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Uno de los muchos hechos que mostró las preocupaciones sobre los comentarios del Sr.
Ivester, fue en relación a la nueva tecnología de las máquinas despachadoras de refresco. El artículo
decía:
Algunos meses después vino otro error en relaciones públicas. Al ser entrevistado por una
revista brasileña sobre las pruebas que se estaban haciendo para que las máquinas
despachadoras cambiaran el precio de venta, dependiendo del estado clima, el Sr. Ivester
respondió de manera, que a la vez que defendía la nueva tecnología, anunciaba que pronto
se verían las máquinas en las calles. “La Coca-Cola es un producto cuyo valor cambia
dependiendo la situación. En la final de un campeonato de verano, cuando la gente va a los
estadios a divertirse, el valor de una Coca-Cola bien fría es un muy alto. Por eso es razonable
que el precio sea más alto. La máquina despachadora simplemente hará este proceso de
manera automática”
Un vocero de Coca-Cola dijo que los comentarios se interpretaron fuera de contexto. Aunque
la compañía había probado dicha tecnología en sus laboratorios, nunca tuvo la intención de
introducirla al mercado, dato que fue confirmado por los embotelladores de Coca-Cola. Sin
embargo, las declaraciones del CEO de Coca-Cola representaron un golpe para compañía,
ya que parecían darle tintes de una empresa nada amigable con sus clientes.
Para el Sr. Ivester, al final de cuentas un contador público, el concepto de cambiar los
precios de acuerdo al clima, era simplemente aplicar la ley de la oferta y la demanda. Para el
consejo directivo, el resultado de esta falta de tacto en sus .declaraciones confirmaba la Ley
de Murphy.
Para una empresa de bienes de consumo, en palabras de una persona muy cercana
al consejo directivo de Coca cola, “es grande por su imagen”, los golpes de la imagen que
ahora proyectaba eran simplemente intolerables.
Tiempo antes, el 28 de octubre de 1999, el New York Times, hizo un reportaje en relación a
las pruebas que Coca-Cola estaba haciendo con máquinas despachadoras que podrían incrementar
los precios cuando hiciera calor (ver Anexo 1). Dicho reportaje precipitó una rápida respuesta por
parte de la Coca-Cola Company, (ver Anexo 2 donde se encuentra el comunicado de prensa
publicado en la página Web de la empresa el mismo día), que a su vez causó una sátira de este
asunto en el Philadelphia Inquirer, el 31 de octubre de 1999 (ver Anexo 3), hecho que generó
grandes controversias nacionales e internacionales (ver Anexo 4).
Los Profesores Charles King III y Das Narayandas prepararon este caso para servir de base de discusión y no como ilustración
de la gestión adecuada o inadecuada de una situación determinada. Para uso del IESDE.
Copyright © 2000 Presidents and Fellows of Harvard College.
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Anexo 1: Texto del artículo publicado en The New York Times, el 28 de octubre de 1999
“Esta tecnología ha estado en la mira de la Coca-Cola Co. desde hace más de un año”,
afirmó Rob Baskin, vocero de la compañía, agregando además que dichas máquinas no se habían
colocado todavía en ningún mercado.
El hecho fue anunciado también por el CEO de Coca-Cola, durante una entrevista a principios
de mes por parte de una revista de Brasil. M. Douglas Ivester describió como el deseo por una bebida
fría podía aumentar durante la final de un campeonato deportivo, que se disputara bajo el calor del
verano. “Por eso es razonable que el precio sea mayor”, dijo Ivester a la revista Veja, “la máquina
despachadora simplemente hará este proceso de manera automática”
Aunque por un lado el concepto parece injusto para una persona sedienta, el concepto está
presente en otras industrias y se ha vuelto una práctica usual para las aerolíneas y otras compañías
que venden bienes y servicios a los consumidores. La disminución del precio de los chips para
computadoras, así como la facilidad para conectarse a Internet, ha hecho práctico para las
compañías, aumentar y disminuir sus precios a la par que aumenta y disminuye la demanda, ya sea
por días o por horas – aún cuando el producto sea una lata de refresco de 75 centavos de dólar.
El potencial para otro tipo de innovaciones es enorme. Otras modificaciones que se están
discutiendo en Coca-Cola incluyen otro tipo de factores que provocan un aumento en la demanda en
máquinas específicas, afirmó Baskin. “¿Qué podrías hacer para disparar las ventas durante las horas
no pico?, podrías bajar el precio en una máquina colocada en un edificio durante la tarde, o cuando
hay poco tráfico”:
Las máquinas despachadoras se han convertido en una fuente cada vez más importante de
utilidades para Coca-Cola y su archirival Pepsico. En los últimos tres años, los gigantes de los
refrescos vieron caer sus utilidades, debido a la guerra de precios en los supermercados. Por su
parte, las máquinas despachadoras no han sufrido los impactos de esos descuentos. Ahora Coca-
Cola quiere sacarle todavía más jugo a quien a sido su “mina de oro” para extraer aún más utilidades.
