Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Vitaminas liposolubles
Octubre de 2017
Óscar Picazo Ruiz
Dietista-Nutricionista
Licenciado en Química
gogoodgenetics.com
Manual 1
Vitaminas liposolubles
3
Introducción
Vitaminas liposolubles 4
Vitamina A 5
Vitamina D 10
Vitamina E 15
Vitamina K 19
1 Introducción
Las vitaminas son sustancias necesarias en pequeñas cantidades, pero fundamentales para el mantenimiento de una buena
salud, ya que tienen lo que se llama función reguladora. Las vitaminas participan en numerosos procesos como la visión, la
obtención de energía a partir de azúcares, grasas o proteínas, el metabolismo del colesterol, y un largo etcétera.
Hidrosolubles Liposolubles
B1 Tiamina A Retinol
B3 Niacina E Tocoferol
B6 Piridoxina
B7 Biotina
B12 Cobalaminas
C
Ácido Ascórbico
Características generales
El que unas vitaminas u otras se disuelvan mejor en grasas o en agua va a influir en cómo las absorbemos a partir de los
alimentos, cómo les afecta el cocinado, y si se acumulan o se eliminan del organismo con rapidez.
Las vitaminas liposolubles se disuelven en grasas, y pueden acumularse en el tejido graso o en órganos como el hígado. Esto
tiene una doble consecuencia. En primer lugar, si hay una deficiencia de alguna de ellas en la dieta, puede tardar un tiempo
hasta que se observen los síntomas, ya que tendremos reservas acumuladas que se irán gastando progresivamente. En
segundo lugar, puede suceder lo contrario, y es que puede aparecer síntomas de toxicidad debido a la acumulación de alguna
de estas vitaminas, si se toman en exceso. El caso más conocido es el de la vitamina A.
A pesar de su mala fama las grasas son indispensables por multitud de razones. Una de ellas es que sin grasas en la dieta no
podríamos absorber las vitaminas liposolubles. Las grasas o aceites y el agua no se mezclan, y para poder digerirlas
necesitamos de un proceso que se denomina emulsificación. Para entenderlo basta con pensar en un vaso en el que
añadamos agua y aceite. Ambos no se mezclan. Pero si añadimos unas gotas de lavavajillas y agitamos, vemos cómo
empiezan a formarse gotas cada vez más pequeñas de aceite, que se dispersan en el agua. Esto mismo es lo que sucede con
las grasas durante la digestión, siendo las sales biliares las que hacen el papel de detergente. Las vitaminas liposolubles, van
a disolverse durante la digestión en esas gotitas de grasa y sales biliares (llamadas micelas). Una vez en el intestino, estas
vitaminas disueltas en la grasa se absorben.
Por este motivo, se ha comprobado en distintos experimentos cómo consumir verduras ricas en carotenos (sustancias que el
organismo transforma en vitamina A activa) junto con alimentos grasos como el huevo, o aceite de oliva, aumenta la
absorción de estas sustancias.
Las enfermedades que afectan a la absorción de las grasas pueden reducir la cantidad de vitaminas liposolubles que
absorbemos. Afecciones como la diarrea crónica, la enfermedad de Crohn, celiaquía (no diagnosticada y tratada), fibrosis
quística, problemas pancreáticos o el bloqueo de los conductos biliares pueden afectar a la absorción de grasas y con ello, de
vitaminas liposolubles. El uso de fármacos antiácidos como el omeprazol también se ha asociado a una reducción de hasta un
50% en la absorción de beta-caroteno.
Las vitaminas liposolubles también acompañan en los alimentos a las partes grasas. Esto puede hacer que el enranciamiento
les afecte, ya que la oxidación de las grasas puede oxidar también las vitaminas. Un ejemplo serían los frutos secos, o los
pescados congelados durante mucho tiempo. Al cocinar también puede producirse pérdida de estas vitaminas, por ejemplo al
usar técnicas como la fritura.
Funciones
La vitamina A participa en numerosos procesos en el organismo. Es esencial para la visión, para la función del sistema
inmune, y para el desarrollo embrionario. Participa también en la regulación del metabolismo de las células. La
vitamina A y los carotenos también ejercen una función antioxidante en tejidos como la piel.
Los síntomas asociados a la deficiencia de vitamina A son la ceguera nocturna, la xeroftalmia, afecciones de la piel y
las mucosas, y un mayor riesgo de infeciones. La sintomatología, y un análisis de sangre, pueden permitir determinar
una deficiencia de vitamina A.
