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Trey es un hombre sincero sobre todo cuando se trata de Justin.

Max contrató a un
nuevo jefe de seguridad que es un sueño ambulante. Él también es un idiota. Trey
trata de mantenerse lejos de Justin, pero la atracción es fuerte. Un encuentro sexual
en el ascensor hace a Trey correr, pero cuando el calor de apareamiento lo persigue,
Trey sabe que está en problemas.
Justin fue atraído por Trey en el momento en que puso los ojos en la pantera. Pero él
no creía en mezclar los negocios con el placer. Ese lema era verdad hasta que él y
Trey se quedaron atascados en un ascensor juntos. La pasión se encendió y los dos no
podían mantener sus manos lejos uno del otro.
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Cuando Justin se entera de que Trey huyó, él lo sigue. Él encuentra a Trey en una
cabaña aislada y el hombre está en el calor de apareamiento. Pero su olor atrae más
que el deseo de Justin. El calor apareamiento está llamando a cualquier varón
disponible y Justin no tiene solo que impedir que Trey sea atacado, sino también
descubrir quién está invadiendo Cosenza Corporation.
Calor de Apareamiento

LYNN HAGEN 3

Cazadores Depredadores 04
Capítulo 1

Trey rodó los ojos y puso su mano sobre su boca, sofocando su risa cuando su
hermana continuó contándole sobre su reunión del infierno. La risa alta era mal vista
donde Trey trabajaba. Él estaba en Conzenza Corporation, sentado detrás de un
escritorio en una zona de recepción en el duodécimo piso, donde se encuentran las
oficinas de los peces gordos de la compañía.
Personalmente, a Trey no le importaba qué tan alto se rió. Pero a los hombres en
este piso les importaba. Así que mantuvo la diversión en una risa silenciosa que se
derretía en la alfombra pesada y paredes de azulejos.
Mientras que los ejecutivos le mostraban respeto, sabía que sólo lo hacían porque
era el asistente del presidente de la compañía. Pero Trey no le daba un segundo de
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sus pensamientos a ellos. Mientras Maxwell Conzenza dijera que estaba haciendo un
buen trabajo, eso era todo lo que importaba.
― Te lo estoy diciendo, Trey ― dijo Missy en el teléfono. ― Harris fue el peor
cerdo chauvinista que he conocido. Nunca voy a dejar que nadie me ponga en una
cita a ciegas de nuevo.
― Missy, estás tan llena de tí misma. ― Trey giró en su silla, apoyando los pies
sobre la mesa. ― Sabes que vas a ir a otra cita a ciegas ― Todos los pensamientos
inteligentes huyeron cuando el señor Cielo dejó el ascensor. Los pies de Trey salieron
de la mesa con un ruido sordo cuando él se enderezó, su respiración en pequeñas
bocanadas mientras sus ojos se arrastraban para el desconocido.
Oh, wow. ¿Quién es este hermoso ejemplar de hombre?
Estará soltero?
Buscando?
Diablos, será que le importará entrar en el cuarto de las escobas durante cinco
minutos?
― Un dios ― su cerebro respondió.
Su pantera maulló de acuerdo.
El teléfono se deslizó de sus dedos mientras que el rico aroma de perfume caro
flotaba en su camino. Aspiró profundamente, oliendo con avidez al chico cuando su
polla se movió en sus pantalones. Cuando el Sr. Cielo volvió la cabeza para Trey, él
pudo ver los impresionantes ojos azules que le recordaron a Trey diamantes pulidos.
― Discúlpeme.
Esa voz era tan sexy. Los dioses habían presentado a este hombre con una voz que
sin duda hacía llorar a los ángeles. El timbre profundo vibró en el pecho de Trey y se
deslizó hacia abajo hasta su polla que actualmente estaba acariciando.
― S-sí?
― El Sr. Conzenza pidió reunirse conmigo aquí esta mañana. ― Los ojos del señor
Cielo se levantaron hasta mirar a la puerta de roble detrás de Trey, haciendo a Trey
volverse para ver si Max saldría, aunque sabía que Max no había venido a trabajar
todavía. Estaba en su casa con su pareja y su hija, Serenity, echándolas a perder. Max
no vendría en al menos 40 minutos.
Trey no podía hacer que su cerebro formara las palabras. Estaba demasiado
ocupado mordiéndose el labio, mirando la perilla bien recortada alrededor de la
suave boca del hombre. Su pelo era una variedad de tonos marrón, que iban desde
marrón oscuro a marrón claro. La perilla tenía la forma de una púa de guitarra, y había
una pequeña mancha debajo de su labio inferior. Trey comenzó a imaginarse
mordisqueando a lo largo de eso pelos, tomándose su tiempo dulce explorando antes
de llegar a los labios masculinos.
― Estás bien?
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Trey apoyó la barbilla en la mano, sonriendo al señor Cielo.
―Lo estoy ahora.
¿De verdad quiso decir eso en voz alta? Su corazón latía fuerte. Su boca se secó.
Trey se sonrojó y sintió náuseas. La posibilidad de desmayarse estaba empezando a
convertirse en real. El Sr. Cielo le dio una mirada a Trey que le dijo que él no era más
que un idiota molesto y no se molestaría incluso en coquetear.
La expresión de reprobación fue debidamente anotada.
Aparte de eso, el hombre podía besar el culo de Trey.
Tomó el teléfono del mostrador, apuntando en la dirección de la sala de espera de
lujo. Por mucho que Trey quisiera ser grosero, simplemente no estaba en él.
― Voy a llamar al Sr. Conzenza. Su nombre?
― Justin Kemp.
Trey conocía ese nombre. Colgó el teléfono y se puso a mirar las notas sobre su
escritorio hasta que encontró una pegada a su calendario. Justin Kemp había sido
contratado recientemente como jefe de seguridad de la compañía. Era sobre quien
Max se había referido como “el fijador”.
El hombre necesitaba fijar su maldita personalidad arrogante. Aunque el Sr. Kemp
no había dicho una palabra, su mirada había dicho todo.
Era hermoso, a pesar de todo.
Su pantera ronroneó en acuerdo.
En lugar de tomar un asiento, el Sr. Kemp se quitó la chaqueta, la puso de lado, y
se enrolló las mangas de su camisa blanca. Apretó el Bluetooth en su oído y comenzó
a hablar en voz baja. El hombre rezumaba poder y sensualidad, su posición diciendo
que el señor Kemp podría poner a un hombre para abajo en menos de 5 segundos sin
siquiera sudar.
Trey tomó el teléfono de nuevo y se acordó de su hermana. Cuando puso el
teléfono en su oreja, lo único que escuchó fue un tono de marcación. Tendría que
llamarla de vuelta y pedirle disculpas. Marcó el teléfono de Max, a la vez que sus ojos
nunca dejaron de buscar al seguridad. El hombre era un idiota, pero seguía siendo un
buen colirio para los ojos.
― Hey, Trey. ― Max contestó el teléfono. El hombre siempre habló con Trey como
si fueran amigos. No sólo Trey trabajaba para Max, también había vivido con él y
otros cuatro chicos. Trey era una parte del clan Riverwalker.
― Tienes un señor Kemp aquí para verte.
― Sólo estoy un poco atrasado, Trey. Manténlo entretenido hasta que llegue allí.
Manténlo entretenido? Qué debería hacer Trey, un striptease? Hmm, esto no sería
una mala idea si el señor Kemp no fuera un idiota y Trey realmente tuviera el valor de
hacer algo así.
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― No hay problema.
Cuando Trey colgó, el Sr. Kemp lo miró.
― Está atrasado, pero llegará pronto. Le gustaría algo de beber? ― Trey podía usar
algo, preferentemente alcohol. Tal vez eso lo soltase lo suficiente para detener una
conversación con el chico sin la amenaza de babearse en sí mismo.
― Estoy bien. ― El Sr. Kemp se volvió y continuó su conversación.
Trey tomó algunos archivos en los que estaba trabajando el día anterior y trató de
mantenerse ocupado, pero sus ojos continuaron alejándose hacia el seguridad.
Necesitaba un descanso. Uno grande. Trey tomó sus archivos y entró en la oficina
de Max, poniendo los papeles sobre la mesa barnizada. Cobarde o no, Trey se quedó
allí mientras miraba a la vista panorámica. ¿Qué estaba pensando? El Sr. Kemp era
demasiado caliente, demasiado alfa para alguien como Trey. Sus posibilidades con el
chico eran tan bajas como sus posibilidades de ganar la lotería.
Y puesto que Trey no jugó el juego estúpido, su probabilidad era cero.
Sabía que no podía salir de la oficina de Max hasta que su jefe llegara, así que Trey
salió y se dirigió directamente al café y se sentó sobre un aparador en el otro lado de
la habitación. Mientras él hacía un nuevo pote, Trey escuchó al Sr. Kemp en la
conversación.
― No importa lo que solía hacer ― El Sr. Kemp estaba diciendo. ― Las cosas están
a punto de cambiar. Quiero una lista de todos los empleados, incluyendo el personal
de limpieza. Esas cámaras no están allí sólo para ocupar espacio. Vea lo que se
registró la semana pasada.
Trey frunció el ceño. Si él no supiera nada, diría que el Sr. Kemp estaba buscando
algo. Pero Max no había dicho ni una palabra acerca de ningún problema. No
últimamente. Hace unos meses, las cosas habían sido un poco locas. Regis, el alfa del
Valle del Norte, había secuestrado al compañero de Max. Luego estaba el incidente
en el que uno de los inversionistas de Conzenza Corporation había intentado robar al
compañero de Jordan, Trevor. Miles estaba todavía en prisión en espera de juicio.
Hmm, también estaba el asunto del viaje de Domingo que había ido para recuperar
a un reproductor. El alfa de Spokane había comprado un criador en una subasta ilegal
y no estaba muy feliz cuando Domingo secuestró a su compra.
Pero las cosas estaban tranquilas recientemente. En los dos últimos meses, nada
fuera de lo común había sucedido. Gil, el hombre que Domingo había rescatado y al
cual estaba acoplado, iba a dar a luz en un mes, pero más allá de eso, todo estaba
tranquilo enfrente de la casa.
― Qué demonios quiere decir con que ha grabado sobre la película? ― El Sr. Kemp
no parecía satisfecho. Hubo un gruñido gutural en su voz mientras hablaba. ― Quién
infierno graba sobre los registros de filmación que no tienen incluso una semana de
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edad?
Al parecer, el chico al que el señor Kemp estaba gritando.
El Sr. Kemp mantuvo el ritmo en la sala de espera, gruñendo para quien estaba
hablando. Si Trey tenía que adivinar, era Gus, el hombre responsable por los videos de
vigilancia, entre otras cosas.
Cuando el café estuvo listo, Trey se sentó detrás de su escritorio. Los ejecutivos
salieron del ascensor y miraron al señor Kemp antes de buscar a Trey por una
respuesta.
― Yo no voy a validar su ticket de aparcamiento ― respondió Trey, divertido.
El ejecutivo, que era de unos sesenta años, moreno, y tenía una cara que sólo una
madre podría amar, asintió con la cabeza y se dirigió al pasillo alfombrado hacia su
oficina. Cuando las puertas del ascensor se abrieron de nuevo, dos asistentes salieron,
hablando juntos hasta vieron al señor Kemp. Charity, el asistente del señor Blend, se
detuvo en su camino, evaluando al magnífico hombre que todavía seguía discutiendo
en el teléfono.
― Quién es ese? ― Charity preguntó mientras dejó al otro asistente y corrió hacia
Trey.
― El nuevo jefe de seguridad ― dijo Trey.
― Me pregunto si alguien le ha dicho al tipo que es un clon de Brad Pitt? ―
Charity se apoyó en la parte delantera de la mesa de Trey, lamiéndose los labios
mientras babeaba abiertamente por el Sr. Kemp. Trey no tenía que ser un lector de
mentes para saber exactamente lo que estaba pensando Charity.
El Sr. Kemp se volvió, como si fuera capaz de leer la mente de Charity, y dio al
hombre una mirada de desaprobación. Trey no pudo evitar la sonrisa que se formó en
sus labios. Al menos Trey no era el único que molestó al chico nuevo.
― No tienes nada mejor que hacer? ― Dijo Max para Charity cuando salió del
ascensor. Trey sabía que Max era uno de los panteras con raros talentos. Max era
capaz de teletransportarse, no sólo a él, sino a otras personas y objetos. Pero el don
no era algo que Max quisiera que todos conocieran. Como cuestión de hecho, las
únicas personas que sabían acerca de su pequeño truco eran los miembros del clan
Riverwalker. Max se había teletransportado al garaje y luego tomó el ascensor. Así
había llegado hasta aquí tan rápido.
Charity se enderezó, dando un guiño a Max antes de correr por el pasillo. Incluso
Charity tuvo el buen sentido de no irritar a Max. Charity podría ser el asistente del Sr.
Blend, pero Max mandaba a todos aquí.
El Sr. Kemp dijo algo en su Bluetooth y luego colgó el auricular. Se acercó a Max y
le estrechó la mano.
― Me alegro de que llegara pronto ― dijo Max cuando llevó al Sr. Kemp a su
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oficina. Trey bajó la cabeza, fingiendo estar ocupado, pero sus ojos se arrastraron
detrás del hombre lindo. Lo que no daría por ser capaz de correr los dedos por el pelo
a la altura de los hombros.
Trey suspiró con irritación cuando vio a Charity en el pasillo, mirando a la puerta
cerrada de Max. El chico no tenía ninguna posibilidad en el infierno con el Sr. Kemp,
pero nadie disuadiría a Charity de convertirse en una plaga. Trey había visto a Charity
antes en la lujuria. No había sido un espectáculo agradable y casi le había costado al
hombre su trabajo. Algunas personas simplemente no aprendían. La única razón por
la que Charity todavía estaba aquí fue porque el señor Blend se había quejado de las
molestias de encontrar un nuevo ayudante.
Pero Max le había advertido a Charity para mantener las cosas en el trabajo
profesionales.
Y esa fue la razón por la que Trey dejó los pervertidos pensamientos sobre el Sr.
Kemp irse. Aunque Max no haya disparado en Trey, su mirada de desaprobación. Trey
miraba a Max y pensaba en el hombre como un padre. Trey había llegado a los
RiverWalkers en busca de un propósito, después de que su madre había muerto. Max
lo había tomado bajo su ala y había enviado a Trey a la escuela para aprender sobre
hardware y desarrollo de software. Trey había aprendido todo con éxito.
Lo último que Trey quería hacer era dejar a Max para abajo.
Trey comenzó su trabajo poniendo al lindo seguridad fuera de su mente. Hizo
algunas llamadas telefónicas, estableció el programa para Jordan, y realizó por
e―mail algunas propuestas. También reservó el próximo vuelo para Jordan.
Al ser un nuevo padre, Jordan había disminuido su agenda, pero el tipo todavía
manejaba su trabajo con eficacia. Jordan era el hombre que estaba detrás de los
clientes. Hablaba suave con los clientes potenciales para invertir su dinero en las casas
con energía solar de bajo consumo que Conzenza Corporation vendía y en que la
mayoría de los shifter vivía.
Jordan también había hablado de llevar a Trevor y a su hijo con él en sus viajes de
negocios. Era algo que Trevor anhelaba.
Trey quería tener a alguien para viajar. Infierno, le gustaría tener a alguien sólo para
hablar. Los hombres de su clan eran buenos, pero no era lo mismo tener una pareja.
El problema era que la vida personal de Trey era inexistente. Max no sólo lo mantuvo
ocupado, sino que Trey tenía demasiado miedo de dormir con alguien que
descubriera que tenía una marca de nacimiento de una pantera a la derecha sobre su
entrepierna.
La marca de un Chekota Criador.
Él no quería que alguien se quedara con él sólo porque era un criador. Trey quería
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una relación significativa. Ni siquiera le había dicho a Max y a los otros hombres en
casa de su marca de nacimiento. Aunque el clan tenía algunos hombres bonitos,
ninguno había llamado la atención de Trey. Sería muy extraño tener a Kyle o incluso
Devyn viniendo detrás de él para aparearse.
No, gracias.
Así que él mantuvo su estatus como un secreto bien escondido.
Trey miró para arriba cuando la puerta de Max se abrió. Su alfa ondeó la mano
para que él entrara.
― Necesito hablar contigo.
Cuando Trey entró en la oficina, el Sr. Kemp le dirigió una mirada helada. ¿Qué
demonios estaba pasando? Aunque Max tenía generalmente a Trey asistiendo a las
reuniones para tomar notas, Trey no podía ver por qué él era necesario apenas para
hablar con el chico nuevo.
Con libreta y un bolígrafo en la mano, Trey se sentó.
― Tú no los necesitarás. ― Max se dirigió a las manos de Trey. ― Yo sólo quería
que supieras que el señor Kemp es el nuevo jefe de seguridad y que te informará a ti.
¿Otra vez? Los ojos de Trey se fijaran en el señor Kemp viendo la expresión en la
cara del hombre. La expresión del joven dijo que preferiría ser atacado por una
manada rabiosa de conejitos vampiros. Trey normalmente no cuestionaba las
decisiones de Max, pero no podía dejar de preguntarse:
― Por qué yo?
Max se sentó en el borde de la mesa, cruzando sus manos en una rodilla.
― Porque estoy demasiado ocupado en casa y tú sabes el funcionamiento interno
de la empresa mejor que yo. Pase lo que pase aquí, el señor Kemp te dirá y entonces
tú puedes informarme.
Genial, ahora Trey estaba atrapado trabajando con un tipo que lo miraba como si
fuera un pedazo de tierra en el zapato del hombre.
Por qué Max no le pidió que salvara al mundo? Eso habría sido una tarea más fácil
de manejar que esto!