“Estas son algunas iniciativas que se están llevando a cabo en Estados Unidos, Japón y otras
partes del mundo, donde la tecnología para máquinas despachadoras se está desarrollando
rápidamente, no sólo en cuestiones de monitoreo del clima, sino también para que las máquinas
puedan saber cuando se les ha terminado su producto”, dijo Andrew Conway, un analista de bebidas
de Morgan Stanley. “El impacto del desarrollo en la tecnología en las máquinas despachadoras, es
impresionante”
El avance en las máquinas despachadoras es tal, que los pagos se pueden hacer inclusive
con tarjeta de crédito o débito. En Australia y en Carolina del Norte, los embotelladores de Coca-Cola
usan máquinas que transmiten a través de una señal inalámbrica o telefónica, información acerca de
las bebidas que se están vendiendo y con qué mezcla de productos en un sitio particular. A esta
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También señaló una desventaja: “No querrás tener una guerra de precios en este canal, por
ejemplo, cuando se den descuentos durante un fin de semana de bajas ventas”, dijo. “Una vez que se
tenga la capacidad para variar los precios, también puedes disminuirlo”
Un vocero de Pepsi, afirmó que en la compañía de refrescos número dos del mundo, no se
estaban haciendo pruebas similares. “Nosotros creemos que las máquinas que aumentan de precio
cuando hace calor, es una forma de explotar a los consumidores que viven en regiones de clima
cálido”, declaró Jeff Brown. “En Pepsi, estamos enfocados en innovaciones que le faciliten comprar
refrescos al consumidor, no que lo hagan más difícil.”
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Anexo 3: Texto del artículo que apareció en The Philadelphia Inquirer, el 31 de octubre de 1999
Ahora, la última evidencia de que el mundo se está yendo al infierno: La compañía Coca-
Cola, en la búsqueda de nuevas formas de hacer que la sed pague, está trabajando en el desarrollo
de máquinas despachadoras sensibles al clima, que aumentan el precio cuando hace calor. ¿No es
eso una falta a la moral? O sea, si un hombre se arrastra por el desierto muriendo de sed, ¿le
exigirías que pagara por un vaso de agua?
No, pero una Coca-Cola…eso es diferente. Sólo se trata de tolerancia. Así que, ¿cuál es el
problema de cobrar a lo que el mercado pide - más cuando hace calor y menos cuando hace frío?
De hecho, puede que los chips de las computadoras pronto hagan posible ajustar
constantemente los precios en las máquinas despachadoras, de acuerdo a cualquier número de
factores que causen una fluctuación momentánea en la demanda y la oferta, no únicamente del clima.
Es así que en una ocupada tarde de otoño, en un futuro no muy lejano, usted se acerca a una
máquina despachadora de Coca-Cola muy bien iluminada en el sur de Filadelfia. La máquina no tiene
botones y no tiene los precios a la vista. Una luz brillará en su cara, al momento en que unos
sensores lean sus signos vitales. Una pantalla de video empezará a parpadear.
La máquina observa que usted trae pantalones de mezclilla, no un traje, y es así que la
máquina hace una búsqueda en su diccionario de personalidades, descartando al inglés erudito y al
típico modelito francés. La pantalla proyectará la bondadosa cara de Sylvester Stallone.
“Hola”, le saluda la máquina de Coca-Cola. “¿En que le puedo servir?”, y Sylvester sonríe,
pensando quizá en su realeza.
La máquina hace una pausa, mientras que su analizador de acento determina que no eres del
rumbo.
Usted decide retar a la máquina. “Mira, la máquina a la vuelta de la esquina me dio una Pepsi
a la mitad de eso”
“¿Cuándo?”
“Sí, pero ahora es hora pico. No conseguirá un refresco de dos dólares en ningún lugar” La
cabeza en la pantalla se mueve de un lado enfatizando su negativa. Entonces, la máquina blanca con
rojo se calla, dejándolo sudar. Esto será más duro de lo que usted pensaba. Sacará usted su Palm
Pilot X, se conectará a Internet e irá a sodamachines.com
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“Le daré una Diet Coke por 2.50 dólares”, ofrece la máquina con resentimiento.
“No…”
La máquina hace una pausa de un nanosegundo, mientras los electrones revolotean en sus
circuitos. Es un mal día. Hora pico. La estadística sugiere que usted trabaja cerca. Usted regresará.
La máquina activa su software de relación con el cliente.
“Que tengas una buena tarde, compañero”, le dice al momento que usted se va, y la cara en
la pantalla muestra una gran sonrisa.
“Oiga, estoy muy sensible hoy, apenas me limpiaron los circuitos. No piense que la próxima
recibirá una baja de precio como la que recibió hoy”
Al momento en que usted desparece a la vuelta de la esquina, la máquina cuenta las latas
que le quedan, verifica los números en caso de lograr vender durante el resto de la tarde, y verifica
como va con sus metas de ventas del día – un poco retrasado. Se enciende el volumen de su ronca
voz y empieza a gritar en la calle ya casi vacía.
