


acuerdo.

―Vas a estar bien, ¿verdad? Todavía estoy enojado con ella, pero
quiero que te comportes cuando estemos allí. Ustedes dos
simplemente no se llevan bien.

―Eso es porque ella me odia ―Mikel sonrió.


Tal vez no debería haberle dicho que si no fuera por Inno la
mataría sin remordimiento. Eso podía haber hecho que
empezaran con el pie equivocado.

Él mantenía cada palabra.

Inno negó con la cabeza, pero no trató de negar las palabras de


Mikel.

―Ella tendrá que asumirlo a la larga. Yo no te voy a dejarte,


nunca.

La tensión disminuyó en los hombros de Mikel. Besó la mejilla de


Inno. ―No te preocupes, tengo un montón de tiempo para que se 32
acostumbre a mí ―por suerte, su condición humana significaba
que había de morir de muerte natural mucho antes de que Mikel
tuviera que preocuparse demasiado por la espina en su costado.

Inno envolvió su brazo derecho alrededor de la cintura de Mikel


y apoyó su frente en su hombro.

―No me gusta que ustedes dos estén en desacuerdo. Los quiero a


los dos, y quiero que se lleven bien.

―Estamos bien. Claudia y yo nos entendemos muy bien. ―Tal


vez su rencor no habría sido tan malo si ella no hubiera dejado
que los mutantes agarran a Inno mientras dormía, pero una
huella digital de terror permanecía en la psique de su amante
desde el traumático evento. El secuestro no hizo más que añadirse
a los temores de Inno.
Mikel no tenía el espíritu para perdonar como su compañero. El
alma gentil de Inno le daba una naturaleza más amorosa, y
dependía de Mikel el proteger a su lobo de un daño mayor,
incluso de los que supuestamente lo amaban. Claudia pensó que
podía enredar a Inno alrededor de su dedo porque Inno la crió
y cuidó de ella como una hija. Si ella estaba preocupada por los
mutantes, tal vez no debería haberles entregado a su hermano.

Inno se echó hacia atrás. ―Conozco esa mirada. Ser comido por
los mutantes no es un adecuado destino ―regañó.

Mikel se encogió de hombros. ―Tenemos diferentes puntos de


vista. 33

Inno rodó sus ojos, pero sonrió de modo que Mikel sabía que no
estaba en problemas.

―Estoy feliz de que vayas a venir conmigo. Me imaginé que


tendría que salir a hurtadillas y me gritarías más tarde.

Mikel tomó el rostro de Inno. ―Siempre puedes estar seguro de


dos cosas. Uno, que nunca te dejaré voluntariamente correr
hacia el peligro, y dos, si te metes en problemas, siempre vendré
por ti.

Una lágrima se deslizó por la mejilla derecha de Inno. Mikel la


cepilló con su pulgar. Su shifter lobo tenía una vena sentimental
de una milla de largo, y cada vez que Mikel mencionaba su
devoción, las lágrimas siempre surgían.

―¿Cuándo vamos con Claudia?


Mikel negó con la cabeza a su compañero impaciente.

―¿Puedes esperar hasta que te alimente? Sé que no has tenido


una comida adecuada todavía.

Inno nunca comía suficiente si Mikel no estaba cerca. Él


mordisqueaba pasteles en el trabajo, a continuación, comía todo
lo que encontraba en la nevera mientras esperaba que Mikel
llegara a casa. Toda una vida de no ser capaz de acceder a su
lobo interior le llevó a tener un apetito más ligero que la mayoría
de los shifters, pero a fin de proveer a un vampiro, Inno tuvo que
34
consumir más carne que un humano.

―Soy un mal compañero. No te puedes alimentar si yo no lo


hago―Inno se acercó a la nevera.

―Aquí estoy diciendo tonterías sobre mi hermana y es probable


que estés muriendo de hambre.

Mikel negó con la cabeza. ―Tome un poco de vino de sangre con


Alesandro. Estoy bien por el momento.

El vino no podía sustituir una alimentación completa, pero


ayudaba a controlar el hambre de Mikel así él no devoraría a su
pareja como una bestia voraz. Mikel admiraba a su pequeño
compañero mientras el shifter lobo bullía alrededor de la cocina
para preparar su carne. A Inno le gustaba su carne cocida un
poco más que la mayoría de los werekin, añadiendo pimientos
secos en su mezcla de especias.
Mikel había abastecido el refrigerador con una amplia variedad
de carne, así Inno siempre tendría algo para comer.

Se instaló en uno de los taburetes de la barra, observando la


facilidad de Inno en la cocina. Él sólo tenía una cocina porque
venía con el lugar. Desde luego, nunca tuvo ningún antes de que
Inno llegara. Los vampiros podían comer alimentos, pero por qué
molestarse cuando la sangre era más conveniente. Estuvo a
punto de comprar uno de esos nuevos condominios de vampiros
con el doble de ventanas forzadas y sin áreas de comer, pero no
le había gustado la sensación estéril del edificio. Ahora, con Inno, 35

se alegraba de haberse resistido. De todas formas se habrían


tenido que mudar.

―No tienes que verme cocinar. Puedes ir a hacer otra cosa―Inno


reprendió.

―¿Por qué iba yo a querer renunciar a una de mis visiones


favoritas para ver la televisión? Confía en mí, cariño, tú eres lo
más destacado de mi noche.

La piel de Inno adquirió un tono rosado. ―Gracias.

Mikel sonrió ante la vergüenza de su amante. Inno nunca creía


los halagos de Mikel. Cualquiera que sea dios o diosa que miraba
por los cambiadores inocentes habían estado observando a Inno
durante la noche que se conocieron. De lo contrario, Inno
hubiera sido destrozado por los mutantes que él cazaba y Mikel
nunca habría encontrado a su alma gemela.
―Alesandro me pidió que sea el anfitrión de un maestro vampiro
mientras él está fuera de la ciudad con Calvin.

―Ooh, me gusta conocer gente nueva―Inno se animó


expectante, como un cachorro a la espera de un regalo.

Joder, él es adorable.

―Phoenix Moorhaven no es exactamente gente. Él es uno de los


más poderosos vampiros en los Estados Unidos. Alesandro me
dijo que Moorhaven está interesado en nuestras habitaciones de
vacaciones en el hotel. Desde que Anthony nos dijo que podemos
manejar cualquier cliente vampiro, estuve de acuerdo en darle la 36

gira esta vez. Él viene con su compañero.

―¿Es su compañero un vampiro?

Mikel frunció el ceño. ―No sé ―Eso probablemente hubiera sido


una buena información. Si no hubiera sido tan envuelto en sus
preocupaciones sobre Inno, podría haber pensado en pedirla.

―Lo sabremos muy pronto. ¿Cuándo vamos a conocerlo? ―Inno


volvió a voltear su filete antes de dar a Mikel su atención de
nuevo.

―A las siete de mañana. Alesandro no piensa que Moorhaven


esté aquí para causar problemas, pero tenemos que mantener un
ojo sobre él. Si su pareja dice algo acerca de cambiarse aquí,
házmelo saber.
―Bueno lo haré. ¿Algo más en lo que debería mantener un ojo?
no he conocido a un vampiro que no seas tú o Alesandro.

Mikel hizo una nota mental para introducir a Inno alrededor.


No habían pasado mucho tiempo con otras personas, su
apareamiento era demasiado nuevo para permitir a otros en su
mundo insular.

―No dejes que Moorhaven beba de ti. Tendría que matarlo y


hacer que se vea como un accidente.

Inno dejó la espátula y se cruzó de brazos. ―¿De verdad crees


que dejaría a cualquier otro beber de mí? 37

―No, lo siento. Sabes que los vampiros somos posesivos, no


podemos evitarlo. ―En el fondo sabía que Inno no dejaría que
nadie lo tocara, pero eso no impidió que Mikel quisiera romper
el cuello de cualquier persona que pasara demasiado tiempo con
su amado.

―Así son los lobos ― Inno le recordó, mostrando sus incisivos.

Si los lobos eran tan posesivos, ¿por qué no lo reclamaba? La


pregunta se cernía sobre los labios de Mikel, pero no la pudo
hacer. ¿Era porque Inno no estaba seguro, o su lobo lo
rechazaba? ¿Si él realmente ansiaba a Mikel como compañero,
no debería Inno haberlo mordido y completado su vínculo? Las
palabras del consejo de Alesandro se evaporaron cuando se
enfrentaba a la realidad de hablar con su pareja.
―¿Estás bien, Mikel? ―Inno frunció el ceño y se inclinó sobre la
isla para colocar una mano en el brazo de Mikel.

―Sí, lo siento―se sacudió de su trance.

―Vamos a terminar de cocinar una buena comida, entonces nos


cambiamos y vamos a ver a tu hermana. Podemos preocuparnos
por nuestro nuevo amigo vampiro mañana.

―¿Cómo sabes que va a ser un amigo? ―preguntó Inno.

―Porque si no lo es, lo mataremos por lo que no puede ser un


enemigo a nuestras espaldas.―Mikel no dejaría que otros
38
enemigos pusieran en peligro a su compañero. Tenían suficiente
de ellos sin la amenaza del vampiro.

Los ojos de Inno de agrandaron. ―No hay un término medio


contigo, ¿verdad?

―Los vampiros no hacemos las cosas a medias. Vamos a


terminar de preparar tu comida.

Ellos no tenían un montón de tiempo, e Inno necesitaba las


calorías. Charlaron mientras Inno comía.

Después, se desnudaron y se echaron en la cama, Mikel apoyado


en Inno. Él prefería la intimidad de estar piel a piel mientras se
alimentaba sin ningún tipo de capas innecesarias entre ellos. Con
los años, Mikel había bebido de una amplia variedad de
personas, pero nadie sabía mejor que su compañero.
Con cuidado de no tomar demasiado, Mikel lamió la marca de
la punción que sus dientes dejaron atrás. El cuello de Inno
comenzó a sanar ante los ojos de Mikel, pero observó
cuidadosamente hasta que Inno ya no tenía ningún signo de la
mordedura de Mikel. No le gustaba dejar marcas permanentes,
nada que pudiera indicar que Inno había alimentado a un
vampiro. Demasiados cazadores usarían a Inno como una
manera de llegar a Mikel si pensaban que Inno era un
alimentador.

La imagen de sus cuerpos desnudos juntos sacó un gemido del


pecho de Mikel. ―Nunca tendré suficiente de ti. 39

Saborear, tocar y escuchar la voz de su compañero eran los


puntos culminantes de Mikel en la vida. Acarició el pelo sedoso
de Inno, saboreando la textura de los folículos entre sus dedos. El
contraste de los filamentos suaves contra su piel áspera lo
fascinaba. Él acarició con su nariz hasta la parte interior del
cuello de Inno e inhaló. Ya no identificaba la fragancia natural
de Inno y la suya como olores distintos. Ellos se enredaban juntos
en un aroma esencial.

Mio.

El lado bestial sediento de sangre de Mikel se había asentado


después de encontrar a su compañero. Ya no codiciada a
cualquier persona promedio en la acera. En cambio, saboreó su
relación con Inno. El pequeño shifter lobo sostenía el mundo
entero de Mikel capturado en una delicada, aunque a veces
peluda mano.
Inno frotó su mejilla contra Mikel extendiendo su olor a través
de él. Un largo suspiro salió del shifter. ―Estoy feliz. Te necesito.

Mikel tragó saliva.

¿Inno sólo lo necesitaba debido a su vínculo de compañero, o


habría hilos más profundos de afecto envolviéndose alrededor
de ellos?

La feliz expresión de Inno calmó la ansiedad que crecía en el


corazón de Mikel. ¿Cuándo se volvió tan ñoño que la sonrisa de
otro hombre le hacía o le arruinaba su día? Mikel acarició la
erección de Inno, deslizando su mano hacia arriba y abajo del
40
firme eje.

―Te necesito ―susurró contra la garganta de Inno.

―Lo sé―respondió Inno. Sus ojos brillaban, el humor


resplandecía en su mirada.

―Sintiéndote luchador, ¿verdad? ―Mikel dejó que sus incisivos


se deslizan por el cuello de su amante, extrayendo la anticipación
de Inno de otro bocado. Él no lo haría, ya que había bebido hasta
hartarse, pero sabía que la amenaza iba elevar el hambre sexual
de Inno. Inno Nunca había actuado como el agresor, pero su
sexo se intensificaba si Mikel atraía al lobo para jugar.

Los ojos de Inno brillaban dorados.

Sí.

Si tan sólo pudiera conseguir más agresividad de la mitad lobo


para morderlo.
Mikel intentó eliminarlo como algo sin importancia, pero no
podía dejar de dudar en su mente que el lobo de Inno no lo
aceptaba tan bien como el humano.

―¿Qué pasa? ―preguntó Inno.

―Nada, amor. ―Besó a Inno, con la esperanza de distraerlos de


sus pensamientos melancólicos.

El teléfono de Inno zumbó. Él gimió mientras miraba a la


pantalla. ―Claudia.

―Ella puede esperar un minuto. ―Mikel agarró el lubricante de 41

la mesa de lado y vertió un poco en la palma.

―No voy a salir de aquí hasta que cuide de ti.―Envolvió su


mano recubierta alrededor de sus erecciones, apretándolas
juntas.

―Oh mierda, estás caliente ―Mikel gimió.

―Shifter, recuerdas ―Inno sonrió.

Mikel lo besó, deslizando la lengua entre los suaves labios de


Inno.

Mío.

No importaba cuántas veces hicieran el amor, cada vez


continuaba trayéndole alegría. Inno siempre sería suyo,
reclamado o no.

―Más duro ―Inno gruñó.


―Paciencia, amor ―Mikel ronroneó.

―¡Ahora!

Una risa brotó de él. Apretó y bombeó a su compañero hasta que


terminó, sonriendo ante el aullido que salió de la boca de Inno
cuando se vino.

―¿Mejor? ―Preguntó Mikel.

―Sí. ―Un ruido contento se vertía de su amante.

Mikel soltó la polla gastada de su compañero y se apoderó de la


suya. 42

―No, yo me encargo de eso. ―Inno deslizó hacia abajo para


tragar a Mikel hasta la raíz.

―Oh, sí, mi amor ―Mikel espetó entre gruñidos incoherentes.

―Me vengo.

Inno chupó más fuerte hasta que Mikel gritó y derramó su


semilla en la garganta de Inno. Deslizando la boca fuera de
Mikel, Inno sonrió. ―No tan petulante ahora, ¿verdad?

―No, sin duda me has enseñado mi lugar, querido.

Inno rió. ―¿Desnudo y debajo de mí?

Mikel asintió. ―El mejor lugar por siempre.

El teléfono de Inno volvió a sonar. El shifter lobo frunció la nariz


al dispositivo. ―Mejor nos vamos yendo. Ella no cederá.
―Sí, sí. Vamos a tomar una ducha rápida. De lo contrario, el
aroma de tu semen me dará una erección, y no creo que
queramos dar a Claudia el mensaje equivocado.

―Definitivamente no ―Inno gruñó.

Mikel se levantó y tiró a Inno fuera de la cama detrás de él.


Plantando un sonoro beso en los labios de Inno.

―Ducha rápida, entonces nos vamos.

―Cierto, ducha ―Inno pasó una mirada lujuriosa por todo el


cuerpo desnudo de Mikel.
43
Mikel golpeó a Inno en el culo. ―Compórtate, cachorro, o nunca
llegaremos con tu hermana y tan persistente como ella es,
probablemente nos cazará.

Inno arrugó la frente. ―Sí, probablemente.

Hicieron un trabajo rápido en la ducha antes de ponerse algo de


ropa informal y dirigirse con Claudia.
Capítulo Tres
Las ventanas de la panadería estaban oscuras, pero no les causó
ninguna preocupación, siguieron el pasillo de ladrillo de la parte
trasera para acceder al apartamento de arriba. El aire frío
giraba en torno a Inno mientras seguía a Mikel. Sólo les
quedaban tres horas antes del que el sol ascendiera, por lo que
tenían que hacer esto rápido. Ellos habían traído a su conductor
Horace y la limusina con las ventanas oscurecidas por la remota
posibilidad de que estuvieran demasiado cerca del límite de
44
tiempo. No le dolió que Horace fuera un luchador entrenado y
podría proporcionar seguridad de respaldo si era necesario.

Inno olfateó, pero no sintió a ningún mutante.

―¿Hueles algo? ―preguntó Mikel.

―No, pero yo no tengo el gran olfato o súper fuerza de un


poderoso lobo.

Inno fracasaba prácticamente en todas las categorías de súper


shifter. Aun así, Mikel nunca se veía preocupado.

Mikel se detuvo para envolver un brazo alrededor de Inno.


―Vamos, amigo, no podemos estar holgazaneando.

