Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Definición.
El derecho canónico es otra rama del derecho como la civil, la penal o la mercantil
y que se sigue estudiando en los proyectos de la carrera de derecho. Aunque se
ha utilizado el derecho eclesiástico como sinónimo, en Alemania empezó a
distinguirse estos dos conceptos a partir del siglo XVI.
Este derecho es elástico: Este derecho ha sufrido gran evolución desde sus
inicios y su relevancia en la edad media, por lo que se adapta al tiempo y lugar,
siempre con principios inamovibles de carácter divino.
Las normas escritas que rigen este derecho son el Antiguo y Nuevo Testamento,
los cánones, que son las resoluciones de los concilios, los decretos papales y las
sentencias de los santos padres. Además, las normas son publicadas por el Papa,
en la Santa Sede a través del boletín oficial Acta Apostolicae Sedis. Este Acta es
como un Boletín oficial del derecho estatal.
(No lo conseguí)
Corpus Iuris Canonici: Es la ley escrita del derecho canónico. Son normas que
tienen como sujeto pasivo a la Iglesia.
Concordatos: Son normas que regulan la relación entre la Iglesia y los Estados.
A esta cuestión de origen hay que añadir otra circunstancia histórica que no ayuda
a clarificar los conceptos. Sobre todo a partir de finales del siglo XII aumenta la
legislación papal y la curia pontificia se hace más sofisticada. La promulgación de
las normas pontificias queda sometida a las exigencias de la cancillería. Estas
exigencias tenían la finalidad de certificar la autenticidad del documento y evitar
las falsificaciones. Para ello el documento pontificio debía llevar el título, los sellos,
las fórmulas y los signos de validación propios de la curia pontificia (o de la curia
episcopal o abacial). Los diversísimos nombres asignados a los expedientes que
contienen normas jurídicas (bula, breve, epístola, encíclica, motu proprio,
constitución, estatuto, exhortación) no son prueba invariable del rango jurídico del
acto sino más bien del procedimiento de confección del documento, del modo de
intimarlo, o de otras variables. Responden más a la praxis y a la ciencia
diplomática (de elaboración documental) que a la ciencia jurídica.
Hay que señalar, sin embargo, que en la práctica las Congregaciones Romanas
apenas toleran o permiten ninguna costumbre, incluso una inmemorial, contraria a
los sagrados cánones (Cf. Gasparri, De Sacr. Ordin., n. 53, 69 ss.). En la
introducción de una ley por prescripción, se supone que la costumbre se introdujo
de buena fe, o por lo menos por ignorancia de la ley opuesta. Sin embargo, si una
costumbre se introduce a través de connivencia (viâ conniventiœ), no se requiere
la buena fe, ya que, como cuestión de hecho, se debe presuponer la mala fe, al
menos en un principio. Sin embargo, cuando es cuestión de connivencia, el propio
legislador debe conocer sobre la formación de la costumbre y aun así no se opone
cuando podría hacerlo fácilmente, se supone entonces que se abrogue la ley
contraria directamente por la revocación tácita del legislador. Una costumbre que
es contraria a la buena moral o al [|Derecho Natural |derecho natural]] o divino
positivo siempre ha de ser rechazado como un abuso, y nunca puede ser
legalizado.
Esta reunión sinodal implicaba un cambio de impresiones entre los prelados y era,
de hecho, un pequeño concilio.
Poco a poco se afirmó la autoridad de ciertas iglesias madres sobre aquellas a las
que habían dado lugar, y la de las sedes provinciales sobre las ubicadas en la
provincia administrativa secular.
La autoridad suprema del obispo de Roma, que defendía ya San Cipriano, había
empezado por ser efectiva en Italia desde que, según la creencia, San Pedro
fundó esta comunidad cristiana. El traslado de la sede imperial a Constantinopla y
poco después del edicto de la concesión de la libertad de cultos, hizo que el
obispo de Roma afianzara cada día más su autoridad primera.
Los obispos de las sedes orientales más importantes, en cambio, tuvieron del
emperador mayor apoyo, pero también sujeción; o por lo menos sufrieron de una
mayor o menor intervención en el gobierno de las diócesis. La Iglesia Oriental
siempre estuvo más sujeta que la occidental al poder imperial, en razón de tener
sede en Constantinopla tanto el Patriarca como el Emperador. Esta relación
estrecha entre el poder civil y el eclesiástico, se suele llamar en la historia de la
Iglesia cesaropapismo. En general consiste en una mayor o menor subordinación
del Patriarca al Emperador. En occidente en cambio, por la lejanía de la sede
imperial, el obispo de Roma gozó siempre de una mayor libertad, llegando incluso
a ser gobernante de sus propios territorios, llamados Estados Pontificios.
En Oriente, había empezado ya la evangelización de las comarcas agrícolas,
desde las zonas de influencia urbana. El cristianismo había dejado de ser una
religión limitada a los núcleos urbanos del Mediterráneo para extenderse por las
zonas campesinas, mucho más "tradicionales" y menos preparadas para recibirlo.
Para la evangelización del campo, en Oriente se creó un elemento jerárquico
nuevo, intermedio entre el obispo y el clero: jorepiscopado. Los jorepiscopoi eran
misioneros consagrados por el obispo urbano con el fin de evangelizar la campiña
y aunque, según parece, no tenían auténtico carácter episcopal, se les concedían
facultades episcopales para poder realizar su misión con mayor efectividad. Muy
pronto surgieron conflictos jurisdiccionales entre los obispos de aldea y los de la
ciudad, y aquellos creados como superintendentes al servicio de éstos, intentaron
independizarse de la tutela urbana, acabando por ser suprimidos hacia el siglo IX.
(No lo conseguí)