Para convertir de mg ER a las Unidades Internacionales, que es otra forma de expresar las cantidades necesarias de
vitamina, la equivalencia es de 1 UI de vitamina A = 0,3 ug de equivalentes de retinol (ug = mcg = microgramo).
Por otra parte, y dado que la acumulación de cantidades excesivas de vitamina A puede resultar en toxicidad, se ha
establecido un límite superior de tolerable (UL) de 3 mg de ER al día para adultos.
En el caso del embarazo, es preciso ser muy cuidadoso con la ingesta de vitamina A preformada (la presente en
alimentos de origen animal) ya que una cantidad excesiva podría aumentar el riesgo de defectos congénitos. No se
deben consumir suplementos que contengan vitamina A, especialmente en forma de retinol, salvo prescripción
facultativa. Se debe prestar atención al consumo de alimentos muy ricos en vitamina A, como el hígado de animales
y sus derivados, como el paté.
Genética y vitamina A
Nuestros genes van a determinar aspectos como el color de ojos, de piel, de
pelo, la estatura máxima que potencialmente podríamos alcanzar, o bien
funciones concretas del organismo. Es el caso de mecanismos como la
absorción, transporte o eliminación de vitaminas. Por otro lado, hay otros
aspectos de la salud, que también pueden verse afectados por la genética
personal, y que pueden hacer que las necesidades de algunas vitaminas
aumenten. Es el caso de la capacidad de defensa antioxidante, que si es
baja, puede hacer que aumenten las necesidades de vitamina A.
Año 1912: El explorador australiano Douglas Mawson y el suizo Xavier Mertz se embarcaron en una expedición antártica de
la que Mertz no regresaría. Desprovistos de alimento y sin caza ni pesca a la vista, no tuvieron otro remedio que recurrir a los
perros de raza husky que tiraban del trineo que les transportaba en la expedición. La teoría más probable que explica la
muerte de Mertz, según el diario de Mawson y los síntomas descritos, es la intoxicación por vitamina A, ya que el hígado de
estos animales al igual que el de los osos polares y focas contiene concentraciones muy elevadas de esta vitamina, que en
altas dosis puede ser tóxica. Otros exploradores han sufrido una suerte similar, como la expedición al ártico ruso en 1596, en
la que los diez miembros que la componían se intoxicaron por comer hígado de oso polar. Relatos similares fueron registrados
por Kane (1856), Koettlitz (1897), Lindhard (1913), o Nansen (1924). El hígado acumula gran cantidad de vitamina A,
especialmente en estos animales polares como focas u osos.
Suplementos de vitamina A
Dado que existen fuentes de origen vegetal y de origen animal de vitamina A, esto se traduce también en los
suplementos presentes en el mercado. Podemos encontrarlos a base de carotenos de origen vegetal, o bien de
retinol, que es la sustancia activa, de origen animal.
El cuerpo ha de transformar los carotenos en retinol para poder utilizarlos como vitamina. Este proceso está sujeto a
regulación y a limitaciones en parte genéticas, debido a la absorción, transporte y transformación de los carotenos en
retinol. Por este motivo, los suplementos a base de carotenos no aumentan tanto los niveles de vitamina A en sangre,
como lo hace el retinol, que es absorbido y directamente, puede actuar.
El riesgo de sobredosificación con los suplementos a base de beta-carotenos es bajo, pero es elevado en el caso de
los suplementos a base de retinol. En cualquier caso y como siempre, antes de suplementar es recomendable contar
con la ayuda de un profesional.
Estas sustancias son pigmentos de color amarillo anaranjado y que dan color a frutas y tubérculos, además de a
las verduras, aunque en estas últimas el color queda enmascarado por el verde de la clorofila. Dentro de la familia
de los carotenoides se encuentran entre otros algunos como el ya mencionado beta-caroteno, o la luteína, la
zeaxantina y el licopeno. Algunos estudios han demostrado que una dieta rica en varios tipos de carotenoides es
más efectiva como antioxidante al actuar de forma conjunta potenciando su efecto.
Además de ser capaces de neutralizar los radicales libres, y de poder absorber luz y así proteger en parte la retina,
los carotenoides parecen activar algunos genes que potencian las defensas antioxidantes del organismo.
Funciones
La investigación acerca del papel de la vitamina D para la salud es muy activa y hay continuos descubrimientos al
respecto. Se sabe que esta vitamina es capaz de regular la actividad de hasta 1.250 genes, de forma directa o indirecta.