―¿Alguien utiliza esa palabra todavía?―Preguntó Inno.

―Todos los vampiros adecuadamente educados. Ahora vamos a


ver lo que quiere la perra.
Inno rodo los ojos. ―No empecemos. Ni siquiera la hemos visto
todavía.

―Dudo que ella pasara por un trasplante de personalidad desde


nuestra última reunión.

―Se agradable. ―Inno reprendió a Mikel con poco entusiasmo.

―Lo seré si ella lo es.

Inno tenía pocas esperanzas de que eso ocurriera. Mikel se


adelanto a sus vacilantes pasos a la parte posterior de la
panadería. Inno compartía el espacio con Claudia, pero ahora
ella vivía ahí sola. 45

Mikel llamó a la puerta. Ella debió haber estado esperando por


ellos o los oyó venir porque Mikel solamente golpeó la puerta dos
veces antes de que Claudia azotara la puerta abriéndola. Las
lágrimas corrían por su cara, su pelo pegado por todas partes, y
su ropa estaba arrugada con líneas de harina para espolvorear
la parte delantera.

―Viniste ―susurró. Ella lanzó una mirada por encima del


hombro.

―Dije que lo haría ―dijo Inno, frunciendo el ceño.

―¿Qué pasa?

―Nada, nada en absoluto. Vamos. Sólo te extrañaba ―Claudia


tomó impulso y se arrojó contra Inno, sosteniéndolo apretado y
sollozando. ―Lo siento, lo siento tanto.
Por primera vez, sonaba arrepentida de sus acciones. Un poco de
la niña que había desaparecido subió a la superficie para
ahogarlo en recuerdos. Ella parecía más grande que la última
vez que la había abrazado, esperaba que ella no estuviera
atracándose por el estrés de tener su propio negocio. Ella nunca
se lo perdonaría si perdía su figura increíble.

Mikel tiró suavemente a Inno de los brazos de Claudia antes de


que pudiera ahogarlo con sus lágrimas.

―Está bien, Claudia ―dijo Inno. Deseó tener un pañuelo o algo


porque Claudia no era una llorona.
46
―No, no está bien. Nada va a estar bien de nuevo ―dijo Claudia.

―¿Para qué me has llamado? ―Inno se estaba preocupando por


el comportamiento de su hermana.

Claudia sollozó, luego se volvió y entró en la sala de estar. Inno


intercambió una perpleja mirada con Mikel, pero se encogió de
hombros, luego la siguió.

La visión de pie en la sala de estar de Claudia tenía a Inno


mostrando los dientes, un bajo gruñido enojado desarrollándose
en su pecho. Sus dedos picaban con el cosquilleo de las garras
debajo de su piel. Debía destripar esta amenaza.

―Hola, Inno ―dijo el mutante.

―Adán, ¿qué estás haciendo aquí?

―¿Lo conoces? ―Preguntó Mikel, dando un paso para estar al


lado de Inno.
―Estaba en el laboratorio. Él es el que solía sedarme ―dijo Inno.

―Eso es porque siempre fuiste una mierda y trataste de


morderme ―Adan espetó.

―Algo extraño debido a que no me gusta la gente que me


punza―Inno gruñó.

―¿Qué estás haciendo aquí? ―preguntó Mikel.

―Él es mi ex novio. Él fue quien me convenció para dejar que te


llevaran ―Claudia admitió.

Después de todo este tiempo, nunca se le había ocurrido a Inno 47


preguntarse cómo Claudia tenía contacto con los mutantes.

―¿Saliste con un mutante? ―Preguntó Mikel.

Claudia negó con la cabeza.

―No era un mutante entonces. Dijo que podían convertir a Inno


en un lobo.

Adán miró a Inno. ―Y esta es la forma en que agradeces a tu


hermana.

―¡Ella me drogó y secuestró!― Inno gritó.

―Y ahora puedes ser un shifter completo ―dijo Adan.

―No es un error que no se te diera la dosis completa. Una vez


que Korl me hizo esto, me aseguré de que no se te diera la dosis
completa.
―¿Qué deseas? ¿Qué te agradezca? ¡Preferiría haber sido un
medio de lobo que estar atrapado a la merced de ese psicópata!

―Estás rompiendo el corazón de tu hermana. Deja de ser un


bastardo egoísta y se un buen hermano de nuevo ―Adan regañó.

―Eso es todo, he terminado. ―Se dirigió hacia la puerta. No


necesitaba este tipo de mierda. El sonido de los pasos de Mikel le
siguieron.

―Espera, ¿a dónde vas? ―Preguntó Claudia.

Inno giró sobre sus talones para enfrentarse a su hermana.


48
―Ya he tenido suficiente de discutir esto. Estoy tratando de seguir
adelante. Presionarme no va a hacer las cosas como eran antes.
Rompiste mi confianza.

Acababa de llegar de nuevo a la puerta cuando Claudia gritó lo


único que lo haría parar.

―¡Estoy embarazada!

Inno se congeló, sus dedos agarraron el pomo de la puerta,


doblándose y desdoblándose con el deseo profundo de girarlo y
correr afuera. Su lobo gruñó su descontento.

Suspirando, él lanzó el mango y se dirigió de nuevo a la sala de


estar.

―¿Cuánto tiempo?

―Cuatro meses.
Su camisa suelta ocultaba más de lo que había sospechado.

―¿De quién es el niño?

―¡Es mío! ―Adan gruñó.

―Es de Adán ―Claudia estuvo de acuerdo, señalando al


mutante.

―¿Antes o después de que él se transformara? ―Inno no quería


imaginarse a su hermana teniendo relaciones sexuales, quería
imaginar aún menos lo que un niño de un mutante sería.
49
La expresión de repulsión de Claudia casi lo hizo sonreír.

―Antes.

―¿Qué quieres de mí, Claudia? ―preguntó Inno―Yo te di todo


lo que podía, y me entregaste a un científico psicópata.

―¿No estás siendo un poco melodramático? ―preguntó Adan.


Su profunda voz vibró a través de la habitación en un estruendo.
Tomó a Inno unos minutos descifrar lo que decía.

Mikel gruñó y se abalanzó sobre el mutante. Por suerte Inno se


situó suficientemente cerca para mantener a su compañero atrás.

―Casi, muere porque estaba tratando de hacer lo correcto para


salvar a cambiaformas de su destino. No le digas que es
melodramático, pendejo ingrato ―Mikel gritó.

―Mikel, compañero, está bien. Sólo le he dado la fórmula a


Silver. No es como si la hubiera descifrado yo mismo.
Por no hablar de que no se preocupaba por la opinión de un
idiota.

―Sin esa fórmula, no habrían llegado a una cura ―Mikel


contrarrestó, sin mover la mirada del mutantes. Él sabía, que si
se le daba medio segundo, Mikel saltaría por encima de la mesa
de centro y arrancaría el cuello del mutante.

Habían desarrollado recientemente el antídoto para fórmula


mutante por lo que los lobos podían regresar a la normalidad.

―Eso es lo que necesitamos ―dijo Claudia―. Si no fuera por mí,


¿podrías hacerlo por mi bebé? ¡No quiero que el padre de mi bebé 50

sea un mutante. Por favor, Inno!

―¿Cómo te mezclaste con ellos? ―Inno preguntó a Adan. Él no


estaba dispuesto a ayudar a cualquier persona que podría haber
sido responsable de las mutaciones en primer lugar.

―Yo era un lobo inocente que buscaba hacer un poco de dinero


reclutando personas para un experimento médico. La mayoría
de las personas no necesitan ser secuestradas a mitad de la
noche. La mayoría de los mutantes eran personas que venían de
forma voluntaria.

―Eso es mentira ―dijo Mikel―Sé que manadas enteras de lobos


fueron aniquiladas por tu trabajito.

―No sé nada de eso ―Adan negó.

Inno oyó la mentira en su voz. Adan sabía mucho más de lo que


admitía.
―Por favor, Inno ―Claudia presionó sus manos en un gesto de
súplica. ―Si tú haces esto no te molestaré de nuevo.

El corazón de Inno dolía. Ella le había vencido tan fácilmente. La


derrota se asentó sobre sus hombros como una carga pesada.

―Si eso es lo que quieres, voy a hablar con Anthony.

―¿No con Silver? ―Preguntó Adan. Inno no confiaba en la luz


en los ojos de Adan. Algo no se sentía correcto para Inno, el
mutante estaba tramando algo.

―Silver está a cargo de la manada, pero Anthony es responsable


51
de la cura.

Inno no sabía por qué se habían dividido el trabajo, y desde


luego no creía que fuera su lugar para preguntar.

―Gracias ―Claudia se adelantó, pero esta vez Mikel se trasladó


a bloquearla.

―No lo toques. ―Mikel cubrió a Claudia y a Adan con una


mirada de acero.

Deprimido, Inno se dio la vuelta para marcharse, y esta vez lo


hizo por la puerta. No hablo hasta que estuvieron en el coche.

―Creo que sé cuál es mi posición. ―Él no pudo evitar el dolor en


su voz.

―Junto a mí, mi dulce lobo. Siempre de pie a mi lado. Si no puede


ver lo que hiciste por ella, entonces merece perder lo mejor de su
vida.
Inno forzó una sonrisa a su compañero.

―Por lo menos te tengo.

―Nunca lo dudes ―Mikel besó a Inno, revelando su amor a


través del tacto.

―Vamos a casa, y voy a mostrarte lo mucho que me gusta ser tu


compañero.

Inno asintió. ―Está bien.

Su deseo aplastado en este momento, impidiendo responder


52
correctamente a la invitación de su compañero.

Mikel le dio una palmada en la pierna. ―Vamos a salir de esto.

―Sí, lo haremos―Inno se aferró al nosotros.

Tenía que recordar que no estaba solo. Su lobo acurrucado


dentro de él, calmado con la presencia de su pareja. El lobo
rechazaba a Claudia como indigna de su atención. Inno deseaba
poder hacer lo mismo con la misma facilidad.

Inno no dijo nada mientras se dirigían de vuelta al departamento


de Mikel. Él todavía no pensaba en el lugar como suyo, era más
por su propia culpa que algo que Mikel dijera o hiciera.

Un extraño cosquilleo había comenzado a través de su piel como


si su cuerpo no fuera lo suficientemente grande para contener
todo el burbujeo de energía debajo de la superficie.
Ver a Claudia en los brazos del mutante había cambiado algo en
él. La niña que siempre había amado se había convertido en una
mujer con un hijo propio.

―Me pregunto si ha visto a un médico.

―Y ahí está el hombre del que me enamoré ―dijo Mikel.

Inno frunció el ceño. ―¿De qué estás hablando?

―Sabía que pronto empezarías a preocuparte por ella, pero no


puedes perder de vista su traición aunque ella ahora vaya a ser
mamá. 53

―No lo haré―El agujero excavado en su alma le recordaría las


acciones de Claudia incluso mientras su mente buscaba una
explicación.

―Gracias por venir conmigo.

Mikel sonrió Inno. ―En cualquier momento.

Inno rió. El ruido fue un alivio para sus nervios estresados.

―No me siento muy bien.

―Estás dolido por la traición de tu hermana, y estás preocupado


por su novio pendejo y el niño por nacer. Con un poco de amor
y atención, estarás como nuevo.

Mikel sonaba mucho más positivo de lo que Inno se sentía. Se


frotó los brazos, tratando de aportar calidez de nuevo a su
cuerpo. Dudaba que se derritiera el hielo en su alma.
―La olvidaré. Tengo que. Sé que tomará algún tiempo.

Años de amor y cuidado no desaparecían con solo quererlo.

―Lo sé. Tómate todo el tiempo que quieras. Puedo interferir y


ayudarte. Haré arreglos para que un médico vaya a verla y
verifique qué tan avanzado está.

Inno asintió. ―Bueno, está bien. Quiero que ella y su hijo sean
atendidos. No sé cuánto tiempo será su gestación si el niño es un
medio lobo. Nunca pensé preguntarles a mis padres esas cosas.

―No te preocupes, yo me encargo de ella.


54
Por supuesto que lo haría. Mikel era terriblemente eficiente en
hacer las cosas. La limusina se detuvo fuera de su puerta
principal. Dieron dos pasos dentro de su casa y Mikel cerró la
puerta, luego giró a Inno y lo cubrió contra la pared.

―Nunca olvides que eres mío y voy a hacer cualquier cosa para
hacerte feliz.

Inno no pudo detener la sonrisa triste que cruzó sus labios.

―No se puede hacer a alguien feliz, Mikel.

―Puedo hacer mi mejor esfuerzo ―La boca de Mikel cayó sobre


Inno, y empujó su rodilla entre las piernas de Inno, presionando
contra sus bolas.

―Oh, mierda ―Inno inclinó la cabeza hacia atrás, su lobo


rodando mostrando su vientre a su dominante compañero.
―Te estas ofreciendo tan bellamente, mi dulce―, dijo Mikel.
Lamió el cuello de Inno antes de golpear profundo con sus
incisivos.

Inno gimió. La mordedura de Mikel siempre ponía sus hormonas


a toda marcha, y maldita sea si el vampiro no lo sabía. Su polla
se endureció y empujó contra la pierna de Mikel.

―No me jodas.

―Oh, eso planeo ―Mikel prometió después de levantar su boca


y cerrar de la punción. 55

Se lamió los labios, y sus ojos brillaban con una luz misteriosa.
Depredador.

El lobo de Inno gimió encantado de ser el que proporcionaba


sustento para una criatura magnífica. Si Mikel fuera un lobo,
rivalizaría con Silver como un alfa.

―Compañero ―susurró Inno.

―Siempre ―Mikel se quitó la camisa, y luego quitó la de Inno


con más fuerza que consideración.

―Nunca puedo tener suficiente de ti. Quiero devorarte y


conservarte pegado a mi lado, así siempre sabría que estás a
salvo.

―Eso podría ser incómodo ―Inno no pudo resistir decirlo.

―No para mí ―Mikel dio un paso atrás, luego agarró a Inno


por la cintura y lo lanzó por encima del hombro.
―Tengo que estar dentro de ti.

Inno asintió.

Anhelaba estar con su pareja, con cada fibra de su ser. El viaje


desde el frente de la puerta a su dormitorio tomó menos tiempo
que nunca.

La espalda de Inno golpeó las sábanas sólo unos segundos antes


de que Mikel le despojara tanto de sus zapatos como de la ropa
restante, hasta que nada se interponía entre ellos.

―Soy todo tuyo, Mikel ―Inno incitó cuando Mikel sólo se puso
56
de pie y lo miró fijamente.

―Lo sé ―Mikel trazó con un dedo hacia abajo de la pierna de


Inno desde la rodilla al tobillo.

―Estaba simplemente admirando mi recompensa.

―Se puede admirar mejor de cerca y más personal.

Al lobo de Inno no le gustaba la distancia entre ellos. Su animal


era una criatura táctil que prefería el contacto de piel a piel.

―¿Te sientes necesitado?―Mikel ronroneó mientras se


arrastraba sobre la cama y se colocaba de rodillas a cada lado
del cuerpo de Inno hasta que sus erecciones se frotaron entre sí.

Inno jadeó. Arqueó la espalda, tratando de aumentar el contacto


entre ellos.

―Paciencia, mi amor.
―No. Ya he terminado con la paciencia, es tiempo para el
sexo―Inno gruñó. Le dolía el corazón, pero sabía que su
compañero podría hacerle olvidar todo por un rato.

Inno se quedó sin aliento cuando los incisivos de Mikel le


abrieron el cuello otra vez. Su erección se endureció y su lobo
gritó de alegría. Brindar el sustento para su compañero alivió los
temores de Inno de ser insuficiente. No tenía mucho que ofrecer
a su apareamiento, pero esto podía hacerlo.

Mikel levantó la boca y lamió la herida. ―Tú eres mi compañero


y mi amor, Nunca subestimes la importancia que tienes en mi 57
vida.

―Te amo ―dijo Inno, con voz temblorosa.

―Lo sé ―Mikel sonrió―Coge el lubricante y prepárate. Estoy de


humor para mirar.

Inno sonrojó. No importaba cuántas veces habían tenido


relaciones sexuales, todavía tenía un tiempo difícil
acostumbrándose a la apertura de Mikel a su sexualidad.

Tal vez después de que hubieran estado juntos una o dos décadas,
superaría su timidez.

Golpeó la botella, pero sus reflejos rápidos le permitieron cogerla


antes que cayera al suelo.

―Casi la pierdes ―Mikel bromeó.


―Pero no lo hice ―Inno espetó abriendo la tapa del lubricante y
apretando un poco sobre los primeros dos dedos de su mano
derecha, y luego arrojó el recipiente en la cama. Sin dudarlo, los
empujó en su culo. Después de meses con Mikel, sabía la mejor
manera para aflojarse rápidamente, y siempre y cuando se
relajara el proceso tomaba poco tiempo.

