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El 3 de septiembre de 1950, Mr. Dunning de 687 años de edad, director general y único
propietario de la Dunning Cabinet Company, fue a visitar a Mr. Vines, vicepresidente, encargado
del Departamento de préstamos del Jefferson National Bank de Richmond, Virginia, para
renegociar un préstamo de 140.000 dólares concertado en marzo de 1950 para la ampliación de la
fábrica de la Dunning Company.
La Dunning Cabinet Company, situada en Roanoke, Virginia, fabricaba muebles de madera para
receptores de televisión contra pedidos en firme. No era un fabricante en gran escala pero estaba
bien preparado para la producción de series de unas 5.000 unidades.
Sus muebles para receptores de televisión, de altos precios y buena calidad, eran vendidos a
grandes fabricantes de aparatos de televisión para sus modelos de consola. El Jefferson National
Bank, banco de mediana importancia, con un límite legal para préstamos de 1.000.000 dólares por
empresa, se esforzaba en conseguir una reputación de banco agresivo. Para alcanzar esta meta,
animaba a sus empleados para que aguzaran su ingenio a fin de obtener nuevas inversiones,
siempre que los riesgos no pareciesen demasiado peligrosos. Se esperaba que, concediendo
créditos a aquellas compañías que estaban en situaciones que hacían dudar a otros bancos, se
establecerían firmes relaciones con la clientela, lo que a la larga resultaría beneficioso para el
banco.
En marzo de 1950, Mr. Dunning estaba examinando una ampliación de las instalaciones de la
compañía con el objeto de doblar su capacidad de producción. El costo de esta ampliación era de
140.000 dólares. Para complacer a los clientes de la compañía era preciso multiplicar la capacidad
de producción que actualmente correspondía a un volumen anual de ventas de 1.000.000
dólares. En el periodo comprendido entre el 21 de enero de 1950 y el 15 de marzo de 1950, hubo
que rechazar pedidos por valor de 3.700.000 dólares a seis fabricantes importantes de aparatos
de televisión. Como estos eran solamente los pedidos iniciales, Mr. Dunning consideraba que si se
hubiesen aceptado las repeticiones, seguramente, habrían triplicado el importe de los mismos.
Cuando Mr. Dunning visito el pequeño banco de Roanoke donde la compañía mantenía su cuenta
desde 1932, se le dijo que un crédito de 140.000 dólares estaba por encima de las posibilidades
legales del banco. Aunque el jefe de préstamos del banco local expreso su deseo de presentar
a Mr. Dunning la jefe de préstamos de un gran banco metropolitano en Washington D.C.,
Mr. Dunning prefirió ir a ver a Mr. Vines a quien había conocido casualmente varios años
atrás. Cuando fue al Jefferson National Bank el 17 de marzo de 1950 para solicitar el
crédito, Mr. Dunning llevo consigo el balance y la cuenta de pérdidas y ganancias que se han
reproducido en los Anexos 1 y 2.
Cuando estuvo en el banco, Mr. Dunning dijo a Mr. Vines que la compañía había operado siempre
con beneficios desde que se fundó en 1932 y que nunca en su historia había dejado de tener una
buena cartera de pedidos lo menos de un fabricante de aparatos de radio o de televisión. Mr.
Dunning expuso que la reputación comercial de su sociedad era excelente y que con
facilidades
adecuadas de producción la Dunning Company podría fácilmente doblar su volumen de ventas.
Puesto que el importe de un cierto número de gastos de la compañía, tales como los de venta y
administración, eran fijos, Mr. Dunning creía que la ampliación proyectada lograría llevar los
beneficios a más del doble y se amortizaría sobradamente en un periodo de poco más de un año.
No preveían problemas para doblar la producción pues parecía ser que había suficiente mano de
obra hábil para el trabajo de ebanistería en el área de Roanoke. Sin embargo, para financiar la
ampliación de la instalación, Mr. Dunning consideraba que la compañía necesitaría un préstamo
para dos años de 140.000 dólares. Pensaba también que necesitaría fondos adicionales para llevar
el activo circulante de la sociedad hasta un nivel que resistiera el aumento esperado del volumen
de ventas.