Una de las funciones más conocidas de la vitamina D es el balance de calcio en el organismo. Mantener estos niveles
bajo control es indispensable para el crecimiento óseo y para el funcionamiento del sistema nervioso. Si los niveles de
calcio en el organismo son bajos, se incrementa la formación de vitamina D y aumenta la absorción intestinal de calcio,
su reabsorción en los riñones, la liberación de calcio del hueso, que es usado como reserva.
La vitamina D y la vitamina K trabajan juntas para que el calcio se deposite donde debe (en los huesos) y no donde no
interesa (en las paredes de las arterias) de manera que la suplementación indiscriminada con vitamina D no es una
buena estrategia, especialmente si se toma una dieta muy rica en calcio, y baja en vitamina K.
La deficiencia en vitamina D también es responsable del raquitismo, debido a una mala mineralización de los huesos
en niños. En los adultos, la deficiencia puede derivar en osteomalacia, ya que el hueso se desmineraliza al no poder
incorporar de forma adecuada el calcio. También se ha implicado la falta de vitamina D en debilidad y dolor muscular.
La vitamina D es protagonista de numerosos estudios que han demostrado que participa en la regulación del sistema
inmune. La vitamina D también podría mejorar las defensas contra agentes externos, y reducir la incidencia de
enfermedades autoinmunes o alergias.
Algunas circunstancias, como la enfermedad renal crónica, problemas digestivos que afecten a la absorción de grasas,
la enfermedad inflamatoria intestinal, o la obesidad, parecen aumentar el riesgo de deficiencia de vitamina D, al
afectar bien a su síntesis, o a su absorción.
Ingesta recomendada
La vitamina D, al igual que la vitamina A, puede provocar problemas si se consume en exceso. Cuando la
concentración en la sangre supera los 150 nanomol por litro, aumenta el riesgo de hipercalciuria (excreción de calcio
en la orina) y de hipercalcemia (exceso de calcio en la sangre).
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha establecido los siguientes niveles recomendados:
Como hemos mencionado, obtener exclusivamente a partir de la dieta esta vitamina es difícil, por lo que
complementar una dieta saludable con la exposición moderada al sol es fundamental.
Genética y vitamina D
Existen varios aspectos relacionados con nuestra genética personal, que
pueden afectar a como nuestro cuerpo maneja la vitamina D. El test
GoGood Vital estudia las siguientes funciones para hacer una
recomendación personalizada de ingesta de vitamina D:
Como tiempo máximo, encontraron que en julio, una persona con piel de tipo III, que es la más
habitual en la población española, no debería exponerse más de 29 minutos. En invierno sin
embargo, el tiempo se prolongaba hasta 150 minutos.
Podemos encontrar la formulación como cápsulas, comprimidos, o como líquido (en cápsula o vial). La mejor
absorción la tienen estas últimas ya que la vitamina D se encuentra suspendida en aceite, lo que aumenta su
absorción.
En cuanto a la dosificación, se puede encontrar suplementos desde 400 UI por cápsula o
comprimido, hasta más de 5.000 UI. Hay que tener en cuenta que la suplementación
continuada con megadosis de vitamina D no está recomendada por el posible riesgo de
acumulación y de elevación de los niveles en sangre por encima de lo recomendado. Antes
de suplementar, se recomienda comprobar los niveles a través de una analítica y consultar
al especialista. Conocer además la capacidad de los suplementos para elevar nuestros
niveles en sangre, en función de nuestra genética, puede ayudarnos a seleccionar la dosis
más adecuada, entre 400 y 1.000 UI.
Vitamina D Vitamina D
y salud cutánea y salud cardiovascular
Como hemos mencionado, la vitamina D puede Las investigaciones han demostrado que existe una
obtenerse a partir de la radiación solar, debido a que correlación entre menores niveles de vitamina D, y
el componente ultravioleta B puede estimular la mayor riesgo cardiovascular. Sin embargo, se trata de
producción de la previtamina D3 a partir de estudios observacionales, que solo permiten
dehidrocolesterol, en la piel. La vitamina D ya establecer esa asociación, pero no demuestran
formada, tras su última transformación en el riñón, claramente que exista una relación de causa y efecto.
devuelve a la piel el favor ya que tiene varias Se han hecho también ensayos clínicos con
funciones que permiten el mantenimiento de una piel suplementación, pero con dosis bajas y de corta
saludable. duración, por lo que no permiten establecer
conclusiones claras.