―No te lastimes ―Mikel gruñó.

―No lo hago ―expandió su agujero y se aseguró de tomarse su


tiempo hasta que los ojos de Mikel comenzaron a brillar de
nuevo. 58

―¿Problemas, amor?

Mikel le mostró un incisivo. ―Estás tentando a la bestia.

―Lo estoy, ¿verdad? ―Inno disfrutó de la emoción de burlarse


de su amante. Había tenido pocos momentos en su vida donde
pudiera relajarse y ser él mismo.

―¡Mi turno! ―Mikel gruñó.

Inno sacó sus dedos mientras Mikel cogió el lubricante y se sirvió


un poco frotándolo sobre su erección.

Levantando las pantorrillas de Inno hasta los hombros, Mikel


presionó metiéndose poco a poco.

―Mikel ―Inno se quejó.

―¿Ahora quien está siendo objeto de burla? ―preguntó Mikel. Su


sonrisa con dientes brillaba bajo la tenue iluminación.
―Yo, ahora cógeme bien compañero ―Inno exigió.

―Lobo travieso, recuérdame nalguearte más tarde.

Inno resopló. ―Sí, voy a poner eso en mi lista de cosas por hacer.

Mikel empujó dentro, lentamente. Inno arqueó la espalda


presionando a Mikel para ir más rápido, pero su compañero
agarró sus caderas.

―Oh, no. No vas a ninguna parte.

―Vamos, Mikel, jódeme.


59
Mikel dobló a Inno por la mitad para darle un beso, presionando
sus labios en un carnal encuentro que dejó a Inno sin aliento.

―Como desees.

Inno agarró las sábanas y se aferró mientras Mikel lo follaba


como un hombre determinado en exprimir cada gota de placer
de su pareja. Una y otra vez, Mikel golpeó en Inno como un
martillo hidráulico, chasqueando sus caderas hacia atrás y
hacia adelante. Inno agarró la cabecera para evitar una
conmoción cerebral.

―Mikel, mierda, ¡Mikel, me voy a venir!

Su cuerpo explotó con pasión, la semilla salpicaba entre ellos en


largos chorros de fluido blanco viscoso.

Mikel gruñó segundos más tarde, derramándose dentro de Inno.


Estuvieron ahí unidos, como si fueran reacios a separarse.
Después de besar la mejilla de Inno, Mikel los separó.
―Sólo se pone mejor, mi compañero.

Antes de que Inno pudiera decir nada, Mikel fue al baño, sin
duda para tomar algo para limpiar a Inno. Mikel era un amante
cortés. Aun así, había visto el destello de decepción en los ojos de
su compañero. ¿Qué estaba haciendo mal? Sabía que Mikel
había encontrado su placer; un hombre no podía fingir ese tipo
de respuesta.

Mikel regresó con un paño húmedo y limpió a Inno. Arrojó la


tela debajo de la cama y se acurrucó acercando a Inno.

―Te amo, dulce lobo. 60

―Te amo, también, vampiro culo malvado ―respondió Inno.

Mikel se rió entre dientes.

―Bien ―apretando su agarre―No puedo perderte.

―No voy a ninguna parte ― Palmeó la mano de Mikel donde


reposaba sobre el estómago de Inno. El olor de la preocupación
flotaba fuera de Mikel, pero Inno no sabía qué hacer. Si Mikel no
compartía sus cargas, Inno no podía ayudarlo.
Capítulo Cuatro
Caminando a través de los suelos de mármol, Inno olió a
Moorhaven. El moreno vampiro se apoyó en el bar del hotel,
hablando con un joven delgado. Se quedaron lo suficientemente
cerca para que Inno sospechara que eran compañeros. Cuando
Moorhaven apartó el cabello del rostro de su acompañante, se
validaron las sospechas de Inno. El afecto vertiéndose del
vampiro hacia a su acompañante más pequeño no dolía tanto.

Mikel se acercó a la pareja, tendiéndole la mano al vampiro para


61
saludar.

―Hola, soy Mikel Cruento y este es mi compañero Inno.

Inno escondió su sonrisa. A Mikel le gustaba fingir que Inno no


tenía un apellido más que el suyo. Hasta que tuvieran un
apareamiento adecuado, Inno se negaba a tomar el nombre de
Mikel. Él todavía no había descubierto la manera de acercarse a
Mikel con eso. Quería una verdadera boda, y dudaba que su
compañero dominante quisiera todo el alboroto.

El otro vampiro inclinó la cabeza en reconocimiento.

―Saludos, Mikel e Inno, soy Phoenix Moorhaven y este es mi


compañero Declan.

Inno intercambió sonrisas con Declan. Al menos tenían algo para


unirse más. Ambos tenían vampiros prepotentes como
compañeros. La experiencia de Inno con los vampiros se limitaba
a Mikel, Alesandro y su grupo pequeño.
Nunca había conocido a ningún otro. Su primera mirada a
Phoenix Moorhaven lo tenía preguntándose si eso no hubiera
sido una buena cosa. La expresión de Phoenix fría y vacía de
emociones, mantuvo a Inno de apresurarse a saludarlo. Se
conformó con un asentimiento de cabeza respetuoso en la
dirección del vampiro.

Declan golpeó al vampiro en el pecho.

―Deja de asustar al dulce lobo.

Una rica risa y una amplia sonrisa transformaron la expresión


de Phoenix de frio a caliente. Sus ojos oscuros se calentaron
62
mientras acomodaba su mirada en el hombre más pequeño al
lado él.

―No estoy tratando de hacerlo, él es sólo una cosita nerviosa.

Inno se enfadó ante la descripción. Su lobo resopló en el interior,


y un gruñido se enrollo en su garganta.

―Calma, amor ―Mikel envolvió una mano cálida en la parte


posterior del cuello de Inno. Su lobo interno se afirmó, dispuesto
a dejar que su fuerte compañero manejara la situación.

Una pequeña sonrisa cruzó sus labios cuando Mike le dijo al


vampiro: ―Estás dentro de nuestro territorio. Insultar a mi
compañero no va a ganar ningún favor. Alesandro puede
haberme dicho que sea amable, pero no nos engañemos,
burlándote de mi compañero te conseguirá ser pateado fuera de
aquí.
―Lo siento, Inno. He tenido algunas malas experiencias con los
lobos ―dijo Phoenix.

―¿Por qué? ―Preguntó Inno. Si algunos lobos lo habían herido


en el pasado, tal vez no era Inno la mejor opción como emisario
para saludar a un vampiro anti-lobo.

―Porque siempre coquetean con mi compañero―los ojos de


Phoenix brillaron con un despiadado fuego. Inno prefería la
frialdad de antes.

―Inno es mi compañero. No va a coquetear con el suyo ―dijo


Mikel. 63

Inno rodo los ojos. ―Bien podría ser una mascota. Tan sólo
volveré a casa si eso va a ser un problema.

En ese momento, acurrucarse en la cama y no tratar con un


vampiro delicado sonaba como una buena idea. Un rollo lento
de molestia serpenteaba por Inno. Su lobo soltó un bufido
sociable. Su otra mitad no estaba en tratar con vampiros
oficiosos, incluso con el que estaba acoplado a él.

―No le hagas caso―Declan aconsejó―Él es todo aire caliente y


colmillos.

El pequeño hombre de pie junto al vampiro tenía el aura de


alguien que rara vez se encontraba en una situación que no
podía manejar. Si la vida le arrojaba a este hombre limones, él
probablemente haría todo un buffet de una sola pieza de los
cítricos.
Inno olfateó otra vez, tratando de descifrar la especie del hombre.
Declan no olía a nada de lo que había olido antes.

―Soy humano y elfo casero―Declan respondió como si Inno


hubiera hecho la pregunta.

―Lo siento ―Inno se sonrojó―No quiero ser grosero. Mi lobo es


curioso.

Todavía no se había aprendido las sutilezas de los intercambios


entre shifter. Su lobo a veces se hacía cargo, pudiendo más que
la tímida mitad humana de Inno. 64

La dulce sonrisa de Declan alivió sus preocupaciones.

―No hay problema. Estoy seguro que si yo fuera un shifter,


estaría volviéndome loco preguntándomelo. ¿Qué se siente ser un
lobo?

Inno pensó por un rato. ―Un poco extraño. No fue sino hasta
hace poco que incluso pude sentir a mi lobo.

―¿En serio? ―preguntó, los ojos de Declan iluminados con


interés.

Incapaz de pensar en nada más que decir, Inno contó su historia


acerca de cómo había llegado a ser un nuevo lobo. Charlaron
durante un tiempo antes de que se dieran cuenta de que sus
compañeros se habían quedado en silencio y estaban
mirándolos.
―¿No estás siendo muy amistoso? ―Mikel preguntó, una ceja
levantada en interrogación.

Declan rió.

―¿No son lindos cuando están en modo guardián?

Inno sofocó su risa, pero sus hombros se sacudieron,


traicionando su diversión.

Un brillo inquisidor brillaba en los ojos de Declan.

―¿Cuál es tu verdadero propósito aquí? ―Preguntó Mikel a


Moorhaven. 65

Inno contuvo un suspiro. Alesandro no apreciaría la actitud de


Mikel si oyera de ello más tarde. Acusar a un visitante de tener
segundas intenciones iniciando la noche no era correcto.

―Como le he dicho a tu líder, he venido porque Declan quería


viajar. No lo repetiré a cada persona que venga a preguntarme.
La historia no va a cambiar.

―Tranquilo, amor, él tiene derecho a saber ―dijo Declan.

Inno se preguntó cómo Phoenix fue capaz de capturar el corazón


del dulce elfo casero. Eran sin duda un caso de opuestos. El
vampiro parecía un hombre más bien frío con poca emoción, en
contraste directo con su compañero más cálido.

Nunca los habría relacionado si se topaba con ellos por


separado. El destino tenía un peculiar sentido del humor.
Mikel levantó las manos en un movimiento conciliador.

―Lo siento si te ofendí, pero es mi trabajo verificar la seguridad


antes de que te muestre todo el hotel. Sería más sospechoso si no
te preguntara.

―Es cierto ―Phoenix concedió.

Declan e Inno intercambiaron miradas divertidas, pero ninguno


dijo una palabra más.

Dejaron que sus compañeros sacaran lo alfa entre sí y se


quedaron fuera de ello mientras jugaban a ¿Quién es el vampiro 66

más duro? Inno mantendría sus garras enfundadas a menos que


Moorhaven lastimara a Mikel. Inno podría no ganar una batalla
entre él y el vampiro intimidante, pero el desgarraría al bastardo.

Cuando Anthony había entregado toda la promoción del hotel


vampiro a los vampiros, estaba la hipótesis de que los vampiros
reaccionarían mejor si se encontraban alrededor de su propia
especie. En teoría, funcionó hasta que se tuvo a dos vampiros con
fuertes personalidades en la misma habitación. Observando a los
vampiros alfa interactuar, Inno se debatió en decirle a Anthony
que era necesario un nuevo enfoque.

Mikel avanzó hacia Phoenix.

―¿Qué tal si te muestro los alrededores, entonces puedo


responder a cualquier pregunta que puedas tener?

Phoenix pasó un brazo alrededor de Declan y lo arrastró más


cerca.
―Lo suficientemente justo.

―¿Inno? ―Mikel levantó un brazo e Inno se deslizó debajo de su


abrazo. Juntas las dos parejas se dirigieron hacia los ascensores.

El lobo de Inno se acurrucó en un rincón de su mente, contento


de abrazar a su pareja Mikel. Más cerca era siempre mejor para
la mente del lupino.

Después de varios minutos de caminar alrededor del hotel, Inno


casi podía ver el Carámbanos crecer y caer entre los fríos
vampiros. Tal vez, en unos mil años, los dos podrían ser amigos.
Buena cosa que los vampiros tenía un montón de tiempo para
67
llegar a conocerse unos y otros.

Phoenix y su compañero, recordaron a Inno muchas cosas de


Mikel y él, pero roería su propio pie antes de que se lo dijera a su
compañero. Mikel no había quitado el ceño fruncido desde que
habían terminado con el par.

Ellos se despidieron a mitad de la noche para que pudieran


volver a casa antes de que saliera el sol. Inno intercambió
números con Declan, con ganas de hablar más con su joven
amigo. Esperaba que la pareja decidiera utilizar la propiedad.
Inno no tenía muchos amigos no lobos o no vampiros, y Declan
le hizo reír.

Mikel condujo en silencio. Al principio, a Inno le resultó


tranquilizador, pero después de un tiempo, se dio cuenta de que
la tranquilidad de Mikel indicaba un problema más profundo,
un revoltijo de vampiro.
―¿Qué pasa? ―preguntó Inno. Casi odiaba escuchar la
respuesta. ¿Qué podría haber hecho? Recorrió su mente durante
la noche, pero no pudo encontrar nada.

Mikel negó con la cabeza. ―Nada. ¿Qué podría estar mal?

―No lo sé. Por eso pregunté. Has estado callado.

No quería decirle a Mikel que el vampiro olía a inquietud.


Durante los últimos meses, su compañero había apestado a
decepción e Inno aún tenía que averiguar el por qué. ¿Había
hecho algo que Mikel dudara en hablar con él?
68
La boca de Mikel se arqueó hacia arriba.

―¿Y por lo general soy hablador?

―No, pero tienes esa sensación pensativa, como si tienes algo que
decir.

El agarre de Mikel se tensó sobre el volante.

―Sólo es que a veces me olvido de que eres una criatura social.


Sé que te dejé trabajar para la manada de la Luna, pero no te
animé a ir a las carreras de la manada. Debes ir a socializar con
los lobos. Estar más involucrado con la manada. Te tengo
demasiado aislado.

El remordimiento aferrándose a la voz de Mikel como una vieja


herida.

Inno miró a su compañero, pero como de costumbre, la expresión


de Mikel no reveló sus sentimientos.
―Déjame ver si entiendo esto. ¿Quieres que me vaya a ser social
con otros hombres? ¿Por qué ahora?

Mikel no estaba teniendo ningún sentido. Había pensado que se


llevaban bien. ¿Pensaba Mikel que algo faltaba en su relación?

Mikel gruñó. ―No teniendo relaciones sexuales. Haciendo


amigos. Tu lobo es un animal de manada. Es mi trabajo como tu
pareja asegurarme de que todas tus necesidades sean satisfechas.
Si comienzas a sufrir por ser un lobo solitario, nunca me lo
perdonaría.
69
Hubo un momento en que Moorhaven había tirado a un lado a
Mikel e Inno no había podido oír lo que decía.

―Moor dijo algo, ¿no?

―Nada que no necesitara ser dicho y él no es el primero en decir


algo tampoco. Se limitó a mencionar algo de su trato con las
manadas de lobos, y que rara vez prosperan solos.

―¿Le dijiste que no estoy solo? Veo a la manada de la Luna al


menos cada dos días si no más a menudo. No estoy aislado. Me
cuidas muy bien ―Inno frunció el ceño ante el pensamiento de
que el otro vampiro criticara el cuidado de Mikel. Su compañero
hacía un buen trabajo cuidando de sus necesidades.

―Verlos unas cuantas horas al día y alejándote no se forma la


misma unión y lo sabes ―Mikel argumentó. El borde irritado en
su voz hizo sonreír a Inno.
Su compañero trataba tan duro de hacer a Inno feliz. No podía
pedir un mejor partido.

―Cierto ―Inno no estaba seguro de por qué estaba discutiendo.


Sería bueno ver más a la manada de la Luna.

―Correcto. Voy a tratar de ir a su próxima carrera. Las tienen


todos los sábados, sabes.

Casi todos los miembros de la manada lo habían invitado en un


momento u otro. No podía negar que lo habían recibido con los
brazos abiertos. Sin embargo, entre las cuestiones de su hermana 70
y la vinculación con Mikel, Inno guardó la poca energía de la
preocupación por la dinámica de la manada. Ahora las cosas se
estaban asentando y a Inno le gustaba la idea de correr con una
manada como un verdadero lobo.

―Definitivamente deberías asistir a la próxima ―dijo Mikel,


relajado como si sacarlo de su pecho hubiera chupado toda la
tensión de su cuerpo.

―¿Vas a venir conmigo? ―A Inno no le gustaba la idea de su


compañero estando solo mientras corría con los lobos.

Las manos de Mikel se apretaron en el volante.

―¿Por qué iba yo a ir? Es una cosa de lobos, ¿no?

Inno examinó sus uñas. Realmente debía cortarlas cuando


llegara a casa; estaban un poco largas para un chef de
repostería. La masa y la harina podrían meterse bajo su uñas si
no se las cuidaba.
―¡Inno!

―¿Qué?

―¿Por qué iba yo a ir a una carrera de lobos?

Trató de mantener su tono casual.

