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El estado nutricional (EN) de una persona hospitalizada puede estar en riesgo debido a múltiples factores tales como:
la propia enfermedad (catabólica), el manejo médico, los procedimientos implementados, su estado anímico, y el
propio tratamiento farmacológico y/o nutricional implementados (1).
Uno de los roles del nutricionista es la evaluación del EN. En Nutrición Clínica (instituciones de salud o consultorios)
también es fundamental incluir la aplicación de las herramientas para el diagnóstico y seguimiento adecuado de los
pacientes.
La evaluación del EN se puede realizar de diferentes maneras, con distintos niveles de profundidad y seleccionado
métodos de acuerdo a los objetivos y recursos disponibles. La misma se puede clasificar en tres niveles:
Nivel 1. Tamizaje o Screening: debe ser la primera intervención para poder planificar una asistencia nutricional
eficiente, ya que ayuda a la prevención y a la asistencia precoz por lo que debe aplicarse a TODOS LOS PACIENTES QUE
INGRESAN A LA INSTITUCION (INTERNADOS) (ANEXO 1-A)
- La principal característica es que debe incluir pocos parámetros y ser sencillo de aplicar.
Para aplicar esta estrategia, primero se deben identificar factores de riesgo nutricional: enfermedades agudas o
agudización de situaciones crónicas, inadecuada ingesta de alimentos, pobreza, dependencia, incapacidad, etc.
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Para poder determinar RN se debe identificar la presencia de factores de riesgo, para ello es útil analizar: a)
Patología de base y otras asociadas.
b) Tipo de alimentación (oral, sonda, etc.).
c) Otros: medicación, tratamiento, factores psicosociales, económicos, otros.
Para el screening nutricional existen distintas herramientas o instrumentos. Los más utilizados a nivel internacional
son (3):
1. MUST. Una herramienta de cribado muy útil es el “Instrumento universal para el cribado de la malnutrición”
(MUST, por sus siglas inglesas), diseñado para la valoración rápida, sencilla, precisa y completa de la desnutrición. La
herramienta MUST puede emplearse en distintas disciplinas. Incorpora tres criterios independientes: peso actual y
peso con determinación del índice de masa corporal (IMC), adelgazamiento no deseado mediante puntos de corte
específicos y efecto de enfermedades agudas en la ingesta nutricional durante más de 5 días. El pronóstico de
desenlaces mediante la combinación de estos tres componentes es mejor que el efectuado a través de cualquiera de
ellas por separado. La suma de la puntuación es permite calcular el riesgo global de malnutrición merced a tres
categorías; 0 = riesgo bajo; 1 =riesgo medio, y >2 = riesgo alto. Luego, se sigue la intervención nutricional en función al
puntaje obtenido. (4)
2. MNA. La minivaloración nutricional (MNA por sus siglas en inglés) representa un método rápido y fiable de
evaluación de la nutrición en sujetos mayores (edad > 65 años). Esta herramienta se compone de una sección de
cribado y otra sección de valoración. La primera de ellas contiene preguntas relacionadas con la ingesta dietética, el
adelgazamiento, la movilidad, el estrés, el estado neuropsicológico y el IMC. Hace unos años tiempo se ha aprobado
una versión breve que consta de 6 cuestiones en lugar de 18; esta versión puede completarse en 15 minutos.
3. Nutrition Risk Screening (NRS 2002). Fue desarrollado por el grupo de trabajo danés ad hoc de ESPEN.
Analiza, mediante cuatro preguntas sencillas, el IMC, la reducción de la ingesta en la última semana, la pérdida de peso
del paciente y la gravedad de la enfermedad. Ante una respuesta afirmativa, se debe realizar el cribado completo, que
valora, además del IMC, el porcentaje de pérdida de peso en un tiempo determinado, la ingesta de comida y puntúa
en función de las enfermedades y la edad. Ante un NRS final > 3, se clasifica al paciente como «en riesgo nutricional»
y debe establecerse un plan de actuación y seguimiento nutricional. Este método de cribado es fácil de emplear en
pacientes ingresados y presenta elevada sensibilidad, baja especificidad y una buena fiabilidad o reproducibilidad.
4. MST (de Ferguson en 1999). Los parámetros incluidos en este instrumento son pérdida reciente de peso,
y reducción reciente de la ingesta. La herramienta es útil para la población adulta hospitalizada, y está verificada y
validada internacionalmente para problemas agudos de pacientes adultos.
Otros métodos de Screening incluyen el “Cuestionario breve para la evaluación nutricional” (SNAQ), Malnutrition
Advisory Group (MAG), y el Oncology Screening Tool (OST). El uso de uno u otro dependerá del criterio profesional
de las distintas instituciones de salud, del criterio personal, o del tipo de paciente que se presente.
