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TRABAJO DE INVESTIGACION

MATERIA: ADMINISTRACION 1
NOMBRES: JOSE PATSI TAPIA
JHON PETER GONZALES MITA
KEVIN CRISTHOFER QUISPE SALINAS
ARIEL JHONNY TUCO MARCA
DOCENTE: LIC. LILIA OVANDO CANDIA
FECHA: 12 DE JUNIO DE 2023
LA ADMINISTRACION CIENTIFICA SEGÚN FREDERICK TYLOR
La administración científica, también conocida como teoría científica de la administración o
escuela científica de la administración, encabezada por el ingeniero estadounidense Frederick
W. Taylor, fue el sustento para la constitución de la práctica administrativa moderna a través de
la formulación de una serie de principios fundamentales que, para Taylor, son aplicables a todas
las actividades humanas.
¿Qué es la administración científica?
La administración científica es una corriente del conocimiento, también llamada taylorismo, que
une al sector empresarial con la investigación científica. Surgió a raíz de
una monografía publicada en 1911 por Frederick Winslow Taylor, que estableció los principios
de la organización para las empresas industriales.
El nombre de administración científica se debe a la aplicación de métodos de la ciencia a los
problemas de la administración empresarial, con el objetivo de alcanzar una mayor eficiencia en
la producción industrial. Los principales métodos científicos aplicables a los problemas de la
administración son la observación y la medición de resultados.
Origen de la administración científica
La teoría de la administración científica surge a finales del siglo XIX en Estados Unidos, ante la
necesidad de aumentar la productividad debido a la escasa oferta de mano de obra.
La única manera de incrementar la productividad era aumentando la eficiencia de
los trabajadores y, para eso, la administración científica se enfocó en las tareas. Taylor llevó a
cabo un estudio de investigación y detectó los siguientes problemas comunes en
las industrias de la época:
• No existía ningún sistema efectivo de trabajo.
• No había incentivos económicos para que los obreros mejoraran su trabajo.
• Las decisiones eran tomadas de manera arbitraria, más que por conocimiento científico.
• Los trabajadores eran incorporados a su labor sin tomar en cuenta
sus habilidades y aptitudes.
Taylor elaboró varias hipótesis que, en la práctica, permitieron dar soluciones a esos problemas.
A través del análisis de cómo se realizaba el trabajo y de la observación directa respecto a cómo
ese trabajo afectaba la productividad, encontró las respuestas.
Su filosofía se basaba en que hacer trabajar duro a las personas no era tan eficiente como
optimizar la forma en que éstas hacían su trabajo. La obra completa de Taylor demostró que
todos los principios allí planteados podían ser aplicados en cualquier tipo de organización.
Los “principios de Taylor” y sus características
En 1911 Taylor publicó “los principios de la administración científica”, un documento que
explicaba las pautas que debía seguir la actividad empresarial para alcanzar una producción
industrial más eficiente. Los cinco principios de Taylor eran:
• Reorganización del trabajo. Implicaba reemplazar los sistemas de trabajo ineficientes
por métodos que redujeran los tiempos de producción y la cantidad de maquinaria
necesaria, entre otros. Taylor investigó diversas maneras de alcanzar niveles óptimos de
rendimiento, por ejemplo, diseñó una pala que permitía ser manipulada durante varias
horas seguidas.
• Selección adecuada del trabajador. Implicaba evaluar la habilidad del trabajador para
designarle un puesto idóneo, en lugar de asignar roles sin tener en cuenta su capacidad.
De este modo, se podía mejorar el desempeño profesional porque el empleado se sentía
más motivado y satisfecho con su trabajo, lo que terminaba impactando en la
productividad de la organización.
• Cooperación entre directivos y el plantel. Implicaba la creación de cargos intermedios
para que actúen como responsables de supervisar y de asesorar de manera directa a los
equipos de trabajadores. De este modo, los gerentes y los operarios podían actuar bajo
un mismo propósito y alcanzar el buen funcionamiento de la organización.
• División del trabajo entre los responsables y los colaboradores. Implicaba definir de
manera clara, el rol de cada integrante de la organización. Era necesario que los gerentes
sean los responsables de la planificación y la dirección de la organización mientras que
los trabajadores se dedicaban a la ejecución de dichas decisiones. Esta articulación
permitió alcanzar una mayor eficiencia en los procesos de trabajo.