―Um, Anthony y algunos de los compañeros fae se sientan


juntos en una limusina y hablan mientras corremos. Sólo pensé
que sería posible que desearas estar con ellos―Inno se sonrojó.

Estúpido de su parte pensar que Mikel querría socializar. Los


vampiros definitivamente no eran criaturas de manada, pero ¿no 71
querían amigos también?

El porsche continuó rodando por la carretera en un suave


deslizamiento mientras el silencio en el coche creció en ominosos
pasos agigantados.

―¿Me quieres ahí? ―Mikel preguntó después de una pausa lo


suficientemente larga en la que Inno consideró gritar para
romper el silencio.

Inno lo miró por encima, pero él no podía decir por la expresión


de Mikel lo que quería escuchar.

―Sólo dime la verdad ―dijo Mikel, su tono suave.

―Te quiero allí ―Inno espetó antes de perder los nervios.

―Entonces voy a estar allí. Sabes que sólo tienes que pedirlo, mi
dulce.
―Lo sé ―cerrando los ojos, Inno presionó su mejilla contra la
ventana. El frío vidrio alivió el calor de su piel. Desde que su lobo
había despertado, su cuerpo se volvió más caliente.

―Bien. No quiero que tengas miedo de preguntar cualquier cosa.

Inno frunció el ceño. ¿Por qué le daba la impresión de que


estaban hablando de dos cosas diferentes? Aun así, la sensación
de malestar no se había desvanecido. Algo estaba molestando a
Mikel, e Inno haría lo necesario para averiguarlo.

―A veces no te entiendo ―Inno admitió. Él debería tener una


mejor comprensión de lo que estaba pasando con su amado. 72

Excepto que no lo hacía. Tal vez nunca lo haría. Él no era un muy


buen lobo después de todo. Tal vez eso lo hacía igualmente un
mal compañero.

Los instintos de Inno no habían mejorado mucho con su nueva


piel de lobo. ¿Y si había sentido las cosas mal y el vampiro en
realidad no era su compañero?

La tierna sonrisa de Mikel volteó los sentidos de Inno.

―No tienes que entenderme, mi dulce. Sólo tienes que amarme.

―Lo hago ―Esa era la parte más fácil del vínculo de pareja.
Adoraba a Mikel y no lo cambiaría por cualquier otra persona,
humano o shifter.

―Vamos por unas hamburguesas en el camino a casa ―Mikel


sugirió.
―Te amo ―Las palabras las arrojó sin pensar. Un hombre que
recordaba conseguir la comida merecía una declaración sincera.

―Te compraré algo de comer, incluso si no lo quieres ―Mikel


prometió.

Recogieron para Inno una docena de hamburguesas, papas


fritas y un batido. Había comido la mitad a través antes de que
hubieran recorrido más de unas pocas millas. Se detuvo cuando
Mikel lo miró fijamente.

―¿Qué?
73
―Nada. Digo que comas más ―dijo Mikel, sacudiendo la cabeza.

Desde que su boca estaba llena, Inno respondió con un


encogimiento de hombros y siguió devorando su comida. Todo
sabía especialmente bien en ese momento, y parecía que no era
capaz de conseguir lo suficiente para comer.

Mikel rió. ―Es una buena cosa que hago un montón de dinero.

Inno se congeló. ―¿Quieres que te dé más?

Nunca se le había ocurrido preocuparse de sus ingresos dispares.


Su compañero parecía tener cubos de cosas y estaba siempre
dispuesto a compartir. Aunque Inno conseguía un salario de la
manada de la Luna, no era mucho, debido a que sus horas de
trabajo eran pocas. A Mikel no le gustaba alejarse de su lado.

―¡No! ―Mikel insistió―. Somos compañeros. Todo lo que tengo


es tuyo.
―No quiero que pienses que no estoy haciendo mi parte. Puedo
aumentar mis horas. Henry es siempre feliz de tenerme en el
trabajo.

―Me alimento con tu sangre, querido. Cualquier alimento que te


dé es también para mi beneficio―se inclinó y apretó la mano de
Inno antes de liberarlo de nuevo.

―Incluso si no lo hicieras, es mi privilegio como tu compañero


dártelo. Los vampiros, como los lobos, sentimos el instinto de
proveer a nuestras medias naranjas.

―Eso funciona en ambos sentidos, ya sabes ―dijo Inno en voz 74

baja.

―Tú tienes un excelente cuidado de mí, pequeño lobo. No tengo


ninguna queja.

Mentira.

Inno podía detectar la falsedad en la voz de su compañero, pero


el conocimiento que Mikel había mentido y señalar con precisión
la razón no era lo mismo. Al menos Mikel lo amaba. Su vampiro
no mintió sobre eso.

Inno frunció el ceño. ―Me dirías si hubiera un problema,


¿verdad?

―Claro, mi amor.

Otra mentira. Mikel protegería a Inno incluso de su compañero.


Tendría que obligar a su amante, averiguar lo que lo molestaba
y entonces resolverlo.
Capítulo Cinco
Inno agitó la mantequilla derretida, sonriendo al brillo satinado
de la mezcla de brownie.

―Eso se ve bien ―dijo Henry por encima del hombro.

―Gracias. Es una nueva receta.

―¿Algo de lo que quieras hablar?

Inno dio a su masa su máxima atención. ―No. ¿Por qué lo


preguntas?
75
―Porque yo cocino así cuando las cosas me están molestando.

Inno rió. ―Supongo que no soy exactamente sutil.

―No, sólo se necesita un cocinero para ver cuando otro está


molesto. ¿Quieres hablar de ello?

Inno se encogió de hombros. El hecho de que Henry estaba


hablando con él cuando sabía que el gran cocinero no tendía a
buscar a la gente le indicaba que estaba realmente preocupado.

―Simplemente, mi hermana está embarazada de un mutante, y


ahora ella quiere que hable con Anthony para cambiarlo de
nuevo, y no sé si se lo merece. ―Inno odiaba sonar tan negativo
sobre su futuro cuñado, pero algo en el mutante se sentía
equivocado. ¿Qué clase de persona no creía que había un
problema con secuestrar a la gente aunque pensara que era por
su propio bien? Inno no creía por completo la historia de Adan.
―¿Y piensas que es una mala idea? ―Henry apoyó la espalda
contra la pared al lado de la estufa y le dio a Inno toda su
atención.

Inno continuó mezclando su masa, sin saber qué más decir. El


rico olor del chocolate lo tranquilizó. Esto lo comprendía. Los
alimentos no trataban de hacerlo descifrar sus misterios. La
combinación de los mismos ingredientes cada vez le daba el
mismo sabor. Si solo los vampiros y las hermanas fueran tan
fáciles de entender.

―No lo sé. Es sólo una sensación. 76

―Hazle caso a tus entrañas ―Henry aconsejó―Saben más que


el cerebro.

―Hey, Inno ―Anthony entró en la cocina.

Inno se congeló. ―H-hola, Anthony, señor.

―Relájate, Inno ―Anthony sonrió.

Inno nunca podría verdaderamente relajarse alrededor


Anthony. El compañero del alfa irradiaba poder y ponía al lobo
de Inno salvaje. Su lobo interior quería arrodillarse ante
Anthony, tal vez lamer sus tobillos y revolcarse en su olor. El lobo
de Inno podía haber elegido a Mikel como su compañero, pero
quería adorar a Anthony.

―Lo siento, señor, usted vuelve a mi lobo un poco loco.

―Es la parte de hechicera del bosque en mí ―Anthony respondió


con una sonrisa amable.
―Creo que todavía tienes algo residual del lobo alfa de Zeus,
también ―dijo Henry.

―¿Eso crees? ―Anthony metió una cuchara en la masa de Inno,


luego lamió.

―Oh, esto es increíble.

Trin apareció de la nada y cayó en los brazos de Anthony.

―¡Bocado!

―Siempre sabes cuándo hay chocolate alrededor. Henry


¿podrías darme otra cuchara? 77

Henry sacó una de un cajón cerca y se la entregó.

―Gracias.

Anthony metió la cuchara en la masa y se la dio al niño que la


lamió como un caramelo en un palo, consiguiendo batir todas
sus mejillas regordetas. Cuando terminó, le dio la cuchara de
nuevo a su padre.

―Gracias ―El tono seco de Anthony hizo reír a Inno.

―Hombre lobo malo ―dijo Trin mirando a Inno.

El corazón de Inno se hundió. ―¿Piensas que soy malo?

―No―Trin salto sobre Inno. Dejó caer la cuchara con la que


estaba revolviendo la masa para atrapar al niño.

―Otro lobo. Evitar.

Antes de que pudiera responder, Trin desapareció de nuevo.


―Ah.― Inno cogió la cuchara y comenzó a revolver de nuevo.

―¿Algo que quieras decir? ―Preguntó Anthony.

Inno asintió y derramó todo lo relacionado con Claudia y el


mutante. ―Encontré su historia sospechosa. Él olía a engaño,
pero si estuviera del lado correcto, no lo hubiera hecho.

―Es verdad. Me reuniré con este mutante. Puedes estar seguro.


No me gusta cualquier persona que piensa que puede
aprovecharse de la manada. Puede que no trabaje solo tampoco.

―Tenemos que averiguarlo―Anthony miró la olla.


78
―Termina los brownies, y mientras están en el horno, puedes
llamar a tu hermana y establecer una reunión.

―Sí, señor―Inno era más que feliz de alejarse del problema.


Anthony estaba mucho más especializado en el trato con los
mutantes engañosos. Inno apenas logró salir sin daños la última
vez.

―Mientras lo haces, me pondré en contacto con Blake y veo lo


que sabe de este Adan.

―Gracias. Realmente aprecio tu ayuda. Sólo lo conocí


brevemente cuando estaba en el laboratorio.

No podía expresar lo mucho que necesitaba la ayuda. Mikel sólo


podía ayudarlo un poco cuando se trataba de la política lobo.

―¿Crees que la dejó embarazada a propósito? ―Preguntó Henry.


Inno se congeló. ―No pienso eso. Yo no tenía ninguna conexión
con la manada de la Luna cuando me tomaron por primera vez,
así que no sé cómo podrían haber esperado que los ayudara
antes.

―Podría ser un plan de oportunidades. Si realmente la embarazó


antes de mutar, entonces ella probablemente le contó acerca de
tus vínculos con la manada después ―Anthony reflexionó.

―Él sabe sobre ti y tu capacidad de cambiar mutantes. Te


mencionó específicamente ―Inno recordó.
79
Tomó su chocolate del quemador, luego vertió en el recipiente
que esperaba para mezclar con los otros ingredientes.

―No hemos hecho que sea un secreto que puedo revertir


mutaciones ―dijo Anthony―Él podría haberlo aprendido en
cualquier lugar, no necesariamente de tu hermana.

Inno dio a Anthony una débil sonrisa.

―Agradezco que no estés tratando de señalarla con el dedo, pero


ella es la que me entregó a los mutantes. Nuestros problemas de
confianza está más o menos estropeados. Actualmente estoy sin
familia.

El agujero en el pecho atestiguaba su nueva posición sin familia.


Había perdido a sus padres, pero hasta ahora siempre había
tenido a su hermana. Ni siquiera sabía en este momento si sería
bienvenido como tío una vez que Anthony se ocupara de Adan.
Anthony agarró el hombro de Inno. Una sacudida de energía se
disparó a través de Inno, casi haciéndole perder el agarre de su
cuchara.

―Tú eres uno de nosotros, Inno, te hayas unido oficialmente a la


manada o no. Trabajas para nosotros, y estás acoplado a un
buen amigo de la manada. Queremos que seas feliz. Si se
demuestra que es inocente de todo esto, voy a estar feliz de
cambiarlo de nuevo. Si resulta ser un lobo malo como dice mi
hijo, me ocuparé de eso, también. De cualquier manera, voy a
hacer que tu hermana me culpe por este fiasco en vez de a ti. 80

―Gracias, Anthony. ¿Seguro que esto no es demasiado


problema?

A Silver no le gustaba que Anthony se alejara demasiado de sus


zonas habituales. El alfa se preocupaba por la seguridad de
Anthony. No ayudaba que fueran atacados constantemente.

Anthony se encogió de hombros. ―Va a darles a mis guardias


algo que hacer. Ellos sólo se sientan alrededor mirándome
mientras estoy en la oficina.

Inno se mordió el labio. ―A Silver podría no gustarle.

Oh mierda, iba a tener problemas con el alfa. Su lobo interior


gimió ante la idea de desagradarle a Silver. Puede que no se haya
unido oficialmente a la manada, pero su lobo reconocía al más
poderoso líder para obedecerlo.
Anthony se echó a reír. ―Voy a aclararlo primero con Silver, lo
prometo.

―Entonces está bien.―Inno asintió―Si no nos vas a meterte en


problemas.

No tenía ninguna duda de que Anthony podría salir de los


problemas, pero Inno no sería capaz de hablarle dulce al alfa sin
ignorar la brecha del protocolo.

―Eres adorable ―Anthony le dio unas palmaditas a Inno en la


espalda. ―Déjame hacer todo lo preocupante. 81

Inno se preparó para la sacudida, la segunda vez no fue tan


malo.

―El desayuno estará listo en unos minutos ―dijo Henry.

―Genial, le diré a mi pareja ―Anthony sirvió dos tazas de café


antes de salir de nuevo.

Inno derramó su mezcla en una cacerola y la metió en el horno.


La manada había añadido un segundo conjunto de hornos
dobles a la cocina para que Inno los utilizara y no se pusiera en
el camino de Henry mientras horneaba.

―Me da miedo ―Inno confesó una vez que estuvieron solos de


nuevo.

Henry frunció el ceño. ―¿Anthony?

Inno asintió. ―Sí, él tiene mucha energía.


Henry sacó varios quiches del horno y las puso en trébedes1 a lo
largo de la mesa antes de hablar.

―Anthony es muy poderoso, pero tiene su corazón en el lugar


correcto. No hay nada que él no haría por Silver o la manada.
No es su culpa que él sea descendiente de un dios.

―No, lo sé. ―La culpa asaltó a Inno. Sabía cómo se sentía el ser
juzgado por cosas que no podía controlar―No era mi intención
hacer que sonara como que le echo la culpa. Sólo... lo encuentro
inquietante.

―Sí ―Henry hizo una mueca―Te acostumbras.


82
―¿Tú ya lo hiciste?

―En realidad no, pero me mantengo diciéndomelo. En el lado


positivo, mi lobo me dice que Silver lo puede manejar―dijo
Henry.

Inno se relajó. ―Bien.

Henry tenía excelentes instintos de lobo. Si su medio animal le


dijo que el alfa podía manejar a su compañero, ¿quién era Inno
para contradecirlo?

El teléfono de Inno sonó. Comprobando el identificador, él gimió.

―¿Malas noticias?

―Hermana ―Suspiró mientras sonaba una y otra vez.

1. Trípode metálico en forma circular o triangular usado para hornear o calentar.


―¿Vas a contestar? ―Preguntó Henry. No había acusación,
simplemente curiosidad en su tono.

―Supongo ―Inno pulsó la tecla de respuesta.

―¡Inno, ayuda! ―La voz de Claudia gritó sobre la línea.

―¿Qué pasa?

―¡Mutantes! ¡Están atacando la panadería! ―Ella comenzó a


llorar incontrolablemente.

―Cierra la puerta y permanece en el interior.


83
Conociendo a Claudia, ella iría por ahí y trataría de ayudar,
ignorando el hecho de que estaba embarazada y sin garras.

―¡Date prisa! ―Gritó.

―Estoy yendo.―Inno colgó.

―¿Quieres que vaya contigo? ―Henry se quitó el delantal.

Inno asintió. ―Si no te importa. La panadería está bajo ataque.

Henry echó la cabeza hacia atrás y aulló. Un minuto más tarde


la pareja alfa se precipitó en la cocina.

―¿Qué pasa? ―Preguntó Silver.

―Claudia dijo que la panadería está bajo ataque ―dijo Inno. Le


temblaban las manos mientras trataba de empujar el teléfono en
el bolsillo.

―Te acompañamos ―dijo Anthony―. No puedes ir solo. Llama


a Mikel en el camino.
―Voy a reunir a todos ―Silver inclinó la cabeza hacia atrás y
aulló. En menos de cinco minutos el estruendo de pisadas
anticipaba la cocina totalmente llena de shifters, sobre todo
lobos, pero dos tigres estaban en la mezcla.

―¿Qué está pasando? ―Dare se adelantó, lanzando su mirada


sobre todo como si tratara de evaluar la fuente del peligro. Su
compañero Steven se abrió paso entre la multitud para situarse
al lado de Dare.

―La hermana de Inno está en problemas ―dijo Anthony―Nos


dirigimos a manejar un ataque mutante. 84

―No sabía que Inno se había unido a la manada ―dijo Steven.