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Capítulo Dos

Justin se pasó el dedo indicador por la frente, diciéndose a sí mismo que no le


importaba a quién debía informar, con tal de que todo el mundo estuviera fuera de su
camino. Max Conzenza lo había contratado para dirigir no sólo la seguridad, sino para
averiguar quién estaba invadiendo el edificio en la noche y eso era lo que Justin
pretendía hacer.
El que estaba intentando entrar en el edificio era bueno. Conzenza Corporation
tenía un sistema de seguridad de alta gama, pero alguien estaba ignorándolo. La
primera cosa que Justin pensaba hacer era ejecutar una verificación de todos los
empleados. Su instinto le decía que este era un trabajo interno. La pregunta era, qué
es lo que esa persona quería? Los culpables habían comenzado en pequeño, pero
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estaban trabajando su camino hasta delitos más graves.
En primer lugar, algunos coches se habían colocado en el garaje. Enseguida, una
semana más tarde, alguien había orinado en todo el vestíbulo en la planta baja.
Ahora, la persona había aumentado las apuestas. Hace tres noches, después de que
todo el personal había salido por la noche, alguien había roto y robado unas pinturas
muy caras. Max quería que se quedara en silencio. Él no quería que sus empleados se
preocuparan o los culpables supieran que Justin estaba buscándolos.
Y era por eso Justin fue citado como “el fijador”. Él encontraría al culpable, lo
arrestaría y entregaría al individuo a Max.
Problema fijo.
― Tiene algún un problema, reportándose a mi asistente? ― Max preguntó a
Justin.
― De ningún modo.
Max se volvió hacia el hombre sentado en la silla.
― Te necesito para mantener la labor del Sr. Kemp en particular. Sin chismes, Trey.
Infórmame sólo a mí.
― No es un problema. ― Trey se puso de pie, cruzando la habitación. Los ojos de
Justin se abrieron cuando su pantera casi maulló en Trey. Su pantera nunca lo había
hecho antes. Justin había ido a muchos encuentros, tenido relaciones sexuales con la
suficiente frecuencia, pero su pantera fue siempre indiferente.
Hasta ahora.
Oh, infierno no.
Justin no perseguiría a Trey, entonces su gato necesitaba callarse la boca.
― Bien, entonces voy a dejar que ustedes dos discutan los detalles ― dijo Max ―.
Tengo que llegar a casa para Sari y Serenity. Tengo una reunión matinal con ellos.
Justin no tenía ni idea de lo que Max estaba hablando y no preguntó.
Max fue a la oficina exterior antes de entrar en el ascensor y salir.
Justin se volvió hacia Trey. Estaba decidido a mantenerlo lo más profesional como
fuera posible.
― Necesito que me muestres dónde se encuentra la oficina de seguridad. También
necesitaré una lista de empleados. No te olvides del conserje o personal ejecutivo.
Quiero saber quién tiene acceso al sistema de seguridad y quién trabaja hasta tarde.
― Podrías haber dicho "por favor" ― dijo Trey amargamente en voz baja mientras
caminaba hacia el ascensor. Justin pulsó la flecha abajo con su dedo cuando ignoró al
asistente. Él no estaba aquí para hacer amistad con Trey, no importa cuánto
ronroneara su gato. Justin tenía un trabajo por hacer, asegurarse de que Trey tuviera
una alta opinión de él no importaba. Había aprendido hacía mucho tiempo a no
mezclar los negocios con placer. Cualquier ciego podía ver lo bonito que era Trey,
pero eso no importaba tanto.
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Gato estúpido.
El viaje abajo fue tranquilo, una melodía ligera sonaba en el fondo. Justin sacudió
las manos delante de él mientras Trey cantaba suavemente junto con la música.
Nunca había conocido a alguien que le gustara la música de ascensor. Trey balanceó
la cabeza, tarareando algunas partes, estallando sus dedos cuando cantó el coro.
Una de las cejas de Justin subió. Trey estaba actuando como si él fuera el único en
el espacio confinado. Cuando las caderas del chico se balancearon, Justin quería rodar
los ojos. Trey estaba llevando eso un poco demasiado lejos.
A quién le gusta ese tipo de música?
El ascensor se detuvo en el nivel del estacionamiento. Las puertas se abrieron y
Trey bailó su camino a través de las puertas.
Justin puso los ojos en ese momento.
― El gabinete de seguridad está ahí. ― Trey señaló la esquina al suroeste de la
cochera. ― Gus Stanley maneja las cosas aquí abajo.
Ya no.
― Él es un tipo muy agradable, está con la compañía desde que abrió sus puertas
hace unos años. Antes de eso, Gus trabajó como seguridad en un banco. ― Trey
sonrió, lo que Justin interpretaba como afecto. Él no dijo una palabra. Justin siguió
caminando detrás de Trey hasta que se aproximaron a un bloque de hormigón con
grandes ventanales. En el interior, Justin pudo ver un banco de monitores y un
hombre corpulento sentado comiendo un sándwich, genial. Teniendo audición
excepcional, Justin sabía que Gus estaba escuchando un juego de deportes en algún
tipo de radio.
Cuando entraron, Gus lanzó una servilleta en su comida antes de girar el dial hacia
abajo en su radio hasta que ya no se oía al locutor. El hombre se levantó y se dirigió a
Justin y Trey.
― Gus, este es el señor Justin Kemp. ― Trey agitó una mano en Justin.
La ceja gruesa se arqueó cuando Gus miró a Justin.
― Entonces eras el tipo que me masticó la oreja por teléfono. ― Gus se aclaró la
garganta. ― Tienes mucho coraje.
Justin estaba a punto de poner a Gus en su lugar cuando el hombre extendió su
mano grande y le dio una sonrisa a Justin.
― Encantado de conocerte.
Eso no era exactamente cómo Justin se había imaginado su primera reunión.
Esperaba que Gus explotase una junta y diera a Justin una pieza de su mente.
Después de todo, había sido muy duro con Gus por teléfono. Sin embargo, con la
falta de seguridad por aquí, planeaba apretar las cosas. Justin no era una canalla,
contrariando a las miradas que Trey le había dado, establecer las reglas del juego
desde el principio, era la única manera de hacer las cosas.
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Si hubiera sido educado y servicial con Gus, el hombre no lo tomaría en serio.
Justin estrechó la mano del hombre antes de mirar alrededor. De fuera, la habitación
había parecido pequeña. Pero ahora que estaba aquí, podía ver una habitación
adyacente al lado. Dejó a los dos y anduvo errante por la otra habitación para ver a
algunas computadoras de alta gama revistiendo la pared. Justin quería saber si Gus
sabía hacer la mayoría de las cosas aquí, o si el tipo se sentaba allí viendo los
monitores durante todo el día.
― Muy dulce. ― Gus entró y señaló la pared. ― El Sr. Conzenza no repara en
gastos cuando se trata de seguridad.
Entonces ¿por qué demonios Gus no había atrapado al culpable de vandalismo y
robo en la compañía? A Justin le parecía, que con toda esta tecnología avanzada, esa
persona debería haber sido identificada y detenida hasta ahora.
― Qué es exactamente lo que haces?
Gus le dio una mirada de enojo a Justin.
― No vamos a empezar de nuevo, Sr. Kemp.
Justin había tratado con hombres como Gus antes. Fueron criados en sus caminos,
odiando a cualquiera que se metiera en lo que pensaban era su espacio, se resentían
cuando se les decía qué hacer, especialmente cuando pensaban que estaban
haciendo las cosas muy bien.
Pero las cosas no estaban muy bien.
A la gente no le gusta el cambio. Justin entendía eso. Pero cambiar era parte de la
vida.
― Debo recordarle que soy su jefe ahora? ― Preguntó Justin.
Por el rabillo del ojo, Justin vio la cara de Trey. Si las miradas pudieran matar, Justin
estaría muerto ahora.
― Veo los monitores ― dijo Gus a regañadientes.
― Y entonces?
Gus se encogió de hombros.
― Qué hay que hacer?
¿Qué tipo de operación anormal estaba ocurriendo aquí? Justin estaba sorprendido
que alguien como Max no tuviera un mejor equipo de seguridad. El presidente tenía
el sistema en su lugar. Él simplemente no tenía a las personas adecuadas.
Justin fue a la pared y tomó el portapapeles que colgaba allí. Era una lista de
verificación que Gus realizaba todas las noches, pero cuando Justin hojeó las páginas,
la mayoría de los artículos no habían sido comprobados en las últimas semanas.
Justin se puso el portapapeles bajo el brazo, y se dirigió a la parte delantera.
― Terminé aquí, Trey.
Él oyó a Gus murmurar algo acerca de un bastardo grosero. Justin tomaría eso.
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Trey caminó rápidamente pasando a Justin, su mirada al frente. El chico estaba
enojado. Parecía que Justin estaba haciendo muchos amigos aquí. Tan pronto como
salieron de la sala de seguridad, los ojos de Justin cayeron en el culo bien
redondeado de Trey y se preguntó cómo el chico parecería desnudo.
¿Y de dónde diablos ese pensamiento había llegado? Necesitaba recuperarse y no
pensar en Trey de esa manera.
Trey pulsó el botón del ascensor como si el botón lo hubiera ofendido de alguna
manera. Justin se quedó quieto. Trey no cantó junto con la música en su camino hacia
el piso doce. Miró a los paneles, con rigidez en los hombros.
― No tienes que tratar a Gus de esa manera. ― Trey empujó los puños debajo de
sus axilas, su mirada seguía al frente, enojada.
― Y qué manera sería esa? ― Justin se apoyó contra la pared, esperando la
respuesta de Trey.
― Como si fuera un criminal. ― Trey apuñaló el botón número doce en repetidas
ocasiones, como si la acción podría hacer el movimiento del ascensor más rápido. ―
Él es un tipo muy agradable.
Aunque Justin no tenía que explicar, dijo:
― Un buen tipo que no ha hecho su trabajo. ― El golpeó el tablero, que todavía
estaba cómodo bajo el brazo. ― Ninguno de los servicios nocturnos fueron vistos en
las últimas semanas.
Parte de la expresión de Trey se evaporó visiblemente.
― Tiene que haber una buena razón para ello.
― Pero Gus es demasiado orgulloso para responderme a mí. ― Justin cambió su
peso al otro pie. ― Si él tiene una razón para faltar en sus funciones, soy todo oídos.
Trey frunció los labios, que era adorable... no, no lo era. Justin apretó los dientes,
tratando de sacudirse el pensamiento de su mente.
― Está en la vejez. Tal vez hacer rondas es difícil para él.
― Entonces no debería tener este trabajo. ― Eso no era una excusa. A Justin no le
gustaba el hecho de que sólo había un hombre de seguridad en esa habitación. Esta
era una gran empresa y no debería haber apenas un tipo en el equipo de monitores y
haciendo rondas.
― Tú lo despedirás? ― Trey volvió sus ojos agrandados y los labios entreabiertos.
Justin respiró hondo y exhaló una maldición suave.
― Entiendo que yo soy el malo. Entrando en una empresa donde la gente son
amigos y sientes que estoy atacando a Gus. ― Esa fue la parte del trabajo que Justin
siempre odiaba. Fue lo que sucedía cada vez que tomaba una asignación. Él era el
chico nuevo, que entraba y ordenaba a todos a su alrededor, azotándolos de alguna
manera. A nadie le gustaba eso. Todo el mundo siempre ponía sus defensas a su
alrededor. Trey y Gus no fueron diferentes.
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Los ojos del asistente cayeron a la alfombra bajo sus pies y Justin sabía que evaluó
correctamente como Trey se sentía.
― Podrías haber manejado la situación un poco más ligera. ― Trey dijo en voz
baja.
Y esa solución siempre fue entregada a Justin por una persona u otra. La gente
sentía que era demasiado grosero o demasiado frío. Pero Justin siempre obtenía
resultados. Él tenía una tasa de éxito del cien por ciento, si estaba fijando a los
empleados acogidos o buscando una solución a otro problema, al igual que Max
quería.
― Cuánto tiempo has estado trabajando para Max?
― Desde que me uní al clan Riverwalker.
― Y cómo te convertiste en asistente de Max? ― Preguntó Justin.
La vacilación de Trey dijo a Justin que el chico no iba a ser plenamente honesto con
él.
― Max me puso en la escuela. Trabajé como su asistente todo el tiempo, me
contrató a tiempo completo cuando me gradué.
― Y conoces tu trabajo de dentro hacia fuera, ¿verdad?
Trey asintió.
― No dejarías de lado o te olvidarías de una de tus funciones, no?
Trey negó con la cabeza.
― Y si estuvieras relajado, simplemente haciendo apenas lo que es necesario para
sobrevivir?
― Yo nunca escaparía de mis deberes! ― La cara de Trey se volvió colorada
cuando apuñaló el botón de nuevo. El botón terminaría hundiéndose en el panel
cromado si Trey continuaba abusando de la cosa. ― Yo me tomo mi trabajo muy en
serio, señor Kemp. Max es como un padre para mí y yo nunca lo decepcionaría o a
esta empresa.
Justin arqueó una ceja.
Trey dio un pequeño gruñido que hizo acelerar la frecuencia cardíaca de Justin.
¿Qué demonios te pasa?
La rebelión del hombre estaba excitando a Justin.
¿Qué carajo?
― Ya entendí. ― Pero Trey no parecía muy feliz de que Justin tenía razón en lo que
había dicho sobre Gus. En todo caso, la columna vertebral de Trey se había vuelto
más rígida mientras él estaba allí.
Cuando las puertas se abrieron, Trey saltó a su escritorio y cogió una llave de la
gaveta deslizante en su mesa.
― Yo te mostraré la oficina que vas a utilizar.
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Las fosas nasales de Trey quemaron cuando cerró la gaveta. Con el brazo, hizo un
amplio gesto hacia el pasillo. Justin mantuvo su diversión oculta.
Los ojos marrones oscuro de Trey estaban fríos, duros y ásperos cuando Justin
pasó por el hombre.
― Es la primera oficina a la derecha. ― La voz de Trey era cortante.
Justin se dirigió a la puerta que estaba a sólo treinta metros de distancia del
escritorio de Trey. El asistente empujó la llave en la cerradura, abrió la puerta y,
entonces tenía la llave fuera. Justin la sacó de la mano del hombre antes entrar en su
despacho y cerró la puerta en la cara de Trey.
Deja que el hombre se enguise con él.

Trey quería lanzar algo, es decir, la puerta que acababa de cerrarse en su cara. Por
lo general era un hombre afable y raramente se levantó contra personas como el Sr.
Kemp. Pero el chico tenía una manera de presionar todos los botones de su ira.
Peor aún, Charity venía caminando por el pasillo, mirando a la puerta del Sr. Kemp
con una mirada de deseo, caminando hasta donde Trey estaba de pie.
― Veo que te estás dando bien con el Sr. Hot y Sexy.
Trey no estaba de humor para hacer frente a Charity y sus hormonas embravecidas.
El chico iba a dispararle a cualquiera que parecía ser rico. Aunque Trey no sabía nada
de las finanzas del señor Kemp, el hombre no parecía del tipo que desperdicia su
dinero. Trey estaba seguro de que el tipo tenía un salario decente pateando cachorros
de perros.
― Ahora no, Charity. ― Trey se acercó a su mesa, cayendo en su asiento mientras
trataba de calmar sus nervios crispados. Trey tendría que visitar a Gus después y
calmar las cosas. El señor mayor, probablemente, estaba perforando algo mientras
imaginaba la cara del señor Kemp.
Eso es lo que Trey habría hecho si el idiota a sólo diez metros de distancia hubiera
ladrado para él. Trey había entendido la cuestión planteada en el ascensor por el Sr.
Kemp. Pero a él no le gustaba la forma en que el tipo había puesto cebos en Trey
hasta admitir que Gus estaba acomodado.
El hijo de puta.
― Tal vez él necesitaba un hombre de verdad para aliviar algo de tensión. ―
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Charity hizo un guiño a Trey antes de desfilar por el pasillo.
Trey se preguntó si se metería en problemas si abriera una manguera de incendio
contra Charity.

Max besó a Serenity en la frente antes de salir en silencio del vivero. Él no podía
creer que fuera posible amar tanto a una persona tan pequeña. Su hija estaba
enroscada alrededor de su corazón y Max sabía que haría cualquier cosa para
protegerla.
Se reunió con Domingo y Kyle en su oficina.
― Has oído algo?
Domingo se relajó en su silla, moviendo la cabeza.
― La palabra es que Regis está tratando de reunir a otros alfas para agruparse.
― Contra los RiverWalkers? ― Max se sentó. Quería llamar a Trey, pero sabía que
el hombre tenía las manos llenas con Justin. Max tenía un doble propósito en la
contratación de ese tipo. Uno, sabía que Gus no estaba haciendo su trabajo en
Conzenza Corporation. Por supuesto, el hombre estaba envejeciendo, pero eso no era
excusa para su fracaso en hacer su trabajo. Max también sabía que tenía que contratar
más guardias de seguridad. No había nada de alto valor en el edificio, pero si alguien
quería un salto en el mercado de viviendas de bajo consumo energético, alcanzando
la lista de clientes de Max sería el primer lugar para comenzar.
Y lo más silenciosamente que fue mantenido, Max había iniciado una división
secreta que se ocupaba de rastrear y localizar a los Chekota Criadores. No que fuera a
utilizar esa información para su beneficio, pero sería bueno saber dónde estaban para
que pudiesen ser monitoreados y protegidos de cerca.
Max estaba decidido a garantizar que ningún otro criador fuera vendido al mejor
postor.
La segunda razón por la que había contratado a Justin Kemp era un poco ortodoxa.
Por mucho que Trey trató de ocultar el hecho de que él era un Chekota Criador, Max
había descubierto su secreto hace unas semanas. A pesar de que inicialmente estaba
molesto de que Trey lo había escondido de él, Max había entendido. Llámenlo
casamentero por interferir, pero desde el primer momento en que Max conoció a
Justin tuvo la sensación de que Justin y Trey serían perfectos uno para el otro.
18
A pesar de que podría estar equivocado.
― Tengo un amigo que me dice que Regis no ha tenido mucho éxito ― dijo
Domingo, sacando a Max de sus pensamientos. ― Aunque algunos alfas quieren a los
criadores, no tienen ningún deseo de ir para la guerra.
― Yo digo que rastreamos a Regis y matar al bastardo ― Kyle agregó desde
donde estaba sentado. ― Si él es el hombre que reúne a los criadores para ser
vendidos, entonces vamos a cortar la fuente y observar la dispersión de los alfas.
Ojalá fuera cierto.
― Ahora que los otros alfas saben que los criadores no se han extinguido, sin
importar si los criadores son panteras o seres humanos, matando a Regis no va a
impedirlos de querer reclamarlos como propios ― dijo Max. ― No hay de nada malo
en ello. Lo que yo estoy en contra es en obligar a los criadores, lo que equivale a la
esclavitud sexual y hacer que dan a luz a hijos contra su voluntad. Las subastas de
matrices son bárbaras y quiero que terminen.
El problema era que, Regis seguía cambiando su ubicación. Cuando Max pensaba
que tenía un bloqueo en una próxima subasta, ella cambiaba de lugar.
― Regis todavía tiene que morir por comenzar esta mierda y por tratar de matar y
secuestrar a Sari ― dijo Kyle.
Domingo dio una sonrisa maligna.
― Estoy de acuerdo con el pendejo.
Kyle frunció el ceño.
― Continúa llamándome así y estoy seguro que Gil será un hombre infeliz cuando
te corté las pelotas, maldito.
Domingo echó la cabeza hacia atrás y rió.
― Podrías intentar.
― Mantengan los ojos y los oídos abiertos ― dijo Max, interrumpiendo el juego.
― Quiero saber cuándo la próxima subasta ocurrirá.
― Yo también ― dijo Domingo con un brillo duro en sus ojos. ― Yo también.
El compañero de Domingo había sido subastado. Afortunadamente, Domingo
había rescatado a Gil antes de que el hombre que lo había comprado pudiera
reclamar su premio.
Max sabía que Domingo tenía un interés personal, y Max no detendría al hombre
de buscar su venganza.

