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SEMANA 7
Competencias adquiridas
Por último, será muy relevante corroborar que los participantes hayan adquirido competencias
que permitan un desarrollo, tanto personal como profesional. Se busca que cada participante
fortalezca sus competencias y pueda así proyectar un mejor desarrollo de sus funciones. Este
punto será evaluado, por ejemplo, a través de la evaluación del desempeño, en donde se
determinará si el participante desarrolló las competencias abordadas en la capacitación o a
través de una evaluación de conocimientos adquiridos, en donde se buscará identificar si los
participantes podrán incorporar dichas competencias a su cargo.
El aprendizaje
La evaluación del aprendizaje busca comprobar y conocer el nivel de conocimientos y habilidades
adquiridos por los participantes, utilizando instrumentos como las pruebas y la evaluación pre –
post (conocimientos antes de la capacitación y posterior a ella) (Rubio, 2003). Se sugiere partir la
capacitación con un diagnóstico y, al finalizar el proceso, volver a evaluar para contrastar los
resultados y la efectividad de lo realizado.
En el caso de la formación online, el reto para este tipo de evaluación de los aprendizajes está en
construir y aplicar estrategias y sistemas de validación, que no requieran de la presencia física de
los asistentes a la capacitación.
La transferencia
La evaluación de la transferencia se enfoca en analizar si las competencias adquiridas (de
conocimiento, conductuales o referidas al entorno organizacional) están siendo aplicadas en el
lugar de trabajo de los participantes y si se mantienen a lo largo del tiempo (mejor desempeño
de la tarea, más rapidez, menos errores, cambio de actitud). Es decir, es un tipo de evaluación
que mide las conductas de quienes han asistido a una cierta capacitación (Rubio, 2003).
Esta evaluación permite exhibir la contribución de la capacitación a la mejora del trabajo, a
relaciones interpersonales y al desarrollo personal de los funcionarios, y los beneficios para la
organización, con el fin de poder determinar posteriormente su impacto y rentabilidad. A pesar
de que es una evaluación fundamental, muy pocas organizaciones la utilizan, debido a las
dificultades que se presentan para realizarla.
Los instrumentos más utilizados son la observación, las entrevistas a las jefaturas directas y/o
pares, y la autoevaluación de los participantes. Por otro lado, también son importantes los
reclamos que pueden existir hacia una persona en particular o un departamento dentro de la
organización, los productos defectuosos o los costos, que son una manera de medir
indirectamente el cambio (o no) de las conductas (Hill, Estrada y Bosch, 2003).
El impacto o resultado
Esta evaluación tiene como propósito conocer el impacto de la capacitación en la organización,
es decir, el retorno de inversión. Aunque históricamente la evaluación del impacto o de los
resultados de la capacitación se ha centrado principalmente en criterios económicos (aumentar
el número de ventas, aumentar la productividad, disminuir errores en los puestos de trabajo,
disminuir la cantidad de reclamos, entre otros), se debe tener en cuenta que el impacto de la
capacitación no solo ocurre (y es medible) a un nivel económico, sino que también el
conocimiento producido en las personas, la capacidad de innovación y creatividad que este
puede llegar a generar en los empleados o la fidelización de las personas a la organización, son
tanto o más importantes que las consideraciones económicas.
Los instrumentos que se usan mayoritariamente en este tipo de evaluación son los informes de
gestión, los cuales podrán ser elaborados por los encargados del proceso de capacitación o por
las áreas encargadas de análisis de la empresa.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
IACC. (2023). Capacitación organizacional. Diseño de la evaluación del proceso de capacitación.
Semana 7