Levantó las manos, con las palmas hacia adelante, cuando Silver
lo miró. ―No he dicho que no iría. Tenía curiosidad.

―No lo estoy oficialmente ―Inno admitió―. Si no quieres venir,


no tienes que.

―Sí, tiene ―Silver contrademandó―La tienda de Claudia se


encuentra en el territorio de la Manada de la Luna. Si permitimos
que uno de los retos pase sin consecuencias, van a comenzar a
pensar que pueden invadirnos cuando quieran. Anthony
también me dijo que Claudia está embarazada.

Gruñidos flotaron en la manada cuando su naturaleza de lobo


se hizo cargo. La descendencia de los shifters era protegida con
un celo casi fanático. Inno marcó rápidamente a su compañero
mientras Silver esbozó el plan.
―Hey, nene ―respondió Mikel.

―Claudia llamó. Mutantes están atacando a su tienda. Me dirijo


hacia ahí con la manada.

―¡No te atrevas!

Inno se estremeció. ―Tengo que ir.

Colgó a su compañero. No podía concentrarse en los


sentimientos de su amante y cuidar a su hermana al mismo
tiempo.

―¿Acabas de llamar a Mikel? ―Preguntó Anthony. 85

―No está feliz. ―Su expresión debe de haberlo dicho todo porque
Anthony dejó el tema y ayudó a Silver a coordinar el ataque.
Una vez que todo el mundo tenía asignado su deber, el grupo
salió en una caravana de coches.
Capítulo Seis
Mikel corrió hacia la limusina. El esperaba que Claudia hubiera
estado mintiendo. Si ella puso a Inno en peligro, iba a romper su
cuello tan pronto como ella diera a luz. Él le estaría haciendo al
mundo un favor.

Su conductor Horace abrió la puerta. ―¿A dónde, jefe?

―La panadería de Claudia. Ella está bajo ataque mutante. Si


tienes que irte después de dejarme, está bien.

―Nunca corrí de una pelea, y no voy a empezar ahora 86


―respondió Horace.

―Entonces vamos a ir, Inno ya está ahí.

No sabía cuántos de los de la manada podrían haber ido con él,


pero Inno no podía ir a la batalla sin su compañero.

Su teléfono sonó. Casi lo ignoró cuando vio que era Moorhaven.


Intercambiaron números en caso de que Mikel pudiera
responder a más preguntas mientras Alesandro estaba fuera de
la ciudad. Él deseaba que su líder trajera su culo de regreso
porque el mundo se estaba cayendo a pedazos sin él. Mikel nunca
se dio cuenta de cuánto trabajo Alesandro hacía hasta que dejó
a Mikel a cargo.

El teléfono siguió sonando hasta que Mikel finalmente empujó el


botón de conexión.

―¿Qué?
―Veo nuestro período de llevarnos bien ha terminado ―dijo
Moor.

―Mi compañero se dirige a un ataque mutante. No tengo tiempo


para bromas.

―¿Donde? Estaré encantado de ayudar.

Mikel casi cortó al vampiro, pero luego se dio cuenta de que


podía utilizar la ayuda. Él recitó la dirección, y después de un
agradecimiento al vampiro más viejo, Mikel se desconectó.

La panadería apareció a la vista. La limusina se deslizó hasta 87


detenerse al mismo tiempo que una nube oscura borró la luz del
sol. Mikel bajó de la limusina y vio a Moor saliendo de su propio
coche.

Horace salió de la limusina y le entregó a Mikel un arma.

―Cubriré tu espalda.

―Gracias. ―Mikel palmeó a Horace en la espalda cuando Moor


se acercó.

―¿Hiciste esto? ―Mikel señaló a la nube.

Moor se encogió de hombros. ―Ser viejo tiene sus ventajas.

Se preguntó brevemente dónde había ido el compañero de Moor,


pero supuso que el poderoso vampiro no permitiría que su
pequeño elfo se pusiera en peligro.
Mikel rasgó la garganta del primer mutante que se le atravesó.
Ninguno de ellos merecía vivir, no si amenazaban a su
compañero. El grito de guerra de los lobos llenó el aire. Las
grandes bestias atacaron a los mutantes con una ferocidad que
nunca había visto antes.

Rayos crepitaban y retumbaban, lloviendo del cielo y quemando


a los mutantes donde se encontraban. Moorhaven corrió al lado
de Mikel. Cuando no vio a Inno. El pánico lo atravesó.

―Tranquilízate Mikel, está aquí en alguna parte, siéntelo ―dijo


Moor.
88
Mikel no se molestó en decirle a Moor que no podía conectar con
Inno porque no se habían acoplado correctamente. La próxima
vez no iba a dejar que su compañero lo dejara antes de
reclamarlo. Con el insoportable olor de mutantes no podía oler a
Inno. Estaba tenso, todavía no podía oír la voz de Inno en la
multitud.

Nada.

Un mutante extendió una mano agarrando a Mikel. Se agachó


y le disparó a la criatura en la cabeza. Lo bueno es que Horace
había traído el arma de Mikel. Vio a Silver avanzando en su
dirección. Tal vez Inno estaría cerca del alfa. Vio a Moor en su
periferia sacar mutantes con una facilidad informal como si
estuviera caminando por un parque en lugar de luchando con
mutantes. Eliminó la sacudida de celos. No ayudaría si eso
aumentaba sus probabilidades de encontrar a Inno.
Parecía como si el tiempo se desacelerara lentamente antes de
que finalmente alcanzara a Silver. Cuando se acercaron, el alfa
pasó sus garras a través de la garganta de un mutante. La
criatura cayó al suelo.

Dónde está Inno? ―Mikel gritó para hacerse oír por encima de
los sonidos de la batalla.

Algunos de la manada se habían transformado en lobos y los


aullidos y gruñidos crearon un muro de ruido alrededor de ellos.

Silver se encogió de hombros.

―Él se dirigía a la panadería cuando lo vi por última vez. 89

El pánico se extendió por Mikel. ¿No había nadie cuidando la


espalda de su pareja? Señalando hacia la panadería hizo señas
a Horace para que lo siguiera. Moor asintió al camino. El trío
abrió una amplia franja a través de las bestias que atacaban.

¿Qué había causado que los mutantes vinieran tras la manada


de la Luna? ¿Fue simplemente territorial o había un problema
subyacente más fuerte? Un mutante corrió hacia ellos, antes de
que pudiera parpadear Moor rompió el cuello de la criatura.

Joder, hizo una nota de no conseguir estar del lado malo de


Moor.

Un grito de angustia desde el interior de la panadería sonaba


inquietantemente familiar. Mikel empujó más allá de los otros
para encontrar a Inno arrodillado en el suelo de la cocina y
sollozando sobre su hermana. Yacía en el azulejo cremoso, con
la garganta desgarrada, y sangre brotando de la herida.
Anthony se arrodilló al lado de Inno.

―Hazte a un lado―Hizo un gesto con las manos y la herida en


el cuello se cerró, pero ella no comenzó a respirar de nuevo.

―No puedo salvarla, Inno, pero puedo salvar a su bebé.

Inno levantó la cara llena de lágrimas.

―¿Por qué no puedes salvarla? Tú la sanaste.

―Debido a que su alma ya se fue―La pena marcaba las


facciones de Anthony.
90
―Veo su espíritu a tu lado. Ella siente haberte traicionado, pero
quiere que críes a su hijo.

―¿Qué pasa con el padre? ―preguntó Mikel.

―Se ha ido―dijo Anthony―Si no está muerto, entonces está


fuera con los enemigos. Son todo lo que el bebé tiene.

Mikel se agachó junto a su amante.

―No te preocupes, Claudia, vamos a proteger a tu bebé.

Una brisa perdida abanicó el cabello de Mikel, y él sabía que su


fantasma lo había oído. Los sollozos de Inno resonaron en las
paredes, acompañando el hedor de la carnicería rodeándolos.

―Voy a llamar a los vampiros para limpiar.―Mikel sabía de un


servicio de limpieza vampiro muy bueno, que se encargaría de
dejar todo como nuevo.
Anthony palmeó el hombro de Inno.

―Inno, me gustaría llevar a Claudia, a la casa de la manada


para monitorearla. Ella estará más segura en nuestro lugar.
Puedo mantener su cuerpo en hibernación mientras el feto se
desarrolla.

―¿Hay un apartamento que podamos alquilar en la casa de la


manada? ―Preguntó Mikel.

Inno hipó. ―No podemos hacer eso, Mikel. No quiero arruinar


tu vida. Tal vez sería mejor si me fuera. No quieres un bebé
arruinando el perfecto lugar.
91
Mikel agarró la barbilla de Inno y volvió a su amante para
enfrentarlo.

―Haré lo que sea para mantenerte feliz. ¿Has pensado tener un


hijo? No, pero sé que vas a hacer un excelente padre y yo estaría
encantado de criar a un cachorro con tu sangre en él.

―O ella. Podría ser una niña ―dijo Inno.

―Vamos a ver cuando nazca ―dijo Mikel―No quiero arruinar


la sorpresa.

―Pero acabamos de juntarnos ―dijo Inno.

―Si quieres poner al bebé en adopción, estoy seguro de que


podríamos encontrar una buena casa ―Anthony ofreció.

―¡No!― Inno gruñó― ¡Es mío!


―Atrás, Inno ―Silver gruñó, entrando en la panadería―Voy a
dejar pasar tu comportamiento debido a la muerte de tu
hermana, pero no le faltes el respeto a mi pareja.

―No, está bien ―comenzó Anthony.

―No, no está bien. ―Inno inclinó la cabeza al alfa y su


compañero.

―Lo siento. Dejé a mi hermana al final. No voy a hacer eso con


su hijo. Le prometí que cuidaría de su bebé, y eso es lo que voy a
hacer.
92
Mikel agarró el hombro de Inno. ―Eso es lo que vamos a hacer.

Inno palmeó la mano de Mikel.

―Lo que vamos a hacer ―corrigió.

―Vamos a volver a la casa de la manada y encontrar un lugar


para que se queden. Sé que tenemos unos apartamentos uno
junto al otro. Podemos poner a tu hermana cerca ―Silver ofreció.

―Gracias ―dijo Inno levantándose.

Mikel se enderezó inmediatamente y pasó un brazo por la cintura


de Inno. Ahora más que nunca, su compañero necesitaba su
fuerza. No sólo para pasar a través de la muerte de su hermana,
sino para manejar la paternidad.

―Vamos a estar bien ―susurró en el oído de Inno.


―¿Eso crees? ―Los ojos preocupados de Inno torcieron el
corazón de Mikel. Si no amara ya a su shifter lobo, habría caído
en ese momento.

Su hermoso lobo lo necesitaba, y Mikel estaba más que dispuesto


a proveerlo.

―Lo sé. Mientras nos mantengamos unidos.

Mikel creía cada palabra. Ellos no hablaron cuando subieron a


la limusina y regresaron a la casa de la manada.

93
Capítulo Siete
La luna llena colgaba como un faro en el cielo. Inno la observaba
fascinado. Mikel sentado en la limusina entre los demás
compañeros no shifter con una copa de vino y Anthony y los
gemelos fae haciéndole compañía. Se decía que Vien, Viell, y
Gabe se mudaban al mundo fae, pero no lo habían comentado
con él todavía.

―Me alegro de verte, Inno ―dijo Dakota.

Inno sonrió. ―Gracias―Dakota no solía molestarse en hablar 94

con otros shifter por lo que iluminó su estado de ánimo que el


lobo que se volvió humano hubiera hablado con él. Tal vez Henry
lo empujó a ello.

Desde que Inno se había hecho cargo de la panadería de su


hermana, había estado recibiendo un aumentó en las órdenes de
la Manada de la Luna. Se había acordado que fueran postres
especiales congelados que pudieran sacarse cuando fueran
necesarios, pero al parecer Trin había encontrado donde los
escondían y no podían conservarlos en existencia.

Silver caminó al frente del grupo y se dirigió a ellos.

―Saludos, Manada de la Luna. Me complace saludar a Inno, el


panadero favorito de todos.

Una ronda de aplausos siguió a las palabras de Silver. Cuando


todo se calmó, volvió a hablar.
―Por favor, vigílenlo durante la carrera y hagan que se sienta
bienvenido. Eso es todo por ahora. Corramos.

Todo el mundo empezó a quitarse la ropa. Esta parte del cambio


todavía ponía a Inno incómodo. Esto era como el vestuario de
un club de salud, cada cuerpo tonificado y magro. No había
muchos shifter con grasa a menos que dejaran de correr como
lobos. Sólo los verdaderamente viejos o enfermos dejaban de
cambiar.

Inno trató de mantener su mirada hacia abajo mientras se


quitaba la ropa, y luego la doblaba prolijamente sobre la hierba,
al lado de un árbol que encontraría fácilmente cuando regresara 95

después de la carrera. Invocando el poder de la luna, Inno dejó


que el cambio se hiciera cargo, se fue el hombre nervioso y llegó
el animoso lobo. Su mitad animal saltó hacia adelante, con
ganas de jugar con sus compañeros de manada. Aunque su lado
humano era cauteloso acerca de la gente que no conocía tan
bien, su lobo les dio felizmente la bienvenida como su manada.

Algo entusiasmado y pellizcando a los que precedían la carrera


grupal. Inno corrió y corrió hasta que sus piernas cansadas y sus
ojos comenzaron a cerrarse. Mirando a su alrededor, se dio
cuenta de que se había separado de los demás.

Él respiró hondo y olió a Mikel. Volviendo, el lobo se dirigió de


nuevo a su compañero.

Resopló en una polilla que revoloteaba cerca, y luego giró sobre


sus patas y corrió por el camino por donde había venido.
Un silbido raro en el aire fue la única advertencia antes de que
algo le pinchara en el hombro.

Ay.

Inno volvió la cabeza y vio un dardo de punta suave y esponjosa


que salía de él.

Drogado.

Esa fue la única palabra que pudo salir antes de que el mundo
se volviera negro. Se despertó en una perrera. Un escenario
familiar que daría cualquier cosa para olvidar. 96

―Ah bueno, estás despierto.

Inno parpadeó hacia el mutante que se cernía sobre la jaula.


Adan le sonrió, pero saltó hacia atrás antes de que las
mandíbulas de Inno pudieran llegar hasta él.

―Niño tonto. ¿Crees que me puedes vencer?

Deseó poder morder la cara del hombre. Su lobo gruñó su


satisfacción por el pensamiento.

―Soy mucho más antiguo de lo que piensas, y he matado mi


parte de cachorros necios. Ahora me dirás dónde está Claudia, y
voy a pensar si te permito vivir. No puedo permitir que extraños
críen a mi niño. ¿Cómo voy a descubrir si se puede transformar
en un mutante, mientras que sea un bebé? ¿Tal vez él será capaz
de ir y venir si le damos la droga a una edad temprana?

¡Enfermo!
―Hmm, ¿no vas a cambiar y hablar? Bueno, estoy seguro de que
podemos conseguir que tu idiota compañero venga por ti.
Claudia me creyó cuando le dije que éramos compañeros. Creo
que ella había oído demasiadas de tus historias estúpidas donde
los compañeros se encuentran y viven felices para siempre.
Estaba desesperada por creer. Pensé que nunca dejaría de llorar
después de que yo le dije que me empareje solo hasta matarte.
Bueno, no al principio, pero resultó ser una herramienta
verdaderamente útil. Si pagan lo suficiente, apuesto a que
podríamos regresarte a Silver, muchas personas se deslumbran
por un poco de dinero en efectivo. 97

Inno resistió el impulso de hablar. Sería un lobo hasta que su


compañero lo encontrara.

―Hmm, no vas a hablar, ¿verdad? Bueno, te dejo aquí para que


pienses un poco al respecto antes de empezar a arrancarte la piel.

Él sonrió antes de girarse y salir por la puerta. Esperaba que la


confianza de Adan fuera falsa.

¿Dónde estaba? Echó un vistazo a la habitación, pero todo lo que


podía ver era estanterías metálicas y armarios. Desde donde
estaba sentado, ni siquiera podía ver lo que había en ellos.

Mikel, ven a buscarme. Deprimido, apoyó la cabeza en sus patas


y cerró los ojos. No sabía cuánto tiempo pasó antes de que
alguien se acercara y abriera la puerta de la jaula. Se había casi
dormido de aburrimiento.
―Veo que pillaste a un lobo de menor rango ―dijo la nueva voz.

Inno parpadeó y bostezó mientras observaba el rostro aterrador


del recién llegado.

―Será una excelente trampa, sólo espera―dijo Adan. Llevaba


una pistola atada a su muslo como un viejo pistolero del oeste.
Obviamente preparándose para una invasión.

―¿A quién estamos atrayendo aquí? ―preguntó el otro mutante.