19
Capítulo Tres

Mientras se vestía, Trey temía ir a trabajar. No sólo estaba teniendo que lidiar con
la actitud del Sr. Kemp, sino con la de Charity y sus hormonas en furia también. Tal
vez podría tomar unas vacaciones y evitar el próximo mes o algo así.
Desafortunadamente, Trey sabía que no podía dejar a Max. Su alfa dependía de
Trey para cuidar del nuevo jefe de seguridad. Tan mal como Trey quería tirar sobre el
Sr. Kemp y lanzar a Charity en un centro de rehabilitación para pervertidos sexuales,
sabía que tenía que sonreír y aguantar.
Agarrando su chaqueta, Trey salió de su habitación y bajó las escaleras. Max estaba
sentado en la sala de estar, Serenity acunada en sus brazos. Max parecía natural a la
hora de ser padre. El hombre tenía una fuerza para ser considerado peligroso, pero
20
ahora que tenía un compañero y una hija, era absolutamente letal.
Pero seguía siendo un buen alfa.
― Cómo está Justin trabajando? ― Max sostenía a Serenity en sus brazos mientras
la bebé dormía. Estaba envuelta en rosa, y su rostro apenas apareciendo justo encima
del paquete de mantas. Llámenme parcial, pero ella era la chica más hermosa en que
jamás había puesto los ojos Trey.
Trey no quería mentir a Max, él no quería. Si le dijera a su alfa que el señor Kemp
era un idiota insensible que necesitaba lecciones sobre la manera de tener contacto
con alguien, entonces sería más que probable que Max soplara una junta. Trey
todavía no estaba seguro de por qué el chico había sido contratado.
―Él lo está haciendo bien. ― Trey se puso su chaqueta y luego fue a la puerta. ―
Te veré más tarde.
― Yo no voy a ir hoy ― dijo Max cuando Trey alcanzó el pomo de la puerta. ― Sari
y yo vamos de compras para Serenity.
Eso era probablemente lo mejor. Trey no quería que Max viera cómo Justin trataba
con el personal. Su alfa tenía suficiente en su plato ahora. Max, Domingo y Kyle
todavía estaban cazando las subastas de Chekota criadores.
No quería poner más en el regazo del hombre.
Además, Trey podía manejar al jefe de seguridad.
― No es un problema. Nos vemos cuando llegue a casa. ― Es decir, si no mato a
ese imbécil sexy en el trabajo.
Trey a regañadientes conducía al trabajo, temiendo a cada segundo que tendría
que pasar por allí. No estaba de humor para la arrogancia del Sr. Kemp o las
travesuras inducidas por la lujuria de Charity. Trey sólo quería pasar sus días sin
incidentes.
Era una pena que el señor Kemp fuera tan arrogante. Qué desperdicio de un buen
hombre. Trey había soñado con el chico anoche, se despertó con una erección cerca
de ser dolorosa.
Nunca le diría al jefe de seguridad que se había masturbado mientras se imaginaba
cómo el señor Kemp podía parecer desnudo. 21
Ese fue el pequeño secreto de Trey.
Tirando del coche en el garaje, salió y caminó hacia el ascensor. Preferiría estar en
el médico recibiendo una colonoscopia que pasar el día con el Sr. Kemp. Cuando se
abrieron las puertas al piso doce, Trey respiró hondo y se dijo que hoy sería un buen
día.
― Llegas tarde.
O tal vez no.
― No sabía que tenía que llamarte― le dijo al señor Kemp poniendo la carpeta en
su escritorio y tomando su chaqueta. A propósito, dándole la espalda al chico. Si
miraba para el jefe de seguridad, sólo podría recordar el sueño.
Pero la suerte no parecía estar de su lado hoy. El Sr. Kemp se trasladó hasta
sentarse en el borde de la mesa de Trey con los brazos cruzados sobre el pecho.
La pantera de Trey comenzó a ronronear con la visión.
Trey estaba moliendo sus dientes.
― Puedes quitar el culo de mi escritorio? ― Si Trey no se equivocaba, el señor
Kemp tenía una sonrisa en su rostro antes de desaparecer rápidamente. Sabía que no
lo había imaginado, lo que significaba que el chico lo estaba haciendo a propósito.
Huyendo antes de tomar su engrapadora y disparar a la cabeza del tipo, Trey cruzó
la habitación para hacerse una taza de café recién hecho.
― Necesito que vengas conmigo al garaje.
Trey contó hasta diez antes de voltearse a mirar al hombre lindo.
― Por qué me necesitas?
Se podría decir que trabajar con el Sr. Kemp sería casi imposible. Arrogante como
el hombre era, también era guapísimo y tenía un infierno de una voz profunda.
El hombre llenaba todas las fantasías que Trey tenía sobre cómo el hombre de sus
sueños debía ser y parecer. Estaba teniendo una migraña recordando que el señor
Kemp no estaba interesado.
El jefe de seguridad caminó a través del cuarto, poniendo sus manos en los
bolsillos delanteros mientras miraba a Trey.
― Porque tengo que cuestionar algunas cosas y Gus parece más agradable cuando
estás cerca.
― Estoy ocupado, señor Kemp. Al contrario de lo que crees, yo realmente tengo
una agenda exigente. No estoy a tu disposición.
― Justin.
Trey parpadeó, sorprendido por su nombre.
― Discúlpame?
― Llámame Justin ― dijo Kemp. ― Si trabajamos juntos, prefiero que las cosas
sean menos formales.
Eso fue un shock. Trey no confiaba en los motivos del hombre, pero asintió con la
cabeza.
22
― Muy bien, así que llámame Trey.
― Te importaría venir conmigo al garaje? ― Preguntó Justin. Ok, ¿quién era este
hombre y qué pasó con el verdadero jefe de seguridad?
Debe haber habido una abducción extraterrestre anoche porque no había manera
de que el señor Kemp sea este buen hombre.
Pero, el hombre lo había pedido.
Trey asintió y luego se dirigió hacia el ascensor con Justin.
― Esto no tomará mucho tiempo, ¿verdad? ― Preguntó Trey. ― Tengo un montón
de trabajo por hacer.
― No ―. Justin apretó el botón del ascensor. ― No debe tomar más de media
hora.
Eso no era tan malo.
Esperaba que después, el hombre encontrara algo que hacer y se mantuviera fuera
de su camino. El perfume del hombre estaba llevando a la confusión a los nervios de
Trey. Su pantera dio un grito gutural bajo y Trey quería poner una mordaza en la cosa.
Las puertas se abrieron y entraron.
Trey escapó a la izquierda del ascensor, mantenimiento la distancia y esperando
que el ascensor bajara rápidamente. El olor a cuero y hombre llenó el pequeño
espacio cuando las puertas se cerraron.
Era una tortura.
Trey abrió los brazos cuando el ascensor se sacudió y se paró por completo. Lanzó
una rápida mirada a Justin antes de dar un paso y empezar a apretar el botón para el
garaje.
― Eso realmente no ayuda ― dijo Justin cuando se apoyó en los paneles de la
pared.
― Bueno, eso me hace sentir mejor. ― Trey golpeó la parte trasera de su mano en
el botón. ― ¿Qué hay de malo con esta mierda?
A Trey no le gustaba estar atrapado en los ascensores.
Estaban en el piso doce.
Y si el cable se rompía y ellos caían a su muerte?
Esto no puede estar pasando.
Trey agarró su corbata, aflojándola antes de golpear la palma contra el botón de
nuevo. Su corazón estaba empezando a latir más rápido y las paredes parecían que se
acercaban a él.
― Vamos ― dijo Trey, sintiendo el sudor correr y empezar un mareo.
― Tienes claustrofobia? ― Preguntó Justin.
23

Justin examinó la puerta de escape en la parte superior del ascensor antes de


aflojar los tornillos.
― Qué estás haciendo? No puedes ir allí ― dijo Trey, la molestia en su voz era
clara.
― Puede ser nuestra única salida. ― Estaban atrapados por más de media hora,
Trey había abofeteado ese maldito botón del garaje tantas veces que Justin no se
sorprendería si el hombre no tenía una herida en la mano.
Lo que quiera que estuviera mal, Justin no iba a sentarse y esperar por un técnico.
Trey no parecía que iba a durar tanto tiempo. La piel del hombre estaba roja, jadeaba,
sus ojos estaban saltando alrededor de los pequeños confines del ascensor.
Trey iba a perderse en cualquier momento.
― No ― Trey sacó el brazo de Justin. ― Y si vas allí y el ascensor se pone en
marcha? Puedes ser aplastado.
Los dedos del hombre se apretaron en el brazo de Justin.
Cuando Justin miró hacia abajo, Trey sacó sus manos y las retorció juntas. Justin
sabía que tenía que sacar al tipo de aquí.
Ya había probado con el botón de llamada, pero nadie había contestado. La única
cosa lógica para hacer sería esperar. Pero Trey parecía que estaba a punto de
explotar.
― Todo esto es tu culpa!
Sí, se estaba perdiendo.
― Yo estaba perfectamente bien en mi escritorio, pero insististe que tenía que
venir contigo. ― La voz de Trey se levantaba, luchando cuando sus ojos brillaron
alrededor del ascensor. ― Si no fueras tan estúpido, no me necesitarías para hablar
con Gus.
Cuando quedó sorprendido, Trey comenzó a golpear con los puños contra el
pecho de Justin. Justin agarró las muñecas del hombre, con más miedo de que eso
fuera a herirlo.
― Cálmate, Trey. Vamos a salir de aquí.
Trey sacó una mano libre, poniendo el brazo hacia atrás para dar una bofetada en
Justin.
Era el pánico hablando.
24
Justin sabía eso, pero había algo feroz en los ojos de Trey, Justin gruñó.
Agarró el brazo de Trey, conectando las muñecas del hombre juntas con una mano
mientras acercó más a Trey.
― Ten mucho cuidado con quien tratas de atacar.
― Entonces sácame de aquí!
Justin empujó a Trey contra la pared, observando cómo la respiración del hombre
se volvía difícil. Si el chico no se calmaba, estaría sin aliento. Justin hizo lo único en
que podía pensar, algo que hizo que su pantera rugiera en aprobación. Aplastó su
boca en la de Trey, obligando a su lengua a pasar los labios diluidos.
Trey luchó, balanceándose contra la pared. Si Justin hubiera pensado que el
hombre estaba realmente tratando de liberarse, habría soltado a Trey. Pero segundos
después, Trey se retorcía para acercarse, tirando de sus muñecas mientras abría la
boca más ancha, lloriqueando.
Maldita sea, hijo de puta!
Justin no pudo detener el gruñido en su garganta de vibrar cuando el dulce sabor
de Trey invadió sus sentidos. Era como nada que él alguna vez hubiera experimentado
antes. Trey tenía el sabor de la mejor miel, el vino más dulce. Sabía que tenía que
volver atrás y dejar que el hombre se fuera, pero era demasiado tarde.
La pantera de Justin había empezado a gustar del sabor del hombre y quería más.
Un largo suspiro salió de los pulmones de Justin cuando Trey colisionó sus ingles
juntas. Justin no estaba seguro de si el hombre lo había hecho a propósito o por
accidente al tratar de liberarse, pero sintió la erección de Trey presionándolo.
El olor de la excitación del hombre llenó el pequeño espacio, lo que llevó a Justin al
borde de la locura. Metió su pierna entre las de Trey, liberando sus manos para que el
hombre pudiera deslizarse hacia arriba y hacia abajo de su muslo.
Trey arqueó la espalda, agarrando los hombros de Justin cuando inclinó la cabeza
hacia un lado. Los ruidos que Trey estaba haciendo eran los más dulces sonidos que
ya había oído. Iban desde bajos gemidos para gemidos profundos, disparando la
sangre de Justin.
― Córrete para mí, bebé ― Justin apretó los montes firmes en forma de concha
del culo de Trey. Trey se estremeció en sus brazos mientras arañaba a Justin. Cuando
Trey tiró del pelo de Justin, este perdió control. Justin desabrochó los pantalones de
Trey y extendió su carne caliente, dura.
― Por favor ― Trey gimió y Justin pudo oír cómo de necesitado estaba el hombre.
Pasó la lengua por la boca de Trey, un buceo profundo mientras su mano acariciaba
la erección del hombre. Él pasó el pulgar en la cabeza de la polla de Trey, alisando el
pre―semen mientras masturbaba al hombre.
Trey echó la cabeza hacia atrás, golpeando contra la pared cuando gritó. Chorros
25
perla explotaron en la mano de Justin. Justin estaba tan tenso que pensó que se
volvería loco. Alcanzando entre ellos, desabrochó sus propios pantalones vaqueros,
tirando de la cremallera.
― Chúpame, bebé. ― Justin sacó la pierna entre él y Trey y lo convenció de
ponerse de rodillas. El ascensor estaba muy caliente. El aire era sofocante. Justin
estaba el borde de la cordura. Su pantera parecía estar bajo control ahora, deseosa de
sentir los labios de Trey envueltos alrededor de la polla de Justin.
Trey dudó por un momento y luego lo tragó en su garganta.
― Hijo de puta! ― Justin dio un puñetazo en la pared cuando el placer se envolvió
alrededor de su columna vertebral. Ambos antebrazos apoyados en la pared, mientras
bombeaba su polla en ráfagas cortas en la boca de Trey. El sudor le corría por la
espalda después de la confirmación. No podía creer lo fantástico que era. Trey tenía
labios hechos por los dioses.
Justin miró hacia abajo y vio cómo Trey se alimentaba de su erección. El hombre
parecía codicioso, lamiendo y lamiendo, chupando. La visión de lo que Trey estaba
haciendo, lanzó a Justin hasta el borde.
El dejó escapar un gruñido profundo cuando su orgasmo lo rompió. Justin empujó
sus caderas cuando se vació en la garganta de Trey, con las piernas temblando
mientras Trey bebió hasta la última gota.
Cuando su orgasmo empezó a aclararse, el sentido común comenzó a volver. Justin
maldijo entre dientes cuando se dio cuenta de que había roto la regla de oro.
No mezclar los negocios con el placer.
Trey rápidamente retrocedió cuando el ascensor se sacudió y comenzó a moverse.
Ambos se arreglaron a toda prisa, cuando las puertas se abrieron en el piso doce.
Justin pudo ver que Trey estaba evitando el contacto con los ojos.
Parecía que él no era el único que lamentaba lo que acababa de hacer.
Trey salió del ascensor, corriendo hacia el baño de hombres.
Justin lo dejó pasar.
Necesitaba espacio también.
Decidió reanudar su misión original, tomó las escaleras al garaje.
Él gimió cuando vi a Charity caminar hacia él.
Esto no era lo que Justin necesitaba ahora.

26
Capítulo Cuatro

Trey tejió su camino de regreso a su cama después de vomitar el almuerzo en el


inodoro. No había forma de volver a trabajar hoy.
¿Cómo demonios podía haber sido tan estúpido?
Quería golpear en su propio culo por haberse dejado llevar en el momento y
dejado que sus hormonas lo gobernaran.
Él lo sabía bien.
Trey había tenido cuidado toda su vida, lo que significaba que incluso era virgen.
Era un Chekota Criador. Descuidarse no era una opción, sin embargo, había lanzado la
precaución al viento con un toque cálido.
Era un maldito carente?
27
Dios, era tan patético.
Un beso y había perdido la razón.
Y ahora su cuerpo estaba pasando por el cambio, preparándose para llevar a un
niño.
Hablando sobre la peor clase de error que podría haber cometido.
Se subió a la cama, y tiró las mantas sobre su cabeza.
¿Cómo pude ser tan descuidado?
Tal vez un agujero se abriera y lo tragara.
Sabía que no tendría tanta suerte.
No importa de quién se trataba.
Si Trey tuviera relaciones sexuales, quedaría embarazado.
La idea lo ponía enfermo.
Gimió cuando alguien llamó a la puerta de su habitación.
Trey no quería ver a nadie ahora. Estaba demasiado ocupado reprendiendo a sí
mismo.
― Trey.
Cuando oyó la voz de Max, tragó.
Su alfa era la última persona que quería ver.
No quería mentirle al hombre, pero sabía que no podía decir una palabra. No le
había dicho a Max acerca de ser un Chekota Criador. Por un fugaz segundo Trey
consideró decirle al alfa lo que estaba pasando. Pero esta era su confusión y
necesitaba resolverlo por sí solo.
― Estás bien? ― Preguntó Max. Trey podía sentir el hundimiento en la cama y
sabía que el hombre estaba sentado a su lado. Había hecho algunas cosas estúpidas
en su vida. Creció en las calles y había algunas cosas en su pasado de las que no
estaba orgulloso. Pero lo que había hecho en el ascensor tomó la parte superior de la
torta. Fue la madre de todas las estupideces.
Trey bajó la manta.
― Sólo un malestar estomacal. ― Se sintió como una mierda por mentirle a su alfa.
Preocupación llenó los ojos de Max cuando le preguntó.
― Debo llamar a Devyn?
Esa era la última cosa que quería hacer. Si el médico del clan lo examinaba, de
inmediato sabría lo que estaba mal. Ya era malo suficiente haber cometido un error
tan tonto. La reacción de Justin ayer le dijo todo lo que necesitaba saber.
El jefe de seguridad había sido sorprendido en el momento, nada más. Lo que
habían hecho en el ascensor eran sólo dos personas rascándose la picazón. Tan
pronto como se abrieron las puertas, Justin había huido.
Eso se merecía Trey.
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Sin embargo, cuando regresó del baño, esperaba que Justin estuviera esperando
en su escritorio. O, al menos, en su oficina. Pero Justin no había perdido tiempo en
alejarse de Trey.
Además de sentir que había sido golpeado, se sentía mortificado para enfrentar a
Justin.
― No ― respondió al hombre. ― Eso no será necesario. Sólo necesito un poco de
descanso.
Max le palmeó el brazo.
― Tomate el día libre. Tú trabajas muy duro. Descansa todo el tiempo que
necesites y quiero saber si hay algo que pueda hacer por ti.
Trey se mordió el labio mientras asentía. De nuevo, se sentía como basura por
mentirle a su alfa. Los ojos calientes de Max lo hicieron sentirse diez veces peor.
― Cómo está Serenity? ― Trey preguntó para cambiar de tema.
La hija de Max era uno de las panteras dotadas. Ella tenía la capacidad de curación.
Incluso siendo tan joven, sus poderes eran impresionantes. Sería una poderosa
pantera cuando fuera mayor. Sari pasó un tiempo viviendo en el solarium con Serenity
y todo el mundo se dio cuenta de cuan intensamente saludables las plantas parecían.
Ellas crecieron tanto sobre una base diaria. Incluso el lado del jardín afuera había
comenzado a producir las mayores y más maduras frutas y verduras que Trey había
visto.
Una sonrisa tiró a un lado de la boca de Max.
―Saludable y feliz. Gracias por preguntar ― dijo Max. Una vez más le acarició el
brazo a Trey. ― Sólo descansa.
Trey planeaba eso. Se sentía con fiebre, náuseas, le dolía la cabeza de nada.
Además de todo esto, estaba mareado. No, él no iba a salir de esta cama. Sólo
deseaba poder comenzar el día de ayer de nuevo y negarse a entrar en ese ascensor
maldito con Justin.
Así que cuando Max salió de la habitación, Trey echó la manta sobre su cabeza.