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El fin de semana pasado todos los canales de noticias estaba hablando de la más reciente
idea que vendrá del mundo de los refrescos. Aparentemente, Coca-Cola está considerando la
creación de un nuevo tipo de despachadora automática de refrescos que detectaría la temperatura
del ambiente y ajustaría el precio de la lata de refresco de acuerdo a esta, de tal manera que cuando
haga más calor, la lata costaría más. Estas son unas de las reacciones típicas a esta idea:
“Un truco cínico para explotar la sed de los clientes fieles” (San Francisco Chronicle)
“Una idea descabellada” (Honolulu Star-Bulletin)
“Idiotas de los refrescos” (Miami Herald)
“La más reciente evidencia de que el mundo se irá al infierno en una bolsa de
supermercado” (Philadelphia Inquirer)
“Me hacen enojar” (Edmonton Sun)
¿Qué pensaban que estaba haciendo la Coca-Cola? ¿Dándole al mundo una bebida gloriosa
para favorecer las metas de toda la humanidad? ¿Por qué deberían todos esos sentirse ofendidos de
repente por una compañía que está intentando maximizar sus utilidades?
“Discriminación de precios” es el término que usan los economistas para describir la práctica
de vender el mismo bien a diferentes grupos de consumidores a diferentes precios. En el caso de la
Coca, los grupos de consumidores dependen de la temperatura exterior (por ejemplo, cuando Pepe
está afuera y hace calor vs. Cuando Pepe tiene frío). Si es posible, a la compañía le gustaría cobrar
un precio más alto a aquellos que les gusta mucho la Coca, y cobrarles menos a los que no.
Entonces, ¿se siente usted personalmente ofendido por el plan de Coca-Cola para cobrar
más por el refresco cuando hace calor afuera? Bueno, mejor supérelo de una vez, ya existe suficiente
discriminación por precio en el mundo, y falta MUCHO más por venir.
La discriminación por precio es bastante común. ¿Alguna vez se preguntó por qué los libros
empastados se producen primero y son mucho más caros que los libros de pasta rústica? O, ¿por
qué es mucho más barato comprar boletos de avión anticipadamente? O, ¿por qué hay descuento
para estudiantes? O, ¿Por qué los precios de la matinée son más baratos? ¿Alguna vez intentaste
comprar un refresco en una despachadora automática en un hotel o en el cine?
Todos estos ejemplos son intentos de los vendedores de cobrar a las personas precios
diferentes por el mismo bien o servicio.
Gran parte de la discriminación por precio en la economía puede de hecho estar bien
escondida. ¿Cómo sabe que el catálogo de Crate y Barrel que acaba de recibir por correo tiene el
mismo precio que el que llega a otros hogares que tienen un código postal diferente? Los que tienen
el código postal 90210 tienen precios más altos en sus catálogos.
Sin embargo, sí creo que la idea de que el proceso sea automático si genera un poco más de
desagrado -- es la idea de que la tecnología pueda efectivamente determinar nuestros intereses
como consumidores. La despachadora sensible a la temperatura es un pequeño paso hacia la
aplicación de la “inteligencia” de las máquinas para la maximización de utilidades.
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La Internet es mucho mejor que el “mundo real” en la discriminación por precio, porque es
mucho más fácil cambiar los precios. De hecho, pueden fijar un precio únicamente para usted. Es
difícil imaginarse a una tienda normal haciendo eso (“Oye, ahí viene Juan. Rápido, súbanle el precio
al nuevo libro de Krugman!”) Pero para los comercios electrónicos esto es factible. Sólo ponen a un
buen programador en la lista de precios, es muy fácil.
La pérdida de eficiencia económica puede ocurrir cuando una compañía tiene alguna
habilidad para fijar precios y no hay discriminación. El vendedor tiene que elegir un precio que
equilibre su deseo de cobrar un precio alto a aquellos que realmente quieren un producto, con su
deseo de vender una cantidad mucho mayor a aquellos que no están dispuestos a pagar mucho por
el bien. Por esta razón, hay intercambios que beneficiarían tanto al vendedor como al consumidor y
no ocurren – el precio resultante es “muy alto” y la cantidad intercambiada resulta “muy pequeña”.
En el caso de Coca-Cola, algunos consumidores – los que toman Coca en los días de calor –
la pasarán peor porque tendrán que pagar un precio más alto, mientras que otros consumidores – los
que toman Coca en los días fríos -- se la pasarán mejor, pues recibirán un precio menor. La
compañía Coca Cola, claro, la pasará mejor. La suma total será positiva (tome su libro favorito de
Introducción a la Economía y verá por que):
¿Se ofendería igual si le dijeran que la Coca tiene un descuento en los días fríos?
Entonces, si sigue estudiando el potencial de los precios altos de Coca, le sugiero que llene
su refrigerador de Coca-Cola e inviértale algo del dinero de su pensión a las acciones de la
compañía Coca-Cola.