―A su compañero vampiro.

―Hmm―el recién llegado se frotó la barbilla―¿Quién es su 98


pareja?

―Déjame pensar. Claudia me dijo... Mikel. Eso es, Mikel.

―¿Qué? ¿Eres un idiota? ―El recién llegado recogió a Adan y lo


arrojó al suelo

―¡Mikel nos matará a todos por tomar a su compañero!

―Relájate, ¿qué puede hacer un pequeño vampiro? ―Adán se


puso de pie y miró al otro mutante.

Inno no conocía al chico, pero la mirada de incredulidad dejó


saber a Inno que Adan ideó esto solo.

El sonido de una explosión hizo a Inno mover la cola.

―Oh, mierda ―el otro mutante se dirigió a Inno―Hazle saber


que todo esto fue idea de Adan. Yo no tuve nada que ver con eso.
Inno asintió. No podía detener lo que estaba pasando afuera,
pero si Mikel se acercaba, él le diría la verdad.

―¡Cobarde! ―Adan gritó cuando el otro mutante huyó.

Inno no lo culpaba. Si estuviera en esa situación, hubiera corrido


demasiado.

―Inno ―Mikel gritó.

Inno se transformó de nuevo a humano. ―Estoy aquí.

Adan se acercó a la jaula. ―¿Por qué le dijiste eso?


99
―Porque quiero ser rescatado.

―¡Pero él es un vampiro!

―Y tú eres un psicópata. Dame un vampiro cualquier día.

Adan gruñó. ―Claudia no pensaba que fuera bueno para ti.

―Claudia dejó que me entregaras a Korl, por lo que su juicio no


era el mejor.

Una punzada le atravesó incluso por decir el nombre de su


hermana. Maldición que iba a extrañarla.

La puerta se abrió de golpe, y Mikel marchó a través de ella.

―¡Aléjate de mi compañero!

―Ven más cerca, y lo matare―Adan anunció. Dio un paso


adelante y fue alcanzado por Inno.

Inno expuso sus garras y acuchilló su mano.


―Ay, ¿por qué hiciste eso?

―Sólo amenazaste con matarme―A Adan obviamente le


faltaban un par de tornillos.

―Pero no lo decía en serio. Si te mato, ¿quién se hará cargo del


niño?

―¿Qué te pasa? ―Preguntó Inno―Acabas de decir que querías


hacer experimentos con tu hijo.

Adan negó con la cabeza. ―Yo-yo no lo sé. Nada tiene sentido.

―El envenenamiento mutante ―dijo Anthony, entrando en la 10


habitación. 0

―Lo estamos viendo más y más seguido. Korl no había probado


su suero lo suficiente. Las personas expuestas a los productos
químicos están empezando a volverse locas. Pérdida de memoria,
enfermedad y en algunos casos la muerte.

―¡No! No se suponía que sería así. Korl me prometió el para


siempre. Me dijo que si ayudaba a traer a los otros iba a vivir
para toda la eternidad, excepto que no quiero vivir así.

Las lágrimas goteaban por el rostro de Adán.

―Quiero volver a ser como era.

―No puedo ―dijo Anthony

―Algunos de los lotes de suero mutante estaban malos, y ahora


esas personas no pueden ser cambiadas de vuelta. Incluso con mi
magia, no puedo hacerte humano de nuevo.
La pena cruzó el rostro de Anthony. ―Lo siento.

―¡Tú lo lamentas! Me veo así y tú lo sientes―Se dio la vuelta


para hacer frente a Inno.

―Cuida de mi hijo.

Antes de que nadie pudiera detenerlo, Adan sacó la pistola de la


funda en el cinturón y se voló los sesos.

―¡No!―Inno gritó. La sangre y la materia cerebral lo


recubrieron y a la pared detrás de él. Vomitó un par de veces
antes lanzarse a la esquina sumándose al desorden en la celda. 10
1
―Ven aquí, bebé―Mikel corrió a su lado y se quitó la camisa
para limpiar el rostro de Inno.

―Sólo un segundo―Anthony hizo algo con sus manos e Inno


quedó impecable.

El olor de la muerte todavía flotaba en el aire, junto con la vista


del cadáver, pero la materia humana no cubría a Inno.

―Gracias―Inno se ahogaba con la emociones obstruyendo su


garganta.

―Vamos a casa ―dijo Mikel.

Inno asintió. El lugar de la manada de la Luna podría no ser su


hogar ideal, pero era el suyo y cruzó los dedos por que pronto
sería el hogar de su hijo, también.
―La limusina está fuera.

―¿Trajiste la limusina para rescatarme?

Mikel abrazó a Inno con fuerza.

―Llevo una limusina a todas partes. En este caso, no estaba


seguro si te encontraríamos antes de la salida del sol y quería
estar listo.

―Tiene sentido―No podía discutir con la lógica de Mikel.

Inno casi lloró cuando por fin se metió en su cama.


10
―Estoy tan feliz de estar en casa. 2

―Han sido unas semanas un poco ásperas ―dijo Mikel


acostándose a su lado.

―¿Qué pasa, Mikel? ―Inno no podía tomar la desesperación de


su compañero mucho más.

―¡Hazme tuyo! ―Mikel gruñó.

La boca de Inno se abrió. ―Tú ya eres mío.

Mikel se dio la vuelta hasta enfrentar a Inno.

―Entonces, ¿por qué no me reclamas? ¿Es porque no soy un


lobo?

―¡No! ―Inno buscó las palabras perfectas, pero no pudo


encontrarlas.
―Para reclamarte, tengo que morderte durante el sexo. No pensé
que te gustara eso.

Mikel ahuecó la mejilla de Inno. ―Bebé, quiero tanto que seas


mío que duele.

―Eso es todo, ¿no es así? Es por eso que has olido tan triste
últimamente.

―Sí.

El alivio se apoderó de él.


10
―Pensé que tal vez estabas lamentando el apareamiento con un 3
lobo sumiso. No soy tan duro como la mayoría de los shifter.
Nunca voy a ser un tipo duro o seré capaz de estar a tu lado
adecuadamente en una pelea.

La suave risa de Mikel alivió los temores de Inno.

―No necesito un guerrero, mi dulce lobo. Necesito alguien a


quien amar. Eres perfecto para mí. El único defecto que tienes es
tu ceguera para ver lo maravilloso que eres. Si necesitas joderme
para hacerme tuyo, entonces hazlo.

―No sé si lo necesito o no. ¿Podría llamar a Silver? ―Empezó a


levantarse para encontrar sus pantalones y recuperar su
teléfono. Mikel lo empujó sobre el colchón.

―¿Qué tal si estoy en la parte superior, pero puedes estar dentro


de mí? No quiero que empieces a hablar con uno de tus amigos
lobos, no ahora. Necesito tu atención en mí.
―Mi atención está siempre en ti―Inno confesó―Incluso cuando
no estamos juntos, todo lo que puedo pensar es en ti.

―Bien―Los dientes alargados de Mikel brillaron en la tenue luz.

―Muy bien.

―Sí, Mikel―Inno podría dudar de sí mismo, pero no podía


discutir que Mikel lo necesitaba, Mikel abrió el cajón de la mesa
auxiliar y retiró el lubricante.

―Vamos a prepararnos.

Con suave eficiencia, Mikel untó el líquido a través del eje de Inno 10
antes de hundir dos dedos en su agujero. 4

―Oh, mierda, eso es caliente ―siempre había sido él de la parte


inferior por lo que, hasta ese momento, Inno no se había dado
cuenta de lo sexy que era ver a alguien prepararse a sí mismo.

―Ahora sabes por qué me gusta ver que te aflojes.

Inno asintió. Se lamió los labios repentinamente secos.

―Sí, puedo entenderlo ahora.

Mikel tiró el tubo hacia la mesa. Se deslizó por la superficie y


aterrizó detrás de la cama. Inno rió.

Mientras Inno observó desaparecer el contenedor, Mikel se


deslizó por la polla de Inno.

―Oh, mierda ―Inno agarró las caderas de Mikel cuando su


compañero se lo llevó todo a su interior.
Mikel tomó las manos de Inno y les envolvió alrededor de los
barrotes de la cabecera.

―El hecho de que estés dentro de mí no te da el control. Mantén


tus manos aquí mientras te jodo.

Inno gimió.

La sonrisa depredadora de Mikel no hizo nada para disminuir el


momento. Sabía que uno de ellos era la presa, y él disfrutaba de
su posición.

Duro y rápido, Mikel montó a Inno como un caballo salvaje que 10


5
necesitaba ser domado para ensillarse. Sus nudillos se pusieron
blancos, y no podía dejar de flexionar sus caderas de manera
involuntaria para satisfacer los movimientos sexys de Mikel.

―No voy a durar―Inno jadeó. Su control se fue desgastando


como una cuerda por encima de una flama.

―¡Muérdeme!― Mikel ordenó. Se inclinó hacia delante e hizo la


cabeza hacia atrás.

Incapaz de resistir la orden de su compañero, Inno mordió. Él


mordió con fuerza, cortando a través de la piel entre el hombro
y el cuello de Mikel con sus incisivos alargados. Su lobo estaba
decidido a reclamar a su pareja tan a fondo como fuera posible.
Ningún otro shifter tendría alguna oportunidad de hacer a Mikel
suyo.

―Inno ―Mikel gritó.


La humedad salpicó entre ellos. El olor a semen de Mikel
desencadenó la liberación de Inno, y llenó a su amante con su
semilla. El lobo de Inno gruñó, un gruñido posesivo de
propiedad. Mikel nunca estaría libre de su apareamiento hasta
que la muerte los separara.

―Incluso en la muerte, vamos a estar unidos, mi amor―dijo


Mikel.

Inno deslizó sus dientes de su amante antes de lamer la herida


para sellarla.
10
―¿Puedes escucharme? 6

Sí. Somos uno.

La cabeza de Inno se echó hacia atrás al oír la voz de Mikel en


su cabeza. Sabía que el vampiro podía leer su mente, pero esto
era una situación completamente diferente.

Mi compañero.

―Sí, tuyo ―El beso de Mikel fue duro y exigente, reclamando a


Inno en una manera diferente. ―Gracias.

―De nada. No sabía que querías mi mordida ―admitió.

―Quiero cualquier cosa que demuestre al mundo que nos


pertenecemos. Ahora voy a tomar un largo baño. Ha sido mucho
tiempo el que estuve abajo, e incluso con mis increíbles poderes
de curación, mi culo va a doler.
―Mikel hizo una mueca mientras se deslizaba fuera de Inno.

―Yo podría curarte ―Inno ofreció.

Mikel frunció el ceño. ―Pensé que sólo podías curar con tu


saliva.

―Sí―Inno se bajó de la cama y se dirigió al baño, dejando que


su compañero entendiera las cosas.

―Oh, infierno sí.

Inno oyó los pasos de Mikel detrás de él y sonrió. Tendrían que


10
trabajar en su comunicación. Podían haber estado haciendo esto 7
desde hace mucho tiempo.
Capítulo Ocho
Dos meses después

Inno se sentó junto a Mikel en la sala de espera. Anthony había


llamado y les dijo que el bebé había crecido lo suficiente para
nacer. Había aprendido que los cambiadores sólo necesitaban de
seis meses para crear un cachorro bien desarrollado. Al parecer,
el hijo de Claudia seguía las reglas shifter. Sólo a través de una
combinación de la medicina y la magia de Anthony fueron
capaces de llevar al bebé a término, pero su hermana aún estaba 10
muerta e Inno no podía manejar que la abrieran incluso si era 8

para traer un niño a la vida. Silver había encontrado una clínica


privada que atendía a seres sobrenaturales. El médico había
accedido a ayudar a Claudia a traer a su hijo al mundo.

―¿Qué está tomando tanto tiempo?―Preguntó Inno. Se quedó en


la puerta de la sala de espera, esperando a que un médico
apareciera.

―Va a tomar el tiempo que sea necesario. No se puede apresurar


estas cosas. No deseas que los médicos cometan errores,
¿verdad?―preguntó Mikel.

―No―Ojalá pudiera decir que sí, pero Mikel tenía razón. El


apresuramiento podría causar problemas. Él preferiría que
tomara su tiempo y que naciera un bebé sano que ir demasiado
rápido y tener problemas más adelante.
Anthony y Silver salieron por el pasillo y se sentaron frente a
ellos.

―¿No deberías estar ahí? ―Inno preguntó Anthony.

―No. He hecho todo lo que puedo hacer hasta el fin. Todo


depende de los bebés ahora―Anthony golpeó una mano sobre
su boca.

―¿Bebés? ¿Hay más de uno? ―Puntos bailaban ante los ojos de


Inno.

―No te pierdas ahora, amor ―dijo Mikel, pero a su voz le faltaba 10


9
su fuerza habitual.

―Me sorprende que aguantaras todo este tiempo―admitió


Silver.

―Pfft, puedo guardar un secreto―Anthony frunció el ceño a su


compañero.

―Puede, pero no te gusta si se trata de un final feliz ―dijo Silver,


metiendo el cabello de Anthony detrás de la oreja. Había crecido
ya en el último mes y ahora colgaba más allá de sus orejas. En
privado, Inno pensaba que el look era muy favorecedor en el
semi-dios.

―No puedo evitarlo. Tenemos tan pocas veces en las que


conseguimos una buena noticia ―el labio inferior de Anthony se
deslizó en un puchero adorable.
Las puertas se abrieron, y un médico usando bigote apareció a
través de la apertura.

―¿Si ustedes caballeros pudieran seguirme?

Los cuatro se pusieron de pie y corrieron tras el médico. Puesto


que el hombre no estaba caminando tan rápido, casi tropezaron
con sus propios pies.

―¿Cómo están? ―Preguntó Inno.

―Todo ha ido bien. Me dijeron que los dos serían los padres en
el expediente.

―Sí ―dijo Mikel. 11


0
―La enfermera tendrá las formas para que puedan llenarlas
junto con los certificados de nacimiento. Ahora no dejen que su
tamaño les moleste. Son pequeños pero saludables.

―Está bien―La ansiedad llenó a Inno. ¿Qué pasaba si no podían


hacer esto? ¿Y si él era el peor padre del mundo?

Vas a estar bien, mi amor. Eres un hombre maravilloso que será


un padre increíble.

Inno respiró hondo y asintió a Mikel. No importaba si pensaba


que iba a ser un fracaso. Los niños dependían de él.

―Podemos hacer esto.

―No estás solo, Inno. La manada entera te ayudará. Dare ya me


ha enviado tres correos electrónicos preguntando si vas a
necesitar una niñera ―dijo Silver.
Inno sonrió. Todo el mundo sabía que el gran shifter tigre amaba
a los niños.

―Lo voy a tener en mente ―Infiernos, probablemente lo tendría


en marcación rápida.

―Normalmente con los bebés prematuros, entró con guantes y


máscaras, pero estos son medio shifter de manera que no es
necesario. No van a ser capaces de coger cualquier cosa―el
médico dijo.

―¿Serán capaces de cambiar? ―Inno no desearía su situación a


nadie.
11
Crecer como un medio-shifter y sin ninguna habilidad lobo 1

había sido horrible. Ninguna manada lo quería y nunca había


encajado con los niños totalmente humanos.

―No creo que sea un problema. ―Él los llevó a un cunero donde
dos minúsculos lobos yacían acurrucados juntos. Uno blanco y
otro negro como un perfecto símbolo del yin y el yang.

―Supongo que la pregunta es ¿pueden convertirse a humanos?―


Preguntó Silver.

El doctor asintió.

―Ellos eran humanos cuando salieron por primera vez, sospecho


que han cambiado a lobo para protegerse en un ambiente
extraño, una especie de instinto de supervivencia.

―¿Son niños o niñas? ―Preguntó Inno. Con ellos acostados en el


estómago, no podía decirlo.
―El lobo negro es una niña y el lobo blanco es un niño―anunció
el doctor.

―Me gustaría nombrar a la niña Claudia Silver y al niño


Anthony Adan, lo llamaremos Tony ―Inno miró a la pareja alfa.

―Sin Silver ayudándome con mi lobo y la magia de Anthony


manteniendo a los bebés vivos, no estarían vivos. También me
gustaría hacerlos a los dos sus padrinos―Inno esperaba no
extralimitarse.

Anthony sonrió. ―Estaremos encantados de hacerlo.


11
Silver asintió, pero no dijo nada. Sus ojos tenían un brillo, pero 2
cuando parpadeó, Inno decidió que debía haberlo imaginado. El
alfa no estaría llorando.

―Creo que tenemos que ir a buscar un segundo de todo ―dijo


Mikel.

―Ya está resuelto―dijo Anthony.

―No quería arruinar la sorpresa, así que sólo pedimos un


segundo de todo lo que ustedes tienen. Lo he estado escondiendo
en las unidades de almacenamiento en el sótano. Voy a hacer
una llamada y tendré a la manada moviendo todo a su
apartamento.

