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Otro aspecto que ambos trabajos comparten estrechamente son las presiones sociales en las
que ambos se ven inmersos. Tal como lo señalaba el video “Historias de bolsillo” nuestro
círculo cercano está compuesto por personas que, lejos de entender o motivar, van a evaluar
de manera negativa nuestras decisiones; además de apelar siempre a volver a la normalidad,
a “corregir el rumbo” y retomar una vida convencional: tener trabajo en empresa, estudiar o
dedicarse a algo de plata, etc. Allí emerge otra característica importantísima del
emprendedor/músico y es la capacidad de recordar el porqué de su elección, de -en medio
de un ambiente desfavorable- apelar a su perseverancia, de motivarse y no temer al fracaso.
La revolución digital de las últimas dos décadas ha traído una serie de cambios enormes en
tema de cómo nos comunicamos, cómo nos relacionamos, y hasta de cómo consumimos.
En la actualidad los espacios físicos, como vitrinas o tiendas, son reemplazados por
posicionamientos en el ciber espacio; cada vez se imprimen menos volantes, afiches o
tarjetas, éstas son reemplazadas por publicidad digital, imágenes y anuncios en redes.
Así mismo se ha expandido el concepto de lo que es posible comerciar y ser transado,
asistimos a un auge en oferta de servicios.
Esto conlleva a que el emprender en la época actual implica algo más actitud, capital o
tener un buen producto. Demanda una serie de habilidades que nos permitan generar un
espacio en medio de la saturación actual de productos y servicios ofertados como, por
ejemplo, la innovación, la capacidad de generar asociaciones, redes y hasta el manejo de
herramientas digitales.
Partiendo de que el oficio del músico, de lejos, no es ajeno a los dramáticos cambios de
nuestra época, ni es inconciliable con la labor del emprendimiento, se hace necesario
preguntar por ¿cuáles son los roles del músico en la sociedad actual? Y ¿de qué manera
se puede emprender con ello?
Todo esto abre un abanico inmenso de posibilidades que no se limitan solo a la generación
de recursos o de oportunidades laborales momentáneas, sino que posibilita el
emprendimiento como proyecto de independencia económica, de asociación con otros
músicos, de creación de empresas lideradas por lo mismos artistas, de la posibilidad de que
los intérpretes, compositores, docentes, sonidistas, ambientadores, directores, se
desvinculen de su labor como algo específico y puedan plantearse la organicidad en la labor
musical.
Conclusiones