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El documento describe la historia y propósito del trabajo estandarizado. Se originó en la línea de montaje de Ford en la década de 1900 y se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial con la creación de normas internacionales. El trabajo estandarizado busca establecer estándares para realizar tareas de manera más eficiente eliminando desperdicios. Consiste en definir la secuencia de operaciones, el ritmo de producción y límites en inventario para cumplir con la demanda del cliente de manera eficiente.
El documento describe la historia y propósito del trabajo estandarizado. Se originó en la línea de montaje de Ford en la década de 1900 y se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial con la creación de normas internacionales. El trabajo estandarizado busca establecer estándares para realizar tareas de manera más eficiente eliminando desperdicios. Consiste en definir la secuencia de operaciones, el ritmo de producción y límites en inventario para cumplir con la demanda del cliente de manera eficiente.
El documento describe la historia y propósito del trabajo estandarizado. Se originó en la línea de montaje de Ford en la década de 1900 y se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial con la creación de normas internacionales. El trabajo estandarizado busca establecer estándares para realizar tareas de manera más eficiente eliminando desperdicios. Consiste en definir la secuencia de operaciones, el ritmo de producción y límites en inventario para cumplir con la demanda del cliente de manera eficiente.
Según Ping (2011, como se citó en Espíndola y Hernández, 2020, p. 291), los primeros conceptos de la estandarización de procesos se pudieron evidenciar a inicios del siglo XIX, cuando se empezaron a fabricar productos mecánicos que ayudarían a optimizar la realización de procesos mucho más modernos, por lo que desde esos tiempos se puede constatar la relación que existía entre la estandarización y los avances en la tecnología. Sin embargo, el evento que popularizó el trabajo estándar ocurrió a inicios del siglo XX con la producción y el montaje de los antiguos vehículos Ford T, pues para la fabricación de estos, Henry Ford tuvo que poner en práctica una línea de montaje moderna en la cual se ajustó características de sus procesos como el procedimiento, las piezas, la maquinaria y el número de empleados. Es así que logró minimizar el tiempo de fabricación del modelo Ford T de 12 horas a 93 minutos cumpliendo completamente con los estándares del proceso establecidos. Es por ello que se puede referir a este acontecimiento como uno de los principales orígenes de esta técnica para realizar trabajos. No obstante, su difusión y popularidad en muchos más países ocurrió tras la Segunda Guerra Mundial, pues a partir de ese hecho se empezaron a establecer normas internacionales, lo cual aumentó con la creación de la Organización Internacional de Estandarización (ISO). Según Womack y Jones (2003, como se citó en Fazinga, Saffaro, Isatto y Lantelme, 2019, p. 288), el término Estandarización es muy empleado en empresas que producen en cantidades masivas, por lo que mediante estudios de tiempo y desplazamiento realizados por ingenieros industriales se puede establecer estándares con el pensamiento de que siempre hay una manera más eficiente de realizar las labores. Por lo mencionado se entiende que la estandarización no está focalizada en el producto final, sino en cómo se obtiene este, en otras palabras, las actividades que desempeñan los empleados para conseguir lo deseado, por lo que se puede entender que es una práctica para sistematizar las actividades o procesos que los operarios o las maquinarias desempeñan sobre los materiales, lo cual debe estar establecido por objetivos y normas necesarias para el ritmo de producción. Es por ello que recibe la denominación de trabajo estándar o trabajo estandarizado (TE). Lo mencionado es apoyado por Martínez (2017), el cual menciona que, si una empresa no cuenta con procesos estandarizados para realizar sus actividades, cada una de las áreas de esta no laborarán alineadas a cumplir los mismos objetivos, lo cual afectará las operaciones de la empresa. El trabajo estándar es parte importante del modelo “Lean” para lograr la mejora continua de los procesos de producción para que de esa manera estos sean realizados cada vez con una eficiencia mayor dentro de la empresa. Asimismo, se puede indicar que el trabajo estándar precisa una rutina de elaboración de actividades para cumplir con la demanda del cliente, pero sin la necesidad de mantener grandes cantidades de productos semiprocesados en el inventario. A partir de ello se conoce que el objetivo de implementar el trabajo estandarizado en una empresa es el de eliminar o reducir las distracciones y los desperdicios durante el proceso. Para realizar la estandarización de los procesos es necesario elaborar instructivos, procedimientos y formatos para regular las gestiones, lo cual es apoyado por Espíndola y Hernández (2020), el cual menciona que la normalización de operaciones es una tarea compleja, pero que de realizarlo te permite que la empresa realice sus procesos homogéneamente sin importar aspectos como el personal o el lugar de elaboración del proceso. Para lograr los objetivos mencionados, el trabajo estándar consiste en tres elementos conceptuales que son los siguientes: El primero se basa en el Takt-time que se refiere al ritmo de producción para cumplir con la demanda del cliente, el segundo consiste en la secuencia de operaciones, mientras que el tercero se fundamenta en el trabajo estándar, pues como se mencionó anteriormente, debe haber una cantidad límite de productos semiprocesados para que se mantenga la correcta realización del proceso y la obtención de un tiempo de elaboración conveniente para alcanzar el takt-time (Monden, 2015; Ohno, 1988; Dennis, 2007, como se citó en Fazinga, Saffaro, Isatto y Lantelme, 2019, p. 289).