Todos aquellos pacientes que con el screening presenten riesgo nutricional deberán ser
evaluados por una evaluación o valoración subjetiva u objetiva.
Nivel 2. Evaluación Global Subjetiva (EGS): es un método clínico sencillo para detectar pacientes que ya han
sido “tamizados” con el método anterior y se encuentran ya definidos como en RN, o que, por la presencia de signos,
o la observación, o parámetros antropométricos nos indican algún grado de desnutrición. Sirve para poder
establecer una intervención nutricional precoz. Incluye más parámetros clínicos que el anterior, sin embargo, es
subjetiva ya que depende de la información que recoja cada profesional. Abarca parámetros como variación de
peso, período en que ésta se produjo, alteraciones de la alimentación, etc. (Ver anexo) Puede haber
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más de un modelo de EGS, la cual se adapta a cada institución hospitalaria, y a diferentes patologías (Ej. para
hemodializados, con grandes cirugías de aparato digestivo, pacientes oncológicos, con EPOC, otros).
Nivel 3. Evaluación Nutricional Objetiva (ENO): es un estudio que debe formar parte de la evaluación clínica
de todo individuo QUE CONSULTA, ya que permite, no sólo determinar el estado de nutrición, sino también predecir
la posibilidad de que presente riesgos agregados a su patología de base, por una posible alteración de su estado
nutricional. Nos permite inferir si un individuo presenta alteración en su composición y/o funcionalidad corporal. Se
puede definir la ENO como la medición y evaluación del estado de nutrición de un individuo o comunidad, a través de
una serie de indicadores dietéticos, clínicos, antropométricos, bioquímicos cuyo objetivo es diagnosticar desviaciones
observables, tanto en la salud como en la enfermedad.
1. INTERROGATORIO: es el primer contacto que tenemos con nuestro paciente, es muy importante registrar todos
sus datos personales en la ficha que luego será nuestra “historia clínica” o “Ficha personal del paciente” (manual o en
computadora). El objetivó del mismo es lograr que el paciente exprese el porqué de su consulta y los síntomas que lo
llevaron a la misma.
Dentro del interrogatorio puede ser importante conocer datos acerca de las condiciones socioeconómicas del paciente
y su familia: nivel de educación, profesión u ocupación, confort de la vivienda, ingresos familiares, entre otras. La ayuda
que brinda este tipo de conocimientos es importante, porque nos permite comprender mejor los hábitos y costumbres
del paciente, a fin de que nos sirva de guía en el momento de planear las indicaciones o recomendaciones a impartir,
posibilitando así el cumplimiento de las mismas.
Existen básicamente diversos métodos de recolección de datos de la ingesta: como el Recordatorio de 24 Hs, el
cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos, o el diario alimentario. La utilización de uno u otro
dependerá de varios factores como: la edad del entrevistado, enfermedad que presenta, el objetivo del estudio.
El diario o registro alimentario puede ser útil en caso de pacientes con alergias alimentarias, obesidad,
anorexia nerviosa, o DBT. Es de gran utilidad este método para ir haciendo las correcciones pertinentes.
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Todos los métodos de valoración de la ingesta son poco exactos, razón por la cual, se deben utilizar más de uno para
arribar a un buen diagnóstico alimentario. La validez y confiabilidad de los distintos métodos empleados, dependen
en gran medida de la habilidad del entrevistador; de su entrenamiento y de la cooperación del individuo examinado.
El examen físico, consiste en recoger todos los datos observables y medibles, por distintos procedimientos, que
permitan conocer el estado de nutrición y la composición corporal, de un paciente. Una gran variedad de
factores influye sobre los mismos: el medio ambiente, los cambios fisiológicos como el crecimiento, el desarrollo, el
embarazo, la lactancia, la vejez, y también las enfermedades. A su vez el curso de una enfermedad es influenciado por
el estado de nutrición.
El examen físico nutricional se basa, en la constatación de datos que pueden verse o medirse y que están
relacionados con el estado de nutrición, permitiéndonos establecer si éste es normal, deficiente o excesivo. Consta de
la inspección y la antropometría y se agregan el laboratorio y métodos complementarios cuando hay
disponibilidad para realizarlos.
Desde el ingreso a la habitación o al entrar una persona al consultorio, se debe observar su actitud (indiferente,
apática, predispuesta u obligada), cambios de posición, si se encuentra de pie o en decúbito dorsal o ventral y si ese
decúbito es activo o pasivo, verificar si hay pérdida de conocimiento, parálisis o gran postración. Expresión facial de
angustia, dolor, etc.