― Toc, toc.
Trey gruñó cuando oyó a Kyle. 29
― Estoy enfermo. Vete.
Kyle rió cuando entró en la habitación y se echó sobre su cama. El hombre no tenía
ninguna consideración.
― Pensé que estabas fingiendo para dejar el trabajo. ― Kyle levantó la punta de la
manta de Trey. ― Pensé que estabas matando clases, podríamos huir y meternos en
problemas.
Trey no tenía necesidad de entrar en más problemas de los que ya estaba.
― No me siento bien, Kyle.
Kyle miró sobre su hombro a la puerta antes de regresar alrededor.
― Pasé por Max en el pasillo y me dijo que estabas con dolor de estómago. Esta es
una mala excusa. Pero si no estás mintiendo, entonces toma algo para ello y ven a
quedarte conmigo.
― Estás aburrido? ― Trey preguntó, sentado de espaldas contra las almohadas. Su
estómago no se rebeló y no se sintió como si la habitación diera vueltas. Esa era una
buena señal.
― Sólo loco por alejarme por un tiempo. ― Kyle sonrió, mostrando sus hoyuelos.
Era raro que él y Kyle salieran. Trey trabajaba el todo el tiempo. Pero él estaba
empezando a preguntarse sobre el sufrimiento de Kyle. El hombre parecía realmente
sincero sobre el deseo de alejarse por un poco y llevarlo con él.
Lástima que su cuerpo todavía se sentía como una mierda.
― Voy a pasar, Kyle. Realmente no me siento bien y necesito dormir un poco.
Kyle hizo un mohín.
― Está bien, perdiste la oportunidad de hacer travesuras. ― El shifter pantera se
deslizó fuera de la cama y se dirigió a la puerta. ― No puedo hablarle a cualquiera de
los compañeros para ir. Dos tienen hijos y ahora uno está cerca de su fecha de parto.
Trey logró esbozar una sonrisa.
― Ve a ver si Devyn quiere salir contigo.
Kyle torció la nariz en una mueca.
― No, Devyn es una babosa. Cuando empezáramos a tener problemas, el
pensamiento lógico del hombre patearía y metería la pata.
― Lo siento. ― Trey se volvió, poniendo la manta sobre su cabeza mientras
deseaba que su “enfermedad” se aliviara.

30
Max sabía que Trey le estaba mintiendo.
Había algo pasando que su asistente no le estaba diciendo.
Pero la enfermedad lo dejó preocupado.
O Trey realmente tenía un dolor de estómago o estaba pasando por el cambio.
Si fuera esto último, entonces sería necesario que Max interviniera.
Trey era un shifter pantera.
Eso significaba que iba a entrar en el calor de apareamiento, alertando a todos los
alfas en la zona con su olor irresistible. Sabía que Justin y Trey estaban en la garganta
uno del otro, pero eso significaba fuertes sentimientos y fuertes sentimientos
significaba que había una atracción.
Procésenlo por intervenir y poner a los dos juntos.
Max sabía de hecho que Justin era perfecto para Trey.
Él sólo tenía que llegar a tener a los dos juntos, y tenía una solución brillante.
Si Trey quería alejarse de todo, el hombre necesitaría un guardaespaldas.
No es así?
Max sonrió cuando despegó para la oficina, listo para poner su plan en acción. Sólo
esperaba como el infierno que Justin y Trey no corrieran con ningún problema
mientras estaban escondidos en Six Rivers.
Justin no estaba seguro de dónde estaba Trey, pero para ser honesto, se alegró por
el indulto. Necesitaba la cabeza de vuelta en el juego, a pesar de haber pasado la
mayor parte de las últimas tres noches pensando en lo que había sucedido en el
ascensor.
Trey le hizo romper su regla de oro y ahora el hombre parecía ser todo en lo que
podía pensar Justin. Eso era inaceptable.
Justin tenía más control que eso.
Estaba aquí para averiguar quién estaba jugando con la empresa, no para tener
sexo. 31
Hablando de... Justin soltó un gruñido cuando Charity golpeó en su puerta.
No necesitaba esa mierda. Charity estaba persiguiendo a Justin desde hace tres
días. El asistente debía pensar que sólo porque Trey no estaba aquí, Justin era un
juego gratuito.
― Qué necesita, Charity?
Charity se deslizó en la oficina, sentado junto a la mesa de Justin.
― Me preguntaba si querías almorzar conmigo.
Justin estaba revisando la videovigilancia de anoche. Alguien había invadido el
edificio y robaron otra pintura. No estaba seguro de cómo la persona entró o evitó las
cámaras. Incluso Justin había colocado algunas nuevas cámaras que nadie conocía.
Sin embargo, el culpable se había quedado en las sombras. La pintura había
desaparecido del quinto piso. El ladrón no había utilizado el ascensor y las imágenes
de la quinta planta no mostraron visitantes inesperados después de horas de oficina.
Simplemente no entendía.
― No ― dijo Justin. ― Tengo trabajo que hacer.
Charity estaba decidido. Se inclinó, frotando la mano en el cuello de Justin. Justin
se volvió, agarrando la muñeca de Charity. Los ojos del hombre parecían arder en el
movimiento agresivo. A partir de la reacción, Justin sabía que al chico le gustaban los
hombres fuertes. Pero él no estaba jugando y se estaba cansando de los movimientos
audaces del hombre.
― Vete, Charity.
Charity sacó su mano libre cuando él entrecerró los ojos.
― Qué diablos tiene el asistente de Max que yo no tenga? Vi cómo lo mirabas
cuando empezaste a trabajar aquí. Soy diez veces más bonito que Trey.
Justin dio un puñetazo en la mesa con la mención del nombre de Trey. No sabía
por qué, pero él estaba molesto de que Trey no había aparecido por el trabajo en los
últimos tres días. No debía preocuparse, pero él lo hacía.
Fue una maldita mamada en el ascensor. Ahora, el chico estaba evitando a Justin
como si tuviera una enfermedad maldita, o algo así.
― Salga de mi oficina antes de que ponga su culo fuera.
El chico pasó tan rápidamente por el escritorio de Justin que juró que Charity
tropezaría con sus pies. Pero no lo hizo. Estaba de pie con una expresión enojada en
el rostro.
― Tal vez si te doy algo en el ascensor, serías más receptivo.
La declaración sorprendió a Justin.
Charity salió de su oficina, cerrando la puerta detrás de él.
Justin minimizó la pantalla que estaba viendo y buscó los archivos hasta que
encontró lo que estaba buscando.
Cuando puso la película en la pantalla, sintió que la sangre de su cara se iba.
Efectivamente, allí estaban él y Trey, el aire calentándose en el ascensor. Gracias a
32
Dios no había audio. Ese simple hecho confundió a Justin. Estaba agradecido por sus
palabras en voz suave y que las palabras de Trey todavía seguían siendo un acto
íntimo entre ellos que nadie se había dado cuenta.
Justin empujó a un lado ese pensamiento.
La gran pregunta era, ¿cómo Charity sabía lo que había sucedido?
Gus.
Ese hijo de puta.
Parecía que el anciano sabía más de ordenadores de lo que Justin creía. Sabía que
algunas personas eran reacias a tener un nuevo jefe, sobre todo cuando estas
personas habían hecho su trabajo durante mucho tiempo, pero esto era muy bajo.
Justin empezó a preguntarse quién más sabía sobre el incidente del ascensor.
¿A cuántas personas, Gus le había mostrado las imágenes?
Después de eliminar los archivos de vídeo, Justin se levantó e hizo su camino hacia
el garaje. Cuando entró en el ascensor y bajó, miró hacia donde él y Trey se habían
presionado contra la pared.
Su polla palpitaba.
Su polla palpitaba en sus jeans y su pantera maulló por Trey.
El tipo había chupado su polla.
Esto no era igual a una relación.
Justin no debería tener deseos de ver a Trey de nuevo.
¿Cuántas veces había logrado una mamada rápida o tenía sexo sin sentido?
Muchas.
La pantera de Justin nunca había golpeado un ojo antes.
Así que ¿por qué ahora?
¿Qué tenía de especial Trey?
El tipo era un tipo simple de mirar. Por más que no quería admitirlo, Charity tenía
razón al decir que él era mejor para mirar que Trey.
Pero Justin sabía que había más en la vida que la apariencia. Por desgracia, nunca
puso esa creencia en práctica antes. Cuando Justin rondaba por una pareja de cama,
la apariencia había sido siempre lo primero que le llamó la atención. Sin embargo,
Trey parecía estar bajo su piel, maldita sea, en su cerebro, lo que afectaba el cuerpo
de Justin, aunque el hombre no estaba ni siquiera cerca.
Justin se pasó la mano por la cara.
― Estoy perdiendo mi maldita mente.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Justin se sorprendió al ver Max de pie
allí.
― Bueno, apenas la persona que quería ver ― dijo Max cuando entró en el
ascensor y apretó el botón para el piso doce. Parecía que la visita a Gus tendría que
esperar.
33
Max se volvió hacia él y Justin podía ver la preocupación en los ojos del hombre.
― Tengo una cabaña en Six Rivers. Trey fue allí, alegando que necesita algo de
tiempo para sí mismo. ― Max se rascó la barbilla. ― Pero creo que hay más en juego.
No estoy seguro de lo que es.
― Qué es lo que necesitas que haga? ― Preguntó a Justin, pero él tenía la
sensación de que ya sabía la respuesta.
― Quiero que vayas allí y averigües si Trey está en problemas. ― Max atrapó a
Justin con un brillo duro en sus ojos. ― Me preocupo profundamente por Trey. Si
algo está mal, quiero que resuelvas el problema. Entendido?
― Alto y claro. ― Justin asintió.
― Si realmente necesita un poco de tiempo para sí mismo, entonces después de
asegurarte de que él está a salvo, puedes regresar. ― Las puertas se abrieron y Max
salió del ascensor. ― Mi Sentinela, Domingo, está esperándote abajo. Él te llevará al
aeropuerto. A partir de ahí, tendrás un helicóptero. Si hay alguna amenaza para Trey,
vas en silencio y quitas a la persona detrás de él.
Justin tomó el ascensor hacia abajo, gruñendo a su pantera cuando la maldita cosa
ronroneó ante la perspectiva de ver a Trey de nuevo.
Capítulo Cinco

Trey estaba en el dique, tirando piedras al agua y preguntándose si había hecho lo


correcto. Pero cada vez que alguien había mirado en su dirección, temía que iba a
quedar embarazado. Sabía que no podía quedar embarazado sólo a partir de una
mirada, pero ya estaba completamente aterrorizado. Sabía que su cuerpo pronto
emitiría feromonas pesadas, dejando a cualquier hombre maldito en unos diez
kilómetros saber que él estaba en celo.
Esto sólo ocurría con Chekota Criadores shifters. Sabía que Sari, Trevor y Gil no
habían pasado por eso. Eran humanos. No habían desprendido cualquier olor.
Para Trey, preocuparse por quedar embarazado había sido una preocupación
constante desde que llegó a la edad adulta.
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Trey miró el bosque, sintiendo como si alguien lo estuviera viendo. Los pelos de la
nuca se erizaron. Tal vez pasar tiempo al aire libre no era una buena idea. Nadie
poseía el territorio Six Rivers, pero eso no quería decir que estaba solo.
Volviendo, Trey chocó contra un muro duro de carne. Se quedó sin aliento, casi
cayendo sobre su culo antes de que fuertes brazos lo rodearan, manteniéndolo en
posición vertical. Cuando levantó la vista, se sorprendió al ver a Justin sosteniéndolo.
― Qué demonios estás haciendo aquí?
Trey estaba en celo y la última cosa que quería era estar cerca de Justin.
El calor solo duraría siete días, pero esos siete días serían un infierno. Su piel
sensible, su polla dura. El olor de Justin llenaba sus pulmones y quería ronronear.
Justin entrecerró los ojos, inclinó la cabeza, mientras respiraba hondo. Trey
realmente podía ver malditos ojos de la pantera del hombre surgir. Las puntas de los
caninos de Justin aparecieron justo debajo de su labio superior.
El estaba asustado y rezando para que Justin no lo tomara aquí en el banco de
rocas. Pero Justin negó con la cabeza, sus ojos volviendo a la normalidad con sus
colmillos retraídos.
― Max me envió para asegurarse de que estabas bien.
Justin se aseguró de que Trey estaba en equilibrio antes de dejarlo ir. Oh, eso no
era bueno. No era bueno en todo. Justin siguió a Trey cuando comenzó a volver a la
cabaña, listo para atrincherarse en el interior, dejando a Justin.
La extensión de los hombros de Justin parecía tan grande que Trey tenía dificultad
para concentrarse. Tenía que concentrarse para entender lo que Justin acababa de
decir. Oh, sí, Max.
― Por qué te iba a enviar aquí?
Lo que Trey tenía que hacer era llegar a la puerta y luego podría bloquearse en el
interior. Si Justin se quedaba alrededor de su olor mucho más tiempo, el hombre lo
estaría tomando y follándolo hasta que estuviera en coma.
Así que, eso no estaba sucediendo.
Trey esperaba.
Pero con el calor en los ojos de Justin, mantenerse dentro iba a ser más fácil decirlo
que hacerlo. No le gustaba el hecho de que los criadores humanos no tenían que
pasar por esto. Sus cuerpos pasaban a través del cambio, al igual que todos los
criadores, pero los seres humanos no emanaban una feromona que atraía a cada
maldito macho a millas de distancia. Ellos no entraban en celo tampoco.
Todo parecía muy injusto para Trey.
― Tu alfa parece pensar que viniste aquí por razones diferentes de lo que dejaste
ver. ― Justin se mantuvo a la par con él, lo que sólo hizo a Trey moverse más rápido.
― Por qué piensa eso? ― Maldición Max y su ojo perspicaz. Trey debería haberlo
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sabido mejor antes de mentirle a su alfa. Sólo esperaba que Max no hubiera
adivinado la verdadera razón para venir aquí.
― Golpéame ― Justin respondió. ― Pero tengo que estar seguro de que no hay
nadie detrás de ti.
De la forma en que Justin estaba persiguiendo sus pasos, Trey diría que el jefe de
seguridad estaba detrás de él. Tal vez si se hundiera en un baño de hielo, el olor se
disiparía.
Trey sabía que era una ilusión.
Cuando Trey llegó a la puerta de la cabaña, trató de correr y cerrarla, pero Justin
pasó por la entrada antes de que Trey tuviera la oportunidad de cerrar la puerta. El
tipo estaba un poco demasiado cerca de Trey. Casi podía sentir la respiración de
Justin en la nuca.
Trey sabía que Justin no tenía idea de lo que estaba sucediendo. Es así que el calor
de acoplamiento funcionaba. Ahora la cabeza del chico se bañaba en el olor, incapaz
de pensar con claridad.
Trey estaba tan excitado.
Su pene estaba tan duro que estaba seguro de poder clavar algunos clavos en el
suelo con la maldita cosa. Todo lo que quería era que Justin lo tocara, para frotar su
olor por todo su cuerpo hasta que no pudiera pensar más.
Luchar contra el calor se estaba convirtiendo en una batalla perdida.
Justin envolvió su mano alrededor del brazo de Trey, llevándolo más cerca. El calor
de la mano del hombre quemaba a través de la manga de Trey.
― Entonces, tú estás?
Trey parpadeó, confundido por lo que estaba preguntando Justin.
― Yo estoy qué?
― En problemas?
Más de lo que el hombre sabía. La polla de Trey estaba peleando con su
cremallera, pidiendo para ser libre. Cruzó la habitación, haciendo su mejor esfuerzo
para aclarar su cabeza. Tenía que salir de aquí. Levantó la vista cuando oyó a Justin en
movimiento. El hombre venía directamente hacia él, caminando con una marcha
depredadora que tenía a su corazón tronando contra sus costillas.
Trey dio un paso atrás hasta que sintió la pared detrás de él. No había lugar a
donde ir cuando Justin cerró la distancia.
― Por qué demonios estás huyendo de mí? ― Justin preguntó, su voz un gruñido
bajo, serio.
― Acabé de llegar.
Justin negó con la cabeza.
― Me refería en Yosemite. Por qué me dejaste después de lo que tuvimos en el
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ascensor?
Porque hice la peor decisión de mi vida en ese ascensor.
― Como le dije a Max, sólo necesitaba unas vacaciones. Estoy abrumado.
― Tonterías ― Justin estalló cuando le puso una mano en cada lado de la cabeza
de Trey, sosteniéndolo suficientemente. ― Te escapaste porque te asusté?
― Yo no escapé ― Trey se defendía mientras se bajó y se trasladó de la pared
antes de que Justin pudiera agarrarlo. Él caminó hacia el cuarto de baño. Estaba
decidido a bloquearse en el pequeño cuarto de baño. ― Yo estoy bien. Puedes volver
a Yosemite.
Justin inclinó la cabeza hacia atrás y respiró hondo. Cuándo bajó la cabeza, sus ojos
cambiaron al felino de nuevo.
― Sométete a mí, Trey.
― Cómo demonios. ― Trey giró sobre sus talones y corrió hacia el baño, pero
Justin se apresuró, bloqueando su escape.
Girando a la derecha, Trey fue hacia el dormitorio. En su estado de pánico, no
pensó que era una mala elección.
Sin embargo, no llegó a la habitación.
Justin estaba sobre él en cuestión de segundos, llevándolo al piso.
Lo que más asustó a Trey era lo mucho que quería eso. Incluso antes del calor de
acoplamiento que se movía a través de él, quería a Justin.
Su cuerpo volvió a la vida y su pantera ronroneó en aprobación cuando Justin
cubrió su cuerpo.
Trey tragó.
El calor del acoplamiento no se iba después de un polvo. Justin estaría sobre él
hasta que Trey quedara embarazado.
Era la naturaleza de su especie.
Algunos decían que era la forma de la madre naturaleza para garantizar la
supervivencia de la especie de las panteras.
Trey sólo esperaba que él sobreviviera.