• Motivación de los trabajadores. Implicaba optimizar el salario del trabajador a fin de
que mejore su rendimiento además de que ocupara un puesto idóneo a sus capacidades.
Taylor promovió la idea de “un salario justo por un día de trabajo justo”, es decir, si un
trabajador no logró producir lo suficiente en un día, no debían pagarle tanto como a
otro trabajador que fue altamente productivo.
Ventajas de la administración científica
Las principales ventajas eran:
• Generar mayor especialización en el puesto de trabajo.
• Generar mayor eficiencia por parte de cada individuo.
• Plantear una división del trabajo que permitió planificar y obtener mejores resultados.
• Distinguir entre el trabajo manual y el intelectual.
• Ayudar a disminuir las presiones que solían recaer en un solo trabajador, al designar un
jefe por área.
• Promover el desarrollo personal a través del estímulo económico como incentivo.
Desventajas de la administración científica
Las principales desventajas fueron:
• El principio de unidad de mando colectivo se desvaneció, lo que originó conflicto entre
trabajadores.
• La comunicación era descendente y el empleado no tenía capacidad técnica para opinar.
• La participación de los empleados era nula y se promovía la individualidad como
mecanismo de eficiencia.
El taylorismo con el paso del tiempo
Los “principios de Taylor” fueron la base de la administración empresarial a nivel mundial y
la cooperación resultante entre los trabajadores y los gerentes influyó de manera notoria en la
filosofía del trabajo en equipo. A partir del siglo XXI algunas ideas planteadas por el taylorismo
quedaron obsoletas o fueron mejoradas. Entre las nuevas pautas, se destacan las siguientes:
• La mayor autonomía de los trabajadores. Para que puedan aplicar enfoques más
apropiados en su trabajo, rompiendo con la estructura piramidal o descendente del
taylorismo donde el trabajador no podía dar su opinión.
• La gestión por objetivos. Establece que los gerentes deben participar del proceso de
planificación estratégica y unificar el consenso entre directivos y empleados, a
diferencia del taylorismo que mantenía una única estructura en la que los
gerentes tomaban las decisiones y los trabajadores las ejecutaban.
• Las iniciativas de mejora continua. Implican que la empresa se cuestione todos los
métodos de productividad (no solo el trabajo del empleado) a fin de
encontrar innovaciones, a diferencia del taylorismo que sostenía que la máxima
eficiencia en la producción recaía en el rendimiento físico del trabajador.
• La motivación a través de la valoración. De la persona por su aporte individual no fue
contemplado en la gestión científica del taylorismo que solo se centraba en la mecánica
y su recompensa económica.
LA ADMINISTRACION CLASICA SEGÚN HENRY FAYOL
Henri Fayol fue uno de los grandes contribuyentes al enfoque clásico de la Administración
general y Administración industrial. Su principal aportación fue escribir sobre problemas no
estudiados por Taylor. Fayol lo hacía a nivel de dirección e hizo grandes contribuciones a nivel
administrativo, como Administration industrielle et générale, donde describe su filosofía y
propuestas.
Teoría de Fayol
La teoría clásica de la administración hace énfasis en las funciones básicas que debe tener una
organización para conseguir su eficiencia. En su libro que salió en 1916 expone un enfoque
sintético y universal de la empresa, tratando temas como la concepción anatómica y estructural
de una organización.
En qué consisten sus teorías y el valor que todavía tienen hoy en día
Fayol destaca que toda organización debe de cumplir con una serie de funciones básicas, que
son las siguientes:
1. Funciones técnicas. Son las funciones empresariales y primordiales de la
empresa, ligadas a la producción de bienes y servicios, como las funciones productivas.
2. Funciones comerciales. Se enfocan en las actividades de compra, venta e
intercambio. Tratan de la importancia de la producción eficiente y de que los bienes
puedan llegar bien y ser consumidos.
3. Funciones financieras. Implican la búsqueda y la gestión del capital, donde el
administrador juega un papel fundamental, ya que controla toda la economía de la
empresa, evitando actos imprudentes de uso de capital.
4. Funciones de seguridad. Hacen referencia al bienestar de la organización y de los
trabajadores, teniendo en cuenta la seguridad tanto industrial como personal, de
higiene, entre otros.
