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DERECHO FUNDAMENTAL
Reporte de lectura
Javier Otaduy presenta un artículo cuyo tema central es lograr la respuesta a la pregunta:
¿Quién es persona en el Derecho Canónico?, por medio de ella desarrollará todo un tema
relacionando a la diferenciación de la persona en su carácter de bautizado y no bautizado, y
su relación con la legislación eclesiástica.
El código expresa una voluntad de llamar persona al bautizado, así lo afirma en el canon
96, este estaba previsto para la ley fundamental y no sufrió el filtro del coetus de reforma.
El canon expresa la voluntad del legislador por colocar al bautizado en la dimensión de
persona.
La personalidad del derecho deriva de la dignidad del ser, esta no se entiende en clave
operativa o funcional. Sino que es propia del ser, de este modo, nadie es persona por lo que
hace, sino por lo que es. Cuando se afirma la subjetividad canónica del no bautizado, se
refiere a la capacidad que poseen de frente al ordenamiento canónico, si tienen esta
capacidad, son personas en el derecho. La personalidad no se deduce a partir de la actividad
jurídica, es una medida de dignidad del ser. Dignidad humana y dignidad sobrenatural son
dos fuentes de personalidad del derecho.
El sujeto canónico es el bautizado, por lo tanto, la personalidad canónica absorbe todos los
valores de la naturaleza y la personalidad.
Para tener capacidad jurídica no hace falta que el sujeto tenga uso de razón ni ningún
complemento específico fuera de su condición de persona. El concepto de capacidad
jurídica quiere expresar también la igualdad, nadie es más capaz que nadie. Existen
diferencias en el orden del ser y el orden de obrar, por ejemplo, el orden sagrado
fundamenta la distinción entre el sacerdocio común y el sacerdocio propio de los ministros,
de tal modo que los fieles son funcionalmente desiguales, esto es ante todo una desigualdad
funcional, no constituye una desigualdad que afecte la común dignidad de los fieles.
Interrogantes:
1. ¿Cómo se puede admitir que quien obra en el derecho canónico no sea sujeto del derecho
canónico o no tenga capacidad canónica? Según el autor, se debe prestar atención al
concepto de capacidad jurídica, ésta es entendida en la ciencia jurídica positiva, evoca el
concepto de sujeto como punto de conexión abstracto de todo orden jurídico. El no
bautizado no obra con capacidad jurídica porque no es titular de las situaciones jurídicas
propias del derecho canónico.
6. ¿Se podría calificar a los no bautizados con categorías técnicas semejantes a los
extranjeros en los ordenamientos estatales? La ley civil y la ley canónica poseen sus
diferencias, una orientación doctrinal propuso la posibilidad de que los no bautizados
deberían ser reconocidos como sujetos de orden canónico, pero con los limites específicos
que tienen los extranjeros en el orden civil de los Estados, cosa que no puede ser. Un
extranjero, en definitiva, tiene personalidad en el Estado y goza de una subjetividad bien
definida. Tiene capacidad jurídica y de obrar, matizada, desde luego, por su condición de
extranjero.
Este tipo de situaciones jurídicas son comparables con cautela al régimen que sigue el
derecho canónico con los bautizados en otra confesión cristiana. Pero desde luego nada
tienen que ver con la situación de los no bautizados, a los que el ordenamiento canónico no
reconoce la titularidad de ningún derecho fundamental; los excluye de la participación de
los sacramentos; los desvincula del sometimiento a sus normas y a sus sanciones; y no los
integra, ni siquiera hipotéticamente, como miembros de sus estructuras pastorales básicas y
por supuesto de los oficios canónicos.
Además, las divisiones entre bautizados y no bautizados se dan por el hecho sacramental y
canónico en un contexto jurídico, sin embargo, por su orden natural oseen el camino común
de la salvación.
Comentario personal:
La persona del derecho es el bautizado, la afirmación parece ser un poco cerrada a las
distintas realidades del actuar eclesial, sin embargo, el Derecho ha dejado clara su posición
en el c.96, donde el bautizado es el sujeto a quien compete la ley canónica.
El autor del artículo es consciente del significado de “persona” tanto a nivel eclesial, como
secular. Lo que afirma el c.96 no cierra las puertas a los no bautizados, por el contrario, el
contenido del Derecho es totalmente pastoral, fijar la mirada solo en la ley por la ley es
reducir la acción del Espíritu a un mero cumplimiento de los preceptos. El Derecho
Canónico es pastoral en cuanto que busca la salvación de los hombres, es una herramienta
por la cual la Iglesia establece un orden en su quehacer en ambas posiciones: laicos y
consagrados.
De este modo, los no bautizados entran en la misión de la Iglesia por procurar la salvación
de las almas por medio de quienes tienen la primera responsabilidad de anunciar el
evangelio de Jesucristo, así como primera tarea de los bautizados es dar testimonio de
Cristo con sus vidas y orientar a quienes no conocen de Él a la luz de la verdad.