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Justin no podía conseguir sacar el olor maravilloso, erótico, picante de su sistema.
Percibió el olor incluso antes de encontrar a Trey en el muelle. Una vez que el
helicóptero aterrizó, dejándolo en un claro a 8 kilómetros de la cabaña, la fragancia le
dio un duro golpe. Era el perfume más crudo y sexual, dejando a Justin preparado y
listo.
Él se había sentido atraído por Trey antes, pero ahora... Joder.
Extendió una de sus garras, que alcanzó entre ellos y cortó la camisa de Trey, los
botones desparramándose en el suelo. Trey se retorció, pero él podría decir que el
hombre quería eso tanto como él quería. Los ojos de Trey cambiaron a su pantera, sus
colmillos extendidos. Justin sabía que nunca había visto una visión más
impresionante.
Trey gimió y tembló y Justin no podía pensar en nada más que enterrar su polla
dentro del hombre.
Acarició su cuello, ya adicto al olor que Trey estaba emitiendo.
Algo en la parte posterior de la cabeza, advirtió a Justin para dar un paso atrás y
examinar esta situación, pero estaba demasiado lejos para importarle. La única cosa
en su mente era que él quería joder a Trey.
― Quítate tus malditos pantalones ― Justin exigió.
Trey se volvió a sus manos y rodillas, antes de trabajar los pantalones todo el
camino a los tobillos. Justin se movió hacia abajo, pellizcando a Trey por encima de
las mejillas.
Él utilizó una mano para quitarse los zapatos y los calcetines, y luego el tipo sacó
sus pantalones el resto del camino. Trey se meció un poco más hasta que se sacó su
camisa.
El hombre estaba completamente desnudo debajo de él, haciendo a su pantera
aullar de placer. Avanzando más, Justin lamió un camino a través de la espalda de
Trey mientras se quitaba sus propios pantalones. Trey proyectó su culo en el aire y
bajó sus hombros en el suelo.
― J-Justin, por favor.
El gemido gutural fue la ruina de Justin.
Él aseguró los montes en sus manos, separando las mejillas antes de sumergirse
dentro. Pasó la lengua por la entrada de Trey que gritó, empujando su trasero contra
los labios de Justin. La fragancia picante de Trey era más fuerte ahora y le llevó hasta
la última gota de autocontrol que poseía para preparar a Trey para la invasión.
Él quería tener sexo con Trey, no hacerle daño.
Justin cayó insertando dos dedos en el culo de Trey.
Un estremecimiento de pura adrenalina y placer sacudió a Justin mientras veía al
hombre aquí en sus manos y rodillas. Justin apretó la mandíbula mientras empujó sus
dedos, manteniendo una mano plantada en el culo de Trey evitando que el hombre
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se empujara demasiado lejos. El culo de Trey apretó sus dedos empalados enviando
un choque de necesidad.
Justin había estado alguna vez tan excitado?
Su estómago se apretó mientras su polla se endureció. Sabía que no podía esperar
más.
Sacó sus dedos y utilizó saliva para humedecer la entrada de Trey. No era la mejor
cosa para utilizar, ni mucho menos, pero Justin no tenía coraje para buscar en el lugar.
Apenas estaba logrando contenerse.
Dejando escapar un rugido feroz, Justin alineó su erección en la entrada de Trey y
empujó para adentro de Trey que se quedó boquiabierto y luego gritó.
Justin se detuvo, preguntándose si había herido al hombre.
Pero cuando Trey comenzó a empujar hacia atrás, tuvo su respuesta.
Hijo de puta!
Trey era tan estrecho, apretado alrededor de su polla que casi se corrió.
Justin dio un paso atrás, agarró las caderas de Trey, golpeando su cuerpo cuando
Trey dejó escapar un sonido bajo, lamentando y cayendo hacia delante, Justin aterrizó
sin soltar a Trey cuando acarició el cuello del hombre.
Mordió suavemente su piel, gruñendo posesivamente cuando Trey gimió.
Justin apretó los dientes en su hombro, manteniendo al hombre en el lugar
mientras empujaba más profundo.
― Muérdeme ― Trey rogó.
Justin sabía que no podía luchar contra su necesidad de hacer a Trey suyo. Su
pantera ya había reclamado al chico. No importa lo que Justin hiciera, su pantera
nunca aprobaría a cualquier otro en su cama. Lamiendo un camino por encima del
hombro de Trey, Justin sonrió cuando Trey se estremeció.
― Quieres ser mi compañero? ― Justin gruñó al oído de Trey.
― Quiero. ― Trey golpeó con su culo contra la entrepierna de Justin, lo que envió
un torbellino de placer eufórico. ― Quiero que me muerdas.
Espera.
Piensa.
Pero Justin no pensó.
Él estaba actuando por puro instinto, su pantera al control.
Sólo importaba hacer a Trey de él.
No importa que el hombre hubiera huido.
No importa que lucharan entre sí todo el tiempo.
No importa incluso si Justin no conocía a este hombre.
Nada importaba, la pantera de Justin estaba reclamando a Trey.
Los caninos de Justin traspasaron el hombro de Trey que gritó haciendo a su culo
apretar alrededor de la polla de Justin.
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Era casi imposible que Justin se moviera.
El culo de Trey ordeñaba su erección, haciéndole ver estrellas, antes de que fuera
capaz de moverse de nuevo.
Justin sacó los caninos dejando a Trey libre que se derrumbó bajo él. El hombre
estaba jadeando pesadamente cuando Justin dio un paso atrás y volvió a bombear en
el culo de su compañero.
Joder, su compañero.
Justin puso una tapa en ese pensamiento.
No quería pensar en eso ahora.
Ahora no.
Más tarde.
Mucho más tarde.
Justin empujó unas cuantas veces más antes de que él se endureciera, gritando
cuando su semen pulsó en el culo de Trey.
Sus movimientos desaceleraban mientras besaba los hombros de Trey, dejando
escapar un ronroneo.
Justin seguía temblando, pero estaba frotando su olor en Trey, y estaba disfrutando
más de eso que de la sensación de estar dentro de Trey.
Dios, necesitaba una larga siesta ahora.
Justin se soltó y cayó de espaldas, mirando al techo mientras trataba de poner su
respiración bajo control. Volvió la cabeza cuando Trey estaba de pie, dándole la
espalda a Justin mientras se ponía los pantalones.
― Adónde vas? ― Justin estaba lejos de terminar con Trey. Su polla estaba todavía
dura como una roca y estaba lista para una segunda vuelta.
Cuando los pantalones de Trey estaban en su lugar, se dio la vuelta.
― Baño.
Justin hizo una mueca cuando vio puro terror en los ojos de Trey.
¿Qué demonios estaba pasando?

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Capítulo Seis

Sentado en el piso del baño, con la espalda contra la pared, Trey acunaba su cara
con las manos.
Estaba tan cansado que lo único que quería hacer era ir a la cama.
Pero no había manera en el infierno que iba a volver allí. No importaba que él
estuviera sentado aquí durante horas, evitando a Justin. El tipo había llamado a la
puerta, casi rompiendo la maldita cosa, pero finalmente cedió después de que Trey le
gritara que se fuera.
Ahora estaba sentado aquí, aterrorizado.
Trey se levantó y abrió el grifo, poniendo sus manos bajo el agua antes de salpicar
su rostro.
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― Tengo que permanecer despierto. ― Si se quedaba despierto, entonces, Trey
podía esperar hasta que Justin se durmiera y entonces se escurriría fuera del baño y
huiría de él. No estaba seguro de a dónde iba a ir, pero Trey sabía que tenía que
poner mucha distancia entre él y Justin. Se miró en el espejo y se quedó sin aliento
con sus ojos de pantera. El calor apareamiento todavía corría por Trey, pero no era
tan malo como lo había sido antes.
― No puedes ir a casa ― le dijo a su reflejo. ― Si Kyle o Devyn te olieran,
entonces... ― Trey se estremeció ante la idea.
Kyle y Devyn eran como una familia para él. Dejar a uno de ellos joderlo era
simplemente extraño.
Él no tenía que preocuparse por Max, Jordan, o Domingo. No serían capaces de
oler las feromonas que Trey estaba exhalando porque que ya estaban acoplados.
Será que Kyle y Devyn lo olerían?
Justin se había apareado con Trey.
Él todavía estaba emitiendo feromonas?
Estaba matando a Trey no saber la respuesta.
Masticándose el labio inferior, Trey miró a la ventana del baño. Si Justin seguía
despierto, el hombre podría oír cuando abriera la ventana, y no había forma de
detener al hombre tratando de abrir la puerta del baño. Pero Trey estaba quedándose
sin tiempo. El calor aparecería dentro de él y Justin perdería su mente otra vez.
Trey se metió en la bañera y abrió la ventana. Estaba moviéndose lentamente,
haciendo todo lo posible para no hacer ruido. Si él todavía estaba en el calor,
significaba que Trey no estaba embarazado... todavía. Él no estaba quedándose
alrededor de Justin hasta que pasara el calor. Su pantera gruñó en señal de
desaprobación.
― Oh, cállate ― gruñó suavemente. Trey necesitaba espacio para pensar. Estar tan
cerca de Justin estaba jodiendo su cabeza. Todo lo que él quería era tiempo a solas
para arreglar las cosas y ponerlo todo en perspectiva. Estaba seguro de que una vez
que tuviera la cabeza clara, surgiría una solución.
Trey comenzó a abrir la ventana, haciendo una mueca cuando esta hizo un sonido
de raspado alto. Contuvo el aliento, esperando. Cuando Justin no echó abajo la
puerta, Trey siguió levantándola hasta que había suficiente espacio para pasar.
Se puso de pie junto a la ventana, cayendo al suelo exterior. Sin perder tiempo,
Trey se puso de pie y salió corriendo. Él estaba huyendo de Justin, pero Trey sabía
que no era de la única cosa que estaba huyendo. Los recuerdos que había tratado de
enterrar durante tanto tiempo parecían crear remolinos de las cosas terribles que Trey
no podía ocultar por más tiempo. Cosas que le daban pesadillas hasta que aprendió a
enterrarlas tan profundamente que casi se había olvidado de ellas.
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Pero cuando sus pies golpearon contra el suelo, ramas y piedras pequeñas
cortando su piel, Trey se acordó de su padre, un hombre en quien no había pensado
desde la pubertad.
Un hombre con una cara dulce y un amoroso corazón. James había sido una
pantera fuerte y orgullosa, que amaba a su familia. De eso, Trey no tenía
absolutamente ninguna duda.
Pero el amor no fue suficiente para salvar la vida del hombre. Alguien había
entrado en su casa cuando Trey tenía sólo seis años, Missy ocho. La madre de Trey
estaba embarazada y experimentaba diversas complicaciones. James había estado
enfermo de preocupación, trabajando doble turno para pagar los gastos médicos.
Trey y su familia eran panteras. Ellos no podían visitar a un médico convencional.
James tuvo que pagar por un médico pantera, que costaba el doble de lo que un ser
humano, porque los médicos pantera eran raros.
Trey dejó de correr, mirando los árboles, una vez más, sintiendo que alguien lo
estaba observando. Trató de concentrarse en las ramas más altas en lugar de estas
memorias. Su corazón latía con fuerza mientras Trey se secó el sudor de su frente.
No pienses en ello.
Entiérralo, maldita sea, entiérralo de nuevo.
Se dio la vuelta en un círculo, sintiéndose un poco desorientado.
Todo parecía lo mismo.
Su sentido de la orientación se vio obstaculizado por los pensamientos que
estaban tratando de resurgir. Trey estaba sintiéndose sin aliento, mareado cuando las
cosas alrededor de él se fueron fuera de foco.
Algo cayó al suelo detrás de él.
La temperatura de su cuerpo se levantó y su pecho se apretó. Trey sacudió
ligeramente la cabeza, tratando de ordenar sus pensamientos.
― Maldita sea, si no huele lo suficientemente bueno para follar.
El estómago de Trey se revolvió en la voz desconocida.
Su respiración se aceleró cuando vio un movimiento extraño en su línea de visión.
Maldición, las feromonas todavía exudaban fuera de él como un faro. Él lanzó una
serie de respiraciones cortas cuando el hombre comenzó a acercarse.
Un recuerdo vino a la superficie y Trey dio un paso atrás.
― Ve a tu habitación, Trey! ― James gritó cuando los hombres invadieron la casa.
― Corre!
Trey se dio media vuelta y se fue, pero fuertes brazos lo agarraron por la espalda.
― No, gatito. Tú verás esto. ― El desconocido tiró de él a la habitación donde dos
hombres estaban obligando al padre de Trey en una silla, manteniéndolo en el lugar.
― Su tipo son una abominación. ― Un hombre en un traje con la mano derecha
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mutilada señaló al padre de Trey. ― Es mi misión acabar con su raza, comenzando
con el feto.
― Sálvame, Trey ― pidió su madre cuando el desconocido la arrastró hasta la sala
de estar.
Trey cerró los ojos, sintiendo las lágrimas calientes corriendo en sus mejillas.
Trató de salvar a su madre.
Él había tratado.
Pero sólo tenía seis años, demasiado joven para luchar contra tantos.
¿Por qué en la tierra estos recuerdos salieron a la luz ahora?
Trey los había trancado.
No debían forzar su camino de regreso, minándolo.
― No corras ― dijo el desconocido, mientras seguía avanzando. ― Prometo ser
suave. Mi clan no tiene ninguna pantera así y tú eres perfecto para dárnosla.
― Aléjate de mí ― dijo Trey mientras empujaba sus manos, haciendo su mejor
esfuerzo para evitar al desconocido. ― No me obligues a herirte.
El desconocido echó la cabeza hacia atrás y rió.
― No es probable, pero admiro tu espíritu.
Trey se deslizó en una rama detrás de él y cayó sobre su culo. Antes de que él
pudiera ponerse en pie, el desconocido lo mantuvo en su lugar.
― Voy a hacer este pequeño gatito dentro de ti rápidamente.
El afecto torcido mandó a Trey a su pasado. Sintió la ira ardiente que subía a la
superficie, creciendo dentro de él en proporciones épicas. Cuando el hombre trató de
abrir los pantalones de Trey, sintió una explosión de energía. El desconocido no solo
estaba lejos de Trey, sino que aterrizó a unos veinte metros de distancia.
Él no se movía.
Trey rodó sobre sus manos y rodillas, en busca de cualquier señal de que el
hombre respiraba. Hasta hace un momento, el recuerdo más importante de Trey
había sido enterrado cerca de su corazón, como un marco que había sido cerrado, por
lo que ni siquiera él podía verlo. Pero el redescubrimiento de esa memoria podría
haber costado a un hombre su vida.
Trey se arrastró más cerca, su corazón latía con fuerza en el pecho. Y si el chico
estaba fingiendo, planeando atacar a Trey cuando se acercara lo suficiente? Pero, y si
no estaba fingiendo y Trey lo había matado?
― Trey?
Trey se agachó y se volvió al oír la voz de Justin. Cuándo Justin descubriera que
Trey no era sólo un Chekota Criador, sino una de las panteras especiales, el hombre le
daría la espalda a Trey.
No, no es un regalo sino una maldición.
44
― Qué pasó, Trey?
Los ojos de Trey fueron al hombre que yacía, todavía en busca de signos de vida. Él
no tenía la intención de empujar para afuera una gran cantidad de energía, pero...
― Perdí el control.
Los ojos de Justin parpadearon de Trey hacia el hombre que estaba allí
inconsciente. Trey contuvo la respiración, esperando a que Justin lo llamara monstruo,
y gritara que Trey era un asesino. Cuando Justin se agachó estirando la mano para
que Trey la tomara, Trey estaba confundido.
― Ven aquí, compañero.
Trey dio un paso atrás.
Justin miró al desconocido de nuevo.
― Que pasó?
En lugar de responder al hombre, Trey se levantó lentamente y se bajó los
pantalones, mostrando a Justin su marca de nacimiento.
El rostro de Justin no mostró nada.
― Eres un Chekota Criador que está en celo y emite feromonas. ― El chico se frotó
la parte posterior de su cuello mientras negaba con la cabeza. ― Eso explica mucho.
― Tengo que salir de aquí. ― Trey se subió los pantalones en su lugar, y luego dio
unos pasos hacia atrás. ― No puedo quedar embarazado.
Un atisbo de algo brilló en los ojos de Justin. Trey no estaba seguro de que
emoción era, pero él no se estaba quedando alrededor para descubrirlo. Cuando Trey
volvió a correr, brazos fuertes lo rodearon. Él luchó para liberarse, pateando y
golpeando sus puños en los brazos de Justin.
― ¡Basta! ― Justin gruñó en su oído. ― Dime qué demonios pasó aquí.
Las lágrimas llenaron los ojos de Trey y sus hombros cayeron, sabía muy bien que
no escaparía.
― Yo maté a un hombre.