Debemos observar LA MARCHA: si es normal, o denota paresias o parálisis, constatar la agilidad de los movimientos,
si estos disminuyen con el aumento de masa grasa. Si la distribución de la grasa es central o periférica y como esta
influye en la traslación del mismo.
Observaremos, también la TALLA, la que se considera de acuerdo a la raza, sexo y edad. La baja estatura y la
hipoplasia generalizada puede deberse a mal nutrición de los tejidos por enfermedades crónicas de la infancia.
El examen de la cara (FASCIES)nos dirá si ésta se presenta compuesta (normal e inteligente) o descompuesta (con
la mirada velada, inmóvil), o se presenta la fascies dolorosa (con los músculos de la cara contraídos) o febril (con la
piel pálida, los pómulos sonrosados y los ojos brillantes), la fascies nefropática de los pacientes renales (pálida por
vasoconstricción y anemia y con edema bipalpebral), la fascies ictérica, cianótica, pálida, la fascies lunar (pálida y con
los carrillos prominentes de los preescolares con kwashiorkor), la fascies acromegálica, la fascies caquéctica o las de
las grandes deshidrataciones.
El examen del CABELLO, importa ya que puede presentar falta de brillo, implantación rala, despigmentación con
bandas de distinto color que marcan épocas de desnutrición, arrancamiento fácil, etc. hallazgos relacionados con el
kwashiorkor.
Los OJOS, patológicamente podemos observar: exoftalmos, oftalmoplejías y cataratas (éstas dos son frecuentes de
hallar en los diabéticos), xantelasmas (asociados a dislipemias), congestión, edemas o deformaciones en los párpados
o ptosis palpebral. Es frecuente la aparición de mononeuropatías en los diabéticos. Es frecuente la presencia de palidez
conjuntival en las anemias.
Los LABIOS: La estomatitis angular bilateral suele asociarse a arriboflavinosis. La queilosis del labio inferior, a falta
de cianocobalamina. Dentro de ella, la LENGUA: se debe observar si hay edemas, sequedad y estado de las papilas.
La atrofia de papilas hace pensar en carencia de riboflavina y niacina. La lengua brillante está ligada a la falta de
vitaminas del Complejo B. Los DIENTES: no deben faltar piezas ni haber alteraciones del esmalte; deben estar bien
desarrollados. Podemos observar distrofias, caries, falta de piezas, debido al estado de nutrición o pudiendo influir
sobre él (al estar alterada la correcta masticación y trituración de los alimentos se dificultará los procesos posteriores
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de la alimentación). A veces, alteraciones del esmalte dentario nos orienta hacia la búsqueda de bulimia. ENCÍAS:
pueden estar pálidas en las anemias, rojas y sangrantes en la piorrea y atróficas o hipertróficas y sangrantes en el
escorbuto.
CUELLO: buscamos acantosis nigricans, adenopatías, bocio u otros tumores e inflamaciones de tiroides y
paratiroides. El agrandamiento de las parótidas, se puede ver en situaciones nutricionales opuestas: el kwashiorkor y
la bulimia.
PIEL: palidez, despigmentación, lesiones tróficas en miembros inferiores, várices e hiperpigmentación, atrofias,
distrofias, estrías rojas, petequias (en la avitaminosis C), sequedad (avitaminosis A), descamación, infecciones, signos
de rascado (parasitosis asociada a desnutrición), entre otras. También observar deshidratación de piel y mucosas.
TEJIDO CELULAR SUBCUTÁNEO: relacionado con las reservas grasas (normal, abundante o escasa); su
distribución (central, periférica o difusa). También debemos observar la localización armónica o disarmónica:
lipodistrofia. Debemos detectar la presencia de várices, adenopatías localizadas o generalizadas y edemas.
TEJIDO MUSCULAR: se relaciona con el estado de las reservas proteicas (tono, trofismo, desarrollo y la fuerza
muscular). Una hipoplasia generalizada puede estar vinculada a enfermedades crónicas de la infancia o a malnutrición
durante la misma.
SISTEMA OSTEOARTICULAR: debe observarse la movilidad de las articulaciones y constatarse si hay por ejemplo
trastornos ortopédicos acentuados por la obesidad. Las fracturas óseas y sus secuelas, así como la deformación de la
columna pueden ser señales de osteoporosis y osteomalacia. Deben observarse la movilidad de los dedos de los pies
y la presencia de tofos gotosos.
SISTEMA NERVIOSO: se debe explorar sensibilidad, orientación tiempo-espacio (OTE), capacidad de respuesta,
nerviosismo, obsesiones, depresión etc.