―Nunca podremos agradecerles a todos ustedes lo


suficiente―dijo Inno.

―No, no podremos ― Mikel acordó.


―Saludos a todos ―dijo Alesandro, entrando en la habitación
del hospital.

―Alesandro ―Mikel dio un paso adelante y entrelazo las manos


con su líder. ―¿Qué haces aquí?

―Mi compañero dijo que era costumbre ofrecer a un nuevo bebé


un presente―Alejandro señaló tras de él.

Inno asintió a Calvin que había estado oculto por el cuerpo de


Alesandro.

―Hola ―Calvin entregó una canasta rebosante de artículos de


11
bebé. 3

Inno dio un paso adelante para abrazar al ser humano sólo para
que los dos vampiros gruñeran.

―Oh silencio ―dijo Inno.

Calvin se echó a reír y le dio un rápido abrazo antes de dar un


paso atrás.

―Ellos son unos bastardos posesivos.

―Sí―Inno intercambió sonrisas cómplices con Calvin. Como ser


humano, él tenía sus problemas propios ocupándose de un
vampiro. Hizo una nota mental para llegar a conocer a Calvin
mejor. Uno de estos días, la vida sería más lenta lo suficiente para
para que se pusiera al día con toda la cosas que quería hacer.
Un resoplido suave desde el cunero le hizo saber que hoy no sería
el día en que su vida se convertiría en más lenta.

―¿Qué tan pronto los podemos llevar a casa? ―Preguntó Inno,


caminando de regreso a los cachorros.

El médico dio un paso adelante.

―Me gustaría mantenerlos durante toda la noche en


observación.

Inno se mordió el labio.


11
―¿Podemos quedarnos con ellos?―No podía dejarlos fuera de 4
su vista. Ahora no.

―Podemos organizar la seguridad veinticuatro horas―dijo


Alesandro―No tienes que temer por tus crías.

―La manada puede velar por ellos―dijo Silver, sus ojos


destellando con desafío.

Decir al alfa de una manada que no podía protegerla era un


insulto grave.

Alesandro levantó las manos en un gesto pacificador.

―Sin ánimo de ofender, alfa, estoy sólo ofreciendo ayuda a un


miembro de mi aquelarre.

Silver tomó un par de respiraciones lentas antes de asentir.

―Lo siento, mi lobo lo tomó como un insulto a nuestras


capacidades.
―Los nuevos padres no pueden obtener suficiente ayuda ―dijo
Inno.

―Bien dicho, joven lobo. ―Alesandro palmeó a Inno en la parte


posterior.

―Hay una silla para dormir convertible en cada


habitación―dijo el médico―No son muy cómodas, pero son
mejores que las de metal.

―Vamos a conseguir otra cuna―Anthony ofreció.

―Gracias. No quiero irme ―dijo Inno. Mikel le apretó la mano.


11
Me quedaré aquí con ustedes. 5

―Hey, voy a ayudarte con eso ―Dare agarró la llave de Mikel


y se precipitó por delante para abrirles la puerta. La abrió de par
en par.

―Aquí tienes.

―Gracias, Dare―Mikel hacía malabares con Tony y la gran


bolsa de bebé negra mientras Inno llevaba a Claudia.

Ninguno de los dos durmió mucho la noche anterior,


manteniéndose despiertos para vigilar a los lobos. Los bebés se
mantenían cambiando de lobo a bebé.
Se acurrucaban juntos, cualquiera que fuera la forma que
tomaran, parecían tomar comodidad el uno del otro. Los
cachorros comenzaron a quejarse hasta que los pusieron juntos
en una cuna. Inmediatamente se abrazaron juntos.

―Tenemos una familia ahora ―dijo Inno.

Mikel lo besó.

―Tan pronto como te encontré tuve mi familia. Las crías son un


bono, un bono increíble, pero no nos engañemos Inno, mi familia
estaba completa sólo contigo.

―Yo también te amo, Mikel―Inno besó a su compañero. Habían 11


pasado por muchas cosas juntos los últimos meses y habían 6

sacado lo mejor de ello.

―Me alegro de haberte encontrado en ese callejón―Mikel besó


a Inno suavemente poniéndolo a su lado para que pudieran ver
a sus cachorros dormir.

Trin vino a la habitación y se encaramó en el borde de la cuna.


―Van a ser importantes.

Inno dio un paso adelante para agarrar al niño, pero él se deslizó


fuera de su alcance.

―Trin, cuidado con los cachorros ―Dare dijo, entrando en la


habitación.

―No voy a hacerles daño ―Trin frunció el ceño al shifter tigre.

―Ellos necesitan protección.

―¿De qué? ―Preguntó Mikel.


―El aspirante. Él está viniendo. Él piensa que va a tomar a
papá―Los ojos de Trin brillaron como un relámpago plateado.

―No lo hará. Pero hay que tener cuidado cuando venga. Usará
a los lobos para llegar a papá.

―Gracias por la advertencia ―Mikel hizo una breve reverencia


al niño.

Trin desapareció tan rápido como llegó.

―Probablemente es un error decirlo, pero ese chico me


preocupa―Inno se estremeció.
11
―Es una combinación de sirena, lobo, y semidiós. Sería un error 7

si no lo hicieras ―Dare dijo―Me pregunto si los alfas saben que


es un vidente.

―¿Por qué los llamas alfas a ambos? ―Preguntó Mikel.

Dare se encogió de hombros.

―Porque aunque Silver es el alfa de nuestra manada, Anthony


es su pareja y poderoso por su propio derecho. Es nuestra manera
de reconocer la conexión de Anthony con Silver.

―¿Qué nos hace a Inno y a mí?

―Afortunados―Dare dijo―El ser un alfa es un montón de


trabajo.

―Sí, no me gustaría ese trabajo ―Inno se estremeció. Su atención


volvió a los lobeznos. ―Tengo suficiente que hacer ahora.
Epílogo
―Son tan fáciles de manipular.

Anthony conocía esa voz. Perseguía sus sueños y a veces sus


horas de vigilia.

―¿Tú otra vez? ―Trató de mantener la voz tranquila mientras


su corazón repiqueteaba como un guepardo huyendo de un
incendio forestal.

―Espero que no te aburras conmigo, muchacho dulce. Tengo


11
muchos más planes para ti. ¿No creerás que esos estúpidos 8
mutantes planearon eso solos, ¿verdad?

―¿Hiciste esto? ―Recordando la devastación de Inno, Anthony


añadió esta acción en la columna de las cosas que iba a hacer
que este imbécil pagara.

La criatura de humo se encogió de hombros.

―Podría haber tenido algo que ver. Ellos, naturalmente, querían


vengarse.

―¿De qué? Sólo los hemos matado cuando entran en nuestro


territorio. Nosotros no vamos en busca de ellos.

―¿No? Toman todos los recursos. Cuando vienen a ustedes,


ustedes los matan―se burló― ¡Qué nobles son!

―Nosotros los matamos cuando se metan hasta la puerta de la


cocina o cuando matan a una inocente mujer.
―Los dos sabemos que la mujer no era tan inocente. El hecho de
que se sintiera culpable después no significa que no fuera
responsable de lo que pasó.

―Ella podría haberle dicho a Inno que no fuera y ahorrarle el


trauma de ver su muerte. Al final, ella egoístamente quería ver a
su hermano antes de morir y pasarle la carga de su hijo no
deseado.

―¿Qué te hace pensar que era no deseado?

¿Sabía más sobre la situación que ellos? Obviamente, él no sabía


que había dos niños. 11
9
―Ella no estaba casada. ¿Por qué iba a querer a su hijo ilegítimo?
Zeus ciertamente nunca lo hizo.

Más bombillas parpadearon en la mente de Anthony.

―¿Seguimos hablando de la hermana de Inno?

―¡Te crees tan inteligente! ―El ser tronó

―A Zeus le gusta joder todo lo que se mueve, pero no se preocupa


por las consecuencias. Él trata de convencer a Hera de que es fiel,
pero ella lo sabe y hace que los niños que no son suyos sufran.
Sólo te salvaste debido a que tu madre es una de las personas
favoritas de Hera. Tú estás dos veces bendito, niño tonto.

Anthony no sabía que opinaba Hera de su madre. Nunca había


conocido a la diosa. Ella no andaba alrededor de Zeus ya que su
matrimonio no era pacífico.
Las pocas veces que la había vislumbrado, ella había estado muy
lejos y tenía un aura inaccesible.

―¿Por qué estás tan enojado?

―Porque con tanto poder como yo tengo, nunca seré un dios


completo, y si se hace a mi manera, tampoco lo serás tú. Poco a
poco voy a tomar todo de ti hasta que te comprometas a dejar
que Zeus me de tu divinidad. Entonces, y sólo entonces, vas a ser
libre de mí.

Anthony se despertó temblando. Dar al psicópata más poder no 12


sería el camino correcto a seguir. Si estaba tan mal ahora, 0

Anthony no quería ni imaginar lo que sería con magia


inimaginable.

Silver se contrajo en su sueño, Anthony le envió un hechizo ligero


para dormir a su lobo. No, Silver no necesitaba estar despierto
para esto. Anthony ignoró las voces recordando la última vez
que había hecho algo sin el conocimiento de su pareja. La
posesión del lobo era completamente diferente a lo que tenía que
hacer ahora.

Anthony se deslizó fuera de la cama. Saliendo de la cama cogió


la esfera de la mesa de su lado de la cama. Llevó a la brillante
bola fuera a su pequeño balcón. Tomando una respiración
profunda la estrelló contra el suelo de cemento. La energía se
estrelló contra él, y él cayó sobre su espalda.
El color se arremolinaba a su alrededor, y la electricidad
crepitaba por su espina dorsal. Gritó con la espalda arqueándose
con la magia pulsando a través de él.

―Abuelo, ayuda―Zeus había dicho que estaría allí para él.


¿Dónde estaba él?

―¿Cuál es el problema, querido muchacho?

Los ojos de Anthony se abrieron de golpe mientras miraba


fijamente a los ojos fríos de una diosa. Incluso no podía pararse
a saludarla. Con suerte, el verlo arrastrarse sobre el cemento lo 12
tomaría como un buen saludo. 1

―¿H-Hera?

―Ésa sería yo.

Anthony se humedeció los labios. ―¿Do-donde está Zeus?

Él atormentó a su cerebro buscando una manera de ponerse en


contacto con su abuelo. Si Hera estaba aquí en su lugar, podría
significar que ella lo había atrapado de alguna manera otra vez.
Había oído hablar de algunos de sus castigos cuando se enteraba
que Zeus había sido infiel, y lo que pasaba con mayor frecuencia.

―Él está atado por un tiempo―Ella balanceó su pie hacia atrás


y adelante mientras se sentaba en la barandilla del balcón.

―Por favor, necesito hablar con él―Él apretó y aflojó los dedos,
tratando de conseguir sensación de nuevo en sus manos.
―Me temo que eso no es sólo posible ―Ella levantó un espejo de
mano y se ajustó un rizo. ¿De dónde sacó un espejo de mano? ¿Lo
llevaba con ella?

Mierda. ¿Ahora, qué haría?

―¿Sa-sabes cuándo va a estar disponible?

Dejó el espejo. ―Dentro de mil años más o menos.

Una lágrima se deslizó por la mejilla de Anthony. Era como la


posesión del lobo de nuevo sólo que con demasiado poder y muy
poco conocimiento. Se negaba a lastimar a Silver esta vez. Algo
12
se agitó en él, pero Anthony lo apartó. No deseaba que el espíritu 2
del lobo cobrara vida. Nunca más.

―¿Cualquier cosa en que pueda ayudarte? ―Hera preguntó, su


mirada divertida no alentaba el que pensara que ella realmente
quería ayudarlo. Anthony soltó una risa histérica y trató de
reunir suficiente aliento para hablar.

―No, a menos que usted pueda darme una manera de controlar


mi divinidad antes de que mis enemigos vengan a aplastarme
como a un insecto.

Hera saltó la barandilla y se arrodilló junto a él. Su poder


envolviéndose alrededor de él como un tornillo de constricción.

―¿No quieres toda esa hermosa energía para ti mismo?

―No. Quiero vivir feliz para siempre con mi compañero, pero la


gente simplemente no nos deja jodidamente solos―miró a Hera.
―Lo siento por la maldición.

Podía sentir su energía escapando. Luchó contra ella. Él se negó


a dejar a Silver desprotegido.

Hera inclinó la cabeza como si lo examinara.

―Eres un joven bastante extraño. De verdad no estás hambriento


de poder en absoluto. Cuando Zeus habla de ti está siempre tan
orgulloso. Pensé que eras un trepador en la búsqueda de poder
como los otros. Pero eres del tipo noble, ¿no es así? De verdad
quieres mantener a tu gente a salvo. Ellos permanecerán seguros
mientras que Zeus está ocupado. A cambio, necesito un favor. 12
3
―¿Cuál favor? ―Anthony sabía que no debía hacer acuerdos
con los dioses. Ellos siempre incumplían o encontraban un
resquicio para zafarse.

―Quiero tu capacidad de rayo. Siempre he querido disparar


rayos. Me parece emocionante.

―Lo siento, no sé lo que harías con esa habilidad y he aprendido


la lección sobre el canje de poderes.

―¿El lobo sigue molestando? ―Preguntó Hera.

Anthony asintió. ―No tienes ni idea ―Sobre todo ahora podía


sentirlo moviéndose dentro de él de nuevo.

―Apuesto a que Zeus no te dijo que todavía te puedes


transformar en una bestia, ¿verdad?―Hera comentó.
―¿Qué?― La mayor necesidad de carne media hecha y sus
ataques ocasionales de agresión comenzaron a tener sentido.

―Pensé que él me quitó el espíritu.

Esperaba desesperadamente que su abuelo lo tuviera.

―Sacó algo, basta con eso pero el cambio no será fácil. Puedes
hacerlo, sin embargo. Es algo que es posible que desees recordar
si golpea una emergencia.

―Gracias.―Sabía a lo que se refería. Cuanto más grande fuera


su arsenal, mejor sería su capacidad de proteger a su familia.
12
―¿Supongo que puedes liberar a Zeus? 4

Hera sonrió.

―Por ti estaría tentada, pero por desgracia no soy la que lo


atrapó en esta ocasión.

Odiaba preguntar, pero lo hizo de todas maneras. ―¿Quién?

―Aww, si te diera esa información ¿en dónde estaría la


diversión? Piensa un poco, joven Anthony. Incluso podría
enviarte algunas pistas.

Ella desapareció.

―¡Mierda!― Anthony gritó enojado.

La puerta del balcón se abrió y Silver salió. ―¿Qué pasó?

Anthony dejó que Silver lo ayudara a levantarse. Se desplomó


contra su pareja.
―Tenemos un problema, pareja.

―¿Qué?

―Zeus está perdido y Hera no lo tomó.

Silver gimió. ―¿Quién diablos es Hera?

―La esposa de Zeus.

―Yo ni siquiera voy a preguntar por qué sospechar de ella en


primer lugar. ¿Qué otros dioses querrían secuestrar a Zeus?

Anthony suspiró. ―Nombrar un dios no bastaría. Zeus no tiene


12
exactamente la reputación más bonita.
5
Silver se pasó los dedos por el cabello. ―Entonces tenemos un
problema, ¿no?

―Sí. ―Anthony cerró los ojos, absorbiendo el calor del Silver.

―Tengo mi magia y no sé cómo usarla.

El poder palpitaba en él incluso haciendo que sus globos oculares


dolieran Cerró los ojos, esperando que ayudara.

―¿Qué hay de tu padre? ¿Es hora de llamarlo?

―Tal vez, pero con padre, a veces obtienes más de lo que


negocias.

―Es cierto, pero nos estamos quedando sin opciones ―Silver dijo
acariciando la cabeza de Anthony.

―Sí, lo estamos.

Fin
My Man Declan
(Extracto)

Nota: My Man Declan tiene lugar cronológicamente antes que Marcando a


Mikel.

Capítulo Uno
Declan West arreglaba la guarida. Esponjando las almohadas y
verificando que no hubiera una mota de polvo adornando
cualquier superficie. Después de comprobar tres veces que todo 12
estaba asentado en su lugar correcto, le dio a la habitación un 6

gesto complacido. Con sus tendencias obsesivo-compulsivas


saciadas temporalmente, Declan dejó la oficina de su amo y se
dirigió a la puerta principal.

El reloj dio la medianoche cuando llegó a la puerta doble de


madera. Sin comprobar de la mirilla o mirar a través de las
ventanas de la fachada, abrió las puertas mientras que su
maestro, Phoenix Moorhaven, subía por las escaleras.