Justin tenía una buena idea de lo que había sucedido. Ahora que sabía lo que el
olor delicioso era, no pasó mucho tiempo para sumar dos y dos. Su enojo creció con
la idea del hombre tendido en el suelo forzando a Trey a someterse. 45
Pero quería saber de boca de su compañero lo que había sucedido exactamente.
Había algo extraño en el olor de Trey. En lugar de ser caliente y picante, estaba
envuelto en la tristeza y arrepentimiento. Justin estaba molesto de que Trey hubiera
mantenido su estatus como Criador en secreto y estaba nalgueando al hombre más
tarde por su omisión. Pero ahora quería saber por qué el olor de Trey estaba tan
sobrecargado.
― Háblame, Trey.
― Yo no te conozco.
Justin gruñó.
― Tú y yo sabemos que esa excusa no pegará. Eres mi compañero y las cosas entre
nosotros se van a poner muy serias. Ahora dime lo que está pasando.
― Él trató de obligarme a quedar embarazado. ― Cuando Trey habló, Justin podía
sentir el temblor fino que sacudió al hombre.
― Espera aquí. ― Justin le dijo a Trey. ― Si no lo haces, voy a golpear tu culo hasta
que no puedas sentarte durante una semana. ― Se volvió y se acercó al hombre en el
suelo, comprobando su pulso. Justin maldijo entre dientes. El chico estaba muerto.
Apenas qué carajos pasó?
Justin tomó a Trey y lo llevó de vuelta a la cabaña donde preparó a su compañero
una taza de té caliente. A pesar de que el clima estaba caliente allí afuera, Trey estaba
temblando. Justin tomó una manta de la habitación y envolvió el material en los
hombros de Trey.
Su compañero estaba en shock.
― Max sabe que eres un Criador o una pantera especial? ― Justin puso el té frente
a Trey quien lo llevó en sus manos, curvando los dedos alrededor de la taza.
― No.
― Ser un Criador es un honor ― dijo Justin mientras giraba en torno de una silla
de la cocina y se sentó. ― ¿Por qué ocultar ese hecho?
Los dedos de Trey abrazaron la taza más fuerte mientras sus ojos esquivaban a la
distancia, entonces, Justin decidió que era el momento de la verdad.
― Yo no estaba buscando una relación, Trey. ― Justin golpeó el pulgar en la parte
posterior de la silla. ― Pero a veces las cosas que no estás buscando o ni esperando
caen en tu regazo. Soy malhumorado como el infierno y no siempre soy fácil de
convivir. Trabajo muchas horas y me tomo mi trabajo muy en serio, pero...
Trey miró a Justin por el rabillo del ojo y Justin podía ver esperanza nadar en las
profundidades de sus ojos marrones ― oscuro.
― Pero yo no soy tan terco que no pueda ver lo que está enfrente mío.
― Qué hay enfrente tuyo?
― Tú ― Justin se levantó, poniendo de pie a Trey y envolviendo sus brazos
alrededor del hombre. ― Es un futuro que nunca incluso consideraba tener, pero
ahora que estás aquí, no me puedo imaginar no tenerte en mi vida.
46
Trey se alejó, confundiendo a Justin.
― Tener una familia no es todo lo que cuentan. ― Las palabras de Trey parecían
asombradas, como si estuviera pensando en algo de su pasado, una experiencia que
preferiría no recordar. ¿Qué diablos le pasó a este tipo? ― Puedes perder todo en un
abrir y cerrar de ojos.
Justin gruñó.
― Qué es lo que no me estás diciendo?
Justin dijo que esto no era como planeaba reunirse con su compañero, pero para
ser honesto, nunca pensó en tener un compañero.
Todo esto era nuevo para él y estaba haciendo todo lo posible con Trey, pero
necesitaba saber qué era tan malo sobre comenzar una familia juntos. Justin ya estaba
pensando en cómo iba a tener que mudarse al territorio Riverwalker para estar con
Trey. Él no era un tonto. Sabía que Trey había trabajado muy duro para renunciar a su
cargo de asistente de Max. Si Max lo contrataba a tiempo completo, Justin podría
permanecer en Conzenza Corporation. En los últimos años, Justin estaba cansado de
los viajes constantes, pero no tenía otra opción, porque su línea de trabajo requería
siempre estar en movimiento.
Justin no estaba seguro de cómo la vida con Trey sería, pero esperaba que
pudieran tener el tipo de relación que sus padres tenían. Era como si sus padres
pudieran leer la mente del otro y saber lo que la otra persona quería. Su padre había
tratado a su madre como si fuera su luna y las estrellas. Justin quería eso con Trey.
Pero primero que tenía que hacer hablar al chico.
― Yo ni siquiera me acordaba de nada hasta que el hombre me atacó ― Trey
confesó, haciendo a Justin rechinar los dientes con lo que podría haber sucedido. Trey
tragó. ― Este no fue el primer hombre que maté.
Con el ceño fruncido, Justin tomó a Trey y lo acercó una vez más, negándose a
dejarlo ir esta vez.
― Cuándo fue la primera vez?
Trey comenzó a temblar, Justin tomó la manta de la silla y la envolvió de vuelta
alrededor de los hombros de su compañero.
― Yo tenía seis años.
La declaración sorprendió a Justin. Él sabía que esto no iba a ser una historia que a
Trey le gustaría contar, pero si estaban dispuestos a hacer que funcionara, entonces
Justin necesitaba saber. Él quería un hijo con Trey, aunque el pensamiento había
sacudido sus nervios.
― Algunos hombres irrumpieron en nuestra casa ― continuó Trey. ― Ellos
forzaron a mi padre en la sala y luego arrastraron mi madre embarazada allí también.
Había tres tipos allí, tres hombres que querían hacer daño a mi familia.
Justin pasó las manos por los brazos de Trey mientras descansaba la barbilla en la
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cabeza de Trey. Escuchó sin decir una palabra.
― El hombre de la mano mutilada estaba gritando a mi padre, diciendo que las
panteras especiales eran una abominación y era su deber librar al mundo de las
criaturas inmundas. Los dos hombres que arrastraban a mi padre a la habitación
tiraron a mi madre en el suelo. Mi padre estaba loco, tratando de matarlos. Pero al
final, ellos mataron a mi padre y mi madre había sido golpeada tan mal que ella
perdió el bebé.
Oh, mierda.
Justin no sabía qué decir ni qué hacer.
¿Cómo se puede responder a algo tan horrible?
― Podría haberlos salvado a todos ― susurró Trey. ― Pero ya era demasiado tarde
para el momento en que maté a los dos hombres que asesinaron a mi padre.
― Cómo? ― Justin preguntó después de encontrar su voz. ― ¿Cómo los mataste?
― Puedo absorber la energía a mi alrededor y utilizarla para construir una
explosión de energía. ― Trey cayó en los brazos de Justin y él juró que escuchó el
aliento jadeante del hombre. Justin puso a Trey más cerca, haciendo sonidos suaves
con la parte de atrás de la garganta.
― En el momento en que absorbí la energía suficiente, ya era demasiado tarde. Mi
madre me pidió salvarla, pero no pude. Lo intenté, pero no podía.
― Pero tenías solo seis años. ― Ningún niño debería tener que pasar a través de
algo así, y mucho menos esperar salvar a toda su familia. El intestino de Justin se
retorció ante la idea de un adulto poniendo esa responsabilidad en un niño. La culpa
de ese día debió de pesar en Trey a lo largo de su vida. ― Tú eras sólo un niño, Trey.
― Mi madre nunca me miró igual otra vez ― Trey confesó. ― Yo podía ver la
acusación en sus ojos, como si ella supiera que podría haber rescatado a su
compañero, pero no lo había intentado lo suficiente.
Justin estaba dispuesto a dar a Trey su palabra de que nadie tocaría ni un pelo de
la cabeza de su futura familia, pero sabía que él no creería en esas palabras, no
cuando Trey había pasado por algo tan terrible, que lo perseguía hasta hoy.
― Sé quién era el asesino. ― Dijo Trey. ― Yo ni siquiera puse dos y dos juntos
cuando Max me dijo que investigara al tipo que estaba detrás de Sari. Investigué al
bastardo y di la información a mi alfa, pero mi cerebro se negó a hacer la conexión, se
negó a que éstos recuerdos salieran a la luz hasta ahora.
― De qué estás hablando? ― Preguntó Justin.
― Melvin Rupert ― dijo Trey. ― El hombre de los cuentos de Yosemite. Él era el
hombre responsable de...
― Tratar de poner fin a la raza especial ― concluyó Justin. Cada pantera viva
conocía esa historia, pero... ― Sucedió hace más de 800 años. ¿Cómo puede ser el
mismo hombre?
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― Él es inmortal ― dijo Trey. ― Él era el hombre detrás de Sari en Florida y el
mismo hombre que vino a recoger a mi familia hace 17 años.
Esa fue una píldora difícil de tragar. Justin sabía que las cosas sobrenaturales
sucedían. Los shifters eran la prueba viviente. Pero nunca había oído de alguien
inmortal.
― Cómo escapaste de él cuando tenías seis años?
― No supo lo que pasó ― dijo Trey. ― El se había ido cuando la lucha comenzó.
No vio lo que podía hacer. Cuando mi padre cayó en el piso, mi hermana y yo
cogimos a mi madre y huimos a Louisiana. Mi tía vivía allí y ella nos acogió.
Ahora Justin sabía porqué Trey estaba aterrorizado de formar una familia. Él temía
que Rupert viniera tras ellos. Pero si Rupert había ido en busca de Sari en Yosemite,
entonces era sólo una cuestión de tiempo antes de que el hombre descubriera que
Trey estaba allí, también.
Capítulo Siete

Justin maldijo cuando él olfateó el aire y el aroma seductor regresó, más fuerte y
más poderoso en este momento. Ahora que sabía lo que olía y se sentía como Trey,
Justin luchó con fuerza contra la voluntad de plomo de llevar a Trey para abajo y
trepar con él hasta la próxima semana.
Su pene había crecido con fuerza en menos de un segundo, dolorido y con la
necesidad de estar dentro del cuerpo de Trey.
― Oh, Dios ― Trey susurró mientras saltaba lejos de los brazos de Justin. ― Ha
vuelto.
Justin podía sentir sus caninos deslizándose libres mientras miraba al pecho
desnudo de Trey. Él quería morder al hombre, lamiendo cada centímetro de piel
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maldita expuesta hasta que Trey estuviera gritando su placer.
― Lo estoy intentando...
Justin puso sus manos en las sienes cuando dio un paso atrás.
Sabía que era un intento inútil.
La Madre Naturaleza no iba a ser detenida.
Había un instinto natural, una unidad, un fuerte necesidad en el ADN shifter que lo
hacía capaz de cazar a cualquier pantera que estaba en celo.
Y Trey estaba definitivamente en celo.
Eso explicaba al otro shifter viniendo detrás de Trey.
Y habría más.
Si hubiera algún shifter dentro de unos diez kilómetros de esta cabaña, ellos
seguirían el olor hasta ellos y estarían dispuestos a matar por tener a Trey. Justin
quería agarrar a Trey y correr, pero no importaba a dónde se fueran, el olor vendría
con ellos.
Los ojos de Justin cayeron a la ingle de Trey y podía ver que el hombre estaba
duro. Eso sólo aumentó la necesidad de Justin.
― Trey.
Cuando Trey giró y corrió, Justin instintivamente fue en su persecución. La cabaña
no era grande, pero el chico logró encerrarse en el baño una vez más.
Justin dio un puñetazo contra la puerta, su mente nublada, el olor impregnaba su
cerebro.
― No podemos! ― Trey gritó desde el otro lado. Pero Justin no oyó ninguna
convicción detrás de las palabras del hombre. El cuerpo de Trey estaba más que
probablemente implorando a Trey para ir hacia Justin, y dejar a Justin dominarlo.
La pantera de Justin maulló en aprobación. La criatura se estrelló en sus entrañas,
casi obligando a Justin para tirar la maldita puerta abajo. Justin apoyó sus manos, en
el marco de madera mientras cerraba sus ojos.
Tenía que tomarlo con calma.
Había ruido en el otro lado de la puerta, diciéndole que Trey estaba caminando de
un lado a otro. Justin comenzó a imaginar a su cadera balanceándose hacia adelante y
hacia atrás. Quería morder los globos redondeados de Trey. Su boca se hizo agua
deseando el sabor de la polla del hombre. Y la erección de Justin palpitaba por
enterrarse profundamente en el culo de Trey. La cabeza de Justin rompió cuando vio
una sombra enfrente de la ventana a su derecha. Su teléfono celular comenzó a
zumbar, pero Justin lo ignoró. Llamó con un toque leve en la puerta.
― Trey, tenemos que irnos.
― No voy a caer en esa trampa.
Justin miró por la ventana, pero no vio nada. Él sabía que no estaba imaginando
cosas. Era imposible saber cuántas panteras o lobos estaban en la zona, siguiendo el
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olor de Trey.
― Abre la puerta, Trey.
Romper la maldita cosa podría aumentar la agresión del intruso a través de tejado.
Justin quería hacerlo lo más silenciosamente posible antes que la mierda peluda.
La cerradura hizo clic.
Justin abrió la puerta del baño, colocando un dedo sobre sus labios. Los ojos de
Trey se abrieron, pero él negó con la cabeza cuando Justin lo llevó para la sala y luego
tiró la camisa de Trey para él.
― Vístete ― Murmuró.
Trey se metió la camisa por la cabeza y enseguida, se amarró rápidamente los
zapatos.
Justin deslizó su mano en el bolsillo interior del saco que había traído, tirando de la
pequeña pistola. Los ojos de Trey se apresuraron a la mano de Justin.
― Qué...
Una vez más, Justin presionó un dedo en su labio. Trey inmediatamente se calmó,
pero sus ojos no se apartaban de la pistola. Agarrando la mano de Trey,
Justin se dirigió a la parte de atrás. Justin sabía que no escaparían tranquilamente.
Pero él esperaba que, al menos, escaparan de la cabaña antes de que alguien los
atacara.
Necesitaba espacio abierto para maniobrar.
Abriendo la ventana de la habitación, Justin sacó la cabeza y miró a su alrededor.
Todo despejado.
Saltó, cayendo a sus pies, y luego ayudó a Trey. Su compañero casi cayó sobre su
rostro, pero Justin lo agarró.
Un gruñido bajo sonó detrás de él. Justin se volvió para ver a un extraño en pie,
con los ojos de un color ámbar verdoso.
Ojos de pantera. No habría ningún razonamiento con este tipo. El desconocido
estaba corriendo por puro instinto ahora.
Trey agarró la mano de Justin.
― Vamos.
Justin se inclinó, levantando su arma y apuntando al atacante. El hombre no
parecía perturbado.
― Dame al Criador. ― El extraño habló en un gruñido.
― Oh, infierno no. ― Trey en su espalda se movía, tratando de tirar de Justin con
él. ― ¿Podemos, por favor irnos?
Mientras el extraño gruñó, Justin se volvió y se fue, tirando a Trey junto a él. Podía
oír al extraño persiguiéndolos. Justin miró por encima del hombro y maldijo cuando
vio a otro hombre corriendo fuera del bosque detrás del otro tipo.
Esto se va a poner feo.
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― ¡Dos! ― Trey gritó. ― Tienes que estar bromeando.
Justin deseaba que sólo hubiera dos, pero se sentía más cercano al sitio. Esto se
estaba convirtiendo en una pesadilla sangrienta. Necesitaba el teléfono y pedir el
helicóptero para sacarlos de aquí, ahora.
Mientras corrían por el bosque, Justin hizo la llamada. El piloto del helicóptero le
dijo a Justin que podía llegar en 15 minutos. Mucho podría suceder en quince
minutos. El único lugar que se le ocurrió a Justin para llevar a Trey donde no sería
superado por los shifters calientes era una ciudad humana.
No tenían otra opción.

Max gruñó cuando Justin lo llamó y le dijo que estaban siendo perseguidos por
varios alfas. Era peor de lo que temía. Dio Justin la ubicación de una casa de su
propiedad en Texas, esperando como el infierno que los dos se quedaran a solas el
tiempo suficiente para que el calor de apareamiento se disipara o que Trey quedara
embarazado.
Max sabía del pasado turbulento de Trey, pero la única manera de curar un
corazón roto era permitir que alguien se acercara. Durante muchos años, Trey se
había cerrado.
Max amaba a Trey como un hijo y odiaba verlo tan solo y, en la mayoría de las
veces, indiferente. Trey se merecía a alguien que lo amara, alguien que pudiera
penetrar en la pared que Trey había creado a su alrededor y ayudar al hombre a
sanar.
Max sólo esperaba como el infierno que los dos sobrevivieran el tiempo suficiente
para conseguir su mierda juntos.
Él no se arrepentía de su decisión de poner a los dos juntos. Él sabía que Justin era
un macho dominante y Trey le daría al hombre lo que necesitaba.
― Hey ― dijo Domingo cuando noqueó con los nudillos en la puerta de la oficina.
― Tengo una pista de una subasta que se está programando en una semana.
Max asintió a Domingo para entrar.
Ahora había que volver a los negocios.
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Trey no podía creer que estaba atrapado en este lío.


Peor aún, el calor no había disminuido. En todo caso, había crecido más caliente.
Todo lo que podía pensar durante la carrera era lo bueno que se sentiría al tener a
Justin follándolo en el suelo del bosque. El perfume de Justin estaba derritiendo el
cerebro de Trey.
― Cuánto más? ― Preguntó a Justin cuando miró por encima del hombro. Dios,
que realmente necesitaba dejar de mirar hacia atrás. La visión de los hombres
persiguiéndolo congeló la sangre de Trey. No había duda en su mente que Justin iba
a proteger a Trey, pero el costo de esta protección era lo que más asustaba a Trey.
Había tres hombres que venían detrás de ellos. Aunque Justin tenía un buen tamaño,
dudaba que el hombre pudiera provocar la caída de los tres alfas.
― Nos estamos acercando ― Justin dijo al pasar a través del follaje. Trey gritó
cuando sintió manos agarrando su camisa. Justin se volvió, tirando de su brazo hacia
atrás y golpeó al chico que lo agarró. Los ojos de Trey volvieron a los otros que se
acercaban. Él y Justin no sobrevivirían a eso.
Los Alfas ciertamente matarían a Justin y Trey no quería pensar en su destino.
Justin y el alfa que lo había agarrado comenzaron a pelear. Trey retrocedió hasta
que estaba en contra de un árbol. Los dos alfas que se acercaban tenían aquella
mirada de deseo en los ojos.
Pensó que los dos estaban a punto de acabar con él cuando se atacaron uno al
otro. Entraron en batalla a unos veinte metros de distancia. Esta era una pesadilla
sangrienta!
― Corre! ― Justin le gritó a Trey cuando el hombre con quien Justin luchaba le dio
unos buenos golpes, por lo que la cabeza de Justin cayó para atrás. Trey miró entre
los dos luchando por la izquierda, y luego de vuelta a Justin. No dejaría a Justin aquí
para cuidar de sí mismo.
Incluso si él pudiera vencer a su oponente, tenía dos hombres más para luchar.
Trey estaba aterrorizado de usar su don.
Y si accidentalmente hería a Justin? No podía vivir con la culpa si Justin se hiciera
daño.
Observando una rama grande no muy lejos de donde estaba, Trey corrió y la
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agarró. Él la levantó sobre su cabeza y la llevó con fuerza sobre el tipo con quien
Justin estaba luchando. El Alfa se volvió, gruñendo a Trey.
Oh, muchacho.
Tal vez debería haber pensado primero. No había ninguna maldita manera de que
Trey derrotara a un alfa.
¿Qué estaba pensando? Afortunadamente, la distracción era lo que Justin
precisaba. Golpeó al hombre antes de coger a Trey y despegar. Trey soltó la rama,
orando porque los otros dos hombres siguieran luchando el tiempo suficiente para
que él y Justin escaparan.
Incluso si Trey estaba aterrorizado de quedar embarazado, si el destino decidió que
sucedería, él prefería que Justin fuera el único, y no un extraño cualquiera. Trey tenía
miedo de que no tendría paz hasta que Justin lo embarazara o los alfas lo llevaran al
suelo.
No había ninguna parte del territorio shifter al que pudieran ir sin que su olor de
apareamiento hiciera que todos se volvieran locos.
Esto llevó a Trey a pensar mientras seguían corriendo hacia el helicóptero que
Justin había arreglado.
Si no fuera por Rupert, Trey voluntariamente dejaría a Justin tenerlo?
¿Él voluntariamente formaría una familia con el chico?
En lo profundo de su corazón, Trey sabía que la respuesta era sí.
Justin era todo lo que un compañero debía ser, cuando el hombre no estaba
siendo un idiota.
Tal vez, sólo tal vez, ellos realmente tendrían una buena vida juntos. Esto no es más
que una ilusión. Sabes muy bien que Rupert está poniendo fin a las panteras dotadas.
Es por eso que los Chekota Criadores están al borde de la extinción.
Trey sabía que era verdad. El hombre no había dejado de matar criadores. Había
encontrado una mejor manera de ocultar lo que estaba haciendo.
Hasta ahora.
Parecía tan injusto que Trey estaba dejando al bastardo dictar su vida. Él no debería
estar corriendo. Trey debería estar de vuelta en esa cabaña, poniéndose caliente y
pesado con.... no. Trey debería estar de vuelta en territorio Riverwalker porque nunca
debería haberse ido en primer lugar. Pero el miedo de lo que podría suceder lo envió
corriendo como un conejo asustado. Trey estaba cansado de eso.
Él no quería correr más.
Ahora que recordaba lo que había pasado hace mucho tiempo, quería poner esos
recuerdos a descansar y seguir adelante con su vida. El problema era, que Trey sabía
que no podría encontrar ninguna paz hasta que Rupert estuviera muerto. Él siempre
miraría por encima de su hombro, siempre viviendo con miedo de que Rupert lo
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encontrara.
Y si Trey diera a luz, su miedo se multiplicaría. Eso no era una manera de vivir.
― Justo ahí arriba. ― Justin señaló a un grupo de árboles. ― Un poco más allá de
estos árboles es el claro.
Trey oyó el sonido de un helicóptero en aquel momento. Parecía que se estaba
acercando. Cuando se volvió para mirar hacia atrás, Trey vio que los dos alfas que
habían luchado entre sí fueron ganando terreno sobre ellos.
― Entonces tenemos que correr rápido ― Trey gritó al pasar a través de los
árboles y entrando en un claro.
El helicóptero aterrizó. Trey y Justin corrieron hacia él. Sus perseguidores no se
daban por vencidos.
Justin saltó a la parte trasera del helicóptero y luego estiró mano para Trey. Así que
él tomó la mano de Justin, uno de los alfas apretó la camisa de Trey. Justin extendió la
mano y usó la bota para derribar al hombre. Agarró a Trey y el helicóptero despegó.
Mirando hacia abajo, Trey se quedó sin aliento cuando él no vio a dos, sino cinco
hombres entrar en el claro.
― Eso estuvo muy cerca ― Justin dijo mientras acomodaba a Trey en el
helicóptero. ― Muy cerca.
Trey no podía estar más de acuerdo.
Capítulo Ocho