ABDOMEN: puede ser globuloso, plano, con estrías rojas o blancas. Pueden encontrarse cicatrices quirúrgicas,
eventraciones, hernias, fístulas y otras.
La antropometría mide diversos aspectos de la composición corporal, como el tamaño y proporciones del cuerpo. Así
mismo, nos permite evaluar cuales son las reservas proteicas y grasas del individuo en estudio.
• A partir de aquí consideraremos que las técnicas básicas de peso, talla, pliegues cutáneos, y
perímetros ya las conocen, como así también los requisitos que debe tener en cuenta el evaluador,
y los distintos instrumentos a utilizar (balanza, tallímetro, cinta antropométrica, antropómetro y
plicómetro). Sugerimos repasar estos aspectos de lo que vieron en la Cátedra Evalu ación del
estado nutricional.
Estimación de la talla
Existen algunas situaciones o patologías, donde se nos hace imposible la toma de la talla en la forma tradicional,
debido a que el paciente se encuentra postrado o no puede levantarse o sostenerse por sus propios medios. En esos
casos se puede estimar la talla mediante diversas técnicas:
1. Estimación a partir de la altura de rodilla.
2. Estimación a partir de la distancia rodilla-maléolo.
3. Estimación a partir de la envergadura/hemi-envergadura.
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4. Estimación a partir del diámetro del cúbito.
5. Se puede utilizar un valor documentado recientemente o la estatura indicada por el propio paciente (si es
fiable y razonable).
Con el valor obtenido se procede a estimar la talla a través de la siguiente fórmula (Fórmula de Chumlea):
Edad Fórmula
Mujeres de 19 a 59 años Talla (cm) = (AR (cm) x 1,86) – (edad (años) x 0,05) + 70,25
Mujeres de 60 a 80 años Talla (cm) = (AR (cm) x 1,91) – (edad (años) x 0,17) + 75,00
El transversal de los brazos puede medirse de 3 formas diferentes: la envergadura completa de los brazos, la media
envergadura del brazo, y la semi o Hemienvergadura.
Hemienvergadura
Envergadura completa
Envergadura completa
Es la máxima distancia entre los extremos de los dedos medio, derecho e izquierdo, cuando el sujeto, extiende ambos
brazos en el plano horizontal. El paciente puede estar acostado o sentado con brazos extendidos y rectos formando
un ángulo de 90 ° con el lateral del cuerpo (torso). Con cinta métrica flexible se toma la longitud desde el dedo mayor
de la mano, pasando la cinta por la espala, hasta el mismo dedo de la mano contraria. Puede tener una variabilidad
por la deformación propia de la edad de ± 5 cm.
De todas formas, al ser una medición difícil de tomar y que requiere que el paciente se encuentre de pie y a veces de
dos ayudantes para efectuarla por lo que no es muy utilizada.
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Hemienvergadura / Semienvergadura
Es preferible que el sujeto se ponga de pie, ya que de este modo la medición resulta más sencilla. Localice y marque
el punto medio de la escotadura supra esternal (la “V” en la base del cuello). Pida al sujeto que levante el brazo no
dominante hasta que quede horizontal al nivel del hombro (ayúdele en caso necesario y compruebe que la muñeca
esté recta). Coloque el 0 (cero) de la cinta métrica entre los dedos medio y anular de la mano derecha del sujeto, con
la marca del cero en la base de los dedos. Extienda la cinta métrica a lo largo del brazo, hasta el punto medio de la
escotadura supra esternal, y anote la medición, redondeando al 0,5 cm más próximo.
Mujeres
Estatura en cm = (1,35 x hemienvergadura en cm) + 60,1
Hombres
Estatura en cm = (1,40 x hemienvergadura en cm) + 57,8
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Estimación de talla considerando distancia rodilla - maléolo (RM) (Arango y Zamora,1994)
También se la puede conocer a esta medición como longitud rodilla maléolo, y es útil cuando no es posible medir
altura rodilla con el instrumento apropiado o el paciente no puede flexionar la pierna.
Para su medición el sujeto debe colocarse en posición de decúbito dorsal, las piernas extendidas y los pies formando
un ángulo de 90º, sin contraer el cuádriceps. Con una cinta métrica se toma la distancia entre la rodilla hasta el borde
inferior de la apófisis del tobillo (maléolo externo).
Talla Hombre (cm) = (DRM (cm) × 1.121) – (0.117 × edad en años) + 119.6
Talla Mujer (cm) = (DRM (cm) × 1.263) – (0.159 × edad en años) + 107.7
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Estimación de la talla con distancia cubital
Utilice la siguiente tabla para convertir la longitud del cúbito (cm) en estatura (m). Ingresando por la fila de la
longitud del cúbito en cm, y se cruza hacia arriba o abajo según el sexo y la edad del paciente, para encontrar la talla
estimada del mismo.