Después de la visita de Mr. Dunning, Mr. Vines solicito de diversos fabricantes de aparatos de
televisión, informes sobre la reputación comercial de Dunning. Una respuesta característica fue:
“Nos sentimos muy unidos a Dunning y tenemos un alto concepto de ellos. Son muy formales en
sus negocios y fabrican un artículo de gran calidad y alto precio que no se puede comparar con la
clase de muebles en serie que generalmente producen otras empresas más importantes de
ebanistería. Nuestro departamento de compras está altamente complacido de la ejecución de
Dunning y mientras necesitemos muebles para receptores, les daremos preferencia”. Es
tas fuentes afirmaron también las predicciones de los periódicos informando que la venta de
aparatos de televisión continuaría aumentando en el futuro previsible. El anterior banco de la
Dunning Company, que no era corresponsal del Banco Jefferson, informo a Mr. Vines que la
compañía en los últimos años había mantenido una cuenta regular de cinco cifras, y que había
cumplido bien en todos los pequeños créditos de campaña que se le habían concedido
ocasionalmente.
Cuando Mr. Vines visitó la fábrica Dunning a últimos de marzo de 1950, se dio cuenta de que el
proceso de fabricación estaba bien concedido y de que los inventarios parecían estar bien
controlados. Quedo favorablemente impresionado por varios jóvenes empleados que encontró en
su recorrido.
A) La compañía se obliga a:
1. Mantener un fondo de maniobra superior a los 100.000 dólares calculado excluyendo del
pasivo exigible a corto el vencimiento corriente del préstamo concedido.
2. Proporcionar al banco los balances y cuentas de pérdidas y ganancias a fin de cada
mes.
B) Sin previo permiso del banco la compañía no podrá:
1. Fusionarse, ser absorbida ni vender o arrendar ninguna parte de su
activo.
2. Pignorar ni hipotecar sus bienes, con excepción de la actual primera hipoteca, de 78.000
dólares sobre la antigua fábrica.
3. En ningún año se podría sustituir o adquirir más inmovilizaciones que las que pudieran cubrirse
con las amortizaciones del año, exceptuada la ampliación de la fábrica por el total de 140.000
dólares.
4. Pagar dividendos.
5. Comprar otros valores que no sean obligaciones del Gobierno de los Estados
Unidos.
6. Rescatar las acciones ordinarias.
7. Aumentar los salarios de los altos empleados de la
compañía.
Una vez firmado el contrato de préstamo, Mr. Vines, fue recibiendo los informes financieros
mensuales reproducidos en el Anexo 3. Como el desarrollo de la cuenta parecía normal no hallo
motivos para preguntar más sobre el progreso de Dunning. El 31 de agosto, se dio cuenta de que
la compañía había dispuesto 80.000 dólares del préstamo, pero su tesorería excedía los 60.000
dólares.
El 3 de septiembre de 1950, Mr. Dunning fue al banco a informar a Mr. Vines de un cambio de los
planes sobre la ampliación de la compañía. En lugar de ampliar la fábrica para una producción
capaz de vender 2.000.000 dólares, el edificio ampliado aumentaría la capacidad de producción
hasta un volumen anual de ventas de 3.500.000 dólares. Este cambio, explico Mr. Dunning, había
tenido que hacerse por la creciente presión de los clientes de la compañía para que les sirvieran
más muebles para receptores de televisión. La construcción estaba ya en marcha y Mr. Dunning
esperaba que el nuevo edificio estaría terminado a fines de 1950. Dijo que se habían pagado
53.000 dólares del programa de construcción, pero que el coste total de la construcción se
calculaba ahora en 470.000 dólares.
Visto que el préstamo de 140.000 dólares era insuficiente para satisfacer las nuevas necesidades,
Mr. Dunning pedía que el banco considerara la concesión de un nuevo préstamo de 400.000
dólares en sustitución del préstamo primitivo.
Las ventas durante los seis primeros meses de 1950 habían sido de 679.000 dólares con beneficios
equivalentes a 123.000 dólares antes de deducir los impuestos.