Justin miraba la concurrida zona antes de correr furtivamente con Trey desde el
coche para dentro de la casa. Cuando Max había dicho que poseía una casa en Texas,
Justin no tenía ni idea que era en una zona urbana densamente poblada.
¿Qué diablos pensaba el tipo?
La mayoría de los seres humanos reaccionaban mal cuando descubrían que un
shifter estaba cerca. Afortunadamente él y Trey habían vivido entre ellos por años.
Ellos sabían cómo mezclarse.
― Todavía no sé por qué no podíamos parar en Starbucks. ― Trey se quejó. ―
Hace semanas desde que tuve uno de sus cafés.
Justin puso el arma en su chaqueta antes de poner la ropa en todo el respaldo del
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sofá. Dobló las mangas y después fue a la cocina para evaluar su situación alimentaria.
El calor apareamiento no se había disipado y estaba tomando todo de Justin para
mantener la distancia.
Apretó los dientes contra el impulso de agarrar a Trey e ir directo hacia el cuarto,
mientras abría los armarios para ver si había artículos no perecederos almacenados
allí. Tendría que hacer una corrida a la tienda local para abastecer el refrigerador y el
congelador.
Justin no vivía en territorio shifter, por lo que no tenía su propio jardín. Él hacía sus
compras, como los seres humanos, pero trataba de comer alimentos orgánicos.
También era dueño de un coche híbrido, aunque no manejaba a menudo, ya que su
trabajo lo mantenía en movimiento.
Usando las palmas de sus manos, Justin se frotó los ojos.
No sólo estaba preparado y listo, sino también agotado. La corrida desde el
bosque había tomado mucho de él, y él no había dormido todo el viaje a Texas. Todo
lo que quería hacer era joder a Trey contra el mostrador y luego dormir durante dos
días.
― Tú no me has contestado. ― Trey comenzó a buscar en los armarios, pero Justin
podía ver que el hombre estaba duro como una roca. Ambos estaban tratando muy
duro para mantenerse lejos el uno del otro. Esto sólo no estaba funcionando. Justin
no quería a nadie tanto como él quería a Trey.
Y el calor de apareamiento no era el único factor.
Justin sabía que se estaba enamorando de ese chico.
Trey era caliente como el infierno.
Él era demasiado dulce y tenía una inocencia en él que Justin no encontró en
muchas personas.
En su línea de trabajo, estar cerca de gente cansada era lo normal. Pero con Trey,
todo lo que Justin quería hacer era asegurar y proteger al hombre... además de
enterrar la polla en su culo, por supuesto.
Trey se mordió el labio inferior, mientras cerraba el armario, los ojos en Justin.
― Bueno, podemos tomar un café?
El calor entre ellos aumentó y Justin tuvo que parpadear un par de veces para
recordar lo que el chico le acababa de decir.
― Eso es muy arriesgado. ― Respondió al abrir la nevera y ver los estantes vacíos.
No tenía ni idea de por qué estaba mirando, pero él tenía que centrarse en algo más
que el aroma rico y picante de Trey. ― A pesar de que estamos rodeados de seres
humanos, podría haber shifters en la zona.
― No puedo quedarme encerrado aquí. Estoy acostumbrado a moverme. ― Trey
se quejó.
― Tú eres el que se escapó a una cabaña aislada en el bosque. ― Justin señaló.
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― Lo hice para alejarme de ti! ― Los ojos de Trey ensanchados mientras
presionaba sus labios.
Justin cerró los dedos alrededor de la manija de la puerta del refrigerador,
haciendo su mejor esfuerzo para anclarse y no ir hacia el hombre.
― Nunca deberías haber corrido de mí.
― Te dije porqué corrí. ― Trey salió de la cocina en un acceso de rabia y Justin lo
dejó. Si fuera detrás de Trey, no había manera de predecir lo que sucedería. Pero por
más duro que trató de detenerse, Justin no pudo dejar de seguirlo. Él lo encontró de
pie junto a la ventana de la habitación de Trey, abrazando su vientre y mirando el
tráfico pesado de la calle.
― Mira... ― Justin se pasó la mano por la cabeza, tratando de encontrar las
palabras correctas, pero se le escapaban.
Trey era su compañero.
El tipo era también un Criador.
Justin nunca se había puesto a pensar en serio acerca de cómo iniciar una familia,
pero ahora que la posibilidad estaba ahí, comenzó a imaginar cómo su hijo y de Trey
sería.
¿Tendría los hermosos ojos marrones de Trey y su cabello suave, o el pequeño
cachorro tendría los rasgos fuertes de Justin y su terquedad?
Conocer la aversión de Trey de quedar embarazado puso a su futuro inestable
como el infierno.
Incluso cuando el calor de acoplamiento se disipara en unos pocos días, eso no
detendría a su pareja de quedar embarazado más pronto o más tarde.
El final del celo no sólo significaba que dejarían de rasgar la ropa del otro. También
significaba que las feromonas que Trey estaba liberando desaparecerían para que
ningún alfa viniera detrás del hombre.
No había manera de que Justin pasara toda su vida sin tocar a Trey.
Eso era imposible.
Él era un hombre honorable, pero incluso Justin tenía sus límites.
Él no era un maldito monje, después de todo.
El sexo era una parte de la vida y Justin gustaba de tenerlo.
Diablos, quería tenerlo ahora.
Desafortunadamente, ninguna forma de control de la natalidad humana trabajaba
en panteras. Y puesto que un criador no fue escuchado en mucho tiempo, nadie
pensó en crear algo que pararía el embarazo en su especie.
― Toda mi vida he sido tan cuidadoso. ― Los ojos de Trey parpadeaban sobre el
paisaje fuera de la ventana. ― Yo sabía lo que era y lo que significaba. Tú fuiste la
primera... ― Trey se encogió de hombros. ― Ahora las cosas están cambiando tan
rápido que no tuve tiempo para respirar, menos para permitirme pensar.
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La respiración de Justin quedó atrapada en su pecho cuando se dio cuenta lo que
Trey estaba diciendo.
El tipo era virgen y Justin había puesto al hombre de rodillas en el ascensor.
Había tomado a Trey en la cabaña sin saber que era la primera vez del hombre.
Mierda.
― Por qué nosotros no...
― Tengo hambre. ― Dijo Trey. ― Podemos ir a comer algo?
Justin sabía que Trey necesitaba tiempo para pensar las cosas, pero no podía dejar
a Trey solo en la casa.
Era demasiado arriesgado.
Podían pedir, pero Justin nunca había desarrollado un gusto por la comida rápida
de los seres humanos.
El material era repugnante.
― Hay una tienda de comida natural descendiendo por la calle. ― Tomó la
chaqueta del sofá y sacó las llaves del bolsillo antes de deslizarse el abrigo sobre los
hombros. ― Pero tenemos que hacerlo rápido.
No había nada que Justin pudiera hacer para enmascarar el calor de apareamiento
de Trey. Sólo había una cosa que podía curarlo y era lo único que Trey se negó a
hacer.
El viaje fue corto, pero el tráfico era pesado esta hora del día. Justin tejió su camino
a través del patrón de coches antes de detenerse dentro del estacionamiento de la
tienda.
Eligió para aparcar en la parte de atrás y utilizó esta entrada en lugar de la parte
delantera.
Mantuvo a Trey cerca de su lado, mientras compraban suficientes víveres para unos
pocos días. Una vez que el calor se fuera, Justin podría llevar a Trey de vuelta a su
casa en Yosemite.
Cuando se trasladaron a la línea de cajas, Justin sintió una puntada a lo largo de su
columna vertebral.
Miró a su alrededor, pero no notó que nadie le diera mucha atención ni a Trey
tampoco.
Justin estaba inquieto mientras se movían a través de la línea, y entonces pagó por
sus compras.
La cosa nunca lo abandonó.
De hecho, ella se hacía más fuerte.
Estaba seguro que traer a Trey a la ciudad superpoblada daría al hombre un poco
de alivio.
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Pero Justin había aprendido a no ignorar a sus intestinos, y ellos le decían que
llevara a Trey de regreso a la casa.
Una vez que las compras fueron almacenadas en el maletero, Justin tomó a Trey de
nuevo, manteniendo un ojo en sus espejos todo el tiempo. Él no vio a nadie
siguiéndolos.
― Tú vas para adentro de la casa. ― Le dijo a Trey cuando salió del garaje. ― Voy
a llevar los comestibles al interior. ― Trey no discutió. Parecía absorto en sus
pensamientos mientras cerraba la puerta del coche detrás de él y se dirigió a la casa.
Justin salió, examinando el área antes de levantar los sacos del portaequipaje.
Tal vez estaba siendo paranoico.
Esto era diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes.
Él estaba cuidando a su compañero.
Sus nervios ya estaban tensos como el infierno.
Era posible que él estuviera buscando problemas, cuando no había ninguno.
Después de todo, su concentración estaba dividida en dos.
Parte de él estaba viendo señales de que otro shifter estaba en la zona. Y la otra
mitad estaba viendo las caderas de Trey balanceándose antes de desaparecer por la
puerta.
Justin apretó los dientes.
Su cuerpo estaba tan caliente y listo que alguien podría sumergirlo en una bañera
de hielo y no haría nada para refrescarlo.
Necesitaba alivio.
Por desgracia, eso no vendría tan pronto cuando él tenía que estar en estrecha
proximidad con Trey.
Esta asignación estaba resultando demasiado malditamente insoportable.

Trey volvió el calor del agua hacia abajo, esperando a que el spray frío fuera a
refrescar su piel. Y no estaba funcionando.
Todo lo que podía pensar era en dejar a Justin tenerlo.
Estaba enfermo y cansado de luchar contra eso.
Todo lo que Trey quería hacer era sentirse normal de nuevo. 59
A pesar de que todavía estaba lleno de miedo a lo que pudiera pasar, Trey sabía
que no podía dejar a Rupert gobernar su vida. Había pensado en eso antes, pero la
idea se fue tornando cada vez más prominente en su mente.
Decidiendo que no quería luchar por más tiempo, Trey salió de la ducha y se secó.
Dejó la toalla caer al suelo antes de entrar en la habitación donde Justin estaba
sentado, mirando la televisión.
Trey podía sentirse temblar por dentro.
Nunca antes fue tan atrevido.
Incluso sabiendo que Justin no se negaría a él, eso no impidió que mil alas vibraran
en su estómago.
Justin miró hacia arriba cuando Trey entró y Trey podía ver el calor encendiéndose
en los ojos del hombre.
― Qué estás haciendo? ― La voz de Justin era áspera y ronca. Sus dedos se
cerraron en torno al control remoto hasta que los nudillos se le pusieron blancos.
― Cediendo. ― Trey cruzó las manos delante de su entrepierna, sintiendo sus
piernas temblar.
Dejando de lado el control remoto, Justin se acercó a él. Trey se sintió ridículo.
Estaba desnudo, mientras que Justin estaba completamente vestido. Pero eso no le
impidió tirar a Trey en su regazo. Los dedos de Justin se deslizaron sobre su espalda,
enviando un escalofrío por el cuerpo de Trey.
― Sabes lo que eso significa, Trey.
Él asintió con la cabeza.
― Estoy cansado de huir. Yo también tengo miedo de mi mente. ― Él negó con la
cabeza. ― Pero no puedo dejar a Rupert dictar cómo vivo.
Justin se volvió, poniendo la espalda de Trey en el sofá.
― Yo sé que probablemente no me vas a creer, pero te juro que no te pasará nada,
Trey. Yo te protegeré con mi vida.
Trey extendió la mano y agarró la cara de Justin, sorprendido de cómo este
hombre magnífico lo quería tanto. Era el calor, sin duda, pero Trey sabía en su
corazón que parte de eso era Justin.
Había captado a Justin mirándolo a veces. No con hambre, sino con nostalgia,
como si de verdad quisiera estar con Trey.
― Dime que no estás diciendo esto sólo por el calor. ― Trey dijo mientras frotaba
el pulgar sobre el mentón fuerte de Justin. ― Dime que parte de eso eres realmente
tú, queriéndome, por mí y no por el calor o mi capacidad de darte un hijo.
Justin se inclinó y besó a cada uno de los párpados de Trey, llevándole un suspiro.
― Quiero mucho más contigo, Trey. Quiero conocerte, amarte, pasar el resto de
nuestras vidas juntos.
Trey sonrió.
― Qué te hizo cambiar de opinión? Cuando nos vimos por primera vez, tu
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expresión no era muy amable.
Justin rió.
― Oh, me interesabas. He tenido problemas con el hecho de estar atraído por ti
porque nunca mezclo negocios con placer.
La revelación sorprendió a Trey.
― Creo que esto es mezclarlos en un nivel muy profundo.
Justin sonrió.
― Es verdad. Puedes confiar en mí, Trey. ― Justin se arrastró hasta el sofá cuando
Trey se inclinó más hacia atrás. Sus ojos estaban en la barba en toda la longitud de la
mandíbula de Justin. Dios, como si no se hubiera dado cuenta de lo sexy que el
hombre era antes? Sus dientes dolían por morder cualquier parte de su compañero.
― Confiar en ti? ― Trey estaba empezando a ver que podía. Justin se había
colocado delante de Trey cuando el hombre podría haberse ido sin embargo.
― Con tu cuerpo, tu corazón... nuestra vida, todo. ― Justin pasó los dedos en el
estómago de Trey, donde dibujó pequeños círculos en la piel. Trey silbó cuando Justin
pellizcó un pezón.
Saboreó la sensación de Justin atrapándolo, y manteniéndolo enjaulado cuando
Justin apoyó una rodilla a cada lado de las caderas de Trey.
― Vas a comenzar a confiar en mí, Trey? Quiero que empieces a ser un verdadero
compañero para mí, no sólo porque mi pantera reivindicó a la tuya.
Increíble excitación recorrió a Trey, haciendo que su corazón latiera más rápido
mientras su polla se puso tan dura como el acero.
― Sí.
Justin rozó sus labios sobre la mandíbula de Trey cuando sus dedos se deslizaron
sobre su erección.
― Quieres una vida conmigo?
¿Cómo en el infierno el hombre esperaba que piense? Sobre todo cuando había
una pared de músculos ondulando bajo sus dedos directamente enfrente de él.
― Deja la charla para más tarde.
Justin dio una risa profunda.
― Ahora, estoy haciendo esto difícil para que puedas concentrarte?
Trey palmeó el pecho de Justin, sorprendido por lo mucho que le gustaba este lado
lúdico del hombre.
Justin casi nunca sonreía, pero la risa del hombre era rica y profunda, y Trey quería
oír ese sonido con más frecuencia.
― Qué piensas?
Podía sentir el corazón de Justin latiendo en sus manos antes que el hombre se
inclinara y mordisqueara el labio inferior de Trey.
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― Si puedes pensar ahora, yo no estoy haciendo un trabajo muy bueno.
Trey tragó saliva cuando vio el hambre pura en la cara de Justin, cuando el hombre
empezó a mordisquear su camino hasta el pecho de Trey. Parte de eso fue el calor de
apareamiento, pero Trey no podía entender cómo Justin podía quererlo tanto. Nunca
había visto a nadie mirándolo como si fuera la luna y las estrellas de esa persona.
Los ojos de Justin parpadearon hacia Trey.
― Cambiaste de idea?
Arrastrando las manos por el pelo, Trey se sintió como un tonto por estropear este
momento.
― No puedo dejar de tener miedo de lo que podría suceder si quedo embarazado.
Utilizando la lengua como instrumento de tortura, Justin dibujó un camino
alrededor del ombligo de Trey antes de contestar.
― Y no puedo soportar verte vivir con miedo. ― Trazó otro camino, sólo que esta
vez su lengua corrió el ombligo de Trey más cerca de la ingle. ― Quiero pasar el resto
de mi vida contigo, Trey. ― Los ojos de Justin quemaban con sinceridad.
Trey observó cómo el hombre se apartó del sofá y desechó su propia ropa. Ambos
estaban completamente desnudos ahora y Trey sólo podía mirar a Justin con
asombro.
Además de un hermoso cuerpo, lo que vio Trey era un buen corazón, un hombre
afectuoso, y alguien que venía rápidamente a significar tanto para él que el
pensamiento le daba un miedo de muerte.
Trey observó a Justin tirar una botella de lubricante de debajo de las almohadas,
pero estaba demasiado lejos para preguntar cómo eso había llegado allí.
Su compañero se lamió los dedos, enseguida, colocó la botella a un lado. Lo
siguiente que supo Trey fue que los dígitos lisos estaban investigando su agujero.
Sus deseos fueron renovados cuando sus propios dedos agarraron los hombros de
Justin, su cuerpo girando cuando Justin colocó un dedo largo y grueso en su interior
antes de capturar los labios de Trey.
― Perfecto. ― Había un ronroneo peligroso en la voz de Justin, que envió un
escalofrío a través de Trey. Podía sentir los músculos duros y el cuerpo firme de Justin.
El hombre olía ricamente a macho, salvaje y delicioso. Trey estaba cayendo cada vez
más bajo el hechizo del hombre con cada beso, cada empuje de su dedo y el aroma
embriagador que llenaba la sala.
― Oliste eso? ― Trey se quedó sin aliento cuando Justin insertó un segundo dedo,
extendiendo a los dos separados y moviéndolos en forma más provocadora.
― Es nuestra excitación combinada. ― Justin dijo cuando mordió suavemente en el
hombro de Trey.
Dios, Trey podía bañarse en ese aroma.
Nunca antes había olido algo tan tentador, tan almizclado y seductor. Trey se
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fundió en el fuerte pecho de Justin, relajando su cuerpo cuando Justin lo atrajo,
imposiblemente más cerca, y trazó la vena en el cuello de Trey con la lengua. Su pulso
latía salvajemente con lo que Justin estaba haciendo con él.
Justin agarró el lóbulo de la oreja de Trey entre los dientes cuando insertaba un
tercer dedo, haciendo a Trey gemir más fuerte, llenando la habitación con los sonidos
de su necesidad.
El pecho de Justin retumbó profundamente cuando él sacó su mano libre y luego
ajustó a Trey un poco más antes de bajarlo en su polla gruesa.
El aliento se precipitó desde los pulmones de Trey mientras que sus manos se
apretaban alrededor del cuello de Justin, con la cabeza colgando al lado y ambos
gimiendo de placer. Justin selló los labios sobre Trey, dándole un exuberante beso
húmedo mientras sus caderas comenzaron a moverse, empujando hacia arriba,
dirigiendo su polla más profunda y haciendo a Trey perder la maldita cabeza. Dio a
los labios de Trey un proceso lento, saboreándola, lamiendo, mientras Trey le pasó la
mano por el cabello sedoso de Justin.
― Tan perfecto. ― Justin murmuró. Sus manos en el culo de Trey, apretándolo,
mientras su polla se retiraba y luego se deslizaba hacia adelante. La jodida lenta
estaba dejando a Trey loco.
Él arqueó su cuerpo en Justin, sorprendido de lo hábil y sensual que el hombre era
cuando se trataba de sexo. El jefe de seguridad era tan intenso, pero sus habilidades
para hacer el amor eran el extremo opuesto. Bueno, el hombre estaba siendo intenso,
pero no había nada brutalmente salvaje sobre forma en que se movía dentro de Trey,
lo besaba o lo tocaba.
La boca de Justin bajó y Trey gritó cuando los dientes del hombre comenzaron a
provocar sus pezones.
El lamía la piel antes de besar su camino sobre el pecho de Trey. Justin se tomó su
tiempo, su lengua sensualmente dibujaba círculos perezosos. Su boca era magistral, la
inundación de calor trayendo una niebla de sudor en la piel de Trey.
― Nosotros ya estamos acoplados, pero yo quiero que digas que eres mío. Quiero
oír esas palabras, Trey. ― Justin besó su camino de vuelta al pecho de Trey hasta que
sus labios rozaban suavemente de ida y vuelta por la clavícula de Trey. ― Di que
perteneces a mí.
El pene de Justin continuó estirando deliciosamente a Trey mientras él se
aseguraba, haciendo todo lo posible para no caer sobre el borde demasiado rápido.
No quería que su tiempo con Justin terminara tan rápido, no todavía... nunca.
La boca de Justin tocó la manzana de Adán de Trey, los labios mágicos trabajando
maravillosamente en su piel. Trey tragó saliva, balanceándose en el ritmo de Justin
cuando él murmuró,
― No puedo imaginar estar con nadie más.
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Un duro empuje envió a Trey más cerca del borde cuando los dedos de Justin lo
agarraron con más fuerza, acercándolo más.
― Eso es un sí, Trey?
Echando la cabeza hacia atrás y soltando un largo gemido lascivo, Trey encontraba
difícil hablar. Sus emociones estaban por todo el lugar, creando el caos dentro de él.
Justin mordió suavemente su barbilla.
― Sí. ― Dijo Trey. ― Eso es un sí.
Justin plantó las manos a cada lado de la cabeza de Trey, haciendo a Trey quedar
apretado cuando las caderas del hombre comenzaron a moverse rápidamente,
dejando a Trey al límite cuando Justin lo jodió más y más.
Sus labios buscaron los de Trey hasta que volvió la cabeza, dando al hombre lo que
estaba buscando.
Había tanto fuego y pasión en el beso que Trey sintió como si estuviera siendo
marcado, tomado, y reivindicado.
La fricción de sus cuerpos meciéndose juntos fue finalmente demasiada y Trey
arqueó la espalda, gritando mientras su polla explotó entre ellos. Antes que supiera lo
que estaba pasando, Justin le mordió el hombro con los dientes muy afilados y un
gruñido primitivo.
La sensación disparó su orgasmo más alto, haciéndole sentir como si estuviera
fuera de control.
Sus cuerpos se retorcían uno contra el otro, lisos de sudor y de la corrida de Trey.
Justin dio a sus caderas unos pocos golpes firmes antes de que Trey sintiera su
canal ser llenado con su semen. El gruñido del hombre creció más profundo, más
salvaje cuando su cuerpo se sacudió hacia arriba, su polla sólo un poco ablandada
mientras Trey recuperaba el aliento.
Cuando su compañero le lamió la herida que había creado, Trey se sacudió con el
conocimiento de que realmente pertenecía al hombre más salvajemente bello y
oscuro que había conocido en su vida.