Si al paciente no se le puede realizar ninguna de las mediciones anteriores, se puede medir la talla con el paciente
acostado en la camilla. Se debe colocar al paciente de tal forma que las piernas, el tronco, los hombros y la cabeza
estén alineados y en posición horizontal. Se marca a la altura de los talones y de la cabeza en la superficie en que se
encuentra el paciente y se mide esa distancia, equivalente a la talla estimada. Se debe comprobar que el paciente no
tenga contracturas ni problemas para mantenerse recto en posición supina.
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PESO
Las personas que caminan o pueden mantenerse de pie pueden pesarse en balanzas. Las balanzas domésticas no son
precisas para propósitos clínicos, de modo que no deberían utilizarse. Para las personas postradas se requiere otro
tipo de equipamiento. Si la persona puede permanecer sentada, las balanzas sobre las que puede colocarse una silla
de ruedas puede ser una opción (por ejemplo, estas son utilizadas en algunos centros de diálisis). Las básculas de cama
se utilizan para los pacientes postrados.
Preferentemente, la medición de peso en adultos debe realizarse sin ropa y luego de evacuar la vejiga; a lo sumo solo
debería permitirse el uso de ropa liviana. Cuando se utiliza una balanza vertical, la persona debe pararse con los pies
en el centro de la plataforma. Si se usa una balanza de silla, la persona debe sentarse en el centro de la silla y apoyarse
en el respaldo. Cuando se usa una báscula de cama, la persona debe ser ubicada cómodamente en la superficie de
medición y esta debe elevarse lentamente hasta que la persona queda absolutamente suspendida.
Independientemente del equipo utilizado, el peso debe leerse cuando el individuo está completamente quieto. La
medición se lee y registra en la lectura más aproximada a los 100 g (0,1 kg). Dos medidas inmediatamente sucesivas
deberían coincidir dentro de los 100 g. Si la persona está con ropa liviana (camisolín), deben descontarse 100 g y
registrar este ajuste junto al peso anotado.
Sin embargo, no es común contar con básculas para sillas o de cama en las instituciones de salud por su elevado costo,
por ello la estimación del peso cuando el paciente no puede pararse puede ser una herramienta útil.
• PESO ACTUAL (PA) es el peso REAL que nuestro paciente tiene al llegar a la consulta, que se obtiene por la
medición tradicional. Es el que se usa para obtener el Índice de Masa Corporal (IMC) junto con la talla. El PA puede
estar influenciado por diferentes factores tales como: presencia de edemas en miembros o generalizado (ascitis y
anasarca), o por mayor musculatura en deportistas.
• PESO HABITUAL (PH):es el peso que el paciente indica que mantuvo por un periodo de tiempo
prolongado. Es el peso que el recuerda o manifiesta “que siempre tuvo”. Es un buen indicador ya que permite
comparar al paciente consigo mismo y no con el teórico (de tablas).
No siempre el PH es igual al PA. Lo importante es verificar el tiempo en el que sucedió esta diferencia ya que, por
ejemplo, si se trata de un cambio de peso reciente (en los últimos 6 meses) y éste fuese del 10%, corre riego de
desnutrición y si es igual o superior al 30% corre riesgo de muerte, o estamos en presencia de una enfermedad o
proceso altamente catabólico.
• PESO IDEAL (PI): es el peso que “debería” tener el paciente, es una medida teórica. Su gran utilidad radica en
que sirve de marco de referencia para la formulación terapéutica en ausencia de información de peso actual y
presencia de edema. Es un parámetro para población sana, pero su uso es limitado para valorar el grado de
desnutrición en población de enfermos. Puede ser útil en el monitoreo a largo plazo de pacientes y en
enfermedades crónicas.
• PESO SECO: en aquellos pacientes con edema o ascitis como se mencionó anteriormente será necesario realizar
el descuento del líquido retenido que hace variar el peso real actual, para lo cual se podrá tener en cuenta los
valores propuestos por Chile, que se observan en el siguiente cuadro:
Ejemplo: Paciente diabético que tiene su pierna hasta la rodilla, ya que fue amputada por complicación neuropática
de su Diabetes (pie diabético), el peso medido en estas circunstancias fue de 50 Kg. Para conocer su peso real, se
aplica la fórmula. Reemplazando los valores nos queda la siguiente operación y su resultado es el peso ajustado de
este paciente con el cual trabajare para estimar sus requerimientos calóricos.