―Buenas noches, Declan―dijo Moorhaven en su voz rica y


suave.

―Es técnicamente de día, Señor―Declan lo corrigió


automáticamente como la hacía todos los días en ese momento.

―Así es―el vampiro estuvo de acuerdo, con los ojos dorados


brillando con diversión.
―¡Dejas que tu siervo te hable de esa manera!― La dama rubia
en el brazo de Moorhaven se burló de Declan.

―Cuida tus modales, querida. Yo podré ser el líder de los


vampiros, pero es Declan el amo de mi casa―Moorhaven
regañó. Su tono podría haber sido leve, pero su expresión fue más
fría que el Círculo Polar Ártico.

Declan tomó el abrigo de Moorhaven sin comentarios. La


opinión de una rubia vagabunda no significaba nada para él.
Su maestro la follaría, chuparía, y la arrojaría al amanecer.
12
Moorhaven nunca guardaba su comida por mucho tiempo. Por 7
lo que Declan podía decir, su maestro no tenía interés en
cualquier ser humano, hombre o mujer, más allá del sustento.

―El estudio está preparado para usted, señor ―Declan pinchó,


ansioso de tener a los vampiros fuera del camino para que
pudiera terminar sus rituales de la mañana.

La cálida sonrisa de Moorhaven, que guardaba sólo para


Declan, alivió su irritación.

Podría ser simplemente un sirviente, pero Declan sabía lo mucho


que el vampiro apreciaba el buen funcionamiento de su casa. El
placer de Moorhaven por el trabajo de Declan se mostraba en los
muchos bonos que Declan encontraba en su cheque de pago.

―Buenos días, maestro Lorrie, no lo vi al principio. Por favor,


acepte mis disculpas, ―Declan saludó al acompañante vampiro
de Moorhaven.
Lorrie Bellows, el segundo al mando del aquelarre de vampiros,
le dio a Declan un gesto amistoso.

―Está todo bien. Sé que yo no existo hasta que hayas atendido a


Moor.

Declan concedió a Lorrie una de sus raras sonrisas. Lorrie tenía


una manera de ganar sin utilizar la sobre adulación. Siempre
había unos pocos que intentaron llegar a Moorhaven a través de
su siervo preciado, obligando a Declan a perder su valioso
tiempo regresando sus regalos y sobornos.
12
La integridad de Declan no estaba en venta. 8

―¿Puedo tomar su abrigo señor y el de su acompañante?

Ambos entregaron sus caros abrigos. El bocado de Moorhaven


para la noche no se había molestado ya que llevaba una
chaqueta, probablemente preocupada por ocultar su escote.

Declan podía haberle dicho que el vampiro se preocupaba más


por su sangre que por sus pechos, sin embargo se quedó en
silencio. Él nunca interfería con los donantes, siempre y cuando
no hicieran lío en la casa.

Declan colgó las chaquetas con meticuloso cuidado, y luego


cerró la puerta sólo para darse la vuelta y encontrar a toda la
fiesta mirándolo.

―Hay bebidas y aperitivos en el salón oeste ―informó.


Siempre ponía comida para los invitados. Ellos tendían a tener
hambre después de que los vampiros eran alimentados.

En serio, ¿por qué se seguían ahí viéndolo?

Moorhaven asintió y pasó un brazo alrededor de su comida para


la noche dirigiendo a la chica.

―¿Así que cuando vas a dejar a Moorhaven y venir a trabajar


para mí? ―Lorrie bromeó mientras pasaba caminando.

Moorhaven se dio la vuelta abandonando a su cita. ―¿Qué?


12
Declan no rodó sus ojos, pero sólo porque le quitaría su dignidad. 9

―El Maestro Lorrie parece pensar que estoy mal pagado y


sobrecargado de trabajo ―explicó.

Mientras hablaba, la mirada de Declan se concentró en un


pedazo de pelusa pegado al traje de Moorhaven. Molesto por que
se había pasado de su inspección anterior, se acercó y lo arrancó
de la chaqueta del vampiro. Rozó con cuidado la tela para
suavizar la ligera marca que había hecho con las uñas.

Declan casi saltó cuando una gran mano inclinó su barbilla


hacia arriba hasta que vio a su jefe a los ojos.

―¿Estabas pensando dejarme?

Por un momento, le pareció ver un destello de dolor en los ojos


de Moorhaven pero abandonó una idea tan tonta.

―No sea ridículo, señor. ¿Por qué iba yo a irme de aquí? Eres un
excelente empleador.
―Bien ―Moorhaven acarició la cabeza de Declan como a una
mascota favorecida―Estaría perdido sin ti.

Señaló con el dedo a Lorrie.

―Te prohíbo que robes a mi mayordomo. Todo el aquelarre


estaría en desorden si Declan no estuviera aquí para
mantenerme en línea.

Lorrie rió. ―Seguramente usted exagera.

Moorhaven negó con la cabeza.

―No. Declan organiza mi vida a la perfección, por lo que no van 13


a molestarlo. 0

La cabeza de Declan consiguió otro toque.

―Toma el resto de la tarde libre, Declan, y no te vayas vagando


en el bosque. Casi me dio un ataque al corazón la última vez.

No se molestó en reconocer la orden que gruñó Moorhaven.

―Le veré más tarde, señor―Él dio al Maestro Lorrie una mirada
de reproche que se encontró con un meneo lúdico de cejas.

Sacudiendo la cabeza, Declan se dirigió a su habitación. No


quería estar cerca mientras que los vampiros eran alimentados.
A veces sus parejas gemían muy fuerte. Eso sólo indicó a Declan
que necesitaba encontrar un amante, pero quien iba a reunirse
con un mayordomo un poco neurótico que tenía que estar
veinticuatro horas al alcance de su jefe.
Pocos hombres aguantaban a ser el segundo lugar por cualquier
tipo de trabajo, y mucho menos uno que involucrara vampiros.

De vuelta en su habitación, Declan abrió su perfil en el sitio de


citas en línea al que recientemente se había unido. Pasó las
próximas horas yendo a través de biografías improbables y
correos electrónicos sucios que había recibido mientras había
estado trabajando.

―No estás todavía enojado conmigo, ¿verdad?

Phoenix vio a su mejor amigo servirse otro whisky. Las chicas ya 13


se habían ido, después de haber sido metidas en su limusina 1

previamente organizadas por el súper eficiente Declan.

―Aléjate de mí mayordomo. No me gusta ver a Declan


perturbado―dijo Phoenix.

―Se necesitaría un desastre natural o una manada de motas de


polvo para que el hombre se preocupe. Él es imperturbable. ¿Estás
seguro de que no es un robot?

Phoenix dio una carcajada. ―Sí, estoy seguro.

―¿Alguna vez has probado su sangre? ―Preguntó Lorrie con


curiosidad.

―¡No! Él es mi siervo, no es mi fuente de alimento ―Frunció el


ceño a su amigo.

Lorrie le dedicó una sonrisa alegre.


―Bueno, entonces no te importara si tomo un sorbo siempre y
cuando no te lo robe―La charla de Lorrie terminó cuando
Phoenix cruzó la habitación y envolvió sus dedos alrededor de
la garganta de Lorrie. Se acercó demasiado de modo que no
hubiera ninguna manera de que su advertencia no fuera oída.

―Si alguna vez pones un colmillo en mi mayordomo, voy a


arrancarte todos los dientes y tendrás que encontrar la manera
de chupar la sangre a través de una pajita.

Phoenix sacudió a su mejor amigo, golpeándolo repetidamente


contra la pared cuando la ira quemaba a través de él como un 13
2
incendio forestal fuera de control.

―Nadie toca a Declan.

―Whoa ―la suave voz de Declan rompió a través de la ira de


Phoenix. Manos suaves tiraron ineficazmente de su muñeca.

―Maestro Phoenix, suelte al Maestro Lorrie.

Lanzó a su amigo, contento cuando se desplomó con un golpe en


el suelo.

―Te pido perdón, Declan, perdí los estribos ―se disculpó con su
mayordomo. Él odiaba que Declan lo viera en algo menos que
su mejor yo.

El mayordomo lo miró fijamente durante un largo momento. Los


ojos de Declan eran el barómetro de su alma.
Verde luminoso cuando estaba feliz, verde oscuro cuando estaba
triste y un avellana incierto cuando estaba trastornado. Phoenix
odiaba el avellana, el color frente a él en ese momento.

―Creo que el Maestro Lorrie puede ser el que le debe a usted una
disculpa ―Declan reprobó.

―Está bien, Declan. Lo estaba probando―Lorrie se puso de pie


con una compungida mueca.

Declan se pasó una mano por el cabello dorado amanecer. Lo


mantenía con un corte pulcro, que siempre hacía sentir a Phoenix 13
el querer desordenarlo. Un Declan libertino sería demasiado 3

para la vista. No es la primera vez que se preguntaba como su


mayordomo se vería desnudo y en su cama, pero se negaba a
alterar su casa haciendo un pase con la única persona que
mantenía su mundo junto.

―Por favor, absténgase de conseguir que lo maten ―Declan


regaño a Lorrie antes girarse sobre un zapato muy pulido y
caminar hacia la puerta.

Phoenix miró a su amigo.

―Me metiste en problemas. Mi café probablemente estará frío


cuando me despierte.

Odiaba cuando Declan estaba molesto con él. En vez del buen
funcionamiento de un Declan feliz, toda la familia sufría.
Lorrie rió. ―No puedo creer que dejes que ese humano gobierne
tu casa con puño de hierro.

Phoenix se encogió de hombros.

―Declan mantiene las cosas en perfecto orden. Esa es una


insustituible habilidad. No quiero que se preocupe por que un
vampiro visitante lo vaya a morder. Está fuera de los límites y
eso es definitivo.

Lorrie se levantó del suelo. ―¿Alguna vez sale de la casa?

―Por supuesto. ―Phoenix buscó en su mente 13


4
―Los miércoles. Cada miércoles sale.

―¿A dónde va? ―Preguntó Lorrie, sus ojos se iluminaron con


curiosidad.

―¿Por qué demonios te importa? Deja de especular sobre mi


mayordomo. De hecho, vete a casa. Trabajaremos mañana.

A Phoenix no le gustó el nuevo interés de Lorrie en Declan.


Ninguno debería estar pensando en su siervo en absoluto. Tal vez
debería dejar de invitar a la gente a su casa, sólo se animó al
pensar que Declan estaría disponible. Otros vampiros se
volvieron celosos al ver cuán eficientemente el mayordomo de
Phoenix manejaba su hogar.

Por primera vez en siglos, su buen amigo rasgó los nervios de


Phoenix totalmente. Por no mencionar que el día siguiente era
miércoles, el peor día de la semana.
No le importaba si Frank, el mayordomo bajo, hacía un trabajo
decente. No era Declan. Declan añadía un cierto garbo a todo. Él
no sólo traía el café de Phoenix colocado en el ángulo perfecto
sido con la cantidad exacta de la sangre que le gustaba.

Lorrie frunció el ceño. ―Mañana es miércoles, ¿no es así?

―Sí.

―Tal vez deberíamos empezar a salir los miércoles. Frank nunca


trae mi bebida adecuadamente ―Lorrie reflexionó.

Phoenix se rió. 13
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―No tenemos días libres. No se puede supervisar el
comportamiento de un aquelarre si no se está disponible cuando
lo necesitan.

Lorrie dio un largo suspiro. ―Bien. Pero creo que dar al


mayordomo un día libre está altamente sobrevalorado.

―Yo también. Te veo mañana.

Cuando Phoenix se sentó allí mirando el fuego, Declan llegó con


una bandeja familiar.

Phoenix vio como el mayordomo dejó el plato de servir. Una olla


de café de plata y una bandeja con sus galletas favoritas
descansaba en la parte superior.

―Pensé que estabas fuera por esta noche. Por cierto, ¿cómo
sabías que estaba estrangulando a Lorrie?
Declan sonrió. Phoenix hizo una pausa de levantar su taza para
admirar la inusual vista. A veces se olvidaba de que su rígido y
precioso mayordomo estaba todavía en sus veinte años. Empujó
sin piedad la información a la parte posterior de su cerebro
donde pertenecía.

―Usted estaba haciendo tanto ruido que pensé que sería mejor
salvar al Maestro Lorrie ―Declan explicó.

Phoenix se rió. ―Y cómo sabes que no estaba siendo herido.

Bajo su mirada fascinada, Declan levantó una ceja. 13


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―No lo creo. El Maestro Lorrie podrá ser irreverente y no le dará
el debido respeto que su posición merece, pero nunca le atacaría
físicamente, y si lo hiciera, me gustaría encargarme de él.

Phoenix apoyó la barbilla en la mano, fascinado.

―¿Y cómo detendrías a un vampiro?

Declan levantó la mano, mostrando el amplio anillo antiguo que


siempre llevaba.

―Se trata de un anillo con veneno. Tiene polvo de cicuta en el


interior por protección.

―¡En serio! ―El polvo de cicuta concentrado fácilmente podría


dejar a un vampiro inconsciente, si no lo mataba. El placer llenó
a Phoenix cuando miró a su empleado bajo una nueva luz.
El meticuloso, tímido Declan tenía las bolas de titanio para
mostrar a su jefe vampiro que llevaba alrededor veneno
suficiente para eliminar a un vampiro.

―Nunca lo supe. ¿No eres un hombre de sorpresas? Espera,


siempre has usado el anillo.

Declan le dio una sonrisa pícara. ―Mi madre me lo dio cuando


le dije que iba a trabajar para un vampiro. Sé que no me va a
atacar, pero a menudo tiene invitados.

Phoenix asintió. 13
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―Excelente idea. Es posible que desees considerar una pistola de
dardos también.

Declan se dio la vuelta y levantó la parte posterior de su


chaqueta perfectamente adaptada para exponer tanto una
pequeña pistola de dardos escondida en la parte trasera de la
cintura como un extremadamente buen culo.

―Um, buen trabajo ―Phoenix consiguió ahogar su oleada de


lujuria.

¡Mierda!

Declan bajó su chaqueta y se dio la vuelta.

―¿Hay algo más que pueda conseguir para usted, señor?

Colócate desnudo sobre mis rodillas. Déjame follarte hasta la


inconsciencia.
Phoenix sacudió la cabeza para responder tanto a su empleado
como tratar de sacar las imágenes traviesas de su cabeza.

―No gracias.

Declan dio unos pasos hacia la puerta antes de detenerse.

―Tengo que confesar que jugueteé con su café.

―¿Qué quieres decir jugueteaste? ―¿Su servidor de confianza le


había envenenado? ¿Y si era así por qué iba a decirle a Phoenix
al respecto?
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La inquietud de su siervo llamó la atención de Phoenix. La 8
actitud calmada habitual de Declan rara vez se mostraba
deshecha como lo hacía ahora.

―La nuevo orden de sangre sintética no ha llegado todavía. Usé


un poco de mi propia sangre para su preparación. No sé la salud
de sus otros empleados, así que no quería la oportunidad de
contaminar su sistema.

La sangre de una persona enfermiza o enferma podría estropear


a un vampiro durante meses. Phoenix apreciaba el cuidado de
su mayordomo, incluso cuando su polla se endureció por cómo
su café sabría a Declan.

―Gracias. La próxima vez no sientas que tienes que sacrificar tu


propio cuerpo por mi café.

Declan se ruborizó de un bonito color rosa mientras asentía. Dio


media vuelta y se dirigió hacia la puerta sin decir nada más.
La anticipación tenía a Phoenix expectante mientras llevaba la
taza a los labios. El aroma envió a sus encías un hormigueo.
Inclinando la taza, bebió el líquido amargo. El sabor ácido del
café alcanzó su lengua un segundo antes de que otro sabor
explotara a través de sus sentidos con el poder de un tsunami.

La sangre de Declan tenía una firma más compleja que


cualquiera que Phoenix hubiera alguna vez consumido antes.
Sólo le tomó un momento para darse cuenta de por qué. Su
mayordomo no era del todo humano, definitivamente parte
humano, humano y algo más, algo con una antigua línea de 13
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sangre.

Tarareando felizmente, Phoenix pulió su taza de café y se sirvió


otra desde el pequeño bote proporcionado. Suficiente energía
zumbaba a través de él mientras terminaba el resto de su trabajo,
se preguntaba cómo sabría la increíble sangre de Declan
probada directamente de la fuente.
Sobre la Autora
Amber Kell es una soñadora que ha estado escribiendo las
historias en su cabeza durante el tiempo que ella puede recordar.

Ella vive en Seattle con su esposo, dos hijos, tres gatos y un perro
muy estúpido.

Para saber más acerca de sus libros actuales u obras en curso,


echa un vistazo a su blog en

http://amberkell.wordpress.com.
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Créditos
Dark Fae

Dragon Moon

Clau
Agradeciendo a todo el staff de 14
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