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Capítulo Nueve

― Lo traje para ti. ― Dijo Domingo al entrar en la oficina de Max. El centinela dio a
Max un pedazo de papel. ― Este es el sitio de la próxima subasta. Que yo sepa, será
en dos semanas.
Max sabía que no podía enviar a Domingo. Gil se acercaba a la hora del parto y no
había forma de saber cuánto tiempo esta misión podría llevar.
― Quiero a Kyle y a Devyn entrando y rescatando al Criador.
Domingo se rió.
― Ha pasado un tiempo desde que Devyn vio alguna acción de campo. Estoy
seguro de que va a disfrutar de la asociación con Kyle.
― Difícilmente. ― Kyle era aún inmaduro y un dolor en el culo a veces. Devyn tenía
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muy poca paciencia con la pantera salvaje. Le vendría bien a los dos, algo bueno si se
emparejaban. Al menos, Max esperaba que fuera así. Convivir en un clan obligaba a
las panteras a estar muy próximos todo el tiempo. Cuando dos miembros no se
llevaban bien, todos tenían un fuerte dolor de cabeza.
― Si pudiera volver atrás, lo haría. ― Dijo Domingo. ― Quiero un pedazo de Regis,
muy mal.
Todo ellos querían.
― No quiero a Kyle o Devyn para confrontar a Regis. El hombre es muy peligroso.
Su único objetivo es sacar al criador de allí. ― Max no quería contemplar lo que
pasaría si alguno de los dos estuviera cara a cara con Regis. El Alfa del Valle del Norte
no era de los que se tomaban a la ligera. Kyle todavía estaba entrenando y Devyn no
había visto una batalla por un tiempo.
― Voy a dejar eso en claro para ellos.
Max quería ir junto con los dos hombres.
Pero cuando miró a Sari y Serenity dormitando en gran un montón de almohadas,
sabía que no podía dejar a su compañero y su hija sin protección. Jordan, Trevor y su
hijo estaban ahora fuera de la ciudad para una reunión de negocios y no estaría de
vuelta por un tiempo.
Después de la reunión, Jordan había planeado llevar a su compañero y a su hijo en
sus primeras vacaciones de familia.
Era algo que Jordan necesitaba mucho.
Trabajó duro durante años y nunca había preguntado si podía tomar tiempo libre.
El hombre se merecía pasar más tiempo con su familia, lejos de este caos.
Estaban bajos de centinelas.
Max sabía que su única opción era enviar a Kyle y Devyn.
― Infórmalos y déjalos saber que los quiero en esta subasta en el plazo de dos
semanas.
Domingo asintió mientras Gil gritaba para el escritorio.
― Dónde está el helado que me prometiste?
Max ocultó la sonrisa en puchero de Gil.
Sabía muy bien el sentimiento de querer cuidar de su compañero. Sari era de la
misma manera cuando estuvo embarazado y Max había hecho todo lo posible para
complacer al hombre.
Ahora era el momento de Domingo para pasar por el aro.
― Yo me encargo de eso. ― Dijo Domingo para Max cuando él puso su mano en
la espalda de Gil y guiaba al hombre embarazado fuera de la oficina de Max.

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Justin se despertó sobresaltado, con la sensación de que había alguien en la


habitación con él y Trey. Su compañero se encontraba actualmente entre el sofá y el
cuerpo de Justin, pero eso no hizo que se sintiera mejor.
― Entrega al Criador.
En un rápido movimiento, Justin salió del sofá y se puso de pie. El hombre de pie
junto a la ventana era desconocido para Justin, lo que significaba que él era,
probablemente el alfa local.
― No tengo ningún reparo en matarlo. ― Dijo el hombre, mientras que sus ojos se
volvieron hacia donde Trey estaba durmiendo. ― Tú has traído al criador a mi
territorio.
El tipo estaba hablando en serio? Estaban en Texas. Sólo shifter nómades vivían en
territorio humano. Justin dio un gruñido de advertencia. Su instinto empujaba hacia
adelante, con la intención de hacer espacio para que su compañero pudiera escapar.
― Has cometido un error. ― Dijo Trey detrás de Justin. Se dio la vuelta para ver a
su compañero sentado, una almohada que cubría su ingle y su marca de nacimiento.
― El calor del acoplamiento se ha ido. Llegaste demasiado tarde.
El desconocido dejó un gruñido rasgar de su pecho.
― Tú debes haber encontrado una manera de cubrir el olor. No soy estúpido.
Justin inclinó la cabeza hacia atrás. A pesar de que todavía podía oler sexo en el
aire, Trey estaba en lo cierto.
El calor de acoplamiento se había ido.
Lo que significaba…, Justin se dio la vuelta, dando un paso peligroso hacia
adelante. Si pensaba que se estaba sintiendo protector antes, no era nada comparado
con la necesidad que ahora lo consumía, se sintió extremadamente protector de Trey
y el niño que acababan de concebir.
― Creo que deberías salir de aquí mientras puedas. ― dijo Trey. ― Mi compañero
está dispuesto a rasgar tu garganta.
El hombre parecía vacilante mientras miraba entre Trey y Justin.
― Tú estás emparejado con él?
Justin no sabía qué pensar. Nunca había visto a un alfa más confundido que este.
Estaba acostumbrado a que ellos fueran egoístas y llenos de sí mismos, pero nunca
cuestionándose. Tal vez éste no fuera el alfa local.
Podría ser un nómade en busca de la oportunidad de formar una familia. Ahora
Justin estaba confundido, porque por lo que él sabía sólo los alfas podían oler el calor
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de acoplamiento.
¿Quién diablos era este tipo?
― Bueno, duh. ― Trey dijo, haciendo a Justin sonreír para sus adentros. ― Yo no le
dejaría follarme si no lo estuviera.
Justin dio un paso amenazador hacia adelante.
El desconocido dio un paso atrás, dirigiéndose directamente a la puerta del frente.
Justin fue detrás del hombre, pero él se había ido en dos segundos. Él volvió a su
forma humana, cerrando y bloqueando la puerta antes de girarse para Trey.
A pesar de que Justin sabía de la vacilación de Trey, no podía detener la sonrisa
que se dibujó en su rostro.
― Tenemos que regresarte de nuevo al territorio Riverwalker.
― Sí. ― Dijo Trey. ― Estoy listo para ir a casa.
― Pronto, gatito. ― Justin planeaba tomarse su tiempo esta noche para mostrarle
a Trey lo feliz y satisfecho que realmente se sentía.
Justin y Trey habían regresado al territorio Riverwalker y de nuevo a la vida normal.
Justin nunca había visto a un hombre parecer tan aliviado como Trey estaba
cuando habían dejado la cabaña de Max.
Para ser honesto, Justin se sintió aliviado también.
Estar en fuga no era una vida que habría elegido vivir a propósito. Fue un infierno
en los nervios.
Ahora estaba sentado en su oficina, mirando los días de filmación. Mientras que
Justin estaba de viaje, algunas pinturas más habían desaparecido. Max quería la
cabeza de alguien en una bandeja.
No sólo porque alguien le había robado el caro arte, sino porque el alfa odiaba a
los ladrones.
Trey también estaba de vuelta en el trabajo, sentado en su escritorio, hablando con
su hermana en el teléfono.
Afortunadamente, al final nada grave había ocurrido con Trey durante su ausencia.
El hombre se había deslizado de nuevo a trabajar sin problemas.
Max también había contratado a Justin a tiempo completo cuando él descubrió
que Justin y Trey se acoplaron y estaban esperando un bebé. El Alfa parecía muy
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malditamente satisfecho de sí mismo, por lo que Justin sospechaba que el hombre
tenía algo que ver con él y Trey reuniéndose.
― Tuviste suerte? ― Trey preguntó cuando apoyó el hombro en el marco de la
puerta. Justin miró hacia arriba y sintió que su polla se endurecía bajo sus pantalones.
Maldita sea, si Trey no parecía lindo como el infierno en un traje de negocios. La
sonrisa en el rostro de Trey era una vista agradable, teniendo en cuenta la agitación
que los dos acababan de pasar.
Justin se sentó, el material de seguridad olvidado cuando asintió con la cabeza a su
compañero para que entrara. Trey podría haber rodado sus ojos, pero Justin se dio
cuenta de que el hombre estaba más que feliz de hacerlo. Él se acercó a Justin y
apoyó los codos en la mesa, mirando al monitor de la computadora. Eso no era lo
suficientemente bueno para Justin. Puso a Trey en su regazo, besando el cuello de su
compañero.
― Tuve la mejor suerte del mundo cuando te conocí.
Trey se rió.
― Buena respuesta. Pero yo estaba hablando de las invasiones.
Los ojos de Justin se posaron en la pantalla cuando dejó escapar un largo suspiro.
― Todavía no. Quien está cometiendo los crímenes es muy bueno en ocultar su
identidad.
Trey movió sus caderas mientras se acercaba y Justin sólo podía gemir. Si el
hombre continuaba con eso, Justin cerraría la puerta de la oficina y tendría su mal
camino.
―Qué es eso? ― Trey golpeó su dedo contra el monitor.
Justin se acercó más, entrecerrando los ojos cuando vio algo que se había perdido
antes. ¿Qué estaba coche haciendo el auto de Charity estacionado en el garaje tan
tarde en la noche? Justin aceleró el video y se dio cuenta que el chico se acercó al
coche una hora más tarde, pero no tenía nada en las manos. Observó a Charity entrar
y salir.
Pero la parte posterior del coche de Charity quedó parada cerca de un minuto
antes de finalmente abandonar el marco de la película. ¿Por qué el hombre se detuvo
en las escaleras? Justin tomó el teléfono y marcó el número de Max.
― Creo que tenemos a nuestro culpable.
― Me pregunto quién demonios está robándome. ― Dijo Max con un gruñido en
su voz.
Justin le dijo a Max lo que había visto en el video.
― Estoy enviando a Domingo a su casa para investigar. Si una de mis pinturas está
allí, yo me encargo de Charity. ― Dijo Max ―. No dejes que sospeche nada.
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Justin murmuró.
― Soy muy consciente de cómo hacer mi trabajo.
Max colgó.
― Así que resolvimos el caso. ― Preguntó Trey.
― Lo sabremos pronto. ― Justin atrapó a Trey en sus brazos y besó el hombro de
su compañero. Él todavía estaba preocupado como el infierno de que Rupert llegara
hasta Trey, pero como su compañero había dicho, ninguno de ellos iba a permitir que
alguien más dictara cómo vivirían.
Y Justin tenía la intención de vivir una vida plena y feliz con Trey.

Trey salió fuera del camino, cuando en la tarde, Domingo entró en Conzenza
Corporation arrastrando a Charity por el pasillo.
― Qué diablos significa esto? ― Charity gritó al pasar arrastrado por la mesa de
Trey.
― Robo en la empresa. ― Dijo Domingo. ― Ahora tienes que responder ante Max.
―Tú lo hiciste ― Charity gritó a Trey. ― Sé que lo hiciste. Tú lo armaste para mí!
Trey podía ver a través de la acusación del hombre. En cierto modo, sentía pena de
Charity. El tipo no era apenas solo un adicto al sexo, sino codicioso también. El
hombre era un egoísta y, a juzgar por sus crímenes, ya que no podía encontrar un
papacito en la empresa, decidió hacer un dólar o dos con esos cuadros.
― Yo no mantendría esa historia cuando Max te interrogue. ― Dijo Trey. ― Él odia
a los mentirosos.
― Tú perra! ― Charity se escapó de las manos de Domingo, yendo directo hacia
Trey con un fuerte grito. Trey tomó el pisapapeles sobre la mesa y lo tiró al chico.
Charity cayó inmediatamente.
Domingo agarró a Charity, ayudando al hombre desorientado a ponerse en pie.
― Si yo fuera tú, me gustaría dejar de acumular delitos. ― Dijo Domingo. ― A Max
no le gustará saber que atacaste a un hombre embarazado.
La cabeza de Charity se volvió cuando miró a Trey.
― Eres patético y siempre lo serás. Ya verás. Volveré enseguida.
― No, si yo tengo algo que decir al respecto. ― Justin dijo mientras salía de su
oficina. ― Estás acabado aquí, Charity.
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Trey se recostó en el pecho de Justin, viendo como Domingo arrastró al idiota
gritando dentro del ascensor.
― No quiero saber lo que Max va a hacer con él.
Justin envolvió con sus brazos alrededor de Trey, su mano frotando en el abdomen
de Trey.
― Es más que probable que Charity termine sentado en una celda. Su crimen no es
lo suficientemente grande como para justificar el asesinato.
Volviéndose, Trey sonrió a su compañero.
― Basta de hablar de Charity. Estoy listo para que mi compañero me lleve a casa y
me muestre lo mucho que me ama.
Justin agarró la cara de Trey, sonriendo.
― Y yo te amo.
Trey se rió.
― Yo también te amo. Ahora vamos, Sr. Kemp. Yo robé algunos materiales de la
oficina y necesito ser revisado de cuerpo entero.
Justin dio un suave ronroneo mientras golpeaba a Trey en su culo.
― Tu deseo es una orden, querido.

FIN
Llama de Deseo
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LYNN HAGEN

Cazadores Depredadores 05
Traducción, Edición, Diseño, y Ahora Corrección

IPHI

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No lo pongan en Facebook
ni en ninguna red social.

Si lo ponen para descargar en su blog, agradezcan y


conserven el formato. Y Gracias por ponerlo

Es de fans para fans


Espero que les guste

Gracias a Hot por la traducción al portugués sino nunca lo hubiera


tenido.

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