50 Kg x 100
= 53,82 Kg
𝟏𝟎𝟎−(𝟏,𝟖 (𝒑𝒊𝒆)+𝟓,𝟑 (𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒊𝒏𝒇𝒆𝒓𝒊𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂 𝒔𝒊𝒏 𝒑𝒊𝒆)
5,3 % pierna sin pie, ya que esta suma indica cuanto se le ha amputado, en este caso pierna completa hasta la rodilla.
Estimación del peso
Existen algunas situaciones o patologías, donde se nos hace imposible la toma del peso en la forma tradicional,
debido a que el paciente se encuentra postrado o no puede levantarse o sostenerse por sus propios medios.
Pida al paciente que doble el brazo no dominante por el codo en ángulo recto, con la palma mirando hacia arriba.
Mida la distancia entre la superficie acromial del omóplato (la superficie ósea protuberante de la parte superior del
hombro) y la apófisis olecraniana del codo (punta ósea del codo) por la parte trasera. Marque el punto medio ent re
los dos con el lápiz.
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Pida al paciente que deje colgar el brazo
relajadamente junto al costado. Coloque
la cinta métrica en el punto medio del
brazo y ajústela bien. Evite los pellizcos y
la presión excesiva. Registre la medida en
cm.
Con ambos datos (altura rodilla y CMB) se procede a estimar el peso utilizando la siguiente fórmula:
Varones de 19 a 59 años Peso (kg) = (AR (cm) x 1,19) + (CMB (cm) x 3,21) - 86,82
Varones de 60 a 80 años Peso (kg) = (AR (cm) x 1,10) + (CMB (cm) x 3,07) - 75,81
Mujeres de 19 a 59 años Peso (kg) = (AR (cm) x 1,01 ) + (CMB (cm) x 2,81) - 66,04
Mujeres de 60 a 80 años Peso (kg) = (AR (cm) x 1,09 ) + (CMB (cm) x 2,68) - 65,51
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Ejemplo: Mujer de 36 años cuya altura rodilla es de 45 cm y CMB de 26 cm
Peso = (45 cm x 1,01) + (26 cm x 2,81) – 66, 04 = 45,45 + 73,06 – 66,04 = 52,47 Kg.
Se puede calcular una estimación del peso con la siguiente fórmula (Chumlea, 1988; Neiman, 2019):
Hombres
Peso = (CMB X 2,31) + (CP x 1,5) – 50,1
Mujeres
Peso = (CMB X 1,63) + (CP X 1,43) – 37,46
Un reciente estudio (González et al., 2021) determinó los puntos de corte del valor de circunferencia de pantorrilla
para determinar una disminución moderada y severa de la masa muscular. Los mismos se encuentran en la siguiente
tabla:
Disminución de masa
Hombre Mujer
muscular
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INDICADORES DEL ESTADO NUTRICIONAL
Una vez realizada las mediciones antropométricas se puede proceder al cálculo de indicadores a fin de poder conocer
y determinar el Estado Nutricional del paciente. Entre los que podemos citar:
INDICE DE MASA CORPORAL (IMC): también conocido como o Índice de Quetelet o Body Mass Index (BMI). Es
la relación entre el peso actual (en Kg) y la altura (en metros). Es un índice que permite dar el diagnostico de: peso
normal, delgadez, sobrepeso y los grados de obesidad, en una población o individualmente, pero no permite
diferenciar la masa magra de la grasa.
Varía según la edad debido a que la talla se acorta con la misma. Se expresa como la relación entre el peso del individuo
en kilogramos sobre la talla del mismo en metros elevados al cuadrado:
𝑷𝒆𝒔𝒐 (𝒌𝒈)
IMC = 𝟐 (𝒎)
𝑻𝒂𝒍𝒍𝒂
Cuando no sea posible medir ni obtener la estatura ni el peso, puede calcularse un intervalo de IMC
probable empleando el perímetro braquial, que servirá además para confirmar la impresión global de la
categoría de riesgo del paciente utilizando criterios subjetivos.
Clasificaciones de IMC
VALORACIÓN
OMS
NUTRICIONAL
Desnutrición Severa < 16
Desnutrición Moderada 16-16,9
Sobrepeso 25-89,9
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VALORACIÓN
SEEDO 2016
NUTRICIONAL
Peso insuficiente <18,5 Kg/m²
EL PESO Y LA TALLA, son indicadores básicos del EN, además de permitir relacionar el peso actual con el ideal, o con
el habitual obteniendo índices que hacen referencia a la variación del peso. Esto es importante en el paciente adulto,
ya que nos permite conocer el Porcentaje (%) de Desviación de peso Ideal (%DPI) que es un indicador del EN y de la
Malnutrición Calórico Proteica (MCP). Otro indicador importante en pacientes adelgazados, desnutridos, o aquellos
que tienen enfermedades catabólicas que comprometen el EN es el Porcentaje de Pérdida de Peso (%PP).