5. Funciones contables. Esta serie de funciones se enfocan en todo lo relacionado a los
costos, inventarios, y estadísticas empresariales. Trata de llevar un buen control de los
recursos y de informar constantemente de cada estado financiero y de las operaciones
que se van realizando.
6. Funciones administrativas. Son las encargadas de la regulación, integración y control de
las cinco funciones anteriores. Estas deben ser coordinadas de forma eficaz y eficiente
para conseguir una buena coordinación y control general de la organización en su
totalidad.
Una organización logra un correcto funcionamiento cuando hay una sincronización de todos los
elementos y áreas de la empresa, es decir, los descritos en los apartados anteriores. No puede
fallar ninguno, ya que si lo hace se ven perjudicadas las demás áreas también, y la organización
entonces no puede funcionar de forma eficiente. Además, los trabajadores también juegan un
papel primordial en el cumplimiento de dichas funciones.
Las teorías de Fayol todavía hoy siguen teniendo vigencia e importancia, ya que es un esquema
que siguen gran parte de las organizaciones para conseguir buenos resultados a todos los
niveles. Su aplicación ha hecho que muchas empresas funcionen de forma sistemática durante
mucho tiempo, consiguiendo así una buena coordinación en todos los ámbitos.
Principios básicos de organización de la empresa y las funciones básicas
Fayol fue el impulsor y el que desarrolló los conocidos como 14
principios fundamentales, entrando en profundidad en el papel de los mandos intermedios y la
dirección, para tratar como deben organizarse, tomar decisiones e incluso interactuar con los
demás trabajadores de la organización. Esta teoría trata métodos de dirección innovadores y ha
trascendido todos estos años.
Los 14 principios de gestión de Fayol
1. División del trabajo. Cada empleado tiene una habilidad distinta y un punto fuerte que
hay que explotar. En función de la experiencia de cada uno pueden considerarse
especialistas en algo, incluso generalistas. Si hay cierta especialización en un ámbito,
esta aumenta la eficiencia y la productividad, ya que hay mayor precisión en cada tarea
que se realiza. Este principio es aplicable a todos los trabajadores y mandos de la
empresa.
2. Autoridad y responsabilidad. La autoridad conlleva responsabilidad y cierto riesgo, y los
encargados de hacer que la empresa funcione deben asumir dichas responsabilidades
haciendo que el equipo de dirección tenga el poder de dar órdenes a los demás
empleados.
3. La disciplina. La disciplina conlleva obediencia y respeto hacía los valores
fundamentales. Una buena conducta y la creación de relaciones basadas en el respeto
es la clave que sustenta una relación de calidad entre todos miembros de la
organización, desde dirección a los mandos más bajos.
4. Unidad de mando. Se refiere a la importancia de que cada empleado recibe órdenes
sobre las tareas que debe realizar de un único mando, y que explique los resultados de
cada faena a esa misma persona. Cuando se reciben órdenes de diferentes
personas esto puede llevar a la confusión y entrar en conflictos que, están al mando de
una sola persona, pueden ser evitables. Con la unidad de mando se pueden establecer
responsabilidades y asociar errores de forma mucho más sencilla.
5. Unidad de dirección. Esta hace referencia al enfoque y a la unidad de las actividades, es
decir, todas deben trabajar hacía un mismo objetivo, detallado específicamente en el
plan de acción. Los que se encargan de la dirección son los máximos responsables del
plan y tienen la función de supervisar la evolución de las tareas planificadas para cumplir
los objetivos establecidos. En este caso cobra mucha importancia la disciplina y la
organización de los equipos.
6. Subordinación del interés individual al general. En todo tipo de empresas existen
diferentes clases de intereses, ya que cada empleado tiene intereses particulares, pero
nunca deben prevalecer sobre el interés de la empresa. La estrategia y enfoque
empresarial está enfocado hacía los objetivos de la entidad, y este principio debe ser
respetado por todos los integrantes, sobre todo por la dirección.
7. Remuneración. Es importante contar con empleados que estén motivados y que sean
totalmente productivos. La remuneración debe ser coherente y justa para todos, para
que se sientan felices en sus trabajos y de esta forma aumente la productividad. Existen
dos tipos de remuneración, la económica y la no económica, la segunda trata sobre
promociones dentro de las empresas, premios, reconocer méritos y esfuerzos, entre
otros reconocimientos.