En julio, a pesar de que se cerró la fábrica dos semanas por vacaciones las ventas habían
ascendido a 83.000 dólares y Mr. Dunning calculaba que el volumen de ventas en agosto era de
138.000 dólares. Las ventas para los cuatro últimos meses de 1950 se calculaban en 700.000
dólares. De esta cantidad había aceptado ya pedidos en firme como sigue:
Septiembre 146.000 dólares
Octubre 232.000 dólares
Noviembre 171.000 dólares
Diciembre 28.000 dólares
A finales de septiembre, esperaba tener la producción cubierta para el resto de 1950. Creía que
las ventas en 1951, se acercarían al límite de la capacidad de la fábrica, es decir 3.500.000 dólares.
Aunque una parte de la nueva fábrica estaba en funcionamiento, Mr. Dunning todavía
perdía pedidos a razón de 800.000 dólares por mes. Mr. Dunning calculaba que los beneficios,
antes de deducir impuestos, continuarían al nivel del 18 por ciento, como había sido para los seis
primeros meses de 1950.
El impuesto sobre los beneficios que debía pagarse en 1951 se calcularía al tipo del 42 por
ciento. El creía que el descubierto de 160.000 dólares concedido por el banco y todavía no
utilizado, cubriría, adecuadamente las mayores necesidades de activo circulante.
Mr. Vines se disgustó por la acción emprendida por Mr. Dunning, particularmente en vista de la
cláusula sobre nuevas inmovilizaciones que figuraba en contrato del préstamo en vigor. Cuando le
pregunto acerca de este particular, Mr. Dunning dijo que lo había olvidado; Mr. Vines declaro que
una negligencia tal no conducía ciertamente a buenas relaciones entre banco y cliente. Sin
embargo, accedió de mala gana a examinar la nueva solicitud de préstamo.
Cuando Mr. Vines pregunto acerca de los efectos de la guerra de Corea, que había empezado en
junio, sobre los negocios de la compañía, Mr. Dunning declaró que no parecía probable
que hubiera una disminución importante en la producción de aparatos de televisión. Si la hubiera,
sin embargo, no se preocupaba demasiado por ello, puesto que la compañía durante la última
guerra tuvo suficiente trabajo de ebanistería para hacer funcionar la fábrica 24 horas al día. Mr.
Dunning esperaba componérselas igualmente en la de Corea, si era necesario orientarse
hacia la producción de guerra en el futuro.
Cuando Mr. Dunning se fue, Mr. Vines telefoneo a varios de los clientes de Dunning para
cerciorarse de las futuras perspectivas de la compañía. Las respuestas fueron del estilo de la que
sigue: “Consideramos a Dunning como un importante proveedor de muebles para receptores de
televisión de alta calidad. Son gente agradable de trato y si la guerra u otro acontecimiento
económico inesperado no se interponen en la producción de aparatos de televisión,
esperamos, sin duda, que nuestros pedidos a Dunning serán más fuertes en 1951. Sin embargo,
no son uno de nuestros principales proveedores debido a que no pueden producir en gran
volumen. Si ocurriera que por una guerra total fuera necesario disminuir o suspender la
producción de televisión y reanudar los pedidos y si en estos pedidos se necesitaran algunos
trabajos de ebanistería, tendríamos en cuenta a Dunning”.
Con esta información en mano, Mr. Vines empezó a examinar la petición de Dunning para decidir
si el banco debería concederle el préstamo de 400.000 dólares.
ANEXO 1
DUNNING CABINET COMPANY
Extracto de los Balances
(en miles de dólares)
ACTIVO
Caja y bancos 19 22 25 40
Deudores en cta. cte. 62 30 62 56
Existencias 114 144 147 98
PASIVO
Acreedores 14 33 53 18
Previsión para impuestos 53 22 43 43
Previsión para pagos 22 39 30 17
Enero y
Febrero
1946 1947 1948 1949 1950
ACTIVO
31.3.50 30.4.50 31.5.50 30.6.50 31.7.50