Porcentaje de Pérdida de Peso (%PP) ó Porcentaje de Cambio de peso (PCP): valora la severidad y
significado de la pérdida de peso correlacionándola con el tiempo en que se produjo la misma.
Su cálculo es:
𝐏𝐞𝐬𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥 − 𝐏𝐞𝐬𝐨 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥
% de pérdida de peso = x 100
𝐏𝐞𝐬𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥
Interpretación (relativo a la patología y al estado general el paciente como así también al momento agudo o crónico
de la enfermedad):
1 mes 5% >5%
3 meses 7,5 % > 7,5 %
6 meses 10 % > 10%
Fuente: Blackburn, 1977
Siempre se lo debe relacionar con el tiempo en el que se produjo la pérdida de peso y con las causas por la cual el
paciente perdió peso. Por ejemplo, la patología de base.
Existen muchos otros indicadores nutricionales que podrán ver en otras bibliografí as o por otros
profesionales. En la cátedra trabajaremos principalmente con el %PP.
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Valoración funcional
Entre estas pruebas funcionales destacan la dinamometría (fuerza muscular de los miembros), la espirometría
(músculos respiratorios) y diversas pruebas inmunológicas. Estas se ven afectadas por la desnutrición y por diferentes
estados patológicos, por lo que deberán aplicarse considerando estas posibles variaciones no nutricionales.
También pueden resultar útiles cuestionarios sobre actividades de la vida diaria, especialmente en la población de
adultos mayores o personas con capacidades diferentes. Entre estas actividades de la vida diaria se consideran la
capacidad de realizar quehaceres del hogar: lavar, cocinar, efectuar compras de almacén y alimentos, manejo de
dinero, tomar sus propios medicamentos, llamar por teléfono y salir a lugares cercanos. También se incluye la
evaluación de la movilidad del tren inferior (caminar y subir escaleras), para movilidad del tren superior (levantar los
brazos por sobre el nivel de la cabeza) y para evaluación de fuerza muscular de extremidades superiores (capacidad
de acarrear o levantar paquetes) e inferiores (capacidad para sentarse y pararse desde una silla y subir escaleras).
Las pruebas que destacan muchos autores para evaluar la capacidad funcional de los pacientes son: la dinamometría
y el test de la silla (En Moodle quedan disponibles 2 videos para realizar correctamente ambas técnicas ). En adultos
mayores se ha demostrado que la función muscular es más importante que el tamaño de la masa muscular, por eso
se ha validado la fuerza de agarre de la mano como un indicador importante de funcionalidad. En pacientes
hospitalizados ha mostrado mejores resultados que la pérdida de peso y las proteínas plasmáticas para la predicción
de complicaciones postoperatorias y mortalidad; aunque se debe seguir investigando.
Otro tipo de muestras menos tradicionales son el pelo, la saliva, las lágrimas y otras secreciones o tejidos (hígado,
médula ósea, tejido adiposo y hueso).
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Algunos parámetros bioquímicos utilizados con frecuencia son los siguientes, pero debido a su complejidad o costo no
siempre son solicitados en las instituciones como rutina sino en situaciones especiales:
• Nitrógeno urinario (UN) = urea (gr/l) x 0,56 x volumen de orina de 24 hs (L)
• Índice Creatinina Talla (ICT) = (creatinuria de 24 hs / creatina ideal) x 100
• Creatinuria = Volumen orina 24 horas (L) x creatinina urinaria (mg/l).
• Balance Nitrogenado = Nitrógeno aportado - (NU+ (10% x NU).
Anteriormente se consideraba que la albúmina y prealbúmina eran parámetros bioquímicos adecuados para evaluar
el estado nutricional. Sin embargo, a lo largo del tiempo se ha descubierto que no son parámetros sensibles para
detectar o diagnosticar malnutrición, debido a que puede disminuir durante los procesos inflamatorios. Evans et al.
(2021), junto con ASPEN concluyen que estos dos marcadores serológicos no sirven como indicadores indirectos de la
cantidad de proteínas corporales, masa muscular ni del estado nutricional por ello no deberían emplearse como únicos
parámetros de monitoreo de la intervención nutricional. A su vez, completan que sí pueden utilizarse como indicadores
de un proceso de inflamatorio que puede llegar a asociarse a un riesgo nutricional dependiendo de otros factores
presentes en un paciente.