8. Jerarquía. Fayol exige un respeto máximo a los mandos más altos, estableciendo así una
línea muy clara de autoridad y jerarquía en la organización, pasando por todos los
niveles de esta. Resalta que debe haber un organigrama bien definido donde se estipule
el nivel en el que se encuentra cada persona, para poder reportar información a la
persona adecuada en todo momento y así evitar errores de comunicación innecesarios.
9. Centralización. La autoridad a la hora de tomar decisiones debe estar repartida de
forma equilibrada y coherente, sobre todo en empresas grandes con mayor volumen de
negocio y personal. Para ello, Fayol propone la centralización, que implica una cierta
concentración de autoridad en manos de la parte más elevada de la jerarquía. Pero, sin
duda, en algunos casos dicha autoridad debe delegarse, siguiendo la estructura de cada
entidad. Para un correcto funcionamiento hay que mantener la autoridad en manos de
los niveles de la jerarquía pertinentes.
10. Orden. Cada empleado debe tener los medios y recursos necesarios para poder
desarrollar de forma adecuada las funciones que se le han asignado. Además, cada uno
debe ocupar el sitio de trabajo que sea más adecuado según sus puntos fuertes y
capacidades. Y, sobre todo, en cada momento hay que mantener el orden a todos los
niveles para poder garantizar un ambiente de trabajo óptimo y en buenas condiciones.
11. Equidad. Remarca que los trabajadores deben ser tratados en todo momento con
equidad, amabilidad y por igual, independientemente de su función o procedencia. Cada
uno debe estar en el sitio más correcto para él, para poder ofrecer el máximo
rendimiento y contribuir a una mejora de resultados. Todos merecen ser tratados de
forma justa e imparcial sean o no subordinados.
12. Estabilidad. Este principio fundamental hace referencia a la importancia de la
estabilidad del personal, es decir, de la especialización. Remarca que una elevada
rotación puede perjudicar un correcto funcionamiento de las áreas y reducir de forma
notoria la seguridad que sienta la persona en el lugar de trabajo.
13. Iniciativa. Incentiva de forma clara la importancia de la iniciativa de cada trabajador
para realizar tareas, es decir, la flexibilidad y libertad para poder aportar valor en su
puesto de trabajo. Debe prevalecer la tolerancia ante errores, ya que todos somos
humanos y podemos cometerlos. Para ello, es importante ser empático y tolerar
posibles erratas.
14. Espíritu de cuerpo. En este caso se promueve el trabajo en equipo, esencial para que
haya colaboración y participación en todos los aspectos. Además, es vital para la unidad
entre todos los miembros de las empresas. De esta forma, se contribuye a un buen
desarrollo de la cultura empresarial y favorece en cierta medida a la confianza que
puedan tener unos con otros.
Los 14 principios fundamentales de Fayol buscan un correcto desarrollo de los métodos de
dirección, que han llegado hasta nuestros tiempos siguiendo sus bases. Cada principio tiene en
cuenta el factor humano, como parte del motor para que haya un correcto funcionamiento. Esta
idea resulta muy familiar e innovadora hoy en día y se sigue estableciendo como una de las
premisas básicas en cada compañía.

Bibliografía
Carolina, E. (23 de Marzo de 2020). Administración científica, fundamentos y principios de
Taylor. Obtenido de https://www.gestiopolis.com/administracion-cientifica-
fundamentos-y-principios-de-taylor/
Martín, J. (22 de Octubre de 2019). CEREM. Obtenido de TAYLOR Y LA ADMINISTRACIÓN
CIENTÍFICA DE LAS EMPRESAS: https://www.cerem.es/blog/taylor-y-la-administracion-
cientifica-de-las-empresas

Martín, J. (29 de Octubre de 2019). CEREM. Obtenido de LOS PRINCIPIOS DE FAYOL Y LAS
FUNCIONES BÁSICAS DE LA EMPRESA: https://www.cerem.es/blog/los-principios-de-
fayol-y-las-funciones-basicas-de-la-empresa

Miguel, C. L. (6 de Noviembre de 2019). Gestiopolis. Obtenido de Teoría clásica de la


administración de Henri Fayol: https://www.gestiopolis.com/teoria-clasica-
administracion-henry-fayol/

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