En primer lugar, la vitamina D en la piel regula el
control de la proliferación y la diferenciación de los Lo que sí se sabe es que el sistema cardiovascular,
queratinocitos, las células que constituyen la incluyendo el corazón y las paredes arteriales, son
epidermis. Esto permite una continua y adecuada sensibles a los niveles bajos de vitamina D. Además,
renovación de la piel, función barrera, y cicatrización esta vitamina regula multitud de procesos relevantes
de heridas. Además, esta vitamina parece ser también para la enfermedad cardiovascular como son la
fotoprotectora, reduciendo el daño producido por la función del sistema inmune, el estrés oxidativo o la
exposición excesiva a la luz solar. diferenciación celular. Son investigaciones en
marcha, pero es probable que en un futuro se
descubra de forma más clara cuál es el papel que la
vitamina D juega en la enfermedad cardiovascular.
Funciones
La principal función de la vitamina E es detener la acción de los radicales libres, especialmente en las membranas de
las células. Para ejercer su acción esta vitamina funciona de forma coordinada en combinación con la vitamina C y con
las defensas antioxidantes del organismo.
A pesar de que la carencia de vitamina E no es habitual en nuestro entorno, es importante tener en cuenta que ciertas
circunstancias pueden desembocar en una deficiencia, con consecuencias para la salud.
Adicionalmente, personas que hacen ejercicio intenso con frecuencia, podrían tener necesidades aumentadas de
vitamina E. Del mismo modo, una dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados (omega-6 y omega-3) podría
incrementar también las necesidades de antioxidantes. El motivo es que estas grasas se oxidan con mucha facilidad.
Además, la genética por supuesto puede afectar a las cantidades de vitamina E que el cuerpo necesita.
Genética y vitamina E
Para determinar si tienes unas necesidades aumentadas de vitamina E con respecto
a la recomendación general, el test GoGood Vital tiene en cuenta las diferencias
genéticas que afectan a genes relacionados con los siguientes aspectos:
En 1922, el Dr. Herbert Evans y su asistente Katherine Bishop de la Universidad de Californa en Berkeley, descubrieron la
vitamina E por casualidad. Estaban alimentando a sus ratas con una dieta semisintética a base principalmente de manteca.
Su crecimiento era adecuado, pero las ratas no podían reproducirse. Cuando la dieta de estas ratas fue suplementada con
lechuga, y posteriormente con extracto de germen de trigo, su infertilidad remitió. Algo faltaba en esa dieta inicial, que
denominaron “Factor X”.
Posteriormente, los investigadores encontraron que la sustancia responsable se encontraba en el extracto graso de la
lechuga o el germen de trigo. En 1925, Evans decidió denominar a esta sustancia vitamina E. En paralelo, y en la Universidad
de Arkansas, el Dr. Bennett Sure observó también que un factor ausente en la dieta hacía estériles a las ratas. Propuso el
nombre vitamina E un año más tarde que Evans.
Esto hizo que la vitamina E ganara una reputación como un reparador o incluso un vigorizante de la función reproductiva y
sexual. Esta aura se reforzó cuando se denominó a la sustancia química como tocoferol del griego toc- (niño) y phero- (sacar
adelante, hacer nacer) y con la terminación –ol, por tratarse de un alcohol. Se conocía coloquialmente a la sustancia con el
nombre de “aceite de la fertilidad”, y aparecieron suplementos pocos años después, incluso alegando poder tratar la
disfunción eréctil y otros problemas sexuales.
La ciencia ha avanzado y no se ha demostrado ninguna de esas alegaciones. Ello no resta sin embargo de importancia, a uno
de los principales antioxidantes de los que dispone el organismo.
Suplementos de vitamina E
Existen en el mercado distintos suplementos de vitamina E. La principal diferencia entre ellos es si incluyen o no la
forma natural del tocoferol (denominada RRR-alfa-tocoferol). Esta es la forma más activa para el organismo. Algunos
suplementos y alimentos fortificados, pueden contener mezclas de distintos tocoferoles, de los cuales solo la mitad
son utilizables por el organismo. Por este motivo, su eficacia es menor. Este tipo de suplementos suele indicar en su
composición “dl-alfa-tocoferol” o bien “all-rac-alfa-tocoferol”.