Importante
El médico prescribirá el tipo de análisis que considere más adecuado, según lo que desee investigar, esta
información junto con la valoración antropométrica y bioquímica nos permiti rá llegar a una mejor
conclusión del EN del paciente, y a partir de allí se comenzaran a plantear los objetivos del tratamiento
nutricional.
A continuación, se presenta una Tabla donde se visualiza la combinación de parámetros a los fines
de llegar a una VN más completa:
GRADOS DE DESNUTRICIÓN
PARÁMETROS VALORACIÓN
Leve Moderado Grave
6. MÉTODOS COMPLEMENTARIOS
Incluyen métodos o estudios que complementan la información obtenida anteriormente. Pueden ser pruebas
cutáneas para determinar respuesta inmunológica, recuento de linfocitos, pruebas de tolerancia, dietas de prueba, o
estudios como Ecografía, Rayos X, Densitometría ósea, Resonancia Magnética y Tomografía axial computarizada.
CONCLUSIÓN NUTRICIONAL:
Una vez realizada la valoración antropométrica, a través de los parámetros nutricionales requeridos
(antropométricos, bioquímicos, inmunológicos, complementarios) nuestro paciente podrá ser catalogado como:
Existe una categoría más en esta asignatura dentro de la Valoración Nutricional (la misma no se encuentra como t al en
las tablas de IMC) pero sí en el sentido común en pacientes que parecen “normo nutridos” pero por su injuria, o por su
gran pérdida de peso, o porque será sometido a una gran cirugía, entre otros.
En Riesgo Nutricional
Ejemplos:
Paciente cuyo IMC con PH era de 24,5 y actualmente es de 20. Con una pérdida de peso severa y con cáncer
hace un año bajo tratamiento de quimioterapia. Con ambos IMC podríamos decir según clasificación que se
encuentra normonutrido…pero de verdad es normal su EN? NO. Es un paciente en Riesgo Nutricional.
Mujer cuyo IMC hace dos años era de 34. Actualmente le diagnosticaron una enfermedad renal terminal y
deberá además someterse a una cirugía de glándulas suprarrenales importante. Actualmente su IMC es de 27.
Podríamos decir que de obesidad pasó a sobrepeso y que pudo adelgazar…..pero NO es así. La enfermedad
condiciona que su EN desmejore cada vez…entonces es una paciente en RN.
Es lo que en esta materia conocemos como conclusión nutricional y debe ser redactada en forma ordenada,
clara y lo más completa posible ya que es para nuestra profesión el diagnóstico nutricional de nuestro paciente.
Debe escribirse siempre en una ficha, historia clínica, etc.
En base a esto y teniendo en cuenta la patología que presenta, el momento evolutivo de la enfermedad, y otras
variables a considerar, se procede a determinar cuáles son las necesidades calóricas del mismo.
Bibliografía
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19
Anexo I: herramientas de screening nutricional
MUST
20
Mini-valoración nutricional (MNA)
21
NRS 2002 (Nutritional Risk Screening)
Sí No
IMC < 20,5
SCORE: SCORE:
TOTAL
Si el score es mayor o igual a 3, el paciente se encuentra bajo riesgo nutricional, por lo que debe
iniciarse lo antes posible la intervención nutricional.
Si el score es menor de 3, el paciente debe ser evaluado semanalmente; si se sabe que el paciente debe
someterse a una situación de riesgo, la terapia nutricional debe ser considerada lo antes posible.
22
Cuestionario breve para la evaluación nutricional (SNAQ)
23
Malnutrition Screening Tool (MST)
No 0
Inseguro 2
Paso 2: Clasificar al paciente
Si la respuesta es sí, ¿cuánto peso perdió? según el riesgo
1 a 6 kg 1 MST es 0 o 1 el paciente no
está en riesgo (se alimenta bien
6 a 11 kg 2 y no tiene una pérdida significativa
de peso).
11 a 15kg 3
Si el paciente sigue internado, se
Más de 15 kg 4
debe repetir en una semana.
No sabe 2
MST es 2 o mayor el paciente
Puntaje total de pérdida de peso está en riesgo (se alimenta
¿Ha estado comiendo menos por poco escasamente y tiene una pérdida
apetito? importante de peso).
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ANEXO 2
Referencias:
Clase A: Indica a aquellos con menos del 5% de pérdida de peso. Si tiene más del 5% de pérdida de peso, pero
reciente ganancia o mejoría del apetito. Clase B: aquellos con 5% a 10 % de pérdida de peso sin reciente
estabilización o ganancia, pobre ingesta dietética y leve pérdida de tejido subcutáneo. Clase C: pérdida en curso de
más del 10% con severa pérdida de tejido subcutáneo y pérdida muscular frecuente con edema.
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