Dosis elevadas de vitamina E pueden llevar a problemas de coagulación, al poder interferir en la regulación mediada
por la vitamina K. Por otra parte, en algunos estudios se ha observado un incremento del riesgo de padecer cáncer de
próstata en aquellos sujetos suplementados con vitamina E. Por este motivo no se recomienda la suplementación
continuada con dosis elevadas de vitamina E y sin control profesional. El test GoGood Vital puede permitir
personalizar las recomendaciones.
Vitamina E
y salud ocular
Las cataratas son producidas por el enturbiamiento progresivo del cristalino del ojo. Una de las
causas, parece ser la oxidación de las proteínas que lo componen. Como uno de los principales
antioxidantes en el organismo, la vitamina E podría proteger frente al desarrollo de cataratas.
Durante el cocinado, la vitamina K1 presente en los vegetales, se libera de los cloroplastos donde se encuentra
almacenada. De esta forma, aumenta su disponibilidad, especialmente si añadimos aceite o algún alimento graso a
la preparación. Las hojas de color verde oscuro, normalmente las exteriores en alimentos como coles o lechugas,
tienen un mayor contenido de vitamina. Por otra parte, la vitamina K es muy sensible a la luz, y puede perderse casi
la totalidad de la misma si se expone el aceite a la luz solar o artificial. Por este motivo, es importante almacenar
aceites como el de oliva protegidos de la luz.
•70 microgramos por día para adultos, incluyendo mujeres lactantes y embarazadas.
No se conocen efectos negativos con altas dosis de vitamina K procedentes de la dieta o de suplementos. En el caso
de un análogo sintético de la vitamina, la menadiona o vitamina K3, se ha encontrado interferencias con las defensas
antioxidantes del organismo con efectos secundarios importantes. Esta forma ya no se utiliza para el tratamiento de
la deficiencia de vitamina K.
Genética y vitamina K
Como se ha mencionado al inicio, la vitamina K tiene una capacidad limitada de
almacenamiento en el organismo. Sin embargo, es posible reciclarla una vez que ha
ejercido su función a través del denominado ciclo de la vitamina K. Este ciclo, está
sujeto a una distinta eficacia en función de ciertas diferencias genéticas entre
individuos. Además, otro proceso en el que participa la vitamina K, para regular la
coagulación de la sangre, también está sujeto a diferencias genéticas.
El test GoGood Vital no facilita los datos relativos a las necesidades individuales de
vitamina K, dado que esta vitamina puede afectar a la actividad de algunos
fármacos.
La warfarina es un fármaco anticoagulante, es decir, reduce la posibilidad de que la sangre forme coágulos. Se utiliza en
personas que han sufrido un infarto o para la prevención de la trombosis venosa o la embolia pulmonar.
Este fármaco actúa precisamente inhibiendo uno de los pasos que participan en el ciclo de la vitamina K, de manera que hay
una menor cantidad disponible de la vitamina y por tanto que se reduzca la capacidad para coagular la sangre.
Por este motivo, si se ingieren grandes cantidades de vitamina K, o algunos suplementos, especialmente en forma de la
menaquinona MK-7, se puede reducir la efectividad del fármaco. También es necesario llevar un control sobre la ingesta de
vitamina K, de manera que se eviten fluctuaciones que puedan afectar a la dosificación de la warfarina.
Otras sustancias o suplementos que pueden tener interacciones con la warfarina son la coenzima Q10, la equinacea, el ajo,
el gingko biloba, el ginseng o la hierba de San Juan.
El uso de antibióticos puede reducir la cantidad de bacterias presentes en la flora intestinal, afectando a aquellas que
generan vitamina K, lo que podría también reducir la cantidad de la misma que es absorbida en el intestino.
Las interacciones entre fármacos y nutrientes son más habituales de lo que pudiera parecer. Además la genética también
afecta a la forma en que metabolizamos los fármacos. Algunas personas pueden ser más rápidas en eliminar y transformar
un fármaco que otras, lo que puede reducir su vida media en el organismo y reducir su eficacia. Es lo que estudia la
farmacogenética.
Suplementos de vitamina K
En el mercado existen distintos tipos de suplementos de vitamina K, pero siempre indicando si se trata de la forma K1
o bien K2. Dadas las posibles contraindicaciones en relación con el uso de algunos fármacos, se recomienda no
suplementar de forma indiscriminada sin consultar con un profesional. Aunque ya no se recomienda su uso, se debe
prestar atención a la posible presencia de menadiona o vitamina K3, que como se ha mencionado, está contraindicada.
gogoodgenetics.com